After - Anna Todd

22.05.2018 Views

—¡Hardin! ¡Déjame acabar! Iba a decir que me encanta. El hombre parece tan aliviado como él. Su ceño fruncido se transforma en una gran sonrisa. —¿De verdad? —Sí, me daba miedo que fuera un apartamento pijo y frío, pero es perfecto —le digo, y es la verdad. —¡Lo sabía! Bueno, me tenías algo nervioso, pero en cuanto vi este sitio pensé en ti. Te imaginé ahí… —señala el banco adosado al ventanal—, leyendo un libro. Fue entonces cuando supe que quería que vivieras aquí conmigo. Sonrío y siento mariposas en el estómago al oírlo decir eso en público, aunque sólo sea delante de un agente inmobiliario. —¿Estamos listos para firmar? —dice el hombre incómodo. Hardin me mira y yo asiento. No me puedo creer lo que vamos a hacer. Hago caso omiso de la vocecita que me recuerda que es demasiado pronto, que soy demasiado joven, y sigo a Hardin a la cocina. www.lectulandia.com - Página 386

CAPÍTULO 87 Hardin firma al pie de lo que parece una página infinita antes de pasármela a mí. Cojo el bolígrafo y firmo antes de darle demasiadas vueltas. «Estamos listos para dar este paso. Estoy lista para hacer esto», me repito. Sí, somos jóvenes y no hace mucho que nos conocemos, pero sé que lo quiero más que a nada y que él me quiere a mí. Mientras eso no cambie, lo demás irá bien. —Muy bien. Aquí tenéis las llaves. Robert, que así es como se llama el hombre porque eso dicen todos los papeles que acabamos de firmar, nos entrega dos juegos de llaves, se despide de nosotros y se va. —Pues… ¿Bienvenida a casa? —dice Hardin en cuanto estamos solos. Me echo a reír y me acerco a él para que pueda abrazarme. —Es increíble que ahora vivamos aquí. No parece de verdad. —Mis ojos examinan la sala de estar. —Si alguien me hubiera dicho que iba a vivir contigo, o a salir contigo, hace dos meses, me habría partido de risa en su cara… O se la habría partido de una hostia… Cualquiera de las dos cosas. Sonríe y me coge la cara entre las manos. —Eres un amor —lo pincho, y lo abrazo—. Aunque es un gran alivio tener un sitio sólo para nosotros. No más fiestas, ni compañeros de habitación, ni duchas comunitarias. —Y nuestra propia cama —añade con ojos brillantes—. Tendremos que comprar cosas como platos y demás. Le pongo la mano en la frente. —¿Te encuentras bien? —Sonrío—. Hoy estás de lo más colaborador. Me aparta la mano y me la besa. —Sólo quiero estar seguro de que estás contenta aquí. Quiero que te sientas como en casa… conmigo. —Y ¿qué hay de ti? ¿Te sientes en casa? —Para mi sorpresa, sí —responde asintiendo con la cabeza y mirando alrededor. —Deberíamos ir a por mis cosas —digo—. No tengo mucho, sólo algunos libros y mi ropa. Mueve la mano como si hubiera hecho un truco de magia. —Ya está hecho. —¿Qué? —pregunto. www.lectulandia.com - Página 387

CAPÍTULO 87<br />

Hardin firma al pie de lo que parece una página infinita antes de pasármela a mí. Cojo<br />

el bolígrafo y firmo antes de darle demasiadas vueltas. «Estamos listos para dar este<br />

paso. Estoy lista para hacer esto», me repito. Sí, somos jóvenes y no hace mucho que<br />

nos conocemos, pero sé que lo quiero más que a nada y que él me quiere a mí.<br />

Mientras eso no cambie, lo demás irá bien.<br />

—Muy bien. Aquí tenéis las llaves.<br />

Robert, que así es como se llama el hombre porque eso dicen todos los papeles<br />

que acabamos de firmar, nos entrega dos juegos de llaves, se despide de nosotros y se<br />

va.<br />

—Pues… ¿Bienvenida a casa? —dice Hardin en cuanto estamos solos.<br />

Me echo a reír y me acerco a él para que pueda abrazarme.<br />

—Es increíble que ahora vivamos aquí. No parece de verdad. —Mis ojos<br />

examinan la sala de estar.<br />

—Si alguien me hubiera dicho que iba a vivir contigo, o a salir contigo, hace dos<br />

meses, me habría partido de risa en su cara… O se la habría partido de una hostia…<br />

Cualquiera de las dos cosas.<br />

Sonríe y me coge la cara entre las manos.<br />

—Eres un amor —lo pincho, y lo abrazo—. Aunque es un gran alivio tener un<br />

sitio sólo para nosotros. No más fiestas, ni compañeros de habitación, ni duchas<br />

comunitarias.<br />

—Y nuestra propia cama —añade con ojos brillantes—. Tendremos que comprar<br />

cosas como platos y demás.<br />

Le pongo la mano en la frente.<br />

—¿Te encuentras bien? —Sonrío—. Hoy estás de lo más colaborador.<br />

Me aparta la mano y me la besa.<br />

—Sólo quiero estar seguro de que estás contenta aquí. Quiero que te sientas como<br />

en casa… conmigo.<br />

—Y ¿qué hay de ti? ¿Te sientes en casa?<br />

—Para mi sorpresa, sí —responde asintiendo con la cabeza y mirando alrededor.<br />

—Deberíamos ir a por mis cosas —digo—. No tengo mucho, sólo algunos libros<br />

y mi ropa.<br />

Mueve la mano como si hubiera hecho un truco de magia.<br />

—Ya está hecho.<br />

—¿Qué? —pregunto.<br />

www.lectulandia.com - Página 387

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!