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After - Anna Todd

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La idea de ser lo que Hardin precisa hace que me sienta necesitada de un modo<br />

que desconocía. Me siento más real, fundamental en su vida, y echo la cabeza atrás<br />

mientras lo tengo entre las piernas y su lengua baila con la mía.<br />

—Más cerca —gime en mi boca.<br />

Sus manos me cogen por la corva de las rodillas y tiran hasta que estoy sentada<br />

justo en el borde. Me agarro a sus vaqueros y separa nuestras bocas.<br />

—¿Qué…? —dice mirándome con una ceja enarcada.<br />

Debe de pensar que estoy loca. Primero vengo a ayudarlo a romper cosas y ahora<br />

intento desnudarlo. Es posible que lo esté, pero ahora mismo no me importa. Lo<br />

único que importa son las sombras curvas en la clavícula de Hardin, bañada por la luz<br />

de la luna que entra por la ventana, el modo en que me coge la cara como si fuera<br />

muy frágil a pesar de que hace unos minutos estaba dispuesto a romper todo lo que<br />

hay en la habitación.<br />

Le respondo sin palabras enroscando las piernas en su cuerpo y estrechándolo con<br />

fuerza.<br />

—Creía que ibas a entrar hecha una furia y a mandarme a paseo —sonríe, y apoya<br />

la frente en la mía.<br />

—Pues te has equivocado —replico con una sonrisa de satisfacción.<br />

—Mucho. No quiero volver a bajar esta noche —me dice estudiando mi reacción.<br />

—Me parece bien. No tienes por qué.<br />

Se relaja y esconde la cabeza en el hueco de mi cuello. Me sorprende lo fácil que<br />

resulta. Esperaba que la pagara conmigo, que intentara echarme, pero aquí está,<br />

apoyado en mi hombro. Se nota que está tratando de llevar esta relación lo mejor que<br />

sabe, pese a que el chico es la contradicción andante.<br />

—Te quiero —le digo, y noto cómo el aro del labio se mueve contra mi cuello<br />

cuando sonríe.<br />

—Te quiero —contesta.<br />

—¿Quieres hablarlo? —pregunto, pero él niega con la cabeza todavía escondida<br />

en mi cuello—. Vale. ¿Te apetece ver una película? ¿Una comedia? —sugiero.<br />

Tras una larga pausa, mira la cama.<br />

—¿Te has traído el portátil? —Asiento y continúa—: Vamos a ver Todos los días<br />

de mi vida —sugiere, y me echo a reír.<br />

—¿Quieres decir esa película que tanto detestas?<br />

—Sí… Bueno, detestar es una palabra muy fuerte. Sólo creo que es una historia<br />

de amor sentimental y mediocre —me corrige.<br />

—Entonces ¿por qué quieres verla?<br />

—Porque quiero verte a ti viéndola —responde convencido.<br />

Recuerdo cómo me estuvo mirando todo el rato cuando la vimos en mi<br />

habitación. Parece que hace siglos de aquello. No tenía ni idea de lo que iba a pasar<br />

entre nosotros. Nunca me habría imaginado que acabaríamos así.<br />

Mi sonrisa es toda la respuesta que necesita. Me coge de la cintura.<br />

www.lectulandia.com - Página 312

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