After - Anna Todd
—No, Tessa. Se acabaron los juegos. Tú eres lo único que quiero. Quiero estar contigo, tener una relación de verdad. Eso sí, vas a tener que enseñarme qué demonios significa eso. Se ríe nervioso, y yo me uno gustosamente a él. —Echaba de menos tu risa —señala—, no he podido sacártela a menudo. Quiero hacerte reír, no llorar. Sé que soy bastante difícil… Lo corto pegando los labios a los suyos. Sus besos son apresurados y noto el sabor de la sangre del labio partido. La electricidad recorre mi cuerpo y mis rodillas amenazan con dejar de sostenerme. Parece que ha pasado una eternidad desde la última vez que sentí su boca. Amo a este gilipollas tarado que se odia a sí mismo, tanto, que me da miedo no poder soportarlo. Me levanta del suelo y enrosca mis muslos en su cintura. Le hundo los dedos en el pelo. Gime en mi boca, jadea y me atrae con más fuerza hacia sí. Mi lengua acaricia su labio inferior pero me aparto cuando hace una mueca de dolor. —¿Con quién te has peleado? —le pregunto. Se ríe. —¿Me lo preguntas en este momento? —Sí, quiero saberlo —sonrío. —Siempre haces muchas preguntas. ¿No puedo contestarte luego? —Pone morritos. —No. Dímelo. —Sólo si te quedas. —Me estrecha con fuerza—. Por favor… —Vale —contesto, y lo beso otra vez, olvidando por completo que le he hecho una pregunta. www.lectulandia.com - Página 292
CAPÍTULO 68 Dejamos de besarnos y me siento a los pies de la cama. Hardin me sigue y se acomoda junto a la cabecera. —Vale, ahora cuéntame con quién te has peleado —digo—. ¿Con Zed? Me da miedo la respuesta. —No. Ha sido con unos chavales que no conocía. Es un gran alivio que no haya sido con Zed, pero entonces asimilo lo que ha dicho. —Espera, ¿con unos chavales? ¿Cuántos eran? —Tres… o cuatro. No estoy seguro —se ríe. —No tiene gracia. Y ¿por qué te has peleado? —No lo sé… —Se encoge de hombros—. Estaba furioso porque te habías marchado con Zed. En aquel momento parecía buena idea. —Pues no lo era, y mira cómo te han dejado. —Frunzo el ceño y él ladea la cabeza con expresión perpleja—. ¿Qué? —Nada… Ven aquí —dice, y extiende los brazos. Asciendo por la cama, me siento entre sus piernas y me apoyo en su pecho. —Perdona lo mal que te he tratado…, que te trato —me susurra al oído. Un escalofrío me recorre el cuerpo al sentir su aliento en mi oreja y oír su disculpa. No he tenido que arrancársela. —No pasa nada. Bueno, sí que pasa, pero te daré otra oportunidad. Espero que no haga que me arrepienta. No creo que pueda soportar más su rollo de «ahora sí, ahora no». —Gracias. Sé que no me la merezco. Pero soy lo bastante egoísta para aceptarla —dice con la boca en mi pelo. Me rodea con el brazo. Estar sentada así con él se me hace extraño y nostálgico a la vez. Permanezco en silencio y me vuelve un poco los hombros para verme la cara. —¿Qué te pasa? —Nada —digo—. Es que me da miedo que vuelvas a cambiar de opinión. Quiero lanzarme de cabeza a la piscina, pero me aterra la posibilidad de que no haya agua. —No lo haré. Nunca he cambiado de opinión, sólo luchaba contra lo que sentía por ti. Sé que ya no crees en mis palabras, pero quiero ganarme tu confianza. No volveré a hacerte daño —me promete al tiempo que apoya la frente en la mía. —No, por favor —le suplico. Me da igual sonar patética. www.lectulandia.com - Página 293
- Page 242 and 243: —De todos modos, deberías llevar
- Page 244 and 245: verdes se ven desde la otra punta d
- Page 246 and 247: CAPÍTULO 58 Durante el paseo de vu
- Page 248 and 249: —De momento, no. Casi he terminad
- Page 250 and 251: puestos las bragas y el sujetador.
- Page 252 and 253: —Verdad —contesta. Ella pone lo
- Page 254 and 255: —¿Por qué? No soy un cabrón co
- Page 256 and 257: CAPÍTULO 60 Nunca he sido deportis
- Page 258 and 259: en realidad. —Me encojo de hombro
- Page 260 and 261: Durante unos segundos nadie se muev
- Page 262 and 263: de reír. Es la mejor persona que h
- Page 264 and 265: el pico—. En realidad no es tu ha
- Page 266 and 267: Su expresión satisfecha me nubla l
- Page 268 and 269: —¿Lo habéis arreglado? —No. B
- Page 270 and 271: sueño perdido. Sale del coche y se
- Page 272 and 273: discusión como la de la última ve
- Page 274 and 275: El jueves transcurre con normalidad
- Page 276 and 277: —No había manera de que lo dijer
- Page 278 and 279: Landon asiente y la ayuda a poner p
- Page 280 and 281: CAPÍTULO 65 Aparco junto al coche
- Page 282 and 283: «Pero ¿qué me pasa?» Zed es dul
- Page 284 and 285: Lo poco que consigo escuchar de su
- Page 286 and 287: penumbra, fijándome en las parejas
- Page 288 and 289: —Te he dicho que me lleves a casa
- Page 290 and 291: —No pasa nada, de verdad —digo
- Page 294 and 295: —Te quiero, Tessa —dice, y el c
- Page 296 and 297: —Quiero… —digo. —¿Qué qui
- Page 298 and 299: astante trabajo. Parece que no sabe
- Page 300 and 301: adiante. ¿Cómo es que no se da cu
- Page 302 and 303: —Es probable que éste sea el ún
- Page 304 and 305: distinto. Se agradece, y es ardient
- Page 306 and 307: mientras espero que me deje sitio b
- Page 308 and 309: No lo suelto y gime otra vez. Me en
- Page 310 and 311: —¡No deberías haber ido tan lej
- Page 312 and 313: La idea de ser lo que Hardin precis
- Page 314 and 315: —No, no estoy enfadada, sólo…
- Page 316 and 317: Parece que en este campus sirven al
- Page 318 and 319: —Y eso es todo lo que fue, nena:
- Page 320 and 321: CAPÍTULO 74 Hardin sigue la direcc
- Page 322 and 323: —¡Por supuesto! —Echa la cabez
- Page 324 and 325: CAPÍTULO 75 Al final, Hardin se qu
- Page 326 and 327: Mis ojos encuentran los suyos y eso
- Page 328 and 329: despacho! www.lectulandia.com - Pá
- Page 330 and 331: andar y es un alivio descubrir que
- Page 332 and 333: CAPÍTULO 77 Me molesta muchísimo
- Page 334 and 335: —Imagino que hemos terminado de d
- Page 336 and 337: sigue dibujando círculos con la le
- Page 338 and 339: —Yo también te tengo ganas —co
- Page 340 and 341: experiencia. Su sonrisa se desvanec
CAPÍTULO 68<br />
Dejamos de besarnos y me siento a los pies de la cama. Hardin me sigue y se<br />
acomoda junto a la cabecera.<br />
—Vale, ahora cuéntame con quién te has peleado —digo—. ¿Con Zed?<br />
Me da miedo la respuesta.<br />
—No. Ha sido con unos chavales que no conocía.<br />
Es un gran alivio que no haya sido con Zed, pero entonces asimilo lo que ha<br />
dicho.<br />
—Espera, ¿con unos chavales? ¿Cuántos eran?<br />
—Tres… o cuatro. No estoy seguro —se ríe.<br />
—No tiene gracia. Y ¿por qué te has peleado?<br />
—No lo sé… —Se encoge de hombros—. Estaba furioso porque te habías<br />
marchado con Zed. En aquel momento parecía buena idea.<br />
—Pues no lo era, y mira cómo te han dejado. —Frunzo el ceño y él ladea la<br />
cabeza con expresión perpleja—. ¿Qué?<br />
—Nada… Ven aquí —dice, y extiende los brazos.<br />
Asciendo por la cama, me siento entre sus piernas y me apoyo en su pecho.<br />
—Perdona lo mal que te he tratado…, que te trato —me susurra al oído.<br />
Un escalofrío me recorre el cuerpo al sentir su aliento en mi oreja y oír su<br />
disculpa. No he tenido que arrancársela.<br />
—No pasa nada. Bueno, sí que pasa, pero te daré otra oportunidad.<br />
Espero que no haga que me arrepienta. No creo que pueda soportar más su rollo<br />
de «ahora sí, ahora no».<br />
—Gracias. Sé que no me la merezco. Pero soy lo bastante egoísta para aceptarla<br />
—dice con la boca en mi pelo.<br />
Me rodea con el brazo. Estar sentada así con él se me hace extraño y nostálgico a<br />
la vez. Permanezco en silencio y me vuelve un poco los hombros para verme la cara.<br />
—¿Qué te pasa?<br />
—Nada —digo—. Es que me da miedo que vuelvas a cambiar de opinión.<br />
Quiero lanzarme de cabeza a la piscina, pero me aterra la posibilidad de que no<br />
haya agua.<br />
—No lo haré. Nunca he cambiado de opinión, sólo luchaba contra lo que sentía<br />
por ti. Sé que ya no crees en mis palabras, pero quiero ganarme tu confianza. No<br />
volveré a hacerte daño —me promete al tiempo que apoya la frente en la mía.<br />
—No, por favor —le suplico. Me da igual sonar patética.<br />
www.lectulandia.com - Página 293