After - Anna Todd
verdes se ven desde la otra punta de la habitación, y su sonrisa es muy agradable y hace que me relaje. Me dice que tome asiento. —Es un placer conocerte, Theresa. Gracias por venir. —Tessa, llámeme Tessa. Gracias por recibirme —respondo con una sonrisa. —Dime, Tessa, ¿estás en primero de Filología Inglesa? —pregunta. —Sí, señor. —Asiento con la cabeza. —Ken Scott me ha dado muy buenas referencias. Dice que perdería una gran oportunidad si no te diera un puesto de becaria. —Ken es muy amable —digo. Él asiente y luego se acaricia la barba con los dedos. Me pregunta qué he leído últimamente, mis autores favoritos y aquellos que no me gustan, o me gustan poco, y que le explique el porqué. Asiente y me anima a seguir durante mi explicación y, cuando termino, sonríe. —Bueno, Tessa, ¿cuándo puedes empezar? Ken dice que será fácil agrupar tus asignaturas para que puedas venir aquí dos días a la semana y asistir a clase los otros tres. La mandíbula me llega al suelo. —¿De verdad? —es todo lo que consigo decir. No me lo esperaba. Imaginaba que iba a tener que ir a clases por la noche y venir aquí durante el día… En caso de que me aceptaran. —Sí, y también recibirás créditos por las horas que pases aquí. —Muchísimas gracias. Es una oportunidad increíble. Gracias, gracias otra vez. — Tengo una suerte que no me la creo. —Hablaremos de tus honorarios el lunes, cuando empieces. —¿Tengo un sueldo? —Pensaba que eran prácticas no remuneradas. —Por supuesto que cobrarás por tu tiempo —sonríe. Me limito a asentir con la cabeza por miedo a abrir la boca y volver a darle las gracias por enésima vez. Vuelvo corriendo al coche y Hardin sale a recibirme al verme llegar. —¿Y bien? —me pregunta, y yo suelto un gritito. —¡Me lo han dado! Me van a pagar y las primeras semanas tendré que venir cada día para coger el ritmo, pero luego sólo tengo que trabajar dos días a la semana, así que podré ir a clase los otros tres, y me van a dar créditos y el señor Vance era supersimpático y tu padre es genial por hacer esto por mí, y tú también, claro está. ¡Estoy muy emocionada y…! En fin…, creo que eso es todo. Me echo a reír y me rodea con los brazos, me estrecha contra su pecho y me levanta del suelo. —Me alegro mucho por ti —dice, y hundo los dedos en sus rizos. —Gracias —le contesto al tiempo que me deja en el suelo—. De verdad, muchas www.lectulandia.com - Página 244
gracias por haberme traído y por haberme esperado en el coche. Me asegura que no ha sido ninguna molestia, nos subimos al coche y me pregunta: —¿Qué quieres hacer hoy? —Volver a clase, por supuesto. Todavía podemos llegar a literatura. —¿De verdad? Te apuesto a que se nos ocurre algo mucho más divertido. —No, ya me he perdido muchas clases esta semana. No quiero faltar a más. Voy a ir a literatura y tú también. —Sonrío. Pone los ojos en blanco pero asiente con la cabeza. Llegamos justo antes de que empiece la clase y le cuento a Landon todo sobre las prácticas. Me da la enhorabuena y un fuerte abrazo. Hardin, que es un maleducado, hace como si tuviera arcadas detrás de nosotros, y le pego una patada. Al salir de clase, Hardin se viene con Landon y conmigo y hablamos de las hogueras de este viernes. Quedo con Landon en su casa a las cinco para cenar y luego nos iremos a las hogueras a las siete. Hardin permanece en silencio durante la conversación, y me pregunto si me acompañará. En cierto momento dijo que sí que iría, pero estoy casi segura de que sólo lo decía por competir con Zed. Landon se despide cuando llegamos al aparcamiento y sigue su camino a pie y silbando. —¡Scott! —llama alguien entonces. Los dos nos volvemos y vemos a Nate y a Molly, que vienen hacia nosotros. Molly… Genial. Lleva una camiseta de tirantes y una falda roja de cuero. Sólo estamos a martes y ya ha hecho el zorrón para toda la semana. Debería reservarse esos modelitos para los fines de semana. —Hola —saluda Hardin, y se separa de mí. —Hola, Tessa —me dice Molly. Le devuelvo el saludo y me quedo de pie, incomodísima, mientras Hardin y Nate intercambian saludos. —¿Estás listo? —le pregunta Nate, y entonces me queda claro que Hardin ha quedado aquí con ellos. No sé por qué pensaba que íbamos a estar juntos. Está claro que no podemos pasar todo el tiempo juntos, pero al menos podría haberme dicho algo. —Sí, estoy listo —contesta Hardin. Me mira—. Nos vemos, Tessa —dice como si nada, y se va con ellos. Molly se vuelve y me mira con una sonrisa de cretina en su cara embadurnada de maquillaje. Se monta en el asiento del acompañante del coche de Hardin y Nate se sube detrás. Y yo me quedo plantada en el asfalto preguntándome qué diablos acaba de pasar. www.lectulandia.com - Página 245
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gracias por haberme traído y por haberme esperado en el coche.<br />
Me asegura que no ha sido ninguna molestia, nos subimos al coche y me<br />
pregunta:<br />
—¿Qué quieres hacer hoy?<br />
—Volver a clase, por supuesto. Todavía podemos llegar a literatura.<br />
—¿De verdad? Te apuesto a que se nos ocurre algo mucho más divertido.<br />
—No, ya me he perdido muchas clases esta semana. No quiero faltar a más. Voy a<br />
ir a literatura y tú también. —Sonrío.<br />
Pone los ojos en blanco pero asiente con la cabeza.<br />
Llegamos justo antes de que empiece la clase y le cuento a Landon todo sobre las<br />
prácticas. Me da la enhorabuena y un fuerte abrazo. Hardin, que es un maleducado,<br />
hace como si tuviera arcadas detrás de nosotros, y le pego una patada.<br />
Al salir de clase, Hardin se viene con Landon y conmigo y hablamos de las<br />
hogueras de este viernes. Quedo con Landon en su casa a las cinco para cenar y luego<br />
nos iremos a las hogueras a las siete. Hardin permanece en silencio durante la<br />
conversación, y me pregunto si me acompañará. En cierto momento dijo que sí que<br />
iría, pero estoy casi segura de que sólo lo decía por competir con Zed. Landon se<br />
despide cuando llegamos al aparcamiento y sigue su camino a pie y silbando.<br />
—¡Scott! —llama alguien entonces.<br />
Los dos nos volvemos y vemos a Nate y a Molly, que vienen hacia nosotros.<br />
Molly… Genial. Lleva una camiseta de tirantes y una falda roja de cuero. Sólo<br />
estamos a martes y ya ha hecho el zorrón para toda la semana. Debería reservarse<br />
esos modelitos para los fines de semana.<br />
—Hola —saluda Hardin, y se separa de mí.<br />
—Hola, Tessa —me dice Molly.<br />
Le devuelvo el saludo y me quedo de pie, incomodísima, mientras Hardin y Nate<br />
intercambian saludos.<br />
—¿Estás listo? —le pregunta Nate, y entonces me queda claro que Hardin ha<br />
quedado aquí con ellos.<br />
No sé por qué pensaba que íbamos a estar juntos. Está claro que no podemos<br />
pasar todo el tiempo juntos, pero al menos podría haberme dicho algo.<br />
—Sí, estoy listo —contesta Hardin. Me mira—. Nos vemos, Tessa —dice como si<br />
nada, y se va con ellos.<br />
Molly se vuelve y me mira con una sonrisa de cretina en su cara embadurnada de<br />
maquillaje. Se monta en el asiento del acompañante del coche de Hardin y Nate se<br />
sube detrás.<br />
Y yo me quedo plantada en el asfalto preguntándome qué diablos acaba de pasar.<br />
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