After - Anna Todd
—Aquí estoy, aquí estoy —digo para consolarlo. Le tiro del brazo para que se levante y vuelva conmigo a la cama. Cuando sus ojos encuentran los míos, el miedo y la confusión desaparecen lentamente. —Creía que te habías ido —susurra. Nos acostamos y me estrecha contra sí todo lo físicamente posible. Le peino con los dedos el pelo húmedo y enredado y cierra los ojos. No digo nada, sólo sigo pasándole los dedos por el pelo. —No me dejes nunca, Tess —susurra antes de quedarse dormido. El corazón casi se me sale del pecho al oír su ruego, y sé que mientras él quiera aquí estaré. www.lectulandia.com - Página 240
CAPÍTULO 57 A la mañana siguiente me despierto antes que Hardin y me las apaño para quitármelo de encima y desenredar nuestras piernas sin despertarlo. El recuerdo de oírlo pronunciar mi nombre aliviado y de todos los secretos que me ha contado hace que me revoloteen mariposas en el estómago. Anoche estaba tan relajado y tan abierto que hizo que me pillara aún más. Me asusta cuán profundos son mis sentimientos hacia él. Sé que están ahí, pero aún no estoy preparada para hacerles frente. Cojo las tenacillas y el pequeño estuche de maquillaje de Steph, que me he llevado prestado con su permiso, por supuesto, y me voy al baño. El pasillo está vacío y nadie llama a la puerta mientras me arreglo. No tengo tanta suerte de vuelta a la habitación. Tres chicos avanzan por el pasillo, y uno de ellos es Logan. —¡Hola, Tessa! —me saluda alegremente y me deslumbra con su sonrisa perfecta. —¿Qué tal? —Estoy muy incómoda con los tres mirándome fijamente. —Bien, íbamos a salir. ¿Te vas a quedar a vivir aquí? —me pregunta, y se echa a reír. —Para nada. Sólo estoy… de visita. —No sé qué decir. El tío alto se agacha para susurrarle algo a Logan al oído. No oigo lo que dice, pero miro hacia otra parte—. Bueno, os veré luego —añado. —Sí, nos vemos esta noche en la fiesta —dice Logan, y se marcha. ¿Qué fiesta? ¿Por qué Hardin no me ha comentado nada de ninguna fiesta? A lo mejor es que no tiene pensado quedarse. «O no quiere que vayas», añade mi subconsciente. Y ¿quién demonios celebra una fiesta un martes? Cuando llego a la puerta de la habitación de Hardin, ésta se abre antes de que toque el pomo. —¿Dónde estabas? —pregunta, y la abre lo justo para que yo pueda entrar. —Peinándome. Quería dejarte dormir —contesto. —Te he dicho que no te pasees por los pasillos, Tessa —me regaña. —Y yo te he dicho que no me des órdenes, Hardin —replico con sarcasmo, y sus rasgos se suavizan. —Touché. Se ríe y da un paso hacia mí. Con una mano me coge de la cintura y mete la otra por debajo de mi camiseta y toca mi vientre. Tiene los dedos ásperos, pero los desliza con delicadeza sobre mi piel, ascendiendo por mi estómago. www.lectulandia.com - Página 241
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CAPÍTULO 57<br />
A la mañana siguiente me despierto antes que Hardin y me las apaño para quitármelo<br />
de encima y desenredar nuestras piernas sin despertarlo. El recuerdo de oírlo<br />
pronunciar mi nombre aliviado y de todos los secretos que me ha contado hace que<br />
me revoloteen mariposas en el estómago. Anoche estaba tan relajado y tan abierto<br />
que hizo que me pillara aún más. Me asusta cuán profundos son mis sentimientos<br />
hacia él. Sé que están ahí, pero aún no estoy preparada para hacerles frente. Cojo las<br />
tenacillas y el pequeño estuche de maquillaje de Steph, que me he llevado prestado<br />
con su permiso, por supuesto, y me voy al baño.<br />
El pasillo está vacío y nadie llama a la puerta mientras me arreglo. No tengo tanta<br />
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Logan.<br />
—¡Hola, Tessa! —me saluda alegremente y me deslumbra con su sonrisa<br />
perfecta.<br />
—¿Qué tal? —Estoy muy incómoda con los tres mirándome fijamente.<br />
—Bien, íbamos a salir. ¿Te vas a quedar a vivir aquí? —me pregunta, y se echa a<br />
reír.<br />
—Para nada. Sólo estoy… de visita. —No sé qué decir. El tío alto se agacha para<br />
susurrarle algo a Logan al oído. No oigo lo que dice, pero miro hacia otra parte—.<br />
Bueno, os veré luego —añado.<br />
—Sí, nos vemos esta noche en la fiesta —dice Logan, y se marcha.<br />
¿Qué fiesta? ¿Por qué Hardin no me ha comentado nada de ninguna fiesta? A lo<br />
mejor es que no tiene pensado quedarse. «O no quiere que vayas», añade mi<br />
subconsciente. Y ¿quién demonios celebra una fiesta un martes?<br />
Cuando llego a la puerta de la habitación de Hardin, ésta se abre antes de que<br />
toque el pomo.<br />
—¿Dónde estabas? —pregunta, y la abre lo justo para que yo pueda entrar.<br />
—Peinándome. Quería dejarte dormir —contesto.<br />
—Te he dicho que no te pasees por los pasillos, Tessa —me regaña.<br />
—Y yo te he dicho que no me des órdenes, Hardin —replico con sarcasmo, y sus<br />
rasgos se suavizan.<br />
—Touché.<br />
Se ríe y da un paso hacia mí. Con una mano me coge de la cintura y mete la otra<br />
por debajo de mi camiseta y toca mi vientre. Tiene los dedos ásperos, pero los desliza<br />
con delicadeza sobre mi piel, ascendiendo por mi estómago.<br />
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