After - Anna Todd

22.05.2018 Views

demasiado rastrero incluso viniendo de ti, Hardin —le grito, y libero mi brazo de un tirón. Lo empujo de nuevo, con fuerza. Nunca había empujado a nadie hasta hoy, y lo odio con toda mi alma. —Si te marchas detrás de él, esto se ha acabado —dice, y me quedo boquiabierta. —¿Que se ha acabado? ¿El qué se ha acabado? ¿Que juegues con mis sentimientos? ¡Te odio! —No quiero alimentarlo con mi furia, de modo que me relajo un poco y le espeto—: No se puede acabar algo que nunca ha empezado. Él deja caer las manos a los costados y abre la boca, pero no dice nada. —¡Noah! —grito, y cruzo la puerta a toda prisa. Corro por el pasillo y salgo al magnífico césped. Por fin lo alcanzo en el aparcamiento y veo cómo acelera el paso. —Noah, por favor, escúchame. Lo siento muchísimo. Había bebido. Sé que no es excusa, pero yo… —Me seco los ojos, y la expresión de su rostro se suaviza. —No puedo seguir escuchándote… —dice. Tiene los ojos rojos. Intento cogerlo de la mano, pero la aparta. —Noah, por favor. Lo siento. Perdóname, por favor. —No puedo perderlo. No puedo. Cuando llega a su coche, se pasa la mano por su pelo perfectamente engominado y se vuelve para mirarme. —Necesito tiempo, Tessa. Ahora mismo no sé qué pensar. Suspiro, derrotada, sin saber qué responder a eso. Necesita tiempo para superarlo, y después podremos volver a la normalidad. Sólo necesita tiempo, me digo a mí misma. —Te quiero, Tessa —dice Noah, y me coge por sorpresa cuando me besa en la frente antes de montarse en su coche y alejarse conduciendo. www.lectulandia.com - Página 144

CAPÍTULO 37 Cuando vuelvo a mi cuarto, Hardin está sentado en mi cama como la persona desagradable que es. Empiezo a imaginarme a mí misma cogiendo la lámpara y estampándosela en la cabeza, pero no tengo energías para pelearme con él. —No voy a disculparme —me dice cuando paso por delante de él en dirección a la cama de Steph. No pienso sentarme en mi cama mientras él esté en ella. —Ya lo sé —respondo, y me tumbo. No pienso ceder ante sus provocaciones y no espero que se disculpe. Ya lo voy conociendo. Aunque, vistos los últimos acontecimientos, creo que no lo conozco en absoluto. Anoche pensé que sólo era un chico enfadado porque su padre lo había abandonado, y que se aferraba a ese dolor usando la única emoción que conocía para mantener a la gente alejada. Pero esta mañana he visto que en realidad es una persona horrible y detestable. Hardin no tiene un ápice de bondad. Si en algún momento pensé que sí, fue sólo porque él me engañó para que lo pensara. —Tenía que saberlo —dice. Me muerdo el labio para intentar contener las lágrimas. Permanezco callada hasta que oigo que Hardin se levanta y se aproxima. —Vete —le ruego, pero cuando levanto la vista, él está de pie frente a mí. Cuando se sienta en la cama, me levanto. —Tenía que saberlo —repite, y me hierve la sangre de rabia. Sé que sólo quiere provocarme. —¿Por qué, Hardin? ¿Por qué tenía que saberlo? ¿Qué tiene de positivo hacerle daño? A ti no te afectaba lo más mínimo que él no lo supiera. Podrías haber pasado el día tranquilamente sin decírselo. No tenías ningún derecho a hacerle eso, ni a él ni a mí. —Siento que las lágrimas amenazan con aparecer de nuevo, pero esta vez no puedo detenerlas. —Yo querría saberlo si fuera él —dice en tono frío. —Pero tú no eres él, y nunca lo serás. He sido una estúpida por pensar que podrías llegar a ser algo parecido. Además, ¿desde cuándo te importa hacer lo correcto? —No te atrevas a compararme con él —salta. Detesto cuando decide responder sólo a una de mis frases, y que tergiverse mis palabras para provocarse a sí mismo. Se levanta y avanza hacia mí, pero yo retrocedo hacia el otro lado de la cama. www.lectulandia.com - Página 145

demasiado rastrero incluso viniendo de ti, Hardin —le grito, y libero mi brazo de un<br />

tirón.<br />

Lo empujo de nuevo, con fuerza. Nunca había empujado a nadie hasta hoy, y lo<br />

odio con toda mi alma.<br />

—Si te marchas detrás de él, esto se ha acabado —dice, y me quedo boquiabierta.<br />

—¿Que se ha acabado? ¿El qué se ha acabado? ¿Que juegues con mis<br />

sentimientos? ¡Te odio! —No quiero alimentarlo con mi furia, de modo que me relajo<br />

un poco y le espeto—: No se puede acabar algo que nunca ha empezado.<br />

Él deja caer las manos a los costados y abre la boca, pero no dice nada.<br />

—¡Noah! —grito, y cruzo la puerta a toda prisa.<br />

Corro por el pasillo y salgo al magnífico césped. Por fin lo alcanzo en el<br />

aparcamiento y veo cómo acelera el paso.<br />

—Noah, por favor, escúchame. Lo siento muchísimo. Había bebido. Sé que no es<br />

excusa, pero yo… —Me seco los ojos, y la expresión de su rostro se suaviza.<br />

—No puedo seguir escuchándote… —dice.<br />

Tiene los ojos rojos. Intento cogerlo de la mano, pero la aparta.<br />

—Noah, por favor. Lo siento. Perdóname, por favor. —No puedo perderlo. No<br />

puedo.<br />

Cuando llega a su coche, se pasa la mano por su pelo perfectamente engominado<br />

y se vuelve para mirarme.<br />

—Necesito tiempo, Tessa. Ahora mismo no sé qué pensar.<br />

Suspiro, derrotada, sin saber qué responder a eso. Necesita tiempo para superarlo,<br />

y después podremos volver a la normalidad. Sólo necesita tiempo, me digo a mí<br />

misma.<br />

—Te quiero, Tessa —dice Noah, y me coge por sorpresa cuando me besa en la<br />

frente antes de montarse en su coche y alejarse conduciendo.<br />

www.lectulandia.com - Página 144

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!