22.05.2018 Views

After - Anna Todd

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CAPÍTULO 32<br />

Mis ojos se adaptan a la oscuridad, aunque la única claridad que hay es la de la luz de<br />

la luna que se filtra por el amplio ventanal.<br />

—¿Hardin? —susurro.<br />

Oigo que maldice al tropezar con algo e intento no reírme.<br />

—Estoy aquí —dice, y enciende una lámpara del escritorio.<br />

Observo la enorme habitación, que me recuerda a la de un hotel. Una cama con<br />

dosel con sábanas oscuras está centrada contra la pared que hay al otro extremo del<br />

cuarto; parece de tamaño extragrande, con al menos veinte almohadones encima. El<br />

escritorio de madera de cerezo también es enorme, y el monitor del ordenador que<br />

reposa sobre éste es más grande que el televisor de mi habitación en la residencia. El<br />

gran ventanal tiene un banco adosado, mientras que las demás ventanas están<br />

cubiertas por unas gruesas cortinas azul marino que impiden que entre la luz de la<br />

luna.<br />

—Éste es mi… cuarto —dice Hardin, y se frota el cuello con la mano. Parece casi<br />

avergonzado.<br />

—¿Tienes un cuarto aquí? —pregunto, aunque es evidente que sí.<br />

Es la casa de su padre, y Landon vive aquí. Él me dijo que Hardin nunca venía,<br />

así que tal vez por eso parece más un museo, con todo nuevo y un aire muy<br />

impersonal.<br />

—Sí… Nunca he dormido aquí… hasta esta noche.<br />

Se sienta en un baúl que hay a los pies de la cama y se desata las botas. Se quita<br />

los calcetines y los mete dentro del calzado. No puedo creerme que vaya a formar<br />

parte de una primera vez de algo para Hardin.<br />

—Vaya, ¿y eso por qué? —pregunto, aprovechándome de su ebria honestidad.<br />

—Porque no quiero. Odio esta casa —responde en voz baja.<br />

Se desabrocha los pantalones negros y los desliza por sus piernas.<br />

—¿Qué estás haciendo?<br />

—Desnudarme —responde, afirmando lo obvio.<br />

—Pero ¿por qué?<br />

Aunque una parte de mí está deseando sentir sus manos sobre mi cuerpo de<br />

nuevo, espero que no crea que voy a practicar sexo con él.<br />

—No querrás que duerma con vaqueros y botas —dice medio riéndose.<br />

Se aparta el pelo de la frente y éste se le queda de punta. Todos sus gestos avivan<br />

el fuego salvaje que recorre mi cuerpo.<br />

www.lectulandia.com - Página 125

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!