After - Anna Todd
de modo que he tenido la habitación prácticamente para mí sola, lo cual ha tenido sus cosas buenas y también sus cosas malas. Buenas porque he podido estudiar un montón, pero malas porque me he quedado sola pensando en Hardin. Cada día me he ido maquillando un poco más, pero sigo vistiendo mi ropa holgada y conservadora. El viernes por la mañana siento que ya he tenido suficiente con todo este lío con Hardin. Hasta que todo el mundo empieza a hablar de la fiesta en la casa de la fraternidad. En serio, celebran una todos los viernes, y normalmente los sábados también, así que no consigo entender por qué se emocionan tanto cada vez que se acerca el fin de semana. Después de que al menos diez personas me pregunten si voy a ir, decido hacer la única cosa que sé que logrará evitar que vaya y llamo a Noah. —¡Hola, Tessa! —me saluda animadamente por teléfono. Han pasado varios días desde la última vez que hablamos en el sentido estricto de la palabra, y echaba de menos su voz. —Oye, ¿por qué no te pasas a verme? —pregunto. —Claro. ¿Te viene bien el fin de semana que viene? Gruño decepcionada. —No, me refería a hoy. Ahora mismo. ¿Puedes salir ahora mismo? —Tessa, tengo entrenamientos después de clase. Y aún estoy en el instituto, es la hora de comer —explica. —Noah, por favor, te echo mucho de menos. ¿No puedes salir ya y pasar aquí el fin de semana? ¿Por favor…? —Sé que estoy suplicando, pero me da igual. —Eh…, está bien, vale. Ahora mismo salgo. ¿Va todo bien? La felicidad me invade, y me sorprende mucho que el formal de mi novio haya accedido a venir, pero me alegro de que lo haya hecho. —Sí, sólo te echo de menos. Hace casi dos semanas que no te veo —le recuerdo. Se ríe. —Yo también te echo de menos. Voy a pedir permiso y saldré dentro de unos minutos, así que te veo dentro de unas tres horas. Te quiero, Tessa. —Yo también te quiero —digo, y cuelgo. Bueno, solucionado. Así desaparece cualquier posibilidad que haya de que acabe en esa fiesta. Una extraña sensación de alivio me inunda de camino a literatura mientras recorro el magnífico edificio de ladrillo en el que se encuentra el aula. Un alivio que desaparece en cuanto entro en clase y veo a Hardin cerniéndose sobre el pupitre de Landon. «¿Qué diablos pasa?» Me acerco corriendo y llego justo cuando Hardin golpea con la mano la mesa y ruge: —¡No vuelvas a decir nada parecido, gilipollas! Landon se dispone a levantarse, pero sería una locura que intentara enfrentarse a www.lectulandia.com - Página 106
Hardin. Está fuerte y eso, pero es tan bueno que no me lo imagino golpeando a nadie. Agarro el brazo de Hardin y tiro de él para alejarlo de Landon. Él levanta la otra mano en el aire y me encojo, pero cuando se da cuenta de que soy yo, la baja y maldice entre dientes. —¡Déjalo en paz! —le grito, y me vuelvo hacia Landon. Él parece igual de furioso que Hardin, pero permanece sentado. —Métete en tus asuntos, Theresa —me suelta Hardin, y se va a su sitio. Debería sentarse en la parte de atrás o algo. Me siento entre ambos, me inclino hacia Landon y le susurro: —¿Estás bien? ¿A qué ha venido eso? Mira en dirección a Hardin y suspira. —Nada. Es que es un capullo, básicamente —dice en voz alta, y sonríe. Me río un poco y a continuación me pongo seria. Oigo la respiración agitada de Hardin a mi lado y se me ocurre una idea. Es algo infantil, pero pienso ponerla en práctica de todos modos. —¡Tengo buenas noticias! —le digo a Landon con mi voz alegre más falsa. —¿En serio? ¿El qué? —¡Noah va a venir a visitarme hoy, y pasará aquí el fin de semana! —digo, y sonrío mientras aplaudo de alegría. Soy consciente de que me estoy pasando, pero sé que Hardin me está mirando y me ha oído. —¿En serio? ¡Eso es genial! —dice Landon con sinceridad. La clase empieza y termina sin que Hardin me diga ni una palabra. Así es como van a ser las cosas a partir de ahora, y me parece bien. Le deseo a Landon un buen fin de semana y vuelvo caminando a mi habitación para retocarme el maquillaje y comprar algo de comer antes de que llegue Noah. Me río un poco de mí misma mientras me arreglo. «¿Desde cuándo soy la clase de chica que tiene que “retocarse el maquillaje” antes de que llegue su novio?» Creo que la experiencia con Hardin aquel día en el arroyo me cambió, aunque el daño que me hizo después me cambió todavía más. El maquillaje no es más que una ligera variación, pero sé que está ahí. Como y ordeno un poco el cuarto. Doblo la ropa de Steph y la guardo en su armario esperando que no le moleste. Por fin, Noah me manda un mensaje para anunciarme que ya ha llegado, y salto de la cama, donde estaba descansando, y salgo corriendo a recibirlo. Está más guapo que nunca, con unos pantalones azul marino y una chaqueta de punto de color crema y una camisa blanca debajo. La verdad es que siempre lleva chaquetas de punto, pero me encantan. Su sonrisa me enternece el corazón y me estrecha entre sus brazos y me dice que se alegra mucho de verme. De camino a mi cuarto, me mira un instante y me pregunta: —¿Te has maquillado? —Sí, un poco. He estado experimentando —le explico. Él sonríe. www.lectulandia.com - Página 107
- Page 56 and 57: decir eso es tan socarrón que me d
- Page 58 and 59: —No voy a hacerte daño… Sólo
- Page 60 and 61: CAPÍTULO 19 No tengo ni idea de qu
- Page 62 and 63: Con algunos rezagados deambulando a
- Page 64 and 65: Y, ante el hecho de que ya soy inca
- Page 66 and 67: asiente y sale de la habitación. N
- Page 68 and 69: Me habla del partido de fútbol ame
- Page 70 and 71: CAPÍTULO 22 Antes de dirigirme a m
- Page 72 and 73: ebía, yo me escondía allí, y nad
- Page 74 and 75: lengua danza con la suya y en cómo
- Page 76 and 77: conocimos, aunque me dé vergüenza
- Page 78 and 79: sólo era mezquino con ella porque
- Page 80 and 81: ¿Cómo puede pasar de gritarme a e
- Page 82 and 83: —En absoluto —replico—. Sient
- Page 84 and 85: CAPÍTULO 24 Intento estudiar al vo
- Page 86 and 87: Regreso a mi habitación y me encue
- Page 88 and 89: —Esa música es espantosa. Se ech
- Page 90 and 91: CAPÍTULO 25 Nos desviamos por una
- Page 92 and 93: Mojarme los pies no me parece tan m
- Page 94 and 95: En un alarde de valentía, nado has
- Page 96 and 97: —¿Estás ansiosa? —Sonríe y y
- Page 98 and 99: espiración vuelva a la normalidad.
- Page 100 and 101: CAPÍTULO 26 La mano de Hardin sigu
- Page 102 and 103: —Tranquilo. Nos vemos mañana —
- Page 104 and 105: CAPÍTULO 27 Para cuando Steph regr
- Page 108 and 109: —Estás guapa —dice, y me da un
- Page 110 and 111: Dejo de besarlo y me aparto de su r
- Page 112 and 113: Nunca ha sido celoso; nunca ha teni
- Page 114 and 115: —No, pero es una larga historia.
- Page 116 and 117: para venir a verme e intentar «ayu
- Page 118 and 119: CAPÍTULO 30 Cuando volvemos a la m
- Page 120 and 121: —¡Debería habértela dado hace
- Page 122 and 123: CAPÍTULO 31 Intento apartarme de
- Page 124 and 125: «No puedo creer que me esté plant
- Page 126 and 127: —Ah —respondo. Se quita la cami
- Page 128 and 129: —No. Bueno, me encantaría verte
- Page 130 and 131: distancia entre nuestros cuerpos y
- Page 132 and 133: acaricia la sien con el pulgar. Me
- Page 134 and 135: cama en lugar de con Noah. Entonces
- Page 136 and 137: —Ya estás mojada. —Su voz es m
- Page 138 and 139: CAPÍTULO 35 Tengo calor, demasiado
- Page 140 and 141: —Noah, lo siento muchísimo, de v
- Page 142 and 143: CAPÍTULO 36 —¿Qué haces tú aq
- Page 144 and 145: demasiado rastrero incluso viniendo
- Page 146 and 147: —No hay comparación. ¿Es que no
- Page 148 and 149: hagas esto; ¡tiene novio, y no sab
- Page 150 and 151: Sé que todo eso es verdad, y que t
- Page 152 and 153: mí, se me ha quedado grabada. Mi m
- Page 154 and 155: Las medias de encaje me parecen dem
Hardin. Está fuerte y eso, pero es tan bueno que no me lo imagino golpeando a nadie.<br />
Agarro el brazo de Hardin y tiro de él para alejarlo de Landon. Él levanta la otra<br />
mano en el aire y me encojo, pero cuando se da cuenta de que soy yo, la baja y<br />
maldice entre dientes.<br />
—¡Déjalo en paz! —le grito, y me vuelvo hacia Landon.<br />
Él parece igual de furioso que Hardin, pero permanece sentado.<br />
—Métete en tus asuntos, Theresa —me suelta Hardin, y se va a su sitio.<br />
Debería sentarse en la parte de atrás o algo.<br />
Me siento entre ambos, me inclino hacia Landon y le susurro:<br />
—¿Estás bien? ¿A qué ha venido eso?<br />
Mira en dirección a Hardin y suspira.<br />
—Nada. Es que es un capullo, básicamente —dice en voz alta, y sonríe.<br />
Me río un poco y a continuación me pongo seria. Oigo la respiración agitada de<br />
Hardin a mi lado y se me ocurre una idea. Es algo infantil, pero pienso ponerla en<br />
práctica de todos modos.<br />
—¡Tengo buenas noticias! —le digo a Landon con mi voz alegre más falsa.<br />
—¿En serio? ¿El qué?<br />
—¡Noah va a venir a visitarme hoy, y pasará aquí el fin de semana! —digo, y<br />
sonrío mientras aplaudo de alegría. Soy consciente de que me estoy pasando, pero sé<br />
que Hardin me está mirando y me ha oído.<br />
—¿En serio? ¡Eso es genial! —dice Landon con sinceridad.<br />
La clase empieza y termina sin que Hardin me diga ni una palabra. Así es como<br />
van a ser las cosas a partir de ahora, y me parece bien. Le deseo a Landon un buen fin<br />
de semana y vuelvo caminando a mi habitación para retocarme el maquillaje y<br />
comprar algo de comer antes de que llegue Noah. Me río un poco de mí misma<br />
mientras me arreglo. «¿Desde cuándo soy la clase de chica que tiene que “retocarse el<br />
maquillaje” antes de que llegue su novio?» Creo que la experiencia con Hardin aquel<br />
día en el arroyo me cambió, aunque el daño que me hizo después me cambió todavía<br />
más. El maquillaje no es más que una ligera variación, pero sé que está ahí.<br />
Como y ordeno un poco el cuarto. Doblo la ropa de Steph y la guardo en<br />
su armario esperando que no le moleste. Por fin, Noah me manda un mensaje<br />
para anunciarme que ya ha llegado, y salto de la cama, donde estaba<br />
descansando, y salgo corriendo a recibirlo. Está más guapo que nunca, con unos<br />
pantalones azul marino y una chaqueta de punto de color crema y una camisa blanca<br />
debajo. La verdad es que siempre lleva chaquetas de punto, pero me encantan. Su<br />
sonrisa me enternece el corazón y me estrecha entre sus brazos y me dice que se<br />
alegra mucho de verme.<br />
De camino a mi cuarto, me mira un instante y me pregunta:<br />
—¿Te has maquillado?<br />
—Sí, un poco. He estado experimentando —le explico.<br />
Él sonríe.<br />
www.lectulandia.com - Página 107