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EL SECRETO DE SU<br />
EXITO ES LA SENCILLEZ<br />
DE LA RECETA<br />
Aunque la elaboración de la receta nos llevará<br />
no más de 30 minutos, es importante destacar que<br />
en medio del proceso, deberá reposar la “masa” de<br />
un día para otro. Por ejemplo, si la hacemos por la<br />
tarde, deberá reposar hasta la mañana siguiente. Comenzamos<br />
separando unos 400 ml. de leche en una<br />
taza y vamos añadiendo poco a poco la harina, al mismo<br />
tiempo que removemos. Lo hacemos de manera que no<br />
nos queden grumos en la mezcla. Puedes usar también mitad<br />
harina de trigo (60 gr.) y mitad de Maizena (60 gr.), de este modo<br />
espesará luego más rápido.<br />
Batimos 2 huevos y los incorporamos a la mezcla anterior.<br />
Removemos bien para que la mezcla quede perfectamente<br />
integrada y sin grumos. Lavamos el limón y<br />
pelamos finamente la piel, procurando que no lleve la<br />
parte interior blanca, que dará amargor a la leche. Ponemos<br />
el resto de la leche (600 ml.) a calentar en una<br />
olla y añadimos la piel de limón. Puedes echarle también<br />
una pizca de sal. En cuanto comience el primer<br />
hervor, bajamos a fuego medio y retiramos la cáscara<br />
de limón.<br />
Después vamos incorporando a la olla la mezcla<br />
de los primeros pasos de la receta, poco a poco y<br />
removiendo sin parar para evitar la formación de los<br />
grumos. Es importante también no parar de remover<br />
en ningún momento ya que no queremos que se nos<br />
queme o pegue a la olla. Nos tiene que resultar una
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