Iberia Magazine Nº 13 Edición

UN SABOR SINGULAR,
CONVERTIDO EN MARCA
22 ● Iberia Magazine
H
ablar de la historia del kétchup sin duda
es hablar de Henry John Heinz, quien
desde los 16 años se dedicaba al cultivo
de sus propias semillas de vegetales
y al mantenimiento de jardines. El
resultado de sus cosechas era vendido
a sus vecinos de Pittsburgh, Estados
Unidos. En 1869, forma una sociedad
con L.C. Noble y crea la Heinz, Noble &
Company, que inicialmente se especializó
en el cultivo de picantes en un pequeño
pueblo Pensilvania. En 1872 se
une un nuevo socio, E.J. Noble, y se diversifica
la cartera de productos con
pickles, vinagres y salsas de apios. Pero
no funciona la idea, la empresa se fue
a la bancarrota y Heinz junto a su hermano
y un primo, crean de las cenizas
la H & J Heinz Company. Más tarde, la
empresa se transforma en F & J Heinz
(en 1876), y sus productos comenzaron
a llegar a todas las regiones importantes
de los Estados Unidos. Fue ese
el momento en el que Heinz introdujo
en el mercado un singular producto
llamado kétchup que tenía un sabor
muy especial. A partir de ese momento
comienza a gestarse el nacimiento de
todo un icono mundial en forma de
salsa.
Antes de la receta de Heinz, el kétchup
de tomate era aguado y bastante
líquido, porque que se utilizaban muchos
tomates inmaduros que eran bajos
en pectina. Pero luego, Heinz descubre
que usando tomates maduros, vinagre,
sal y azúcar, lograba en una misma salsa
sabores dulces, salados y ácidos, tal cual
como la conocemos hoy en día.
Ese sabor ha conseguido que, por
citar sólo un dato, en EEUU el kétchup
lo consuma casi el 97% de la población
y la media por habitante está en un
litro al año. Además, actualmente en
Estados Unidos, el uso de la palabra
kétchup está restringida solo a aquellos
productos en los que la viscosidad
no sea lograda en base a químicos,