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vino, en un camioncito. Una vez<br />
estaban arreglando el club, así que<br />
habían trasladado las cantinas<br />
atrás del edificio, en un galpón.<br />
Siempre a eso de las dos de la<br />
tarde, luego del almuerzo íbamos a<br />
tomar café a ese lugar y cuando salí,<br />
unos graciosos me habían descargado<br />
todos los cajones de vino<br />
del camión, tuve que volver a cargar<br />
todo.<br />
- ¿Además del Racing, cómo eran<br />
tus salidas de adolescente?<br />
- Estaban las noches de tertulias los<br />
días domingo en el Centro de Empleados<br />
de Comercio, que a veces<br />
los organizaba en el teatro Español<br />
y donde también se hacían los bailes<br />
de carnaval. También iba a club<br />
Gimnasia, donde ahora está la<br />
Sociedad Francesa. Fue en una kermesse<br />
que se hizo en la Sociedad<br />
Francesa donde saqué a bailar a<br />
quien hoy es mi señora.<br />
Trabajos de adulto<br />
Después de estar en el Club Racing<br />
tuve un bazar, en la calle San Lorenzo.<br />
Luego, en la calle San Lorenzo<br />
e Ituzaingó, instalamos un bodegón.<br />
Ahí paraban todos los bolseros<br />
que trabajaban en los molinos,<br />
porque en esa calle estaba el<br />
local del sindicato.<br />
Lo del bodegón fue así. Una vez, el<br />
negro Tibessio, un gran amigo, me<br />
recomendó abrir un negocio cerca,<br />
había que poner 10 mil pesos. “Vos<br />
no te hagas problema, yo te los<br />
presto”, me dijo Tibessio. Cuando<br />
estábamos en los trámites, Tibessio<br />
se compró una casa y tuvo que<br />
poner la plata. “No te hagas problema”,<br />
me volvió a decir. La cosa es<br />
que cuando estábamos en el escritorio,<br />
al final dos amigos me prestaron<br />
5 mil cada uno y así arranqué<br />
con el negocio. Trabajábamos dos,<br />
con Baldasarre que tenía una carnicería.<br />
Era bodegón y algo de bazar.<br />
Para el año nuevo compraron la<br />
lotería y Baldasarre saca la grande,<br />
lo que vino bien para pagar los 10<br />
mil pesos que debíamos del local.<br />
Luego compramos algunos artefactos<br />
y un terreno cercano.<br />
También me quedé con el reparto<br />
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de vino “Compadre”, para lo que<br />
compramos un camioncito.<br />
Una vez iba a instalarse una distribuidora<br />
en Chivilcoy donde estaban<br />
unos amigos, entre ellos el<br />
“negro” Tibessio y me animan a<br />
acompañarlos, así que acepté.<br />
Vendí el camioncito para poner mi<br />
parte del dinero. Ya estaba en<br />
Chivilcoy desde hace tiempo la distribuidora<br />
de Pierdoménico. Al<br />
tiempo, los nuevos se fueron porque<br />
no podían competir, Pierdoménico<br />
compraba diez vagones de<br />
azúcar y la nuestra, una. Qué íbamos<br />
a competir contra eso.<br />
Luego, algunos de mis amigos se<br />
pusieron a vender autos nuevos de<br />
la Chevrolet . Fue por ese tiempo<br />
cuando Julio Cánepa le compró la