Revista Digital Hombres Top

12.05.2018 Views

Actualidad TRES MENTALIDADES MASCULINAS QUE MANTIENEN EL TECHO DE CRISTAL Se escribe tantísimo sobre igualdad de género que ni se puede leer todo ni, francamente, merece la pena hacerlo. Pero de vez en cuando se encuentra algún ángulo nuevo interesante. Por ejemplo, saber qué opinan realmente los hombres directivos del avance de las mujeres a posiciones ejecutivas en las empresas: es decir, qué opinan “de verdad”, más allá de la posición “políticamente correcta” por la que todos, en público, se muestran favorables. Detrás del Techo de Cristal Entender qué ideas hay detrás del “techo de cristal” (esa barrera invisible que dificulta la llegada de más mujeres a posiciones directivas). Un estudio que lleva el título de “Women in Executive Positions: Barriers and Bridges” recoge las conclusiones de una investigación a través de entrevistas con más de 500 hombres y mujeres directivas de empresas grandes y medianas. En todos los casos, las personas participantes tenían puestos de responsabilidad con equipos de al menos 20 personas bajo su cargo. Los resultados de la investigación han mostrado que todos los participantes estaban de acuerdo en el valor estratégico de la presencia de mujeres en la alta dirección pero, sin embargo, tenían serias dudas sobre la posibilidad de lograr avances reales. En el colectivo de hombres se identificaron varias ideas preconcebidas que contribuyen al techo de cristal: 1. Incompatibilidad de trabajo y familia (algo que desmienten los datos porque hay tanto hombres como mujeres con hijos en las más altas posiciones de responsabilidad); 2. Continuidad de carrera como imprescindible (también falso porque hay muchos hombres directivos que han tenido ausencias temporales del trabajo). 3. Carrera secuencial escalón a escalón (los datos muestran que esto es cierto pero sólo para las mujeres porque muchos hombres directivos han escalado varias posiciones simultáneamente). Tres Mentalidades Básicas entre los Hombres Directivos Además de detallar esas ideas preconcebidas, el estudio se detiene en la identificación y caracterización de 3 mentalidades básicas entre los hombres directivos: 1. Mentalidad conservadora Consiste en un rechazo a la presencia de mujeres. Aunque no lo compartan en público, estos hombres creen que el mundo empresarial es conservador por naturaleza y requiere de ejecutivos con una familia estable que proporcione un adecuado “descanso del guerrero”. Consideran que las mujeres que optan a la cima tienden a ser demasiado rudas con los demás, y no consideran que tengan buenas competencias sociales. Esta mentalidad conservadora excluye a las mujeres en nombre del buen funcionamiento del sistema económico y de la tradición. 2. Mentalidad emancipada Estos hombres creen de verdad en la igualdad de derechos a todos los niveles. Sin embargo, consideran que los puestos de primer nivel requieren mucha dureza porque hay que lidiar con la presión de los resultados a corto plazo. Y ahí, las mujeres no se manejan bien: no tanto porque no puedan ser duras, sino porque eso no es lo que se espera de ellas ni el ambiente en el que se han socializado. Los hombres comparten unos rituales verbales por los que alardean de sus éxitos personales y se hacen demostraciones de poder y dureza (como todos esos abrazotes y golpetadas). Ellas, en cambio, carecen de todo ese aprendizaje y cuando juegan duro son objeto de severas críticas. 12 HOMBRES TOP

Actualidad Este tipo de mentalidad masculina, aunque cree en la igualdad, considera que son los roles sociales los que excluyen, en la práctica, a las mujeres de los primeros niveles organizativos. 3. Mentalidad individualista Estos hombres piensan que el género no importa; sólo cuenta la personalidad individual. Para ellos, lo único que realmente ocurre es que muchas mujeres deciden optar por la familia y no quieren, en realidad, desarrollar carrera directiva. En definitiva, hay pocas mujeres dispuestas a llegar a la alta dirección. Las empresas no tienen arte ni parte en esta historia. Corresponde, en todo caso, a la sociedad y los políticos poner en marcha acciones para cambiar ese estado de cosas. Esta tercera mentalidad excluye a las mujeres bajo la asunción de que son ellas las que no quieren llegar. Los 3 tipos de mentalidades descritos coexisten en las mismas compañías. Forman parte de un ecosistema mental que se manifiesta con distintas formas y excusas cuando llega el momento de la verdad de tomar una decisión sobre un nuevo nombramiento en un puesto ejecutivo. Este estudio ayuda a entender mejor qué circula por las cabezas de muchos directivos y a partir de ahí desarrollar estrategias para involucrar a los hombres en la igualdad de género en las empresas. Porque sin ellos, no habrá avances. Pero sería un error sacar como conclusión que el problema de las mujeres en la empresa son los hombres. Es más bien la organización del trabajo, la definición del liderazgo, y las ideas sobre el género, que tanto hombres como mujeres compartimos por socialización, lo que realmente mantiene el estado actual de cosas. HOMBRES TOP 13

Actualidad<br />

TRES MENTALIDADES MASCULINAS<br />

QUE MANTIENEN EL TECHO DE CRISTAL<br />

Se escribe tantísimo sobre igualdad de<br />

género que ni se puede leer todo ni,<br />

francamente, merece la pena hacerlo.<br />

Pero de vez en cuando se encuentra<br />

algún ángulo nuevo interesante.<br />

Por ejemplo, saber qué opinan realmente<br />

los hombres directivos del avance de<br />

las mujeres a posiciones ejecutivas en<br />

las empresas: es decir, qué opinan<br />

“de verdad”, más allá de la posición<br />

“políticamente correcta” por la que todos,<br />

en público, se muestran favorables.<br />

Detrás del Techo de Cristal<br />

Entender qué ideas hay detrás del “techo<br />

de cristal” (esa barrera invisible que<br />

dificulta la llegada de más mujeres a<br />

posiciones directivas).<br />

Un estudio que lleva el título de “Women<br />

in Executive Positions: Barriers and<br />

Bridges” recoge las conclusiones de<br />

una investigación a través de entrevistas<br />

con más de 500 hombres y mujeres<br />

directivas de empresas grandes y<br />

medianas. En todos los casos, las<br />

personas participantes tenían puestos<br />

de responsabilidad con equipos de al<br />

menos 20 personas bajo su cargo.<br />

Los resultados de la investigación han<br />

mostrado que todos los participantes<br />

estaban de acuerdo en el valor<br />

estratégico de la presencia de mujeres<br />

en la alta dirección pero, sin embargo,<br />

tenían serias dudas sobre la posibilidad<br />

de lograr avances reales.<br />

En el colectivo de hombres se<br />

identificaron varias ideas preconcebidas<br />

que contribuyen al techo de cristal:<br />

1. Incompatibilidad de trabajo y familia<br />

(algo que desmienten los datos<br />

porque hay tanto hombres como<br />

mujeres con hijos en las más altas<br />

posiciones de responsabilidad);<br />

2. Continuidad de carrera como<br />

imprescindible (también falso porque<br />

hay muchos hombres directivos que<br />

han tenido ausencias temporales del<br />

trabajo).<br />

3. Carrera secuencial escalón a<br />

escalón (los datos muestran que esto<br />

es cierto pero sólo para las mujeres<br />

porque muchos hombres directivos<br />

han escalado varias posiciones<br />

simultáneamente).<br />

Tres Mentalidades Básicas entre los<br />

<strong>Hombres</strong> Directivos<br />

Además de detallar esas ideas<br />

preconcebidas, el estudio se detiene en<br />

la identificación y caracterización de 3<br />

mentalidades básicas entre los hombres<br />

directivos:<br />

1. Mentalidad conservadora<br />

Consiste en un rechazo a la presencia<br />

de mujeres. Aunque no lo compartan<br />

en público, estos hombres creen que el<br />

mundo empresarial es conservador por<br />

naturaleza y requiere de ejecutivos con<br />

una familia estable que proporcione un<br />

adecuado “descanso del guerrero”.<br />

Consideran que las mujeres que optan a<br />

la cima tienden a ser demasiado rudas<br />

con los demás, y no consideran que<br />

tengan buenas competencias sociales.<br />

Esta mentalidad conservadora excluye<br />

a las mujeres en nombre del buen<br />

funcionamiento del sistema económico y<br />

de la tradición.<br />

2. Mentalidad emancipada<br />

Estos hombres creen de verdad en la<br />

igualdad de derechos a todos los niveles.<br />

Sin embargo, consideran que los puestos<br />

de primer nivel requieren mucha dureza<br />

porque hay que lidiar con la presión de<br />

los resultados a corto plazo. Y ahí, las<br />

mujeres no se manejan bien: no tanto<br />

porque no puedan ser duras, sino porque<br />

eso no es lo que se espera de ellas ni el<br />

ambiente en el que se han socializado.<br />

Los hombres comparten unos rituales<br />

verbales por los que alardean de<br />

sus éxitos personales y se hacen<br />

demostraciones de poder y dureza (como<br />

todos esos abrazotes y golpetadas).<br />

Ellas, en cambio, carecen de todo ese<br />

aprendizaje y cuando juegan duro son<br />

objeto de severas críticas.<br />

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