A sangre fría - Truman Capote
A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este. A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.
la casa aquella.» (Dick se había reído y confesó un resentimiento análogo: «No me quito de la cabeza qué divertido si mi segunda mujer hubiera estado allí también. Ella y toda la mierda de su familia.») No; valoraba la carta sólo porque su amigo de cárcel el superinteligente Willie- Jay había escrito para él un «muy sentido» análisis que ocupaba dos páginas escritas a máquina a un espacio, con el título «Impresiones que yo saqué de la carta» en la parte superior. IMPRESIONES QUE YO SAQUE DE LA CARTA: 1) Al empezar la carta, ella había decidido que debía ser una piadosa demostración de los principios cristianos. Es decir, que en contestación a tu carta que, al parecer, le resultó irritante, quería presentar la otra mejilla esperando así despertar tu remordimiento por la carta anterior y ponerte a la defensiva para la próxima. Sin embargo, pocas personas son capaces de demostrar un principio de ética común cuando su deliberación está envenenada de emociones. Tu hermana demuestra su fracaso porque a medida que la carta avanza, la razón deja paso al impulso. Los conceptos son correctos productos lúcidos de la inteligencia, pero no de una inteligencia imparcial, impersonal. Es una mente impulsada emotivamente por el recuerdo y la frustración; por consiguiente, por muy sabias que sus amonestaciones sean, fracasan en su propósito de inspirar una decisión, a no ser la decisión de devolverle la jugada zahiriéndola tú a tu vez en la próxima carta. Dando así comienzo a un ciclo que sólo puede culminar en una cólera y una angustia aún mayores. 2) Es una carta tonta, producto del error humano. Ni la carta que tú le escribiste ni esta contestación de ella logran su objetivo. Tu carta era un intento de explicar tu forma de considerar la vida y por la cual estás necesariamente influido. Estaba fatalmente destinada a no ser comprendida o a ser tomada textualmente porque tus ideas son opuestas al convencionalismo. ¿Y qué puede haber más convencional que un ama de casa con tres hijos, que vive «entregada» a su familia? Nada más natural que no pueda aceptar a una persona anticonvencional. Hay, en el convencionalismo, una dosis considerable de hipocresía. Toda persona que piense, se da cuenta de esta paradoja, pero cuando hay que tratar con gentes convencionales se sale con ventaja tratándolas como si no fueran hipócritas. No es cuestión de fidelidad a los propios conceptos, es cuestión de compromiso para poder seguir siendo un individuo sin la constante amenaza de las presiones convencionales. Su carta falla porque tu hermana no logró concebir la profundidad de tu problema, no podía intuir las presiones ejercidas sobre ti por el ambiente, la frustración intelectual y una creciente tendencia al aislacionismo. 3) Ella siente que: a) Tú tiendes demasiado a la autoconmiseración. b) Eres demasiado calculador. c) No te mereces una carta de ocho páginas, que escribió interrumpiendo sus deberes de madre. 4) En la página tercera escribe: "Sinceramente sostengo que ninguno de nosotros puede echar la culpa a nadie, etc.», reivindicando así a aquellos que tuvieron influencia sobre ella en los años formativos. Pero, ¿es ésa toda la verdad? Es mujer y madre. Respetable y con una posición más o menos segura. Es fácil no hacer caso de la lluvia si se posee un impermeable. Pero, ¿qué pasaría si en vez de esto tuviera que ganarse la vida fuera de su casa? ¡Tendría 94
tantas ganas de ser indulgente para con las personas de su pasado? Desde luego que no. Nada es tan común como creer que los demás tienen parte de culpa de nuestros fracasos, del mismo modo que es también una reacción corriente olvidarnos de aquellos que han tenido algo que ver en nuestros éxitos. 5) Tu hermana respeta a tu padre. También le duele el hecho de que te prefiera a ti. Sus celos toman una forma sutil en la carta. Entre líneas se lee una pregunta: "Quiero a papá y he tratado de vivir de modo que él pudiera sentirse orgulloso de su hija. Pero he tenido que contentarme con las migajas de su cariño: es a ti a quien él quiere, ¿por qué?” Está claro que con el paso de los años la figura de tu padre ha sido grandemente mejorada a los ojos de tu hermana, gracias a la correspondencia y a la naturaleza emotiva de tu hermana. Perfilando una imagen que justifica la opinión que tiene de él: un pobre diablo con la cruz de un hijo ingrato a cuestas sobre el que él ha derramado afectos y cuidados para ser, a cambio, tratado de modo infame por ese hijo. En la página 7 dice que lamenta que la carta haya de pasar por censura. Pero honestamente, no lamenta nada. Le encanta que pase por las manos de un censor. Inconscientemente la ha escrito con el censor en la cabeza, esperando convencerle de la idea de que la familia Smith es una familia de bien: «Por favor, no nos juzgue a todos por Perry.” En cuanto a la madre que cura de un beso la pupa de su nene es una forma femenina de sarcasmo. 6) Tú le escribiste porque: a) A tu manera la aprecias. b) Sentiste necesidad de este contacto con el mundo exterior. c) Te puede ser útil. Prognosis: La correspondencia entra tu hermana y tú no puede servir para nada más que para cumplir una mera función social. Mantén la temática de tus cartas dentro del radio de su comprensión. No le descubras tus conclusiones personales. No la pongas a la defensiva ni permitas que ella te ponga a la defensiva a ti. Respeta las limitaciones que le impiden comprender tus objetivos y recuerda que es sensible a las críticas contra tu padre. Sé consecuente en tu actitud hacia ella y no hagas nada que pueda aumentar su impresión de que tú eres débil, no porque necesites su buena disposición sino porque podrías recibir otras cartas como ésta que sólo pueden servir para aumentar tus ya peligrosos instintos antisociales. A medida que Perry continuaba sacando y escogiendo el montón de material que consideraba demasiado querido para separarse de él, éste se iba haciendo más alto y vacilante. Pero, ¿qué podía hacer? No podía arriesgarse a perder la medalla de bronce ganada en la guerra de Corea ni su título de bachiller (concedido por la Junta de Educación de Leavenworth County como resultado de haber terminado en prisión sus estudios, tanto tiempo abandonados). Tampoco quería correr el riesgo de perder un sobre amarillento hinchado de fotografías: principalmente de él mismo, que iban desde el retrato de un guapo muchachito de cuando estaba en la Marina Mercante (y en cuyo dorso había escrito «16 años. Joven, despreocupado, irresponsable e inocente») hasta las recientes fotos de Acapulco. Y había, además, medio centenar de otras menudencias que tenía decidido llevarse consigo, entre ellas sus mapas de tesoros, el cuaderno de dibujo de Otto y dos cuadernos más, el más grueso de los cuales era su diccionario personal, una miscelánea de palabras sin orden alfabético que a él le parecían «bonitas» o «útiles» o por lo menos «dignas de recordar». (Página de ejemplo: 95
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tantas ganas de ser indulgente para con las personas de su pasado? Desde luego que no. Nada<br />
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tratado de vivir de modo que él pudiera sentirse orgulloso de su hija. Pero he tenido que<br />
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Está claro que con el paso de los años la figura de tu padre ha sido grandemente<br />
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tu hermana. Perfilando una imagen que justifica la opinión que tiene de él: un pobre diablo<br />
con la cruz de un hijo ingrato a cuestas sobre el que él ha derramado afectos y cuidados para<br />
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En la página 7 dice que lamenta que la carta haya de pasar por censura. Pero<br />
honestamente, no lamenta nada. Le encanta que pase por las manos de un censor.<br />
Inconscientemente la ha escrito con el censor en la cabeza, esperando convencerle de la idea<br />
de que la familia Smith es una familia de bien: «Por favor, no nos juzgue a todos por Perry.”<br />
En cuanto a la madre que cura de un beso la pupa de su nene es una forma femenina de<br />
sarcasmo.<br />
6) Tú le escribiste porque:<br />
a) A tu manera la aprecias.<br />
b) Sentiste necesidad de este contacto con el mundo exterior.<br />
c) Te puede ser útil.<br />
Prognosis: La correspondencia entra tu hermana y tú no puede servir para nada más que<br />
para cumplir una mera función social. Mantén la temática de tus cartas dentro del radio de su<br />
comprensión. No le descubras tus conclusiones personales. No la pongas a la defensiva ni<br />
permitas que ella te ponga a la defensiva a ti. Respeta las limitaciones que le impiden<br />
comprender tus objetivos y recuerda que es sensible a las críticas contra tu padre. Sé<br />
consecuente en tu actitud hacia ella y no hagas nada que pueda aumentar su impresión de que<br />
tú eres débil, no porque necesites su buena disposición sino porque podrías recibir otras cartas<br />
como ésta que sólo pueden servir para aumentar tus ya peligrosos instintos antisociales.<br />
A medida que Perry continuaba sacando y escogiendo el montón de material que<br />
consideraba demasiado querido para separarse de él, éste se iba haciendo más alto y vacilante.<br />
Pero, ¿qué podía hacer? No podía arriesgarse a perder la medalla de bronce ganada en la<br />
guerra de Corea ni su título de bachiller (concedido por la Junta de Educación de<br />
Leavenworth County como resultado de haber terminado en prisión sus estudios, tanto tiempo<br />
abandonados). Tampoco quería correr el riesgo de perder un sobre amarillento hinchado de<br />
fotografías: principalmente de él mismo, que iban desde el retrato de un guapo muchachito de<br />
cuando estaba en la Marina Mercante (y en cuyo dorso había escrito «16 años. Joven,<br />
despreocupado, irresponsable e inocente») hasta las recientes fotos de Acapulco. Y había,<br />
además, medio centenar de otras menudencias que tenía decidido llevarse consigo, entre ellas<br />
sus mapas de tesoros, el cuaderno de dibujo de Otto y dos cuadernos más, el más grueso de<br />
los cuales era su diccionario personal, una miscelánea de palabras sin orden alfabético que a<br />
él le parecían «bonitas» o «útiles» o por lo menos «dignas de recordar». (Página de ejemplo:<br />
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