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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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Perry se interrumpió. No podía dejar de advertir que Dick, ocupado en hurgarse las uñas<br />

con el diente del tenedor, no estaba nada interesado en su sueño.<br />

-¿Y entonces? -dijo Dick-. ¿Te traga la serpiente o qué?<br />

-¡Qué más da! No tiene importancia.<br />

¡Claro que la tenía! El final era muy importante, lo que más íntimo placer le producía.<br />

Una vez se lo contó a su amigo Willie-Jay, le explicó cómo era el pájaro enorme, aquella<br />

«especie de papagayo amarillo». Claro que Willie-Jay era distinto, era sensible, era un<br />

«santo». El le hubiera comprendido, pero ¿Dick? Dick se hubiera reído. Y Perry no lo podía<br />

soportar: que nadie se riera de aquel papagayo que había volado por primera vez en sus<br />

sueños cuando sólo tenía siete años y no era más que un chiquillo mestizo, odiado y lleno de<br />

odio, en un orfelinato de monjas, verdugos amortajados que le azotaban porque se meaba en<br />

la cama. Fue precisamente después de una de esas palizas, una que no podría nunca olvidar<br />

(«Me despertó. Tenía una linterna y empezó a darme golpes con ella. Siguió pegándome y<br />

pegándome. La linterna se le rompió, y siguió pegándome a oscuras»), cuando apareció el<br />

gran pájaro amarillo. Llegó mientras dormía, un pájaro «más alto que Cristo, amarillo como<br />

un girasol», un ángel guerrero que dejó ciegas a las monjas a picotazos, «les comió los ojos y<br />

las mató mientras le rogaban que tuviera piedad» y entonces se lo llevó a él suavemente,<br />

estrechándolo en sus alas, al «paraíso».<br />

A medida que transcurrían los años, iban cambiando los particulares tormentos de que<br />

el pájaro le libraba. Otras cosas (niños mayores, su padre, una novia infiel, un sargento que<br />

conoció en el servicio militar) reemplazaban a las monjas, pero el pájaro, su vengador alado,<br />

reaparecía siempre. De modo que la serpiente, que custodiaba el árbol de los diamantes, no<br />

acababa nunca devorándolo y en cambio era ella la devorada. Y luego, ¡la maravillosa<br />

ascensión! A un paraíso que en una versión no era más que una «sensación», una sensación de<br />

poder, de superioridad inatacable, y en otras se transformaba en un «lugar verdadero», como<br />

en una película. «Quizá fuera efectivamente en una película donde lo vi, quizá sólo lo<br />

recordara de verlo en una película. Porque, ¿en qué otro lugar pude haber visto un jardín así?<br />

¿Con escalinatas de mármol? ¿Y fuentes? Y allá lejos, abajo, yendo hasta el final del jardín,<br />

se ve el océano. ¡Fantástico! Como allá por Carmel, en California. Y lo mejor de todo aún...,<br />

bueno, pues es una mesa muy larga. ¡No puedes imaginar la cantidad de comida que hay!<br />

Ostras. Pavos. Salchichas. Fruta como para hacer un millón de macedonias. Y, oye, todo a tu<br />

disposición. Quiero decir que no hay que tener miedo de tocarlo. Puedo comer tanto como<br />

quiera y no me cuesta un céntimo. Por eso sé dónde me encuentro.”<br />

Dick murmuró:<br />

-Yo soy una persona normal. Y sólo sueño con pollos dorados. Y hablando de pollos,<br />

¿conoces aquello de la pesadilla de la cabra?<br />

Así era Dick, siempre con un chiste verde a punto sobre cualquier tema. Pero sabía<br />

contarlos tan bien que Perry, a pesar de que en cierta medida era un mojigato, no pudo dejar<br />

de reírse como siempre.<br />

Hablando de su amistad con Nancy Clutter, Susan Kidwell dijo: -Éramos como<br />

hermanas. Por lo menos así lo consideraba yo..., como si fuera mi hermana. No podía ni<br />

asistir a clase, por lo menos aquellos primeros días. No volví a la escuela hasta después del<br />

funeral. Y lo mismo hizo Bobby Rupp. Durante un tiempo, después de aquello, Bobby y yo<br />

estábamos juntos. Es un chico agradable, de gran corazón, pero hasta entonces nunca le había<br />

ocurrido nada muy terrible. Nada como perder a una persona querida. Y además, encima,<br />

tener que someterse al detector de mentiras. Y no digo que eso le amargara, no, ya que sabía<br />

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