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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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deportes, que venían a continuación. Cuando terminó la crónica deportiva, eran las diez y<br />

media y me levanté para marcharme. Nancy me acompañó hasta afuera. Charlamos un poco y<br />

quedamos en ir al cine el domingo por la noche a ver una película que todas las chicas se<br />

morían por ver: Blue Denim. Luego se metió en casa corriendo y yo me marché en el coche.<br />

Tanto brillaba la luna que la noche era clara como el día. Hacía frío y un poco de viento. Los<br />

cardos volaban por doquier. Pero no vi nada más. Sólo ahora cuando lo pienso, creo que<br />

alguien debía de estar por allí escondido. Quizás abajo, entre los árboles. Alguien que estaba<br />

esperando a que yo me marchara.<br />

Los viajeros se detuvieron a cenar en un restaurante de Great Bend. Perry, reducido a<br />

sus últimos quince dólares, iba a pedir root beer y un bocadillo, pero Dick se opuso diciendo<br />

que necesitaban llenar la tripa y que no se preocupara por la cuenta, que eso era asunto suyo.<br />

Pidieron dos filetes no muy hechos, con patatas al horno, ruedas de cebolla, patatas fritas,<br />

succotash 1 , macarrones y maíz, ensalada con mayonesa picante «Mil islas», bollitos de canela,<br />

tarta de manzana, helado y café. Y para rematarlo, entraron en una tienda a escoger puros. En<br />

la misma tienda, compraron también dos gruesos rollos de cinta adhesiva.<br />

Mientras el Chevrolet negro ganaba otra vez la autopista y corría a través de una<br />

campiña que ascendía imperceptiblemente hacia el clima más frío y seco de los altos trigales,<br />

Perry cerró los ojos y el sopor tras la comilona se fue apoderando de él hasta que quedó medio<br />

dormido; despertó al oír la voz que daba las noticias de las once. Bajó la ventanilla y bañó su<br />

rostro en el aire fresco. Dick le dijo que estaban en el condado de Finney.<br />

-Cruzamos la frontera hace dieciséis kilómetros -explicó.<br />

El coche iba a gran velocidad. Los carteles publicitarios, relumbraban al pasar: «Vean<br />

los osos polares», «Motores Burtis», «La mayor piscina gratuita del mundo», «Motel Los<br />

Trigales» y por último, un poco antes de que comenzara la iluminación de la calle: «Hola,<br />

forastero. Bienvenido a Garden City, la ciudad te abre sus puertas.”<br />

Bordearon la periferia norte de la ciudad. No había nadie por allí a aquella hora, era casi<br />

medianoche. No había nada abierto a no ser una hilera de gasolineras que brillaban desoladas.<br />

Dick entró en una Hurd's Phillips 66. Apareció un chico y preguntó:<br />

-¿Lo lleno?<br />

Dick asintió y Perry salió del coche, entró en el pequeño edificio y se encerró en el<br />

retrete. Le dolían las piernas corno tantas veces, le dolían como si aquel antiguo accidente le<br />

hubiese sucedido cinco minutos antes. Tomó tres aspirinas del frasco que llevaba, las masticó<br />

lentamente (porque le gustaban) y bebió un poco de agua del grifo del lavabo. Se sentó en el<br />

retrete, estiró las piernas y se las frotó, dándose un masaje en las rodillas que casi no podía<br />

doblar. Dick había dicho que faltaba poco, «sólo once kilómetros más». Corrió la cremallera<br />

de un bolsillo de su guerrera y sacó una bolsa de papel; contenía los guantes de goma recién<br />

comprados. Eran pegajosos y delgados, recubiertos de una sustancia viscosa y, al probárselos,<br />

uno se rasgó un poco; no era una rotura grave, sólo un pequeño corte entre los dedos, pero a él<br />

le pareció de mal agüero.<br />

El pomo de la puerta giró, con una sacudida.<br />

-¿Quieres caramelos? -le preguntó Dick-. Ahí afuera hay una máquina automática.<br />

-No.<br />

1 Guiso de maíz. (N. del T.)<br />

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