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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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utensilios en desorden amén de alguno de sus trabajos en curso como un sistema de<br />

amplificadores y un viejo gramófono averiado.<br />

Físicamente, Kenyon no se parecía a sus padres. Su pelo corto era color cáñamo, medía<br />

metro ochenta y aunque delgado, era lo bastante fuerte como para llevar a cuestas (lo hizo en<br />

cierta ocasión), contra ventisca y a tres kilómetros de distancia, un par de ovejas adultas. Sí,<br />

era fuerte y robusto, pero con esa falta de coordinación muscular muy propia de los jovencitos<br />

espigados. Este defecto, agravado por la imposibilidad de prescindir de las gafas, le impedía<br />

tomar parte activa en los deportes de equipo (baloncesto, béisbol), diversión principal de los<br />

muchachos que hubieran podido ser sus amigos. Sólo tenía un amigo íntimo, Bob Jones, hijo<br />

de Taylor Jones, cuya finca se hallaba más al oeste, a dos kilómetros de la casa de los Clutter.<br />

Allá, por la Kansas rural, los muchachos empiezan a conducir muy pronto y Kenyon sólo<br />

tenía once años cuando su padre le dio permiso para que comprara, con dinero que había<br />

ganado cuidando ovejas, un viejo camión con motor modelo A, el Vagón Coyote, como él y<br />

Bob le llamaban. No muy lejos de la finca River Valley, hay una misteriosa zona de terreno<br />

llamada Sand Hills que es como una playa sin océano y por la noche los coyotes se deslizan<br />

entre las dunas y se reúnen en manadas para aullar. En noches de luna clara, los dos chicos<br />

conducían el camión contra los coyotes, los ponían en fuga intentando darles alcance, cosa<br />

que raramente conseguían, porque un coyote puede correr a ochenta por hora y el camión no<br />

pasaba de los cincuenta. Pero, de todos modos, era un juego magnífico: el camión<br />

deslizándose sobre la arena y los coyotes huyendo contra la luna; como decía Bob, le ponía a<br />

uno el corazón a galope.<br />

Igualmente embriagador, pero más lucrativo, era cazar conejos. Kenyon era un buen<br />

tirador y su amigo mejor aún, de modo que entre los dos a veces entregaban medio centenar<br />

de conejos a la «fábrica de los conejos», industria de Garden City donde les pagaban diez<br />

centavos por cabeza; allí los congelaban y mandaban a los criaderos de visón. Pero lo que más<br />

contaba para Kenyon, y también para Bob, eran aquellos fines de semana, partidas de caza<br />

que duraban dos días enteros vagando a la ventura a lo largo de la orilla del río, durmiendo<br />

con una manta arrollada al cuerpo, manteniendo el oído atento al rayar el alba para, al primer<br />

ruido de alas, irse de puntillas hacia él. Pero lo mejor de todo, lo más fantástico, pavonearse<br />

de vuelta a casa llevando colgada del cinturón una docena de patos que asar para la cena.<br />

Últimamente las cosas habían cambiado entre Kenyon y su amigo. No es que hubieran reñido,<br />

ni que hubiese ocurrido nada, ni siquiera que estuvieran en desacuerdo. Sólo que Bob, que<br />

tenía dieciséis años, había comenzado a «salir con una chica», y Kenyon, un año menor y<br />

todavía con mentalidad de adolescente sin compromiso, tenía que prescindir de su compañía.<br />

Bob le había dicho:<br />

-Cuando uno tiene mi edad, la cosa cambia. Yo también pensaba como tú: las mujeres,<br />

¿para qué sirven? Pero luego empiezas a hablar con una y es fantástico. Ya lo verás.<br />

Kenyon lo ponía en duda. No podía imaginar que llegara jamás a malgastar ni una sola<br />

hora con una chica cuando podía pasarla con un fusil, un caballo, herramientas, maquinaria o<br />

hasta con un libro. Si no podía contar con Bob, lo mejor era estar solo; su temperamento no<br />

correspondía tanto al hijo del señor Clutter como al hijo de Bonnie, un chico sensible y<br />

reservado. Los de su edad lo consideraban estirado, pero lo excusaban diciendo:<br />

-¡Oh, Kenyon! Ese vive en su mundo.<br />

Mientras esperaba que se secara el barniz, pasó a otro trabajo que lo llevó al exterior.<br />

Iba a cuidar el jardín de flores de su madre, el adorado recuadro de follaje enmarañado que<br />

crecía bajo la ventana de su habitación. Cuando llegó allí, se encontró con uno de los<br />

trabajadores que removía la tierra con una pala. Era Paul Helm, el marido de la asistenta.<br />

-¿Viste el coche? -le preguntó Helm.<br />

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