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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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Garden City, población de once mil habitantes, había comenzado a acoger a sus<br />

fundadores poco después de la guerra civil. Un cazador ambulante de búfalos, C. J. (Buffalo)<br />

Jones, tuvo influencia decisiva en la evolución de aquel grupo de casuchas y postes para atar<br />

cabalgaduras que se convirtió en un opulento centro de haciendas con saloons donde armar<br />

alboroto, un teatro y el más refinado hotel entre Kansas City y Denver. Era, en resumen, un<br />

ejemplo de refinamiento fronterizo que podía rivalizar con aquel otro más famoso, que se<br />

halla a ochenta kilómetros más al este: Dodge City. Junto con Buffalo Jones, que perdió<br />

primero su dinero y luego la cabeza (pasó los últimos años de su vida arengando a grupos<br />

callejeros contra el irreflexivo exterminio de unos animales que él tan provechosamente había<br />

sacrificado), los esplendores del pasado duermen hoy en la tumba. Escasos recuerdos<br />

perduran: una colorida hilera de comercios conocidos con el nombre de Barrio Buffalo y el<br />

que fue, en otros tiempos, magnífico Hotel Windsor, con sus aún soberbios salones de techo<br />

alto y su ambiente de lujosas escupideras y palmeras enmacetadas, preside el centro histórico,<br />

la calle Mayor entre tiendas diversas y supermercados, y si se ve poco frecuentado es porque<br />

el Windsor, con sus enormes habitaciones oscuras y sus corredores llenos de ecos, por<br />

evocadores que sean, no puede competir con las comodidades y el aire acondicionado que<br />

ofrece el pequeño y elegante Hotel Warren ni con el Motel Wheat Land que tiene aparato de<br />

televisión en todas las habitaciones y piscina de agua caliente.<br />

Todo el que haya cruzado los Estados Unidos de costa a costa, en tren o en coche, ha<br />

pasado probablemente por Garden City, pero es de suponer que pocos viajeros la recuerden.<br />

Es otra ciudad, ni grande ni pequeña, situada casi exactamente en el centro de Estados<br />

Unidos. Sus habitantes no tolerarían semejante opinión... quizá con razón. Aunque muchos<br />

exageran («Busque en el mundo entero y no hallará gente más cordial, ni aire más puro ni<br />

agua mejor» y «En Denver podría ganar el triple pero tengo cinco chiquillos y creo que este<br />

lugar es ideal para los niños: óptimos colegios con toda clase de deportes y hasta uno donde<br />

cursar los dos primeros años de universidad» y «Vine aquí para hacer práctica en leyes. Por<br />

una temporada. Nunca pensé en quedarme. Pero cuando tuve ocasión de pedir el traslado<br />

pensé: ¿por qué voy a marcharme? ¿Para qué diablos? Quizás esto no sea Nueva York, pero<br />

¿quién quiere ir a Nueva York? Buenos vecinos, gente que se preocupa de su prójimo, eso es<br />

lo que de veras cuenta. Y todo cuanto un hombre decente puede desear lo tenemos aquí<br />

también: bellísimas iglesias y un campo de golf»), el recién llegado a Garden City, cuando se<br />

ha habituado al silencio a partir de las ocho de la noche, descubre elementos que justifican las<br />

baladronadas de sus habitantes: una biblioteca pública bien dirigida, un competente periódico,<br />

plazas umbrías de verde césped, tranquilas zonas residenciales donde niños y animales<br />

pueden correr sin peligro, un enorme parque para pasear, provisto de su pequeño zoo («Vean<br />

los osos polares», «Vean a la elefante Pennie») y de una piscina que ocupa varios acres («la<br />

mayor piscina gratuita del mundo»). Tales accesorios, junto con el polvo, los vientos y los<br />

continuos silbidos de los trenes, constituyen eso que se llama «patria chica», probablemente<br />

recordada con nostalgia por aquellos que la dejaron y que da, a los que quedaron en ella,<br />

sensación de estabilidad y satisfacciones.<br />

Sin excepción, los habitantes de Garden City niegan que la población esté dividida en<br />

clases sociales («No señor. Nada de eso. Todos iguales, cualquiera que sea la posición<br />

económica, la religión o la raza. Tal como debe ser en una democracia, así somos nosotros»).<br />

Pero, claro está, las diferencias de clases son tan claramente observadas y tan manifiestamente<br />

observables como en cualquier otro enjambre humano. Ciento sesenta kilómetros al oeste, el<br />

visitante se hallaría fuera de la «Zona de la Biblia», esa faja de tierra americana obsesionada<br />

por el evangelio, en la que un hombre debe, aunque sólo sea por razones prácticas, tomarse la<br />

religión muy en serio. Pero Finney County está dentro de la «Zona de la Biblia» y, por<br />

consiguiente, pertenecer a una determinada Iglesia es un factor decisivo para la categoría<br />

social de un individuo. Una mezcla de baptistas, metodistas y católicos representa el ochenta<br />

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