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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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sido nombrados abogados defensores en el momento de la renuncia»). Que hicieron<br />

declaraciones a los periodistas en detrimento de los acusados (Shultz a Smith: «¿Sabe usted<br />

que un periodista, Ron Kull del Daily Capital de Topeka, citando palabras pronunciadas por<br />

usted el segundo día del juicio, publicó que a usted no le cabía duda sobre la culpabilidad de<br />

Hickock y que su única preocupación era conseguir una cadena perpetua en lugar de la pena<br />

de muerte?» Smith a Shultz: «No, señor. Si se me atribuyeron semejantes palabras, fue por<br />

error.») Que no habían preparado una defensa apropiada.<br />

Esta última afirmación fue la que Shultz sostuvo con más firmeza. Es útil reproducir<br />

aquí, por lo tanto, la opinión firmada por tres jueces federales, como resultado del<br />

subsiguiente recurso al tribunal de apelación de los Estados Unidos, décima jurisdicción<br />

volante:<br />

«Sostenemos, sin embargo, que al considerar la situación retrospectivamente se han<br />

perdido de vista los problemas con que tuvieron que enfrentarse los abogados Smith y<br />

Fleming cuando tomaron a su cargo la defensa de los peticionarios. Cuando aceptaron la<br />

designación, ya cada uno de los peticionarios había confesado, sin argüir ni entonces ni<br />

después ante ningún tribunal del estado que aquella confesión no hubiera sido voluntaria. Una<br />

radio tomada en casa de los Clutter y vendida por los peticionarios en Ciudad de México,<br />

había sido recobrada, y los abogados conocían además otras pruebas de culpabilidad que, por<br />

entonces, se hallaban en poder de Fiscalía. Cuando fueron invitados a defenderse de los<br />

cargos que se les imputaban, permanecieron mudos y fue necesario que el tribunal hiciera por<br />

ellos una declaración de no culpabilidad. Entonces no existían pruebas sustanciales, ni desde<br />

el proceso se presentó ninguna, para sostener la defensa basada en enfermedad mental. El<br />

intento de alegar enfermedad mental, como defensa, provocada por graves daños sufridos<br />

años atrás, en accidente, por neuralgias y alguna que otra pérdida de conciencia de Hickock,<br />

fue como prenderse al proverbial clavo ardiendo. Los abogados se enfrentaban con una<br />

situación en la que atroces crímenes cometidos contra inocentes víctimas habían sido ya<br />

admitidos. Bajo esas circunstancias, se hubiera justificado aconsejar a los peticionarios que se<br />

declarasen culpables y que se entregaran a la misericordia del tribunal. La única esperanza<br />

que les cabía era que un giro imprevisto del destino salvara las vidas de aquellos descarriados.<br />

»<br />

En el informe que presentó al Tribunal Supremo de Kansas el juez Thiele declaró que<br />

los peticionarios habían tenido un proceso constitucionalmente justo y, por consiguiente, el<br />

tribunal denegó el auto para abolir el veredicto y estableció nueva fecha para la ejecución: el<br />

25 de octubre de 1962. La ejecución de Lowell Lee Andrews, cuyo caso había sido<br />

presentado dos veces a la Corte Suprema de los Estados Unidos, estaba prevista para un mes<br />

más tarde.<br />

Los asesinos de Clutter, a los que un juez federal concedió la suspensión temporal de la<br />

ejecución, pudieron sobrevivir a aquella fecha. Andrews cumplió con la suya.<br />

Según la disposición general que rige para los condenados a la pena capital en los<br />

Estados Unidos, el término medio que ha de transcurrir entre sentencia y ejecución es<br />

aproximadamente unos diecisiete meses. Recientemente en Texas, un culpable de robo a<br />

mano armada fue electrocutado un mes después de su condena; pero en Louisiana, en el<br />

momento de escribir estas líneas, dos reos de un delito de violación llevan esperando el<br />

tiempo récord de doce años. Las variaciones dependen un poco de la suerte y mucho de la<br />

extensión y alcance del litigio. En su mayoría, los abogados que se ocupan de tales casos son<br />

nombrados por el tribunal y trabajan sin recompensa. Pero casi siempre los tribunales, para<br />

evitar futuros recursos de apelación basados en demandas por representación incompetente,<br />

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