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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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Entonces, como interesado en su reacción miró a los detenidos, de pie ante él, unidos<br />

por las esposas a sus respectivos guardianes. Impasibles, le devolvieron la mirada hasta que<br />

reanudó la lectura y leyó los siete cargos que seguían: otras tres condenas para Hickock y<br />

cuatro para Smith.<br />

-... y lo condenamos a muerte.<br />

Cada vez que llegaba a la sentencia Tate la pronunciaba con voz tétrica y cavernosa,<br />

que parecía el eco del lúgubre silbido del tren que se alejaba. Luego, despidió al jurado<br />

(«Cumplieron valientemente con su deber») y los condenados fueron sacados de la sala. Al<br />

llegar a la puerta, Smith le dijo a Hickock:<br />

-¡No tenían corazón de gallina, ésos, no!<br />

Ambos rieron ruidosamente y un fotógrafo los fotografió. La foto apareció en un diario<br />

de Kansas con un pie que decía: «¿La última risotada? »<br />

Una semana después, la señora Meier estaba en su saloncito charlando con una amiga.<br />

-Sí, ahora esto está muy tranquilo. Probablemente hemos de estar contentos de cómo se<br />

ha resuelto todo. Pero yo todavía no le he superado. Nunca tuve mucha relación con Dick,<br />

pero Perry y yo llegamos a conocernos bastante bien. Aquella tarde, después que les leyeron<br />

el veredicto, cuando lo trajeron aquí, me encerré en la cocina para no verlo. Me quedé sentada<br />

junto a la ventana y miré cómo la gente se marchaba de la audiencia. El señor Cullivan miró<br />

hacia arriba, me vio y me saludó con la mano. Los Hickock. Todos se marchaban. Esta misma<br />

mañana recibí una carta encantadora de la señora Hickock. Me hizo varias visitas durante el<br />

proceso y me hubiera gustado poder ayudarla, sólo que ¿qué vas a decirle a una persona que<br />

está en semejante situación? Pero cuando todos se marcharon y empecé a lavar los platos, oí<br />

que él lloraba. Encendí la radio. Para no oírle. Pero le oía igual. Lloraba como un niño. Nunca<br />

se había desmoronado, nunca había dado signos de desesperación. Bueno, pues me fui a verle.<br />

A la puerta de su celda. Me tendió la mano. Quería que se la cogiera y yo lo hice. Lo único<br />

que dijo fue: «Estoy lleno de vergüenza.» Yo quise mandar por el padre Goubeaux, le dije que<br />

al día siguiente le haría arroz a la española, pero entonces me apretó aún más la mano.<br />

»Y aquella noche, precisamente aquella noche, tuvimos que dejarle solo. Wendle y yo<br />

casi nunca salimos, pero teníamos un compromiso desde hacía tiempo y Wendle pensó que no<br />

debíamos faltar. Pero siempre me arrepentiré de haberlo dejado solo. Al día siguiente le hice<br />

arroz. No quiso ni tocarlo. Ni hablarme siquiera. Odiaba al mundo entero. Pero la mañana que<br />

los hombres vinieron para llevárselo a la penitenciaría, me dio las gracias y una fotografía<br />

suya. Una foto Kodak de cuando tenía dieciséis años. Me dijo que era como quería que yo le<br />

recordara, como el muchacho de la foto.<br />

»Lo peor fue decir adiós. Sabiendo adonde iba y lo que le esperaba. Esa ardilla que<br />

tenía, seguro que echa de menos a Perry. Sigue viniendo a la celda en su busca. He intentado<br />

darle de comer pero no quiere saber nada conmigo. Sólo quería a Perry.<br />

Las prisiones juegan un papel muy importante en la economía de Leavenworth County,<br />

Kansas. Las dos penitenciarías del estado, una para cada sexo, se hallan allí. Y también la<br />

mayor prisión federal, Leavenworth, así como la más importante prisión militar de todo el<br />

país, Fort Leavenworth, lúgubres cuarteles disciplinarios del ejército y de la aviación de los<br />

Estados Unidos. Si todos esos reclusos quedaran en libertad, juntos podrían poblar una<br />

pequeña ciudad.<br />

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