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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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Creo que los dos estábamos como drogados. Yo, desde luego, sí. Excitadísimos y al mismo<br />

tiempo aliviados. No podíamos dejar de reír, ninguno de los dos. De pronto todo parecía<br />

divertidísimo, no sé por qué; era así. Pero la escopeta goteaba <strong>sangre</strong> y mis ropas estaban<br />

manchadas: tenía <strong>sangre</strong> hasta en el pelo. Así que nos metimos en una carretera comarcal y la<br />

seguimos por lo menos quince kilómetros hasta que nos hallamos en plena pradera. Oíamos a<br />

los coyotes. Fumamos un cigarrillo y Dick no dejaba de hacer chistes acerca de lo que había<br />

pasado allí. Yo salí del coche, saqué haciendo sifón agua del depósito y lavé la <strong>sangre</strong> del<br />

cañón de la escopeta. Luego escarbé un agujero en la tierra con el cuchillo de caza de Dick, y<br />

enterré en él los cartuchos vacíos y lo que había quedado del rollo de cuerda de nylon y de<br />

cinta adhesiva. Luego, seguimos hasta llegar a la nacional Ochenta y tres que tomamos rumbo<br />

este, hacia Kansas City y Olathe. Al amanecer Dick paró el coche en uno de esos espacios<br />

destinados a comidas, eso que llaman zonas de recreo que tienen fogones. Encendimos fuego<br />

y quemamos algunas cosas como los guantes que habíamos usado y mi camisa. Dick dijo que<br />

le gustaría tener un buey entero para asar porque en su vida había tenido tanta hambre. Era<br />

casi mediodía cuando llegamos a Olathe. Dick me dejó en mi hotel y él se fue a su casa para<br />

la comida del domingo en familia. Sí, se llevó el cuchillo. La escopeta también.<br />

Agentes del KBI enviados a casa de Hickock encontraron el cuchillo en una caja con<br />

utensilios de pesca y la escopeta, tranquilamente apoyada contra la pared de la cocina. (El<br />

padre de Hickock, que se negaba a creer que su «chico» hubiese tomado parte en «un crimen<br />

tan espantoso», insistió en que la escopeta no había salido de casa desde la primera semana de<br />

noviembre, y por lo tanto no podía ser el arma del crimen.) En cuanto a los cartuchos vacíos,<br />

la cuerda y la cinta adhesiva, fueron recuperados con la ayuda de Virgil Pietz, empleado de<br />

carreteras del distrito quien trabajando con una niveladora en la zona indicada por Perry<br />

Smith, rastreó el terreno centímetro a centímetro hasta descubrir los objetos enterrados.<br />

Con ello los últimos cabos sueltos quedaron atados; el KBI había reunido unas pruebas<br />

irrefutables, pues el examen determinó que los cartuchos habían sido disparados por la<br />

escopeta de Hickock y que los restos de cuerda y cinta correspondían a la misma pieza que<br />

fue empleada para atar a las víctimas y reducirlas al silencio.<br />

Lunes, 11 de enero. Tengo un abogado. El señor Fleming. Un viejo de corbata roja.<br />

El tribunal, informado de que los acusados no tenían fondos para costearse asistencia<br />

legal, representado por el juez Roland H. Tate, nombró como representantes suyos dos<br />

abogados del lugar, Arthur Fleming y Harrison Smith.<br />

Fleming, setenta y un años, antiguo alcalde de Garden City, hombre pequeño que anima<br />

su aspecto nada sensacional con vistosas corbatas, se resistía a aceptar el nombramiento.<br />

-No deseo encargarme del caso -le dijo al juez-. Pero si el tribunal juzga conveniente<br />

designarme, entonces, naturalmente, no tengo otra alternativa.<br />

El abogado de Hickock, Harrison Smith, de cuarenta y cinco años y metro ochenta de<br />

altura, jugador de golf, elk 1 de alto nivel, aceptó la tarea con talante resignado.<br />

-Alguien tiene que hacerlo. Y yo lo haré lo mejor que pueda. Aunque dudo que eso aumente<br />

mi popularidad por estos contornos.<br />

1 Miembro de la asociación americana fundada en 1868 que tiene por objetivo principal promover un<br />

sentimiento de hermandad y civismo. (N. del T.)<br />

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