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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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egañona y susurrante. Suspicaz, santurrón rencoroso, era como una esposa de la que había<br />

que librarse. Y no había más que un medio de lograrlo: largarse sin decir palabra.<br />

Absorto en sus planes, Dick no vio el coche patrulla que pasaba junto a él muy despacio<br />

observando. Tampoco vio Perry, que bajaba los escalones de correos con la caja a hombros, el<br />

coche que pasaba y los policías que había dentro.<br />

Los agentes Ocie Pigford y Francis Macauley se sabían de memoria páginas enteras de<br />

datos incluyendo la descripción de un Chevrolet 1956 blanco y negro con matrícula de Kansas<br />

JO 16212. Ni Perry ni Dick se dieron cuenta de que los seguía la policía cuando se alejaron de<br />

correos, y Dick al volante y Perry indicándole el camino, se dirigieron hacia el norte. Cinco<br />

manzanas más allá torcieron a la izquierda, luego a la derecha, rodaron medio kilómetro más<br />

y detuvieron el coche frente a una palmera moribunda y un letrero medio borrado por las<br />

inclemencias del tiempo que sólo había dejado una palabra: OOM 1 .<br />

-¿Es aquí? -preguntó Dick.<br />

Perry asintió mientras el coche patrulla se acercaba a ellos.<br />

El Departamento de Investigación de la Prisión de Las Vegas contiene dos dependencias para<br />

interrogatorios, habitaciones que miden tres metros por cuatro, iluminadas con fluorescentes,<br />

con paredes y techo de celotex. En cada habitación además de un ventilador eléctrico, una<br />

mesa metálica y dos sillas plegables, metálicas también, existen micrófonos disimulados,<br />

magnetófonos escondidos e, inserta en la puerta, una mirilla de observación en forma de<br />

espejo. El sábado, 2 de enero de 1960, ambas habitaciones estaban reservadas para las dos de<br />

la tarde, hora que cuatro detectives de Kansas habían elegido para tener que enfrentarse con<br />

Hickock y Smith por primera vez.<br />

Poco antes de la hora fijada, el cuarteto de agentes del KBI (Harold Nye, Roy Church,<br />

Alvin Dewey y Clarence Duntz) se reunió en el corredor junto a las dependencias de<br />

interrogatorios. Nye tenía fiebre.<br />

-Algo de gripe, pero nada más que nervios -le diría posteriormente a un periodista-.<br />

Hacía dos días que aguardaba en Las Vegas: en cuanto tuve noticias de que los tenían tomé el<br />

primer avión.<br />

»El resto del equipo, Al, Roy y Clarence, llegaron en coche. Un viaje pésimo. Pésimo<br />

tiempo. Pasaron la Nochevieja aislados por la nieve en un hotel de Alburquerque. Caramba,<br />

cuando por fin llegaron a Las Vegas, falta les hacía un buen whisky y buenas noticias. Yo los<br />

aguardaba con las dos cosas. Nuestros jovencitos habían firmado sendas renuncias de<br />

extradición. Y algo todavía mejor: teníamos las botas, los dos pares, y las suelas: las Cat's<br />

Paw y las de dibujo a rombos, correspondían exactamente con las huellas encontradas en la<br />

casa de los Clutter. Las botas venían en una caja llena de trastos que acababan de recoger de<br />

correos precisamente un momento antes de que cayera el telón. Como le decía yo a Al<br />

Dewey: «Imagínate si la patrulla llega cinco minutos antes».<br />

»A pesar de ello, nuestro caso era débil, nada absolutamente indiscutible. Pero recuerdo<br />

que, mientras aguardábamos en el corredor, sí, recuerdo que estaba febril y nervioso pero<br />

confiado; nos sentíamos muy cerca de la verdad. Mi tarea, la mía y la de Church, era sacarle<br />

la verdad a Hickock. Smith era tarea de Al y el viejo Duntz. Yo no había visto todavía a los<br />

sospechosos, sólo había examinado sus pertenencias y dispuesto las renuncias de extradición.<br />

No había visto jamás a Hickock hasta que lo llevaron al interrogatorio. Me lo imaginaba más<br />

1 OOM lo que quedaba de la palabra «Rooms», Habitaciones. (N. del T.)<br />

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