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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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lo menos treinta. Con un kilo de mantequilla por lo menos y un litro de jarabe. Y el chico<br />

tampoco era manco. Patatas fritas y helado, no comió otra cosa, pero desde luego, se hinchó.<br />

No sé si le haría daño.<br />

Durante el festín, Dick, que había consultado un mapa, anunció que Sweetwater estaba<br />

a unos ciento cincuenta kilómetros al oeste de la ruta que él llevaba, la ruta que debía<br />

conducirles atravesando Nuevo México, Arizona y Nevada, hasta Las Vegas. Aunque era<br />

verdad. Perry comprendió que Dick intentaba simplemente deshacerse del chico y el viejo.<br />

El niño comprendió también las intenciones de Dick, pero dijo cortésmente:<br />

-No se preocupe por nosotros. Seguro que paran muchos coches. Alguien nos llevará.<br />

El chico los acompañó hasta el coche, dejando que el viejo devorara a gusto un nuevo<br />

montón de tortitas. Les dio la mano a Dick y a Perry, les deseó un Feliz Año Nuevo y los<br />

saludó con la mano en la oscuridad.<br />

La noche del miércoles 30 de diciembre fue memorable en casa del agente A. A.<br />

Dewey. Su mujer recordándola tiempo después dijo:<br />

-Alvin cantaba en el baño La rosa amarilla de Texas. Los niños miraban la televisión y<br />

yo preparaba la mesa. Para una cena <strong>fría</strong>. Yo soy de Nueva Orleáns y me encanta guisar y<br />

tener invitados. Mi madre acababa de enviarnos, precisamente, un cajón de aguacates,<br />

habichuelas y... ¡Oh, un montón de cosas orgánicas! Por eso decidí organizar una cena <strong>fría</strong>,<br />

invitar a algunos amigos, a los Murray, a Cliff y a Dodie Hope. Alvin no quería, pero yo<br />

estaba decidida. ¡Por todos los santos! Aquel caso podía durar eternamente y él no se había<br />

tomado ni un minuto libre desde que empezó. Bueno, pues estaba poniendo la mesa cuando oí<br />

el teléfono y le dije a uno de los niños, a Paul, que contestara. Paul dijo que era para papá y yo<br />

le apunté: «Diles que está en el baño.» Pero Paul no se atrevió a hacerlo porque era el señor<br />

Sandford, que llamaba desde Topeka. El jefe de Alvin. Alvin contestó al teléfono con una<br />

toalla atada a la cintura. ¡Me puso furiosa... dejando charcos de agua por todas partes! Pero<br />

cuando fui por una bayeta, vi algo peor: el gato, el idiota de Pete estaba comiéndose la<br />

ensalada de cangrejo. ¡El relleno de mis aguacates!<br />

»Y entonces súbitamente Alvin me cogió, me abrazó: "Alvin Dewey, ¿te has vuelto<br />

loco?", dije. La alegría es la alegría pero el hombre estaba empapado y me ponía el vestido<br />

perdido. Porque yo me había arreglado ya para recibir a nuestros invitados. Claro que cuando<br />

entendí por qué me abrazaba así, me puse a abrazarle yo también. ¡Imagínese lo que<br />

representaba para Alvin saber que aquellos hombres habían sido detenidos! Allá en Las<br />

Vegas. Me dijo que se iba inmediatamente a Las Vegas. Le pregunté si no sería mejor que<br />

antes se pusiera algo de ropa y Alvin, excitadísimo, me dijo: "Caramba, cariño, siento<br />

estropear tu fiesta." Y a mí no se me hubiera ocurrido una forma mejor de estropearla si eso<br />

significaba que pronto volveríamos a llevar una vida normal. Alvin se echó a reír. Era<br />

maravilloso oírlo. Porque las dos últimas semanas habían sido las peores: la semana antes de<br />

Navidad, aquellos hombres fueron vistos en Kansas City, llegaron y se fueron sin dejarse<br />

atrapar. No había visto nunca tan deprimido a Alvin desde que tuvimos al pequeño Alvin en<br />

el hospital con encefalitis y creíamos que se moría. Pero no hablemos de eso ahora.<br />

»Hice café y se lo llevé al dormitorio donde suponía que estaría vistiéndose. Pero no se<br />

vestía. Estaba sentado en el borde de la cama con la cabeza entre las manos, como si le<br />

doliera. No se había puesto ni un calcetín. "¿Qué quieres, pillar una pulmonía?", le dije. Se<br />

quedó mirándome: "Marie, oye, tienen que haber sido ellos, forzosamente, es la única<br />

explicación lógica." Alvin tiene cada cosa. Como cuando se presentó por primera vez para<br />

sheriff del condado de Finney. La noche de las elecciones, cuando se había hecho ya<br />

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