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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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frotando las manos del viejo como para calentarlas-. ¿Me oyes, Johnny? Vamos en un<br />

Chevrolet modelo 56 calentito y estupendo.<br />

El viejo tosió, movió ligeramente la cabeza, abrió y cerró los ojos y volvió a toser.<br />

Dick dijo:<br />

-¡Eh, oye! ¿Qué le pasa?<br />

-Es el cambio -dijo el chaval-. Y tanto andar. Venimos andando desde antes de Navidad.<br />

Me parece que hemos recorrido casi todo Texas.<br />

Con la máxima naturalidad y sin dejar de masajear las manos del viejo, el chico les<br />

contó que antes de empezar aquel viaje, él, su abuelo y una tía vivían solos en una granja,<br />

cerca de Shreveport, Louisiana. Hacía poco, la tía había muerto.<br />

-Hace un año que no está bien y la tía lo tenía que hacer todo. Sin más ayuda que la mía.<br />

Estábamos cortando leña. Cortando un tocón. A la mitad, la tía va y me dice que no podía<br />

más. ¿Has visto alguna vez a un caballo que se echa al suelo y no se levanta más? Yo sí. Eso<br />

hizo mi tía. Unos días antes de la Navidad, el hombre que le había alquilado la granja al viejo<br />

nos echó a la calle.<br />

-Por eso decidimos venir a Texas. Buscando a la señora Jackson. Yo no la conozco pero<br />

es la hermana de <strong>sangre</strong> del abuelo. Y alguien tiene que cargar con nosotros. Por lo menos<br />

con él. No puede seguir mucho más. Esta noche la hemos pasado bajo la lluvia.<br />

El coche se detuvo. Perry le preguntó a Dick por qué había parado.<br />

-Ese hombre está muy enfermo -dijo Dick.<br />

-¿Y bueno? ¿Qué quieres hacer? ¿Echarlo?<br />

-Piensa con la cabeza. Aunque sea una vez.<br />

-Eres un podrido de mierda.<br />

-Imagínate que se muere.<br />

-No se morirá -intervino el chico-. Si hemos llegado hasta aquí, aguantará.<br />

Dick insistió:<br />

-¿Y si se muere? Piensa en lo que puede ocurrir. Las preguntas.<br />

-Francamente, me importa un comino. ¿Quieres dejarlos en la carretera?<br />

Perry miró al viejo enfermo, aún soñoliento, aturdido, sordo y miró al chico que le<br />

devolvió la mirada tranquilo, sin suplicar, sin «pedir nada» y Perry se acordó de sí mismo,<br />

cuando tenía esa edad, de sus vagabundeos con un viejo.<br />

-Adelante. Échalos. Pero yo me bajo también.<br />

-Muy bien, muy bien. Pero, recuerda, será culpa tuya.<br />

Dick puso el coche en marcha. De pronto, cuando el coche empezaba a andar, el chico<br />

gritó:<br />

-¡Pare!<br />

Saltó del coche, corrió por el arcén de la carretera, se detuvo, se agachó, recogió una,<br />

dos, tres, cuatro botellas vacías de Coca-Cola, volvió corriendo y saltó dentro del coche, feliz<br />

y sonriente:<br />

-Se hace un montón de dinero con las botellas -le dijo a Dick-. Oiga, si pudiera conducir<br />

así, despacio, le garantizo que nos sacaríamos unos buenos cuartos. De eso venimos comiendo<br />

el abuelo y yo. De los cuartos de los cascos.<br />

A Dick le pareció divertido y además le interesó: cuando el chaval le volvió a decir que<br />

parase, obedeció en seguida. Le hacía parar con tanta frecuencia, que les llevó una hora<br />

recorrer ocho kilómetros pero valió la pena. El chaval era un «genio como Dios es Dios», para<br />

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