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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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pesar de que llegó aterido y rojo de frío, el recibimiento que le hicieron le desentumeció<br />

completamente. Nancy estaba admirada y orgullosa y su madre, casi siempre tan tímida y<br />

distante, lo abrazó, lo besó y le instó a que se envolviera en un edredón y se sentara junto a la<br />

chimenea de la sala. Mientras las mujeres trajinaban en la cocina, él, Kenyon y el señor<br />

Clutter se quedaron sentados alrededor del fuego, cascando nueces y pacanas. Clutter dijo que<br />

le venía a la memoria otra Navidad cuando él tenía la edad de Kenyon:<br />

-Éramos siete. Mi madre, mi padre, mis dos hermanas y los tres chicos. Vivíamos en<br />

una granja muy apartada de la ciudad. Por esa razón teníamos la costumbre de hacer de una<br />

sola vez nuestras compras de Navidad. Hacíamos un solo viaje y lo comprábamos todo. Aquel<br />

año, la mañana destinada a las compras, la nieve estaba tan alta como hoy, o quizá más, y<br />

además seguía nevando: copos como platillos, íbamos a tener unas Navidades sin regalos, allí<br />

aislados por la nieve. Mi madre y mis hermanas estaban desconsoladas. Entonces se me<br />

ocurrió una idea.<br />

Ensilló el caballo de tiro más fuerte que tenían, se fue con él a la ciudad para hacer las<br />

compras de todos. La familia celebró la idea. Cada cual entregó a Clutter sus ahorros y la lista<br />

de lo que quería; cuatro metros de batista, un balón de fútbol, una almohadilla para alfileres,<br />

cartuchos de fusil, tal cantidad de encargos que no terminó hasta la noche. De vuelta a casa,<br />

con las compras seguras dentro de una bolsa impermeable, no pudo menos que agradecer a su<br />

padre que le hubiera obligado a llevarse una lámpara y que los arreos del caballo estuvieran<br />

provistos de campanillas porque ambas cosas, el airoso tintineo y la oscilante luz de la<br />

lámpara de petróleo, le hacían compañía.<br />

-El viaje de ida fue fácil: coser y cantar. Pero a la vuelta, la carretera había desaparecido<br />

con todas sus indicaciones.<br />

Cielo y tierra, todo era nieve. El caballo, metido en ella hasta las ancas, resbaló de lado.<br />

-Dejé caer la lámpara. Estábamos perdidos en la noche. Era sólo cuestión de tiempo<br />

hasta que nos durmiéramos y muriéramos de frío. Sí, pasé miedo. Pero recé. Y sentí la<br />

presencia de Dios...<br />

Unos perros aullaban. Anduvo en dirección a los aullidos hasta que logró ver las<br />

ventanas de una granja vecina.<br />

-Debí quedarme allí. Pero pensé en la familia, imaginé que mi madre estaría llorando,<br />

que papá y los chicos saldrían a dar una batida y seguí adelante. Así que, naturalmente, no me<br />

complació mucho cuando por fin llegué a casa y vi que estaba completamente a oscuras. Las<br />

puertas cerradas. Me encontré con que todos se habían acostado y se habían olvidado de mí.<br />

Nadie comprendía por qué estaba deprimido. Mi padre dijo:<br />

-Estábamos convencidos de que pasarías la noche en la ciudad. ¡Por todos los santos,<br />

muchacho! ¿Quién iba a pensar que harías la locura de volver a casa con una tempestad como<br />

ésta?<br />

El olor a sidra de las manzanas podridas. Manzanos y perales, melocotoneros y cerezos:<br />

el huerto de árboles frutales, aquel tesoro que había plantado el señor Clutter. Bobby, en su<br />

carrera sin rumbo, no se había propuesto llegar allí ni a ninguna otra parte de River Valley.<br />

Era inexplicable y se dio la vuelta para marcharse pero volvió sobre sus pasos y se dirigió a la<br />

casa, blanca, sólida y espaciosa. Siempre le había impresionado aquella casa y le gustaba<br />

pensar que su novia vivía allí. Pero ahora que estaba falta de los esmerados cuidados de quien<br />

había sido su dueño, las primeras telarañas del abandono se empezaban a tejer. Un rastrillo<br />

estaba tirado en mitad del camino, el césped agostado y descuidado. Aquel fatal domingo,<br />

cuando el sheriff pidió que enviaran ambulancias para sacar de allí a la familia asesinada, las<br />

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