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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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amistad que ella le conocía era una joven que se había presentado a la puerta de los Johnson,<br />

en junio de 1955, con una carta de Perry en la que él la presentaba como su mujer.<br />

-Decía en la carta que estaba en un aprieto y que si podía ocuparme de su mujer hasta<br />

que él pudiera mandar por ella. La chica aparentaba tener veinte años. Resultó que tenía<br />

catorce y, desde luego, no era la mujer de nadie. Pero en aquella época, me dejé cazar. Tuve<br />

lástima de ella y le dije que podía quedarse con nosotros. Se quedó, pero no por mucho<br />

tiempo. Menos de una semana. Y cuando se marchó, se llevó nuestras maletas y todo lo que<br />

pudo meter dentro: casi todas mis ropas y las de mi marido, la plata y hasta el reloj de la<br />

cocina.<br />

-Cuando ocurrió, ¿dónde vivían ustedes?<br />

-En Denver.<br />

-¿Han vivido alguna vez en Fort Scott, Kansas?<br />

-Nunca. No he estado nunca en Kansas.<br />

-¿Tiene alguna hermana que viva en Fort Scott?<br />

-Mi hermana ha muerto. Mi única hermana.<br />

Nye sonrió.<br />

-Comprenda, señora Johnson -le dijo-. Nos basamos en el supuesto de que su hermano<br />

se pondrá en contacto con usted. Por correo o por teléfono. O que venga a verla.<br />

-Espero que no. La verdad es que él no sabe que nos hemos mudado. Todavía cree que<br />

vivimos en Denver. Por favor, si lo encuentran, no le den mi domicilio. Le tengo miedo.<br />

-Cuando dice eso, ¿es porque teme que pueda hacerle algún daño? ¿Algún daño físico?<br />

Sopesó la pregunta con incertidumbre e incapaz de definirse dijo que no lo sabía.<br />

-Pero le tengo miedo. Siempre se lo he tenido. ¡Puede parecer tan simpático y afectuoso<br />

cuando quiere! Amable. Llora con tanta facilidad. A veces la música lo conmueve y de niño<br />

solía llorar simplemente porque el ocaso le parecía hermoso. O la luna. ¡Oh, engañaría a<br />

cualquiera! Sabe muy bien cómo componérselas para que le compadezcan...<br />

El timbre sonó. La renuncia a abrir la puerta transmitió su dilema y Nye (que escribiría<br />

de ella «Durante toda la entrevista guardó su compostura y se mostró extremadamente cortés.<br />

Persona de excepcional carácter») tomó su sombrero pardo.<br />

-Sentimos haberla molestado, señora Johnson. Pero si sabe algo de Perry, le ruego tenga<br />

el buen sentido de llamarnos. Pregunte por el inspector Guthrie.<br />

Tras la partida de los inspectores, la compostura que tanto había admirado Nye, se<br />

derrumbó. Una familiar desesperación pendía sobre ella. Luchó contra ella, retrasó su impacto<br />

hasta que la reunión hubo acabado y sus invitadas se marcharon, hasta después de alimentar a<br />

los niños y luego bañarlos y ayudarles a rezar sus oraciones. Pero después, como la niebla del<br />

océano que por la noche empaña los faroles de la calle, le envolvió el más profundo<br />

desaliento. Había dicho que tenía miedo a Perry, pero ¿era solamente a Perry? ¿O tenía<br />

además miedo de un destino del que ella también formaba parte? ¿De un terrible destino que<br />

parecía aguardar a los cuatro hijos de Florence Buckskin y Tex John Smith? El mayor, el<br />

hermano que ella adoraba, se había pegado un tiro. Fern había caído de una ventana o saltado<br />

por ella y Perry se había entregado a la violencia y convertido en un criminal. De modo que,<br />

en cierto sentido, era ella el único superviviente. Y lo que la atormentaba era el pensamiento<br />

de que con el tiempo también ella podía verse arrollada: volverse loca, o contraer una<br />

enfermedad incurable, o perder en un incendio todo lo que más quería, hogar, esposo, hijos.<br />

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