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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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-¿Va usted mucho de caza, señor Hickock?<br />

-Ese fusil es suyo. El y David van a cazar de vez en cuando. Conejos, más que otra<br />

cosa.<br />

Era un «Savage» calibre 12, modelo 300. En la culata había un adorno: una escena de<br />

faisanes volando, delicadamente grabada.<br />

-¿Cuánto tiempo hace que Dick lo tiene?<br />

La pregunta provocó una gran reacción en la señora Hickock.<br />

-Ese fusil vale más de cien dólares. Dick lo compró a plazos y ahora la tienda no quiere<br />

quedárselo, a pesar de que no hará ni un mes que lo compró y sólo se usó una vez, a<br />

principios de noviembre cuando él y David se fueron a cazar faisanes a Grinnell. Lo compró a<br />

nuestro nombre, su papá le dio permiso y así, aquí estamos nosotros, responsables de los<br />

pagos, y cuando pienso en Walter, enfermo como está y en todas las cosas que necesitamos,<br />

todo lo que hicimos sin... -contuvo la respiración impidiendo que la dominaran los sollozos-.<br />

¿De veras que no quiere una taza de café, señor Nye? No es molestia alguna.<br />

El detective apoyó el arma contra la pared renunciando a ella a pesar de estar<br />

convencido de que se trataba del arma que había causado la muerte a la familia Clutter.<br />

-Gracias, pero se me hace tarde porque tengo que llegarme hasta Topeka -contestó y<br />

consultando el cuaderno añadió-: Voy a leer mi resumen para ver si comprendí bien. Perry<br />

Smith llegó a Kansas el jueves doce de noviembre. El hijo de ustedes anunció que vino a<br />

recoger cierta cantidad de dinero que su hermana de Fort Scott le guardaba. Aquel sábado los<br />

dos se fueron en coche a Fort Scott donde pasaron la noche, entiendo que en casa de la<br />

hermana, ¿verdad?<br />

-No -contestó Hickock-. No pudieron dar con ella. Parece que se había mudado.<br />

Nye sonrío:<br />

-Pero, sin embargo, pasaron la noche fuera de casa. Y la semana siguiente, es decir, del<br />

quince al veintiuno, Dick siguió viendo a su amigo Perry Smith pero, por lo demás, por lo que<br />

ustedes saben, mantuvo la rutina normal: siguió viviendo en esta casa y acudiendo al trabajo<br />

cada día. El veintiuno desapareció y también Perry Smith. Y desde entonces, ¿han sabido<br />

ustedes algo de él? ¿No les ha escrito?<br />

-Le da miedo hacerlo -dijo la señora Hickock-. Tiene miedo y vergüenza.<br />

-¿Vergüenza?<br />

-De lo que ha hecho. De habernos causado un nuevo disgusto. Y tiene miedo porque<br />

cree que esta vez no vamos a perdonarle. Como siempre hemos venido haciendo. Y como<br />

haremos. ¿Tiene usted hijos, señor Nye?<br />

Afirmó con la cabeza.<br />

-Entonces ya sabe lo que es eso.<br />

-Otra cosa. ¿Tiene alguna idea, aunque sea remota, de dónde puede estar su hijo ahora?<br />

-Abra el mapa -contestó Hickock-. Señale un punto con el dedo: puede que ahí sea.<br />

La tarde tocaba a su fin y el conductor del coche, un viajante de comercio de mediana<br />

edad que aquí llamaremos señor Bell, estaba cansado. Suspiraba por poder pararse y hacer<br />

una siesta. Pero sólo le faltaban unos ciento sesenta kilómetros para llegar a destino: Omaha,<br />

Nebraska, sede de la gran industria de conservas de carne para la que trabajaba. El reglamento<br />

de la empresa prohibía a los viajantes llevar en el coche a auto-stopistas, pero Bell muchas<br />

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