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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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la silenciosa calle de aquel pueblo que hasta el día anterior jamás había pisado. De Dick, ni<br />

rastro. Pero seguro que vendría. Al fin y al cabo, el motivo de la cita era idea suya, un<br />

«golpe» planeado por Dick. Y cuando la cosa hubiera concluido... México. El mapa estaba<br />

todo roto y de tan manoseado se había vuelto suave como la gamuza. A la vuelta de la<br />

esquina, en la habitación que había tomado en el hotel, tenía centenares de mapas como aquél:<br />

gastados mapas de todos los estados que forman los Estados Unidos, de todas y cada una de<br />

las provincias del Canadá, de todos y cada uno de los países de América del Sur. Porque aquel<br />

jovenzuelo era un infatigable soñador de viajes, alguno de los cuales había realizado, pues<br />

había estado en Alaska, en las Hawaii, en el Japón y en Hong-Kong. Ahora, gracias a una<br />

carta, a la invitación a dar «un golpe» juntos, se hallaba allí con todos sus bienes terrenales:<br />

una maleta de cartón, una guitarra y dos enormes cajas de libros, mapas y canciones, poemas<br />

y cartas que pesaban una tonelada. (¡La cara que puso Dick cuando vio todo aquello!<br />

«¡Cristo! ¿Es que llevas siempre a cuestas toda esta basura, Perry?» Y Perry le contestó:<br />

«¿Qué basura? Uno de esos libros me costó treinta dólares») Ahora se hallaba allí, en Pequeña<br />

Olathe, Kansas. Curioso, si se paraba a pensar, imaginar que estaba otra vez en Kansas<br />

cuando apenas cuatro meses atrás había jurado, primero al State Parole Board 1 y luego a sí<br />

mismo, que no volvería a poner los pies allí. Bueno, no iba a quedarse mucho tiempo.<br />

El mapa estaba lleno de nombres rodeados de un círculo de tinta. Cozumel, isla de la<br />

costa del Yucatán donde, según había leído en una revista para hombres, era posible «quitarse<br />

la ropa, sonreír despreocupadamente, vivir como un raja y tener tantas mujeres como se<br />

quisiera por sólo 50 dólares al mes». Del mismo artículo recordaba de memoria otras<br />

atractivas informaciones: «Cozumel es el refugio contra la tensión social, política y<br />

económica. En esta isla, no hay funcionarios que molesten a sus habitantes.» Y también:<br />

«Cada año bandadas de papagayos vuelan desde el continente a poner sus huevos en la isla.»<br />

Acapulco equivalía a pesca submarina, casinos y mujeres ricas ansiosas. Sierra Madre<br />

significaba oro, equivalía a El tesoro de Sierra Madre, película que él había visto ocho veces.<br />

(Era la mejor película de Bogart, pero el viejo que se dedicaba a la búsqueda de minas, el que<br />

a Perry le recordaba a su padre, estaba estupendo también: Walter Huston. Y lo que le había<br />

dicho a Dick era cierto: se sabía todos los trucos de la búsqueda de oro porque su padre se los<br />

enseñó y su padre era buscador de oro profesional. Así que ¿por qué no podían ellos dos<br />

comprarse un par de caballos y probar suerte en Sierra Madre? Pero Dick, Dick el práctico,<br />

había dicho: «Calma, rico, calma. Que ya he visto la película. Acaba que todos se vuelven<br />

locos. Gracias a la fiebre, a las sanguijuelas, y a las pésimas condiciones. Y luego, cuando<br />

tienen el oro, ¿recuerdas que viene un vendaval y lo arrastra todo?») Perry dobló el mapa.<br />

Pagó la root beer y se puso en pie. Sentado, parecía un hombre de estatura mayor de lo<br />

corriente, robusto, con hombros, brazos y torso corpulentos como de levantador de pesas (en<br />

realidad levantar pesas era uno de sus pasatiempos favoritos). Pero ciertas partes de su cuerpo<br />

no estaban en proporción con las otras. Los pies, menudos, ceñidos por pequeñas botas negras<br />

con reborde de acero, hubieran cabido muy bien en las zapatillas de baile de una delicada<br />

jovencita. Una vez de pie, su estatura era la de un niño de doce años y de pronto, erguido<br />

sobre aquellas piernas atrofiadas, que contrastaban grotescamente con el torso de adulto que<br />

sostenían, pasó de un posible fornido conductor de camión, a ser un jockey retirado, gordo y<br />

con agujetas.<br />

Afuera, Perry se puso a tomar el sol. Eran las nueve menos cuarto y Dick llevaba ya<br />

media hora de retraso. Si Dick no hubiera machacado tanto sobre la importancia de cada<br />

minuto en las veinticuatro horas siguientes, ni lo hubiera notado. No le faltaban maneras de<br />

pasar el tiempo, y una de ellas era mirarse al espejo. En una ocasión, Dick le había dicho:<br />

1 Oficina del Estado que concede libertad bajo palabra. (Nota del T.)<br />

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