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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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que tuvo fue en el ferrocarril de Santa Fe, en Kansas City. Ganaba setenta y cinco dólares a la<br />

semana. Le pareció que tenía bastante para casarse, así que él y Carol se casaron. Ella tenía<br />

dieciséis años y él sólo diecinueve. Nunca creí que saldría bien. Ni que saldría nada.<br />

La señora Hickock, una mujer regordeta con cara redonda y afable, que toda una vida de<br />

fatiga y esfuerzo de la mañana a la noche no había logrado desfigurar, le reprochó:<br />

-Tres maravillosos pequeñuelos, nuestros nietos. Eso es lo que salió. Y Carol es una<br />

persona estupenda. No se la puede culpar.<br />

El señor Hickock prosiguió:<br />

-El y Carol alquilaron una casa bastante grande, se compraron un coche de lujo y<br />

estaban siempre hasta el cuello de deudas. A pesar de que, poco después, Dick ganaba más<br />

dinero conduciendo una ambulancia del hospital. Y luego, la Markl Buick Company, una gran<br />

empresa de allí de Kansas City, le dio empleo como mecánico y pintor de coches. Pero él y<br />

Carol vivían a lo grande y seguían comprando más de lo que podían pagar. Entonces Dick<br />

empezó a firmar cheques. Yo continúo creyendo que la razón por la que se dedicó a hacer<br />

maniobras de ese género, tiene relación con el accidente. Sufrió una conmoción cerebral en un<br />

accidente de coche. Desde entonces no volvió a ser el mismo. Jugaba, firmaba talones sin<br />

fondos. Esas cosas no las hacía antes, que yo sepa. Y fue por entonces también cuando<br />

empezó a enredarse con aquella otra. Aquella por la que se divorció de Carol y fue su segunda<br />

mujer.<br />

La señora Hickock intervino:<br />

-Dick no pudo evitarlo. Recuerda cómo Margaret Edna le iba detrás.<br />

-¿Es que porque una mujer te vaya detrás vas tú a dejarte atrapar? -replicó Hickock-.<br />

Pues bien, señor Nye. Supongo que usted lo sabe tan bien como nosotros. El porqué estuvo<br />

nuestro hijo en la cárcel. Encerrado diecisiete meses, y todo lo que había hecho fue tomar<br />

prestada una escopeta de caza. De casa de un vecino nuestro. No tenía intención de robarla y<br />

me importa un carajo lo que digan los demás. Y fue eso lo que le perdió. Cuando salió de<br />

Lansing, me encontré frente a un extraño. No se le podía hablar. El mundo entero se había<br />

confabulado contra Dick Hickock. Eso es lo que se figuraba él. Hasta su segunda mujer le<br />

plantó: había pedido el divorcio mientras él estaba allá dentro. A pesar de todo, últimamente<br />

parecía estar más asentado. Trabajaba en Garaje y Carrocerías Bob Sands allá en Olathe.<br />

Vivía aquí con nosotros, se acostaba temprano, sin violar su palabra en ningún sentido. Y voy<br />

a decirle una cosa, señor Nye, yo no voy a durar mucho. Tengo un cáncer y Dick lo sabía o al<br />

menos sabía que yo estaba malo... Y no hace ni un mes, justo antes de que se largara, me dijo:<br />

«Papá has sido un padre muy bueno para mí. Nunca más voy a hacer nada que te pueda<br />

disgustar.» Y era sincero. Ese muchacho tiene mucho de bueno dentro. Si usted lo viera en un<br />

campo de rugby, si lo viera usted jugar con sus hijos, no dudaría de lo que le digo. ¡Señor,<br />

señor! Yo quisiera que el Señor me lo explicase, porque lo que es yo no puedo comprender lo<br />

que le ha pasado.<br />

Su mujer dijo:<br />

-Pues yo sí lo sé. -Volvió a coger lo que estaba zurciendo, pero las lágrimas se lo<br />

hicieron dejar-. Fue ese amigo suyo. Eso es lo que ha pasado.<br />

El visitante, el agente del KBI, Harold Nye, se puso a escribir en un cuadernito<br />

taquigráfico, cuaderno ya casi lleno con los resultados de una larga jornada dedicada a<br />

verificar las acusaciones de Floyd Wells. Hasta el momento, todos los hechos corroboraban<br />

del modo más contundente la versión de Wells. El 20 de noviembre, el presunto Richard<br />

Eugene Hickock había ido de compras en Kansas City pasando nada menos que «siete<br />

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