01.05.2018 Views

VE-42 MAYO 2018

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

© Todos y cada uno de los derechos de las obras literarias, fotografías<br />

o ilustraciones publicadas en esta revista pertenecen en exclusiva a sus<br />

respectivos autores (aunque en algunos casos no se citen los nombres)<br />

Fotografía portada: Portada ilustrada expresamente para la revista<br />

por Pablo Rapún Mombiela (Sabiñánigo, Huesca)<br />

Diseño y edición: Rafa Sastre<br />

Colaboraciones: revistave@hotmail.com<br />

Descarga este número de la revista (formato PDF – 4.25 MB):<br />

http://www.mediafire.com/file/9dfagygwakfk685/<strong>VE</strong>-<strong>42</strong>+<strong>MAYO</strong>+<strong>2018</strong>.pdf


Índice<br />

En la brecha (Rafa Sastre) Pág. 1<br />

Efectos secundarios (Rafa Olivares) Pág. 3<br />

Pan casero (Gladys Alonso) Pág. 5<br />

Mi amigo imaginario (Cristina Cifuentes) Pág. 7<br />

Lo suyo, lo mío, lo nuestro (Susana Gisbert) Pág. 9<br />

Letanía de alabastro (Belén Mateos) Pág. 11<br />

Tres es impar (Vivian Rodríguez) Pág. 13<br />

Viejo borracho (Alejandro Ramos) Pág. 15<br />

Un amor imposible (Lu Hoyos) Pág. 17<br />

Ser mujer (Raúl M.J.) Pág. 19<br />

Cerillas en el sótano (Jorge Zarco) Pág. 21<br />

Mens sana in corpore sano (Aurora Rapún) Pág. 23<br />

Océano (Isabel Sifre) Pág. 25<br />

Deshielo (Pilar Alejos) Pág. 27<br />

Algo inesperado (M.Grazia Scelfo) Pág. 29<br />

Estambul (Carmen Fabiá) Pág. 31<br />

Último día (María José Martí) Pág. 35<br />

Daños colaterales (Marta Navarro) Pág. 37<br />

El olvido (Pepe Sanchis) Pág. 39<br />

Musas (Aldana Giménez) Pág. 41<br />

Hogueras entre sueños (Inma Sastre) Pág. 43<br />

Invasión silenciosa (Manuel Serrano) Pág. 45<br />

El gran teatro (Conxa Gausí) Pág. 47<br />

Steve y el del sexto (Rafa Sastre) Pág. 49<br />

A Cristina (Esther Moreno) Pág. 51<br />

Florecer (Malín Simón) Pág. 53


Lucy (Luis Molina) Pág. 55<br />

Sabor a vainilla (Mirta Calabrese) Pág. 59<br />

III Concurso La Radio en Colectivo/Valencia Escribe Pág. 60<br />

III Concurso de Relato Rápido Valencia Escribe Pág. 62<br />

Nuestros libros Pág. 64<br />

Números anteriores de Valencia Escribe Pág. 66<br />

Palabras en la basura Pág. 67<br />

Valencia Escribe en las redes Pág. 68<br />

La foto de Miguel Pág. 70


En la brecha<br />

Sin hacer demasiado ruido seguimos ahí, en la brecha, cumpliendo<br />

etapas y compromisos.<br />

Como el de la presentación «formal» de los Cuentos de las<br />

Estaciones, el próximo 4 de mayo a las 18:00 horas en los Jardines de<br />

Viveros, durante la celebración de la 53 Fira del Llibre de València.<br />

Nos hace felices saber que asistirán compañeras de letras residentes en<br />

puntos más o menos lejanos, a quienes tendremos la oportunidad de<br />

abrazar en persona. Como Vivian Rodríguez, que vendrá desde<br />

Montevideo, y Ángeles Peiro, desde Madrid.<br />

También el último jueves de mayo se anunciará el premio<br />

correspondiente a abril del Concurso de Microrrelatos La Radio en<br />

Colectivo – Valencia Escribe. Salvo imprevistos, en el mismo programa<br />

se fallará el premio anual. Los relatos recibidos en mayo ya se<br />

considerarán participantes en la tercera edición de este certamen<br />

(reproducimos las bases en páginas 60 y 61)<br />

Y estamos en condiciones de informar que durante la mañana<br />

del próximo sábado 9 de junio se verificará el III Concurso de Relato<br />

Rápido, que promovemos con la inestimable colaboración de nuestros<br />

grandes compañeros y amigos del Puerto de Sagunto, encabezados<br />

por Vicente Murria y Marian García. También os dejamos las bases<br />

en las páginas 62 y 63.<br />

Hasta junio entonces. Seguid viviendo, disfrutando, amando...<br />

Rafa Sastre<br />

1


Beautiful female doctor – Hanna Kuprevich (Bielorrusia)<br />

https://500px.com/marketinglasers<br />

2


Efectos secundarios<br />

Ante el equipo médico y un par de testigos, dijo que sí con dos<br />

pestañeos. Con esa preceptiva autorización, ya pudieron empezar a<br />

administrarle el innovador fármaco todavía en fase experimental y de<br />

desarrollo. En menos tiempo del imaginable, Arturo Barroso, el<br />

paciente, comenzó a recuperar la movilidad de su cuerpo. Primero<br />

fueron los dedos, después las extremidades completas, más tarde<br />

hombros, torso y cuello. Supuso todo un hito que volviera a sonreír y<br />

moviera los músculos faciales. Y una fiesta recobrar el habla como<br />

antes de la enfermedad. Sin embargo, y a pesar de los extraordinarios<br />

progresos, no pudieron darle de alta porque había dejado de<br />

pestañear.<br />

Relato ganador del mes de marzo<br />

II Concurso de Microrrelatos «La Radio en Colectivo / Valencia Escribe»<br />

Rafa Olivares (Alicante)<br />

3


Sourdough bread – Rebecka Sendroiu (Italia)<br />

https://500px.com/rebeckagsendroiu<br />

4


Pan casero<br />

Leudaba entre calores meridianos<br />

bullente de sedientas levaduras<br />

pan casero en los sueños de la infancia,<br />

reposaba en un paño su tibieza<br />

bollo blanco de paciente ternura.<br />

De cáscara tostada<br />

con agujeros de aire en sus entrañas,<br />

brillante de manteca<br />

junto al tazón de leche en la mañana<br />

somnoliento de esperas en la mesa.<br />

Desprolijo y sediento<br />

empapado de sopa al mediodía<br />

con avidez salobre,<br />

supuraba de caldos la barbilla.<br />

Olvidado, quizás en un bolsillo<br />

entre tierra, pelusa y las bolitas<br />

endurecido y parco<br />

en vaivén solitario de mendrugo.<br />

Su destino final serán migajas<br />

arrinconadas así, en un descuido<br />

esperando un renuevo de pan fresco<br />

en el fondo letal de una panera.<br />

Gladys Alonso (Chacras de Coria-Mendoza, Argentina), 2007<br />

5


A good book – Emmy (EUA) https://b1nd1.deviantart.com/<br />

6


Mi amigo imaginario<br />

Se llama Casimiro y ya era viejo, muy muy viejo, cuando, al<br />

abrir un libro, aparecía de la nada. Yo me acomodaba en su costado<br />

acogedor —aunque era enjuto como un huso—, bajo sus brillantes<br />

ojos negros, y seguía el camino que trazaba con el índice. Si me<br />

atascaba en una palabra, la descifrábamos entre los dos. En poco<br />

tiempo desaparecieron el índice y los atascos, pero Casimiro no se fue.<br />

Era de gran ayuda con las palabras nuevas y las frases difíciles.<br />

Empecé a estudiar, y fue mi memoria: sin él no habría recitado jamás<br />

la lista de los reyes godos.<br />

Casimiro estuvo también junto a mí en la adolescencia. Su larga<br />

barba blanca, suave y cálida como un abrigo, me confortaba en aquel<br />

autobús madrugador, camino de la ciudad inhóspita, cuando empecé<br />

el instituto. Comentábamos la lectura que nos ocupaba y me enseñó a<br />

fijarme en los detalles, la estructura, el ritmo y la música de cada libro.<br />

Me adentré también, de su mano, en el bosque de la poesía.<br />

Llegó la Universidad, mi primer novio, un trabajo de media<br />

jornada, un piso compartido… Casimiro aparecía poco, casi siempre<br />

cuando empezaba a coger ya el sueño: «Lucía —susurraba—, no me<br />

olvides. La magia nos necesita a ambos». Pero me dormía y no era<br />

capaz de leer más allá de un par de párrafos.<br />

Hace unos días, mi hijo de ojos negros cumplió un año. Le<br />

regalaron muchos libros ilustrados, de cartón duro y colores brillantes.<br />

Cada noche cuando lo acuesto, el índice nudoso de Casimiro señala<br />

las figuras que yo recito y mi niño se duerme enredando sus manos en<br />

la larga barba blanca del anciano duende de los libros.<br />

Primer premio de la categoría de adultos en el concurso de relato<br />

«Mi amigo imaginario» organizado por Pippa & Cochomata (19.05.2016)<br />

Cristina Cifuentes Bayo (La Puebla de Alfindén, Zaragoza)<br />

http://www.irae.es/<br />

7


Dependence – Eva Kmento (República Checa)<br />

https://xantipa2-2d3dphotom.deviantart.com/<br />

8


Lo suyo, lo mío, lo nuestro<br />

—Ya sabéis, desde lo suyo no está nada bien<br />

Escuché por pura casualidad. Mi madre estaba hablando con mis<br />

amigas, que habían venido a verme, y esa frase traspasó el tabique para<br />

incrustarse directamente en mi cerebro y mi alma.<br />

Me había acercado a la cocina a beber agua, y no pude evitar<br />

quedarme escuchando. Me quedé ahí quieta, con la oreja pegada a la pared<br />

y los pies clavados en el suelo por un martillo imaginario.<br />

Mi propia madre hablaba de mí como si fuera una pobre niñita<br />

desvalida, en vez de la mujer de casi treinta años que era. Les<br />

recomendaba a mis amigas que fueran sutiles, que me trataran con cuidado<br />

y, sobre todo, que no me hablaran de «lo mío».<br />

Ahora entendía muchas cosas. Entendía que eludieran hablar de lo<br />

que había pasado, de cómo me sentía, del largo camino que quedaba por<br />

delante. Entendía por qué cambiaban de tema cada vez que intentaba<br />

contarles algo, o preguntarles pidiéndoles consejo. Ellas me hablaban de<br />

nimiedades, de ropa, de fiestas a las que habían ido, de la última monada<br />

de sus niños o de lo mal que los pasaban con los cólicos. Y a mí la verdad<br />

es que todo aquello me importaba un carajo.<br />

Después de oírla, me di cuenta de que mi madre se avergonzaba de<br />

mí. Bajaba la voz y se refería a «lo mío» como a algo a esconder, a ocultar<br />

a nuestras exquisitas amistades. Era solo «lo mío», no «lo nuestro».<br />

Pero yo necesitaba gritarlo a los cuatro vientos. Necesitaba contar<br />

que aquel señorito tan fino y de tan buena familia, me había destrozado la<br />

vida. Que cada día me humillaba de una forma nueva, que despreciaba<br />

cada palmo de mi piel y cada cosa que hacía, que no me dejaba salir de<br />

casa, ni vestirme a mi gusto, ni relacionarme con quien él no quisiera.<br />

9


Necesitaba contar que el día que me partió el diente también partió mi vida<br />

en dos. No había marcha atrás.<br />

Quería explicarles que aquella casa de reposo a la que ella me<br />

envió no era más que un hospital psiquiátrico donde me recetaban en la<br />

misma proporción tranquilizantes y olvido. Que valoraba su buena<br />

intención, pero que necesitaba salir del agujero, no taparlo con tierra.<br />

Y quería, sobre todo, que alguien me diera el empujón definitivo<br />

para denunciar a aquel mal nacido, por más blasones que tuvieran su cuna<br />

y su árbol genealógico. Que no quería evitar el escándalo, sino que le<br />

estallara en plena cara. En esa cara que me hacía temblar con solo<br />

recordarla.<br />

—Hiciste bien, cariño. Los trapos sucios se lavan en casa. Ahora<br />

un divorcio discretito y a olvidar lo pasado.<br />

Esas palabras de Eugenia, la que hasta entonces fue mi mejor<br />

amiga, me hicieron decidirme. Mucho más que tres meses de hospital y<br />

toneladas de tranquilizantes.<br />

La dejé con la palabra en la boca y me fui a la comisaría más<br />

cercana. Ante una policía, que nada sabía de mí, de apellidos ilustres y<br />

presuntos escándalos, lo vomité todo. No me dejé ni un empujón, ni un<br />

insulto, ni una sola de sus humillaciones.<br />

Ese día empecé a vivir.<br />

Y, les gustara o no, «lo mío» pasó a ser «lo nuestro».<br />

Susana Gisbert Grifo (València)<br />

http://conmitogaymistacones.com/<br />

10


Letanía de alabastro<br />

Imagen aportada por la autora<br />

Tal vez nuestros sueños fueron quimera.<br />

Palabras pronunciadas en la letal agonía de un poema.<br />

Tal vez el verso fue alabastro en una mirada.<br />

Amargo palpito en la voz sosegada,<br />

en la tirita de una brecha,<br />

en la promesa de una epifanía de humedad.<br />

Hay una vocal de estepa que camina<br />

hacia la pupila de tu aliento.<br />

Sabiduría.<br />

Hay una reflexión en la luz,<br />

en la moral implícita de la ortografía.<br />

Hay una secuencia irrevocable<br />

en la palabra nunca dicha.<br />

Liturgia en la lengua escrita…<br />

Mª Belén Mateos Galán (Zaragoza)<br />

11


Foto aportada por la autora<br />

12


Tres es impar<br />

Lo sabíamos.<br />

Si observas bien la foto, nuestros gestos lo delatan.<br />

Javier se ubica definitivamente más cerca de Esteban.<br />

Yo me enamoré de Javier, e hice todo lo posible porque nuestra<br />

pareja funcionara.<br />

Luego apareció Esteban. Fue amor a primera vista. Luché,<br />

mucho, pero no pude con eso. Hay sentimientos con los que nos se<br />

puede, sean buenos, enfermos, generosos, obsesivos, nos devoran y<br />

nos vuelven sus títeres.<br />

Ese día, el de la foto, fue cuando nos fuimos a Playa del<br />

Carmen, a un all inclusive. Creímos que incluyéndonos todos, Javier,<br />

nos amaría a los dos.<br />

El resto de las fotos, le pedí a la casera que las destruyera,<br />

cuando hubo que desarmar la casa. Solo me quedé con esta: los tres<br />

mirando hacia el futuro, queriendo creer.<br />

Se suele pensar que el amor lo puede todo, pero para nosotros no<br />

fue así. Mis celos jugaron el peor rol, a cada momento me daba<br />

cuenta que la verdadera pasión la vivían ellos.<br />

¿Si me arrepiento? Sí: de haber quedado viva. La tercera bala,<br />

que tenía mi nombre, solo me hirió, y lo que pensé como un alivio, se<br />

transformó en el castigo detrás de estas rejas, donde solo me queda<br />

mirar esta foto, cuando todavía creíamos.<br />

¿Que quién la tomó?<br />

¿Importa?<br />

Vivian Rodríguez Dorgia (Montevideo, Uruguay)<br />

https://lapiazzadellaluna.blogspot.com.uy/<br />

13


Homeless angel – Alexandre Salles (Brasil) https://axlsalles.deviantart.com/<br />

14


Viejo borracho<br />

«El corrupto aroma de la noche vincula mundos, asesina<br />

escepticismos. Desde aquella esquina la sombra te mira cargando con<br />

los pecados del mundo. Los sueños petrificados de la roca no son sino<br />

las pesadillas del hombre. Tememos a la caótica providencia que cayó<br />

para absolvernos a todos de nuestros últimos rastros de bondad; y<br />

abrasarnos, con sus alas de ángel impuro. Oramos a lo vanamente<br />

humano del espejo desde nos miran, y ahí vamos»<br />

¡Cállate de una buena vez, viejo borracho! —gritó desde las<br />

sombras un hueco en el mundo.<br />

El policía que atento escuchaba al vagabundo quedó atónito,<br />

volteando a ver a la nada entre la oscuridad, el hombre en el suelo<br />

tintineó las monedas en su oxidada lata, para llamar de nuevo la<br />

atención del oficial, y dijo en tono socarrón:<br />

—Te lo dije, hombre.<br />

Manuel Alejandro Ramos Ayala (Naica, México)<br />

http://chatomusik.blogspot.mx<br />

15


Retrato de Isabel de Bohemia (hacia 1636)<br />

16


Un amor imposible<br />

He soñado el inconcebible dolor.<br />

He soñado mi espada.<br />

He soñado a Elisabeth de Bohemia.<br />

He soñado la duda y la incertidumbre.<br />

He soñado el día de ayer.<br />

Quizá no tuve ayer, quizá no he nacido.<br />

Acaso sueño haber soñado.<br />

Siento un poco de frío, un poco de miedo.<br />

Sobre el Danubio está la noche.<br />

Seguiré soñando a Descartes y a la fe de sus padres.<br />

J.L. Borges, La cifra (1981)<br />

Cuando Descartes conoció a Elisabeth de Bohemia, se enamoró<br />

perdidamente de su belleza e inteligencia. «Será ella una excepción<br />

—se decía— o acaso el bello sexo también posee las mismas capacidades<br />

intelectuales de un hombre». La princesa fue su anfitriona y<br />

alumna, pero él jamás osó declararle abiertamente su amor. La<br />

sombra de su pasado rondó siempre aquella relación. La batalla de la<br />

Montaña Blanca, en la que participó del lado de los Hasburgo en<br />

1620, planeaba sobre la conciencia de René; eran los inicios de la<br />

Guerra de los Treinta Años que enfrentó a católicos y luteranos y, en<br />

ella, Descartes luchó en el frente y realizó labores de espionaje.<br />

Elisabeth mantuvo con el filósofo una amistad intelectual, y más<br />

tarde una larga correspondencia en la que se puede rastrear algo más<br />

de lo que las líneas dicen. Ella nunca supo que el filósofo colaboró en<br />

la derrota de su padre, Federico V, en aquella Montaña blanca.<br />

Lu Hoyos (València)<br />

17


Dari – Evgenia Karica (EUA) https://elle-cannelle.deviantart.com/<br />

18


Ser mujer<br />

No quererle quiso querer<br />

cada vez que le quería.<br />

Cada palmo de su piel<br />

extrañaba sus caricias<br />

en las noches de placer,<br />

cuando él la recorría<br />

sin tocarla y sin tener<br />

en su cama compañía.<br />

Le llamaba, y cada vez<br />

por su amor ella moría.<br />

Asustada quiso correr<br />

y sacarlo de su vida.<br />

Un poema quiere ser,<br />

cada noche lo palpita.<br />

Despertó siendo mujer.<br />

Ya por fin se siente viva.<br />

Raúl M.J. (Llíria, València)<br />

19


Sin título – Roegger<br />

https://pixabay.com/es/users/roegger-607528/<br />

20


Cerillas en el sótano<br />

En el sótano de mi casa de campo dice mi abuela que hay<br />

espíritus y fantasmas esperando que una noche inoportuna, duerma<br />

en aquella estancia.<br />

En el sótano de mi casa de campo, hay una cama donde pasar<br />

una noche rodeado de garrapatas y ratas, donde dice mi abuela, que si<br />

dejo una de mis piernas fuera de las sucias sábanas, unas manos me<br />

arrastrarán fuera de la cama, más allá de las cloacas. De donde nadie<br />

regresa de sus malos sueños.<br />

En el sótano de mi casa de campo, no hay luces que lo iluminen<br />

de sus sombras. Ni siquiera una mala bombilla.<br />

Temo bajar allí, a esa noche eterna que me acecha callada y<br />

silenciosa.<br />

Pero tengo cerillas para iluminar el lugar de posibles figuras<br />

ocultas en sus rincones y estancias.<br />

La puerta, vieja y pesada, se cierra a mis espaldas.<br />

Abajo, las escaleras me reciben; más allá, solo acecha lo<br />

desconocido.<br />

El lugar es frío y solitario. Aparentemente, no hay nada más.<br />

Primer fósforo: oigo pesadas teclas de piano, no me encuentro<br />

solo.<br />

Unos dedos apagan a traición la cerilla como quien extingue la<br />

vela de una tarta de cumpleaños rellena de frambuesa color sangre.<br />

Segundo fósforo: bajo varios escalones e ilumino con mi escasa<br />

luz la tiniebla, viendo a mi alrededor una estancia llena de<br />

deteriorados muebles, corroídos por la carcoma con su penetrante<br />

olor a deterioro.<br />

21


El fósforo me quema los dedos y cae al suelo.<br />

Tercer fósforo: No hay nadie, o eso creo. Una mano acaricia mi<br />

pelo a mis espaldas.<br />

Mis dedos se queman y se hace la noche.<br />

Cuarto fósforo: Encuentro un candil que ilumina la estancia y un<br />

rostro sale a mi encuentro: infantil, lastimoso, de ojos desorbitados y<br />

cabellos revueltos, con la boca babeante y una navaja afilada en una<br />

de sus escuálidas manos.<br />

Jorge Zarco Rodríguez (València), 22.03.<strong>2018</strong><br />

22


Mens sana in corpore sano<br />

Sin título – Alexas https://pixabay.com/es/users/Alexas_Fotos-686414/<br />

La mirada concentrada, las mallas ajustadas, la camiseta<br />

deportiva holgada, la cinta en el pelo. Extiende la esterilla en el suelo<br />

y pone música de fondo. Se tumba. Abdominales con las piernas<br />

levantadas. Vamos allá. Una, uf, uf, dos, uf, uf, tres. Apoya la cabeza<br />

en el suelo. Descansa. El cerebro empieza a trabajar deprisa: tengo<br />

que comprar, tengo que estudiar, tengo que escribir, tengo que<br />

terminar la película que empecé ayer. Estira los brazos y las piernas.<br />

Se levanta y se va a la ducha. Le vendrá bien después de una dura<br />

sesión de ejercicio.<br />

Aurora Rapún Mombiela (València)<br />

23


Playa de Varadero (Cuba) – Fotografía de la autora<br />

24


Océano<br />

Vivo en tu corazón,<br />

en su misterio<br />

que me da la mano<br />

cuando el terror nocturno me persigue.<br />

Vives en mí, te vivo, nos vivimos<br />

en las profundidades del silencio.<br />

En la zona abisal del mar eterno<br />

hay un rayo delgado<br />

Una luz para dos que no conoce<br />

la sucia compra-venta,<br />

que no entiende de juegos malabares,<br />

de trileros de corte deslenguado<br />

ni comulga con leyes desleales.<br />

Es esa transparencia la que sella<br />

la imposible distancia y nos acerca.<br />

No hay mentira posible. No hay engaño<br />

tal vez la fe flojea en ocasiones<br />

y alguna que otra discusión muy corta<br />

se empeña en enturbiarnos las pestañas<br />

pero siempre regresan<br />

los corazones limpios<br />

al punto del que huyeron<br />

y duermen abrazados<br />

en un lugar secreto<br />

donde el tiempo no cabe<br />

y el espacio es la música que borra<br />

el reproche tenaz,<br />

la voz inoportuna<br />

y el aguijón del cuerpo ausente.<br />

Isabel Sifre Puig (València)<br />

25


Fotografía aportada por la autora<br />

26


Deshielo<br />

Sin beso de buenas noches ni un «buenos días» al despertar,<br />

amanece nuestra habitación recubierta de hielo, donde nuestra cama<br />

es un iceberg que flota a la deriva en un mar de indiferencia y soledad.<br />

Nos sentimos náufragos, hibernando en polos opuestos,<br />

incapaces de atravesar la grieta que nos separa. Bastaría el roce de<br />

nuestras manos para fundirlo todo, para que el fuego que palpita bajo<br />

este témpano arda de nuevo, con el calor de dos almas que nunca se<br />

han dejado de amar.<br />

De pronto, sin querer, dormidos, sucede un abrazo inesperado,<br />

que pone fin a esta era glaciar.<br />

Relato finalista en Wonderland (RNE) 09.09.17<br />

Pilar Alejos Martínez (Quart de Poblet, València)<br />

https://versosaflordepiel.blogspot.com.es/<br />

27


It´s napkin not kidnap – Midnight00 https://midnight00.deviantart.com/<br />

28


Algo inesperado<br />

Laura acaba de leer el inquietante título de un periódico romano<br />

que dice: “La città colabrodo affonda: altra voragine al Fleming”, o<br />

sea, que la ciudad es como un queso gruyère y acaba de abrirse otro<br />

agujero a semejanza de un nuevo volcán. Ambas palabras —la del<br />

queso y el volcán— son metafóricas, pero la verdad es que no es la<br />

primera vez que esto sucede en Roma. Ha ocurrido ya varias veces en<br />

distintos barrios de la ciudad. Roma se está hundiendo.<br />

La joven se da cuenta que, como de costumbre, habrá caos en la<br />

circulación a consecuencia de las calles cortadas por este inesperado<br />

suceso. Resignada, porque tiene que salir, no le preocupa mucho el<br />

problema, pues cree que no le afecta directamente.<br />

Tiene previsto ir a ver la exposición de pintura de Monet y se<br />

encuentra con esta expectativa, muy feliz.<br />

De repente, mientras está atravesando un cruce cerca de su casa,<br />

su coche empieza a deslizarse hacia el vacío. Se ha abierto un enorme<br />

agujero ante ella en forma de cono y tiene una gran profundidad.<br />

Laura se desmaya por el impacto y todos los que han presenciado el<br />

incidente, muy asustados, llaman a los bomberos y a la policía. No<br />

logran ver lo que pasa dentro del cráter abierto por la oscuridad que lo<br />

invade y no se acercan porque tienen miedo de caer ellos también.<br />

Los bomberos tardan en llegar.<br />

Mientras tanto, la chica se despierta. Le duele la cabeza y tiene<br />

unos moratones en los brazos, pero no está herida de gravedad, tiene<br />

solo algunos rasguños. Logra salir del coche y se da cuenta de que no<br />

puede trepar por las paredes del hueco. Le parece ver unas galerías<br />

subterráneas y empieza a arrastrarse a duras penas por la pendiente<br />

para ver si puede salir por alguna parte.<br />

Al buscar la salida, a los lados de las galerías, encuentra unas<br />

cavidades, que parecen ser de antiguas catacumbas, donde hay varias<br />

29


cajas de madera de distintos tamaños. Sorprendida, logra abrir una de<br />

ellas y se asusta cuando ve que contiene armas. No se deja vencer por<br />

el sobresalto y sigue arrastrándose por el interior del hueco, porque<br />

piensa que siguiendo la ruta de las cajas econtrará la salida.<br />

Pero ocurre algo inesperado. Desde uno de los huecos, aparecen<br />

tres hombres que le apuntan con una pistola en la cabeza y le<br />

preguntan qué hace allí. De nada sirven sus explicaciones; el cabecilla<br />

le advierte que ha descubierto demasiado y que no puede dejarla libre.<br />

Son traficantes de armas y la retendrán como rehén hasta que<br />

entreguen el armamento y se alejen de la ciudad. Lo sentiría mucho si<br />

tuviera que matarla, le dice.<br />

Lo que no sospechan es que Laura es un agente especial<br />

antiterrorista y que lleva un reloj mediante el cual conocen su<br />

localización. También su señal codificada de que está en peligro. A<br />

los pocos minutos aparecie un grupo de agentes antiterroristas que<br />

llevaba tiempo detrás de esta banda de traficantes sin conseguir<br />

localizar su escondite. Han recibido el mensaje y han conseguido<br />

entrar por un sótano que ya tenían vigilado.<br />

Julio, el inspector jefe, al verla en peligro, vacila durante un<br />

instante. El cabecilla de la banda aprovecha la situación para<br />

amenazar a Laura con la pistola, advirtiendo a todos que si no les<br />

dejan salir la matará.<br />

Ella, sin pensarlo, y con mucha rapidez, le hace una llave de<br />

kárate y lo lanza sobre el suelo. Justo en ese momento, Julio y el<br />

resto de agentes, se lanzan sobre el jefe y los demás traficantes.<br />

Gracias a este accidente del subsuelo de Roma, se consigue acabar<br />

con esta banda de malhechores, tantos años buscados por la policía.<br />

María Grazia Scelfo (Roma, Italia)<br />

http://mgscelfo.blogspot.com.es/<br />

30


Estambul<br />

Istanbul – Firat (Turquía) https://slashhh.deviantart.com/<br />

Calles bulliciosas , caótico tráfico.<br />

ruido constante tan solo silenciado<br />

por el mágico canto del almuédano:<br />

intenso, reverberante, solemne .<br />

¡La llamada a la oración!<br />

En el interior del templo<br />

el tiempo se detiene,<br />

en un etéreo espacio<br />

de recogimiento, plegaria<br />

y oración.<br />

31


Se diluyen lentamente los ecos<br />

de esa profunda voz.<br />

La normalidad se restaura:<br />

las idas y venidas presurosas<br />

por las ambientadas<br />

calles de Estambul.<br />

Mezcla de culturas,<br />

mezcla de sentidos :<br />

aromas y sabores,<br />

músicas y colores<br />

que inundan cada rincón<br />

y penetran en el corazón.<br />

Las majestuosas mezquitas<br />

ascienden hacia el cielo<br />

se extienden hasta alcanzar<br />

el azul de la mar,<br />

flanqueando las riberas<br />

de palacios suntuosos<br />

símbolos del poder<br />

de tiempos del ayer.<br />

Calles empinadas que recorren<br />

toda la extensa y bella ciudad<br />

entre bazares y mercaderes<br />

entre colinas y mares<br />

entre torres y alminares<br />

por tierra y por mar.<br />

Contemplar su inmensidad<br />

entre Oriente y Occidente.<br />

Ciudad mágica, grandiosa<br />

e imperial, diríase inspirada<br />

en un cuento oriental.<br />

32


Difícil olvidar su luminosidad<br />

Difícil no sentir su magia<br />

ancestral, difícil no sucumbir<br />

a su arte colosal.<br />

Estambul, crisol de culturas<br />

religiones y naciones,<br />

encrucijada de peregrinos<br />

tumba de sultanes<br />

y aguerridos guerreros<br />

testigo de pasiones,<br />

odios y rencores.<br />

Tradición y vanguardia<br />

progreso y regresión<br />

pasado glorioso,<br />

presente incierto.<br />

Penetras hasta el interior<br />

enamoras profundamente<br />

a todo aquel que te ve<br />

y nunca jamás olvidará<br />

tu mágica identidad.<br />

Carmen Fabiá Mir (València)<br />

33


Crying woman – Luciana Beltrami (Brasil)<br />

https://www.flickr.com/photos/luciana_b/<br />

34


Último día<br />

Esta mañana intenté poner fin a mi vida, pero no es fácil. Tras<br />

abrir la espita del gas, atranqué puertas y ventanas y al cabo de una<br />

hora me di cuenta de que seguía viva. ¡Se había terminado el maldito<br />

butano!<br />

Entonces lo imaginé de otro modo: la bañera caliente y espuma,<br />

mucha espuma, una cuchilla de afeitar, el punto preciso donde<br />

seccionaría mis venas... casi olvidaba que nos cortaron el agua hace<br />

una semana y la luz hará unos meses.<br />

Junto al cadáver de mi hijo —es retrasado, y murió ayer<br />

mientras bajábamos la solitaria escalera para pedir auxilio— pues<br />

bueno, sentada en el maldito escalón de la portería junto a él, escucho<br />

por fin el rugir de las máquinas demoledoras. Acaban de empezar. Sé<br />

que, si estoy quieta y en silencio, pasaré desapercibida sesenta años<br />

más.<br />

Van a derribar el edificio. No saben que seguimos aquí. A mi<br />

Gabriel y a mí siempre nos ha sonreído la suerte, pero de otra<br />

manera.<br />

María José Martí López (València)<br />

http://conelcuentoenlostalones.blogspot.com.es/<br />

35


Sin título – Wokandapix<br />

https://pixabay.com/es/users/Wokandapix-614097/<br />

36


Daños colaterales<br />

Presiento —y no preciso para ello recurrir a la dotes<br />

adivinatorias que tantos me adjudican— son ustedes parte de ese tipo<br />

de personas que adora la primavera. No es un reproche, no, ¿cómo<br />

iba a serlo? se trata sólo de una simple observación. Y es que son<br />

legión los entusiastas de tal estación. Tal vez hasta ahora no hubieran<br />

reparado ustedes en ello, o no hubieran prestado al asunto la atención<br />

que a mi juicio merece, pero, créanme, yo sé bien de lo que hablo.<br />

Pregunten, pregunten a cualquiera y verán como de inmediato y sin el<br />

más leve pestañeo, todas las respuestas, sin apenas excepción, se<br />

inclinan a favor de la bellísima, fresca, flamante y cautivadora<br />

primavera. Conste que lo digo sin atisbo alguno de ironía, no se<br />

confundan y no atribuyan a mis palabras un sentido del que por<br />

completo carecen. No, nada más lejos. Muy al contrario, entiendo su<br />

éxito a la perfección: luminosa, alegre, aromática, poética, romántica<br />

a rabiar... La reina de la fiesta, vaya. Aunque, si vamos a ser sinceros,<br />

hemos de reconocer también que tras los larguísimos, grises y<br />

lluviosos meses invernales que la preceden, mucho mérito tampoco<br />

tiene la cosa ¿no creen? Bien fácil ha de resultarle ejercer su hechizo,<br />

su calidez y su dulzura bajo esos espléndidos e inmensos cielos azules,<br />

tibias y brillantes tardes de sol y mágicas noches estrelladas sobre los<br />

que, poco a poco, la muy pícara ha tejido su leyenda.<br />

En fin. El caso, como seguro ya habrán adivinado, es que pese a<br />

todas sus excelencias, su belleza, su magia, su poesía... yo la odio. Sí,<br />

odio la maldita primavera con toda la fuerza de mi pequeño ser.<br />

Comienza el buen tiempo, alargan los días, se llenan los parques<br />

de enamorados cándidos y almibarados hasta la náusea, y de rabia e<br />

impotencia —también algo de miedo, no lo negaré— tiembla sin<br />

remedio mi pobre corazón.<br />

37


Y sé que no es su culpa ni mucho menos su intención, pero ¡ay!<br />

tan crueles e irreparables son los efectos secundarios que, con su<br />

aparente inocencia, la muy traidora ejerce sobre mí...<br />

Deshojada, dolorida y marchita, estupefacta, horrorizada y al<br />

límite de mis fuerzas, la luna llena me encuentra cada noche. Sólo<br />

con ella desahogo mis penas y aunque, cómplice y comprensiva, en<br />

silencio y con paciencia infinita, siempre me escucha, muy leve es el<br />

alivio que en tal confesión mi martirizada alma halla, e incurable a<br />

estas alturas parece la ansiedad y la angustia que, día tras día, mes<br />

tras mes, primavera tras primavera, mi maltrecho espíritu corroe.<br />

Hace ya mucho que perdí la esperanza de transitar en paz mis<br />

días y eso, me temo, es lo peor. Y es que, aunque de mil modos<br />

diferentes lo intenté, esos tontorrones de sonrisa bobalicona,<br />

lánguidos ojillos y mirada perdida en sus amorosos abismos, que<br />

agotan inclementes mi paciencia, no escarmientan. Por más que<br />

siempre a su pregunta —¿romántica, dicen? ¡Ja! ¡Absurda y<br />

empalagosa como ninguna!— respondo con un "NO", quizá en<br />

exceso rotundo y sin duda —reconozco— algo malévolo,<br />

imperturbables y esperanzados, ellos insisten e insisten... ¡Pues van<br />

listos! Tan humilde y sencilla como parezco, ni a sospechar han<br />

comenzado todavía lo rencorosa y vengativa que, cuando con interés<br />

me lo propongo, puedo llegar a ser.<br />

¿Oráculo del amor yo? ¡Qué ocurrencia! ¡Vamos, hombre!<br />

Marta Navarro Calleja (València)<br />

https://cuentosvagabundos.blogspot.com.es/<br />

38


El olvido<br />

Sin título – Flooy (Alemania) https://pixabay.com/es/users/flooy-715497/<br />

Oscar Fidel Montoya, delantero centro, capitán y figura del<br />

equipo, se disponía a lanzar el penalti. Miles de aficionados coreaban<br />

su nombre, convencidos de que anotaría el gol del triunfo. Se<br />

encontraban en el último minuto del partido y si marcaba, la Copa<br />

Libertadores sería suya.<br />

Cuando tomó carrerilla, antes de impactar la pelota, recordó de<br />

golpe la última tarea doméstica que había realizado en su casa:<br />

plancharse dos camisas y un pantalón. Como en un flash, se vio<br />

dejando la plancha encendida sobre la tabla, pero sin tener la<br />

seguridad de haber desenchufado el cable. Una sensación de calor<br />

invadió todo su cuerpo.<br />

No hace falta decir que el balón salió fuera, dos metros por<br />

encima del travesaño.<br />

Pepe Sanchis (Massalfassar, València)<br />

39


Fotografía aportada por la autora<br />

40


Musas<br />

Vienen musas con el viento,<br />

espero no recordarles a nadie…<br />

Nos elegimos hace un tiempo<br />

somos puntos cardinales.<br />

Jugamos a la conquista<br />

en territorio neutral,<br />

perdimos todas la vida<br />

por no conciliar la paz.<br />

Ahora mi carne y mis huesos<br />

se mojan con lluvia temprana…<br />

El corazón también les ofrezco,<br />

tomen, soy voluntaria.<br />

No me dejen sólo el aire<br />

insuficiente para pensar,<br />

denme piel y señales<br />

perfumes, voces y furia del mar.<br />

Aldana Michelle Giménez (Mendoza, Argentina)<br />

41


Bonfire – Benjamin Nelan<br />

https://pixabay.com/es/users/BenjaminNelan-268798/<br />

<strong>42</strong>


Hogueras entre sueños<br />

Imagina que sueñas. Por supuesto, piensas que todo lo que<br />

acontece en tu sueño no es más que eso, un sueño. Pero cuando ves<br />

que es recurrente, te asustas, y si transcurre el tiempo y algunas cosas<br />

van transformándose en realidad, empiezas a sentir una especie de<br />

pánico. «¿Son premoniciones?», te preguntas.<br />

Primero sueñas que estás una noche en la playa, relajado,<br />

mirando el mar. La gente va llegando y tú no sabes el por qué, ni qué<br />

va a pasar. Empiezan a encender hogueras. Unos bailan, otros cantan,<br />

los más locos saltan las hogueras mientras articulan un grito<br />

desgarrador. Luego ves una mujer envuelta en llamas, que corre por<br />

la orilla y desaparece de tu vista. No sabes dónde ha ido, porque<br />

realmente no se ha ido, solo se ha desvanecido. A un hombre que<br />

pasea, una ráfaga de viento le tira el peluquín. Da media vuelta para<br />

buscarlo, y la arena se lo traga. Un joven toca la guitarra y, de<br />

repente, la guitarra se transforma en una serpiente que empieza a<br />

devorarlo. Un perro con dos cabezas salta como un canguro. Y al<br />

final, una ola gigante nos envuelve a todos y nos transporta al medio<br />

del mar.<br />

Otro día, sueñas que estás tumbado en el diván de un psiquiatra<br />

y que mientras le cuentas ese sueño sobre las hogueras, entra una<br />

enfermera en ropa interior, se enciende un pitillo y se sienta a<br />

escuchar lo que dices. Entonces ella, no el psiquiatra, te da el<br />

diagnóstico: «Soñar con hogueras significa que necesitas revivir la<br />

llama de la pasión y saltar sobre ella, que te quieres purificar y olvidar<br />

ciertos pensamientos negativos».<br />

Pero el peor sueño sobre hogueras fue aquel en el que estábamos<br />

celebrando el día de Santa Cecilia, la patrona de la música. Ya sabes,<br />

43


haciendo paellas en la calle de al lado de la escuela. En el sueño, una<br />

hoguera se descontroló y una de las estudiantes, a la que yo conocía,<br />

intentó apagar el fuego. Acabó volando por los aires.<br />

Y cuando un mes más tarde escuchas en la radio que ha habido<br />

un incendio en una discoteca, y te enteras de que un compañero tuyo<br />

de música ha fallecido, te planteas si los sueños solo sueños son, o si,<br />

por el contrario, son visiones del futuro.<br />

Inma Sastre (L´Eliana, València)<br />

44


Invasión silenciosa<br />

Fotografía aportada por el autor<br />

Un día aparecieron en casa. Venían para quedarse. Al principio<br />

era unos cuantos o cuantas. Después se fueron multiplicando hasta<br />

llegar a ser casi una plaga bíblica. Así como en «La casa tomada» de<br />

Cortázar, un ser extraño, anónimo, va despojando de espacio al<br />

protagonista y a su hermana, así pasa en mi casa. Pero no han sido<br />

habitaciones, sino lugares de descanso. El sofá, los sillones, las dos<br />

butacas de la entrada… y hasta el propio lecho conyugal, es decir, la<br />

cama.<br />

Ahora, cada vez que voy a sentarme debo retirar la evidencia de<br />

esta invasión. No puedo aposentarme sobre ellos. No puedo amonto-<br />

45


narlos. No son útiles. Solo son «monos». Elementos decorativos perfectamente<br />

alineados, estratégicamente ubicados para martirizarme.<br />

En el salón, sobre el sofá, no hay mucho problema; como está<br />

pegado a la pared, los coloco con mimo (y asco) detrás del respaldo.<br />

En el dormitorio ya es otra cosa. ¿Recuerdan ustedes la película<br />

titulada «Y entonces llegó ella», de 2004, protagonizada por Ben<br />

Stiller? En esta película, el protagonista se casa y se va de luna de<br />

miel. Al volver lo hace solo, su recién estrenada esposa se queda con<br />

un macizorro. Tiene varias escenas en las que la cama aparece<br />

invadida por estos elementos. Él los retira con mimo, los coloca en el<br />

lugar que su mujer le había dicho, y al final termina por echarlos a la<br />

calle. Pues yo también tengo una formación entera delante del único<br />

que realmente hace falta.<br />

Por si no lo habían adivinado, me estoy refiriendo a las<br />

almohadas, almohadones, cuadrantes y demás artilugios decorativos<br />

de formas y tamaños variados.<br />

No es que sean un elemento nuevo. Se viene usando desde que<br />

el mundo quiere ser más cómodo. ¿Qué sería de los cuentos orientales<br />

sin ellos? ¿Dónde reposaría la cabeza de La Bella Durmiente del<br />

bosque? ¿Dónde presentaría el zapatito de cristal?...<br />

Quizás, algún día, encuentre las suficientes fuerzas para hacer<br />

como Ben Stiller y los mande a la calle. Lo peor sería que me fuera yo<br />

con ellos. Pero eso está todavía por llegar. Ahora no me queda más<br />

remedio que «contemplar la armoniosa policromía de elementos<br />

conjuntados que le dan a la estancia una personalidad singular»,<br />

como decía una revista especializada que andaba por casa antes de<br />

que la echara al contenedor «en un descuido».<br />

Manuel Serrano (València)<br />

46


El gran teatro<br />

(un simple apunte ) (canción)<br />

Ilustración aportada por la autora<br />

Terminó el guiñol estrafalario<br />

que mueve la soga<br />

de un sistema establecido<br />

que marca la pauta<br />

inexorable y cierta<br />

de unas horas de deber cumplido.<br />

Como un óvalo<br />

que nuevamente empieza<br />

47


en el punto de partida<br />

o un monótono relato<br />

mil veces repetido,<br />

el títere reitera<br />

cada DIA su papel<br />

en este GRAN TEATRO<br />

sin otro alternativa<br />

al DESAFÍO.<br />

Cansado de la cuerda floja,<br />

del golpe al hombro<br />

y del gesto alerta y programado,<br />

ensaya de nuevo<br />

por no agotar el tema<br />

a golpe de espejo<br />

en el armario.<br />

Y muy raramente,<br />

muy de vez en cuando<br />

despierta una idea libre<br />

cuando el telón cae a escena,<br />

para sucumbir en el entreacto...<br />

y una multitud de soledades<br />

se acompañan<br />

cada una en su escenario.<br />

Conxa Gausí Caballero (València), verano del 89<br />

48


Steve y el del sexto<br />

Imagen de Pixabay, libre de derechos<br />

El día que murió Steve Jobs<br />

también palmó un vecino del sexto<br />

pero él no salió en las noticias<br />

Nadie apareció en la televisión<br />

para honrar su memoria<br />

para resaltar sus méritos<br />

para lamentar su muerte<br />

ni compadecer a sus familiares<br />

Y lo peor de todo:<br />

nadie escribió un libro sobre su vida<br />

Nadie empleó un minuto de su tiempo<br />

en escribir una maldita línea<br />

que esclarezca ante la humanidad<br />

si ese ser anónimo valió tanto o más<br />

que un informático multimillonario<br />

Aunque prefiero pensar que sí<br />

Porque el vecino del sexto<br />

siempre me daba los buenos días<br />

Rafa Sastre (València)<br />

http://rafasastre.blogspot.com<br />

49


Ilustración de Conrad Roset (Barcelona), aportada por la autora<br />

http://www.conradroset.com/<br />

50


A Cristina<br />

La mujer de las mil sonrisas<br />

Cientos de aventuras<br />

Millones de sueños<br />

La mujer que atraviesa el mundo con su bicicleta<br />

Nada en todos los mares<br />

Y aterriza en cada corazón<br />

Ella hace que sienta la poesía viva<br />

Me carga de energía<br />

Y aunque lejos está<br />

Siempre la noto cercana<br />

La extraño<br />

Pero sé que en algún momento nos encontraremos<br />

En un barrio de Valencia<br />

Donde al fin<br />

La podré abrazar<br />

Esther Moreno Morillas (València)<br />

http://elcascabelalgato.blogspot.com.es/<br />

http://invisiblevoyeur.blogspot.com.es/<br />

https://feminismosmasturbatorios.wordpress.com/<br />

51


Imagen encontrada en la red. Autor desconocido.<br />

52


Florecer<br />

Cuando Felipe López, prejubilado y solitario, comenzó a firmar<br />

los libros que adquiría, justamente en el ángulo opuesto al que con ese<br />

fin había utilizado desde siempre, no intuyó que un súbito cambio iba<br />

a producirse en su ordenada vida.<br />

En un día ventoso de marzo, avanzó erguido y rápido entre el<br />

gentío del mediodía, hacia la cita a la que había sido convocado. Un<br />

claxonazo le detuvo. Aunque no perdió la compostura, se apoyó<br />

levemente en el poste del semáforo y notó en la mano un roce de<br />

papel que provenía de unas tiras ondulantes que reproducían el<br />

mismo número de móvil, rematando el siguiente enunciado: «Nimia<br />

Flores-Curandera norteña del Perú. Mejor que el amor venga por su propio<br />

peso, pero por si no, realizo Amarres-Desamarres-Acercamientos-Alejamientos<br />

y Rupturas de maleficios».<br />

Mientras cruzaba el paso de peatones, memorizó los nueve<br />

números del teléfono.<br />

Entró en la caja de ahorros, guardó cola y cuando le atendieron,<br />

escuchó con estupor que tenían que verificar la firma en algunos de<br />

sus cheques, los cuales no habían sido cursados a causa de la<br />

irreconocible rúbrica.<br />

Aquel imprevisto suceso le perturbó notablemente, y esperó el<br />

resultado de las gestiones sentado en un sillón de la neutra oficina. No<br />

obstante, su desconcierto no le impidió fijarse en una empleada que<br />

no había visto hasta ese día. Se movía igual que una sirena entre las<br />

mesas, papeles y ordenadores, al otro lado del mostrador acristalado.<br />

Como si de una pecera se tratara, se miraron con ojos acuosos. Un<br />

primaveral desorden invadió a Felipe López, que se vio impelido a<br />

levantarse y posar la mano abierta en el cristal, dejando una estrella<br />

53


de mar estampada. Se sonrieron y, por un momento, pareció que solo<br />

a ellos iluminaba la luz azulada de los fluorescentes.<br />

Salió a la calle, después de haber reconocido los cheques como<br />

suyos, demorando cada uno de sus pasos, y así, poco a poco, alcanzó<br />

la cabina más cercana, desde la que llamó a la Sra. Nimia Flores.<br />

Malín Simón (València)<br />

http://zumopalabra.blogspot.com.es/<br />

54


Lucy<br />

Poker face – Lawrence https://www.flickr.com/photos/8833159@N08/<br />

Convivo con Lucy desde que me la regalaron como cachorrita,<br />

han pasado muchos años, es una ovejera fiel y cariñosa pero jamás<br />

tuvo cría.<br />

Luis, además de vecino, es carnicero cuando el tiempo lo<br />

permite; los diálogos son momentos de jolgorio en su local, por la<br />

mañana con el apuro del trabajo suelo pasar y dejo encargado los<br />

huesos con carne para mi perra. Por la noche, ya a punto de cerrar,<br />

suelo retirarlos y en reiteradas ocasiones dejamos el pago para el día<br />

siguiente, Luis jamás me falla.<br />

Conocí a esta señora en una reunión en casa de amigos,<br />

congeniamos de inmediato, así nació una interesante atracción.<br />

55


Recuerdo cuando pregunté su nombre, me dijo «Lucy». Igual que mi<br />

perra, pensé, suerte que no lo dije.<br />

Tras varias salidas, dado que al parecer nos habituamos uno al<br />

otro, convenimos en reunirnos y compartir un asado en su casa. Me<br />

comprometí en llevar buena carne, eso la entusiasmó y prometió que<br />

ella me premiaría con «el postre».<br />

La casa estaba apartada del resto, eso daba cierta privacidad. Era<br />

una noche cálida y serena. El solero con que me esperaba resaltaba la<br />

blancura de su piel, el generoso escote daba vuelo a mi imaginación.<br />

Quiso encender el fuego, pero no se lo permití, mi orgullo de asador<br />

estaba en juego.<br />

Salí apurado esa mañana, a pesar de los pocos instantes que<br />

tenía le comenté a Luis que esa noche quería agasajar a Lucy, por lo<br />

que pretendía que me eligiera lo mejor. Pasé a buscar el paquete ya<br />

tarde en la noche, Luis estaba apurado, me lo entregó y se marchó de<br />

inmediato. «Después arreglamos», me dijo. Le agradecí y partí raudo<br />

a casa de Lucy.<br />

Llegué puntual, en su mirada noté al saludarme, mientras le<br />

entregaba el paquete, que se esmeró con «el postre», y que ansiaba ese<br />

momento. Sus ojos eran llamaradas.<br />

Me sirvió una copa antes de salir a encender el fuego, en lugar<br />

de fósforos me dio un beso que chisporroteaba en la leña mientras lo<br />

preparaba. Ella se ofreció a salar la carne, asentí y continué en lo mío.<br />

Llamó mi atención la manera abrupta de abrir la puerta y salir al<br />

patio, vi su cara de enojo, pero no pude pensar nada, una lluvia de<br />

huesos impacto en mi rostro seguido de unos improperios que jamás<br />

imaginé formaran parte de su léxico. Al parecer, Luis no me entendió.<br />

Al llegar a casa, mi perra Lucy, sin prestar atención a mi rostro<br />

lastimado, le hizo honor a la cantidad de huesos con carne que Luis,<br />

56


diligente, había preparado; les había quitado la grasa y cortado de<br />

manera magistral.<br />

Me fui a la cama imaginando como habría sido el postre…<br />

Luis Alberto Molina (Rosario, Argentina)<br />

http://www.luismolin.blogspot.com.es/<br />

57


Fotografía aportada por la autora<br />

58


Sabor a vainilla<br />

Esos días de infancia, llenos de preguntas, de simples alegrías, de<br />

miedos infundados, de sueños incumplidos, de tiza y pizarra, de<br />

juegos y risas.<br />

Con aroma a leños y sabor a vainilla.<br />

¡Se ven tan lejanos! como si fuéramos otros, aquellos niños con<br />

la mirada de asombro y la inocencia intacta.<br />

El tiempo deslizándose por un tobogán, dejándonos llevar, para<br />

aterrizar aguantando el vértigo.<br />

Sí, somos nosotros, los mismos.<br />

Y aún hoy, no pocas veces, apretamos fuerte los ojos para no ver<br />

el precipicio y confiamos en la buena suerte, y así no nos duela<br />

demasiado la caída.<br />

Mirta Calabrese De Luca (Sant Celoni, Barcelona)<br />

http://deshojandoversos.blogspot.com.es/<br />

59


III Concurso de microrrelatos<br />

La Radio En Colectivo/Valencia Escribe<br />

El programa La Radio En Colectivo, de Mislata Radio, con la<br />

colaboración de Valencia Escribe, y el fin de fomentar la creatividad<br />

literaria y difundir el género del microrrelato, convocan el III Concurso<br />

de Microrrelatos.<br />

La presentación a este certamen implica la aceptación de las siguientes<br />

bases:<br />

1. El concurso se desarrollará desde mayo de <strong>2018</strong> hasta mayo del<br />

2019. Cada mes se seleccionará un microrrelato ganador y entre todos<br />

los ganadores mensuales se escogerá el ganador del premio final. Se<br />

podrán enviar solo dos microrrelatos por persona al mes.<br />

Los participantes deberán tener los 14 años cumplidos.<br />

2. El microrrelato debe ser original e inédito (por inédito se entiende<br />

que no haya ganado ningún premio ni se haya difundido en ningún<br />

medio), escrito en castellano, y que no exceda las 150 palabras, título<br />

incluido. La temática será libre.<br />

3. Las obras se enviarán por correo electrónico, con el asunto «II<br />

Concurso de Microrrelatos La Radio en Colectivo», a la siguiente<br />

dirección: valenciaescribe@hotmail.com<br />

El texto, que debe llevar título, debe incluirse en el cuerpo del mensaje<br />

(no como un documento adjunto) y al final deben constar los datos<br />

personales (nombre y apellidos, dirección postal, localidad y un<br />

teléfono de contacto).<br />

Se podrán firmar las obras con pseudónimo sin menoscabo de la<br />

inclusión de los datos personales para el conocimiento de éstos por la<br />

organización del concurso.<br />

60


Los microrrelatos se pueden presentar a cada convocatoria mensual<br />

desde el día 1 desde las 00.00h hasta el día 28, 30 o 31 (según el mes)<br />

a las 23.59h, en GTM+1.<br />

4. Los textos ganadores mensuales se publicarán en las páginas de<br />

Facebook: La Radio en Colectivo, y Valencia Escribe. Por este motivo<br />

La Radio En Colectivo se reserva el derecho de reproducción y<br />

difusión de todos los microrrelatos enviados, incluso los no seleccionados.<br />

5. El jurado que seleccionará los microrrelatos finalistas de cada<br />

convocatoria mensual estará formado por el equipo de La Radio En<br />

Colectivo y de Valencia Escribe, pudiendo incluir en sucesivas convocatorias<br />

a nuevos miembros del jurado.<br />

El veredicto de cada mes se hará público el último jueves (no festivo)<br />

del mes siguiente a cada convocatoria mensual en las página de<br />

Facebook La RADIO en colectivo y Valencia Escribe y se leerá en el<br />

programa de radio.<br />

El veredicto final se hará público el último jueves de mayo de 2019<br />

en las mencionadas páginas de Facebook y en la emisión de esa<br />

semana del programa de radio.<br />

Los autores ganadores y finalistas deberán estar dispuestos a darse a<br />

conocer públicamente.<br />

6. Los finalistas de cada mes optarán a un diploma y, además, está<br />

prevista una sorpresa final para el ganador.<br />

7. El jurado puede declarar desierto el premio mensual así como el<br />

final si considera que ninguna de las obras presentadas tienen<br />

suficiente calidad para ser publicadas.<br />

8. La Radio En Colectivo y se reserva la posibilidad de modificar las<br />

bases del concurso por causas justificadas.<br />

61


III Concurso de Relato Rápido<br />

Valencia Escribe<br />

Promueve:<br />

Valencia Escribe<br />

Organizan:<br />

Marian Creación Literaria, Cultura Vincit Omnia<br />

y Ágora Puerto Cultural<br />

CASAL JO<strong>VE</strong><br />

Calle Vent de Marinada s/n - Puerto de Sagunto (Valencia)<br />

Sábado 9 de Junio de 2017, 10:00 horas<br />

BASES<br />

1. Inscripción y desarrollo del concurso<br />

Los participantes, con edad mínima de 16 años y provistos de<br />

Documento Nacional de Identidad o similar, deberán formalizar su<br />

inscripción en el concurso presencialmente, entre las 10:00 y las 10:30<br />

de la mañana. A partir de esa hora no se admitirán más inscripciones.<br />

A cada participante se le asignará un número identificativo para<br />

garantizar su anonimato ante el jurado.<br />

El concurso consiste en escribir un relato de temática libre, utilizando<br />

la frase o palabras que facilite la organización. Los participantes<br />

contarán con 30 minutos de tiempo para redactar sus historias (a las<br />

que pondrán el correspondiente título) y pasarlas a limpio en la<br />

planilla que previamente les habrá sido entregada.<br />

62


La extensión mínima de los textos será de 75 palabras y la máxima de<br />

150. A tales efectos, el título no computa.<br />

Serán descalificados los relatos que carezcan de número identificativo,<br />

no lleven título, no empleen la frase o palabras indicadas,<br />

incumplan la extensión estipulada o sean ilegibles a criterio del<br />

Jurado, que entre otros méritos valorará el cumplimiento de las<br />

normas ortográficas y gramaticales.<br />

La organización facilitará el papel, pero los concursantes utilizarán<br />

sus propios medios de escritura. Solo se permitirá el uso de tinta azul<br />

o negra.<br />

2. Premios<br />

El fallo del jurado se dará a conocer el mismo día y en el mismo<br />

lugar, aproximadamente una hora después de la entrega de las<br />

planillas con los relatos.<br />

I PREMIO: 50 euros<br />

II PREMIO: 30 euros<br />

III PREMIO: 20 euros<br />

Los tres relatos premiados serán publicados en la revista digital<br />

«Valencia Escribe» de Octubre.<br />

3. Otras<br />

Los organizadores pueden, en cualquier momento y en beneficio del<br />

buen desarrollo del concurso, modificar las normas del mismo y<br />

solventar en el momento las cuestiones no contempladas en los<br />

anteriores apartados.<br />

63


Nuestros libros<br />

En Amazon, tanto en papel como en ebook,<br />

a unos precios de auténtico escándalo<br />

64


65


Números anteriores de Valencia Escribe<br />

Número 34 (Junio 2017)<br />

https://www.yumpu.com/es/document/view/58598263/ve-34-junio<br />

Número 35 (Octubre 2017)<br />

https://www.yumpu.com/es/document/view/59450052/ve-35-octubre<br />

Número 36 (Noviembre 2017)<br />

https://www.yumpu.com/es/document/view/59501837/ve-36-noviembre-2017<br />

Número 37 (Diciembre 2017)<br />

https://www.yumpu.com/es/document/view/59579031/ve-37-diciembre-2017<br />

Número 38 (Enero <strong>2018</strong>)<br />

https://www.yumpu.com/es/document/view/59669075/ve-38-enero-<strong>2018</strong><br />

Número 39 (Febrero <strong>2018</strong>)<br />

https://www.yumpu.com/es/document/view/59811171/ve-39-febrero-<strong>2018</strong><br />

Número 40 (Marzo <strong>2018</strong>)<br />

https://www.yumpu.com/es/document/view/598756<strong>42</strong>/ve-40-marzo-<strong>2018</strong><br />

Número 41 (Abril <strong>2018</strong>)<br />

https://www.yumpu.com/es/document/view/59937467/ve-41-abril-<strong>2018</strong><br />

NOTA: Enlaces de descarga en el interior de cada revista<br />

66


Palabras en la basura<br />

Alberto Basterrechea, «Neorrabioso»<br />

http://neorrabioso.blogspot.com.es/<br />

67


Valencia Escribe en las redes<br />

Os recordamos que en nuestro muro de Facebook Valencia<br />

Escribe, además de otras cosas, seguimos colgando convocatorias de<br />

concursos literarios que os podrían interesar<br />

https://www.facebook.com/pages/Valencia-Escribe/134450789952020<br />

Si tienes un blog y quieres hacernos partícipes de su existencia o<br />

mantenernos al tanto de las entradas que publiques, no olvides que<br />

también tenemos el grupo Valencia Escribe Blogs<br />

https://www.facebook.com/groups/1571068066474683/<br />

Para los aficionados al Haiku, también tenemos un espacio, que<br />

para ser originales nos dio por bautizar como Valencia Escribe<br />

Haiku. Podéis dejar allí vuestros poemas pero intentad cumplir las<br />

reglas…<br />

https://www.facebook.com/Valencia-Escribe-Haiku-746524675464504/<br />

¿Queréis compartir o ser informados sobre los eventos culturales<br />

más interesantes a celebrar en Valencia y alrededores? Exposiciones,<br />

conferencias, presentaciones de libros, talleres, teatro, conciertos…<br />

todo eso y más en Agenda Cultural <strong>VE</strong><br />

https://www.facebook.com/Agenda-Cultural-Valencia-Escribe-<br />

1806573156332152/<br />

Valencia Escribe (y mucho) es un grupo creado para compartir<br />

vuestros poemas, microrrelatos y entradas de cualesquiera blogs<br />

literarios mantenidos por los amigos que integran esta familia que<br />

cada vez se hace más y más y más grande.<br />

https://www.facebook.com/groups/393565884345726/<br />

68


¿Te gusta leer? ¿Te apetecería comentar con nosotros tus<br />

lecturas? ¿Dar/pedir opiniones o recomendaciones sobre libros,<br />

decirnos lo que estás leyendo, vas a leer o desearías leer? ¿Compartir<br />

noticias o artículos sobre literatura? Únete al grupo de Facebook<br />

Club de Lectura Valencia Escribe<br />

https://www.facebook.com/groups/432549686885240/<br />

Si eres aficionado al cine, también tenemos nuestro propio club.<br />

Inserta reseñas, aconseja películas o series, comparte artículos, fotos,<br />

opiniones y debátelas en el grupo de Facebook Cine Club <strong>VE</strong><br />

https://www.facebook.com/cineclubve<br />

69


La foto de Miguel<br />

Miguel García Rodríguez (València)<br />

70

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!