EXTRACTO IEF_Guía Animador
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La Iglesia es maestra<br />
La Iglesia, siguiendo el mandato de Jesús, su maestro, se reconoce como maestra<br />
con la asistencia del Espíritu, y propone caminos pedagógicos para una consciente<br />
y madura adhesión a la fe cristiana. Pero la Iglesia no podría ejercer de maestra si<br />
no se sintiera en primer lugar como discípula. No es solo Iglesia docente, sino ante<br />
todo, Iglesia oyente de la Palabra, que escucha también con solicitud el clamor del<br />
pueblo de Dios. La Iglesia escucha y responde, pregunta y acoge, comprende con<br />
simpatía y ama con compasión.<br />
“La Iglesia ha generado a lo largo de los siglos un incomparable<br />
patrimonio de pedagogía de la fe: sobre todo el testimonio de las<br />
catequistas y de los catequistas santos; una variedad de vías y formas<br />
originales de comunicación religiosa como el catecumenado,<br />
los catecismos, los itinerarios de vida cristiana; un valioso tesoro<br />
de enseñanzas catequéticas, de expresiones culturales de la fe, de<br />
instituciones y servicios de la catequesis” (DGC 141).<br />
B<br />
La Iglesia, madre y maestra, celebra la Iniciación Cristiana<br />
18<br />
Llamamos Iniciación Cristiana al proceso que genera a un cristiano y que crea comunidades<br />
cristianas. La palabra iniciación indica, ante todo, la gratuidad de la fe.<br />
Para ser cristiano, la persona necesita ser iniciada en la experiencia de la fe, introducida<br />
en la comunidad eclesial, porque la fe no es un dato o una conquista de la<br />
naturaleza humana, sino que es fruto del encuentro con Dios.<br />
Ser iniciado significa descubrir como gracia el misterio de Jesucristo, dejarse iluminar<br />
y seducir por su palabra, confiar en él y compartir su vida, muerte y resurrección.<br />
La Iniciación Cristiana representa, por tanto, el punto de partida y el marco de referencia<br />
de todo proyecto pastoral.<br />
Hay otra manera de referirnos a la iniciación. Hablamos de mistagogía, palabra que<br />
etimológicamente significa conducir al misterio. Con esta palabra se explicita el<br />
sentido más profundo de la iniciación cristiana como iniciación al misterio de Dios<br />
Padre, revelado en Jesucristo, por la acción del Espíritu Santo.<br />
En este sentido, se habla de una catequesis iniciática, o de una catequesis mistagógica,<br />
que se desarrolla en el encuentro con testigos coherentes, en un entorno<br />
cristiano, en el que se ofrecen celebraciones litúrgicas, experiencias de oración<br />
personal y comunitaria, propuestas de compromiso, reflexiones que ayudan a vivir<br />
y a pensar. Se ve la necesidad de fortalecer hoy la dimensión mistagógica de los<br />
Itinerario de Educación en la Fe