La cartuja de Parma - Stendhal
HENRI BEYLE, STENDHAL (Grenoble, 1783 - París, 1842), fue uno de los escritores franceses más influyentes del siglo XIX. Abandonó su casa natal a los dieciséis años y poco después se alistó en el ejército de Napoleón, con el que recorrió Alemania, Austria y Rusia. Su actividad literaria más influyente comenzó tras la caída del imperio napoleónico: en 1830 publicó Rojo y negro, y en 1839 La Cartuja de Parma. Entre sus obras también destacan sus escritos autobiográficos, Vida de Henry Brulard y Recuerdos de egotismo. Tras ser cónsul en Trieste y Civitavecchia, en 1841 regresó a París, donde murió un año más tarde.
HENRI BEYLE, STENDHAL (Grenoble, 1783 - París, 1842), fue uno de los escritores franceses más influyentes del siglo XIX. Abandonó su casa natal a los dieciséis años y poco después se alistó en el ejército de Napoleón, con el que recorrió Alemania, Austria y Rusia. Su actividad literaria más influyente comenzó tras la caída del imperio napoleónico: en 1830 publicó Rojo y negro, y en 1839 La Cartuja de Parma. Entre sus obras también destacan sus escritos autobiográficos, Vida de Henry Brulard y Recuerdos de egotismo. Tras ser cónsul en Trieste y Civitavecchia, en 1841 regresó a París, donde murió un año más tarde.
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Apéndice <strong>de</strong> Honoré <strong>de</strong> Balzac<br />
Es evi<strong>de</strong>nte que, en nuestra época, la literatura tiene tres caras; y esta triplicidad, expresión forjada<br />
por Cousin por odio a la palabra trinidad, lejos <strong>de</strong> ser un síntoma <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia me parece un efecto<br />
bastante natural <strong>de</strong> la abundancia <strong>de</strong> talentos literarios: es el elogio <strong>de</strong>l siglo XIX, que no ofrece una sola<br />
y misma forma como el siglo XVII y el XVIII, que obe<strong>de</strong>cieron más o menos a la tiranía <strong>de</strong> un hombre o<br />
un sistema.<br />
Estas tres formas, caras o sistemas, como queráis llamarles, están en la naturaleza y correspon<strong>de</strong>n a<br />
unas simpatías generales que tenían que <strong>de</strong>clararse en una época en que, con la difusión <strong>de</strong> las luces, las<br />
letras vieron crecer el número <strong>de</strong> apreciadores y progresar en medida inaudita la lectura.<br />
En todas las generaciones y en todos los pueblos, hay mentes elegíacas, meditativas, contempladoras,<br />
que se consagran más especialmente a las gran<strong>de</strong>s imágenes, a los vastos espectáculos <strong>de</strong> la naturaleza y<br />
que los llevan en sí mismas. De aquí toda una escuela que yo llamaría <strong>de</strong> buen grado la Literatura <strong>de</strong><br />
Imágenes, a la que pertenecen el lirismo, la epopeya y todo lo que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la manera <strong>de</strong> ver las<br />
cosas.<br />
Hay, en cambio, otras almas activas que gustan <strong>de</strong> la rapi<strong>de</strong>z, <strong>de</strong>l movimiento, <strong>de</strong> la concisión, <strong>de</strong> los<br />
choques, <strong>de</strong> la acción, <strong>de</strong>l drama, que rehúyen la discusión, que son poco inclinadas a las abstracciones y<br />
mucho a los resultados. De aquí otro sistema muy distinto al que correspon<strong>de</strong>n las obras que yo llamaría,<br />
por oposición al primero, Literatura <strong>de</strong> I<strong>de</strong>as.<br />
Por último, ciertas gentes completas, ciertas inteligencias bifrontes, lo abarcan todo, quieren el<br />
lirismo y la acción, el drama y la oda, creyendo que la perfección exige una visión total <strong>de</strong> las cosas.<br />
Esta escuela que sería el Eclecticismo literario requiere una representación <strong>de</strong>l mundo tal como es: las<br />
imágenes y las i<strong>de</strong>as, la i<strong>de</strong>a en la imagen o la imagen en la i<strong>de</strong>a, el movimiento y la meditación. Walter<br />
Scott ha satisfecho enteramente a estas naturalezas eclécticas.<br />
¿Qué partido predomina? No lo sé. No quisiera que <strong>de</strong> esta distinción natural se sacaran<br />
consecuencias forzadas.<br />
No quiero, pues, <strong>de</strong>cir que este o el otro poeta <strong>de</strong> la escuela <strong>de</strong> imágenes carece <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, y que este<br />
o el otro <strong>de</strong> la escuela <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as no sabe inventar bellas imágenes. Estas tres fórmulas se aplican<br />
solamente a la impresión general que <strong>de</strong>ja la obra <strong>de</strong> los poetas, al mundo en el que el escritor pone su<br />
pensamiento, a la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> su mente. Toda imagen respon<strong>de</strong> a una i<strong>de</strong>a o, más exactamente, a un<br />
sentimiento que es una colección <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, y la i<strong>de</strong>a no se traduce siempre en una imagen. <strong>La</strong> i<strong>de</strong>a exige<br />
un trabajo <strong>de</strong> elaboración para el que no son aptas todas las mentes. Por eso la imagen es esencialmente<br />
popular, se compren<strong>de</strong> fácilmente. Supongamos que Notre-Dame <strong>de</strong> Paris, <strong>de</strong> Victor Hugo, aparece al<br />
mismo tiempo que Manon Lescaut; Notre-Dame ganará a las masas mucho antes que Manon, y parecería<br />
superior a quienes se prosternan ante la vox populi.<br />
Pero, cualquiera que sea el género <strong>de</strong>l que proce<strong>de</strong> una obra, sólo obe<strong>de</strong>ciendo a las leyes <strong>de</strong>l I<strong>de</strong>al y<br />
a las <strong>de</strong> la Forma permanece en la Memoria humana. En literatura, la Imagen y la I<strong>de</strong>a correspon<strong>de</strong>n<br />
bastante a lo que en pintura se llama el Dibujo y el Color. Rubens y Rafael son dos gran<strong>de</strong>s pintores, pero<br />
gran error sería creer que Rafael no es colorista, y los que negaran a Rubens la calidad <strong>de</strong> dibujante<br />
podrían ir a arrodillarse ante el cuadro que el ilustre flamenco puso en la iglesia <strong>de</strong> los jesuitas <strong>de</strong><br />
Génova, como un homenaje al dibujo.