La cartuja de Parma - Stendhal

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La cartuja de Parma narra la historia del joven patricio italiano Fabricio del Dongo y sus aventuras durante los últimos años del dominio napoleónico en Europa. Los hechos transcurren principalmente en la ciudad de Parma y en el castillo familiar del lago de Como. La tía de Fabricio, la fascinante Gina, duquesa de Sanseverino, y su amante, el primer ministro del ducado, Conde Mosca, urden un plan para promocionar la carrera del adorado sobrino en la corte de Parma. Gina es objeto de las proposiciones del detestable príncipe Ranuccio- Ernesto IV, al que se ha jurado rechazar con todas sus fuerzas. Fabricio es arrestado por homicidio y encerrado en la torre Farnese de la que logra fugarse con una soga y la ayuda de Clelia, la hija de su carcelero, de la que se enamorará irremediablemente durante su estancia en la torre.
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Page 6 and 7: [1] Siguiendo una costumbre practic
Page 8 and 9: I MILAN EN 1796 El 15 de mayo de 17
Page 10 and 11: y una dulzura angelical, con su her
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Page 20 and 21: idícula y, en consecuencia, no se
Page 22 and 23: y era la pobre viuda del general ci
Page 24 and 25: ecordó que tenía desde la vísper
Page 26 and 27: —Basta. Recuerda siempre que te h
Page 28 and 29: III Fabricio no tardó en encontrar
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Page 38 and 39: IV Nada fue bastante a despertarle,
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Page 46 and 47: echar una mirada hacia la carretera
Page 48 and 49: cuando vio acercarse siete húsares
Page 50 and 51: V Toda esta aventura no había dura
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sospechosa. Al cabo de dos horas de
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seguida acudieron sus hermanas. Pas
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El sargento se aproximó con un emp
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descontentos que puede haber en Lom
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le suplica que movilice a todos sus
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[1] «He visto lo poco que se puede
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célebre por sus severidades que lo
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Precisamente porque es militar y po
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de una vida elegante y ligera tomar
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pensó que el destierro era cosa ir
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Ferrante Palla, y esta calumnia ha
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se hubiera abandonado, su rostro, r
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haber llegado la duquesa, obtuvo el
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nadie le extrañará. »Si quiere h
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éplica que cambie el curso de la c
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El príncipe se divirtió, y se ver
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corriente hoy. Para él el pueblo e
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—Este sobrino —dijo en voz baja
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el Monitor, como antaño la San Fel
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la comidilla y el asombro de la cor
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fuerte; de haber durado, el conde s
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—Te aseguro —decía a la duques
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VIII Resulta, pues, que al cabo de
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uno ni a otro, la irritaba el papel
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idículo de los tratados de astrolo
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señal de su admisión. Inmediatame
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IX Fabricio estaba excitado por las
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la boca, se colocan en el suelo en
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impresionantes de las florestas que
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A su llegada, Fabricio encontró al
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Temístocles. En todos los tiempos,
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en la misma moneda'? Si está en ef
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Sanguigna, frente a Colorno (el Ver
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que avanzaban a pie y despacio haci
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—Entre en el despacho de policía
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—¿De qué diablos conoces tú a
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más ilustrado que yo; la señora s
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XII El judío dueño del alojamient
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Casal-Maggiore para saber si existe
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del ministerio ultra y de su jefe e
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campesinos empleados en la excavaci
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XIII Todas las ideas serias cayeron
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librado de todos estos males; adem
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de reserva, y puedo muy bien mandar
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no? ¡Pues vive Dios que un hombre
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Fausta le amaba con pasión y ardí
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apresuró a escribir cartas de excu
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de vino y aguardiente, dos pistolas
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Con esos propósitos republicanos,
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príncipe se paseaba por su gabinet
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El príncipe estaba fuera de sí, p
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desprecio. Esta mirada decidió al
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las cartas que te dé para Bolonia.
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El fiscal Rassi hizo muy pausadamen
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acababa de ocurrir en aquel pueblec
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me mortifican horriblemente, y se h
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dijo: «¡Qué ridícula he debido
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ausencia y no imposibilidad de un i
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Farnesio… ¡Oh —exclamó estrem
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XVI —¡Bueno! —exclamó el gene
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ealidad. «Dentro de unas horas —
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homicidio como ocurren cien al año
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—Me ha engañado —exclamó la d
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ministro!», se dijo. La catedral,
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—Eso dice también el príncipe.
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escrito: ¡No, mil veces no! Sería
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coche muy despacio, y luego, a paso
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—Hay que hacer una distinción
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otro tiempo estuvieron amuebladas a
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todos ellos acogieron religiosament
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como de alguien que siente que le m
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¡Pero —añadió en seguida con e
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Casi llegaba hasta el punto de no p
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decir toda la verdad sobre lo que p
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sobre la serenata: temió ser incor
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cuando, a las doce y media de la no
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mi vida fui tan dichoso…! ¿No es
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presos. Lo único que la duquesa pu
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útil a Fabricio era ahora el fact
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cumplirla.» El resultado de aquell
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es imaginar el efecto de estas senc
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ocúpate únicamente en entender mi
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Llevaban largas togas negras. Salud
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la muralla de Poniente por la que d
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Después de buscar diversos rodeos
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otros dos. La madre y los cinco hij
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Ferrante y por la suerte de sus hij
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podido hacer nada por ella, ni siqu
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gran cantidad de cuerdas hábilment
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Traspasada por los más vivos remor
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[3] Obsérvese cómo Stendhal, una
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que, impulsado como por una fuerza
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llevaba consigo para consultar a lo
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culpable… Pero, sobre todo, haz e
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y del palacio del gobernador. —No
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trabajo continuar hablando. Pudo a
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Del pueblo piamontés de Sannazaro,
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espero sean frecuentes, al conde, q
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—Reconozco bien las bondades de l
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uena ocurrencia de escribirle una p
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—Vamos a retornar a la monarquía
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—No, por Dios —exclamó la prin
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La respuesta del príncipe no podí
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cinco minutos. La duquesa no era ya
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—¡Eso es precisamente lo que jur
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gabinete como un hombre fuera de s
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Esta proposición del conde inquiet
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XXV La llegada de nuestro héroe su
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Mientras el viejo carcelero exclama
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duquesa encontró un hombre honrado
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tres meses, todo cuanto mi amor pue
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generosos y tenía algún carácter
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Fue una gran lección de filosofia
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cuando mi padre estuvo a punto de p
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a su criado a comprar uno más, y e
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Su fisonomía cambió de tal modo,
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loca de mayordoma mayor no hace sin
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XXVII Esta conversación tan seria
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cosa: que no me obligue jamás a re
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cuestan poco más de un franco de j
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Comenzó su sermón con unas frases
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[1] Del Litto y Abravanel explican
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ejemplo, cincuenta liberales fusila
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Pero Gonzo quería reservar este re
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Sin dejar de leer lo escrito, Fabri
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Fácil es imaginar el vivísimo dol
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FIN [1] Una prueba explícita, no l
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Monsieur Beyle, más conocido por e
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uena acción que hacer. ¿No es una
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Las instrucciones del ministro al n
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«¡Santo Dios —exclama Mosca par
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del drama, el autor tendría que ha
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elegancia de las maneras; pero lo s
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