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INDAGACIONES MODELO NEOCLÁSICO HACIA ECONOMIA VITAL

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<strong>INDAGACIONES</strong> AL <strong>MODELO</strong><br />

<strong>NEOCLÁSICO</strong> DE LA MICROECONOMÍA<br />

(Hacia la Economía Vital)<br />

MARIO BLACUTTT 1 MENDOZA


Los derechos de ley y de propiedad de la presente obra, en sus versiones impresa y<br />

digital, están reservados y protegidos por Ley<br />

Tercera Edición 2018<br />

Dedico esta obra a todos los grupos humanos excluidos y condenados<br />

al hambre por el modelo económico actual, el Marginalismo Neoclásico,<br />

al que he denominado La Economía del Vudú<br />

2


El Equilibrio Neoclásico<br />

3


PRÓLOGO<br />

Este trabajo contiene un análisis crítico sobre el modelo neoclásico de la microeconomía y<br />

de todos los modelos que usan el principio de marginalidad; está dirigido, principalmente,<br />

a los estudiantes universitarios que ya han vencido la asignatura de Microeconomía I.<br />

Debo poner en claro que identifico como “marginalistas” a todas las corrientes económicas<br />

inscritas en el marco del Principio de Marginalidad. Así, serán marginalistas los neoclásicos,<br />

los monetaristas, los de la Escuela Austriaca… por otra parte, he tomado algunos temas<br />

de referencia de la obra de Gregory N. Mankiw “Principles of Economics” dado que, al<br />

presente, refleja las tesis del marginalismo neoclásico y también sirve de texto en las facultades<br />

de economía de varias universidades de Latinoamérica.<br />

Los teóricos del marginalismo actual, llámese neoclasicismo, economía de oferta, nueva<br />

macroeconomía clásica, monetarismo…, pretenden estructurar un modelo “racional” para<br />

que creamos que es científica, aunque no pasa de ser una simple construcción mental, pues<br />

la mayor parte de sus “leyes económicas” y los hechos que toman en cuenta no están en el<br />

mundo real, son ficticios. Las llamadas “leyes” económicas parecen surgir del ectoplasma<br />

que segregan los portavoces del marginalismo en todas sus variantes, tal como los espiritistas<br />

en estado de trance. Los más extremistas dicen que el hombre viene al mundo con<br />

instrucciones impresas en el cerebro sobre cómo debe comportarse para ganar más, trabajando<br />

menos. Dicen que las instrucciones se han grabado en la evolución humana desde<br />

que la ameba era ameba (Ludwig von Mises: “La Acción Humana”) De este modo, con la<br />

pretensión de aparecer como “científicos” lo que no son, tratan de copiar el método empleado<br />

por la física newtoniana. En el intento, siempre fallido, el modelo inventa fórmulas<br />

matemáticas, supuestamente “válidas para todo tiempo y lugar” que aplican en un mundo<br />

virtual, conformado por los electrones que pululan en la pantalla blanca de una computadora.<br />

Allí estructuran sus lucubraciones y luego, con ayuda de programas de simulación,<br />

modifican el valor de algunas variables para contemplar los resultados que se expresan en<br />

el modelo. Una vez que el modelo muestra los resultados en el monitor de la computadora,<br />

al grito del ¡Eureka! Arquimideano, afirman que han segregado una nueva “ley” destinada<br />

al bronce, aunque la visión modelada no tiene asidero alguno en la realidad. Ésa es una de<br />

las grandes debilidades del marginalismo de todos los tiempos: identificar, como si fueran<br />

uno solo, el modelo con la realidad.<br />

La Economía Vital considera que el Sistema Capitalista es eficiente y puede ser más equitativo,<br />

pero el Modelo Marginalista actual, no importa el nombre con que se disfrace, lo<br />

deforma. Por otra parte, considera la pretendida conjunción de “La Acción Humana” con<br />

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“El Individualismo Metodológico” es incompatible con la lógica y el desarrollo de la humanidad.<br />

Si el individuo aislado existiera, su acción sería irrelevante. Una Acción relevante<br />

es la Acción Interactiva Complementaria o Antagónica. Es cierto que hay individuos, incluso<br />

grupos humanos enteros, que son excluidos de la sociedad, por lo que se encuentran<br />

incapacitados para ejercer la Acción Interactiva en el marco de la Relación Complementaria.<br />

Lograr que la discriminación individual y la exclusión de los grupos humanos desaparezcan<br />

es el objetivo principal de la Economía Vital, cuyos rasgos esenciales se inscriben<br />

en esta obra.<br />

La Economía Vital partirá de una trilogía conceptual como base de su fundamento:<br />

El mayor alivio es la cesación del mayor dolor.<br />

La pobreza y, con ella, la exclusión, causan el mayor dolor colectivo<br />

La tarea de la Economía Vital es eliminar la pobreza y la exclusión.<br />

¿Por qué tratamos de estructurar una ciencia económica cuyo objetivo principal es eliminar<br />

la pobreza y mejorar la calidad de vida de la población, tomando a los segmentos más empobrecidos<br />

como referentes objetivos? Pues por dos razones principales:<br />

Primero<br />

Una economía consolidada, debe contar con todos sus recursos potenciales para ser puestos<br />

en acción y lograr así, un desarrollo razonable económico, social y cultural, algo que no<br />

puede lograrse si en un país existen grupos excluidos e imposibilitados de participar en el<br />

proceso productivo<br />

Segundo<br />

Porque es necesario restituirles sus Derechos de Propiedad.<br />

En efecto. La Constitución Política del Estado determina que todos los recursos naturales<br />

que existen en Estado o una Nación son de propiedad colectiva de todos los hombres y<br />

mujeres que han nacido y criado en un país. En consecuencia, si alguien pone un negocio,<br />

compra un bien inmobiliario un bien de lujo… en el territorio nacional, estará usando de<br />

los recursos naturales como el suelo, el agua, el aire… es decir, todo lo que existe en la<br />

superficie, debajo de ella y en el espacio aéreo que está por encima.<br />

El Impuesto es el pago que el Estado cobra para restituir a los habitantes de un país los<br />

derechos de propiedad que la Constitución Política del Estado les otorga. La Acción Interactiva<br />

Complementaria, a través de la Economía Vital, es el instrumento que garantiza que<br />

esos derechos de propiedad sean debidamente cancelados y distribuidos entre quienes conforman<br />

la población nacional, bajo el principio de la Equidad Solidaria. No se trata de dar<br />

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limosnas a los pobres; se trata de defender sus derechos de propiedad que les corresponde<br />

como ciudadanos de un país.<br />

Para consolidar una economía que se ocupe de la calidad de vida de la población, primero<br />

debemos conocer cuáles son los rasgos más importantes del modelo económico en boga, el<br />

que basa sus postulados en el principio marginalista, a los que le han adjudicado la calidad<br />

de “racionales”, deformando el concepto de racionalidad hasta volverlo una caricatura. Esto<br />

es particularmente cierto en los países subdesarrollados, marginados por el actual modelo.<br />

Para evitar el uso de ese término he concebido una nueva racionalidad: El Principio de lo<br />

Razonable, el que se caracteriza por su inflexible oposición a los extremos, para permitirnos<br />

encontrar entre ellos el punto que identifique una pauta acertada de comportamiento. El<br />

Principio de lo Razonable no acepta las lucubraciones surgidas de alguna neurita santificadamente<br />

inspirada por el vudú con tecnología.<br />

La Economía Vital, que es la propuesta que da cuerpo a este libro, está inscrita en el Principio<br />

de lo Razonable y, al desarrollar sus hallazgos, también tiene la intención de mostrar<br />

algunas de las contradicciones en las que cae el actual modelo marginalizado. En las indagaciones<br />

sobre los modelos-fantasía, esta obra analiza al grupo humano y al individuo en<br />

continua Relación Complementaria, la que sólo es posible en el marco de una Sociedad<br />

organizada. En los primeros capítulos cito las percepciones de Gregory Mankiw porque es<br />

un conspicuo portavoz del marginalismo neoclásico, aunque no tiene rango de teórico, al<br />

igual que todos los simples repetidores criollos de la fórmula marginalista.<br />

En esa segunda edición digital he modificado algunos conceptos, he adicionado otros y he<br />

tratado de hacer más clara la lectura; sobre todo, he suprimido casi todos los gráficos para<br />

dar el realce debido a la conceptualización de los temas.<br />

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Biblioteca del Real Monasterio del Escorial Las bibliotecas más lindas del mundo - Estandarte<br />

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1<br />

LAS PERCEPCIONES<br />

MARGINALISTAS<br />

Introducción<br />

Los marginalistas de todo cuño, agrupados en la corriente del anarco-capitalismo o neoliberalismo,<br />

insisten en que el mercado no debe ser regulado, pues sus mecanismos estructuran<br />

un engranaje perfecto que le permite resolver todos los problemas que, por la intervención<br />

del Estado, se producen en las economías. En su afán de evitar que el Estado controle<br />

las ganancias de las corporaciones empresariales, niegan que las crisis que azotan al planeta<br />

sean un producto de la incompetencia del mercado para evitarlas. Afirman que las crisis se<br />

deben a las personas que manejan mal la política monetaria y reafirman la pureza virginal<br />

del mercado y de sus “sagradas leyes vigentes para todo tiempo y espacio”. También se ha<br />

apropiado de una categoría filosófica: la racionalidad, a la que convierten en la irracionalidad<br />

más tenebrosa. Los significados de “Racional” y “Racionalidad” están muy desprestigiados,<br />

pues estructura una escuela de pensamiento que considera a la Razón como el único<br />

instrumento cognitivo del ser humano, dejando de lado el resto de sus facultades: voluntad,<br />

sentido de pertenencia, imaginación, cultura, tradiciones, emoción… sobre las cuales ya se<br />

estructuran nuevas teorías económicas, basadas en el mundo real y en los rasgos mentales<br />

del hombre cuerdo, del hombre normal. Entre esas percepciones citamos, por ejemplo, a la<br />

Economía Evolutiva, la Neuroeconomía y otras similares. La lectura de los primeros párrafos<br />

del presente capítulo nos mostrará la arbitrariedad con la que los marginalistas actuales<br />

tratan de encajar sus lucubraciones a como dé lugar, sobrepasando los límites mismos de la<br />

cordura.<br />

Empecemos con la primera arremetida de la “racionalidad” marginalista, citando párrafos<br />

de N. Gregory Mankiw, representante del marginalismo neoclásico actual, en su pretensión<br />

de hacer idénticas las tareas de un ama de casa y las de una corporación transnacional. Los<br />

subtítulos en azul son artificios expositivos de esta obra y los ponemos para establecer el<br />

significado real del contenido de la cita correspondiente. El texto con sangría, en cursiva es<br />

el que designa las citas del libro de Gregory Mankiw<br />

El ama de casa como ejecutivo de una corporación transnacional<br />

“Un ama de casa enfrenta muchas decisiones. Debe decidir cuáles miembros del grupo<br />

familiar realizará ciertas tareas y cuánto obtiene en cambio: ¿Quién cocina? ¿Quién<br />

lava la ropa? ¿Quién tendrá el postre extra en la cena? ¿Quién escoge el programa de<br />

TV que la familia verá? En resumen, el ama de casa debe asignar sus recursos escasos<br />

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entre varios miembros, tomando en cuenta las habilidades de cada uno, sus deseos y<br />

esfuerzos”.<br />

En esta propuesta Mankiw no sólo nos traslada a la época del matriarcado, sino que deforma<br />

el campo de acción de la economía de una manera pronunciadamente sesgada. Aunque<br />

tenemos un capítulo completo sobre la globalización y las corporaciones transnacionales,<br />

adelantaremos algunos datos para que Mankiw se ponga al día y se entere de cuáles son las<br />

condiciones en el mundo. Para ello, citaremos un párrafo del Ensayo de Todor Petrovic<br />

sobre el poder de las transnacionales:<br />

“… su ventaja comparativa estriba en el hecho de que son entidades supranacionales que<br />

tienen la capacidad de organizar la producción minimizando costos. Logran este objetivo<br />

realizando ventas de productos y servicios, distribución, marketing servicio al cliente,<br />

asuntos legales, distribución y relaciones públicas, financiamiento de negocios, desarrollo,<br />

planificación, política de precios y administración… los capitales son enormes.<br />

Ése es un brevísimo resumen de las actividades que desarrollan las transnacionales y el<br />

poder que tienen; también son las que Mankiw compara con las actividades de un ama de<br />

casa, cuando debe decidir sobre quién prenderá el televisor durante la velada del sábado. A<br />

pesar de todo continúa con la deformación extrema. Ahora quiere proyectar la idea de que<br />

no son las corporaciones empresariales las que toman decisiones sobre la producción, distribución<br />

de bienes y servicios; en su visión neoliberal, esas decisiones son tomadas, nada<br />

menos que ¡por la sociedad! Leamos que dice:<br />

La Sociedad sería una Corporación Transnacional<br />

“Del mismo modo que un ama de casa, la Sociedad debe encontrar alguna manera para<br />

decidir que tareas deberán hacerse y quiénes lo harán. Necesita gente para que produzca<br />

comida, ropa… Una vez que la sociedad ha asignado a la gente a diversas tareas,<br />

también debe asignar los bienes y servicios producidos. También decidirá quién habrá<br />

de comer caviar y quién comerá papas. Debe decidir quién conducirá un Ferrari y quién<br />

tomará el omnibus”.<br />

La idea de que la “sociedad” decide quién comerá caviar y quién, papas, ya sería extraña<br />

en la época de Sócrates, cuando “la polis” se reunía para decidir sobre aspectos comunitarios.<br />

Ni aun una sociedad comunitaria propiciada por los socialistas utópicos como Fourier,<br />

Blanc, Saint Simon… podría hacer una afirmación como ésa, sobre todo, en una fase de<br />

capitalismo maduro en el que la competencia por los mercados es realmente feroz. Para<br />

traerlo a la realidad de este mundo, tomemos al azar cualquier ensayo actual cuyo tema se<br />

orienta al poder de las corporaciones transnacionales; por ejemplo ¿Quién controla la economía<br />

mundial? El poder de las transnacionales de Alberto Garzón E.<br />

9


“No cabe ninguna duda de que hay una relación directa entre las entidades que concentran<br />

el poder económico y político, en la medida que han aprovechado la debilidad autoimpuesta<br />

por los Estados por medio de las privatizaciones y desregulaciones, la responsabilidad<br />

en la crisis financiera y los beneficiarios del intento de salir de la crisis.<br />

Podemos decir, con los datos en la mano, que las entidades financieras son quienes controlan<br />

la economía mundial. Pero lo hacen sin necesidad de recurrir a conspiraciones<br />

oscuras, porque es la propia dinámica del sistema económico capitalista la que explica<br />

que estos sujetos económicos, las empresas transnacionales y su red, operen de acuerdo<br />

a una lógica que les lleva a defender sus intereses. Intereses que son antagónicos con los<br />

de los ciudadanos, de modo que su propia dinámica lleva al incremento de la explotación<br />

sobre los más desfavorecidos. La expresión contemporánea de la dominación económica<br />

y política de los países industrializados sobre el Tercer Mundo, apropiándose de fuentes<br />

de materias primas, controlando mercados exteriores, eliminando empresas competidoras<br />

locales, aprovechando los bajos salarios de los países en desarrollo para su beneficio,<br />

drenando las reservas por excesiva remisión de utilidades, distorsionando la producción<br />

con tecnologías inapropiadas que imponían a los países receptores, conjuntamente con<br />

el modelado, a través de la presión publicitaria, de patrones de consumo inadecuados<br />

para el estadio de desarrollo de estos países. Se les criticaba, asimismo, por inmiscuirse<br />

en la política interna de los países en desarrollo”.<br />

La forma en que las corporaciones manejan sus empresas anula de raíz cualquier intento de<br />

otorgar a la “sociedad” las decisiones empresariales.<br />

Otra vez la Sociedad como Empresario<br />

“La Economía es el estudio de las formas en las que la sociedad administra los escasos<br />

recursos que tiene… estudia cómo decide la gente: el tiempo de trabajo, el ahorro… la<br />

interacción de unos con los otros.”<br />

Hasta no hace mucho se creía que la vieja expresión: “Lo que es bueno para la General<br />

Motors es bueno para la Sociedad”, no podría ser parangonada con ninguna otra, en su<br />

intención de identificar los intereses de la empresa con los de la nación. En realidad, con el<br />

tiempo ocasionó la repulsa conjunta de las instituciones, incluso de los mismos teóricos<br />

liberales de la época. Pero Mankiw, uno de los portavoces académicos del neoliberalismo<br />

actual, nos asombra nuevamente cuando supera el grado de deformación del viejo liberalismo,<br />

al identificar la sociedad y la empresa como una identidad. Los liberales de viejo<br />

cuño por lo menos separaban el concepto de empresa del concepto de sociedad mientras<br />

que los neoliberales del presente pretenden hacer de ambos uno solo, al declarar que “los<br />

escasos recursos…” convirtiéndose en uno de los teóricos comunitarios que las comunidades<br />

andinas y de otros pueblos originarios envidiarían. Sigamos<br />

No se debe pagar el costo ambiental porque reduce beneficios<br />

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“Al ser más altos los costes, las corporaciones acaban obteniendo menos beneficios,<br />

pagando unos salarios más bajos, cobrando unos precios más altos o las tres cosas<br />

a la vez. Por lo tanto, aunque la legislación sobre la contaminación tiene la ventaja<br />

de conseguir un medio ambiente más limpio y mejorar la salud, tiene el coste de<br />

reducir las rentas de los propietarios de las empresas, de sus trabajadores y de sus<br />

clientes.”<br />

Como todo marginalista, Mankiw cree que los recursos naturales: agua, suelo, aire… son<br />

bienes libres, en consecuencia, la incorporación del costo ambiental en el costo del producto<br />

le parece un atentado en contra de la calidad de vida de todos. En esta obra se reserva dos<br />

capítulos dedicados al análisis del medio ambiente y las consecuencias de la sobre explotación<br />

de que es objeto por parte de las corporaciones transnacionales, las que, en su afán de<br />

maximizar sus beneficios, se han convertido en víctimas de una extraña forma de antropofagia,<br />

pues han empezado a devorarse el planeta.<br />

La eficiencia y la equidad como enemigos entre sí<br />

“La eficiencia significa que la sociedad obtiene el máximo beneficio de sus recursos<br />

escasos. Igualdad significa que esos beneficios son distribuidos uniformemente entre los<br />

miembros de la sociedad…<br />

Con esta afirmación se pretende aterrorizar a la gente, proyectando la idea de que la igualdad<br />

se refiere a lo que se llama “igualitarismo”, es decir, la tesis de que el producto debe<br />

ser repartido en porciones exactamente iguales entre los individuos de una sociedad, independientemente<br />

de las capacidades, habilidades y esfuerzos. Esta tesis es refutada no sólo<br />

por mí, sino por ilustres liberales, por ejemplo, Rawls, quien tiene mucho que decir en<br />

cuestiones de distribuciones más equitativas del ingreso, tal como veremos en el capítulo<br />

respectivo. En síntesis, los dogmáticos siempre intentan refutar un concepto poniéndonos<br />

como única alternativa su extremo, en un mundo de dos dimensiones: blanco o negro.<br />

El Impuesto y “el Monopolista Capaz”<br />

“…mientras se logra una mayor igualdad las políticas de impuestos reducen la eficiencia...<br />

Cuando el gobierno redistribuye el ingreso de los ricos a los pobres, reduce la<br />

recompensa que merece el que trabaja más; como resultado, cuando el gobierno trata<br />

de cortar la torta económica con rallas más iguales la torta se reduce”<br />

El fanatismo de Mankiw es extremo. Ni siquiera dice que el impuesto es un “robo a las<br />

empresas”, sino que se refiere al “individuo capaz”. Por este razonamiento reduce las corporaciones<br />

transnacionales de hoy al rango de las tienditas de barrio administradas por un<br />

almacenero bonachón del siglo XIX. No quiere hablar de las inmensas corporaciones transnacionales,<br />

algunas de las cuales tienen ingresos que superan los cien mil millones de dólares<br />

anuales. Para rechazar las deformaciones absurdas de los portavoces académicos de<br />

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las corporaciones transnacionales, nos preguntamos: ¿Por qué debemos ocuparnos del bienestar<br />

de los pobres? Pues, porque es necesario restituirles sus Derechos de Propiedad.<br />

Derechos de Propiedad<br />

En efecto. La Constitución Política del Estado, que define las características de todos los<br />

Estados Nacionales, establece que el territorio y todos los recursos naturales, renovables y<br />

no renovables que existen en la superficie, en el sub suelo y en el espacio aéreo es de propiedad<br />

colectiva, pertenecen colectivamente a todos los hombres y mujeres que han nacido<br />

y viven en un país determinado. En consecuencia, si alguien pone un negocio en el territorio<br />

nacional, tendrá que usar los recursos naturales cuya propiedad es colectiva, por lo que debe<br />

cancelar a los propietarios el derecho de propiedad que tienen sobre esos recursos. El Impuesto<br />

y las tasas son los pagos que el Estado cobra para restituir a los habitantes de un país<br />

los derechos de propiedad legítimos y legales que tienen. La Acción Interactiva Complementaria,<br />

a través de un modelo Razonable de Economía ha de ser el instrumento que garantiza<br />

que esos derechos de propiedad sean debidamente cancelados y distribuidos entre<br />

quienes conforman la población de un país, bajo el principio de la Justa distribución de los<br />

derechos de propiedad. En síntesis, cuando exigimos una mayor igualdad en la distribución<br />

del ingreso, nos estamos refiriendo a la necesidad de que se devuelva a los pobres, los derechos<br />

de propiedad que por ley y por justicia les corresponde. No estamos pidiendo limosnas<br />

para ellos. Los neoliberales son los campeones de la defensa de la propiedad privada,<br />

pero cosa extraña, se olvidan de sus “ideales” cuando se incluye como propietarios a los<br />

pobres. Sigamos.<br />

La utilidad de la primera página de un texto es mayor que la utilidad de la segunda<br />

“…pedimos consejo a un amigo sobre el número de años que debemos permanecer<br />

estudiando. Si comparara el estilo de vida de una persona que tiene el doctorado<br />

con el de otra que no ha terminado los estudios primarios, podríamos quejamos de<br />

que esta comparación no nos sirve de mucho para tomar una decisión. Ya poseemos<br />

algunos estudios y lo más probable es que tengamos que decidir si estudiamos uno<br />

o dos años más. Para tomar esta decisión, necesitamos saber cuáles son los beneficios<br />

adicionales de un año más de estudios (unos salarios más altos durante toda la<br />

vida y el mero placer de aprender) y los costes adicionales en que incurriríamos (las<br />

tasas de matrícula y los sala ríos que perdemos, mientras estudiamos) Comparando<br />

estos beneficios marginales y costes marginales, podemos averiguar si merece o no<br />

la pena estudiar un año más.”<br />

Esa propuesta no es de Mankiw; pertenece a Gary Becker y su tesis sobre lo que llama “El<br />

capital humano”, un intento de acomodar como sea el principio de marginalidad, traído del<br />

mundo del vudú, al mundo real. En primer término, debemos aclarar que la decisión de<br />

abandonar o no los estudios para ponerse a trabajar, es algo que tiene relevancia sólo entre<br />

los hijos de padres cuyo ingreso es incierto. En cambio, los hijos de los ricos no tienen esa<br />

disyuntiva. Por otra parte, cuando un estudiante decide ingresar a la universidad, lo hace<br />

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con un objetivo: lograr un título. Para alcanzarlo, debe cumplir con todos los requerimientos<br />

que exige el plan de estudios de la universidad respectiva. En este proceso no se puede<br />

afirmar que un año de estudios sea más o menos útil que otro; eso es ridículo. Con la misma<br />

lógica podríamos afirmar también, “hablando en el margen” que la primera hora de estudios<br />

del novato es más importante que la segunda, lo que nos llevaría a declarar que la lectura<br />

de la primera página de un texto es más “útil” que la segunda... los ejemplos serían incontables.<br />

En el mundo real, la empresa, digamos petrolera, cuando debe reclutar a un nuevo<br />

empleado, no le pregunta si ha vencido el primero o segundo años; no, más bien le pedirá<br />

el título de geólogo u otro parecido, pues ese título es una constancia de que reúne los<br />

requisitos que le permiten formar parte del equipo técnico de la empresa petrolera. Si no lo<br />

tiene no formará parte de la empresa.<br />

Una Mano Invisible para un mercado fantasma<br />

“La habilidad de la mano invisible para guiar la actividad económica tiene un importante<br />

corolario: cuando un gobierno impide que los precios se ajusten a las condiciones<br />

naturales de la oferta y la demanda, impide que la mano invisible coordine a los millones<br />

de hogares y empresas que constituyen la economía. Este corolario explica por qué los<br />

impuestos afectan negativamente a la asignación de los recursos: los impuestos distorsionan<br />

los precios... y, por lo tanto, las decisiones de los hogares y de las empresas.<br />

También explica el daño aún mayor que causan las medidas que controlan directamente<br />

los precios, como el control de los alquileres… Uno de los objetivos de este libro es<br />

comprender la magia de esta mano invisible<br />

¡La fantasmagoría en acción! Si Heisenberg hubiera pretendido establecer el Principio de<br />

Incertidumbre, siguiendo las pautas del determinismo de Pierre Simon Laplace, en vez de<br />

una teoría nos habría legado un absurdo. Lo mismo sucede con la metáfora de la “mano<br />

invisible”, sostenida por los defensores del mercado de competencia perfecta, la estructura<br />

las teorías de los marginalistas actuales. Nada ha cambiado para ellos durante los dos siglos<br />

y medio transcurridos desde A. Smith, por eso es que la economía ha sido identificada como<br />

la ciencia que menos ha evolucionado en comparación a las demás. Una revisión de las<br />

grandes crisis periódicas que asolan a la humanidad será suficiente para darse cuenta de que<br />

la “mano invisible” sigue siendo lo que era: una metáfora vacía y absurdo. Pero no sólo<br />

eso, también nos da a entender que los marginalistas están orgullosos de vivir en el pasado;<br />

sólo en el pasado.<br />

Mankiw continúa sobre el tema:<br />

Los precios reflejan tanto el valor que tiene un bien para la sociedad como el coste<br />

social de producirlo. Como los hogares y las empresas observan los precios cuando<br />

deciden lo que van a comprar y a vender, tienen en consideración, sin darse cuenta los<br />

beneficios y los costes sociales de sus actos. Como consecuencia, los precios llevan a<br />

cada uno a obtener unos resultados que en muchos casos maximizan el bienestar de la<br />

sociedad en su conjunto.<br />

13


Indagación<br />

Con esta declaración nos enteramos que los monopolios y los oligopolios que rigen la economía<br />

del mundo actual, obran en beneficio de la sociedad, con muestras increíbles de un<br />

altruismo por nadie igualado en la historia. En su “Noveno Principio” dice que los precios<br />

suben cuando el gobierno imprime demasiado dinero. Sobre el particular diremos que es<br />

cierto, que algunas veces la inflación se debe al incremento de la oferta monetaria, es decir,<br />

al excesivo circulante que fluye en una economía. Nadie discute esa verdad. Pero, la pretensión<br />

de hacer que al incremento de circulante sea la única causa que produce la inflación,<br />

es mirar el mundo con dos taparrabos en los ojos. En ese intento, no toman en cuenta los<br />

procesos inflacionarios que provienen de la especulación financiera que realizan los especuladores<br />

haciendo uso de los excedentes de las corporaciones empresariales para aumentar<br />

más sus ganancias, tal como veremos en su momento. Tampoco se refieren a la estacionalidad<br />

en la oferta de productos agrícolas, al incremento de los precios de los bienes de capital<br />

y de los insumos… en fin, a las variadas causas que producen efectos inflacionarios,<br />

no sólo el incremento del dinero, per se.<br />

En el segundo capítulo, Mankiw, al otorgarse el rango de “científico” declara:<br />

“Los economistas tratan de abordar su disciplina con la objetividad del científico. Enfocan<br />

el estudio de la economía de una forma muy parecida a como el físico enfoca el<br />

estudio de la materia y el biólogo enfoca el estudio de la vida: elaboran teorías y recogen<br />

datos y los analizan para intentar verificarlas o refutarlas.”<br />

Con relación a esta nueva muestra de pretender ser lo que no se es, hay algo que es preciso<br />

hacer conocer, tanto al propio Mankiw, como a todos los marginalistas: nadie, en su sano<br />

juicio, puede tomar en serio a un “científico” que habla de la “magia” de la “mano invisible”<br />

y escoge un mercado fantasma para lucubrar a discreción, en muestras reiteradas de espiritismo<br />

formal.<br />

La Lógica Interna del<br />

Modelo Neoclásico<br />

Indagación: Los Universalistas<br />

Los segregadores de conceptos no se contienen en la tarea de estructurar una idea que abarque<br />

el campo acotado de la investigación. Creen que la nueva noción no tendría dignidad<br />

suficiente si es que no abarcara el infinito y sus alrededores; universalizan con la eficacia<br />

de una fotocopiadora. Pretenden universalizar leyes, partiendo del comportamiento del individuo<br />

aislado. El individuo aislado y la universalización hacen de las seseras algo así<br />

como una fragua de herrero, de la que parten dardos de una artesanía calibrada en dos prensas:<br />

La generalidad y la particularidad absolutas. Esto es muy extraño. “El consumidor<br />

siempre quiere maximizar la utilidad del bien que compra”, dicen los neoclásicos, con su-<br />

14


ficiencia concentrada y con aires de infalibilidad papal. De esta manera, y de otras parecidas,<br />

el herrero de las generalidades, en vez de forjar herraduras, se complace en fundir<br />

conceptos universales con devoción sacra.<br />

Indagación: Los Singularistas<br />

Al otro extremo de la generalidad, habita el que “estudia los hechos y nada más que los<br />

hechos. Es el herrero del frente; el que fragua un inventario de singularidades. Su razonamiento<br />

es más o menos como sigue: antes de universalizar la maximización de la utilidad,<br />

debemos fijarnos cuál es el consumidor tipificado como tal. Será preciso que sepamos que<br />

nacionalidad tiene, dónde nació, cuál es su idioma cuánto pesa, su estado civil, su ingreso<br />

mensual, su preferencia por lo importado… Nada habrá en el medio entre las dos herrerías<br />

del pueblo. Ni siquiera un pedazo de zona oscura con la que el cosmos remienda sus secretos.<br />

Nada: si no universalizan un concepto o no lo singularizan al mínimo, seremos un trozo<br />

de pulpa para cada moldeador de ideas en el yunque de sólo dos dimensiones. Estos sujetos<br />

se parecen a las abejas: todo es percibido o en blanco o en negro. No hay una gama intermedia.<br />

Los universalistas de la singularidad dicen, con los bigotes en tren de esgrima, que<br />

nada existe, excepto el individuo. Estos defensores del individualismo extremado nos hacen<br />

saber que “nadie está por encima de mí”. Cada uno declara: “no aceptaré una opinión que<br />

no sea la mía”.<br />

La manía generalizadora de los súper individualistas es asombrosa. Pocas veces se ha visto<br />

una teoría tan publicitada como ésa. Para empezar, no toman en cuenta la existencia de las<br />

grandes corporaciones transnacionales, conformadas por miles de accionistas. No las toman<br />

en cuenta, especialmente, cuando dicen que el impuesto es un robo que el “individuo capaz”<br />

sufre por parte del Estado. La publicidad que se otorga a estos defensores del individualismo<br />

a ultranza los convierte en una especie en gurús de la “libertad del individuo” a nivel<br />

TV satelital. El Neoliberalismo, se opone a la participación del Estado en todos los países,<br />

especialmente, en los subdesarrollados que sirven de anfitriones a las transnacionales. En<br />

realidad, las transnacionales ya no explotan, sino que expolian los RRNN y humanos de<br />

esos países, al mismo tiempo que establecen salarios de subsistencia para los trabajadores,<br />

aunque Mankiw dirá que si estos salarios de subsistencia están por encima del salario “de<br />

mercado” deberían ser reducidos por el bien de la eficiencia económica; de esta manera, las<br />

transnacionales, según Mankiw, contratarán cadáveres de obreros.<br />

Las Corporaciones Transnacionales<br />

La Economía Vital considera que la presencia de las transnacionales es muy importante en<br />

los países subdesarrollados, por la tecnología y el conocimiento que portan. A esto hay que<br />

añadirle sus respectivas curvas de experiencia, lo que haría insensato oponerse a la acción<br />

de las transnacionales en los países sub desarrollados. Pero la Relación entre el Estado y la<br />

Transnacional debe estar inscrita en el marco del Principio de Relación Complementaria,<br />

la que establece beneficios mutuos razonables. Es preciso que esas relaciones de interacción<br />

se expresen en convenios que delimiten los derechos y expliciten los deberes del Estado y<br />

15


de la Transnacional. El Individualismo Metodológico pretende hacer del individuo un ente<br />

aislado para que forme parte de la masa, que siempre es manipulable. Las intenciones de<br />

convertirlo en hombre-masa se llevan a cabo por medio de la publicidad, la que se dirige a<br />

cada individuo en particular. Pero, la cantidad de individuos que son influidos por la publicidad,<br />

aunque no estén unidos en un grupo, forman la masa que estructura la demanda por<br />

un bien. Esa masa, que nada tiene que ver con el grupo social organizado, es manipulable,<br />

es una masa que sigue las instructivas de la publicidad. Esa masa no está organizada y es<br />

comparable a las hordas de Atila, en las que no hay relaciones interactivas entre los componentes.<br />

Lo que sí existe allí, es la relación de jerarquía entre el líder y la masa, tal como<br />

sucede con la empresa y el individuo aislado que conforma, a su vez, el hombre-masa.<br />

La Versión Marxista y la Populista<br />

Los marxistas y populistas no aceptan la importancia del individuo y afirman que “sólo las<br />

masas existen”. Los teóricos de las visiones al por mayor también quieren hordas para manipularlas.<br />

Los portavoces de ambos bandos quieren que seamos o autistas sociales o soldaditos<br />

de plomo de un ejército liderado por la arbitrariedad. A ninguno le conviene saber<br />

que, entre ambos extremos, existe una gama de posibilidades para que el ser humano, libre<br />

de la alienación, pueda elegir.<br />

El Término Medio y el Principio de lo Razonable<br />

Hay un sitio en ese espectro para ubicar el Justo Medio, que Aristóteles consagra como guía<br />

de todo comportamiento, identificado en algún punto entre los extremos. Para los fines del<br />

presente trabajo, ese Justo Medio en el que se basa el análisis, es la Unidad Población-<br />

Territorio, tal como queda descrita en el capítulo respectivo. La identificación de una de<br />

estas unidades, como escenarios de estudio y de aplicación de medidas, no significa establecer<br />

conjuntos autónomos, sin relación alguna con las otras poblaciones-territorio del<br />

país. Precisamente, postula que el Principio de Relación Complementaria es el que rige las<br />

relaciones entre las Poblaciones-Territorios y entre los subgrupos y los individuos dentro<br />

de cada una. Además, el Principio de lo Razonable es la antítesis de la llamada Elección<br />

Racional, a la que considera una entronización de los instintos más oscuros del Ser, en su<br />

afán de acumular más y más.<br />

La denominada “Elección Racional” es un retorno a la edad en que el Ser aún estaba dominado<br />

por sus instintos, nada más que por sus instintos de sobrevivencia. Instintos que le<br />

permitieron sobrevivir por la selección natural. Pero hoy, esos instintos han sido convertidos<br />

en la imperiosa necesidad de consumir más, más y más… hasta reventar. La “acción<br />

humana”, tal como queda planteada en la visión del espiritismo teórico, no responde a ninguna<br />

norma, es la renovación de la ley de la selva para modelar la versión moderna del<br />

hombre instintivo. El que, presa de una fuerza atávica poderosa, ha vuelto a la edad primera<br />

en su afán de satisfacer una feroz antropofagia que ahora le impele a devorarse el planeta.<br />

El Individuo en la Percepción Interactiva<br />

16


Pero no está en nosotros dejar pasar este retorno al pasado primero; no importa el grado de<br />

tecnología que dispongan los sanadores del vudú económico<br />

Somos individuos en sociedad, no somos individuos aislados. Percibimos el mundo, nos<br />

adaptamos a él y lo transformamos con el trabajo. Para ello, establecemos normas de ética.<br />

El Individuo nace en sociedad, vive en sociedad y muere en sociedad, luego de haber cumplido<br />

su ciclo y de haber realizado sus aportes al grupo social. Existe una Relación Complementaria<br />

permanente entre el individuo y el grupo relación que se expresa en la Acción<br />

Complementaria. El individuo, cuando nace, encuentra una sociedad establecida, crece,<br />

aprende sus tradiciones y costumbres y, de acuerdo con su talento, transforma al grupo<br />

original. La Relación Complementaria posibilita la dinámica del grupo social a lo largo de<br />

la historia y el grupo social evoluciona por la Relación Complementaria entre individuos y<br />

entre los grupos. El Individuo transforma al grupo por medio de la Acción Complementaria;<br />

sabe que una acción aislada no tiene relevancia alguna; para él nada hay fuera de la<br />

Sociedad. Por otro lado, el Principio de lo Razonable que propongo en esta primera obra,<br />

reúne en uno solo la descripción y la normativa. Por eso es que tiene la capacidad de identificar<br />

relaciones y así describir, explicar y pronosticar el comportamiento de la Población-<br />

Territorio elegida. Describe las Acciones Interactivas inter e intra grupos y toma en cuenta<br />

la normativa que emerge de las instituciones, del momento histórico y de la cultura de cada<br />

uno. Aunque los instrumentos analíticos son generales, sus hallazgos pueden o no ser extrapolado<br />

a otras Poblaciones-Territorio, para adaptarlos a cada una de ellas. El Principio<br />

de lo Razonable está diseñado para reflejar las formas y las causas de la Relación Complementaria<br />

entre el Individuo y el grupo humano al que pertenece. De este modo, la Elección<br />

Razonable establece las guías conceptuales que permitirán a cada grupo humano potenciar<br />

sus capacidades y llegar a la meta común: Terminar con la pobreza, la exclusión y la discriminación<br />

El punto de partida y la meta<br />

La “Elección Racional” parte del supuesto de que todos los individuos tienen satisfechas<br />

sus necesidades básicas. Para los teóricos del marginalismo lo importante es ocuparse de la<br />

elección entre opciones, supuestamente disponibles. En cambio, la Acción Complementaria,<br />

que va en pos de una Economía Vital, quiere llegar al punto de partida del modelo<br />

neoclásico; esto es, dotar a cada individuo de opciones factibles para que elija. En su horizonte<br />

histórico, identifica como punto de llegada lo que la “Elección Racional” considera<br />

como el punto de partida. El Principio de lo Razonable tiene la intención de hacer de la<br />

Ciencia Económica el instrumento para que el ser humano mejore su calidad de vida. En<br />

cambio, los espiritistas del modelo vudú de la economía han reducido a la ciencia económica<br />

a un recetario para que las transnacionales ganen más expoliando más.<br />

Por eso es que declaran, con renovado énfasis, que el Capitalismo es uno solo y el modelo<br />

del vudú para zombis es el único. Por su parte, el Principio de lo Razonable considera que<br />

no hay un sistema que se constituya en una alternativa al sistema capitalista. La experiencia<br />

17


de la ex URSS ya lo ha demostrado. Pero también considera que no existe un modelo único<br />

de capitalismo; afirma que cada país debe adaptarlo a las condiciones históricas y culturales<br />

de su evolución. Los pueblos pobres saben que, para llegar a la convergencia, necesitan<br />

tener más de lo indispensable y que los ricos derrochen menos. La verdadera dicotomía se<br />

plantea en los siguientes términos:<br />

Un poco más a cambio de un poco menos.<br />

2<br />

LA OFERTA Y LA DEMANDA<br />

La Gran Contradicción del Modelo Neoclásico<br />

El consumidor otorga a la última porción del bien que adquiere, una valoración<br />

menor a todas y a cada una de las anteriores.<br />

Por su parte, el empresario encuentra que el costo de esa última unidad, la<br />

que el consumidor valúa en menos que cada una de las anteriores, tiene un<br />

costo mayor que cada una de las anteriores.<br />

Ésta es la dialéctica más extraña que uno se pueda imaginar.<br />

El Mercado<br />

Todo el análisis del marginalismo en general y del neoclásico en particular, tiene como<br />

punto de vista esta contradicción. En este sentido, Gregory Mankiw cuando nos hace saber<br />

que Catalina otorga a la última unidad de helado que consume, un valor inferior a cada una<br />

las porciones ya consumidas; mientras que el heladero encuentra que esta última unidad, la<br />

menos valiosa para Catalina, tiene un costo mayor al de cada una las unidades anteriores<br />

ya producidas. Según el modelo, ésa y no otra, es la manera “científica” que el “heladero<br />

racional” tiene para maximizar sus beneficios y Catalina, para maximizar su utilidad.<br />

Obrando de esa manera, heladero y Catalina son expresiones máximas de la “racionalidad”<br />

humana. Gregory Mankiw, uno de los defensores del modelo neoclásico de mayor actualidad<br />

y cuyos textos se estudian en gran parte de las universidades, dice que el mercado es<br />

un grupo de compradores y vendedores de un bien o servicio. Los compradores determinan<br />

18


la demanda, y los vendedores, la oferta. Un ejemplo de la oferta, es el heladero de la esquina,<br />

aunque los consumidores escogen los helados entre la oferta que encuentran por<br />

parte de varios heladeros, quienes tratan de atraerlos a su negocio.<br />

La Competencia Perfecta<br />

También dice que los economistas usan el mercado de competencia perfecta para establecer<br />

sus “leyes”, por ello es que nos habla del heladero y de Catalina, en vez de hablarnos de la<br />

Exxon o de la Apple, corporaciones transnacionales que facturan por encima de los cien<br />

mil millones de dólares anuales. Mankiw nos hace saber que a pesar de la diferencia de<br />

mercados que hay en el mundo, asumir el mercado de competencia perfecta es muy útil<br />

porque son los más fáciles de analizar. Un comentarista dijo las declaraciones de ese tipo,<br />

tan comunes entre los que teorizan sobre la Economía de los espíritus, le recordaban al<br />

conductor que, guiando en plena oscuridad, pierde su teléfono móvil pero que sólo se detiene<br />

cuando encuentra un farol a orilla de la autopista, para buscarlo, “dado que allí hay<br />

luz”.<br />

La Demanda Individual<br />

En primera instancia, vamos a reproducir la Tabla 2.1 que Mankiw incluye en su texto y<br />

que contabiliza las porciones de helado que Catalina demanda a cada uno de los precios<br />

vigentes. Sobre la información contenida en la tabla, que ahora figura como tabla 2.1 en la<br />

siguiente página, se ha diseñado un segmento de la curva de demanda, la que se muestra en<br />

la gráfica 2.1. De acuerdo con los datos transferidos desde la Tabla, la demanda de Catalina<br />

será de 4 helados cuando el precio es de $us. 2.00 por cada unidad. Su demanda disminuiría<br />

a dos porciones si el precio aumentara a $ 2.50 y así sucesivamente.<br />

Indagación<br />

Para empezar nuestra primera indagación, citaremos a Alfred Marshall, el fundador de la<br />

corriente Neoclásica y creador de la curva de demanda y de oferta parciales, las que ahora<br />

son utilizadas por los marginalistas de todo cuño. En su obra “Principios de Economía”<br />

acerca del análisis de la demanda y la ley de la utilidad marginal decreciente en términos<br />

de precios dice: cuanto más grande la cantidad de mercancías que posee una persona, el<br />

precio será menor manteniendo constante el poder adquisitivo del dinero. La utilidad marginal<br />

de un bien para un consumidor, se convierte en una lista de demanda y después, en<br />

una curva de demanda.<br />

En contra del Maestro<br />

La Afirmación de Marshall es congruente con la “Ley de la Utilidad Marginal Decreciente”.<br />

De acuerdo con lo establecido por la “Ley”, la próxima porción de helado será menos útil<br />

que la anterior. Por lo tanto, desde la lógica interna de la teoría, la variable independiente<br />

en una curva de demanda no sería el precio, sino la cantidad que el consumidor estaría<br />

dispuesta a comprar.<br />

19


Así lo sostiene en la segunda frase de la declaración citada:<br />

La curva que representa la utilidad marginal de un bien para un consumidor, se convierte<br />

en una lista de demanda y después en una curva de demanda.<br />

Por supuesto que Marshall también cae en el error de generalizar para todo tipo de bien y<br />

servicios lo que sólo es relevante para bines de consumo.<br />

Mankiw dice que la tabla y la curva de demanda de helado de Catalina han sido formuladas<br />

de acuerdo con la metodología de Marshall. Pero, tal como vemos, la curva de demanda de<br />

Marshall se deriva de la Curva de Utilidad Marginal Decreciente, mientras que la curva<br />

graficada por Mankiw no la toma en cuenta. Por esa razón, con Marshall, el precio sería la<br />

variable dependiente y la cantidad demandada por el consumidor, sería la variable independiente.<br />

Los neoclásicos, Mankiw entre ellos, afirman que la cosa va al revés; declaran que<br />

el precio es la variable independiente y la cantidad demanda, la variable dependiente. Por<br />

eso, según sus percepciones, a un precio de $us. 2.00, Catalina quiere 4 helados y al precio<br />

de $2.50 quiere sólo 2 y no a la inversa. Eso significa que no es la demanda la que determina<br />

el precio; más bien, son los ejecutivos de las grandes corporaciones quienes establecen un<br />

precio y el mercado les responde con una cantidad demandada. Por otra parte, la Economía<br />

Vital afirma que “la demanda individual de un bien” sería posible, razonablemente, para<br />

los bienes de consumo directo, como quedarán definidos en otro capítulo. Pero, la manía<br />

de generalizar de los neoclásicos no les permite hacer diferencias de cualidad. Por ejemplo,<br />

la generalización de la “Ley de la Demanda Individual” para un bien que no sea de consumo<br />

directo es absurda.<br />

Una curva de demanda individual para automóviles, no tendría sentido. Supongamos que<br />

la demanda se refiere al mercado de automóviles; de acuerdo con la teoría, al precio de<br />

$50000 Catalina demandará sólo un automóvil, pero si el precio baja a $45000, demandará<br />

dos, y luego cinco, si el precio es de $38000. Lo que es ridículo. El error está en generalizar<br />

la ley de los rendimientos decrecientes para todo tipo de bienes y servicios, en vez de circunscribirla<br />

al consumo de bienes de consumo. Una generalización así concebida es un<br />

despropósito. Los neoclásicos, en principio discípulos de Marshall, en la concepción del<br />

mercado y la demanda parcial, derivan la curva de demanda de lo que han dado en llamar<br />

“Curvas de Indiferencia” como se verá después. El resultado de esa derivación establece<br />

que el precio es la variable independiente y la cantidad sería la variable dependiente. Habría<br />

un problema de antecedente y consecuente en la presentación de ambas y con ese problema<br />

también habría dos percepciones completamente distintas una de la otra, aunque ambas no<br />

son sino dos de las variantes del mismo modelo.<br />

En otra dimensión teórica nos encontramos que el Neoclasicismo considera la existencia de<br />

cuatro modelos de mercado: “El modelo de mercado de Competencia Perfecta, el de Monopolio,<br />

el de Competencia Monopolística y el mercado de Oligopolio, cada uno de los<br />

20


cuales tendría características que las diferenciarían de las demás. Los textos de economía<br />

que se usa en las universidades exponen las singularidades que los neoclásicos atribuyen a<br />

cada uno de estos mercados.<br />

El Mercado de Competencia Perfecta: un fantasma revivido<br />

Al igual que “Pedro Páramo” de Juan Rulfo, en que la historia del pueblo abandonado es<br />

contada por los muertos, así también la Economía del marginalismo hace que el modelo de<br />

Competencia Perfecta, cuya existencia es sólo virtual, hable por los vivos de todos los meridianos<br />

y paralelos del planeta. Tendría los siguientes rasgos distintivos:<br />

Primero, el bien sería homogéneo.<br />

Segundo, existiría un precio único para ese bien, el que estaría dado por el mercado; los<br />

oferentes y demandantes serían precio-aceptantes.<br />

Tercero, habría tantos compradores y tantos vendedores que ninguno de ellos, por sí solo,<br />

tendría la capacidad de modificar los precios.<br />

Cuarto, libre ingreso y salida de empresas<br />

Quinto, se supone que hay información perfecta.<br />

Sexto, se supone la movilidad perfecta de factores de producción<br />

Eso significa que, si en EEUU hace falta mano de obra, los mexicanos podrán llenar los<br />

cupos; por otra parte, si en Angola hace falta capital, se supone que los capitalistas alemanes<br />

llevarán sus inversiones a ese país. Esto es ridículo.<br />

La insistencia en usar como escenario de análisis el mercado de competencia perfecta, insignificante<br />

al momento, sólo puede ser entendido en el marco del afán que se tiene de<br />

ocultar la presencia y la expoliación de las corporaciones empresariales sobre los recursos<br />

humanos y naturales del planeta. No otra es la intención de pretender igualar al ama de casa,<br />

y al heladero de la esquina, con la Exxon, o la Apple, por ejemplo.<br />

Indagación<br />

En la curva de demanda de helados por parte de Catalina, tal como lo presenta Mankiw y<br />

con él, todos los espíritus que moran en el Mercado de Competencia Perfecta, el precio del<br />

helado sería mayor que el ingreso marginal, lo que se deriva del hecho de que la curva de<br />

demanda individual es diseñada con pendiente negativa, exactamente igual a la curva de<br />

demanda, que, según el modelo, existiría en un mercado de monopolio, es decir, de competencia<br />

imperfecta. La pendiente negativa de esa curva es causada debido a que si el heladero<br />

quiere vender más helados deberá aumentar la cantidad ofrecida y rebajar el precio de<br />

cada unidad, que es el principio que los neoclásicos mantienen para un mercado de competencia<br />

imperfecta. ¿Quiere decir esto que Catalina paga un precio mayor que el Ingreso<br />

21


Marginal de cada helado recibido por el heladero? Con esta lógica, el vendedor de lechuga<br />

en los mercados populares encontraría que la demanda individual por su producto corresponde<br />

a la de un mercado imperfecto y, como tal, podría cambiar el precio del bien a su<br />

libre arbitrio, que es lo que los monopolistas y los oligopolistas hacen rutinariamente<br />

Ahora bien, el modelo neoclásico dice que la demanda total, no individual, que enfrenta<br />

cada empresario es una línea recta, debido a que el precio es dictado por el mercado y no<br />

por el empresario, tal como surge de los supuestos del Mercado de Competencia Perfecta.<br />

En este punto, el mundo de los muertos de Rulfo se expresa a todo volumen: el equilibrio<br />

el mercado de un bien, en el que la oferta y la demanda igualan debe durar un microsegundo,<br />

puesto que todo ha cambiado en ese microsegundo, lo único que ha permanecido en el<br />

cementerio de los ecos es el “equilibrio”. Los neoclásicos asumen que el precio elegido por<br />

el modelo ha sido establecido para un buen tiempo, única manera de llegar al “equilibrio”,<br />

situación a la que los teóricos de la Economía-Vudú consideran algo así como un estado de<br />

gracia en el mercado. Es para eso que necesitan un supuesto mercado de competencia perfecta<br />

y omiten los mercados reales, los oligopolios internacionales.<br />

Indagación sobre el Ingreso y la Insaciabilidad<br />

Por lo general, debido al principio de Insaciabilidad que sostiene el modelo neoclásico, si<br />

el ingreso del consumidor aumenta, la demanda por el bien que consume también aumentará,<br />

fenómeno que el modelo generaliza a todos los bienes y servicios. En este sentido,<br />

habrá un desplazamiento de la curva de demanda hacia la derecha, pues éste será un cambio<br />

de demanda y no solamente un cambio en la cantidad de demanda. El Postulado de la Insaciabilidad<br />

haría que Billy Gates agotara su ingreso anual en la compra de bienes y servicios<br />

para marcar el paso con la supuesta “insaciabilidad” que lo motivaría. Si Billy Gates se<br />

comportara en el marco de ese postulado, su consumo anual equivaldría al consumo anual<br />

de la población de cualquiera de los 165 países del planeta que están por debajo de ese<br />

nivel. Esto no es razonable. Por eso es que el Principio de Razonabilidad opuesto al de<br />

Racionalidad de los espiritistas neoclásicos, no acepta el principio de Insaciabilidad.<br />

Las Expectativas<br />

Si se espera que los precios de los automóviles suban en un próximo futuro, es posible que<br />

la demanda presente por automóviles aumente. Pero, el ejemplo que pone Mankiw, es realmente<br />

asombroso: dice que, si Catalina cree que el precio aumentará en el futuro, consumirá<br />

más helados en el presente, pretendiendo que un hartazgo de helados hoy compense<br />

la reducción de mañana.<br />

Esto es extraño, muy extraño en el mundo real. Sobre todo, no es Razonable.<br />

Indagación: El “voto” que castiga al que vota<br />

El Modelo del Vudú con tecnología asume que cada consumidor “vota” por un bien consumiendo<br />

más o menos de él. En el caso del desplazamiento de la demanda, se debió a que<br />

22


Catalina demandó un helado más al mismo precio que antes, seguramente debido a que sus<br />

ingresos o sus gustos han variado. El aumento de un helado por parte de Catalina ha hecho<br />

que el precio aumentara para todos. De este modo, el “voto” de Catalina a favor del helado<br />

se ha vuelto en su contra y en contra de todos los consumidores del producto. Desde ese<br />

punto de vista, Catalina, como cualquiera de los consumidores de helados, debería dejar de<br />

“votar” por un candidato que convierte su voto en una elevación del precio. Los demás<br />

consumidores se lo agradecerían.<br />

La Oferta Marginalista Neoclásica<br />

Los marginalistas de todo cuño denominan Punto de Cierre al punto mínimo del costo Variable,<br />

porque los ejecutivos deben decidir si cierran la empresa o esperan un tiempo para<br />

ver si el precio del bien mejora y logra cubrir todo el costo fijo. Algunos pueden cerrar el<br />

negocio. Esta relación se llamaría “La Ley de la Oferta”. Es entre la llamada “Ley de la<br />

Oferta” y la llamada “Ley de la Demanda” que descansa una especie de acertijo que nos<br />

brinda el modelo neoclásico. Por otra parte, el modelo dice que la cantidad que producirá<br />

el empresario en el corto plazo será la que corresponda a la intersección de la línea de<br />

precios, Po con la curva S, en este caso, la cantidad maximizadora será Q0, la que corresponde<br />

al punto e de intersección. Con esto, la metamorfosis está hecha: se ha convertido la<br />

curva del costo marginal en la curva de oferta y, en la intersección con la curva horizontal<br />

de demanda, se ha logrado el equilibrio señalado por el precio P0 y la cantidad Q0.<br />

Indagación<br />

Hay en el modelo neoclásico de la Economía-Vudú paradojas muy extrañas. Una de ellas<br />

es el supuesto de que el productor maximiza sus beneficios, produciendo el bien en el volumen<br />

que corresponde al rango del segmento ascendente tanto de las curvas del costo marginal,<br />

como del costo variable medio y del costo medio; esto es extraño, porque en ese<br />

rango el empresario se enfrenta con costos crecientes.<br />

Partamos de la afirmación marginalista neoclásica:<br />

Costo Marginal<br />

Los marginalistas de todo cuño denominan Costo Marginal a la adición del costo total por<br />

la última unidad del bien producido.<br />

Se supone que la curva de Oferta del empresario está conformada por el segmento de la<br />

curva del Costo Marginal a partir del punto de cierre de la empresa. Si eso fuera así, entonces<br />

el incremento del precio, al motivar el aumento de la producción, se expresaría tanto en<br />

la curva del Costo Marginal como en la Curva de Oferta. Por el lado de la curva de Costo<br />

Marginal, la unidad extra tendría un costo mayor; por el lado de la curva de oferta, tendría<br />

un precio mayor. Dado que se asume la identidad de la curva del Costo Marginal con la<br />

curva de la Oferta, resulta que el costo de la última unidad producida es igual al incremento<br />

23


del precio de mercado por esa misma unidad; por lo tanto, el empresario no ganaría absolutamente<br />

nada de un aumento del precio de mercado para la última unidad del bien, pues<br />

ese aumento sería absorbido por el incremento de su costo. Todo esto es extraño, muy extraño.<br />

También vimos que el consumidor confiere a la próxima unidad del bien una valuación<br />

menor que la anterior, porque, según la teoría, le es menos útil. Pero eso no tiene<br />

importancia para los Caballeros de la Gran Orden del Espiritismo, les basta lucubrar sobre<br />

curvas de oferta y demanda para afirmar que se ha logrado el equilibrio. En cambio, el<br />

modelo operativo del Principio de Razonabilidad, en vez de la curva del Costo Marginal,<br />

identifica el segmento descendente de la curva del Costo Medio como la Curva de Oferta<br />

de la empresa, tal como se verá luego.<br />

El Equilibrio Neoclásico del Mercado<br />

Se supone que tal equilibrio se realiza entre “las fuerzas de la demanda y las fuerzas de la<br />

oferta”. La teoría dice que las acciones de los compradores y vendedores hacen que el<br />

mercado de helados tienda al equilibrio de la oferta y la demanda de mercado, es decir, al<br />

precio de P0 por unidad, tanto la demanda como la oferta de mercado están dispuestas a<br />

comprar y vender, respectivamente, Q0 unidades de helados. Este equilibrio se mantendrá<br />

hasta que nuevos movimientos en el mercado respectivo determine un nuevo punto de equilibrio.<br />

¿Cómo se supone que se ha llegado a ese punto? De acuerdo con el modelo-vudú,<br />

de la siguiente manera.<br />

Gráfica 2.1<br />

El Equilibrio Neoclásico<br />

Primero, se afirma que el heladero opera en un mercado de Competencia Perfecta, aunque<br />

la curva de demanda individual por helados de Catalina tiene pendiente negativa, esto quería<br />

decir que el heladero cobra un precio superior al ingreso marginal, lo que muestra que<br />

el mercado en el que opera sea de competencia imperfecta.<br />

24


Segundo, dicen que la curva de Demanda que enfrenta el empresario-heladero será la suma<br />

de todas las curvas de demanda individuales, las que, como vimos en la anterior conclusión,<br />

tienen los atributos que caracterizan a las curvas de demanda de mercados imperfectos,<br />

aunque hay una decisión arbitraria que establece la permanencia de un solo precio de los<br />

helados dado para siempre. Esta afirmación oculta, sólo en parte, el hecho teórico de que la<br />

curva de demanda que enfrenta el heladero tiene también pendiente negativa, al igual que<br />

las que se les atribuye a las corporaciones transnacionales.<br />

Tercero, la Curva de Oferta del empresario-heladero sería el segmento ascendente de su<br />

curva de Ingreso Marginal a partir del punto de cierre, lo que significa que el heladero opera<br />

en el rango ascendente de la curva del costo medio y aun así obtiene ganancias. ¡Es admirable<br />

las cosas que suceden en el mundo de los espíritus!<br />

Cuarto, el ansiado equilibrio de mercado se logra en la intersección de la curva de demanda<br />

del mercado y la curva de oferta. La primera está conformada por la suma de las demandas<br />

de cada uno de los consumidores, los que otorgan a la última unidad consumida menor<br />

valor que a todas y cada una de las anteriores. La curva de oferta resulta de la suma de todas<br />

las ofertas de las empresas, en la cual esa última unidad, la menos valorada por los consumidores,<br />

tiene para los productores un costo superior a todas y cada una de las unidades<br />

anteriores. Estas afirmaciones no son aceptadas ni por el Principio de Razonabilidad ni por<br />

las poblaciones de los países subdesarrollados, los que necesita modelos que reflejen la<br />

realidad de cada país.<br />

La Política Económica<br />

El ataque más sistemático de los neoclásicos se centra en la participación del Estado en<br />

asuntos de la economía nacional. Portavoces de los intereses de las corporaciones, quieren<br />

que el Estado no fiscalice sus operaciones, de esa manera, las empresas tienen poder irrestricto<br />

para expoliar libremente los recursos humanos y naturales del planeta, especialmente<br />

en los países subdesarrollados, allí donde las corporaciones transnacionales tienen sus filiales.<br />

Veamos que tiene que decir Mankiw al respecto.<br />

El Control de Precios según Mankiw<br />

Cuando el gobierno, movido por las quejas de los consumidores de helados, impone un<br />

precio máximo en el mercado de helado, los resultados pueden ser dos… el gobierno<br />

impone un precio máximo de 4$ el helado. En este caso, como el precio que equilibra la<br />

oferta y la demanda (3$) es inferior al precio máximo, éste no es relevante. Las fuerzas<br />

del mercado llevan a la economía al equilibrio, por lo que el precio máximo no tiene<br />

consecuencia alguna<br />

Sobre el segundo caso<br />

…el gobierno impone un precio máximo de 2$ el helado. Como el precio de equilibrio<br />

de 3$ es superior al precio máximo, éste impone una restricción activa al mercado. Las<br />

25


fuerzas de la oferta y la demanda tienden a llevar el precio al nivel de equilibrio, pero<br />

cuando el precio de mercado es igual al máximo, no puede subir más. Por lo tanto, el<br />

precio de mercado es igual al precio máximo. A este precio, la cantidad demandada de<br />

helado (125 helados en la figura) es superior a la ofrecida (75 helados). Hay una escasez<br />

de helado, por lo que algunas personas que quieren comprar helado al precio vigente<br />

no pueden.<br />

Indagación: Precios Máximos<br />

Por supuesto, Mankiw no dice en qué circunstancias el gobierno se ve obligado a imponer<br />

precios máximos. Nosotros lo haremos por él.<br />

En los mercados del mundo real, donde no existe la “Competencia Perfecta”, los monopolistas,<br />

a diferencia de lo que dicen los marginalistas de todo cuño, tienen el poder de establecer<br />

precios y cantidades al mismo tiempo. En los mercados más comunes, como son los<br />

de oligopolio, los ejecutivos de ponen de acuerdo para incrementar los precios y las cantidades,<br />

al mismo tiempo. Ese poder hace que la sociedad se encuentre completamente indefensa<br />

ante las arbitrariedades de los empresarios. Precisamente, es en estas circunstancias<br />

que el Estado interviene para dictar precios máximos, los que no pueden ser sobrepasados<br />

legalmente por las empresas. Si no fuera por el Estado, los empresarios expoliarían aún más<br />

a la sociedad. Mankiw dice que una imposición de precios máximos causará escasez porque<br />

las empresas ofrecerán menos cantidad del bien a ese precio que, por su propia naturaleza,<br />

es siempre menor al que los empresarios imponen.<br />

Es en esa declaración que nos damos cuenta de otro asunto: encontramos aquí una de las<br />

razones por la que los economistas del vudú insisten en lucubrar sus hipótesis en mercados<br />

fantasmas de Competencia Perfecta, en los cuales la “magia de la mano invisible”, en actos<br />

de espiritismo compartido, se encargan de solucionar todos los problemas, dado que en ese<br />

mercado se supone que “el número de ofertantes es tan inmenso que ninguno de ellos puede<br />

por sí solo, modificar el precio de mercado”. Pero sucede que, en el mundo real, el número<br />

de ofertantes de prácticamente todos los bienes y servicios ofrecidos al mercado no es infinito;<br />

las empresas son relativamente pocas, es decir, pueden tomar acuerdos entre ellas para<br />

abusar del consumidor, algo que un gobierno consciente de sus obligaciones, no puede permitir.<br />

Los Precios Mínimos según Mankiw<br />

En este caso, como el precio de equilibrio de 3$ es inferior al mínimo, el precio mínimo<br />

impone una restricción activa al mercado. Las fuerzas de la oferta y la demanda tienden<br />

a llevar el precio hasta el nivel de equilibrio, pero cuando el precio de mercado llega a<br />

este nivel mínimo, no puede bajar más. El precio de mercado es igual al precio mínimo.<br />

A este precio, la cantidad ofrecida de helado (120 helados) es superior a la demandada<br />

(80 helados) Algunas personas que quieren vender helado al precio vigente no pueden.<br />

26


Por lo tanto, un precio mínimo que imponga una restricción activa provoca un excedente.<br />

Al igual que en el caso de la crítica a los precios máximos, los marginalistas no explican<br />

son las razones por las que un gobierno impone precios mínimos en un sector de la Economía.<br />

Nosotros lo haremos.<br />

El gobierno impone precios mínimos legales cuando observa que las empresas en el mercado<br />

se han trenzado en una guerra de precios, con el objeto de expulsar del mercado a as<br />

empresas rivales y una o dos se ellas se apoderen de ese mercado para manipular precios y<br />

cantidades según les convenga. Ésa es la razón de la imposición de precios mínimos, es<br />

decir, los que marcan el límite inferior de los precios de manera que ninguna empresa pueda<br />

cobrar un precio menor al establecido por Ley. En este ejemplo, encontramos aquí otra<br />

muestra de la preferencia de los marginalistas de todo cuño para hacer sus análisis en mercados<br />

fantasmas de competencia perfecta, mostrando facetas que no existen en la realidad,<br />

sólo con el propósito de facilitar a las corporaciones el monopolio de los mercados, en<br />

virtud de que los marginalistas de todo cuño, ya lo dijimos, son los portavoces académicos<br />

de las corporaciones. En este caso, Mankiw, en vez de poner como ejemplo, v.g, a las guerras<br />

de precios entabladas entre las grandes corporaciones para expulsar a la mayor parte,<br />

pone como ejemplo al heladero de la esquina. Esto es ridículo.<br />

Los Salarios Mínimos y Mankiw<br />

Si éste (el salario mínimo) es superior al nivel de equilibrio… la cantidad ofrecida de<br />

trabajo es superior a la demandada. El resultado es el desempleo. Por lo tanto, el<br />

salario mínimo eleva la renta de los trabajadores que tienen empleo, pero reduce la<br />

renta de los que no encuentran trabajo.<br />

Indagación: Salarios Mínimos<br />

Esta afirmación ya muestra la barbarie misma en forma de análisis.<br />

Antes de analizar las terribles implicaciones de esa proposición, aclaremos que los salarios<br />

mínimos son los que Adam Smith, y con él, todos los clásicos, denominaban “salarios de<br />

subsistencia”, es decir, aquéllos que permitían la mera existencia del trabajador. Inclusive,<br />

A. Smith definió el “Salario de Subsistencia” como aquél que no podía ser reducido en el<br />

largo plazo. Dos siglos y medio después, aparecen los marginalistas, entre ellos, para realizar<br />

sus análisis oponiéndose a la implantación de los salarios mínimos, esto es, de subsistencia,<br />

en los términos con los que Mankiw empieza su anterior alegado: “si el salario mínimo…es<br />

superior al nivel de equilibrio…”<br />

En esta proposición, Mankiw encuentra muy natural que en el mercado de trabajo se establezcan<br />

salarios por debajo del salario mínimo, es decir, por debajo de los niveles de subsistencia<br />

del trabajador y que el gobierno se abstenga de solucionar ese abuso que nos lleva<br />

27


a las épocas del siervo y la gleba. Como “hombre de ciencia”, término con el cual se autocalifica,<br />

afirma que la magia de la mano invisible en un mercado fantasma ha determinado<br />

que los salarios estén por debajo del que exige la existencia misma de los trabajadores y<br />

eso debe respetarse como un precepto divino y empezar a producir con las almas de los<br />

trabajadores muertos.<br />

Una Imperiosa Necesidad<br />

La Dimensión Descriptivo-Normativa<br />

Este es un buen momento para recordar que un sistema económico razonable, a diferencia<br />

del marginalismo, es descriptiva y normativa al mismo tiempo, por ello, su razón de ser,<br />

como una corriente de pensamiento integral, destinada a eliminar la pobreza surge tanto<br />

desde el campo de la Economía misma, como de la concepción ética que la sustenta. También<br />

es oportuno retomar su postulado de que la lucha por la pobreza y la misión de otorgar<br />

a cada individuo la facultad de escoger libremente entre opciones factibles, no sólo es una<br />

tarea del Estado, sino que es un objetivo, un imperativo categórico que debe ser cumplido<br />

por la trilogía Estado-Empresa-Sociedad Civil. Desde el punto de vista económico, es razonable<br />

considerar el hecho de que la exclusión de los grandes estamentos poblacionales<br />

signados por la pobreza no hacen sino restar a la nación la capacidad productiva potencial<br />

que tiene; por otro lado, pone de relieve que contar con trabajadores sanos física y mentalmente,<br />

por un lado, y emocionalmente libres de la incertidumbre que trae la pobreza, por el<br />

otro, fortalece la fuerza anímica que un sistema productivo necesita para cumplir con sus<br />

metas y objetivos. En pocas palabras: un trabajador sano es mucho más productivo que un<br />

enfermo. Lo mismo puede aplicarse a la educación: un trabajador calificado produce más<br />

que uno que no lo es, aunque hay muchos teóricos que no entienden el problema de ese<br />

modo. Los impuestos también sirven para modificar modelos de consumo; por ejemplo, si<br />

quiere que la población fume menos, impondrá un impuesto fuerte a los cigarrillos. El marginalismo,<br />

que vive en un mundo en el que se fomenta la existencia del individuo en extremo<br />

egoísta y avara, dicen que el impuesto distorsiona el mercado porque le resta eficiencia.<br />

Hay quienes dicen más: que los impuestos son inmorales porque son aportes involuntarios<br />

y que el Estado comete un robo al fijarlos.<br />

La Creación de Impuestos<br />

Un famoso escritor dedicaba todos sus libros del siguiente modo:<br />

“Dedico este libro al personaje que estuvo siempre conmigo; que se entristecía con mis<br />

fracasos y se alegraba verdaderamente con mis triunfos; al único que realmente le importaba<br />

mi situación económica: al recaudador de impuestos”<br />

La mayor parte de la humanidad considera que un recaudador de impuestos con sentimientos<br />

es un ser antinatural, como podría serlo un tiburón vegetariano. Pero, el gobierno de<br />

cualquier país necesita dinero para cumplir con sus deberes y responsabilidades que la sociedad<br />

le otorga en lo que se relaciona con la seguridad, la justicia, la defensa, la provisión<br />

28


de servicios públicos… por otro lado, el desarrollo económico, social, cultural y ambiental.<br />

Los recursos para llevar adelante esas tareas son obtenidos, principalmente, por medio de<br />

la creación y cobro de impuestos. Ni la defensa, ni la justicia, ni la emisión de circulante,<br />

ni el desarrollo nacional… pueden ser confiados a la iniciativa privada, pues ninguna de<br />

esas tareas se encuentra en su dominio, dado que la empresa tiene un solo objetivo: maximizar<br />

el beneficio, en el corto plazo, y aumentar el valor de las acciones en el largo.<br />

Por estas razones, es imperativo aceptar que nada ni nadie puede reemplazar al Estado en<br />

el cumplimiento de estas asignaciones.<br />

Mankiw y el Análisis de Costo-Beneficio<br />

Dice: el gobierno debe decidir si habrá de construir una nueva carretera. Para determinar<br />

si debe o no construirla, deberá comparar, dice, los beneficios y los costos sociales<br />

de construirla y mantenerla, pero encuentra que los resultados del análisis serán<br />

solamente una aproximación tosca, debido a que los beneficios para los que estén de<br />

acuerdo no podrán ser del todo comparables con los costos para quienes no estén de<br />

acuerdo con la construcción de la carretera, aunque se haya hecho encuestas acerca de<br />

la disposición de pagar por la construcción.<br />

Ergo: el fantasma del desequilibrio acecha<br />

La Economía Vital<br />

Algunos conceptos<br />

Los Objetivos Nacionales<br />

El método de los marginalistas, al tomar al individuo como la unidad de análisis de le economía<br />

y a la sociedad como una simple suma de los individuos que la componen les lleva<br />

a percibir todos los problemas económicos como simplemente mercantiles. De ahí las reservas<br />

con las que ven esta clase de problemas, es decir, los que tienen que ver con la<br />

sociedad en general. La Economía Vital, al obrar siempre en concordancia con la realidad<br />

y en el marco de la complementariedad de las ciencias sociales entre sí, sabe que cada<br />

gobierno surge de un proceso eleccionario en el cual los candidatos de los respectivos partidos<br />

políticos anuncian sus planes de acción y su política económica. Si uno de ellos ha<br />

incluido entre sus planes la construcción de una carretera nueva y ha resultado electo, no<br />

hay razón para hacer un análisis de costo-beneficio en términos monetarios, pues el análisis<br />

ya fue hecho antes de que el candidato se presente a las justas electorales.<br />

Los Objetivos Nacionales y los Precios de Mercado<br />

Karl Popper, epistemólogo de la Escuela Austriaca, dice que si se desea averiguar si todos<br />

los cisnes son blancos no será necesario comprobar si todos y cada uno de los cisnes que<br />

conocemos son blancos; nos bastará aceptar que lo son hasta que encontremos alguno que<br />

29


no lo sea. Del mismo modo, si el candidato, en cuya agenda de realizaciones se incluye la<br />

construcción de la nueva carretera, ha ganado las elecciones, se debe asumir que, tratándose<br />

de un país con un régimen democrático, la mayoría ha dicho “sí” a la construcción de carretera<br />

cuando lo eligió como Presidente de la República. En este caso, el gobierno no tendrá<br />

necesidad de pedir la opinión de todos y cada uno de los habitantes del país para disponer<br />

que la carretera sea construida, a no ser que la Constitución Política del Estado disponga<br />

algo diferente. La legitimidad de la construcción viene de la mayoría del voto y, sobre todo,<br />

del hecho de que los análisis de costo-beneficio del gobierno no se basan necesariamente<br />

en los resultados de tipo monetario o mercantil. En efecto, hay otros parámetros que permiten<br />

al gobierno decidir sobre la ejecución de una obra o no. El parámetro más importante<br />

es el Objetivo Nacional. Si el Objetivo Nacional de construir una nueva carretera es de<br />

prioridad en ese momento, entonces la carretera será construida, independientemente de los<br />

resultados monetarios identificados por los teóricos mercantiles.<br />

Ésta es una de las grandes diferencias entre la percepción marginalista y la percepción de<br />

la Economía Vital: mientras los marginalistas piensan en el beneficio del individuo aislado,<br />

la Economía Vital piensa en que esta clase de obras con vistas al Colectivo Nacional o local<br />

son de prioridad, aunque es el individuo el que goza de los beneficios de la obra pensada<br />

para la colectividad. Esta concepción proviene de una de las categorías de mi obra filosófica<br />

La Acción Interactiva, el individuo consolidado, es decir, el que está consciente de que vive<br />

en una sociedad debidamente estructurada comprueba que su individualidad sólo se realiza<br />

sólo y solo en el seno de la sociedad. A diferencia del anarco capitalismo y sus ramales, la<br />

palabra Nosotros es la más eficaz, motivante y hermosa, pues cuando la pronunciamos,<br />

sabemos que no estamos solos, sabemos que hay un grupo humano que nos necesita y al<br />

que cada uno de nosotros necesitamos.<br />

Propuesta: El Empresario y el Desarrollo<br />

La Economía Vital considera que la empresa privada, por sí sola, no tiene la capacidad de<br />

lograr el mejoramiento de la calidad de vida de la población. Su misión es la de maximizar<br />

beneficios para la empresa, independientemente de que en el proceso la población nacional<br />

mejore o empeore su calidad de vida. Por su parte, el Estado tampoco puede, por sí mismo,<br />

realizar la tarea, pues necesita de la participación de la Empresa privada para el efecto. Para<br />

mejorar eficientemente la calidad de vida de la población y eliminar la pobreza, es necesaria<br />

la acción conjunta del Estado, la Empresa Privada y la Sociedad Civil, postulado que la<br />

Economía Vital establece como un imperativo categórico en cada una de estas tres dimensiones.<br />

Sobre el particular, pone de relieve dos conceptos importantes.<br />

Propuesta: Crecimiento Económico y Calidad de Vida<br />

El crecimiento económico es un indicador que mide el grado en que un país aumenta su<br />

FPP, para ello es necesario invertir proporcionalmente más en bienes de capital que de<br />

consumo. Sin embargo, el crecimiento económico no es un objetivo en sí; más bien es uno<br />

de los medios para lograr algo más importante: el incremento de la calidad de vida de la<br />

30


población. Una de las diferencias entre el simple crecimiento económico y el mejoramiento<br />

de la calidad de vida de la población, es la forma en que se distribuye el ingreso y la riqueza<br />

creados. Al crecimiento económico no le interesa la forma en que se distribuye el ingreso<br />

creado, le basta con saber que ha hecho crecer el nivel del ingreso en general, en cambio, a<br />

la tesis de la calidad de vida, sí le interesa no sólo cuánto se ha producido sino cómo se<br />

distribuirá entre la población los excedentes de lo que se ha producido. Pero el incremento<br />

de la calidad de vida sólo puede llevarse a cabo con la participación activa del Estado en<br />

las economías de mercado. Los objetivos Nacionales se expresan en metas sociales; v.g: en<br />

los próximos 10 años, el índice de desnutrición se reducirá en un 40%; el índice de alfabetización<br />

alcanzará el 95%; el índice de mortalidad infantil se reducirá en 60%... Supongamos<br />

que las metas establecidas demandan que el producto per cápita nacional deba duplicarse<br />

en los próximos diez años. El Estado motivará a la Empresa Privada para programar<br />

todas las inversiones y los sectores donde debería invertirse.<br />

En resumen, sobre la base de las experiencias acumuladas en el proceso actual de globalización,<br />

es posible afirmar que el desarrollo económico, per se, no es suficiente. Además,<br />

se ha demostrado que, si no está acompañado de un proceso que permita una mayor equidad<br />

en el ingreso, no sólo causa, sino que ocasiona el empobrecimiento de la gran mayoría de<br />

la población. Por estas y otras muchas razones, es que la Economía Vital discrepa con el<br />

marginalismo de todos los tiempos y, por supuesto, discrepa profundamente en lo que se<br />

refiere a los indicadores, parámetros y metas que deben ser utilizados cuando se trata de<br />

realizar un análisis de costo-beneficio, en el que deben incluirse como referente algún o<br />

algunos Objetivo de Prioridad Nacional.<br />

Indagación: ¿Por qué el Impuesto?<br />

Por el derecho de Propiedad.<br />

Así es. Reiterando lo que afirmamos al comienzo, aclaramos que el territorio de un país,<br />

digamos, Albernia, y todos los recursos naturales que hay en él, pertenecen a todos los<br />

alberneses, nadie es dueño particular del territorio. Ahora bien, si un empresario ocupa una<br />

parte del territorio y utiliza los recursos naturales para producir un bien y ganar dinero en<br />

el negocio, se le debe hacer notar que está haciendo uso del territorio y de los recursos<br />

naturales que pertenecen a todos los habitantes del país, por lo que el empresario debe pagar<br />

el derecho de propiedad que tienen los alberneses por el uso de lo que les pertenece. El<br />

pago, de acuerdo con el pacto social, lo cobra el Estado en nombre de todos los habitantes.<br />

De esta manera, un sistema impositivo razonable debe tomar en cuenta el derecho de propiedad<br />

que la Constitución establece y que conforma uno de los pilares fundamentales del<br />

Liberalismo Clásico.<br />

Los gobiernos usan los impuestos no sólo para cubrir los gastos que demandan los objetivos<br />

propuestos, sino también como instrumentos de política económica. Supongamos que desea<br />

redistribuir el ingreso para que los pobres puedan aumentar el suyo y así mejorar sus niveles<br />

31


de vida. En ese caso, el gobierno puede recurrir a un sistema impositivo que afecte más que<br />

proporcionalmente a los ricos que a los pobres. Incluso, puede determinar que los pobres<br />

no paguen impuestos. Parte de los impuestos así obtenidos pueden ser asignados a mejorar<br />

el sistema de seguridad social para que los pobres puedan ser atendidos cuando tienen problemas<br />

de salud. Los pobres no tienen para pagar las consultas que cobran los médicos, ese<br />

es el vacío que los sistemas de seguridad social llena, especialmente en países subdesarrollados,<br />

pues sirven para que la atención de salud también sea un servicio que puedan usar<br />

los grupos empobrecidos. Sin embargo, los marginalistas se oponen a que el gobierno haga<br />

una distribución de este tipo, con lo que no darían la impresión de que es mejor hacer desaparecer,<br />

físicamente, a los pobres, que a la pobreza misma. De cualquier manera, no debemos<br />

olvidar que los pobres también son propietarios, con el resto de la población, del<br />

territorio y de los recursos del país.<br />

Tipos de Impuesto<br />

Hay varias clases de impuestos; el más conocido es el que se cobra como porcentaje del<br />

valor de lo que sirve como base de impuesto; estos porcentajes se llaman tasas de impuestos.<br />

Los impuestos de esta clase se denominan impuestos Ad valorem. Tenemos también el<br />

impuesto unitario, ya no como porcentaje del valor, sino simplemente como una suma fija<br />

por unidad del bien gravado. Desde otro ángulo, los impuestos pueden ser progresivos o<br />

regresivos; directos o indirectos. También tenemos el impuesto a productos específicos,<br />

como son los impuestos a las bebidas alcohólicas, a los cigarrillos, a los bienes de lujo…<br />

Aspectos económicos del impuesto marginalista<br />

Según los marginalista, los impuestos tendrán un efecto negativo en la economía, debido a<br />

que afectaría al productor y al consumidor por igual. En realidad, lo que ocultan es que el<br />

impuesto es el pago por los derechos de propiedad de la población nacional, que surge del<br />

hecho de apropiarse de parte del territorio y de los recursos naturales que pertenecen a la<br />

población total, les resta algo de sus beneficios. Ya tenemos una prueba concluyente: el<br />

marginalismo pretende analizar el mercado de Competencia Perfecta porque en él “pueden<br />

demostrar sus leyes”. En este caso, intentan generalizar lo que sucede con el heladero de la<br />

esquina para poner en la misma dimensión, cualitativa y cuantitativamente, a las grandes<br />

corporaciones que operan en mercados de competencia imperfecta, que son los escenarios<br />

en los que se desenvuelven la inmensa mayoría de las transacciones económicas. No olvidemos<br />

que las corporaciones operan en mercados de oligopolio o de monopolio, las que, a<br />

riesgo de despertar el rechazo marginalista, tienen el poder de fijar los precios y la cantidad<br />

al mismo tiempo, en operaciones de prueba y error hasta lograr una combinación preciocantidad<br />

que maximiza sus beneficios.<br />

Los Recursos de la Sociedad<br />

La afirmación de que los recursos pertenecen a la sociedad tiene dos sombras: la primera,<br />

lo que es ya una costumbre adquirida por los marginalistas de todas las épocas, esto es, la<br />

pretensión de identificar los intereses de los empresarios con los de la sociedad, pretensión<br />

32


que se expresa en la famosa frase: “lo que es bueno para la General Motors es bueno para<br />

el país”. Por otro lado, si los empresarios usan recursos que son de la sociedad, es decir,<br />

que pertenecen a ricos y a pobres por igual, entonces nos preguntamos: ¿Por qué los hombres<br />

probos y serenos que ofician de portavoces académicos de las corporaciones mercantiles<br />

se oponen a pagar impuestos, esto es, a pagar los derechos de propiedad de la Sociedad,<br />

siendo los primeros defensores de la propiedad como tal?<br />

La Disposición a Pagar, según Mankiw<br />

La cantidad máxima que pagaría un comprador por un bien<br />

Indagación<br />

Por lo general, esta expresión se usa cuando se trata establecer el interés de un agregado<br />

social, digamos, un municipio, tiene con relación a la construcción de una obra pública; por<br />

ejemplo, una represa para facilitar el riego. En este caso, dice la teoría, se pregunta a cada<br />

vecino cuánto estaría dispuesto a pagar para que la represa sea construida. Para beneficio<br />

del análisis, suponiendo que sólo hay dos vecinos en un municipio, el primero de los cuales<br />

declara que pagaría $50; el segundo, $40. La suma de ambos es $90. Las autoridades toman<br />

en cuenta este total y realizan un análisis de costo-beneficio con variables modificadas y<br />

que las empresas privadas no tomarán en cuenta, esto es: los precios sombra, el incremento<br />

de la producción, la reducción de las importaciones, la creación de mano de obra, los efectos<br />

en el medio ambiente… y otros similares. Pero los marginalistas deforman el concepto, con<br />

el fin de llegar a definir lo que denominan el excedente del consumidor.<br />

El “Excedente del Consumidor”<br />

Según los marginalistas neoclásicos, sería la diferencia entre lo que un consumidor estaría<br />

dispuesto a pagar por un helado y lo que tiene que pagar en la realidad. Para visualizar la<br />

idea, Mankiw reflexiona del siguiente modo<br />

Hay cuatro posibles compradores de CD’s. Cuando el precio es superior a $100, la<br />

cantidad demandada en el mercado es O, ya que ningún comprador está dispuesto a<br />

pagar tanto. Si el precio se encuentra comprendido entre 80$ y 100$, la cantidad demandada<br />

es 1, ya que Juan es el único que está dispuesto a pagar un precio tan alto. Si<br />

el precio se encuentra comprendido entre 70$ y 80$, la cantidad de­mandada es 2, ya<br />

que tanto John como Paul están dispuestos a pagar el precio. Podemos proseguir este<br />

análisis con otros precios. De esta forma obtenemos la demanda a partir de la disposición<br />

de los cuatro posibles compradores a pagar… Como los compradores siempre quieren<br />

pagar menos por los bienes que adquieren, una reducción del precio mejora su bienestar<br />

Llega a la siguiente conclusión.<br />

Este aumento del excedente del consumidor está formado por dos partes. Primero, los<br />

compradores que ya estaban comprando una cantidad del bien al precio más alto; si el<br />

33


precio disminuye, disfrutan de un bienestar mayor porque ahora pagan menos. El aumento<br />

del excedente del consumidor de los compradores ya existentes es la reducción<br />

de la cantidad que pagan. En segundo lugar, entran algunos nuevos compradores en el<br />

mercado porque ahora están dispuestos a comprar el bien al precio más bajo. Como<br />

consecuencia, la cantidad demandada en el mercado aumenta.<br />

De esta manera, acumulando los “excedentes de cada consumidor” se obtendrá el excedente<br />

del consumidor total. Para examinar esta propuesta, sigamos la cadena de lucubraciones de<br />

Mankiw. Se supone que alguien posee un CD del primer álbum de Elvis Presley. Como no<br />

es un fan del cantante decide venderla. Una manera de hacerlo es realizando subasta. Para<br />

lograrlo, la subasta convoca a cuatro fanáticos de Elvis: John, Paul, Jorge y Ringo. A todos<br />

les gustaría tener el álbum, pero el precio que cada uno está dispuesto a pagar por él tiene<br />

difieren entre sí. Cada comprador desearía comprar el álbum a un precio inferior a su disposición<br />

a pagar. Cada uno se negaría a comprarlo a un precio superior y sería indiferente<br />

ante la posibilidad de comprarlo a un precio exactamente igual a su disposición a pagar.<br />

Mankiw lo explica del siguiente modo:<br />

Para vender su álbum, el dueño comienza la puja con un precio, por ejemplo, de 10$.<br />

La puja se detiene cuando John ofrece 80$ (o algo más). En este punto, Paul, George y<br />

Ringo han abandonado la puja, porque no están dispuestos a ofrecer más de 80$. John<br />

le paga y consigue el álbum. Obsérvese que éste ha ido a parar al comprador que le<br />

concede el valor más alto. ¿Qué beneficio obtiene John por la compra del álbum de<br />

Elvis Presley? En cierto sentido, John ha encontrado una verdadera ganga: estaba dispuesto<br />

a pagar 100$ por el álbum y sólo paga 80$. Decimos que recibe un excedente del<br />

consumidor de 20$. Ahora supongamos que usted tuviera dos álbumes idénticos de Elvis<br />

Presley para vender. La subasta entre los cuatro posibles compradores. Para simplificar<br />

el análisis, suponemos que los dos álbumes habrán de venderse por el mismo precio y<br />

que ningún comprador tiene interés en comprar más de uno. Por lo tanto, el precio sube<br />

hasta que quedan dos compradores. En este caso, la puja se detiene cuando John y Paul<br />

ofre­cen 70$ (o algo más). A este precio, los dos están contentos comprando un álbum,<br />

y George y Ringo no están dispuestos a ofrecer una cantidad más alta. John y Paul<br />

reciben cada uno un excedente del consumidor igual a su disposición a pagar menos el<br />

precio. El excedente del consumidor de John es igual a 30$ y el de Paul es igual a 10$.<br />

El excedente del consumidor de John es más alto ahora que antes, porque recibe el<br />

mismo álbum, pero paga menos por él. El excedente total del consumidor en el mercado<br />

es de 40$.<br />

Indagación<br />

Las cosas han cambiado en la percepción de Mankiw y han cambiado en el mismo texto:<br />

ya no se recurre al mercado de competencia perfecta, como era el caso de los helados, sino<br />

al de monopolio, pues el subastador es el único que tiene los álbumes originales de Elvis<br />

Presley. Si el poseedor de los discos empezó la subasta estableciendo un precio de $10 por<br />

34


cada grabación, debemos entender que ése era su costo marginal, por lo que ha ganado $60<br />

por cada disco, esto es, en total, $120, pues esperaba recibir sólo $10 por cada uno. En este<br />

caso, el beneficio del vendedor es muy superior al del comprador, lo que sucede siempre<br />

en los mercados reales de competencia imperfecta. El ingreso marginal será la multiplicación<br />

de 70 x 2 =140 por los dos discos vendidos, es decir, el ingreso marginal será igual al<br />

precio. Obsérvese que el vendedor no ha tenido que rebajar el precio de los discos de Elvis<br />

Presley, sino más bien, el precio ha aumentado por efectos de la puja entre los que se los<br />

llevaron. Este ejemplo de un mundo al revés es traído de los cabellos con la intención de<br />

que sirva de escenario para mostrar, una vez más, “la vigencia de las sagradas leyes de la<br />

economía”. Absurdo tras absurdo.<br />

El Excedente del Productor<br />

Se supone que el aumento del excedente del productor tiene dos partes. En primer lugar,<br />

los vendedores que ya estaban vendiendo la cantidad Q del bien al precio más bajo disfrutan<br />

de un bienestar mayor, porque ahora reciben más por lo que venden. En segundo lugar,<br />

entran algunos nuevos vendedores en el mercado porque ahora están dispuestos a producir<br />

el bien al precio más alto, por lo que aumenta la cantidad ofrecida de Q. Como muestra este<br />

análisis, utilizamos el excedente del productor para medir el bienestar de los vendedores de<br />

una forma muy parecida a como utilizamos el excedente del consumidor para medir el bienestar<br />

de los compradores.<br />

Tal como vimos, los marginalistas utilizan el mercado de competencia perfecta como escenario<br />

en el que vierten sus lucubraciones. Dejando de lado la improcedencia de esa actitud,<br />

comprobamos que la derivación de la curva de oferta del empresario, tal como lo hacen los<br />

marginalistas de todos los tiempos, es realmente entreverada. Veamos. La subasta empezó<br />

a partir de la propuesta base del dueño de los CD’s. A medida que los interesados pujaban<br />

por obtener uno de ellos, el precio (de mercado) subía y con él, se incrementaba también la<br />

ganancia del vendedor. Sin embargo, la curva de oferta del vendedor estaba conformada<br />

sólo por dos CD`s, cuyos precios iban en aumento por los esfuerzos de los pujantes. Mientras<br />

tanto, no existe ninguna curva de Costo Marginal que aumentara a medida que el precio<br />

de los CD`s se incrementara. De este modo llegamos a la conclusión de que, tal como sucede<br />

con la subasta de los CD’s, la determinación de los precios nada tiene que ver con<br />

curvas de costos marginales o por marginar. Los precios varían por las expectativas de los<br />

consumidores y por la capacidad de los oligopolistas y monopolistas por igual, de establecer,<br />

al mismo tiempo, precios y cantidades para los bienes y servicios que lanza al mercado.<br />

Mankiw, en su afán de demostrar lo que los marginalistas llaman el “Excedente del Productor”,<br />

que es otra lucubración más, tuvo que recurrir al mercado de Competencia Imperfecta,<br />

que es el que rige en mundo de la realidad; para ello, tuvo que abandonar al de Competencia<br />

Perfecta, todo esto en medio de un laberinto espectral.<br />

35


3<br />

LOS COSTOS Y LA<br />

PRODUCCIÓN<br />

Los Costos<br />

En la primera parte de este capítulo nos referiremos a los costos a corto plazo, tal como lo<br />

describen los representantes del Neoclasicismo. Luego presentaremos el modelo que esta<br />

obra sugiere para los países subdesarrollados. El proceso de producción de bienes y servicios<br />

requiere de insumos, tecnología, pagar impuestos, know how, en fin, gastos de diversa<br />

índole que necesitan ser administrados eficientemente con el objeto de cumplir los objetivos<br />

de la empresa en el marco de la política y del espacio que determina el presupuesto. El<br />

modelo neoclásico dice que hay dos maneras de ver la eficiencia económica: cuando el<br />

empresario no tiene una cuota predeterminada de producción y cuando sí la tiene. En el<br />

primer caso, buscará el nivel de producción óptima; en el segundo, la combinación de costo<br />

mínimo. Por otra parte, los costos han sido clasificados de diversas maneras, de acuerdo<br />

con la importancia que se quiera dar a uno u otro aspecto particular. También se ha definido<br />

el Costo de Oportunidad como el beneficio que una actividad determinad ofrece a cambio<br />

de alguna otra a la que se tiene que renunciar. Si sumamos los costos implícitos y los explícitos,<br />

tal como los hemos definido, tendremos el costo Económico. En el apartado correspondiente<br />

hablaremos de la división de los beneficios en normales y económicos; por<br />

ahora es importante saber que el beneficio normal es un costo de producción. El modelo<br />

neoclásico conserva la división establecida por Alfred Marshall: Costos Fijos (CF) y Costos<br />

Variables (CV) Estos últimos, a diferencia de los primeros, tiene relación directa con el<br />

volumen de producción, si la producción aumenta, los costos variables aumentarán también.<br />

A continuación, se muestra una tabla de costos de la empresa para una gestión determinada,<br />

en la que aparecen el Costo Fijo Total (CFT) el Costo Variable Total (CVT) y el<br />

Costo Total (CT)<br />

Costo Total (CT)<br />

Es la suma de los costos fijos totales más los costos variables totales:<br />

CT = CFT + CVT (3.1)<br />

Los costos, al ser comparados con los ingresos, miden la eficiencia de la empresa, pues de<br />

la diferencia entre ambos resultarán los beneficios o las pérdidas. Para tener una mejor<br />

percepción sobre el particular reproduciremos, en la tabla 3.1, la tabla 1 del capítulo 13 del<br />

libro de Gregory Mankiw.<br />

36


Función de Producción Neoclásica<br />

Relación entre el máximo nivel de producto posible y el mínimo costo, emergente de las<br />

combinaciones de factores de producción en un proceso productivo completo<br />

Número de<br />

Trabajadores<br />

Cantidad<br />

producida<br />

por hora<br />

Tabla 3.1<br />

Tabla de costes de la empresa.<br />

Producto<br />

Marginal<br />

del trabajo<br />

Costos Fijos<br />

Costo de<br />

mano de<br />

obra<br />

Costo Total<br />

0 0 0 30 0 30<br />

1 50 50 30 10 40<br />

2 90 40 30 20 50<br />

3 120 30 30 30 60<br />

4 140 20 30 40 70<br />

5 150 10 30 50 80<br />

6 155 5 30 60 90<br />

Para establecer una función de Producción, se registra los datos históricos sobre las cantidades<br />

de mano de obra y de capital que la empresa utiliza para producir diferentes niveles<br />

del bien que lanzará al mercado en sucesivos periodos. Los datos hipotéticos para estimar<br />

la función de producción de una empresa determinada están dados en la tabla 3.1, datos<br />

que luego serán trasladados para delinear una gráfica que surge de la función de producción<br />

implícita en esa tabla.<br />

De inmediato, definimos los conceptos principales inscritos en la tabla 3.1<br />

PT = Producto Total<br />

PMe = Producto Medio = PT/Q<br />

PM = Producto Marginal = ΔPT/ΔQ<br />

L = Mano de obra<br />

K = Capital<br />

En una función de producción la única variable que cambia es la mano de obra, mientras<br />

que el capital permanece constante. En el eje de las abscisas se anota el número de trabajadores<br />

(L) y en las ordenadas, la cantidad producida por hora Q. Aunque los registros en la<br />

tabla corresponden a cantidades discretas, las gráficas se diseñan como si las cantidades<br />

producidas fueran infinitesimales, con el objeto de formalizarlos a través de la aplicación<br />

del Cálculo Infinitesimal. A la derecha se grafica la Curva del Costo Total Medio a los<br />

37


conceptos de función de producción y costo total medio, pasamos a revisar el costo marginal<br />

y los otros costos medios.<br />

El Costo Marginal<br />

Según la versión neoclásica, el Costo Marginal es la adición al Costo Total por la producción<br />

de una unidad más del bien Q. Para llegar al concepto de Costo Marginal, los neoclásicos<br />

usan el método de la “fila india”; es decir, asume que el empresario contrata a los<br />

trabajadores uno por uno, para conocer “cuál es la productividad marginal” de cada trabajador<br />

contratado de esta manera. Luego, aplica la llamada “Ley de los Rendimientos Decrecientes”<br />

y toma la supuesta productividad del último trabajador contratado para determinar<br />

el salario de todos los trabajadores. En este proceso, el modelo neoclásico dice que<br />

el empresario divide la producción de “cada trabajador, individualmente considerado”<br />

como si éste trabajara en un cubículo aislado sin ninguna clase de interacción con los demás<br />

trabajadores y el entorno en general. Esto es extraño; muy extraño. No es Razonable.<br />

Los Costos Medios<br />

Se refieren a los costos promedio y la Curva del Costo Marginal, tal como lo entienden los<br />

espiritistas neoclásicos. En Primer término, la curva del Costo Fijo Medio. La pendiente<br />

negativa de la curva reflejaría el hecho de que a medida que la cantidad producida aumenta,<br />

el Costo Fijo se va diluyendo en cada nueva unidad producida. La segunda curva es la que<br />

corresponde al Costo Variable Medio, es decir, lo que cuesta cada unidad en promedio.<br />

Otro aspecto que se debe mencionar en el modelo de costos de la corriente neoclásica es la<br />

existencia y la trayectoria de la Curva del Costo Marginal, la que, en su segmento ascendente,<br />

corta a las curvas del Costo Variable Medio y del Costo Total Medio en sus puntos<br />

mínimos.<br />

El Largo Plazo<br />

Se asume que la empresa puede realizar las inversiones necesarias queridas para adaptarse<br />

a las condiciones del mercado, ampliando la planta de producción, las instalaciones y otros.<br />

La curva de costos totales a largo plazo tiene la misma forma que las curvas de costos<br />

totales a corto plazo, excepto por el hecho de que las implica. Lo que nos interesa de este<br />

concepto del modelo neoclásico es el hecho de que la Curva de Costo Medio a Largo Plazo<br />

del modelo, al ser “envolventes” a las respectivas curvas de costo medio de corto plazo, las<br />

toca tangencialmente, no en sus puntos mínimos, sino en algún punto a lo largo de sus<br />

segmentos descendentes. Volveremos al análisis de ese comportamiento en el capítulo siguiente.<br />

Por otra parte, no está de más recordar que cada curva de CMe a Corto Plazo,<br />

representa un tamaño determinado de planta de la fábrica: cada curva hacia la derecha es<br />

una planta mayor, es decir, tiene más capacidad de producción que la anterior. Las curvas<br />

de costos marginales a corto plazo CMaC intersecan a las respectivas curvas de costo medio<br />

a corto plazo en sus puntos mínimos, tal como dice la teoría, aunque para no hacer muy<br />

complicada la curva, no se las señala explícitamente.<br />

38


La Tabla de Producción<br />

La tabla de producción neoclásica es la que anota los datos relativos a los factores de producción,<br />

al producto total, producto medio, producto marginal y otras variables similares.<br />

Tabla 3.2<br />

1 2 3 4 5<br />

L Q PMa Precio IPMa<br />

1<br />

100<br />

100<br />

10<br />

1000<br />

2<br />

180<br />

80<br />

10<br />

800<br />

3<br />

240<br />

60<br />

10<br />

600<br />

4<br />

280<br />

40<br />

10<br />

400<br />

5<br />

300<br />

20<br />

10<br />

200<br />

En la primera columna de la tabla 3.2 de la tabla se registra el número de trabajadores<br />

contratados por la empresa, bajo la modalidad de “Fila India”, es decir, se supone que contrata,<br />

en primera instancia, un trabajador; luego de un tiempo en el que es el único que existe<br />

en la empresa, se contrata un segundo, luego un tercero… hasta el final. De este modo, se<br />

identifica al trabajo como el único factor variable en el corto plazo. En la segunda columna<br />

se anota el producto que el total de trabajadores produce, a medida que se los va contratando.<br />

En la tercera columna se muestra el producto marginal por trabajador, esto es, la<br />

adición al producto total por la contratación del último trabajador, por lo que resulta de la<br />

diferencia del producto total cuando se produce con n trabajadores y la producción total<br />

cuando se produce con n+1 trabajadores. En la cuarta, se muestra el precio del bien que se<br />

produce, dado que se supone un mercado de competencia perfecta, el precio de $10 no<br />

varía. En la quinta columna se registra el Ingreso del Producto Marginal, el que resultad de<br />

la multiplicación del producto marginal de cada trabajador por el precio del bien que se<br />

produce.<br />

La Ley de los Rendimientos Decrecientes<br />

La curva de demanda de trabajo por parte del empresario en el corto plazo, según los marginalistas,<br />

se basa en el supuesto de que entra en vigencia la “Ley de los Rendimientos<br />

Decrecientes” de la mano de obra, debido a que habría un factor fijo, el capital, que es el<br />

conjunto de maquinaria, equipo e instalaciones asignados al proceso productivo. De esta<br />

manera, tal como vimos, el modelo simula una serie de contrataciones de mano de obra por<br />

parte del empresario: primero contratará un trabajador, luego otro y así sucesivamente. En<br />

el proceso, la supuesta vigencia de la citada “Ley” hará que el ingreso de productividad<br />

marginal de la mano de obra (IPMAL) descienda, cuando se contrata una unidad más de<br />

39


mano de obra luego de que se ha llegado a una cantidad determinada. En la tabla 3.1, esto<br />

sucede después de la contratación del trabajador número seis, cuya productividad marginal<br />

es menor a la del trabajador número cinco. A continuación, la productividad marginal de<br />

los trabajadores contratados disminuirá consistentemente a medida que el empresario va<br />

contratando trabajadores en una especie de cuentagotas o de fila india: uno por uno. Lo que<br />

no se sabe en qué tipo de fábricas el empresario, luego de haber adquirido las instalaciones<br />

y el equipo para iniciar su proceso productivo, contrata la mano de obra en fila india. Ese<br />

procedimiento sólo es pensable en el mundo de los espectros.<br />

Rendimientos Decrecientes: Indagación<br />

Según el modelo de los neoclásicos, la Ley de Rendimientos Decrecientes tiene lugar<br />

cuando se incrementan las unidades de un factor variable sobre otro que es fijo. Por lo<br />

general, consideran al capital como el factor fijo, cuya existencia es el que determina el<br />

periodo que se conoce como corto plazo. Para indagar sobre las características de la citada<br />

ley, tomaremos la definición que el modelo neoclásico tiene del capital: el conjunto de la<br />

maquinaria, equipo, instalaciones… es decir, el total de los instrumentos que permiten la<br />

producción de un bien. La suma de ese agregado será identificada como “Capital”. ¿Quién<br />

contrataría más del factor variable si su factor fijo está a capacidad plena? Pues el empresario<br />

fantasmal del espiritismo neoclásico, algo que no sucede en la realidad. Establecemos<br />

las siguientes condiciones del factor “fijo”.<br />

Propuestas<br />

Con el objeto de mostrar el contenido de nuestra propuesta, daremos un ejemplo hipotético,<br />

aunque no irrazonable. Vamos a suponer que el “Capital” tiene una capacidad máxima de<br />

producción de 20000 unidades mensuales cuando es usado a capacidad plena. Una vez<br />

puesto en marcha, la capacidad mínima del “Capital” es de 2000 unidades mensuales (es<br />

decir, del 10% de su capacidad total) lo que demanda un mínimo de 10 trabajadores. Asumiremos<br />

que la relación entre el número de trabajadores y la capacidad utilizada del “Capital”<br />

es lineal: un incremento del 10% del uso de la capacidad del equipo y maquinaria,<br />

requiere un trabajador extra.<br />

Situación Primera<br />

Asumiremos que la Demanda del bien que la empresa lanza al mercado requiere la utilización<br />

del 40% de la capacidad del “Capital”, por lo tanto, el empresario deberá contratar a<br />

tres trabajadores más.<br />

Esta contratación no se realiza utilizando la técnica de la “fila india”, que asume el neoclasicismo,<br />

es decir, la de contratar un trabajador después de otro para “estimar su productividad<br />

individual”. Al contrario, el empresario contratará los tres obreros que la capacidad<br />

utilizada del “Capital” exige, de acuerdo con la demanda del bien que se produce. Ahora<br />

bien, un incremento ulterior del número de trabajadores, por parte del empresario, será una<br />

40


prueba de que la utilización de la capacidad del “Capital” habrá aumentado, en concordancia<br />

con la demanda del bien producido. Lo que será muy Razonable. Pero, nos mostrará<br />

algo más: el uso de la capacidad productiva del capital no es fijo. Varía a medida que la<br />

cantidad demandada exige mayores niveles de producción.<br />

Situación Segunda<br />

La demanda por el bien ha aumentado hasta exigir la capacidad máxima de producción del<br />

“Capital”; por lo tanto, se ha contratado seis trabajadores más. En estas condiciones, la<br />

empresa produce, mensualmente, 20000 unidades del bien y utiliza 19 trabajadores (los 10<br />

necesarios para atender la producción utilizando la capacidad mínima del “Capital”, más<br />

los 3 que se contrató cuando el proceso de producción incrementó el uso de la capacidad<br />

del “Capital” al 40% y, finalmente, los 6 obreros requeridos por el uso del 60% restante de<br />

la capacidad del “Capital”, con lo cual llegó al límite máximo de su capacidad productiva)<br />

Hasta este momento, la empresa ha producido el bien en el rango del segmento descendente<br />

de su curva de Costo Medio. A partir de ese momento, el empresario razonable no contratará<br />

más unidades de mano de obra, aunque habrá una excepción. En todo caso, los rendimientos<br />

decrecientes aparecen por negligencia del empresario, no por alguna “Ley”, pues<br />

a ningún empresario razonable se le ocurrirá aumentar “el factor variable” cuando el factor<br />

es “fijo”.<br />

La Actitud del Empresario Razonable<br />

Por su parte, el Empresario Razonable, al observar la tendencia creciente de la demanda,<br />

decidirá aumentar el tamaño de la planta, con lo que la cantidad ofrecida al mercado volverá<br />

a situarse en el tramo descendente de la curva del Costo Medio.<br />

Conclusiones<br />

De acuerdo con la nueva óptica del análisis, deducimos lo siguiente:<br />

Primero: El uso del “Capital fijo” es, en realidad, variable hasta que se lo utiliza a capacidad<br />

plena; puede ser usado menos intensamente o más intensamente, es decir, puede usarse<br />

diferentes porcentajes de su capacidad máxima. En circunstancias normales y cuando el<br />

empresario es Razonable, no hay Rendimientos Decrecientes”, porque en realidad el “Capital”<br />

no es fijo, pues a medida que aumenta la necesidad de producir más bienes por un<br />

incremento de la demanda, la maquinaria será usada con mayor intensidad hasta alcanzar<br />

la capacidad plena.<br />

Segundo<br />

La supuesta “Ley de los Rendimientos Decrecientes”, que es una burda transferencia de la<br />

percepción de Ricardo sobre la renta diferencial que brindan las tierras menos fértiles a las<br />

más fértiles, no se da en la fábrica. Inclusive la fertilidad de las tierras menos fértiles también<br />

es variable, como lo es el uso de la capacidad de la maquinaria en la fábrica. Su grado<br />

41


de fertilidad puede aumentar de acuerdo con el mantenimiento y las técnicas de uso y descanso<br />

que debe otorgárseles.<br />

La producción en el segmento descendente de la Curva del Costo Medio se comprueba por<br />

el siguiente hecho, muy conocido, especialmente en los países subdesarrollados. Un cliente<br />

le dice al proveedor de ladrillos que aumentará su demanda semanal en un 40% pero espera<br />

que el empresario “le haga una diferencia en el precio” Es muy probable que el empresario<br />

acepte; le rebajará el precio y aun así obtendrá beneficios. Eso es posible debido a que el<br />

empresario está produciendo una cantidad en el segmento descendente de su curva de costo<br />

medio, de manera tal que las unidades adicionales que deberá producir tendrán un costo<br />

menor a todas las anteriores.<br />

La producción con<br />

dos factores variables<br />

El largo plazo, en el modelo neoclásico, es aquél en el que todos los factores de producción<br />

varían y cuyo análisis requiere un instrumento que se llama la Isocuanta.<br />

La Isocuanta<br />

Sería el lugar geométrico que incluye todas las combinaciones posibles de dos factores de<br />

producción que rinden el mismo nivel de producto en la empresa. El modelo neoclásico<br />

recurre a la Isocuanta para describir el comportamiento de la producción “cuando todos los<br />

factores son variables”. El panel izquierdo de la gráfica 3.1 muestra una isocuanta. En el<br />

eje de las ordenadas se inscribe las cantidades del factor Capital (K) y en el de las abscisas,<br />

las del factor trabajo.<br />

La Línea del Isocosto<br />

Sería el lugar geométrico conformado por las combinaciones posibles de capital y de mano<br />

de obra en consonancia con los precios de cada factor. Está diseñada en el panel derecho<br />

de la gráfica 3.3. Según va la teoría, si el empresario quisiera utilizar sólo mano de obra en<br />

la producción del bien que lanza al mercado, todo su presupuesto estaría orientado a comprarla,<br />

lo que daría la máxima cantidad de mano de obra que podría adquirir en el mercado,<br />

esto es, CT/PL, cantidad que se registra en el eje de las abscisas. Pero, si el empresario<br />

considerara que está en su interés comprar sólo unidades de capital, prescindiendo totalmente<br />

de la mano de obra, maximizaría su compra de las unidades de capital, adquiriendo<br />

una cantidad equivalente a CT/PK, cifra que se registra en el eje de las abscisas. Uniendo<br />

esos dos puntos, se tiene la Recta del Isocosto con las propiedades establecidas. Por otra<br />

parte, la Línea del Isocosto toma en cuenta el precio de los factores. Así, el empresario<br />

elige, dice la teoría, entre toda la gama de combinaciones de factores, las que corresponden<br />

al punto de tangencia entre la recta de Isocosto y una de sus isocuantas.<br />

La Combinación Óptima de Factores del Marginalismo Neoclásico<br />

42


Según los neoclásicos, el empresario obtiene una combinación óptima de factores en el<br />

punto de tangencia entre la curva Isocuanta y la Línea de Isocosto, tal como se muestra en<br />

la gráfica 3.4. La tangencia está representada por el punto a; ese punto nos muestra que el<br />

empresario ha escogido la combinación K0 y L0, con la que producirá Q0 unidades del bien.<br />

Gráfica 3.1<br />

De este modo, el punto a, que es el punto de tangencia entre la curva de Isocuanta y la línea<br />

del Isocosto, puede representar 1000 unidades de capital y 2 de mano de obra, como 1500<br />

de mano de obra y 2 de capital, pues ambas combinaciones le proporcionarán el mismo nivel<br />

de producto Q0. Todo dependerá de los precios del capital y del trabajo en el mercado.<br />

Esto es extraño, muy extraño.<br />

Indagación sobre la Isocuanta<br />

Es posible afirmar que, en el modelo del marginalismo neoclásico la Isocuanta es para el<br />

empresario, lo que la Curva de Indiferencia es para el consumidor. De esta manera, si la<br />

Recta de Restricción Presupuestaria no necesita de la Curva de Indiferencia para que el<br />

consumidor escoja la combinación de bienes entre la gama que la Recta le ofrece, la Línea<br />

del Isocosto puede prescindir del mismo modo de la Isocuanta, pues en vez de ofrecer al<br />

empresario una sola opción, pone a su disposición todas las opciones que el mercado, teóricamente,<br />

le ofrece. En este sentido, con la sola Línea de Isocosto, el empresario expresa<br />

su preferencia en el acto de decidirse por alguna combinación que ésta le ofrece. Así, las<br />

condiciones subjetivas y objetivas se expresan con mayor autoridad. En el panel derecho<br />

de la gráfica 3.1 se muestra la ventaja teórica de la Línea de Isocosto, por sí sola. En ella,<br />

la combinación a de los factores sólo es una más de la gran cantidad que la Línea de Isocosto<br />

pone a disposición del Empresario. El uso de la Curva de Isocosto también tiene otra ventaja:<br />

elimina las combinaciones de factores absurdas; por ejemplo, que una fábrica de microchips<br />

use una sola unidad de capital y diez mil trabajadores o cualquier otra parecida.<br />

43


La Economía Vital: el Largo Plazo<br />

Mientras que el modelo neoclásico-vudú define el largo plazo como aquél en el que no<br />

existen costos fijos, la Economía Vital la define como un plazo virtual para el que se planifica<br />

el tamaño de las plantas y las modificaciones pertinentes; todo ellos, sobre las percepciones<br />

que el empresario tiene del futuro. Si el Empresario Razonable decide que las condiciones<br />

son adecuadas para aumentar el tamaño de la planta, empezará a estimar sus nuevas<br />

dimensiones. Esa decisión se realiza en varios escenarios virtuales futuros, referidos,<br />

sobre todo, al tamaño de las plantas. A esta anticipación del futuro es que la Razonabilidad<br />

llama el Largo Plazo. Pero, una vez que el empresario ha tomado la decisión respectiva, la<br />

empresa se encontrará nuevamente en el corto plazo, pues el proceso productivo concreto<br />

se realiza siempre en el corto plazo, independientemente de los tamaños de las plantas con<br />

que se opere y la tecnología y el conocimiento que se objetive en el bien producido.<br />

El Factor Trabajo<br />

El modelo neoclásico lo define como el esfuerzo que despliegan los seres humanos en el<br />

proceso productivo, en grados que requieren mayor o menor formación y capacitación.<br />

También declaran que la Demanda de Trabajo, como la de todo factor, es una demanda<br />

derivada del nivel de producción. La tabla 3.3 muestra el comportamiento del factor trabajo<br />

en el proceso productivo en un mercado de competencia perfecta, tanto en el de trabajo<br />

como en el bien que se produce en la empresa. En la primera columna se registra el número<br />

de trabajadores que la empresa contrata (L) en la segunda (Q) el producto total de todos los<br />

trabajadores contratados; en la tercera columna registra “el producto marginal” (PMa) de<br />

cada trabajador; en la cuarta, el precio del bien en el mercado y en la quinta, el Ingreso del<br />

Producto Marginal de cada trabajador, que es el salario en cada caso. El precio constante<br />

de $10 por unidad del bien nos dice que el empresario opera en un mercado de libre competencia.<br />

El proceso de contratación de trabajadores “uno por uno”, es lo que el Principio<br />

de lo Razonable denomina “La Fila India”, propia de las realidades fantasmales.<br />

Por ejemplo, la tabla 3.3 muestra que el primer trabajador contratado produce Q = 100<br />

unidades; como es el único trabajador en la empresa su PMa = 100. El Ingreso del Producto<br />

Marginal será $1000. Supongamos que ha pasado un mes, periodo en el que la empresa<br />

operaba con un solo trabajador y el empresario decide contratar un trabajador más. En este<br />

caso, tendremos los siguientes registros: L = 2; Q = 180; el PMa = 80; el Ingreso del Producto<br />

Marginal del segundo trabajador será 80 x 10 = 800. De este modo, el empresario va<br />

estimando el Ingreso del Producto Marginal del Trabajador hasta que el último, en este<br />

caso, el trabajador número 5, que es “el menos productivo de todos” cuyo Ingreso del Producto<br />

Marginal determina el salario de $200.<br />

44


Tabla 3.3<br />

1 2 3 4 5<br />

L Q PMa Precio IPMa<br />

1<br />

100<br />

100<br />

10<br />

1000<br />

2<br />

180<br />

80<br />

10<br />

800<br />

3<br />

240<br />

60<br />

10<br />

600<br />

4<br />

280<br />

40<br />

10<br />

400<br />

5<br />

300<br />

20<br />

10<br />

200<br />

El Ingreso del Producto Marginal (IPMa) del Marginalismo<br />

Tal como podemos apreciar, con el objeto de estimar la productividad de cada trabajador,<br />

la empresa utilizaría el método de la “fila india”<br />

Aquí se nota una nueva faceta del método axiomático usado por los neoclásicos. El método,<br />

al que denomino “Fila India”, asume que cada trabajador en la fábrica es un ente aislado de<br />

los demás y que logra su “Producto Marginal” encerrado en un cubículo, completamente<br />

solo. El modelo que los sustenta no toma en cuenta la interacción que se establece entre<br />

todos ellos, lo que permite lograr el bien que debe lanzarse al mercado La contratación de<br />

trabajadores, por medio del método de la “Fila India” es una de las expresiones más acabadas<br />

de la fantasmagoría del modelo marginalista. Cada trabajador, supuestamente contratado<br />

uno por uno, es un espectro que se mueve en su cubículo aislado sin tomar contacto<br />

con los otros espectros y segrega, al igual que los espiritistas que lo han creado, las cantidades<br />

de bienes que determinan “su productividad” espectral. No hay interacción; los fantasmas<br />

no se tocan.<br />

Los neoclásicos definen el Ingreso como el “Producto Marginal del Trabajador” lo que<br />

llaman el “Producto Marginal” de cada uno multiplicado por el precio de mercado del bien<br />

que se produce. Por otro lado, hay algunos aspectos que deben ser debidamente analizadas<br />

en el modelo, para ello, recurriremos a Curva de Demanda de Trabajo por parte del empresario,<br />

tal como aparece en la gráfica 3.2. La gráfica muestra la curva de demanda de trabajo,<br />

D L , por parte de la empresa. En el eje de las ordenadas se registra el Ingreso del Producto<br />

Marginal (IPMa) de los trabajadores y en el eje de las abscisas, el número de trabajadores.<br />

Según el modelo, al nivel de IPMa1, el empresario contratará un trabajador; al nivel de<br />

IPMa2 contratará un nuevo trabajador… así sucesivamente. El IPMa3 es igual al salario<br />

establecido en el mercado de trabajo, a ese nivel, contratará tres trabajadores; los dos anteriores<br />

y uno adicional.<br />

45


Gráfica 3.2<br />

A partir de esa cantidad ya no contratará ningún otro, a no ser que el salario de mercado<br />

baje. Uniendo todos los puntos que representan combinaciones entre salarios y mano de<br />

obra se obtiene la “Curva de demanda de Trabajo” por parte de la empresa individual.<br />

Indagación: La Demanda de Trabajo por el Método de la “Fila India”<br />

En la gráfica 3.2 se hace explícita el método de la Fila India y la idea de que empresario<br />

contratará, de uno en uno, más mano de obra a medida que el Ingreso de la Productividad<br />

Marginal del Trabajo disminuya, es decir, a medida que el trabajo se vuelva menos productivo,<br />

lo que contradice no sólo la realidad y la forma de actuar del Empresario Razonable,<br />

sino la teoría misma del modelo neoclásico. En efecto; recordemos que el Ingreso del Producto<br />

Marginal del trabajador (IPMa) resulta de la Productividad Marginal (PMa) multiplicada<br />

por el precio del bien que la empresa lanza al mercado (P) Ahora bien, también recordemos<br />

que la tabla y la gráfica anteriores se refieren a la demanda de trabajo en un mercado<br />

de competencia perfecta, lo que significa, según el modelo marginalista neoclásico, que el<br />

precio del bien producido no varía para el empresario individual; ese precio es constante.<br />

Lo único que varía sería la Productividad Marginal del trabajo. En consecuencia, según la<br />

tesis de la Economía-Vudú neoclásica de la demanda de trabajo, el empresario contratará<br />

más mano de obra en la medida en que la productividad del trabajador disminuya (con la<br />

disminución del salario) Mientras más disminuye la productividad del trabajo ¡más mano<br />

de obra contrata el empresario! El modelo Neoclásico es un mundo de cementerios.<br />

Otro laberinto fantasmal<br />

El marginalismo neoclásico dice que el empresario aumenta la contratación de mano de<br />

obra a medida que el IPMaL disminuye y con ella, los niveles de salario. También dice que<br />

el último asalariado contratado, el de menor productividad, es el que establece el salario<br />

que deben recibir él y los demás. Pero sucede que cuando contrata al último de ellos, ya<br />

46


está pagando un salario a los demás. ¿Quiere decir esto que a medida que contrate nuevas<br />

unidades de trabajo, irá rebajando el salario de los que ya están en la empresa? Esto es<br />

ridículo. Muy ridículo.<br />

La Razón de Ser de la “Fila India”<br />

Ahora ya tenemos certeza del porqué el marginalismo utiliza en su modelo el método de la<br />

“fila india” cuando el empresario debe reclutar mano de obra. A medida que contrata un<br />

asalariado más, la “productividad marginal” de cada nuevo contratado decrece, de manera<br />

tal que cuando ha contratado a todos los que necesita, el marginalista le instruye al empresario<br />

que debe pagar un salario común para todos los trabajadores: ese salario estará basado<br />

en la “productividad más baja”, que es la que proviene del último trabajador contratado.<br />

Ésa es una manera muy burda de explotar la mano de obra hasta llegar al extremo de pagar<br />

salarios por debajo de los de subsistencia, tal como lo presenta Mankiw. Gráfica 3.6<br />

Gráfica 3.3<br />

Sinteticemos el proceso de la visión marginalista neoclásica.<br />

El empresario contrata al último trabajador y paga a los demás el salario más bajo posible<br />

que, según va la teoría, corresponde a la productividad de este último asalariado contratado,<br />

cuya productividad, se dice es la más baja de todos los demás. ¿Por qué contrataría el empresario<br />

a un nuevo trabajador, si éste tiene la productividad menor que todos los que ya<br />

están en el proceso productivo? Pues porque el empresario desea aumenta su oferta, debido<br />

a que el precio del bien que produce se ha incrementado. Ésa sería la razón marginalista.<br />

En otras palabras, al contratar un nuevo trabajador gana por partida doble: la primera, porque<br />

se supone que el nuevo trabajador tiene la productividad más baja que los que ya están<br />

en la empresa, por lo que pagará a todos los trabajadores un salario menor. Segundo, porque<br />

lo contrata debido a que el precio del bien ha aumentado. Eso es mascar con las muelas de<br />

47


ambos lados de la boca. En consecuencia, el último trabajador contratado, el “menos productivo”,<br />

es el que permite que el empresario produzca las unidades extra que lanza al mercado<br />

a un precio mayor. Eso es: el nuevo trabajador, al que menos valor le asigna el empresario<br />

según la teoría, es el que permite al empresario aumentar sus ganancias. No es el<br />

trabajador “más productivo” el que permite las nuevas ganancias del empresario; no. Al<br />

contrario, es el menos productivo el artífice de la ganancia extra.<br />

¿Quién, en su sano juicio, puede aceptar una teoría hecha a pedradas como la planteada por<br />

los marginalistas? Nadie. Excepto los propios marginalistas.<br />

La Curva de Indiferencia<br />

Según el modelo marginalista neoclásico, la curva de indiferencia del trabajador es el lugar<br />

geométrico conformado por todas las combinaciones posibles de trabajo y de ocio que ofrecen<br />

al trabajador la misma utilidad. Según va la teoría, en el panel izquierdo se muestra a<br />

un trabajador para quien trabajar 10 hs. y tener una hora de ocio es igual que trabajar 1 hora<br />

y disfrutar diez horas de ocio. ¡Qué mundo feliz!<br />

Gráfica 3.4<br />

Y<br />

10<br />

Y<br />

96<br />

72<br />

Uo<br />

1<br />

1<br />

10 L 0 2 4 6 8 10 12 14 16 1 8 20 22 24<br />

Horas diarias de trabajo<br />

La Oferta Marginalista de Trabajo<br />

Pero, la mano de obra ofrecida en el mercado dependería de la actitud de los trabajadores<br />

hacia el “ocio”. La preferencia por el “ocio” determinaría la cantidad de trabajo que se<br />

ofrece. Si el trabajador tiene una preferencia más consolidada por el ocio, el salario tendrá<br />

que aumentar significativamente para que éste aumente su oferta de trabajo.<br />

Esta afirmación proviene del supuesto de que el ocio es considerado un bien por el trabajador<br />

y como tal, tiene su costo de oportunidad. El costo de oportunidad del ocio sería dado<br />

por el salario: si el salario es mayor, el costo de oportunidad del ocio será mayor, es decir<br />

al tomar una hora de ocio se estará renunciando a un ingreso mayor y por lo tanto el ocio<br />

será “más caro”, se demandará menos cantidad de ocio. De esta manera, lo que hacen los<br />

48


marginalistas es establecer las condiciones “subjetivas y objetivas” del trabajo. Las primeras,<br />

por la Curva de Indiferencia.<br />

La Curva de Indiferencia del trabajador<br />

Según el modelo marginalista neoclásico, la curva de indiferencia del trabajador es el lugar<br />

geométrico conformado por todas las combinaciones posibles de trabajo y de ocio que ofrecen<br />

al trabajador la misma utilidad. Según va la teoría, en el panel izquierdo se muestra a<br />

un trabajador para quien trabajar 10 hs. y tener una hora de ocio es igual que trabajar 1 hora<br />

y disfrutar diez horas de ocio. ¡Qué mundo feliz!<br />

Y<br />

Gráfica 3.5<br />

a<br />

60<br />

u i<br />

b<br />

10<br />

H<br />

Curva de Restricción<br />

Lugar geométrico que muestra las combinaciones del Ingreso y ocio dado un nivel de salario,<br />

tal como se muestra en la gráfica 3.5. Si el salario es de $6 la hora, teóricamente, el<br />

sujeto ganaría $60 si trabajara las 10 horas del día. Si el salario fuera de $3, ganaría 30<br />

trabajando las 10 horas. Los marginalistas están completamente seguros de que las fuentes<br />

de trabajo están a la espera de las ganas que el sujeto tenga de trabajar. Se dice que la curva<br />

de restricción expresaría las condiciones objetivas del mercado de trabajo, mientras que la<br />

curva de indiferencia se referiría a las condiciones subjetivas.<br />

La combinación entre ocio y trabajo que brinda la máxima utilidad se encontraría en la<br />

tangencia entre la curva de Indiferencia y la restricción presupuestaria de la gráfica 3.5; en<br />

este caso, en el punto u1, de la gráfica 3.5. En ese punto se equilibrarían tanto “las valoraciones<br />

subjetivas” del sujeto como “las condiciones objetivas del mercado de trabajo”. Los<br />

puntos a y b no serían maximizadores debido a que, entre esos puntos y el de tangencia u1,<br />

se podrían inscribir varias curvas de indiferencia superiores a la que los puntos citados expresan,<br />

hasta alcanzar la máxima que es tangente a la curva de restricción<br />

49


La Curva de Oferta del Trabajador según el marginalismo neoclásico<br />

De todo lo expresado, se deduce que la curva de oferta del trabajador individual tiene pendiente<br />

positiva, pues aumenta a medida que el salario aumenta. Tal como se muestra en la<br />

gráfica 3.9. La curva S L , que es la curva de oferta de trabajo.<br />

W<br />

Gráfica 3.6<br />

S<br />

En el eje de las ordenadas se registraría los salarios de mercado y en el eje de las abscisas,<br />

la cantidad de trabajo ofrecida a cada nivel salarial. Tal como dice la tesis, la cantidad de<br />

trabajo aumenta a medida que el salario aumenta, lo que parece ser lógico.<br />

Sin embargo, hay un pero en esa propuesta. Si los salarios pueden aumentar también pueden<br />

disminuir en la misma curva de oferta. Imaginemos que los salarios empiezan a disminuir<br />

porque se ha iniciado un proceso de recesión. De acuerdo con la tesis del Vudú marginalista<br />

actual, el trabajador disminuirá su oferta de trabajo. La situación se presentaría más o menos<br />

como la que sigue: el marido regresa a su hogar, donde está su esposa y sus tres hijos, para<br />

darles la noticia: “cariño, debido a que los salarios se han reducido, he decidido disminuir<br />

mis horas de trabajo, pues así lo dicen los economistas”. Con toda seguridad que la esposa<br />

le dirá que se olvide de lo que dicen los teóricos del espiritismo, seguramente miembros de<br />

los Rosacruces y que más bien ahora, cuando hay una recesión, es necesario trabajar más<br />

para conservar el poder adquisitivo del salario.<br />

El “Equilibrio” en el Mercado de Trabajo<br />

La gráfica 3.7 muestra el pretendido “equilibrio” entre la demanda y la oferta en el mercado<br />

de trabajo. De ese equilibrio, establecido por el cruce de las dos curvas, se establecerían el<br />

salario de equilibrio (W0) y la cantidad de trabajo de equilibrio (L0) El Modelo-Vudú Neoclásico<br />

agrega que la oferta de trabajo del obrero deviene de dos efectos, los que se describen<br />

a continuación<br />

L<br />

50


Efecto Sustitución<br />

A medida que el salario aumente, el trabajador querrá trabajar más horas, las que restará<br />

del ocio; este proceso se conocería como el “Efecto Sustitución”.<br />

Gráfica 3.7<br />

Efecto Ingreso<br />

A medida que el salario aumenta, el trabajador cuenta con mayor ingreso. Por lo tanto,<br />

según la tesis, “comprará más ocio” dado que el ocio sería un bien como cualquier otro.<br />

A este proceso es que se denomina Efecto Ingreso. Ambos efectos tienen signo diferente:<br />

el Efecto Sustitución aumentaría las horas de trabajo ante un aumento de salarios; el<br />

Efecto Ingreso las disminuiría.<br />

Efecto Neto<br />

El resultante de la diferencia entre los efectos sustitución e ingreso.<br />

Economía Vital<br />

Las Curvas de Oferta y Demanda de Trabajo<br />

Ante la inexistencia de un mercado de trabajo en la mayor parte de los países subdesarrollados<br />

y ante la incongruencia del modelo neoclásico sobre la oferta y la demanda de trabajo,<br />

la Economía Vital entrega una Propuesta Razonable que se basa en el marcado desempleo,<br />

oculto generalmente por el desempleo disfrazado, que existe en los países subdesarrollados.<br />

En los países subdesarrollados, el salario no aporta más del 40% del Ingreso<br />

Nacional, pues en la mayoría de los casos no se consolida una relación formal obrero-patronal,<br />

dada la gran existencia de campesinos y de los mercados informales de trabajo. Nótese<br />

la diferencia con los países desarrollados, en los que el aporte laboral al Ingreso Nacional<br />

llega al 80%. Por otra parte, en la realidad de nuestros países la demanda de trabajo<br />

no está determinada por la productividad marginal de algo, sino por las evaluaciones que<br />

51


hacen los empresarios sobre la cantidad de trabajo que necesitarán, de acuerdo con sus<br />

percepciones acerca de las tendencias y de sus expectativas. En los países subdesarrollados<br />

siempre hay desempleo y el trabajador no tiene la opción de escoger “entre ocio y trabajo”,<br />

más bien se considera con suerte si consigue un trabajo permanente.<br />

Economía Vital: Las Líneas de Oferta y Demanda de Trabajo<br />

Sobre la base de estas realidades, es que propongo una línea horizontal que cubre tanto la<br />

oferta como la demanda de trabajo, a partir de un salario constante en un periodo determinado.<br />

Si hay inflación, el nivel wo subirá; en periodos de desempleos, bajará. En la realidad,<br />

la oferta de trabajo es siempre mayor a la demanda, esto es, hay alguna clase de desempleo,<br />

independientemente del nivel salarial, lo que se refleja en la recta w0-S que muestra la diferencia<br />

de la oferta de trabajo LS sobre la cantidad de trabajo demandada LD para un nivel<br />

salarial constante.<br />

Gráfica 3.8<br />

LD LS L<br />

Conclusión<br />

El modelo neoclásico del trabajo, no se aplica a los países subdesarrollados. En realidad,<br />

no se aplica a ninguno.<br />

52


4<br />

<strong>INDAGACIONES</strong> SOBRE<br />

EL BENEFICIO ECONÓMICO<br />

Las Definiciones<br />

En primer término, es preciso aclarar que existen dos clases de beneficios.<br />

El Beneficio Normal<br />

Según Alfred Marshall, a quien tomo como punto de referencia en este tema, el Beneficio<br />

Normal es el que forma parte del Costo Medio.<br />

El Beneficio Económico<br />

El Beneficio Económico de una empresa en un mercado de competencia imperfecta, es la<br />

diferencia entre el Ingreso Total y el Costo Total. La omisión de explicitar esa diferencia<br />

causa confusión; por lo general, los textos afirman que en el largo plazo el beneficio es<br />

nulo. Si el lector no ha sido advertido de que la expresión “beneficio nulo” se refiere al<br />

beneficio económico y no al beneficio normal, se preguntará por qué una empresa existe<br />

La Elasticidad<br />

En el gráfico 4.1 se ha diseñado una curva de Demanda lineal dividida en dos segmentos<br />

iguales a partir de m. El segmento superior, dice la teoría, es elástico; el segmento inferior,<br />

Gráfica 4.1<br />

La Elasticidad<br />

P<br />

Rango Elástico<br />

m<br />

Rango Inelástico<br />

Q<br />

53


sería inelástico y el punto del medio (m) tiene una elasticidad unitaria. Ahora bien, los libros<br />

de texto-vudú explican que el empresario nunca debe aumentar los precios en el rango<br />

donde la elasticidad-precio de la demanda es elástica, pues el incremento de precios hará<br />

que la reducción de la cantidad demandada sea mayor que la proporción en que los precios<br />

aumenten. Esta reducción se mostrará en la tabla del Ingreso Total. Por otra parte, también<br />

nos instruye que el empresario nunca debe disminuir los precios en el rango inelástico de<br />

la curva, pues el aumento de la cantidad demandada será menor que la proporción en que<br />

los precios se han reducido. Reducción que también quedará registrada, como un incremento<br />

de los ingresos en la tabla del Ingreso Total.<br />

En la gráfica la gráfica 4.2 aparecen las Curvas del costo total y del ingreso<br />

Gráfica 4.2<br />

Y, C<br />

CT<br />

YT<br />

q*<br />

Beneficio máximo<br />

Por definición, el “Beneficio” es la mayor diferencia del IT con el CT; en términos geométricos,<br />

sería la distancia que hay entre las dos curvas. En ambos casos, el beneficio máximo<br />

está dado cuando se producen q* unidades del bien<br />

La Derivada<br />

La derivada de una curva es la pendiente de la curva en el punto dado. En consecuencia, la<br />

pendiente de la curva del Ingreso Total es su derivada con relación a la cantidad del bien q.<br />

54


En notación matemática se tendría:<br />

Derivada de la curva del Ingreso Total:<br />

Derivada de la curva del Costo Marginal:<br />

dIT<br />

dq<br />

dCT<br />

dq<br />

(4.1)<br />

(4.2)<br />

Si las pendientes de ambas curvas son iguales entre sí, entonces sus derivadas respectivas<br />

también serán iguales entre sí:<br />

dIT<br />

dq<br />

=<br />

dCT<br />

dq<br />

(4.3)<br />

Para finalizar esta parte, recordemos dos de las definiciones del modelo neoclásico.<br />

El Ingreso Marginal (IMa)<br />

Vendría del aporte que la última unidad vendida al Ingreso Total; en términos matemáticos,<br />

el IMa es la derivada a la que nos referimos en (1)<br />

El Costo Marginal<br />

Sería la adición al Costo Total por la producción de la última unidad del bien. En términos<br />

matemáticos, el Costo Marginal es la derivada que registramos en (2) De esta manera, los<br />

neoclásicos postulan que, para alcanzar el beneficio máximo en una empresa, independientemente<br />

del tipo de mercado en el que desarrolle sus operaciones, debe producir una cantidad<br />

en la que el IM sea igual al CM, definidos en (1), (2) y (3)<br />

Indagación Primera<br />

Traslademos la gráfica 4.1 sobre la elasticidad de una curva lineal de demanda y repitamos<br />

lo que se dijo en su oportunidad.<br />

Gráfica 4.1<br />

La Elasticidad<br />

P<br />

Rango Elástico<br />

m<br />

Rango Inelástico<br />

Q<br />

55


“El segmento superior, dice la teoría, es elástico; el segmento inferior, inelástico y el punto<br />

del medio (m) tiene una elasticidad unitaria. Ahora bien, los libros de texto-vudú explican<br />

que el empresario nunca debe aumentar los precios en el rango donde la elasticidad-precio<br />

de la demanda es elástica, pues el incremento de precios hará que la reducción de la cantidad<br />

demandada sea mayor que la proporción en que los precios aumenten. Esta reducción se<br />

mostrará en la tabla del Ingreso Total. Por otra parte, también nos instruye que el empresario<br />

nunca debe disminuir los precios en el rango inelástico de la curva, pues el aumento de la<br />

cantidad demandada será menor que la proporción en que los precios se han reducido. Reducción<br />

que también quedará registrada, como un incremento de los ingresos en la tabla del<br />

Ingreso Total.”<br />

Ahora, tomemos dos ejemplos de las gráficas referidas al punto que maximiza los beneficios,<br />

es decir a las intersecciones del Ingreso Marginal y del Costo Marginal.<br />

El diseño de la curva del panel izquierdo es traído del texto de Hal Varian, El diseño de la<br />

curva del panel derecho es una réplica del modo cómo lo concibe Gregory Mankiw. Ambas<br />

curvas tienen en común el hecho de que la intersección del IM y del CM establecen los<br />

precios que maximizan los beneficios en los segmentos superiores de la curva de demanda<br />

P<br />

Gráfica 4.3<br />

P<br />

CMa’<br />

P 0<br />

d<br />

e<br />

c<br />

CMa<br />

CMe<br />

P’ c’<br />

d’<br />

e’<br />

CMe’<br />

a<br />

Q*<br />

IMa<br />

D<br />

Q<br />

D’<br />

IMa’<br />

Q’ Q<br />

La Maximización de Beneficios de la Empresa: Indagación<br />

Ahora bien; no importa quién trace la curva de maximización de beneficios neoclásica.<br />

Todos los intentos de hacer coincidir el CM con el IM, determinarán que los precios se<br />

inscriban en el segmento superior de la curva lineal de demanda<br />

Indagación: El Caso de la OPEP<br />

En sucesivas oportunidades, entre 1974 y 1979, la OPEP (Organización de Productores y<br />

Exportadores de Petróleo) instruyó a sus afiliados la reducción de la cantidad producida y<br />

el aumento respectivo del precio del petróleo. A pesar de que la OPEP es un Cártel, al<br />

a’<br />

56


tomar esa decisión conjunta, adquirió en la práctica, el carácter de una empresa monopolista.<br />

Estas reducciones de las cantidades lanzadas al mercado fueron, inicialmente, del<br />

15%, luego del 20% y finalmente, procedió a reducciones sucesivas del 5%, es decir hubo<br />

varias ocasiones en las que la OPEP redujo la producción para elevar el precio. Las ganancias<br />

provenientes de estas reducciones fueron tan grandes, que el diccionario económico se<br />

vio obligado a introducir en su léxico un nuevo vocablo desconocido hasta entonces: El<br />

“Petrodólar”. En todo caso, la OPEP no partió desde cero para llegar a los niveles que permitieron<br />

un beneficio económico asombroso, dada que no se trataba de aumentar la cantidad,<br />

reduciendo para ello, el precio. Al contrario, las ganancias extraordinarias se obtuvieron<br />

sobre la base del incremento de los precios por la aplicación de una política concebida<br />

para reducir las cantidades lanzadas al mercado. Lo que nos interesa aquí es el hecho de<br />

que estos procesos tuvieron lugar en el espacio que cubre el segmento superior de su curva<br />

de Demanda, segmento que, de acuerdo con la teoría y lo diseñado en la gráfica 4.1, es<br />

elástica: un aumento de precios reduciría el Ingreso Total. La pregunta que surge de inmediato<br />

es: ¿Cómo hizo la OPEP para reducir la producción de petróleo, aumentar el precio<br />

y, a pesar de ello, obtener ganancias nunca vistas hasta entonces, después de haber obrado<br />

en contra de las disposiciones de los modelos marginalistas actuales? Las razones para que<br />

esto sucediera provendrían de varias fuentes perceptivas. Podría aducirse que la OPEP habría<br />

reducido su oferta, aumentado sus precios y, con ello, sus ganancias, debido a que<br />

enfrentaba una curva de demanda perfectamente inelástica. Pero la experiencia ha demostrado<br />

que la curva mundial de demanda de petróleo no es perfectamente inelástica: al aumento<br />

de precios en las diferentes ocasiones, el planeta respondió con una disminución de<br />

la demanda de petróleo, acudiendo a diversas modalidades alternativas para ahorrarlo, entre<br />

ellas, el incremento progresivo de la producción de automóviles “compactos”. No sólo hubo<br />

reducción de la cantidad, sino que esa reducción se vio acompañada de incrementos sucesivos<br />

de precios.<br />

Para que la OPEP incrementara sus beneficios disminuyendo el volumen de Q y aumentando<br />

P, ha debido tomar decisiones que desvirtúan los postulados más importantes del<br />

modelo neoclásico, en lo que se refiere a las condiciones necesarias y suficientes para maximizar<br />

beneficios. Más bien, todo hace suponer que la OPEP, al igual que cualquier otra<br />

empresa que opera en un mercado de competencia imperfecta, ha debido aceptar el secreto<br />

revelado del precio: es una oferta tentativa que la empresa hace al público para tantear las<br />

posibilidades de aumentarlo o de disminuirlo; es decir, que la fijación del precio es dada<br />

por la voluntad y la sagacidad de la empresa. Con toda seguridad que descubrieron, mucho<br />

antes que Laura Fisher y Jorge Espejo que: El precio de un producto es solo una oferta<br />

para probar el pulso del mercado.<br />

Conclusión sobre la Curva de Demanda del Marginalismo neoclásico<br />

Por todo lo expresado y más, podríamos afirmar con David Krepps (“Curso de Microeconomía”,<br />

1995, pg. 238)<br />

57


“…en el fondo de nuestras mentes vive un supuesto según el cual podemos escribir, para<br />

cada posible precio p, la cantidad que demandarán los consumidores en el mercado y<br />

que represen-tamos por D(p). Todas estas cosas permanecen en el interior de nuestras<br />

mentes y por eso consideramos la curva de Demanda y… suponemos que esta curva<br />

tiene pendiente negativa.”<br />

También tenemos el apoyo de los administradores de empresas, quienes declaran que el<br />

precio es sólo una propuesta que el empresario hace para ver la reacción de los consumidores<br />

y, por prueba-error acertar con el adecuado. Si tomamos esas dos percepciones, llegaremos<br />

a la conclusión siguiente, la que podría extenderse a todas las empresas que operan<br />

en mercados Imperfectos o Perfectos:<br />

En el mundo real, al que el modelo neoclásico no tiene acceso, no existe la curva de<br />

Demanda; por eso es que el empresario puede manipular, simultáneamente, el precio y<br />

la cantidad del bien que lanza al mercado.<br />

Cuando lleguemos al capítulo de la Teoría del Valor Conocimiento, veremos que una de<br />

las principales tareas del empresario es, precisamente, elegir los precios y las cantidades<br />

del bien que lanzará al mercado. Sin embargo, sería muy razonable que, tanto en la teoría<br />

como en la práctica, la fijación de los precios se basara en el comportamiento de la Curva<br />

del Costo Medio en cada uno de los niveles de Q, tal como lo propuso Alfred Marshall.<br />

Indagación Segunda: El Precio como Valoración Social del Bien en el Monopolio.<br />

Apoyándonos, temporalmente, sobre el postulado del espiritismo neoclásico, de que el precio<br />

es la valoración que la sociedad otorga a un bien o servicio, observamos que en el mercado<br />

de competencia imperfecta el precio es siempre mayor que el costo marginal, ¿Quiere<br />

decir esto que la valoración que la sociedad le otorga al bien que produce el monopolista es<br />

mayor que el costo marginal de producirlo, tal como lo declaran los marginalistas actuales?<br />

Ante una situación como ésta, la pregunta surge de inmediato: ¿Por qué la sociedad otorgaría<br />

siempre al bien producido por el monopolista o por el oligopolista un valor por encima<br />

de su costo de oportunidad que, se supone, es igual al costo marginal? ¿Qué virtudes tiene<br />

el mercado imperfecto para que el costo marginal sea siempre inferior al valor que la sociedad<br />

otorga al bien que se produce, esto es, al precio? Es preciso que algún teórico del marginalismo<br />

nos aclare este asunto, pues cada vez que le pregunto a alguno de los que conozco,<br />

nunca recibo una respuesta. Por otra parte, los textos tampoco dicen nada al respecto.<br />

Todo esto sugiere que el precio no es la valoración que la sociedad otorga al bien; al contrario,<br />

la determinación de los precios viene dada por la sagacidad del empresario, en cualquier<br />

tipo de mercado, determinación que no se basa en una supuesta curva de demanda, la<br />

que, por definición, es una representación mental y arbitraria que ordena precios y cantidades.<br />

Si el precio fuera las valoraciones que la sociedad hace del bien, tal como lo asevera el<br />

marginalismo, estas “valoraciones” al ser igual a la “curva de demanda” siempre serían<br />

58


mayores que el costo marginal, lo cual querría decir que el modelo de competencia imperfecta<br />

sería muy eficiente, pues siempre produciría a un costo marginal inferior al precio, es<br />

decir, a la valoración que la sociedad supuestamente otorga al bien. Los administradores de<br />

empresas, tal como lo vimos, tienen menos problemas sobre el particular. Tomemos como<br />

ejemplo a Laura Fisher y Jorge Espejo, quienes escribieron una obra titulada "Mercadotecnia",<br />

en la que establecen:<br />

El precio de un producto es solo una oferta para probar el pulso del mercado. Si los<br />

clientes aceptan la oferta, el precio asignado es correcto; si la rechazan, debe cambiarse<br />

con rapidez. Si el precio es muy elevado, las ventas serán difíciles y también, el producto<br />

y la empresa fracasarán.<br />

Por lo anotado, los autores concluyen con la afirmación de que la fijación de precios es la<br />

más compleja de las tareas referidas a la administración, tarea que está a cargo de los especialistas<br />

en marketing, no del economista. Anotemos bien lo que dicen estos autores y todos<br />

los demás profesionales de la administración empresarial: El precio de un producto es solo<br />

una oferta para probar el pulso del mercado. Esta afirmación no sólo es cierta, también es<br />

Razonable y debería ser aceptada oficialmente; no hay necesidad de esconder hechos. Estas<br />

características son las que deberían aprovecharse para establecer un modelo económico en<br />

el que participen tanto la empresa privada como el Estado; de esta manera tendríamos una<br />

ciencia económica útil en la práctica y no un manojo de abstracciones especulativas que<br />

nadie toma en cuenta, pero que sirve para velar los procesos verdaderos.<br />

El Monopolista no tiene Curva de Oferta: Indagación<br />

El Neoclasicismo afirma que el monopolista, no tienen una curva de oferta, pero esta declaración<br />

contradice la propuesta de Alfred Marshall, el fundador de modelo neoclásico,<br />

quien afirma que la curva de oferta de la empresa que opera en mercados imperfectos es su<br />

curva del Costo Medio, aunque no queda claro si se refiere al segmento descendente o ascendente<br />

de la misma.<br />

Conclusiones<br />

Primera, el modelo neoclásico se contradice a sí mismo al identificar las elasticidades existentes<br />

en una curva de demanda y el nivel de producción de bien que maximiza los beneficios,<br />

pues se supone que los beneficios máximos se logran en el segmento elástico de la<br />

curva de demanda, segmento en el que sería prohibido aumentar los precios o disminuir la<br />

producción de bienes, dado que la reducción de la cantidad demanda sería más que proporcional<br />

al aumento de los precios, que es lo que afirma el modelo de la Economía-Vudú de<br />

los neoclásicos.<br />

Segunda<br />

En ninguno de los mercados existe la curva de Demanda.<br />

59


En realidad, la curva de demanda es una construcción mental, pero no existente en la realidad,<br />

tal como lo afirman Kreps y los administradores de empresas, los cuales muestran que<br />

son Razonables.<br />

Tercera<br />

Tal como lo sentenció Alfred Marshall, la curva del costo medio es la curva de oferta para<br />

cualquier empresa que opera en cualquier tipo de mercado.<br />

Cuarta<br />

No es cierto que los precios sean “las valuaciones que la sociedad hace de los bienes que<br />

encuentra en el mercado”. En el mercado de bienes y servicios, imperfecto, los precios y<br />

las cantidades son, fijados por el empresario, simultáneamente. En el caso de las “commodities”,<br />

que se supone están en el modelo perfecto de mercado, los productores se ponen de<br />

acuerdo para fijar los precios, tal como sucede, por ejemplo, con el petróleo.<br />

5<br />

INDAGACIÓN SOBRE<br />

LA UTILIDAD MARGINAL<br />

Los nuevos Sujetos económicos: Propuesta<br />

En la evolución histórica de los países del planeta aparecen nuevos personajes que deben<br />

ser tomados en cuenta cuando se trata de establecer las bases de un nuevo sistema o modelo<br />

económicos. Por ahora, voy a introducir tres nuevos sujetos económicos con características<br />

muy distintivas, los que influyen significativamente en el ritmo de los acontecimientos planetarios<br />

y en la necesidad de buscar nuevos instrumentos analíticos que permitan mostrar<br />

esa influencia. Para dar comienzo a este capítulo, detallaré algunos rasgos característicos<br />

de tres de los más importantes personajes de esta obra, a los que he denominado: El Homo<br />

Consumidorus, el Hombre Obsesivo y el Ser Razonable, respectivamente.<br />

La mayor parte de los representantes del de la Economía-Vudú, segregada ectoplasmáticamente<br />

por los Neoclásicos, han dejado de lado la que alguna vez denominaron La Ley de<br />

la Utilidad Marginal Decreciente para sustituirla por la llamada Curva de Indiferencia. En<br />

el presente capítulo tomamos lo razonable que hay en la teoría, para modificarla y adecuarla<br />

a las realidades de los países sub desarrollados del planeta. En el proceso de diseñar una<br />

nueva curva sobre la Utilidad, no olvido que la noción fue desfigurada por la pretensión de<br />

generalizar sus postulados indiscriminadamente a cualquier clase de bienes, algo que no es<br />

razonable, tal como lo veremos de inmediato.<br />

60


El Homo consumidorus<br />

Hasta el momento, los neoclásicos han tomado como su unidad de análisis al Homo economicus.<br />

Pero, con la aparición del capitalismo maduro no regulado, el Homo economicus ha<br />

cedido el paso a otros que expresan con mayor autoridad la realidad de los procesos económicos,<br />

tanto en los países desarrollados como en las élites de los subdesarrollados. Uno de<br />

ellos es el Homo consumidorus.<br />

El Homo consumidorus se desenvuelve en un mundo de derroche pleno, en el que la posesión<br />

de cuatro automóviles es un signo de gran desarrollo y bienestar, lo que le permite,<br />

además, gozar de especial consideración y respeto por parte de la sociedad consumista. En<br />

este sentido, la supuesta racionalidad del Homo economicus es reemplazada por el “Prestigio”<br />

que obtiene su reemplazante, el Homo consumidorus, apoyándose en el “Principio de<br />

Insaciabilidad” que sostienen los neoclásicos. Sobre la base de estas percepciones se construye<br />

una escala de valores artificialmente deformada en los grupos humanos de ingresos<br />

altos; por otra parte, los convierte en los grandes depredadores del planeta. Pero si el Homo<br />

consumidorus ha nacido en las sociedades de mayor grado de desarrollo, no ha sido para<br />

limitar su existencia a esas regiones, sino para dispersarse en el mapa planetario, conformando<br />

las élites privilegiadas de los países subdesarrollados y completar el accionar del<br />

empresario transnacional en su cotidiana tarea de elevar las cuotas de producción y, por<br />

ello, la tasa de agravio al medio ambiente, por medio de la contaminación área, acuática,<br />

terráquea y subterránea del planeta. A esto es preciso añadir la progresiva desigualdad distributiva<br />

del ingreso y su responsabilidad en los procesos inflacionarios que se producen en<br />

los diferentes países.<br />

El Homo consumidorus modifica constantemente la realidad con su insaciable voracidad<br />

por bienes y servicios, especialmente de lujo. La manía consumista de este sujeto es la que<br />

acicatea los nervios vitales de una buena parte del empresariado transnacional, en su obsesión<br />

de ganar más dinero para ganar aún más, en un maniático afán acumulador que carece<br />

de todo sentido.<br />

Su existencia real<br />

Mientras el Homo economicus era un ente abstracto, concebido como el personaje que obra<br />

luego de análisis de costo-beneficio, el Homo consumidorus es un ser de carne y hueso cuyo<br />

consumo personal reemplaza, por sí solo, al de centenas de miles de otros seres reales.<br />

El Hombre Obsesivo<br />

Es el ente-en-sí; una especie de autista ontológico en la sociedad, arquetipo de las grandes<br />

mayorías poblacionales de las naciones subdesarrolladas. Su constitución psicológica está<br />

estructurada por una sola obsesión: satisfacer sus necesidades esenciales; por ello es que,<br />

en la práctica, no percibe las cosas con el cálculo astuto, sino con la urgencia del estómago.<br />

Con el Hombre obsesivo no es posible hablar de alguna elección racional, v.g, “entre más<br />

horas de trabajo o más ocio”, pues lo único que quiere es ganar lo que pueda para saciar su<br />

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hambre y la de su familia, aceptando cualquier condición que se le imponga. Desgraciadamente,<br />

su pobreza extrema es tal que tampoco le ha permitido desarrollar su iniciativa ni su<br />

talento, en la adquisición de habilidades y destrezas exigidas por el mercado de trabajo.<br />

Con él no existe el supuesto desempleo voluntario de los neoclásicos; al contrario, todo se<br />

reduce a trabajar en lo que pueda y por lo que sea. Él conforma una parte significativa de<br />

la población mundial, la que es excluida en el análisis del modelo neoclásico, mientras que<br />

las empresas lo segregan de sus respectivas agendas de producción, puesto que no constituyen<br />

una “demanda efectiva” ni una mano de obra calificada. Tanto para el modelo como<br />

para las empresas, este personaje simplemente no existe. La causa más común de las políticas<br />

económicas bien intencionadas, se debe al desconocimiento de las prioridades que<br />

tiene el Homo obsesivo, el que, con su hambre a cuestas, es el gran marginado de la actual<br />

Economía-Vudú. En efecto, con la tajante declaración en sentido de que la “Economía nada<br />

tiene que ver con la distribución del ingreso”, los nigromantes de la tasa de beneficio han<br />

marginado por completo por lo menos al 40% de la población mundial, es decir al Homo<br />

obsesivo en su totalidad. La verdad es que no debería ser así, puesto que, en los países<br />

subdesarrollados, la demanda potencial de este sujeto económico es muy grande. En efecto,<br />

la ejecución de una adecuada política de empleo y de ingresos, haría que ese porcentaje de<br />

la población de cada país se insertara en el mercado, no para demandar celulares ni grabadoras,<br />

sino para adquirir artículos de primera necesidad, lo que lo convierte en un gran<br />

aliado de los empresarios nacionales, que producen, precisamente, esta clase de bienes<br />

El Consumo Neoclásico<br />

Se ha definido el consumo como un proceso individual de obtener utilidad de un bien o de<br />

un servicio a través de su adquisición como mercancías. Un concepto más amplio lo infiere<br />

como un proceso que permite la reproducción del individuo en la sociedad. Desde este<br />

punto de vista, el consumo tendrá dos acepciones.<br />

El consumo improductivo<br />

Es el que no participa de un proceso de reproducción de los bienes y servicios y se refiere,<br />

sobre todo, a la reproducción de la especie humana. Incluye todos los bienes y servicios de<br />

consumo duraderos y no duraderos.<br />

El consumo productivo<br />

Es el que se expresa en la utilización de insumos para continuar con el proceso de producción.<br />

En esta área se registra el total del trabajo, las máquinas, el equipo, la tecnología, el<br />

conocimiento, en general, a todos los insumos y factores de producción, resaltando el papel<br />

decisivo del Conocimiento, tanto del trabajador, como del Empresario, en la tarea productiva.<br />

En principio, es preciso admitir que hay razones valederas para esa división del consumo,<br />

pero no es razonable que se identifique la reproducción de la especie como consumo “improductivo”,<br />

pues la reproducción de la especie es la producción más productiva de todas;<br />

62


sin las personas nada habría, ni nada tendría sentido. Por ello es que, sobre la propuesta<br />

marxista, estructuro una división Razonable de dicha variable: el Consumo que reproduce<br />

la especie humana y el Consumo que reproduce el proceso productivo.<br />

Consumo fisiológico<br />

Es el consumo que se satisface con los bienes y servicios necesarios al bienestar material<br />

de la sociedad.<br />

Consumo sicológico<br />

El que cubre necesidades que no tienen relación directa con el estómago, pero que son las<br />

que singularizan al ser humano, diferenciándolo del resto de las especies que forman parte<br />

de la escala zoológica. Ambos tipos de consumo están determinados por el grado de evolución<br />

histórica, económica y cultural de los grupos humanos. Sobre este particular, es preciso<br />

recalcar que, en la actualidad, el consumo está muy sesgado hacia el consumismo, por la<br />

publicidad y la aparición de nuevos productos que crean nuevas necesidades, la mayor parte<br />

de ellas, artificiales. Así, es posible intuir que el consumo de los estratos de ingresos altos<br />

esté más influido por el derroche para lograr status y aumentar la ganancia del empresario,<br />

que por la satisfacción de las necesidades legítimas de los individuos. En este proceso el<br />

Homo economicus se transforma en el Homo consumidorus, expresado en su versión de<br />

consumidor y de productor.<br />

La Utilidad:<br />

Objetiva y Subjetiva<br />

Los neoclásicos actuales tienen dos percepciones de la utilidad: la utilidad objetiva y la<br />

subjetiva. La primera sigue la tradición de Jeremy Bentham y la segunda, las de Jevons y<br />

Pareto. Los defensores de la Utilidad Objetiva dicen que la utilidad es la capacidad de un<br />

bien para satisfacer una necesidad. También afirman que esa capacidad es inherente al bien,<br />

esto es, la utilidad es algo que existe independientemente de los deseos del consumidor.<br />

Los teóricos de la Utilidad Subjetiva afirman que ésta no es una cualidad innata en el bien,<br />

sino que surge de una relación entre el bien y el consumidor. En ambos casos, la utilidad<br />

dependería de la cantidad consumida del bien. La utilidad total aumenta con la cantidad del<br />

bien, pero la utilidad “marginal” disminuye con el incremento de su consumo. La debilidad<br />

de ambas percepciones estriba en que, al parecer, han sido formuladas tomando en cuenta<br />

solo los bienes de consumo inmediato, de ahí la aclaración de que la “utilidad marginal<br />

disminuye con el incremento de su consumo”, dejando de lado los bienes de consumo duradero<br />

tales como los automóviles, las heladeras, las aspiradoras... Con el objeto de no repetir<br />

la arbitraria generalización es que haré una distinción razonable entre los conceptos<br />

de Utilidad y el de Satisfacibilidad.<br />

La Utilidad Marginal: Primeros Marginalistas<br />

En 1854 apareció un libro que no atrajo la atención de nadie. Su autor, German Henrich<br />

Gossen, tuvo que retirarlo de circulación. Tenía un título largo y enrevesado. Pero allí ya<br />

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se afirmaba lo que constituiría el cimiento de la Teoría de la Utilidad Marginal. Gossen<br />

sostenía que la cantidad de uno y el mismo placer disminuye constantemente a medida que<br />

experimentamos dicho goce sin interrupción, hasta que se llega a la saciedad. Varios años<br />

después, en 1871, salió a la luz una de las obras más importantes en la historia de la disciplina<br />

económica actual: “La Teoría de la Economía Política”. Su autor, William Stanley<br />

Jevons, reivindicó con ella el nombre del hasta entonces olvidado Gossen y puso de su<br />

cosecha el principio de que el valor dependía de la utilidad, definiéndola como la relación<br />

de un objeto con un sujeto. De esta manera, la Economía pasó a ser una disciplina subjetivaespiritista<br />

que es hoy y los seres humanos fueron definitivamente representados por una<br />

abstracción mental llamada Homo economicus, un conjunto de zombis cuyas preferencias<br />

fueron reducidas a funciones matemáticas. De este modo, de un solo plumazo, se dejaron<br />

de lado los procesos objetivos de la producción y de la distribución, tal como lo habían<br />

sostenido los clásicos (Smith, Ricardo...)<br />

Se formaliza el modelo del Consumidor<br />

Con el objeto de formalizar la teoría de la utilidad, los marginalistas decidieron que la Economía<br />

era una ciencia descriptiva, con la capacidad de establecer “leyes universales”, supuestamente<br />

válidas para todo espacio-tiempo. En lo que se refiere al consumidor, los Neoclásicos<br />

consideraron que era necesario formalizar la teoría de la “Elección Racional”, formalización<br />

que se estableció en los siguientes postulados:<br />

Completitud<br />

Si A y B son dos situaciones cualesquiera, el individuo siempre puede especificar exactamente<br />

una de las tres posibilidades siguientes:<br />

La preferencia por A es mayor que B<br />

La preferencia por B es mayor que A<br />

A y B son preferidos con misma intensidad<br />

Por otra parte, se excluye cualquier situación en la que la persona prefiera B a A y, al mismo<br />

tiempo, A a B.<br />

Transitividad<br />

Si una persona prefiere A a B y B a C, entonces prefiere A a C.<br />

Continuidad<br />

Si una persona prefiere A a B también debe preferir las situaciones parecidas que deriva de<br />

la elección de preferencia de A y no B<br />

Insaciabilidad<br />

El supuesto dice que, en todo tiempo y espacio, “más es mejor que menos” tanto en lo que<br />

se refiere a bienes individuales como a cestas de consumo<br />

64


En el modelo formalizado, las preferencias de los individuos se representan por medio de<br />

una función de utilidad de la forma: U(x1, x2,… xn) Al describir de este modo una función<br />

de utilidad, los neoclásicos consideraron que la Economía se había convertido en una verdadera<br />

ciencia porque sus principios podían escribirse usando las matemáticas. Intensamente<br />

motivados por ese descubrimiento lanzaron un nuevo postulado: Los individuos prefieren<br />

una cantidad mayor de cualquier bien a una menor. El axioma de la “Insaciabilidad”,<br />

así se llama al hecho de consumir más allá de la satisfacción razonable de las necesidades,<br />

exige que cada individuo, aún con un pie en el féretro, prefiera más de lo que está comiendo<br />

hasta morir encaramado en la mesa utilitaria. No importa que las necesidades ya estén satisfechas<br />

en cierto nivel de la función, eso no es suficiente para el modelo marginalista<br />

neoclásico, el que sólo puede mantenerse produciendo más y más. Fue de ese “Principio”<br />

que nació el personaje al que hemos denominado el Homo consumidorus; aquél ente que<br />

por su extremo consumismo se está devorando el planeta. La Economía-Vudú no es Razonable.<br />

Con estos axiomas, los neoclásicos afirmaron que la teoría de la “Elección Racional” en un<br />

cuerpo analítico formal. Tal como se verá después, la tercera propiedad del supuesto de la<br />

Completitud sirve para afianzar la presencia de un nuevo instrumento analítico neoclásico:<br />

la llamada “Curva de Indiferencia”. A diferencia de los primeros planteamientos de la utilidad,<br />

como medible en unidades cardinales, las funciones de utilidad sólo necesitarían un<br />

orden dado de preferencias. Consiguientemente decir que A es preferible a B sería una<br />

afirmación que obviaría la necesidad de establecer cuántas veces A es preferible a B. Por<br />

ejemplo, si se dijera, al estilo de los primeros cardinalistas, que A es 10 veces superior a B,<br />

se tendría los mismos resultados que si se dijera que se prefiere A dos veces más que a B.<br />

Lo que interesaría sería saber si A es preferible a B y no los múltiplos de preferencia implícitos.<br />

De esta manera, la utilidad pudo ser escrita como una función de bienes x1, x2… xn a<br />

disposición del consumidor. Así surgió el siguiente Principio de Insaciabilidad.<br />

La “Ley” de la Utilidad Marginal Decreciente<br />

Según la teoría, las primeras unidades del bien que consumimos nos brindan una gran satisfacción.<br />

Es decir, el bien o el servicio nos serían “muy útiles”. El consumo de las unidades<br />

subsiguientes de ese bien o servicio nos irá produciendo menor cantidad de satisfacción<br />

o, lo que es lo mismo, nos serán cada vez menos útiles. Recordemos que el consumo del<br />

bien proporciona una utilidad total, la misma que resultaría de la suma de las utilidades<br />

proporcionadas por las sucesivas unidades del bien consumido, mientras que la utilidad<br />

marginal es la que proporcionaría la última unidad consumida del bien. El proceso seguiría<br />

hasta que la utilidad proporcionada por la última unidad del bien consumido llegara a cero.<br />

En este tren de razonamiento, se supone que el consumidor de jamón encontrará que la<br />

primera ralla infinitesimal será la que más utilidad le proporcione; luego vendrán las demás,<br />

cada una, ofreciendo menos utilidad que la anterior, respectivamente, hasta que una nueva<br />

65


alla ya no satisface los deseos del sujeto. Los teóricos del modelo Vudú elevaron este proceso<br />

a rango de ley, la que, supuestamente, estaría vigente en todo Tiempo-Espacio. De allí<br />

emergió la definición formal:<br />

La Utilidad Marginal<br />

Es la utilidad añadida a la Utilidad Total por la última porción del bien o servicio consumido.<br />

La Utilidad Marginal de un bien o servicio es decreciente. Gráfica 5.1.<br />

Las porciones de jamón, cada una de las cuales brinda una satisfacción menor que la anterior,<br />

fueron reducidas a rallas de grosor infinitesimal, de otra manera no habría sido posible<br />

usar del instrumento que más orgullo causa en los espiritistas: el Cálculo Infinitesimal, pues<br />

con su ayuda pueden formalizar sus propuestas.<br />

Gráfica 5.1<br />

U<br />

La Función de Utilidad Neoclásica<br />

El uso del Cálculo Infinitesimal requiere que la Utilidad tenga una función, la misma que<br />

debe ser continua y derivable cuantas veces se necesite. Siguiendo la metodología propuesta,<br />

los espiritistas de la economía toman un bien al azar y designan su Utilidad Marginal<br />

con el símbolo UMa, cuyo movimiento queda reflejado en la Gráfica 5.1 En el eje de las<br />

abscisas se inscribe el bien B, mientras que en el de las ordenadas, el de la Utilidad que las<br />

sucesivas porciones del bien B ofrecen al sujeto que lo consume. Como ya quedó establecido,<br />

de acuerdo con los postulados de la Economía-Vudú, a medida que la cantidad del<br />

bien aumenta, la utilidad decrece, de ahí la pendiente negativa de la curva y la convexidad<br />

de la curva con relación al punto de origen, lo que significa que por cada unidad del bien B<br />

que se aumenta, la utilidad que se logra es proporcionalmente menor.<br />

Según el modelo, la intersección de la curva con el eje de las ordenadas no tendría sentido<br />

matemático y, como no tiene sentido matemático, tampoco tendrá sentido en la realidad.<br />

Dado que se supone que la utilidad marginal de un bien es la primera derivada de la utilidad<br />

total, el punto de intersección de la curva con el eje de las ordenadas tendría, aparentemente,<br />

B<br />

66


una utilidad infinita, lo que haría que la derivada también fuera infinita, algo que no condice<br />

con el modelo matemático.<br />

La UMa del bien X sería la variación de la Utilidad Total del bien X debido al consumo de<br />

una nueva porción de ese bien, por lo que sería positiva, cero o negativa. Se supone que el<br />

sujeto económico consumirá porciones del bien hasta que la Utilidad Marginal llegue a<br />

cero, momento en que el bien dejará de ser económico y ya no será consumido. Teóricamente,<br />

la UMa, después de alcanzar el nivel de cero, se volvería negativa y el consumo del<br />

bien traerá insatisfacción en vez de placer. Con el objeto de visualizar el proceso, observemos<br />

el supuesto comportamiento de la UMa de un solo bien, según el modelo, tal como<br />

aparece en la gráfica 5.1<br />

Por último, diremos que hay tendencias muy importantes en el concepto de “utilidad”. Los<br />

primeros marginalistas afirmaban que un sujeto económico prefería el bien X al bien Y,<br />

debido a que el consumo del bien X le brindaba mayor utilidad que el consumo del bien Y.<br />

En la actualidad, varios teóricos de la economía dicen que el bien X tiene mayor utilidad<br />

que el bien Y, debido a que el sujeto económico lo prefirió y no a la inversa. Ésa es una<br />

modificación de fondo, por la que no sabemos el rumbo que tomará el actual modelo.<br />

Indagación sobre la “Ley de la Utilidad Marginal Decreciente”<br />

En la práctica, lo dijimos ya, la “Ley de la Utilidad Marginal Decreciente” neoclásica se<br />

expresaría así: un trozo de jamón debe ser dividido en rallas infinitesimales, el consumo de<br />

cada una de las cuales ofrecerá al sujeto económico una satisfacción mayor que la siguiente<br />

y menor que la anterior, de acuerdo con una función matemática continua de utilidad. Eso<br />

es lo que vimos en la gráfica 5.1. La curva de utilidad marginal decreciente sería una función<br />

continua y derivable en todos sus puntos, puesto que así lo exige el modelo matemático<br />

formal. Pero sería contradictoria al postulado de la Insaciabilidad.<br />

Indagación: La Universalización Irrazonable<br />

No considero razonable generalizar cualquier postulado que se nos venga a la mente, sin<br />

discriminar las condiciones en las que podría tener vigencia. Desde esa perspectiva, observo<br />

que la utilidad marginal decreciente sólo puede ser aplicable a los alimentos y alguno que<br />

otro bien, pero no podría ser referida a todos los bienes y servicios. Tomemos el caso de<br />

los antibióticos. Si el médico receta cinco millones de unidades de un antibiótico determinado<br />

para curar una infección, dosificadas para un tratamiento de cinco días, la dosis del<br />

primer día no será más útil que la dosis del segundo día, ni ésta será más útil que la tercera…<br />

Todas las dosis del medicamento serán igualmente útiles, puesto que la dolencia no cesará<br />

mientras el tratamiento no termine con la aplicación de la última. Por otra parte, cabría<br />

preguntarse: ¿Será la segunda aspiradora comprada por la dueña de casa, más importante<br />

que la primera? ¿Encontrará la señora que la alfombra nueva le brinda una satisfacción<br />

menor que la primera? ¿Será el primer libro más útil que el segundo? ¿El primer automóvil<br />

67


que adquiere el sujeto, tendrá una utilidad mayor que los que adquiera después de que el<br />

primero ha cumplido su ciclo de vida?...<br />

Contradicción.<br />

El Principio de la Insaciabilidad del modelo neoclásico, lo dijimos, establece que para el<br />

sujeto económico “más es mejor”, es decir, que el individuo siempre querrá consumir más<br />

de un bien, sin límite alguno. En cambio, la “Ley de la Utilidad Marginal Decreciente” nos<br />

hace saber que más allá del eje de las abscisas, el consumo de un bien ya no satisface; al<br />

contrario, es una tortura.<br />

Como éstos, es posible encontrar incontables ejemplos de bienes y servicios para los que<br />

no será posible aplicar la “ley de la utilidad marginal decreciente”, si es que abandonamos<br />

el mundo de los espectros. Pero, antes de presentar una propuesta Razonable sobre la Utilidad,<br />

es preciso retomar dos conceptos fundamentales.<br />

Propuesta: la Unidad Positivo-Normativa<br />

El Postulado: Anular el dolor colectivo mayor, esto es, la pobreza extrema, surge de un<br />

código ético y necesita nuevos instrumentos analíticos. Por ello lo positivo y lo normativo<br />

conforman una unidad que no puede ser dividida. Al respecto, debo aclarar que no sería<br />

Razonable pretender sustituir al sistema capitalista; más bien, sería necesario tratar de adecuar<br />

el instrumental teórico a las condiciones históricas y culturales de los países pobres;<br />

en su caso, desechando algunos de los instrumentos, en otros, modificándolos en consecuencia<br />

y, finalmente, creando otros nuevos. Me parece razonable rechazar el principio de<br />

la “Insaciabilidad” para reemplazarlo, por lo menos en el caso de los países pobres, por el<br />

de Saciabilidad Razonable. Esto quiere decir que el consumidor, no exigirá consumir más<br />

allá de lo que demanda la satisfacción razonable de sus necesidades. Como contraparte, el<br />

empresario se bifurca en dos dimensiones, también complementarias entre sí: el Estado, en<br />

cualquiera de sus niveles, por un lado, y la Empresa Privada, por el otro. Ambos, Estado y<br />

Empresa Privada, en una alianza vital, establecen las estrategias productivas, las que son<br />

implementadas en el seno del mercado y en el marco de reglas concertadas. Para ello, contará<br />

con los resultados de las investigaciones que confiará a las Universidades, la cooperación<br />

Internacional y los gustos y preferencias de la Sociedad Civil. En la percepción de la<br />

Economía Vital, la división formal que el modelo de la Economía-Vudú neoclásico hace de<br />

la ciencia económica, al pretender dividirla en “Economía Positiva” y “Economía Normativa”,<br />

no es sino el intento de dividir un fantasma en dos.<br />

El Principio de lo Razonable, al tomar el Conocimiento Complejo como base de la percepción<br />

de la realidad, tal como será establecido en el capítulo respectivo, no permite la descomposición<br />

de una percepción integral en mini parcelas cognitivas, pues esa reducción<br />

eliminaría lo más importante: las interacciones que se establecen entre los constituyentes<br />

de un proceso. En este sentido, es preciso reafirmar que una ciencia económica razonable,<br />

la Economía Vital, exige un conjunto de percepciones integrales acerca de lo que es y de lo<br />

que debe ser, al mismo tiempo. Por otra parte, este requerimiento es consistente con su<br />

68


Postulado Básico para su primera fase: anular el dolor colectivo mayor, esto es, la pobreza,<br />

la exclusión y la discriminación, postulado que parte de un concepto que requiere ambas<br />

aprehensiones de la Economía: Positiva-Normativa.<br />

Propuesta: la Asignación de Recursos:<br />

En el mercado razonable que propicio en esta obra hay dos indicadores que determinan la<br />

asignación de los recursos del municipio: los Precios y los Objetivos Nacionales. La Interacción<br />

Complementaria de estas dos variables exige también que ambos determinen la prioridad<br />

de las inversiones, el nivel de los beneficios y el de los impuestos. En esta descripción<br />

del escenario principal, no olvido mi propia propuesta: en el área económica, el objetivo<br />

Gráfica 5.2<br />

Economía Vital: Línea de Satisfacción<br />

S<br />

Gráfica 5.2.a<br />

S<br />

Gráfica 5.2.b<br />

S 0<br />

b<br />

a<br />

S 0<br />

b<br />

a<br />

0 B 0 B<br />

0<br />

B 0<br />

B<br />

más importante del Estado es velar por la Calidad de Vida de la población, elevándola y<br />

consolidándola continuamente y en coordinación con la empresa privada. En cuanto al concepto<br />

de la utilidad, la Economía Vital, encuentro razonable optar por dos percepciones<br />

complementarias: el de Satisfacibilidad y el de Utilidad, propiamente dicho.<br />

La Línea de Satisfacción<br />

El panel derecho de la gráfica 5.2 nos muestra la Línea de Satisfacción del consumidor. En<br />

el eje de las ordenadas se inscribe el nivel de satisfacción del bien respectivo, mientras que,<br />

en el eje de las abscisas, se registra la cantidad del bien. En el panel izquierdo, la Línea<br />

S0→a representa una unidad discreta de un bien que satisface directamente la necesidad de<br />

alimento del Consumidor; se denomina Línea de Satisfacción, mientras que la unidad discreta<br />

estará conformada por varias unidades de un bien de consumo. El panel derecho se<br />

descompone en dos rangos: el primero, S0→a, que reproduce la Línea de Satisfacción del<br />

panel de la izquierda, con la que el consumidor satisface razonablemente su necesidad de<br />

69


ese bien. Pero, a partir del punto a del panel derecho, empieza a tener vigencia la satisfacción<br />

descendente que proporciona la próxima unidad del bien. Esto sucede cuando el consumo<br />

va más allá de la satisfacción razonable de las necesidades y empieza el sobreconsumo,<br />

propio del Homo consumidorus.<br />

La forma de esta curva es de suma importancia para los planes que formularán el Estado y<br />

la Empresa Privada, dado que en esos planes se identificará el punto en el que la tarea de<br />

mejorar la calidad de vida de los ciudadanos ya deja de ser un deber del Estado, que es<br />

precisamente el punto en el que empieza el segmento descendente de la curva del panel dos;<br />

es decir, el Estado, en coordinación con la empresa privada, ejecutará las acciones orientadas<br />

para tratar de que el consumidor tenga a su alcance el bien correspondiente en la unidad<br />

discreta S0a. Una vez que se ha llegado a ese punto, el segmento descendente ya no estará<br />

en la visión del Estado, sino que dependerá exclusivamente del mercado para satisfacer el<br />

libre consumo de quienes desean incrementarlo, pues el modelo se aplica a un sistema democrático<br />

en el que el Estado no cohíbe los derechos ciudadanos, aunque no siempre los<br />

alienta, sobre todo, cuando se trata de la eventual vigencia de un proceso de sobreconsumo.<br />

En resumen: sólo una vez que el Ser Razonable está razonablemente satisfecho, entra en<br />

vigencia la satisfacción marginal decreciente del bien; es decir, cuando el consumismo reemplaza<br />

la necesidad legítima y razonable de consumir. Pero ese segmento ya no es de<br />

importancia, por lo que no lo tomo en cuenta para cumplir con los objetivos. A pesar de<br />

ello, habrá un segundo tomo de este libro en el que se establecerán los efectos que el sobreconsumo<br />

tendrá en el sistema económico y otros aspectos que escapan a la competencia de<br />

este primer intento. El máximo consumo se alcanza en el punto Bc punto en el que la satisfacción<br />

es cero. Sobre el particular, es razonable sostener que nadie consumirá una porción<br />

adicional cuando ya esté completamente lleno, y la satisfacción sea cero, aunque sospechamos<br />

que el Homo consumidorus sí podría intentarlo, hasta reventar, en virtud del principio<br />

de “Insaciabilidad”. En todo caso, estará en la libertad de hacerlo.<br />

Los personajes introducidos en este capítulo están debidamente representados en ambas<br />

curvas. En efecto, en el panel de la izquierda, el punto a muestra al Ser Razonable, al que<br />

ya tiene sus necesidades primarias satisfechas y no pretende ir más allá. También está representado<br />

el Hombre obsesivo, aquél que aún no ha satisfecho sus necesidades más premiosas,<br />

y cuyo consumo se determina en algún punto entre S0 y a, tal como b La existencia<br />

del Hombre obsesivo será muy temporal, pues, ya se dijo, es el individuo que tiene privilegio<br />

en los objetivos que planteará el Estado y la Empresa en un sistema de mercado. En el<br />

panel de la derecha la curva tiene dos segmentos. El segmento que parte del eje de las<br />

ordenadas y termina en el punto a es el mismo que se muestra en el panel de la izquierda.<br />

El segmento que empieza en el punto a con la pendiente negativa, representa el consumo<br />

del Homo consumidorus, el que consume más de lo que realmente necesita. Cuando todos<br />

los grupos humanos del país se encuentran razonablemente satisfechos por haber llegado<br />

ya al punto a de cualquiera de los paneles, en un proceso de consumo sostenible, el Estado<br />

70


podrá anunciar que la tarea más importante de su gestión habrá sido alcanzada, esto es,<br />

habrá cumplido con la primera fase de su gestión: el Hombre obsesivo ya será un fenómeno<br />

del pasado.<br />

En este nivel de la exposición, algunos lectores han debido notar que la Línea de Satisfacción<br />

no sólo tiene un primer segmento cuya satisfacibilidad es constante en So, sino que,<br />

además, muestra algo que los neoclásicos no aceptan, esto es, que la curva de utilidad<br />

(ahora, la Línea de Satisfacción) pudiera intersectar el eje de las ordenadas, tal como sucede<br />

con la Recta de Satisfacción de la gráfica 5.2. Vale la pena describir el proceso en ambos<br />

casos.<br />

Indagación: Intersección de la Curva de Utilidad Neoclásica con las ordenadas<br />

Este es un problema que no tiene solución en el modelo matemático de la Economía-Vudú<br />

de los neoclásicos, puesto que el hecho de dar una utilidad infinita a una cantidad cero de<br />

un bien, que es lo significaría la intersección de la curva de utilidad marginal decreciente<br />

con el eje de las ordenadas, no parece muy cuerdo. Así, se llegó a la conclusión de que la<br />

curva nunca debería tocar el eje de las ordenadas. Los neoclásicos niegan la pertinencia de<br />

esta intersección, debido a que no condice con la fórmula matemática que expresa la función<br />

de utilidad del consumidor, esto es, en la visión neoclásica, la Utilidad Marginal queda<br />

definida como la derivada de la Utilidad Total con relación a la cantidad de unidades consumidas<br />

(q) De este modo, si la curva de Utilidad Marginal Decreciente tocara el eje de las<br />

ordenadas, q sería igual a cero y la derivada no tendría sentido. Ahora bien, como los neoclásicos<br />

dicen que es racional sacrificar la realidad en pro de la matemática, la intersección<br />

de referencia es anulada ipso-facto. Pero el problema no desaparece, puesto que si la curva<br />

de utilidad no toca el eje de las ordenadas tendría que volverse asintótica con respecto a<br />

ella, a medida que la cantidad del bien (q) se hiciera más y más pequeña (no olvidemos que<br />

el enfoque marginal de los temas se refiere a cantidades infinitesimales de los bienes) En<br />

otras palabras, a una cantidad realmente infinitesimal del bien, le correspondería una utilidad<br />

que tendería a ser infinita (¡Aún el brócoli! ¡Las telenovelas! ¡Los discursos de los<br />

políticos!)<br />

Propuesta: la Recta de Satisfacción<br />

La teoría de la Economía Vital afirma que no hay una contradicción lógica en el punto de<br />

intersección de la Recta de Satisfacción con el eje de las ordenadas. Por el contrario, dicho<br />

punto es considerado como cualquier otro de la recta, gracias a la introducción de un nuevo<br />

concepto en el modelo, esto es, el de la Satisfacción Esperada. (Nada que ver con la probabilidad<br />

de que algo ocurra en el futuro) En efecto, ante la perspectiva de consumir un<br />

bien, el sujeto le otorga al mismo una importancia que varía con su condición económica<br />

y, con diferentes grados de incertidumbre. Por ejemplo, el Hombre obsesivo esperará del<br />

bien que habrá de consumir, una mayor satisfacción que cualquier otro. En la gráfica 5.3<br />

se puede diseñar algunos ejemplos de rectas de satisfacción. En el eje de las ordenadas se<br />

registra el nivel de Satisfacción Esperada por el bien, designada por el punto S; y en el eje<br />

71


de las abscisas, las cantidades del bien respectivo, representadas por la letra B. Claro está<br />

que la Satisfacción Esperada no es medible en términos cardinales sino ordinales.<br />

El nivel S0, corresponde al Homo obsesivo y, tal como en la gráfica 5.3, la línea representa<br />

una unidad discreta que satisface razonablemente al consumidor. La distancia vertical entre<br />

el punto de origen y el nivel Si mide el grado de Satisfacción Esperada de los diferentes<br />

personajes identificados. Mientras más grande la distancia, mayor será la Satisfacción Esperada<br />

del Individuo. Por ejemplo, la distancia del punto de origen al nivel S0, es la más<br />

grande y corresponde a la Satisfacción Esperada del Hombre Obsesivo, pues su ansia de<br />

satisfacer sus necesidades básicas es una verdadera obsesión. La sola perspectiva de consumir<br />

una cantidad del bien, hasta quedar razonablemente satisfecho, le impone una satisfacción<br />

esperada realmente alta. El punto S, al final de cada nivel de satisfacción, es el<br />

punto que muestra la cantidad del bien que habrá satisfecho razonablemente su necesidad.<br />

Economía Vital: La Satisfacción Esperada<br />

Gráfica 5.3<br />

S<br />

S 0<br />

S<br />

S 1<br />

S<br />

S 2<br />

S<br />

B<br />

El nivel S1 refleja la Satisfacción Esperada de un consumidor de ingresos medios, la que<br />

es más baja que la del Hombre obsesivo, aunque, al igual que éste, consumirá hasta quedar<br />

razonablemente satisfecho, lo que sucede también en el punto S. En realidad, él es el Ser<br />

Razonable, horizonte que un modelo de Economía Razonable propone para el Hombre obsesivo.<br />

El nivel S2 corresponde a la Satisfacción Esperada del Homo consumidorus, el ente<br />

que siempre consume por encima de la satisfacción razonable de sus necesidades, por lo<br />

que su Satisfacción Esperada del bien que habrá de consumir será muy baja con relación a<br />

72


las anteriores. Algo más, a partir del punto de saciedad razonable S, el consumo del bien<br />

estará regido por la tendencia a la satisfacción decreciente, por la que, en el caso del Homo<br />

consumidorus una nueva porción del bien consumido será menos importante que la anterior,<br />

tal como se vio en párrafos anteriores. Por lo que se infiere de la definición, la Satisfacción<br />

Esperada nada tiene que ver con la probabilidad de que el acto de consumo se realice; es<br />

un concepto que pertenece a otra dimensión. Esta es una ocasión oportuna para declarar<br />

que en adelante nos ocuparemos sólo de las necesidades del Hombre Obsesivo y del Ser<br />

Razonable, dejando de lado al Homo consumidorus, porque sus necesidades, más allá de S,<br />

no son relevantes para el Estado. El concepto de Satisfacción Esperada no trae aparejado<br />

problema alguno en lo que se refiere a la intersección de las líneas de Satisfacción Esperada<br />

y el eje de las ordenadas. Al contrario, la intersección se convierte en un instrumento útil<br />

de análisis, por lo menos, para un análisis razonable.<br />

A continuación, procedamos a establecer las definiciones de los dos conceptos parecidos<br />

entre sí, pero con diferentes significados, que el Principio de Razonabilidad introduce como<br />

una parte de su propuesta: Satisfacibilidad y Utilidad. Con ese fin, debo aclarar que las<br />

necesidades del Ser Razonable están histórica y culturalmente determinadas, aunque siempre<br />

son cambiantes. Pero, la capacidad que tiene un bien de ser Satisfaciente le es conferida<br />

en el proceso de producción, pues el empresario produce bienes orientados a ser satisfacientes<br />

o útiles, antes de lanzarlos al mercado. Ningún empresario producirá cosas que no<br />

son ni útiles ni satisfacientes, dado que una de sus tareas principales es diagnosticar qué es<br />

lo que quiere el mercado y también anticiparse en la oferta de bienes y servicios que remplazan<br />

o complementan los existentes. Así, la capacidad de Satisfacibilidad de un bien es<br />

objetiva. Sobre la base de estas particularidades se propone las siguientes definiciones.<br />

Satisfacibilidad<br />

Capacidad que tiene un bien o servicio de satisfacer directamente una necesidad del<br />

Individuo<br />

Utilidad<br />

Capacidad que tiene un bien de coadyuvar a la satisfacción de una necesidad directa<br />

del Individuo<br />

En la propuesta del modelo de Economía Vital, la Utilidad es lo que caracteriza al utensilio,<br />

aquello que es útil y por eso es usado. En este punto, nos acercamos a la percepción de<br />

Martin Heidegger: la “Utensibilidad” de un bien es propio del bien de que se trate y, al igual<br />

que la Satisfacibilidad, le fue dada por el proceso productivo cuando se lo producía para el<br />

mercado. Esto es, la Utilidad es independiente de la subjetividad. Claro está que hay una<br />

diferencia importante entre los conceptos de Satisfacibilidad y el de Utensibilidad: el primero<br />

se refiere a la característica de un bien de satisfacer directamente una necesidad del<br />

sujeto, una vez que el consumidor satisface su necesidad, la porción consumida desaparece.<br />

73


El segundo imprime al bien la capacidad de ser utilizable más de una vez, en cuanto coadyuve<br />

a un bien satisfaciente, en el acto de satisfacer una necesidad directa. Como un ejemplo<br />

adecuado para diferenciar ambos conceptos, imaginemos un vaso y la leche que contiene.<br />

La leche será un bien satisfaciente, porque satisface directamente la necesidad de<br />

alimento. En cambio, el vaso será un bien útil, pues gracias a él podemos tomar la leche y<br />

utilizarlo nuevamente la próxima vez. En el grupo de los satisfacientes se incluye los alimentos,<br />

las medicinas y aquéllos que satisfacen necesidades psicológicas y de recreación.<br />

Los grupos de bienes que prestan utilidad, no desaparecen en el instante en que el consumidor<br />

satisface una necesidad, sino que pueden ser utilizados nuevamente, para prestar la<br />

misma “Utensibilidad” cuando el consumidor satisface su necesidad con el mismo bien<br />

(leche) o con otro (café)<br />

La influencia subjetiva en las cualidades objetivas del bien<br />

La cualidad que tiene un bien de ser satisfaciente o útil, respectivamente, es objetiva; es<br />

inherente al bien o servicio de que se trate. Esto es así, porque fue producido con las características<br />

que le permitan tener esas cualidades. Cada uno de estos bienes fue producido<br />

“para eso”. Es decir, el proceso de producción ha consistido, precisamente, en objetivar<br />

esas cualidades, ya satisfacientes, ya útiles, en forma de bienes o servicios. Todo lo que<br />

produce el empresario tiene como base las singularidades concretas que hacen que un bien<br />

sea satisfactorio o útil. Sin embargo, la teoría del conocimiento que avala la visión Razonable<br />

de la Economía afirma que la subjetividad del consumidor es el que percibe esta<br />

cualidad y, como en cualquier fase del conocimiento, la modifica. De este modo, lo que es<br />

sabroso para alguien no lo será para otro. Lo que es bonito para Juan, será feo para Adriana.<br />

Pero, la cualidad que se juzga subjetivamente es objetiva; el empresario fabrica mercancías<br />

satisfacientes o útiles; el consumidor decide si esa mercancía es satisfaciente o útil para él.<br />

Estos gustos dependen, en gran parte, del grupo socio-cultural en cuyo seno creció el Ser<br />

Razonable<br />

Ampliación de la Línea de Satisfacción a Cestas de Bienes<br />

La Línea de Satisfacción de la gráfica 5.2 está concebida para un solo bien, pero su lógica<br />

nos permite ampliar el concepto para cubrir lo que llamaríamos Cestas de Satisfacción,<br />

compuesta de bienes y servicios cuya gradación es descendente. En la gráfica 5.5 el eje de<br />

las ordenadas registra la Satisfacción Esperada de las cestas por parte del Ser Razonable,<br />

cestas que se anotan en las abscisas, también como unidades discretas. En la gráfica de<br />

referencia se diseña dos cestas. La primera (CA) incluye los alimentos que satisfacen las<br />

necesidades más perentorias del Ser Razonable, tomando en consideración los gustos y<br />

costumbres de las Poblaciones-Territorio, aunque tratando de introducir nuevos alimentos<br />

considerados nutritivos y sanos. La vivienda, el vestido y la salud, también están contenidos<br />

en la primera cesta. La segunda (Cb) está conformada por bienes y servicios que satisfacen<br />

necesidades menos perentorias, incluidas las de recreación, espectáculos, libros, viajes y<br />

otros similares. La posición de cada Recta muestra los niveles de la Satisfacción Esperada,<br />

tal como quedó definida y el hecho de que cada una de ellas es considerada como una sola<br />

74


unidad discreta, a pesar de que es una cesta compuesta de varios bienes y servicios. Estas<br />

rectas están referidas sólo a las necesidades del Ser Razonable. No se incluyen rectas de<br />

cestas de bienes orientadas al Homo consumidorus, porque éste ya tiene cubiertas todas sus<br />

necesidades y no demandará esfuerzos ni del Estado ni de la Sociedad Civil, sólo la acción<br />

del mercado. Por supuesto, que las Cestas de Satisfacción de mayor longitud, representan<br />

una cantidad mayor de bienes<br />

Gráfica 5.4<br />

La Satisfacción Esperada: Cestas de Bienes<br />

S<br />

S 0<br />

C A<br />

S 1<br />

C P<br />

CB<br />

Propuesta: La conversión de varios bienes en una unidad discreta<br />

Esta conversión teórica es necesaria para poner de relieve que el Ser Razonable satisfará<br />

razonablemente sus necesidades si es que consume el total de los bienes (y servicios) que<br />

conforman las cestas respectivas, en un periodo determinado. Por esta razón, no será posible<br />

fraccionar ninguna cesta; de hacerlo, no se lograría el objetivo propuesto. Del mismo modo<br />

que la obtención de un título universitario exige el cumplimiento de todo lo que dictan las<br />

normas y procesos de una universidad, la satisfacción de las necesidades básicas del Ser<br />

Razonable no puede ser mini-parceladas, pues si se lo hiciera no se cumpliría con el objetivo<br />

propuesto. Lo dije ya, lo repito ahora, esa visión deriva del carácter del Conocimiento<br />

Complejo, el que trata de evitar en lo posible la mini parcelación de los hechos y, más bien,<br />

trata de percibirlos de una manera más integral. Por supuesto, la dotación de los bienes y<br />

servicios que conforman las cestas puede variar, en función del reemplazo de bienes antiguos<br />

por nuevos. La longitud de las cestas indica el total de bienes y servicios que satisfacen<br />

razonablemente las necesidades del Ser Razonable, longitud que puede prolongarse más,<br />

en cuanto el desarrollo del país permita añadir nuevos bienes a los ya existentes en las<br />

cestas, sin que cada cesta deje de ser una unidad discreta, aunque este conformada por varios<br />

bienes y servicios.<br />

75


Las Cestas de Utilidad para otros bienes<br />

Otro tipo de bienes, tales como la educación, los electrodomésticos, las herramientas caseras<br />

y otros similares, no satisfacen directamente una necesidad del Ser Interactivo. Sin embargo,<br />

tienen la cualidad inherente de ser útiles, en el sentido de que coadyuvan indirectamente<br />

a la satisfacción de las necesidades. El ejemplo del vaso, que es útil porque contiene<br />

la leche que satisface una necesidad directa, es relevante para la distinción citada que proponemos.<br />

En este caso, en vez de Cestas de Satisfacción, esta clase de bienes serían identificadas<br />

como Cestas de Utilidad, las que tendrían las mismas propiedades geométricas<br />

que caracterizan a las de Satisfacción. Por lo tanto, la gráfica 5.5 también sirve para representar<br />

las Cestas de Utilidad, con la gradación de Utilidad Esperada.<br />

El porqué de la Línea de Satisfacción<br />

En primer lugar, vemos que la Línea de Satisfacción elimina la supuesta dicotomía entre<br />

las categorías “objetivo” y “subjetivo”. Esto se debe a que estamos conscientes de que el<br />

bien en cuestión ha sido producido por el empresario para satisfacer una necesidad específica,<br />

detectada por él, en el mercado respectivo. Lo dijimos ya, lo repetimos ahora, ningún<br />

empresario produce bienes por diversión. Al contrario, los produce porque sabe que satisfarán<br />

alguna necesidad detectada adecuadamente por él. Es precisamente este conocimiento,<br />

aplicado al proceso productivo, lo que otorga al bien producido la capacidad de<br />

satisfacibilidad o de utilidad. Pero es la preferencia del Ser Razonable el que lo escoge. En<br />

realidad, es esa preferencia la que determina la cantidad del bien o servicio demandado.<br />

Así, en este proceso hay una interacción de lo objetivo y de lo subjetivo, sin que ninguno<br />

de ellos elimine al otro ni entorpezca la claridad del concepto.<br />

La segunda característica de la Línea de Satisfacción es que no necesita medir el grado de<br />

“satisfacción” de ningún bien; basta que, a condiciones iguales, su consumo satisfaga al<br />

consumidor en un orden de prioridad con relación a otros bienes. En ese punto no hay diferencia<br />

de fondo con la concepción neoclásica.<br />

La tercera particularidad es que permite diferenciar adecuadamente al Ser Razonable tanto<br />

del Hombre obsesivo como del Homo consumidorus, por medio de los segmentos que estructuran<br />

la Línea de Satisfacción, a través de cuyos niveles se identifica a cada uno de<br />

ellos. Esta diferenciación es muy importante para la política del gobierno orientada a la<br />

Las relaciones de Satisfacibilidad y de Utilidad no son relaciones<br />

entre consumidor y objeto, sino entre las exigencias<br />

del consumidor y la capacidad del empresario para detectar<br />

y producir lo que el consumidor requiere.<br />

76


tarea de velar por la calidad de vida de la población, tarea que es compartida por las empresas,<br />

en una alianza que permite el beneficio para el empresario y el logro de objetivos nacionales<br />

para el Estado. Esto es posible porque el Conocimiento Complejo integra en uno<br />

solo el “qué es” y el “debe ser” en una unidad inseparable, a diferencia del modelo neoclásico,<br />

el cual las separa en divisiones muy alejadas una de la otra.<br />

Propuesta: La interacción de los grupos sociales<br />

La primera tarea del Estado, en coordinación con la empresa, es la conversión del Hombre<br />

obsesivo en el Ser Razonable. Aquí se cumple la utopía de los liberales clásicos, con una<br />

modificación: no es la suma de los intereses individuales la que coincide con el bien general;<br />

más bien es la suma y la interacción de los grupos socio-culturales, en su forma institucional,<br />

la que coincide con el bien general, aunque el beneficiario último de estos procesos<br />

es el Individuo.<br />

Escuchemos una conversación de café sobre los temas que ahora nos interesa<br />

−de acuerdo con lo establecido por el Modelo Neoclásico, si introducimos el dinero en<br />

esta dinámica, se podría deducir que, si una persona tiene un millón de dólares y otra solamente<br />

quinientos, la utilidad que recibe el millonario por el último dólar, será menor que la<br />

utilidad que el pobretón recibe del último dólar que posee<br />

‒estoy de acuerdo con la distinción entre “utilidad” para el dinero, y satisfacibilidad para<br />

los que satisfacen directamente una necesidad; siguiendo esta línea de razonamiento, habría<br />

espacio para que el Estado expropiara unos cuantos cientos de miles de dólares al millonario<br />

y empezara a repartirlo entre los pobretones, en una política extrema de pretender una supuesta<br />

igualdad del ingreso entre los habitantes de un país<br />

−no estoy seguro acerca de la validez de una política igualitaria, en el sentido de forcejear<br />

para que cada ciudadano tenga una riqueza igual a la de todos los demás. Hay diferencias<br />

de capacidad, de iniciativa e, incluso, de culturas, con relación al confort material<br />

‒muy de acuerdo; es como si un ladrón le robara a un millonario, con el justificativo de<br />

que, por los sagrados principios de la Economía, el<br />

dinero robado será más útil para el que despoja que para el despojado<br />

−lo que resultaría beneficioso para la sociedad en su conjunto, pues si el millonario se<br />

queda con menos cantidad de dólares, debido al robo, la utilidad marginal de lo que le resta<br />

será mayor que la que tenía antes del robo y la utilidad marginal del dinero apropiado por<br />

el ladrón será mayor a la del millonario<br />

‒pero, la utilidad marginal que el dinero robado le brinda al ladrón ya no será tan grande<br />

como la que le brindaba los pocos dólares que tenía antes de perpetrar el robo; no lo sería,<br />

porque ahora tendría más de lo que tenía antes<br />

‒así es; por lo que se puede ver en el caso hipotético que nos ocupa, mientras la utilidad<br />

marginal del dinero que le queda al millonario aumenta, puesto que ahora tiene menos, la<br />

utilidad del dinero que tiene el ladrón disminuye porque ahora tiene más dinero<br />

−eso quiere decir que mientras la utilidad del dinero del uno aumenta, la del otro disminuye<br />

y lo hará seguramente hasta que la utilidad que brindan las cantidades así alcanzadas<br />

77


sean las mismas; eso significaría que un país habría ingresado en una etapa de igualdad<br />

económica entre todos sus habitantes y se comprobaría también que el sindicato de ladrones<br />

pediría asilo constitucional<br />

Propuesta: Los Valores Universales: lo Normativo y lo Positivo en uno solo<br />

Hay dos puntos esenciales que debemos tomar en cuenta en el diálogo anterior.<br />

Primero,<br />

La presente obra ha sido concebida para elevar la calidad de vida de la población avalada<br />

por un modelo político de Democracia en el marco de un Estado de Derecho y de no Exclusión.<br />

Por ello, la figura del ladrón, apropiándose del dinero del millonario para justificar<br />

una mejor distribución de la riqueza, es una falacia de argumento. Ésa es la razón principal<br />

por la que la Economía Vital rechaza la división entre la dimensión positiva y la normativa.<br />

Segundo,<br />

La Ética de la Economía Vital respeta los valores universales, como también los propios de<br />

una nación, en cuanto no contradigan los alores universales. Sobre estos temas hablaremos<br />

en un capítulo posterior. Ahora pasamos al análisis de uno de los instrumentos más artificiales<br />

e inservibles que el modelo marginalista neoclásico haya podido concebir: la llamada<br />

Curva de Indiferencia.<br />

6<br />

LA CURVA DE INDIFERENCIA<br />

INDAGACIÓN<br />

El Homo Economicus: el Zombi Neoclásico<br />

Los neoclásicos consideran que el Homo economicus es la unidad de análisis de la microeconomía,<br />

pero la realidad nos muestra que éste fue reemplazado, por lo menos en las élites<br />

consumistas del mundo, por el Homo consumidorus. La diferencia entre ambos es importante.<br />

El Homo economicus es un ente abstracto, ideal, no real y realiza una acción sólo<br />

después de hacer un análisis de costo-beneficio de los eventuales resultados. El Homo consumidorus<br />

no es un ente espectral; es un ser vivo que tiene la renovada obsesión de consumir<br />

más y más.<br />

La Curva de Indiferencia<br />

Los neoclásicos la definen como el lugar geométrico conformado por todas las combinaciones<br />

posibles de los bienes Y y X que bridan el mismo grado de utilidad al consumidor.<br />

78


La gráfica 6.1 muestra la forma que dicen que tiene.<br />

Y<br />

Gráfica 6.1<br />

Y 1<br />

a<br />

Y 2<br />

Y 3<br />

b<br />

c<br />

U 0<br />

1 2 3<br />

X<br />

Recordemos que el primer economista en introducir la curva de indiferencia al instrumental<br />

analítico de la teoría económica, fue Francis Isidro Edgeworth (1845-1926)<br />

Los neoclásicos dicen que la curva de indiferencia permitió a la teoría económica librarse<br />

del concepto cardinal de la utilidad, al adoptar el principio vigente hasta ahora, que es el<br />

ordinal. Según este principio, el consumidor preferirá dos hamburguesas a una, aunque para<br />

ello no necesite saber si dos hamburguesas le dan el doble y o el triple de utilidad que una.<br />

Aunque hay muchas maneras de presentarla y analizarla, nos dedicaremos a mostrar el concepto<br />

esencial que la avala. En el eje de las ordenadas se muestran las diferentes cantidades<br />

del bien Y, mientras que en el de las abscisas se registra las que corresponden al bien X. De<br />

acuerdo con la teoría subyacente, el consumidor estaría en condiciones de elegir cualquier<br />

combinación de los dos bienes, puesto que cada una le reportaría la misma utilidad que las<br />

demás. Por lo tanto, cualquiera de las combinaciones le será “indiferente”. En el punto a de<br />

la gráfica 6.1, el consumidor tendrá una combinación de Y1 de Y junto a una unidad de X.<br />

La combinación “b” estará compuesta por Y2 de Y y dos unidades de X. La combinación<br />

“c” tendrá Y3 de Y y tres unidades de X. En el proceso, se observa que, para optar por la<br />

segunda unidad de X, el consumidor renunciaría a una cantidad Y1-Y2 de Y. Para lograr la<br />

tercera unidad, estaría dispuesto a renunciar sólo a una cantidad equivalente a Y2-Y3 de Y<br />

79


que es menor a la que habría renunciado por la segunda unidad de X. Cada vez que debe<br />

optar por una unidad más del bien X, el consumidor tendrá una disponibilidad mayor de X<br />

y menor de Y. Ésta es una prueba clara de que la Curva de Indiferencia tiene al principio<br />

de la Utilidad Marginal Decreciente como el pivote central de su estructura y concepción.<br />

Por eso es que el consumidor estaría dispuesto a renunciar a una cantidad menor de Y cada<br />

vez que opta por una unidad más de X. Ésa es la lógica interna de la Curva de Indiferencia,<br />

aunque, por razones que no se conoce, los neoclásicos hacen lo posible para presentarnos<br />

la imagen de que la Curva de Indiferencia reemplaza a la de la utilidad marginal y que no<br />

hay en la primera, vestigio alguno de la segunda.<br />

Y<br />

Gráfica 6.2<br />

10<br />

5<br />

2<br />

a<br />

b<br />

c<br />

U 0<br />

1 2 3<br />

1 2 3 X<br />

X<br />

Relación Marginal de Sustitución (RMS)<br />

Cantidad de Y que el consumidor está dispuesto a cambiar por una unidad adicional de<br />

X en cada caso y se representa como ∆Y/∆X<br />

En realidad, sería el costo de oportunidad de X en términos de Y. Con el objeto de hacer<br />

más claro el problema, imaginemos que Y representa botellas de Coca-Cola mientras que<br />

X representa un conjunto de hamburguesas. Cambiemos la curva anterior y le pongamos<br />

valores concretos a las cantidades de Coca-Cola y hamburguesas, respectivamente, lo que<br />

logramos con la gráfica 6.2.<br />

De acuerdo con la definición de Curva de Indiferencia, el consumidor tiene una variedad<br />

infinita de combinaciones para elegir entre unidades de Coca-Cola y hamburguesas. Escojamos<br />

la combinación a, que representa 10 Coca-Colas y 1 hamburguesa. Esa combinación<br />

le da una utilidad que podríamos establecer en U0. Supongamos que el sujeto desea una<br />

80


hamburguesa más; para ello, tendría que renunciar, digamos, a 5 Coca-Colas, de manera<br />

que la nueva combinación b será de 5 Coca-Colas y 2 hamburguesas. En este caso, diremos<br />

que la relación marginal de sustitución de Coca-Colas por hamburguesas será 5/1. No debemos<br />

perder de vista que la utilidad que le proporcionaría la combinación b es U0, la<br />

misma utilidad que brindaría la combinación a. Si deseara una hamburguesa adicional, ya<br />

no renunciaría a 5 unidades de Coca-Cola, sino solamente a 3 y la nueva combinación, c,<br />

estaría conformada por 2 Coca-Colas y 3 Hamburguesas. Observemos que para lograr la<br />

segunda hamburguesa habría tenido que renunciar a 5 Coca-Colas; para obtener una tercera<br />

hamburguesa, sólo renunciaría a tres Coca-Colas. La relación marginal de sustitución de Y<br />

por X será 3/1 y así sucesivamente.<br />

El proceso seguiría, de tal manera que por cada hamburguesa renunciaría a menos y menos<br />

unidades de Coca-Colas. Según la teoría, cada vez que se logra una hamburguesa más, la<br />

utilidad total del conjunto de hamburguesas aumenta, pero su utilidad marginal disminuye.<br />

Cada vez que renuncia a unidades de Coca-Colas le quedará una menor cantidad de ellas,<br />

por lo que la utilidad marginal de las Coca-Colas aumentará.<br />

En síntesis: las hamburguesas se hacen más abundantes y las Coca-Colas, más escasas, por<br />

eso es que la utilidad marginal de las primeras sería cada vez mayor y la de las segundas,<br />

cada vez menor. Esto no es nada más ni nada menos que la Ley de la Utilidad Marginal<br />

Decreciente con otro disfraz, que le queda muy mal, por cierto. Ahora bien, la tesis dice<br />

que la utilidad total de cualquier combinación de Coca-Colas y hamburguesas (U0) es la<br />

misma, no importa qué combinación de ambas escoja el sujeto. Para que el equilibrio esté<br />

vigente, la reducción de la utilidad total de las hamburguesas sería compensada con el aumento<br />

de la utilidad total de lasa Coca-Colas. Implica también que el incremento de la<br />

utilidad marginal de las Coca-Colas se compensaría con la reducción de la utilidad marginal<br />

de las hamburguesas, bien cuya utilidad total ha aumentado, pero su utilidad marginal habrá<br />

disminuido. Esta simetría permite llegar a establecer afirmaciones como la que ahora deducimos:<br />

El Homo consumidorus otorgaría a la combinación de 10 Coca-Colas y una hamburguesa<br />

la misma utilidad (U0) que se concedería a una Coca-Cola y 10 hamburguesas<br />

Con este ejemplo, nos encontramos otra vez con la proclividad de extender la generalización<br />

a lo que no es generalizable.<br />

Indagación sobre la Maximización de la Utilidad<br />

Según los neoclásico, el consumidor maximizaría la utilidad de los bienes que consume (X,<br />

Y) cuando la utilidad marginal del bien X (UMax) sobre su precio sea igual a la utilidad<br />

marginal del bien Y (UMay) sobre el suyo. En otras palabras: en el punto maximizador,<br />

cada uno de los bienes comprados por el consumidor debe generar la misma utilidad marginal<br />

por cada dólar gastado en él. Por supuesto, ésta afirmación también es generalizada a<br />

81


todos los bienes y servicios. Basándonos en esa generalización, cabe la pregunta: si tomamos<br />

dos bienes, reemplazando con ello la X y la Y, con automóviles y panes, respectivamente<br />

¿cuál de los dos bienes: el pan o el automóvil tienen una utilidad marginal mayor en<br />

cualquier momento?<br />

UMax = UMay<br />

Px<br />

Py<br />

(6.1)<br />

El Extraño Postulado de la Insaciabilidad<br />

Establece que el consumidor, en la opción de poseer más o menos de un bien, siempre opta<br />

por la mayor cantidad de éste. No importa que tenga que comer hasta reventar, tal como ya<br />

lo dijimos. Así, la conducta racional de un consumidor lo llevará a decidir por aquélla que<br />

le otorga la mayor utilidad, esto es, la combinación que tenga más de Coca-Cola y más de<br />

hamburguesas. La sucesión de curvas de indiferencia se denomina Mapas de Curvas de<br />

Indiferencia. De todo lo expresado, deducimos que no importa el status del sujeto económico,<br />

la cantidad y la calidad de sus necesidades tienen un límite. El postulado de la Insaciabilidad<br />

de los neoclásicos no es un postulado ni lógico ni práctico, ni aún en el caso del<br />

dinero, pues tal como vimos, llega el momento en que lo convierte en capital. Pero, el Postulado<br />

de Insaciabilidad marginalista se cumple en el caso del empresario, debido a que su<br />

necesidad de acumulación de capital y de beneficios no tiene límite. También ha quedado<br />

establecido que el Principio de Razonabilidad no permite ejercicios intelectuales basado en<br />

axiomas a priori. La Razonabilidad (a diferencia de la Racionabilidad) es un Principio que<br />

tiene que ver con las relaciones que los grupos sociales establecen para organizar sus actividades<br />

de producción, distribución y consumo y con ello, para reforzar sus relaciones sociales,<br />

políticas, jurídicas<br />

Queda implícito que la Razonabilidad toma en cuenta, a su vez, la interacción que existe<br />

entre las diferentes ciencias sociales, Interacción Complementaria que fortalece a cada una<br />

de ellas. En general, la aspiración del Principio de Razonabilidad es velar por el nivel de la<br />

calidad de vida de la población, consolidarla y fortalecerla, minimizando los costos, preservando<br />

el medio ambiente e interactuando con las culturas de cada grupo humano. Estas<br />

actividades están directamente influidas por las culturas, las instituciones, las fuerzas políticas,<br />

sociales, jurídicas, éticas… que conforman el marco de la evolución de la especie en<br />

sus distintos grados y espacios. Por eso es que la Razonabilidad considera que la unidad de<br />

análisis económico es la Población-Territorio para la que se desea concretar los principios<br />

de la ciencia económica, grupo que, idealmente, estaría constituido por el Ser Razonable,<br />

es decir aquél que se basa en el apoyo mutuo y la emulación como comportamientos que<br />

anulan la feroz competencia que implica el modelo neoclásico actual, en todas sus variantes,<br />

modelo que convierte al hombre en rival y hasta enemigo del prójimo.<br />

Indagación: Mapas de Curvas de Indiferencia<br />

82


Es el conjunto de curvas de indiferencia, cada una de las cuales se aleja paulatinamente del<br />

punto de origen cuando contiene combinaciones de X y de Y más altas que la anterior, lo<br />

que se muestra en la gráfica 6.3. En consonancia con el postulado de la insaciabilidad, el<br />

consumidor elegirá siempre la curva más alejada del origen.<br />

Gráfica 6.3<br />

Mapa de Curvas de Indiferencia<br />

Y<br />

U 3<br />

U 2<br />

U 1<br />

X<br />

La curva de Indiferencia pretendió reemplazar a la curva de Utilidad Marginal Decreciente,<br />

pretendiendo hacernos creer que es un instrumento mucho más racional. Sin embargo, lo<br />

vimos ya, la Curva de Utilidad Marginal Decreciente mostraba puntos de saciedad por parte<br />

del consumidor, de tal manera que una nueva porción del bien ocasionaba “desutilidad”.<br />

Parece que los neoclásicos se dieron cuenta de este detalle y decidieron que no era posible<br />

renunciar al postulado de la “insaciabilidad”, por lo que era necesario otro medio. Les pareció<br />

que la Curva de Indiferencia era el remedio adecuado. Pero la Curva de Indiferencia<br />

supura Utilidad Marginal decreciente, por todos los costados. En contraposición el Ser Interactivo<br />

Complementario, consume sólo hasta que se siente razonablemente satisfecho, en<br />

el marco del principio de la Saciabilidad Razonable, opuesto al de la insaciabilidad del<br />

Espiritista Neoclásico.<br />

Las curvas no se cruzarían entre sí<br />

Según el modelo neoclásico, las curvas de indiferencia no pueden cortarse entre sí. Para<br />

demostrarlo se recurre a la reducción al absurdo. Si dos curvas de indiferencia se cortaran<br />

entre sí, como en el caso de la gráfica 6.4 entonces la combinación de bienes b sería común<br />

a las dos curvas. Por lo tanto, esa combinación sería también igual a la combinación a y a<br />

la combinación c, al mismo tiempo, pero el punto b representa una combinación mayor que<br />

la representada por el punto c. Es mayor, porque para la misma cantidad del bien X que<br />

representa c, incluye, sin embargo, una cantidad mayor del bien Y, esto es, mayor utilidad.<br />

83


En consecuencia, si dos curvas de indiferencia se cruzaran entre sí, resultaría que los puntos<br />

a, b y c representarían el mismo nivel de utilidad, algo que sería absurdo, dicen. Un poco<br />

más adelante veremos cómo esta característica de las curvas de indiferencia condena al<br />

consumidor a mantener los mismos gustos para siempre, a pesar del teorema de “La Soberanía<br />

del Consumidor”.<br />

Gráfica 6.4<br />

Y<br />

Uo<br />

a<br />

U 1<br />

b<br />

Las Curvas de Indiferencia<br />

exigen que los gustos<br />

no cambien, pues no pueden<br />

cruzarse entre sí<br />

c<br />

X<br />

La Línea de Restricción Presupuestaria<br />

Se afirma que la Curva de Indiferencia que el homo economicus puede alcanzar depende<br />

de sus gustos, de su ingreso y del precio de mercado de ambos bienes. Por lo tanto, ha<br />

llegado el momento en que el Homo consumidorus debe decidir cómo habrá de gastar su<br />

ingreso semanal a los precios del mercado. Como ya sabemos hay dos bienes: Coca-Colas<br />

y hamburguesas. Conocidos los precios de ambos bienes, el consumidor establecería la estructura<br />

de su presupuesto o, lo que es lo mismo, determinaría su Línea de Restricción<br />

Presupuestaria. Para ello se identificaría condiciones trascendentales. Entre ellas, el mercado<br />

se adapta a sus requerimientos y no responde con una variación de precios a las variaciones<br />

de su demanda de las mercancías, X o de Y. De esta manera, el consumidor encontraría<br />

que la función por la que su ingreso se distribuiría entre ambas clases de bienes se<br />

expresaría en una línea recta:<br />

M = PxX + PyY (6.1)<br />

Consiguientemente, si gasta todo su ingreso M en el bien X y no compra ninguna unidad<br />

del bien Y, podrá adquirir una cantidad M/Px de ese bien. Por el contrario, si decide gastar<br />

todo en el bien Y, podrá adquirir un máximo de M/Py como se muestra en el panel izquierdo<br />

de la gráfica 6.5. El consumidor unirá ambos puntos por una recta y logrará una serie infinita<br />

de combinaciones con la condición de gastar su ingreso sólo en el consumo de esos dos<br />

bienes. El consumidor no podrá optar por un punto que se encuentre a la derecha de la línea,<br />

tal como el punto a, puesto que representaría una combinación mayor de lo que permite su<br />

presupuesto. El punto b tampoco sería permitido, porque el consumidor no estaría gastando<br />

84


todo su ingreso en la adquisición de ambos bienes, que es la premisa de la que se parte. Del<br />

uso de ambas curvas, surge el equilibrio con la combinación óptima.<br />

Gráfica 6.5<br />

Y<br />

Y<br />

M/P y<br />

M/P y<br />

a<br />

y 1<br />

x 1<br />

b<br />

U i<br />

M/P x<br />

X<br />

X<br />

Indagación: La “Combinación Óptima” y el engorde de las gallinas<br />

¿Qué combinación de bienes comprará el consumidor, de acuerdo con el modelo neoclásico?<br />

La que se encuentre en el punto e del panel derecho de la gráfica 6.5, dado que esa<br />

combinación (x1, y1) es la máxima que puede obtener con el ingreso que dispone. En este<br />

punto el consumidor optimizará su elección, una combinación posible de su curva de indiferencia<br />

coincidiría con la distribución de su ingreso en la compra de ambos bienes, de<br />

acuerdo con los precios de cada uno. Esto nos hace saber que son los precios del mercado<br />

los que definen la combinación “que escogerá el consumidor y su soberanía” Precisamente<br />

el artificio de las combinaciones que brindan “la misma utilidad” ha sido hecha para que el<br />

mercado elija no por los gustos, sino por el precio, al más puro estilo de la alimentación de<br />

las gallinas, que los granjeros utilizan para engordarlas al costo mínimo posible por medio<br />

de la programación lineal. Pero, a diferencia de las gallinas el individuo tiene gustos y preferencias,<br />

las que cambian con el tiempo, el lugar y las circunstancias.<br />

Indagación sobre la Curva de Indiferencia<br />

Ya vimos que una de las propiedades de la Curva de Indiferencia establece que dos curvas<br />

de indiferencia no pueden cruzarse entre sí; de hacerlo, sería un absurdo, pues resultaría<br />

que una combinación de bienes superior, sería igual a una combinación de bienes inferior,<br />

debido a que en la primera se tendría más de uno o de ambos bienes, que en la segunda.<br />

Veamos las consecuencias de esta propiedad, para ello recurramos otra vez a la gráfica 6.5.<br />

Razonablemente podemos decir que la reducción al absurdo que se sintetiza en el anterior<br />

párrafo, es una prueba que pone al descubierto una de las grandes limitaciones de la curva<br />

de indiferencia. Para que la esencia de la curva de indiferencia sea válida, el consumidor<br />

85


no podría gozar del privilegio de cambiar sus gustos a medida que aumenta su ingreso. La<br />

pendiente de cada curva de indiferencia muestra la preferencia que el consumidor tiene de<br />

cada uno de los bienes. Si la pendiente es muy pronunciada, el consumidor tendrá una cierta<br />

preferencia el bien X al Y, porque estaría dispuesto a renunciar a una mayor cantidad del<br />

bien Y con el propósito de lograr una unidad más del bien X. Si la pendiente de la curva de<br />

indiferencia es más plana, querrá decir que el consumidor otorga al bien Y una preferencia<br />

mayor que la que concede al bien X, por lo que estará dispuesto a ceder cantidades pequeñas<br />

por conseguir una unidad más del bien X. En realidad, las pendientes de las curvas mostrarían<br />

las preferencias del consumidor por uno u otro bien. Ahora bien; si la tesis de la curva<br />

de indiferencia dice que éstas no pueden cruzarse entre sí, está declarando que todas deben<br />

tener la misma pendiente, es decir, está limitando al consumidor en el sentido de que, por<br />

el bien de la curva de indiferencia, éste no debe cambiar sus gustos, los que se expresan en<br />

la pendiente de cada curva. En este sentido: el veto del cambio de gustos atenta en contra<br />

de los postulados de la Teoría de la Elección. En efecto, la teoría de la elección postula que<br />

el individuo siempre puede optar entre una y otra alternativa, opciones en las que expresa<br />

sus preferencias. Sin embargo, según la Curva de Indiferencia, el consumidor no puede<br />

cambiar de gustos para dar paso a una nueva curva con mayores combinaciones, como<br />

efecto del incremento de sus ingresos, pues si los gustos cambian, estos cambios se expresarán<br />

en la aparición de nuevas pendientes en las nuevas curvas de indiferencia que se alejan<br />

del punto de origen, lo que ocasionará que las curvas se crucen, necesariamente, entre sí,<br />

algo vetado por la teoría que avala la tesis de la Curva de Indiferencia. De esta manera, la<br />

teoría de la elección y la hipótesis de las curvas de indiferencia no pueden coexistir una con<br />

la otra. Pero hay algo más: el consumidor no decide la combinación que quiere, lo hace el<br />

mercado.<br />

Indagación: La curva de indiferencia y la dieta de las gallinas<br />

Supongamos una curva de indiferencia que en las ordenadas registra cantidades de botellas<br />

de Coca-Cola y en el eje de las abscisas, cantidades de hamburguesas ¿Es razonable pensar<br />

que el consumidor encuentre en la combinación 4 hamburguesa y 4 Coca-Colas, la misma<br />

satisfacción que una hamburguesa y 9 Coca-Colas? Nadie podría decir que esa combinación<br />

sería razonable, pues nadie la consumiría. Pero el espiritismo neoclásico dice que sí; que el<br />

sujeto consumirá cualquier combinación dictada por los precios del mercado. ¿Acaso no se<br />

ha inventado la “Curva de Indiferencia” para mostrar que cualquier combinación de dos<br />

bienes que brinden la misma utilidad, será aceptable por el consumidor, el que tiene que<br />

comportarse como las gallinas, que reciben sus porciones de alimento estimadas por la programación<br />

lineal que se preocupa de los costos y nada tiene que ver con la llamada “elección<br />

racional” del espiritismo marginalista? En el caso de la curva de indiferencia los precios<br />

reemplazan al granjero y los consumidores, a las gallinas. En la realidad, cualquier consumidor<br />

acudiría a una combinación más acorde con los gustos y el buen sentido.<br />

Pero, de acuerdo con la teoría del marginalismo neoclásico, si los precios y su ingreso así<br />

lo determinan, el pobre consumidor tendrá que zamparse 1 hamburguesa y 9 Coca-Colas,<br />

86


si los precios del mercado así lo determinan, lo con lo que identificamos una nueva arbitrariedad<br />

académica en la llamada curva de indiferencia. Pero los espiritistas de la economía<br />

suponen que la combinación irracional de 1 hamburguesa y 1 Coca-Colas brindan la misma<br />

utilidad al consumidor que la combinación irracional, 9 hamburguesas y 1 Coca-Cola, porque<br />

en ese caso, los precios del mercado dirán que la combinación citada será la más barata.<br />

Sin embargo, dada las irracionalidades de estas combinaciones, no es probable que en el<br />

mercado el precio de esas combinaciones sea la más barata, pues nadie las escogería. En<br />

todo caso, el supuesto de que el consumidor maximiza la utilidad del consumo de un bien<br />

cuando una de las curvas de indiferencia del mapa es tangente a la recta de restricción presupuestaria<br />

muestra que es el precio del mercado y no la preferencia del consumidor, necesariamente,<br />

el que determina la combinación que éste debe aceptar. Por otra parte, muestra<br />

lo irracional que es el mercado y su “mano invisible”. De todo esto deducimos que la Curva<br />

de Indiferencia es un artificio muy forzado para hacer coincidir la llamada Relación Marginal<br />

de Sustitución con la pendiente de la recta presupuestaria.<br />

La Inutilidad Teórica y Práctica de la Curva de Indiferencia<br />

Refiriéndonos a la lógica interna del argumento neoclásico, afirmaríamos que la llamada<br />

Curva de Restricción Presupuestaria reemplazaría, por sí y con gran ventaja, a la llamada<br />

Curva de Indiferencia. Con la curva de restricción presupuestaria, el consumidor se enfrentaría<br />

a combinaciones infinitas, teóricamente, y no a una sola, exigida por la tangencia de<br />

las dos pendientes. En este sentido, es lógico y es cierto establecer que la curva de Restricción<br />

Presupuestaria, por sí sola, no necesita de ningún otro instrumento conceptual, mucho<br />

menos, de la curva de indiferencia, para satisfacer las preferencias del consumidor, sin privarle<br />

de su privilegio de elegir libremente, de acuerdo con sus ingresos y de sus gustos.<br />

Repasemos este concepto.<br />

Y<br />

Gráfica 6.6<br />

Recta de Restricción<br />

a<br />

b<br />

c<br />

d<br />

Si la Recta de Restricción Presupuestaria incluye todas las combinaciones posibles de Y X,<br />

el consumidor puede escoger libremente, la que más le convenga, pero, en este caso, lo hace<br />

X<br />

87


de una gama muy grande de combinaciones. La introducción de la Curva de Indiferencia le<br />

impone una y sólo una de las muchas combinaciones que el ofrece la Recta de Restricción<br />

Presupuestaria, cuando se independiza de la Curva de Indiferencia. Se supone que la Curva<br />

de Indiferencia reflejaría las “condiciones subjetivas” de la elección para que éstas coincidan<br />

con las “objetivas” que le ofrece la Recta de Restricción Presupuestaria. Si esa es la<br />

razón para crear un instrumento tan falaz y forzado como es la Curva de Indiferencia, es<br />

preciso decir que las “condiciones objetivas” que ofrece la Recta de Restricción Presupuestaria,<br />

el consumidor elige cualquiera de ellas. En el acto de elegir, ya expresa sus “condiciones<br />

subjetivas”.<br />

Así, la Economía Vital reitera que lo único que el consumidor necesita en este caso es la<br />

Recta de Restricción Presupuestaria, por la limitación de su presupuesto, nada más. La lógica<br />

interna de la teoría nos instruye que la Curva de Indiferencia no es una hipótesis necesaria<br />

para analizar la conducta del Ser Interactivo Complementario.<br />

Indagación sobre la Relación entre la Utilidad Marginal Decreciente y la RMS<br />

La mayor parte de los neoclásicos pretenden desmentir por todos los medios la relación<br />

entre la utilidad marginal decreciente y la relación marginal de sustitución técnica (RMS)<br />

En efecto, tal como recordamos, Marshall, siguiendo a los antiguos marginalistas, dijo que<br />

la utilidad marginal de un bien es decreciente. Esto se interpretó siempre con la afirmación<br />

de que, a medida que el sujeto consume una nueva porción del bien, ésta le proporcionará<br />

una utilidad menor que la anterior, a lo largo de toda la curva.<br />

Una Nueva Indagación<br />

En su obra “Teoría Microeconómica” (Principios básicos y aplicaciones, sexta edición)<br />

Walter Nicholson, en el recuadro con el que inicia la página 56 dice:<br />

Si las curvas de indiferencia son convexas (si obedecen el supuesto de la RMS decreciente)<br />

la línea que une dos puntos cualesquiera que son indiferentes contiene puntos<br />

que se prefieren a cualquiera de las dos combinaciones iniciales. Intuitivamente, las<br />

cestas equilibradas se prefieren a las desequilibradas<br />

La percepción de Nicholson nos parece Razonable, aunque no litiga en contra del concepto<br />

mismo de la Curva de Indiferencia. Para darnos un ejemplo, diseña una gráfica muy oportuna,<br />

(3.6 en su obra) la que reproducimos en la gráfica 6.7. Comentándola bajo el subtítulo<br />

“Convexidad y equilibrio en el consumo”, Nicholson reitera lo que había afirmado en otro<br />

párrafo<br />

Utilizando el concepto de convexidad, podemos demostrar que los individuos prefieren<br />

que su consumo sea equilibrado. Supongamos que una persona es indiferente entre la<br />

combinación (X1, Y1) y la (X2, Y2) Si la curva de indiferencia es estrictamente convexa,<br />

preferirá la combinación (X1 + X2)/2, (Y1 + Y2)/2 a cualquiera de las combinaciones<br />

88


iniciales. Intuitivamente, las cestas de bienes bien equilibrados se prefieren a las cestas<br />

en las que tiene mucho peso uno de ellos. La figura 3.6 muestra este caso. Dado que se<br />

supone que la curva de indiferencia es convexa se prefieren todos los puntos de la línea<br />

recta que une (X1, Y1) y (X2, Y2) a esos puntos iniciales. Por lo tanto, es el caso del punto<br />

(X1 + X2)/2, (Y1 + Y2)/2 que se encuentra en el punto medio de esta línea. De hecho, se<br />

prefiere cualquier combinación proporcional de las dos cestas indiferentes de bienes a<br />

las cestas iniciales, ya que representará una combinación más equilibrada, tal como se<br />

presenta en la gráfica mencionada<br />

Al constatar la afirmación de Nicholson, en sentido de que unas combinaciones de la misma<br />

curva son preferidas a otras, el modelo PFC se pregunta: ¿Dónde queda el concepto de<br />

Curva de Indiferencia? La modificación de Nicholson desvirtúa la esencia misma de lo que<br />

es una curva de indiferencia, la que es definida por los neoclásicos como el conjunto de las<br />

combinaciones de los bienes Y y X que le ofrecen al consumidor la misma utilidad a lo<br />

largo de toda la curva. Pero algo queda del intento de Nicholson, algo que la Economía<br />

Vital tiene en gran estima: el concepto de la Curva de Indiferencia debe ser revisado, inclusive,<br />

por los mismos neoclásicos. Si la revisión culmina con la anulación de ella y la modificación<br />

de otros instrumentos analíticos usados por el modelo neoclásico, habrá empezado<br />

una verdadera revolución en la economía teórica contemporánea. Este es uno de los propósitos<br />

principales de la Economía Vital para el mundo del subdesarrollo.<br />

Gráfica 6.7<br />

Una curva de Indiferencia cortada por a y b<br />

Y<br />

a<br />

d<br />

c<br />

b<br />

Xa<br />

Xb<br />

X<br />

Conclusión<br />

Por las razones bosquejadas en esta obra, se llega a la conclusión de que la Curva de Indiferencia<br />

no es un instrumento analítico ni útil ni razonable. Es artificial, contradictoria y<br />

forzada; en otras palabras, inútil. En todo caso, Razonablemente postulo que la Recta de<br />

Restricción Presupuestaria la reemplaza con gran ventaja, puesto que libera al consumidor<br />

89


de la obligación de escoger sólo una combinación, dada por la tangente entre la curva de<br />

indiferencia y la Recta de Restricción Presupuestaria, al ofrecerle por sí sola una gama infinitamente<br />

más amplia que la única combinación que significa la tangencia entre los dos<br />

lugares geométricos. La eliminación de la Curva de Indiferencia no elimina las condiciones<br />

subjetivas del consumidor, pues éstas se expresan cuando escoge una de las múltiples combinaciones<br />

que le ofrece la Recta de Restricción Presupuestaria.<br />

Por último, vimos que la Curva de Indiferencia no es compatible con los principios de la<br />

Teoría de la Elección, debido a que obliga al consumidor a “elegir” una sola combinación<br />

de bienes, cuando el mercado le ofrece una gama múltiple; además no le permite cambiar<br />

sus gustos, los que deben ser dados de una vez y para siempre. Ésta es una extraña visión<br />

de la “Soberanía del Consumidor” propiciada por el Modelo Neoclásico. Con la Curva de<br />

Indiferencia no hay opciones para el consumidor.<br />

7<br />

CONTRADICCIONES DEL<br />

MARGINALISMO ACTUAL<br />

Introducción<br />

Han pasado 236 años desde que Adam Smith escribió su obra “La Riqueza de las Naciones”<br />

asumiendo un mercado de competencia perfecta. Sin embargo, nada ha cambiado para los<br />

economistas actuales, siguen usando ese mismo modelo como escenario de sus lucubraciones.<br />

Han transcurrido 141 años desde que Jevons y Menger introdujeran la percepción marginalista<br />

a la teoría económica, y desde entonces la Economía no ha cambiado un ápice.<br />

Los de hoy aún se aferran a la idea de que el “consumidor maximizará su utilidad si el<br />

último dólar gastado en un bien le ofrece la misma satisfacción que el gastado en otro”. De<br />

esa generalización deducen que la “utilidad marginal” del último automóvil adquirido sobre<br />

su precio deberá ser igual a la utilidad marginal del pan, sobre el suyo. Los marginalistas<br />

La Economía Vital toma, como su primer punto de llegada, el<br />

punto de partida de las corrientes marginalistas del presente.<br />

Lo hace con la seguridad de que algún día, también las poblaciones<br />

pobres del planeta tendrán el privilegio de elegir entre<br />

diferentes opciones factibles. Pero, no lo hará por la senda del<br />

marginalismo.<br />

90


de hoy están empeñados en demostrar “científicamente” que el principal problema que la<br />

ciencia económica debe resolver es el de la Elección. Pero no cualquier Elección, no señor;<br />

ahora le Economía se ocuparía de la “Elección Racional”, cualquier significado que le otorguen<br />

a esa frase, la Economía marginalista deja de lado el análisis de la pobreza y los modos<br />

para remediarla, pues parte del supuesto de que todos han satisfecho sus necesidades básicas.<br />

Ocuparse de la Teoría de la Elección puede ser un tema de prioridad en los países cuyas<br />

poblaciones ha superado la línea de la pobreza; pero no lo es para los nuestros. Por eso es<br />

que esta obra está orientada a la estructuración de un modelo económico que responda a las<br />

condiciones imperantes en los países subdesarrollados. No les importa que en el planeta<br />

haya más de tres mil millones de personas se debaten en la pobreza, torturados por el hambre,<br />

el mayor dolor colectivo. Tres mil millones de personas que no pueden satisfacer sus<br />

necesidades básicas porque no tienen el nivel de ingresos que les permita elegir entre opciones<br />

racionales. La experiencia demuestra que las culturas y los procesos históricos de<br />

los países pobres no responden a las características de los países de capitalismo maduro.<br />

Esta afirmación nos conduce a otro postulado importante: la Economía Vital no cree que<br />

haya un solo sistema capitalista, dado de una vez para todo TiempoEspacio. Al contrario,<br />

la Economía Vital postula que, si bien el Capitalismo es uno, las formas que adopta en cada<br />

realidad concreta son variadas. Estas formas se diseñan acorde con las características histórico-culturales<br />

de cada país. Por otra parte, la Economía Vital no toma al Individuo aislado<br />

como la unidad del análisis económico; más bien adopta la Población-Territorio y sus<br />

singularidades. También es necesario reafirmar el hecho de que la Economía Vital es una<br />

disciplina que no pretende establecer leyes deterministas para todo tiempo y espacio; más<br />

bien se basa en las tendencias probabilísticas surgidas de la experiencia y de la teoría, las<br />

que se basan en el estudio de las Poblaciones-Territorio identificadas. Este método de conocimiento<br />

se deriva de las nuevas teorías sobre el indeterminismo en las ciencias físicas,<br />

entre las más importantes, la Mecánica cuántica, tal como veremos<br />

La Teoría Economía Oficial Actual<br />

La Economía Vital observa con atención, con escogido sistema y con toda la buena voluntad<br />

que tiene de reserva, los postulados de la actuales variantes de le Economía. Al compararlas<br />

entre sí, llega a la conclusión de que todas participan de un principio básico que las hace<br />

muy similares entre sí: el Marginalismo. No importa el pretendido cambio de palabras con<br />

las que exponen sus axiomas, teoremas y teorías; lo cierto es que todas esas corrientes son<br />

marginalistas. Son marginalistas los neoclásicos, los keynesianas, en todas sus variedades,<br />

los de la Escuela Austriaca, los Monetaristas, los de la corriente de la Economía de Oferta…<br />

Es posible que haya quienes no estén de acuerdo con esta generalización. Pero una observación<br />

minuciosa de los postulados de las corrientes citadas, nos muestra que, en el fondo,<br />

sólo son variaciones formales del marginalismo original.<br />

La Economía Vital no pretende constituirse en un juez arbitrario del modelo marginalista<br />

del presente, pero, tiene la obligación de expresar las razones por las que rechaza la mayor<br />

parte de sus postulados y de su instrumental analítico. Por lo tanto, tampoco trata de sustituir<br />

91


el actual sistema con otro diferente, pues la experiencia de la ex URSS nos ha demostrado<br />

que ningún país puede obviar la fase capitalista en la evolución de su historia económica.<br />

Al percatarse de que en la ex Unión Soviética tres generaciones fueron inútilmente sacrificadas<br />

en pos de una tesis errada, “El Socialismo en un solo país”, La Economía Vital afirma<br />

que ninguna generación debe renunciar al legítimo gozo de los beneficios que le proporcionan<br />

las nuevas oportunidades de elevar su nivel de vida, de cuidar y de mejorar su salud<br />

física y mental, de enriquecer su mente con nuevos conocimientos o de emocionarse ante<br />

la lectura de viejos y nuevas manifestaciones del arte, todo esto, sobre la base de su esfuerzo<br />

y capacidad, en el marco la legislación que le permitan disfrutarlos. Basta que cada generación<br />

respete el Principio de la Conservación del Medio Ambiente, de tal manera que la<br />

tasa de explotación de los recursos naturales siempre sea inferior a su tasa de reposición.<br />

El Cartesianismo Marginalista<br />

El modelo marginalista divide la Economía en varias disciplinas y ángulos de percepción.<br />

Hasta no hace mucho, se tenía como único paradigma de conocimiento la idea cartesiana<br />

de descomponer un Concepto Complejo en unidades simples para llevar a cabo los análisis<br />

de cada una de las partes separadas del concepto integral, con la intención ulterior de armar<br />

otra vez el rompecabezas conceptual y pretender que el hecho, el fenómeno o el proceso así<br />

re-armado se comporte como la simple suma de sus partes, cada una de las cuales el científico<br />

creyó conocer al cercenarlas del todo original. En ese intermedio se consideraba que<br />

“Complejo” era sinónimo de “Difícil” y cuyo análisis debía recurrir necesariamente a la<br />

descomposición del concepto en ideas, en parcelas cognitivas, cada vez más simple. El<br />

Recurso de Método cartesiano operaba a todo vapor. Con ese método a cuestas, los marginalistas<br />

de ayer y de hoy, cercenaron la visión de la ciencia económica en dos muñones<br />

sangrientos: la “Economía Positiva”, que describiría “el qué es” y enunciaría las “leyes<br />

económicas”, “anulando cualquier juicio de valor”; y la “Economía Normativa”, que determinaría<br />

“lo que debe ser” en el marco de un sistema ético y juicios de valor acerca del<br />

bienestar de los grupos humanos. Cada uno de estos muñones fue, a su vez, mutilado en<br />

mini esferas de conocimiento, cada uno de los cuales pierde el contacto con el todo integral<br />

del concepto analizado. En cambio, la visión de La Economía Vital es integral, no hace<br />

divisiones, a no ser que el estudio de una realidad concreta lo determine. Esto se pondrá de<br />

relieve con mayor claridad, cuando se defina el concepto de la nueva propuesta. La Economía<br />

Vital trata de evitar la separación de las cosas, de los fenómenos y de los procesos en<br />

mini parcelas de conocimiento para “analizarlos”, pues considera que mientras más pequeñas<br />

son las unidades de análisis, más deformada es la información que prestan. En realidad,<br />

la separación minimalista del fenómeno o del proceso convierte el análisis en una especie<br />

de autopsia académica. Para enfrentar este problema, La Economía Vital recurre al Conocimiento<br />

Complejo. Este tipo de conocimiento le permite analizar la realidad, siempre compleja,<br />

en dimensiones integradas por el principio de interacción y percibidas en vórtices<br />

más sólidos. La Economía Vital estructura su visión desde una interacción de dimensiones<br />

que le permiten constituirse en una perspectiva dinámica e integradora. A continuación, se<br />

92


describe cada una de esas dimensiones imprescindibles en la contextualización de una ciencia<br />

social que pretenda ser fiel a los hechos, fenómenos y procesos que desea estudiar.<br />

“Los Diez Principios de la Economía” Marginalista<br />

Empezaré esta sección, indagando las recomendaciones de Gregory Mankiw acerca de los<br />

“Diez Principios de la Economía” usando como referente su obra “Principles of Economics”,<br />

en su sexta edición y que sirve de base para la enseñanza de la Economía en muchas<br />

universidades del planeta. Para empezar, Mankiw asume que hay sólo un modelo económico<br />

que reflejaría el sumun mismo del capitalismo. Sobre esta percepción deformada de<br />

la realidad, Mankiw dice:<br />

…la Economía es “el estudio de las maneras en que la sociedad dispone de los recursos<br />

escasos de que dispone”<br />

Eso incluiría el estudio de las formas que la gente toma decisiones: cuánto de su tiempo<br />

dedicarán al trabajo, qué es lo que van a comprar, invertir y ahorrar; por ejemplo, dice<br />

…la multitud de compradores y vendedores juntos determinan el precio de un bien. Finalmente,<br />

“los economistas analizan las fuerzas y tendencias de la economía como un<br />

todo, incluyendo el crecimiento del ingreso promedio, la fracción de la gente que no<br />

puede encontrar trabajo y la tasa a la que suben los precios<br />

Es en virtud de todo eso que el capítulo primero de su obra analizará lo que él llama los<br />

“Diez Principios de la Economía”<br />

Cómo decide la gente, según los marginalistas actuales<br />

Para los representantes de la economía marginalista, “la gente” es el individuo aislado, el<br />

que toma decisiones en actos solitarios; pero, al más puro estilo de los existencialistas, también<br />

dice que lo que hace un individuo lo hace en nombre de todos. Con esta percepción, el<br />

individuo queda homogeneizado, indiferenciado, sin personalidad propia y sólo como un<br />

robot convertido en el homo economicus, el que supuestamente actúa por medio de análisis<br />

de costo-beneficio individual. Por otro lado, podemos darnos cuenta de que los marginalistas<br />

empiezan sus alegatos acerca de las formas en que “la gente” toma decisiones en el<br />

proceso de elegir, es decir, asume que el verdadero problema económico, el de lograr el<br />

ingreso para subsistir, ya ha sido solucionado por “la sociedad” y “la gente” sólo se preocuparía<br />

de cómo habrá de elegir entre la compra de un CD o una Coca-Cola o si habrá de<br />

invertir en bonos del gobierno o en la producción de un bien. Tal como ya lo dijimos, el<br />

marginalismo actual toma como punto de partida, precisamente, aquél al que La Economía<br />

Vital quiere llegar: poner a disposición del Individuo opciones factibles entre las que pueda<br />

elegir según su capacidad y destrezas.<br />

93


Adicionalmente, en el primer párrafo del subtítulo, Mankiw ya hace explícito lo que aún<br />

era sólo implícito: “la gente” es el individuo y debido a que “el comportamiento de una<br />

economía refleja el comportamiento de los individuos quienes la conforman” empezará el<br />

“estudio de la Economía” con cuatro principios de la toma de decisiones individual.<br />

Principio Marginalista 1<br />

“La gente” renuncia a algo para lograr otro algo.<br />

Indagación<br />

Los marginalistas tienen la visión de las abejas: blanco o negro; nada en el medio. De esta<br />

manera, supongamos que Mr. Morgan debe decidir entre dos opciones: comprar una isla<br />

caribeña para pasar sus vacaciones o comprarla en la Polinesia. Si se decide por la caribeña,<br />

tendrá que “renunciar” a la isla de la Polinesia, porque así y no de otro modo lo disponen<br />

“las sagradas leyes de la Economía” que serían imperativamente válidas en todo tiempoespacio<br />

(El Capitalismo es Único y el Marginalismo, su profeta.)<br />

La Economía Vital<br />

Hay una gran diferencia cualitativa entre una persona que tiene sus necesidades básicas<br />

satisfechas, por ejemplo, el millonario que “renuncia” a la posesión de una isla para comprar<br />

otra, y el ciudadano pobre de un país pobre. Esto es, hay una deformación ideológica<br />

al pretender comparar las renuncias de los dos como si estuvieran en igualdad de condiciones.<br />

Para los marginalistas, la renuncia de Mr. Morgan en nada se diferencia de la del campesino<br />

sin empleo en un país subdesarrollado, el que tiene que elegir entre morir de hambre<br />

él y su familia o matarlos y suicidarse luego. Para los “científicos”, ambos eligen lo que<br />

creen que es mejor; ambos “tienen la libertad de elegir”. Esto no es aceptable para el principio<br />

de Racionabilidad de la Economía Vital.<br />

Principio Marginalista 2<br />

Lo que “la gente” debe dar a cambio de algo que desea conseguir<br />

No existe un almuerzo gratis, repite Mankiw, al iniciar la exposición de este principio. Es<br />

la misma frase que acuñó Milton Friedman en su momento. Para lograr algo hay que ceder<br />

algo. Consideren, dice, un estudiante que debe decidir cómo habrá de gastar su tiempo. El<br />

estudiante puede dedicar todo su tiempo estudiando economía o sicología, pasear en bicicleta,<br />

mirando TV…<br />

La Economía Vital<br />

La inmensa mayoría de los jóvenes en un país subdesarrollado no tiene la ventaja de elegir<br />

entre ver TV o estudiar economía. Ese joven tiene que dedicar su tiempo a la tarea de buscar<br />

alguna ocupación por lo menos temporal como la de lustrar zapatos en el día y cuidar auto-<br />

94


móviles en la noche hasta la madrugada. Sin embargo, para los marginalistas, ambos jóvenes,<br />

están eligiendo “como disponer de su tiempo”. “El Elogio a la Locura” de Erasmo,<br />

bien podría aplicarse a todos los principios marginalistas.<br />

Principio Marginalista 3<br />

La Gente Racional Piensa en el Margen<br />

La “gente racional”, dice, realiza pequeños ajustes a un plan existente de acción y que compara<br />

costos marginales con beneficios marginales. Un avión cuyo costo medio por asiento<br />

es $500, ante la alternativa de volar con 10 asientos vacíos, aceptará que los primeros diez<br />

pasajeros en lista ocupen los asientos vacíos, aunque paguen solo $300 cada uno en vez de<br />

los $500. Complementa su ejemplo explicando que a pesar de que el costo medio por<br />

asiento es $500, el costo marginal es solamente el costo de un paquete de maní y una lata<br />

de refresco extra que el pasajero habrá de consumir. Mientras el pasajero en la lista de<br />

espera pague más del costo marginal, vender un pasaje produce beneficio.<br />

La Economía Vital<br />

Los ciudadanos de los países pobres no piensan en unidades infinitesimales, debido a que<br />

la pobreza y el hambre son concretas. Su mentalidad percibe los bienes como unidades<br />

discretas. Por otra parte, el ejemplo del avión que pone Mankiw es un ataque mortal a la<br />

teoría que luego, como buen marginalista, querrá defender; esto es, la empresa de aviación<br />

está funcionando en una escala en la que el costo marginal es menor que el costo medio.<br />

Ahora bien, este ejemplo tiene connotaciones teóricas que contradicen el modelo que los<br />

marginalistas usan. En virtud de que los marginalistas afirman que la curva del costo marginal<br />

intersecta la curva del costo medio en su punto mínimo (de la curva del costo medio)<br />

la empresa de aviación está operando, como debe ser, en el segmento descendente de su<br />

curva de costo medio y no en el ascendente, tal como afirman a rajatabla los marginalistas<br />

de todo cuño. Precisamente, uno de los postulados de La Economía Vital es que el empresario<br />

de verdad opera en el segmento descendente de la curva del costo medio, no en el<br />

ascendente, como peroran los marginalistas, tal como lo veremos en el capítulo respectivo.<br />

Después de este pequeño lapsus, Mankiw, sin haber perdido la compostura dice que el mercado<br />

en el que se mueven los personajes de la Economía marginalista es el de Competencia<br />

perfecta:<br />

Sólo existe un mercado: el de Competencia Perfecta<br />

“Todos los ofertantes pueden vender la cantidad de bienes que deseen pues el precio<br />

está dado por el mercado. Nadie vendería a un precio mayor que el dado por el mercado,<br />

pues, como existe plena información la gente no le compraría ni una sola unidad. Por<br />

otra parte, un empresario racional no vendería a un precio menor debido a que eso sería<br />

irracional<br />

La Economía Vital<br />

95


Aquí hay una tremenda contradicción con el ejemplo que Mankiw puso sobre el avión; lo<br />

traigo para analizarlo otra vez: Mankiw, en la página anterior dice:<br />

…. a pesar de que el costo medio por asiento es $500, el costo marginal es solamente el<br />

costo de un paquete de maní y una lata de refresco extra que el pasajero habrá de consumir.<br />

Mientras el pasajero en la lista de espera pague más del costo marginal, vender<br />

un pasaje produce beneficio<br />

Ahora bien, si la empresa puede obtener beneficios aun vendiendo boletos cuyo costo marginal<br />

es menor que el costo medio, esto quiere decir que está operando en algún rango del<br />

segmento descendente de su curva de costo medio. Tal como veremos luego, en la realidad,<br />

ya se trate de un mercado de Competencia Perfecta (espurio) ya de uno de competencia<br />

imperfecta, la afirmación de Mankiw borra la premisa principal del modelo que él mismo<br />

defiende, esto es, que el empresario logra beneficios sólo cuando se encuentra en el segmento<br />

ascendente de su curva de Costo Medio y Marginal.<br />

En el ejemplo del avión, si la empresa produjera de acuerdo con los cánones del marginalismo<br />

no podría ofrecer ni un solo asiento a un precio menor a su costo medio y, al mismo<br />

tiempo lograr un beneficio, sobre todo si sólo le falta diez asientos para tener el vuelo completo.<br />

Luego veremos que la tesis marginalista asume que la curva del costo marginal, en<br />

su segmento ascendente, a partir del punto de cierre, es la Curva de Oferta del Empresario<br />

en el escenario en el que se desenvuelve la supuesta Competencia Perfecta, de tal manera,<br />

según su teoría, que la próxima unidad a producir siempre tendrá un costo mayor que la<br />

anterior. En otras palabras, Mankiw, sin sospecharlo, está avalando la propuesta que hace<br />

La Economía Vital: como regla, el empresario produce en el rango descendente de su curva<br />

de costo medio y encuentra que no sería racional operar en el segmento ascendente la curva.<br />

Principio marginalista 4<br />

“La Gente” Responde a los Incentivos<br />

Dice que un aumento del precio en el mercado incentiva a “la gente” a consumir menos y<br />

también incentiva a los empresarios a producir; es decir, mientras la gente tiende a demandar<br />

menos, el empresario encuentra que es rentable producir más. Y lo dice sin ninguna<br />

reserva, como si fuera natural que los dos personajes que deben llegar a un equilibrio espectral,<br />

estructurado en un escenario fantasma, tengan intereses tan opuestos unos de los<br />

otros.<br />

La Economía Vital<br />

No sólo hay una espantosa contradicción en estos preceptos, inscritos en un compendio<br />

ectoplasmático, sino que, otra vez nos encontramos con la manía generalizadora. La empresa<br />

que produce automóviles tales como Lamborginni o Jaguar, nunca va a disminuir el<br />

precio para que “la gente” compre más. No lo hará debido a que el precio que el consumidor<br />

96


paga por el automóvil es un signo de prestigio. Si los precios de esos bienes disminuirían<br />

“la gente” que los compra ya no los adquiriría más, pues perderían gran parte del prestigio<br />

que les ofrece la marca y el hecho de pagar esos precios artificialmente altos.<br />

Principio Marginalista 5<br />

El intercambio puede mejorar la situación de “la gente”<br />

Sin duda alguna, la familia gana mucho de su habilidad para intercambiar bienes con otros.<br />

El intercambio permite que cada familia se especialice en actividades para las que tiene sus<br />

mejores destrezas, ya se trate de agricultura, o en la construcción… Cuando un miembro de<br />

la familia busca un empleo, compite con los miembros de otras familias, los que también<br />

están buscando un empleo.<br />

La Economía Vital<br />

Mankiw nos da una nueva sentencia episcopal: una familia no puede aislarse y producir<br />

todo lo que necesita; entonces se ve claramente que la familia gana de su habilidad para<br />

intercambiar con las otras familias. Así el intercambio sirve para que cada familia se especialice<br />

en las actividades que sabe hacer mejor. Con este ejemplo, Mankiw quiere retrotraernos<br />

a la época prehistórica del trueque, en la que las tribus intercambiaban bienes directamente.<br />

Pero hace muchos siglos ya, que “la gente” ha abandonado el trueque y compra<br />

directamente del mercado, utilizando para ello, el dinero.<br />

La Economía Vital sostiene que nadie produce algo para intercambiarlo con algo. En el<br />

sistema capitalista actual, el que produce algo lo hace para venderlo en el mercado, no para<br />

intercambiarlo con lo que otro ha producido. Los marginalistas tienen que enterarse de que<br />

la “familia A” no necesita “especializarse en producir salchichas para intercambiarlas por<br />

mermeladas, en cuya producción se habría especializado “la familia B”, pues basta que uno<br />

de sus componentes tenga un trabajo y logre el ingreso necesario para comprar en el mercado<br />

lo que el poder adquisitivo de ese ingreso le permite de acuerdo con los gustos de la<br />

familia.<br />

Principio marginalista 6<br />

Los Mercados son una buena manera para organizar la Actividad Económica<br />

Dice que, en las economías de mercado, la planificación central está reemplazada por millones<br />

y millones de firmas y hogares.<br />

La Economía Vital<br />

Como sucede con todos los marginalistas actuales, Mankiw confunde el modelo de Competencia<br />

Perfecta, al que acude para “establecer las sagradas leyes de la Economía” con la<br />

realidad. La realidad es que en el mundo impera la competencia de los grandes oligopolis-<br />

97


tas, en cuyos mercados hay millones de hogares, sí; pero no hay millones de firmas compitiendo<br />

por el mismo producto. La esquizofrenia marginalista les obliga a confundir el modelo,<br />

trazado en el papel, con la realidad palpitante del mundo. Intentan, por todos los medios,<br />

de retrotraernos a la época en que el mercado era de libre competencia, allá en el siglo<br />

XVI-XVIII. En un mercado de libre competencia, el bien es homogéneo y la cantidad de<br />

oferentes de ese bien es tan grande que ninguno, por sí solo, podría cambiar el precio de<br />

ese bien. Pero en la actualidad, el mercado de competencia perfecta, en el que hay “millones<br />

de firmas que ofertan el bien” es una excepción, especialmente en el mercado internacional.<br />

Tomemos el mercado de computadoras, de automóviles o el de celulares. En cada uno hay<br />

una cantidad reducida de firmas corporativas que compiten entre sí para logra mayores<br />

segmentos de mercado de ese bien; v.g, computadoras. Las numerosas familias, “millones”,<br />

están sometidas a las decisiones de las corporaciones, tal como veremos cuando analicemos<br />

la alienación del consumidor al mercado, sometimiento y alienación que los marginalistas<br />

pretenden encubrir usando como escenario de análisis el mercado de competencia perfecta<br />

y no los de competencia imperfecta, en los que operan las corporaciones transnacionales.<br />

Principio marginalista 7<br />

El Gobierno puede, algunas veces, mejorar el mercado<br />

Mankiw dice que el gobierno puede hacerlo protegiendo los derechos de propiedad de las<br />

empresas. Para los marginalistas, ésa es la única razón por la que el Estado podría intervenir<br />

en la economía. Con el objeto de mostrarnos en qué situaciones el gobierno puede intervenir,<br />

nos traslada a un pueblito en el que hay una sola fuente de agua y que, en tal caso, el<br />

gobierno tiene el deber de reglamentar el abuso. Por supuesto, en el pueblito, no en los<br />

negocios de las transnacionales.<br />

La Economía Vital<br />

Esto es ingenuidad pura; la fuente de agua del pueblito no refleja los verdaderos abusos que<br />

las corporaciones transnacionales monopólicas y oligopólicas comenten en el mundo real.<br />

Su ejemplo del pueblito pretende hacernos creer que no hay monopolios ni oligopolios ni<br />

corporaciones transnacionales que expolian hasta la médula los recursos humanos y naturales<br />

de los países anfitriones. El intento de poner velos a esta clase de abusos, por medio<br />

de ejemplos tan ingenuos, es una muestra de la sólida lealtad con que los economistas del<br />

marginalismo pretenden velar los abusos de las corporaciones transnacionales. Por otro<br />

lado, dice que una economía de mercado recompensa a “la gente” de acuerdo con la habilidad<br />

para producir cosas que otras “gentes” están dispuestas a pagar por ellas. Otra vez<br />

pretende trasladarnos a las épocas pre-históricas en las que las tribus se especializaban en<br />

producir cosas que otras tribus deseaban y que ahora las personas o familias hacemos lo<br />

mismo.<br />

También dice que la mano invisible no asegura que cada uno tenga lo suficiente para comer<br />

vestir y cuidar de su salud. Estas desigualdades, continúa, dependen de la filosofía política<br />

98


del gobierno que interviene. En la práctica muchas políticas públicas, tales como la economía<br />

del bienestar se orientan a lograr una distribución más igualitaria de los beneficios de<br />

le economía. Ante los abusos de las corporaciones trasnacionales en los países subdesarrollados,<br />

el Estado debe intervenir para limitar la expoliación que realizan, tanto de los recursos<br />

humanos como de los recursos naturales. Si el Estado no interviene, el país anfitrión<br />

estará a merced de los grandes depredadores del planeta y el mundo estará sufriendo los<br />

efectos de la depredación planetaria.<br />

Principio marginalista 8<br />

El nivel de vida de un país depende de su habilidad para producir bienes y servicios<br />

La variación de los niveles de vida entre los países emerge de las diferencias en la productividad<br />

de cada trabajador. La tasa de crecimiento de la productividad de una nación, dice,<br />

determina la tasa de crecimiento de su ingreso medio. Por otro lado, continua, debemos<br />

relacionar los resultados de las políticas económicas del gobierno por la manera cómo influye<br />

sobre la habilidad para incrementar la productividad. Esto es innegable y no hay discusión<br />

al respecto.<br />

La Economía Vital<br />

No hay nada que objetar a ese principio; como veremos luego, la productividad del conocimiento<br />

aplicado al proceso de producción determina el nivel de vida de la población. Pero,<br />

quienes trabajen en condiciones adecuadas, en una atmósfera cómoda y un entorno acogedor,<br />

serán siempre mucho más productivos que los campesinos que sin tecnología.<br />

Principio Marginalista 9<br />

Los precios suben cuando el gobierno imprime demasiado dinero.<br />

La Economía Vital<br />

El marginalista dice que, en casi todos los casos, la causa fundamental de la inflación es el<br />

exceso de circulante y la reducción del circulante es la causa más importante de la reducción<br />

inflacionaria. El incremento de circulante está presente en los procesos inflacionarios, pero<br />

no toda inflación tiene como fuente el incremento del circulante. Sin embargo, esta percepción<br />

llevada al extremo por una variante del marginalismo, esto es, el Monetarismo, una de<br />

las variantes del marginalismo actual, afirma que la única causa de inflación es el exceso<br />

de circulante, lo que es completamente falso, pues hay otras causas de los procesos inflacionarios,<br />

tales como la inelasticidad de la agricultura, la inflación importada, la inflación<br />

estacional, la inflación de costos… la idea de percibir al exceso de circulante como la única<br />

fuente de la inflación, está consanguíneamente emparentada con la aversión que el marginalista<br />

siente por el papel fiscalizador del Estado, a quien culpa por las “malas políticas<br />

monetarias y fiscales”<br />

Principio Marginalista 10<br />

99


En el corto plazo, la Sociedad enfrenta un intercambio entre inflación y desempleo.<br />

Eso se debería al hecho de que el aumento del circulante estimula el gasto en la economía<br />

y, con el gasto, la demanda. Ese aumento de demanda hace que las firmas aumentes sus<br />

precios y motiva la contratación de más trabajadores para expandir la producción. El mayor<br />

número de contrataciones implica menos desempleo.<br />

La Economía Vital<br />

En este punto, Mankiw se aleja del marginalismo de Milton Friedman y se acerca más al<br />

marginalismo de Keynes. Sin embargo, la Economía Vital apoya la visión de Friedman y<br />

su propuesta sobre la inadecuación de la Curva de Phillips en el corto plazo, el principio de<br />

la inflación esperada y, con ello, la coexistencia simultánea de altos índices de desempleo<br />

y de inflación. Este fenómeno, siendo relativamente reciente (fines de la década de 1960)<br />

en las economías desarrolladas, ha sido una constante en los países subdesarrollados.<br />

El Economista como “Científico”<br />

Todo empezó cuando el marginalista tuvo la temeraria idea de que merecía ser llamado<br />

“científico” con el mismo rango que los astrofísicos. Gregory Mankiw, continúa con la<br />

tradición, pues empieza otro capítulo afirmando que “los economistas tratan de enfocar su<br />

campo con la objetividad de un científico” dado que ellos asumen sus tareas tal como lo<br />

hacen los físicos teóricos o los biólogos. Dice que eso es así porque ellos, los economistas<br />

marginalistas, identifican teorías, coleccionan datos y los analizan en un intento de verificar<br />

o refutar las teorías. Por último, afirma que los economistas “son científicos” porque usan<br />

el método científico para sistematizar sus observaciones. Nada habría que poner de relieve<br />

en este asunto, si no fuera porque hay dos áreas que reclaman ser tomadas en cuenta antes<br />

de que se le otorgue a cada economista el rango de físico teórico y a sus generalizaciones<br />

el poder pronosticador de la Ley de la Evolución.<br />

La Economía Vital<br />

Todas las teorías razonables del conocimiento niegan que el hombre puro exista, el que<br />

estría libre de la influencia que sus sentidos y su ideología tienen en la realidad. Todo ser<br />

humano está sometido a esas deformaciones, las que no deforman la realidad, sino la percepción<br />

que de ellas tenemos. Pero, la fuerza más deformante es la ideología. Por ejemplo,<br />

cuando la ciencia económica empezó sus primeras tentativas de consolidación, quienes se<br />

ocupaban de su estudio, los Mercantilistas, afirmaban que el oro y la plata eran los que<br />

conformaban la riqueza de las naciones y el personaje más importante de la sociedad, era<br />

el Comerciante, pues él se encargaba de exportar los productos y, a cambio, traer oro y<br />

plata. Con los Clásicos sucedió lo mismo. Durante las guerras napoleónicas, Bonaparte<br />

cercó los puertos ingleses para que no pudieran abastecerse de granos. El parlamento inglés<br />

votó una ley que prohibía la importación de granos, aun después del embargo napoleónico.<br />

En esas circunstancias, Robert Malthus, un gran economista de la época, se opuso a que la<br />

100


Ley de granos continuara y pidió subvenciones para los terratenientes cuyos intereses representaba,<br />

aduciendo que ellos eran los verdaderos productores del valor. En cambio, David<br />

Ricardo exigió la abolición de la Ley, pues decía que haría más caros los artículos de<br />

consumo de los trabajadores, lo que, a su vez, incrementaría los salarios y con ellos, los<br />

precios de los bienes producidos por los industriales. Su preferencia estaba a favor de la<br />

clase burguesa que ya se consolidaba como tal, en contra de los terratenientes. En todo caso,<br />

Ricardo defendía un capitalismo progresista, vencedor en la lucha contra el feudalismo,<br />

lleno de iniciativas y liderado por el capitalista que era también empresario.<br />

En la segunda mitad del siglo XIX los marginalistas incluyeron el concepto de “marginalidad”<br />

en la Economía, concepto que aún sigue vigente en las diferentes variantes del marginalismo<br />

actual. Según este principio, el valor de algo se basa en la valoración que “el consumidor<br />

otorga a la última unidad del bien consumido”. Por ejemplo, la primera unidad de<br />

pan es más valiosa que la segunda, y ésta, que la tercera… así hasta la última. Lo mismo<br />

sucede con el salario: el primer trabajador tiene una productividad mayor que el segundo;<br />

la de éste es más alta que la del tercero… y así hasta que la productividad del último trabajador<br />

se acerca a cero.<br />

Pues bien, la teoría dice que para estimar el salario de todos los trabajadores de la firma,<br />

debe estimarse la productividad del “último de los trabajadores contratados”; ahora bien,<br />

sucede que el último de los contratados es, usando la terminología de los marginalistas, el<br />

“menos productivo”, por lo tanto el salario que se paga a todos resulta de la multiplicación<br />

del “producto marginal” del menos productivo de la empresa, por el precio del bien que se<br />

produce; de allí vienen las exorbitantes ganancias que obtienen. Por ejemplo, siguiendo la<br />

lógica de los marginalistas, suponiendo que el precio del bien en el mercado es de $10 y si<br />

el segundo trabajador contratado tiene una productividad de 30 unidades y el último sólo<br />

de 2, entonces el salario para ambos y todos los de la gama intermedia, resulta de la multiplicación<br />

de 2 x 10= 20 que correspondería a la productividad del menos productivo. De<br />

esta manera, el trabajador que produce 30 unidades y que debería ganar 300 debe contentarse<br />

con los 20 que determina el menos productivo de sus colegas. A esta uniformización<br />

del salario, usando como referente al “menos productivo” de los trabajadores, es que se<br />

llama “la distribución funcional del Ingreso”. Se supone que gracias a esa distribución se<br />

otorga a cada individuo por separado lo que realmente produce en la empresa.<br />

Estas contradicciones son increíbles.<br />

Por estas razones no es posible aceptar la afirmación de Mankiw en el sentido de que los<br />

“científicos economistas” sean objetivos y tan libres de la deformación ideológica que “ni<br />

un rayo de luna filtrado les ha”. Stiglitz reafirma la necesidad de una “economía equilibrada”<br />

es la respuesta que se debe dar al “fundamentalismo de mercado”. Éste ha tenido<br />

como consecuencia las crisis de los EE. UU y de Europa. Recalcó que estos sucesos han<br />

supuesto el fin del fundamentalismo de mercado, del mismo modo que la caída del muro<br />

101


de Berlín supuso el final del “socialismo real”. Da ejemplos de países, desde Europa hasta<br />

el Este de Asia, cuyo éxito se ha basado en el equilibrio entre mercados, administración y<br />

otro tipo de entidades, incluyendo a la economía social.<br />

La Economía Vital<br />

Al contrario de lo que afirma Mankiw, es preciso poner muy claro el hecho de que ninguna<br />

ciencia social tiene leyes comparables a las de la Física Teórica; mucho menos la Economía,<br />

disciplina que debe bregar con la lucha de intereses económicos, no solo entre grupos humanos<br />

o individuos, también entre naciones y regiones en general. Los marginalistas de<br />

hoy quieren creer que el hecho de usar las matemáticas para formalizar sus teoremas en su<br />

modelo concede a la Economía el mismo nivel de pronóstico que a la biología y, a sus<br />

generalizaciones, el rango de la Ley física. De esta manera, quieren ser aceptados en la<br />

comunidad científica con los mismos quilates que el astrofísico. Si la Economía fuera una<br />

ciencia con la capacidad de pronóstico de la Física, la Bolsa de Valores no existiría, pues<br />

todos sabrían que es lo que deberían comprar y qué vender. La existencia de la Bolsa de<br />

Valores se debe a la incertidumbre, no a la supuesta capacidad de la Economía de pronosticar<br />

con certeza. Sin embargo, hasta los mismos Físicos Teóricos ya han manifestado que<br />

no hay una sola ciencia que esté a cubierto de la incertidumbre y que la palabra “Ley” debe<br />

ser reemplazada por la expresión “ley probabilística”. Si eso es así en las ciencias verdaderas,<br />

qué se puede esperar de la Economía, sobre todo si los marginalistas pretenden estudiar<br />

“el comportamiento del individuo” y no de los grupos sociales.<br />

La Física moderna, con la Física Cuántica, como cabecera, acepta que existen varios factores<br />

aleatorios intrínsecos en la teoría, factores que eliminan el determinismo, el que era<br />

sostenido como verdadero en la mecánica clásica. El indeterminismo nos dice: existe una<br />

constante universal, la constante de Planck que marca un límite donde los errores ya no son<br />

ni despreciables ni eliminables. Por lo mismo, cuando se pretende establecer la posición y<br />

el movimiento de un electrón, ya no se puede afirmar ni suponer lo que sucede entre dos<br />

actos de observación del "mismo sistema". Es que la serie de procesos que se realizan entre<br />

dos actos de observación no es observable, pues siempre son procesos sujetos a perturbaciones.<br />

Estos procesos sólo pueden ser aceptados con cierto rango de probabilidad. Desde<br />

que Heisenberg estableciera que la posición de un electrón, partiendo de las condiciones<br />

iniciales no podía ser determinada, todos los miembros de la comunidad científica mundial,<br />

convinieron en que la mecánica cuántica y, con ella, las ciencias físicas y naturales podían<br />

generalizar sólo leyes probabilísticas, no determinísticas, tal como sucedía con la mecánica<br />

clásica desde las épocas de Newton.<br />

Para resaltar aún más lo que sucede en la observación científica (la verdadera) los científicos<br />

dicen que la indeterminación no es inherente sólo al experimento, sino a la teoría<br />

misma, la que está limitada por la dimensión estadística. Lo más que se puede conocer son<br />

regiones y rangos probables de espacio y de velocidad en los que la probabilidad de que la<br />

partícula se encuentre ahí sea alta. Pero hay algo más; a esto es preciso añadirle el “efecto<br />

102


observador”. Para el economista, el efecto observador es su ideología. El Marginalismo<br />

Neoclásico actual es el brazo académico de las corporaciones transnacionales y los portavoces,<br />

al estilo de Mankiw o de cualquiera de nuestros “economistas” criollo, son los que<br />

repiten como loros lo que los teóricos han hecho e inscrito en los textos sagrados. Por último,<br />

es útil concebir que hay una aleatoriedad que es inherente a la naturaleza misma y<br />

que lo más que el científico puede hacer es limitar el escenario donde se expresen los eventuales<br />

resultados y calcular probabilidades, lo que significa el fin del determinismo en la<br />

ciencia (en la verdadera)<br />

Si estas son las conclusiones a las que han llegado los científicos de verdad, luego de analizar<br />

la materia que no tiene libertad de “obrar como le plazca” ¿qué se puede decir de los<br />

aprendices de brujos, de aquéllos que afirman la existencia de Leyes económicas vigentes<br />

en todo tiempo y espacio? ¿Qué se puede decir de aquéllos que pretenden analizar al individuo<br />

para llegar a ese tipo de leyes? Podría decirse de ellos es que intentan ingresar en un<br />

grupo al que no fueron invitados y que, a pesar de golpear la puerta con insistencia, no serán<br />

aceptados como científicos. Por otra parte, cuando observamos este proceso en el avance<br />

de las ciencias naturales, ¡qué grotesco nos parece la tesis del “comportamiento racional<br />

del individuo”.<br />

El Principio<br />

del Caos<br />

Hay discontinuidades en los procesos ordenados que no obedecen a ninguna tendencia previsible<br />

y, al mismo tiempo, esas discontinuidades tienen su propio orden. Es como si un<br />

orden arbitrario, en un arranque de intención voluntaria impusiera su orden para luego desaparecer<br />

y dejar intactos los procesos originales. Los especialistas dicen que se ha identificado<br />

lo que se conoce como un “Atractor”, esto es, una especie de conjunto infinito de<br />

comportamientos periódicos no estables, lo que permite postular que un sistema será inestable<br />

si su trayectoria cambia desproporcionalmente como consecuencia de una pequeña<br />

perturbación en las condiciones iniciales. De esta clase de comportamientos derivan lo que<br />

el caos es un orden sin periodicidad o un comportamiento recurrente, no necesariamente<br />

producto del azar, en un sistema determinista. Lo más extraño es que el comportamiento<br />

emergente no es aleatorio, pero es muy sensible a modificaciones en las condiciones iniciales;<br />

por otra parte, no hay la mínima posibilidad de predicción a mediano ni largo plazo.<br />

El Equilibrio Neoclásico y el Caos<br />

La Teoría del Caos ha sido ya sancionada en todos los campos científicos. Veamos un<br />

ejemplo del caos, trasladado del campo de la ciencia natural a la economía. Imaginemos un<br />

inmenso cubo de vidrio en el que hay 100 millones de pelotas de pingpong azules y 100<br />

millones de color rojo, rebotando sin parar y mezclándose a la deriva. El número de permutaciones<br />

o de arreglos que describan todos los posibles movimientos, posiciones y mezclas<br />

será espantosamente grande, pero será finito. Bajo el supuesto de que cada pelotita<br />

103


puede moverse indefinidamente, tendremos doscientos millones de elementos en plena acción.<br />

Podemos concebir uno de los arreglos teóricos: los cien millones de pelotitas azules<br />

juntas en un mismo lado del cubo y los cien millones de rojas al otro lado. Para que esa<br />

división de los dos conjuntos sea observada, tendríamos que haber sido testigos de innumerables<br />

arreglos de las pelotitas, lo que nos habría llevado tal vez siglos. Y conste que el<br />

ejemplo está simplificado, puesto que al suponer un cubo de vidrio en el cual las pelotitas<br />

de mueven, hemos identificado un sistema cerrado. Es decir, ajeno a la influencia externa,<br />

algo que no es posible en el mundo real. Pero, aun tratándose de un sistema cerrado podemos<br />

intuir que habrá un número escandalosamente grande de interacciones entre ellos, lo<br />

que complicará el estado de cosas. De acuerdo con esas premisas, reflexionemos sobre la<br />

tarea de establecer el lugar, la dirección, el impacto y la interacción de esos doscientos<br />

elementos en un momento dado, tratando de prever todas esas permutaciones para el próximo<br />

minuto… hora… día… con toda seguridad que la tecnología tendrá que avanzar a<br />

marchas forzadas para que podamos prever los arreglos que se concretarán sólo en el próximo<br />

minuto.<br />

La inclusión del ser humano<br />

Ahora bien, supongamos que cada una de esas pelotitas es un ser humano y que, en consecuencia,<br />

se mueve de acuerdo con sus propios intereses. Supongamos también que el cubo<br />

de vidrio es un país. Tratemos de pedirle a la computadora que nos pronostique el comportamiento<br />

de cada uno de los doscientos millones de seres humanos durante diez horas; una<br />

semana… ¿Terríficamente difícil verdad? Pues bien, el modelo neoclásico otorga a la ciencia<br />

económica una gran tarea: Analizar el comportamiento, no de los 200 millones de bolas<br />

de pingpong en el cubo de cristal, sino el de ¡cada persona de las 1400 millones que existen<br />

en la China! No; no estoy bromeando; a esa manera de imaginar una sociedad es que denominan<br />

“El Individualismo Metodológico”, cuyos principios son dados por la corriente austriaca.<br />

El Individualismo Metodológico, según Hayek, es un método para el que los fenómenos<br />

y procesos sociales son, en principio, explicables por el comportamiento individual.<br />

En ese comportamiento se incluye sus objetivos, sus creencias y, en general, sus acciones.<br />

Dicen que la sociedad es sólo el agregado de los individuos. También dicen que cada uno<br />

de los 8000 millones de habitantes del planeta es un “individuo soberano” y que es preciso<br />

formular, para cada uno, sus funciones de utilidad como consumidor. ¿Qué significa esto?<br />

El Principio del Caos<br />

y la Curva de Indiferencia<br />

Se supone que una curva de indiferencia es una función de utilidad para un individuo y un<br />

par de bienes, del total de los que consume: X y Y. Ahora bien; de acuerdo con los individualistas,<br />

será preciso formular una curva de indiferencia no sólo para cada individuo, sino<br />

también para todos y cada uno de los bienes que consume. Esto significa que, si en los<br />

EEUU hay 250 millones de habitantes, cada uno de los cuales consume un promedio de<br />

5000 diferentes clases de bienes y servicios en un año, será necesario diseñar 250 000 000<br />

104


x 5000 = 1 250.000 000 000. Esto sin tomar en cuenta los cambios que cada consumidor<br />

realiza en sus pautas de consumo, debido a la modificación de sus ingresos, el cambio de<br />

sus gustos y los nuevos bienes y servicios que el empresario lanza al mercado. Las lucubraciones<br />

los representantes del modelo neoclásico son muestras de locura. Locura plena y<br />

efervescente. Locura renal, cerebral y linfática…<br />

Este inmenso reduccionismo es de por sí, impresionante; pero hay más. Sus defensores<br />

niegan que el grupo humano tenga capacidad para tomar decisiones, puesto que éstas serían<br />

individuales. El grupo no sería un organismo, sino una masa inerte. Con esta perspectiva,<br />

los neoclásicos conforman un modelo pleno de contradicciones formales y, además, aumentan<br />

innecesariamente el grado de entropía en una sociedad. En su deseo de organizarla<br />

“racionalmente” por medio de “las fuerzas del mercado”, incrementan la anarquía de las<br />

variables económicas hasta el máximo<br />

Un arreglo teórico<br />

Podemos concebir uno de los arreglos teóricos: los cien millones de pelotitas azules juntas<br />

en un mismo lado del cubo y los cien millones de rojas al otro lado. Para que esa división<br />

de los dos conjuntos sea observada, tendríamos que haber sido testigos de innumerables<br />

arreglos de las pelotitas, lo que nos habría llevado tal vez siglos. Y conste que el ejemplo<br />

está simplificado, puesto que al suponer un cubo de vidrio en el cual las pelotitas de mueven,<br />

hemos identificado un sistema cerrado. Es decir, ajeno a la influencia externa, algo que<br />

no es posible en el mundo real. Pero, aun tratándose de un sistema cerrado podemos intuir<br />

que habrá un número escandalosamente grande de interacciones entre ellos, lo que complicará<br />

el estado de cosas. De acuerdo con esas premisas, reflexionemos sobre la tarea de<br />

establecer el lugar, la dirección, el impacto y la interacción de esos doscientos elementos<br />

en un momento dado. Reflexionemos sobre lo mismo, pero tratando de prever todas esas<br />

permutaciones para el próximo minuto… hora… día…. con toda seguridad que la tecnología<br />

tendrá que avanzar a marchas forzadas para que podamos prever los arreglos que se<br />

concretarán sólo en el próximo minuto. Ahora bien, supongamos que cada una de esas pelotitas<br />

es un ser humano y que, en consecuencia, se mueve de acuerdo con sus propios<br />

intereses. Supongamos también que el cubo de vidrio es un país. Tratemos de pedirle a la<br />

computadora que nos pronostique el comportamiento de cada uno de los doscientos millones<br />

de seres humanos durante diez horas; una semana… ¿Terríficamente difícil verdad?<br />

Pues bien, los modelos marginalistas otorgan a la ciencia económica una gran tarea:<br />

Analizar el comportamiento, no de los 200 millones de bolas de pingpong en el cubo de<br />

cristal, sino el de ¡cada persona de los 1400 millones que existen en la China! No; no estoy<br />

bromeando; a esa manera de imaginar una sociedad es que denominan “El Individualismo<br />

Metodológico”, cuyos principios son dados por la corriente austriaca. El Individualismo<br />

Metodológico, según Hayek, es un método para el que los fenómenos y procesos sociales<br />

son, en principio, explicables por el comportamiento individual. En ese comportamiento se<br />

105


incluye sus objetivos, sus creencias y, en general, sus acciones. Dicen que la sociedad es<br />

sólo el agregado de los individuos. También dicen que cada uno de los 7500 millones de<br />

habitantes del planeta es un “individuo soberano” y que es preciso formular, para cada uno,<br />

sus funciones de utilidad como consumidor. ¿Qué significa esto? Sus defensores niegan<br />

que el grupo humano tenga capacidad para tomar decisiones, puesto que éstas serían individuales.<br />

El grupo no sería un organismo, sino una masa inerte. Con esta perspectiva, los<br />

marginalistas conforman un modelo pleno de contradicciones formales y, además, aumentan<br />

innecesariamente el grado de entropía en una sociedad. En su deseo de organizarla “racionalmente”<br />

por medio de “las fuerzas del mercado”, incrementan la anarquía de las variables<br />

económicas hasta el máximo. Los teóricos marginalistas generalizan las “Leyes de<br />

la Ciencia Económica”, asegurando que son ciertas en todo tiempo y espacio; el grado de<br />

locura no tiene límite<br />

El Método Científico<br />

Gregory Mankiw recomienda al economista observar los hechos, teorizar sobre ello y volver<br />

a observar para estructurar una teoría. En este carril de pensamiento, hace de la Economía<br />

una ciencia que basa sus generalizaciones en los procesos reales, lo que constituye un<br />

punto a su favor, en comparación con la mayoría de los demás marginalistas, los que pretenden<br />

deducir “leyes económicas” de axiomas existentes en el cerebro antes de que el ser<br />

humano naciera, las que habrían evolucionado con el hombre desde la ameba, según la<br />

expresión de uno de los grandes defensores del espiritismo económico, Ludwig von Mises,<br />

miembro consagrado de la Escuela Austriaca. En resumen, un gran punto a favor de Mankiw.<br />

La Economía Vital: La importancia de los supuestos<br />

Dice que los supuestos simplifican la complejidad del mundo, lo que es cierto.<br />

Nadie se opone a la necesidad de que el economista recurra a los supuestos para plantear<br />

su teoría. Precisamente, una generalización se cumple si es que, a su vez, se cumplen ciertos<br />

supuestos o condiciones dadas; no hay problema en ello. En lo que sí encontramos problemas<br />

serios es en la clase de supuestos que hace el economista del marginalismo. Por ejemplo,<br />

los marginalistas, Mankiw entre ellos, adoptan el supuesto de que en el mundo impera<br />

el mercado de competencia perfecta. Es decir, el mercado en el que se supone que el bien<br />

que se produce es perfectamente homogéneo, tiene el mismo precio, la cantidad de oferentes<br />

y demandantes es tan grande que ninguno de ellos, por sí solo, puede cambiar el precio<br />

del mercado. También lo caracterizan porque habría entrada y salida libre del mercado por<br />

parte de las empresas y porque habría información perfecta sobre el mercado de cada bien.<br />

Añaden que en ese mercado hay movilidad perfecta de factores, es decir, si falta mano de<br />

obra en los EEUU y sobra mano de obra en México, los EEUU abrirá sus fronteras para<br />

que los mexicanos encuentren empleo en ese país. Esto no es aceptable, pues la casi totalidad<br />

de las operaciones en los mercados internacionales son realizadas en mercados de competencia<br />

imperfecta, es decir, por unas cuantas corporaciones transnacionales, las que dan<br />

106


lugar a los sistemas de Oligopolio, a los que nos hemos referido. En este sistema, los oligopolistas<br />

fijan, al igual que los monopolistas, el precio y la cantidad al mismo tiempo,<br />

pues la escala de inversiones y la experiencia que tienen en el ramo hace muy difícil que<br />

otras empresas ingresen a competir con ellas. Eso sucede en el mercado de computadoras,<br />

celulares, automóviles, productos de línea blanca… Precisamente, es en esta clase de mercados<br />

en la que los empresarios deben exhibir al máximo sus talentos como tales para ganar<br />

segmentos de mercado a costa de sus rivales y tender a la maximización del beneficio. La<br />

pregunta es: ¿por qué los marginalistas escogen como escenario un tipo de mercado que ya<br />

estaba despareciendo a mediados del siglo pasado?<br />

No es razonable generalizar cualquier postulado que se nos venga a la mente, sin discriminar<br />

las condiciones en las que podría tener vigencia. Desde esa perspectiva, observo que la<br />

utilidad marginal decreciente sólo puede ser aplicable a los alimentos y alguno que otro<br />

bien, pero no podría ser referida a todos los bienes y servicios. Tomemos el caso de los<br />

antibióticos. Si el médico receta cinco millones de unidades de un antibiótico determinado<br />

para curar una infección, dosificadas para un tratamiento de cinco días, la dosis del primer<br />

día no será más útil que la dosis del segundo día, ni ésta será más útil que la tercera… Todas<br />

las dosis del medicamento serán igualmente útiles, puesto que la dolencia no cesará mientras<br />

el tratamiento no termine con la aplicación de la última.<br />

Por otro lado, Gary Becker afirma que el primer año de estudios en una facultad, digamos,<br />

Economía, es más importante que el segundo y éste que el tercero… El Premio Nobel ignora<br />

en este ejemplo que el alumno que asiste a una universidad tiene un objetivo planteado:<br />

lograr el título académico que lo habilite a ejercer la profesión. En este proceso todos los<br />

requisitos exigidos por la universidad tienen la misma utilidad, pues si el alumno no cumpliera<br />

con alguno de ellos, no podría lograr su objetivo. Siguiendo las pautas de Becker<br />

habría que preguntarse: ¿Será el primer libro más útil que el segundo? Dado que el modelo<br />

aplica el concepto de lo infinitesimal, entonces también podríamos preguntarnos si la primera<br />

página de un libro de Economía es más importante que la segunda o si el primer<br />

párrafo de una página es más importante que el siguiente… la manía de generalizar tendencias<br />

que no son generalizables es otro de los grandes errores de percepción del modelo<br />

Otra contradicción.<br />

Según el Principio de la Insaciabilidad, el que establece que para el sujeto económico “más<br />

es mejor”, es decir, que el individuo siempre querrá consumir más de un bien, sin límite<br />

alguno. En cambio, la “Ley de la Utilidad Marginal Decreciente” nos hace saber que más<br />

allá del eje de las abscisas, el consumo de un bien ya no satisface; al contrario, es una<br />

tortura. Como éstos, es posible encontrar incontables ejemplos de bienes y servicios para<br />

los que no será posible aplicar la “ley de la utilidad marginal decreciente”. Pero, antes de<br />

presentar una propuesta Razonable sobre la Utilidad, es preciso retomar dos conceptos fundamentales.<br />

107


El nuevo<br />

Personaje<br />

Los neoclásicos consideran que el Homo economicus es la unidad de análisis de la microeconomía,<br />

pero la realidad nos muestra que éste fue reemplazado, por lo menos en las élites<br />

consumistas del mundo, por otro aún más letal.<br />

El Homo consumidorus<br />

La diferencia entre ambos es importante. El Homo economicus es un ente abstracto, ideal,<br />

no real, y realiza una acción sólo después de hacer un análisis de costo-beneficio de los<br />

eventuales resultados. En cambio, el Homo consumidorus no es un ente espectral. Es un ser<br />

vivo que tiene la renovada obsesión de consumir más y más. Ello se debe a la concentración<br />

progresiva del ingreso, producto de la aplicación de algunos de los conceptos más inicuos<br />

del modelo, por esa razón, los bienes de consumo suntuoso reemplazan cada vez más a los<br />

de consumo masivo. El Homo Consumidorus actual no compra bienes ni servicios, simplemente<br />

compra marcas de prestigio. La producción de esos bienes y servicios quitan recursos<br />

a la producción de bienes más útiles y atentan progresivamente en contra del medio ambiente.<br />

La aparición del Homo Consumidorus ha convertido a productores y consumidores<br />

por igual en víctimas de una extraña antropofagia, pues se están devorando el mundo en<br />

actos reiterados de canibalismo ambiental.<br />

El Método cartesiano<br />

Los neoclásicos han heredado el método cartesiano para lucubrar sobre aspectos económicos.<br />

La principal característica del método cartesiano es su proclividad a dividir todo. Al<br />

respecto, cuando se ocupa del Análisis dice:<br />

«Dividir cada una de las dificultades que examinase en tantas partes como fuera posible<br />

y como requiriese para resolverlas mejor» Cualquier problema que tengamos que estudiar<br />

no es más que un conjunto vertebrado de ideas complejas. Analizar consiste en descomponer<br />

lo complejo en sus elementos simples, elementos éstos que podrán ser susceptibles<br />

de ser intuidos como ideas claras y distintas, esto es: evidentes. Reducimos lo<br />

complejo a lo simple y, en el mismo movimiento, accedemos desde lo desconocido a lo<br />

conocido: las ideas innatas”.<br />

La noción cartesiana no es adecuada al análisis de las interacciones sociales, tal como las<br />

que existe en la economía, pues éstas exigen ser percibidas como entidades no divisibles,<br />

por lo que el que percibe debe tratar de lograr una interacción lo más integral posible. Ése<br />

es el principio del Pensamiento Complejo. Las nuevas formas metodológicas que la ciencia<br />

construye para percibir de una manera más adecuada las cosas, los hechos y los procesos<br />

del mundo real tienden a ser cada vez más holísticas y cada vez menos analíticas. Es que el<br />

análisis de partes marginales deforma la imagen que captamos de la realidad. Los nuevos<br />

108


aportes sobre los métodos sistémicos abren nuevas posibilidades lograr una mejor perspectiva<br />

de la realidad. Entre las aplicaciones concretas de esa nueva manera de percibir debo<br />

citar: el Principio de la Interdisciplinariedad, el Principio del Caos, el Principio de la Incertidumbre,<br />

el Proceso de Globalización Planetaria y la Inteligencia Emocional. Esta interacción<br />

de diferentes dimensiones conforma el Pensamiento Complejo, el que reemplaza a los<br />

viejos sistemas de conocimiento basados en la mini-parcelación conceptual de los hechos,<br />

de los fenómenos y de los procesos. El Hombre ha evolucionado y con él, ha evolucionado<br />

su pensamiento. No debemos olvidarlo.<br />

El Pensamiento<br />

Complejo<br />

Los racionalistas del extremo asocian la noción de Complejidad con la idea de algo que es<br />

difícil de entender. La identifican con lo “complicado”. De este modo, una idea compleja<br />

es parangonada a un concepto “difícil”. Por lo tanto, dicen que ese proceso o fenómeno<br />

debe ser disgregado en varias mini-parcelas cognitivas, las que serían analizadas, una por<br />

una, y luego reintegradas a la idea madre o “Compleja”. Con este enfoque, que extiende su<br />

influencia desde hace siglos, el análisis se hace exclusivamente racionalista, por eso es que<br />

se realiza sobre las porciones muertas de la realidad que se quiere conocer. El intento final<br />

es reintegrarlas al todo original, con la seguridad de que “una vez reincorporadas al todo”<br />

se comportarán de la misma manera que lo hacían cuando fueron abstraídas por la mente.<br />

Este enfoque no toma en cuenta que la interacción de los elementos que estructuran un<br />

fenómeno, una cosa o un proceso, es lo que da vida al comportamiento que cada elemento<br />

tiene en el hecho real. Pero, en los últimos tiempos, el periscopio de la mente, siempre en<br />

busca de nuevos horizontes, de nuevos modos de conocer el mundo, descubrió la idea del<br />

Pensamiento Complejo (Yo prefiero el denominativo de Conocimiento Complejo) el que<br />

permite lograr una percepción menos segmentada de un área de la realidad y, por lo tanto,<br />

más fiel y confiable. Sobre el particular, postulo que esa fidelidad y confiabilidad es parte<br />

inherente del proceso mental, cuando la Razón y la Intuición, en unidad indisoluble, realizan<br />

la acción de conocer.<br />

La unidad<br />

RazónIntuición<br />

Percibe el proceso o fenómeno en su condición de síntesis de los componentes que los<br />

estructuran, minimizando el cercenamiento en unidades infinitesimales que se hacen cada<br />

vez menos útiles. En este sentido, nos damos cuenta de que la Complejidad no yace en la<br />

dificultad de alguna realidad que deseamos analizar, sino en el reconocimiento de que cada<br />

estructura sirve de escenario activo a todas las interacciones permanentes de sus elementos,<br />

lo no permite la desmembración arbitraria de sus componentes si es que ha de ser adecuadamente<br />

aprehendido y descrito. Para varios analistas de la nueva concepción, la Complejidad<br />

(“El Pensamiento Complejo”) es el producto de nuestra incapacidad mental. Así nos<br />

lo ha hecho saber Edgar Morin, el principal promotor de la nueva idea, al mostrarnos que<br />

109


la complejidad no es la simplificación puesta del revés; la complejidad no es la complicación…<br />

pues lo complicado se puede simplificar, en cambio, la complejidad pretende integrar.<br />

Tengo gran admiración por René Descartes, el padre del Racionalismo, de la Geometría<br />

Analítica y del principio de la duda en la percepción cognitiva, pero creo que ya ha<br />

llegado el momento de abandonar las recomendaciones del “El Discurso del Método”.<br />

El Principio<br />

de Incertidumbre<br />

El principio puede ser expresado de una forma muy breve:<br />

Lo que es observado cambia por la influencie del que observa<br />

El Principio de Incertidumbre fue establecido por Werner Heidelberg, Premio Nobel de<br />

Física a comienzos de los años ’30. Para explicar sus hallazgos de manera simple, dijo que<br />

deseamos ubicar a un electrón en su órbita alrededor de núcleo central del átomo, será necesario<br />

un microscopio de mucho poder y la proyección de luz o alguna especie de radiación<br />

que ayude a identificarlo. Ahora bien, dado que el electrón es muy pequeño, bastará un solo<br />

fotón de luz para hacerle cambiar de posición y expulsarlo de su órbita, apenas entrara en<br />

contacto con él. Así, en el preciso instante de medir su posición, el fotón de luz la alteraría<br />

para transportarlo hacia otras órbitas que, en el momento de ser analizadas sufrirán el<br />

mismo efecto del golpe botánico. En consecuencia, nuestra intención de aplicar instrumentos<br />

para medir tendrá un efecto decisivo en el objeto medido. Heisenberg dice que podríamos<br />

detener el electrón y determinar así su posición en un momento dado. Pero si lo hiciéramos,<br />

no sabríamos cuál sería su movimiento ni su velocidad. Según el principio de incertidumbre,<br />

ciertos pares de variables físicas, como la posición y el momento (masa por velocidad)<br />

de una partícula, no pueden calcularse simultáneamente, por lo que dichos cálculos<br />

fluctúan en torno a valores medios. Si el electrón obedeciera las leyes de la mecánica newtoniana,<br />

las incertidumbres podrían reducirse a cero y la posición y el momento del electrón<br />

se determinarían con precisión.<br />

Pero hay algo mucho más extraño. El Principio de la Incertidumbre nos dice que la imposibilidad<br />

de medir con precisión absoluta la velocidad o la ubicación de una partícula elemental<br />

no es imputable al observador, ni a la vulnerabilidad de los instrumentos que se usa<br />

para el efecto, la imposibilidad está en la naturaleza de las cosas. No es posible medirlas<br />

con un rango aceptable de exactitud, pues la naturaleza nos lo impide.<br />

Por extensión del concepto, el Principio de Incertidumbre se aplica con mayor rigor en el<br />

estudio de las ciencias sociales, y, muy especialmente, en la Economía. La deformación de<br />

la realidad viene dada, no sólo porque los sentidos deforman la percepción, también, por la<br />

Ideología del que analiza. De todo esto deducimos que el “hombre puro” no existe. Por eso<br />

es que von Mises piensa de una manera y el secretario de doctrina de una unión de trabajadores<br />

piensa de otra. Cada persona percibe los hechos, cosas y fenómenos transformados<br />

110


por sus sentidos y por sus intereses particulares o de grupo, es decir, por lo que normalmente<br />

llamamos ideología.<br />

La Inteligencia<br />

Emocional<br />

Los nuevos estudios realizados en el campo del Yo interno de las personas, han determinado<br />

que no existe la “Decisión Racional”, tal como la presentan los neoclásicos; por el contrario,<br />

cualquier decisión en el campo de la Economía está dominado por la dimensión emocional,<br />

la que tiene una importancia muy superior al racionalismo del homo economicus, tal como<br />

lo han demostrado los investigadores actuales, quienes afirman que cuando un consumidor<br />

debe tomar una decisión sobre la compra de un bien, en el mejor de los casos, la Razón sólo<br />

conforma el 27% de las fuerzas que lo impulsan a elegir, el restante 73% está determinado<br />

por tradiciones, costumbres, afectos y desafectos, es decir, por la Inteligencia Emocional.<br />

En este sentido, lo neoclásicos, con su racionalismo a cuestas, sólo se ocupan de ese 27%<br />

cuando analizan la conducta del consumidor.<br />

Tal un pequeñísimo resumen de algunas indagaciones sobre la teoría neoclásica acerca del<br />

comportamiento del Consumidor. En el próximo fascículo nos referiremos a las indagaciones<br />

sobre la teoría neoclásica de la producción. Entiendo que el modelo neoclásico es eso,<br />

un modelo, es decir una simplificación de la realidad; sin embargo, he sabemos que los<br />

representantes del neoclasicismo trasladan el comportamiento que observan en el modelo,<br />

v.g, emergente de un ejercicio de simulación, directamente a la realidad, en un proceso al<br />

revés: en vez de tomar el modelo desde la realidad, toman la realidad desde el modelo, lo<br />

que no es nada, nada razonable.<br />

Los Modelos<br />

Económicos<br />

Con el objeto de poner de relieve las bases fundamentales de su teoría, un economista debe<br />

recurrir, al igual que los supuestos, a la estructuración de modelos, los que son representaciones<br />

simplificadas de la realidad. Pero, los modelos usados por los marginalistas están ya<br />

sesgados por los supuestos, en este caso, por usar como escenario de operaciones un mercado<br />

que ya no es importante, el de competencia perfecta. Es por eso que la mayor parte de<br />

sus modelos no tienen ninguna capacidad ni descriptiva ni predictiva. La artificialidad de<br />

los supuestos y de los modelos del pensamiento marginalista ha inspirado a varios humoristas,<br />

los que despliegan una serie de opiniones sobre la Economía. Vaya el primero de<br />

ellos, tomado al azar: Un Economista es una persona que nos dice lo que va a suceder<br />

mañana en el campo de la economía y luego nos explica con lujo de detalles por qué no<br />

sucedió así.<br />

Cuando a comienzos de la década del ’70 apareció en os EEUU el fenómeno de la stanflación,<br />

es decir, la coexistencia mutua de altos índice de inflación y de desempleo, algo que<br />

111


no había sucedido antes en ningún país desarrollado, el entonces Presidente Richard Nixon<br />

convocó la presencia de Paul Samuelson con el objeto de que le guiara en las medidas que<br />

debería tomar para acabar con el extraño fenómeno. Paul Samuelson, de la corriente keynesiana<br />

del marginalismo y Premio Nobel le dijo: No se preocupe señor Presidente, lo que<br />

usted debe hacer es enfocar sus esfuerzos a luchar contra el desempleo; una vez vencido, la<br />

inflación desparecerá como por encanto. En cuanto a las medidas que debe tomar es preciso<br />

un paquete de acciones que incluyan la reducción de la tasa de interés, el incremento de la<br />

oferta monetaria y una política crediticia más abierta.<br />

El Presidente Nixon, cuya experiencia en política le había enseñado a pedir siempre una<br />

segunda opinión, convocó a Milton Friedman, quien crítico severo del keynesianismo y<br />

creador de la corriente monetarista del marginalismo. La respuesta, en síntesis, fue la siguiente:<br />

no se preocupe señor Presidente, concentre sus energías en la guerra contra la inflación;<br />

una vez concluida, el desempleo desaparecerá automáticamente. Las medidas más<br />

importantes son las siguientes: reduzca la oferta monetaria, aumente la tasa de interés y<br />

endurezca la política crediticia. ¡Todo lo contrario de lo recomendado por Samuelson! En<br />

1976, cuando Milton Friedman recibió el Premio Nobel, otro humorista comentó:<br />

La Economía debe ser la única ciencia que premia a dos de sus representantes por el<br />

hecho de que uno diga exactamente lo contrario del otro<br />

Economía Positiva y Normativa<br />

Tal como sucede con toda la variedad de las corrientes marginalistas, Mankiw también es<br />

partidario de dividir los conjuntos en unidades que permitan su análisis al más puro estilo<br />

cartesiano. De este modo, aparte de la división tradicional de la Economía en Macro y Microeconomía,<br />

también se la divide en Economía Positiva y Economía normativa. Se supone<br />

que, con esta división, el economista, en su calidad de “científico” sólo describe “lo que es”<br />

omitiendo todo juicio de valor. Éste es el Hombre puro, al que ni un rayo de luna filtrado<br />

le ha”. No tiene ideología, ni los sentidos ni la mente deforman su percepción. Pero también<br />

es marxista, pues supone que su conciencia, al más puro estilo marxista, refleja la realidad<br />

con una perfección que los fabricantes de espejos venecianos envidiarían. De este modo, la<br />

Economía Positiva es comparada con la Física Teórica y el economista se autogratifica con<br />

la idea de que es un “científico”. La Economía Normativa sería el dominio de quienes dan<br />

recomendaciones al gobierno sobre aspectos de Política Económica, recomendaciones en<br />

las que se introducen “juicios de valor”. De Este modo, si el gobierno quiere aumentar el<br />

salario mínimo, el positivo, es decir el “científico”, dirá que las leyes sobre el salario mínimo<br />

aumentan el desempleo, mientras que el otro no hablará como “científico” sino como<br />

un simple consejero. El marginalista actual quiere asumir una actitud hacia la Economía<br />

Normativa, como la que asume el Matemático Puro con relación al Físico Teórico. El Físico<br />

teórico aplica la matemática a la tarea de desentrañar los misterios del universo, por eso es<br />

que el matemático puro lo considera como un científico de segunda mano. Me imagino qué<br />

112


dirían si se enteraran del título de “científicos” con el que se autoproclaman los marginalistas<br />

actuales; seguramente los definirían como extraviados.<br />

Tartarín de Tarascón<br />

En 1871, Alfonso Daudet publicó su obra, muy conocida, Tartarín de Tarascón.<br />

En ella describe a un sujeto que tiene una particularidad extraña: si cree algo intensamente,<br />

ese algo se transforma, para él, en realidad. Se imagina lo hermoso que sería ir al África en<br />

un gran safari para cazar leones. Poco a poco, la idea de ir a cazar leones, por alguna rara<br />

conexión eléctrico-química de su cerebro, se convierte en una realidad: la idea de ir a cazar<br />

leones se ha alojado en alguna neurita dislocada y ha hecho que se convierte en realidad.<br />

Desde ese momento, Tartarín de Tarascón está seguro de que ha ido a cazar leones. Cuando<br />

relata los detalles a un grupo de amigos, Tartarín no está diciendo la verdad; pero, esto es<br />

lo fundamental, tampoco está mintiendo. Mentir es decir algo que no es cierto con la conciencia<br />

de que no es cierto. Pero Tartarín tiene la certeza de que ha ido. Algo similar sucede<br />

con los economistas del marginalismo actual. Se imaginan el status que el ser “científicos”<br />

les otorgaría ante el mundo y empiezan a desearlo con intensidad progresiva. Poco a poco<br />

esa idea se asila en una neurona parecida a la de Tartarín y desde ese momento el deseo ha<br />

pasado a ser verdad en el cacumen marginalista: es un científico con el mismo rango que el<br />

físico teórico. No dice la verdad, al igual que Tartarín, pero tampoco miente. De todos<br />

modos, ante la existencia de varias percepciones que existen en el mundo sobre la Economía,<br />

el capítulo de la obra de Mankiw, “Pensando como un Economista” realmente debería<br />

decir: “Pensando como un economista del marginalismo”, de tal manera que no se tome la<br />

libertad de incluirnos a economistas que, como Krugman, Stiglitz, a los que acompaño,<br />

rechazan ese dudoso “status”. Con eso estaríamos en paz, sin maldad para nadie, con alegría<br />

para todos.<br />

Resumen<br />

La manía de generalizar que tienen los economistas del marginalismo es lamentable, no<br />

sólo por lo irreal de sus generalizaciones, sino porque con ellas pretenden poner un velo a<br />

la expoliación sin límites de los recursos humanos y naturales que realizan las transnacionales<br />

en los países anfitriones. La intención de llevarnos a un mercado idílico en el que hay<br />

“millones de consumidores y de firmas” en el que supuestamente consiguen beneficios mutuos,<br />

para cubrir la expoliación de las transnacionales es la expresión ideológica de un modelo<br />

que deforma el sistema capitalista. El ejemplo de comparar las operaciones de una<br />

corporación transnacional con las tareas que realiza un ama de casa, ya es repugnantemente<br />

empalagoso.<br />

La Economía Vital considera que, si bien el sistema capitalista es uno, las formas en que el<br />

sistema se concretan en los países son diversas: van desde el modelo de los EEUU e Inglaterra<br />

hasta la República Popular de China, pasando por los países nórdicos y toda la gama<br />

113


existente en los países subdesarrollados. Las culturas y los procesos históricos de cada nación<br />

hacen que el capitalismo se exprese en formas que se adecúen a esos procesos. Los<br />

institucionalistas de las primeras décadas del siglo pasado supieron entenderlo muy bien.<br />

8<br />

EL CONOCIMIENTO<br />

COMPLEJO<br />

Introducción<br />

Los marginalistas han heredado el método cartesiano para lucubrar sobre aspectos económicos.<br />

La principal característica del método cartesiano es su proclividad a dividir todo. Al<br />

respecto, cuando se ocupa del Análisis dice:<br />

«Dividir cada una de las dificultades que examinase en tantas partes como fuera posible<br />

y como requiriese para resolverlas mejor» Cualquier problema que tengamos que estudiar<br />

no es más que un conjunto vertebrado de ideas complejas. Analizar consiste en descomponer<br />

lo complejo en sus elementos simples, elementos éstos que podrán ser susceptibles<br />

de ser intuidos como ideas claras y distintas, esto es: evidentes. Reducimos lo<br />

complejo a lo simple y, en el mismo movimiento, accedemos desde lo desconocido a lo<br />

conocido: las ideas innatas.<br />

La noción cartesiana no es adecuada al análisis de las interacciones sociales, tal como las<br />

que existe en la economía, pues éstas exigen ser percibidas como entidades no divisibles,<br />

por lo que el que percibe debe tratar de lograr una interacción lo más integral posible. Ése<br />

es el principio del Pensamiento Complejo. Las nuevas formas metodológicas que la ciencia<br />

construye para percibir de una manera más adecuada las cosas, los hechos y los procesos<br />

del mundo real tienden a ser cada vez más holísticas y cada vez menos analíticas. Es que el<br />

análisis de partes marginales deforma la imagen que captamos de la realidad. Los nuevos<br />

aportes sobre los métodos sistémicos abren nuevas posibilidades lograr una mejor perspectiva<br />

de la realidad. Entre las aplicaciones concretas de esa nueva manera de percibir debo<br />

citar: el Principio de la Interdisciplinariedad, el Principio del Caos, el Principio de la Incertidumbre,<br />

el Proceso de Globalización Planetaria y la Inteligencia Emocional. Esta interacción<br />

de diferentes dimensiones conforma el Pensamiento Complejo, el que reemplaza a los<br />

viejos sistemas de conocimiento basados en la mini-parcelación conceptual de los hechos,<br />

de los fenómenos y de los procesos. El Hombre ha evolucionado y con él, ha evolucionado<br />

su pensamiento. No debemos olvidarlo.<br />

114


El Conocimiento Complejo<br />

Los racionalistas del extremo asocian la noción de Complejidad con la idea de algo que es<br />

difícil de entender. La identifican con lo “complicado”. De este modo, una idea compleja<br />

es parangonada a un concepto “difícil”. Por lo tanto, dicen que ese proceso o fenómeno<br />

debe ser disgregado en varias mini-parcelas cognitivas, las que serían analizadas, una por<br />

una, y luego reintegradas a la idea madre o “Compleja”. Con este enfoque, que extiende su<br />

influencia desde hace 24 siglos, el análisis se hace exclusivamente racionalista, por eso es<br />

que se realiza sobre las porciones muertas de la realidad que se quiere conocer. El intento<br />

final es reintegrarlas al todo original, con la seguridad de que “una vez reincorporadas al<br />

todo” se comportarán de la misma manera que lo hacían cuando fueron abstraídas por la<br />

mente. Este enfoque no toma en cuenta que la interacción de los elementos que estructuran<br />

un fenómeno, una cosa o un proceso, es lo que da vida al comportamiento que cada elemento<br />

tiene en el hecho real. Pero, en los últimos tiempos, el periscopio de la mente, siempre<br />

en busca de nuevos horizontes, de nuevos modos de conocer el mundo, descubrió la<br />

idea del Pensamiento Complejo (Yo prefiero el denominativo de Conocimiento Complejo)<br />

el que permite lograr una percepción menos segmentada de un área de la realidad y, por lo<br />

tanto, más fiel y confiable. Sobre el particular, postulo que esa fidelidad y confiabilidad es<br />

parte inherente del proceso mental, cuando la Razón y la Intuición, en unidad indisoluble,<br />

realizan la acción de conocer. La unidad RazónIntuición percibe el proceso o fenómeno en<br />

su condición de síntesis de los componentes que los estructuran, minimizando el cercenamiento<br />

en unidades infinitesimales que se hacen cada vez menos útiles. En este sentido, nos<br />

damos cuenta de que la Complejidad no yace en la dificultad de alguna realidad que deseamos<br />

analizar, sino en el reconocimiento de que cada estructura sirve de escenario activo a<br />

todas las interacciones permanentes de sus elementos, lo no permite la desmembración arbitraria<br />

de sus componentes si es que ha de ser adecuadamente aprehendido y descrito. Para<br />

varios analistas de la nueva concepción, la Complejidad (“El Pensamiento Complejo”) es<br />

el producto de nuestra incapacidad mental. Así nos lo ha hecho saber Edgar Morin, el principal<br />

promotor de la nueva idea, al mostrarnos que la complejidad no es la simplificación<br />

puesta del revés; la complejidad no es la complicación… pues lo complicado se puede simplificar,<br />

en cambio, la complejidad pretende integrar.<br />

Edgar Morin (“Introducción al Pensamiento Complejo”)<br />

La reducción y abstracción, cuyo conjunto constituye lo que llamo el «paradigma de<br />

simplificación». Descartes formuló ese paradigma maestro de Occidente, desarticulando<br />

al sujeto pensante y a la cosa extensa, es decir filosofía y ciencia, y postulando<br />

como principio de verdad a las ideas «claras y distintas», es decir, al pensamiento disyuntor<br />

mismo (Morin)<br />

La percepción de Morin me parece muy Razonable, en sentido de que el análisis exclusivamente<br />

racionalista de la realidad se basa en la división arbitraria de lo objetivo; es decir,<br />

115


en la formación de mini-parcelas conceptuales, mientras más pequeñas, más simples y supuestamente,<br />

más útiles para el análisis. Postulo que los racionalistas se mueven por el afán<br />

de simplificar el Todo y esperar que ese Todo salga indemne después del descuartizamiento<br />

conceptual de sus partes, reducidas a unidades microscópicas. Los racionalistas del extremo<br />

se esfuerzan por analizar cada elemento de un todo constituido; así, cuando pretenden analizar<br />

la sociedad parten de la declaración unilateral de que “el individuo es lo único que<br />

existe y los grupos son una invención”. Ya sea que el Individualismo Metodológico haya<br />

surgido de la concepción disgregadora de la realidad, o la concepción disgregadora de la<br />

realidad sea un producto de la aplicación del principio individualista, el hecho es que los<br />

resultados son un desastre. Las excepciones a la “Ley” que surge de este extraño método,<br />

conforman un conjunto tan grande, que hace del aislacionismo una idea que deambula, solitaria,<br />

en el inmenso universo de la realidad. Es en este proceso supuestamente cognitivo,<br />

que los racionalistas del extremo establecen, v.g, que la llamada “Ley de la Demanda” es<br />

“Compleja”, en el sentido de que puede ser segmentada en cada uno de sus componentes<br />

para analizarla a través del análisis de cada consumidor en forma aislada. Una vez que se<br />

tiene cada una de las curvas de demanda de todos y cada uno de los consumidores, sólo<br />

restará sumarlas para diseñar la curva de demanda del mercado. Esto es, si se desea agregar<br />

cada curva de demanda de 200 millones de habitantes que radican en los EEUU, habrá 200<br />

millones de curvas de demanda para un solo bien, las que sumadas nos darán la “demanda<br />

total del mercado de ese bien”. Si estimamos que la cesta de consumo promedio de cada<br />

familia está compuesta de 3000 diferentes bienes y servicios, nos enteramos de que el mercado<br />

de demanda por los bienes y servicios que conforman las cestas deben ser multiplicadas<br />

por 3000, lo que nos daría una demanda de mercado por todos los bienes que conforman<br />

la cesta familiar, de 600 mil millones de “curvas de demanda” en un solo país. ¿Para qué?<br />

Pues para lograr el “Equilibrio”, cualquier cosa que eso signifique, el que además no durará<br />

ni un nanosengundo, pues apenas logrado, un nuevo demandante, con su función de utilidad<br />

propia, modificará la estructura de la demanda y el fallecimiento de alguien intensificará<br />

ese cambio de estructura. El espiritismo tiene extrañas visiones.<br />

El Conocimiento Complejo identifica la disecada trivialidad que supone la noción cartesiana<br />

de separar lo observado en unidades cada vez más pequeñas, hasta alcanzar la simplicidad<br />

necesaria para que el racionalista las analice, una por una, y luego las restituya a la<br />

unidad de la cual las había secuestrado, con la seguridad “científica” de que, en la reintegración<br />

al Todo del que provienen, se comportarán tal como la autopsia académica habrá<br />

pronosticado. Edgar Morin nos legó la idea vital de abordar el conocimiento como un proceso<br />

que es a la vez, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social e histórico,<br />

mientras que la Epistemología tradicional asume el conocimiento sólo desde el punto de<br />

vista de la Razón per se. Por otro lado, Platón, hace más de 24 siglos, ya había expresado<br />

la misma noción. En “El Sofista” afirma que separar cada cosa de todas las demás supone<br />

la destrucción radical de todas... pues el logos surge cuando se entretejen las formas entre<br />

sí. Con Platón como un aval indiscutible y Morín como una guía excelente, postulo que el<br />

116


ideal racionalista, esto es, el análisis de los elementos de un todo relativo, reducidas a partículas,<br />

no logra una visión totalizadora, integradora, pero hace que el ser humano vea “el<br />

mundo a cuadritos” desde la celda a la que fue condenado por el racionalismo absoluto.<br />

Tengo gran admiración por René Descartes, el padre del Racionalismo, de la Geometría<br />

Analítica y del principio de la duda en la percepción cognitiva, es cierto, pero creo que ya<br />

ha llegado el momento de abandonar las recomendaciones de “El Discurso del Método”.<br />

Sobre la base de los prolegómenos enunciados, debo declarar que esta obra será estructurada<br />

sobre la base que nos brinda la percepción de Conocimiento Complejo, como síntesis<br />

de la unidad Razón-Intuición, en su tarea de abstraer dimensiones reales Complejas de un<br />

mundo real que siempre es Complejo.<br />

Desde mi óptica particular, el “Saber” se refiere a una habilidad adquirida y concreta. Enrealidad<br />

sería la unidad elemental que conforma ese panal integral, que es el conocimiento<br />

complejo. Cuando aprendemos a manejar un automóvil nos familiarizamos con el uso del<br />

freno, con la manipulación de la caja de cambios… cada una de estas “habilidades” particulares<br />

sería un Saber. Si le preguntamos a alguien: ¿Sabes manejar? y nos responde que<br />

sí, entonces estamos englobando el total de esos saberes en un solo Saber un “Saber Integral”.<br />

No necesitamos preguntarle si “sabe” manipular la caja de cambios o pisar el freno,<br />

pues todos esos saberes, esos alveolos juntos, interrelacionados, conforman “el saber manejar”.<br />

No olvidemos de subrayar la frase: saberes interrelacionados, pues cada saber per<br />

se no tiene importancia en la definición de la habilidad para manejar un automóvil. A esa<br />

idea integral es a la que yo denomino Conocimiento Complejo, el que aprehende el mundo<br />

objetivo y subjetivo en forma integral, para lo que necesita de la dupla Razón-Intuición. El<br />

instrumento cognitivo que propongo es la IntuRazón y la unidad que transforma la percepción<br />

de ese conocimiento es la gravedad Ético-Estética, como se verá después.<br />

La Transdisciplinariedad<br />

Me gustaría empezar el contenido de este subtítulo con la siguiente imagen:<br />

Si estamos en el medio de un remolino, nunca podremos averiguar qué forma tiene ni la<br />

interacción de los elementos que hacen posible su formación y movimiento.<br />

Por su parte, Edgar Morin en su famosa obra “La Interdisciplinariedad” (pensamientocomplejo@sinectis.com.ar)<br />

a la par del Pensamiento Complejo, insiste en la necesidad de evitar<br />

la hiperdisciplinariedad, es decir, el error de considerar una disciplina como un sistema<br />

cerrado, sin vinculación alguna con los demás. Quienes propician el cercado impenetrable<br />

de una disciplina con el objeto de “analizar la esencia pura” que supuestamente lo singulariza,<br />

quedan atrapados en una serie de tautologías que no hacen sino deformar con mayor<br />

intensidad las aprehensiones del investigador cuanto más conocimiento desea lograr del<br />

espacio cerrado. Los detentadores de los modelos económicos basados en el principio de la<br />

marginalidad, son los que con mayor celo pretenden “defender” la pureza del escenario en<br />

117


el que se mueve el homo economicus, para evitar que sea contagiado por algún virus proveniente<br />

del mundo externo, especialmente de la Sociología. Dicen, por ejemplo, que la<br />

visión sociológica de la propuesta económica de Marx es la responsable de que ese sistema<br />

no sea científico, pues ha violado la pureza de las “leyes económicas” por lo que se espantan,<br />

incluso de mencionar o de oír, alguna frase marxista, como si fuera portadora del virus<br />

de la lepra o del VIH. Tal como lo pone Morin: “Se ha identificado el origen la palabra<br />

disciplina, la que designaba un pequeño fuste que servía para auto flagelarse, permitiendo<br />

por lo tanto la autocrítica; ahora, en su sentido degradado la disciplina deviene en un medio<br />

de flagelación a los que se aventuran en el dominio de las ideas que el especialista considera<br />

como de su propiedad”. Morin estima que una ciencia es una disciplina. Una ciencia debe<br />

recibir la información y las perspectivas disponibles en otras ciencias. Así, dice Morin, los<br />

físicos como Schrödinger son los que han proyectado en el organismo biológico los problemas<br />

de la organización física; en efecto, continúa, de esa integración ha nacido la biología<br />

molecular, tan importante en el avance de la ciencia y en sus aplicaciones concretas en la<br />

cotidianidad social. Evaluemos otro ejemplo del ensayo de Morin: “Algunos procesos de<br />

complejización de campos de investigación disciplinaria recurren a disciplinas muy diversas<br />

al mismo tiempo que a la poli competencia del investigador. Uno de los casos más<br />

llamativos es el de la prehistoria, cuyo objeto, a partir de los descubrimientos de Leakey en<br />

África austral (1959) ha sido la hominización, proceso, no solamente anatómico y técnico,<br />

sino también ecológico (el reemplazo del bosque por la sabana), genético, etológico (concerniente<br />

al comportamiento), psicosociológico, mitológico<br />

“…la prehistoria es hoy una ciencia poli-competente y polidisciplinaria. Este ejemplo<br />

muestra qué es la constitución de un objeto a la vez ínter, poli y transdisciplinario que<br />

permite crear el intercambio, la cooperación, la policompetencia… Así es en lo que hace<br />

al cosmos, que era presa de disciplinas parcelarias, después de las observaciones de Hubble<br />

sobre la dispersión de las galaxias en 1930, el descubrimiento de las irradiaciones<br />

isotrópicas en 1965, y la integración de los conocimientos microfísicos de laboratorio ha<br />

permitido religar conocimientos disciplinarios muy diversos para considerar nuestro universo<br />

y su historia… Las disciplinas están plenamente justificadas intelectualmente a<br />

condición de que ellas guarden un campo de visión que reconozca y conciba la existencia<br />

de las relaciones y solidaridades. Más aún, ellas no están plenamente justificadas a menos<br />

que ellas no oculten las realidades globales”.<br />

La Entropía<br />

Es el grado de desorden o caos que existe en la naturaleza. La energía del espacio tiende a<br />

distribuirse en el universo en busca del equilibrio, de la mayor estabilidad y de la mayor<br />

dispersión, como también, de la mayor probabilidad posible. Ese proceso ocasiona el caos<br />

y la entropía máxima, estado en el que se realiza el equilibrio perfecto y ya no puede haber<br />

más cambios físicos ni químicos en la naturaleza. Los únicos “equilibrios perfectos” de que<br />

se tiene noticia nacen en las neuronas de quienes la habrían heredado, tatuada en el cerebro<br />

118


como “innata”, desde la ameba. Los científicos, los verdaderos, nos dicen que, en el Universo,<br />

todo tiende al caos. La entropía define el orden como un ordenamiento improbable<br />

de sus elementos, orden que es independiente de la macro-forma que el conjunto, como un<br />

todo, adquiere. Llamará “desorden” a la disolución de algún ordenamiento improbable. Todos<br />

estos cambios imprevisibles, que no son simples cambios del azar, hacen difícil la tarea<br />

de predecir para el futuro, basándonos en lo que sucedió en el pasado.<br />

Por otro lado, el principio de la dirección dinámica es cósmico y está orientado al máximo<br />

grado de ordenación alcanzable en las condiciones de un sistema. Contradictoriamente, esta<br />

tendencia hacia la ordenación es una tendencia hacia la entropía. Habitamos un mundo desordenado<br />

en el que las situaciones cambian sin un patrón sistemático y en el que innumerables<br />

fuerzas interactúan constantemente. Ese desorden se hace mucho más perceptible en<br />

las sociedades humanas. Quienes son víctimas del orden impuesto se expresan a través de<br />

acciones caóticas. Quienes pretenden imponer un orden racional van hacia la generación<br />

del caos. Compárese el realismo de los verdaderos científicos, entre ellos, los físicos teóricos<br />

con las pretensiones de los marginalistas, presentes y pasados, de lograr el “equilibrio”.<br />

Los marginalistas de todos los tiempos creen que las matemáticas les permiten el privilegio<br />

de ser “científicos”, sin darse cuenta de la incongruencia con que tratan de parecerlo. La<br />

percepción newtoniana de un universo perfectamente determinado ya ha sido superada por<br />

las nuevas conquistas en el conocimiento del cosmos. Esta afirmación, que refleja los resultados<br />

de experimentos reiterados elimina la pretensión de los teóricos extremos del racionalismo<br />

que pretenden realizar sus análisis “partiendo de la conducta del individuo” para<br />

tratar de generalizarla a los demás “individuos” a cada uno de los cuales, en una contradicción<br />

absurda, definen como “irrepetible”. La percepción newtoniana de un universo perfectamente<br />

determinado ya ha sido superada por las nuevas conquistas en el conocimiento del<br />

cosmos. Claro está que la palabra “superada” no incluye que sus leyes hayan sido anuladas.<br />

Laplace a su turno, afirmó que las leyes de Newton eran Universales y Deterministas. El<br />

sentido de Universalidad sostenía que el movimiento de cada partícula del Universo estaba<br />

determinado por las condiciones iniciales y las fuerzas de otras partículas. Pero el Desmoronamiento<br />

del Determinismo se inició cuando las investigaciones científicas en el área de<br />

la transmisión del calor llevaron a la conclusión de que no había tal. Fue en esa área que se<br />

estableció la necesidad de las leyes Probabilísticas, las que se encuadran en el marco del<br />

principio de aleatoriedad.<br />

La Mecánica Cuántica debilitó aún más el concepto determinista de la ciencia legada por<br />

Newton; v.g, por medio del Principio de la Incertidumbre o Relación de Indeterminación.<br />

Ese principio establece el límite más allá del cual, los conceptos de la física clásica no<br />

pueden ser referentes autorizados del comportamiento del cosmos. La física newtoniana no<br />

puede determinar, simultáneamente y con precisión arbitraria, algunos pares de variables<br />

físicas, tales como la posición y el momento lineal de un objeto. De cualquier ángulo que<br />

se observe, estos principios niegan el determinismo de las leyes. Si el determinismo no es<br />

119


posible en la Física Teórica, mucho menos lo será en las infinitas redes de interacciones<br />

que conforman el comportamiento individual de cada ser humano. No es posible la determinación<br />

matemática (Fatalista) del comportamiento humano. Un modelo razonable de<br />

Economía no es una ciencia fatalista, puesto que el comportamiento de los grupos humanos<br />

y de los individuos no está sujeto a leyes “que fatalmente se cumplen”; más bien considera<br />

que sólo existen tendencias de tipo probabilístico.<br />

El Proceso de Globalización<br />

Éste es otro aspecto importante, pues su vigencia intensifica el comportamiento y la interacción<br />

entre los sujetos económicos y las interacciones de los comportamientos económicos<br />

entre empresas y países.<br />

La Inteligencia Emocional<br />

Los nuevos estudios realizados en el campo del Yo interno de las personas, han determinado<br />

que no existe la “Decisión Racional”, tal como la presentan los marginalistas actuales; por<br />

el contrario, cualquier decisión en el campo de la Economía está dominado por la dimensión<br />

emocional, la que tiene una importancia muy superior al racionalismo del homo economicus<br />

racionalista<br />

Las Culturas<br />

Fue el Institucionalismo de Velen y sus colegas, quienes pusieron de relieve la importancia<br />

de las culturas y las instituciones en el comportamiento socioeconómico, La Elección Razonable,<br />

recoge la herencia del Institucionalismo para mostrar su importancia en el mundo<br />

de las relaciones económicas entre los grupos sociales. Así, queda establecido, a diferencia<br />

de la percepción marginalista actual, que ninguna ciencia social puede obviar el estudio de<br />

la cultura de los grupos humanos que conforman la unidad de análisis, en este caso, de la<br />

Economía. La Economía no es una ciencia aislada dedicada al estudio del comportamiento<br />

de algún Robinson Crusoe en su isla. Su visión pretende ser tan integral como lo permita la<br />

capacidad de absorber la realidad por medio del Conocimiento Complejo, el Principio del<br />

Caos, el de Incertidumbre y la Inteligencia Emocional. Ahora bien, un modelo económico<br />

así concebido no puede ocuparse de la descripción acerca de las maneras en las que el consumidor<br />

maximiza su “función de utilidad”, de acuerdo con una supuesta fórmula matemática.<br />

Tampoco elaborará recetas sobre las formas deterministas en las que el productor maximizará<br />

sus beneficios; ésa es una tarea que le corresponde a la Administración de Empresas.<br />

En cambio, para la nueva propuesta que este libro hace sobre un nuevo modelo económico,<br />

la descripción del comportamiento de las Poblaciones-Territorio, en una sociedad<br />

pobre, sirve de base para estructurar las acciones necesarias que permitan lograr el objetivo<br />

propuesto: eliminar la Pobreza y la Exclusión. La propuesta, no pretende describir solamente,<br />

sino mejorar la calidad de vida de las poblaciones pobres; incrementar los medios<br />

que les permita un confort material cada vez más sólido, hasta alcanzar su primer gran<br />

objetivo: eliminar la pobreza y la exclusión de las que actualmente son víctimas. Simultá-<br />

120


neamente, lograr que el individuo tenga opciones factibles entre las que pueda elegir libremente,<br />

de acuerdo con su capacidad, su iniciativa, su habilidad y su Voluntad de Ser, para<br />

acumular riqueza.<br />

La Historia de la Humanidad<br />

Los teóricos que perciben a la Economía como un ente ectoplasmático dicen que la Historia<br />

no es útil a la formulación de las “leyes sagradas de la Economía”. Consideran que los<br />

hechos de la historia no son repetibles y, por lo tanto, no son susceptibles de tomarlos como<br />

referentes válidos. Lo Razonable, por el contrario, considera que la Historia de la Humanidad<br />

es el escenario en el que repercuten y reverberan las voces de todos los tiempos. Dejar<br />

de lado la historia en el análisis de los comportamientos humanos presentes es otro de los<br />

grandes vacíos de las teorías acerca de los espectros. Precisamente, el capítulo próximo de<br />

esta obra resumirá los hallazgos que los antropólogos, biólogos, paleontólogos han identificado<br />

en la historia del pasado del hombre. Inclusive, nos enteraremos de que la pre historia<br />

ya tiene su historia propia.<br />

La Intuición y la Razón<br />

La Razón, por sí sola, hace que captemos la cosa percibida, no en su proceso de evolución<br />

continua, sino en momentos discretos, en procesos que podríamos llamar “intermitentes”,<br />

por lo sistemáticamente discontinuos, tal como captamos las lucesitas ahora si-ahora no;<br />

ahora si-ahora no, de los foquitos de un arbolito de navidad. Por supuesto que dejamos a<br />

la mecánica cuántica y a la Teoría de la Relatividad la tarea conjunta de complementar las<br />

grandes teorías sobre las fuerzas débiles y fuertes, el electromagnetismo y, muy dudoso, la<br />

gravedad, pero la sociedad debe ser observada en sus propias dimensiones, de acuerdo con<br />

la fase que estimula nuestra reflexión, el TiempoEspacio en que debe ser analizado, el grado<br />

de la evolución histórica en que los grupos humanos se encuentran y la evolución social e<br />

histórica que transitado en su lucha por la vida y, con ella, por “ser”, no simplemente “estar”.<br />

Para empezar, esta obra sostiene que, en el estado actual de evolución del cerebro<br />

humano, conocemos la cosa en forma discreta, muy discreta, extremadamente discreta en<br />

el TiempoEspacio, por la debilidad cognitiva de la Razón cuando está solitaria, separada<br />

“racionalmente” de la Intuición. No es que el científico deje la Intuición a un lado; sus<br />

hallazgos son, aunque algunos no lo reconozcan explícitamente, IntuRacionales, pero es la<br />

actitud de la mayoría, la de presuponer que obra guiado sólo y solo la Razón en sus investigaciones<br />

científicas, la que hace de la ciencia un instrumento todavía débil, siendo, como<br />

es, una guía tan importante para conocer el entramado existente entre elementos dentro de<br />

un conjunto humano o el entramado de entramados entre conjuntos humanos y su relación<br />

con la Naturaleza y el Universo. Un pequeño análisis de nuestras limitaciones cognitivas<br />

nos permite descubrir que carecemos de la capacidad suficiente de conocer más allá de lo<br />

que ocurrirá en los próximos diez o veinte segundos. Por ejemplo, si vamos a cruzar una<br />

calle y vemos que no viene un automóvil, la cruzaremos con la seguridad de que ningún<br />

vehículo habrá de atropellarnos. Pero nuestra certeza de ello sólo abarcará hasta la próxima<br />

cuadra y sólo tendrá relación con el tránsito de un automóvil que pudiera atropellarnos;<br />

121


nada sabremos sobre una bala perdida o un rayo que pueda fulminarnos. Tendremos pues<br />

cierta certeza del automóvil y de lo que ocurrirá durante los próximos veinte segundos, nada<br />

más. Si tuviéramos la capacidad de prever con la misma seguridad lo que sucederá, no en<br />

los próximos veinte segundos, sino en el próximo minuto, la próxima hora, día... tendríamos<br />

el poder de anticipar un mayor rango de TiempoEspacio. Esto nos permitiría ampliar en<br />

mucho nuestro radio de acción en cualquier actividad que realizáramos. Pues bien: de<br />

acuerdo con el proceso de evolución, me parece razonable afirmar que el hombre llegará a<br />

un grado tan alto de evolución que podrá anticipar en el TiempoEspacio en más de veinte<br />

o treinta segundos; en mucho más, debido al aumento de su capacidad cerebral que incrementará<br />

su capacidad IntuRacional. Éste no es un pronóstico que podría considerarse gratuito.<br />

Para respaldarlo, escuchemos el testimonio de quienes han tomado cursos de lectura<br />

rápida. Nos dirán que el hombre normal no lee más allá de doscientas cincuenta palabras<br />

por minuto, pero que hay individuos que pueden leer hasta 25,000 palabras por minuto, lo<br />

que es algo que ahora nos asombra increíblemente. El método considera que en la lectura<br />

normal aprehendemos de golpe una palabra o dos, pero que del mismo modo bien podríamos<br />

captar una línea entera... dos... tres... un párrafo entero y así leer de párrafo en párrafo<br />

o de página en página, en vez de hacerlo de palabra en palabra. Vayamos un poco más al<br />

fondo del asunto. Supongamos que, dejando de lado el Principio del Caos, por efectos de<br />

la evolución cerebral nuestra IntuRazón se ha desarrollado tanto que hemos conseguido<br />

anticipar el TiempoEspacio en seis horas. Es decir que hemos conseguido prever lo que<br />

ocurrirá en las próximas seis horas, pero no sólo lo que ocurrirá durante las próximas seis<br />

horas en la calle, sino también lo que sucederá en el entorno tempo-espacial en el que nos<br />

encontremos. Con esta capacidad adquirida, conoceremos la influencia inmediata, la interacción,<br />

que las cosas y fenómenos cercanos tienen sobre el fenómeno que deseamos analizar.<br />

Debido a que todas las cosas están en interacción continua, el conocimiento que así<br />

tengamos de la cosa será más real que el que tenemos al presente. Aumentaremos la capacidad<br />

de reproducir la cosa en la conciencia con mayor fidelidad; al hacerlo, habremos<br />

captado, por nuestra gravedad Ético-Estética, una porción mayor de la “cosa en sí” en su<br />

continuidad y movimiento, no en un haz de flashes estáticos, que es la manera de conocer<br />

que la Razón, separada arbitrariamente de la Intuición, nos impone. La nueva vía de<br />

aprehender las cosas, los fenómenos o los procesos sólo será posible por medio de la facultad<br />

Intuitiva desarrollada, la que, en unión sinérgica con la Razón, tendrá la capacidad de<br />

captar el objeto de una forma más integral. Ésa es una ocasión oportuna para adelantar el<br />

hecho de que, Razonablemente, el Racionalismo es lo opuesto a la Racionalidad y a la<br />

Razón, cuando se siente huérfana de su hermana gemela, la Intuición. Ahora está prisionera<br />

del racionalismo, cercada por las antiparras que los espectros de hombres, llamados “racionalistas”<br />

han edificado tan arbitrariamente en el afán de situarse como seres del racionalismo<br />

y por ello, como entes pretendidamente superiores. Estos espiritistas de la mente no<br />

son racionales, son “racionalistas”, es decir, pertenecen a una secta extraña que toma su<br />

tótem no de algún animal feroz, sino de una especia de ectoplasma que segregan, a la manera<br />

de una radiación que se filtra de un agujero negro. Las piruetas mentales del equilibrista<br />

de una sola dimensión han pretendido convertir a la Razón en una especie de doncella<br />

122


pura, purísima… quintaescencia de la pureza, la que ahora se encuentra casi sola y por ello,<br />

condenada a captar el hecho, el fenómeno o el proceso, sólo en mini parcelas cognitivas.<br />

Con el desarrollo de la Intuición y su unidad con la Razón: Poco a poco el TiempoEspacio<br />

será anticipado en grados mayores. Poco a poco, el TiempoEspacio será abarcado en rangos<br />

mayores. Poco a poco tendremos conciencia del “Espíritu de la Tierra”. Es cierto que el<br />

conocimiento continuará siendo absorbido, por mucho tiempo aún, desde las mini parcelas<br />

cognitivas, pero la IntuRazón hará que éstas sean cada vez menos “mini”. La evolución de<br />

la capacidad IntuRacional der ser humano, como especie, dará como primer resultado el<br />

Conocimiento Complejo.<br />

El Principio de lo Razonable considera que la Razón, la Intuición y la Voluntad colectivas<br />

conforman el trípode en el que se asientan todas las grandes realizaciones humanas en los<br />

escenarios sociales, económicos y políticos del planeta. También pone en claro el hecho de<br />

que si bien tomo como unidad de análisis al grupo humano en la forma de Población-Territorio,<br />

sin embargo, explícitamente declaro que el beneficiario último de todos los esfuerzos<br />

será el Individuo. Precisamente, el proceso primordial que persigue es potenciar el Poder<br />

de Voluntad en cada ser humano, luego de que haya tomado conciencia de su YO. Pero<br />

considera que la emergencia de ese YO sólo es posible en el Nosotros. El “yo” aislado no<br />

tiene importancia en esta obra, porque no la tiene en la realidad; en ninguna realidad objetiva.<br />

Así, el verdadero desafío no sólo se concreta en generar los nuevos instrumentos analíticos<br />

para que la Economía se ocupe de la calidad de vida del Ser, esta labor debe estar<br />

complementada con la de lograr el entronque de nuestra percepción con la que tienen los<br />

países desarrollados y, sobre todo, con las visualizaciones de las corporaciones transnacionales,<br />

para lograr un entorno de Interacción Mutua razonable beneficiosa para cada país y<br />

para cada empresa. Considero Razonable imbricar las economías de los países subdesarrollados<br />

con las de los países industrializados y con las corporaciones transnacionales. La<br />

ligazón de las economías nacionales con los países y las corporaciones transnacionales es<br />

una condición necesaria para que se elimine la pobreza en el mundo. Ningún país podrá<br />

lidiar con la pobreza de la mayor parte de su población pretendiendo competir con las grandes<br />

transnacionales y los intereses de los países grandes. Las transnacionales generan recursos<br />

financieros en gran abundancia, pero no los invierten en los países subdesarrollados<br />

por falta de “seguridad jurídica”. Nadie puede culparlos por ello. Sin embargo, tampoco es<br />

posible desplazarnos al otro extremo y propiciar la propuesta de que el Estado “no se meta”<br />

en asuntos de la economía nacional. Entre ambos extremos habrá siempre el Término Medio.<br />

Cada pueblo subdesarrollado deberá encontrarlo y obrar en consecuencia. Por eso es<br />

que propongo una alianza entre los gobiernos, las empresas transnacionales, las empresas<br />

nacionales y las sociedades civiles para encontrar ese Término Medio. Sigamos con el<br />

pensamiento de Edgar Morin.<br />

“Desde luego, se puede constatar fácilmente que el modo en que pensamos se refleja en<br />

la forma que toman nuestras acciones. La complejidad es una actitud generada a partir<br />

de otros principios… una forma paradigmática de pensar concurrente al paradigma de<br />

123


simplificación. Concurrente pero que al mismo tiempo va más allá de este modelo de<br />

pensamiento simplificador… el pensamiento simplificador y disyuntor ha tocado<br />

fondo… Por todo ello cabe afirmar que si somos capaces de comprender que la complejidad<br />

es ante todo un Paradigma, una forma de pensar, nos daremos cuenta de cómo la<br />

cultura general puede cambiar de aspecto… la cultura de la complejidad es aquella cultura<br />

que puede acabar con un ser humano hemipléjico desde un punto de vista intelectual:<br />

aquel que no tiene sentido de la relación entre lo global y el contexto; aquel que se convierte<br />

en un ser inhumano porque carece de la consciencia de que la humanidad es producto<br />

de relación y no de la uniformización entre seres humanos, los que son diversos<br />

así como diversas son sus culturas. Ahora bien, hay que comprender que la unidad no es<br />

la uniformidad. La unidad supone y necesita de lo diverso, porque es producto de relación.<br />

La unidad del hombre es la unidad de la diversidad.”<br />

El Pensamiento Complejo permite una percepción más cercana al objeto, al fenómeno, al<br />

proceso o a la idea en las que enfocamos nuestra intención de conocer. Al aplicarlo en el<br />

análisis de la relación entre el individuo y su entorno, encuentro que la separación sujetoque-conoce,<br />

por una parte, y objeto-que-es-conocido, por la otra, es artificial e inútil. Que<br />

esa manera de percibir es la causa de desarraigo de la naturaleza por parte del Ser, a la que<br />

poco a poco tendrá que volver, y en el proceso, fortalecer su potencialidad intuitiva. La<br />

percepción de Ciurana sobre la Complejidad me parece acertada. Esta obra se basa, precisamente,<br />

en la firme convicción de que un todo, al que deseamos conocer, se compone de<br />

partes inter-relacionadas entre sí. Ahora bien, mi obra no toma en cuenta el conjunto de<br />

todas estas relaciones; más bien, hace hincapié a las que considera de importancia colectiva<br />

en espacios-tiempo determinados, esto es al Principio de la Relación Complementaria, relación<br />

en la que se basan mis percepciones. Si entendemos la Complejidad en el sentido<br />

anotado, entonces nos daremos cuenta, entre otros, de la grave deformación que von Mises<br />

tiene de la Historia, pues la considera como una simple sucesión de hechos aislados que no<br />

tienen ninguna relevancia para establecer generalizaciones. Esa impresión emerge del Individualismo<br />

Metodológico, el que otorga al individuo toda la responsabilidad de una acción,<br />

con prescindencia completa del entorno social y el momento histórico en que esa<br />

acción es relevante. En el mismo tren de reflexión, diremos que la identificación del homo<br />

economicus como la unidad de análisis para que el modelo neoclásico de la Economía describa<br />

“científicamente” el proceso de escoger recursos escasos para fines alternativos, es el<br />

límite más extremo al que puede llegar la visión reduccionista de la realidad. Todos sabemos<br />

que el ser humano no sólo tiene una capacidad racional, sino que es el sumun interactivo<br />

de muchas cualidades, y dimensiones internas y externas, las que deben ser tomadas<br />

en cuenta cuando se trata de analizarlo como personaje principal de alguna ciencia social.<br />

La racionalidad, por sí sola, es la más irracional de las características humanas en la dimensión<br />

competitiva, pues, en su intento de “tener o ser más que el otro”, recurre a un comportamiento<br />

astuto, el que utiliza para hacer que el supuesto rival sea “menos” a cualquier<br />

precio. En eso estriba la competencia en el modelo neoclásico. Pero hay más: en el intento<br />

124


de separar al individuo de los demás, con el propósito de “liberarlo”, lo que hace es convertirlo<br />

en un ente que vive en función “del otro” para “superarlo” dentro de la horda a la<br />

que nos referimos en acápite anterior. Cada individuo es, en la visión neoclásica, un apéndice<br />

de algún otro. El homo economicus no sólo reduce al hombre a un simple holograma<br />

que obra exclusivamente por análisis de costo-beneficio, sino que lo hace un ente sin personalidad<br />

propia, dado que tiene que competir con “el otro” para ser mejor que él o evitar<br />

que “el otro” lo sea. Si dejáramos de concebir lo “complejo” como lo reducible a lo simple<br />

para considerarlo como una dimensión de saber más integrado, el conocimiento que tendríamos<br />

del mundo y, en especial, de las ciencias sociales, sería mucho más cercano a la<br />

realidad. La manía de separar arbitrariamente los escenarios hasta llegar al más simple de<br />

todos, está en razón inversa al grado de conocimiento que logremos de esa simplificación<br />

y es la causante de la falta de eficacia en el comportamiento cotidiano y en la conversión<br />

de las ideas en acciones. La receta cartesiana, que implica la simplificación extrema de los<br />

escenarios para el análisis adecuado, no sirve, ni como método ni como guía del pensar; es<br />

preciso desecharlo. En este punto se hace necesaria una aclaración: el concepto de Complejidad<br />

no tiene la intención de convertir en difícil lo que es fácil, al contrario, trata de acercarse<br />

más a los procesos que se desenvuelven en el escenario social, histórico, político,<br />

económico… para descubrir, en mi caso, las Relaciones Interactivas que los liga. Esta identificación<br />

de los escenarios más integrados no es lograda por la Razón per se. Esta obra se<br />

basa en la afirmación de que, para una correcta determinación de las partes en las que pueden<br />

dividirse los escenarios puestos como objeto de estudio y el análisis complejo de los<br />

mismos, es preciso la Razón-Intuición, es decir, el instrumento cognoscitivo por excelencia.<br />

Desde el momento en que los físicos teóricos concluyeron en que la luz participa, al mismo<br />

tiempo, de lo corpuscular y ondulatorio, el “fenómeno simple” fue expulsado del análisis<br />

serio.<br />

En su análisis, Ciurana cita a Bachelard, el que tiene un gran acierto: las ideas “simples”,<br />

de tipo cartesiano, no existen, pues el fenómeno es “un tejido de relaciones”. Inclusive, va<br />

más allá: el terreno de la microfísica está regado por el concepto de Complementariedad,<br />

concepto que fue utilizado por mí, en mi obra Desarrollo Local Complementario, para mostrar<br />

la Interacción basada en la Empatía. La Complementariedad es un concepto que también<br />

utilizaremos en esta obra, con la previa aclaración de que surge de los estudios antropológicos<br />

modernos de los pueblos originarios del planeta, en especial, de la Cosmovisión<br />

Andina, en nuestro país. La percepción de Bachelard se hace más lúcida cuando se pregunta:<br />

¿Cómo pensar la relación Individuo-Sociedad o la relación Especie-Individuo si no<br />

afrontamos la Complementariedad en un mismo nivel de realidad, de elementos que situados<br />

epistemológicamente en el marco de la lógica aristotélica se excluyen? Son estas preguntas,<br />

las nuevas, las que dan vida a la estructuración de una visión nueva. En esta visión<br />

no debemos perder de vista que la Complejidad, unida a la Complementariedad, son transversales<br />

al estudio de cualquier ciencia y, en forma especial, a las ciencias sociales. Claro<br />

está que el nuevo paradigma usa un concepto más integral para aprehender la realidad en<br />

movimiento.<br />

125


En cuanto las ciencias sociales, la acción sería definida como el desorden que origina el<br />

proceso de desorden y el sentido sólo puede surgir cuando has relación entre individuos que<br />

son diferentes. Ciurana cita las preguntas vitales al respecto: ¿cómo analizar la sociedad sin<br />

detener el movimiento? ¿En un fluido constante? La respuesta llega de inmediato: ya no se<br />

trata de analizar; el Individualismo Metodológico es un dinosaurio que nunca estuvo vivo;<br />

fue hecho para el museo de las ideas muertas.<br />

El Pensamiento Organizacional<br />

Emilio Roger Ciurana en una de sus obras, “Analisis Sobre El Modelo Organizacional Su<br />

Método” Ensayos y Documentos, Buenas Tareas, propone un neologismo para explicar la<br />

realidad multidimensional: Organizacción que vendría a servir de base para una ontología<br />

de la relación, sobre todo, entre individuos que son diferentes. La palabra Organizacción<br />

implica que es una organización en movimiento, esto es, en interacción continua. El devenir.<br />

Esta propuesta, que parece muy nueva es, sin embargo, una de las características de la<br />

Cosmovisión Andina, la que afirma su interés en el conocimiento de la relación más que en<br />

el de la “cosa en sí”. ¡Cosas de la Historia! El pensamiento Andino ya estaba, hace más de<br />

mil años, por delante del neoclásico, del neoliberal. De esta manera, la Unidad es organizacional,<br />

porque es la única que crea la estabilidad en el proceso; de ahí que me pareció lo<br />

más Razonable tomar a la Población-Territorio como unidad de análisis de la Economía.<br />

Los movimientos del conjunto humano son los únicos relevantes para el análisis económico,<br />

dado que son los únicos que pueden ofrecer estabilidad en el movimiento. Ellos son<br />

los que crean las estrategias interactivas, a través de la interacción de los individuos y la<br />

interacción entre los grupos humanos y de éstos, con la sociedad en general. Con el objeto<br />

de visualizar estas interacciones en la Organización Social de un escenario de estudio, voy<br />

a determinar un criterio de selección de una Población-Territorio que servirá de base para<br />

escogerlo, entre las múltiples opciones que puedan estar disponibles. La Economía Vital<br />

selecciona cada Población-Territorio así concebida en el marco de un concepto estadístico:<br />

El Principio de ANOVA.<br />

El Criterio ANOVA y la Población-Territorio<br />

Es una unidad en la que sus elementos interactúan entre sí y el conjunto interactúa con las<br />

demás regiones. ANOVA significa en inglés: Análysis of Variance (Análisis de Varianza)<br />

se usa para comparar dos o más conjuntos de elementos y establecer si tienen la misma<br />

media aritmética con relación a un referente o si difieren entre sí.<br />

Escojamos, hipotéticamente, tres regiones diferentes en un mismo departamento, en cada<br />

una de las cuales se asienta una población determinada. Deseamos averiguar si las medias<br />

aritméticas de los ingresos de las personas de cada región difieren entre sí. Supongamos<br />

que los resultados que nos da ANOVA han determinado que las medias aritméticas del<br />

ingreso de esas tres regiones son diferentes entre sí. En ese caso, diremos que las regiones<br />

son heterogéneas una con relación a las otras. Si el ingreso anual es la única característica<br />

126


que nos interesa, entonces diremos que estaremos ante tres Poblaciones-Territorio diferentes;<br />

es decir, ante tres unidades de análisis diferentes. Lo que atrae mi atención, precisamente,<br />

es encontrar poblaciones-territorio que difieran entre sí significativamente, aunque<br />

las personas que viven en cada población-territorio difieran o no en las medias aritméticas<br />

de sus ingresos. En todo caso, las diferencias o similitudes dentro de las poblaciones-territorio<br />

serán tomadas como aleatorias y no tendrán importancia en la primera etapa del análisis.<br />

Lo que realmente nos interesa serán las diferencia inter poblaciones-territorio. Del<br />

mismo modo, podríamos escoger poblaciones-territorio utilizando, como referentes, las<br />

costumbres, las tradiciones o la cultura en general. Sea cual sea el referente que utilicemos<br />

para comparar las poblaciones-territorio, el criterio será el mismo: si difieren significativamente<br />

entre sí en relación al o a los referentes propuestos, cada una constituirá una Población-Territorio.<br />

Si no difieren significativamente, serán considerados como una misma población-territorio.<br />

Este es el criterio de Varianza que propongo para identificar una Población-Territorio.<br />

En el capítulo respectivo, analizaremos con más detalle el concepto de esta<br />

palabra compuesta. La importancia de escoger un conjunto de personas en una poblaciónterritorio<br />

estriba en que nos propone el escenario dinámico al que deseamos analizar por<br />

medio del Pensamiento Complejo, sin descuidar las potencialidades de la vigencia del principio<br />

del caos. La aplicación del Pensamiento Complejo al análisis permite un acercamiento<br />

más estrecho a la identificación de las interacciones reales que se entrecruzan entre las poblaciones-territorio;<br />

en una segunda etapa nos, el análisis será trasladado al interior de cada<br />

población-territorio para analizar las causas que determinan la diferencia con las otras unidades.<br />

Es con estos conceptos nuevos que la Economía Vital analiza los aspectos más importantes<br />

del devenir histórico, cultural, económico y social de los pueblos, especialmente,<br />

de los países subdesarrollados.<br />

9<br />

EL PROCESO DE<br />

GLOBALIZACIÓN<br />

Evolución del Concepto<br />

Los neoclásicos, artífices de las formas vacías de contenido y segregadas de algunas neuritas<br />

dislocadas, tienen varias opciones definitorias para identificar el proceso de globalización y<br />

las causas principales de su vigencia planetaria. Algunos enfatizan el incremento del capital<br />

financiero, industrial y comercial en todos los rincones del mundo, lo que ocasionaría<br />

nuevas relaciones entre los países. Otros enfatizan los cambios tecnológicos que abren<br />

nuevos canales de producción, distribución y consumo mundial, por medio del uso<br />

intensivo del capital. Hay quienes afirman que es una etapa del capitalismo resultante de<br />

las nuevas relaciones internacionales surgidas después de la desaparición del conflicto entre<br />

127


Oriente y Occidente con la consiguiente desaparición de la amenaza nuclear. Los<br />

neoliberales más radicales dicen que la globalización surge después que el capitalismo<br />

lograra triunfar sobre la subversión en contra del sistema, subversión que no habría<br />

presentado ninguna alternativa significativa al proceso. Dicen que los actores subversivos<br />

no tienen la capacidad ni los medios para competir con los ganadores. Estos autores<br />

postulan que la globalización es una premisa para lograr el crecimiento económico y<br />

erradicar la pobreza. Algunos defensores jóvenes del proceso, con gran imaginación<br />

temporal, afirman que la globalización empezó en el día mismo en que Cristóbal Colón piso<br />

suelo americano, debido a que se convenció “de que vivíamos en una tierra en forma de<br />

globo (“La Globalización como concepto”, Milagros Salvador “Monografías” Internet)<br />

Posteriormente, dice la autora, “a través de los últimos cinco siglos, este proceso ha venido<br />

acelerándose gradualmente, en la misma medida en que la humanidad ha desarrollado<br />

medios más económicos de transportación y de comunicación. La Revolución Industrial,<br />

por tanto, sirvió como catalizador de este proceso”.<br />

La mayor parte de los autores afines al neoclasicismo se inclina identificar los orígenes de<br />

la globalización en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Esta aseveración se<br />

basa en el hecho de que los países desarrollados habrían alcanzado niveles muy altos de<br />

crecimiento, fenómeno que habría producido una gran expansión del comercio mundial.<br />

Pero el proceso necesitaba de una liberalización del comercio a través de la reducción de<br />

cuotas y aranceles y la supuesta movilidad libre de capitales. Se ha generalizado la idea de<br />

que las causas más importantes del surgimiento de la globalización han sido el avance de<br />

la tecnología, expresada, a su vez, en la gran expansión de los servicios de telecomunicaciones,<br />

la reducción de costos del transporte y sobre todo, el inmenso caudal de información<br />

que se logra a través del Internet. La globalización también sería un producto de la desaparición<br />

de la ex URSS y sus satélites, lo que habría permitido la privatización de los bienes<br />

del Estado en esos países, “liberando” de este modo, las iniciativas de la gente. A continuación,<br />

haremos un resumen sobre lo que consideramos la Globalización en sus diferentes<br />

perspectivas.<br />

El Fenómeno de la Globalización<br />

Los países de la Unión Europea han aumentado su riqueza entre el 50% y el 70% en los<br />

últimos 20 años y su economía, en conjunto, ha crecido a un ritmo mayor que el de su<br />

población; sin embargo, tiene 30 millones de desempleados, 60 millones de pobres y 8<br />

millones de personas que carecen de techo. En EEUU el crecimiento económico sólo ha<br />

enriquecido al 10% más acomodado de la población, la que se ha llevado el 96% de la<br />

nueva riqueza producida. En Alemania, los beneficios de la empresa han aumentado desde<br />

1979 en un 90% mientras que los salarios reales han crecido sólo en el 6%; pero, los ingresos<br />

fiscales procedentes de los salarios se han duplicado, en tanto que los ingresos fiscales<br />

procedentes de las actividades empresariales, se han reducido a la mitad, y ahora únicamente<br />

representan el 13% de los ingresos fiscales globales. En los demás países desarrollados<br />

se nota un comportamiento similar. La mayoría de las corporaciones transnacionales<br />

128


egistran beneficios nunca logrados en algún momento de la historia y, al mismo tiempo,<br />

ya no pagan impuestos en sus respectivos países, lo que hace que las prestaciones sociales,<br />

las pensiones y los salarios se reduzcan notablemente. A la par que las transnacionales eluden<br />

al fisco en los estados anfitriones, las pequeñas y medianas empresas, que son las que<br />

generan la mayor parte del empleo, se ven sobrecargadas de presiones impositivas. Estos<br />

son datos presentados por Ulrick Beck en su obra “¿Qué es la Globalización?”. El crecimiento<br />

económico, per se ya no lucha contra, sino que prevé el aumento de la pobreza, lo<br />

que causa algunas asperezas entre la alianza del capital con cualquier Gobierno de turno,<br />

asperezas que, sin embargo, se arreglan rápidamente con beneficios mutuos entre los representantes<br />

de ambas esferas. De este modo, podemos darnos cuenta que una nueva clase de<br />

capitalismo ha aparecido en la historia económica del mundo: un capitalismo con impuestos<br />

mínimos al capital y con grandes índices de desempleo. Ese es el capitalismo globalizador.<br />

La Economía Vital: La Corporación Transnacional<br />

Existe desde hace mucho tiempo atrás, pero no ha sido el núcleo fundamental del fenómeno<br />

de la Globalización económica del planeta. Así, por ejemplo, la Coca Cola es una corporación<br />

transnacional simple, al viejo estilo, y, al igual que las demás transnacionales simples,<br />

se singulariza por las siguientes modalidades:<br />

Tiene una matriz central en un país determinado (en este caso, en los EEUU) y cuenta con<br />

filiales en varios países del mundo<br />

Cada una de estas filiales es una unidad productiva que produce el bien completo, produce<br />

para su respectivo mercado nacional y su nivel de producción no afecta a las otras filiales<br />

Cuando la filial de Londres tiene problemas de abastecimiento de insumos o de mano de<br />

obra, las demás filiales no sienten los efectos y continúan produciendo para sus respectivos<br />

mercados nacionales<br />

Propuesta: La Corporación Transoligopolista.<br />

Muy diferente es el caso de, lo que la Acción Complementaria denomina la Corporación<br />

Transoligopolista, la que surge en el proceso de globalización. En vez de contar con unidades<br />

productivas independientes en el resto del mundo, la Transoligopolista más bien desconcentra<br />

sus actividades en diferentes regiones geográficas. Por ejemplo, la Dirección Superior<br />

puede estar concentrada en el país matriz, pero las responsabilidades de mercadotecnia<br />

pueden estar en otro, del mismo modo que la planificación financiera puede tener otra<br />

sede... Por otra parte, la misma planta productiva está desconcentrada en diferentes países,<br />

cada una de las cuales produce parte del producto final que sirve de insumo a las otras, en<br />

un orden que responde a la lógica del proceso de producción, en cada caso. De esta manera,<br />

una fábrica de automóviles, por ejemplo, puede producir el acero en un país, el motor en<br />

un segundo, la corona en un tercero, las llantas en un cuarto… y ensamblar el automóvil en<br />

129


un enésimo país. Como podemos observar, ninguna de las unidades productivas es independiente<br />

de las demás; al contrario, existe una interrelación muy bien definida entre una y<br />

las otras, de manera tal que si la división que produce acero y que se encuentra ubicada en<br />

un país determinado, no cumple con su cuota, la división que produce los motores no cumplirá<br />

con la suya... y el efecto se multiplicará, ocasionando terribles cuellos de botella, en<br />

un proceso de retroalimentación que producirá desarreglos en la producción y en los mercados<br />

internacionales. Tal como se puede ya deducir, la Transoligopolista no produce para<br />

el mercado nacional, sino que lo hace para el mercado mundial, del cual, el mercado nacional,<br />

el del país anfitrión, es sólo un segmento. Esta característica es la que causa desajustes<br />

internacionales que no sólo adicionan sus efectos, sino que se interrelacionan en dimensiones<br />

multiplicativas, causando grandes desequilibrios nacionales que se transmiten en cadena<br />

a otras naciones, tanto en el circuito productivo, como en el financiero y en el comercial.<br />

Para tener una percepción más completa del fenómeno, añadamos el hecho de que las<br />

inversiones de las Ttransoligopolistas en cada país son relativamente significativas para el<br />

país en cuestión, especialmente cuando se desconcentra en naciones del tercer mundo. Con<br />

el objeto de visualizar mejor el estatus de estas corporaciones, debo definir un nuevo concepto<br />

La Acción Interaactiva y el Oligopolio Natural<br />

Es una corporación empresarial que conforma, con otras similares, un mercado internacional<br />

al que he denominado Mercado Transoligopolista y cuyas inversiones son tan grandes,<br />

su tecnología es tan poderosa y su curva de experiencia es tan dinámica, que impide la<br />

entrada de nuevas empresas a nivel mundial. Obsérvese que mi definición no se refiere al<br />

llamado Monopolio Natural, sino que apunta al Oligopolio Natural.<br />

Concepto<br />

La Corporación Transoligopolista es el germen donde nace el proceso de globalización<br />

económica, que luego se manifestará en otros campos tales como el social, el político,<br />

el cultural...<br />

Causas de la aparición de la Transoligopolista<br />

La aparición de la Transoligopolista se debe a los siguientes procesos. El capitalismo maduro<br />

ha ingresado en la fase en que la tasa de ganancia tiende a reducirse, es decir, se encuentra<br />

ya en la dimensión económica en que empieza la vigencia de la tendencia a la reducción<br />

de la tasa de ganancia, tendencia pronosticada por los cásicos de la economía y por<br />

Marx. Esto ha hecho que los excedentes de capital acumulado tengan que buscar otros países<br />

para lograr ventajas comparativas y reducir sus costos, algo que se logra principalmente<br />

en los países subdesarrollados, en los cuales tanto los recursos humanos como los naturales<br />

son abundantes y baratos. A pesar de la vigencia de la tendencia a la reducción de la tasa<br />

de ganancia, los excedentes de capital no pueden ser absorbidos en su totalidad, ni por las<br />

inversiones en los países desarrollados ni por los subdesarrollados; en estos últimos aún no<br />

se tiene lo que los inversionistas llaman “seguridad jurídica”. Los excedentes no invertidos<br />

130


en la producción de bienes y servicios se utilizan para especular con las economías de otros<br />

países, dando lugar al capital especulativo y, con su crecimiento, a las grandes crisis mundiales.<br />

Si la tendencia continúa de esta manera, es muy posible que en el futuro ya no existan<br />

razones para hablar de algún imperialismo geográfico, al estilo de la vieja izquierda internacional,<br />

pues inclusive las naciones más poderosas serán víctimas de una nueva clase de<br />

dominación mundial, a la que podríamos llamar Imperialismo de Empresa. Esto querrá decir<br />

que los trabajadores de los países subdesarrollados del mundo ya no tendrán fundamentos<br />

para estrellarse, v.g, contra el “Imperialismo Norteamericano”, como lo hacen ahora.<br />

Dentro de poco deberán dirigir sus expresiones reivindicativas al “Imperialismo de la Sony,<br />

de la General Motors, de la Toyota, de la IBM...” Un imperialismo para el que no existe<br />

aún ningún mecanismo de control, ni nacional, ni mucho menos, internacional<br />

Causas concurrentes al proceso de globalización<br />

Tal como ha sido expresado, el germen del proceso de globalización está en lo que he dado<br />

en llamar la Corporación Transoligopolista, la que hace posible que el intercambio comercial<br />

internacional se multiplique a tasas extraordinariamente altas; la red de mercados financieros<br />

se hace más sólida y se fortifican significativamente los sistemas de información<br />

y de comunicación, realimentando el poder creciente de las Transoligopolistas.<br />

Tres conceptos del proceso de globalización<br />

Hay tres vocablos que debemos identificar, en forma muy concreta, cuando nos referimos<br />

al problema que ahora nos ocupa.<br />

Globalización<br />

Este concepto se refiere al proceso objetivo de unificación mundial emergente de la aparición<br />

progresiva de la Corporación Transoligopolista. Este es realmente un proceso irreversible<br />

y no depende de la voluntad de nadie. La globalización no es una alternativa. Es un<br />

hecho objetivo.<br />

Globalidad<br />

Es el resultado, cada vez más consolidado, del proceso de globalización, representado por<br />

un mundo unificado bajo el concepto de una sociedad planetaria, consciente de su propia<br />

mundialidad<br />

Globalismo<br />

A diferencia de los dos anteriores, este concepto entraña una intención expresa de tipo ideológico,<br />

que pretende convertir el proceso de globalización en una especie de evolución lógica<br />

del modelo neoliberal. Así, el concepto de Globalismo, al menos tal como lo conocemos<br />

hoy, incluye una apuesta explícita por la perpetuación del neoliberalismo y su doctrina,<br />

por lo que merecerá un análisis crítico en sus diferentes facetas<br />

Pasemos ahora a realizar una revisión sintética de las principales manifestaciones concretas<br />

131


del Proceso de Globalización<br />

La Globalización en la Economía<br />

El problema de la localización y las ventajas competitivas<br />

Como ya vimos, la Corporación Transoligopolista desconcentra sus operaciones para localizarlas<br />

en diferentes países, especialmente, en los subdesarrollados. La intención es buscar<br />

ventajas comparativas y ventajas estratégicas, con el objeto de lograr ventajas competitivas<br />

a nivel mundial. En países como el nuestro, es posible que encuentren algunas ventajas<br />

comparativas, es decir, aquéllas que reducen costos, tales como mano de obra y recursos<br />

naturales baratos. Por otra parte, lograrán seguramente, políticas tributarias blandas, las que<br />

serán tanto más favorables, en cuanto la capacidad de negociación de nuestros gobiernos<br />

sea más reducida. Pero, para que puedan competir en el mercado mundial, es preciso que<br />

añadan a las ventajas comparativas, las ventajas estratégicas, tales como calidad garantizada,<br />

desarrollos e innovación en procesos y en productos, diseños adecuados…. Todo esto<br />

significa que las Transoligopolistas deberán utilizar tecnologías de avanzada y grandes<br />

desarrollos en la organización y administración empresarial, lo que exigirá grandes inversiones<br />

en las actividades de investigación y desarrollo. En este punto, al darnos cuenta de<br />

la existencia de personas que frecuentemente sufren ataques fulminantes de nacionalismo<br />

a ultranza, es imperativo preguntamos: ¿creerán estos buenos señores que el empresario<br />

nacional podrá contar con la tecnología necesaria para lograr las ventajas estratégicas que<br />

les permitan competir en el mercado internacional sin ayuda de la Transoligopolista? ¿Podrá<br />

competir con las Transoligopolistas? Particularmente yo no creo que puedan hacerlo,<br />

ni aun teniendo un gobierno de corte ultranacionalista.<br />

Otro requerimiento de las Transoligopolistas para localizar eficientemente sus divisiones<br />

desconcentradas, es el que se refiere a la atmósfera y a las expectativas sobre la situación<br />

política del país anfitrión. Los países subdesarrollados implican un riesgo adicional con<br />

relación a los desarrollados: la inestabilidad política. La estabilidad del tipo de cambio es<br />

otro factor esencial en el proceso de establecer plantas productivas en las diferentes naciones.<br />

Por lo general, una política monetaria que tienda a sobrevaluar sistemáticamente la<br />

moneda con relación al dólar, se convertirá en un obstáculo muy serio.<br />

Las Transoligopolistas necesitan exportar y para ello, requieren estabilidad monetaria y un<br />

tipo de cambio más bien infravaluado, que facilite el flujo de las exportaciones. Sin embargo,<br />

debido a que también deben importar insumos, equipo y maquinaria, una moneda<br />

infravaluada no representa ninguna garantía, por sí sola. Un tipo de cambio real equilibrado,<br />

sí es un factor impulsor para la localización del proceso manufacturero.<br />

La política económica que el gobierno ejecute en periodos determinados, es otro factor de<br />

gran importancia en este aspecto. Un presupuesto con déficit cada vez mayores, será un<br />

signo de alarma para la alta dirección de las Transoligopolistas. Un proceso de inflación de<br />

132


más de un dígito será muy inquietante para sus expectativas. Esto se debe a que la inflación<br />

es una gran causa de incertidumbre, algo que no rima con la necesidad de identificar adecuadamente<br />

los costes de producción. De este modo, vemos que la simple disponibilidad<br />

de mano de obra y de recursos naturales abundantes no son los únicos determinantes en el<br />

proceso de localizar las plantas de producción de las corporaciones Transoligopolistas. Al<br />

contrario, es posible que esas ventajas, comparativas en este caso, sean suplidas con ventajas<br />

estratégicas para lograr las ventajas competitivas requeridas, sobre la base de las economías<br />

de escala que ambas otorgan.<br />

Las Transoligopolistas y el Empleo<br />

Como se vio, las Transoligopolistas relocalizan sus plantas productivas con la intención de<br />

ganar ventajas comparativas y, sobre ellas, las competitivas, por lo que generalmente exportan<br />

empleo. De este modo, los países anfitriones se benefician, en principio, con las<br />

inversiones de esas corporaciones. Pero no toda inversión de capital significa creación de<br />

empleos. Tal como vimos, el proceso de globalización implica la aparición de un capitalismo<br />

con menos impuestos a las empresas y con mayores índices de desempleo para el país<br />

anfitrión, esto se debe a que las corporaciones Transoligopolistas producen para el mercado<br />

mundial, allí donde la competencia es muy fuerte y exige la adopción de tecnologías de<br />

avanzada, pero una tecnología de avanzada es una tecnología que ahorra mano de obra.<br />

La Globalización y el Espíritu Nacional<br />

Defino el “Espíritu Nacional” como la empatía mutua que existe entre los miembros de un<br />

grupo humano por la común pertenencia de origen a una nación. Con esta definición dejamos<br />

de lado la idea de que el Espíritu Nacional sería una especie de conglomerado de ectoplasmas.<br />

Fue Hegel, sin duda, el primer filósofo que llamó sistemáticamente la atención<br />

sobre la existencia del Espíritu Nacional, como una objetivación de la conciencia colectiva<br />

de una nación. Por su parte, el marxismo afirmó que, en la mayoría de las veces, eran las<br />

escalas de valores particulares de las “clases dominantes” las que se proyectaban, como si<br />

hubiesen sido comunes a todos los grupos existentes en un país, independientemente de los<br />

antagonismos de clase y de intereses que las separaban. Sostuvo también, que sólo con la<br />

dictadura del proletariado, tal como la existente en la entonces Unión Soviética, podría lograrse<br />

una verdadera “Conciencia Nacional”.<br />

En mi opinión, el Espíritu Nacional es inherente a la existencia de una nación consolidada.<br />

Las pruebas no se esconden en ningún proceso esotérico de las relaciones humanas, sino<br />

que emergen en forma natural de la convivencia de todos los días, tal como aparecen los<br />

vínculos de afecto entre los miembros de una familia, aunque en este caso, claro está, hay<br />

una gran diferencia de grado. Para aceptar esta verdad evidente, recurrimos más a la intuición<br />

y a la historia de todas las naciones del planeta, que al análisis racional.<br />

Sostengo que el Espíritu Nacional ha sido la fuerza fundamental que ha permitido a las<br />

naciones consolidadas llegar al grado de desarrollo y de preeminencia que ahora disfrutan<br />

133


y que ha sido la ausencia de un Espíritu Nacional, en cada caso, la que más ha erosionado<br />

las capacidades volitivas de los países que han quedado a la zaga, en la carrera de postas<br />

por la sobrevivencia colectiva. El devenir histórico de cada país subdesarrollado no ha sido<br />

capaz de imbuir en los pueblos originarios el sentido de nacionalidad que tanta falta les<br />

hace, mientras que las actitudes discriminatorias de la sociedad hacia los pueblos originarios<br />

y los privilegios privativos de los estratos altos, no han hecho sino exacerbar los resentimientos.<br />

Esos países se están convirtiendo en calderos de alta potencia en los que fermentan,<br />

como en una digestión pesada, las voces disonantes de los tiempos. Que nadie dude ni<br />

un segundo de la enorme hecatombe que se nos aproxima si es que las cosas continúan<br />

como están. Para poner un ejemplo reciente de lo importante que es tomar en cuenta las<br />

contradicciones entre las etnias, recordemos que la teoría marxista afirmaba que la dictadura<br />

del proletariado solucionaría todas las contradicciones culturales de la ex URSS y de<br />

los países de su órbita. Peroraba la supuesta diferencia entre el comportamiento de la gente<br />

antes y después de la revolución socialista: cuan sectaria y antagónica había sido antes y<br />

con cuánta fraternidad, la misma gente, retozaba en los prados paradisíacos creados por el<br />

nuevo sistema. Al estrépito de la caída del Muro, los teóricos y prácticos marxistas se enteraron<br />

de que la unidad aparente de sus etnias había sido artificialmente lograda sólo por<br />

el sistema de terror que se había impuesto en ese país a partir de 1917, sistema de terror que<br />

no hacía sino continuar el que imperaba durante el zarismo. Por más de 70 años, los antagonismos<br />

étnicos habían estado madurando en un caldero parecido al que ahora inconscientemente<br />

arcillamos en Bolivia. Una vez que el terror fuera depuesto, los odios afloraron<br />

causando el desmembramiento de la nación y la lucha armada interna de feroces alcances.<br />

Lo mismo en Yugoslavia, Checoslovaquia, Rumania y anexos. La experiencia de la ex<br />

URSS en ese aspecto, nos enseña que nada es tan pernicioso para la vida de un país, que la<br />

ausencia de vínculos verdaderos de mutuo respeto y reconocimiento entre sus etnias y sus<br />

respectivas identidades. Esta ausencia es la causa principal de que no tengamos un “Espíritu<br />

Nacional”, de que no tengamos objetivos comunes entre los grupos que conforman la nacionalidad.<br />

Ante la ausencia de objetivos comunes, no es posible pensar en la aparición de<br />

un “Espíritu Nacional”, por lo que no es posible, todavía, prever que esos Estados Nacionales<br />

consoliden sus respectivas naciones. Así, desmembrados espiritualmente, se aprestan<br />

a enfrentar el proceso de globalización, proceso en el que todas las naciones no consolidadas<br />

desaparecerán ante el empuje de las fuerzas que el proceso habrá de general.<br />

La mayor parte de los países menos desarrollados empiezan a emigrar hacia los que tienen<br />

tasas más altas de crecimiento y ofrecen su fuerza de trabajo a precios que son extremadamente<br />

competitivos con el salario medio del país que los acoge. De esta manera, los países<br />

anfitriones sufren presiones hacia la baja del empleo desde dos fuentes complementarias:<br />

por la aplicación de tecnologías de punta en sus sistemas de producción y por el ingreso de<br />

mano de obra barata, que arrebata el empleo a los trabajadores originarios de las naciones<br />

hospitalarias. Esa realidad es ignorada por los neoclásicos, quienes proclaman en su modelo,<br />

entre otras barbaridades que proclaman” el supuesto de que hay perfecta movilidad<br />

de factores entre todos los países del mundo.<br />

134


No es Razonable pretender cambiar la realidad de ese modo.<br />

La Globalización y los Estados Nacionales<br />

El concepto de soberanía ha venido debilitándose progresivamente, haciéndose cada vez<br />

más flexible. Los intereses de un país ya no son considerados aislados de los intereses de<br />

otros países; cada vez más, lo que una nación hace afecta a las otras. Por ejemplo, si Brasil<br />

quisiera poner una planta nuclear cerca de alguna de sus fronteras, bajo el supuesto de que<br />

puede hacer lo que desee si lo hace en su propio territorio, los países colindantes harían<br />

escuchar su oposición, la elevarían a los organismos internacionales y lograrían que Brasil<br />

reconsiderara su medida, a riesgo de quedar marginado del resto del mundo. Lo mismo<br />

sucedió hace algún tiempo con la actitud de los Presidentes de Venezuela, Ecuador y Bolivia<br />

ante la intención del entonces Presidente de Colombia de permitir una base militar de<br />

los EEUU en territorio colombiano. Los tres declararon que una base militar de los EEUU<br />

en cualquier lugar de Latinoamérica era un problema de todos los países de Latinoamérica.<br />

Por otra parte, el concepto de Nación-Estado es relativamente moderno en la historia de la<br />

humanidad; se consolida apenas en el siglo XVI. En la Grecia antigua, por ejemplo, la unidad<br />

territorial, poblacional, religiosa y cultural era la Ciudad-Estado. Atenas no podía imaginar<br />

que sería posible conformar una unidad con Esparta y nadie pensaba que había otro<br />

modo de repartir el mundo occidental, si no era usando la ciudad así constituida, como<br />

unidad obligada. Ahora nos es difícil concebir una célula territorial, poblacional, cultural y<br />

jurídica diferente del Estado-Nación, a pesar que poco a poco el devenir histórico se encarga<br />

de mostrarnos la falsedad de esta visión ya demasiado estrecha. Los diferentes intentos de<br />

concebir procesos de integración subregional, tal como la Unión Europea, nos muestra el<br />

camino que habrán de seguir las otras naciones del planeta, bajo la forma de una nueva<br />

unidad: el Estado-Región, cuyas formas, aún muy incipientes, aparecen grupos de naciones<br />

identificadas bajo el título genérico de Comunidad Andina de Naciones, MERCOSUR,<br />

NAFTA… Pero la novedad no acaba ahí.<br />

La evolución actual de la humanidad en su conjunto, nos muestra que vivimos en el marco<br />

de la coexistencia de sociedades nacionales y de Transoligopolistas, con los consiguientes<br />

roces, imbricaciones y junturas que ya convocan la atención de los analistas. Dentro de<br />

algunos años más de maduración, nos enteraremos que la sociedad transnacional será la<br />

dominante en todos los campos. Ante este proceso que parece irreversible, es pertinente<br />

preguntarse: ¿cuál será la forma en que los estados nacionales habrán de aparecer ante los<br />

ojos y ante los intereses de las Corporaciones Transoligopolistas? Pues la más lógica.<br />

Cada país será considerado como una empresa, cuya jerarquía y diferenciación será juzgada<br />

de acuerdo con su eficiencia, productividad y comportamiento en el mercado mundial. Al<br />

respecto, será bueno recordar que ya hemos conocido algunos experimentos incipientes en<br />

Bolivia. Esta jerarquización dará lugar a un ensanchamiento tan grande de las desigualdades<br />

entre países, que las dimensiones actuales nos parecerán francamente irrisorias. Por si fuera<br />

poco, recordemos que las desigualdades entre países implican una desigualdad aún mayor<br />

135


entre los estratos sociales dentro de cada país. La eficiencia productiva distanciará aún más<br />

a los habitantes de una nación con un sesgo muy marcado, por supuesto, hacia los estratos<br />

de bajos ingresos y, sobre todo, hacia los pueblos originarios. La visión neoliberal del proceso<br />

de globalización prevé un Estado muy achicado, con funciones dedicadas al cuidado<br />

del orden interno, a la administración de la justicia y de los servicios públicos, a la defensa<br />

nacional y a una que otra tarea adicional. Podemos prever el proceso de achicamiento del<br />

Estado desde dos puntos de vista diferentes, uno del otro. En primer término, creo que todos<br />

estamos de acuerdo en que el Estado es un pésimo administrador de empresas productivas<br />

y que es preciso que deje de reeditar experiencias pasadas. La inutilidad del Estado como<br />

empresario no proviene, claro está, de la atribuida ineficiencia de las personas que se encuentran<br />

en función de Gobierno, sino de su propia estructura, tal como ya lo vimos en otra<br />

sección. Pero hay otras tareas que el Estado debe cumplir en su rol histórico. Estas se refieren<br />

principalmente a la formulación de una función de bienestar social y a la ejecución de<br />

las acciones tendentes a lograr los objetivos explícitos en dicha función. Estas labores solo<br />

pueden ser concebidas por un Estado que tenga la capacidad de intervenir activa y directamente<br />

en el funcionamiento de la economía de mercado, más aún, si el mercado está estructurado<br />

sobre la base de monopolios naturales, por lo menos para los bienes transables,<br />

tal como yo lo percibo desde ahora. Las políticas monetaria y fiscal serán dos de los instrumentos<br />

más importantes para enderezar la economía, cuando ésta tome un sesgo peligroso<br />

hacia la concentración excesiva del ingreso y el consiguiente incremento de la desigualdad<br />

social. La variación del Tipo de Cambio, los aranceles y las políticas directas de distribución<br />

del ingreso, serán también de gran importancia. El desarrollo humano y el desarrollo<br />

económico, concebidos en una función de bienestar social de justicia y equidad y dentro de<br />

los límites de las restricciones que imponen el medio ambiente y las estructuras culturales,<br />

son los fundamentos reales que sostendrán la gran construcción de los Estados Nacionales<br />

en los actuales países subdesarrollados. Los más entusiastas se sobrecogen de optimismo<br />

cada vez que escuchan propuestas sobre la necesidad de consolidar un Estado de bienestar.<br />

Impresionados por los éxitos logrados en, digamos Suecia o la Alemania de posguerra,<br />

pretenden copiar ese modelo para aplicarlo sin más ni más a las condiciones que tienen<br />

vigencia en los países subdesarrollado. Para que las medidas dictadas por el Estado sean<br />

aplicadas exitosamente a la realidad, el Estado debe tener una gran capacidad de negociación<br />

con las Transoligopolistas. Ningún gobierno podrá poner límites a las exigencias de<br />

las Transoligopolistas si no es lo suficientemente fuerte. Para ello requiere dos condiciones<br />

esenciales: una interna y otra externa. La primera se refiere a la necesidad de que un gobierno<br />

así concebido sea un resultado verdadero de la voluntad consensuada de las etnias y<br />

culturas nacionales, incluyendo, claro está, a los estratos medios que tienen una visión más<br />

occidentalizada de los procesos. La segunda, apunta a la urgencia de encontrar el apoyo de<br />

los otros países, con los que ha conformado un proceso de integración. Desde este punto de<br />

vista, podemos ya tener una visión acertada del verdadero propósito de los movimientos<br />

integradores regionales: lograr juntos un poder real para negociar en mejores condiciones<br />

con las Transoligopolistas, un poder que ningún gobierno por sí solo podrá lograr jamás.<br />

Los puntos tradicionales de referencia que privilegiaban un proceso integrador, tal como<br />

136


creación o desviación del comercio deben quedar en segundo plano, ante el reclamo imperativo<br />

de conformar cuerpos unificados que permitan salvar sus países de la terrible expoliación<br />

de las Transoligopolistas.<br />

Sobre este particular, debo afirmar que la siguiente frase representaría muy apropiadamente<br />

la esencia de un Estado digno y fuerte para negociar con las Transoligopolistas:<br />

Acogemos el capital, pero<br />

defendemos nuestros recursos<br />

El reordenamiento del mapa mundial y los movimientos de integración exigen la participación<br />

de países verdaderamente consolidados como tales, para conformar algo que por el<br />

momento podríamos llamar un Gran Nacionalismo hecho de Nacionalidades, es decir, una<br />

especie de Gran Nacionalismo Internacional, por más paradójico que esto parezca a primera<br />

vista. Las dificultades que han tenido los países europeos para fortificar la Unión Europea<br />

y los problemas que aún enfrentan para consolidar el Euro en el Sistema Monetario Europeo,<br />

es una muestra de lo que afirmamos. Cada país quiere pertenecer a la Unión, pero, al<br />

mismo tiempo desea mantener su identidad como nación y que se la reconozca y se la respete.<br />

Por otra parte, nadie quiere recibir en su seno integrador a naciones que se hallen<br />

divididas por grandes contradicciones internas que van más allá de las simples discrepancias<br />

políticas. Es que Globalización y la regionalización; la vinculación y la fragmentación;<br />

la centralización y la descentralización, son caras duales de una moneda multidimensional.<br />

La estrategia del Estado para defender a la Nación de la expoliación de las Transoligopolistas,<br />

debe entretejerse con las estrategias departamentales y municipales para mitigar ese<br />

poder. En este contexto, los municipios podrían formar monopsonios que permitan a los<br />

consumidores lograr un poder mayor de negociación con los oligopolios naturales. Los trabajadores<br />

podrían unirse en monopolios de oferta de trabajo, para establecer cláusulas favorables<br />

al trabajo en los contratos colectivos. La sociedad civil unirse en centros de consumidores<br />

que velen por la calidad y el precio de los bienes que circulan en el mercado.<br />

Los empresarios medianos y pequeños, los que no hubieran sido absorbidos como filiales<br />

de las Transoligopolistas, podrían hacer causa común con la sociedad civil. No olvidemos<br />

que los empresarios medianos y pequeños tendrían la responsabilidad de producir bienes<br />

no transables, dado que estarán orientadas al mercado nacional, algo en que no convocará<br />

el interés de las Transoligopolistas. Pero hay un camino más fácil y efectivo: la institucionalización<br />

a nivel nacional del modelo de Desarrollo Local, el que tiene como base los<br />

convenios de mutuo interés entre el Estado, la Empresa y la Sociedad Civil. Estas alianzas<br />

conformarán las trincheras más efectivas para que Bolivia no sea anulada como nación por<br />

la tarea de zapa del proceso de globalización.<br />

La Globalización y el Gobierno Mundial<br />

El proceso de globalización ya ha iniciado la conformación de una sociedad mundial, aunque<br />

sin la presencia de un Estado Mundial que regule el comportamiento de esa sociedad.<br />

137


Las opiniones al respecto varían desde la constitución de un Gobierno conformado por representantes<br />

de todos los países involucrados, hasta la estructuración de un ente colegiado<br />

con funciones ejecutivas, sobre la base de los representantes de las naciones más grandes<br />

del planeta. Los representantes de los grandes países ante las NNUU han adelantado ya sus<br />

quejas sobre la asimetría de esa organización, da-do que cada una de ellas tiene un voto sin<br />

importar las dimensiones de la riqueza y del poder que representa. Así, una flamante nación<br />

africana tiene, dicen, el mismo voto que otra, cuya extensión, su población y sus índices de<br />

comercio internacional son infinitamente más grandes. Esta es una situación que debe analizarse<br />

con mucho detenimiento. En principio, un gobierno mundial debe incluir la presencia<br />

de representantes de todos los países para tomar decisiones ejecutivas por simple mayoría<br />

de votos, en razón de que una Sociedad Mundial con alguna clase de Gobierno Mundial,<br />

será siempre mejor que esa sociedad mundial sin gobierno mundial. La conformación<br />

de un Gobierno Mundial, con capacidad de ejecutar acciones y no simplemente de deliberar,<br />

servirá por lo menos de palestra activa, donde la voz de los débiles también habrá de ser<br />

escuchada. La formación de un Gobierno Mundial sería una reedición de la visión cosmopolita<br />

que fue muy activa en el siglo XIX. En efecto, los pensadores sociales de esas épocas<br />

tenían una utopía común: la de conformar una especie de súper nación sobre la base de la<br />

unión de los intereses de cada país y en el marco de la buena voluntad de sus representantes.<br />

A esa inquietud es que se llamó Cosmopolitismo. Como una antítesis al Cosmopolitismo,<br />

surgió la idea de la internacionalización del proletariado, bajo el principio de que los intereses<br />

de los trabajadores eran los mismos en todos los países y, por ello, contrarios a los<br />

intereses burgueses, por lo que ponía de relieve el supuesto hecho de que los objetivos de<br />

los trabajadores se cristalizaban en uno solo: instaurar la dictadura proletaria en todas las<br />

naciones del mundo. Tal como ordenaba la consigna lanzada por Carlos Marx:<br />

Proletarios del mundo, Uníos.<br />

En mi opinión, los procesos actuales de integración mundial, deberían tomar los rasgos más<br />

relevantes de ambas. Del cosmopolitismo, la necesidad de unirse como naciones, cada una<br />

con su propia identidad, bajo el imperativo de alcanzar objetivos comunes. De la versión<br />

internacionalista, la exigencia de concurrir a la ejecución de acciones concretas de defensa<br />

común, para proteger a cada uno de sus miembros de los abusos emergentes del capital<br />

concentrado en la Transoligopolista. Sé que esto es muy difícil, si tomamos en cuenta las<br />

percepciones que los estratos sociales y étnicos tienen sobre estos temas, sobre los que me<br />

referiré con mayor detalle, cuando exponga el contenido incluido en el acápite La Globalización<br />

Paralela, una Propuesta Alternativa, asunto de otra obra. Para autenticar mi propuesta,<br />

acudo a la actitud que Napoleón tenía sobre la necesidad de continuar con el proceso<br />

de descentralización administrativa en su época; esa actitud se traducía en la sentencia de<br />

que se puede gobernar desde lejos, pero que era necesario administrar desde cerca. Nosotros<br />

debemos decir: tengamos el ojo puesto en el proceso de globalización, pero concibamos y<br />

ejecutemos nuestros objetivos, planes y acciones como locales.<br />

138


La Globalización y la Tecnología<br />

Mirando en retrospectiva la historia contemporánea de la gran mayoría de los países subdesarrollados,<br />

nos damos cuenta que la radiecito a transistores, la que cabe en el bolsillo de la<br />

camisa, fue el instrumento más importante de integración social internacional aún antes del<br />

Internet. Fue por la radio a transistores que muchos habitantes de regiones alejadas e inhóspitas<br />

del mundo, se enteraron de la existencia no sólo de otros países en el mundo, sino también<br />

de otras regiones en el propio país, con una gran diversidad de percepciones acerca de<br />

asuntos vitales. Al mismo tiempo, la radio a transistores fue uno de los dolores de cabeza más<br />

grande que tuvieron los dictadores de la época, en los diferentes continentes. Así, por ejemplo,<br />

la población soviética se enteró de que el mundo no había sido como lo habían pintado<br />

los zares de la dictadura; también supo que había cosas extrañas tales como la Declaración<br />

de los Derechos del Hombre o la Declaración de los Derechos Humanos, ambas consideradas<br />

anatemas por la visión de la supuesta dictadura del proletariado. Los acólitos más feroces de<br />

Mao Tse Tung, encabezados por su esposa, no encontraron otro medio más contundente para<br />

luchar contra la “influencia foránea” que, allanando domicilios, quemando libros (y radiecitos<br />

a transistores, por supuesto) apaleando ciudadanos, sometiéndolos a confesiones públicas<br />

forzadas, torturándolos y asesinándolos con la criminal impunidad que rubrica la firma de<br />

todas las bestias en función de gobierno. Pero la radiecito a transistores siguió con su función<br />

de zapa y nada fue suficiente para detenerla. En general, el avance tecnológico se expresó<br />

sobre todo en el gran adelanto de los medios masivos de comunicación. Gracias a ellos, el<br />

mundo empezó su marcha hacia sí mismo, a través de los deseos de hombres y mujeres por<br />

conocer los modos de vida de otros hombres y de otras mujeres en el resto del mundo.<br />

Ahora nos encontramos con un nuevo elemento, la telenovela. Yo guardo para la telenovela<br />

la peor de las opiniones. Creo que, desde el punto de vista literario, es la expresión más<br />

vulgar y degradada del teatro, por su utilitarismo extremo, basado en lo que denomino, el<br />

supersentimentaloidismo. Sólo la avanzada demagogia manifiesta en los discursos de nuestros<br />

políticos y sindicalistas, puede ser comparable a la intención original de las telenovelas<br />

que pasan en los canales televisivos del planeta. Sin embargo, es, también en mi opinión,<br />

al igual que en su época fue la radiecito a transistores, uno de los instrumentos de integración<br />

social más potentes que existen. La telenovela expresa los sentires de las clases insurgentes<br />

de los países latinoamericanos y al hacerlo, concreta un fenómeno raro y en extremo<br />

atrayente, por lo menos en nuestro país, pues en los comienzos de su aparición hace que,<br />

por primera vez en la historia nacional, patrona y empleada se junten, codo a codo, para<br />

estremecerse juntas, siguiendo con toda atención capítulo tras capítulo, la trama en que se<br />

desenvuelve el argumento dramático correspondiente. En este proceso, patrona y empleada<br />

descubren que sus preferencias son las mismas, el castigo para el malo y el premio para los<br />

esfuerzos de la heroína. Por primera vez descubren que comparten los mismos sentimientos,<br />

que se alegran por las mismas cosas y que sienten pena por los mismos avatares. Por lo<br />

menos, en el corto periodo que dura un capítulo, patrona y empleada han compartido emociones<br />

intensas, que de otro modo nunca hubieran tenido la oportunidad de hacerlo. Por lo<br />

menos, en el lapso de un nuevo capítulo, empleada y patrona se han descubierto mutuamente<br />

en sus más recónditas inquietudes y en sus más íntimas fibras sentimentales. No nos<br />

139


sorprenda entonces, que la telenovela latinoamericana se vea en las pantallas de televisión<br />

de muchos países no sólo del tercer mundo, sino de los que encabezan la gran carrera de<br />

postas del capital, Me imagino que para los escritores, directores, productores y actores de<br />

una telenovela colombiana, mexicana, venezolana o brasileña, debe ser motivo de íntima<br />

satisfacción escuchar a sus personajes hablando con acento gallego en España, con acento<br />

oxfordiano en Inglaterra o con tanta diversidad de acentos en que se expresa la facultad<br />

sentimental del ser. Por ello es que la telenovela, por extraño que parezca, es también uno<br />

de los medios más eficaces que impulsan el proceso de globalización planetaria.<br />

La Globalización y la Juventud<br />

Nadie sabe a ciencia cierta la razón por la que el Rock and Roll, los blue jeans, la hamburguesa,<br />

el hot dog y la Coca Cola, producen esa euforia en los jóvenes de todos los países<br />

del mundo; lo que sí se sabe, es que los jóvenes reaccionan con inusitado entusiasmo a estas<br />

expresiones culturales que vienen de un solo país, EE.UU. Un observador que se encontraba<br />

de paso por Berlín, en la época en que el Muro aún lo dividía, relato una escena que yo la<br />

capto del siguiente modo. A este lado del Muro, se realiza un festival de Rock and Roll,<br />

con los mejores representantes del género de la época. Hay iluminación de muchos colores,<br />

fuegos artificiales, bailes agitados de parejas vestidas de blue jeans y llenas de alegría de<br />

vivir; puestos en los que se venden hamburguesas y hot dogs, desparramados estratégicamente<br />

en el ámbito de ese paraíso juvenil, y todo ello al ritmo del chisporroteo de una Coca<br />

Cola recién abierta y de la música frenética, como insuflo de vida en la vida, que se desenvolvía<br />

dentro de sí misma, para tornar a objetivarse en sonidos de colores, al compás que<br />

la hacían sagrada en su fuego vital. Al otro lado del Muro, jóvenes grises, apegados a la<br />

pared, tratando de captar desesperadamente los sonidos que traspasaban la frontera arbitraria<br />

y pretendiendo adivinar los pasos de baile, imaginar el sabor de una Coca Cola, acompañando<br />

el gusto imperial de una hamburguesa o de un hot dog, imaginándose a sí mismos<br />

enfundados en el mágico blue jean, cuya tela, de una aspereza celestial, seguramente acariciaba<br />

la piel como un pedazo de brisa en la duna del desierto. Las personalidades de los<br />

artistas y cantantes famosos tienen una gran influencia en la juventud de todos los países y<br />

con ellos, está también las costumbres consumistas de los principales globalizadores del<br />

planeta, quienes atiborran los mercados dedicados expresamente a la juventud, con productos<br />

tales como, walkman, grabadoras, CD’s, caseteras, aparatos de DVD, modas deslumbrantes,<br />

peinados estrambóticos .... y una infinidad de productos destinados a elevar la fiebre<br />

imaginativa de la juventud, con las consiguientes influencias en sus visiones acerca de<br />

su entorno y del entorno que le presentan en la pantalla televisiva a través de las campañas<br />

publicitarias, constituidas en deformadoras de la mentalidad de todo ser que, siendo bípedo<br />

con facultad del habla, comete la locura de mirar los programas que se le ofrecen en los<br />

canales de la pantalla chica. Esos son otros tantos actos de globalización planetaria.<br />

La Globalización y el papel de la Mujer<br />

Por lo general, los movimientos feministas de los países subdesarrollados, impulsados por<br />

140


lo que hacen en las naciones desarrolladas, han adoptado una estrategia deleznable al afirmar<br />

que el varón es el supuesto enemigo “contra el que se debe luchar”, el mismo que ha<br />

sido identificado como “el machista”, cuyas características inherentes a su modo de ser, de<br />

acuerdo a esta percepción, son poco menos que irreproducibles en una conferencia formal<br />

como la presente. De este modo, si en el mundo hay tres mil doscientos cincuenta millones<br />

de hombres, cada mujer tendrá tres mil doscientos cincuenta millones de enemigos “contra<br />

los que debe luchar”. Esta es una deformación muy mezquina de la realidad y, lo que es<br />

peor, impide que el proceso de liberación femenina se desarrolle a los ritmos urgentes que<br />

le corresponde. Algo que las feministas tradicionales no toman en cuenta, es el hecho de<br />

que ambos, mujer y hombre, no son únicamente entes biológicos, regidos por las leyes<br />

correspondientes, sino también seres históricos, esto es, productos de una época y de una<br />

sociedad determinada en la historia. Es por eso que las causas del marginamiento de la<br />

mujer no deben ser buscadas en la testosterona masculina, sino en el devenir de la sociedad,<br />

desde los tiempos en que el matriarcado tuvo que ceder el paso a su contrario, el patriarcado,<br />

en la evolución de la especie, proceso que se agudiza con las fuerzas globalizantes a pleno<br />

galope. Pero encontramos varias contradicciones entre la idiosincrasia de la mujer de los<br />

países subdesarrollados y el modelo que escoge para emularlo, la mujer norteamericana, de<br />

por sí neurasténica, conflictiva y conflictual, no por mujer, sino por vivir en un medio que<br />

convierte a todos los seres en víctimas constantes de la neurastenia. De este modo, especialmente<br />

la mujer de clase media de los países subdesarrollados, en su afán de ser cada vez<br />

más independiente del hombre, adoptando modelos estadounidenses, no hace sino estrechar<br />

cada vez más esa dependencia, conformando así una contradicción difícil de resolver. De<br />

esto puedo dar varios testimonios personales. A lo largo de mi carrera he trabajado con<br />

profesionales de ambos sexos; algunos mejores que otros, como es natural. Sin embargo,<br />

he notado también que las mujeres profesionales, en su afán de competir con sus colegas<br />

varones para lograr una promoción, asumen una personalidad mucho más dura que sus homólogos<br />

masculinos. El fenómeno se ha hecho tan perceptible, que ha permitido establecer<br />

con un alto grado de objetividad, que la mujer con rango ejecutivo ha llegado a la dudosa<br />

conclusión de que asumir un comportamiento áspero, ríspido y en extremo descortés con<br />

los otros funcionarios y con el público en general, les otorgaría mejores posibilidades en la<br />

carrera hacia esferas escritoriales de mayor importancia. De este modo, no sólo fracasan en<br />

sus intentos iniciales de “independizarse” del varón, sino que profundizan su dependencia,<br />

al erigirlos como paradigmas de comportamiento, sacrificando a este espejismo la propia<br />

personalidad y las cualidades diferenciadoras que las singulariza con relación a su pareja<br />

existencial. Si esta actitud se generaliza y se consolida, es de prever grandes modificaciones<br />

en la evolución de la sociedad. Sostengo que el deseo, ya irrefrenable, de tener las mismas<br />

oportunidades que el varón, hará que la mujer encuentre que su papel de esposa es un impedimento<br />

para el logro de su objetivo, vuelto ya primordial. En ese sentido, el matrimonio<br />

habrá de ser una de las primeras instituciones que se hará obsoleta y malmirada por la mayor<br />

parte de las mujeres, en su intención de realizarse como seres sustantivos, más que como<br />

seres adjetivados. En este tren de cosas, es posible predecir que la crianza de los hijos será<br />

considerada como otro impedimento discriminador, mayor si se quiere, por las mujeres del<br />

141


futuro. Si la pareja respectiva no se aviene a compartir, mitad a mitad, las tareas de la casa,<br />

el Estado tendrá que hacerse cargo de la crianza de los hijos de la Nación. Por último, es<br />

posible anticipar el repudio, por parte de la mujer, al hecho mismo de gestar al hijo y llevarlo<br />

durante nueve meses en las entrañas, por considerar que ese acto es también un serio<br />

obstáculo en la con-quista de igualdad de oportunidades con el varón. Con este alejamiento<br />

de las responsabilidades biológicas, las generaciones venideras considerarán como algo natural<br />

que los nuevos ciudadanos sean engendrados en laboratorio y educados en instituciones<br />

estatales. Así, el concepto y la forma de familia que ahora conocemos habrá cambiado<br />

tan radicalmente, que no será posible encontrar ningún parecido con la que el futuro parece<br />

intentar depararnos. Sobre las bases de estas apreciaciones, es posible afirmar que, si la<br />

sociedad continúa en su oposición impertérrita a las reivindicaciones de la mujer, la humanidad<br />

se encontrará en un mundo muy diferente al nuestro; en un mundo en el que el distanciamiento<br />

mujer-varón hará todavía más triste el des arraigamiento del Ser. En esas condiciones,<br />

la incertidumbre y el desamparo existencial llegarán a tales niveles de intensidad,<br />

que los desiertos lunares parecerán oasis ante la soledad que el Ser deberá enfrentar. Ante<br />

este estado de cosas, creo que debemos acudir en defensa de las reivindicaciones de la mujer,<br />

porque son la parte principal de las reivindicaciones de la humanidad misma, en su<br />

irreversible proceso de evolución como especie. Si no lo hacemos nosotros por nuestra propia<br />

voluntad, el proceso de globalización lo hará en virtud de la suya. El actual proceso de<br />

globalización amenaza con destruir nuestra manera de ser, acabar con nuestras más recónditas<br />

formas de vida, las que nos singularizan como culturas y pretenden dividirnos aún<br />

más y crear seres neurasténicos, solitarios y obsesionados sólo por la idea de tener tres<br />

automóviles en vez de uno. En medio de este remolino emocional recordemos que ningún<br />

país podrá salir adelante si es que se empeña en marginal al 50% de su población, por ello,<br />

repitamos todos juntos: No pongamos trabas a las reivindicaciones de la mujer.<br />

La Globalización y las Culturas Nacionales<br />

Los países subdesarrollados en general, deben preocuparse por consolidar las identidades<br />

culturales de sus grupos sociales para tratar de sintetizar la Cultura Nacional sobre la interacción<br />

de todos y cada uno de esos grupos, de lo contrario nadie va a tomarnos en cuenta<br />

como ciudadanos de una nación que busca el reconocimiento y el respeto de las demás, en<br />

igualdad de condiciones.<br />

Percepciones complementarias sobre la Globalización<br />

Globalización Financiera, es un proceso que emerge de los avances tecnológicos y la apertura<br />

del mercado de capitales, lo que ha permitido que el capital especulativo haya cobrado<br />

más importancia y haya causado las crisis mundiales.<br />

La globalización de la producción, se ha incrementado la producción, las transacciones de<br />

los bienes y servicios producidos, pero ahora, cosa extraña, son los países subdesarrollados<br />

los que exigen la anulación de las políticas proteccionistas impuestas por los desarrollados,<br />

por aquéllos que claman a todos los horizontes el libre comercio.<br />

142


La globalización y el Medio Ambiente, tal como se vio en los capítulos respectivos de la<br />

presente obra, el proceso globalizador está deteriorando progresivamente los hábitat y los<br />

recursos naturales del planeta, atentando de esta manera en contra de la supervivencia<br />

misma de la especie. Por otro lado, se pretende hacer del mercado el único asignador de<br />

recursos en todos los ámbitos de una sociedad: desde la producción de bienes hasta la de<br />

salud, educación, información y otros, con la consiguiente acumulación de poder por las<br />

Transoligopolistas. La globalización del capitalismo no regulado aumenta la desigualdad<br />

en todos los niveles de una economía y es fomentada no sólo por los gobiernos de los países<br />

desarrollados; no sólo por los empresarios, especialmente de las Transoligopolistas, sino<br />

por los mismos organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial, la OMC…<br />

por medio de políticas que fomentan las exportaciones sin tomar en cuenta los costos del<br />

medio ambiente y la necesidad de satisfacer los mercados internos.<br />

Consecuencias sociales del Capitalismo Global No Regulado<br />

La desigualdad es hoy mayor que nunca; el 80 % de la población cuenta con menos del<br />

20% de los ingresos; 2000 mil millones de personas pasan hambre en el mundo. Los indígenas<br />

son echados de sus tierras para aumentar la mano de obra barata en las fábricas y en<br />

las empresas agrícolas; bajo el nombre de “flexibilidad salarial” se rebajan los salarios y se<br />

anulan los contratos colectivos. La Globalización aumenta las importaciones de lujo en los<br />

países subdesarrollados, pero el comercio entre los desarrollados aumenta más que proporcionalmente<br />

que el comercio mundial. Está claro que no es Razonable oponerse al proceso<br />

de globalización, pues éste no depende de la decisión personal o colectiva de un grupo<br />

humano; pero sí, debemos luchar para que sus efectos sean positivos en los países subdesarrollados<br />

del planeta. Podemos aprovechar de las ventajas que la globalización nos ofrece,<br />

especialmente a través de la tecnología de las grandes Corporaciones Transoligopolistas, a<br />

las cuales debemos atraer y firmar con ellas convenios de beneficios mutuos. La Globalización<br />

ha venido para quedarse por mucho tiempo en el planeta; no sería Razonable tratarla<br />

como a un invitado indeseable.<br />

143


10<br />

EL MEDIO AMBIENTE<br />

Este capítulo y el siguiente están estructurados sobre los conceptos establecidos en mi obra<br />

“El Desarrollo Local Complementario (DELC) como una de las dimensiones operativas de<br />

la Economía Vital.<br />

La Agenda 21<br />

A partir de la segunda mitad del siglo XX se nota el deterioro progresivo del planeta, las<br />

que resultan de la aplicación de la feroz expoliación que los modelos capitalista y socialista<br />

hacen de los recursos naturales y del medio ambiente. Ante este panorama los científicos<br />

del mundo se apresuraron a denunciar el agravio al medio ambiente. Así, en 1972 surge<br />

Informe de Roma “Los Límites del Crecimiento” un verdadero grito de alarma acerca de lo<br />

que estaba sucediendo con el mundo. En 1987 hubo una conferencia en Estocolmo para<br />

ampliar el tratamiento de los temas relacionados al medio ambiente. El documento que<br />

surgió de esa conferencia fue conocido como “Nuestro Futuro Común” o también, simplemente,<br />

como el Informe Brundtland, nombre de la entonces Primera Ministra de Noruega<br />

Gro Harlem Brundtland, que tuvo a su cargo la dirección de la comisión respectiva. Allí<br />

nació el Programa del Medio Ambiente de la Naciones Unidas (PNUMA) y en las NNUU<br />

se creó la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, bajo el principio del<br />

Desarrollo Sostenible. Posteriormente se revisaron estos documentos lo que dio paso al<br />

Programa 21, en diciembre de 1989, la que se aprobó en la Conferencia de las NNUU sobre<br />

Medio Ambiente y Desarrollo la que se popularizó con el nombre de la Cumbre de Río o<br />

Cumbre de la Tierra, realizada entre el 3 y el 14 de junio de ese año. En esa ocasión 179<br />

países decidieron adoptar el programa, excepto los EE.UU. Fue en este evento que se<br />

aprobó la definición de Desarrollo Sostenible, la que había sido presentada en el Informe<br />

Brundtlan y que está vigente hasta el momento:<br />

El Desarrollo Sostenible es el que satisface las necesidades actuales de las personas sin<br />

comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas<br />

El contenido sustancial del Desarrollo Sostenible se estructura en cinco principios fundamentales:<br />

toma al desarrollo como una dimensión económica, social y ambientas; exige<br />

cuidar de la sostenibilidad del proceso; la sostenibilidad implica una mayor disposición de<br />

fuentes de trabajo; los beneficios para la humanidad emergerán para la humanidad en el<br />

largo plazo, mientras que en el corto, habrá ajustes necesarios; por último, demanda el compromiso<br />

instituciones y el consenso social para lograr los objetivos planteados<br />

144


La Actitud<br />

Actualmente tenemos una actitud de agravio contra la naturaleza; no toda la culpa es nuestra,<br />

dado que la herencia del pretérito nos ha estrujado en una especie de pesada coraza psicológica<br />

que se interpone entre el ser humano y la naturaleza. Los griegos, por ejemplo, bajo el<br />

liderazgo de Protágoras, nos han dejado una concepción antropocéntrica que desde entonces<br />

ha servido de punto de referencia en las relaciones hombre-naturaleza en el mundo occidental:<br />

El Hombre es la medida de todas las cosas.<br />

Con semejante premisa el hombre se creyó con el derecho de erigirse en emperador del mundo<br />

para tomar a la naturaleza como a su más odiado vasallo; lo que es peor: desde entonces estuvo<br />

en boga hacer del hombre y de la naturaleza dos cosas diferentes y, en el peor de los casos,<br />

opuestas. Fue la economía neoclásica la que estuvo más interesada en tomar al ser humano<br />

como algo diferente de la naturaleza al pro-clamar al homo economicus como el personaje<br />

central de la economía. Por otra parte, como una reacción desesperada contra la concepción<br />

antagónica de la relación del hombre con la naturaleza, ha surgido la corriente que trata de<br />

identificar al hombre con la naturaleza en una identidad indivisible.<br />

El Principio de Razonabilidad no comparte ni los intentos de antagonismo, causantes<br />

principales del ambienticidio actual, ni la identificación del Ser y la naturaleza como una<br />

identidad. Más bien considera que el hombre es parte de la naturaleza como lo es un río, un<br />

cerro, un árbol o un cocodrilo. En este sentido, sostiene que la naturaleza es el conjunto<br />

universal del cual la especie humana no es sino un subconjunto circunstancial en las infinitas<br />

eras de los tiempos cósmicos. El ser humano vive en la naturaleza, mora y evoluciona en su<br />

tiempo-espacio y usa sus recursos. Por otra parte, la naturaleza existió antes y existirá después<br />

de la circunvalación humana por el mundo, pero el hombre no tendrá existencia independiente<br />

fuera del universo. Estas afirmaciones construidas sobre las teorías de los filósofos que<br />

reconocen, como, por ejemplo, La Voluntad de Ser, la existencia del mundo,<br />

independientemente de la subjetividad del ser humano, aunque siempre modificado por él, nos<br />

llevan a estudiar al hombre como lo que es: un huésped en el planeta; una especie de las<br />

muchas que existen. Hay treinta millones de especies en la Tierra; seamos modestos y dejemos<br />

de jugar a los emperadores para reconocer que no somos sino una humilde especie entre todas<br />

las existentes; una humilde especie, nada más.<br />

La Literatura mistificado al depredador humano, el peor, como el hombre-emperador por<br />

medio de la idealización de caricaturas; en este caso, la del cazador, el que se adentra en<br />

"peligrosos safaris" por las selvas africanas para matar con saña, tecnología y cobardía a<br />

inocentes animales que no hacen otra cosa vivir su ciclo de vida. La cabeza disecada de un<br />

tigre en una de las pare-des del estudio donde el faunicida se extasía en su contemplación, era<br />

considerada como uno de los trofeos que atestiguaba la supuesta valentía del criminal. Luego<br />

vendría la concentración del capital y, con el pragmatismo que lo caracteriza, no exterminaría<br />

la fauna con el afán de presumir, sino de obtener ganancias. De este modo, los colmillos de<br />

145


los elefantes, arrancados por una sierra eléctrica de acero, no adornarían las salas de los<br />

hacendados sino que servirían de materia prima para la producción de alhajas y adornos<br />

destinados a satisfacer la estúpida vanidad de las "ladies". Sin embargo, en este recuento de lo<br />

infame, no olvidemos que fue también la literatura la que creó el primer ídolo ambientalista<br />

de la humanidad: Tarzán de los Monos. Aun en la aridez de un tratado sobre Economía,<br />

sostengo que Tarzán es el símbolo que representa a todos los pueblos originarios, a los<br />

habitantes de los bosques, a los hombres que viven en equilibrio con la naturaleza, a todas esas<br />

víctimas de la codicia feroz del hombre-emperador. Ellos son los que luchan por la defensa de<br />

la naturaleza contra esos siniestros personajes representados por el dueño de la empresa<br />

maderera o por el buscador de oro y de piedras preciosas en la selva. Hoy, los cazadores<br />

furtivos del mundo se ensañan en el exterminio de las especies que han vivido por millones<br />

de años antes de ser amenazados por la barbarie institucionalizada, la que, provista de rifles<br />

de alto poder, incursiona en selvas y lanza cartuchos mortíferos de dinamita en sus los ríos y<br />

lagos. Los aserraderos, con indiscriminada criminalidad, cortan toda clase de árboles: útiles y<br />

no útiles; grandes y chicos; de diámetro apropiado y no apropiado; de especies en abundancia<br />

o en extinción. Con ello ocasionan la pérdida de las cuencas hidráulicas, las que necesitan del<br />

oxígeno producido por los árboles para subsistir y así servir de hábitat a una gama infinita de<br />

biodiversidad. Las salvajes tecnologías de extracción ocasionan que el derrumbe de un árbol<br />

escogido arrastre por lo menos a otros cuatro que no servirán para el mercado, pero que en su<br />

proceso de agonía y descomposición dejarán de absorber carbón y más bien lo liberarán para<br />

aumentar la cuota de contaminación ambiental. Los dueños de las minas depredan,<br />

contaminan y deterioran a un ritmo que solamente la codicia por la tasa de ganancia puede<br />

igualar. Las fábricas dejan que sus desechos contaminen el agua y, con ello, maten a docenas<br />

de especies de peces y causen la muerte de miles de familias humanas que tienen que usar<br />

esas aguas. Las inmensas redes de pesca, cuyas longitudes llegan hasta los 60 Kms. atrapan<br />

por igual en los mares peces que irán a vender o que luego tendrán que abandonar como<br />

desecho de un sistema que sólo el salvajismo con tecnología puede sustentar. En esas fatídicas<br />

redes quedan aprisionados miles de mamíferos marinos y otras especies que nada tienen que<br />

ver con el circuito de explotación marina. Las aguas de los mares mueren asfixiadas por la<br />

contaminación emergente de los procesos de producción y de consumo. Las aguas de los<br />

océanos han empezado a languidecer como un anuncio profético de que allí donde nació la<br />

vida se incuba ahora la muerte definitiva. Los cielos han sido perforados con grandes agujeros<br />

ocasiona-dos por los aerosoles y los cloro-fluorocarbonos; por esos agujeros se filtra la<br />

radiación que trae miles de casos adicionales de cáncer de piel y de cataratas en los ojos.<br />

Veinte millones de Hectáreas de bosques son deforestadas anualmente en el mundo y la<br />

desertificación ha creado claros de luna que nada tienen que ver con las sonatas, sino con la<br />

muerte. El aire ha sido condenado a morir de asfixia y se venga llevándose a la tumba millones<br />

de seres que mueren por la contaminación aérea. El faunicidio sistematizado a través de la<br />

sobreexplotación más desenfrenada de que el planeta tenga noticia; la extinción de la biodiversidad<br />

en los bosques, del agua potable en los ríos, del aire en las ciudades, del suelo en el<br />

campo; la masacre de árboles en las cuencas, en los bosques, en los sembrados y en las<br />

praderas, todo esto es la muestra más espantosa de que nuestra sociedad ha escalado los grados<br />

146


más altos de locura colectiva, en su afán de aumentar la tasa de ganancia. El mundo del capital<br />

se ha vuelto loco; loco y antropófago, pues ha empezado a devorarse el planeta. Y toda esta<br />

demencia es ocasionada del que hemos identificado como el homo consumidorus, el demente<br />

que sólo tiene una obsesión incrustada en el cerebro: producir más y más para consumir más<br />

y más. El homo consumidorus, con la tabla de un solo Manda-miento: producir más para<br />

consumir más, ha hecho del planeta el manicomio más extraño y peligroso de cuántos hayan<br />

podido imaginar los escritores del terror; el gran nuevo espectro finalmente ha convertido a<br />

los hombres en espectros. Nuestra actitud para con el medio ambiente tiene que cambiar. Esta<br />

es una tarea que compite no sólo a todos los gobiernos y a toda la población del mundo, sino<br />

también a todos los sistemas económicos, tanto capitalistas como socialistas que se<br />

desparraman en los cuatro horizontes del planeta. Para ello es preciso anular las concepciones<br />

extremistas de la visión antropocéntrica del universo, las que han fabricado la silueta del<br />

hombre-emperador con resultados tan amenazantes. Debemos adoptar una actitud que declare<br />

y haga entender, inclusive, a los que tengan una mínima capacidad de entendí-miento que,<br />

siendo el hombre una parte de la naturaleza, cualquier atentado en contra la naturaleza es un<br />

atentado contra la especie humana.<br />

La Economía del Medio Ambiente<br />

Antoyne de Montchrétien publicó, en 1615 su obra "Traité de l'Economie Politique".<br />

–fue la primera vez que se utilizó el nombre de Economía Política para identificar una ciencia<br />

que se ocuparía "de la producción, la distribución, la circulación y el consumo" de los bienes<br />

económicos<br />

–los clásicos, Smith, Ricardo J.S Mill… continuaron usando el mismo nombre con el que<br />

distinguían una ciencia que tenía que ver tanto con la identificación de las leyes económicas,<br />

como con las acciones que el gobierno debería tomar en cada caso<br />

–el marxismo amplió el círculo de influencia de la Economía Política, con una visión muy<br />

amplia de tipo sociológico<br />

–a partir de la escuela de Viena, conocida como la escuela de los "marginalistas", la Política<br />

Económica fue perdiendo su contenido normativo y sociológico hasta que en el presente se<br />

convirtió en lo que conocemos como "Teoría Económica" o simplemente "Economía".<br />

–el keynesianismo fue un intento de devolver a la actual “Economía” su razón originaria de<br />

ser; la "Economía" debía ocuparse principalmente de las leyes que determinan los niveles<br />

reales del empleo<br />

–actualmente se afirma que la "Economía" no es sino la disciplina que tiene que ver con la<br />

Teoría General de la Elección, cuyo único objetivo es mejorar el recetario para que las<br />

empresas transoligopolistas aumenten sus beneficios sin límite, pues no otro es el objetivo del<br />

modelo neoclásico actual, adoptado por el neoliberalismo, el que es la degeneración misma<br />

de los principios liberales<br />

–con esta última modificación apareció también el burócrata-economista que actual-mente<br />

vive parasitando y parasita viviendo en las trincheras escritoriales del Estado o de los<br />

organismos internacionales, decidiendo sobre vidas y, destinos y haciendas de la humanidad<br />

147


–el modelo marginalista actual, en sus distintas variedades, que ha basado sus tesis en la<br />

observación del comportamiento del espectro al que ha consolidado como unidad de análisis<br />

de esa disciplina, el homo economicus<br />

−sobre ese supuesto, trazó una línea demarcatoria tajante de los bienes, identifican-dolos<br />

como "bienes económicos", los que tendrían un valor de mercado, y "bienes libres", los que<br />

supuestamente no lo tendrían<br />

–como ya vimos, el homo economicus, un ente espectral, ya ha sido reemplazado por el que<br />

hemos denominado el homo consumidorus, real, de carne y hueso, el que mantiene los<br />

principios de su antecesor, agregándole su monomanía de consumir más, cada vez más, para<br />

consumir más aún<br />

–recordemos también que el pilar teórico de esa escuela se basa sobre el axioma de la escasez;<br />

sin embargo, no toman en cuenta que con la necesidad presente de evaluar el costo ambiental<br />

incorporado al producto o al servicio respectivo, los "bienes libres" dejan de ser libres y abundantes<br />

–el aire, el agua, el suelo y otros, ya no son bienes libres; la conocida paradoja de los diamantes<br />

y el agua, según la cual, siendo el agua un bien que tiene mayor utilidad que los diamantes,<br />

sin embargo, vale menos porque es abundante y que los diamantes valen mucho más por ser<br />

escasos, aunque no tengan una utilidad real, pierden, progresivamente validez<br />

–los campamentos de refugiados azotados por el cólera, valoran mil veces más un litro de<br />

agua potable que un filón de diamantes; lo mismo sucede con millones de millones de<br />

campesinos en todo el orbe subdesarrollado<br />

–tal es el derroche con que se usa el agua, que no está muy lejano el día en que tenga que<br />

racionarse a escala internacional; en efecto, debido a que realmente es un recurso no renovable,<br />

el agua se agota a ritmos progresivos y no lo hace porque sea atraída por el ultra espacio,<br />

sino porque que cada vez mayores cantidades se vuelven inservibles debido a la<br />

contaminación que sufre por la acción de la voracidad del homo consumidorus<br />

–la necesidad de defender los recursos naturales propios de los países subdesarrollados de la<br />

irracionalidad del homo consumidorus, ha hecho que algunos economistas empiecen a<br />

imaginar medios no convencionales de medición del aporte que dichos países hacen al mundo<br />

entero; por ejemplo, una de las tesis sostiene que siendo la región de la Amazonia la que<br />

produce la mayor parte del oxígeno del mundo (aún no se ha calculado el aporte que hacen<br />

los océanos) ese oxígeno debería producir regalías que beneficien a los países que conforman<br />

esa región<br />

–se han hecho cálculos novedosos, según los cuales, si algún país situado en el área del<br />

Amazonas, por ejemplo, cobrara sólo un dólar por tonelada/año de oxígeno producido en la<br />

parte de la Amazonia que le corresponde, podría cancelar su deuda externa sin mayores<br />

problemas y lograr recursos financieros, conocimiento y tecnología para proseguir con sus<br />

tareas de mejorar la calidad de vida de sus poblaciones<br />

–estos desesperados intentos para defender los recursos naturales no son sino la manifestación<br />

más expresiva de la necesidad de dotar a la economía de instrumentos modificados que<br />

reflejen los nuevos indicadores de vida que el medio ambiente dicta día tras día<br />

148


–la ciencia económica exige ser liberada de la neurona dislocada y tremendamente subjetiva<br />

del marginalista actual para convertirse cada vez más en una cuestión de existencia; gran parte<br />

de los instrumentos analíticos, tal como los conocemos, ya no son adecuados para lograr esa<br />

liberación vital<br />

–las percepciones deben cambiar; por ejemplo, debe aceptarse el hecho irrefutable de que ya<br />

no hay bienes libres; al contrario, los bienes llamados libres, como el agua, el aire, el suelo…<br />

se han convertido en los bienes más importantes cuya mayor o menor disponibilidad decidirá<br />

sobre la vida y la muerte de la humanidad<br />

–la economía no sólo debe circunscribirse a multiplicar, sumar, restar y dividir los términos<br />

cuantitativos de las variables económicas; más bien debe dedicar sus esfuerzos a lograr y<br />

administrar los medios que permitan la supervivencia de la sociedad tomada en su conjunto;<br />

para ello debe empezar a tomar en cuenta el medio ambiente como la estrella polar que guíe<br />

el destino y la vida del hombre<br />

–mientras los economistas continúen parasitando en ejercicios que pretenden calcular las<br />

variaciones infinitesimales del precio ante las variaciones también infinitesimales de la<br />

demanda, las chimeneas seguirán lanzando voluptuosas y asesinas horcas de humo al espacio<br />

nebuloso<br />

–las centrales de energía, obreras siniestra-mente voluntariosas, continuarán aumentado día<br />

a día su cuota de calina espacial, en concierto feroz con la disonancia brumosa del jet y el<br />

ritmo sincopado de las máquinas fabriles libres del control decibelino<br />

–los ríos retozarán en desechos y los residuos tóxicos seguirán fermentando en las cloacas<br />

aliadas al incienso fatal que destilan las plantas nucleares<br />

–los automóviles proseguirán tejiendo su velo venenoso hecho de monóxido de carbono y<br />

el desierto zarpeará fatídicamente la tierra cultivable a ritmos progresivos<br />

–cada minuto miles de árboles, presos de una guerra demente, caerán abatidos por el cable,<br />

la sierra o el tractor; cada minuto, un puma ensangrentado clavará la garra agonizante en la<br />

roca por el impacto de un proyectil calibre 30-30 y una vicuña, con la paleta atravesada de un<br />

balazo, morirá sin saber por qué<br />

–cada minuto, docenas de patos iniciarán la última picada para nadar pico arriba en las<br />

aguas negras de las lagunas y palomas y torcazas y miles de pájaros serán abatidos por un<br />

abanico de perdigones en ofrenda de horror al más humano de los deportes: la caza, el más<br />

humano, porque sólo el humano mata por placer<br />

–toda esta insania ha sido iniciada por un fantasma: el homo economicus, el que, habiendo<br />

surgido del ectoplasma académico, se ha encarnado en la conciencia y en la razón de existencia<br />

del empresario<br />

–sin embargo, ese espectro no es nada en comparación a su versión aumentada en varios<br />

múltiplos: el homo consumidorus, más real, y por ello, más siniestro; para él todo es<br />

justificable, incluso el asesinato en masa de la especie, si eso le rinde la posibilidad de producir<br />

más para consumir más<br />

El Principio de lo Razonable identifica lo irrazonable de este engendro para desterrarlo del<br />

mundo, tanto académico como real. La tasa de agravio a la naturaleza no debe continuar.<br />

149


Tenemos que adoptar una actitud diferente con relación a la naturaleza, porque mientras<br />

vivamos bajo la avaricia extrema institucionalizada, modelado por el homo consumidorus,<br />

esto es, por el imperativo de consumir más y más, será inútil que busquemos al eslabón<br />

perdido:<br />

El eslabón perdido entre el simio y el hombre somos nosotros<br />

Algún día, después de la gran evolución, seremos hombres en verdad, con todo lo que ello<br />

implica. Esta obra es uno de los testimonios que dirá al Hombre que, siendo todavía eslabones<br />

perdidos en nuestra peregrinación hacia la consolidación del Ser, nos dimos cuenta sin<br />

embargo de que era preciso iniciar la tarea.<br />

La lógica del medio ambiente y la lógica de la economía<br />

Los marginalistas actuales hablan de la supuesta racionalidad de la Teoría General de la<br />

Elección, oponiéndola a la racionalidad de las relaciones entre los organismos y su medio<br />

ambiente; por ello es que en este capítulo abordaremos la actual controversia, arbitraria,<br />

forzada y artificial, entre la lógica económica y la lógica ecológica.<br />

Las tres definiciones<br />

Para sistematizar la exposición citaré las definiciones en boga de ambas ciencias.<br />

Economía<br />

Teoría General de la Elección.<br />

Ecología<br />

Estudio de las relaciones de los organismos y de su medio ambiente.<br />

Principio de Conservación<br />

Consumir ahora sin afectar la disponibilidad para las generaciones futuras.<br />

Tal como vimos, el homo consumidorus, en su afán de producir más y más para consumir más<br />

y más, no toma en cuenta el costo de los recursos naturales incorporados al producto, por<br />

considerarlos libres, siguiendo la senda irracional del zombi mayor, el homo economicus.<br />

Ahora bien, ¿Cuál es la racionalidad de las relaciones entre los organismos y su medio<br />

ambiente? Pues, el Principio General de la Conservación. Se entiende por Conservación el<br />

uso de los recursos naturales que permitan su perpetuación a través de la continua<br />

rehabilitación de los mismos, esto es, el proceso de explotación racional de los recursos<br />

naturales. Este proceso debe garantizar la satisfacción de las necesidades de las generaciones<br />

del presente sin poner en riesgo la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras.<br />

Pues bien, las relaciones entre los organismos y su medio ambiente están normadas de acuerdo<br />

con ese principio, excepto cuando el hombre ataca. Este comportamiento nos muestra la ley<br />

principal que rige el des-envolvimiento de las especies con excepción del hombre: interactúan<br />

con el medio ambiente sin poner en peligro su propia supervivencia. Esta ley es<br />

150


permanentemente rota por el ser humano actual debido a su desconocimiento del principio de<br />

la Conservación, tal como quedó definida en la Agenda 21.<br />

De esta manera, el propio hombre el que se convierte en el artífice de la causa que sella la<br />

desaparición gradual de su propia existencia. Si usamos la supuesta racionalidad del homo<br />

consumidorus como la racionalidad representativa de la actual Teoría General de la Elección,<br />

la contradicción de la economía con la ecología parece insoluble. Pero es preciso no olvidarnos<br />

que la teoría de la elección debería referirse a la posibilidad de escoger alternativas que<br />

ofrezcan un mejor uso de los medios escasos. Tal como lo hemos visto, los recursos naturales<br />

son escasos, por lo que la Teoría General de la Elección (la Economía) debe tomarlos en<br />

cuenta en su calidad de medios productivos, al igual que la mano de obra o el capital. El hecho<br />

de considerar los recursos naturales como bienes escasos marcaría la gran diferencia entre la<br />

irracionalidad del homo consumidorus y el contenido Razonable de la Economía con Medio<br />

Ambiente, la que considera los recursos naturales como bienes económicos. Sin embargo, lo<br />

dicho hasta aquí no debe llevarnos a la conclusión de que la mayor parte de los axiomas<br />

neoclásicos ofenden a la naturaleza<br />

–es urgente estructurar una teoría de la Elección Razonable consecuente con los principios de<br />

sobrevivencia de la especie "Hombre", la que debe poner a nuestra disposición módulos de<br />

acción que garanticen la satisfacción de las necesidades presentes sin poner en riesgo la<br />

satisfacción de las necesidades futuras y sin tener como objetivo de prioridad el consumir más<br />

y más<br />

–lo anterior significa que se debe poner énfasis en la necesidad de que los nuevos principios<br />

sean reformulados a la luz de las nuevas exigencias que plantea el hecho de introducir los<br />

recursos naturales como bienes económicos, como también a los nuevos conceptos que esta<br />

introducción demanda para tramar su andamiaje conceptual, de un modo que permita la<br />

elaboración de modelos que reflejen adecuadamente los fenómenos rea-les; estos aspectos<br />

deberán formar parte de la futura "Teoría General de la Elección Razonable". Uno de los<br />

propósitos de esta obra es precisamente estructurar una guía que nos permita adentrarnos en<br />

el mundo de posibilidades que nos ofrece el Principio de Conservación, que es una parte<br />

constitutiva de primordial importancia en el modelo de una Economía razonable.<br />

Una vez establecido el marco general conceptual del Principio de Conservación es preciso<br />

pasar al análisis de sus relaciones con los aspectos más importantes del medio ambiente. En<br />

beneficio de la claridad de los argumentos, se usará el término "medio ambiente" como<br />

sinónimo de "ecología".<br />

La Población<br />

Aunque el capítulo anterior ha incluido aspectos relacionados con la Población, en este acápite<br />

retomamos el tema desde otro ángulo. Debido al crecimiento caótico de la población, muchos<br />

de los países subdesarrollados, aun siendo sub-desarrollados, están llegando ya al límite de<br />

utilización de sus recursos naturales; el crecimiento no planificado de la población, su<br />

151


distribución regional asimétrica, los niveles exageradamente altos de fecundidad, las<br />

relaciones de dependencia por edades y las formas de la urbanización y de migración se<br />

oponen a todo intento racional de llevar adelante un proceso de crecimiento que permita poner<br />

un alto a los atroces efectos del subdesarrollo.<br />

Los alarmantes resultados de este caótico proceso claman por el establecimiento de un Nuevo<br />

Orden Económico, Social, Cultural y Ecológico a nivel mundial, el que, a su vez, exige en<br />

primer término, una Teoría General de la Elección que promueva la conservación de los<br />

recursos naturales, en el sentido definido en páginas anteriores. En este marco de referencia<br />

es necesario poner de relieve que existe una gran relación entre el crecimiento desmesurado<br />

de la población y la degradación del medio ambiente. Por una parte, las empresas producen<br />

cada vez más, a medida que la población crece en número y crecen también sus necesidades<br />

y sus ansias de consumir más y más; este aumento constante de la producción lleva a un<br />

deterioro cada vez más pronunciado del medio ambiente y a la extinción cada vez más rápida<br />

de los recursos naturales. En efecto, la producción de cien mil aerosoles por día tal vez no<br />

signifique un daño considerable a la atmósfera, pero la producción de diez millones de<br />

aerosoles diarios, al aumentar cuantitativamente la emanación de clorofluorocarbonos, cambia<br />

cualitativamente la relación emisión/atmósfera y crea el efecto invernadero. Algunos datos<br />

nos permitirán captar mejor el desolado panorama existencial que espera a la humanidad. El<br />

incremento total de la población ocurrido en los últimos cincuenta años es mayor que el<br />

registrado duran-te el medio millón de años que llevan del Homo Sapiens a la Guerra de Corea.<br />

Durante el 99% de la existencia de la especie humana, la población mundial máxima fue de<br />

menos de diez millones de habitantes. El crecimiento demográfico fluctuó alrededor del<br />

0.001% anual, en tanto que la tasa actual es del 1.7%, es decir, mil setecientas veces mayor.<br />

Según los datos publicados por el FNUAP (Fondo de las Naciones Unidas para las Actividades<br />

de la Población) el aumento neto por año de la producción de cereales a nivel mundial es del<br />

1%, muy inferior al ritmo con que crece la población planetaria. La gran explosión<br />

demográfica también afecta a los niveles del empleo; cada vez hay más gente, pero por<br />

cuestiones de la aplicación de tecnologías modernas, cada vez hay menos empleos<br />

relativamente. Esto significa que el hambre será cada vez mayor especialmente en los países<br />

subdesarrollados, en los que el crecimiento de su población está muy por encima del promedio<br />

general<br />

–por estas razones, debemos preguntarnos: ¿Puede el homo consumidorus representar el<br />

hambre de miles de millones de personas y así ofrecer al análisis económico los instrumentos<br />

necesarios para reflejar adecuadamente esa realidad en los modelos conceptuales que postula?<br />

–¿pueden los defensores del homo consumidorus aducir conciencialmente afirmar que la<br />

Economía es “positiva” y que nada tiene que ver con los aspectos normativos que plantea la<br />

realidad objetiva del mundo?<br />

–¿pueden atribuirse la facultad de eliminar de la percepción todas aquellas variables<br />

verdaderas que no se resuelvan elegantemente en los fantasmagóricos modelos que auspician?<br />

152


¿Puede la exigencia formal de un modelo anteponerse a la exigencia de contenido de ese<br />

modelo? El modelo neoclásico es tremendamente ofensivo con la naturaleza.<br />

Los efectos incontrolados del aumento de la población en el deterioro del medio ambiente se<br />

expresan en la siguiente función diseñada por el FNUAP: I = I(P, A, T) la que podríamos<br />

llamar la ecuación del deterioro ambiental en la que:<br />

I= Los efectos en el medio ambiente<br />

P= La Población<br />

A= El consumo per cápita (determinado por el ingreso y costumbres<br />

T= La tecnología<br />

La anterior ecuación nos muestra que los efectos nocivos del crecimiento de la población están<br />

bien distribuidos entre los países ricos y los pobres. Si bien P sería un componente más<br />

importante en los países pobres, debido a que su tasa de crecimiento está por encima del<br />

promedio, el componente A es mucho más importante en los países ricos. Es que los elevados<br />

ingresos de sus habitantes ocasionan un mayor consumo per cápita con relación al consumo<br />

de los países pobres (recordemos que estamos hablando sólo del crecimiento de la población)<br />

En estos niveles de comparación, no olvidemos que la tierra natal del homo consumidorus es<br />

precisamente el conjunto de los países desarrollados. El hambre de los países pobres hace que<br />

la población recurra a las tierras marginales para producir lo indispensable a la sobrevivencia,<br />

puesto que las mejores tierras están en poder del latifundista. La gran concentración de las<br />

tierras en manos de los terratenientes no aporta a la producción nacional puesto que no la usan<br />

para producir, sino para especular con ellas. Por eso es que los pobres deben recurrir a tierras<br />

cada de peor calidad con lo que agotan en cortísimo tiempo lo poco de fertilidad que esas<br />

tierras todavía tienen. Esta precariedad les obliga también a realizar una agricultura nómade,<br />

por la que explotan los bosques quemando los árboles y la parcela desmontada, acorde con<br />

sus costumbres, las que no toman en cuenta los requisitos mínimos de conservación. No hay<br />

un tratamiento de suelos adecuado, ni en asuntos de rotación de tierras ni en la protección<br />

contra la salinización, la desertificación, la erosión… A esto debe sumarse la progresiva<br />

eliminación de los árboles por la recolección de la leña. La recolección de los árboles para<br />

usar su madera como leña se ha convertido en una de las causales más importantes de la<br />

depredación de los bosques y, como tal, de los fenómenos de erosión y otros<br />

–por otra parte, el mayor poder de consumo de los países ricos, debido a su mayor ingreso per<br />

cápita hace que el 25% de la población mundial, que reside en estos países, sea responsable<br />

de la utilización del 75% de toda la energía producida en el mundo; también es responsable<br />

de del 75% del total de las emisiones de dióxido de carbono y de los otros gases que causan<br />

el efecto invernadero<br />

–esas estadísticas, elaboradas por el FENUAP, nos muestran que la expoliación de los recursos<br />

naturales se hace por partida triple: primero, por el aumento constante de la población en los<br />

países pobres; segundo, por el mayor ritmo de consumo de los recursos naturales debido al<br />

153


mayor ingreso per cápita de los países ricos y tercero, porque en ambas clases de países los<br />

recursos son cada vez más escasos y están sometidos a expoliaciones cada vez más intensas,<br />

aunque la proporción de esos procesos de expoliación es mucho mayor en las naciones pobres,<br />

puesto que son expoliadas no sólo por su gente sino también por las corporaciones<br />

transnoligopolistas<br />

–mientras esto sucede en el mundo, el homo consumidorus sigue produciendo más y más sin<br />

que el modelo que propicia ponga límites a su obsesión desenfrenada de seguir consumiendo<br />

más y más<br />

–ese depredador extremo, el homo consumidorus se da cuenta que su sobreconsumo ha llegado<br />

a un vértice de existencia donde la ecuación del deterioro no exige producir más, sino<br />

que demanda de la población la autorregulación de su crecimiento; se da cuenta, pero sigue<br />

expoliando los recursos humanos, los recursos naturales y el medio ambiente del planeta<br />

–ese equilibrio entre lo que debe producirse y lo que debe usarse racionalmente del medio<br />

ambiente y de los recursos naturales nos instruye acerca de que no es la demo-grafía, sino la<br />

Ciencia Económica, la que debe poner límites al crecimiento de la población mundial, pues<br />

ese equilibrio estará comprendido en el campo de la futura Teoría General de la Elección<br />

Razonable, la que nos salvará del terrible dilema en el que ahora nos encontramos: elegir<br />

entre la muerte acelerada o la vida prolongada de la especie<br />

–la Ética que debemos adoptar es la que postula la necesidad prioritaria de sobrevivir como<br />

especie y es, por lo tanto, la que debe forjar los instrumentos analíticos que muestren que los<br />

nacimientos no sólo atañen al individuo o a la pareja, sino a la sociedad en su conjunto<br />

–es en este campo de análisis donde se muestra que los límites entre la supuesta ciencia<br />

económica positiva y la normativa se confunden inexorablemente y que la teoría ajena al<br />

mundo real, sin un reflejo del mundo real, sin una base del mundo real, no es sino un pasatiempo<br />

de altísimo costo.<br />

La Población y el calentamiento de la atmósfera<br />

De acuerdo con el FNUAP, los principales gases de efecto de invernadero son:<br />

El ozono de bajo nivel, que es producido por la acción de una combinación de óxidos de<br />

nitrógeno e hidrocarburos (sobre todo por el escape de los vehículos) en presencia de la luz<br />

solar y el oxígeno. Esta combinación es causante del 10% del calentamiento de la atmósfera.<br />

He aquí al homo consumidorus en su condición de productor y usuario inmoderado de<br />

vehículos de todo modelo y condición<br />

Los clorofluorocarbonos, que también son causa principal del agotamiento de la capa de<br />

ozono y que causan probablemente el 20% del calentamiento de la atmósfera. Se utilizan en<br />

aparatos de refrigeración y aire acondicionado, aerosoles, envases y espumas, con lo que<br />

tenemos al homo consumidorus convertido en un Sultán creador de necesidades artificiales<br />

bajo el supuesto deformado del "confort".<br />

El óxido nitroso, que causa el 6% del calentamiento de la atmósfera.<br />

154


Se emite por la rápida descomposición del humus después del desmonte y por la<br />

descomposición de los fertilizantes nitrogenados.<br />

El metano, causa el 14% del efecto invernadero; las dos terceras partes de las emisiones<br />

provienen de fuentes artificiales. La mitad de esa cantidad se emite por la descomposición de<br />

los campos de regadío y de los desechos del ganado.<br />

El dióxido de carbono, causa aproximadamente el 50% de todo el calentamiento de la<br />

atmósfera mundial; la quema de enormes cantidades de combustibles fósiles y la deforestación<br />

masiva que libera carbono, normalmente inmovilizado en los bosques actuales y en los restos<br />

mineralizados de la vida vegetal prehistórica, es lo que perturba el equilibrio natural, más que<br />

ninguna otra causa.<br />

Como conclusión, deducimos que más del 98% de las causas del efecto invernadero son<br />

producidas por el proceso de producción y de consumo del homo consumidorus.<br />

La Población y las Tierras Agrícolas<br />

La degradación de las tierras agrícolas es fruto de la explotación excesiva a la que es sometida<br />

por las exigencias del consumismo descontrolado y, en parte, de la presión demográfica.<br />

˗la erosión del suelo es una forma de degradación, la misma que si no es frenada podría<br />

significar una reducción del 30% de los cultivos en los próximos 15 años<br />

˗con esto, la relación del aumento de la población y del consumo sobre la disponibilidad de<br />

recursos sería mucho más intensa aún ¿Qué podría decir el homo consumidorus a todo esto?<br />

–la desertificación es responsable de la pérdida anual de 60,000 kms 2 de tierras cultivables<br />

cada año siendo una de las principales causas el uso excesivo de pastoreo de ganado para dar<br />

de comer a más y más gente, en un sistema de precios que no toma en cuenta el costo ambiental<br />

–la superficie cultivable media per cápita ha ido disminuyendo de tal manera que el año<br />

2000 fue sólo un 50% de lo que había sido en el año 1950<br />

–en general, la degradación del suelo significa una pérdida anual de 14 millones de<br />

toneladas anuales de cereales en el mundo<br />

–¿está el modelo neoclásico actual preparado para lidiar con este problema? ¿O es que el<br />

modelo "formal" de su economía no puede rebajarse a tomar en cuenta estas cuestiones<br />

mundanas?<br />

La Población y la calidad de vida<br />

Hay un axioma ecológico que debemos tomar muy en cuenta: La calidad de vida es inseparable<br />

de la calidad del medio ambiente<br />

Por otra parte, es cada vez más evidente que ambas son inseparables de la cantidad de<br />

población y su densidad y distribución demográfica. En este sentido, el desarrollo de los<br />

recursos humanos es uno de los instrumentos más adecua-dos para mejorar la calidad de vida<br />

por los efectos interactivos que tiene con los fenómenos demográficos y ambientales. Por<br />

155


ejemplo, mejorar la condición de la mujer, ampliar el acceso a la educación, a la salud y a los<br />

medios de planificación familiar no sólo mejoran la calidad de vida, sino que también<br />

constituyen el medio más adecuado y más rápido para reducir las tasas de crecimiento<br />

demográfico y así disminuir la temible presión sobre el medio ambiente y los recursos<br />

naturales, lo que, a su vez, permite una gestión económica más acorde con los principios de<br />

optimización.<br />

Sobre este particular, es oportuno referirse al informe de las NN.UU sobre “El Desarrollo<br />

Humano”, el mismo que toma en cuenta no el sólo el comportamiento de las variables que<br />

contabiliza el PIB, sino aquéllas de índole social, tales como: la esperanza de vida, la salud, la<br />

alfabetización, la matrícula escolar, la seguridad alimentaria, la distribución de la riqueza, las<br />

tasas de crecimiento demográfico, la fecundidad, la prevalencia del uso de anticonceptivos y<br />

las reservas de recursos naturales. En este punto debemos compren-der que estas "variables<br />

sociales" también tienen importancia económica en cuanto su evolución positiva mejora la<br />

calidad de vida de las grandes masas marginales de un país, sobre la base de una distribución<br />

más adecuada del ingreso. Este cúmulo interactivo de variables harán que la demanda por lo<br />

que un país produce sea más racional, más estable y, por lo tanto, más predecible, lo que<br />

reducirá en un grado significativo la incertidumbre, tan propia de una economía de libre<br />

mercado.<br />

El Empleo<br />

El incremento de la población aumenta el desempleo, dada la incapacidad congénita de las<br />

economías, sobre todo, de los países subdesarrollados de absorber productivamente la mano<br />

de obra nacional. El Homo consumidorus no toma en cuenta la variable empleo, sino<br />

solamente la mano de obra que necesita la empresa para lograr un determinado nivel de<br />

producto. Este sesgo en favor de los intereses del empresario, por encima del análisis de los<br />

problemas del mundo, ha convertido a la ciencia económica, a través de los modelos<br />

marginalistas, especialmente en su dimensión microeconómica, en un recetario para que el<br />

empresario gane más dinero, independientemente de las prioridades que tenga la sociedad.<br />

Esta actitud de los defensores del modelo neoclásico es completamente inmoral, evita que la<br />

ciencia esté al servicio de los intereses de la sociedad. De esa manera, los conocimientos<br />

heredados por las generaciones, y los aportes que cada una ha hecho, son puestos para servir<br />

sólo el interés exclusivo del homo consumidorus, tanto en su versión de empresario, como en<br />

la de consumidor. El Principio de lo Razonable aconseja que la microeconomía, en cercana<br />

relación con la macroeconomía, oriente al empresario acerca del nivel máximo de producción<br />

que puede alcanzar en concordancia con las metas de conservación del medio ambiente. Por<br />

otro lado, es necesario cambiar el actual concepto de Densidad Máxima utilizado por el<br />

FNUAP, el que afirma que el proceso productivo debe llevarse a cabo tomando en cuenta la<br />

población que un país puede mantener, sin que se reduzca irreversiblemente su capacidad o<br />

sus medios de mantener esa población en el futuro. En éste, como en todos los casos, el sobreconsumo<br />

del Homo consumidorus es el que verdaderamente está acabando con el planeta; el<br />

daño que hace al mundo, al medio ambiente y a los recursos naturales es mucho más grande<br />

156


que el daño proveniente del crecimiento de la población mundial. La concentración del ingreso<br />

en pocas manos produce un sobreconsumo que permite, a uno solo de los supermillonarios, la<br />

capacidad de consumir al año, el total del consumo anual de toda la población de un país<br />

pobre. Un modelo económico razonable tomará en cuenta estos grandes desequilibrios para<br />

modificar el concepto de la Densidad Máxima en los siguientes términos:<br />

La Densidad Máxima de la Producción debe tomar como punto de referencia la satisfacción<br />

de las necesidades del consumo de los pobres en desmedro del sobreconsumo del<br />

Homo consumidorus.<br />

Este nivel máximo debe servir de indicador para la planificación demográfica de un país, lo<br />

que significa que debe tomar en cuenta la producción de bienes de consumo que satisfacen las<br />

necesidades básicas de los grupos humanos, disminuyendo notablemente la producción de<br />

bienes de lujo, los que satisfacen sólo a una pequeña minoría de élites. De este modo, el<br />

concepto de Densidad Máxima está muy ligado al de desarrollo sostenible, por lo que no será<br />

el demógrafo el que decidirá sobre la relación población/producción; al contrario, será el<br />

equipo interdisciplinario con una percepción adecuada del conocimiento complejo y de la<br />

transdisciplinariedadad, el que debería establecer la cuantía y la calidad de la producción que<br />

servirá para satisfacer las necesidades básicas de la población y cuál será destinada al consumo<br />

del Homo consumidorus.<br />

El consumo per cápita<br />

Extenderemos el concepto de densidad expuesto en los párrafos anteriores, originalmente<br />

concebido para la cantidad de población, a los niveles de consumo de la población existente.<br />

Esa extensión nos permite hacer una afirmación primera: El homo consumidorus consume<br />

demasiado; lo peor de todo, es que consume demasiado de lo que es superfluo. Las técnicas<br />

de "vender más y mejor" que adoptan las empresas están destinadas, no a informar al<br />

consumidor sobre las bondades de un artículo, más bien la intención es crearle necesidades<br />

artificiales. Con este propósito realizan grandes ofensivas publicitarias que saturan millones<br />

de páginas de periódicos, revistas y de Internet; billones de horas de transmisión radial y<br />

trillones de horas televisivas anuales. En esta guerra declarada contra la intimidad del<br />

consumidor, los responsables de la publicidad recurren a toda suerte de subterfugios<br />

psicológicos para lograr que el consumidor se fije en el producto anunciado. Estos<br />

subterfugios van desde el aviso más o menos equilibrado de las características de un producto,<br />

hasta la puesta en escena de las urdiembres más espantosas que la tecnología del mensaje<br />

puede inventar. La publicidad se ha convertido en el animal más feroz y sutil de cuantos el<br />

mercado ha producido, puesto que ataca al hombre y lo ataca desde todos los ángulos<br />

infinitesimales proyectados sobre la envoltura anímica que protege su patrimonio psíquico. Es<br />

en esta desmesurada ofensiva que el homo consumidorus, en su versión de publicista,<br />

despliega sus estrategias más sofisticadas y, por ello, más letales en contra de la libertad del<br />

ser humano, puesto que lo confunde, lo obceca, lo obnubila, lo convierte en un ser<br />

acondiciona-do y falto de todo vestigio de voluntad, para así acondicionado, ponerlo final-<br />

157


mente a disposición del encargado de ventas. Pero el homo consumidorus no considera que<br />

esto sea suficiente. El objetivo de producir más y más, hace que vaya más y más allá en la<br />

tarea de estrujar el cerebro del consumidor. En medio de la loca rapsodia de colores, música,<br />

mujeres bellas en trajes de baño, escenas sugestivas de aventuras de alcoba y gritos estridentes<br />

de la música de hoy, el empresario instaura el frente de guerra más agresivo que pueda<br />

imaginarse en cualquier operativo de guerra: los sistemas de venta al crédito. El<br />

establecimiento de los sistemas de crédito es la puntada final que acaba por completo con la<br />

cordura del consumidor, una vez que ya ha sido drogado por la ofensiva publicitaria. Por la<br />

venta a crédito, el consumidor compra más y paga más por lo que compra. Pero es preciso<br />

reconocer: la venta a crédito no es un invento del empresario, es una exigencia del mercado.<br />

En esta ofensiva de los invasores de la psique humana, surge, por último, la bomba nuclear<br />

del gran Pentágono mercantil: la Tarjeta de Crédito. La ilusión de poder que confiere una<br />

tarjeta de crédito a su poseedor es sólo igualable a la que otorga el privilegio de apretar el<br />

botón nuclear. Entre los billones de transacciones que se realizan anual-mente sobre la base<br />

de la tarjeta de crédito hay un porcentaje alarmante de compras inmoralmente superfluas que<br />

realiza el consumidor. Las necesidades artificialmente creadas por el aparato publicitario de<br />

la empresa y la aparente facilidad para adquirir los artículos que supuestamente habrán de<br />

satisfacerlas, son los que exigen dar paso a una segunda versión del concepto de densidad: la<br />

densidad extra ocasionada por el incremento incesante del consumo de la población de los<br />

países ricos y de los círculos de ingresos altos de las naciones pobres. El afán consumista del<br />

homo consumidorus es responsable de gran parte de los procesos de inflación que periódicamente<br />

azotan a todas las naciones, pero es también el gran depredador del medio ambiente y<br />

de los recursos naturales.<br />

En síntesis, los estragos producidos en el medio ambiente y en los recursos naturales debidos<br />

al aumento de la densidad por sobre consumo es tan mortal como los que resultan del aumento<br />

indiscriminado de la población. Esta guerra fatal que el homo consumidorus ha declarado a la<br />

naturaleza y, a la humanidad entera tiene que ser frenada. Desgraciadamente la teoría<br />

económica actual no está preparada para ello. La supuesta racionalidad del egoísmo no<br />

permite tomar en cuenta los avatares que sufre el medio ambiente.<br />

La Tecnología<br />

Al presente, la producción global aumentó en más de 30 veces con relación a 1900. Este gran<br />

incremento de la producción se ha logrado gracias a la introducción de nuevas tecnologías, las<br />

que son cada vez más modernas, más competitivas... y más degradantes del medio ambiente.<br />

Los efectos negativos de la aplicación de estas tecnologías en el medio ambiente, pueden ser<br />

agrupadas en cuatro grandes incisos, de acuerdo con lo establecido por la Organización para<br />

la Cooperación Económica y Desarrollo, la que, entre otros, ha editado su obra "La Tecnología<br />

y la Economía" (1992) En primer término, recordemos que se debe producir más, tanto para<br />

satisfacer las necesidades de una población creciente, como para llenar los requerimientos<br />

ascendentes del consumo per cápita. Esta producción masiva se ha basado principalmente<br />

158


usando la energía proveniente del petróleo y del carbón, lo que origina la emisión de 250<br />

millones de toneladas de sulfuro y de nitrógeno que son añadidas a la atmósfera cada año. De<br />

modo parecido, ese incremento masivo de la producción, a través del uso de las nuevas<br />

tecnologías, ha ocasionado la reaparición constante de desperdicios líquidos y materiales<br />

imposibles de controlar ambientalmente. En segundo lugar, debemos tomar en cuenta el efecto<br />

pernicioso de las industrias químicas y las tecnologías que usan químicos sintéticos en vez de<br />

productos naturales. Se ha demostrado que muchos de estos sintéticos son tóxicos aún en<br />

mínimas cantidades y que algunos de ellos persisten en el medio ambiente por periodos largos,<br />

acumulándose en los suelos, en el agua e inclusive en los sistemas biológicos mismos.<br />

Únicamente un pequeño porcentaje de los millones de toneladas de pesticidas que se rocían<br />

en el mundo cada año logran su objetivo de combatir una plaga, pero la mayoría de esos<br />

residuos se mantienen en la naturaleza por mucho tiempo. Inclusive los químicos que en<br />

principio habían sido considerados inofensivos han resultado ser altamente dañinos; tómese<br />

como ejemplo los clorofluorocarbonos y su terrible influencia en la capa de ozono. En tercer<br />

lugar, es necesario recordar que los problemas de contaminación ambiental no son privativos<br />

de los países ricos, sino que han trascendido su vigencia hacia las naciones pobres, donde sus<br />

efectos son doblemente perniciosos, pues no vienen acompaña-dos de un incremento de la<br />

riqueza, sino por un ahondamiento del hambre y de la miseria. Así, las naciones pobres tienen<br />

que soportar los efectos negativos que surgen en su seno por su condición de pobres y, como<br />

un grotesco añadido, los problemas emergentes de la aplicación de nuevas tecnologías no<br />

sustentables, que son propias de los países ricos.<br />

Finalmente, debemos reconocer el hecho de que los problemas ambientales de un país se han<br />

vuelto regionales y, por último, mundiales. La lluvia ácida, el efecto invernadero, la<br />

destrucción de la capa de ozono… son muestras de la internacionalización de los efe-tos<br />

perniciosos de la aplicación de tecnologías no sostenibles en la producción, y del súper<br />

consumo en los grupos humanos de altos ingresos. Parece irónico, pero el ansia de integración<br />

mundial, buscada por los más grandes escritores hasta los más conspicuos hombres de Estado,<br />

se está convirtiendo en una grotesca realidad, la que ha hecho del planeta, al decir de Milán<br />

Kundera, escritor checoslovaco, un lugar del que no hay escape posible. Los terribles efectos<br />

emergentes de la aplicación de tecnologías han sido examinados por los neoclásicos, bajo el<br />

significado de una palabrita de grandes aspiraciones semánticas: externalidades. Habrá una<br />

externalidad cuando la producción o el consumo de un bien afecten directamente a empresas<br />

o a consumidores que no participan en su compra ni en su venta y cuando esos efectos-difusión<br />

no se reflejan total-mente en los precios del mercado. Para los neoclásicos todo se reduce a<br />

idear los modos de tomar en cuenta estas externalidades en el costo del producto, de manera<br />

tal que el precio de los mismos "reflejen apropiadamente los verdaderos precios sombra". No<br />

se preocupan, en absoluto, de la relación progresiva explotación/recursos naturales que poco<br />

a poco está acabando con el planeta.<br />

La capa de ozono<br />

Es el escudo de gas que protege la Tierra de las peligrosas radiaciones del sol.<br />

159


Cada año, al llegar la primavera, se abre un agujero en la capa de ozono de la Antártida, tan<br />

extenso como el territorio de los EEUU y tan profundo como la altura del Everest. Se estima<br />

que, a lo largo de una determinada franja del Hemisferio norte, el promedio de la<br />

concentración de ozono ha disminuido en el 1% en los veranos y 4% en los inviernos de los<br />

últimos años. Si se calcula que, por cada uno por ciento de reducción de ozono, pasa a la Tierra<br />

suficiente radiación UV-B para cegar con cataratas a cien mil personas y para aumentar los<br />

casos de cáncer de piel en un tres por ciento, se tendrá una idea del peligro que ese agujero<br />

trae para la vida terrestre. Hay varias sustancias químicas artificiales que destruyen la capa de<br />

ozono en la estratósfera. Las principales son los clorofluorocarbonos (CFC) utilizados en los<br />

aerosoles, en la refrigeración, en los solventes y en las espumas plásticas. A esto es preciso<br />

añadir los halones, utilizados como extinguidores de incendio, el tetracloruro de carbono y el<br />

metilcloroformo. Aunque los expertos han abogado por la eliminación casi total de los halones<br />

y los CFC o por un congelamiento de la producción, los gobiernos y los empresarios de la<br />

mayor parte del mundo desarrollado, no quieren saber de tales medidas. Las reuniones que<br />

llevan a cabo los países desarrollados no generan acuerdos significativos sobre el particular.<br />

El Clima<br />

Parece inevitable que el globo terráqueo sufra un proceso de calentamiento a causa de la sobreproducción<br />

y el sobreconsumo. Así lo han determinado los científicos, al afirmar que en sólo<br />

una generación la Tierra podría calentarse más que en los pasados 12 000 años. Esto causará<br />

un cambio en los regímenes de lluvias y temperaturas, lo que afectará a la agricultura. Por otro<br />

lado, los niveles del mar ya están aumentando debido a la desaparición paulatina del hielo de<br />

los polos. Los científicos saben que el bióxido de carbono (CO2) actúa sobre la tierra como el<br />

techo de un invernadero, pues deja pasar el calor del sol, pero no permite que éste escape. Es<br />

cierto que hay un efecto invernadero natural que evita que la tierra se enfrié, pero si este<br />

proceso se multiplica, por el sobre consumo y la sobre producción, su magnitud será<br />

catastrófica. El bióxido de carbono proviene de la quema de combustibles fósiles en las plantas<br />

termoeléctricas, las fábricas, los sistemas de calefacción doméstica y la quema de árboles. El<br />

desarrollo industrial y agrícola también ha hecho que aumentaran las concentraciones<br />

atmosféricas de metano y de óxido nitroso, responsables de una quinta parte del efecto<br />

invernadero. Una cuarta parte es provocada por los clorofluorocarbonos. Las actividades<br />

productivas y de consumo exagerados, están perjudicando también a los dos principales<br />

sistemas de eliminación de bióxido de carbono: las hojas de las plantas y el fitoplanctón de<br />

los océanos. Las estadísticas son alarmantes: millones de hectáreas de tierra se quedan sin<br />

árboles y sin plantas cada año. Por cada diez árboles que se talan en el mundo sólo se planta<br />

uno. Las temperaturas promedio de la Tierra aumentarán un grado centígrado par el año 2025<br />

y tres grados para el 2100. En los últimos diez mil años las temperaturas de la tierra no habían<br />

variado en más de uno o dos grados; pero hoy, los ecosistemas que dispusieron de<br />

milenios para adaptarse a los cambios, tendrán que hacerlo en apenas unas cuantas décadas.<br />

Los científicos estiman que los glaciares se derretirán y las aguas de los océanos se calentarán<br />

por lo que el nivel del mar subirá unos veinte centímetros hacia el año 2040. La frecuencia y<br />

160


la intensidad de las tormentas aumentarán y extenderán su rango geográfico, algo que ya<br />

estamos presenciando como una rutina anual. Un planeta más caliente será más húmedo, pero<br />

las zonas secas se volverán más áridas, aunque otras podrían volverse más fértiles. A pesar de<br />

que se estima que ya es tarde para detener el calentamiento de la Tierra, también se considera<br />

que se lo puede limitar. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente<br />

(PNUMA) ha advertido que para mantener en la atmósfera la concentración actual del dióxido<br />

y otros elementos, éstos deben reducirse a un ritmo del 60%; en el caso del metano, el ritmo<br />

necesario será de un 20%. Con el objeto de mantener esos límites, se recomienda aumentar la<br />

eficiencia energética, la adopción de fuentes y tecnologías de energía más limpias, el<br />

mejoramiento de la forestación y de la agricultura, como la eliminación los CFC en el corto<br />

plazo, más la sistematización de los programas para encarar desastres y emergencias en las<br />

zonas de mayor riesgo del planeta. El freno del sobreconsumo de los estratos de gran<br />

capacidad de demanda de lo superfluo y la retardación del crecimiento de la población son,<br />

asimismo, medidas que deben dictarse por órganos supranacionales de decisión y ejecutarse<br />

por todos los países. Para la implementación de éstos y otros programas será necesaria la<br />

transferencia de fondos y de tecnología de los países del Norte a los del Sur. En el<br />

conocimiento de que las naciones industrializadas son, de lejos, las principales responsables<br />

de las emisiones de los gases de invernadero, suyas deberían ser también las iniciativas,<br />

acciones y financiamiento de los programas para el mejoramiento de nuestro planeta.<br />

Los desechos<br />

Aunque sólo una proporción de los desechos industriales son peligrosos, la velocidad a la que<br />

crecen día a día en el mundo, hace que su peligrosidad sea mucho más seria de lo que se creía<br />

al principio. Si a esto añadimos los desechos extra producidos por el homo consumidorus,<br />

tendremos una visión más integral del verdadero problema. Las naciones desarrolladas<br />

producen el 90% de los desechos peligrosos (aquéllos que necesitan de un tratamiento especial<br />

que disminuya su potencialidad contaminante) entre ellos, 300 millones de toneladas por año<br />

o más que provienen de las industrias químicas o petroquímica; además, debe puntualizarse<br />

que se han registrado situaciones críticas por fugas en casi todos los depósitos de desechos<br />

químicos del mundo. El PNUMA muestra que algunas regiones, como en Denver, EEUU, la<br />

tierra que fue devastada por residuos de defoliantes y pesticidas, hace 70 años, aún no está<br />

libre de contaminación. Por otra parte, durante las últimas décadas varios países han empezado<br />

a trasladar sus desechos a otras naciones con menos controles. Se estima que más de un décimo<br />

de los desechos peligrosos de la OCDE es transportado a fronteras poco vigiladas. Con el objeto<br />

de poner mayor control en el traslado, se realizó la convención para el Control del<br />

Transporte Transfronterizo de los Desechos Peligrosos y su eliminación, con la asistencia de<br />

116 Estados, de los que sólo 53 firmaron los compromisos acordados.<br />

El Medio Ambiente Marino<br />

Es posible que el Plan de Mediterráneo y el Plan de Acción par Kuwait no sean muy conocidos<br />

por la mayor parte de la población mundial, pero son un anuncio de que es posible llegar<br />

a la concertación en varios aspectos del medio ambiente. El Mediterráneo ha visto el paso de<br />

161


muchas civilizaciones. La mayor parte de los desperdicios de una población se vuelca al mar<br />

sin tratamiento previo, en una mezcla de petróleo, desechos industriales, fertilizantes y<br />

pesticidas que flotan de costa a costa. La renovación de las aguas del Mediterráneo, a través<br />

del Estrecho de Gibraltar, demorará 80 años. La fuga de petróleo de una planta submarina de<br />

extracción de petróleo en el Golfo de México, en el primer semestre del 2010 uno de los<br />

atentados más graves que se ha hecho a la vida del mar. Los océanos determinan el clima; la<br />

vida de la Tierra se debe a ellos. Son una fuente muy importante de alimentos para la mitad<br />

de la población del mundo. No se conoce mucho de lo que sucede en las profundidades, pero<br />

sí se sabe que las aguas costeras proveen el 90% de la cosecha marítima. La mayor parte de<br />

los desperdicios producidos en tierra y que acaban en el mar, son atrapados cerca de la costa.<br />

Los arrecifes de coral, que son las selvas tropicales oceánicas y hogar de un tercio de las<br />

especies de peces del mundo, son destruidos por esa contaminación y por la explotación<br />

excesiva. Es una de las peores formas de contaminación. Más de 120 países se han reunido<br />

para participar de diferentes programas sobre utilización y tratamiento de mares regionales.<br />

Cada programa tiene en común la inclusión de un Plan de Acción para la cooperación en el<br />

desarrollo, la verificación, el control de la contaminación y la explotación de los recursos<br />

marinos y costeros, todo esto, en el marco de una convención que consagra, con fuerza legal,<br />

compromisos legales y protocolos sobre asuntos específicos, tales como los derrames de<br />

petróleo, las operaciones de descargue en situaciones de emergencia y el estable-cimiento de<br />

zonas protegidas. Tal vez algunos datos estadísticos nos sean útiles para darnos una idea<br />

aproximada sobre lo que está ocurriendo. Casi un cuarto de la proteína animal consumida por<br />

los habitantes del mundo proviene del pescado. La captura mundial ha venido aumentando en<br />

un siete por ciento al año y por lo menos 25 de las principales pesquerías están devastadas.<br />

Unas 160 especies de mamíferos habitan en los océanos del mundo, de ellas, varias especies<br />

de grandes ballenas están en peligro, al igual que todas las especies de manatíes y varias otras<br />

de focas, delfines y nutrias. Finalmente, nos enteremos de que cientos de miles de mamíferos<br />

marinos mueren accidentalmente, atrapados en las inmensas redes de pesca (redes flotantes<br />

de hasta 60 kms de largo) los que son desechados por los pescadores.<br />

El Problema del Agua<br />

Cerca de 2,500 millones de personas viven en zonas donde el agua es escasa y a medida que<br />

la tierra pierde su cubierta de árboles, el agua para uso doméstico disminuye. Cada vez más<br />

los agrónomos y los especialistas coinciden en que es necesario tomar al agua como un recurso<br />

escaso y no renovable. Fue en la década del '80 en la que por primera vez en la Historia de la<br />

Humanidad el agua para riego per cápita y la superficie cultivable disminuyeron con relación<br />

al pasado. La Revolución Verde ha ido perdiendo impulso debido a la degradación de los<br />

suelos y al hecho de que los campesinos ya no disponen de agua suficiente para levantar varias<br />

cosechas de arroz por año. Gran parte de este agotamiento del agua se debe a la deforestación<br />

de las cuencas de captación.<br />

¿Seguiremos permitiendo que el homo consumidorus continúe considerando el agua y el suelo<br />

como "bienes libres", simplemente para asegurar la elegancia de un modelo vacuo e inútil?<br />

162


con la actual tecnología sólo una pequeña fracción del agua que cubre la tierra es útil para la<br />

humanidad.<br />

Otra insignificante fracción está congelada en los glaciares; una porción menor aún está<br />

sepultada en la tierra y el resto, el 97 %, es salada y se encuentra en el océano. En la mayor<br />

parte de las naciones, este recurso limitado es explotado en demasía. Los desechos<br />

industriales, cloacales y de la agricultura llenan los ríos y los lagos de sustancias químicas,<br />

envenenando las fuentes de agua limpia. Las emisiones de las plantas termoeléctricas<br />

provocan las llamadas “lluvias ácidas”, fenómeno que provoca una secuencia de reacciones<br />

que destruye la vida de los lagos y de los ríos vulnerables. La tierra erosiona-da forma<br />

sedimentos en embalses, ríos y represas hidroeléctricas. La deforestación aguas arriba trae<br />

escasez o inundaciones aguas abajo. Los proyectos hidroeléctricos, de irrigación o de<br />

distribución de agua en un país pueden cortar el suministro a países vecinos. Cerca del 40%<br />

de la población del mundo depende del agua que fluye desde naciones limítrofes. De más de<br />

200 sistemas fluviales compartidos por dos o más países, varios han sido causantes de disputas<br />

internacionales.<br />

Se considera la administración de las aguas como parte de un todo ambiental, que abarca<br />

suelos, bosques, vida silvestre, energía, asentamientos humanos y fuentes de agua como<br />

integrantes de los sistemas hídricos. Dos tercios de la población del planeta no disponen de<br />

agua limpia. Como resultado directo o indirecto de esta carencia, 46.000.000 niños menores<br />

de cinco años mueren anualmente de diarrea.<br />

La Degradación del Suelo<br />

Un puñado de tierra alberga millones de microorganismos, los que sustentan y aseguran su<br />

fertilidad. Un centímetro de capa fértil puede necesitar de siglos para formarse; sin embargo,<br />

puede perderse en un año. Hay diferentes maneras para que esto ocurra: la acción del viento,<br />

la acción de la lluvia en pendientes deforestadas, la presencia de sales esterilizantes, el<br />

envenenamiento de productos químicos... A pesar de que cada año se debe alimentar a una<br />

población mundial que aumenta en 80 millones por año, se pierden más de 20 000 millones<br />

de toneladas de suelo útil para el cultivo de alimentos. Las plagas de hambre en los países<br />

pobres son síntomas de un desastre ambiental que, poco a poco, se extiende. La degradación<br />

de la tierra crea zonas áridas, semiáridas y secas, dando comienzos a muchos procesos de<br />

desertificación. Cada año, más de 20 millones de hectáreas, un área equivalente a la República<br />

del Uruguay, pierden su capacidad productiva. Muchos países del África han abandonado<br />

virtualmente las prácticas de pastoreo y de rotación de cultivos, las que le daban al suelo un<br />

tiempo de recuperación entre cosechas. Agotados los pastos, se destruyen árboles y arbustos.<br />

La escasa capa de suelo fértil que-da así expuesta a la lluvia, al viento y al sol. El suelo que<br />

no es calcinado es arrastrado. Al faltar la leña, se usa como combustible el estiércol, lo que<br />

priva a la tierra del único fertilizante que se puede obtener en esas circunstancias. En las zonas<br />

secas la tierra productiva se vuelve desierto; en las húmedas, se degrada hasta volverse yerma.<br />

163


Los Bosques<br />

Parecería que el hombre ha declarado una guerra sin cuartel a los bosques del planeta.<br />

Alrededor de 20 millones de hectáreas de árboles, se dijo ya, desaparecen cada año y 100<br />

millones de personas no tienen leña para cocinar. Los bosques cubren casi un tercio de la<br />

superficie seca del mundo. Los bosques de pino del Norte, las selvas tropicales del Ecuador y<br />

los bosques templados del Sur regulan el clima, protegen los recursos hídricos y dan productos<br />

por un valor de $ 100000 millones al año. El desarrollo y la deforestación han avanzado juntos:<br />

a mayor desarrollo, mayor expoliación de bosques. Desde el Imperio Romano hasta hoy, más<br />

de dos tercios de los bosques de Europa han desaparecido. El 95% de los bosques vírgenes de<br />

los EEUU ha sido talado en los últimos 160 años. Cada año se tala más de diez y siete millones<br />

de hectáreas de las selvas tropicales, las que son los ecosistemas más exuberantes del mundo.<br />

También son eliminados los bosques templados de Chile y Argentina. La reducción de los<br />

bosques altera equilibrios climáticos. No debe olvidarse que los árboles reciclan la humedad<br />

y absorben el calor solar y el bióxido de carbono. De otro lado, la tala de bosques acelera el<br />

calentamiento del planeta porque reduce la absorción del bióxido de carbono y porque libera<br />

el gas contenido en los árboles cuando éstos son quemados. Los científicos se han dado cuenta<br />

del potencial científico y económico de los bosques como fuentes de nuevas medicinas,<br />

sustancias químicas, alimentos, productos comerciales y servicios. En los países en desarrollo<br />

están desapareciendo las selvas tropicales y los bosques templados. Se los tala para leña, carbón,<br />

madera y se despeja los campos para realizar actividades de ganadería. Un tercio de las<br />

selvas tropicales de América Central ha sido talado para criar ganado. Pero la depredación<br />

más grande es la que realiza la gente pobre. Urgida por la carencia de tierras aptas, desmonta<br />

pequeños espacios para cultivar y sigue avanzando en busca de más suelos. El sistema es<br />

conocido como chaqueo. La devastación de estas zonas, que son el hábitat de la mayor parte<br />

de las especies del planeta, hace que las selvas tropicales se pierdan a razón de 34 hectáreas<br />

por minuto.<br />

La deforestación es peor aún que la degradación, puesto que ésta deja por lo menos algu-nos<br />

árboles de pie, en cambio la primera significa la destrucción total de la cubierta de árboles.<br />

Más de un millón, quinientos mil kilómetros cuadrados de bosques tropicales ya han<br />

desaparecido debido al aumento progresivo de la superficie cultivable destinada a alimentar a<br />

la población adicional que aparece cada año. En este tren de cosas, he aquí un hecho que<br />

debemos recordar: la tan mentada ampliación de la "frontera agrícola", eufemismo con que la<br />

burocracia internacional justifica la tala de árboles, se realiza a costa de los bosques; pero esta<br />

tala de bosques, cuando se realiza en países pobres, tiene por lo menos una justificación: la<br />

lucha por sobrevivir. En este sentido, el Hombre Obsesivo de los países pobres "es tan culpable<br />

de quemar los bosques, como lo es el soldado de iniciar una guerra". No hay duda de que<br />

aparte del crecimiento demográfico, la pésima distribución del ingreso es otro de los factores<br />

que hacen del Hombre Obsesivo un depredador y un desforestador involuntario, desigualdad<br />

que la "teoría pura de la elección" no considera digna de merecer un estudio analítico. Todo<br />

hace prever que la invasión de las zonas boscosas aumentará a tasas crecientes en el futuro y<br />

con ellas, disminuirá a ritmos más intensos la capacidad de sobrevivir de la especie.<br />

164


La Leña<br />

Dos terceras partes de la población de los países pobres usan la leña y el carbón como principal<br />

fuente de energía para uso doméstico; pero esta demanda se encuentra cada vez menos equilibrada<br />

con una disponibilidad que se reduce progresivamente. Las estadísticas del FNUAP<br />

demuestran que para conservar los bosques del planeta y proporcionar la leña requerida sin<br />

disminuir la disponibilidad de árboles hubiera sido necesario plantar, en los últimos tres decenios,<br />

una superficie de 750,000 kms 2 con variedades de alto rendimiento. Por otra parte, los<br />

recolectores de leña deben recorrer cada vez distancias más largas para encontrarla; en algunos<br />

lugares, el trabajo agrícola de la mujer disminuye en un 40% debido al tiempo que debe dedicar<br />

para juntar leña. Cuando no se encuentra la leña suficiente, se recurre a la quema de estiércol<br />

y de residuos agrícolas como sustitutos, lo que reduce la fertilidad y las tierras de cultivo,<br />

en desmedro de la economía de las regiones afectadas. Es tal la importancia de la leña en<br />

el diario vivir de miles de millones de seres humanos, que bien podría decirse que el palo de<br />

leña es un símbolo de vida para esa parte de la población mundial y el símbolo de muerte para<br />

el total de la humanidad.<br />

La Diversidad biológica<br />

El patrimonio natural del mundo no sólo está en el conjunto de las especies, sino también en<br />

los códigos genéticos que otorgan a cada ser vivo sus características y las claves de su<br />

supervivencia y de su evolución. La ciencia puede usar los genes para preparar medicinas y<br />

alimentos, con el consiguiente beneficio para la humanidad. La diversidad biológica del<br />

mundo es un recurso enorme y subvalorado. Incluye todas las formas de vida, desde el más<br />

pequeño de los microbios, hasta el más grande de los animales, además de los ecosistemas<br />

que conforma. Se cree que en la actualidad existen más de 50 millones de especies vivas en el<br />

mundo. Al ritmo de su destrucción actual, en una década podrían perderse hasta un millón de<br />

especies. Al momento se pierden cerca de 100 especies por día. Esta pérdida significa el<br />

empobrecimiento gradual de todos los continentes, puesto que el deterioro del patrimonio<br />

biológico global trae consigo la pérdida potencial de productos nuevos y útiles. El universo<br />

de este patrimonio es más significativo de lo que hasta ahora se había creído. Por ejemplo, de<br />

unas 265 000 especies de plantas conocidas, sólo alrededor de 5.000 han sido utilizadas para<br />

alimento. Con el propósito de buscar rendimientos más altos, los científicos han reducido las<br />

propiedades genéticas de algunas especies cultivables sacrificando de esta manera la<br />

resistencia a plagas y enfermedades. Hoy se reconoce que los genes de las variedades<br />

silvestres más fuertes pueden de-volverles esa resistencia. Por ejemplo, un gen de una sola<br />

planta de Etiopía está protegiendo a la cebada de California de un virus depredador. El<br />

mejoramiento genético aumentó la producción de trigo en Asia. Sin la variedad de un amplio<br />

campo genético a nuestra disposición, tales cambios, verdaderos milagros, no serían posibles.<br />

La agricultura del futuro depende de esta riqueza.<br />

Otro acápite importante es el referido a las especies migratorias, las que únicamente pueden<br />

ser protegidas mediante el acuerdo de todos los países que están en sus rutas. Inclusive microorganismos<br />

que se asocian a enfermedades, pueden contribuir a mantener la salud del planeta<br />

165


mediante la descomposición de desperdicios y la fertilización de suelos. En los países desarrollados<br />

se emplean tecnologías microbiológicas para la elaboración de antibióticos y otras<br />

medicinas, control de las plantas, fertilización, producción de combustibles biológicos y<br />

destrucción de contaminantes. Estas aplicaciones pueden crecer mucho más aún. Las naciones<br />

subdesarrolladas pueden encontrar en la biotecnología un medio muy adecuado para<br />

aprovechar su diversidad genética en pro de su desarrollo económico. La mayor amenaza a la<br />

biodiversidad está en la destrucción de los ecosistemas, especialmente en los trópicos, como<br />

resultado del crecimiento de las ciudades, el mal manejo de la agricultura, la proliferación de<br />

presas y represas, factores a los que se deba añadir la contaminación, la explotación excesiva<br />

y la erosión. La caza furtiva, el exceso de casa y el comercio ilegal amenazan a una gran<br />

cantidad de especies. Las pérdidas de la diversidad biológica es uno de los asuntos ambientales<br />

y de desarrollo más apremiantes. Para evitar esa pérdida es preciso un enfoque integral<br />

conformado por el tríptico Población-Medio Ambiente-Desarrollo. Es preciso recordar que el<br />

futuro de la humanidad está ligado, en una irreductible unidad, al destino de todas las especies<br />

existentes, considerando que el hombre no es más que eso: una especie más de los 30 millones<br />

que hay en el planeta.<br />

Las cunas de la agricultura moderna<br />

El homo consumidorus no toma en cuenta el aporte de los recursos genéticos al rendimiento<br />

agrícola mundial. La producción de arroz, trigo y maíz representa la mitad de la producción<br />

mundial de alimentos; si a estos productos le añadimos la producción de papa, cebada, y<br />

mandioca, esa participación sube al 75%. Toda esta producción se ve amenazada por nuevas<br />

enfermedades. Para contrarrestar este peligro se debe mejorar continuamente la composición<br />

genética de estas variedades con infusiones de plasma germinativo silvestre. He aquí un par<br />

de ejemplos de lo que se hace, y se puede hacer, con el potencial genético que hay en los<br />

bosques: después que una plaga de maíz afectó las cosechas en los Estados Unidos se obtuvo,<br />

proveniente de fuentes no comerciales, un plasma germinativo resistente a las enfermedades.<br />

Poco después se descubrió en México, en una zona boscosa de las tierras altas que iban a ser<br />

taladas, una variedad de maíz parecida a la que se cultiva comercialmente. Esta variedad<br />

silvestre, conocida como el "hallazgo del siglo", es resistente por lo menos a seis enfermedades<br />

importantes. Además, puede cultivarse en zonas más frías y húmedas que las que tolera el<br />

maíz común, de modo que ofrece la posibilidad de ampliar en un 20% la zona actual de cultivo<br />

de maíz (Toda esta información proviene del FNUAP) En las tierras yermas existen muchas<br />

otras variedades silvestres de los cultivos modernos, pero debido a la destrucción de esos<br />

hábitats, se pierden recursos genéticos de valor excepcional. Estas "cunas de la agricultura<br />

moderna" se encuentran gravemente amenazadas: México, América Central, la Cordillera de<br />

los Andes, las tierras altas de Etiopía, el Oriente Medio y Asia Meridional y sudoriental, entre<br />

otras. Es indispensable que, como parte de los esfuerzos por proteger el cúmulo de especies<br />

de plantas y animales del planeta, también se adopten medidas para conservar las zonas ricas<br />

en plasma germinativo silvestre. Pero esta es una tarea que el homo consumidorus no puede<br />

cumplir: porque esas tareas "no correspondería a la Teoría espiritista de la Elección Racional"<br />

y porque estos bienes son "libres".<br />

166


La Industria<br />

Algunos países han demostrado que es posible producir más, contaminando menos. La<br />

industria química francesa, redujo los niveles de contaminación a la mitad y, al mismo tiempo,<br />

aumentó la producción en un 25 por ciento. Se estima que la clave para un desarrollo industrial<br />

sostenido es la tecnología que produce pocos residuos o ninguno, aso-ciada a una dirección<br />

cuidadosa de las operaciones para aumentar al máximo la eficiencia y la seguridad. Un<br />

objetivo de interés general para la comunidad mundial es alcanzar una producción más limpia,<br />

para lo que se hace necesaria la firma de acuerdos entre los países y el incremento de la<br />

cooperación de los más desarrollados a los menos desarrollados.<br />

La Energía<br />

La producción de energía está relacionada, de un modo directo, a la contaminación. Todas<br />

Las tomas de energía tienen un grado de riesgo para la salud humana y para el medio<br />

ambiente. Chernóbil y Fukushima han reducido en gran medida la confianza de la humanidad<br />

en la producción de energía nuclear. El uso de combustibles fósiles provoca contaminación<br />

como también la “lluvia ácida” y contribuye en forma significativa al aumento de los gases<br />

del efecto invernadero. Se estima que de 300 a 400 millones de personas sufren de<br />

enfermedades respiratorias provocadas por el humo de la leña y de los excrementos de<br />

animales. De éste y otros fenómenos similares, surge el deber priorizar el uso de la energía<br />

en forma más eficiente y a delinear sistemas de conservación en los países en desarrollo. El<br />

principal problema energético para los países en desarrollo es la escasez de leña, el que ya<br />

afecta a más de 300 millones de personas, por lo que es preciso explorar e impulsar otras<br />

alternativas. Senegal, Sri Lanka, Indonesia y Las Filipinas han demostrado que los molinos<br />

de viento, las plantas de biogás, las mini turbinas hidroeléctricas, las células solares y la<br />

gasificación pueden satisfacer las necesidades energéticas locales. Hay más; mucho más en<br />

los cientos de miles de páginas que conforman los libros especializados sobre el medio<br />

ambiente. Pero toda esa inmensa mole de conocimientos puede resumirse en dos frases:<br />

El hombre es parte de la naturaleza,<br />

Cuando atenta en contra la naturaleza, atenta en contra sí mismo, como especie<br />

Conclusión<br />

De todo esto y mucho más deducimos que es Razonable disminuir la presión negativa que la<br />

producción de bienes y servicios ejerce sobre el medio ambiente debido al progresivo aumento<br />

del consumo por el incremento de la producción orientada a satisfacer las necesidades de una<br />

población creciente; por el incremento de la producción enfilada a satisfacer los caprichos de<br />

los estratos de ingresos altos, metaforizados por el Homo consumidorus, que se expresan en<br />

la demanda de bienes superfluos. El hecho de tener cuatro automóviles en lugar de tener dos,<br />

ya no debe ser un indicador del desarrollo económico y social; finalmente, por la aplicación<br />

de tecnologías que sólo se ocupan de maximizar las ganancias o la riqueza sin tomar en cuenta<br />

los terribles daños que hacen al medio ambiente. Por todo lo visto, es posible concluir con que<br />

no existe una discrepancia entre la lógica económica y la lógica ecológica. Lo que existe es<br />

167


una gran contradicción entre el homo consumidorus, con su racionalidad del consumismo y la<br />

lógica que impone la necesidad de sobrevivir como especie. La escala de valores de la<br />

sociedad tiene que cambiar, a la par que tiene que cambiar su concepción de lo que son los<br />

recursos naturales. Éstos no son libres; al contrario, son mucho más escasos que los bienes<br />

producidos por las fábricas. La capa de ozono no puede producirse en serie; la biodiversidad<br />

perdida ya no puede recuperarse; el reservorio genético desaparecido ya no puede encontrarse;<br />

el agua inutilizada ya no puede reciclarse; los efectos de la contaminación ya no pueden<br />

revertirse, la muerte ya no puede remediarse. Si entendemos bien lo que esto significa,<br />

estaremos listos para enfrentar los obstáculos que se oponen a la búsqueda del ideal prometido:<br />

el equilibrio entre las necesidades del hombre y la conservación de la naturaleza. La vida debe<br />

garantizar vida. Esta misión es la gran responsabilidad de las instituciones sociales, es cierto,<br />

pero es la gran responsabilidad de la ciencia económica moderna dotar a esas instituciones de<br />

los instrumentos analíticos para hacerlo.<br />

11<br />

LA POBLACIÓN-TERRITORIO<br />

Introducción<br />

El concepto de Territorio tiene muchas interpretaciones, en consonancia con las visiones que<br />

se postula acerca del espacio, de la región, de la localidad y otros similares. En efecto, términos<br />

tan conocidos como suelo, “tierra”, “áreas de conservación, de protección, naturaleza y<br />

paisaje, áreas silvestres, ordenamiento territorial, uso de la tierra y capacidad de uso,<br />

ecología, medio ambiente y espacio geográfico, son otros tantos conceptos que participan de<br />

la noción general de Territorio. Hasta la década de los ’50, el concepto de territorio estaba<br />

subsumido en el de la geografía. Desde entonces el contenido del vocablo fue adquiriendo<br />

nuevos ribetes que lo fortificaron, hasta estructurase definitivamente.<br />

Oscar Lücke Sánchez, que es Consultor del Proyecto SINADES, en su ensayo:” Base<br />

conceptual y Metodología para los Escenarios de Ordenamiento Territorial” cita la<br />

definición que el geógrafo Olivier Dollfus propone en su libro "El Análisis Geográfico"<br />

cuya parte principal dice:<br />

...el análisis geográfico busca comprender los modos de organización en el espacio<br />

constituido por la superficie terrestre y su biosfera, empleando un conjunto de técnicas<br />

que buscan explicar las relaciones de los seres humanos con el medio y entre sí. Algunas<br />

investigaciones geográficas se orientan con mayor énfasis hacia la organización y la<br />

evolución de los espacios naturales (se trata de la geografía física) otras hacia la distribución<br />

de los seres humanos y sus actividades en el espacio geográfico (la geografía<br />

humana)<br />

168


Los conceptos acerca del territorio han evolucionado hasta llegar a las percepciones modernas,<br />

las más comunes de las cuales identifican al territorio no solamente como un soporte<br />

de la actividad, sino como un agente activo en el proceso económico. De este modo, el<br />

espacio ejerce una influencia multiforme sobre el funcionamiento económico y las actividades<br />

económicas ejercen una fuerte influencia sobre la organización territorial, convirtiéndose<br />

en un determinante de la relación de la actividad económica, espacio-desarrollo, tal<br />

como lo concibe Hubert Mazurek (Instituto de Investigación para el Desarrollo, Proyecto<br />

AIDER CIAT/IRD) Con el objeto de familiarizarnos con los conceptos que nos servirán de<br />

instrumentos para la identificación de las variables respectivas, analizaremos, muy brevemente,<br />

algunas de las categorías.<br />

Algunas categorías necesarias<br />

Cada uno de los escenarios intelectuales en los que se mueve el hombre tiene categorías<br />

específicas que los singularizan de otros. La Economía Vital, en una de sus versiones operativas,<br />

el Desarrollo Local Complementario (DELC) también posee sus propias categorías<br />

conceptuales y reconoce la diversidad de concepciones existentes al respecto. A continuación,<br />

se citará algunos contenidos de categorías que son necesarias al tema del desarrollo;<br />

luego de analizarlos, se propondrá en cada caso, la definición promovemos ahora.<br />

Espacio Geográfico<br />

La idea más o menos intuitiva que tenemos del Espacio, unido al tiempo, conforma la categoría<br />

EspacioTiempo que se utiliza en la física moderna. Sin embargo, cuando hablamos<br />

de espacio geográfico, postulamos que se trata de un espacio que resulta de un componente<br />

tierra y lo que hay encima de la superficie de ella. A esto agregamos su prolongación aérea,<br />

dentro de los límites que traza la porción de “tierra” sobre la que se yergue el “espacio<br />

aéreo”. En este sentido, el espacio geográfico será un conjunto conformado por objetos<br />

naturales y de aquéllos construidos por el hombre; éste último, comprende una superficie<br />

de tierra delimitada y lo que está encima de ella.<br />

Territorio<br />

Gustavo Montañez Gómez y Ovidio Delgado Mahecha, en su obra “Espacio, Territorio y<br />

Región: Conceptos básicos para un proyecto nacional” citan una definición muy actualizada<br />

y pertinente del Territorio, dada por Geiger en 1996: “Una extensión terrestre delimitada<br />

que incluye una relación de poder o posesión por y organizaciones y de empresas locales,<br />

nacionales y multinacionales”. Sobre esta definición han intentado sintetizar algunas características<br />

propias de un Territorio; lo han hecho del siguiente modo:<br />

“Toda relación social tiene ocurrencia en el territorio y se expresa como territorialidad.<br />

El territorio es el escenario de las relaciones sociales y no solamente el marco espacial<br />

que delimita el dominio soberano de un Estado. El territorio es un espacio de poder, de<br />

169


gestión y de dominio del Estado, de individuos, de grupos y organizaciones y de empresas<br />

locales, nacionales y multinacionales. El territorio es una construcción social y nuestro<br />

conocimiento del mismo implica el conocimiento del proceso de su producción”.<br />

La actividad espacial de los actores es diferencial y por lo tanto su capacidad real y potencial<br />

de crear, recrear y apropiar territorio es desigual. En el espacio concurren y se sobreponen<br />

distintas territorialidades locales, regionales, nacionales y mundiales, con intereses distintos,<br />

con percepciones, valoraciones y actitudes territoriales diferentes, que generan relaciones<br />

de complementación, de cooperación y de conflicto. El territorio no es fijo, sino móvil,<br />

mutable y desequilibrado. La realidad geosocial es cambiante y requiere permanentemente<br />

nuevas formas de organización territorial. El sentido de pertenencia e identidad, el de conciencia<br />

regional, al igual que el ejercicio de la ciudadanía y de acción ciudadana, solo adquieren<br />

existencia real a partir de su expresión de territorialidad. En un mismo espacio se<br />

sobreponen múltiples territorialidades y múltiples lealtades.” Los autores complementan<br />

esta lista con la afirmación de que el Territorio incluye soberanía, propiedad, apropiación,<br />

disciplina, vigilancia y jurisdicción, y transmite la idea de cerramiento. Correia de Andrade<br />

(1966) propone la siguiente definición:<br />

“El territorio está relacionado con la idea de dominio o gestión dentro de un espacio determinado;<br />

está ligado a la idea de poder político, estatal o privado en todas las escalas”<br />

Población<br />

Hay una variedad de conceptos referidos a la población, según el ángulo perceptivo y la<br />

correspondiente ciencia que la avala. Tomaremos algunos de ellos, citados de las diferentes<br />

anotaciones que proporciona Internet, aunque en este caso no es posible identificar la fuente<br />

originaria.<br />

La definición ecológica, “conjunto de individuos de la misma especie que se encuentra en<br />

un hábitat determinado y funciona como comunidad reproductiva.”<br />

Desde la ecología humana y la demografía, “es el conjunto de personas que viven en una<br />

comunidad geográfica, territorial, administrativa, política, urbana o rural; generalmente se<br />

toma en cuenta el número de habitantes de un área”<br />

Desde la ecología humana: “Conjunto de individuos de la misma especie que conviven en<br />

un mismo lugar y tiempo. Sus rasgos principales son: su nicho, tamaño, crecimiento etc.”<br />

Desde la biología: “Conjunto de individuos de una misma especie que coexisten en un área<br />

en la que se dan condiciones que satisfacen sus necesidades de vida.”<br />

En esta percepción ya surge la variable “condiciones que satisfacen necesidades de vida”<br />

aunque sin tomar en cuenta la interacción entre hombre y territorio. En general, todas las<br />

170


definiciones de población se refieren a un grupo de personas que coexisten en un ambiente<br />

que les permite satisfacer sus necesidades, pero en ninguna, por lo menos de las citadas, se<br />

observa la interacción del territorio con el grupo de personas que lo habita. Para nuestros<br />

propósitos, se hace necesaria una definición que tome a ambas: población y territorio como<br />

una unidad indisoluble, aunque no como una identidad, por lo que voy a proponer dos conceptos.<br />

Población Definición:<br />

Es el conjunto estable de personas que habitan un territorio determinado en el que se<br />

han organizado política, social, cultural y económicamente, para enfrentar las tareas<br />

de la producción y desarrollar su identidad histórica, como parte de un todo mayor que<br />

es la Nación o el Estado al que pertenecen.<br />

Razonablemente, no es posible concebir un grupo humano sin un territorio.<br />

Territorio: Definición<br />

El territorio es una construcción histórica, cultural, económica, política social y ambiental,<br />

resultante de las relaciones interactivas entre los miembros que constituyen un<br />

grupo humano y entre ese grupo humano y el espacio geográfico que ocupan, para organizarse<br />

social, política y económicamente y enfrentar las tareas de la producción,<br />

conformando así la unidad Población-Territorio. Para que exista una Población-Territorio,<br />

el grupo humano que forma parte de la misma debe haber desarrollado un sentido<br />

de pertenencia, la que es más bien permanente y no transitoria.<br />

Un pedazo de naturaleza se convierte en territorio cuando la población que lo habita desarrolla<br />

un sentido afectivo de pertenencia a ese espacio geográfico, a través de la creación<br />

de una red de Relaciones Interactivas intra e inter tempo-espaciales. Una porción de tierra<br />

no utilizada ni influida por el hombre es un pedazo de naturaleza, no un Territorio, tal como<br />

queda definido. Estas definiciones parciales de población y de territorio, sirven de base para<br />

que definir lo que es la unidad misma de análisis sobre la que descansa la conceptualización<br />

y la operatividad de lo que propone la Economía Vital, la Población-Territorio.<br />

Población-Territorio<br />

Es el escenario espacio-temporal-sociocultural en el que realiza la evolución histórica<br />

del ser humano a través del establecimiento de las Relaciones Interactivas y de la realización<br />

de la Acción Complementaria; la Población-Territorio se encuentra en continua<br />

transformación de sí misma como la unidad primaria del ser humano en su peregrinación<br />

hacia la consolidación y fortalecimiento de su identidad histórica.<br />

La Población-Territorio y la Historia son las dos categorías existenciales del Ser. Todo lo<br />

que se hace para elevar la calidad de vida de la sociedad, bajo el principio de la Acción<br />

Complementaria sobre la naturaleza, es concretado en esa unidad; todo lo que se hace en<br />

171


esa unidad tiene la intención de elevar la calidad de vida de la Población-Territorio en particular<br />

y de la sociedad en general. Esta definición permite mostrar la continua interacción<br />

del hombre con el territorio y del territorio con el hombre, interacción que ha permitido que<br />

esa unidad, en Relación Complementaria con las demás, haya servido de marco para la<br />

consolidación de la cultura y de los sistemas institucionales, económicos, sociales, culturales<br />

y ambientales, es decir, de la identidad propia de esa población territorio. Esta unidad<br />

es la que interactúa con la región y el país de que se trate, en el marco de la legislación<br />

nacional y la propia idiosincrasia. Es aquí donde empiezan los procesos producción, acumulación<br />

e innovación.<br />

No importa que la población-territorio esté en el sector rural, pues, a diferencia de lo que<br />

sucedía en tiempos pasados, no sería Razonable considerar que un proceso desarrollo deba<br />

generarse, necesariamente, en las ciudades, aunque sí, es imprescindible contar y, en su<br />

caso, crear, las ciudades intermedias como una parte inherente a la población-territorio. La<br />

ciudad intermedia es el núcleo que reúne a las instituciones y alrededor de la que se congregan<br />

las actividades e interrelaciones entre instituciones privadas y públicas. Por otro<br />

lado, es razonable afirmar que ni la ciudad ni la unidad población-territorio conforman, por<br />

sí, el total de la demanda de los bienes que se produce, pues la producción está orientada,<br />

sobre todo, al mercado mundial, del cual, la población-territorio respectiva y la región o el<br />

país correspondientes son sólo una parte. Queda claro que las características geográficas de<br />

cada población-territorio determinan los rasgos sectoriales de cada una de ellas, por lo que<br />

el sector económico y la Población-Territorio están estrechamente relacionados.<br />

La Territorialidad<br />

El concepto de Territorialidad aparece cuando se identifica la forma de propiedad, en este<br />

caso, de la Población-Territorio los límites que le dan forma, las características del grupo<br />

humano y del espacio geográfico que la estructuran. Montañez define la territorialidad<br />

como “el grado de control de una determinada porción de espacio geográfico por una persona,<br />

un grupo social, un grupo étnico, una compañía multinacional, un Estado o un bloque<br />

de estados" (Montañez, 1997: 198) Por su lado, Lobato Correa postula que la territorialidad<br />

es el "conjunto de prácticas y sus expresiones materiales y simbólicas capaces de garantizar<br />

la apropiación y permanencia de un determinado territorio por un determinado agente social,<br />

o Estado, los diferentes grupos sociales y las empresas". De este modo, el concepto de<br />

“territorialidad” incluye el de la apropiación, definitiva o temporal, como también el de<br />

control y manipuleo social y político, para convertirse en una unidad que permite la regionalización<br />

del país. Pero, cuando el control, el poder y el sentido de propiedad, propios de<br />

la territorialidad son excesivos la regionalización lleva al “Regionalismo”, el que se asocia<br />

con una serie de comportamientos socio-políticos que tienden a desintegrar la unidad nacional.<br />

Una vez establecidos los rasgos diferenciadores de la “territorialización”, aparece el<br />

de “des territorialización” que define la pérdida de territorio por razones diversas.<br />

172


Pero hay coincidencia en la afirmación de que, el territorio se convierte, cada vez más, en<br />

una estructura activa en los procesos de desarrollo, es decir, dejan de ser escenarios pasivos<br />

para devenir actores de esos procesos.<br />

La Región<br />

Tomamos la definición de Santos, “son divisiones del espacio geográfico planetario, del<br />

espacio nacional o inclusive, local”. Al respecto, propongo la siguiente conceptualización.<br />

Es el conjunto de territorios susceptibles de un proceso de ordenamiento territorial en<br />

una división territorial que no obedece necesariamente a la división político-administrativa<br />

de un país dado. Así, una región que ha sido objeto de un ordenamiento territorial<br />

puede incluir porciones territoriales de varios departamentos o provincias, trascendiendo<br />

de este modo, los límites geográficos establecidos en la división político-administrativa<br />

de un país. La región es abierta a la movilidad de factores y de servicios y su<br />

estructura también depende de las características culturales, sociales, ambientales y<br />

políticas, tanto de las poblaciones-territorios que la conforman, como de la el Estado o<br />

la Nación. Las regiones pueden ser homogéneas en recursos naturales, culturas y costumbres;<br />

también puede ser heterogénea, cuando en ella se concentran recursos naturales,<br />

culturas y condiciones sociales y políticas diferentes.<br />

Una región debidamente consolidada depende de la consolidación y la fortaleza de sus poblacciones-territorio.<br />

Como complemento, un país consolidado y en proceso de fortalecimiento,<br />

depende a su vez, de las fortalezas de sus regiones. Por eso es que no sería razonable<br />

anteponer una región a una Población-Territorio, como tampoco antepone ninguna de éstas<br />

al país correspondiente.<br />

Aspectos del Ordenamiento Territorial<br />

Para que un grupo de gente y un pedazo de naturaleza conformen una verdadera unidad<br />

Población-Territorio, es necesario tener una visión integral de sus singularidades y potencialidades,<br />

como de la actitud de la población. Esto se logra con lo que los autores modernos<br />

califican como un proceso de Ordenamiento Territorial. Marvi Melgar Ceballos, en su trabajo<br />

“Ordenamiento Territorial” dice que éste es:<br />

Un proceso articulado, estratégicamente planificado, dinámico, iterativo cuyo objetivo<br />

es promover el aprovechamiento racional del espacio y recursos naturales; previene,<br />

mitiga suprime el “Incrementalismo Desarticulado”, uso y abuso del espacio y sus recurso,<br />

siendo lo contrario de los modelos desarrollistas… su fundamento teórico y operativo<br />

conduce hacia el desarrollo sostenible e integral de los recursos naturales y la<br />

reducción de la vulnerabilidad ambiental, el deterioro del ambiente y los recursos naturales.<br />

El Ordenamiento Territorial comprende varias áreas básicas: el ambiente físico<br />

y natural, lo social (demografía, cultura, historia, salud, educación y organización) la<br />

economía (macro y micro económica, industria, turismo, comercio, económica informal,<br />

173


forestaría y agropecuaria) la política (administración, regionalización, legislación, planificación,<br />

institucionalidad y toma de decisiones)<br />

Entre los beneficios colaterales del Ordenamiento Territorial, se inscribe la oportunidad de<br />

ejercer una democracia más genuina, menos formal y más activa, sobre la base de las decisiones<br />

conjuntas que la Población-Territorio toma para alcanzar objetivos comunes. Sin<br />

duda, la principal ventaja del Ordenamiento Territorial es que permite la utilización adecuada<br />

de los recursos disponibles y potenciales, pues sobre la base de sus características se<br />

estructuran sistemas económicos, administrativos y sociales que, debido a lo reducido de la<br />

extensión territorial y la población relativamente pequeña, se convierten en estructuras interactivas<br />

flexibles y oportunas. La Población-Territorio siempre tiene una visión de futuro<br />

y es allí en la que se desdobla la visión local-global.<br />

Inventariación de las características del territorio<br />

La inventariación se refiere a la estimación de características referidas a la ubicación, a la<br />

existencia de los principales recursos naturales, a la identificación sectorial de esos recursos<br />

y a las potencialidades que tiene. Melgar Ceballos identifica las siguientes áreas de<br />

investigación:<br />

Situación socioeconómica de las comunidades seleccionadas.<br />

Infraestructura comunal y acceso a servicios.<br />

Transporte y conexión de la población al tráfico en la región.<br />

Acceso a los servicios infraestructurales y de asistencia técnica y social.<br />

Ingresos de los agricultores y micro-empresarios.<br />

Estructura de asentamientos y de la economía regional.<br />

Estado y mantenimiento de los caminos.<br />

Impacto ecológico (erosión del suelo, deforestación)<br />

Transacciones y la concentración de la propiedad de terrenos.<br />

Principales características socio productivas.<br />

Identificación de problemas prioritarios por zona.<br />

El Regionalismo<br />

El sentido de pertenencia a una Población-Territorio determinada puede dar lugar a lo que<br />

se conoce como “Regionalismo”, es decir, a la adopción de actitudes centradas únicamente<br />

en el interés de esa Población-Territorio, con exclusión, a veces absolutas, de las demás y<br />

de los objetivos nacionales. Esta deformación surgiría debido al extremo carácter competi-<br />

174


tivo que se desarrollaría entre las diversas poblacciones-territorio, algo que será mandatorio<br />

evitar por todos los medios. El regionalismo se basa, principalmente en la creencia de<br />

que una población-territorio es “mejor” que la otra, aunque el adjetivo “mejor” nunca queda<br />

debidamente aclarado, debido a que el concepto es oscuro por naturaleza. La etnia, las costumbres<br />

y los intereses económicos de algunas élites dentro de cada unidad son las fuerzas<br />

determinantes de este comportamiento, el que tanto daño hace a la evolución de los países,<br />

especialmente, de los atrasados en los que hay una diversidad identificable de grupos humanos.<br />

En el afán excesivo de hacer prevaler los intereses locales sobre los nacionales, la<br />

regionalización trae, como una de sus secuelas, la “Territorialización”, sobre la cual, la<br />

Economía Vital tiene la siguiente percepción.<br />

La Territorialización<br />

Es el proceso por el cual cada población cree que el territorio en el que se asienta, los<br />

recursos naturales y las potencialidades de ese territorio, son algo que les pertenece en<br />

forma exclusiva y que sólo ellos tienen el derecho de explotarlos. Esto sucede cuando aparecen<br />

élites, en la mayoría de los casos, terratenientes, que quieren medrar de lo que pertenece<br />

a la población-territorio y al país.<br />

A pesar de la semejanza entre las palabras que designa a la Territorialidad, ya definida, y<br />

a la Territorialización, tal como queda identificada, ambas se distancian una de la otra en<br />

el aspecto conceptual, de tal modo que la Territorialización queda como una degeneración<br />

de la Territorialidad, la que, según se ha visto aparece cuando se identifica la forma de<br />

propiedad, en este caso, de la Población-Territorio los límites que le dan forma, las características<br />

del grupo humano y del espacio geográfico que la estructuran, mientras que la<br />

Territorialización es una actitud de apropiación exclusiva del territorio en el que se asienta<br />

una población determinada y el uso, también exclusivo, de los recursos humanos y potencialidades<br />

existentes en ese territorio.<br />

La Tierra y el Suelo<br />

En el sentido económico tradicional, la “Tierra” es uno de los factores de la producción,<br />

junto con el trabajo y el capital. Sin embargo, desde el punto de vista sostenible, la tierra es<br />

sólo un componente del Medio Ambiente, el que, a su vez, lo reemplaza como factor de<br />

producción. En cuanto al Suelo, nos parece razonable adoptar la definición de Buckman y<br />

Hardy (Buckman, H., Hardy, N. 1977)<br />

Un cuerpo natural, sintetizado en su perfil de una mezcla variable de minerales desmenuzados<br />

y modificados atmosféricamente, junto con materia orgánica, agua y aire<br />

Uso del Suelo y del Territorio<br />

Es la Relación Complementaria inmediata de hombre con la naturaleza convertida en territorio<br />

en el proceso productivo, el mismo que toma como referente la definición de “suelo”<br />

175


enunciado por Buskman y Hardy. Cuando hablamos de la necesidad de rotar cultivos, proceder<br />

a métodos de fertilización y otros parecidos, que tienen una relación directa con la<br />

actividad humana y el acto de producir, estamos hablando del uso del suelo. En cambio, la<br />

tierra incluye los derechos de tenencia de acuerdo con los regímenes relacionados con la<br />

distribución o los aspectos legales. Por otro lado, el uso del territorio se refiere a las tierras,<br />

aguas, atmósfera donde se explotan los recursos naturales mediante el uso deliberadamente<br />

determinado por el hombre, uso que incluye las zonas a ser pobladas, sobre las que se sentará<br />

cierta soberanía y las zonas silvestres y su preservación para el futuro.<br />

Así, el uso del suelo es más un asunto perteneciente a la tecnología, mientras que el uso del<br />

Territorio se amplía a cuestiones de políticas, soberanía, límites establecidos, propiedad y<br />

otros similares.<br />

La Población-Territorio y el Desarrollo<br />

La interacción que se desarrolla en la unidad Población-Territorio se expresa en diferentes<br />

formas de relaciones económicas, sociales, políticas, culturales y medioambientales. Estas<br />

relaciones pueden surgir espontáneamente, tal como lo recomiendan los teóricos del neoliberalismo,<br />

con la secuela de desigualdades e inequidades que ello conlleva. Por el otro lado,<br />

estas relaciones pueden obedecer a los acuerdos que se establecen entre el Estado, la Empresa<br />

y la Sociedad Civil, para lograr niveles más altos de vida a través de procesos concertados<br />

en cada caso, consenso reflejado en un plan de desarrollo común, en el marco de<br />

la legislación nacional. Esta es la modalidad que hemos identificado como un proceso de<br />

desarrollo “desde abajo”, es decir, desde el Municipio hasta el país en su conjunto, pasando<br />

por el Departamento respectivo. El objetivo principal de esta metodología es el mejoramiento<br />

de la calidad de vida de la población involucrada en el proceso de desarrollo, por lo<br />

tanto, será necesario definir lo que este trabajo entiende por Calidad de Vida. Una de las<br />

funciones más importantes de la trilogía encargada de la formulación y ejecución de los<br />

planes de desarrollo (Estado-Empresa-Sociedad Civil) es interconectar eficientemente los<br />

aspectos territoriales con los sectoriales a través de las empresas grandes y de los Pymes en<br />

busca de la expansión industrial en cualquiera de sus manifestaciones. Esta conexión se<br />

consigue a través de las ventajas comparativas existentes o creadas y las ventajas competitivas.<br />

Ya se dijo que las primeras tienen que ver con la calidad, cantidad y disponibilidad<br />

de los recursos naturales y humanos; mientras que las segundas se refieren a las innovaciones<br />

que aumentan las capacidades competitivas de cada unidad productiva en el diseño, la<br />

fabricación, la distribución y el servicio de los bienes que produce. Estas dos clases de<br />

ventajas deben producir también externalidades positivas para las empresas del territorio y<br />

para los otros territorios.<br />

La Población-Territorio sirve de escenario para la localización de las industrias y empresas<br />

comprometidas; en realidad es allí donde se establecen las coordenadas espaciales y sectoriales<br />

en las que se asienta una industria o empresa determinada. La localización depende<br />

176


de las condiciones de la Población-Territorio, de las externalidades creadas por la interacción<br />

de las empresas, los puntos de servicios necesarios al proceso, la tecnología existente,<br />

la potencial y la adoptada desde el exterior, la mano de obra, el conocimiento, las destrezas<br />

y todo el cúmulo de activos tangibles e intangibles existentes, potenciales y creados en la<br />

Población-Territorio. En todo caso, debe quedar claro que la empresa no es ni el comienzo<br />

ni el fin de un proceso; más bien, el comienzo y el fin es la calidad de vida de la población<br />

en cuya búsqueda, la empresa es uno de los instrumentos vitales. Este concepto es tan importante<br />

que vale la pena repetirlo: la Empresa es sólo un medio para alcanzar los objetivos<br />

propuestos en por la trilogía Estado-Empresa-Sociedad Civil, un instrumento, muy apreciado<br />

por supuesto, pero instrumento al fin.<br />

En síntesis, razonablemente propongo el uso de la Población-Territorio como la unidad de<br />

análisis para llevar adelante los proyectos y acciones necesarias a la consecución del objetivo<br />

fundamental: elevar la Calidad de Vida de la población. Esta propuesta se basa en el<br />

principio del Conocimiento Complejo que permitirá el estudio de la Población-Territorio<br />

como un sistema conformado por estructuras y elementos, tomados en su integralidad.<br />

El Costo Ambiental<br />

El costo ambiental de lo que "producimos", no está incorporado al costo del producto. El<br />

sistema capitalista no regulado, encuentra dificultades en incorporar el costo ambiental al<br />

costo total del producto, el principal óbice es la imposibilidad de identificar los precios de<br />

mercado de la dimensión ambiental. Es-te problema está muy relacionado con la necesidad de<br />

contar con un sistema de cuentas patrimoniales en términos monetarios y su inclusión en las<br />

cuentas nacionales, problema al que es preciso referirse con algún detalle. El análisis siguiente<br />

usará como base los trabajos presentados por Pedro Tsa Koumagkos bajo los títulos "La<br />

Economía Política de las Cuentas del Patrimonio Natural" y "Indicadores Económico-<br />

Ambientales para las Cuentas Nacionales", publicados en el documento de la CEPAl,<br />

"Inventarios y Cuentas del Patrimonio Natural en América Latina y el Caribe"<br />

Nociones corrientes del patrimonio nacional<br />

En primer término, se cita a Sunkel, autor que define el patrimonio nacional como el conjunto<br />

de los elementos naturales de un país, excluyendo la sociedad. Sin embargo, algunos<br />

consideran que esta definición es muy genérica, por lo que se ha hecho algunas aclaraciones.<br />

Sejenovich y Sourro-uille, 1980, citados por Pedro Tsa Koumagkos, han destacado que las<br />

definiciones elaboradas sobre los recursos naturales no deberían hacer referencia a todos los<br />

elementos naturales, sino que debería destacarse la cualidad de algunos de ellos de ser útiles<br />

a la sociedad, por la vía de la aptitud de satisfacer necesidades humanas esenciales. Cada etapa<br />

del desarrollo de la sociedad ha tenido en consecuencia su propia relación con la naturaleza,<br />

derivada de sus propias formas de acumulación, por lo que se hace visible el carácter histórico<br />

del concepto de recursos naturales. Las dos definiciones merecen una evaluación comparativa<br />

que ocupará los siguientes párrafos de este acápite.<br />

177


La definición genérica de Sunkel tiene la virtud principal de considerar al ser humano como<br />

parte inherente a la naturaleza y, con el fin de diferenciarlo de lo que llamamos "recursos<br />

naturales", define a éstos como todo lo existente con exclusión de la sociedad. La otra<br />

definición introduce una noción de carácter histórico del concepto de recursos naturales,<br />

concepción acertada desde el punto de vista antropocéntrico, pero que en este caso parece<br />

contradecir la necesidad de llevar adelante un proceso sostenible de desarrollo, por el<br />

desconocimiento explícito que se haría de la mayor parte de los recursos naturales que sólo<br />

tiene una utilidad potencial a ser identificados en el futuro. En efecto, si se ha de definir como<br />

recurso natural sólo aquél que es útil a una sociedad concreta en un momento histórico determinado,<br />

se deduce que los recursos que en ese momento no son útiles a esa sociedad<br />

concreta no son recursos después de todo y que, por lo tanto, no merecen ser conservados. En<br />

mi opinión, esto trae una contradicción muy difícil de resolver, puesto que siendo la Ciencia<br />

y la Tecnología (C y T) existentes en un momento dado, los que determina los elementos de<br />

la naturaleza que serán útiles al hombre, la C y T podrán reputar cono los no útiles, elementos<br />

que después podrán ser reconocidos como tales, pero que en el periodo precedente habrían<br />

sido descuidados, simplemente por considerarse que no lo habían sido.<br />

Este conflicto se ve agravado por el hecho de que ni siquiera la C y T están en condiciones de<br />

pronosticar en el corto plazo las bondades potenciales de un recurso. Gligo (1986) dice que el<br />

término "Patrimonio natural" no implica necesariamente un contenido más restringido que el<br />

de naturaleza y lo define como "...el conjunto de bienes que nos han sido legados por las<br />

generaciones anteriores y que nos corresponde conservar en sus atributos fundamentales o<br />

transformarlos adecuadamente para poder transmitirlos a las generaciones futuras". Me parece<br />

que hay en la forma de esta definición cierta afinidad con la de Sunkel, al tomar como<br />

patrimonio natural (recursos naturales) el conjunto de la naturaleza; pero creo que tiene tres<br />

características de fondo que la hacen menos confiable que la de Sunkel. Primero: un<br />

acercamiento a la definición nos sugiere que el ser humano sería algo aparte de la "naturaleza",<br />

con lo que se llegaría a la dicotomía falsa y estrafalaria sociedad-naturaleza, que tanto seduce<br />

a la concepción metafísica del mundo, donde la sociedad supuestamente podría existir como<br />

algo distinto de la "naturaleza". Segundo: la expresión "el conjunto de bienes que nos han sido<br />

legados" parecería más bien referirse a un patrimonio particular o a lo sumo a un ámbito local<br />

más que al patrimonio total del planeta, puesto que hasta ahora no existe una sociedad<br />

consolidada de sociedades que tengan intereses comunes en garantizar el cuidado del<br />

patrimonio planetario, intereses que a lo sumo pueden darse en una región o en un país<br />

determinado. Una prueba de ello es que esta denominación se usa en los EEUU para identificar<br />

el patrimonio natural de esa nación. Tercero: al identificar el patrimonio como un "conjunto<br />

de bienes", implícitamente está otorgando a los recursos naturales la facultad de haber sido<br />

apropiados debidamente y de tener cierta valoración económica, dos problemas que<br />

constituyen el meollo de la inclusión de los recursos naturales en las cuentas nacionales.<br />

Francia distingue entre el patrimonio natural y el patrimonio de la contabilidad nacional, sobre<br />

la base de incluir en este último sólo los objetos apropiados y susceptibles de ser<br />

178


intercambiados entre agentes económicos, es decir, bienes. España condiciona la definición<br />

de recurso natural a todo bien no producido por el hombre y no incluido a la definición que<br />

Walrás tienen de objeto económico: “objeto útil, apropiado, valorizado y reproducible”,<br />

aunque es preciso añadir que no sólo el hombre sino también la naturaleza tiene la capacidad<br />

de producir un bien con esas características. En general, las definiciones amplias del recurso<br />

natural incluyen todo lo que existe con exclusión de la sociedad; mientras que las más<br />

estrechas, como las que están en función de las determinaciones históricas, suponen también<br />

una dicotomía sociedad-naturaleza. Pero creo que no debe perderse de vista que, si bien el<br />

hombre es parte de la naturaleza, la naturaleza es también en cierto modo "social",<br />

precisamente por la interacción entre el hombre y el mundo externo a él. La concepción<br />

histórica de los recursos naturales sería una de las expresiones de la "socialidad" de la<br />

naturaleza. En eso estribaría su aporte, pero lo haría más en el sentido gnoseológico que en el<br />

que estamos tratando aquí. En todo caso, para ir a lo seguro, estimo que es mucho más<br />

adecuada la definición de Sunkel que, si bien no tiene la elegancia de una exposición dialéctica<br />

del concepto, posee, sin embargo, la virtud de evitar abusos como los que permitiría la<br />

concepción histórica de los recursos naturales.<br />

A Continuación, se expone algunas propuestas dadas por diferentes expertos, los que han<br />

presentado el problema y también han hecho propuestas relativas a la evaluación del costo<br />

ambiental bajo percepciones complementarias. Después de las síntesis pertinentes presentaré<br />

la mía.<br />

Inventarios y cuentas del Patrimonio Natural<br />

En la obra de Nicolo Gligo “Las cuentas del patrimonio natural y el desarrollo Sustentable"<br />

se inclye relaciones entre la Economía y la Ecología. Sostiene la idea de que los recursos<br />

naturales y las fuentes de energía son limitados en el largo plazo. Esta afirmación motivó a<br />

varios economistas, entre ellos, a Nicholas Georgescu-Roegen, a relacionar las leyes de la<br />

entropía y de la termodinámica con la economía. Su declaración de que la ley de la entropía<br />

es la más económica de todas las leyes naturales ha marcado un punto de partida en la<br />

valorización de los recursos. En este sentido, es muy importante, continúa, imaginar métodos<br />

que nos permitan evaluar e inventariar integralmente lo que conocemos como recursos<br />

naturales, aunque no se debe creer que el problema se reduce a la simple determinación de un<br />

precio para cada unidad de recurso natural, puesto que la valoración de los recursos naturales<br />

va más allá de lo cuantitativo, para introducir indicadores cualitativos que relacionan el medio<br />

ambiente con la humanidad. De cualquier modo, es imperativo un acercamiento intercientífico<br />

entre la Economía y otras ciencias naturales para encontrar la verdadera dimensión<br />

ambiental.<br />

Pocos países han establecido políticas ambiental-mente sustentables, a pesar de que los<br />

problemas ambientales que se presentan son cada vez más graves. Por supuesto que los<br />

gobiernos no están interesados en mostrar que el relativo crecimiento económico de sus países<br />

no se debe tanto a la ejecución de políticas apropiadas, sino a la tremenda sobre explotación<br />

179


de los recursos naturales, a los que no se les imputa un precio por considerarlos “bienes libres”.<br />

Un elemento de la naturaleza se puede valorar de diferentes formas, ya sea atendiendo a su<br />

contribución al ecosistema, a su valor económico, a la importancia que tiene para el mundo, a<br />

su aporte a la evolución de la Población-Territorio o a su valor económico. Hasta hoy se ha<br />

valorizado sólo el valor económico del recurso y lo que se entiende por patrimonio natural de<br />

la región.<br />

La Valoración Económica del Patrimonio Natural<br />

Esta valoración, por sí sola, tiene serias limitaciones, especialmente cuando hay elementos<br />

cuyo valor no puede ser reflejado en los precios de mercado, debido a sus características<br />

intrínsecas, de localización y otros. Sin embargo, al no contar con otro método más adecuado,<br />

se ha visto por conveniente tomar la valoración económica, preferentemente cuando se trata<br />

de efectuar una asignación de recursos que permita un desarrollo sustentable. Nicolo Gligo<br />

propone la siguiente división de la valoración económica del patrimonio natural.<br />

La Valoración Económica de las Existencias<br />

Supongamos que se quiere valorar un bosque. Para el dueño del aserradero el bosque será sólo<br />

eso, un conjunto comercializable de madera, pero, para el encargado de valorarlo, ese bosque<br />

no sólo será madera, también será capacidad de producción de agua, fauna, diversidad<br />

genética, flora con recursos farmacéuticos, turismo, recreación. ¿Cómo se determinarán los<br />

precios que reflejan los diferentes usos que tiene el bosque? Los Precios de mercado parecen<br />

un gran comienzo, responde Gligo, pero sólo reflejan las preferencias presentes y marginan la<br />

importancia de la demanda futura. Para solucionar este problema los economistas han pensado<br />

en utilizar los “precios sombra” los que, en estos casos, serían los precios de reposición del<br />

sistema boscoso, estimación que, a su vez, trae muchas y grandes complicaciones. Hasta el<br />

momento de ha calculado con alguna precisión los gastos en mejora de la fauna silvestre. Se<br />

pretende extender estos procedimientos para estimar el valor patrimonial de la diversidad<br />

genética, del turismo y de la recreación. Estos estudios muestran el valor del patrimonio sobre<br />

la base de los cálculos del mantenimiento de las funciones productiva y ecosistemica. En esta<br />

experiencia, el valor patrimonial de la madera alcanza el 83% del valor patrimonial del<br />

ecosistema en estudio, valor muy poco sensible a las demás funciones productivas y de<br />

mantenimiento del ecosistema.<br />

Aunque sólo sea por intuición, nos sorprendemos con el autor ante la ponderación exagerada<br />

que se da a la madera sobre la suma de las otras funciones del bosque, como ecosistema. La<br />

disponibilidad de la madera es sólo una de las funciones económicas del bosque. Quedan otras<br />

tan importantes como la fauna, la diversidad genética, la capacidad de producir agua…a las<br />

que el autor se refiere en párrafo anterior. Esas funciones deben ser debidamente ponderadas<br />

sin que se las infravalore por algún malentendido de lo que puede ser medible<br />

cuantitativamente y lo que supuestamente no puede ser. A continuación, Gligo dice que se<br />

propone trabajar en dos tipos de ingreso: el ingreso real, que sería el ingreso bruto menos los<br />

costos económicos (No confundir con el Ingreso Real que resulta de la división del Ingreso<br />

180


nominal sobre el nivel general de precios) Por otra parte, se tendría el ingreso ajustado, que<br />

sería el ingreso real menos los costos ecológicos y sociales. Tanto los ingresos brutos como<br />

los costos económicos se calculan sobre la base de los precios de mercado, quedando la tarea,<br />

aún inconclusa, de encontrar la metodología que permita calcular los costos ecológicos y<br />

sociales.<br />

La Valoración de la Fracción del Crecimiento Imputada al Deterioro Ambiental<br />

Esta valoración, dice Gligo, descansa sobre el principio planteado por John Hicks, según el<br />

cual, el ingreso representa el consumo máximo que puede efectuarse sin que se modifique el<br />

patrimonio de una sociedad o individuo. Con ese concepto en mente, se restó del valor bruto<br />

de la producción el costo de los insumos y se obtuvo lo que el autor llamó el “Ingreso<br />

Económico”. Luego se estimaron los costos ambientales derivados de las distintas actividades<br />

económicas sobre la base del cálculo de la erosión, la pérdida del bosque, la pérdida de<br />

retención de capacidad hídrica, el incendio de árboles adultos y la pérdida de la masa forestal<br />

reproductiva. Con el objeto de estimar la proporción del ingreso económico que representaban<br />

los costos ambientales, se calculó un coeficiente de costo ambiental por unidad de<br />

ingreso económico. Con el objeto de calcular el impacto de la reducción del patrimonio en la<br />

disponibilidad de recursos (agua, bosque, tierra) simplemente se calculó la diferencia de las<br />

existencias físicas antes y después del proceso de explotación.<br />

La Economía Vital afirma que no basta calcular la diferencia de las existencias físicas antes y<br />

después del evento, pues debe tomarse en cuenta el hecho de que un ecosistema sin bosque<br />

tiene un valor inferior a uno con bosque en una proporción que excede el simple cálculo<br />

económico de los recursos naturales absorbidos en el proceso productivo.<br />

Las Cuentas Nacionales Tradicionales<br />

No toman en cuenta ni el agotamiento ni el deterioro de los recursos naturales; al momento,<br />

dice Gligo, existen dos alternativas teóricas de interés: modificar el producto nacional neto,<br />

introduciendo el concepto de “Depreciación Ambiental”. La otra manera sería cargar al PIB<br />

los servicios ambientales. En el producto se aumentaría el consumo privado, agregándole el<br />

valor de la producción generada por el uso de los recursos ambientales.<br />

Sobre el particular, creo que la primera recomendación del anterior párrafo es relevante. Como<br />

se sabe, en la actualidad se calcula el PIB neto restando al PIB la depreciación del capital fijo<br />

utilizado en el proceso de producción. Sin embargo, esa primera propuesta, sugiere que<br />

además de la depreciación del capital fijo, se reste también lo que el autor llama la<br />

“Depredación Ambiental” con lo que el producto nacional neto será todavía menor al que se<br />

obtiene con los métodos convencionales, por lo que reflejaría de un modo más adecuado el<br />

verdadero valor de la producción neta. Por otro lado, la intención de Gligo en su segunda<br />

propuesta pretendería establecer la contraparte contable necesaria a la depredación ambiental.<br />

Con este método se pondría en vigencia la fórmula que establece que el PIB modificado sería<br />

igual al PIB tradicional, más los servicios ambientales y menos los daños ambientales (Peskin,<br />

181


1989) Claro está que esta valoración del nuevo PIB se lleva a cabo en moneda, lo que<br />

posiblemente no sería aceptado por países o regiones en los que el medio ambiente tiene<br />

consideraciones éticas, dice el autor. En todo caso, se trata de evitar el financiamiento del<br />

consumo con la depreciación del patrimonio de recursos naturales.<br />

Orientaciones regionales<br />

A continuación, Gligo propone: incorporar el medio ambiente como una dimensión básica;<br />

hacer que las cuentas patrimoniales se constituyan en una herramienta de planificación y<br />

gestión del desarrollo ambientalmente sustentable; establecer que cada país desarrolle su<br />

propio método con su dotación de bienes y recursos naturales; por último, tomar en cuenta el<br />

sistema de cuentas físico (hectáreas cultivables, áreas forestales y otros) a la par que el sistema<br />

de cuentas económico. Un sistema de cuentas físico es mucho más que la suma de sus<br />

inventarios parciales, pues implica, entre otros, las interacciones ecosistémicas y los niveles<br />

de perturbación y deterioro de cada recurso en conexión con los otros. El autor termina su<br />

artículo expresando que es imperativa la formulación de las cuentas del Patrimonio natural<br />

sobre la base de un programa eficiente de investigación de los recursos naturales.<br />

La Metodología de las Cuentas del Patrimonio Natural<br />

Ana Christine Waishburger ha hecho una revisión de las metodologías sobre las cuentas del<br />

patrimonio natural, explicando que las existentes se reducen a medir el crecimiento económico<br />

por medio del PIB y el PIN (Producto Interno Bruto y Neto, respectivamente) pero como sólo<br />

toman en cuenta las transacciones del mercado, la medición es incompleta, pues no se<br />

contabilizan las economías informales, las de subsistencia, la dimensión ambiental ni la<br />

distribución real del ingreso. Arbitrariamente se dice que los recursos naturales (aire, agua,<br />

biodiversidad, fauna y la flora silvestre, árboles forestales…) son bienes libres y por eso no<br />

tienen precio. Los precios de mercado se rigen por los costos de explotación, transporte y un<br />

margen de ganancias; no se toma en cuenta las pérdidas patrimoniales. La autora sostiene que<br />

las cuentas patrimoniales podrían ayudar a los países a tomar conciencia de la problemática<br />

ambiental, la que incluye el patrimonio natural de cada nación; de otro modo, las cuentas<br />

nacionales no podrían ser una medida completa del bienestar nacional. También se ha<br />

propuesto la revisión de los ingresos provenientes de algunos recursos naturales susceptibles<br />

de ser explotados para comercializarlos, tales como el petróleo, los minerales, la fauna... para<br />

restar de estos ingresos sus costos ambientales, contabilizando así la degradación y<br />

depreciación del acervo natural. Los expertos en cuentas nacionales se han negado a introducir<br />

estas modificaciones aduciendo que: “es imposible contabilizar bienes que no han sido<br />

producidos (marcando una diferencia entre depreciación y degradación) y que no es posible<br />

introducir medidas normativas a la contabilidad. “Si un país ha aceptado vivir en un ambiente<br />

deteriorado no cabe a las cuentas nacionales obligar a que ese país adopte medidas más<br />

rigurosas”. Esta clase de actitudes son las que frenan todas las iniciativas para llevar adelante<br />

cambios fundamentales en la metodología de las cuentas nacionales, en este caso, en la<br />

introducción de las cuentas patrimoniales. Por su parte, el modelo DELC que propongo, toma<br />

en cuenta la necesidad de introducir las cuentas patrimoniales; sin embargo, no concuerda con<br />

182


la autora en el sentido de que se debe restar los costos ambientales de los ingresos de la<br />

comercialización de recursos naturales; al contrario, la propuesta que pondré a consideración<br />

de los lectores en este mismo capítulo, más bien cree que es necesario aumentar el precio para<br />

incluir los costos ambientales.<br />

Las Cuentas Satélite del Patrimonio Natural<br />

Estas cuentas reciben el nombre de “Satélite” por su carácter de ser cuentas que derivan del<br />

núcleo central: la Contabilidad Nacional. Estas cuentas permiten un estudio más detallado de<br />

los comportamientos de un área específica, tales como los aportes del medio ambiente al PIB,<br />

la protección social, la Investigación y desarrollo, el turismo y otros. En el caso del medio<br />

ambiente, las cuentas patrimoniales satelitales muestran los aportes de los diferentes<br />

componentes que los recursos naturales hacen a la creación del PIB, tales como la<br />

biodiversidad, la fertilidad del suelo, la capacidad de los árboles de oxigenar las cuencas<br />

hídricas… En el caso del turismo, por ejemplo, las cuentas satelitales nos detallan los aportes<br />

del turismo a la ampliación de las ofertas de bienes y servicios debido al turismo, pero queque<br />

no sólo se dedican a satisfacer las exigencias del turismo, pero que estiman, v.g, la parte del<br />

incremento de la oferta de un bien debido exclusivamente al turismo. Hasta fines de la década<br />

del ’60, la naturaleza había sido considerada como un obsequio que otorgaba recursos y recibía<br />

desechos sin ningún costo. Pero después se descubrió los costos ocultos del desarrollo y se<br />

consideró otros factores que definían el bienestar de la sociedad tales como el medio ambiente<br />

y la identificación socio-cultural. Los costos de reproducción y de reposición ambientales y<br />

los costos de defensa del medio han aumentado progresivamente. Pero se están tomando<br />

algunas medidas al respecto. En Suiza, por ejemplo, se propuso al Estado que adjudicara a<br />

cada empresa cierta cantidad de equivalentes ecológicos por un valor determinado, los que<br />

podrían ser utilizados para contaminar. En Francia hay la renovabilidad, es decir, la capacidad<br />

de regeneración de un recurso dentro de un plazo previsible, el que generalmente coincide con<br />

el periodo de una generación que es de 25 años. La tasa de uso o deterioro no debe exceder la<br />

tasa de reposición.<br />

Hay tres categorías de recursos: renovables (viento, corrientes marinas, ciclos de agua)<br />

condicionalmente renovables (suelos, bosques, fauna) y no renovables (minerales, petróleo,<br />

gas) Se excluyen todos los componentes que están fuera de la influencia humana (rayos<br />

solares, geomorfología) En Noruega se considera que los recursos naturales son un bien o<br />

capital del Estado el que debe administrarlos con miras a largo plazo. Los ingresos<br />

provenientes de esa administración son distribuidos entre la sociedad. El Estado debe asumir<br />

un papel regulador sobre la explotación y uso de los recursos para garantizar el desarrollo de<br />

las generaciones futuras.<br />

Indicadores Económico-Ambientales para las Cuentas Nacionales<br />

Pedro Tsakoumagkos, profesor de la Universidad de Buenos Aires reserva la frase “recursos<br />

naturales sociales” para los recursos naturales que sólo potencialmente son valores de uso en<br />

tanto no han sido objeto de apropiación-valoración; sigue el ejemplo de la mayoría de los<br />

183


teóricos que niegan valor a todos aquellos recursos que la técnica actual no les concede un<br />

precio de mercado. Las diversas propuestas de indicadores económico-ambientales deben<br />

reconocer, dice, la imposibilidad de conocer los precios de la tierra y el hecho de que, con<br />

relación al deterioro ambiental, sólo son computados en la medida en que entren en la esfera<br />

del valor. En la propuesta concreta se explica que existen elementos naturales que caen fuera<br />

de la esfera del proceso de valorización y que por lo tanto no son valores en sí ni va-lores de<br />

uso. Se propone incluir, como parte de las cuentas nacionales, los activos físicos naturales<br />

como parte del capital. En ese conjunto se contabilizarían los yacimientos naturales, los<br />

bosques y otros, pero al modo de un capital fijo incorporado a la tierra y sujeto al proceso de<br />

depreciación, como cualquier otro capital.<br />

Otras Propuestas para el Análisis de las Cuentas Patrimoniales<br />

H. Daly (“Operationalizing susteinable development by investing in natural capital”) propone<br />

un nuevo sistema de contabilidad en el que se abandona el PIB como flujo y se crea uno nuevo<br />

que se basa en el concepto de existencias de capital, incluyéndose el “capital natural”. El PIB,<br />

tal como lo conocemos hoy, sería cambiado con un PIB basado en criterios ecológicos. En<br />

vez de sus categorías actuales (gastos, crecimiento de bienes y servicios, consumo…) sugiere<br />

las siguientes cuentas: cuenta de beneficios, en la que se incluirían los beneficios ambientales,<br />

de una parte; por otra, los gastos y el capital (incluso el “capital ambiental”)<br />

En síntesis, cualquiera que sea la modalidad que cada nación adopte, la valoración de los<br />

factores ambientales tendrá grandes repercusiones en el concepto no sólo de lo que es el PIB,<br />

sino también en términos de cómo debe considerarse, en términos de sustentabilidad, un<br />

proceso de desarrollo. Las diferentes propuestas que hemos citado tienen en común el hecho<br />

de que proponen la valoración de los recursos naturales, quizás por la dificultad técnica de<br />

asignarles precios de mercado. Esta situación obliga a buscar nuevos parámetros, no poniendo<br />

el énfasis en la exactitud con que pueda realizarse las respectivas mediciones sino en la<br />

necesidad de tomar el medio ambiente como una variable.<br />

Crítica a una propuesta<br />

La Economía Vital rechaza que los recursos naturales sean objeto de depreciación, dado que<br />

los recursos naturales pueden reponerse, con políticas apropiadas, algo que no se puede hacer<br />

con el capital fijo. De esta posición, podría inferirse que todo el deterioro ambiental<br />

ocasionado por una actividad productiva puede ser reducido a una cantidad determinada de<br />

“materias primas básicas”, cuyo flujo, valorado como todas las demás materias básicas,<br />

ingresaría en las cuentas nacionales. Tal intento, parece, en principio, muy racional y viable,<br />

pero tienen algunos aspectos que le quitan la seriedad que debe tener un método que realmente<br />

mida y valore el deterioro ambiental como resultado de una producción productiva. Entre<br />

otros, los aspectos negativos de la propuesta se expresarían en que se identificaría como<br />

materias primas básicas, sólo las que podrían ser valoradas a precio de mercado, excluyendo<br />

todo el deterioro ambiental que no puedan ser identificadas como tales. Por otra parte, se toma<br />

en cuenta el costo de las “materias primas básicas” en el producto y no el costo de reposición<br />

184


para que el medio ambiente vuelva a ser como era antes de la actividad productiva, lo que es<br />

un error. Interpreto esta afirmación en el sentido de que todo el deterioro ambiental ocasionado<br />

por una actividad productiva puede ser reducido a una cantidad determinada de "materias<br />

primas básicas" cuyo flujo, valorizado como todas las demás materias básicas, ingresaría en<br />

las cuentas nacionales. Este intento parece muy racional en principio, y la propuesta parece<br />

viable, además, pero tiene algunos aspectos que le quitan la posibilidad de ser un método que<br />

realmente mida y valore el deterioro ambiental debido a una actividad productiva. En primer<br />

término, se parte de la idea de que las materias primas básicas son ya materialización de<br />

valores de cierta magnitud (en otro acápite dice textualmente que muchos procesos de<br />

deterioro ambiental caen fuera de sus posibilidades significadoras) es decir, la valorización de<br />

esas materias, que para nosotros es el punto fundamental del cálculo, para el autor ya está<br />

definida en principio. En segundo término, identifica como materias primas básicas solamente<br />

aquéllas que pueden ser valorizadas a valor de mercado, excluyendo todo el deterioro<br />

ambiental que no pueda ser expresado en estas "materias primas básicas". Por último, toma en<br />

cuenta solamente el costo de las "materias primas básicas" en el producto y no el costo de<br />

reposición para que el medio ambiente vuelva a ser como era antes de la actividad productiva.<br />

Este es un punto en contra muy importante, puesto que no toma en cuenta en el costo del<br />

producto el deterioro ambiental.<br />

La Economía Vital establece que, si no se incluye los costos de reposición del medio ambiente<br />

en el precio final del producto, ha de llegar el momento en que el planeta, al menos<br />

teóricamente, ya estará completamente deteriorado y nada quedará para ser valorizado<br />

después. Por todos estos aspectos, reitero la necesidad de tomar parámetros que no sean de<br />

mercado para valorizar el deterioro del medio ambiente, como resultado de una actividad de<br />

producción o de consumo y reafirmo mi propuesta de que sea el Estado el que impute precios<br />

al uso y deterioro del medio ambiente, de acuerdo con las prioridades del país y de la<br />

comunidad internacional. La imputación de precios del deterioro del medio ambiente no es<br />

una cuestión de mercado, es un asunto de supervivencia de la especie misma y por ello exige<br />

instrumentos no convencionales y la participación de la comunidad internacional en su<br />

determinación. Un aspecto muy importante de los intentos de contabilizar el patrimonio<br />

natural (o los recursos naturales) es la consideración del precio que deberá imputarse a cada<br />

uno de ellos en cada caso. Tomemos el ejemplo de Gligo: supongamos que deseamos valorizar<br />

un bosque. Para el dueño de un aserradero el bosque es sólo un conjunto comerciable de<br />

madera; pero, para el encargado de valorarlo, ese bosque es algo más que madera, es también<br />

una fuente de producción de agua, fauna, diversidad genética, flora, recursos farmacéuticos,<br />

turismo, recreación; ¿Cómo se determinan los precios que reflejen los diferentes usos que<br />

tiene el bosque y la apropiación de esos usos que se lleva a cabo en el momento de la<br />

explotación de madera por parte del industrial? Para contestar esta pregunta, el sistema<br />

capitalista tiene que aceptar la necesidad de recurrir a otros parámetros diferentes del mercado<br />

en el proceso de contabilizar los recursos naturales. En este caso, debería pensarse en la<br />

posibilidad de imputar, a través del Estado, precios basados en lo que podríamos llamar<br />

"costos de prioridad nacional", los mismos que se expresarían mediante coeficientes de<br />

185


ponderación del precio de mercado del artículo en cuestión, periódicamente revisados, los que<br />

serían pagados con la devolución que el industrial haría de la parte del incremento del precio<br />

de su producto, asociado a los costos ambientales; esto funcionaría como un impuesto a las<br />

empresas por uso y deterioro del medio ambiente. Los costos devueltos más un recargo<br />

estimado en cada caso, podrían llamarse "ingresos por reposición del medio ambiente", y<br />

serían un poco más elevados que los "costos de prioridad nacional". Esa diferencia se<br />

explicaría por el costo imputado que implicaría el periodo de espera y los gastos de reposición<br />

para que el bosque fuera otra vez lo que había sido antes de la explotación de madera, en este<br />

caso. Las devoluciones por parte del empresario, más un porcentaje sobre los mismos, serían<br />

contabilizados como un ingreso asignado a la reposición de los recursos naturales insumidos<br />

en la producción de los bienes producidos. Por supuesto que los "costos de prioridad nacional"<br />

y los "ingresos de reposición del medio ambiente" variarían de país a país, de acuerdo con la<br />

dotación de recursos naturales y a las prioridades consiguientes que cada uno tuviera. Estos<br />

"ingresos" tendrían que ser mayores a los costos originales, porque un ambiente sin bosque es<br />

inferior a uno con bosque, antes de que el bosque haya sido restituido en su totalidad.<br />

También queda claro que, en virtud de que el medio ambiente de una nación trasciende el<br />

interés nacional y se convierte en un asunto que atañe al planeta en general, debería existir una<br />

especie de consenso internacional, para que cada país señale sus coeficientes respectivos<br />

dentro de ciertos márgenes elaborados por una entidad técnica mundial, so pena de ser<br />

marginados en los acuerdos sobre comercio, aranceles… que en el futuro serán más<br />

generalizados y de mayor obligatoriedad. Ahora bien, ¿Qué significa lo anteriormente<br />

expuesto? Pues significa que el sistema capitalista deberá adaptarse cada vez más a los<br />

requerimientos del medio ambiente, adoptando métodos y procedimientos de valuación de los<br />

recursos naturales, en este caso, extraños a la modalidad de un capitalismo mercantil puro.<br />

Resumiendo<br />

La concepción histórica de los recursos naturales toma en cuenta solamente las cualidades de<br />

utilidad del recurso natural, excluye sus cualidades potenciales que serán descubiertas por las<br />

próximas generaciones. Es cierto que los recursos naturales tienen un carácter histórico; más<br />

aún, se podría decir que la concepción del carácter histórico de los recursos naturales es<br />

aplicable sobre todo al sistema capitalista, debido a que nunca como durante su vigencia, ha<br />

habido la necesidad de clasificarlos de forma tan sistemática; pero esta concepción no nos<br />

brinda los instrumentos necesarios para medir el deterioro del medio ambiente en toda su<br />

amplitud; al contrario, únicamente nos autoriza a explotarlos sin tomar en cuenta los preceptos<br />

de la conservación. Por su parte, la noción de que "recurso natural es todo lo que existe excepto<br />

la sociedad", pertenecería a un sistema más bien comunitario de tipo futurista; pero, si se ha<br />

de conservar los recursos naturales y han de ser explotados de forma sostenible, ha de ser<br />

imperativo aplicar a un sistema capitalista una definición concebida para un futuro sistema de<br />

tipo comunitario en el mundo.<br />

186


ECONOMÍA <strong>VITAL</strong>: PROPUESTA<br />

La estimación del verdadero valor del PIB<br />

La siguiente propuesta, que es la que se aplicará al modelo DELC parte de la necesidad de<br />

tomar al medio ambiente como un factor de producción en vez del concepto pasivo de “tierra”.<br />

La Valuación<br />

La locura colectiva que arrastra el planeta deriva también de otro silogismo propio del homo<br />

consumidorus: lo que no tiene precio de mercado no tiene valor; no cuenta. Por lo tanto, el<br />

medio ambiente, que no puede ser valuado a precios de mercado, no existe para los neoclásicos<br />

en todas sus variedades. Pero hay una nueva ola de opinión que ve con gran claridad las fatales<br />

consecuencias de no otorgar un valor a los bienes ambientales, independientemente de que el<br />

mercado otorgue o no su visto bueno. A la pregunta tradicional ¿cuál será el beneficio de<br />

construir un nuevo camino? Se opone la pregunta contemporánea ¿cuál será el costo de<br />

construir el nuevo camino y cuál el beneficio de no construirlo?<br />

Pero estas personas se dividen en dos grandes grupos: los fanáticos que creen que el medio<br />

ambiente debe mantenerse per se, virginalmente intocado por la mano del hombre, por un lado<br />

y, por el otro, los que creen que el medio ambiente debe ser conservado para sostener la vida<br />

de la especie humana y de la misma naturaleza. Los últimos definen la conservación como el<br />

proceso de explotación racional del medio ambiente, de manera tal que se garantice la<br />

satisfacción de las necesidades del presente sin poner en riesgo la satisfacción de las<br />

necesidades futuras. Yo me encuentro entre los que componen la según-da camada, entre los<br />

que definen tan acertadamente lo que es la Conservación<br />

Economía Vital: El PIB por el método del Valor Agregado<br />

El PIB, medido en su forma actual, es decir, tradicional resulta de la suma de los valores<br />

agregados producidos por cada uno de los sectores de la economía; esto es:<br />

PIB = A + I + M + ... + S (1)<br />

Donde, A, I, M... S, significan: Agrigultura, Industria, Minería, Servicios… Al postular que<br />

el medio ambiente es un sector productivo cuya razón de ser es proporcionar la posibilidad de<br />

que se lleve a cabo cualquier proceso productivo, el PIB debería incluirlo. De este modo, el<br />

nuevo PIB(m) resultaría de la suma de los siguientes valores agregados:<br />

PIB(m) = A + I + M + ... + S + MA (2)<br />

(m) significa que se introduce en el PIB la dimensión ambiental<br />

MA = Valor Agregado del Medio Ambiente<br />

187


Por supuesto, que el valor formal de la igualdad (2) será mayor que el de la igualdad (1),<br />

aunque en la realidad ambos tendrán el mismo valor, debido a que en la valuación actual no<br />

se toma en cuenta el aporte del Medio Ambiente y se subvalora el valor total del producto<br />

Economía Vital: Cálculo del PIB por el método del Ingreso<br />

En la actualidad el PIB medido por el método del Ingreso se calcula sumando todos los<br />

ingresos que reciben los dos factores de producción: el trabajo y el capital; en este sentido, si<br />

denominamos: S = Salario, al ingreso recibido por los trabajadores; K = Capital, al ingreso<br />

total recibido por los dueños del capital, el PIB de una economía cerrada será:<br />

PIB = S + K (3)<br />

Introduciendo la variable ambiental como un factor de producción, tal como se contabilizará<br />

en el modelo DELC, los retornos al medio ambiente se medirían como se miden los retornos<br />

al trabajo (salario) y al capital (beneficio) En otras palabras, habría un ingreso percibido por<br />

el Medio Ambiente en su calidad de factor de producción; este ingreso estaría representado<br />

por RA ("Reposición Ambiental") Con eso, tendríamos la nueva igualdad en los siguientes<br />

términos:<br />

PIB = S + K + RA (4)<br />

Por supuesto que el valor formal de la igualdad (4) sería mayor que el valor formal de la<br />

igualdad (3) porque se estaría valorando el ingreso que se destinaría a la reposición del medio<br />

ambiente. Aunque, como en el caso de los valores agregados, en la realidad ambas igualdades<br />

son equivalentes entre sí, debido a la infravaloración que se hace de RA en (1)<br />

Economía Vital: Cálculo del PIB por el método del Gasto<br />

En la actualidad el PIB calculado por el método tradicional del gasto para una economía<br />

cerrada utiliza la siguiente igualdad:<br />

PIB = Cp + Cg + Ik (5)<br />

donde: Cp = Consumo Privado; Cg = Consumo del Gobierno; I = Inversión en bienes de<br />

capital (maquinarias, edificios…) Con la introducción de la variable ambiental, la igualdad<br />

(5) cambiaría del siguiente modo:<br />

Ia = Inversión en el medio ambiente<br />

PIB = Cp + Cg + Ik + Ia (6)<br />

La introducción de la dimensión ambiental cambiaría la actual estructura de las cuentas<br />

nacionales, lo que no sería una tarea fácil, pero permitiría ponernos en la dimensión real del<br />

mundo en que vivimos. Por lo expuesto en este acápite es preciso que nos demos cuenta de<br />

188


lo importante que es valuar el coste del medio ambiente incorporado en el producto,<br />

encontrando en cada caso, la metodología para hacerlo. Sólo cuando lo valuemos<br />

correctamente se podrá hablar de costos de oportunidad verdaderos. A pesar del significativo<br />

cambio que significa la introducción del medio ambiente como un factor de producción y al<br />

mismo tiempo, como una forma de estimar con mayor precisión el PIB y una vez que el DELC<br />

se haya consolidado como tal, el medio ambiente será sustituido por la Naturaleza, de tal<br />

manera que se identificará otra vez a los verdaderos creadores de la riqueza: el trabajo del<br />

hombre y la magia creadora de la naturaleza.<br />

12<br />

SOBRE LA NATURALEZA<br />

DE LA ECONOMÍA<br />

Algunas percepciones epistemológicas sobre la naturaleza de la economía<br />

En primer término, es preciso anotar la diferencia que hago entre lo que es gnoseología y<br />

epistemología: al igual que varios autores, guardo la primera para el estudio del conocimiento<br />

en general; la segunda, para el estudio del conocimiento científico; en este caso de<br />

la ciencia económica. Con esta diferenciación y avalado por mi afirmación de que todos<br />

perciben todo de acuerdo con sus intereses y circunstancias, debo hacer pequeños análisis<br />

sobre algunas de las principales percepciones que sobre la Economía han sido formuladas<br />

en la historia del pensamiento económico.<br />

La Visión de los Clásicos<br />

(Base de referencia: Sebastián Marotz, “Epistemología de la Economía”)<br />

El nacimiento de la Economía Política como una ciencia social, exige la consideración de<br />

las percepciones epistemológicas para establecer su campo metodológico. Adam Smith,<br />

recurre a las ciencias naturales y, sobre todo, a las leyes de Newton, para aplicarlas a la<br />

Economía. Eso es lo que hace, cuando aplica el interés personal en la “Investigación …” y<br />

en el principio de la Empatía en “La teoría de los Sentimiento Morales”, aunque lo hace<br />

desde una perspectiva típicamente deductiva, que es el principio que singulariza la epistemología<br />

de los fundadores de la ciencia económica. Algunos años después, J. S. Mill sigue<br />

con atención el debate de Ricardo y Malthus sobre varios temas concernientes a la Economía<br />

Política a los que se suman aquéllos que se entablan entre los economistas y los reformadores<br />

sociales. Su ensayo “On the Definition of Political Economy” continúa la tradición<br />

que había impuesto Bentham y Comte, lo que le exige basar sus percepciones en “la realidad<br />

positiva” y desechar el apriorismo kantiano, pues considera que la afirmación de que<br />

el conocimiento pueda partir de la intuición, independientemente de la experiencia, es una<br />

189


proposición falsa. Pero eso no significa que deje de lado algunos de los fundamentos a<br />

priori en sus consideraciones sobre la ciencia económica; así, por ejemplo, cree que el nervio<br />

motor de la acción humana sería el deseo de la riqueza, la que estaría limitada por el<br />

ocio y los deseos de consumir. Tal como puede verse, aunque estos principios partirían de<br />

una observación de la experiencia, no pueden verificarse. Así, el principio abstracto, a<br />

priori, obtenido por introspección sólo puede observarse en la realidad en algunas ocasiones<br />

y por la presencia simultánea de muchas otras circunstancias. De esta afirmación deduciría<br />

que las leyes económicas deben y pueden ser verificadas, pero el hecho de que una circunstancia<br />

particular no la verifique no implica que la ley deba ser descartada.<br />

Marshall (1948), en sus “Principios” si bien no se refiere con mucha profundidad a las<br />

cuestiones metodológicas ni a la comprobación de las teorías, sigue una línea conciliadora<br />

con la escuela histórica, aunque la economía que propone es una en la cual se parte de<br />

algunos principios básicos derivados de la introspección, que son elaborados matemáticamente,<br />

aunque se exponen prescindiendo de esa herramienta, y que luego se verifican con<br />

ejemplos, y si bien sostiene el principio de la unidad de la ciencia, atribuye a las leyes<br />

económicas el carácter de tendencias, que son mucho más imprecisas que en la física. Se<br />

refiere al ejemplo de la ley de la gravedad, que dada la existencia de fricción y de otras<br />

fuerzas se transforma en una tendencia, igual que, sostiene, sucede con las mareas, que<br />

tienen un componente aleatorio. Pareto, que no puede definirse estrictamente como un continuador<br />

de la tradición clásica, realiza tempranamente un análisis del rol de la comprobación<br />

empírica que resulta por demás interesante. En su Manual de Economía Política sostiene<br />

que hay tres formas de hacer economía: buscando el bienestar de una persona o de<br />

una empresa, el de toda la sociedad o “solamente la búsqueda de uniformidades que presentan<br />

los fenómenos sin tener como fin ninguna utilidad práctica directa”, es decir que se<br />

persigue la finalidad exclusivamente científica de aumentar el conocimiento por sí. Pareto<br />

aboga por esta última posición, y -afirma- se separa así de Smith y de Stuart Mill, quienes,<br />

si bien se refieren en la mayor parte de los casos al tercero de los enfoques enunciados,<br />

también adoptan en varios pasajes de sus obras al primero y al segundo. Cuando se refiere<br />

más adelante a la comprobación empírica lo hace de esta manera: “Hay que añadir que las<br />

teorías no son sino medios para conocer y estudiar los fenómenos. Una teoría puede ser<br />

buena para alcanzar cierto fin. Otra puede serlo para alcanzar otro. Pero de todas maneras<br />

deben estar de acuerdo con los hechos, porque si no, no tendrían ninguna utilidad. El estudio<br />

cualitativo debe ser sustituido por el estudio cuantitativo, y buscar en qué medida la teoría<br />

se aparta de la realidad. De dos teorías escogeremos la que se aparte menos.<br />

La Percepción Axiomático-Deductiva<br />

(“El Método en la Economía Política” de la obra de Gabriel J. Zanotti)<br />

La percepción axiomático-deductiva se construye sobre axiomas (proposiciones “evidentes<br />

por sí mismas”) teoremas (proposiciones deducidas de los axiomas) y definiciones y reglas<br />

190


de estructuración interna. La singularidad de este modo de conocer es que, en contraposición<br />

al método positivista, no requiere, necesariamente, recurrir a “la realidad” para establecer<br />

sus bases teóricas, ejecutar sus procesos y llegar a sus resultados, pues confía en que<br />

las reglas y el uso adecuado de a deducción sistemática hablarán por sí solos.<br />

Nassau William Senior<br />

(An Introductory Lecture of Political Economy)<br />

En eta obra, Senior afirma que la ciencia económica nos enseña en qué consiste la riqueza,<br />

quienes la distribuyen, cuáles son las instituciones y costumbres para dar la mayor riqueza<br />

a cada individuo. Al adoptar este procedimiento establece sus axiomas sobre la riqueza, la<br />

maximización del beneficio, la formación del capital, la ley de rendimientos decrecientes y<br />

sobre los factores limitantes de la población. Posteriormente, en “Cuatro ensayos en Economía<br />

Política” determina que el objeto de la economía no es el estudio de cosas materiales,<br />

sino de interacciones sociales cuyo sentido depende de la finalidad de los sujetos actuantes.<br />

Dice que los términos técnicos de la Economía política, tales como demanda, utilidad, valor…<br />

son ideas mentales: mientras que los “objetos” como riqueza, capital, renta, salarios,<br />

ganancia…” son resultado de “afecciones de la mente”. Como resultado, surge una nueva<br />

definición de Economía Política: la ciencia que expresa las leyes que regulan la producción<br />

y la distribución de la riqueza en la medida en que dependen de la acción de la mente humana.<br />

Senior estima que los axiomas no son hipotéticos, sino verdaderos porque tienen<br />

conexiones con hechos cuya evidencia deriva de la observación y de lo que llama “evidencia<br />

mental”. Sin embargo, tal como dice Zanotti, el axioma de la “maximización del beneficio<br />

(“las personas tratarán de conseguir la mayor cantidad posible de riqueza”) es una<br />

hipótesis asumida. A pesar de ello, Senior rechaza las hipótesis no basadas en la observación,<br />

puesto que nadie querría una ciencia basada en hipótesis fabricadas a priori, en premisas<br />

arbitrarias y deformadas por la posibilidad de los errores lógicos en su desarrollo.<br />

J.Stuart Mill<br />

(On the Definition of Political Economy)<br />

Conocido como un gran defensor del inductivismo en las ciencias naturales, escoge para la<br />

Economía un método hipotético-deductivo, en el sentido de que sus hipótesis reemplazan a<br />

los axiomas de los cuales deduce un conjunto de leyes económicas. Afirma que la Economía<br />

no puede ser un manual para aumentar la riqueza; más bien sería el resultado de una ciencia.<br />

Es que la ciencia no se enfocaría al asunto de fines, medios y reglas sino más bien, se<br />

orientaría al conocimiento de los fenómenos y sus leyes. Coincide con Senior al postular<br />

que las leyes de la producción y distribución se relacionen con fenómenos físicos, éstos se<br />

relacionan, a su vez, con fenómenos mentales que derivan de la conducta humana. De este<br />

modo, la definición de Economía sería: “la ciencia que trata de la producción y distribución<br />

de riqueza en la medida en que dependen de las leyes de la naturaleza humana”. A partir de<br />

un axioma que se podría considerar como el de la maximización, la Economía extraería<br />

191


conclusiones haciendo abstracción de cualquier otra consideración y asumiendo que la obtención<br />

de la riqueza sería el único fin del hombre, lo que, a su juicio, sería también una<br />

buena aproximación a la realidad. En este sentido, la Economía se desarrolla a partir de<br />

suposiciones y no de hechos; es decir, sería apriorística. Se basaría en “verdades abstractas”<br />

a la que las “circunstancias” convertirían en concretas. Por su parte, el método a posteriori<br />

no sirve para descubrir la verdad sino para verificarla. Zanotti dice que, sobre el particular,<br />

Mill adelanta el método de falsación, como un proceso que nos indica que estamos omitiendo<br />

alguna causa perturbadora.<br />

En síntesis: lo que une a Senior con Mill es la concepción hipotético-deductiva, a priori; lo<br />

que los separa es la consistencia de las proposiciones iniciales; para Senior, deberán ser<br />

“reales”, en cambio, para Mill serán hipotética; pero las premisas serán hipótesis verificables<br />

a posteriori. En este sentido, los analistas dicen que el apriorismo de Mill es, en realidad,<br />

el deductivismo hipotético, como un antecedente valioso a la percepción de Popper,<br />

quien aplicará este procedimiento por él perfeccionado, a todas las ciencias y no sólo a las<br />

sociales. Hay pues en Mill un punto intermedio entre el conocimiento empírico y el formal<br />

y cuya teoría del conocimiento se funda en la premisa de que puede obtener conocimientos<br />

verdaderos de la realidad, aunque ellos se encuentren más allá de la verificación o testeo.<br />

John E. Cairnes<br />

(The Character and Logical Method of Political Economy)<br />

La riqueza, para Cairnes, puede ser considerada desde el punto de vista físico como mental,<br />

no importa que esté constituida por objetos materiales, lo importante será que poseen valor;<br />

a su vez, el valor será una cualidad mental. El economista describe hechos positivos, pero<br />

en condiciones de caeteris paribus, lo que no permite conclusiones con seguridad absoluta,<br />

debido a que el método le obliga a omitir circunstancias. Sin embargo, percibe el carácter<br />

tendencial de las leyes económicas, aunque no es posible realizar procesos de inducción.<br />

Por otro lado, las causas institucionales, políticas y sociales en general, conclusiones de<br />

otras ciencias, se constituyen en la fuente de los procesos que crean y distribuyen riqueza.<br />

Por ello, el economista se enfrenta a causas últimas y confía más en la solidez de las premisas<br />

que en la de los resultados deductivos. ¿Cuál sería la naturaleza de los axiomas en<br />

los tres pensadores?: una mezcla de realismo y de un apriorismo racionalista que luego sería<br />

perfeccionado por los teóricos futuros. En mi opinión, los esfuerzos epistemológicos de los<br />

tres autores citados y, en general, de los clásicos, son un avance muy importante en la teoría<br />

del conocimiento; lo son, por la introducción de la hipótesis deductiva, en contraposición<br />

al induccionismo exagerado que Francis Bacon había postulado y que había obnubilado<br />

casi por completo la capacidad deductiva de los hombres de ciencia. Mi percepción de que<br />

ningún hecho o cosa está libre de la influencia de la mente humana, una vez que es puesta<br />

a disposición del proceso de conocimiento, tiene muchos puntos de similitud con los métodos<br />

resumidos, aunque, claro está, las percepciones sobre “la verdad” y “lo real” serán diferentes<br />

por la acción de la ideología en cada caso, tal como lo aclaro al comienzo del<br />

presente capítulo.<br />

192


Carl Menger<br />

(Investigations into the Method of Social Science)<br />

Fundador de la Escuela Austriaca, se apoyó en el Individualismo Metodológico y en la<br />

supuesta exactitud de las leyes deductivas de la Economía.<br />

Dijo que la teoría debe exponer el origen último de los fenómenos, lo que, en las ciencias<br />

sociales, significaría la interacción de los individuos. Afirmó también que las instituciones<br />

que sirven al bienestar humano surgieron en la historia sin una voluntad concertada de los<br />

individuos. Distingue entre las leyes exactas y las empíricas. Se supone que las primeras no<br />

admiten excepciones y que las segundas derivan de las regularidades observadas. El intelecto<br />

abstrae lo esencial de las cosas; así, de las observaciones repetidas sobre las cualidades<br />

de los árboles, extrae la “esencia” de árbol. Pero este conocimiento “abstracto”, general, no<br />

puede ser realizado sin el conocimiento de varios árboles. Cuando se ha logrado la abstracción<br />

de algo, es decir, cuando se ha logrado establecer “su esencia”, es posible derivar propiedades<br />

inherentes a esa esencia. Con estos bagajes analíticos, Menger se dedica a determinar<br />

la esencia de los bienes económicos para afirmar que las esencias captadas por la<br />

mente no provienen de ningún a priori, pues el fundamento existe en la cosa real. Su percepción<br />

concibe al mundo económico aprehendido de una manera abstracta o analítica, que<br />

es lo mismo. En este sentido, la ley exacta se cumple siempre, mientras que la ley empírica<br />

describe las regularidades entre la sucesión de fenómenos sociales. Postula que es posible<br />

establecer leyes exactas en las ciencias naturales, pero no en las sociales, debido al “libre<br />

albedrío” de los individuos. Así, la ley exacta en Economía, no está basada en suposiciones<br />

empíricas. Menger tuvo variados debates con los representantes de la escuela alemán histórica,<br />

especialmente con Schmoller y dio gran impulso al método deductivo de la actual<br />

Escuela Austríaca.<br />

Lionel Robbins<br />

Continuó con la secuencia propuesta por Gabriel Zanotti en su obra “Los Caminos Abiertos”.<br />

A Robbins se debe la definición más común de la Economía como la ciencia que<br />

estudia la conducta humana como una relación entre fines y medios, estos últimos, escasos<br />

y con usos alternativos. Dada la naturaleza de su definición, se deduce la gran importancia<br />

que le asigna a la teoría del valor. Su método se expresa en el logro de deducciones lógicas<br />

partiendo de “primeros principios” establecidos, precisamente, en la teoría del valor. Este<br />

procedimiento nos muestra el carácter axiomático-deductivo de Robbins, aunque, siguiendo<br />

a Menger, deriva los axiomas de la experiencia; específicamente, de las escalas de valoración<br />

de los distintos sujetos económicos, presente en toda conducta humana. Acude a los<br />

supuestos subsidiarios, tales como el marco jurídico del mercado, la estructura de la propiedad,<br />

las clases de mercado…. para afirmar que las otras leyes económicas: la de los<br />

rendimientos decrecientes, la demanda de dinero…. pueden demostrarse a partir de los<br />

axiomas de la teoría del valor. Para ello, recurre a los postulados, “hechos simples e indiscutibles”,<br />

tales como la existencia de más de un factor de producción o el modo cómo los<br />

sujetos establecen sus escalas valorativas. Aunque niega que los postulados fundamentales<br />

193


necesiten tiempo y espacio, concede que los postulados subsidiarios tienen alguna relación<br />

con la historia, pero rechaza la posición historicista de Schmoller mediante su modelo lógico<br />

que se puede expresar en la conjunción (p.q)r, donde “p” es el conjunto de postulados<br />

básicos, “q” el de los subsidiarios y “r”, los resultados. Se supone que los postulados subsidiarios<br />

son de naturaleza menos general. Su percepción es que las principales leyes económicas<br />

son formuladas como previas a su aplicación a la realidad. Pero su postura es débil<br />

ante la acusación de que sus postulados “evidentes” no son sino una muestra del comportamiento<br />

sicológico de los sujetos. Estas declaraciones son posteriores inclusive a la publicación<br />

de Ludwig von Mises, quien había declarado ya que esos postulados eran de orden<br />

praxeológico y no sicológico.<br />

Con relación a la verificación de las proposiciones de la Economía, Robbins dice que no<br />

pueden ser observadas en forma empírica, pero que son evidentes en forma de introspección<br />

interna. Con esta afirmación, Robbins se enfrenta a la visión del ultra empirismo, el que<br />

exige la verificación, tanto de las hipótesis como de las consecuencias de ellas. En la actualidad,<br />

especialmente con Popper, sólo sería necesario testear las consecuencias y no las<br />

hipótesis mismas. Pero Robbins insiste en afirmar que la conducta del hombre no siempre<br />

es “racional” y que la racionalidad de la conducta no significa que sea siempre exitosa: sólo<br />

significa que está encaminada a un fin y que dispone y elige los medios en función a ese<br />

determinado fin; de allí surgiría la naturaleza económica de toda conducta. Como se verá<br />

después, estas dos afirmaciones no son de Robbins, originalmente, sino de von Mises.<br />

En planos semejantes y fiel a su método, postula que la validez de una teoría depende del<br />

hecho de que sea derivada lógicamente de sus premisas, pero que su aplicabilidad depende<br />

de las circunstancias y de la capacidad de la teoría para reflejarla. Por ejemplo, el valor del<br />

dinero debe bajar si es que el monto de circulación monetaria aumenta y los otros factores<br />

no varían. Todo parece indicar que el sistema de Robbins es una mezcla de lo axiomático<br />

y lo empírico del modo (p.q)r, donde “p” significa “si otros factores no varían”; “q”, “si se<br />

aplican tales supuestos auxiliares” y “r”, la ley económica respectiva. Robbins no cree que<br />

sea posible predecir las valoraciones humanas, pero sí las consecuencias de esas valoraciones.<br />

Un dato curioso y relevante de Robbins es el hecho de haber declarado, cuarenta años<br />

después de la publicación de su libro, que si hubiera leído entonces a Popper sus percepciones<br />

habrían sido diferentes.<br />

En este punto de la exposición, me gustaría hacer otra digresión para referirme a dos conceptos<br />

muy importantes sobre el tema: el individualismo metodológico y la elección racional.<br />

Aunque en esta ocasión sólo me limitaré a citar sus principales componentes sin una<br />

descripción sistemática de ambos conceptos.<br />

El Individualismo Metodológico<br />

Es una doctrina cuyo pivote principal es considerar que todo lo que hace el ser humano es<br />

hecho, en principio el individuo a través de sus creencias, metas y acciones. J. Elster dice<br />

194


que es preciso hacer una especie de reduccionismo para entender lo que es la doctrina,<br />

puesto que si pasamos de los individuos a las sociedades es como si nos moviéramos de los<br />

átomos hacia las moléculas (“El Individualismo Metodológico”) Según Elster el individualismo<br />

no presupone el egoísmo ni la racionalidad de las acciones individuales, pues se trata<br />

de una consideración metodológica y no de una teoría acerca de la naturaleza humana. Hay<br />

ciertas propiedades en los individuos que la descripción de una de ellas en un individuo<br />

lleva necesariamente a otro, aunque existiría el peligro de explicar los fenómenos sociales<br />

como resultados de motivaciones y creencias individuales, cuando lo opuesto sería lo verdadero:<br />

el individualismo metodológico utilizaría las explicaciones intencionales para dar<br />

cuenta de los fenómenos individuales.<br />

Entre las percepciones opuestas se puede citar la marxista, según la cual los procesos sociales<br />

surgen de relaciones entre individuos de tal manera que cada uno de ellos sólo refleja<br />

las condiciones históricas y materiales imperantes que sirven de marco a las relaciones.<br />

Algunas veces se identifica la propuesta marxista como holista, en el sentido de que el todo<br />

de las relaciones sociales es más que la simple suma de los agregados individuales. En mi<br />

opinión, la visión marxista lleva a un fatalismo extremo, pues cada individuo estaría condenado<br />

a reflejar las condiciones de la clase a la que pertenece, sin tomar en cuenta las<br />

múltiples actividades que lleva a cabo en la cotidianidad de su existencia ni la movilidad<br />

horizontal y vertical que hay en cada sociedad establecida. Por el otro lado, el Individualismo<br />

Metodológico me parece una aberración no sólo de la epistemología y el método,<br />

sino del mismo proceso cognoscitivo. La experiencia del hombre nos dice que el individuo<br />

llega al mundo y encuentra una sociedad ya hecha a la que puede o no aportar en diferentes<br />

escalas de gradación; pero cuando se va, la sociedad se sigue desarrollando sin notar el<br />

hueco que el ser singular deja en su familia y en sus amigos. La sociedad no necesita al<br />

individuo, puede vivir sin él; por supuesto que necesita a la suma de individuos, en cambio,<br />

el individuo no puede vivir fuera de la sociedad, ligazón que se expresa en cada uno de sus<br />

actos: come, se viste, disfruta… de las creaciones de la sociedad, las mismas que se producen<br />

con su presencia o con la ausencia de cada individuo. A pesar de ello, como veremos<br />

después, minimizar la acción del individuo dentro del grupo sería una afirmación muy impregnada<br />

de ideología.<br />

Teoría de la Elección Racional<br />

Los estudiosos, Elster entre ellos, dicen que la Teoría de la Elección Racional puede ser<br />

aprehendida desde dos puntos de observación: como la teoría de las normas que nos dicen<br />

lo que debemos hacer para lograr metas del mejor modo posible, sin establecer cuáles deben<br />

ser esas metas; y como teoría descriptiva que nos ayuda a predecir esas acciones. La característica<br />

principal de una elección racional es que exige elegir la mejor alternativa dentro<br />

de un conjunto de alternativas factibles<br />

Habrá dos clases principales de elección: las paramétricas y las estratégicas. Las primeras<br />

se realizan cuando el sujeto enfrenta condiciones y restricciones que ya están dadas, de este<br />

195


modo, el sujeto hace una estimación de las restricciones y luego actúa en consecuencia.<br />

Una situación estratégica es aquélla en que una elección del sujeto influye en la actividad<br />

de los demás, al mismo tiempo que las decisiones de los demás lo afectan personalmente<br />

Ludwig von Mises<br />

(The Human Action)<br />

Es el que sistematiza las percepciones de la Escuela Austríaca y el más conspicuo de todos<br />

sus miembros. Postula que las leyes económicas son teoremas que se deducen de un conjunto<br />

de axiomas. Los axiomas están incluidos en las categorías de la acción y se las conoce<br />

por reflexión interna. La Acción Racional significa que el hombre actúa libre y conscientemente<br />

por un fin y que dispone de los medios para lograrlo. “El santo y el avaro obran<br />

racionalmente, pues ambos eligen sus fines y usan sus medios”. La danza del brujo para<br />

convocar la lluvia es tan racional como la tarea investigativa del científico en su laboratorio,<br />

pero ambos podrían errar en la elección de los medios. En la Economía, la Acción Humana<br />

se expresa en disponer, del mejor modo posible, de los medios que se tiene. En realidad, es<br />

la acción que lleva a sustituir una situación menos satisfactoria por otra más satisfactoria y<br />

el análisis de la acción humana consiste en analizar sus consecuencias lógicas. A partir de<br />

la noción de “Acción Humana” se desprende un conjunto de teoremas que se constituirían<br />

en los puntos de partida del análisis económico. Así, conceptos como la “preferencia temporal”,<br />

“la utilidad marginal”, la incertidumbre, dice Zanotti, conforman lo que Mises llama<br />

Categorías a priori de la Acción o leyes praxeológicas.<br />

La base gnoseológica de Mises parte de un Kant un tanto transformado. Recordemos que<br />

las categorías a priori de Kant, tanto las de la sensibilidad como las del entendimiento, son<br />

vacías de contenido. Las categorías de la sensibilidad permiten el ordenamiento de los datos<br />

sensoriales a través de la Intuición, las que el hombre recibe a través de los sentidos, en<br />

primera instancia. Estos datos así transformados son entregados a la Razón, la que los<br />

vuelve a transformar a través de las categorías conceptuales. Para Kant, los conceptos sin<br />

la intuición sensible son vacíos y la intuición sin los conceptos es ciega.<br />

Este concepto hace que Kant sea uno de mis filósofos favoritos, puesto que incluye la Intuición<br />

como instrumento cognoscitivo, junto a la Razón. Por todo ello, los conceptos kantianos<br />

no implican contenidos racionales a priori de la experiencia sensible, tal como lo<br />

proponen los racionalistas a ultranza, sino formas a priori vacías de contenido específico,<br />

según los cuales se ordenan los datos de la sensibilidad. Como veremos más adelante, mi<br />

interpretación de la percepción marxista tiene puntos de coincidencia con las percepciones<br />

kantianas, aunque diferenciadas por algunos rasgos fundamentales.<br />

Para Mises, las categorías son conocimientos apriorísticos que tienen una fuerza cognoscitiva<br />

muy superior a las simples hipótesis corroboradas, lo que explica su rechazo a todo<br />

intento de testear estas categorías en la realidad empírica. La actitud de Mises podría ser<br />

196


interpretada como una de las versiones de la derivación de la verdad a través de la adecuación<br />

del entendimiento con la realidad. Al contrario, Mises afirma que esos principios a<br />

priori están “impresos” en la mente humana, por lo que el hombre no puede concebir de<br />

una manera diferente. Su convicción es tan fuerte en este sentido, que niega la necesidad<br />

de preguntarse si la realidad pudiera ser distinta a la que se reflejan en esas categorías. Así,<br />

la Economía vendría a ser aquella parte de la praxeología que aplica las categorías de la<br />

acción al análisis de los fenómenos de mercado practicados sobre la base del cálculo monetario.<br />

Algunas veces, especialmente cuando habla de la “Cataláctica” como la Economía<br />

en sentido restringido, da la sensación de que percibe a la Praxeología como la Economía<br />

en sentido amplio. Los epistemólogos concuerdan en el hecho de que el sistema de von<br />

Mises puede ser dividido en dos partes. La primera, en la que desprende las consecuencias<br />

lógicas de la acción como tal, esto es, las leyes praxeológicas. La segunda, en la que esas<br />

leyes son premisas de las que se deducen las consecuencias de la acción humana en el mercado,<br />

es decir, las leyes económicas propiamente dichas. Todo esto da el aval suficiente<br />

para asegurar que, según Mises, la economía estudie la acción humana en el mercado y que<br />

la praxeología estudie la conducta humana como tal. Pero la praxeología no tendría nada<br />

que ver con la Ética, pues, a diferencia de ésta, no se preocuparía de cuáles son los fines<br />

que el hombre debe perseguir. Tampoco tendría algo que ver con la sicología, pues no le<br />

importa, a la praxeología, las razones por las que el hombre elige tales fines y medios.<br />

La percepción intelectual de Mises se complementa con dos construcciones hipotéticas: el<br />

mercado de libre competencia y los supuestos sobre las instituciones, tales como la división<br />

del trabajo, la propiedad… Von Mises no excluirá algunas condiciones reales: la desutilidad<br />

del trabajo, por ejemplo, algo de lo que hablaremos después; sin embargo, von Mises no<br />

cree que la alusión a la realidad modifique la naturaleza apriorística de la praxeología. Los<br />

colectivos humanos, tales como nación o grupo no existen para él, dado que no son sino<br />

conjuntos de individuos, los que a diferencia de las cosas que solamente reaccionan, aquéllos<br />

accionarían con libre albedrío.<br />

En general, las ciencias de la acción humana se dividen en dos: la praxeología y la historia.<br />

La primera utiliza la conceptualización y la deducción lógica. La Historia utiliza la “comprensión”,<br />

es decir el acto por el que el historiador se introduce en el interior del individuo<br />

para conocer sus valoraciones concretas y del porqué de su conducta; para esto, usa los<br />

tipos ideales a los que considera como imprescindibles en las ciencias que no pertenecen a<br />

la praxeología.<br />

Su sistema deductivo lo llevó a afirmar que todos los teoremas praxeológicos se hallan<br />

incluidos en la acción humana; si un teorema económico no estuviera unido a una cadena<br />

lógica, no sería admisible científicamente. Pero von Mises plantea otras preguntas muy<br />

importantes; v.g: ¿es posible conocer, por lo menos una parte del mundo real con sólo el<br />

uso de proposiciones analíticas? ¿O sólo quedan para las ciencias formales, como son las<br />

197


matemáticas y la lógica? Estas y otras preguntas han convocado el interés de los epistemólogos,<br />

quienes han dado diversas respuestas muy útiles en el mundo de la aprehensión humana.<br />

La Acción Complementaria no cree que se deba privilegiar las proposiciones analíticas<br />

como las únicas que nos darían una representación fiel de la realidad; considera que es una<br />

exageración que lleva al subjetivismo más extremo, sobre todo, si tenemos en cuenta la<br />

deformación de la razón debido a la ideología y a los intereses propios del ser que analiza.<br />

Por ello es que, sin desconocer la importancia de las proposiciones analíticas, es necesario<br />

afirmar la necesidad de que éstas surjan de la realidad concreta que la historia y las culturas<br />

determinan en cada periodo y en cada espacio. Pero las conclusiones de von Mises serán<br />

llevadas a un punto más extremo aún por su discípulo, Murray N. Rothbard, quien postula<br />

que el axioma fundamental y las premisas de la economía son verdaderos; que los teoremas<br />

y conclusiones deducidos por las leyes de la lógica, a partir de esos postulados, son verdaderos;<br />

que no hay necesidad de testeo empírico ni de las premisas ni de las conclusiones y<br />

que los teoremas deducidos no pueden ser contrastables, aunque sería muy útil que pudieran<br />

serlo. En cuanto a los axiomas subsidiarios, dice que residen en la variedad de los recursos,<br />

lo que motiva la división del trabajo; que el ocio es un bien de consumo y que se parte del<br />

deseo de maximizar los beneficios monetarios.<br />

Friedrich von Hayek<br />

(From Scientism and the Study of Society) (15)<br />

Hizo grandes aportes a la Escuela Austriaca de Economía en los campos de la teoría del<br />

conocimiento, economía, epistemología general, epistemología de la Economía, historia de<br />

las ideas y la filosofía política. En Economía, percibe la diferencia entre los paradigmas<br />

sobre el equilibrio en competencia perfecta y el modelo austriaco de proceso de mercado.<br />

Al igual que Menger se había enfrentado con el historicismo de Schmoller, von Hayek libra<br />

su propia batalla, aunque esta vez, en tres frentes principales: contra el colectivismo metodológico,<br />

contra el inductivismo y contra el constructivismo.<br />

Su tesis principal se resume en la concepción de que los “objetos” de las ciencias sociales<br />

no pueden definirse con independencia de las acciones humanas. Un bien económico, el<br />

mercado, la moneda…no tienen identidad propia independientemente de los objetivos para<br />

el cual fueron concebidos. Si la moneda sirve para intercambiar bienes será moneda; si es<br />

para adornar un ambiente, no lo será. Esta concepción es muy interesante y merece una<br />

pequeña digresión.<br />

Para mostrar la diferencia con el pensamiento de Lenin, me parece oportuno poner como<br />

ejemplo el debate que sobre la utilidad de los sindicatos se llevó a cabo entre Lenin y<br />

Trotsky, allá en las épocas inmediatamente posteriores a la Revolución de Octubre. Trotsky<br />

opinaba que, en el nuevo sistema socialista, los sindicatos ya no tenían razón de ser, dado<br />

que ya se “había establecido la dictadura del proletariado” y que las fábricas ya no tenían<br />

198


al patrón burgués. Lenin, en su contraargumento, le mostró un vaso de vidrio y le dijo que<br />

ese vaso podía servir como adorno, como pisa papeles o, incluso, como arma contundente<br />

en un momento de necesidad. Sin embargo, prosiguió, el fabricante de vasos lo fabrica con<br />

un propósito principal: lo hace como recipiente que sirve para beber. Del mismo modo,<br />

prosiguió, el papel del sindicato, si bien sirve para lograr reivindicaciones salariales y mejores<br />

condiciones de trabajo en el sistema capitalista, en el socialista cambia y se convierte<br />

en el instrumento más idóneo para que el trabajador mantenga su conciencia de clase. En<br />

este sentido, lo que establece el uso de algo es la práctica histórica. De este modo, si hubiera<br />

tenido la oportunidad de intercambiar ideas con Hayek le habría dicho que la moneda puede<br />

servir para muchas cosas, pero que los que la creaban lo hacían con un propósito fundamental<br />

avalada por la práctica histórica, lo hacían para que sirviera de medio de cambio,<br />

unidad de cuenta y depósito de valor en la circulación de bienes y servicios, especialmente<br />

en un sistema capitalista de producción.<br />

Hayek dice que conceptos como “sociedad”, “economía”, “mercado” no son hechos dados,<br />

sino teorías provisionales que explican la conexión entre fenómenos individuales, que se<br />

realiza por medio de interacciones humanas conocidas a partir de los objetivos de dichas<br />

acciones. En relación al Constructivismo, postula que el conocimiento de los hechos sociales<br />

nunca puede estar concentrado en una mente, sino que está esencialmente disperso, de<br />

manera incompleta, en muchas mentes. Por otra parte, no cree que sea posible la verificación<br />

en las ciencias sociales, por eso su método puede ser calificado como más deductivo<br />

que inductivo, aunque no niega la necesidad de apelar al testeo de la realidad por medio de<br />

modelos con información incompleta. Hayek, al igual que los otros miembros de la Escuela<br />

Austriaca, sostiene que los precios y los costos de los bienes y servicios son una síntesis<br />

proveniente de una información muy grande, la que es necesaria para lograr una asignación<br />

de recursos eficiente, aunque siempre está muy dispersa en la realidad. Por otra parte, esta<br />

información cambia constantemente, por lo que la noción de equilibrio pasa a segundo<br />

plano para enfatizar la explicación del proceso de mercado, que es un mecanismo por el<br />

que la asignación de recursos se adapta gradualmente a los cambios de información que las<br />

fluctuaciones de los precios muestran. Esta visión es diferente a la que tienen los representantes<br />

de las escuelas de Cambridge y de Lausanne, para quienes el análisis debe orientarse<br />

y centrarse en las situaciones de equilibrio, lo cual se consigue, en forma especial, con la<br />

aplicación de las matemáticas, en las que las ecuaciones reflejarían en sus parámetros la<br />

información estática en el que los precios equilibran los mercados. Para Hayek, cuyo método<br />

es preferentemente deductivo y niega la posibilidad general de testear los axiomas, la<br />

cuestión que convierte a la Economía en una ciencia empírica es la tendencia al equilibrio.<br />

Hayek afirma que no estamos en equilibrio en el mercado dado que nadie conoce los datos<br />

necesarios para saber cuál es el equilibrio. Sin embargo, dice después que aún con la condición<br />

de equilibrio, la Economía no tendría que ser una ciencia empírica, dado que la tendencia<br />

al equilibrio podría ser desarrollada empíricamente. En cuanto a su gnoseología,<br />

coincide con von Mises en modificar una tanto a Kant para afirmar que las abstracciones<br />

199


son esquemas o categorías previas con las que se organizan los datos que conforman el<br />

contenido del conocimiento sensible.<br />

La Percepción empírica de la Economía<br />

Vimos las percepciones que enfatizaban el aspecto apriorístico de la Economía; también<br />

citamos a quienes aceptan la posibilidad de que en ciertas condiciones se puede aplicar el<br />

testeo a los principios abstractos. Ahora veremos dos ejemplos de quienes ponen el acento<br />

en el testeo empírico y niegan los aspectos analíticos si éstos no responden a ese testeo.<br />

T.W. Hutchison<br />

(The Significance and Basic Postulates of Economic Theory)<br />

Afirma que hay dos formas lógicas para concebir y expresar una proposición teórica, una<br />

de teoría pura y otra de teoría aplicada. La primera adquiere la forma de “si p entonces q”<br />

mientras que la segunda adoptaría la forma “dado que p, por lo tanto, q”. De estas dos, sólo<br />

la segunda puede ser testeada empíricamente, puesto que es necesario testear si “p” es una<br />

premisa verdadera y “q” sería la aplicación de la primera, una vez que se ha establecido<br />

empíricamente la verdad de la premisa “p”. De este modo las proposiciones con contenido<br />

empírico son falsables y se diferencian de las proposiciones incondicionalmente necesarias;<br />

estas últimas pertenecerían al mundo de la lógica, de las matemáticas y de las proposiciones<br />

de la teoría pura. No está demás aclarar que las proposiciones incondicionalmente necesarias<br />

son vacías de contenido empírico, por lo tanto, la necesidad de las proposiciones de la<br />

teoría pura deriva sólo de relaciones entre definiciones sin contenido empírico. Al respecto,<br />

recordemos que en Menger las relaciones necesarias entre los conceptos de la teoría económica<br />

eran relaciones reales, que se daban en el mundo real. Bajo estas condiciones, Hutchison<br />

se identifica con los neopositivistas pues la distinción que hacen éstos sobre las proposiciones<br />

fácticas y las formales, se basan en que las primeras nos informarían sobre hechos<br />

y serían empíricamente verificables probabilísticamente, mientras que las segundas no informan<br />

sobre nada real, pero son lógicamente necesarias. Hutchison dice que la utilidad de<br />

las proposiciones lógicas nos permite pasar de una proposición empírica a otra; cuanto más<br />

claros sean los conceptos, más claras serán las respuestas de las investigaciones empíricas<br />

y porque permiten la verificación. Todo esto podría ser interpretado en el sentido de que<br />

Hutchison estaría limitando la aplicación del método deductivo-hipotético al análisis empírico.<br />

Destaca, por otra parte, que el análisis a priori de los postulados fundamentales no<br />

tiene ningún resultado útil, dado que asuntos tales como: el tipo de conducta de los empresarios,<br />

las expectativas, en la determinación de los precios, la experiencia que se logra de<br />

errores…. sólo pueden ser aceptadas por la investigación empírica respectiva, aunque no<br />

queda claro si el testeo que propone Hutchison deben aplicarse a los supuestos de la teoría<br />

o a sus consecuencias. La relación de Hutchison con Popper no queda muy clara, dado que<br />

éste otorga al falsacionismo la capacidad de acercarnos a la realidad de los hechos, aunque<br />

las hipótesis corroboradas no nos aseguren la verdad, nos ayudan a ir en pos de ella. Hutchison,<br />

por su parte rechaza absolutamente cualquier tipo de planteo a priori y exige la<br />

200


verificación para las premisas y las conclusiones a las que se arriban. Es el caso extremo<br />

del empirismo metodológico en la ciencia económica.<br />

Milton Friedman<br />

(The Methodology of Positive Economics)<br />

En su opinión, la economía positive es independiente de todo juicio de valor; no se ocuparía<br />

de lo que debe ser, sino de lo que es. La teoría debe proveer un sistema de generalizaciones<br />

que puedan usarse para hacer predicciones correctas y no reconoce una diferencia sustancias<br />

entre ciencias sociales y ciencias naturales. La predicción es un asunto muy importante<br />

para Friedman; la hipótesis será aceptada si la evidencia empírica no contradice sus predicciones<br />

y rechazada si sucede lo contrario. El criterio de sencillez que recomienda se refiere<br />

a la necesidad de reducir al mínimo el conocimiento inicial para el acto de pronóstico. La<br />

“fecundidad” sería la mayor precisión en el pronóstico. Pero la evidencia empírica no probaría<br />

la hipótesis, sólo dejará de desaprobarla lo que nos muestra una aplicación de la falsación<br />

popperiana y la imposibilidad de experimentos controlados sería únicamente una<br />

diferencia de grado con las ciencias naturales. Cuanto más significativa sea la teoría, más<br />

irrealistas serán los supuestos, debido a que una teoría será cierta si explica mucho a través<br />

de poco. Así, se aceptará una hipótesis falsa en sus supuestos lo que es una condición para<br />

su idoneidad porque se excluye hechos irrelevantes. De este modo, llega a su conocida<br />

afirmación de que una teoría debe juzgarse en función a su idoneidad para dar predicciones<br />

suficientemente ajustadas. Los ejemplos de este postulado en las ciencias naturales serían<br />

muchos; v. g, en la ley física, la caída de los cuerpos presupone un vacío que en la realidad<br />

no existe. También dice que se podría suponer que las hojas de los árboles se colocan como<br />

si buscaran conscientemente maximizar la luz solar y el jugador de billar se comporta como<br />

si conociera las leyes matemáticas que rigen los golpes que da a la bola. Del mismo modo,<br />

afirma que las empresas se comportan como si buscaran maximizar sus beneficios y tuvieran<br />

información perfecta.<br />

En síntesis, el valor del modelo de competencia perfecta no radica en que describa adecuadamente<br />

la realidad, sino en las acertadas predicciones que permite realizar en una gama<br />

amplia de circunstancias. La validez real de la teoría se aquilata según el método hipotéticodeductivo,<br />

testeando las consecuencias de las hipótesis y no contrastando directamente las<br />

hipótesis mismas. Las percepciones de Friedman nos llevan a la conclusión de que la teoría<br />

económica no vale por lo que explica de la realidad, sino por lo que predice; esto ha causado<br />

cierta disconformidad en varios de sus críticos, quienes consideran que una teoría que no<br />

explica nada es un instrumento utilitario que no está orientado al conocimiento de la verdad<br />

sino sólo a los resultados de una acción.<br />

201


13<br />

Los modelos<br />

económicos<br />

Por lo general, los teóricos neoclásicos y socialistas de la economía sueñan con hacer de<br />

esta disciplina una ciencia con el mismo rango que las ciencias naturales, especialmente de<br />

la física, de tal manera que “una ley económica” tenga la misma calidad de explicación,<br />

pronóstico y universalidad que la ley de la inercia. En estos delirios de grandezas, marxistas<br />

y neoclásicos, disputan el honor de ser los verdaderos y únicos descubridores de las “leyes<br />

económicas”. Los primeros, para denunciar la explotación de los trabajadores por parte de<br />

los capitalistas y los segundos, para proclamar que sin el capital el mundo no sería mundo.<br />

Todos sabemos que las ciencias naturales pueden experimentar sobre escenarios artificiales,<br />

pero la economía tiene un escenario mejor: el mercado, por lo que debe acudir a los<br />

modelos de mercado para accionar en su campo. Los modelos son simplificaciones de la<br />

realidad para explicar y pronosticar sobre los efectos futuros de una acción. Los modelos<br />

tienen variables exógenas, aquellas que no están determinadas por el modelo mismo, y variables<br />

endógenas, las que resultan de la interacción de las variables tomadas en cuenta en<br />

los modelos.<br />

La simplificación de la realidad en un modelo se constituye en un instrumento muy apreciado<br />

para conocer la situación de los procesos a través del análisis. Un mapa, por ejemplo,<br />

es un modelo que refleja las características más importantes de un país; todos lo aceptamos<br />

como tal, aunque seguramente no faltarán quienes digan que “ese pedazo de papel no sirve,<br />

dado que el Río Amazonas no es tan pequeñito”. El mapa nos ayuda a conocer una región<br />

sin que tengamos que recorrerla de punta a punta en una caminata interminable de investigación.<br />

Los economistas consecuentes saben que un modelo debe simplificarse e incluir<br />

sólo los rasgos más importantes de lo que se quiere analizar. En este sentido, los neoclásicos,<br />

que son los que escriben los libros que se usan como textos, en casi todas las universidades<br />

del mundo, cuando quieren analizar un punto específico cuyo comportamiento depende<br />

de muchas variables, suponen que sólo el movimiento de una o dos de ellas es relevante<br />

y asumen que las demás permanecen constantes.<br />

Las teorías, leyes y modelos permiten realizar pronósticos para ser contrastados con la realidad,<br />

pero es en este punto donde se muestran las diferencias entre las varias corrientes y<br />

escuelas del pensamiento económico. Hay quienes creen que las predicciones son determinísticas,<br />

es decir, que tienen la misma capacidad de exactitud de las leyes de la física. Otros<br />

202


consideran que las predicciones económicas son probabilísticas, en sentido de que no pueden<br />

predecir exactamente cuál será el comportamiento de un individuo determinado en situaciones<br />

también determinadas, pues hay muchas variables que se suponen constantes en<br />

el modelo. Pero, según esta percepción, que es la que se utiliza en esta obra, se podría<br />

pronosticar el comportamiento de grandes agregados de sujetos económicos con un rango<br />

dado de probabilidad. Esto se consigue con la ayuda de las estadísticas y las matemáticas,<br />

es decir, recurre a la abstracción de los fenómenos para analizarlos y luego reintegrarlos al<br />

total concreto, tratando de encontrar en sus relaciones con los otras partes del todo y con el<br />

todo mismo, la posición que ocupa en el total de las relaciones interactuantes.<br />

Otro de los grandes temas de discusión entre los teóricos de la economía es el que divide a<br />

quienes creen que los modelos pueden ser construidos sobre la base de axiomas, formulados<br />

sin necesidad de consultar la realidad concreta, la que es reemplazada por procedimientos<br />

deductivos, por una parte. Por la otra, están los que exigen que las teorías surjan de la realidad<br />

y sean contrastadas con éstas en cada caso. En esta obra optaremos por el término<br />

medio: si bien, nuestros modelos exigirán que acudamos a las estadísticas, a las costumbres,<br />

a las instituciones, a los procesos históricos, a la posición geográfica de cada territorio….<br />

sin embargo, también estableceremos premisas y conceptos teóricos que servirán de guía<br />

para la observación adecuada de los procesos y fenómenos.<br />

Por último, un problema que preocupa a los economistas que viven en la realidad es la<br />

proclividad de los neoclásicos a confundir el modelo con la realidad misma, lo que, claro<br />

está, desvirtúa enormemente la razón de ser de los modelos. Eso es algo que siempre trataremos<br />

de evitar en este libro. A continuación, sintetizaremos los principales modelos de<br />

crecimiento que han sido materia de la Historia del Pensamiento Económico.<br />

El Modelo Clásico del Crecimiento Económico<br />

Empezaron postulando que todos los seres del mundo “son racionales”, por lo que obrarán<br />

“racionalmente”, es decir, tratando siempre de maximizar la utilidad de lo que compran,<br />

como consumidores, y tratando de maximizar el beneficio de lo que venden, en su rol de<br />

empresarios. El segundo postulado sostiene que el individuo obra por egoísmo, es decir por<br />

interés propio, pero que el conjunto de todos los intereses individuales coincide con el interés<br />

general. El tercer postulado afirma que los procesos racionales y la transformación de<br />

los intereses individuales en el interés general se realizan en el mercado, a través de la<br />

competencia. Con estas deducciones, que creen haber extraído de la realidad a través de la<br />

observación directa, los clásicos, fundadores de la Economía Política, ya creyeron estar<br />

listos para lanzar sus “leyes económicas”, a las que les otorgarían un carácter universal y<br />

una supuesta validez en todo tiempo-espacio.<br />

Tomemos un ejemplo del método puesto en acción. Ricardo (“Principios de Economía Política<br />

y Tributación”) estudió el proceso por el cual, un aumento de la población exigía la<br />

producción de más bienes agrícolas. Pero, en virtud de que las parcelas de tierra no tienen<br />

203


la misma fertilidad, el incremento del producto agrícola debía realizarse a través del uso de<br />

tierras cada vez menos fértiles. Malthus, por su parte, dijo que la población crecía en una<br />

proporción mucho mayor que los alimentos. Este desequilibrio terminaría por impedir que<br />

la producción de alimentos bastara para satisfacer las necesidades de todos los habitantes<br />

del mundo. Unidas estas dos observaciones en una sola, se llegó a la afirmación de que la<br />

economía tenía que llegar alguna vez a un estado estacionario, es decir, crecería sólo para<br />

satisfacer las necesidades del crecimiento mínimo de la población.<br />

Han pasado ya casi dos siglos desde la predicción fatal y, aunque en principio, la amenaza<br />

teórica no ha dejado de tener vigencia, el hecho es que la tecnología y la reducción de las<br />

tasas de crecimiento poblacional han desvirtuado, por lo menos hasta el momento, la acción<br />

de la citada ley. Esto se debe a que los modelos que usaron ambos teóricos no incluían el<br />

gran avance de la tecnología agrícola, la producción de insumos sintéticos, la reducción de<br />

las tasas de crecimiento de la población……, pero, a pesar de todo, la visión de Ricardo y<br />

de Malthus nos muestra que un modelo, por más adecuado que sea, sólo nos permite pronosticar<br />

hasta donde sus componentes lo permiten, no más allá, algo que, por supuesto, no<br />

quita la importancia de un modelo bien estructurado.<br />

Pero, inclusive un modelo bien estructurado, no está libre de sus puntos débiles, lo que<br />

vemos en la percepción que Ricardo y Malthus tuvieron de los salarios. Afirmaron que el<br />

nivel de los pagos a los trabajadores dependía de un “fondo de salarios” el que tendría<br />

relación con el capital acumulado. De esta manera, se calculaba el total del capital existente.<br />

Una vez determinada su magnitud, se descontaba lo que tendría que gastarse en insumos y<br />

otros gastos, como también lo que deberá ser apropiado por los capitalistas como retorno al<br />

uso de sus capitales y experiencia en los negocios. Una vez que todo eso haya sido descontado,<br />

entonces lo que quedaba sería asignado al pago de los salarios. Si había muchos trabajadores,<br />

el salario se reduciría; si había, relativamente, pocos trabajadores, el salario aumentaría.<br />

Como afirmaban que la oferta de trabajo dependía de las variaciones de la población,<br />

entonces un aumento de la población reduciría el nivel de salarios. A esta versión de<br />

la distribución de los salarios es que se denominó “el Fondo de Salarios”. Pero había algo<br />

más, si el salario vigente superara al de subsistencia ocasionaría un incremento de la población,<br />

debido a que ésta empezaría a vivir mejor y, por lo tanto, podría reproducirse más.<br />

Pero este incremento poblacional, al hacer que la oferta de trabajo se incrementara, haría<br />

que el salario bajara nuevamente al nivel de subsistencia, dado que el “Fondo de Salarios”<br />

no variaba en la misma proporción. Así, el trabajador estaba condenado a lograr un ingreso<br />

que le permitiría sólo un nivel de subsistencia. Al observar estos lineamientos teóricos,<br />

vemos que los clásicos no tomaron en cuenta la demanda de bienes y servicios en su modelo;<br />

al contrario, creyeron que todo el flujo económico estaba determinado por la oferta;<br />

esto es algo que la presente obra considera que es una omisión muy grande. Las conclusiones<br />

de los clásicos en estos aspectos son una muestra de que todas las percepciones teóricas<br />

están deformadas por la ideología, independientemente de la capacidad intelectual del que<br />

teoriza. En el caso del “Fondo de Salarios”, la posición de Ricardo reflejaba los intereses<br />

204


de los empresarios industriales. Ricardo creía que había una contradicción insalvable entre<br />

el salario y el capital, contradicción por la que un incremento del primero debía significar,<br />

necesariamente, una reducción de las ganancias del capital. En este sentido, Ricardo estaba<br />

en contra de los intereses de los trabajadores y a favor de los empresarios, por lo menos,<br />

desde la percepción marxista. Sin embargo, Ricardo también tenía una pobre impresión de<br />

los terratenientes, pues decía de ellos que ganaban la renta que percibían sin hacer nada.<br />

Para justificar su opinión, acudió otra vez a su afirmación primera en el sentido de que, a<br />

medida que la población crecía, el sector agrícola debía recurrir a tierras cada vez menos<br />

fértiles para cumplir sus objetivos productivos. Ahora bien, sobre la base de su análisis,<br />

Ricardo afirmó algo que a primera vista sorprendió a dialécticos y lógicos por igual: “el<br />

trigo no es caro porque la renta sea alta; la renta es alta porque el trigo es caro”. Luego del<br />

primer momento de espasmo intelectual, Ricardo aclaró que su alegato provenía de las siguientes<br />

observaciones.<br />

En esa época, como en la actual, se consideraba que los factores de producción eran tres: el<br />

trabajo, el capital y la tierra, cada uno con sus respectivos retornos: salario, interés y renta.<br />

Las tierras que se utilizaban primero eran las más fértiles; una vez que éstas ya estaban en<br />

rendimiento pleno, era necesario recurrir a las menos fértiles… y así sucesivamente, hasta<br />

llegar a las peores. Ahora bien, el precio al que se vendían los cultivos estaba determinado<br />

por las cosechas de las peores tierras, y como su costo de producción era mayor por el hecho<br />

de ser menos fértiles, esta ocasionaba una diferencial de precios entre los cultivos acorde<br />

con el grado de fertilidad. Según este proceso, resultaba claro que la renta aparecía porque<br />

que el trigo era caro (dado que su precio estaba determinado por los costos de las tierras<br />

menos fértiles) y no que el trigo fuera caro debido a que la renta fuera alta, como parecía<br />

dictar el sentido común. Como conclusión de este análisis, Ricardo criticó el hecho de que<br />

el latifundista recibiera una ganancia sin hacer nada, excepto ser dueño de la tierra y alquilarla<br />

a precios especulativos.<br />

Pero el modelo clásico no era homogéneo; al contrario, tenía sus variantes, las que provenían<br />

de las percepciones teóricas y de los intereses de los grupos humanos a los que se<br />

defendía. Tomemos el caso de “la Ley de Granos”. El gobierno inglés prohibió la importación<br />

de cereales desde Francia, donde eran más baratos. Malthus, que representaba los intereses<br />

de los terratenientes, apoyó la medida sosteniendo que la prohibición permitiría que<br />

los granos se produjeran en el país y, con ello, aumentara el empleo nacional, aunque los<br />

precios podían subir en algo. Ricardo, atrincherado en el bando de los “no proteccionistas”,<br />

dijo que el trigo y otros similares conformaban una gran proporción de los alimentos básicos<br />

que consumían los trabajadores, por lo que el incremento del precio de los granos ocasionaría<br />

el aumento de los salarios de subsistencia y, con ello, la reducción del beneficio de<br />

los capitalistas, lo que, afirmaba, sería una pesadilla para la economía inglesa. Ricardo<br />

ganó, y el triunfo teórico fue algo así como un símbolo de que el burgués liberal había<br />

vencido definitivamente al terrateniente feudal.<br />

205


Algunas veces los modelos incluyen razonamientos que podemos llamar “circulares”, debido<br />

a que una afirmación depende de otras las que, a su vez, dependen de la primera. Un<br />

ejemplo de este modo de razonar es el que pone Celso Furtado (“Teoría y Política del<br />

Desarrollo Económico”) refiriéndose a A. Smith, reconocido como uno de los primeros<br />

fundadores de la “Economía Política”, (“An inquiry into the nature and causes of the wealth<br />

of nations”) y a su percepción sobre el incremento del producto social. Dice Furtado:<br />

“Él pensó que la causa última de tal fenómeno radicaba en los progresos de la división<br />

del trabajo, en la cual vio tres virtudes: aumento de la habilidad en el trabajo, economía<br />

de tiempo y la posibilidad de utilizar maquinaria. En seguida, afirma (Smith) que la división<br />

del trabajo es el resultado de la propensión del hombre al comercio y que la división<br />

del mercado limita la división del trabajo. Caemos así en un círculo vicioso, ya que<br />

la dimensión del mercado depende del nivel de la productividad y este último, de la<br />

división del trabajo la que, a su vez, depende de la dimensión del mercado”.<br />

Los modelos también pueden ser contradictorios, tal como sucede con la teoría de la distribución<br />

de los clásicos y su afirmación de que la cantidad de trabajo era el que determinaba<br />

el valor de los bienes. En efecto, A. Smith dijo que un bien podía ser intercambiado por<br />

otro en el mercado, si es que ambos “comandaban” la misma cantidad de trabajo, factor que<br />

fue considerado por los clásicos como la causa del valor. Por su parte, Ricardo dijo que no<br />

sólo el trabajo presente, sino también el trabajo pasado, congelado en la maquinaria que se<br />

usaba en la producción, eran la causa del valor. Pero la cuestión ideológica apareció inmediatamente<br />

después de que se lanzara la pregunta: si el trabajo es la causa del valor, ¿por<br />

qué el trabajador no podía apropiarse del producto total? A. Smith sintió que empezaba a<br />

pisar tierra deleznable y, para no herir los sentimientos de los capitalistas, dijo que…. al fin<br />

y al cabo… había tres factores productivos, era justo que…. el producto creado fuera repartido<br />

entre los tres, con lo cual convertía su teoría del “valor trabajo” en una teoría del costo<br />

de producción, es decir la que anunciaba que el valor del producto resultaba de los costos<br />

que su producción requería y que esos costos provenían del uso de trabajo, del capital y de<br />

la tierra. Ricardo, por su parte, dijo que el capitalista era dueño de la maquinaria y de los<br />

instrumentos de producción, por lo que tenía derecho a una parte del excedente creado, no<br />

así los parásitos terratenientes que ganaban sin aportar nada.<br />

Lo dijimos ya, lo repitamos ahora: algo que los clásicos tenían en común, aparte de ser<br />

portavoces del capitalismo naciente, era su actitud neutral con respecto a la demanda. De<br />

acuerdo con sus visiones, los clásicos otorgaban a la producción el mérito de ser causantes<br />

de la evolución económica, dejando a la demanda como algo pasivo y condenada sólo a<br />

reflejar las luces y sombras del proceso productivo. Un siglo después vendría un señor llamado<br />

Keynes, que opinaría todo lo contrario y dejaría mal parados a algunos de los postulados<br />

clásicos. En la cuestión del crecimiento económico propiamente dicho, los clásicos<br />

no fueron optimistas con respecto al futuro del sistema capitalista; al contrario, vislumbraron<br />

lo que se llamó “El Estado Estacionario”. Esta percepción se resume en una oración<br />

206


muy corta: llegaría el momento en que las economías ya no podrían crecer más allá de un<br />

límite. La aseveración era muy grave y puso nerviosos a todos los capitalistas de entonces.<br />

Cuando les pidieron las pruebas del cataclismo por venir, los clásicos, con Ricardo a la<br />

cabeza (¡cuándo no!) dijo que a medida que la población y el capital aumentaran, los alimentos<br />

serían más escasos y más caros. Ahora bien, si los alimentos se encarecían harían<br />

subir los salarios de subsistencia, pues un obrero muerto no contaba. A pesar de ello, este<br />

aumento de salarios no mejoraba el nivel de vida de los obreros, dado que se debía sólo a<br />

un incremento de precios que únicamente beneficiaría a los terratenientes, tal como se observó.<br />

Sin embargo, cada alza salarial reduciría los beneficios del capitalista, por lo que éste<br />

tendría menor capacidad de ahorro hasta que ya no sería posible invertir más y hacer que la<br />

economía creciera. Para frenar el proceso inevitable, los capitalistas recurrirían a la adopción<br />

de métodos productivos que tomarían en cuenta las nuevas maquinarias y, con ello, las<br />

nuevas tecnologías. De esta manera, los trabajadores encontraron en la maquinaria un<br />

enemigo mortal, pues les privaba de fuentes de trabajo que antes disponían. De ahí la inquina<br />

con que los obreros salían a las calles con barras de hierro dispuestos a destruir todo<br />

lo que pareciera una máquina o algo similar. Por esas razones extrañas de la historia y del<br />

sistema capitalista, la maquinaria, la tecnología, que tendrían que haber sido instrumentos<br />

en beneficio de los trabajadores, se convertían en enemigos a los que había que enfrentarse.<br />

Pero, lo mismo que ahora, la policía estaba para defender a la máquina, no a la persona.<br />

En resumen, diremos que la teoría de la distribución de la riqueza entre Beneficios, Renta<br />

y Salarios, pretendía explicar los procesos de crecimiento económico y también, imponer<br />

límites a la evolución del sistema capitalista. Obsérvese que la distribución de los ingresos<br />

no es individual o funcional como hoy, sino que se realiza entre grupos: empresarios, terratenientes<br />

y trabajadores, algo que es mucho más real y racional que la teoría neoliberal que<br />

afirma la distribución funcional del ingreso, esto es, acorde con lo que llaman la “productividad<br />

marginal” de los factores productivos.<br />

El modelo clásico sostenía que el mercado haría que la economía tendiera a auto ajustarse<br />

y que la intervención gubernamental no era necesaria, dado que el modelo consideraba que<br />

el sector privado era bastante estable y lograría el empleo total por sí solo. Entre los principales<br />

mecanismos estabilizadores del mercado citaba a la tasa de interés, los precios y salarios<br />

monetarios flexibles, los cuales serían de importancia galaxial para que se diera el<br />

pleno empleo. También anunciaba que la producción y el empleo dependían de la población,<br />

la tecnología y la formación de capital. La tasa de interés dependía del ahorro y la<br />

inversión. Los valores monetarios, como es el dinero, no afectaban al comportamiento de<br />

las variables reales; por ejemplo, un aumento de dinero circulante sólo aumentaría los precios,<br />

pero no la producción ni el empleo<br />

Otros postulados importantes fueron: “la Ley de Say”, de la cual hablaremos cuando lleguemos<br />

al modelo keynesiano; también hablaremos de la “Ley de las Ventajas Comparativas”,<br />

a la que haremos mención cuando abordemos el modelo del Desarrollo Local.<br />

207


Al presente, varios economistas tratan de conciliar la teoría clásica con otras de mayor actualidad,<br />

por ejemplo, con el desarrollo endógeno, al pretender una síntesis que tome en<br />

cuenta la competencia imperfecta, la gran cantidad de mano de obra no ocupada y los rendimientos<br />

crecientes, este último como un desafío frontal al modelo neoclásico.<br />

Conclusión<br />

En el modelo clásico, el crecimiento se debía a la acumulación del capital, para lo cual era<br />

necesario que el trabajador fuera sacrificado por una política que mantendría salarios de<br />

subsistencia. Esta tenebrosa asimetría, que condenaba al 90% de la población simplemente<br />

a subsistir, sin poder gozar de ninguna ventaja del trabajo de 14 horas diarias que realizaba,<br />

es lo que obligó a los obreros a buscar otros sistemas de pensamiento que les permitiera<br />

encontrar las respuestas a la pregunta fundamental: si el trabajador creaba el valor ¿por qué<br />

los bienes producidos pertenecían a otros? La respuesta más a mano sería dada por un señor<br />

de barba y de intelecto abundantes: Karl Marx.<br />

El modelo marxista<br />

Marx, quien declaraba que su domicilio era el Museo de Inglaterra donde leía todo lo que<br />

tenía que leer, que no era poco, sistematizó la teoría del Valor Trabajo, postulando que la<br />

fuerza de trabajo era la única posesión que tenía el obrero; en realidad, la única “mercancía”<br />

que poseía, la que como tal, tenía su precio en el mercado. Lo dividió en trabajo concreto y<br />

trabajo abstracto. El valor de uso del trabajo concreto sería su capacidad de crear valor<br />

abstracto, mientras que el de éste, era la capacidad de determinar el valor de cambio entre<br />

las mercancías. El precio de la fuerza de trabajo era el salario, cuyo valor como mercancía,<br />

estaba determinado por el mercado.<br />

La teoría de la plusvalía (“El Capital”)<br />

Marx, cuya capacidad de análisis era igualada por muy pocos en su tiempo, estableció que,<br />

si la fuerza de trabajo creaba un valor de cien libras esterlinas, pero su salario era sólo de<br />

cincuenta, entonces la diferencia era apropiada por el capitalista como ganancia. El valor<br />

de lo apropiado por el capitalista constituía la plusvalía, el excedente creado por la fuerza<br />

de trabajo que le era arrebatado al trabajador, debido a que el capitalista era dueño de los<br />

medios de producción.<br />

Con la teoría de la plusvalía, Marx propuso una solución al dilema de A. Smith, aunque<br />

tuvo problemas con la tesis de Ricardo. Recordemos que Ricardo aseveraba que el valor<br />

era creado tanto por el trabajo presente como por el pasado, el mismo que estaba “congelado”<br />

en las maquinarias utilizadas en el proceso productivo. Marx dijo que el trabajo “congelado”<br />

en las máquinas no producía valor alguno, pues en las acciones productivas, las<br />

maquinarias sólo traspasaban al bien el trabajo acumulado en ellas. Ni una hora más. Por<br />

lo tanto, el único creador de valor era el trabajo presente. Pero, con el objeto de negar al<br />

capital la capacidad de crear valor a través del aumento de la productividad, postuló que el<br />

trabajo presente transmitía el valor de las máquinas, el que crecía al crecer la productividad<br />

208


del trabajo. Realmente no hay en la visión de Marx una tesis sobre el crecimiento, sino más<br />

bien, una teoría sobre el desenvolvimiento del capitalismo, el que dependía de la acumulación<br />

de la plusvalía y de su inversión en los procesos productivos.<br />

La tendencia a la baja de la tasa de ganancia<br />

Marx dividía al capital en dos ramas generales: el capital constante y el capital variable. En<br />

el primero se incluía las maquinarias, insumos y otros; en el segundo, los pagos por la mano<br />

de obra. En virtud de la competencia entre capitalistas y con el objeto de mantener los<br />

salarios bajos, las empresas acudían cada vez más a los métodos intensivos en capital, con<br />

lo que la tecnología y las maquinarias suplantaban paulatinamente a los obreros. Pero, como<br />

la plus valía era lograda sólo del trabajo presente, el aumento de la proporción del capital<br />

constante sobre el capital variable estrechaba progresivamente la base de la plus valía, con<br />

lo que la tasa de ganancia se reducía sistemáticamente. Esto haría que el capitalismo colapsara<br />

inevitablemente. Las crisis económicas serían las muestras adelantadas de la inevitabilidad<br />

del colapso.<br />

A diferencia de la relación población-alimentos de Ricardo y Malthus, que todavía es una<br />

amenaza futura, todo parece indicar que la tesis de Marx es una realidad que se cumple<br />

sistemáticamente en nuestros días. El hecho de que los inversionistas trasladen una buena<br />

parte de sus capitales a países subdesarrollados en busca de ventajas comparativas, sería<br />

una muestra adecuada de que la tasa de ganancia tiende a decrecer con la maduración del<br />

capitalismo. Pero la agonía del sistema traerá mucha más desgracia, pobreza y explotación<br />

que la etapa de su consolidación en el planeta, pues la tasa de ganancia disminuye, pero, al<br />

momento, no lo hace la ganancia absoluta, debido a la concentración del capital en cada<br />

vez menos empresas. Esto queda claro cuando recordamos que el 5% de 50000 millones<br />

invertidos es siempre más que el 15% de 8000 millones. También hay una gran diferencia<br />

entre la visión de Marx y la de los clásicos en ese punto. Los clásicos, no olvidemos, creían<br />

que los salarios altos disminuían la ganancia del capitalista, pero al presente, la reducción<br />

de la tasa de ganancia no se realiza en beneficio del salario. Es cierto que hay una pequeña<br />

proporción de obreros altamente calificados que ven aumentar sus salarios, pero los salarios<br />

de la inmensa mayoría de los trabajadores, especialmente de los trabajadores de los países<br />

subdesarrollados, no mejora. Una prueba de ello es que las transnacionales todavía encuentran<br />

redituable usar los recursos humanos de estos países cada vez en mayor proporción a<br />

la de los países desarrollados.<br />

La Economía Vital postula que la tasa descendiente de la ganancia trae aparejada el descenso<br />

del nivel de vida del trabajador en general, por el desempleo que causa la adopción<br />

de las técnicas intensivas en capital, desempleo que reduce la demanda agregada. Aquí es<br />

oportuno recordar que ninguna de las dos corrientes de pensamiento, ni la clásica ni la marxista,<br />

le dio importancia a la demanda agregada, pues sus percepciones y deducciones partían<br />

sólo desde la producción. Esto es algo que un empresario moderno vería con curiosidad,<br />

al comienzo, y con estupefacción, después.<br />

209


La primera generación de neoclásicos<br />

Esta es una escuela que Marx habría denominado “Vulgar”, pues su intención no sería encontrar<br />

las leyes o tendencias que rigen un proceso económico; más bien apuntan, siguiendo<br />

a los marginalistas, a demostrar que todo el producto creado es distribuido justicieramente<br />

de acuerdo con la productividad marginal del factor respectivo, hasta el agotamiento de lo<br />

creado. Pero dicen más, dicen que la economía siempre está en pleno empleo y que si existen<br />

personas que no trabajan es simplemente porque no quieren aceptar el salario vigente.<br />

Se autodenominan “los científicos” de la economía, por el uso que hacen de las matemáticas,<br />

las que, según ellos, otorgaba a la disciplina económica la calidad de ciencia exacta.<br />

Es sobre esta presunción que estructuran su modelo con el acopio de funciones de producción<br />

de corto y de largo plazo. En el corto plazo, el capital no variará, por lo que el salario<br />

será el único factor variable. Al aumentar el número de trabajadores en la empresa, mientras<br />

se mantiene constante la tecnología y el capital, se produce el fenómeno de los “rendimientos<br />

decrecientes” del trabajo, por lo que el aporte de un nuevo trabajador contratado será<br />

menor que el aporte del trabajador anterior. Esto es, la “productividad” del próximo trabajador<br />

será menor que la productividad del anterior, por lo que el último contratado tendrá<br />

que ganar menos y con él, disminuirá el nivel salarial de todos, puesto que ante la presencia<br />

de trabajos iguales no puede haber discriminación salarial válida. En el largo plazo, hacen<br />

que los dos factores varíen. De esta manera se tendrá un conjunto infinito de combinaciones<br />

de capital y mano de obra que producirán la misma cantidad de un bien. Así, será posible<br />

pensar en una combinación de una unidad de capital y mil horas de mano de obra o de<br />

quinientas unidades de capital y una hora de mano de obra que “producirán la misma cantidad<br />

del bien”. Por ejemplo, cuando el capital “es barato” con relación a la mano de obra,<br />

el empresario usará más capital; si la mano de obra es proporcionalmente más barata que el<br />

capital, usará más mano de obra. De este modo, para producir un taladro eléctrico usarán<br />

más mano de obra que energía si la mano de obra es más barata y, si la mano de obra fuera<br />

realmente barata, producirían el taladro, de acuerdo con la tesis, con una cantidad infinitesimal<br />

de energía. Lo peor es que todo esto lo dicen en serio; al hacerlo, asumen el aire<br />

doctoral de un profesor de física cuántica. También dicen que no sólo la mano de obra tiene<br />

su propia productividad, sino que el capital también tiene la suya, independientemente de<br />

la participación del trabajador. En este sentido, otorgan a la maquinaria la capacidad de<br />

producir por sí sola y demostrar su “productividad” con independencia del trabajo en el<br />

proceso productivo. Si el capital crece más que la población, entonces los salarios reales<br />

aumentarán, pues una proporción mayor de capital con relación a la mano de obra hace que<br />

el capital sea “menos productivo” y que el obrero lo sea más. Pero la locura del teórico<br />

neoclásico no se detiene ahí; al contrario, dice que para que exista más capital debe haber<br />

más ahorro, por lo tanto, será necesario que haya transferencias de ingresos de los trabajadores<br />

a los capitalistas, pues éstos son los “únicos que tienen capacidad de ahorrar”. Esto<br />

se realizará por medio de los impuestos regresivos entre otras tribulaciones “académicas.”<br />

Todo esto por el “bien de la economía”, a la que consideran prioritaria con relación al ser<br />

humano. En este sentido, el neoclásico considera que el ser humano, excepto el capitalista<br />

y el empresario, es únicamente un factor de producción y debe ser tratado como tal. Pero,<br />

210


como todos sabemos, hay excepciones en todo, por lo que también las hay entre los representantes<br />

del modelo neoclásico. En este caso, siguiendo a Celso Furtado (“Teoria y Política<br />

del Desarrollo Económico”) citamos a uno de ellos, Wicksell.<br />

Knut Wicksell, sueco de nacimiento e inteligente por naturaleza, estableció que la riqueza<br />

creada por la producción se distribuiría entre aquellos que ya tenían riqueza, por lo que era<br />

necesaria la intervención del gobierno para aumentar el bienestar de la sociedad. Adelantándose<br />

a Keynes en varios aspectos, dijo que la variable inestable de la economía era la<br />

inversión. Aunque era discípulo de Leon Walras, muy apegado a las matemáticas, el sueco<br />

sabía pensar independientemente de las fórmulas y, por lo tanto, tenía capacidad analítica<br />

para estudiar los problemas sin deformarlos excesivamente con los modelos, ni mucho menos<br />

creer, como hace el neoclásico obsesivo, que el modelo es la realidad.<br />

El Keynesianismo<br />

Keynes, que luego sería “Lord” según las costumbres de los anglosajones, vio desde el<br />

comienzo lo que Wicksell había visto y los demás no: las inversiones, al depender grandemente<br />

de las expectativas de los empresarios, eran inestables y, por ello, la causa de la<br />

inestabilidad del sistema capitalista. Tomó la idea que había lanzado Schumpeter para convenir<br />

en el hecho de que el empresario planificaba la producción sobre la base de las exigencias<br />

del mercado, es decir, sobre la base de lo que el mercado demandaba. Así, puntada<br />

tras puntada, hilo tras hilo, fue bordando el amplio y colorido tapiz que ahora llamamos<br />

keynesianismo. Su ¡Eureka! Inicial fue: La Producción depende de la Demanda Agregada<br />

y la demanda agregada es la suma del consumo, la inversión, los gastos del gobierno y las<br />

exportaciones netas. A mayor demanda mayor producción y, lo que era infinitamente mejor:<br />

a mayor demanda mayor empleo. Quien diga lo contrario o miente o está tuerto.<br />

El empleo se volvió en Keynes una obsesión sólo comparable a la intensidad con que un<br />

socialista defiende la lucha de clases. Si hay empleo la demanda agregada aumentará, la<br />

producción aumentará y todos serán felices… excepto los neoclásicos que vieron a su propio<br />

modelo marchitarse en vida. Fue tanta la importancia que Keynes le dio al empleo que<br />

su definición de la Economía se trasladó del análisis de los precios, que sustentaban los<br />

neoclásicos, al estudio de las causas que motivaban las fluctuaciones en el empleo. Keynes<br />

tenía flechas mortales en su carcaj teórico, especialmente contra lo que él denominó “los<br />

clásicos”, nombre con el cual identificaba a todos los economistas anteriores a él, incluyendo,<br />

claro está, a los nefastos marginalistas, austriacos y neoclásicos. En primer término,<br />

disolvió las percepciones que explicaban los movimientos económicos desde la producción:<br />

era la Demanda Agregada y no otra cosa la que determinaba los niveles de producción, de<br />

inversión y de empleo, entre otras. Luego arremetió en contra de todos los que se oponían<br />

a la participación del Estado en los asuntos de la economía nacional. Sus argumentos fueron<br />

letales. Si las inversiones privadas eran inestables y causaban los grandes desequilibrios<br />

económicos ¿no estaba allí el gobierno para intervenir a través de las políticas fiscales y<br />

211


monetarias y poner fin a los desequilibrios? Por otro lado, mostró que la economía prácticamente<br />

nunca estaba en pleno empleo y que los equilibrios de los “clásicos” se estructuraban<br />

en condiciones de desempleo. Así, estableció como una verdad irrefutable que “el<br />

equilibrio con pleno empleo es sólo un punto entre infinitos equilibrios con desempleo”. Su<br />

devoción por el empleo hacía que cualquier observación fuera motivo para defenderlo. Se<br />

cuenta que en una ocasión se encontraba en una de esas recepciones formales a las que son<br />

tan aficionados los ingleses. En medio de la tertulia de trajes negros y vestidos blancos,<br />

alguien hizo caer un vaso (de los finos, claro) El sonido del vaso al romperse en el piso<br />

sonó como un estruendo volcánico a las delicadas orejas inglesas. De inmediato se hizo el<br />

silencio, en el que las miradas escribieron en el ambiente las rúbricas de censura al culpable<br />

y de invocaciones de inocencia para cada uno. En ese momento fue que habló Keynes.<br />

–la rotura de un vaso significa que la demanda por vasos tendrá que aumentar; eso<br />

motivará la mayor producción de vasos: más materia prima, más transporte… en definitiva,<br />

más empleo y mayor ingreso para todos.<br />

La explicación keynesiana hizo que la calma volviera por los causes por donde se había<br />

ido, excepto por la preocupación del anfitrión y dueño de los vasos, quien esperaba que de<br />

un momento a otro los invitados se exaltaran y lanzaran al aire la vajilla completa y, ¡quién<br />

sabe! hasta los muebles y alfombras. Las preocupaciones del dueño terminaron cuando<br />

acabó la fiesta en paz, con lo que el mundo pudo constatar, otra vez, la virtud de la flema<br />

inglesa que no se deja llevar por arrebatos que no estén debidamente consignados en los<br />

textos del protocolo. Pasados tantos años desde el vaso causante de empleo, uno se pregunta:<br />

¿qué habría pasado si en vez de ser una fiesta de ingleses hubiera sido una de italianos?<br />

Conociendo la vena latina, es posible imaginar que la caída del vaso habría solucionado<br />

el problema de la nación.<br />

¿Cómo aumentaría el ingreso con un incremento del consumo o de la inversión o del gasto<br />

público? Keynes estaba listo para responder a estas preguntas, pues antes de lanzar su teoría<br />

había consultado con las hojas amarillas, y encontrado lo que buscaba: el Multiplicador.<br />

El Multiplicador del Gasto fue un instrumento analítico diseñado por Richard Kahn, pero<br />

el mundo de los economistas lo conoció gracias a Keynes. El multiplicador hace que un<br />

incremento en cualquiera de las variables citadas se multiplique a través de un efecto de<br />

expansión en la economía. La fórmula respectiva [1/(1 - b)] hace referencia a “la propensión<br />

marginal a consumir” (b) es decir a la proporción del ingreso que se gasta en el consumo:<br />

mientras mayor es la propensión a consumir mayor será el multiplicador. De esta manera,<br />

si el incremento de las inversiones, v.g, es de 100 millones y la propensión marginal a<br />

consumir es de 0.8 entonces, el Ingreso nacional crecerá en 500 millones. Ese resultado se<br />

logra reemplazando b = 0.8, haciendo la división [1/(1 – 0.8)] lo que da un resultado de 5,<br />

el que multiplicamos por los cien millones.<br />

212


Los keynesianos se expandieron por el mundo y se dedicaron a dar las buenas nuevas: con<br />

la participación gubernamental el desempleo y la pobreza quedarían, para siempre, en el<br />

pasado. Pero había algo más, Keynes demostró que las crisis generales de superproducción<br />

eran reales, con lo que la “Ley de Say” en la que los economistas habían creído a pie juntillas<br />

por más de un siglo, fue borrada de las agendas de discusión. J.B Say fue un economista<br />

francés que afirmaba la imposibilidad de que la demanda sea insuficiente para cubrir toda<br />

la producción. Su percepción sobre el particular fue la siguiente. Si un fabricante de sillas<br />

quisiera producir más sillas tendrían que demandar más madera, más clavos, mas tapices…<br />

los aserraderos tendrían que producir más madera, los productores de clavos aumentarían<br />

su producción y los tapiceros harían lo mismo con la suya. En suma, cada nueva oferta<br />

crearía su propia demanda, por lo que la oferta global nunca sería mayor a la demanda<br />

global, con lo que jamás habría una crisis global de producción. La gran depresión de 1929<br />

dio a Keynes la oportunidad para escribir su obra principal (“Teoría General del empleo, el<br />

interés y el dinero”) y demostrar que no sólo la práctica había refutado al francés, sino que<br />

la teoría también lo haría. Para ello postuló que la gente no gasta todo su ingreso, que una<br />

proporción constante de su ingreso lo guarda como ahorro; de esta manera si la producción<br />

era de 100 millones, el ingreso nacional sería también de 100 millones, pero si la gente<br />

ahorraba, en promedio, 20 millones anuales, entonces la demanda sería sólo de 80 millones,<br />

quedando 20 millones como exceso de producción con relación a la oferta. Pero no había<br />

por qué preocuparse, pues, ahí estaba el Estado para cerrar la brecha con medidas de política<br />

fiscal y monetaria. El mundo estaba a salvo y los “clásicos” habían recibido otra tunda.<br />

Pero faltaba algo en la concepción keynesiana, esto es, un modelo de crecimiento. Pero no<br />

pasaría mucho tiempo antes de que el keynesianismo también tuviera su modelo. ¡No faltaba<br />

más! ¿Acaso los neoclásicos tenían el monopolio de los modelos reducidos a fórmulas<br />

matemáticas? No señor; ahí estaba Roy Harrod, inglés de cepa y Epsey Domar de los<br />

EEUU, para demostrarlo.<br />

El modelo Harrod-Domar<br />

Ambos trabajaron independientemente uno del otro, pero llegaron a las mismas conclusiones<br />

a través del modelo que hoy lleva sus apellidos: el modelo Harrod-Domar. El resultado<br />

de la investigación, con el conjuro de símbolos, coeficientes, proporciones, definiciones….<br />

fue el siguiente: el crecimiento de una economía dependía de la acumulación de capital, es<br />

decir, de las inversiones, pero el cambio tecnológico se supone constante. La inversión significa<br />

una intensificación del capital por trabajador, es decir de la densidad de capital (Capital/Trabajo<br />

= K/L), que los marxistas habían denominado la composición orgánica del<br />

capital entre capital constante (máquinas, equipo) y capital variable (el dedicado al pago de<br />

salarios) En el modelo de Harrod-Domar, la densidad de capital elevaba la productividad<br />

del trabajo, pues con mejores máquinas y herramientas el trabajador produce más; también<br />

se elevaría “la productividad del capital”, aumentando los beneficios. El modelo se basa en<br />

la tasa de ahorro, la que debe subir para que se incremente las inversiones; por supuesto<br />

hay una interacción recíproca entre ambas variables, mediante la cual el cambio de una<br />

213


procura el cambio de la otra. Otro determinante del modelo es la relación capital/producto<br />

= K/Y; finalmente, la tasa de incremento de la fuerza de trabajo. La “tasa natural de crecimiento”<br />

dependería del aumento de la mano de obra, mientras que “la tasa garantizada de<br />

crecimiento” dependería del ahorro y de la inversión. En estas circunstancias, dice Solow,<br />

otro teórico del crecimiento, cuyo modelo analizaremos también, la producción se realizaría<br />

bajo proporcione fijas, dado que no podría sustituirse trabajo por capital. Por otra parte, el<br />

proceso productivo, según el modelo, se realizaría en condiciones de rendimientos constantes.<br />

Como ya se dijo, el modelo Harrod-Domar relaciona el crecimiento con el ahorro, pues<br />

a mayor ahorro habrá mayor inversión, más ingreso y, completando el ciclo, más ahorro.<br />

Según sus fundamentos teóricos, para alcanzar el pleno empleo, la tasa de crecimiento del<br />

ingreso tendrá que ser igual a la multiplicación de la propensión marginal al ahorro (la<br />

proporción del ingreso que se destina al ahorro) por la relación capital/producto = K/Y. De<br />

este postulado se infiere que la relación K/Y mide la productividad media del capital. Esas<br />

sería las condiciones para el pleno empleo, pero, si se trata del crecimiento de la economía<br />

como un todo, entonces la productividad del capital, K/Y debe aumentar como también el<br />

ahorro. De allí viene la afirmación de los autores del modelo, en sentido de que “la inversión<br />

de hoy tiene que ser siempre superior al ahorro de ayer”, para ello se necesita inyectar,<br />

continuamente, flujos de dinero a la economía. La economía tiene que expandirse continuamente.<br />

Cuando lleguemos al tema del medio ambiente, veremos que estos modelos conspiran<br />

en contra de la supervivencia misma de la especie. El modelo implica que a largo plazo<br />

hay rendimientos decrecientes del capital, por ende, del beneficio, y se llega a un estado<br />

estacionario. La teoría del “estado estacionario”, lo vimos, ya había sido anunciado por A.<br />

Smith y Ricardo, pero por razones diferentes. También había sido previsto por Marx, bajo<br />

el argumento de que el incremento de maquinaria desplaza gradualmente el trabajo vivo,<br />

por lo que la composición orgánica del capital aumenta, hay menos trabajo vivo del cual<br />

extraer plus valía y por consiguiente la “Ley de la reducción de la tasa de ganancia” entra<br />

en vigencia, produciendo la crisis final del sistema capitalista. En el modelo Harrod-Domar<br />

esta situación se tipifica como “el filo de la navaja”, es decir, en el largo plazo la economía<br />

se orientaría a un estado de creciente desempleo o de inflación creciente. Lo que es un gran<br />

pronóstico que se cumple cada vez con mayores dimensiones.<br />

Por otra parte, el capital y el producto tenían que crecer a la misma tasa; si el capital crecía<br />

a una tasa superior a la del producto, habrá capacidad no utilizada, por lo tanto, habrá también<br />

desempleo. Si el producto crecía a una tasa mayor que el capital, habría desequilibrios.<br />

Pero el progreso técnico era lo esencial. Fue entonces, que el nombre de Joseph Schumpeter<br />

empezó a ser escuchado en muchos de los ambientes académicos, pues este economista<br />

checo dijo que la principal tarea del empresario era la innovación, la apertura de nuevos<br />

mercados, la capacidad de combinar recursos de capital y mano de obra, de acuerdo con las<br />

circunstancias del momento. También dijo que el socialismo reemplazaría al capitalismo<br />

como sistema, pero no por alguna revolución proletaria, sino por lo que denominó la destrucción<br />

creativa, es decir el proceso por el cual lo nuevo reemplazaba a lo viejo. Estaba de<br />

acuerdo con los keynesianos en el hecho de que el dinero podía activar la economía, pero,<br />

214


liberal de vocación, se declaró antikeynesiano. Las principales fallas de la tesis schumpeteriana<br />

en relación a los países subdesarrollados estriban en que “las empresas con alta<br />

tecnología disputan la mano de obra con las de menor tecnología” debido a que al haber<br />

más tecnología el trabajador es más productivo y tendrá un salario mayor. Esta afirmación<br />

toma por sentado que la economía se encuentra en pleno empleo, algo que Keynes nunca<br />

habría aceptado. Por otra parte, cree, al igual que los neoclásicos, que un incremento de la<br />

productividad del trabajador significa un salario mayor, supuesto contra el cual nos enfrentaremos<br />

a lo largo de esta obra.<br />

En resumen, el keynesianismo, con todas sus variantes, dio una gran importancia a la demanda<br />

agregada, a la existencia de equilibrios macroeconómicos con desempleo, criticando<br />

de este modo al modelo al que denominó “clásico”. Hizo temblar de ira vindicativa a todos<br />

los neoclásicos al develar ante el mundo que el capitalismo era un sistema inestable, debido<br />

a la inestabilidad de las inversiones del sector privado y afirmando la necesidad de que el<br />

Estado participara en la economía. Esa intervención debía realizarse por medio de medidas<br />

políticas y fiscales para reactivar el proceso económico y para aumentar el empleo. También<br />

instó a que se intensificaran los esfuerzos orientados a la investigación. Posteriormente,<br />

los neokeynesianos como Harrod y Domar, entre otros, formularon modelos de crecimiento<br />

basados, principalmente, en el papel de las inversiones y la relación productocapital.<br />

La influencia del keynesianismo fue tan grande, que a principios de la década de<br />

los ’60 un gran economista llegó a afirmar que todos eran keynesianos. Sin embargo, el<br />

entusiasmo no duraría mucho. El advenimiento de la Guerra de Vietnam traería un fenómeno<br />

nuevo: la estanflación, que postergaría la receta keynesiana a segundo plano, tal como<br />

veremos después.<br />

Nuevos neoclásicos: El modelo de Robert Solow (EE.UU 1924)<br />

(“A Contribution to the theory of economic growth”)<br />

Se lo conoce como el modelo neoclásico de crecimiento y tomó como punto de partida el<br />

modelo de Harrod-Domar. En 1956 afirmó que los determinantes del crecimiento económico<br />

eran, por un lado, la mano de obra y el capital y, por el otro, el progreso técnico.<br />

Usando esta división, estimó que hasta cuatro quintos del crecimiento del producto por<br />

trabajador en los EEUU se debió al progreso técnico. Asimismo, sostuvo que el nuevo capital<br />

creado tenía ventajas sobre el viejo, debido a que estaba estructurado con tecnología<br />

más avanzada. En su modelo critica al de Harrod-Domar, sobre todo, rechaza el principio<br />

“del filo de la navaja” debido a que el sistema, según él, puede ajustarse a cualquier crecimiento<br />

de la mano de obra sobre la base de una tendencia expansiva. También critica su<br />

estructura según la cual, las condiciones para el crecimiento se basan en el producto de la<br />

tasa de ahorro por la relación capital/producto, relación que según Harrod-Domar, mantendría<br />

constante el progreso tecnológico. De este modo, dice Solow, para incrementar la tasa<br />

de crecimiento simplemente habría que incrementar la tasa de ahorro (Keynes habría considerado<br />

esto como una herejía) y, por lo tanto, la inversión, a través, posiblemente, de las<br />

215


medidas fiscales. Para mejorar el modelo de Harrod-Domar, Solow dejó de lado la relación<br />

K/Y la relación trabajo/producto = L/Y por la relación = Y/L es decir, la relación producto/trabajo,<br />

la que sería independiente de la tasa de ahorro y, por lo tanto, de la inversión.<br />

Esta nueva relación dependería completamente del ritmo del progreso tecnológico.<br />

El modelo de crecimiento de Solow se basa en una función Cobb-Douglas (“Technical<br />

Change and The Aggregate Producción Function”) Este modelo y la teoría implícita, da<br />

lugar a una segunda fase del neoclasicismo, la que está en vigencia hasta hoy. Esta función<br />

de producción fue aplicada a la economía de los EEUU en el periodo comprendido entre<br />

los años 1909 y 1949. En los datos pertinentes encontró que la producción por hora de cada<br />

trabajador =Y/L, en promedio, había aumentado de 0.623 a 1.272 dólares constantes, lo que<br />

significó que la producción se había duplicado en los 40 años transcurridos. También descubrió<br />

que la función de producción propuesta por él, se había desplazado hacia arriba en<br />

un 80%, en una senda de rendimientos crecientes al comienzo y una de rendimientos decrecientes<br />

al final. Sólo el 12% del incremento de la producción sería imputable al aumento<br />

del capital por trabajador = K/L, mientras que el 88% se atribuía al cambio tecnológico.<br />

Más tarde, otro economista, Edward Denison descompondría los determinantes de crecimiento<br />

en sus partes constitutivas, entre ellas, el progreso técnico. Los principales determinantes<br />

del crecimiento serían: la calificación del trabajo, el capital, la mejora de la asignación<br />

de recursos en la economía, las economías de escala y el progreso tecnológico o conocimiento.<br />

Se ratificaban así las pruebas de que el cambio técnico era el principal determinante<br />

del crecimiento del producto por unidad de trabajo = Y/L. Antes de estos descubrimientos<br />

empíricos, se había considerado que el crecimiento era una síntesis del aumento de<br />

la productividad de todos los factores. Como de costumbre, los extremistas aparecieron y<br />

dijeron que la acumulación del capital, esto es, la inversión, había perdido su importancia<br />

en el proceso productivo. El progreso técnico quedó identificado como un “residuo” dado<br />

que no es claramente “observable”, tal como lo es el capital y también la mano de obra.<br />

Dennison afirma con gran autoridad, en su tercera obra en importancia, (“Technical Progress,<br />

Capital Formation and Economic Growth”) que la formación de capital es una condición<br />

necesaria pero no suficiente para el crecimiento de la productividad en el corto y el<br />

largo plazo al mismo tiempo que incluye en el “residuo” la salud, la educación y, claro, la<br />

investigación. Este punto de vista excluía el crecimiento de los recursos naturales y de la<br />

población. Por último, dice que la calificación de la mano de obra y la inventiva contrarrestan<br />

la tendencia decreciente de los beneficios. Los neoclásicos dicen que en los EEUU el<br />

coeficiente Y/L ha mejorado, esto es, se produce más por cada trabajador, por lo que ha<br />

existido un incremento en los salarios reales y en el nivel de vida. Más tarde, Paul Romer<br />

y Robert Lucas desarrollaron alternativas al modelo de Solow.<br />

El Modelo de Romer<br />

Paul M. Romer, de la universidad de Stanford, continúa el modelo de Solow, pero introduce<br />

el “capital humano” como un nuevo factor de producción.<br />

216


Este “capital humano” sería una nueva forma de “acumulación de capital, sobre la que define<br />

tres diferentes clases de capital humano:<br />

El capital físico, que comprende la coordinación y la resistencia del trabajador y que es<br />

medido a través de la inversión en nutrición, salud y otros similares<br />

El capital-educación, ya sea que se adquiera en el sector formal o en la empresa<br />

El conocimiento científico, adquirido en la educación superior<br />

Estas variables son intangibles y se objetivan en los bienes producidos; no existe depreciación<br />

alguna para ellos y, por lo tanto, no varían en el periodo productivo. Incluye también<br />

la idea de que las utilidades que la sociedad logra de las inversiones realizadas son mayores<br />

que las utilidades que reciben los privados; esto se debería, dice el autor, a las externalidades<br />

de tipo tecnológico. En este curso de pensamiento, establece la distancia entre lo que<br />

podríamos llamar la investigación básica, diferenciada de la investigación aplicada. Sólo la<br />

segunda ingresaría como factor en su función de producción, puesto que la primera sería<br />

exógena al modelo. Bajo esta perspectiva, establece una relación entre el crecimiento del<br />

producto y el aumento de la inversión, debido a que esta última incorpora la investigación<br />

aplicada. Un modo de medir indirectamente la tecnología procedente de la investigación<br />

aplicada se logra, precisamente, a través de la inversión. Lo importante de esta afirmación<br />

estriba en el hecho de que la tecnología ya no es considerada exógena ni constante como<br />

antes. Romer cree que los países subdesarrollados pueden alcanzar los adelantos tecnológicos<br />

de los países desarrollados con mayor facilidad relativa, por lo que habría una relación<br />

negativa entre el nivel de ingreso de una nación y su capacidad de obtener tecnología. Esta<br />

afirmación parecería lógica si no fuera por el hecho de que la tecnología que se usa en un<br />

país subdesarrollado no pertenece al país; más bien pertenece a la transnacional respectiva,<br />

la misma que cuando abandona el territorio nacional no deja tecnología alguna, pues se la<br />

lleva otra vez consigo. Esto se debe a que los ejecutivos y técnicos clave vienen con la<br />

transnacional y se van con ella. Si el país en cuestión quiere usar de esa tecnología, tendrá<br />

que pagar patentes, derechos y otros similares, lo que hace que el costo de producción sea<br />

siempre mucho mayor. También recordemos que una “externalidad” es un beneficio o un<br />

daño que una tercera persona recibe de lo que hace otra. Así, por ejemplo, si alguien instala<br />

una fábrica en la ciudad y, para ello, hace asfaltar la calle donde funcionará, los vecinos<br />

tendrán una externalidad positiva, pues gozarán de las ventajas de la calle asfaltada, aunque<br />

no tengan que pagar impuesto extra alguno. La contaminación que eventualmente emergerá<br />

de la fábrica en el proceso de producción será una externalidad negativa, pues los vecinos<br />

tendrán que soportarla, aunque ellos no participan de las acciones productivas. Una externalidad<br />

tecnológica, a la que se refiere Romer, es el aprovechamiento social del uso de las<br />

tecnologías producidas por otras fuentes, lo que redundaría en provecho de la sociedad.<br />

Otro de los supuestos de Romer es que el capital tiene una definición más amplia que la<br />

simple suma de la maquinaria, equipo, infraestructura…. que se usan en el acto de producir<br />

217


los bienes. Por último, y esto es lo que nos interesa, dice que el progreso técnico es endógeno<br />

y resulta de las tareas de investigación y desarrollo. Ésta es una gran diferencia con<br />

nuestro modelo del Desarrollo Local Complementario (DELC), pues el DELC toma en<br />

cuenta las externalidades tecnológicas y financieras que provienen de otras fuentes ajenas<br />

al territorio donde se ejecuta los planes del Desarrollo Local. Romer también dice que los<br />

rendimientos de la producción serán crecientes siempre que se prosiga con las tareas de<br />

investigación y desarrollo. Aplicadas las fórmulas que utiliza para respaldar su propuesta,<br />

nos encontramos que la utilidad que brindan beneficiaría solamente a los países desarrollados,<br />

los que realizan programas sistemáticos de investigación y desarrollo, por lo que, al<br />

menos en el corto plazo, excluye a los países subdesarrollados, los que no tienen posibilidades<br />

de asignar fondos a esas actividades. Pero, lo que se debe resaltar de ese modelo es<br />

su incidencia en la necesidad de elevar el nivel de productividad de la mano de obra a través<br />

de la capacitación y la formación progresiva de recursos humanos y en el concepto mismo<br />

de Desarrollo Endógeno, generador primero del modelo de Desarrollo Local Complementario<br />

que se describirá en este volumen.<br />

El Modelo de Lucas<br />

Robert Lucas, de la Universidad de Chicago, nació en 1937 y obtuvo el Premio Nóbel de<br />

Economía en 1995. Es más conocido por su participación en la formulación de una nueva<br />

escuela del pensamiento económico conocido como “La Nueva Macroeconomía Clásica”<br />

y el papel de las expectativas racionales, las que sería propias de todo agente económico<br />

sobre el comportamiento perfectamente racional de cada uno. Pero también fue uno de los<br />

impulsores de lo que luego se llamaría “capital humano”, esto es, la capacidad y las calificaciones<br />

que distinguen a un trabajador, tal como lo vimos en el modelo de Romer. Todo<br />

el conocimiento que el obrero recibe en la escuela o en la propia empresa es considerado<br />

como “un capital”, el que sería de propiedad del propio trabajador, pero que también beneficiaría<br />

a la empresa.<br />

Lucas plantea un análisis de costo-beneficio entre el tiempo que una persona dedica a la<br />

tarea de aumentar sus conocimientos y habilidades, renunciando al salario que podría ganar<br />

durante el periodo de aprendizaje, por un lado, y los beneficios que esa educación de permitirá<br />

obtener en el futuro, por el otro. De este modo, el costo de oportunidad de estar un<br />

año más en el colegio o en la universidad es el salario que el trabajador deja de percibir<br />

durante ese periodo. Se supone que una vez que logre mayor conocimiento, el obrero podrá<br />

resarcirse del dinero no ganado durante el tiempo dedicado al aprendizaje. Así, el concepto<br />

de “capital humano” surge del modo cómo el individuo reparte su tiempo entre la producción<br />

y el aprendizaje.<br />

En la función de producción escogida por Lucas, se toma en cuenta el capital humano como<br />

uno de los factores de producción, junto con el capital físico (K) Para ello, se estima el nivel<br />

promedio de la calificación del capital humano que rige en el conjunto de individuos que<br />

218


participan en el proceso productivo. Por otro lado, el capital físico resulta del ahorro dedicado<br />

a la inversión. Lucas, al formular su modelo dice que los otros formulados hasta entonces<br />

no habían logrado establecer las bases fundamentales del crecimiento económico,<br />

porque no habrían considerado las diversidades existentes entre países. Esta afirmación es<br />

un aporte que ha permitido que Lucas también fuera incluido como uno de los representantes<br />

del Nuevo Institucionalismo, el que toma en cuenta las instituciones propias de cada<br />

país para elaborar los respectivos modelos, aunque es necesario anotar que aparte del punto<br />

señalado, la diferencia entre el “Neoinstitucionalismo” y el Institucionalismo del primer<br />

tercio del siglo XX, es abismal, por las bondades que el original ofrece, como veremos más<br />

adelante.<br />

El modelo que propone Lucas se basa en una función de producción que toma en cuenta la<br />

Producción (Y) el trabajo (L) el nivel de habilidades (h) el nivel tecnológico (A) y el tiempo<br />

que los trabajadores dedican a la producción. Si no hay acumulación de capital humano no<br />

habrá acumulación de ninguna clase de capital. Cuando hay acumulación habrá rendimientos<br />

crecientes en la producción. El modelo sigue con la percepción adicional de que la acumulación<br />

del capital humano resulta de una serie de actividades sociales. Por eso es que<br />

necesita dos sectores en su modelo: el primero, referido a la producción y el segundo a la<br />

formación y acumulación de capital humano. Su perspectiva se amplía hasta el punto de<br />

afirmar que la calidad del capital humano sería capaz de medir la tecnología disponible en<br />

un país, sobre todo, si se tiene en cuenta, como Romer, que cada país subdesarrollado puede<br />

ponerse al alcance de la tecnología de punta existente en los países desarrollados (“catchup”)<br />

algo que es muy irreal. Lucas dice que las diferencias en el capital humano son las que<br />

determinan las diferencias en los niveles y ritmos de crecimiento. El efecto “catch up” haría<br />

que los países pobres lograran crecer más rápido. Por último, el modelo supone que el nivel<br />

de capital humano afecta la producción; y el tiempo que se dedica a la acumulación de ese<br />

capital, esto es, al aprendizaje, modifica el proceso de acumulación mismo.<br />

El Modelo de Jones<br />

Si bien Romer y Lucas sentaron las bases primeras del desarrollo endógeno, fue Charles<br />

Jones, el que en su libro Introducción al Crecimiento Económico se refiere explícitamente<br />

al tema en la obra citada. A diferencia de ambos autores, Jones no toma en cuenta, directamente,<br />

el nivel de calificación de la mano de obra, más bien se refiere a la capacidad de los<br />

trabajadores para manipular las maquinarias y el equipo de alta tecnología, capacidad que<br />

sí estaría determinada por la calificación de la mano de obra. Pero habría una variable destinada<br />

a la calificación y otra a la habilidad para manipular bienes de capital. Con esta<br />

distinción el autor nos hace saber que no cualquier calificación es apropiada para elevar la<br />

producción; sólo la que permite manipular los nuevos instrumentos, aunque debe quedar la<br />

constancia de que habría una relación muy fuerte entre ambos niveles. En suma, el trabajador<br />

tendría que adicionar su calificación y su creatividad para vérselas con el capital físico,<br />

el que encierra nuevas tecnologías. La acumulación de capital tendría que realizarse sacrificando<br />

el consumo.<br />

219


Lo que más nos interesa del modelo de Jones es que toma en cuenta la carencia de tecnología<br />

de los países subdesarrollados y la necesidad de que haya un proceso de transferencia<br />

de los países que poseen tecnología a los que no la tienen. Nos interesa esta buena intención,<br />

aunque también tomamos nota de que Jones no parece darse cuenta de que en el actual<br />

proceso de globalización, no son los países los que tienen la tecnología disponible, sino que<br />

la tecnología está en poder de las transnacionales, las que no tienen ningún interés en transferirlas<br />

a no ser que se les pague regalías muy altas, cuyo pago es prohibitivo para los países<br />

subdesarrollados. En realidad, el modelo es una versión del desarrollo endógeno. Aunque<br />

parte del hecho de que los países subdesarrollados carecen de tecnologías de punta y de la<br />

posibilidad de producirlas, algo que es cierto, supone que los países logran utilizar bienes<br />

intermedios de capital. Para probar su punto de vista, asume una economía determinada que<br />

produce un bien Y para lo que usará trabajo L, capital K y un conjunto de bienes de capital<br />

xj. El nivel de calificación de L limitará el uso de los bienes de K disponibles. También<br />

dice que si se dispone de una “unidad bruta de capital” entonces se podrá producir cualquier<br />

bien intermedio; para ello, será necesario medir el uso que se haga de la tecnología. En el<br />

proceso, identifica la variable “h”, para identificar la cantidad de bienes intermedios que un<br />

trabajador es capaz de usar después de un periodo de aprendizaje. Esta “h” es la misma que<br />

Romer había usado para designar el grado de educación de la mano de obra. Al aumentar<br />

el tiempo de educación o de calificación, aumentará la variable “h”, es decir la cantidad de<br />

bienes intermedios de capital que un obrero puede manipular. Como podemos ver, el modelo<br />

propuesto es una variante del de Romer, incluyendo el precepto de que para producir<br />

más el consumidor nacional debe consumir menos, dado que la tasa de crecimiento económico<br />

está en proporción directa al crecimiento de la tasa de ahorro. Por otro lado, el crecimiento<br />

aparecerá en un nivel acorde con la capacidad de la mano de obra para usar bienes<br />

de capital más avanzados. El autor toma por sentado que el país tiene la suficiente capacidad<br />

financiera para cubrir los costos del conjunto de bienes de capital intermedio y para promover<br />

la investigación y el desarrollo. En otras palabras, el modelo de Jones quiere hacer<br />

desarrollar un país que ya no necesita de su modelo, pues, si reuniera todas esas condiciones,<br />

dejaría de ser subdesarrollado.<br />

En cuanto al papel del gobierno, creen que éste debe apoyar con políticas económicas que<br />

influyan en la tasa de crecimiento a largo plazo. Esa visión a largo plazo difiere del neoclásico,<br />

el que anuncia que en el largo plazo la producción per cápita y el capital per cápita ya<br />

no crecen, se vuelven constantes. Esto es lo que ya habíamos tomado en cuenta como el<br />

“estado estacionario” en el que la tasa de crecimiento de la producción per cápita crece a la<br />

misma tasa de crecimiento de la población, con lo que no hay incremento de la tasa de<br />

crecimiento de la producción per cápita ni del capital per cápita, aunque el ingreso per cápita<br />

pueda crecer (Macroeconomía, Rudiger Dornbush y Stanley Fisher)<br />

Por su parte, Robert Barro dice que, si bien los países que invierten más pueden crecer a un<br />

ritmo más acelerado, la influencia de la inversión en el crecimiento puede ser solamente<br />

220


transitoria. Barro dice que esta es una “convergencia condicional”, es decir, los países convergen<br />

en estados estacionarios, los que dependen de la proporción de las inversiones en el<br />

PIB y la tasa de inversiones en capital humano.<br />

Desarrollo Endógeno y Globalización<br />

Antonio Vázquez-Barquero, de la Universidad Autónoma de Madrid, es uno de los teóricos<br />

actuales de lo que ya es un Desarrollo Endógeno en plena etapa de institucionalización.<br />

Define la globalización como:<br />

Un proceso que se caracteriza por el aumento de la competencia en los mercados, lo que<br />

implica la continuación de los ajustes del sistema productivo de los países… dado que los<br />

empresarios no compiten aisladamente, sino que lo hacen juntamente con el entorno productivo<br />

e institucional del que forman parte, el proceso de globalización estimulará la<br />

transformación de la organización del sistema de los países, de acuerdo con la nueva división<br />

internacional del trabajo”. En este sentido, la globalización condicionaría la dinámica<br />

de las ciudades y regiones, dinámica que influiría, a su vez, en el proceso mundial.<br />

El autor critica el modelo de Solow desde dos ángulos perceptivos. Primero, el supuesto de<br />

que la tecnología es una variable exógena; también die que su concepto de equilibrio sería<br />

“mecánico e irreal”, ya que los agentes económicos no actúan de tal manera que el resultado<br />

de sus acciones conduzca siempre al equilibrio. También cree necesario abordar el asunto<br />

de los rendimientos decrecientes. Al respecto, dice que el crecimiento económico puede<br />

continuar a largo plazo debido a que las inversiones en bienes de capital, incluido el capital<br />

humano, puede generar rendimientos crecientes, gracias a la difusión de las innovaciones y<br />

del conocimiento entre las empresas, y a la creación de economías de escala. Afirma que<br />

las formalizaciones modernas de los modelos neoclásicos consideran que el avance tecnológico<br />

es endógeno y que las rentas monopolísticas condicionan el crecimiento, pero puntualiza<br />

que tales modelos son muy mecánicos. En su análisis establece lo que denomina los<br />

“Determinantes del Desarrollo Endógeno” para afirmar que el desarrollo económico se produce<br />

como consecuencia de la utilización del potencial y del excedente generado localmente<br />

y que los factores de la acumulación del capital serían las innovaciones en el sistema<br />

productivo, la organización flexible de la producción, la generación de economías de aglomeración<br />

y el desarrollo de las instituciones. Postula que la acumulación de capital es acumulación<br />

de tecnología y de conocimiento. Las innovaciones resultarían de las decisiones<br />

de inversión, dado que la innovación es un efecto de la necesidad de aumentar los beneficios<br />

de la empresa. De esta manera, las innovaciones y las nuevas tecnologías no surgen fuera<br />

del sistema económico, sino que serían endógenas al sistema.<br />

Como ya vimos, siguiendo a Schumpeter, la innovación incluiría nuevos métodos de producción,<br />

nuevas formas de organización y la apertura de nuevos mercados de bienes y de<br />

factores. Vázquez-Barquero dice que los procesos de difusión de las innovaciones y del<br />

221


conocimiento están condicionadas por el entorno: sistema de empresas, instituciones, actores<br />

económicos y sociales. Las innovaciones permitirían a las empresas crear unidades de<br />

mayor tamaño y construir plantas más pequeñas, aunque más eficientes, con lo que se fortalecen<br />

las economías internas de escala. No se olvida de las integraciones verticales y horizontales<br />

entre las empresas. Todo esto crearía externalidades que serían aprovechadas por<br />

las otras empresas, por lo que todas se beneficiarían. Dice también que las interacciones<br />

entre cambios tecnológicos, escala, la introducción y difusión de las innovaciones permiten<br />

tener economías internas y externas de escala y de diversidad que beneficia a los clusters o<br />

conjuntos de empresas. Implícitamente afirma que la introducción de las innovaciones es<br />

siempre el resultado colectivo de la cooperación tácita de las empresas, la que generaría un<br />

aumento de la productividad y de la competitividad de las economías locales.<br />

Una percepción de valía en la obra de Vázquez-Barquero es que el tipo de organización del<br />

sistema productivo local es más importante que el tamaño de las empresas que lo conforman,<br />

dado que es la relación entre las empresas, entre éstas y los proveedores y los clientes,<br />

las que determinan las condiciones para lograr un aumento de la producción y de la productividad,<br />

lo que resultará en un proceso de retornos crecientes. Además, promoverán<br />

también una generación constante de mercados internos y de áreas de encuentro para el<br />

intercambio. Inclusive habla de alianzas estratégicas entre las empresas, aunque no toma en<br />

cuenta la alianza que yo propongo para el DELC, esto es, la que deberá existir entre el<br />

Estado, la Empresa, la Academia y la Sociedad Civil local. Por otra parte, sigue con la idea<br />

de la competencia, mientras que yo propongo la emulación, no la competencia entre las<br />

empresas. Pero es cierto que la nueva organización empresarial creará ventajas competitivas<br />

que al inicio del proceso no existen.<br />

El efecto Hanoi<br />

La visión de Vázquez-Barquero postula que la actividad conjunta de los factores productivos,<br />

institucionales y otros crearán sinergias que reforzarán la acumulación del capital, de<br />

ese modo, los factores de acumulación formarán un sistema que permitirá multiplicar el<br />

efecto individual de cada uno de los factores. Esto es lo que se llama el “Efecto Hanoi”, el<br />

que permitirá los rendimientos crecientes. Esta idea es muy parecida a la que yo denomino<br />

la “interacción continua de los factores” cuya síntesis multiplicativa es superior a la simple<br />

suma de los mismos.<br />

Modelos de Desarrollo Regional<br />

El desarrollo Regional se define como un proceso de cambio de las estructuras que existen<br />

en una región. Por lo general, el término “región” es muy flexible y puede referirse a una<br />

comunidad, un municipio, un conjunto de municipios… lo importante es que, en cada caso,<br />

se toma en cuenta el territorio y los grupos sociales que habitan en él. Cada grupo social<br />

que habita en un territorio desarrolla un sentido de pertenencia a ese territorio. Toda región<br />

identificada como tal, tiene los elementos que permitirán el autodesarrollo; ahora bien, la<br />

222


idea de “desarrollo regional” surge precisamente de la identificación de estas potencialidades<br />

y las interrelaciones entre ese territorio y la población que se asienta en él. La exigencia<br />

desproporcionada de aprovechar los recursos disponibles en una región sólo en provecho<br />

de la población que lo habita se convierte en “regionalismo”, es entonces cuando el sentido<br />

de pertenencia se vuelve exclusivista y discriminador con relación a los grupos humanos<br />

que pueblan otras regiones, lo que es muy negativo para el desarrollo integral del país.<br />

Los conceptos de desarrollo regional estuvieron muy de moda, especialmente con el libro<br />

de Issard sobre la teoría de la localización. En épocas actuales, Edgar Moncayo Jiménez,<br />

consultor de ILPES-CEPAL tiene un ensayo sobre este tema, orientado especialmente a la<br />

teoría y los factores determinantes del desarrollo regional. Es de prever que hay una relación<br />

complementaria entre el DELC y el desarrollo regional. En la obra de referencia dice que<br />

la nueva geografía económica, propuesta por Paul Krugman, es parte del gran cambio evolutivo<br />

que sufre la economía desde hace veinte años. Las preguntas básicas que hace Krugman<br />

al respecto, son:<br />

¿Por qué emergen en un espacio, bidiminsional y homogéneo, campo dedicado a la agricultura,<br />

concentraciones urbanas de actividades industriales o terciarias, en vez de que la<br />

producción se reparta de manera uniforme?<br />

¿Qué explica la jerarquía de tamaño, de bienes y servicios, entre estas aglomeraciones?<br />

La manera cómo las diferentes escuelas respondieron a estas preguntas es el objeto de la<br />

obra de Moncayo que ahora sintetizamos.<br />

La Escuela Alemana y Otras Contribuciones<br />

Von Thünen, uno de los pioneros más importantes había construido un modelo basado en<br />

los precios de la tierra, de su calidad y de los costos de transporte. El objeto del modelo era<br />

explicar la división del trabajo entre los centros urbanos y las áreas agrícolas. Pero habría<br />

dejado sin resolver la cuestión esencial: ¿por qué surgen las aglomeraciones urbanas de<br />

manufacturas y actividades terciarias? A principios del siglo XX, A. Weber (1929) y Christaller<br />

y Lösh desarrollaron la teoría de la localización. Pero se atribuye a Walter Issard<br />

(“Localización y Economía Espacial, 1956 y “Métodos de análisis regional” 1971) la creación<br />

de la Economía Regional. En el proceso, Zipf estableció una regularidad matemática<br />

que relaciona las interacciones entre ciudades, viajes y transporte de mercancía, con el tamaño<br />

de sus poblaciones y las distancias entre ellas. Tres décadas más tarde surgirían las<br />

teorías relativas al papel de la demanda, interna y externa en la determinación del nivel de<br />

la actividad económica. Moncayo dice que hay autores que participan de la idea de que<br />

algunas ciudades tienen más éxito que otras porque se lo merecen, por lo tanto, las jerarquías<br />

espaciales son el resultado y no la causa. Sin embargo, esta afirmación podría sobrevalorar<br />

la administración urbana sobre la localización. Recordemos que en la historia universal<br />

ciudades y países sobresalieron por su localización estratégica, como Londres o los<br />

223


Países bajos. Pero debemos aceptar que, al presente, la administración y la calidad de gente<br />

tienen una mayor relevancia en el tema.<br />

Otras maneras de aprehender el problema es el que se refiere a la ubicación de las regiones<br />

en un sistema de jerarquías en el cual priman las relaciones asimétricas. La corriente incluiría<br />

la tesis Centro-Periferia de la CEPAL, teoría que se basa en la división del trabajo inte<br />

regional en el planeta. Myrdal dice al respecto, que, a partir de un nivel inicial de aglomeración<br />

en una región, la existencia de economías de escala y de externalidades tecnológicas<br />

atrae otros recursos los que refuerzan “circularmente” la expansión del mercado. Éste sería<br />

un círculo positivo de conglomerados que se refuerzan por atraer a nuevas fuerzas y nuevas<br />

fuerzas y nuevas fuerzas que potencian aún más la capacidad del conglomerado citadino de<br />

atraer otras fuerzas. El círculo negativo se daría en las regiones atrasadas. La tesis del refuerzo<br />

circular da lugar a la idea de un desarrollo necesariamente desequilibrado. Al respecto,<br />

uno de los más destacados defensores del desarrollo desequilibrado fue Albert Hirshman<br />

(“La Estrategia del Desarrollo Económico”, 1958) La tesis del desarrollo desequilibrado<br />

es contraria a la del “Big Push” y dio lugar a otra derivación que tuvo mucho éxito<br />

en las décadas de los ’50 y de los ’60, esto es, la “La teoría de los Polos de Desarrollo”.<br />

François Perroux fue su principal impulsor, tarea que luego sería complementada por su<br />

colega, también francés, Jacques Boudeville, en 1968. La teoría establece los efectos multiplicadores<br />

que la concentración industrial en una región puede expandir al entorno inmediato,<br />

aunque no necesariamente, en opinión de Boudeville, a toda la economía.<br />

Crecimiento Regional y Convergencia<br />

Creo que es necesario apoyar decididamente a Krugman en su tesis sobre la pertinencia de<br />

los modelos de desarrollo con rendimientos crecientes. Esta percepción es una noble reacción<br />

en contra del modelo neoclásico, el que insiste en lo que el buen sentido ya ha<br />

desechado hace tiempo, esto es, en promocionar modelos basados en la libre competencia,<br />

la movilidad perfecta de factores de producción y la existencia de retornos constantes o<br />

decrecientes de escala. Bajo el microscopio neoclásico, que mira la subjetividad del teórico<br />

más que la objetividad de la realidad, se supone que, si en el proceso productivo el capital<br />

es más caro, entonces, ipso facto, se desechará capital para contratar más mano de obra y<br />

viceversa. Esto supone que la máquina industrial puede dividirse en rallitas infinitesimales<br />

para que cada “partecita” sea reemplazada por la mano de obra, la que, al parecer, existiría<br />

no en la forma de hombres concretos e integrales, sino como una especie de masa homogénea<br />

que puede ser anexada a la maquinaria como una parte constitutiva de su estructura.<br />

Así, los capitalistas se preocuparán de identificar las áreas donde haya escasez de capital<br />

para transferirlo desde las regiones donde el capital sea abundante. Lo mismo sucederá con<br />

la mano de obra. De esta manera, dicen los neoclásicos, habrá la movilidad perfecta de<br />

factores que harán posible que en el largo plazo todas las regiones crezcan a la misma tasa.<br />

Lo más intrigante del modelo así planteado es que nos asegura que bajo este proceso, los<br />

ingresos per cápita de los habitantes de todas las regiones involucradas serán iguales. En el<br />

manto místico de esta intrigante fantasía, no pasará mucho tiempo antes de que el ingreso<br />

224


per cápita de Bolivia ¡se iguale al de los EEUU! A esta maravilla hecha carne es que los<br />

neoclásicos llaman “Convergencia” (Esta afirmación corresponde a Robert Barro y Xavier<br />

Sala- i-Martin en la obra conjunta “Crecimiento Económico”) La realidad muestra que la<br />

pobreza absoluta y relativa del mundo aumenta progresivamente y que la brecha entre países<br />

desarrollados y subdesarrollados crece exponencialmente. Pero la realidad, como de<br />

costumbre, no es algo que preocupe a los neoclásicos, ocupados como están en extasiarse<br />

con sus modelos en defensa de las corporaciones transnacionales. A pesar de ello, la brecha<br />

económica no sólo se produce entre países, también lo hace entre regiones, tal como se<br />

puede constatar en cualquier país de Latinoamérica, como es el caso de Bolivia. Al respecto,<br />

Moncayo dice que inclusive Romer y Lucas, los que plantearon la formalización primera<br />

del modelo de desarrollo endógeno cuestionan la validez de la supuesta convergencia entre<br />

naciones y entre regiones, convergencia supuestamente originada en la aplicación de la hipótesis<br />

neoclásica. Las cosas marchaban de ese modo y cuando creímos que Krugman había<br />

recobrado su carnet de neoclásico (en el fondo es neoclásico, pero no tanto) he aquí que<br />

reaparece para afirmar que el efecto acumulativo de las externalidades puede conducir a un<br />

escenario en el que el atraso del Sur no se habría gestado aisladamente, sino que es un<br />

resultado necesario del mismo proceso que hizo posible la industrialización del norte. Esta<br />

es una teoría de origen cepalino, denominada “de la dependencia” duramente criticada por<br />

los neoclásicos, pero que ahora cobra vigencia nuevamente en la percepción de Krugman,<br />

lo que no deja de ser un motivo de satisfacción debido a que permite analizar las relaciones<br />

entre la apertura comercial, la aglomeración y la localización de las poblaciones-territorio.<br />

Pero en este punto cabe hacer notar la importancia de una palabra en la formulación de una<br />

tesis: si Krugman, en vez de la palabra puede, tan débil y concesionaria, hubiera usado<br />

directamente el vocablo conduce, lo contaríamos como uno de los nuestros; pero no, eso no<br />

es posible; Krugman no puede liberarse de su origen neoclásico; de otra manera, nunca<br />

habría recibido un Premio Nobel. El neoclasicismo es una especie de dinastía que, al igual<br />

que los reyes y duques y marqueses antiguos, se desarrolla a través de la entrada y salida<br />

de sus miembros: los que se van dejan la herencia a los que quedan. Sólo una revolución<br />

económica, al estilo de la Revolución Francesa en lo políticos y social, hará que la dinastía<br />

termine. Es cierto que algunos países, como Corea del Sur, por ejemplo, han podido crecer<br />

a ritmos más apresurados. ¿Se debería esto a un caprichoso designio del azar, tal como lo<br />

afirma Krugman o a la bondad del modelo de “la convergencia”? En todo caso, no es posible<br />

negar que “La teoría General de la Aglomeración” es un cuento de duendes en un bosque<br />

encantado, como sucede con todos los modelos neoclásicos, modelos formulados sólo para<br />

preservar los intereses de las corporaciones transnacionales. Pero, tal como lo plantea el<br />

Desarrollo Local Complementario (DELC) cada país, cada región, deben ser analizados de<br />

acuerdo con su propia evolución y sus relaciones con el entorno externo, caso por caso.<br />

La Acumulación Flexible<br />

Ésta es una de las teorías del crecimiento, la que asociada a la del desarrollo endógeno, se<br />

constituyó en una especie de antesala del Desarrollo Económico Local. Un grupo de expertos<br />

italianos investigó en una región a la que se la llamó “La Tercera Italia”, partiendo de<br />

225


la idea de que el crecimiento de las regiones se debe a las condiciones internas… La región<br />

agrupó a ciudades y regiones de gran éxito, para lo que usaron el concepto de “Distrito<br />

Industrial”, nombre que Alfred Marshall había usado en 1909 al publicar sus estudios referidos<br />

a dos ciudades industriales inglesas: Lancashire y Sheffield. La visión de Marshall en<br />

una época tan temprana, nos parece ahora magistral, pues definió el “Distrito” como una<br />

organización industrial en la que primaba la competencia, la emulación y la cooperación<br />

entre las pequeñas y medianas empresas que la conforman. Éste es uno de los pilares que<br />

apoyan nuestro modelo DELC para los países subdesarrollados. Como veremos después,<br />

nuestro modelo se basa no en la competencia sino en la emulación entre las empresas de un<br />

municipio o conjunto de municipios.<br />

La percepción de los italianos Michael Piore y Charles F. Sabel, en su obra The Second<br />

Industrial Divide: Posibilities for Prosperity”, publicada en 1984 y citado por Moncayo, es<br />

que la crisis industrial no se debió a la intervención del Estado, sino al agotamiento del<br />

modelo de producción en serie, lo que excluyó el esfuerzo conjunto de los artesanos. De<br />

allí nació la idea de la Producción Flexible como una antítesis de las grandes empresas y la<br />

producción en serie; y como un apoyo a la producción artesanal. Esto es, producir por encargo<br />

para un número reducido de clientes en vez de hacerlo para masas supuestamente<br />

homogéneas en mercados de bienes estandarizados. La producción se realizaría en fábricas<br />

pequeñas que producirían bienes a medida de los deseos del cliente. Se abandonarían las<br />

maquinarias grandes y de propósito único para dar lugar a la introducción de equipos diseñados<br />

para propósitos múltiples, los que serían manejados por obreros calificados. De esta<br />

manera, las empresas pequeñas y medianas ocupaban el lugar que había sido dedicado exclusivamente<br />

a la instalación de empresas grandes. En otras palabras, las empresas pequeñas<br />

y medianas harían ahora lo que habían hecho sólo los grandes monopolios y oligopolios:<br />

producir bienes diferenciados, pero esta vez no para mercados abstractos, sino para<br />

clientes concretos.<br />

Hay muchos autores que comparten el entusiasmo de los investigadores de la “Tercera Italia”,<br />

tanto en Francia como en España, en EEUU y en la propia Italia y Alemania, quienes<br />

propician un nuevo modelo de desarrollo: la Acumulación Flexible, llamada también, posfordismo.<br />

La tesis citada apunta también a la construcción de mercados, como una prolongación<br />

de su ámbito y a las relaciones interindustriales más que a las relaciones intersistemas.<br />

Todo cabe en la teoría que ahora analizamos: la importancia de los aspectos sociales<br />

e institucionales, la acción colectiva de las empresas, la formación de redes y el factor llamado<br />

“medio innovador”. El Modelo DELC que se propone en esta obra, se apoya en ambos<br />

conceptos: desarrollo endógeno y acumulación flexible, aunque los modifica y amplia<br />

con la inserción de los acuerdos Estado-Empresa-Academia y control de la Sociedad Civil<br />

y los objetivos prioritarios nacionales como asignadores de recursos, junto con los precios<br />

de mercado.<br />

Síntesis del modelo neoclásico en general<br />

226


El modelo neoclásico actual se basa en una función de producción que los economistas<br />

llaman Cobb-Douglas, en referencia a los creadores originarios del mismo. El modelo supone<br />

que los dos factores de producción capital (K) y mano de obra (L) se combinan del<br />

siguiente modo: Y = AK α L 1-α . En esta función, Y representa el producto creado; α es un<br />

parámetro que los econometristas establecen a través de la manipulación de los datos que<br />

proporciona la empresa; K es el capital y L es la mano de obra. El modelo asume rendimientos<br />

constantes o rendimientos decrecientes de escala. Ya se dijo que cuando el producto<br />

Y varía en la misma proporción en que varían los factores K y L, entonces tenemos<br />

rendimientos constantes. Ejemplo, supongamos que el capital y la mano de obra aumentan<br />

en un 50% cada uno; si el producto creado también aumenta en el 50%, entonces estaremos<br />

ante rendimientos constantes de escala. Cuando el producto aumenta en una proporción<br />

menor que la proporción del incremento en los factores, entonces tendremos rendimientos<br />

decrecientes. En este caso, supongamos que los factores se incrementan en un 50% como<br />

en el anterior ejemplo, si el producto aumenta en menos del 50% entonces estaremos en un<br />

proceso de rendimientos decrecientes.<br />

Los neoclásicos gustan de las fórmulas matemáticas, por ello, usan de la siguiente expresión<br />

para representar rendimientos constantes: α + (1 - α) = 1. Por otra parte, cuando quieren<br />

representar un proceso productivo con rendimientos decrecientes, lo hacen a través de la<br />

siguiente expresión: 0 < α < 1, es decir, el parámetro alfa será mayor que cero, pero menor<br />

que uno. Con la manía de generalizar los conceptos, propia de los neoclásicos, afirman que<br />

esta función será la misma para todos los países o regiones del mundo, puesto que todos<br />

tendrían las mismas oportunidades de acceso al conocimiento y a las nuevas tecnologías,<br />

algo que, por supuesto, nada tiene que ver con los países subdesarrollados, en los cuales no<br />

existen esos privilegios. El modelo asume también una tasa de ahorro constante, la misma<br />

que se expresa como un porcentaje del Ingreso: S = sY, es decir, el total de ahorros S es<br />

igual a una proporción s del Ingreso Y. Por ejemplo, si el ingreso Y = 200 millones de<br />

dólares, y la proporción del ahorro s = 15%, entonces, el ahorro total S = 0.15 x 200 millones<br />

= 30 millones de dólares. Si el ingreso varía, S variará en la misma proporción, pero s<br />

seguirá siendo el 15%. La tasa de depreciación del capital, esto es, la tasa de desgaste anual<br />

del capital también se considera constante. Constante también será la tasa de crecimiento<br />

de la población.<br />

En el modelo la tasa de crecimiento de la mano de obra será igual a la tasa de crecimiento<br />

de la población y se supone que la economía siempre se encuentra en pleno empleo. También<br />

se supone que la tasa de crecimiento de la tecnología es constante. El aumento del<br />

capital se expresa como la diferencia entre el ahorro S y la depreciación del capital δ.<br />

El estado estacionario<br />

Es aquél en el que todas las variables crecen a una tasa constante. La tasa de aumento del<br />

capital con relación al trabajo también será constante. Por estas razones, siendo todas las<br />

variables constantes, lo único que se espera que varíe es la tecnología. Pero el crecimiento<br />

227


de la tecnología no se realiza en el juego de las ecuaciones respectivas, sino fuera de él, por<br />

lo tanto, su cambio será considerado como exógeno. Esto significa que el progreso técnico,<br />

a pesar de ser exógeno o por serlo, es la única fuerza que permite el crecimiento en una<br />

economía de largo plazo. Por otra parte, la tasa de crecimiento de la producción per cápita<br />

será proporcional a la tasa de crecimiento del capital per cápita<br />

Según el modelo, alcanzado el estado estacionario, la economía se mantendrá en ese estado<br />

para siempre. El hecho de que el capital per cápita y el ingreso per cápita crezcan en la<br />

misma proporción serviría como una prueba de que habrá un proceso de convergencia entre<br />

las diferentes naciones, puesto que las que tienen un ingreso per cápita muy bajo con relación<br />

a la que determina el estado estacionario tendrán un mayor crecimiento, mientras que<br />

las naciones que se encuentren más cercanas al ingreso per cápita que determina el estado<br />

estacionario tendrán un menor crecimiento. Así, la convergencia entre naciones será posible,<br />

pues todas llegarán, eventualmente, a un estado estacionario. Este modelo aceptaría<br />

variantes relativos a la disgregación del capital y del trabajo en tipos diferentes o calidades<br />

diferentes; también al nivel de los diferentes grados del conocimiento y la distinción entre<br />

capitales a corto y largo plazo<br />

La visión de Joseph Schumpeter<br />

Casi en la misma línea de Solow, Schumpeter fue el que más enfatizó el papel del empresario<br />

como innovador, por lo que sería el empresario y no el proletario, el verdadero revolucionario<br />

y nervio-motor del crecimiento. El siguiente párrafo proviene de una de sus obras<br />

más conocidas: “Capitalismo, socialismo y Democracia”, leamos lo que dice:<br />

El impulso fundamental que establece y prolonga la máquina capitalista en movimiento<br />

viene de los nuevos consumidores, de los nuevos métodos de producción y transporte,<br />

los nuevos mercados, las nuevas formas de organización industrial que la empresa capitalista<br />

crea<br />

Esto se logra, continúa Schumpeter, en la práctica cotidiana de la competencia, pero no sólo<br />

en una competencia relativa a las ventas o en la calidad del producto, sino la que se concentra<br />

en la innovación, la apertura de mercados y la combinación más adecuada de factores<br />

de producción. Luego veremos la importancia de la innovación y la tecnología en el desarrollo<br />

local, aunque no en el sentido neoclásico precisamente, sino en una dimensión más<br />

amplia.<br />

Las Leyes del crecimiento económico de Nicholas Kaldor (Hungría, 1908-1986)<br />

Estas leyes, denominadas así por Kaldor, surgieron de las observaciones que el economista<br />

húngaro habría realizado en varios procesos de crecimiento en otros tantos países desarrollados.<br />

Su objetivo era mostrar las eventuales diferencias que habría entre los respectivos<br />

procesos de crecimiento, sobre todo, el efecto positivo que genera la expansión industrial<br />

en las respectivas economías, debido a su efecto inductor del crecimiento de los demás<br />

228


sectores. A continuación, sinterizaremos cada una de las leyes propuestas por este economista.<br />

La primera ley<br />

Determinaría que la tasa de crecimiento de una economía se relaciona positivamente con la<br />

tasa de crecimiento de su sector industrial. Por ello es que se pone al sector manufacturero<br />

como el que genera efectos multiplicadores en la economía de un país. Kaldor dice que eso<br />

se debe a que las demandas por manufacturas son elásticas con relación al ingreso; por otra<br />

parte, a su encadenamiento productivo hacia atrás, es decir, hacia sus proveedores. Al otro<br />

lado, por su vinculación hacia adelante, esto es, de aquellos sectores de los cuales se convertirá,<br />

a su vez, en proveedor. No deja de lado los procesos de aprendizaje que la mayor<br />

división del trabajo otorga a la economía. La CEPAL tomaría este concepto para formular<br />

su teoría estructuralista.<br />

La segunda ley<br />

Un aumento en la tasa de crecimiento en la producción manufacturera causa un incremento<br />

en la productividad del trabajo dentro del mismo sector, debido al proceso de aprendizaje<br />

que se deriva de una división del trabajo. Esto se asocia a la expansión del mercado como<br />

a las economías de escala que emergen de las mejoras tecnológicas<br />

La tercera ley<br />

La productividad de los otros sectores aumenta cuando la tasa de crecimiento del producto<br />

industrial se incrementa, debido a que acrecienta la demanda por trabajo, atrayendo mano<br />

de obra que se encuentra en sectores tradicionales con desempleo disfrazado. Se supone<br />

que en esos sectores el empleo disminuye, pero el producto no, lo cual sería una prueba del<br />

incremento de la productividad de la mano de obra. Esta transferencia de trabajadores también<br />

eleva la productividad total de la economía como un todo.<br />

La cuarta ley<br />

Las diferencias en las tasas de crecimiento de la industria se deben al consumo, a la inversión,<br />

a las exportaciones y a la productividad del trabajo<br />

Por otra parte, dice que la tasa de beneficio dependería de la propensión al ahorro del ingreso<br />

proveniente de esos beneficios. También enumera las características de un proceso<br />

de desarrollo:<br />

–Crecimiento sostenido a largo plazo del ingreso per cápita<br />

–Crecimiento del capital físico por trabajador<br />

–El retorno al capital constante<br />

–El aprovechamiento de las ventajas comparativas<br />

–La acumulación del capital físico y social<br />

–El progreso tecnológico y la especialización del trabajo<br />

229


Finalmente, al modo keynesiano, dice que la demanda agregada impulsa el crecimiento<br />

económico, algo que los poskeynesianos aceptaron con entusiasmo. Pero como podemos<br />

ver, no hay en Kaldor ni el mínimo interés en dedicar algo de su tiempo a la investigación<br />

entre el crecimiento económico y la distribución más equitativa del ingreso.<br />

Los poskeynesianos<br />

Los poskeynesianos vienen después que el monetarismo hubo desplazado a los keynesianos<br />

en la década de los ’70. El monetarismo es una de las formas que asume el modelo neoclásico,<br />

por eso es que creyeron que Keynes nunca más volvería a insistir en que el Estado<br />

participara en la solución de las deformaciones del mercado. Eso con relación a los monetaristas.<br />

Por otra parte, las raíces poskeynesianas se nutren de la obra de Keynes con las<br />

modificaciones necesarias a los nuevos tiempos; en verdad, grandes modificaciones, por lo<br />

menos en lo que respecta a dos de ellas. Los dos temas fundamentales de los postkeynesianos<br />

siguen siendo los que fueron con los keynesianos primeros, esto es, la demanda agregada<br />

es causa del crecimiento en el corto y en el largo plazos. Como otra percepción derivada<br />

directamente de Keynes, dirán que el largo plazo sería sólo una sucesión de cortos<br />

plazos. El hecho sobresaliente de los poskeynesianos es su insistencia en afirmar que el<br />

desempleo nada tiene que ver con que los niveles de los salarios reales o nominales sean<br />

altos, sino con la insuficiencia de la demanda agregada, lo que es una gran mejora con<br />

relación a la versión keynesiana original. Sin embargo, dicen más y lo dicen con gran autoridad<br />

y principio de realidad: el alza de salarios conduce a mayores niveles de empleo y<br />

a mayores tasas de crecimiento. Esta versión se llamó “Salarios de eficiencia”. Estas afirmaciones<br />

hacen que las voces keynesianas empiecen a vibrar otra vez en la atmósfera de<br />

un sistema económico mundial que lucha a muerte en contra de la realidad y de su propia<br />

existencia.<br />

Los historiadores del pensamiento económico no están de acuerdo acerca de las diferentes<br />

escuelas que uno y otro asignan a los teóricos de la economía; tal el caso, v.g, de Joan<br />

Robinson, a quien se ubica ya entre los neokeynesianos ya entre los poskeynesianos. Nosotros<br />

no haremos problema al respecto y la ubicaremos en esta sección dedicada a los<br />

poskeynesianos.<br />

Joan Robinson,<br />

De la Escuela de Cambridge en Inglaterra, Joan Robinson fue una de las poquísimas figuras<br />

descollantes de la teoría económica que saludó con algarabía la revolución cultural de China<br />

en la época de Mao Tse Tung, causando alarma creciente entre sus colegas. Luego dijo, con<br />

mucha serenidad, que el espíritu anímico de los empresarios era la causa de las oscilaciones<br />

económicas, siguiendo el libreto de Keynes sobre las expectativas. Se ratifica en sus declaraciones<br />

cuando afirma que un incremento de la demanda agregada dará como resultado un<br />

aumento del empleo y viceversa; pero cae en la trampa de la curva de Phillips, esto es, en<br />

creer que habría una relación inversa entre el desempleo y la inflación: a mayor desempleo<br />

230


menor inflación y a menor desempleo, mayor inflación. También dice que, si bien hay caos<br />

en el capitalismo, la supervivencia del sistema prueba que tiene pilares muy fuertes de sustento.<br />

Las expectativas de un beneficio mayor por parte de los empresarios, mostraría que<br />

la demanda agregada está aumentando más que la oferta. Se ocupa del principio de aceleración,<br />

el que surge de la idea de que un incremento en el ingreso nacional induce a una<br />

mayor inversión, si es que hay más recursos naturales, una mejor técnica y un incremento<br />

del empleo. Apoya la tesis de que el crecimiento económico se basa en la acumulación de<br />

capital físico (aún no había el concepto de “capital humano”) por lo tanto, Robinson orienta<br />

sus percepciones en este sentido a las inversiones, al ahorro y a los canales financieros que<br />

hacen posible el encuentro de ambos. Un aumento en la inversión aumenta el ahorro y la<br />

propia inversión. Ambas variables son importantes en el crecimiento sostenido a largo<br />

plazo, no simplemente un cambio de fase de depresión a recuperación en el ciclo económico.<br />

Michael Kalecki<br />

Uno de sus comentaristas dice que el economista polaco es una prueba de que si se ha de<br />

publicar una obra de economía hay que hacerlo en inglés, no en otro idioma. Kalecki clama<br />

que había anticipado el pensamiento de Keynes en muchos aspectos, pero que desgraciadamente<br />

su obra primera fue publicada en polaco y en francés, de ahí que no fuera debidamente<br />

reconocida.<br />

Kalecki considera que la inversión es una variable de gran importancia para el crecimiento,<br />

sobre todo si se la toma en cuenta como el reactivador del ciclo económico, el que, irónicamente<br />

fluctuaría por las oscilaciones en la inversión; el ciclo económico puede ser modificado,<br />

dice Kalecki por la inversión, de ahí la necesidad de que todo proceso de crecimiento<br />

tome a la inversión como la punta de lanza. En esta senda de acontecimientos, el empresario<br />

descubriría, coordinaría y eliminaría desajustes sociales (¡!) También sugiere la posibilidad,<br />

muy remota para él, de que el impulso empresarial se detenga, agotadas las posibilidades<br />

de ajuste social existente. En mi opinión, la declaración última es muy entreverada, dado<br />

que confiere al empresario algo que el empresario no puede hacer, esto es, “eliminar desajustes<br />

sociales”. Toda la experiencia del capitalismo no regulado muestra que el sistema<br />

más bien crea los desajustes sociales, dado que el empresario responde a sus intereses y, en<br />

segundo lugar, a los intereses de los accionistas, ninguno de los cuales coincide, necesariamente,<br />

con los intereses de la sociedad.<br />

Friedrich A. Von Hayek (1899-1992)<br />

Es un miembro destacado de lo que se conoce como “La Escuela Austriaca”. Estaba convencido<br />

de que la producción relevante de la economía no se refería a los bienes y servicios<br />

sino a la información. Este postulado es congruente con su visión de la sociedad, a la que<br />

caracteriza como un conjunto de individuos dispersos, conjunto en el que cada ser humano<br />

tiene una parte, sólo una pequeña parte, de la información necesaria para llevar adelante las<br />

acciones orientadas a la consecución de sus objetivos personales; tal sería “la esencia del<br />

231


proceso social”. La información vital para “la esencia del proceso social” no está ahí para<br />

recogerla gratuitamente, pasa por la acción de los empresarios, proceso que debe ser estudiado<br />

por los economistas.<br />

Rechaza el concepto de competencia perfecta y propone un modelo de competencia en el<br />

descubrimiento de información, proceso que, realizándose sobre la base de las acciones<br />

interempresariales, llevaría al crecimiento económico. Los desequilibrios no provendrían<br />

de algún fallo del mercado, sino que serían inherentes a la realidad misma. Una síntesis de<br />

su pensamiento se hace explícita en los postulados que propone:<br />

Las variaciones monetarias afectan al proceso porque modifican los precios relativos<br />

En esta propuesta está implícita la percepción de que el dinero no tendría ninguna influencia<br />

en la variación de la producción, sólo de los precios, algo que es común a todos los neoclásicos.<br />

El capital es un conjunto de maquinaria, equipo y edificaciones que se deprecian<br />

Esta definición es propia de todos los neoclásicos<br />

La dimensión macroeconómica se apoya en el comportamiento de las variables microeconómicas<br />

Aunque las razones que expone Hayek para este vínculo, variaciones de los precios relativos,<br />

no están de acuerdo con las razones que yo sostengo, el simple hecho de que el Premio<br />

Nobel austriaco lo tome en cuenta es algo que tengo en mucha estima, puesto que es una<br />

de las características del modelo de desarrollo local que propondré en este libro.<br />

El ahorro y la tecnología tienen roles de gran importancia en el crecimiento<br />

El asunto del ahorro es algo que debatiremos también en el modelo que presentaremos<br />

Los precios del mercado determinan los costos del producto y no a la inversa<br />

He aquí un aporte de real valía al que le asignamos todo nuestro apoyo, tal como veremos<br />

en el modelo anunciado<br />

Por último, junto con sus colegas de la Escuela Austríaca, Hayek dice que los ciclos económicos<br />

no provienen de los cambios anticipados emergentes de las expectativas, ni de los<br />

salarios rígidos o de eficiencia, sino de los desaciertos del Banco Central y de su política<br />

monetaria y crediticia.<br />

La Teoría del “Gran Impulso” (“Big Push”)<br />

Por la década de los cuarenta apareció una propuesta muy atrayente basada en lo que se<br />

llamó “El Gran Impulso” (“Big Push”) cuyo diseñador principal fue Rosenstein-Rodán. La<br />

propuesta se afirmaba en la creencia de que el mercado exigía grandes inversiones para la<br />

232


producción. La teoría del Big Push es, principalmente, una teoría de la inversión que coincidiría<br />

con la fase del despegue de Rostow y la visión de un desarrollo equilibrado. El énfasis<br />

se pone en la necesidad de realizar inversiones muy grandes para que logren el “el<br />

gran impulso”, de manera que todos los sectores crecieran a ritmos más o menos parecidos.<br />

Los montos de inversión permitirían el logro de economías externas, después de haberse<br />

invertido en obras de infraestructura, con lo que los beneficios sociales serían mayores que<br />

los costos sociales. No creo que la teoría del Big Push sea adecuada a las condiciones de<br />

los países subdesarrollados de la actualidad, puesto que, si esos países tuvieran los montos<br />

de inversión exigidas, ya no serían subdesarrollados. Por otra parte, y éste es el punto más<br />

débil, la teoría del Big Push se refiere, al igual que todos los modelos neoclásicos, al crecimiento<br />

sectorial, modelo abstracto que no toma en cuenta la región o el territorio. De esta<br />

manera se tiene un crecimiento que parece no asentarse en ninguna parte. La ex URSS,<br />

cuyos planificadores consideraban que “mientras más grande mejor” asimilaron este modelo<br />

con los consiguientes fracasos registrados. La creencia de que el incremento de la escala<br />

de producción traerá siempre y necesariamente economías de escala nunca fue tan rebatida<br />

como en la experiencia soviética. Pero si en vez de la idea del “Gran Impulso” sectorial,<br />

adoptáramos la de un “Empuje Posible”, tomando en cuenta los territorios y sus capacidades,<br />

podríamos tener una versión positiva de la teoría.<br />

El modelo del desarrollo con oferta ilimitada de mano de obra<br />

En la siguiente década, 1950, los teóricos empezaron a preguntarse sobre las razones para<br />

que en los países subdesarrollados hubiera tantos recursos naturales y humanos ociosos y<br />

por qué el Estado no tomaba cartas en el asunto, al estilo keynesiano. Sin embargo, la pregunta<br />

originó otra propuesta; esta vez, de Arthur Lewis, otro “Lord” inglés, quien dijo que<br />

bien podría aprovecharse la mano de obra excedentaria para trasladarla de la agricultura a<br />

la industria y lograr así un proceso franco de desarrollo. Su modelo se llamó “Desarrollo<br />

con Oferta Ilimitada de Mano de Obra”. Según la teoría, en los países subdesarrollados<br />

había un sector rural en el que existía mano de obra excedentaria. Lo único que debía hacerse<br />

era convocar a los capitalistas para que invirtieran en las industrias atrayendo la mano<br />

de obra redundante. Esta forma de reclutar trabajadores sería muy sencilla: se les pagaría<br />

algo más que el salario de subsistencia y, como antes de ir a la ciudad los trabajadores<br />

excedentarios prácticamente no ganaban salario, el costo de oportunidad de trasladarse a<br />

los centros urbanos tendía a cero. “Go to the city” gritaron los planificadores. Sabemos que<br />

los chinos son hartos, lo que no sabemos es si veinte años después escucharon los gritos de<br />

Lewis, pero el asunto es que ahora los chinitos dejaron de dedicarse a la producción de<br />

proverbios y decidieron que las revoluciones culturales no daban para comer. Los trabajadores<br />

acudieron a las ciudades y ahora China amenaza al Japón con quitarle el título de ser<br />

la segunda potencia económica mundial, algo que llega al corazón mismo de los japoneses,<br />

después de haberlo sentido en los bolsillos y en la competencia por sus exportaciones. El<br />

desarrollo con oferta ilimitada de mano de obra podría adecuarse a nuestros países, pero el<br />

asunto es que son los capitalistas, no los trabajadores, los que no acuden ni al campo ni a la<br />

233


ciudad. Esperemos que algún día, ante las pocas opciones para asignar los excedentes acumulados,<br />

se decidan a invertirlos en las industrias de los países subdesarrollados.<br />

La CEPAL postulaba que la estrechez de mercado se debía a que los recursos naturales y<br />

humanos de nuestros países no eran aprovechados debidamente por la falta de capital, lo<br />

que ocasionaba gran desempleo y éste, a su vez, una férrea estrechez de mercado. Sobre el<br />

particular, es necesario preguntarse ¿por qué no se utiliza “ni adecuada ni plenamente los<br />

recursos disponibles de una economía subdesarrollada? En el caso de Bolivia, hay un indicador<br />

que sintetizan la causa principal: El Indígena. Los pueblos originarios fueron esclavizados<br />

por 500 años en un grado tal que nunca pudieron desarrollar sus culturas en igualdad<br />

de condiciones que las demás. Los pequeños excedentes que por propia iniciativa querían<br />

lograr, les era arrebatado sistemáticamente por la Colonia, primero, y por la República,<br />

después. Así, el Indio tuvo que refugiarse en su pasado para encontrar las fuerzas que le<br />

permitieran sobrevivir, reduciendo su consumo al mínimo; en realidad a una hojita de coca.<br />

Por eso es que no conforma, hasta ahora, una fuerza de demanda efectiva; por eso es que<br />

los empresarios no invierten, pues se quejan de la estrechez de mercado, causada, precisamente,<br />

por la falta de inversiones que pudiera aumentar el empleo y con él, la demanda<br />

agregada.<br />

Pero los inversionistas nacionales descubrieron que sí podían invertir para el mercado internacional,<br />

lo que los liberaba de la reducida demanda interna. Así lo entendieron los llamados<br />

“barones del estaño”, los que se dedicaron a expoliar los recursos mineros del país<br />

sin dejar nada a cambio; a esto se denominó “El Modelo Dual”. Aplicaron una tecnología<br />

de punta sólo en la extracción de minerales, la que no tuvo ninguna repercusión en el resto<br />

del país; por otra parte, ni siquiera invirtieron en una fundidora de estaño o de plata que se<br />

localizara en Bolivia. La exclusión que se hizo del Indio fue la causa primera para que no<br />

pudiéramos emplear “todos los recursos existentes” al proceso productivo y, por ende, al<br />

de desarrollo. Desde que el capital extranjero se dio cuenta de que los países subdesarrollados<br />

tenían abundantes recursos naturales y humanos, decidieron expoliarlos aplicándolos a<br />

la producción de exportación. Decidieron, en extraña muestra de filantropía, considerarnos<br />

como reservas activas de insumos y de mano de obra para producir lo que creían que debía<br />

producir para el mercado internacional. Ningún modelo que permitiera a los países subdesarrollados<br />

salir de su estancamiento podía ser aplicado por los inversionistas: expoliar rendía<br />

beneficios mucho más altos que explotar. Pero, tal como veremos después, el planteamiento<br />

keynesiano y el de la CEPAL, sobre la necesidad de que el Estado participara activamente<br />

en el proceso de desarrollo fue un aporte de valía.<br />

Las etapas de Rostow (Nueva York 1913)<br />

Walt W. Rostow, que por el nombre de pila habría nacido para poeta, más bien se inclinó<br />

por la economía para hacernos saber que había cinco etapas en el desarrollo de todos los<br />

países del mundo. No importaba que los países estuvieran en África, Asia, Latinoamérica<br />

o en cualquier otro lugar. No importaba las culturas ni las percepciones de los pueblos a los<br />

234


que quería desarrollar. Habría cinco etapas, ni una más ni una menos, y si un país quería<br />

desarrollar, tenía que pasar forzosamente por todas y cada una de ellas, tal como los esotéricos<br />

pasan por rituales determinados para obtener el grado superior. Quienes dijeran lo<br />

contrario pecaban de intonsos. Las etapas en cuestión fueron:<br />

Primera etapa: La sociedad tradicional<br />

Se caracteriza por una economía de subsistencia, no hay excedentes y, por lo tanto, tampoco<br />

hay comercio. La agricultura es la principal fuente de producción.<br />

Segunda etapa: Transición<br />

La especialización del trabajo genera excedentes y aparecen las vías de transporte para el<br />

comercio; el ingreso aumenta a la par que el ahorro y la inversión.<br />

Tercera etapa: El despegue<br />

El crecimiento se concentra en algunas regiones y en pocos sectores industriales.<br />

Cuarta etapa: Hacia la madurez<br />

La economía se diversifica más sobre la base de la innovación tecnológica, una mayor<br />

oferta de bienes y servicios y una menor dependencia de las importaciones.<br />

Quinta Etapa<br />

Hay un boom de las industrias que producen bienes de consumo duradero; el sector servicios<br />

se fortalece rápidamente y el crecimiento exige grandes inversiones de capital.<br />

Un pequeño análisis de la tesis de Rostow nos indica que su visión no incluye lo que nosotros<br />

llamamos “Desarrollo”, sino más bien, es otra receta para que un país pueda crecer<br />

económicamente, sin importar asuntos sociales o de equidad en la distribución de ingresos.<br />

Rostow fue Asesor para Asuntos de Seguridad de Kennedy y de Johnson, escribió su obra<br />

más conocida “Las Etapas del Crecimiento Económico” con un subtítulo muy sugestivo, el<br />

que hacía saber a todos los lectores que lo que estaban leyendo era un “Manifiesto no Comunista”.<br />

(Los estadounidenses son cosa seria) Su percepción eurocéntrica le hacía ver a<br />

todo ser humano como descendiente directo y poseedor de todos y cada uno de los genes y<br />

cualidades de los europeos. La mayor parte de los teóricos del crecimiento están convencidos<br />

de que un país subdesarrollado es simplemente un país capitalista atrasado, por consiguiente,<br />

sostienen que el proceso histórico es homogéneo en todos ellos y que las recetas<br />

para uno son de utilidad similar para todos los demás. La misma ex URSS compartía ese<br />

criterio y nada fue suficiente para hacerles saber que el subdesarrollo es una secuela del<br />

capitalismo y nace cuando éste ya está en pleno proceso de maduración.<br />

El modelo de Heckscher-Ohlin<br />

Ambos economistas coincidieron en afirmar que cada país debía exportar bienes cuya producción<br />

requiera de las dotaciones que la naturaleza les había proporcionado. Así, los que<br />

235


tenían recursos naturales y mano de obra abundante, debían exportar bienes cuya producción<br />

no exigiera, proporcionalmente, mucho capital ni tecnología. En cambio, los países<br />

que contaban con tecnología y capital, exportarían bienes de alto valor agregado. En otras<br />

palabras, reeditaron la Ley de la Ventaja Comparativa de Adam Smith.<br />

Eli Heckscher (1879 - 1952) y Bertil Ohlin fueron dos economistas suecos, el segundo de<br />

los cuales compartió el Premio Nobel con James Meade en 1979. En su modelo, Heckscher<br />

y Ohlin asumieron diferencias en las dotaciones de capital, pero el modelo exigía que se<br />

mantuviese la misma tecnología, de este modo la productividad de la mano de obra resultaba<br />

emergente del modelo. La idea principal se centraba en el supuesto de que, participando<br />

de este modo en el mercado internacional, todos los países atrasados maximizarían<br />

sus producciones. Pero también propusieron algo muy importante: que los países atrasados<br />

se empeñaran en adquirir ventajas comparativas en los bienes que importaban, lo que era<br />

una forma de hablar, como la CEPAL, del modelo de sustitución de importaciones. Este<br />

modelo sería complementado por la CEPAL, cuyo director, Raúl Prebich, argentino, le dio<br />

el impulso suficiente para lanzar la primera teoría del desarrollo verdaderamente latinoamericana<br />

y verdaderamente del desarrollo<br />

Síntesis<br />

El modelo neoclásico actual y sus secuelas, tales como el monetarismo, la nueva macroeconomía<br />

clásica, la economía de oferta, la escuela austriaca… es francamente regresivo y<br />

en extremo reaccionario con relación a los clásicos, que eran representantes de un sistema<br />

capitalista, en aquella época, emergente y pujante, progresivo y dinámico, lo que les permitió<br />

anular el parasitismo del feudal sobre la base de la búsqueda de leyes objetivas que<br />

regían los procesos económicos. Pero los neoclásicos se han convertido en los portavoces<br />

académicos del neoliberalismo, la última degeneración del pensamiento liberal y, con ello,<br />

en los defensores de los intereses de las transnacionales en la presente etapa de la globalización.<br />

El modelo neoclásico, al igual que el neoliberalismo como sistema de pensamiento,<br />

es la conversión del hombre en personaje de manicomio, afiebrado por la necesidad de<br />

ganar más con el fin ulterior de ganar aún más, sin que ni siquiera ellos sepan para qué. Los<br />

neoclásicos son enemigos del desarrollo, al que jamás quisieron entender como algo diferente<br />

del simple crecimiento.<br />

Un puente sólido de transición: Gunnar Myrdal (Suecia: 1898-1987)<br />

Fue uno de los primeros economistas que se preocupó por la existencia de las desigualdades<br />

y la urgencia de reducirlas. Para ello propuso elevar el consumo como una condición necesaria<br />

al desarrollo. Esto lo dedujo al estudiar las condiciones de los países asiáticos de la<br />

época, las que fueron plasmadas en su gran obra: El Drama Asiático: una investigación de<br />

la pobreza de las naciones y el desafío de la pobreza del mundo. The backwash effect<br />

incluía los efectos negativos del atraso económico en un país, tales como la fuga de cerebros<br />

y de capitales. Por otra parte, no creía en las teorías concentradas en el equilibrio. Los efectos<br />

de una expansión económica, para Myrdal, son causados por movimientos de variables<br />

económicas y no económicas a la par, algo que es un gran acierto en su percepción teórica.<br />

236


El “spread effects” se refiere a los cambios favorables que se realizan en los lugares lejanos<br />

al centro de expansión, en proceso de ondas que podrían identificarse como causación circular.<br />

Servían para identificar los factores que promovían el crecimiento por el flujo migratorio,<br />

tecnológico y de capital, entre otros, de los países ricos a los pobres. La diferencia<br />

neta de uno de estos dos efectos ocasionará el incremento del bienestar o el descenso del<br />

mismo en una nación. El predominio del backwash effect es propio de las naciones subdesarrolladas,<br />

lo que hace que la brecha con los países desarrollados se magnifique en el comercio<br />

internacional. De esta manera, para Myrdal, las fuerzas de mercado no hacen sino<br />

empeorar la situación de los países subdesarrollados, incrementando las desigualdades.<br />

Afirmó también que una política de industrialización en las naciones pobres ocasionaría<br />

una mayor seguridad mundial. Myrdal es uno de los grandes precursores de las teorías del<br />

subdesarrollo. Sus percepciones cobran vigencia en un momento en que la seguridad del<br />

mundo se ve amenazada por las políticas de expoliación del modelo neoclásico y por el<br />

incremento de la pobreza en casi todos los países subdesarrollados del mundo, emergentes<br />

de la aplicación de ese modelo.<br />

La CEPAL y el concepto del “Centro” y la “Periferia”<br />

Para la CEPAL, el “Centro”, producía la tecnología y la “periferia” estaba conformada por<br />

un conjunto de países que no producían tecnología sino materias primas. Esto produciría<br />

una concentración del ingreso en los países del “Centro” en detrimento de aquéllos de la<br />

“Periferia”. Esta exacción de nuestros recursos naturales se producía a través del comercio<br />

internacional, el que nos mostraba que la relación de intercambio era, por lo general, contraria<br />

a los países periféricos. Con esta asimetría no era posible ningún desarrollo para nosotros.<br />

Un economista paraguayo decía lo siguiente en una reunión de economistas latinoamericanos:<br />

“nosotros exportamos la mejor madera del mundo e importamos los mejores<br />

escarbadientes”. Esta alusión directa a la relación desfavorable de los términos de intercambio<br />

entre los países desarrollados y los subdesarrollados apoya decididamente la teoría de<br />

la CEPAL. Ante esta verdad revelada, los cepalinos recomendaron una política de sustitución<br />

de importaciones.<br />

La tesis de la Sustitución de Importaciones, lanzada por la CEPAL para reducir la brecha<br />

en la relación de los términos de intercambio fue mal interpretada e injustamente criticada.<br />

Se creyó que habría de constituirse en la panacea de todos los problemas del subdesarrollo<br />

y algunos países, como Argentina, por ejemplo, la llevaron a grados de franca divinización.<br />

La tesis fue deformada en su práctica debido a que la mayoría de los países de Latinoamérica<br />

empezó a sustituir bienes de acuerdo con la tecnología disponible en el momento. Esto<br />

es, no identificaron los bienes clave que verdaderamente les permitiría desarrollar, sino que<br />

produjeron los que no exigían grandes inversiones ni tecnologías de avanzada. Con un modelo<br />

así deformado era imposible pensar en procesos significativos de desarrollo, sobre<br />

todo si se quiere imponer una planificación centralizada.<br />

237


Tal es un apretadísimo resumen de las primeras teorías del crecimiento económico sustentadas<br />

por otras tantas escuelas. Ninguna de ellas se adecúa a las condiciones de los países<br />

subdesarrollados, pero, con el correr del tiempo, aparecieron nuevas corrientes que enfocaron<br />

sus análisis a los problemas del subdesarrollo más que a los de simple crecimiento.<br />

Por otro lado, hay varios temas adicionales sobre el modelo neoclásico de la economía, las<br />

que serán indagadas en otra obra.<br />

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Comisión Europea: Proyecto de Monitoreo de Nuevas Tecnologías<br />

Blacutt Mendoza, Mario:<br />

El Desarrollo Local Complementario<br />

Inédito<br />

Blacutt Mendoza, Mario<br />

La Lucha Por los Salarios debe Continuar<br />

(Inédito)<br />

242

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