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paraWeb-Quid72

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Año 11 | Número 72<br />

OCTUBRE - NOVIEMBRE 2017<br />

CONSEJO EDITORIAL<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Jorge González<br />

Luz Henríquez<br />

Antonio Dalto<br />

DIRECCIÓN<br />

Jorge González<br />

EDICIÓN<br />

Carla Pandolfo<br />

COORDINACIÓN<br />

Hugo Cayssials<br />

Melina Dorfman<br />

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN<br />

Conci|Melnizki edd<br />

FOTOGRAFÍA<br />

Silvana Sergio<br />

CORRECCIÓN<br />

Esteban Bertola<br />

COLABORAN EN ESTE NÚMERO<br />

Laura Berti, Juan Cibeira, Horacio de Dios,<br />

Marina García, Martín Garrido, Nancy Giampaolo,<br />

María Fernanda Guillot, Silvia Hopenhayn,<br />

Nadia Koval, Roger Koza, Christian Kupchik,<br />

Martina Leunda, Felipe Pigna, Gabriel Rolón,<br />

Lucila Rolón, Emilia Simison, Mónica Tracey,<br />

Maximiliano Tomas, Esteban Ulrich, Nando<br />

Varela Pagliaro, Sergio Varela y Agustina<br />

Zabaljáuregui.<br />

PUBLICIDAD Y REDACCIÓN<br />

Tel.: 4943-8219/22<br />

Patagones 2463 | C1282ACA | CABA<br />

Correo: revistaquid@ilhsa.com<br />

Web: yenny-elateneo.com / Sección Quid<br />

REVISTA QUID<br />

Grupo Ilhsa S.A. es propietaria de Quid, publicación<br />

de Yenny y El Ateneo. Queda prohibida la reproducción<br />

del contenido de esta publicación, aun mencionando<br />

la fuente.<br />

Los editores no son responsables por las opiniones<br />

vertidas por los colaboradores, entrevistados, las notas<br />

firmadas y el contenido de los mensajes publicitarios.<br />

Registro Nacionl de la Propiedad Intelectual<br />

Nº 506670. ISSN 1669738-3<br />

Distribución en locales Yenny y El Ateneo de la Ciudad<br />

de Buenos Aires, GBA e interior del país.<br />

Se cuenta que los bosquimanos lanzan una pequeña flecha a la mujer<br />

que desean, si ella se la quita observando al tirador, quiere decir que<br />

lo acepta; si se la quita y no vuelve la vista, habrá sido rechazado.<br />

Una mujer en el siglo XIX podía dejar caer su pañuelo perfumado<br />

ante algún caballero, su perfume era una invitación al amor.<br />

Cierto pájaro adorna un tronco de un árbol, junta piedritas brillantes<br />

y pétalos de colores vistosos. Una hembra, arrobada por semejante<br />

puesta, lo aceptará sin titubear.<br />

Una flor emanará un dulzor embriagador para una abeja, que libará su<br />

néctar para transportarlo al novio.<br />

La gestualidad amorosa, de esto se trata esta edición, en nuestro duodécimo<br />

aniversario.<br />

Disfruten este número de Quid.<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Director General<br />

Grupo Ilhsa


Sumario<br />

72<br />

Nota de tapa. Christian Kupchik nos cuenta la historia<br />

08 del beso, sus usos y costumbres en el pasado y para<br />

56<br />

otras culturas. Imperdible.<br />

Tema de tapa 4. La danza y su relación con el sexo.<br />

Desde los primeros mitos, el simbolismo de la pavana<br />

de la corte italiana, la danza de los siete velos, hasta el<br />

chamamé, la zamba y el tango.<br />

28<br />

32<br />

60<br />

12<br />

El señalador. Maximiliano Tomas escribe sobre seis<br />

autores a propósito de la literatura y la sexualidad.<br />

64<br />

Tema de tapa 5. Juan Cibeira escribe sobre el<br />

matrimonio entre el rock y el sexo, una unión explosiva.<br />

14<br />

Opinión. El licenciado Gabriel Rolón habla sobre la<br />

diferencia entre la pulsión y el erotismo.<br />

76<br />

Tema de tapa 6. Emilia Simison escribe sobre las palabras<br />

de amor de los políticos.<br />

16<br />

Tema de tapa 1. Roger Koza aborda nuestro tema comenzando<br />

por el film de Eduardo Mignona titulado Con otros<br />

ojos para llegar a Rester Vertical, el largometraje “más<br />

libre de este siglo” del cineasta Alain Guiraudie.<br />

82<br />

Entrevista 11. La escritora cordobesa Cristina Bajo,<br />

llamada “la gran dama” de la literatura histórica, habla<br />

de su última novela, Esa lejana barbarie.<br />

74<br />

46<br />

79<br />

36<br />

24<br />

Tema de tapa 2. Silvia Hopenhayn escribe sobre la novela<br />

erótica. Desde Lolita pasando por Traumnovelle (Relato<br />

soñado), de Arthur Schnitzler, hasta la exitosa Cincuenta<br />

sombras de Grey.<br />

86<br />

Entrevista 12. Invitado por el festival Comicópolis, Jean<br />

Yves Ferri, el guionista encargado de “calzarse el manto<br />

de Goscinny”, para continuar con Astérix.<br />

40<br />

Tema de tapa 3. Una investigación especial de Agustina<br />

Zabaljáuregui sobre el género y sus diferentes denominaciones<br />

e identidades sexuales.<br />

88<br />

Tema de tapa 7. Recordamos al fotógrafo Robert<br />

Mapplethorpe, su vida y su extraordinaria obra.<br />

Blues. Sergio Varela escribe sobre la reciente edición<br />

53 90<br />

de Nina Sinome sings the blues.<br />

Arte. Desde París, Esteban Ulrich nos presenta la<br />

muestra retrospectiva del genial David Hockney en<br />

el Museo Pompidou.<br />

68<br />

94<br />

20<br />

Dossier<br />

Literatura<br />

Henry Miller<br />

El obsceno<br />

Fue obrero, boxeador, periodista, cartero, profesor de gimnasia, ascensorista,<br />

corrector de textos, ciclista y finalmente escritor. Su literatura fue acusada de<br />

pornográfica y prohibida en los países anglosajones hasta 1964, año en que la<br />

Corte Suprema de Estados Unidos anula el juicio a Miller por obscenidad. Este<br />

hecho se considera el inicio de la llamada “revolución sexual”.<br />

20. Paula Hawkins, modestia aparte<br />

28. Reynaldo Sietecase, el outsider<br />

32. Felipe Pigna, de mentiras y verdades<br />

36. Sebastián De Caro y la amargura<br />

46. Iván Noble. El placer de la intimidad<br />

60. Eva Bourbon, sin prejuicios<br />

68. Alain Rouquié, sobre el peronismo<br />

74. Pablo Marchetti, el anarquista<br />

79. Florencia Bonelli, la reina del amor<br />

94. Turismo. Japón, el otro lado del sexo


MISCELÁNEAS<br />

Guía para viajar al<br />

Sudeste asiático<br />

Desde las increíbles pagodas con<br />

paredes de oro en Myanmar, a<br />

coloridos y fascinantes mercados<br />

flotantes de Tailandia, los circuitos<br />

de trekking de Vietnam, los pueblos<br />

rurales de Laos que mantienen su<br />

encanto, los templos en la selva de<br />

Camboya, las playas para bucear en<br />

Malasia, las extrañas aldeas en los<br />

arrozales de Filipinas, los circuitos<br />

de aventura en Indonesia y los<br />

mejores barrios para disfrutar en<br />

Singapur. Todo para conocer uno de<br />

los lugares más exóticos del mundo.<br />

Para comer de todo<br />

ÑAM ÑAM. Manual para alimentar<br />

a un pequeño omnívoro es el<br />

nuevo trabajo de Narda Lepes,<br />

en el que propone buenas, fáciles<br />

y riquísimas opciones para los más<br />

chiquitos y para que desarrollen<br />

una buena relación con la comida.<br />

Cómo empezar a alimentar a los<br />

bebés, qué alimentos novedosos<br />

sumar según la edad, por qué es<br />

importante combinar de manera<br />

precisa las cantidades, cómo<br />

preparar una lonchera o pensar el<br />

menú de un cumpleaños.<br />

Una historia sobre el mar<br />

“El mar está vivo y a veces hace<br />

cosas… como quitar y devolver,<br />

alejar y acercar, y por supuesto,<br />

revolcarnos. Una historia llena<br />

de espuma, arena en los cachetes,<br />

amor y olas, muchas olas”,<br />

como dice su autora, Magela<br />

Demarco. Mi amigo el mar<br />

acaba de publicarse en la Brujita<br />

de Papel. Se presentó en la Feria<br />

del Libro Infantil y tiene unas<br />

ilustraciones bellísimas, hechas<br />

por Caru Grossi.<br />

Ya están disponibles varios títulos para ver en casa<br />

La tortuga roja es la primera propuesta. Se trata de una película<br />

muda de animación coproducida por Francia, Bélgica<br />

y Japón, dirigida por Michaël Dudok De Wit. Cuenta la<br />

historia de un náufrago que intenta armar una balsa para salir<br />

de la isla desierta y su encuentro con una tortuga roja.<br />

Norm y los Invencibles es una película indo-estadounidense<br />

animada por computadora en 3D, dirigida por Trevor Wall<br />

y protagonizada por Rob Schneider en la voz de Norm,<br />

que es un oso polar que se ve obligado a dejar su hogar en el<br />

ártico como consecuencia del cambio climático y encuentra<br />

refugio en una estación científica abandonada.<br />

Game of Thrones, temporada 1, 2 y 3. Basada en la saga del<br />

escritor estadounidense George R. R. Martin fue estrenada<br />

en abril de 2011 y se convirtió en la serie más vista de todos<br />

los tiempos. La serie está ambientada en los continentes<br />

ficticios de Poniente y Essos. Está filmada en Belfast, Croacia,<br />

Islandia, Malta, Marruecos, España y Estados Unidos.<br />

Teatro ciego para niños<br />

Mi amiga la oscuridad es la primera obra infantil de Teatro<br />

Ciego. La puesta está pensada para que niños desde los 4 años<br />

puedan ingresar por primera vez a una sala de Teatro Ciego. La<br />

primera parte de la obra se desarrolla con luz y serán los propios<br />

chicos quienes llamen a la oscuridad utilizando sus “pulseritas<br />

de poder contra el miedo”. Una propuesta diferente en Zelaya<br />

3006. Los sábados 15.30 y 17 hs. y los domingos a las 17.


Nota<br />

de tapa<br />

BESOS<br />

BRUJOS<br />

(Ideas y gestos del amor)<br />

POR Christian Kupchik<br />

Templo de Khajuraho<br />

India<br />

De todos los conocimientos que la humanidad ha ido acumulando a través<br />

de los siglos, se extrae una pregunta original que solo alimenta especulaciones:<br />

¿cuál fue el primer gesto amoroso? ¿Acaso hubo una caricia, un beso<br />

furtivo robado al Paraíso?<br />

Durante mucho tiempo una caricatura torpe (y de claras connotaciones<br />

machistas) intentó dar una respuesta a la cuestión al mostrar a un cavernícola<br />

armado de un palo y arrastrando de los cabellos a su compañera. Es decir,<br />

la primera manifestación amorosa de nuestros mayores llegó precedida por<br />

la violencia. Obviamente que la versión carece de todo asidero real y habla<br />

más del presente que del pasado. En realidad, en todas las culturas puede<br />

encontrarse una idea aproximada acerca de cómo se manifiesta el amor.<br />

Los antropólogos aceptan que los primeros homínidos ya se besaban y su origen<br />

se remonta hasta el hombre del Cromagnon. La costumbre parece derivar<br />

de la instintiva necesidad que sentían las mamás homínidas de masticar la<br />

comida hasta convertirla en papilla para alimentar a sus bebés. A partir de allí,<br />

una hipótesis sostiene que buscaban halagar de la misma manera al macho dominante<br />

de la manada, en un primitivo gesto de adulación. Charles Darwin<br />

interpretó que las raíces de este contacto, extendidas con leves diferencias a<br />

todas las culturas, se remontan a la edad de piedra.<br />

Las referencias más antiguas están dadas por los besos esculpidos 2500 a.C.<br />

en las paredes de los templos de Khajuraho, en la India. El Kamasutra,<br />

por su parte, describe tres clases de besos: el nominal, en el que los labios<br />

apenas se tocan; el palpitante en el que se mueve el labio inferior, pero no<br />

el superior; y el beso de tocamiento, en el que participan labios y lengua.<br />

Técnicas no menos depuradas demandan los besos que se dan los esquimales,<br />

los malayos y los polinesios: no se trata de entrechocar las narices como<br />

si fueran boxeadores sino de frotarlas delicadamente, como si cada uno<br />

procurara olfatear el perfume (o el hedor) de la piel del otro. Se supone que<br />

de allí, en la necesidad de reconocer al otro del mismo clan por el olfato,<br />

proviene el extendido beso en las mejillas entre amigos o familiares cercanos<br />

de la cultura occidental. En lenguaje esquimal, la palabra que alude al verbo<br />

“besar” es la misma que se utiliza para expresar “cariño”.<br />

Mucho más estrafalario y peligroso es el beso que prodigan los varones de<br />

las islas Trobriand, como prolegómeno de sus juegos sexuales. Sin ocultar<br />

su perplejidad, el antropólogo Bronislaw Malinowski lo describe en<br />

su libro La vida sexual de los salvajes (1929), de regreso de su expedición a<br />

estas islas que forman parte del archipiélago de las Salomón, en el Pacífico<br />

Sur, a 3000 kilómetros de Australia. Malinowski observó que la ceremonia<br />

comienza a la manera de los esquimales, pero en cuanto la pareja manifiesta<br />

síntomas de enardecimiento “menudean los mordiscos y las dentelladas,<br />

hasta producirse heridas en labios y lenguas”. Incluso, el siguiente<br />

paso que marca el ardor de este beso es el ritual mordisco de las pestañas,<br />

según nos informa.<br />

Para asustar a sus hijos pequeños, las madres nativas de Indochina francesa<br />

amenazaban darle “un beso de hombre blanco”. Y en muchas tribus africanas,<br />

los nativos reverenciaban al jefe besando el suelo que pisaba.<br />

Así como se mencionan varias versiones en cuanto al origen del beso, también<br />

es variado su significado a lo largo de la historia. La creencia, de que el<br />

alma se expresa a través del aliento vital y que un beso en la boca promueve<br />

la comunión de dos almas, determinó que su práctica fuera sacralizada por<br />

varias religiones, entre ellas la católica.<br />

En el Cantar de los cantares, uno de sus versos formula: “¡Que me bese con<br />

10<br />

11


los besos de su boca!” (1:2). El texto del Cantar describe los<br />

preparativos de una boda en el que la novia es una joven niña<br />

que desea ser unida a su Señor. Ella es la primera en manifestar<br />

su deseo; se adelanta y precede a su futuro esposo, sin<br />

vergüenza. Para Gregorio de Nisa este es el beso por el<br />

cual los amados respiran juntos, fusionan sus espíritus o bien<br />

infunden su aliento. Es el beso que purifica toda mancha,<br />

manifestada en la boca del marido y que, por lo tanto, asegura<br />

la Salvación.<br />

Pero así como en la Biblia se describe el beso del amor como<br />

fuente divina, también figura el beso de codicia y traición. El<br />

primero refiere a cuando Jacob besa a Isaac, su padre y le hace<br />

creer que es Esaú, el primogénito, con la intención de quedarse<br />

con la bendición de su progenitor y la jefatura de la familia. El<br />

de traición apunta al que le da Judas a Cristo en la mejilla, con<br />

el que entrega al Hijo del Hombre y se condena para siempre,<br />

tal como fuera representado en un fresco de Giotto.<br />

El significado del beso, como se puede apreciar, tendrá una<br />

simbología y sentido diverso en cada cultura y también en las<br />

distintas épocas. Entre los persas de la Antigüedad, los hombres<br />

se daban besos en la boca, pero tal acto solo era válido<br />

entre personas de un mismo nivel social. Si dos hombres eran<br />

considerados jerárquicamente inferiores, el beso debía ser<br />

dado en el rostro. Hasta la segunda mitad del siglo IV a.C.,<br />

los griegos solo permitían besos en la boca entre padres e<br />

hijos, hermanos o amigos muy próximos. Platón declaraba<br />

“sentir gozo al besar”. Por su parte, en la cultura celta se creía<br />

que el beso incluso tenía propiedades curativas.<br />

Antiguamente en Inglaterra, al llegar a casa de alguien el<br />

visitante besaba al anfitrión, a su mujer y a toda la descendencia,<br />

incluidas las mascotas. Y en Escocia, el padre besaba los<br />

labios de la novia al final de la ceremonia de casamiento. Se<br />

decía que la felicidad conyugal dependía de esa bendición en<br />

forma de ósculo. Después, en la fiesta, la novia debía circular<br />

entre los invitados y besar a todos los hombres en la boca,<br />

que a cambio le daban algún dinero.<br />

En el Renacimiento, esta práctica –el beso en la boca– era<br />

una forma de salutación muy común. En el siglo XV, los nobles<br />

franceses podían besar a cualquier mujer que quisiesen,<br />

mientras que en Italia, si un hombre besaba a una doncella<br />

en público, estaba obligado a casarse con ella inmediatamente.<br />

En Rusia, una de las más altas formas de reconocimiento<br />

oficial era un beso al zar.<br />

Por otro lado se solía besar la mano de aquella persona con un<br />

nivel social más alto o de mayor jerarquía en la familia como<br />

los padres, abuelos o bisabuelos, o bien quien tuviera un cargo<br />

importante en determinado ámbito como el padre de la iglesia,<br />

los cardenales, los obispos, etc. Ese beso era muestra de respeto<br />

más que de afecto; en cambio se besaban en la mejilla dos<br />

personas de iguales condiciones como muestra de cercanía.<br />

A las damas también se les besaba en la mano, en vez de la mejilla,<br />

como señal de respeto. El beso pasó de ser una muestra<br />

de afecto a una expresión amorosa hacia la otra persona. Sin<br />

embargo, durante la Revolución Industrial quedó prohibido: la<br />

gente ya no podía besarse en público.<br />

Los besos en el cine nacieron casi con el invento del cinematógrafo:<br />

el primero de todos fue filmado en 1895 en una cinta<br />

de celuloide de casi once metros, cuya proyección duraba<br />

apenas cincuenta segundos. La película se tituló, sin mayor<br />

originalidad, El beso, y en ella un actor de recios mostachos,<br />

John Rice, apoyaba sus labios sobre los de una dama, May<br />

Erwin, bailarina del Ziegfeld Follies. Su realizador, Thomas<br />

Alva Edison, debió soportar una andanada de críticas cuando<br />

la libró a la exhibición pública. Los diarios neoyorquinos<br />

maldijeron el advenimiento del cine si serviría de vehículo a<br />

escenas tan lascivas y depravadas, de manera que el inventor<br />

de la lamparita se convirtió también en víctima precoz de la<br />

censura cinematográfica.<br />

“El beso santifica el más entrañable de los sentimientos”, escribió<br />

Robert Burns, el más notorio poeta inglés del siglo XVIII.<br />

Más allá de las diferentes formas o significados, lo cierto es que<br />

el contacto físico, ya sea una caricia o un beso, plasman un lenguaje<br />

irreal que intenta dar cuenta de lo inexplicable: el amor.<br />

Para Roland Barthes, el amor es inclasificable, más que<br />

como nombre o adjetivo que se relaciona con el objeto amado<br />

o existe en función de este. En los tiempos modernos, donde<br />

impera el vértigo y la indiferencia, el sujeto enamorado, cuyo<br />

motor es la paradoja y se encuentra desheredado, debe ser<br />

reivindicado. A Barthes le molestaba que se utilizara la palabra<br />

“amar” a la ligera. Entiende al sujeto enamorado como un<br />

marginal, tanto más auténtico cuanto deja de estar de moda; es<br />

un sujeto cuyo discurso es provocador, heterodoxo y capaz de<br />

alcanzar cotas insospechadas de autocrítica. El discurso imperante,<br />

dice Barthes, invita al sujeto enamorado a retornar a la<br />

realidad, dejar atrás el acto “loco”, impulsivo e irreflexivo para<br />

“amar bien”, como si fuesen dos actitudes incompatibles. El<br />

enamorado está en la “desrealidad”, y siente como una ilusión<br />

todo lo que el mundo llama la prosaica “realidad”: su realidad<br />

pasa por la relación con el objeto amado y los mil incidentes<br />

que lo atraviesan –sus miradas, sus sonrisas, sus palabras, sus<br />

gestos–, justo eso que el mundo considera como su “locura”.<br />

Para los japoneses, el término fureru designa el acto de tocar,<br />

aunque en un sentido más amplio que el occidental: implica<br />

involucrarse con el otro, es decir, compartir una emoción profunda.<br />

Por eso mismo, fureru se entiende como una expresión<br />

del amor, aunque no se limita solo a su expresión literal,<br />

sino que se entiende que tocar el cuerpo de otra persona es<br />

tocar su corazón. Y cuenta con un concepto preciso para ello:<br />

kokoro ni fuereru, “tocar el corazón de alguien”. Solo alcanzando<br />

a rozar lo intangible –con los labios, las manos, narices<br />

o pies–, nos enseñan los japoneses, es posible imaginar la<br />

liberación del resto de los sentidos. Cualquier hombre, cualquier<br />

mujer, no es sino un corazón que se busca, que quiere<br />

llegar a sí mismo, hacerse cargo del viaje que emprendió para<br />

alcanzar a otro<br />

12


Señalador<br />

EL CUERPO<br />

TEXTUAL<br />

POR Maximiliano Tomas<br />

Sexo y literatura. ¿Sexo con literatura o<br />

literatura sexual? En todo caso, el sexo<br />

como uno de los grandes temas de la<br />

historia humana, y uno de los mayores<br />

desafíos (cuando no uno de los más<br />

patéticos bluffs) de la literatura. No<br />

hablamos acá de seducción, ni mucho<br />

menos de erotismo (dejemos la relación<br />

entre literatura y erotismo al margen,<br />

como una de esas modas pasajeras que<br />

le sirven a la industria editorial para ir<br />

tirando), sino de sexo puro y duro. Los<br />

cuerpos, entonces, y el texto: el cuerpo<br />

textual. Así las cosas, son muy pocos los<br />

escritores que, concreta o metafóricamente,<br />

se han animado a la narración<br />

del acto amoroso, y muchos menos los<br />

que han salido indemnes de la prueba.<br />

Hace poco, por razones que no vienen<br />

al caso, tuve que pensar en cinco libros<br />

donde el acto sexual estuviera representado<br />

de manera satisfactoria. Traté<br />

de quedarme en los alrededores del<br />

siglo XX, para pensar en autores que<br />

podrían haber sido sometidos a la satírica<br />

vara del Bad Sex in Fiction Award,<br />

establecido en 1993 por la revista<br />

británica Literary Review para “honrar<br />

a los autores que hayan escrito una<br />

extraordinariamente mala escena sexual<br />

dentro de una buena novela”.<br />

Finalmente elegí seis libros, no porque<br />

me sobraran los ejemplos, sino porque<br />

no podía decidirme acerca de cuál<br />

estaba de más. De la literatura en<br />

inglés, uno de los que más ha machacado<br />

sobre el acto sexual a lo largo de<br />

toda su obra fue Charles Bukowski,<br />

a través de su álter ego Henry Chinaski.<br />

Lo interesante es que en Mujeres, una<br />

de sus últimas novelas, Chinaski es un<br />

escritor consagrado al que las féminas<br />

se le ofrecen en cantidad, pero el sexo<br />

mecánico y repetitivo exhibe la evidencia<br />

de su vacío, y empuja a ese viejo<br />

cascarrabias hacia el amor romántico.<br />

Si a la sexualidad le sumamos neurosis,<br />

culpa y sadismo, nos topamos con el<br />

vasto catálogo de prácticas sexuales en<br />

el que, por momentos, se transforma<br />

la obra de Philip Roth. Roth, como<br />

Bukowski, también echa mano a una<br />

serie de personajes que funcionan<br />

como álter egos, entre ellos Nathan<br />

Zuckerman y Alexander Portnoy. En<br />

una atractiva vuelta de tuerca del<br />

recurso, estos personajes envejecen al<br />

mismo ritmo que lo hace Roth (actualmente<br />

autorretirado de la escritura) en<br />

la vida real, y por eso mismo algunos de<br />

sus últimos libros abordan la sexualidad<br />

desde un ángulo poco frecuente: la<br />

vejez, la enfermedad y la decadencia física.<br />

En el otro extremo está una de sus<br />

obras tempranas, El mal de Portnoy, en<br />

la que su protagonista se dedica a desplegar<br />

una hilarante historia de las más<br />

diversas variantes masturbatorias.<br />

Y si de sexo gris, triste, mecánico y<br />

rentado hablamos, se nos aparece de<br />

inmediato la figura del francés Michel<br />

Houellebecq, cuyo tema lo obsesiona<br />

desde su primera novela, Ampliación<br />

del campo de batalla. Pero es sobre<br />

todo en Plataforma, editada en 2001<br />

(libro en buena medida profético que<br />

acaba con un atentado terrorista) en<br />

cuyas páginas Michel, una vez más un<br />

personaje que funciona como prolongación<br />

ficcional de su autor, se enamora<br />

de una mujer que lo salva y junto a la<br />

cual fundan un complejo de resorts<br />

internacional llamados Afrodita, dedicados<br />

a ofrecer los placeres del turismo<br />

sexual. Plataforma es una novela desoladora,<br />

con escenas de sexo explícito<br />

logradas, en donde se plasma una visión<br />

muy crítica sobre la manera en que los<br />

individuos comercian y trafican con el<br />

sexo en el occidente capitalista.<br />

Finalmente, la literatura argentina:<br />

El fiord, tal vez el relato más famoso<br />

de Osvaldo Lamborghini, es de<br />

una violencia tal que nos conmina a<br />

reflexionar sobre el poder y la complejidad<br />

de aquello que desde Freud conocemos<br />

como pulsión sexual. Si todo<br />

Borges y buena parte de Cortázar<br />

han consumado una suerte de “literatura<br />

blanca”, Abelardo Castillo<br />

intenta sobrevolar en “La fornicación es<br />

un pájaro lúgubre” y desde una mirada<br />

masculina, el insondable misterio del<br />

orgasmo femenino. Y logra páginas de<br />

una extraña y metafórica belleza (vale<br />

la aclaración: el relato es un homenaje<br />

a Henry Miller, otro gran escritor<br />

de la sexualidad). Es curioso: al mismo<br />

argumento le dedicó cientos de páginas<br />

de la alucinada novela El traductor el<br />

malogrado periodista y escritor Salvador<br />

Benesdra.<br />

Finalmente tenemos la magistral El<br />

espectáculo del tiempo, anteúltima novela<br />

de Juan José Becerra. Para dar<br />

cuenta de la subjetividad y elasticidad<br />

de aquello que los humanos llamamos<br />

temporalidad, Becerra narra el origen<br />

del universo en apenas cuatro páginas.<br />

Y se toma unas cuantas decenas para<br />

construir el relato minucioso de la<br />

cópula entre el personaje principal y su<br />

mujer, acto amoroso mediante el cual<br />

engendrarán un hijo. Un verdadero<br />

bigbang sexual<br />

14


Opinión<br />

EL EROTISMO<br />

HUMANO<br />

(DEL INSTINTO A LA PULSIÓN)<br />

© Leconsag<br />

POR Lic. Gabriel Rolón<br />

“Su esposo había partido y la condesa<br />

se debatía en su cuarto sin saber qué<br />

hacer. El motivo de su inquietud era<br />

claro: estaba profundamente erotizada<br />

por el muchacho que se encargaba del<br />

cuidado de sus caballos. Desde la ventana<br />

podía verlo: fuerte, sudoroso y con<br />

la potencia de juventud. Sintió como<br />

el fuego le recorría el cuerpo y en un<br />

acto impulsivo salió del castillo y fue a<br />

su encuentro. Llegó a la caballeriza en<br />

el preciso instante en el que el hombre<br />

soltaba un caballo para que sirviera a<br />

las yeguas. Una vez libre, el animal se<br />

dirigió directamente a una de ellas y la<br />

montó de inmediato. La condesa miró<br />

extrañada y dijo:<br />

–Que caballo más tonto, ha elegido a la<br />

más fea de todas las yeguas.<br />

El joven sonrió y le explicó:<br />

–Lo que ocurre, señora, es que es la<br />

única que está en celo. Y un animal<br />

tiene la capacidad de darse cuenta<br />

inmediatamente cuando una hembra<br />

está esperando ser montada.<br />

La mujer lo miró directamente a los<br />

ojos y replicó:<br />

–Ya me parecía a mí que algo le faltaba<br />

a ustedes los hombres.<br />

Y tenía razón la condesa. Nos falta el<br />

instinto.” 1<br />

El instinto implica la existencia de un<br />

impulso prefijado para los miembros<br />

de una especie que los lleva a tener<br />

comportamientos de los que no pueden<br />

apartarse. En el caso preciso de la sexualidad,<br />

incita al animal a unirse a otro<br />

de la misma especie y diferente género<br />

para posibilitar entre ellos una unión<br />

genital con un fin reproductivo.<br />

Es decir que el instinto pone en juego<br />

tres elementos: el objeto sexual, la<br />

zona erógena de contacto y la finalidad.<br />

Analicemos cada una de ellas y notaremos<br />

las diferencias existentes entre el<br />

instinto animal y la pulsión.<br />

Dijimos que la finalidad del encuentro<br />

sexual instintivo es la procreación. Pues<br />

bien, ¿cuántas veces en su vida una<br />

persona tiene relaciones para procrear?<br />

Seguramente muy pocas, porque la<br />

finalidad del erotismo humano es otra:<br />

el placer. Un placer que puede no<br />

encontrarse en alguien de otro género.<br />

No siempre el objeto erótico de un<br />

hombre es una mujer. El placer puede<br />

obtenerse, incluso, en la profunda<br />

soledad de la fantasía. Asimismo, la<br />

unión de los genitales juegan un papel<br />

importante pero de ninguna manera<br />

único y determinante. Prueba de ello<br />

es el más común de los contactos físicos<br />

entre dos sujetos: el beso, en el cual<br />

son los labios los que se instalan como<br />

la zona erógena capaz de despertar la<br />

excitación.<br />

Como vemos, la sexualidad humana es<br />

compleja y no es de extrañar entonces<br />

que sea tan problemática y causa<br />

habitual de muchos de los trastornos<br />

afectivos que sufrimos. Pero lejos de<br />

asustarnos por esa manera tan única de<br />

relacionarnos con el erotismo, debemos<br />

aprovechar ese impulso, esa energía,<br />

para llevar adelante el difícil pero maravilloso<br />

desafío de ser cada vez mejores<br />

y construir un entorno de placer y<br />

respeto que mejore nuestra vida y la de<br />

los demás<br />

1<br />

El textual corresponde a un fragmento de un cuento del autor.<br />

16


Tema de tapa<br />

uno<br />

LOS<br />

POR Roger Koza<br />

En una película pedagógica del reconocido cineasta argentino<br />

Eduardo Mignogna titulada Con otros ojos, realizada<br />

al inicio de la joven democracia alfonsinista, los alumnos de<br />

una escuela son interrogados por sus maestros –casi siempre<br />

los chicos por un lado y las chicas por el otro– sobre temas<br />

vinculados a la sexualidad. Las preguntas son las de siempre:<br />

¿por qué la mujer tiene su período?, ¿por qué crece el vello<br />

púbico?, ¿cómo llega a embarazar un hombre a una mujer? Las<br />

preguntas constituyen un mapa conceptual en el que se posarán<br />

los nuevos límites de la sexualidad de los chicos. No existía<br />

la educación sexual en tiempos de la dictadura; en un nuevo<br />

tiempo democrático, la relación con el sexo tiene que ser otra.<br />

Uno de los protagonistas de este film educacional es un reconocible<br />

y muy adolescente Pablo Rago. Su personaje es el<br />

pícaro de la clase, el que ya entiende que toda esta cuestión<br />

pedagógica reviste un plus no del todo articulado, pero en<br />

El desconocido del lago. Alain Guiraudie, 2013<br />

VERGONZOSOS<br />

cierta forma sugerido: tener sexo está buenísimo, es uno<br />

de los grandes placeres de todo organismo, una posibilidad<br />

inmediata de satisfacción total en la medida que exista otro<br />

con ganas de lo mismo. El film, por cierto, jamás enuncia la<br />

implícita dimensión del placer, aunque tampoco restringe,<br />

como sí lo hacía el régimen castrense-teológico, la sexualidad<br />

a la mera reproducción y perpetuación de la especie. Con<br />

otros ojos es estrictamente un film higiénico, en donde el<br />

discurso teológico ancestral está superado por un discreto y<br />

didáctico discurso científico que tampoco aborda otras cuestiones<br />

relacionadas con el sexo. La mayor transgresión del<br />

film de Mignona consiste en incluir algunas escenas simpáticas<br />

y pletóricas de candor en las que sí se constatan los juegos<br />

de seducción entre los colegiales.<br />

La conducta de todos los participantes en el film tiene una<br />

cualidad similar; quizás, en una hipotética actualización del<br />

film –en donde seguramente se hablaría de otras cosas–, esa<br />

conducta se repetiría, acaso con menor fuerza. Ese rasgo<br />

común es el de la vergüenza. La risa incómoda, bajar la vista,<br />

ruborizarse son reacciones que van más allá de aquel tiempo;<br />

los alumnos de ayer, como los de hoy, no dejarían de sentir<br />

pudor, más allá de las diferentes coordenadas simbólicas<br />

de 1984 respecto del presente. Esta conjetura no implica<br />

desconocer los corrimientos de los límites morales de una<br />

época a otra, como tampoco una peculiar forma de incitación<br />

a sexualizar el espacio público, gramática esencial de la cultura<br />

del espectáculo. Sin embargo, incluso así, ¿qué relación<br />

existe entre la vergüenza y los placeres sexuales? ¿Por qué<br />

avergüenza la desnudez, el tamaño del órgano masculino,<br />

la dimensión de un seno o la exposición total del cuerpo sin<br />

indumentaria alguna que lo proteja?<br />

La vergüenza es una emoción misteriosa. Adviene sin aviso<br />

frente a una situación que se desea; el avergonzado se siente<br />

descubierto, leído y visto en su interioridad. Lo que manifiesta<br />

es lo íntimo de su deseo o el sujeto del deseo en su objeto,<br />

como si se tratara de una segunda desnudez ya sin cuerpo<br />

que lleva a que todo individuo se confronte ante otro con una<br />

pieza simbólica de lo que es. Esto no supone que el sexo sería<br />

el lugar privilegiado en el que se instituye y cifra la identidad,<br />

pero sí una condición física de una experiencia, una práctica<br />

de placer en la que lo íntimo se compromete en sí y trasluce<br />

los deseos más poderosos de alguien.<br />

Lo curioso es la aparición de la vergüenza frente a la desnudez<br />

y al discurso del sexo. ¿Un reflejo condicionado tras siglos<br />

de una tradición que desestima todas las acciones que tienen<br />

lugar debajo de la cadera? ¿Tan poderosa es la metafísica cristiana<br />

que aún incita al rubor frente al desnudo? Por cierto, la<br />

regulación de los placeres no ha sido solo prerrogativa del cristianismo.<br />

Todas las religiones (incluso el secular comunismo)<br />

han insinuado un adoctrinamiento genital, como si hubiera allí<br />

un problema constitutivo para la vida ascética y también para<br />

el orden social. ¿Cómo pudo alguna vez asociarse que el éxtasis<br />

corporal podía ofender a un Dios escondido pero omnipresente?<br />

Tan solo imaginar que un Dios creador de todo lo existente<br />

tiene que estar ocupándose de los minúsculos actos secretos de<br />

sus criaturas en la noche debería alcanzar para dimensionar el<br />

delirio. La divinidad que espía es la fantasía de una comunidad<br />

ascética de cuyo desborde neurótico deberían ocuparse los<br />

historiadores de la conducta.<br />

El disciplinamiento de los placeres constituye uno de los capítulos<br />

más delirantes de la historia de las ideas. La idea de que<br />

las caricias prodigadas al cuerpo del amante puedan despertar<br />

la ira del Altísimo y una eventual reprimenda divina es fruto<br />

de una alucinación paranoica que a pesar de ser un disparate<br />

todavía tiene cierta vigencia entre nosotros. Cuanto mayor es la<br />

osadía del amante, cuanto más se aventura alguien a experimentar<br />

los placeres de su cuerpo, más se escucha el insistente<br />

murmullo del orden simbólico proyectado en una entidad<br />

abstracta que observa; el deseo se mide y regula con el orden<br />

simbólico que está introyectado en la propia carne. Vindicar<br />

18


El largo día acaba. Terence Davies, 1992<br />

un deseo, reprobarlo, negociarlo: la dinámica de la conciencia<br />

trabaja siempre a través de la comparación entre lo posible y lo<br />

debido, incluso en una sociedad de la transgresión permanente<br />

como en la que vivimos. Cuando alguien va un poco más allá<br />

de lo que entiende como legítimo o permitido para sí, cuando<br />

el abandono total a la experiencia del placer sexual se impone<br />

y perfora el límite de lo que se ha aprendido como posible, la<br />

conciencia interviene y suscita vergüenza. Todo individuo que<br />

haya probado un placer prohibido sabe lo que cuesta desprenderse<br />

de los preceptos que regulan la interpretación de<br />

esos placeres. Ni siquiera el hábil transgresor puede desembarazarse<br />

del teatro de la conciencia, poblada por cientos de<br />

agentes imaginarios. La vergüenza tiene también una índole<br />

jurídica. Ningún cineasta ha trabajado mejor esta dimensión de<br />

la vergüenza que el gran Terence Davies: la confrontación<br />

devastadora del deseo con el sistema de creencias con el que<br />

se interpreta el mundo y el yo; la famosa trilogía de Davies y El<br />

largo día acaba (y en cierta medida, indirectamente, también<br />

Del tiempo y la ciudad) son perfectas para visualizar los movimientos<br />

de la conciencia frente al deseo.<br />

¿Sería entonces la desvergüenza total la instancia de libertad<br />

sobre el propio deseo, una desinhibición completa frente a<br />

todos los placeres posibles? ¿No es el porno el género cinematográfico<br />

en el que se desata enteramente el sexo de la moral?<br />

La desvergüenza del porno tampoco sería la superación de la<br />

vergüenza, la destitución radical de ese sentimiento peculiar.<br />

Las estrellas porno han mecanizado el poder de su sexo en<br />

fuerza de trabajo, un goce atravesado por la eficacia y la eventual<br />

simulación de un placer indiscutible, pero a su vez exaltado,<br />

simulado en su hipérbole. Difícilmente, las estrellas del<br />

porno no disfruten de su trabajo, pero lo interesante es el hecho<br />

de que tienen que sobreactuar el goce, del mismo modo<br />

que sucede con los shows cómicos televisivos con público<br />

presente en el estudio en los que la risa de la audiencia es duplicada<br />

con risas grabadas que refuerzan el efecto cómico. La<br />

sobreactuación es una clave, pues la plusvalía del porno no es<br />

otra cosa que una forma de codificación del placer del sexo<br />

convertido en mercancía de satisfacción universal, una estimulación<br />

al consumo del erotismo desprovisto de cualquier<br />

otra dimensión del sexo que lo desmarque del instinto y de<br />

la proeza física. El placer en el porno existe, pero es el grado<br />

cero del mismo, un placer que no reviste invención alguna<br />

y que está desligado de un ars erotica. De allí la ineficacia<br />

narrativa en forma de preludio que casi siempre prodigan las<br />

películas porno, un intento fallido de conjura de la inevitable<br />

mecanización acrobática característica del género.<br />

¿Quién puede filmar el placer sexual apropiado por el cine<br />

porno? ¿Quién puede sustraer la representación capitalista<br />

audiovisual del cuerpo y su goce? Entre todos los cineastas<br />

del presente, hay uno que ha sabido restituir el sexo al cine<br />

sin postular una moral de los placeres. En sus tres últimas<br />

películas, Alain Guiraudie ha conquistado una forma de<br />

representación en la que el sexo no se define ni en su vetusta<br />

ortodoxia asociada a la heterosexualidad ni en la legitimación<br />

del sexo decimonónico que nadie quiere llamar por su nombre.<br />

Las formas de aproximación al sexo en El rey de la evasión, El<br />

desconocido del lago y Rester Vertical se han liberado enteramente<br />

de la identificación del placer sexual con la elección del<br />

objeto. El sexo es un territorio de invención lúdica en donde<br />

todas las combinaciones son posibles y no necesitan ser denominadas<br />

por un nombre que especifique el objeto de deseo.<br />

En El Rey de la evasión el personaje principal es homosexual,<br />

pero se enamora de una jovencita; en El desconocido del lago<br />

el sexo es principalmente gay porque todo el film tiene lugar<br />

en una playa nudista de esa orientación sexual, pero lo más<br />

importante del relato pasa por la relación del protagonista con<br />

un hombre que no tiene sexo y que no es homosexual, como<br />

si en la forma de conversación que se establece entre ellos<br />

también existiera un erotismo ligado a la conversación; es el<br />

contrapunto semántico de los placeres físicos que tienen lugar<br />

en el bosque. Pero es en Rester Vertical donde Guiraudie<br />

alcanza la aguda visión de un sexo liberado de su nomenclatura<br />

emparentada con el objeto. Las peripecias de un cineasta<br />

que tiene que escribir un guion mientras, sin esperarlo, se<br />

vuelve padre de un niño y poco después presunto sospechoso<br />

de haber enviado al otro mundo a un septuagenario durante<br />

las delicias de una penetración (pactada), constituyen el film<br />

más libre de este siglo, uno de los pocos que está a la altura de<br />

una emancipación de los placeres del yugo de la moral y de la<br />

metafísica capitalista, que ha hecho del sexo una equivalencia<br />

vampírica del consumo del otro<br />

Rester Vertical. Alain Guiraudie, 2013<br />

20


Entrevista<br />

uno<br />

“Quiero ser<br />

mejor escritora”<br />

POR Mónica Tracey<br />

Llegó a Buenos Aires cumpliendo una extensa<br />

gira de presentación de su última novela,<br />

Escrito en el agua. Puntual, discreta, reservada,<br />

PAULA HAWKINS no parece ser una persona<br />

que hace apenas dos años y medio vivió una<br />

transformación radical en su vida, luego del éxito<br />

mundial de La chica del tren, su primer libro, que<br />

se convirtió en uno de los más vendidos de los<br />

últimos tiempos, a partir de su primera edición<br />

en el Reino Unido en enero de 2015. También<br />

cambió de lugar en las entrevistas, no hace<br />

mucho era ella quien preguntaba, ejerciendo<br />

su ahora antigua profesión de periodista<br />

especializada en economía<br />

Nada soberbia, habla de sus fracasos, sus inseguridades, confiesa<br />

que su ambición es escribir mejor y no teme las miradas<br />

que podrían caer sobre ella cuando dice que el personaje<br />

que más se le parece es la protagonista de La chica del tren.<br />

En la novela, Rachel es insegura, inadecuada, acosadora de<br />

su ex y una testigo no fiable por su inestabilidad y por las<br />

lagunas de su memoria causadas en gran parte por el abuso<br />

del alcohol. Aunque Paula agrega que también se parece a<br />

Nell, de Escrito en el agua, por su dedicación al trabajo, que<br />

puede volverse obsesiva. Tan frágil y tan fuerte se muestra<br />

esta escritora que vendió más de 20 millones de ejemplares<br />

de su primer libro, que estuvo más de 85 semanas en las<br />

listas de los más vendidos, que fue publicada en 47 países y<br />

que, según la revista Forbes, está entre los autores que más<br />

dinero han ganado el año pasado, alcanzando los 11 millones<br />

de dólares. La versión cinematográfica de La chica del<br />

tren recaudó 25 millones de dólares durante el primer fin de<br />

semana de exhibición en los Estados Unidos.<br />

–¿Cómo se siente respecto de su última novela? Estoy<br />

muy entusiasmada, fue difícil escribirla, me tomó tres años,<br />

pero ahora está aquí y estoy muy interesada en ver cómo responden<br />

los lectores, cómo se relacionan con los personajes.<br />

–¿Siente que logró lo que buscaba en las dos novelas o<br />

tiene preferencia por alguna de ellas? Nunca siento que<br />

logré todo lo que buscaba, al terminar siempre pienso que<br />

podría haber hecho cosas diferente o mejor. Son libros muy<br />

distintos, este último es mucho más ambicioso, más complejo,<br />

estoy contenta con el resultado pero si volviera a él hay<br />

cosas que cambiaría.<br />

–¿Hay algún personaje con el que sienta mayor proximidad?<br />

En La chica del tren, Rachel es un personaje sobre<br />

el que pensé durante mucho tiempo, ella es muy cercana a mí<br />

en muchos aspectos, tiene algunas similitudes conmigo, no en<br />

todo, pero sí nos parecemos un poco. En Escrito en el agua hay<br />

cosas mías en varios personajes, en Jules, que es muy insegura,<br />

en Nel, que es muy dedicada a su trabajo, hasta obsesiva.<br />

–En las dos novelas hay una especie de trampa de los recuerdos,<br />

sobre la que se estructura la trama. ¿Hay algo<br />

en sus recuerdos que vivió o descubrió en algún momento<br />

como una trampa? Varias veces pensé que recordaba<br />

algo de mi infancia muy claramente y hablé con mi madre de<br />

alguno de esos recuerdos y me dijo: “no, no sucedió así”, o “vos<br />

ni siquiera estabas ahí ese día, solo viste una fotografía”. Es<br />

algo muy desconcertante, porque en esos casos yo estaba segura<br />

de recordarlo de cierta manera y descubrir que eso no es así<br />

es muy raro. En mi caso, estos engaños de la memoria no estaban<br />

referidos a cosas importantes, sino a situaciones pequeñas<br />

sin importancia. En esos casos realmente no es algo terrible,<br />

pero en mi última novela lo que estoy preguntando es qué pasa<br />

si eso que creés recordar de una manera es algo fundamental<br />

para tu personalidad, para tu vida, y después descubrís que no<br />

era verdad cuando ya es demasiado tarde.<br />

–Usted ha dicho que cree que todos podríamos comportarnos<br />

de maneras que ni siquiera podríamos concebir<br />

en nuestra vida cotidiana. ¿Se vio a sí misma, de este<br />

modo, en algún momento? ¿Haciendo qué, por ejemplo?<br />

Lo que dije es que nadie sabe cómo podría llegar a comportarse<br />

en situaciones extremas. Probablemente uno piense que<br />

no cualquiera puede cometer un asesinato, pero yo creo que<br />

tal vez sí, si se dan ciertas circunstancias. Si alguien ataca a una<br />

persona amada, por ejemplo. Y también esto se da en cosas<br />

buenas, como actos de heroísmo, de coraje o valentía, que, en<br />

situaciones normales, uno no sabe que podría llegar a realizar.<br />

Por suerte no he tenido ese tipo de situaciones extremas.<br />

–En alguna entrevista usted decía que los recuerdos de<br />

infancia forman la personalidad. ¿De qué manera los<br />

recuerdos de su infancia en Zimbabwe la convirtieron<br />

en quien es? Es difícil decir de cosas puntuales, porque<br />

yo creo que todas las experiencias que uno tiene durante su<br />

infancia o en la juventud temprana moldean la persona que<br />

uno va a ser. Hay aspectos de la vida de mi familia que me<br />

fueron conformando, el tipo de vida que teníamos, que yo<br />

recuerdo con felicidad, es muy importante, por ejemplo, la<br />

ética en mi trabajo viene de mi padre, mi conciencia política<br />

viene de haber vivido en una sociedad muy dividida y conflictiva.<br />

Yo aprendí eso desde muy chica. Creo que todo va<br />

dando forma a la personalidad.<br />

–Usted nació en Zimbabwe y vivió allí hasta los diecisiete<br />

años, cuando se fue a Inglaterra a estudiar.<br />

Luego volvió a visitar a su familia, pero, después, pasó<br />

muchos años sin regresar, hasta el año pasado. Sí, volví<br />

el año pasado, por unos pocos días. Era la primera vez en<br />

dieciocho años. Obviamente el país cambió mucho, fue una<br />

experiencia un poco difícil, pero a la vez muy gratificante.<br />

–Su familia sigue allí. Sí, mis padres y mi hermano están en<br />

Zimbabwe.<br />

23


–¿Cómo vive su familia el éxito que usted tiene? Creo<br />

que están contentos y se sienten orgullosos de mí, les parece<br />

un poco extraño todo esto, pero están contentos.<br />

–Escribió un relato para una revista en el que cuenta su<br />

regreso. ¿Habrá alguna novela situada en Zimbabwe?<br />

Tenía una idea para una novela situada en Zimbabwe pero creo<br />

que es algo que tal vez emprenda más adelante, es muy difícil<br />

para mí escribir sobre cosas de esa parte de mi vida. Me da<br />

miedo poner algo que esté equivocado o que no sea cierto, creo<br />

que es algo que haré cuando me sienta muy confiada y segura.<br />

–Usted agradece muy especialmente a sus editores, ¿en<br />

qué siente que la hayan ayudado en estos dos libros?<br />

Tengo editores en Londres y en Nueva York y tienen apreciaciones<br />

muy diferentes, pero creo que ayudaron a hacer más<br />

fuertes y más fáciles de leer mis dos libros.<br />

–¿Le es fácil aceptar esa ayuda? Soy una persona que<br />

resiste la edición, pero sé que es buena para mí, sé que debo<br />

escuchar otras voces algunas veces, aunque me es bastante<br />

difícil entregarme a la edición.<br />

–En sus libros, los personajes femeninos son en general<br />

más complejos, más fuertes a pesar de su fragilidad,<br />

más solidarios, más interesantes, además de ser víctimas<br />

de violencia de género. ¿Siente lo que muestra en<br />

sus novelas como un fresco de la realidad? Sí, creo que<br />

Esta entrevista fue filmada.<br />

Pueden verse algunos fragmentos<br />

destacados en nuestras redes<br />

yenny.elateneo<br />

yenny_elateneo<br />

sí, es como lo veo en la realidad. Me interesa crear personajes<br />

complejos, que signifiquen un desafío, no me interesa crear<br />

héroes o villanos, sino personajes complicados como la gente<br />

que nos rodea, gente que trata de dar lo mejor, que cae, que<br />

se equivoca, que vuelve a intentarlo. Escribo sobre personas<br />

que viven vidas comunes pero que se equivocan, que las<br />

cosas les salen mal, que quieren ir por un lado y van por otro,<br />

no es gente fácil. Yo encuentro fascinantes los personajes que<br />

tienen dificultades con la vida.<br />

–Igualmente, es claro que en sus novelas los personajes<br />

femeninos son más complejos e interesantes. En La<br />

chica del tren, las protagonistas son mujeres y tienen mayor<br />

posibilidad de desarrollo, en Escrito en el agua hay más<br />

hombres, aunque sí es cierto que estoy más interesada en<br />

los personajes femeninos, en cómo se relacionan entre ellas,<br />

cómo se tratan mutuamente, cómo se sostienen una a la otra.<br />

–¿Tiene algún tipo de militancia feminista? No pienso<br />

en mí como una militante, pero soy feminista y el feminismo<br />

está en mis libros. Creo que la gente que los lee puede ver<br />

eso ahí y reflexionar sobre esas cosas.<br />

–¿Cómo fue que decidió buscar su camino en la literatura,<br />

dejando el periodismo? Surgió por una oportunidad,<br />

alguien me pidió que escribiera una novela romántica, y yo<br />

había llegado a un punto en mi carrera periodística en que<br />

deseaba intentar algo nuevo. Así que escribí cuatro novelas<br />

románticas que se publicaron en el Reino Unido, con un<br />

seudónimo, a una de ellas le fue terrible. Así empecé, pero<br />

no fue que yo decidiera en un momento dejar el periodismo<br />

y empezar a escribir ficción, fue algo que se fue dando.<br />

Aunque me siento mejor, me hace mucho más feliz escribir<br />

ficción que periodismo.<br />

–De la novela romántica pasó al suspenso. Sí, esto va<br />

mucho mejor conmigo, me interesa buscar en los lugares oscuros<br />

de la psicología de los personajes. Me va mucho mejor<br />

la tragedia que la comedia.<br />

–¿Cómo se volvió una opción la literatura? Usted estudió<br />

periodismo, filosofía, política, economía… Estudié<br />

otras cosas, pero siempre fui muy lectora y escribí desde muy<br />

chica. En mi adolescencia y durante la década de mis veinte<br />

años. Siempre escribí ficción, no se lo mostraba a nadie,<br />

escribía novelas que me parecían terribles, las dejaba y volvía<br />

a comenzar. No pensaba en la literatura como una carrera<br />

para mí. Me gustaba el periodismo y me pareció que era más<br />

práctico y que podía encontrar un trabajo como periodista.<br />

No sabía cómo ser una escritora, me llevó un largo tiempo<br />

darme cuenta.<br />

–¿Qué esperaba encontrar en este nuevo camino?<br />

¿Qué tipo de escritora o qué tipo de literatura estaba<br />

en sus sueños? Creo que, cuando uno empieza a escribir,<br />

tiene momentos en que piensa que va a ser maravilloso y que<br />

tus libros se van a convertir en best sellers, y después para<br />

la mayoría esto no sucede y uno sigue silenciosamente su<br />

camino. Uno sueña con cosas pero no espera que realmente<br />

sucedan. Nunca pensé que esto me iba a ocurrir, que mi libro<br />

se iba a convertir en un gran fenómeno, eso fue algo completamente<br />

extraordinario. Lo que yo quiero es ir mejorando,<br />

ser más ambiciosa y escribir distintos tipos de historias, quiero<br />

ser mejor escritora, probablemente continúe escribiendo<br />

thrillers, pero quiero que sean mejores, más profundos, más<br />

complejos.<br />

–Cambió de la novela romántica a la narración de intriga<br />

y suspenso, ¿habrá nuevos rumbos? Por ahora sigo<br />

con thrillers, pero en cinco años quién sabe.<br />

–¿Quiénes son sus escritores y libros favoritos? Tal vez<br />

no se conozcan tanto acá, pero entre mis escritores favoritos<br />

están Kate Atkinson, Pat Parker y Margaret Atwood.<br />

Tiendo a leer autores contemporáneos, algo de crimen, en<br />

general literatura de ficción más que nada.<br />

–También escribió un libro de asesoramiento financiero<br />

para mujeres. ¿Qué les aconsejaba? La idea de ese<br />

libro surgió a partir de que, en el Reino Unido, las mujeres<br />

suelen dejar el manejo de su dinero a los hombres, sus maridos,<br />

sus padres…. No sé si es algo que sucede en todos lados,<br />

pero sí allí, entonces pensé en escribir ese libro para alentar a<br />

las mujeres a manejar su dinero, decirles que pueden invertir<br />

en acciones o en otras cosas. De todas formas es un libro de<br />

hace mucho tiempo, del 2003. El mundo ha cambiado mucho<br />

y no creo que aquellos consejos sean útiles hoy.<br />

–Tal vez debería haberles aconsejado que, para aumentar<br />

sus ingresos, escribiesen un libro como La chica del<br />

tren. Sí, tal vez.<br />

–Ahora usted es rica, podríamos decir, y además sabe<br />

cómo invertir su dinero. ¿Cuáles fueron sus primeras<br />

inversiones? Tengo una casa más linda, un departamento en<br />

el centro de Londres.<br />

–Será productora de la película que se hará basada en<br />

Escrito en el agua. Más que productora, seré asesora para<br />

el guión.<br />

–No invertirá su dinero allí. ¡No! No invertiré en la película.<br />

–En la película basada en La chica del tren cambiaron<br />

el escenario de las afueras de Londres a las afueras<br />

de Nueva York. ¿Escrito en el agua transcurrirá en<br />

un pueblito inglés, como en la novela, o en los Estados<br />

Unidos? Por ahora se supone que esta nueva película<br />

transcurrirá en Inglaterra, pero pueden llegar a cambiarlo.<br />

Todavía no se asignó el director y él puede llegar a tener una<br />

idea diferente.<br />

–Con La chica del tren tomó contacto con el mundo<br />

del cine. ¿Cómo se siente en ese mundo? Tuve una linda<br />

experiencia con Hollywood, no estaba realmente involucrada<br />

en ese mundo, pero visité el set, conocí a los actores, fui a la<br />

gala, fue lindo, pero no es lo mío, no es lo que querría hacer.<br />

Estoy contenta escribiendo novelas.<br />

–Ahora es una especie de celebridad, ¿disfruta ese lugar<br />

o preferiría estar en casa escribiendo? Siempre me siento<br />

más feliz cuando estoy en casa escribiendo. Allí es donde me<br />

siento más cómoda. Me gusta andar por el mundo, pero no me<br />

siento como una celebridad porque no lo soy. Disfruto viajando,<br />

disfruto encontrarme con los lectores, firmar ejemplares,<br />

es divertido, pero en el lugar en que me siento más yo misma<br />

es sentada en mi escritorio, creando historias.<br />

–¿Tiene ritos a la hora de escribir? Realmente, no, soy<br />

bastante aburrida. Me siento en mi escritorio y trabajo, de<br />

eso se trata, de trabajo. No hago nada especial.<br />

–Marguerite Duras decía que no podía escribir si no<br />

había hecho la cama. ¿Hay algo así de impostergable<br />

para usted antes de escribir? Sí, es verdad, yo necesito<br />

que esté todo prolijo, todo limpio. Si está desordenado, no<br />

me puedo concentrar y tengo que ponerme a ordenar. Me<br />

gusta trabajar en un lugar ordenado, tranquilo, silencioso.<br />

–¿Está trabajando en una nueva novela? Sí, ya tengo la<br />

idea, los protagonistas, pero todavía no empecé a escribir.<br />

–Sé que le molestan las preguntas personales, pero no<br />

puedo evitar una curiosidad. ¿Quién es Simon Davis?<br />

“Mi compañero”, responde Paula Hawkins riendo y un poco<br />

sorprendida. El nombre figura al final de la larga lista de<br />

agradecimientos de Escrito en el agua: “A Simon Davis,<br />

por todo”<br />

24<br />

25


Tema de tapa<br />

dos<br />

50 sombras de Grey (2015)<br />

Jamie Dornan y Dakota Johnson<br />

¿En qué consiste la novela erótica? ¿A qué responde? ¿O a quién? ¿Al<br />

desvelo de un escritor (Flaubert y los devaneos de Madame Bovary),<br />

al ímpetu de una mujer madura (E. L. James y sus Cincuenta sombras<br />

de Grey), al fogueo del mercado editorial?<br />

LA<br />

SENSUALIDAD EN<br />

LA LENGUA<br />

POR Silvia Hopenhayn<br />

Como rasgos de la novela erótica, prefiero distinguir la<br />

sensualidad de la lengua más que la apelación a referencias<br />

explícitas. El prologuista ficticio de Lolita, un tal John Ray<br />

(supuestamente doctorado en filosofía), lo explica, con la<br />

ironía del caso: “no se hallará en todo el libro un término obsceno,<br />

en verdad el robusto filisteo a quien las convenciones<br />

modernas persuaden de que acepte sin escrúpulos una profusa<br />

ornamentación de palabras de cuatro letras en cualquier<br />

novela trivial sentirá no poco asombro al comprobar que aquí<br />

están ausentes. Pero si, para alivio de esos paradójicos mojigatos,<br />

algún editor intentara disimular o suprimir escenas que<br />

cierto tipo de mentalidad llamaría afrodisíacas, habría que<br />

desistir por completo de la publicación de Lolita”.<br />

Según la escritora Ana María Shua (autora de la novela<br />

calificada de erótica, Los amores de Laurita), la operación de<br />

E. L. James es original y válida: “Cincuenta sombras de Grey<br />

es perfecto en su género. A nadie se le había ocurrido hasta<br />

ahora combinar la novela rosa con sadomaso light y la mezcla<br />

resultó irresistible”. Fórmula que se resuelve en un contrato<br />

entre el millonario Grey y Anastasia, la sometida; más extenso<br />

y tedioso que el contrato de Sacher-Masoch y, por supuesto,<br />

menos poético. (Ver recuadro).<br />

OJOS QUE NO VEN…<br />

Sin convenio firmado pero con pacto íntimo, también se<br />

establece un juego erótico entre Fridolin y Albertina, los<br />

protagonistas de Traumnovelle (Relato soñado), la novela de<br />

Arthur Schnitzler, en la que se inspiró Stanley Kubrick<br />

para realizar Ojos bien cerrados, con Nicole Kidman y<br />

Tom Cruise (curioso cruce: Kubrick también fue el realizador<br />

de la primera y mejor versión de Lolita en el cine, en 1962).<br />

A diferencia de la monotonía estilística de Cincuenta sombras<br />

de Grey, en la novela de Schnitzler, las sombras se pasean<br />

exultantes. En la oscuridad de la noche desfilan los fantasmas<br />

de la sexualidad y, apenas el sueño se apodera de la pareja,<br />

Fridolin se escabulle en busca de satisfacciones nuevas. Pero<br />

esa búsqueda podría ser insípida, ordinaria, si no se alimentara<br />

de una confesión. El erotismo está en el cuento, el que<br />

se cuenta o el que uno se hace, cuento que sacude al cuerpo<br />

como una aventura de signos clandestinos y evanescentes. ¿Se<br />

trata entonces del “relato soñado” o del sueño de un relato? En<br />

todo caso, Fridolin y Albertina, al confesarse, realizan un relato<br />

erótico, lo comparten. La pareja, intentando desgreñar la pasión,<br />

se erotiza cada uno con el cuento del otro. Como escribe<br />

Schnitzler: “Empujados por un soplo de aventura, libertad y<br />

peligro” comienzan “temerosa y atormentadamente, con sucia<br />

curiosidad, a sacarse confesiones”. Esto impulsa a Fridolin a<br />

internarse en los zaguanes de la noche, en busca de peligro y<br />

misterio; pero al regresar se encuentra con algo más escabroso<br />

e inasible: la voluptuosidad del sueño de su mujer. Ella le<br />

contará su sueño erótico. Y, como se dice en la novela, “ningún<br />

sueño es totalmente un sueño”, ni tampoco “la realidad de toda<br />

una vida humana significa su verdad más profunda”.<br />

La lengua se erotiza en la confesión; cuando se entrelaza lo<br />

impúdico con lo íntimo, lo explícito con lo que no se puede<br />

decir; es una suerte de abyección confesada que se desliza en<br />

la frase, como un sufrimiento.<br />

Antes de publicar Traumnovelle en 1926, Schnitzler había<br />

tenido rotundo éxito con sus obras de teatro, principalmente<br />

luego del estreno de Amoríos y La Ronda, en las salas principales<br />

de Viena y Berlín. Éxito que se coronó con su propio<br />

fracaso: el conflictivo divorcio con su esposa Olga Gussmann<br />

y el suicidio de su hija, luego de contraer matrimonio con un<br />

oficial fascista italiano. En ese tiempo Scnhitzler también se<br />

relacionaba con Freud, quien le otorgó el don de haber llegado<br />

por las vías de la experiencia y la intuición a las mismas<br />

conclusiones que él había alcanzado con fatigosos estudios.<br />

Lo cierto es que Schnitzler se había nutrido de experiencias<br />

diversas, como las que realizaba en su consultorio de laringología<br />

con tratamientos de hipnosis bajo la tutela de Theodor<br />

Meynert para devolver la voz a mujeres afónicas, quienes<br />

luego ingresarían en sus cuentos como personajes erotizados.<br />

En su novela Traumnovelle, Schnitzler apela a la máscara<br />

para dar cuenta de sociedades secretas de sexualidades ocultas.<br />

La particularidad de la máscara, es que los ojos no develan<br />

la identidad del que mira, intensificando, sin embargo, el<br />

poder de su mirada. El secreto de la identidad forma parte<br />

de la experiencia erótica.<br />

Marguerite Duras, en El amante, también agudiza el anonimato<br />

en el trance sexual. Pero en vez ponerse máscaras, sus<br />

personajes se quitan los nombres. El erotismo de la jovencita<br />

con el chino glamoroso se sostiene en cuerpos no apelables. Es<br />

la sumisión de la palabra al silencio del erotismo. ¿Pero será en<br />

este caso el mismo silencio una máscara de la voz implorante?<br />

27


Todo lo contrario ocurre en Rayuela, de Cortázar. La<br />

lengua es el enlace. La Maga y Horacio, sus protagonistas,<br />

inventan una manera de amarse con lengua propia: el gíglico.<br />

Un idioma hecho de palabras nuevas, provistas de sensualidad<br />

evocativa más que de denotación sexual. El capítulo<br />

68, imposible de traducir (como el Jabberwocky de Lewis<br />

Carroll), incluso de explicar, sin embargo, es de un erotismo<br />

completamente asimilable, aún más nítido si es leído en<br />

voz alta. “Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio<br />

los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto<br />

era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la<br />

jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del<br />

merpasmo en una sobrehumítica agopausa.” ¿Qué ha pasado<br />

entre ellos? No lo sabemos, pero sin duda fue intenso.<br />

EROTISMO DE COLECCIÓN<br />

Discontinuada, pero siempre presente, la colección dedicada<br />

a textos eróticos, gráficamente llamada “La sonrisa vertical”,<br />

ordenó el panorama histórico de libros de alto voltaje, al tiempo<br />

que promovió –a través de un mítico concurso literario– el<br />

auge de nuevas plumas sensuales. Allí aparecieron los libros<br />

de Sade, desde Juliette o las prosperidades del vicio o Las<br />

120 jornadas de Sodoma; La venus de las pieles, de Sacher-<br />

Masoch, hasta los clásicos más recientes, como Las edades<br />

de Lulú de Almudena Grandes o Elogio de la Madrastra,<br />

de Vargas Llosa; pero también una novela completamente<br />

original, tanto en su planteo como en la escritura, que resultó<br />

finalista del premio La Sonrisa Vertical: Lo impenetrable, de<br />

Griselda Gambaro, título audaz para semejante concurso,<br />

con un efecto cómico de hermetismo erótico…<br />

A diferencia de la pornografía –que exige un primerísimo<br />

plano, el recorte puntual y se juega en el campo escópico–,<br />

el erotismo literario, antes y después de Georges Bataille<br />

(autor del casi manifiesto El erotismo), se rige por la sensorialidad<br />

significante. La excitación que proviene de la captación<br />

del sentido a través de una palabra que se filtra en el cuerpo.<br />

¿Habría entonces una diferencia gozosa, entre el que escribe<br />

y el lector con respecto a la lengua? ¿Una alegoría masturbatoria<br />

del lado de la escritura y del consumo (significante) en<br />

la lectura?<br />

Recuerdo una novela de Federico Jeanmaire, Prólogo<br />

anotado (1993), donde se le encarga un prólogo a un profesor<br />

de lengua para un manual de literatura. Toda la novela es el<br />

regodeo del prolegómeno, o la obsesión del prologuista, que<br />

concluye con un tratado sobre la masturbación. El protagonista,<br />

Juan Aparicio, explica su misión de prologar en una introducción<br />

(también ficticia, como en Nabokov): “El comienzo<br />

(notable) de los prólogos del prólogo al manual introdujo,<br />

además, el tema insalvable de la masturbación. Tema tan<br />

caro como productivo para la literatura de todos los tiempos.<br />

Y si esto no es así, que lo desmienta Friedrich Nietzsche o<br />

Jean Jacques Rousseau o Gustave Flaubert o, mucho más<br />

contemporáneamente, Carlos Barral. Pero es así, no tema,<br />

señor (señora). La equiparación de un acto tan excitante, al<br />

mismo tiempo que mal visto (por una sociedad tan iletrada<br />

como olvidadizamente adulta), como la masturbación, con<br />

la literatura sólo puede ser entendida en toda su grandeza y<br />

complejidad por el buen lector. La masturbación (y no estoy<br />

hiperbolizando) es el acto que define más perfectamente la<br />

relación del escritor con su obra y, también, es la representación<br />

más adecuada de la exquisita relación que establece el<br />

lector con su lectura”.<br />

Por su parte, Vargas Llosa, poseído por la lectura de Madame<br />

Bovary, escribió una suerte de ensayo personal que<br />

consecuentemente tituló: La orgía perpetua. De eso se trata,<br />

aunque sea por un momento… el de la lectura<br />

Fragmento del contrato de<br />

CINCUENTA SOMBRAS DE GREY<br />

“A día___________ de 2011 («fecha<br />

de inicio»)<br />

ENTRE EL SR. CHRISTIAN GREY, con<br />

domicilio en el Escala 301, Seattle,<br />

98889 Washington («el Amo»)<br />

Y LA SRTA. ANASTASIA STEELE, con<br />

domicilio en SW Green Street 1114,<br />

apartamento 7, Haven Heights, Vancouver, 98888<br />

Washington («la Sumisa»).<br />

LAS PARTES ACUERDAN LO SIGUIENTE<br />

1. Los puntos siguientes son los términos de un<br />

contrato vinculante entre el Amo y la Sumisa.<br />

TÉRMINOS FUNDAMENTALES<br />

2. El propósito fundamental de este contrato es<br />

permitir que la Sumisa explore su sensualidad<br />

y sus límites de forma segura, con el debido<br />

respeto y miramiento por sus necesidades, sus<br />

límites y su bienestar.<br />

3. El Amo y la Sumisa acuerdan y admiten que<br />

todo lo que suceda bajo los términos de este<br />

contrato será consensuado y confidencial, y<br />

estará sujeto a los límites acordados y a los<br />

procedimientos de seguridad que se contemplan<br />

en este contrato.<br />

4. El Amo y la Sumisa garantizan que no padecen<br />

infecciones sexuales ni enfermedades graves,<br />

incluyendo VIH, herpes y hepatitis, entre<br />

otras. Si durante la vigencia del contrato<br />

(como se define abajo) o de cualquier ampliación<br />

del mismo una de las partes es diagnosticada o<br />

tiene conocimiento de padecer alguna de estas<br />

enfermedades, se compromete a informar a la<br />

otra inmediatamente y en todo caso antes de que<br />

se produzca cualquier tipo de contacto entre<br />

las partes.<br />

DISPONIBILIDAD<br />

12. La Sumisa estará disponible para el Amo<br />

desde el viernes por la noche hasta el domingo<br />

por la tarde, todas las semanas durante la<br />

vigencia del contrato, a horas a especificar por<br />

el Amo («horas asignadas»). Pueden acordarse<br />

mutuamente más horas asignadas adicionales.<br />

13. El Amo se reserva el derecho a rechazar<br />

el servicio de la Sumisa en cualquier momento<br />

y por las razones que sean. La Sumisa puede<br />

solicitar su liberación en cualquier momento,<br />

liberación que quedará a criterio del Amo y estará<br />

exclusivamente sujeta a los derechos de la<br />

Sumisa contemplados en las cláusulas 2-5 y 8.<br />

15.3. El Amo ofrecerá a la Sumisa el entrenamiento<br />

y la orientación necesarios para servir<br />

adecuadamente al Amo.<br />

ACTIVIDADES<br />

16. La Sumisa no participará en actividades o<br />

actos sexuales que cualquiera de las dos partes<br />

considere inseguras ni en las actividades detalladas<br />

en el Apéndice 2.”<br />

28


Entrevista<br />

dos<br />

REYNALDO SIETECASE (Rosario, 1961) tiene una<br />

amplia y prestigiosa trayectoria en casi todas las<br />

ramas del arte escrito. Aunque más reconocido como<br />

periodista (gráfico, radial y televisivo), su actividad<br />

se expande también hacia la crónica, el teatro, la<br />

narrativa y fundamentalmente, la poesía, género al que<br />

confiesa pertenecer por completo. Con No pidas nada<br />

(Alfaguara, 2017) llega su tercera novela luego de<br />

Un crimen argentino (2002, recientemente reeditada)<br />

y A cuántos hay que matar (2010)<br />

LA<br />

LIBERTAD<br />

DEL OUTSIDER<br />

POR Christian Kupchik<br />

Si bien sus tres novelas rondan lo policial, en la última –No<br />

pidas nada– se presenta una más que interesante encrucijada<br />

en la que se dan cita militares prófugos acusados de crímenes<br />

de lesa humanidad, grupos parapoliciales y espiritismo en<br />

una favela de Río de Janeiro, y las intrigas dentro del mundo<br />

periodístico vernáculo. El resultado es un thriller frenético<br />

en clave sociopolítica conducido por el Tano Gentili, un<br />

reportero audaz y algo inconsciente que no duda en asomarse<br />

a la boca del león si ello significa cierta verdad.<br />

–¿Cómo fue la génesis de No pidas nada? ¿De dónde<br />

surge la idea? Por mi trabajo periodístico estoy todo el<br />

tiempo recortando noticias, cosas que me pueden interesar. A<br />

veces, sin mayor sentido, y quedan guardadas en una carpeta.<br />

Hace unos cuatro años leí un artículo breve de Eugenia<br />

Zicavo en el que hacía referencia a algunos suicidios de militares<br />

detenidos por crímenes de lesa humanidad. Me interesó,<br />

pensé que podía haber una nota y comencé a investigar.<br />

En efecto, había algunos suicidios, aunque al menos en dos<br />

casos para mí fueron claramente inducidos (uno se mató con<br />

cianuro en Campo de Mayo: alguien le suministró el veneno,<br />

aunque la justicia no llegó a nada). El tema me quedó dando<br />

vueltas y se me ocurrió que podía ser el disparador de una<br />

historia. Pensé en suicidios incitados por una organización;<br />

en forma paralela investigué entre los acusados de crímenes<br />

de lesa humanidad y descubrí que había 150 prófugos, lo cual<br />

es mucho. En este país hay muchos prófugos, pero esa cifra<br />

entre los militares me pareció particularmente alta. Pude<br />

saber que la mayoría tiene como destino Paraguay o Brasil, y<br />

con esos datos se me ocurrió darle una solución literaria a eso<br />

que en la realidad estaba como un poco disperso.<br />

–¿Qué motivó que la investigación fuera llevada adelante<br />

por un periodista? El policial argentino tiene un<br />

defecto que, a mi modo de ver, se ha convertido en virtud:<br />

a diferencia del europeo o el estadounidense, que tienen un<br />

Wallander o un Montalbano, nosotros no podemos utilizar<br />

policías o comisarios con facilidad. Aquí nos vemos obligados<br />

a tener que recurrir a investigadores que no estén asociados<br />

a las fuerzas de seguridad, porque la dictadura y el nivel de<br />

corrupción existente en la policía hacen muy difícil lograr el<br />

verosímil. Es muy curioso… Por lo general, entonces, va a investigar<br />

gente ligada al poder policial o el periodismo, como<br />

en este caso. Eso me llevó a pensar la novela en primera<br />

persona, lo cual es la primera vez que hago (las otras estaban<br />

escritas en tercera). El Tano Gentili no soy yo, es bueno<br />

aclararlo, aunque sí tiene mi mirada sobre la realidad, sobre<br />

el desencanto que siente por la profesión.<br />

–Resulta evidente que se trata de la novela de un periodista,<br />

de hecho cada personaje tiene una genealogía, lo<br />

que no es muy común. ¿Qué diferencia encuentra entre<br />

escribir notas de investigación y una ficción que se nutre<br />

de ella? Bueno, hay una diferencia enorme que parte del<br />

contrato no escrito con el lector. En el periodismo, es evidente<br />

que le estás contando la verdad, que no interviene la imaginación,<br />

que sos fiel a lo que muestra el personaje. En cambio,<br />

cuando hacés literatura está todo permitido. Javier Cercas<br />

dice –y yo concuerdo– que la novela es un género sucio en el<br />

que vale todo. Desde el Quijote para aquí se puede hacer cualquier<br />

cosa, es el género que permite mayor amplitud. Todo<br />

vale. Lo único que no vale es que la historia sea aburrida o esté<br />

mal contada. El ejercicio periodístico lo que te permite es un<br />

mayor rigor a la hora de ciertas descripciones o mencionar algunos<br />

hechos que conozco por mi profesión. Lo que tienen en<br />

común el periodismo y el policial es que el verosímil es clave,<br />

porque si falla el lector se da cuenta de inmediato.<br />

–¿Se siente un periodista que hace novelas o al revés?<br />

No, yo vengo de la literatura. Empecé a escribir a los 17,<br />

aunque claro, hacía poesía. Y periodismo desde los 25. Pero<br />

dirigí una revista literaria antes de imaginarme ser periodista,<br />

ni siquiera lo soñaba en ese momento.<br />

–Hay algunos personajes que tienen nombres reales,<br />

como un comisario Saer o el abogado Fabián Casas…<br />

¿Son homenajes? Diría que son juegos fundamentalmente. A<br />

Casas casi no lo conozco, pero me gusta lo que hace y decidí<br />

incluirlo. El cura de la Isla Maciel es realmente el cura de la<br />

Isla Maciel. Hoy me llamó choqueado por la novela.<br />

–En estos juegos que realiza, no resulta difícil hacer<br />

una analogía entre el editor Fernández Risso y Jorge<br />

Lanata, con quien trabajó mucho tiempo. ¿Es correcto?<br />

Sí, sin duda hay algo de Lanata mezclado con otros<br />

jefes de redacción que tuve a lo largo de mi vida laboral. En<br />

la construcción de personajes busco elementos en distintas<br />

partes, de modo que sí, hay mucho de Lanata, a quien conozco<br />

bastante y con el que trabajé en Veintitrés, pero también<br />

hay otros jefes que he tenido. Creo que en esa mezcla está el<br />

estereotipo de un jefe de redacción. En general son tipos que<br />

se creen todopoderosos, arbitrarios, muchas veces incluso<br />

talentosos. Hay que saber manejar una relación particular<br />

con la empresa y con los trabajadores, en fin, creo que toda<br />

esa mezcla sintetiza a un jefe de redacción.<br />

–Hay una frase de Gentili aplicada al periodismo que<br />

resulta bastante elocuente del momento actual, cuando<br />

considera a la profesión “atenazada hasta la asfixia entre<br />

la libertad de expresión y la libertad de empresa”.<br />

Sí, que yo recuerde, creo que es el peor momento desde el<br />

2001. Hablo de los trabajadores, porque en definitiva yo también<br />

soy un trabajador de los medios. Ahora, esta puja entre<br />

la expresión y los intereses empresariales ha existido siempre.<br />

De hecho, hacia el final de la novela el Tano se ve presionado<br />

a no incluir algo comprometedor en una nota, y esto es algo<br />

habitual. Voy a comentar algo, pero sin ninguna vanidad.<br />

Hace poco me vi impulsado a escribir un decálogo ético para<br />

periodistas. Muchas veces me invitan a charlas para discutir<br />

31


Esta entrevista fue filmada.<br />

Pueden verse algunos fragmentos<br />

destacados en nuestras redes<br />

yenny.elateneo<br />

yenny_elateneo<br />

sobre las nuevas tecnologías o las redes, y para mí el debate<br />

no pasa por ahí, o por las herramientas, sino por cómo trabajamos.<br />

Yo me referencio mucho en Tomás Eloy Martínez,<br />

que además de excelente periodista era un notable escritor, y<br />

recordé que él escribió un decálogo cuyo primer punto decía:<br />

“El único patrimonio del periodista es su buen nombre. Cada<br />

vez que se firma un artículo insuficiente o infiel a la propia<br />

conciencia, se pierde parte de ese patrimonio, o todo”. Creo<br />

que nos debemos una discusión dura acerca de cuál es la<br />

esencia de nuestro trabajo, cuál es nuestro rol, hasta dónde<br />

llega “la obediencia debida”, hasta dónde se puede aceptar.<br />

–Tanto Gentili, en su función de periodista, como<br />

Casas y Mae Angela, la espiritista, buscan llegar a lo<br />

oculto por diversas vías, revelar algo. ¿Su búsqueda<br />

con la literatura apunta también a descubrir algo que<br />

permanece oculto? Te voy a dar una respuesta de escritor,<br />

no de periodista: no lo sé. Si te contestara como periodista<br />

diría cualquier cosa, porque los periodistas creen saberlo<br />

todo. Como escritor no lo sé, como no sabía hasta recién del<br />

vínculo entre los tres personajes que citás. Está muy bien eso,<br />

no lo había pensado. Yo escribo desde el placer. Me inventé<br />

escritor como me inventé periodista al darme cuenta de que<br />

era un trabajo menos jodido que otros. En cambio, poeta<br />

soy: es mi manera de estar en el mundo. Puedo pasar un año<br />

sin escribir poesía y sigo siendo poeta, pero la narrativa tiene<br />

mucho de decisión. Cuando hago periodismo siento que<br />

trabajo; cuando escribo una novela me divierto.<br />

–Parte importante de la novela transcurre en Pitú, una<br />

favela de Río, y es difícil separar lo que hay de documentación<br />

de la experimentación. ¿Estuvo viviendo<br />

en una favela? No viviendo, pero conozco bastante bien lo<br />

que es la vida allí. Siendo muy joven viví seis meses en Río<br />

de Janeiro, cerca de los poetas brasileños, tengo incluso un<br />

ahijado allí. Zé Cordeiro es un personaje real, un gran amigo<br />

que ahora vive en Rosario. Quería salirme del tema de los<br />

narcos, porque hay un fenómeno ligado a la militarización de<br />

las favelas en base a grupos paramilitares, las milicias, que<br />

no es tan conocido en Argentina. Un tercio de las favelas de<br />

Río están ocupadas por las milicias. Cuando decidí que la<br />

novela se movería en dos locaciones, como se dice en el cine,<br />

me apoyé también en muchos datos que me proporcionaron<br />

amigos periodistas brasileños. Me encantaría ser Gabriel<br />

García Márquez, pero no lo soy, y por tanto me muevo con<br />

los datos que manejo. Sobre todo por lo que ya dije: la novela<br />

se basa en el verosímil.<br />

–Lo que comparte Gentili con los detectives de la novela<br />

negra, tipo Marlowe o Hammet, es su rol de antihéroe.<br />

Incluso el epígrafe de Leonardo Sciascia que abre el libro<br />

es un elogio por las derrotas y los derrotados… Sí, yo<br />

quería que él fuese un perdedor. Es más, después le agregué<br />

ese dolor físico porque no me alcanzaba su dolor existencial.<br />

Quería un personaje que fuera un sufriente, un doliente, no sé<br />

por qué. Será porque yo siempre me siento cerca de los perdedores.<br />

Mi programa de radio se llama La inmensa minoría,<br />

que después de haberlo puesto me enteré de que era el viejo<br />

eslogan del diario Crítica. Sospecho en general de los tipos<br />

que ganan. Sobre todo de los que ganan siempre, no de los que<br />

tienen un golpe de suerte, que eso es legítimo y vale.<br />

–Esa construcción del antihéroe también implica cierta<br />

soledad. El No pidas nada del título invoca un poco<br />

eso y se conecta con el epígrafe de Alejandra Pizarnik:<br />

“Ayúdame a no pedir ayuda”. Es verdad, significa “bancátela<br />

solo”. Muchas veces en el periodismo me he sentido solo,<br />

pero esa soledad también me ha hecho bien, me colocó en un<br />

lugar de outsider que me permitió hacer cosas que de otro<br />

modo no sé si hubiese podido.<br />

–El otro epígrafe de importancia es la frase de Rodolfo<br />

Walsh: “El verdadero cementerio es la memoria”. Es muy<br />

importante, y creo que atraviesa toda la novela. Me sé todo el<br />

Martín Fierro y siempre discutí con esos versos finales que consigno:<br />

“Y aquellos que en esta historia / sospechen que les doy<br />

palo / sepan que olvidar lo malo / también es tener memoria”.<br />

¡Es muy fuerte que nuestro libro nacional concluya diciendo<br />

“olvidar lo malo también es tener memoria”! Entiendo por qué<br />

lo dice, pero creo que merece un debate este concepto<br />

32


Entrevista<br />

tres<br />

Esta entrevista fue filmada.<br />

Pueden verse algunos fragmentos<br />

destacados en nuestras redes<br />

yenny.elateneo<br />

yenny_elateneo<br />

Una cuestión<br />

de actitud<br />

POR Nando Varela Pagliaro<br />

–Antes de ir al libro, quisiera hablar de sus inicios. Es<br />

muy común escuchar que un chico quiera ser futbolista<br />

o artista, pero no es tan habitual que alguien quiera<br />

ser historiador, ¿cómo surgió su vocación? De chico yo<br />

tampoco quería ser historiador, quería ser veterinario porque<br />

estaba muy influenciado por una serie que se llamaba Daktari.<br />

Después, ya en la secundaria, tuve dos profesoras muy<br />

determinantes, una de ellas, muy reaccionaria. Estábamos<br />

en el año 1976 y a mí me pareció increíble que ella pudiera<br />

hacernos pensar, a la vez de cuidarse y cuidarnos en ese<br />

contexto tan tremendo.<br />

–Cuando empezó a estudiar Historia, supongo que<br />

pensaba en un futuro como docente, ¿imaginaba algo de<br />

todo lo que le terminó pasando? Era imposible imaginarlo.<br />

De todos modos, la docencia tiene mucho que ver con el<br />

lugar al que yo llegué, porque la obsesión para que te entiendan<br />

derivó en querer producir material. En mi caso, primero<br />

fueron los manuales y los documentales que hicimos para el<br />

colegio Carlos Pellegrini. Esos documentales me permitieron<br />

tomar contacto con los medios por primera vez. A partir de ahí,<br />

me empezaron a llamar para dar entrevistas y, de a poco, fui<br />

haciéndome un lugar, hasta que finalmente arranqué en Radio<br />

Mitre, en un programa que se llamaba Historia confidencial.<br />

Después vino Canal Siete y, poco tiempo después, publiqué mi<br />

propio libro. Eso me costó mucho porque me rechazaban en<br />

todas las editoriales, hasta que Norma sacó mi primer título,<br />

que fue un éxito. Después, vino Algo habrán hecho, que fue<br />

muy importante en lo que se refiere a la popularidad. El capítulo<br />

inicial salió un lunes y el martes ya era popular. De todos<br />

modos, es una fama linda que me sigue acompañando, que<br />

no resulta invasiva. Por el contrario, siempre se acercan con<br />

mucho respeto, incluso con ciertos tintes surrealistas. Me pasa<br />

que, a veces, salgo un domingo a caminar por el barrio y me<br />

para alguno para preguntarme quién mató a Dorrego.<br />

–Me habla del éxito y pienso en sus padres, ¿ellos<br />

llegaron a vivirlo? Lamentablemente, mi papá no, porque<br />

falleció muy joven. Le hubiera encantado verme. A mi vieja<br />

la perdí este año, así que, por suerte, sí pudo vivirlo. Siempre<br />

estaba en la primera fila de la Feria del Libro. Los dos fueron<br />

muy importantes en mi vida. Ellos fueron los responsables de<br />

que a mí me gusten los libros y la música. Mi casa era muy<br />

musical, siempre estaba llena de artistas, músicos y pintores.<br />

Eso influyó muchísimo en mi vida.<br />

–¿Sus padres trabajaban en el ámbito cultural? Sí, mi<br />

papá fue gerente de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores<br />

y Compositores de Música) en dos ciudades de la provincia<br />

de Buenos Aires y una de Córdoba. De esos años, la época<br />

más interesante que recuerdo es la que vivimos en Azul. Allí,<br />

a la vez de ser gerente de SADAIC, fue nombrado Secretario<br />

de Cultura. En Azul hizo un gran trabajo cultural y llevó a<br />

gente de primer nivel. Lo bueno de eso es que, después de los<br />

conciertos, los músicos venían a comer a mi casa. Así conocí a<br />

Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Falú, Cafrune,<br />

a todo el mundo. Recuerdo haberme quedado escuchando<br />

anécdotas hasta la madrugada. A decir verdad, fue mi primer<br />

contacto con la historia y con los grandes narradores. Antes, la<br />

gente narraba más, era una narrativa sin apuros y sin celulares,<br />

lo que hacía que se escuchara con mucha más atención.<br />

–Vayamos a La vida por la Ppatria. En el prólogo dice<br />

que, a doscientos años de su muerte, la figura de Mariano<br />

Moreno todavía sigue incomodando. ¿Por qué cree<br />

que incomoda? En la primera frase que pongo de él, ya te das<br />

cuenta qué es lo que incomoda. Por ejemplo, cuando dice que<br />

un gobierno no puede defraudar a los ciudadanos, no puede<br />

FELIPE PIGNA acaba de publicar La vida por la Patria, un libro en el que recorre<br />

la vida y obra de MARIANO MORENO para desentrañar los mitos y los debates en<br />

torno a su figura. En esta entrevista con el historiador más popular de nuestro país,<br />

hablamos del minucioso trabajo de investigación que hay detrás de la biografía del<br />

secretario de la Junta, del lugar que ocupa la historia de acuerdo con la ideología<br />

política y de cómo cambió la metodología de enseñanza a partir de sus libros<br />

34


obar ni mentir y tiene que estar al servicio; que es bueno que<br />

la gente piense que un gobierno debe obrar bien, pero es más<br />

importante que sepa que nunca debe obrar mal. Todo esto<br />

puede sonar ingenuo, pero, cuando lo dijo, estaba fundando<br />

una patria, hablaba con un cuaderno en blanco. La incomodidad<br />

también tiene que ver con sus escritos de 1810 en La<br />

Gaceta, que tienen una vigencia tremenda. Por ejemplo, cuando<br />

habla de la justicia, de la corrupción, de la doble cara de un<br />

funcionario público y de todas esas cosas que pasaron y siguen<br />

pasando. No es casual que Moreno no tenga ninguna fecha en<br />

el calendario oficial. Ni su nacimiento, el 23 de septiembre, ni<br />

su muerte, el 4 de marzo, son feriados. No se lo recuerda.<br />

–De algún modo se lo recuerda el Día del Periodista. El<br />

Día del Periodista se habla un poco de Rodolfo Walsh y algo<br />

de Moreno, pero muy poco. Te dicen que fue el secretario de la<br />

Junta, pero no que fue el fundador de la jurisprudencia en Argentina,<br />

porque fue el primer abogado que empezó a plantear la<br />

necesidad de un nuevo derecho, distinto del Derecho Colonial.<br />

–Los argentinos tenemos un gran afán reduccionista<br />

que nos lleva a encasillar a nuestros próceres con algunos<br />

hechos puntuales. Por ejemplo, salimos de la escuela<br />

repitiendo como loros que Sarmiento es el padre del<br />

aula, que Belgrano creó la bandera y que San Martín<br />

cruzó los Andes. Con Moreno, en cambio, ni siquiera<br />

podemos aplicar ese reduccionismo “berreta”. ¿Por qué<br />

piensa que pasa eso con su figura? Como mucho, se dice<br />

que es el padre del periodismo. Pero, sí, estoy de acuerdo.<br />

Creo que eso pasa porque él no es un militar y su capital está<br />

en el intelecto. Ya lo sabemos, el intelecto nunca tuvo, ni tiene,<br />

buena prensa, sino que, más bien, genera desconfianza. Ahí tal<br />

vez está la clave de por qué no se le asigna ninguna paternidad.<br />

Además, se reduce al personaje solo a ese rol. Ese razonamiento<br />

proviene de pensar que la historia está destinada a los niños<br />

y a los adolescentes y como algunos adultos suponen que los<br />

chicos son seres inferiores, que no están en condiciones de<br />

comprender el conflicto o los procesos, mejor se les cuenta una<br />

cosa a la vez. No digamos que Rivadavia y San Martín eran<br />

enemigos o que Mitre y Sarmiento se peleaban, porque<br />

no lo van a entender, mientras que un chico de hoy, que ve<br />

seiscientos personajes japoneses, entiende el conflicto, las<br />

diferencias y las antinomias perfectamente.<br />

–Me acuerdo de la canción de los Cadillacs que dice<br />

que en la escuela solo nos enseñan a memorizar fechas<br />

de batallas. ¿No cree que, a partir de sus libros, cambió<br />

la metodología? Está cambiando y es cierto que hay una<br />

demanda distinta. También hay más padres que se interesan<br />

por lo que les enseñan a los hijos. Ya es imposible que en una<br />

escuela les enseñen que Colón descubrió América en esos<br />

términos. Es de una falsedad que no pide aclaraciones. Hemos<br />

avanzado y eso me da mucha alegría. En los colegios se<br />

trabaja mucho con mis historietas. Hace poco estuve en Independiente.<br />

Había un montón de pibes que, cuando llegué,<br />

me empezaron a gritar: “Felipe, Felipe”. Yo no lo podía creer.<br />

Me emocioné tanto que no podía ni hablar. Todo esto tiene<br />

mucho que ver con las maestras y con el hartazgo de una forma<br />

de enseñar la historia que es mentirosa y aburrida. Como<br />

bien cantan Los Fabulosos Cadillacs a quién le importa la<br />

fecha de una batalla si esa batalla no significa nada. Si vos<br />

me decís San Lorenzo y no sabés qué pasó, de poco te sirve<br />

saber una fecha. Sí es importante que un chico reconozca un<br />

proceso histórico, que tenga algunos datos memorizados. Una<br />

mínima ubicación histórico-temporal siempre es necesaria.<br />

–Volvamos a la figura de Moreno, ¿piensa que el progresismo<br />

y la izquierda de algún modo están en deuda<br />

con él? La izquierda siempre lo reivindicó parcialmente.<br />

Quizás algún sector de la izquierda peronista no lo ha leído<br />

bien. Otros sectores, más bien de la derecha peronista, lo<br />

interpretaron como a un agente inglés, como el autor de La<br />

representación de los hacendados, que leen muy parcialmente,<br />

como un alegato por el libre comercio, cuando en realidad<br />

es un alegato por la libre exportación de nuestros productos.<br />

–Y el famoso Plan de operaciones, que tantas polémicas<br />

suscitó, ¿resulta que era apócrifo? En el libro dejo en claro<br />

que el Plan de operaciones es falso. A partir de un libro que se<br />

llama El cementerio de la magdalena, se comprueba que hay<br />

hojas enteras que están tomadas de ahí y que justamente son las<br />

peores partes, en las que se habla de cortar cabezas y verter ríos<br />

de sangre. Eso claramente no lo escribió Moreno, sino que es<br />

un engendro del año 1814, hecho por Álvarez De Toledo, un<br />

espía español al servicio de Portugal. El objetivo era que ese documento<br />

les sirviera para justificar que en América gobernaban<br />

los salvajes. Para algunos es una decepción que Moreno no lo<br />

haya escrito y para otros es la confirmación de una sospecha que<br />

tuvo muy tempranamente el historiador Ricardo Levene.<br />

–Su libro se llama La vida por la Patria, ¿hoy existen<br />

políticos que estén dispuestos a dejarlo todo? No creo<br />

que queden muchos. Estamos asistiendo a un momento de<br />

mucha pobreza y de mucho ego. Lo que uno menos ve, en<br />

los llamados debates políticos, son propuestas. Lo único que<br />

hay son puros carpetazos, una recurrencia obsesiva al pasado,<br />

pero no al buen pasado, sino a los prontuarios del adversario.<br />

–Pienso en Moreno y en su plan de lectura para formarse.<br />

El compromiso intelectual, ¿también se perdió? Yo<br />

creo que sí. Lo que quiero remarcar en el libro es la importancia<br />

del pensamiento que precede a la acción: cómo se sentía<br />

un político que tenía que prepararse para actuar. Esto se repite<br />

en Belgrano y en San Martín, quienes, antes de hacer nada,<br />

leyeron y se prepararon muchísimo. Hoy la pobreza de los debates<br />

es terrible. Nunca vas a escuchar a un político argentino<br />

hacer citas. La última que recuerdo, muy desafortunada, es<br />

la de Carlos Menem, cuando dijo que había leído las obras<br />

completas de Sócrates. Como ciudadanos deberíamos exigir<br />

que el político se forme. A veces se les hacen preguntas muy<br />

básicas y no son capaces de responder. El otro día hablaba con<br />

un colega de Estados Unidos, quien me decía que estaba muy<br />

asombrado porque el argentino medio supera ampliamente<br />

al político medio; que las conversaciones del argentino medio<br />

estaban muy por encima de las conversaciones de la clase política.<br />

Eso habla muy mal de nosotros, los votantes.<br />

–Lo escucho hablar y pienso que son muchos los historiadores,<br />

Mitre, Sarmiento, que se involucraron en la<br />

política, ¿se ve como político? La verdad que no es una<br />

opción. Mi forma de hacer política no es partidaria, sino que<br />

hago política desde la historia, en el sentido de abrirle la cabeza<br />

a la gente. Tengo muchos años de docencia y el momento<br />

de mayor felicidad para un docente es cuando ve que el<br />

otro elabora conceptos propios. Yo detesto la bajada de línea<br />

y el ego halagado de creer que el otro dice y piensa lo mismo<br />

que uno. La felicidad del docente de alma, como es mi caso,<br />

está en ver que el otro piensa.<br />

–Dice que hace política desde la historia. Según la ideología,<br />

¿cambia el lugar en el que se coloca a la historia?<br />

Por supuesto, porque la historia es una ciencia completamente<br />

subjetiva. Eso no está mal en la medida que el lector sepa que<br />

los historiadores subjetivamos. Subjetivar no quiere decir ninguna<br />

operación maléfica, sino que lógicamente la aprensión de<br />

un documento tiende a una interpretación que es personal y<br />

única de cada historiador. Yo creo que la desconfianza no tiene<br />

que estar en los que decimos que tenemos abiertamente una<br />

mirada determinada de la historia, sino en aquellos soberbios<br />

que se proclaman imparciales. Esa soberbia no le corresponde<br />

ni siquiera a los jueces, porque está demostrado, particularmente<br />

en la Argentina, que los jueces de imparciales no tienen<br />

nada. Lo que hay que exigir a los historiadores y a todo el<br />

mundo es honestidad: no andar escondiendo bajo la alfombra<br />

lo que no conviene. El ejemplo que siempre doy es mi libro sobre<br />

el peronismo; el que lo lea, se va a dar cuenta de que está<br />

puesto todo lo que tiene que ver con el peronismo; lo malo y lo<br />

bueno. Poner solo lo que me conviene sería defraudarme a mí<br />

mismo y hacer una muy mala praxis histórica.<br />

–Con respecto al lugar en el que se coloca a la historia;<br />

¿cree que cambió en algo del gobierno anterior al actual?<br />

No tiene que ver solamente con el gobierno, que quizás<br />

propició un cierto relato de la historia que suponía que le era<br />

funcional y no le sirvió de mucho en términos electorales. No<br />

armó una didáctica para hacerle entender a la gente que lo<br />

que tenía era porque se habían creado políticas favorables.<br />

La respuesta está en que la gente terminó pensando que lo<br />

que obtuvo en esos años fue por mérito propio. Ahí hubo un<br />

error de comunicación de pasado y presente. Esto también<br />

tiene que ver con un momento del mundo en el que la historia<br />

también maduró muchísimo. La historia no puede contarse sin<br />

el contexto, como tampoco puede contarse sin el cine, sin la<br />

música, sin el teatro ni la literatura. La historia fáctica murió.<br />

El libro que cuenta una asociación de hechos sin conceptualizar,<br />

sin los imaginarios sociales de cada momento, ya no existe.<br />

La construcción de un pensamiento muchas veces tiene más<br />

que ver con la cultura que con la política.<br />

–Cuando escucha a algunos periodistas decir que están<br />

hartos de la dictadura, hartos de revisar el pasado; ¿qué<br />

le pasa? A mí no me pasa nada, porque creo que son pataleos.<br />

¿Qué quiere decir estar harto de la dictadura? La sociedad<br />

argentina demuestra y demostró, cuando ocurrió lo del 2x1, que<br />

no quiere saber nada con terminar con el pasado y decretar la<br />

impunidad. Aun en un panorama político muy adverso, en un<br />

gobierno que no propicia para nada ni la justicia con los represores<br />

ni la memoria histórica, la gente igual salió a la calle. Y<br />

seguramente muchos de los que estaban en esa plaza votaron a<br />

Mauricio Macri, pero le dijeron que no al 2x1. Más allá de los<br />

pataleos interesados e histéricos, debidos a una cuestión publicitaria<br />

de cierto negacionismo esnob, para la sociedad argentina el<br />

tema de los derechos humanos siempre va a estar en agenda<br />

36 37


Entrevista<br />

cuatro<br />

“Me indigna que haya<br />

trascendido el disfraz<br />

y no la forma”<br />

SEBASTIÁN DE CARO habla de su cuarta novela, La flor más falsa del mundo,<br />

de los medios y de su participación radial en Una casa con diez chinos<br />

POR Nando Varela Pagliaro<br />

En los años 90 se hizo conocido por el programa Montaña<br />

rusa. Desde entonces, su carrera lo ha llevado por la televisión,<br />

la radio, el cine y la literatura. Como director, debutó a los 23<br />

años con Rockabilly, luego vendrían Vacaciones en la tierra,<br />

De noche van a tu cuarto, Recortadas y 20.000 besos. En tele,<br />

además de la tira adolescente y de su recordado paso como<br />

panelista de Gran Hermano, participó junto a Gastón Pauls<br />

de la serie Todos contra Juan. Si bien la literaria es tal vez su<br />

faceta menos conocida, ya lleva publicados cuatro libros: Doméstico<br />

(2007), Mi método. 12 estrategias para seducir (2010),<br />

Las nuevas aventuras de un biólogo recién recibido (2013) y,<br />

el reciente, La flor más falsa del mundo (2017). Actualmente<br />

conduce Una casa con diez chinos en las mañanas de FM Vorterix<br />

y prepara el rodaje de dos nuevas películas.<br />

–Empecemos hablando del libro, ¿cómo fue el proceso<br />

de escritura? El libro sucedió a una novela que había hecho<br />

para la misma editorial. Cuando entregué ese libro, seguí en<br />

contacto con el editor, en aquel entonces Marcelo Panozzo,<br />

que me dijo que quería que hiciera otra novela, un poco<br />

más larga. Le conté una idea que tenía, una idea muy básica<br />

que tenía que ver con los detectives aficionados, pero en un<br />

contexto de redes sociales, de la paranoia que genera el mundo<br />

virtual. La idea gustó y así fue como empecé a trabajar en<br />

La flor más falsa del mundo. El proceso de escritura me llevó<br />

casi dos años, por las noches, en el mismo lugar, en jornadas<br />

de entre dos y tres horas. Fue bastante angustiante escribirla<br />

porque, una de las situaciones que ocurre en la trama, me ha<br />

tocado de cerca. Por eso, me costaba entrar en ese mundo,<br />

no era para nada luminoso.<br />

–Decía que las redes sociales generan cada vez más paranoia.<br />

En el libro ocupan un lugar central, ¿usted cómo<br />

se lleva con las redes? Como consumidor, las redes son el<br />

lugar en el que me entero acerca de lo último que hicieron los<br />

artistas que admiro; es un lugar muy valioso, pero, yendo a lo<br />

personal o a lo micro, debería decir que por culpa de las redes<br />

sociales perdí muchos amigos. Si uno quiere ser justo con uno<br />

y con los que depositan afecto y confianza en uno, me fue<br />

inevitable tener que cortar algunos lazos que eran totalmente<br />

artificiales y que estaban viciados de conectividad.<br />

–La pérdida de estos amigos, ¿tuvo que ver con lo ideológico?<br />

Ojalá pudiera hablar de algo más profundo o más serio<br />

como lo es un pensamiento político. Esto tiene que ver con<br />

otra cosa. Hay una ilusión que generan las redes sociales, sobre<br />

todo Twitter, que es una ilusión de conectividad total; le puedo<br />

escribir algo a Savater y a mi vecino. No estoy haciendo un<br />

juicio de valor, sino hablo de la distancia que tengo con Savater<br />

y no con mi vecino. Me parece que eso es un peligro enorme<br />

y empezó a crear unas microsociedades que replicaban lo peor<br />

de los medios, que es la exclusión y la cuestión piramidal. Era<br />

angustiante ver cómo esa droga virtual, que es el capital simbólico,<br />

se volvía una especie de paco online.<br />

–¿Estas relaciones que perdió eran previas a las redes<br />

o las conoció allí? Ahí empieza la gran ilusión de ese esce-<br />

nario virtual, los vínculos exagerados, la pornografía emocional.<br />

Todo eso me parece siniestro. Es un camino sin retorno<br />

hacia la deshumanización. “¿Vos sos amigo de tal? Lo odio”.<br />

Y odian con una furia como si el otro le hubiera robado a la<br />

novia. Es algo muy enfermo de virtualidad. No es por falta<br />

de educación en términos institucionales, no es exclusión<br />

del sistema y resentimiento financiero, es gente que tiene<br />

un trabajo, que tiene obra social, pero se pasa gran parte del<br />

día odiando, atomizando, atacando, bullyando, persiguiendo,<br />

ridiculizando y después, cuando te encaran, te dicen que<br />

estaban jodiendo.<br />

–¿Cree que esto pasa en todas las redes o el odio se<br />

ve mucho más en Twitter? La cosa es así, son tres pasos;<br />

twittero, twittero que a través de agresiones consigue 10.000<br />

seguidores y, a partir de eso, chau, se echó a perder. Sabe que<br />

la carne que le pide la máquina es insulto o ambigüedad, porque<br />

hay que darle de comer al bicho para que crezca. Entonces,<br />

pasa al estadio tres; de algún lugar, un medio, una revista,<br />

un festival, lo llaman a trabajar y ahí empieza a tirar rebajes.<br />

Entonces, de repente ese tipo que era el rey de la ironía, el<br />

campeón del cinismo, un maestro con una foto de un burro y<br />

una biografía que dice “fernetero burro, aguante Belgrano de<br />

Córdoba”, se convierte en otra cosa y dice “no, era una joda”.<br />

Ya vi a un montón así, son todos parte de la intelligentsia, están<br />

a un grado mío, son conocidos de ex amigos, los vi, les conozco<br />

la cara. Con toda esa angustia que a mí me provoca la deshumanización,<br />

Dick y Borges se harían un festín porque es la<br />

realidad suplantada por el simulacro en un nivel que jamás vi.<br />

–Y su relación con el tiempo y las redes, ¿cómo es? A<br />

mí las redes me dan más de lo que me sacan, porque sigo a<br />

gente que brinda contenido, a personas que admiro mucho.<br />

Me entero de discos que van a salir y me interesan, o qué<br />

películas se van a estrenar; para mí es totalmente útil.<br />

–Pero en tiempos de redes sociales, ¿se podrían haber<br />

escrito obras como En busca del tiempo perdido? En<br />

ese sentido confío un poco más en el genio. Cuando digo el<br />

genio, no digo alguien genial, sino que me refiero a lo que tenemos<br />

todos. Los escritores escriben todos los días de su vida<br />

y viven como escritores; los directores de cine viven como<br />

directores, un médico vive como médico, aunque esté todo el<br />

día en Facebook.<br />

–Y en su caso, ¿cómo se definiría, vive como director<br />

de cine o como escritor? Yo me considero un narrador.<br />

Trabajo en la radio, trabajo dando clases; pero naturalmente<br />

tengo la necesidad de inventar historias y narrarlas. ¿En qué<br />

soporte? Idealmente en cine. Igual descubrí algo con La flor<br />

más falsa del mundo que no me había pasado con los anteriores<br />

libros: siento que hay cosas mías como nunca, ahí está<br />

la velocidad de tu pensamiento. De algún modo, es el medio<br />

ideal, incluso es mucho mejor que cuando hablo en la radio,<br />

porque está pensado y organizado.<br />

–En el libro nombra a Londa, esta red social ficticia, y<br />

dice que es la red que viene a destronar a Facebook.<br />

39


¿Cree que es posible destronar a Facebook? La novela<br />

en ese sentido juega con un concepto ucrónico establecido<br />

entre Facebook y Twitter, por eso no hay referencias a los<br />

tiempos y algún lector detectivesco me comentó que no se<br />

entendía en qué año estaba sucediendo. La falta de información<br />

temporal está trabajada. Si la novela tuviera un género,<br />

creo que sería ciencia ficción. La idea era que haya una red<br />

social que más que destronar a Facebook propusiera algo<br />

así como que ya no vas a tener que pensar tanto en qué o a<br />

quién conocer, porque te va a ir sugiriendo un algoritmo de<br />

sociabilización, de lugares de consumo cultural.<br />

–En el libro este algoritmo está basado en la tríada de<br />

referentes propuestos por el usuario. ¿Cuál sería su<br />

tríada? No me lo pregunté porque, de hecho, cuando pensaba<br />

los perfiles Londa de los personajes y qué hubiera elegido<br />

cada uno, decidí que era mejor no mencionarlo porque<br />

quiero que el lector se imagine cuáles son. Yo hoy pondría<br />

a Chuck Jones, creador del universo Warner, Joe Strummer,<br />

líder de los Clash, y a Fontanarrosa.<br />

–Cuando empezó a escribir el libro, ¿tenía en mente a<br />

un lector? Siempre pienso en un lector ideal que encuentra<br />

el libro y siente que todo lo que quería decir alguien lo dijo o<br />

lo hizo sentir acompañado. No pienso en un prototipo, sino<br />

que pienso en alguien al que le va a llegar.<br />

–Casciari dice que prefiere que lo lea el lector común<br />

al crítico de La Nación. Si tuviera que elegir, ¿quién<br />

prefiere que lo lea? No soy clasista para ninguno de los<br />

dos lados. Me gustaría que me lea un profesor de filosofía,<br />

un crítico literario consumado y exigente, un escritor o una<br />

enfermera. No tengo una fantasía del lector, la única fantasía<br />

que tengo es el punto emocional en donde lo afecte.<br />

–Para alguien como usted, que tiene cierta popularidad,<br />

¿cuáles son los pros y los contras de querer llevar<br />

adelante una carrera literaria? Los pros son que evidentemente<br />

conduzco un programa de radio, tengo cierta llegada<br />

y he llenado algunos teatros. Es decir, hace veinte años que<br />

trabajo solo de esto y tengo un público potencial; eso es lo<br />

bueno que puede ver la editorial. Lo malo tiene que ver con<br />

los prejuicios; ¿cuánta seriedad tendrá el libro?, ¿será un<br />

robo? La editorial me da una contención enorme al ponerme<br />

en el lugar en el que estoy. Además, como el libro está hecho<br />

de modo muy honesto, los prejuicios se derrumban un poco.<br />

Puede que algunos piensen este es el tipo que actuó en Todos<br />

contra Juan y ahora escribe un libro.<br />

–Alguna vez dijo que, si pudiera, trabajarías solo en<br />

cine, sin embargo, se lo ve cómodo haciendo varias<br />

cosas a la vez, ¿es así? Si pudiera vivir de escribir, no me<br />

ven nunca más.<br />

–¿En serio? ¿Y qué lugar ocupa la radio? La radio me<br />

encanta y la propuesta de Mario (Pergolini) me pareció<br />

espectacular, una oportunidad increíble, caída del cielo<br />

literalmente. Pero, si pudiera elegir me encantaría hacer novelas,<br />

cada dos años, poder viajar mucho más y no estar atado<br />

al día a día, con un horario. Lo otro me parece directamente<br />

el paraíso y sueño con poder hacerlo en algún momento.<br />

–Ocupar la franja de Pergolini en su radio, ¿le significó<br />

algún peso? Si, claro. Imaginate que él está en el horario<br />

anterior de la mañana y que tengo en la misma silla, literalmente,<br />

al personaje que inventó este género, que es la FM<br />

argentina de público juvenil, de rock y música.<br />

–Habla de público juvenil y Pergolini se la pasa<br />

diciendo que esa franja ya no escucha radio. Se ha<br />

escrito mucho sobre el final de los diarios, incluso de<br />

los libros. ¿Piensa que se puede llegar a hablar del<br />

final de la radio? Sí, Mario lo dice todo el tiempo. El final<br />

del cine también, porque está en un momento de crisis muy<br />

grande como lenguaje. Lo dijo Philip Roth en una nota; no<br />

solamente van a desaparecer los libros, sino que también los<br />

lectores. Los espectadores de cine también van a desaparecer,<br />

porque el lenguaje se está invisibilizando. Lo que se está<br />

haciendo presente son las tramas y estas no son el lenguaje.<br />

La literatura tiene algo muy lindo y es que se hace muy cargo<br />

de lo formal. Los escritores son el estilo, no sus tramas; la<br />

diferencia entre un escritor y otro es el estilo. Por eso mismo<br />

la relación con un lector, de alguien que viene con tu libro<br />

en la mano, es muy noble porque ese tipo te dedicó tiempo,<br />

a ese tipo no le caíste en un programa de tele contando una<br />

anécdota, sino que ese tipo se sentó y estuvo con vos y tu<br />

cabeza un rato. El lector es un tipo que ha trabajado.<br />

–Antes mencionó a Todos contra Juan. En la tele de<br />

hoy, ¿es posible un programa como ese? Yo creo que en<br />

la tele de hoy no es posible nada, aunque suene apocalíptico.<br />

En el cine tampoco. ¿Cómo volver a la magia y al espacio<br />

mítico que tiene que ocupar la poesía, la figura poética a nivel<br />

aristotélico, los mitos que nos hacen crecer? Es muy difícil si<br />

está tan bastardeado y creo que el cine-industria está haciendo<br />

mucho para alejar a la gente del cine lenguaje.<br />

–¿Qué puede hacer alguien que está en un lugar como<br />

el suyo para tratar de que eso no pase? Amargarse y<br />

transmitir la amargura, lo que no es muy útil. Yo amo el<br />

cine, tengo tatuado a Hitchcock en el brazo; me preparé,<br />

estudié, y mi sueño es tener una filmografía humilde, pero<br />

me doy cuenta de que está en crisis y no puedo negarlo. No<br />

puedo ser tan ególatra de decir que, igual, puedo hacer una<br />

película. Hay que entender el contexto y el marco en el que<br />

estamos. Por eso fue un alivio encarar esta novela.<br />

–Dijo en una nota que no podría contar una historia<br />

de Lugano I y II. Guillermo Martínez dice que en los<br />

escritores argentinos siempre hay cierta necesidad de<br />

contar lo marginal, que las clases medias no convocan.<br />

¿Esa postura tiene que ver con cierto “caretaje”? Hay<br />

una corrección política, que me molesta, que implica suponer<br />

que hay que acompañar, cuidar y proteger la historia de lo<br />

marginal. De hecho, hay algún realizador que siempre baja<br />

una línea de “nosotros contamos nuestras historias y quieren<br />

que seamos invisibles”, y mis amigos y yo también nos<br />

sentimos invisibles para la sociedad. Yo también siento que<br />

estoy excluido, maltratado. No yo, Sebastián de Caro, sino<br />

mi grupo, al que veo golpeado, al margen. Tampoco convoca<br />

que la guita lleva a otra cosa. Y mis historias por ahí suceden<br />

en Palermo y Villa Crespo, y va a ser siempre así porque me<br />

parecería una falta de respeto especular con “voy a hacer una<br />

que pase en Mataderos”. Yo sería una especie de farsante si<br />

escribiera sobre el conurbano; mi pueblo es este pueblo, yo<br />

soy de Villa Crespo de toda la vida y viví en cinco barrios que<br />

están pegados. Mi mundo es muy pequeño, pero en él trato<br />

de que suceda todo y termina siendo un no lugar.<br />

–Leí que dijo que hoy los pibes de 18 años ya no sueñan<br />

con ser estrellas de rock, sino con presentar un<br />

Power Point con la idea de un jabón, ¿realmente es<br />

así? Sueñan con vivir como una estrella de rock sin lo que<br />

implica serlo; se disfrazan de una estrella de rock. Los bares<br />

a veces están habitados por gente que come empanadas en<br />

frascos, van a la feria Masticar y andan disfrazados como si<br />

fueran Dante Spinetta o Santiago Motorizado, que<br />

son artistas. Me indigna un poco que lo que haya trascendido<br />

sea el disfraz y no la forma. Tanto en el caso de Santiago<br />

como el de Dante, son gente muy comprometida, no son<br />

disfraces, son artistas. Cuando yo era chico, un publicista<br />

era gente de un banco, no era Pixar. Y ahora te venden que<br />

tienen reuniones, y para mí venden jabón en polvo y están<br />

disfrazados como si fueran Sid Vicious. A mí me parece un<br />

trabajo digno y lo he hecho, pero aflojemos la mano porque<br />

ahora todo es arte. El arte se degrada y lo único que queda<br />

en pie es el dinero. Lo único que no se puede aparentar es<br />

ser millonario, todo lo demás se puede aparentar. Después,<br />

lo dan vuelta y te dicen “qué exigente” y yo planteo que nos<br />

sentemos los dos en una esquina a aparentar que somos<br />

millonarios y vamos a ver cómo la sociedad nos aclara rápidamente<br />

que no lo somos.<br />

–Habla de ser millonarios, ¿qué lugar le da a la plata?<br />

Es la posibilidad de comprarme todas las cosas que quiero,<br />

un medio, nunca un fin. Para mí te salva pensar así porque<br />

tenés menos guita, pero no te agarran nunca, porque no le<br />

debés tanto a nadie. Hay una libertad muy grande en no ser<br />

millonario, porque el sistema quiere que queramos serlo; es<br />

el único norte de reconocimiento posible. Sacás un libro y lo<br />

primero que te preguntan es cuánto vendió o si vas a hacer la<br />

película. Nadie va a decir me gustó, es demasiado romántico,<br />

es medio triste.<br />

–Por último, una pregunta que suelo hacer bastante,<br />

¿cuándo siente que tuvo un día productivo? El día que<br />

escucho una buena historia que me cuente cualquiera; una<br />

buena historia de amor, de vida, una buena historia mítica,<br />

de un dato. Odio las curiosidades, los comunicadores<br />

de curiosidades, odio la trivia, el lugar común, me parece<br />

reduccionista. Toda la gente tiene historias y son fascinantes,<br />

hay gente que tiene una manera atrapante de narrar su vida y<br />

esa es la gente que más admiro. Los buenos narradores de la<br />

vida, la gente sin formación que narra bien, mejora el mundo<br />

a cada segundo porque hace ver esa función poética de hacer<br />

apasionante todo; esa gente te reconcilia con la vida<br />

40<br />

41


Tema de tapa<br />

tres<br />

SIN<br />

MOLDES<br />

Lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, travestis, intersexuales, queers, gender fluid, pan, antro,<br />

demi o asexuales, son algunas de las clasificaciones que existen, pero aún falta mucho por recorrer<br />

POR Agustina Zabaljáuregui<br />

La humanidad se fue clasificando a sí misma en normas o<br />

generalidades, siendo extraño o irregular quien se encontrase<br />

fuera de esos márgenes. Poco a poco, al menos en lo que al<br />

género y a la sexualidad respecta, se fue logrando que quien se<br />

hallara fuera de la norma pudiese cambiar la regla sin ser percibido<br />

como alguien distinto sino como un individuo dentro de<br />

un nuevo grupo. El binarismo de género, aquella construcción<br />

social que categoriza de manera dicotómica la realidad humana<br />

en masculino y femenino, está cuestionado desde hace unos<br />

años y así muchos se permitieron buscar su propia identidad<br />

sin intentar encajar en un molde preestablecido. Seguramente<br />

las distintas identidades sexuales existieron desde siempre,<br />

aunque muchas no tuvieran nombre, visibilidad ni derechos.<br />

Lo cierto es que aún queda muchísimo camino por recorrer, todavía<br />

existen lugares en el mundo donde tener otra preferencia<br />

sexual o identidad de género es un delito. Sin embargo, desde<br />

los años 70 hasta la actualidad existió un gran avance en todos<br />

los terrenos, incluso en los más arduos como el de la mentalidad<br />

humana. El recorrido fue espinoso. Pensar la identidad<br />

sexual fuera del binarismo de género fue una lucha de un gran<br />

sector de la sociedad que sentía que ese molde lo dejaba afuera.<br />

El movimiento LGBTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero<br />

e intersexuales, queers) nace en 1969 en el marco de<br />

una protesta contra el acoso por parte de la policía a homosexuales<br />

y trans, luego de violentos disturbios ocurridos en<br />

un bar neoyorquino llamado Stonewall Inc. Si bien existieron<br />

otros movimientos a lo largo de la historia en distintas partes<br />

del mundo, a partir de este hecho se luchó activamente desde<br />

el lugar del orgullo de la propia homosexualidad. El fin de la<br />

prohibición llevó a consolidar una cultura y hasta un mercado<br />

propio que no dejaba de crecer. Desde bares hasta servicios<br />

turísticos, ser gay repentinamente se convirtió en algo funcional<br />

al capitalismo. Particularmente, porque había un gran<br />

sector sin hijos y de altos ingresos.<br />

Se creó así una identidad homosexual donde “salir del clóset”,<br />

en los ámbitos sociales particulares de cada uno, se convirtió<br />

en un aspecto fundamental de esa identidad. A su vez, la<br />

aparición del SIDA recrudeció tanto la lucha por los derechos<br />

gays como la discriminación contra ellos. Tal es así que, en sus<br />

primeros años de existencia, se lo llamaba el cáncer gay y tener<br />

la enfermedad era sinónimo de homosexualidad. Desde la<br />

negación de fondos hasta la falta de campañas públicas de prevención,<br />

se percibía un discurso estigmatizante, en las políticas<br />

públicas, para con la comunidad homosexual.<br />

De todas formas, el gay masculino y el femenino fueron aceptados<br />

lentamente dentro de ese molde binario. Lo mismo ocurrió<br />

con las lesbianas pero en menor medida. Mientras aquellos<br />

roles siguieran vigentes, aunque ocupados por nuevos actores,<br />

la sociedad podría asimilarlos como una parte propia. Incluso<br />

se aceptó la condición gay o heterosexual como un nuevo<br />

molde que acompañaba al clásico masculino o femenino. Pero<br />

la idea de la normalidad es cruel y, así como incluyó a algunos<br />

dentro de ella, dejó a muchos fuera. Transexuales, transformistas,<br />

intersexuales y todo aquel que no formara parte de esos<br />

cánones se recluyeron en bares y lugares de encuentro donde<br />

se gestó una subcultura: un espacio de resistencia dentro de la<br />

resistencia. Así surgió el movimiento queer, como consecuencia<br />

de una doble exclusión social, que ahora también incluía dentro<br />

de los discriminadores a una porción de la comunidad gay, que<br />

estaba dentro del círculo social de los aceptados y no querían<br />

perder ese terreno ganado. Por eso, HIV positivos, transexuales,<br />

travestis, transformistas, intersexuales, homosexuales negros<br />

o chicanos, aquellos más marginados dentro de los marginados,<br />

se reapropiaron del concepto queer, cuyo equivalente en<br />

español sería raro o torcido, un término que siempre había sido<br />

despectivo y que se volvió positivo a partir de este proceso.<br />

Ese germen pronto se convirtió en una corriente de pensamiento<br />

de género que tuvo a Judith Butler como una de<br />

las cabezas principales que aportaron conceptos innovadores.<br />

Especialmente para el feminismo que también se había<br />

desarrollado dentro del binarismo de género. Judith Butler<br />

sostiene que la orientación e identidad sexuales, junto con la<br />

expresión de género, son una construcción social, histórica y<br />

cultural, que está modelada a la medida de un poder hegemónico<br />

heterocentrado y patriarcal.<br />

Por eso el fin del pensamiento queer es terminar con las dicotomías<br />

de género y sexualidad, borrando las líneas que separan las<br />

identidades fijas. No formar la identidad a partir de la orientación<br />

sexual como ocurrió en los comienzos del movimiento gay,<br />

sino entender esta necesidad de clasificación como construcción<br />

del ser “normal” (hombre, blanco, rico, etc.) para ordenar<br />

y dominar lo que está fuera de su identidad. Salir de ese molde<br />

es crear roles de género, identidades y orientaciones sexuales<br />

cambiantes, múltiples, móviles y sobre todo, no binarias.<br />

Esta forma de pensar abrió el juego para muchos que sufrían<br />

la obligación de definirse con alguna de todas las letras de la<br />

sigla LGBTIQ. Aunque gran parte del postulado queer aún<br />

sigue siendo una utopía, hubo un gran surgimiento de preferencias<br />

sexuales o identidades de género que se encontraban<br />

en el gris de las definiciones, a pesar de que todas implican<br />

clasificaciones. El género fluido o gender fluid propone la no<br />

identificación con un solo género, sino la posibilidad de sentirse<br />

mujer u hombre en distintas etapas de la vida o vivir en<br />

una indefinición, vistiendo y actuando como ambos géneros.<br />

Los pensamientos de la teoría queer que borronean los márgenes<br />

genéricos fueron de especial ayuda para los intersexuales,<br />

aquellos que nacieron con ambos géneros o en un punto<br />

entre medio de ellos. La intersexualidad no tiene que ver con<br />

una percepción sobre su propio género, sino con una realidad<br />

anatómica. Las opciones son múltiples, algunos nacen con genitales<br />

femeninos pero tienen testículos por dentro, otros tienen<br />

a la vista ambos genitales o una combinación de ellos. El<br />

mayor problema que enfrenta esta minoría es la imposibilidad<br />

de decidir su género ya que al nacer, si la intersexualidad<br />

se manifiesta en sus genitales externos, sus padres deciden<br />

por él o ella y lo someten a una operación para que encaje<br />

en el molde que otros eligieron. Generalmente esto suele<br />

devenir en crisis ya sea de identidad al entrar a la pubertad o<br />

43


de disfunción sexual en la adolescencia por las secuelas que<br />

pueden traer esos procedimientos.<br />

La teoría queer y el activismo de género lograron expandir la<br />

mente y hoy muchísimos padres crían a sus hijos intersexuales<br />

sin adoptar un género definido hasta que ellos tengan la<br />

edad de decidir, o no, su condición de masculino o femenino.<br />

A medida que el pensamiento de género fue avanzando también<br />

lo hizo la aceptación social sobre el tema. Otras preferencias<br />

sexuales e identidades se animaron a pensarse y asumirse<br />

como tales. Una de ellas es la pansexualidad, una orientación<br />

que se caracteriza por la atracción sentimental, romántica o<br />

sexual hacia otra persona sin importar su género. Esta es, tal<br />

vez, la orientación sexual más flexible de todas, que supera a la<br />

bisexualidad porque incluye identidades no binarias, como transexuales<br />

o intersexuales. La antrosexualidad es similar, porque<br />

permite sentir atracción por distintos géneros. La diferencia con<br />

la pansexualidad es que no se asumen dentro de ninguna orientación<br />

sexual, porque dicen no saber cuál es su preferencia.<br />

En el otro extremo se encuentran los asexuales, que también<br />

se han asumido como tales con el tiempo a pesar de que<br />

siempre existieron. Estos no sienten atracción sexual por ningún<br />

género. Sin embargo, pueden tener relaciones de pareja<br />

a pesar de no sentir deseo. Desde el 2001 los asexuales cuentan<br />

con una organización propia, la Red para la educación y<br />

visibilidad de la asexualidad (AVEN, por su sigla en inglés),<br />

que tiene, entre otros objetivos, ser un punto de encuentro<br />

para la comunidad y lograr su aceptación en la sociedad.<br />

Esta organización ha acuñado el término para una nueva<br />

orientación sexual llamada demisexualidad, que se refiere a<br />

quienes sienten atracción por personas con las que antes han<br />

desarrollado lazos emocionales. Esta orientación invierte las<br />

etapas de una relación convencional, empezando por el amor<br />

y dejando la atracción física y sexual como último paso. El<br />

demisexual puede ser hetero, homo o bisexual.<br />

Existe una corriente trans que critica el pensamiento queer y lo<br />

acusa de haberse apropiado de su movimiento para convertirlo<br />

en postulados teóricos complejos e inaccesibles para la mayoría<br />

de los miembros de ese colectivo. Lo cierto es que los trans<br />

siempre estuvieron más expuestos, en primer lugar, porque su<br />

diferencia con la supuesta normalidad heteropatriarcal está a la<br />

vista de todos. Su aceptación todavía está muy lejos de igualar<br />

a la de otros grupos dentro del colectivo LGBTIQ. Un ejemplo<br />

de esto es que la Organización Mundial de la Salud aún<br />

conserva la transexualidad en su Clasificación Internacional de<br />

Enfermedades. Apenas cambiará su epígrafe a: “Condiciones<br />

relativas a la salud sexual” en la modificación que entrará en<br />

vigencia el año próximo. La homosexualidad fue sacada de esa<br />

lista en 1990. Una de las razones por las que lo trans parece<br />

ser tan difícil de aceptar aún puede tener que ver con el hecho<br />

de que, en la construcción de sus identidades, hay una doble<br />

trasgresión al molde binario que nos clasifica ya que pueden<br />

tener otra orientación sexual además de otro género, es decir,<br />

un trans puede haber nacido hombre y transicionar a mujer o<br />

viceversa y a la vez puede ser heterosexual o gay. Por ejemplo,<br />

los hermanos Wachowski, directores de la saga Matrix, son,<br />

hoy, Lana y Lily Wachowski. A pesar de haber cambiado de<br />

género siguieron siendo heterosexuales y ambos<br />

La última Cena de Folsom Street Fair<br />

continuaron con las mujeres que los acompañaban antes del<br />

cambio. Las exitosas cineastas son transexuales, es decir, que<br />

las dos se sometieron a las intervenciones quirúrgicas correspondientes<br />

para cambiar sus órganos sexuales externos.<br />

Pero el mundo trans sigue resistiendo y cada vez logra adquirir<br />

más visibilidad. Este grupo es complejo y los transexuales son<br />

solo una porción del mismo. También forman parte de él los<br />

transgénero, aquellos que cambian su apariencia física, su estilo<br />

de vida y forma de vestir al género opuesto pero no se someten<br />

a ninguna operación ni a un tratamiento hormonal. Además<br />

están los travestis, aquellos que se visten y adquieren un aspecto<br />

distinto al de su sexo asignado. Este comportamiento no implica<br />

el querer pertenecer al género opuesto, es decir, toma otro rol<br />

sexual pero no otra identidad. Forman parte también del grupo<br />

trans los dragqueens y dragkings, hombres en el primer caso o<br />

mujeres en el segundo que se visten del sexo opuesto, que crean<br />

un personaje con el que identifican una parte de su vida. Es<br />

decir, su drag tiene un nombre particular, una personalidad, un<br />

estilo, un todo. Es una representación, una persona creada por<br />

ellos mismos donde se sienten libres y pueden jugar a ser diferentes.<br />

Su exponente más conocido es RuPaul, elegido por la<br />

revista Time dentro de las cien personas más influyentes, quien<br />

logró visibilizar mundialmente la cultura drag especialmente<br />

con su reality RuPaul’s Drag Race. Allí compiten por la corona<br />

enfrentándose en las categorías que hacen a una drag: la pasarela,<br />

la actuación, el estilo y sobre todo el Lip Sync o sincronización<br />

de labios, donde las participantes hacen playback frente<br />

al jurado. El programa ya lleva nueve temporadas al aire, está<br />

dentro de la programación de Netflix y se ve en todo el mundo.<br />

El universo drag es complejo y fascinante. Hay registros<br />

de encuentros drag desde los años 20, pero la cultura tal y<br />

como la conocemos hoy se conformó en la Nueva York de<br />

los 80, donde jóvenes, especialmente gays, pobres, latinos y<br />

negros, se encontraban en fiestas llamadas ballrooms donde<br />

se montaban o disfrazaban de lo que no podían ser en la vida<br />

real. No solo se vestían de mujeres extravagantes, sino de<br />

corredores de Wall Street o de alumnos de Yale. Los drags se<br />

dividían en casas, conformadas como familias por un padre y<br />

una madre a la cabeza. Esto funcionaba así porque los jóvenes<br />

que se unían a la cultura drag solían ser rechazados por<br />

sus propias familias por ser homosexuales o por vestirse de<br />

mujer. Aún hoy las drags más experimentadas suelen adoptar<br />

a las más jóvenes, las educan y las protegen. En los ballrooms<br />

las casas o familias competían en la pista de baile desfilando y<br />

principalmente “vogueando”, un estilo de danza muy particular<br />

que proviene del posar como modelo. Como si estuvieran<br />

en la tapa de la revista Vogue, de ahí su nombre. Madonna lo<br />

popularizó en los años 90 con su tema homónimo.<br />

La cultura drag es un movimiento revolucionario que tuvo<br />

gran impacto en el colectivo LGBTIQ y en las teorías queer,<br />

porque su filosofía expresa libertad y empoderamiento. Todo<br />

es posible, si podés disfrazarte de tus sueños. Como dice<br />

RuPaul: “Nacemos desnudos y el resto es drag”. Es decir,<br />

venimos al mundo y el resto lo construimos a nuestra medida.<br />

Esto se relaciona con otro postulado de la teoría queer, el género<br />

y el sexo como acto performativo. Judith Butler sostiene,<br />

tomando conceptos de Derrida y John Austin, que todo lo<br />

relativo a la identidad sexual es una actuación. Si un niño nace<br />

varón le enseñan a comportarse como tal, lo visten de celeste<br />

y le regalan autitos, etc. Lo mismo ocurre con la niña, el rosa<br />

y las muñecas. Según esta teoría todos aprendemos a actuar el<br />

género al que pertenecemos. Por eso la figura de la dragqueen<br />

desestabiliza el molde social: al ser un hombre que vive como<br />

tal pero que también se muestra como la parodia de una mujer<br />

creada por él mismo. Dice RuPaul: “Convertirte en la imagen<br />

de tu imaginación es lo más poderoso que puedes hacer”. Hoy,<br />

cuestionar el molde social impuesto y romper con los modelos<br />

asignados para el hombre y la mujer, pensar el propio género y<br />

orientación sexual y, al menos, debatir esa matriz binaria en la<br />

que fuimos concebidos, es un acto político revolucionario que<br />

está cambiando al mundo<br />

44


Entrevista<br />

cinco<br />

Con un pie<br />

en la selva<br />

y otro<br />

en Marte<br />

LILIANA COLANZI presentó su segundo libro<br />

Nuestro mundo muerto (Eterna Cadencia) que<br />

promete tener tanto éxito como el primero,<br />

Vacaciones permanentes, con el que se convirtió<br />

en una escritora consagrada<br />

POR Christian Kupchik<br />

El escritor boliviano Néstor Taboada Terán (1929-2015)<br />

solía quejarse de dos cosas de su realidad: la primera era que<br />

el seleccionado de fútbol se refugiaba confiado a los favores<br />

de la altura de La Paz y descartaba el roce internacional, lo<br />

que a su juicio lo llevaba a perder jerarquía. La segunda es<br />

que su literatura, apremiada por la realidad, siempre debía<br />

asumir las “grandes causas”. “¿Cómo podemos desarrollar,<br />

por ejemplo, el género negro si nuestro país no puede darse<br />

el lujo de antihéroes? Todavía tenemos una gran necesidad<br />

de héroes”, declaraba.<br />

Pero las cosas han cambiado mucho en los últimos años con<br />

la aparición de narradores como Edmundo Paz Soldán,<br />

Maximiliano Barrientos, Giovanna Rivero y, muy<br />

especialmente, Liliana Colanzi, que con apenas dos libros<br />

de relatos ha llamado la atención a la crítica y el público no<br />

solo de varios países latinoamericanos (ha publicado en Bolivia,<br />

Chile y Argentina), sino también de Estados Unidos, donde<br />

enseña en la Universidad de Cornell. Los cuentos reunidos<br />

en Vacaciones permanentes, que agotaron tres ediciones en su<br />

país, y más recientemente en Nuestro mundo muerto (Eterna<br />

Cadencia), muestran un abanico de personajes y atmósferas<br />

en el que se mezclan no solo antihéroes, sino también elementos<br />

fantásticos y una imaginación desorbitada que va de la<br />

mitología indígena a Marte. “Li” Colanzi confiesa que uno de<br />

las experiencias lectoras que más la fascinó de niña fue Alicia<br />

en el país de las maravillas de Lewis Carroll (llegó a vivir<br />

una temporada en Oxford para conocer el lugar donde habitó<br />

el reverendo Dodgson), y a decir verdad, tanto ella como sus<br />

relatos tienen mucho del mundo mágico de Alicia, aun cuando<br />

transcurren por escenarios reconociblemente realistas. Hija de<br />

una familia de clase media de Santa Cruz de la Sierra, Li Colanzi,<br />

nacida en 1981, reconoce haber sido una ávida lectora en<br />

su infancia, incluso cuando en su casa no abundaban los libros.<br />

Eso hizo que desarrollara un oído particular para la historia<br />

oral y aceptara sin prejuicios todo tipo de lecturas diversas<br />

(cuentos, poemas, historietas que ella misma ilustraba).<br />

–¿Qué fue lo primero que escribió? Escribí, como tantos,<br />

poemas que no llegaban a tener un lugar destacado en mi<br />

propia consideración. Pero lo primero que publiqué fue un<br />

cuento a los 17 años.<br />

–¿Hay una predilección particular por el cuento ante los<br />

otros géneros? Sí, lo aprecio mucho y además me viene muy<br />

bien. Soy muy lenta escribiendo, me llevó seis años terminar<br />

Nuestro mundo muerto. Mis textos me suelen dar pelea, hace<br />

años que no me sale un cuento de corrido. Un cuento es como<br />

hacer zoom dentro de un mundo, pero para eso hay que haber<br />

concebido ese mundo y eso es muy trabajoso. De todos modos,<br />

debo reconocer que me gusta la emoción breve e intensa que<br />

brinda un cuento. No es un género menor ni una antesala de<br />

la novela. Ahora mismo estoy experimentando con la novela<br />

porque me interesa variar de forma y de registro, pero si no<br />

sale voy a estar muy feliz de regresar al cuento.<br />

–¿Por qué la dificultad en armar Nuestro mundo muerto?<br />

Porque quería que fueran once relatos, pero al final tres se<br />

quedaron afuera: en su momento fue frustrante porque pasé<br />

varios meses escribiendo y corrigiendo esos cuentos para finalmente<br />

descartarlos. Pero para mí es importante que todas las<br />

historias de un libro compartan una misma atmósfera, que no<br />

sea simplemente una reunión de relatos sin ninguna afinidad.<br />

–Una de las constantes de Nuestro mundo muerto es la<br />

presencia de lo indígena, con personajes, prácticas y<br />

hasta mitologías, que se contrapone a Vacaciones permanentes<br />

donde se privilegiaba más un escenario urbano.<br />

¿Por qué esa elección? Santa Cruz repite el mito del<br />

mestizaje feliz. Pero debajo de ese mito están las historias de<br />

varios grupos indígenas y de sus circunstancias de explotación<br />

y expropiación. Celebramos el mestizaje para no tener que<br />

hacernos cargo de esa historia, una historia que, a diferencia<br />

tal vez de la aimara y quechua, no tiene quién la reclame. Me<br />

interesó que la voz indígena se colara en mis cuentos como<br />

recordatorio de esa tarea pendiente, pero que lo hiciera de<br />

manera lateral, como fantasma que regresa a incomodar.<br />

–Otra constante de los cuentos es la convivencia entre<br />

lo cotidiano y lo sobrenatural, que se manifiesta en<br />

hechos paranormales, cósmicos o hasta más propios de<br />

la ciencia ficción. ¿A qué obedece el trabajo con estos<br />

elementos? Lo sobrenatural nos confronta con la muerte y<br />

con todo aquello que no podemos entender. ¿Cómo llegamos al<br />

mundo y qué pasa cuando morimos? ¿Cómo lidiamos con esa<br />

enormidad –la muerte– que cargamos siempre con nosotros?<br />

Me atraen los estados alterados –la locura, la paranoia, el éxtasis<br />

místico– como vías a otro estado de conciencia y de negociación<br />

con la realidad. Me gusta mucho Philip Dick, un escritor que<br />

construyó casi toda su obra en torno a la paranoia. Mi simpatía<br />

está con los monstruos, con los deformes, con los seres fallados.<br />

Por otra parte, ¿qué puede ser más sobrenatural que eso que<br />

llamamos realidad? El hecho de que de un momento a otro los<br />

seres que conocemos y queremos desaparezcan del mundo me<br />

parece tremendamente cruel y sobrenatural.<br />

–“Alfredito”, precisamente, es un relato que trabaja<br />

sobre la muerte en la infancia. ¿Se basa en un hecho<br />

real? Sí, fue un compañerito mío en la primaria y quizás<br />

nuestro primer contacto con la muerte. Al tratarse de la<br />

muerte de un niño, se vuelve más inverosímil todavía.<br />

–“Chaco” es un cuento casi perfecto. Decía que mucho<br />

tuvo que ver el influjo de Sara Gallardo, de quien acaba<br />

de dar a conocer su novela Eisejuaz en Dum Dum,<br />

su nueva aventura editorial… Admiro mucho a Sara<br />

Gallardo y muy en particular Eisejuaz, que me conmovió<br />

con lo extraordinario de su lenguaje y con su mundo extraño y<br />

visionario. Eisejuaz es un hallazgo. La novela cuenta la travesía<br />

espiritual de un indio mataco que escucha un llamado divino, y<br />

su relación con el mundo de los blancos, con su propio pueblo<br />

y con un dios sincrético que se manifiesta a través de los<br />

animales y de los árboles. Eisejuaz narra esa región fronteriza<br />

entre Argentina y Bolivia desde el mundo indígena, y lo muestra<br />

en toda su complejidad, su belleza y su miseria. En verdad<br />

Eisejuaz existió. En 2003 viajé y pude conocer a una hija, que<br />

me abrió las puertas de ese mundo mágico.<br />

–¿Y cuál es la intención con Dum Dum? La idea es crear<br />

un espacio que dé lugar a los géneros híbridos, el ensayo,<br />

la ciencia ficción, la imaginación de una sensibilidad nueva,<br />

pero también para el rescate de proyectos periféricos de otras<br />

épocas que no encontraron su lugar en el canon. Pretendemos<br />

mirar al pasado para escuchar el futuro: como dice el<br />

lema de la editorial, la idea es que Dum Dum tenga “un pie<br />

en la selva y otro en Marte”<br />

46<br />

47


Entrevista<br />

seis<br />

“Los casi 50 son un punto en el que parás<br />

la pelota, levantás la cabeza y empezás a<br />

mirar si no se la estás dando siempre al<br />

mismo”, dice IVÁN NOBLE.<br />

A tres meses del multitudinario show que<br />

dio junto a Caballeros de la Quema en el<br />

Estadio Único de La Plata, conversamos<br />

con el cantante sobre las impresiones que<br />

dejó una vuelta tan esperada<br />

Sensatez y<br />

sentimientos<br />

POR Nando Varela Pagliaro<br />

–Cuando le preguntaban por la vuelta de Caballeros,<br />

siempre decía que las canciones que le gustaban las podía<br />

tocar y no necesitaba nada de la mística y el folclore<br />

que rodeaba a la banda. Ahora bien, cuando vio a las 26<br />

mil personas que fueron a verlos al Estadio Único de La<br />

Plata, ¿qué le pasó? Nobleza obliga, me sacudió los cimientos<br />

emocionales que estaban un poco anestesiados. Pensá<br />

que irme de Caballeros en la época en que me fui, significó<br />

una situación bastante hostil de parte de lo que era el público<br />

nuestro e incluso de la intelligentsia del rock. Eso hizo que me<br />

tuviera que defender como podía. En principio, desde lo musical<br />

y después, tratando de poner todo el tiempo una barrera.<br />

No es fácil salir a cantar tus canciones nuevas y que la gente te<br />

pida solo temas de Caballeros; así que yo estaba, no enojado,<br />

pero sí fastidiado con ese fantasma. Después, el tiempo<br />

pasó, las cosas se acomodaron, empezó a cambiar el público y<br />

empecé a hacer, como solista, las canciones de Caballeros que<br />

me quedan mejor. Y la verdad es que no necesitaba ni necesito<br />

el aura de misticismo y de épica que rodea a un grupo de rock.<br />

De hecho, no volvería a tener día a día una banda, no volvería<br />

a pensar en Caballeros como un proyecto oficial, pero tengo<br />

que reconocer que lo que pasó el día del Único sobrepasó todo<br />

tipo de expectativas, fue muy emocionante y me sacudió. En lo<br />

personal, me reconcilió bastante con una parte de esa historia<br />

que tenía medio obturada.<br />

–Muchas veces fue muy crítico con todo lo que tiene<br />

que ver con la cultura rock, la cultura del aguante.<br />

¿Tenía miedo de que tal vez el público más fiel de Caballeros<br />

le diera la espalda? Sigo siendo muy crítico con la<br />

cultura del rock, pero la verdad no tenía ese miedo. Además,<br />

en ese sentido, las bandas –y Caballeros no es la excepción–<br />

amortiguan ciertas antipatías que pueda haber con alguno de<br />

los miembros. A lo mejor, a algunas personas que fueron a<br />

los shows durante todos esos años, yo les caí antipático, pero<br />

para ellos está la banda primero. Otra cosa que pasó y resultó<br />

muy conmovedora fue la incorporación de un público que<br />

nunca nos había visto. Fue muy emocionante ver la cantidad<br />

de padres con hijos que fueron al show.<br />

–Más allá de lo que se vio en el escenario, ¿cómo fue el<br />

encuentro entre ustedes? También superó las expectativas,<br />

porque creo que fuimos muy inteligentes desde el minuto<br />

cero. Una vez que nos pusimos de acuerdo, que no fue fácil<br />

porque pasaron unos cuantos años, coincidimos en que la<br />

única manera de hacerlo era yendo al grano en lo musical,<br />

encerrarnos dos meses a ensayar mucho, y no hacer ningún<br />

tipo de revisión de cuentas que ya prescribieron. Cuando las<br />

bandas se separan siempre quedan rencores, resentimientos,<br />

deudas pendientes, asuntos por aclarar. Pero, como habían<br />

pasado quince años e incluso la sensación era que los tipos a<br />

los que les había pasado eso no éramos los mismos de ahora,<br />

dijimos: “muchachos, si nos vamos a sentar a discutir sobre lo<br />

que pasó esa vez en Catamarca o si estuvo mal tal cosa o tal<br />

otra, no tiene ningún sentido”.<br />

–Dice que no eran los mismos. Muchas de las canciones<br />

que cantó tienen más de veinte años. ¿Se creyó<br />

cantando esas letras o algunas le costaron más que<br />

otras? El 80% de las canciones me fue absolutamente fácil<br />

y hubo una pequeña porción, te diría tres o cuatro que, a<br />

primera vista dije no me gustan tanto.<br />

–¿Se puede saber cuáles eran? Por lo general eran las más<br />

viejas: “Carlito” es una y “Primavera Negra”, otra.<br />

–Paradójicamente son las que más festeja gran parte<br />

del público. ¿Qué es lo que no le cerraba? Escuchaba la<br />

letra y me parecía oscura, retorcida, medio críptica. Yo nunca<br />

más volví a escribir así ni lo haría, pero entendía que en ese<br />

momento estaba bien.<br />

–Muchas veces dijo que ya no se imaginaba como frontman<br />

de una banda de rock, ¿tenía miedo de no encajar<br />

con el público? Tenía miedo de no creérmela yo, no en<br />

cuanto a lo que me pasaría con el público. Pero los ensayos<br />

fueron como un banco de prueba, porque para funcionar<br />

arriba del escenario, tenés que funcionar en la sala. Tenés<br />

que creer en las canciones: son remeras que te ponés y tenés<br />

que salir a la calle como si tuvieras puesta la más linda del<br />

mundo. Eso pasó, y además la emoción de esa noche le pasó<br />

por encima a cualquier tipo de duda.<br />

–¿La vuelta sirvió para que se acerquen como amigos?<br />

Elegimos una forma de vincularnos que fue –desde el minuto<br />

cero hasta hoy que estamos terminando de armar el DVD–<br />

estrictamente profesional, pero en el mejor de los términos,<br />

no fría. Intentar otra cosa sería revivir una época que ya pasó;<br />

ir a buscar a tipos que ya no están. Antes nos quedábamos<br />

hasta las cinco de la mañana después de los ensayos tomando<br />

cerveza y tocando la guitarra; hoy eso ya no va a pasar, cada<br />

uno tiene que volver a su casa.<br />

–Además del DVD, ¿proyectan algo más o se trata<br />

de lo último? El video va a quedar buenísimo y la verdad<br />

me parecería raro que no hagamos algo más, al menos para<br />

presentarlo. Por ahora no hay nada cerrado. Si me preguntás<br />

a mí, a lo mejor me entusiasmaría tocar de vez en cuando en<br />

un ámbito parecido a donde lo hicimos.<br />

–¿Y la idea de componer canciones nuevas? Hoy no está ni<br />

ahí, pero a lo mejor en tres o cuatro meses me llaman Guerra<br />

o Méndez y me dicen: “tengo una música, ¿le querés poner<br />

49


letra?”, y lo hago. Pero la verdad no me imagino haciendo un<br />

disco nuevo con Caballeros, no está esa ambición.<br />

–Salgamos de Caballeros. ¿Cómo fue el contraste entre<br />

el show del Único y volver a Al fin solos, esta gira que<br />

viene haciendo por todo el país solo con su guitarra?<br />

Lo necesitaba. La intimidad a la enésima potencia es una<br />

situación que me gusta cada vez más. Me siento muy cómodo<br />

en un escenario, solo con la guitarra y con las canciones<br />

desguarnecidas. Es un tipo de show que me obliga a conectarme<br />

con los temas de otra manera. Descubrí con el tiempo<br />

que cuando uno recrea las canciones, casi constantemente<br />

hay mucho de piloto automático. La gente le agrega emoción;<br />

a veces más, a veces menos, pero podés de un modo u otro,<br />

poner el piloto automático. En cambio, en este tipo de show<br />

no es posible porque la canción es otra. Solo están tus dedos,<br />

la garganta y nada más.<br />

–¿Por qué piensa que es tan difícil que un solista genere<br />

la mística que genera una banda de rock? Porque me<br />

imagino que, por un lado, las bandas tienen esa cosa más de<br />

equipo de fútbol y por otro, los orígenes suelen ser míticos,<br />

siempre hay un mito fundacional: el barrio, los pibes que se<br />

juntan, el garaje, etc. Eso colabora en alimentar un mito y los<br />

mitos siempre provocan más empatía.<br />

–Antes hablábamos del público. A los escritores siempre<br />

se les pregunta si a la hora de escribir tienen algún<br />

lector en mente. En su caso, cuando compone una<br />

canción, ¿sabe para quién canta? Cada vez me cuesta más<br />

imaginarlo. Hasta hace unos años, pensaba que más o menos<br />

sabía qué tipo de canciones le podían gustar a cierto tipo de<br />

gente o qué cosas se escuchaban en la radio. Hoy en día, los<br />

cambios tan abruptos en la forma de consumo musical hacen<br />

que sea muy difícil que puedas plantearte un blanco específico.<br />

Por otra parte, a la hora de escribir, eso nunca sirve para<br />

nada. Cuanto más grande te ponés y más distancia empieza<br />

a haber entre tu público y vos, también sigue siendo mucho<br />

más difícil. Para mí lo mejor sigue siendo escribir canciones<br />

que te gusten, que en algún momento de la hechura te<br />

provoque esa sensación de querer mostrársela al mundo.<br />

Ese es el filtro básico para los tipos que hacemos canciones y<br />

tenemos la convicción de que ojalá duren mucho.<br />

–Enrique Symns dice que en los años 70, y hasta en los<br />

90, para los rockeros el mundo era la calle. En cambio,<br />

hoy están encerrados en sus mansiones y las calles<br />

están vacías. ¿Piensa que el hecho de haberse alejado<br />

de la realidad hace que sea más difícil componer una<br />

canción que arañe el corazón de la gente? Yo creo que<br />

las bandas nuevas están en la calle igual que estábamos nosotros<br />

hace treinta años. Yo no estoy en la calle o estoy muy<br />

poco. Desde hace un tiempo, las canciones que escribo son lo<br />

que llamo “de piel para adentro”. Son más introspectivas que<br />

callejeras, porque hoy en día escribir sobre una madrugada<br />

en un andén de Morón, me es imposible. Solo usando la memoria<br />

emotiva o poniendo en tercera persona a un personaje;<br />

pero esa pretensión sería sobreactuada de mi parte. Si alguna<br />

vez Los Caballeros, Los Piojos o La Renga fuimos algo así<br />

como cronistas de la época, yo creo que hoy no estamos en<br />

condiciones de serlo, o al menos yo. Hoy confío más en las<br />

canciones como autopsias personales que en las de un tipo<br />

que sale a sacar Polaroids, como decía Fito Páez, y con eso<br />

hace una canción. Me es más fácil escribir sobre miedos,<br />

fobias, mañas, temores, de piel para adentro.<br />

–Alguna vez, hablando de los letristas de tango, dijo<br />

que ellos eran tipos con más bagaje cultural, con más<br />

recursos literarios. De algún modo, ¿cree que al rock<br />

le faltó ilustrarse? Al principio no, en los 70 eran tipos muy<br />

ilustrados, pienso en tipos como Javier Martínez, Mauricio<br />

Birabent o Spinetta. A partir de los 90, consciente<br />

o inconscientemente, se subvaloró esa formación cultural<br />

clásica a la hora de escribir canciones y fue más notorio el<br />

compromiso con la experiencia en carne viva. Eso está bien<br />

porque sin ese aspecto las canciones tampoco funcionan,<br />

pero, salvo excepciones, en los 90, no sé cuántos tipos que<br />

escriben canciones leen. A mí me parece que una minoría, y<br />

eso, para mí, se termina notando. No quiere decir que por el<br />

hecho de ser lector tengas un cheque en blanco a la hora de<br />

escribir, pero sí es una herramienta más.<br />

–Hablando de escribir canciones. En una nota muy vieja<br />

que Symns le hizo a Julieta Ortega, cuando todavía<br />

vivían juntos, ella decía que usted tenía cierto miedo<br />

de que esto de vivir de sus canciones un día se acabe,<br />

¿sigue teniendo ese miedo o ya no? Ya no tengo tanto<br />

ese miedo, pero la verdad es que tampoco me imagino tanto<br />

tiempo más haciendo esto. Siempre dije que hacerlo diez<br />

años más estaría bien, pero después solo cantaría cuando se<br />

51


me dé la gana. Me imagino más –si uno pudiera ser hacedor<br />

de su propio destino, lo cual es discutible– escribiendo a<br />

secas, que estando arriba de un escenario, tal vez por una<br />

cuestión de pereza personal.<br />

–La música es un trabajo bastante atípico y supongo<br />

que eso hace que se genere una relación distinta con lo<br />

material. En su caso, ¿siente algo de culpa por la forma<br />

en que se gana la vida? Mucho tiempo me sentí con culpa,<br />

ahora ya no tanto, o al menos no está a flor de piel. Pero me<br />

pasó con respecto a mis viejos, y a otros amigos míos que<br />

son mucho más laburantes. Pero después entendí que no le<br />

estaba robando la plata a nadie y que además uno tampoco es<br />

millonario. Pero cuando empezás a prosperar está esa especie<br />

de culpa pequeñoburguesa, incluso inducida por el público.<br />

En los 90 pasaba mucho eso de dejar el coche a tres cuadras<br />

del lugar en el que se tocaba.<br />

–A finales de los 90 fue su etapa de mayor exposición.<br />

En esos años, ¿tuvo sus momentos más “pomelescos”<br />

(en referencia al personaje creado por Diego Capusotto)?<br />

Sí, fui un imbécil un rato, sobre todo cuando empecé a<br />

salir con chicas conocidas y a aparecer en lugares, donde no<br />

sabía cómo se nadaba en esas aguas, y claro, metí la gamba<br />

más de una vez.<br />

–¿Se arrepiente de algo? No, porque la verdad salí<br />

bastante rápido y no quedé detenido en esa situación. Salí<br />

rápido porque una vez que se acaba la primera fascinación,<br />

te acomodás. Además, tengo amigos inteligentes, con los pies<br />

muy sobre la tierra, y ni siquiera hizo falta que me cachetearan<br />

mucho.<br />

–Ese perfil alto, sobre todo en la época del romance<br />

con Natalia Oreiro, ¿piensa que le jugó en contra a la<br />

hora de valorar lo que hacía con la banda? Sí, puede<br />

ser. Es probable que eso haya erosionado cierta credibilidad,<br />

pero la verdad es que me chupa un huevo. Hoy, un pibe que<br />

sale con una modelo o una actriz no provoca estupor en la<br />

gente, pero en esa época sí.<br />

–En alguna nota dijo que no le interesa tener un yate, ni<br />

salir en la tapa de la Rolling Stone ni que sus canciones<br />

se vendan en España. ¿Tan en segundo plano está su<br />

carrera? No soy un tipo demasiado ambicioso. En cualquier<br />

oficio detecto gente napoleónica, gente con una mirada de estrategia<br />

global a mediano y largo plazo. Después, creo que hay<br />

gente, entre la que me ubico, que es más lagunera, más perezosa,<br />

y que nos conformamos con el statu quo que uno tiene.<br />

Además, lo agradezco y me va mejor de lo que nunca imaginé.<br />

Ya tengo casi 50 años, la verdad no me imagino yéndome a<br />

hacerme de abajo a España. Eso tendría que haber ocurrido<br />

hace veinte años atrás y no ocurrió. Cuando la banda estuvo a<br />

punto de regionalizarse, nos separamos. Después, como solista,<br />

remé desde muy abajo, y nunca ocurrió eso. Soy un tipo que<br />

viaja muchísimo por el país, casi de cabotaje y a mucha honra;<br />

hago 50 o 60 shows por año, casi todos en Argentina, alguno<br />

que otro en Uruguay y Paraguay, pero casi todos acá, y estoy<br />

muy cómodo así. No necesito el aplauso internacional, que por<br />

otro lado tampoco sé si lo tendría.<br />

–Dice que es bastante perezoso, ¿no tiene el dilema<br />

que tienen muchos autores entre tiempo y obra<br />

publicada? Por ahora no tengo una angustia al respecto y<br />

esto puede sonar un poco inocente, pero casi todo lo que me<br />

pasó como tipo que hace canciones fue inesperado para mí.<br />

Yo no era un tipo que hacía canciones a los 10 años ni tocaba<br />

un instrumento desde los 7 ni nada de eso. Era un tipo que,<br />

hasta los 24 años, iba a ser sociólogo y de repente la música,<br />

que era una especie de pasatiempo, se transformó en un<br />

oficio. No solo eso, sino que además terminé siendo cantante,<br />

que era algo que imaginaba mucho menos. Entonces,<br />

todo lo que vino fue parte de un sueño no soñado, así que, si<br />

dentro de un año no pudiese escribir más canciones, no está<br />

tan mal lo que ya hice. No me imagino ad eternum haciendo<br />

esto; me interesa la literatura, y de a poco voy teniendo ese<br />

antojo. Tuve una primer y muy breve experiencia en un libro<br />

de poemas con Cucurto y ahora estoy terminando otro de<br />

relatos cortos.<br />

–¿En qué etapa del proceso de escritura está? Está en<br />

proceso de corrección. Son relatos cortos en los que uso mi<br />

relación con el oficio como excusa para hablar de las cosas<br />

que le pasan a un tipo de más de 40 años.<br />

–¿Cree que por ser Iván Noble va a tener que mostrar<br />

más credenciales? Puede ser que se me mire de reojo, como<br />

suele ocurrir cuando un forastero ingresa a una disciplina que<br />

no es la suya. Igual, si ya me tiene sin cuidado la crítica musical,<br />

imaginate la literaria que ni siquiera pertenezco ahí<br />

RANKING<br />

FICCIÓN<br />

1. MÁS ALLÁ DEL INVIERNO<br />

Isabel Allende<br />

Sudamericana<br />

2. EL HOMBRE QUE PERSEGUÍA<br />

SU SOMBRA (SERIE MILLENNIUM 5)<br />

David Lagercrantz | Destino<br />

3. NACIDA BAJO EL FUEGO<br />

DE ARIES<br />

Florencia Bonelli | Alfaguara<br />

4. LOS PACIENTES DEL<br />

DOCTOR GARCÍA<br />

Almudena Grandes | Tusquets<br />

5. ESCENAS DEL DELITO<br />

AMERICANO<br />

Indio Solari | Sudamericana<br />

MÚSICA<br />

1. SER<br />

Axel<br />

Sony<br />

2. 11<br />

Abel Pintos<br />

Sony<br />

3. FIFTH HARMONY<br />

Fifth Harmony<br />

Sony<br />

4. DE FIESTA<br />

Rombai<br />

Sony<br />

5. LO NIEGO TODO<br />

Joaquín Sabina<br />

Sony<br />

NO FICCIÓN INFANTIL JUVENIL<br />

1. LA VIDA POR LA PATRIA<br />

Felipe Pigna<br />

Planeta<br />

2. EL SALTO DE PAPÁ<br />

Martín Sivak<br />

Seix Barral<br />

3. EL SIGLO DE PERÓN<br />

Alain Rouquié<br />

Edhasa<br />

4. LA ARGENTINA DEVORADA<br />

José Luis Espert<br />

Galerna<br />

5. MACRI<br />

Laura Di Marco<br />

Sudamericana<br />

1. GATURRO 28<br />

Nik<br />

De La Flor<br />

2. EL PRINCIPITO<br />

Antoine de Saint-Exupéry<br />

Sudamericana Infantil Juvenil<br />

3. LA SELVA - LIBRO SONORO<br />

N/D<br />

Catapulta<br />

4. GATUZOO<br />

Nik<br />

Sudamericana Infantil Juvenil<br />

5. SONIDOS DE LA GRANJA<br />

N/D<br />

NGV<br />

PELÍCULAS<br />

1. ALIEN: COVENANT<br />

Ridley Scott<br />

20Th Century Fox<br />

2. ALIEN: COVENANT (BLU-RAY)<br />

Ridley Scott<br />

20Th Century Fox<br />

3. HARRY POTTER BOX (8 DVDS)<br />

N/D<br />

Warner<br />

4. REBEL HEART TOUR<br />

Madonna<br />

Universal<br />

5. RÁPIDOS Y FURIOSOS 8<br />

Gary Gray<br />

Universal<br />

1. CURLY ESTÁ EN PELIGRO<br />

Fernanfloo<br />

Altea<br />

2. ANIMALES FANTÁSTICOS<br />

Y DÓNDE ENCONTRARLOS<br />

Joanne K. Rowling | Salamandra<br />

3. DESTROZA ESTE DIARIO<br />

Keri Smith<br />

Paidós<br />

4. POR TRECE RAZONES<br />

Jay Asher<br />

V&R Editoras<br />

5. QUIDDITCH A TRAVÉS<br />

DE LOS TIEMPOS<br />

Joanne K. Rowling | Salamandra<br />

Esta información comprende los libros (ficción/ no ficción/ infantiles/ juveniles), CDs y películas más vendidos en todos los puntos de venta del Grupo ILHSA S.A. entre el 11/09/17 y el 17/09/17<br />

52<br />

53


Música<br />

Jazz<br />

Rapsodias en celo<br />

POR Sergio Varela<br />

Nina Simone sings the blues ofrece excitantes versiones de clásicos del<br />

género con el plus de la expresividad de la gran Nina para interpretarlos<br />

Música y sexo son sinónimos. Reúnen lo instintivo y lo intelectual,<br />

le toman el pulso al ritmo, son dos rasgos humanos<br />

donde se desarrolla una extensión del propio cuerpo al servicio<br />

de lo sublime, lo bello y placentero. El hombre un día<br />

cambió los sonidos guturales por palabras, y cambió el apareo<br />

animal por el ritual del erotismo. También creó sonidos por<br />

el simple placer de escucharlos, inventó la música, que se<br />

convirtió en banda de sonido de la humanidad. Desde lo<br />

más profundo de los rituales tribales, la danza ensambló las<br />

cadencias eróticas con la música que la excitaba.<br />

Así, desde las odaliscas que se exhibían en danzas rijosas, hasta<br />

todo tipo de cortesanas ofrecieron el espectáculo de la danza<br />

como preámbulo del encuentro erótico, por no hablar del tango,<br />

ese encuentro sexual explícito apenas maquillado por la música.<br />

Pasaron 50 años desde Simone De Beauvoir, la píldora anticonceptiva,<br />

las primeras minifaldas, y la música y el sexo siguen<br />

siendo sinónimos, aún en tiempos de Viagra y sexo virtual.<br />

Hoy, cada quien encontró nuevas formas de reunir música y<br />

sexo, algunos se excitan con Coltrane, otros con Los Auténticos<br />

Decadentes, pero hay sonidos que tienen una matriz<br />

erotizante mucho más definida. El blues es una de ellas.<br />

Comenzó como grito gutural de los afroamericanos esclavizados<br />

y fue volviéndose tan prostibulario como el tango y, como<br />

este, su danza inspira contactos cercanos de buen tipo.<br />

Una opción para una velada de buen blues y mejor sexo es una<br />

joyita de 1967, de Nina Simone, quien tomó su seudónimo<br />

precisamente de Simone de Beauvoir, y quien a las reivindicaciones<br />

raciales sumaba reclamos por la condición femenina.<br />

Nina Simone Sings the blues suma la voz de la cantante a una<br />

interpretación expresiva y envolvente, como es de esperar de<br />

esta inspiradísima figura del jazz y el rock. La placa atraviesa<br />

diversos climas y colores, pero podría decirse que es una de las<br />

producciones más sexys de la Pantera Negra. En “My man’s<br />

gone now” transforma la tristeza en sensualidad y en otros temas<br />

aprovecha su virtuosismo al piano para desplegar rítmicas<br />

piezas que piden a gritos danza y despojo de vestuario simultáneos.<br />

“Backlash blues” es una de ellas, la otra es “Do I move<br />

you?”, que pregunta si conmueve, y la música es conmovedora<br />

en el más sensual de los sentidos. Todos los temas de esta placa<br />

invitan al disfrute, algunos con más suavidad y sutileza, pero<br />

todos con el valor agregado de haber sido interpretados por<br />

una mujer libre, lo contrario de una mujer fácil.<br />

La joyita: “The house of the rising sun”, en una versión rarísima<br />

sobre un famoso prostíbulo de New Orleans.<br />

Algunos encuentran excitante a Mozart, otros se calientan<br />

con el reggaetón, lo cierto es que hace 50 años que esta brillante<br />

pianista y vocalista se las ingenia para derribar inhibiciones<br />

y barreras con su música. Muy libre<br />

55


Música<br />

clásica<br />

Leoš Janáček nació el 3 de julio de 1854 en Hukvaldy,<br />

un pueblo pequeño ubicado al pie de la sierra de Beskydy<br />

en Moravia del Norte, sobre la cual se alzaba la silueta de<br />

la ruina de un castillo antes poderoso. Era el noveno de los<br />

trece hijos de Jiri y Amálie Janáček. Al igual que su padre<br />

y su abuelo, Leoš debía hacerse también maestro. A los once<br />

años lo enviaron a la fundación del monasterio de Staré Brno,<br />

que recibía a chicos pobres con vocación musical. Allí, bajo la<br />

tutela del compositor Pavel Křížkovský, Janáček adquirió<br />

conocimientos prácticos de música y se acostumbró a un riguroso<br />

régimen de trabajo que mantuvo durante toda su vida.<br />

En 1874, Janáček ingresó en la Escuela de Órgano de Praga.<br />

Durante la época estudiantil tuvo que vivir con muy pocos<br />

medios: al no poder disponer de un piano en su habitación,<br />

tuvo que practicar en un teclado dibujado sobre una mesa. A<br />

pesar de esto, pudo seguir con los estudios en los Conservatorios<br />

de Leipzig y Viena.<br />

Desde sus primeros pasos en el campo de la música, Janáček<br />

no solo fue compositor, sino también pedagogo, folklorista,<br />

director de orquesta, crítico musical, teorético, organizador<br />

de conciertos filarmónicos y de la Escuela de Órgano de<br />

Brno y fundador de una revista de música. Sin embargo, a<br />

pesar de su sólida base profesional, nunca tuvo a nadie que<br />

La punta<br />

de lanza<br />

LEOŠ JANÁČEK fue un compositor checo,<br />

heredero de la escuela musical de su país<br />

representada por Antonín Dvořák y Bedřich<br />

Smetana<br />

POR Nadia Koval<br />

pudiese guiarlo en el camino creativo; todo lo que lograba era<br />

el resultado de su propio esfuerzo.<br />

En el año 1888 Tchaikovski visitó Praga. Leoš Janáček<br />

asistió al concierto en el que se presentó la obra del compositor<br />

ruso y se encontró con él personalmente. Varios años<br />

más tarde, Janáček se convirtió en uno de los fundadores del<br />

Círculo Ruso en Brno, que inició sus actividades en mayo de<br />

1898 con una velada de conferencias dedicadas a la obra de<br />

León Tolstoi. En 1905 Janáček leyó el relato de Nikolái<br />

Gógol sobre el atamán cosaco Taras Bulba. Inspirado por<br />

esta historia, compuso la rapsodia homónima para orquesta.<br />

Durante muchos años el entorno musical de Praga no quiso<br />

reconocer el talento de Janáček. Solo Dvořák apreciaba y<br />

amaba a su colega más joven. Cuando, en octubre de 1905,<br />

un trabajador fue asesinado durante una manifestación de la<br />

protesta de la Universidad de Brno, conmovido por el suceso,<br />

compuso la Sonata para piano 1.X.1905, también conocida<br />

como Desde la calle, en la que expresó solidaridad con los<br />

que luchaban por sus derechos. Janáček demostraba así no<br />

ser indiferente al dolor humano y a la injusticia.<br />

Entre sus numerosas composiciones, se destaca la ópera<br />

Jenuº fa, inspirada en la homónima obra de Gabriela<br />

Preissová. Esta ópera, rica en novedosos elementos estilís-<br />

ticos y entonaciones folklóricas de Moravia, fue terminada<br />

en circunstancias extremadamente trágicas, ligadas con la<br />

muerte de su hija Olga. El destino posterior de la ópera<br />

también fue dramático: el Teatro Nacional de Praga se negó a<br />

presentarla. Recién después de doce años, gracias a la ayuda<br />

de sus amigos, Jenuº fa alcanzó reconocimiento internacional y<br />

fue el primer gran logro artístico de Janáček. Alentado por el<br />

éxito, el compositor escribió una obra tras otra, a gran velocidad,<br />

pero conservando siempre el toque personal y original.<br />

Nacieron así las óperas Las Excursiones del Sr. Brouček,<br />

Katia Kabanová, La zorrita astuta, El caso Makropulos. “En<br />

la ópera se distingue el verdadero carácter de una nación”,<br />

decía. El desarrollo creativo del compositor fue coronado por<br />

su última ópera, De la casa de los muertos, basada en la novela<br />

de Fiódor Dostoyevski. La obra de Janáček destinada<br />

para coro y orquesta se llama Misa Glagolítica, un himno a<br />

la creencia en el hombre y a la alabanza de la vida, que el<br />

compositor escribió en 1926 a sus 72 años de edad, en base a<br />

un texto litúrgico escrito en eslavo antiguo.<br />

Su estilo se basaba tanto en el Romanticismo como en el<br />

Nacionalismo. Ambas tradiciones artísticas funcionaban con<br />

absoluta independencia y originalidad. A su vez, las últimas<br />

composiciones, novedosas por su lenguaje armónico y tímbrico,<br />

marcaron las tendencias innovadoras en la música de la<br />

primera década del siglo XX.<br />

Mientras que la vida profesional de Janáček se hacía más<br />

sólida, su vida privada no era tan exitosa. En 1881 Janáček<br />

se casó con Zdenka Schulzová, quien el día de su boda<br />

aún no había cumplido los 16 años. Permanecieron juntos<br />

hasta la muerte del compositor, pero su relación no resultó<br />

muy feliz. El amor real lo encontró en la joven Kamila<br />

Stösslová, 38 años menor que él, a quien vio por primera<br />

vez en julio de 1917. La amistad con Kamila, que estaba casada,<br />

se convirtió en una fuerte relación emocional. Janáček<br />

le envió casi 730 cartas. Su amor no se consumó, pero fue<br />

ella quien lo inspiró a escribir, entre otras obras, el Segundo<br />

Cuarteto de Cuerdas Cartas Íntimas. Los últimos años de la<br />

vida de Janáček estuvieron llenos de hechos felices: recibió<br />

el reconocimiento del público y fue nombrado primer<br />

doctor honorario de la Universidad de Brno y miembro<br />

de la Academia de las Artes de Prusia, junto con Arnold<br />

Schönberg y Paul Hindemith.<br />

En verano de 1928, el compositor volvió a su pueblo natal de<br />

Hukvaldy, acompañado por su amor tardío, Kamila. El 8 de<br />

agosto el compositor enfermó de pulmonía y, dos días más<br />

tarde, lo trasladaron a un sanatorio ubicado en la cercana<br />

ciudad de Ostrava. El 12 de agosto de 1928, Leoš Janáček<br />

falleció. En su funeral recibió un gran homenaje público que<br />

incluyó música de la escena final de su ópera La zorrita astuta,<br />

según sus deseos. Fue enterrado en el Campo del Honor<br />

del Cementerio de Brno<br />

RECOMENDADOS<br />

RECOMENDADOS DE NOTA PRINCIPAL:<br />

Leoš Janáček. La Sinfonietta y otras obras para<br />

orquesta. Mackerras/Marriner<br />

La Sinfonietta, de Janáček, es una obra juvenil y<br />

vigorosa, rebosante de vida, optimismo y originalidad.<br />

Es sorprendente saber que el compositor<br />

tenía 72 años cuando la escribió. Fue concebida<br />

durante una explosión final de creatividad durante<br />

la que produjo su mejor música. Fue iniciada<br />

en 1925 y terminada el 1 de abril de 1926. Václav<br />

Talich dirigió la Orquesta Filarmónica Checa en<br />

el estreno que se realizó el 26 de junio de 1926.<br />

Además de la Sinfonietta, este CD doble contiene<br />

la rapsodia Taras Bulba, Lachian Dances, Suite<br />

para orquesta de cuerdas, entre otras obras.<br />

NOVEDAD:<br />

András Schiff, J. S. Bach. Goldberg Variations<br />

“Si bien Schiff había grabado las Variaciones<br />

Goldberg para Decca en 1982, esta nueva versión<br />

cava más profundamente en ciertos atributos: un<br />

legato personalísimo y de la mayor expresividad,<br />

un dominio asombroso de las dinámicas y un<br />

pulso rítmico que, aunque severo, evita cualquier<br />

previsibilidad porque parece recrearse casi como<br />

una repentización. A propósito de las Goldberg,<br />

Schiff mismo se definió una vez como un guía:<br />

alguien que ya hizo el viaje y sabe sobre qué<br />

cosas llamar la atención”, escribió Pablo Gianera<br />

sobre la producción del sello ECM.<br />

PARA SU COLECCIÓN DE MÚSICA CLÁSICA:<br />

Ivo Pogorelich. Beethoven, Schumann<br />

Ivo Pogorelich (Belgrado, 1958) se dio a conocer<br />

en el Concurso Chopin de Varsovia de 1980,<br />

donde fue eliminado antes de alcanzar la final.<br />

Aquella exclusión desató una tormenta. Martha<br />

Argerich abandonó el jurado en señal de protesta,<br />

asegurando que Pogorelich era un genio. No hacía<br />

falta, en realidad, invocar hipotéticas intrigas:<br />

cualquier crítico de gustos tradicionales habría<br />

censurado las interpretaciones de Pogorelich,<br />

quien se saltaba las indicaciones de la partitura.<br />

LIBRO RECOMENDADO:<br />

Diego Fischerman. El sonido de los sueños<br />

“Diego Fischerman, periodista, crítico y docente,<br />

tiene muy clara su misión de escribir sobre<br />

música, ya sea la académica, el jazz, el tango, el<br />

rock, etcétera. Si el ensayo es, entre otras cosas,<br />

hacer un corte profundo en un tema y extraer intensamente<br />

su savia, Fischerman sabe recuperar<br />

hasta la última gota de ella. En El sonido de los<br />

sueños, su último libro, confirma que sus escritos<br />

son ‘una de las formas más atractivas del ensayo<br />

en la Argentina’, como aseguró Sergio Pujol.<br />

Cada uno de estos 43 ensayos breves es un<br />

pequeño mapa que seduce al lector desprevenido<br />

y satisface al experto”. (Daniel Arias Fuenzalida)<br />

56 57


Tema de tapa<br />

cuatro<br />

LA DANZA,<br />

EL ESPEJO DEL<br />

SEXO<br />

La danza acompaña a la humanidad desde sus comienzos y mantiene estrecha relación con<br />

diversos aspectos de la vida del hombre, desde la espiritualidad hasta el jolgorio. Tal vez uno de<br />

los más interesantes sea su entrañable relación con el sexo. Tanto una como el otro tienen como<br />

instrumento al cuerpo y ambos utilizan el lenguaje corporal como camino hacia el placer<br />

El vínculo entre la danza y el sexo está presente desde la<br />

antigüedad. Los griegos realizaban danzas particulares en<br />

las fiestas Lenaia, en honor a Dioniso, que terminaban en<br />

orgías. Los romanos practicaban una danza nupcial llamada<br />

himeneo (de ahí el origen de la palabra himen) llevada a cabo<br />

por jóvenes y doncellas coronados de flores que expresaban<br />

la alegría del casamiento. Con el tiempo se fue haciendo más<br />

explícito a la hora de representar los actos sexuales de los<br />

recién casados hasta que el Senado echó de Roma a todos los<br />

bailarines y maestros de himeneo.<br />

Durante la Edad Media este vínculo entre baile y sexo tuvo<br />

sus complicaciones. La Iglesia quiso adueñarse de la danza<br />

como medio de expresión y, al no lograrlo, buscó formas de<br />

prohibirla o condenarla. Una de las medidas tomadas con<br />

POR Agustina Zabaljáuregui<br />

este fin fue prohibir que el clero estuviera presente en los<br />

momentos de las bodas en los que se bailaba. Lo cierto es<br />

que la Iglesia nunca dejó de ver en la danza su vínculo con<br />

las culturas paganas y no logró incorporarla a sus ritos. Sin<br />

embargo, nada pudo impedir que la gente siguiera bailando<br />

y la danza adquirió un nuevo matiz dentro de su vínculo con<br />

lo sexual, transformándose en un arma de cortejo. A pesar de<br />

que los bailes eran grupales, resultaban un gran recurso de<br />

seducción que llevaban esta impronta en sus propias reglas<br />

con pasos sugerentes, juegos de miradas y palabras susurradas<br />

que llevaban a una conexión secreta entre los danzantes.<br />

Lo cierto es que la seducción y la danza son inseparables<br />

no solo para el hombre sino también para otras especies del<br />

reino animal. Los pájaros especialmente tienen al baile como<br />

ingrediente fundamental en su cortejo. Los cisnes, por ejemplo,<br />

realizan una coreografía con la hembra donde mecen sus<br />

largos cuellos hacia ambos lados y cuando se encuentran en<br />

el medio forman un perfecto corazón de plumas. El manakin,<br />

un exótico pajarito, realiza un complejo cortejo que finaliza<br />

con unos pasos de baile muy similares a la caminata lunar<br />

de Michael Jackson. Otro extraño bailarín es el piquero,<br />

un pájaro que tiene unas curiosas patas azules con las que<br />

zapatea seductoramente cual Nancy Sinatra en These boots<br />

are made for walking. El avestruz es otro que seduce con el<br />

baile pero en este caso es la hembra la que atrae al macho.<br />

En una perfecta combinación entre odalisca y vedette, la<br />

hembra se arrodilla en el suelo y sacude sus plumas frenéticamente<br />

hasta que el macho no puede resistirse a sus encantos.<br />

Incluso estos cortejos danzados del reino animal supieron<br />

ser el origen de muchos ritmos. Un ejemplo de esto es la<br />

tarantela, el conocido baile napolitano. Se dice que sus pasos<br />

imitan los movimientos de la tarántula durante el cortejo. En<br />

el baile de la cueca, ritmo latinoamericano, se representa el<br />

acto de coqueteo de un gallo a una gallina. La danza pavana,<br />

nacida en las cortes italianas durante el Renacimiento, imita<br />

las actitudes del pavo real a la hora de seducir a la hembra.<br />

Durante este período el hombre y la mujer se encuentran en<br />

un abrazo dentro de la pista de baile. Se ponen de moda los<br />

bailes en pareja aunque algunos todavía generaban revuelo,<br />

como la volta, donde el hombre levantaba a la mujer y la hacía<br />

girar en el aire. La nobleza era quien disfrutaba especialmente<br />

de estas danzas, ya que era una de las pocas oportunidades<br />

en que el contacto físico con el sexo opuesto estaba<br />

permitido. Esta clase social convierte al baile en danza culta,<br />

la llena de reglas, pasos y ritmos que había que aprender para<br />

poder llevarla a cabo.<br />

En algunas partes del mundo la danza tuvo otros significados,<br />

al igual que la sexualidad. En la India antigua el baile era una<br />

forma de oración, de conectarse con lo divino. Pero la sexualidad<br />

también tenía otro concepto, más cercano a lo espiritual.<br />

Por eso muchos templos están decorados con imágenes de<br />

parejas teniendo sexo. No había mejor manera que rendir culto<br />

al dios con lo más milagroso de su obra, la creación de la vida<br />

o el medio por el que el milagro ocurre. Además se consideraba<br />

el sexo como la experiencia física más apasionada que el<br />

hombre pueda experimentar junto con la unión con Dios en<br />

éxtasis espiritual. Otro ejemplo de esto es la danza del vientre<br />

u oriental, que tiene un origen muy antiguo aunque comenzó a<br />

llamarse así en el siglo XIX por aventureros occidentales que la<br />

descubrieron en sus viajes. Sin embargo, existen indicios de su<br />

existencia desde el antiguo Egipto y se fue transmitiendo y extendiendo<br />

gracias a los pueblos gitanos. En sus comienzos, esta<br />

danza era interpretada por mujeres bajo la luna, con su vientre<br />

descubierto con el objetivo de quedar embarazadas. Luego,<br />

con la aparición del islamismo adquirió una connotación sexual<br />

y por lo tanto negativa para esta religión.<br />

Tal vez la danza más conocida de las orientales sea la de los<br />

siete velos. Existen múltiples historias sobre su origen. La<br />

primera sitúa su nacimiento en un mito babilónico. Al morir<br />

Tamuz, su amada Ishtar se propone encontrar su cadáver<br />

que ha sido escondido por su hermana Ereshkigal. Ishtar<br />

la desafía emprendiendo un viaje hacia el inframundo. Su<br />

hermana acepta, pero pone como condición que deje una<br />

ofrenda en cada una de las siete puertas del inframundo. En<br />

la primera puerta se quitó las sandalias, atributo de voluntad.<br />

En la segunda, joyas, símbolo de su ego. En la tercera, su<br />

ropa, que significaba el sacrificio de su mente. En la cuarta,<br />

las copas doradas que tapaban sus pechos, o sea su sexualidad.<br />

En la quinta, el collar, símbolo de la iluminación. En la<br />

sexta sus aros y con ellos su magia. En la séptima, su corona<br />

de pétalos, símbolo de su divinidad.<br />

Siglos después Oscar Wilde menciona la danza de los siete<br />

velos en su obra teatral Salomé (1891). El autor inglés toma<br />

el relato bíblico, en el que Salomé pide la cabeza de Juan<br />

Bautista en una bandeja de plata por orden de su madre,<br />

y hace su propia versión. En esta la joven hace la misma<br />

petición pero por despecho ya que su amor hacia él no fue<br />

correspondido. Para conseguir su objetivo, Salomé baila la<br />

danza de los siete velos ante su padrastro Herodes y este,<br />

hipnotizado, promete concederle cualquier deseo.<br />

Pero la danza tal y como la conocemos la puso en práctica<br />

una bailarina canadiense llamada Maud Allan, quien en<br />

1906 hizo una versión danzada de la obra de Wilde. Pero,<br />

como suele suceder, la sexualidad de la bailarina en escena<br />

molestó a unos cuantos. El parlamento británico publicó en<br />

su propio diario en 1918 un artículo sobre la obra titulado “El<br />

culto del clítoris” donde aseguraba que Maud era una lesbiana<br />

vinculada a los conspiradores alemanes durante la guerra.<br />

En América, la historia fue muy diferente. Los ritmos nacieron<br />

de la combinación de culturas. Pueblos originarios,<br />

conquistadores, esclavos africanos y posteriormente inmigrantes<br />

de todas partes de Europa aportaron su forma de<br />

bailar, generando un crisol de danzas que sigue moviendo<br />

esqueletos hasta el día de hoy a través de muchos ritmos que<br />

aún se continúan actualizando.<br />

Crocodile Café<br />

El tango es el ejemplo perfecto, tal es la mezcla de culturas<br />

que lo componen que aún se duda sobre el origen de la<br />

palabra. Una de ellas asegura que viene de África, en algunos<br />

de cuyos idiomas significa lugar de reunión. El bandoneón<br />

vino de Alemania y los pasos son una gran mezcla de danzas<br />

de todos aquellos pies que arribaron al puerto rioplatense. La<br />

sexualidad en esta danza estuvo presente desde su origen. El<br />

tango, tal y como lo conocemos, nació en los prostíbulos de<br />

Buenos Aires, aunque al principio se bailaba entre hombres<br />

mientras esperaban su turno para estar con las mujeres.<br />

Luego, las prostitutas lo aprendieron y se convirtió en una<br />

antesala al encuentro sexual. Su expansión fue casi viral.<br />

Según datos de la época, en 1888 había en Buenos Aires 236<br />

58 59


Curiosidades en<br />

INTERNET<br />

POR LUCILA ROLÓN<br />

@LUPITTAR<br />

Umberto Eco recorre los 30.000 libros<br />

de su biblioteca en plano secuencia y da<br />

con lo que busca<br />

Esta cuenta de Twitter confía en que<br />

habrá una comunidad de humanos en<br />

Marte y se encarga, desde ahora, de contar<br />

el paso a paso de esta construcción<br />

Estos 25 músicos, artistas y activistas de<br />

25 años están cambiando el mundo<br />

escuelas, dieciséis iglesias católicas y 6000 prostíbulos. Los<br />

compadritos se lo enseñaron a las chicas y así, con el tiempo,<br />

fue ganando la aceptación de las clases altas que, en un principio,<br />

lo rechazaban.<br />

En el tango, como en muchas danzas, existen dos roles: el<br />

que conduce y el que es conducido, siendo generalmente el<br />

hombre quien ocupa el primero y la mujer el segundo. Pero<br />

esto se cuestionó como tantas otras cosas con la irrupción del<br />

pensamiento de género. Desde hace unos años surgió el tango<br />

queer, un movimiento que cuestiona estos roles marcados. Fue<br />

el colectivo LGBT el que logró desdibujar los géneros en la<br />

pista de baile, logrando que hombres y mujeres sean conductores<br />

o conducidos de acuerdo a su elección y no a su género.<br />

Pero este gran cuestionamiento comenzó dentro del marco sexual<br />

o de género y terminó derribando la estructura binaria en<br />

otros aspectos. Por ejemplo, algunos bailarines comenzaron a<br />

preguntarse por qué no entrenar por igual los dos roles sin importar<br />

a qué género pertenezcan si así sumaban conocimiento<br />

y entendimiento sobre la danza misma. Otros sectores también<br />

se liberaron a partir de esto, como algunos grupos de bailarinas<br />

con hijos pequeños, embarazadas o en etapa de lactancia que<br />

hacen milongas paralelas donde puedan llevar a sus hijos y, a la<br />

vez, sentirse cómodas e identificadas con sus cuerpos y su situación.<br />

Sin embargo, el tango nunca perderá sus condimentos<br />

sexuales: el abrazo cerrado, el juego de las piernas y el decirse<br />

todo sin pronunciar palabra.<br />

Las danzas folklóricas del interior argentino tienen un estrecho<br />

vínculo con la sexualidad, aunque no sea tan evidente<br />

como el del tango. La mayoría representan un cortejo bailado.<br />

Una de ellas es la zamba, que hasta lleva la seducción en<br />

su origen. La misma proviene de una danza de Perú llamada<br />

la zamacueca, que surge en Lima en el momento en que<br />

dicho país obtenía su independencia, liderada por José de<br />

San Martín. En la colonia se utilizaba la palabra zamba para<br />

denominar a las mestizas descendientes del indio y el negro.<br />

Como danza, fue creada para seducirlas y la intención se ve<br />

aún en sus pasos. Cada uno lleva un pañuelo en la mano, él<br />

lo usa para intentar atraerla y ella lo estira frente a él para<br />

poner una distancia. Se encuentran en el medio y se separan,<br />

se acercan cada vez más y vuelven a separarse. Este ir y venir,<br />

del hombre buscando y la mujer queriendo pero poniendo<br />

distancia, se repite durante toda la pieza. Hasta que, llegado<br />

el final, él logra enamorarla y la abraza con su pañuelo atrayéndola<br />

hacia sí.<br />

Algo similar ocurre con el chamamé, aunque en este caso el<br />

hombre intenta conquistar a su pareja de baile luciéndose en<br />

la pista. Su forma de conquista es el zapateo, mientras que<br />

la mujer acompaña con los denominados floreos, el acompañamiento<br />

femenino con sutiles zapateos y movimientos de<br />

pollera. Muchas veces se suman al baile las llamadas relaciones,<br />

versos cortos rimados que inicia el hombre y responde<br />

la mujer. La parte masculina suele estar cargada de piropos<br />

e intentos de acercamiento y la respuesta femenina marca<br />

distancia y hasta se burla un poco, como desconfiando. Lo<br />

cierto es que este ir y venir entre el hombre y la mujer es una<br />

dinámica que se repite en casi todas las danzas folklóricas<br />

de cortejo. Hay una suerte de danza dentro del baile, donde<br />

el vaivén de los pasos se funde con el del vínculo entre los<br />

bailarines y ambos, como ríos, van a parar al acercamiento<br />

definitivo.<br />

Hay danzas en Latinoamérica que si bien son producto de la<br />

fusión de varias culturas, su influencia principal es la africana.<br />

Así como ocurrió durante el medioevo en Europa, la danza<br />

fue también un acto de resistencia en Latinoamérica durante<br />

los siglos XIX y XX para la población africana que llegó a este<br />

continente en calidad de esclava. Lo que no tenían en la vida<br />

lo ponían en el baile. Tal vez por eso se perciba en sus ritmos<br />

una mayor sensación de libertad. Esto se ve claramente en<br />

el vínculo entre los bailarines: No hay tantas idas y vueltas, el<br />

abrazo es pegado y sensual. Las caderas se mueven juntas y<br />

se transpira a la par. Aún hoy parece haber un mensaje subliminal<br />

en el ritmo enviado por aquellas almas que sufrieron<br />

la crueldad y el cautiverio: Bailen y quiéranse, porque hoy es<br />

hoy, y mañana no sabemos<br />

https://twitter.com/LalaKarenina/<br />

status/866311117617979393<br />

Los Cartógrafos es un podcast, o sea,<br />

una pieza de radio para escuchar cuando<br />

a uno se le antoje. Este grupo mezcla<br />

voces de escritores con melodías de músicos<br />

de lujo, cada episodio es un viaje.<br />

https://soundcloud.com/loscartografos<br />

No hace falta vivir en Almagro, Capital<br />

Federal, para leer Almagro Revista. Hay<br />

crónicas, entrevistas y relatos fotográficos<br />

de esos que amamos descubrir.<br />

http://almagrorevista.com.ar/<br />

Internet tiene de todo para hacerte<br />

reír. Por ejemplo, pasajes del Evangelio<br />

de Lucas leído por Darth Vader.<br />

En realidad es la voz del genial James<br />

Earl Jones<br />

https://www.youtube.com/watch?v=<br />

9UPG_0T5eXE<br />

https://twitter.com/TheMarsGen<br />

Estas son las cartas de Tarot que diseñó<br />

Salvador Dalí<br />

https://t.co/iVqxZ6At8I<br />

Siete minutos de un corto que hace<br />

una maravilla de El Cuervo, de Edgar<br />

Allan Poe<br />

http://www.openculture.com/2016/11/<br />

edgar-allan-poes-the-ravenmodernized.html<br />

https://t.co/U4AaJr4wPY<br />

Una primera mirada al Dumbo de Tim<br />

Burton te va a cambiar la infancia<br />

http://www.nme.com/blogs/the-moviesblog/tim-burtons-dumbo-will-ruinyour-childhood-2112213?utm_<br />

content=manual&utm_campaign=<br />

socialflow&utm_source=twitter&utm_<br />

medium=social&utm_term=nme<br />

En esta era de hiperconexión, esta app<br />

online te permite retocar tus fotos con<br />

filtros y efectos artísticos<br />

https://pixlr.com/o-matic/<br />

60<br />

61


Entrevista<br />

siete<br />

Se luce bailando en Sugar, la comedia musical más exitosa de los últimos tiempos, y destila erotismo<br />

en cada una de sus presentaciones. Es, además, cálida y elocuente. EVANGELINA BOURBON y su<br />

romance de por vida con la danza<br />

Intensa Eva<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

–La vi en un homenaje a Prince y quedé muy impresionada<br />

¿Cómo gradúa el contenido erótico del baile?<br />

La fiesta homenaje a Prince fue una bomba. Amo a Prince,<br />

su música, su estética. Me hubiera encantado ser una de<br />

sus bailarinas... un sueño... En una situación así, el contenido<br />

erótico lo maneja cada uno. No había una coreografía a<br />

seguir, entonces hay libertad en todo. Obviamente, no es lo<br />

mismo estar bailando en una comedia musical, donde uno<br />

tiene un personaje, y responde a eso, que bailar en una fiesta<br />

libremente. La música, el vestuario, el contexto, te hacen<br />

conectar y transitarlo desde diferentes lugares. Y se generan<br />

cosas completamente distintas. Soy consciente de que soy<br />

bastante así, bailo libre, dejo que la música me lleve por los<br />

lugares que surjan. A veces son más eróticos y a veces menos.<br />

Pero dejo que fluyan todos sin ningún prejuicio.<br />

–¿Cuándo le propusieron formar parte de Sugar?<br />

La propuesta de Sugar llegó en septiembre del 2016. Me<br />

llamaron para convocarme a una audición cerrada, a la que<br />

íbamos a ir un grupo bastante reducido de bailarines. Desde<br />

el momento en que me llamaron para saber si me interesaba<br />

audicionar, supe que quería formar parte de la obra y puse<br />

toda mi energía ahí. Fue bastante “dura” la audición porque<br />

las veinte bailarinas que fuimos el primer día teníamos el<br />

nivel para estar en la obra. Luego pasamos al callback y el<br />

grupo era más reducido aun. Así que había que bailar y dar<br />

lo mejor de uno y que sea lo que tenga que ser (risas). Por<br />

suerte fui una de las elegidas así que la felicidad fue inmensa.<br />

–La obra es un éxito impresionante… Vivo muy feliz<br />

este éxito. A veces es muy duro hacer teatro en nuestro país,<br />

porque las obras no duran demasiado en cartel, y últimamente<br />

tampoco hay tantas obras musicales. Así que Sugar es una<br />

bendición. Es hermoso salir al escenario y ver la sala llena<br />

cada noche. Es común que terminemos la función agotados,<br />

pero llega el momento del saludo final y el teatro explota en<br />

aplausos, se convierte medio en un estadio, y eso es reconfortante<br />

y se agradece siempre.<br />

–¿Cuándo comenzó su relación con la danza? Mi relación<br />

con la danza comenzó cuando tenía tres años. Mis padres<br />

cuentan que yo les pedía que me llevaran a clases de danza,<br />

y ellos no sabían bien de dónde había sacado la idea y, como<br />

era muy chica, pensaron que me iba a aburrir, pero no fue<br />

así. Muy chica comencé a estudiar y nunca más deje de bailar.<br />

Primero solo tomaba clases de ballet. Ya después, siendo un<br />

poco más grande, comencé el profesorado y ahí ya empecé a<br />

estudiar también danzas españolas, folclore, además del ballet<br />

que nunca dejé. A los 17 años, ya recibida de profesora y ya<br />

habiendo intentado entrar al Teatro Colón, comencé a estudiar<br />

jazz y volcarme más para ese lado. Digamos que mi relación<br />

con la danza viene desde que tengo uso de razón... soy la única<br />

bailarina en mi familia así que no sabemos de dónde viene,<br />

pero mi abuela paterna era apasionada por la música y había<br />

algo muy artístico en la atmósfera de la familia.<br />

–¿Qué tan cierto es, según su experiencia, que la bailarina<br />

lleva una vida de mucho sacrificio? Creo que sí, que es<br />

cierto. Si me remonto a la etapa de mis estudios, yo iba a danza<br />

de lunes a sábados y por ahí me perdía ciertas cosas, pero la<br />

verdad es que no lo sentía como un sacrificio porque era una<br />

elección propia y lo que más amaba hacer. Ya cuando comencé<br />

a dedicarme profesionalmente a esto y pasó a ser un trabajo<br />

fue otra historia. Es bastante sacrificado desde muchos puntos<br />

de vista. Quizá esa sea la cuestión. Por un lado, la inestabilidad<br />

laboral, por ahí durante meses tenés muchos trabajos<br />

y después un tiempo en que no hay nada. Constantemente<br />

estás audicionando para un trabajo nuevo y es mucha energía<br />

que uno pone ahí, te enfrentás a muchos “no”. En Argentina,<br />

cada vez hay menos trabajos para los bailarines. Y creo que<br />

eso pesa porque es lo que amás hacer, entonces más allá de lo<br />

económico, cuando no tenés trabajo es desesperante porque lo<br />

sentís en el cuerpo. Yo, por suerte, no puedo quejarme porque<br />

siempre tuve trabajo, con algún que otro bache, pero no más...<br />

y esos baches, a veces, pueden ser hermosos o matadores.<br />

También está el sacrificio que obviamente conlleva el trabajo<br />

físico. Es poner el cuerpo al servicio de algo y cuesta. En<br />

algunos momentos se hace duro. Ir a una audición o subirte a<br />

un escenario cuando podés tener un mal día o un mal momento<br />

de la vida es sufrido. Pero bueno, ahí también sucede esa<br />

magia de trabajar de lo que uno ama y, cuando se encienden<br />

las luces, todo se transforma, aunque sea por un rato.<br />

–¿Podría describir el ambiente del teatro musical? ¿Hay<br />

mucha competencia o es un mito? No siento que haya mucha<br />

competencia, no más que en otros ambientes. Obviamente<br />

que uno va a una audición y está al lado de colegas y vamos<br />

todos en busca de un mismo rol y en un punto sí hay una competencia,<br />

pero creo que sana. Por lo menos así lo vivo yo. Es<br />

muy subjetiva la elección en un casting, uno tiene que ir seguro<br />

de lo que tiene para ofrecer sin poner la mirada en el de al lado.<br />

–Es evidente que actualmente se vincula muy bien con<br />

su cuerpo… Sí, con mi cuerpo me llevo súper bien. Al trabajar<br />

con el cuerpo uno se vuelve muy consciente de él y se conoce<br />

mucho. Soy muy física en muchos sentidos. A veces está<br />

bueno y a veces no tanto. Cuando una locurita se te vuelve una<br />

contractura no está bueno. Más porque a la noche hay que ir<br />

al teatro y bailar. Pero, bueno, al ser tan consciente del cuerpo<br />

uno ya sabe de dónde viene cada cosa que va apareciendo.<br />

–¿Alguna vez tuvo complejos en torno a lo físico? En<br />

la adolescencia tuve algún que otro trastorno alimenticio,<br />

63


64<br />

siempre fui flaca, pero fue un momento en que quería ser<br />

más flaca aún... por suerte no llegó a ser nada grave porque<br />

también siempre estaba muy controlada por mi familia.<br />

–¿Qué importancia tiene el sexo en su vida? Tiene bastante<br />

importancia. Disfruto mucho del sexo y no tengo ningún<br />

rollo con el tema. Soy bastante física en general, como te decía<br />

hace un ratito, algo que tiene que ver con el manejo que tengo<br />

de mi cuerpo y otro poco con mi personalidad. Sé que soy<br />

bastante sensual y mis movimientos en la danza y en la vida reflejan<br />

eso también... Demuestro mucho a través de mi cuerpo,<br />

me expreso a través de él, soy muy del contacto físico. Así que<br />

es un punto importante siempre, no solo el acto sexual en sí<br />

mismo, sino todo lo que lo rodea también. Los besos me parecen<br />

importantísimos también. ¡Y los abrazos! Todo acompaña.<br />

La verdad es que soy bastante franelera e intensa...<br />

–¿Qué siente cuando aparecen detractores de la exhibición<br />

del cuerpo femenino? Es verdad que hay ciertos<br />

ámbitos laborales en donde está más cosificada la mujer o el<br />

lugar desde donde se la expone, por ejemplo en la danza y el<br />

musical. Pero creo que no solo en el mundo del espectáculo<br />

puede suceder eso. La diferencia es que en una obra de teatro<br />

o un programa de tele está a la vista de todos. Pero sucede<br />

en muchos ámbitos diferentes, hasta puede suceder entre<br />

cuatro paredes. Por otro lado, respecto de la exhibición del<br />

cuerpo femenino, me parece que todavía predomina un nivel<br />

de machismo altísimo en nuestra sociedad. Y cuando digo<br />

machismo no me refiero a los hombres, muchas veces las<br />

mujeres son las primeras en juzgar a otra mujer que exponga<br />

su cuerpo. Creo que las redes sociales también facilitan eso.<br />

Cualquiera puede escribir cualquier barbaridad libremente y<br />

agredir sin importar nada. Entiendo que, si uno hace pública<br />

una foto o lo que sea, también se expone a que cualquier<br />

persona pueda opinar. Pero a veces me llama la atención el<br />

nivel de agresión o las opiniones que puede llegar a generar<br />

una foto de una persona desnuda o con poca ropa.<br />

Aparecen pensamientos muy retorcidos y pacatos si una mujer<br />

se muestra de determinada forma, y por eso se la juzga sin<br />

saber mucho de ella a nivel humano.<br />

–¿Cree que la bailarina tiene una vida útil? Sí, hay un<br />

momento de “vida útil” para determinadas cosas dentro de<br />

mi profesión. Pero yo lo pienso desde un lugar que tiene que<br />

ver más con las ganas. No lo pienso desde la edad, sino con el<br />

deseo. El día que no disfrute más de subirme a un escenario,<br />

no me gustaría tener que hacerlo por una necesidad laboral<br />

únicamente. Siento que lo padecería. Porque, aparte, es un<br />

trabajo muy expuesto, entonces si uno no siente las ganas creo<br />

que debe ser muy difícil. También hay otros roles que me<br />

gustan que no tienen que ver con estar arriba del escenario. Ya<br />

trabajé como coreógrafa en varias oportunidades. También me<br />

encanta producir y ocuparme de todo lo que tenga que ver con<br />

el ballet dentro del armado de un show y para eso no hay una<br />

edad límite. Por el momento disfruto plenamente de seguir<br />

bailando y puedo ir combinando ambos roles


Tema de tapa<br />

tres<br />

La música rock es sexo y…<br />

Yo seduzco a mi audiencia exactamente<br />

como un artista de striptease.<br />

MICK JAGGER<br />

TÓCALA DE NUEVO<br />

POR Juan Cibeira<br />

IAN DURY<br />

Please No Guns (1963-5)<br />

London Gallery Guide<br />

Cuando el músico británico Ian Dury y su banda The<br />

Blockheads lanzó en 1977 el single “Sex and Drugs and Rock<br />

and Roll”, no tenía idea de que esas tres palabras del título<br />

se convertirían en una frase que definiría una generación. El<br />

rock sajón asumía un cliché que acertaba con el “clima de<br />

época” de esos años.<br />

Acunados por la vibrante música de rock, el sexo y las drogas<br />

estaban íntimamente ligados a la revolución social sesentista<br />

que proclamaba su liberación absoluta. El sexo estuvo<br />

siempre ligado a la música pop y rock, en sus comienzos<br />

claramente tomado de los músicos afroamericanos, que con<br />

sus letras –y sus actos– cargadas de sexualidad, deslumbraban<br />

a grupos y artistas como Led Zeppelin, The Rolling Stones,<br />

The Doors y Jimi Hendrix. Ellos no solo incorporarían esas<br />

tórridas letras y sensuales ritmos a su material sino que se<br />

zambullirían en esa ordalía de sexo libre que propiciaba el<br />

estrellato y las constantes giras.<br />

Así que el sexo está indisolublemente ligado a la música moderna,<br />

en canciones de todos los estilos musicales, en todos<br />

los tiempos. Y también en todas las variantes que la palabra<br />

sexo pueda contener: masoquismo, travestismo, prostitución…<br />

Hay para todos los gustos.<br />

El pionero Ian Dury vuelve a demostrar que no es solo un<br />

buen título para una canción cuando afirma: “El sexo sin<br />

amor es una experiencia vacía… pero como experiencia vacía<br />

es una de las mejores”.<br />

También pionera, Madonna lanzó en 1992 su quinto álbum<br />

de estudio, titulado Erotica, el primero conceptual sobre sexo<br />

grabado por una mega estrella. El lanzamiento fue acompañado<br />

por la edición del libro fotográfico Sex, con imágenes<br />

explícitas de Madonna que en ese momento fueron consideradas<br />

porno. El combo se completó con el Girlie Show World<br />

Tour, espectáculo de gran impacto visual sexual, también<br />

para esa época. El sexo ha sido fundamental para la carrera<br />

de esta extraordinaria artista, y Madonna lo impulsó hacia la<br />

cultura popular con su estilo y características artísticas.<br />

También pioneros, la pareja formada por la curvilínea modelo<br />

y actriz Pamela Anderson y Tommy Lee, el seductor<br />

baterista de la banda de rock Motley Crue, hicieron historia<br />

con su video porno casero. Ellos fueron los primeros que a<br />

través de Internet, viralizaron sus encuentros sexuales en una<br />

selfie long format. Son 54 minutos grabados durante la luna<br />

de miel de la pareja en 1995. Un acto privado de un matrimonio<br />

osado –¡se casaron 96 horas después de conocerse!– y<br />

con frecuencia descontrolado. Pero esta vez, alguien robó el<br />

video de la casa de la pareja y lo subió a Internet.<br />

Pam y Tommy, dos enormes símbolos sexuales estadounidenses<br />

de los noventa. Ella, conejita eterna de Playboy, rubia de<br />

ensueño enfundada en su traje de baño rojo, protagonista de<br />

la exitosa serie Baywatch. Él, rock star de manual, indulgente<br />

con el alcohol y las mujeres, con 32 años y más de 20 millones<br />

de discos vendidos con su banda. Con su cuerpo tatuado y casi<br />

siempre semidesnudo, la imaginería sexual se disparó con las<br />

imágenes del video. Fue tan grande el impacto mediático que<br />

mucha gente que habitualmente no consumía pornografía,<br />

sintió curiosidad por ver este video de porno casero.<br />

Finalmente el mundo pudo disfrutar la vista de la entrepierna<br />

y adyacencias de la señora Anderson y la dotación del señor<br />

Lee, pero eso terminó costándole varios millones de dólares a<br />

Internet Entertainment Group, la compañía que distribuyó el<br />

video en la red. Esa plata fue para Pamela y Tommy, quienes<br />

los habían demandado.<br />

El sexo ha sido uno de los temas favoritos de la mayoría de<br />

los compositores e intérpretes de la música pop y rock. Desde<br />

las fallidas masturbaciones escénicas de Jim Morrison<br />

y los Doors hasta el enorme pene inflable de los Stones, que<br />

usaban en la mítica gira del 72, cuando Jagger cantaba “Starfucker”,<br />

y que tantos problemas les trajo con la ley.<br />

El rock habla de sexo, explícito e implícito, poético y vulgar,<br />

sugerente o brutal. Como la crudeza de “Me gusta ese tajo”,<br />

67


tema que compuso Spinetta junto a su banda Pescado Rabioso.<br />

La canción de 1972 no admite metáforas.<br />

Me gusta ese tajo, / Que ayer conocí...<br />

Me gusta ese tajo, / Que ayer conocí...<br />

Ella me calienta, / La quiero invitar a dormir...<br />

Algo más recatados, esa maravilla del pop hispano que fueron<br />

Los Rodríguez, luego de hacer el amor en el balcón, proclaman<br />

el peligro que acecha cuando ella es menor de edad en<br />

su hit “Mucho mejor”, del álbum Palabras más, palabras menos,<br />

de 1995. Este fue el último disco de estudio de la banda<br />

y la canción es más conocida como “Hace calor”.<br />

Podrían acusarme, ella es menor de edad<br />

iremos a un hotel, iremos a cenar<br />

pero nunca iremos juntos al altar.<br />

Como la variedad satisface el gusto, en el pop rock hay sexo<br />

sin restricciones de género. Hay sado en “Pretty Tide Up”,<br />

canción de los Guns N’ Roses del aclamado Use Your Illusion<br />

de 1991. La letra habla de una chica de Melrose que no se<br />

satisface sin un poco de dolor.<br />

También Kiss habla de una chica a la que le dará “dulce<br />

dolor” y amará hasta enloquecerla en “Sweet Pain”, tema del<br />

álbum Destroyer, de 1976.<br />

No faltan las prostitutas como en “Charlotte The Harlot”,<br />

tema incluido en el álbum debut de Iron Maiden en 1980. La<br />

dura semblanza de una prostituta vinculada al grupo tendría<br />

una secuela en su tercer disco, The Number Of The Beast<br />

(1982), con la canción “22 Acacia Avenue”.<br />

En su excepcional disco debut de 1969, Led Zeppelin lanza<br />

su queja por un marido engañado con cualquier tipo que<br />

ande por el pueblo. La canción “Your Time Is Gonna Come”<br />

(Tu tiempo llegará…) es también una amenaza, enmarcada<br />

en la apertura de un órgano de catedral y con un inspirado<br />

solo de guitarra de Jimmy Page. Otra infidelidad, esta vez<br />

consentida, aparece en “Lying Eyes”, tema incluido en el álbum<br />

One Of These Nights del grupo Eagles, editado en 1975.<br />

Es una dura historia de una chica que engaña a su pareja con<br />

un viejo rico, creyendo que él no lo sabe.<br />

Siempre prolífico en alusiones sexuales, Alice Cooper<br />

habla de la masturbación en “Muscle Of Love”. La canción<br />

es del álbum de estudio homónimo y habla de las revistas<br />

de papá, cerrar la puerta del baño y contemplar el “músculo<br />

del amor”. Más brutal, también con revistas, la banda local<br />

Attaque 77 hace su oda explícita a la autosatisfacción con<br />

“Páginas pegadas”, tema del disco Amén, de 1995<br />

Noches de insomnio, ritos en tu honor<br />

revistas con sus fotos secretos del cajón<br />

páginas pegadas, mi mano sin control<br />

jugo de perlas derretidas para vos.<br />

Tampoco faltan canciones sobre travestismo y transexualidad,<br />

como “Lola” de los británicos The Kinks. Este tema histórico<br />

lanzado en 1970 resultó una letra polémica en esa época, ya<br />

que describía sin eufemismos el encuentro de un hombre –que<br />

sería el mánager de la banda– y un travesti en una discoteca.<br />

“Lola” se transformó en un éxito mundial de tal dimensión que<br />

pasó a ser el tema por el que es recordada la banda.<br />

Aerosmith también habla de travestismo en su demoledor hit<br />

“Dude (Looks Like a Lady)”, incluido en el álbum Permanent<br />

Vacation de 1987. Dicen que está basado en una historia real<br />

que les pasó en un bar en el que se encontraban a tomar con<br />

músicos de Motley Crue. Parecían chicas pero eran…<br />

Otra clásica narración de sexo oscuro y transgresión es “Walk<br />

On The Wild Side” de Lou Reed. La canción recorre distintas<br />

experiencias sexuales de diferentes personajes, prostitutas,<br />

travestis, parte de la fauna de Nueva York que Reed<br />

frecuentaba en esos años.<br />

En esta leve compilación no podía faltar ese gran músico y<br />

descarnado cronista que fue Frank Zappa. En su álbum grabado<br />

en vivo en el legendario Fillmore en 1971, incluyó “The<br />

Mud Shark”, un tema que narra el popular relato del incidente<br />

del tiburón, en el que habrían participado músicos de Led<br />

Zeppelin y de la banda psicodélica Vanilla Fudge. La leyenda<br />

dice que los músicos pescaron tiburones desde las ventanas<br />

del hotel Edgewater, ubicado sobre un muelle en Seattle.<br />

Luego llevaron a una joven fan a la habitación y habrían jugado<br />

sexualmente con ella y el cachalote muerto…<br />

69


Entrevista<br />

ocho<br />

Desde hace más de tres décadas, el politólogo ALAIN ROUQUIÉ (1939) viene<br />

investigando acerca de las particularidades del proceso político en América<br />

Latina y más particularmente en Argentina. Embajador en diversos países<br />

(México y Brasil, entre otros), con un doctorado en Literatura y Ciencias<br />

Humanas en el Institut d’Études Politiques de París, Rouquié dedicó décadas<br />

a estudiar el papel que jugaron las Fuerzas Armadas, tanto en el país como<br />

en la región. La prueba es que títulos como Poder militar y sociedad política en<br />

Argentina (1989) y A la sombra de las dictaduras. La democracia en América Latina<br />

(2011) son referencias obligadas a la hora de analizar la realidad sociopolítica<br />

en la región. Dueño de un castellano perfecto y de una gran simpatía, Rouquié<br />

volvió a Buenos Aires para presentar El siglo de Perón (Edhasa), ensayo en el<br />

que discurre sobre lo que llama “las democracias hegemónicas”<br />

ALAIN ROUQUIÉ<br />

“El peronismo es un<br />

modo de ser”<br />

POR Christian Kupchik<br />

–¿Por qué “el siglo de Perón”, entendiendo que Perón<br />

llegó al poder en el año 1943? Porque el peronismo sigue<br />

siendo un elemento central de la política nacional a pesar<br />

de haber pasado más de 70 años desde que llegó al poder<br />

por primera vez. De modo que se puede hablar de “siglo”,<br />

incluso por haber superado la frontera entre dos. No estoy<br />

pronosticando que su vigencia se mantendrá intacta hasta el<br />

2043, pero de todos modos se puede hablar de un siglo. Por<br />

otra parte, en las últimas décadas hemos visto aparecer en<br />

América Latina e incluso otros países sistemas políticos muy<br />

parecidos –más allá de sus diferencias nacionales e históricas–,<br />

a lo que fue la experiencia peronista y el dispositivo de<br />

poder que representa la presidencia de Perón.<br />

–¿Se refiere al modelo de Chávez en Venezuela? Sí,<br />

es el caso más claro. Chávez llega al poder a través de una<br />

elección libre, transparente y honesta, como Perón en el<br />

46, con una plataforma política que se apoya en las clases<br />

populares, a las que les ofrece elementos de ascenso social,<br />

y un gobierno que poco a poco trata de cercenar a las demás<br />

instituciones. De allí los parecidos. Se parecen tanto que<br />

Perón y Chávez representan muy claramente la vertiente de<br />

esos gobiernos a los que llamo “democracias hegemónicas”.<br />

Una de las características de este sistema es la reelección del<br />

líder: Perón cambió la Constitución para poder ser reelecto,<br />

en tanto Chávez no solo hizo lo mismo, sino que llamó a<br />

un referéndum para plebiscitar una reelección indefinida.<br />

Otros lo intentaron sin éxito, como Evo Morales, y otros<br />

con éxito, como Daniel Ortega en Nicaragua, que hizo<br />

sancionar por la Corte Suprema su reelección eterna. Esto<br />

mismo lo plantearon Stroessner en Paraguay o Marcos en<br />

Filipinas, pero eran gobiernos dictatoriales, donde llegaron al<br />

poder por golpes militares. En cambio, en estas democracias<br />

hegemónicas, los líderes llegan a través de elecciones libres.<br />

–Es interesante la comparación que hace entre Borges<br />

y Perón como arquetipos de “argentinos universales”…<br />

Tendría que agregar a Gardel…<br />

–Sí, pero Gardel está en disputa con uruguayos y<br />

franceses. En cambio, el caso de Perón se ha visto<br />

ratificado en otras latitudes. Se ha dicho que Berlusconi<br />

ejercía un tipo de liderazgo muy similar al de Perón<br />

e incluso se ha caracterizado el triunfo de Donald<br />

Trump como la llegada del peronismo a la presidencia<br />

de EE. UU. En efecto, incluso en Europa se ve a la<br />

Argentina como un país hegemónico por tener un Papa y un<br />

presidente peronista en la Casa Blanca. El Papa sabe que es<br />

peronista, a Trump todavía le falta averiguarlo. Lo cierto es<br />

que, sin exagerar el parentesco, hay muchos elementos que<br />

lo asemejan. Hay un líder que se presenta como “justiciero”<br />

y capaz de “reparar entuertos”, como diría Don Quijote. Hay<br />

amplios sectores de la población norteamericana que sienten<br />

que han sido abandonados, o al menos dejados de lado, en<br />

nombre del progreso, la abundancia, la prosperidad o lo que<br />

sea. En el caso de Trump, a pesar de ser billonario y gobernar<br />

para los billonarios, se presenta en nombre de los sectores<br />

en decadencia de la industria norteamericana. Y al igual que<br />

muchos otros líderes, propone soluciones imaginarias y hasta<br />

71


absurdas, como el muro contra México. En esa manera de<br />

entender la política, con un liderazgo fuerte y de sesgo populista,<br />

hay muchos elementos del peronismo.<br />

–Lo curioso es que más allá de ciertos rasgos comunes<br />

que hacen a la identidad (un liderazgo verticalista, una<br />

alianza fuerte con algunos actores sociales, como los<br />

sindicatos), el peronismo ha estado representado en<br />

distintos gobiernos que llevaron adelante políticas antagónicas,<br />

sobre todo en materia económica. El primer<br />

peronismo no tiene absolutamente nada que ver con<br />

lo que fue el menemismo, por ejemplo… Sí, es cierto,<br />

aunque lo que es común a todos es que en ningún momento<br />

les preocupó llevar adelante una revolución estructural. En las<br />

elecciones de 1946 se habló mucho de reforma agraria e incluso<br />

hubo sectores que amagaron con impulsarla, pero jamás hicieron<br />

mucho para ello. Entonces, son gobiernos que pueden<br />

tener una retórica revolucionaria, que cambian algunas cosas<br />

del pacto social pero mantienen intacto el orden económico.<br />

¿Qué tienen en común Perón, Menem, Néstor y Cristina<br />

Kirchner? Un estilo de gobierno. Un estilo vertical y una<br />

determinada forma de manejarse con las instituciones. No se<br />

puede decir que Menem le hiciera mucho caso al Congreso, y<br />

también manipuló a los sindicatos. De modo que más allá de<br />

las diferencias, hay una forma común de pensar la política. La<br />

idea del caudillismo, la idea de que el Ejecutivo es más fuerte<br />

que los otros poderes inscriptos en la Constitución, son constitutivas<br />

de la democracia hegemónica.<br />

–El sistema presidencialista también favorece esto…<br />

No siempre, hay muchos países que son presidencialistas y el<br />

Ejecutivo no puede ponerse por encima de los otros poderes.<br />

Estados Unidos es un ejemplo claro. Me parece que las<br />

democracias hegemónicas pueden desarrollarse mejor en<br />

países donde las instituciones son débiles. Si la Justicia y el<br />

Parlamento no están fortalecidos, entonces quedan a merced<br />

del Ejecutivo, sin importar el signo ideológico que tenga.<br />

–¿Y en esto no tiene que ver también el debilitamiento<br />

de los partidos? En la novela No habrá más penas ni<br />

olvido, de Osvaldo Soriano, hay una escena que es bastante<br />

reveladora del peso que tuvo el peronismo como<br />

construcción. Durante un enfrentamiento entre dos<br />

sectores antagónicos, uno de los personajes grita: “¡No<br />

disparen! Yo nunca me metí en política. Siempre fui<br />

peronista…” (Risas) Sí, esa escena es magnífica y la cito a<br />

menudo. No solo por la admiración que siento por Osvaldo<br />

Soriano, que fue un gran amigo mío, sino también porque<br />

como dice, creo que esa escena representa con claridad lo<br />

que es el peronismo. El peronismo no es una ideología: es<br />

un modo de ser, una identidad, y una cultura nacional que<br />

sustituyó a la cultura liberal de la generación del 80 que<br />

duró hasta 1930, hasta el pacto Roca-Runciman, que mató<br />

al liberalismo. De allí, precisamente, germina Perón para<br />

inventar la segunda Argentina. Aun siendo el restaurador de<br />

la democracia, Perón siempre denostó el demo-liberalismo<br />

al que veía como un fenómeno “nefasto”, sin entender que<br />

el modelo que proponía también era demo-liberal. Esas son<br />

las contradicciones en las que el peronismo no ha dejado de<br />

fluctuar. No obstante, así fue como creó una cultura nacional<br />

y que la frase antes citada expresa a la perfección.<br />

–¿Eso es lo que explica su continuidad en el tiempo? Sí,<br />

al manifestarse como una identidad y una cultura, es mucho<br />

más difícil que claudique, sobre todo si no hay un modelo<br />

superador o los modelos que surgen vienen justamente del<br />

propio peronismo. En Francia, por ejemplo, De Gaulle fue<br />

muy importante pero el gaullismo ya no existe (entre otras<br />

cosas, porque todos somos gaullistas). Precisamente, creo que<br />

en buena medida la vigencia del peronismo puede explicarse<br />

gracias al antiperonismo. Nada fortaleció tanto al mito peronista<br />

y su permanencia como la ceguera antiperonista.<br />

–Sin embargo, hoy el peronismo aparece muy debilitado<br />

y fragmentado… Sí, porque no hay líder. Los tiempos<br />

son otros y si no hay una figura fuerte con capacidad de<br />

liderazgo, sobreviene el debilitamiento. Lo que no quiere<br />

decir que la cultura mayoritaria antiliberal no exista, y eso<br />

lo entendió muy bien Mauricio Macri o el equipo que lo<br />

asesora: él no se presentó como un candidato liberal antiperonista.<br />

Basta con repasar sus discursos de campaña o<br />

recordar el monumento a Perón que él inauguró. Después,<br />

claro, hizo otra cosa. Pero para llegar al poder tuvo que<br />

recurrir a toda la retórica y simbología peronista, incluyendo<br />

alianzas con diversos sectores del justicialismo, como la CGT.<br />

De lo contrario no iba a llegar nunca. Fue muy hábil, pero<br />

no creo que consiga trivializar al peronismo. De hecho, debe<br />

tenerlo siempre presente para poder gobernar. Y la prueba es<br />

la cantidad de jóvenes que nacieron después de la muerte de<br />

Perón y se identifican como peronistas, lo cual para alguien<br />

que viene de afuera no deja de ser algo sorprendente.<br />

–Usted lo conoció al general Perón, lo encontró en<br />

varias oportunidades. ¿Qué impresión le causó? La primera<br />

vez que lo vi fue en un momento histórico, en 1969, en<br />

Madrid, cinco años antes de su muerte. No sé si por entonces<br />

ya estaba enfermo. Recuerdo que tuve alguna dificultad<br />

para que respondiera directamente a mis preguntas, eso no<br />

le gustaba. Era un hombre de gran oratoria y cada cosa que<br />

decía parecía que lo hacía ante una muchedumbre en Plaza<br />

de Mayo, aunque estuviéramos solos. Y la oratoria ante una<br />

sola persona es un poco complicada. Era un hombre intimidante,<br />

de mirada fuerte, con una voz estentórea, donde se<br />

hacía notar su formación militar. Pero a la vez era un hombre<br />

con mucho humor, era muy pícaro, le gustaba mucho bromear<br />

(siempre que las bromas no fueran contra él). Pero era<br />

un tipo chistoso y sabía cómo contar historias. Creo que ese<br />

aspecto en buena medida fue clave en su éxito como estadista:<br />

contaba relatos a través de los cuales reescribía la historia<br />

nacional. Su relato personal era un poco distinto a la verdad,<br />

pero lo que importa es que él creía en eso que contaba y<br />

lograba que quienes lo escuchaban también lo creyeran.<br />

Había estado en Italia antes de la Segunda Guerra, y hablaba<br />

con gran entusiasmo de Mussolini, a quien decía que había<br />

encontrado. Pero en realidad nunca lo vio, apenas era agregado<br />

militar adjunto, pero tenía esa capacidad para reescribir la<br />

historia de un modo fascinante.<br />

–Es un poco lo que describe Tomás Eloy Martínez en<br />

La novela de Perón… Exactamente. Perón escribía una<br />

ficción sobre un país de ficción llamado Argentina. Y ambas<br />

ficciones terminaron siendo una realidad<br />

72


Historia<br />

& política<br />

Yury y Sonya Winterberg, Los niños<br />

en la Primera Guerra Mundial,<br />

Editorial Crítica<br />

En un universo escaso de trabajos<br />

dedicados a la historia de la infancia, se<br />

agradece este notable, documentado<br />

y conmovedor texto de Yury y Sonya<br />

Winterberg sobre la lúcida y dolida<br />

mirada de las principales víctimas de la<br />

Primera Guerra Mundial a la que los<br />

autores llaman la “catástrofe originaria<br />

del siglo XX”, una etapa que con un<br />

optimismo que no preveía la tragedia,<br />

había sido bautizada por la educadora<br />

sueca Ellen Key como “el siglo de los<br />

niños”. Cuando estalló este conflicto<br />

inédito, nadie podía prever que se prolongaría<br />

por cuatro devastadores años ni<br />

que se extendería hasta las regiones más<br />

distantes del planeta. Durante esos largos<br />

y terribles años, cientos de miles de<br />

niños combatieron como soldados en los<br />

distintos frentes, y los restantes padecieron<br />

bombardeos, matanzas, la ocupación<br />

militar de sus hogares o expulsión de los<br />

mismos, hambre, epidemias, pérdida de<br />

familiares y el derrumbe del mundo tal<br />

como lo conocían sus mayores, y millones<br />

de ellos pasaron a ser huérfanos. Los<br />

autores destacan que como consecuencia<br />

de la escolarización obligatoria, a comienzos<br />

del siglo XX y por primera vez en la<br />

historia, los niños de la guerra pudieron<br />

registrar por escrito sus experiencias,<br />

dolores, desgarros y sentimientos en diarios<br />

personales, cartas y tarjetas postales,<br />

LA MIRADA DE<br />

LOS OTROS<br />

POR Felipe Pigna<br />

autobiografías, composiciones escolares,<br />

manuales y escritos pedagógicos,<br />

artículos periodísticos, novelas juveniles<br />

e historietas, juegos infantiles, fotografías<br />

y dibujos. Con estos valiosos documentos,<br />

habitualmente desechados por el<br />

“mundo adulto”, Yury y Sonya Winterberg<br />

reconstruyen aquellas historias a<br />

partir de la de la abuela de Yury, nacida<br />

a comienzos del siglo XX, quien fue a la<br />

vez testigo e inspiración de este retrato<br />

de época, centrado en los niños y adolescentes.<br />

Uno de ellos, John, el hijo del<br />

gran novelista inglés nacido en la India,<br />

Rudyard Kipling, escribió: “Si alguien<br />

pregunta por qué morimos, dile que fue<br />

porque nuestros padres mintieron”.<br />

Luc Boltanski y Eve Chiapello, El<br />

nuevo espíritu del capitalismo, Akal<br />

Este notable trabajo del director de la<br />

École des Hautes Études en Sciences Sociales<br />

y miembro fundador de la Escuela<br />

de las convenciones, Luc Boltanski, y<br />

la socióloga y profesora Eve Chiapello,<br />

parte de la hipótesis de que la crisis actual<br />

no es del capitalismo, sino de la crítica<br />

del capitalismo. Siguiendo a Foucault,<br />

los autores señalan que muy a menudo<br />

esa crítica sigue atada a viejos prejuicios<br />

y esquemas perimidos que han resultado<br />

claramente ineficaces. Básicamente,<br />

ese fracaso tiene que ver con que la<br />

aplicación de esos criterios no tiene en<br />

cuenta las sucesivas reestructuraciones<br />

del capitalismo, particularmente las que<br />

se dieron en los últimos treinta años. Además,<br />

como señalan Boltanski y Chiapello,<br />

no pocos cientistas políticos fueron y son<br />

reacios a usar fuentes tales como textos<br />

de gestión empresarial, papers internos<br />

de empresas que construyen un nuevo<br />

discurso patronal y redefinen el nuevo<br />

estatuto de la fuerza de trabajo cada vez<br />

más explotada y amenazada con la pérdida<br />

del empleo y la consecuente exclusión<br />

del sistema. Es ya evidente que desde los<br />

años 70 el capitalismo ha renunciado a<br />

los principios fordistas como la organización<br />

jerárquica del trabajo y que ese<br />

esquema fue siendo reemplazado por una<br />

organización en red en la que la iniciativa<br />

de los diferentes actores y la idea de una<br />

autonomía relativa en el trabajo refuerza<br />

el concepto de pertenencia y lleva a los<br />

empleados a usar el “nosotros” al referirse<br />

a la empresa de la que dependen. Los<br />

autores concluyen que este nuevo espíritu<br />

del capitalismo triunfante se debe por un<br />

lado a la utopía de un retorno a un pasado<br />

idealizado y por otro al acompañamiento<br />

de las transformaciones tecnológicas,<br />

económicas y sociales. Ninguno de los<br />

dos factores permite resistir los daños<br />

ocasionados por las nuevas formas que<br />

las actividades económicas han adoptado.<br />

El primero porque es incapaz de ver<br />

aquello que a los ojos de un gran número<br />

de personas hace seductor al capitalismo<br />

y subestima su ruptura, y el segundo porque<br />

minimiza los efectos destructivos del<br />

capitalismo. Un trabajo imprescindible<br />

para entender esta etapa de la política y la<br />

economía mundial.<br />

OTROS RECOMENDADOS<br />

Vidas de fuego. Biografías anarquistas | Walter<br />

Marini (compilador), Sudestada.<br />

Luna Park. El estadio del pueblo, el ring del poder<br />

| Juan Manuel Bordón y Guido Carelli Lynch,<br />

Sudamericana.<br />

La Rosa Roja. Biografía gráfica sobre Rosa<br />

Luxemburgo | Kate Evans, Ediciones IPS.<br />

Hacienda y nación. Una historia fiscal y financiera<br />

del país. Desde la hacienda colonial a la Revolución<br />

del Parque | Rubén Manasés Achdjian, Eudeba.<br />

Historia no oficial de la masonería | Iván Herrera<br />

Michel, Kier.<br />

Francisco de Asís. Santo y pecador, | Eyre Price,<br />

Emecé.<br />

La condición argentina | José Pablo Feinmann,<br />

Planeta.<br />

75


Entrevista<br />

nueve<br />

El anarquista<br />

Acaba de publicar Puto el que lee. Diccionario argentino de insultos, injurias e improperios (Planeta)<br />

POR Nando Varela Pagliaro<br />

“Soy un anarquista ideológico y un peronista sentimental.<br />

Soy peronista cultural, sentimental y hasta religioso, te diría.<br />

Por eso me alucina Capusotto, porque es peronismo puro.<br />

Cuando el peronismo se cruza con alguna manifestación de<br />

vanguardia, me parece que da las cosas artísticas más sublimes.<br />

Lo digo por Lamborghini, por Favio, por Santoro,<br />

por Capusotto y por Agustín Guerrero, un pianista y<br />

compositor fuera de serie”. El que habla, desde su PH en el<br />

barrio de San Telmo, es Pablo Marchetti, el mismo que<br />

fue uno de los ideólogos de la revista Barcelona, el que está al<br />

frente del Conjunto Falopa, del programa de radio Hoy lloré<br />

canción (AM Once Diez) y el que acaba de publicar Puto el<br />

que lee. Diccionario argentino de insultos, injurias e improperios<br />

(Planeta, 2017).<br />

–¿Cómo surge la idea del libro? Va a sonar muy cheto<br />

lo que digo, pero se me ocurrió porque una vuelta, en<br />

un puesto de libros usados a orillas del Sena, conseguí un<br />

ejemplar de un diccionario de injurias en francés. Después<br />

investigué más y vi que había algunos en español, pero<br />

ninguno de la Argentina y que tuviera ejemplos no solo literarios,<br />

sino también del habla callejera. Además, me parece<br />

que los insultos, las malas palabras son una de las zonas<br />

más ricas y dinámicas del idioma. Existe un dispositivo de<br />

creatividad puesto en función del insulto que es increíble.<br />

El insulto es una especie de cloaca del idioma y las cloacas<br />

son absolutamente necesarias. No podemos vivir sin ellas,<br />

sin embargo, las ocultamos todo lo que podemos. También<br />

me interesaba mostrar el hecho de que hay muchos insultos<br />

que son más fuertes que lo que llamamos malas palabras.<br />

Imbécil, por ejemplo, es mucho más fuerte que boludo. Sin<br />

embargo, imbécil no está considerada una mala palabra.<br />

Boludo es la palabra insignia de la Argentina y fíjate que<br />

puede ser un insulto, pero también un vocativo neutro. En<br />

esto es muy importante la dicción y la potencia con que se<br />

dice una letra. Si pensáramos en boludo y pelotudo, no hay<br />

diferencia en cuanto al significado, serían casi sinónimos.<br />

Sin embargo, pelotudo es más fuerte. Yo creo que claramente<br />

es por la P.<br />

–Fontanarrosa habló de esto en su famosa ponencia<br />

en el Congreso de la Lengua. Exactamente. El título del<br />

libro lo tomé de “Palabras iniciales”, un magnífico cuento<br />

suyo. “Puto el que lee esto”. Nunca encontré una frase mejor<br />

para comenzar un relato. Nunca, lo juro por mi madre<br />

que se caiga muerta. Y no la escribió Joyce, ni Faulkner,<br />

ni Jean-Paul Sartre, ni Tennessee Williams, ni<br />

Góngora.<br />

–Tanto en el diccionario como en casi todo lo que hace<br />

siempre hay mucho humor. ¿Piensa que el humor es<br />

visto como un arte menor? Sí, claro. Yo me niego a decir<br />

que lo que hago es humor. Una cosa es que tenga humor y<br />

usar el humor como un recurso y otra es decir que hago humor.<br />

Lo que más me interesa es la comunicación y el humor<br />

comunica. Tenemos muchos ejemplos de cosas que contienen<br />

lo humorístico y no son necesariamente humorísticas. El<br />

hallazgo de Página /12, cuando surgió, fue poner, en un diario<br />

de noticias serio, títulos que muchas veces tenían un gancho<br />

humorístico, lo que generaba una mayor empatía, mayor<br />

deseo de leer. No hay nada más genuino que la risa porque<br />

no se puede caretear.<br />

–Habla de los titulares de Página y es inevitable no<br />

asociarlo con la revista Barcelona. Me acuerdo de que<br />

cuando murió Kirchner, el título de la revista fue “La<br />

fuerza del tomuer”, un título bastante polémico, que<br />

no fue tan bien recibido. ¿Hay límites para el humor?<br />

Si somos honestos, el límite está en nuestras convicciones.<br />

–¿Y cuál es su límite? A mí no me causa gracia reírme del<br />

débil, me causa gracia reírme del poderoso. Lo que me gusta<br />

es poner en evidencia las construcciones de poder desde el<br />

lenguaje, lo que vemos como natural desde la comunicación y<br />

no es natural. Desnudar esas construcciones de poder es todo<br />

lo que puedo hacer. Muchas veces me pregunto por qué hablamos<br />

de inseguridad para determinados casos y no para otros.<br />

Los casos de gatillo fácil no son de inseguridad y un asalto en el<br />

centro sí lo es. Habría que replantearse algunas cosas, ¿no? En<br />

Barcelona, para un 24 de marzo hicimos una contratapa que<br />

decía: “24 de marzo: Día nacional de la inseguridad”.<br />

–Hace poco entrevisté a Jorge Lanata (Quid 71), quien<br />

me dijo que, cuando se fue de Página, para él, el diario<br />

dejó de salir. Ahora, ¿cómo es su relación con Barcelona?<br />

No vi más la revista desde que me fui. Bueno, vi alguna<br />

que otra cosa que me mostraron, pero muy poco. Barcelona<br />

salió en un momento donde éramos una trinchera. Ahora,<br />

después del debate que se dio con la ley de medios y con 6,7,8<br />

hablando todos los días contra Magnetto, cambió todo.<br />

Hablar contra Clarín no era lo mismo en el 2003 que en el<br />

2012. Entre eso y que yo sentía que tenía otras cosas que me<br />

interesaba hacer y no tenían cabida en la revista, sentí que ya<br />

no me contenía más. Mas allá de que es cierto que tuvimos<br />

algunas diferencias políticas, la idea de satirizar un medio ya no<br />

me interesaba. No me interesa nada, ni Lanata ni Navarro.<br />

Los programas políticos me aburren muchísimo. Intratables lo<br />

veo alguna vez, si va Victoria (Donda).<br />

–¿Y no extraña nada del día a día en la redacción,<br />

de estar un poco más acompañado? La verdad que no.<br />

Ahora estoy muy dedicado a la música. Estoy grabando un<br />

disco con mi banda que es Conjunto Falopa y estoy tocando<br />

muchísimo con “Rafa” Varela. Además, me gusta mucho<br />

escribir en soledad.<br />

–En su web está muy organizado todo lo que hizo y lo<br />

que hace. Si bajara un marciano y tuviera que presentarse<br />

mostrándole una sola cosa de todas las que hace,<br />

¿qué le mostraría? Esa web.<br />

–Es buena la respuesta, pero imagino que de todas las<br />

cosas que hace algunas le deben generar más orgullo<br />

que otras. Lo que más orgullo me da es no tener que<br />

laburar. Eso hace que tenga que trabajar muchísimo, pero en<br />

todas cosas que me alucinan. Digo muchísimo porque todo el<br />

tiempo tengo que inventarme el laburo, pero nada de lo que<br />

hago significa un trabajo en serio para mí.<br />

–En alguna nota dijo que el hecho de haberse casado<br />

con Victoria Donda hizo que se alejara de la agenda<br />

política, ¿por qué fue así? Por ver la política desde otro<br />

lugar, perdí interés y me di cuenta de que hay dos cuestiones<br />

muy distintas, una tiene que ver con las convicciones y<br />

cómo uno lleva adelante esas convicciones y en eso tengo una<br />

coincidencia plena con Vicky. Yo estoy muy orgulloso de su<br />

laburo parlamentario y cada vez que sale a la calle, estoy en el<br />

mismo lugar que ella. Coincidimos en las cuestiones políticas<br />

a resolver. Eso es una cosa, y otra muy distinta y con la que yo<br />

no tengo nada que ver, son las alianzas electorales y las fotos.<br />

–Escribió un poema que llamó “El chongo de la diputada”.<br />

En un punto, ¿le molesta algo de la mirada de<br />

los otros? La verdad es que me río de eso. Si alguno cambió<br />

la forma de ver lo que yo hacía, es un problema del otro.<br />

Aparte, si quiere tener esa mirada sobre mí, nunca va a tener<br />

una atención sobre lo que hago. No vivo pendiente de la<br />

mirada de los otros.<br />

–En una nota que le hizo Eugenia Zicavo dijo que<br />

en una época su vida se dividía en momentos en los<br />

que tenía plata para comprar libros y otros en los que<br />

tenía tiempo para leerlos. En alguien como usted,<br />

¿qué lugar ocupa lo material? Habría que definir qué es<br />

lo material, a mí lo que me importa es vivir tranquilo. ¿Qué<br />

lujos me gusta darme? Me gusta viajar y tal vez me gustaría<br />

poder hacerlo un poco más. Pero por suerte, varias veces nos<br />

invitan, así que no es demasiado gasto. Después, cada tanto<br />

nos vamos a Santa Fe a casa de unos amigos, pero ir o no es<br />

más una cuestión de tiempo que de dinero. Después, como<br />

podés ver, me gustan los discos y los libros, no tengo mayores<br />

ambiciones económicas<br />

76<br />

77


Tema de tapa<br />

seis<br />

EL DISCURSO<br />

AMOROSO<br />

Este último mes tuve la suerte de<br />

acceder al maravilloso material de los<br />

archivos personales de varios políticos<br />

brasileños. Maravilloso, al menos, para<br />

aquellos que disfrutamos de los papeles<br />

viejos con manchas y polvo, donde se<br />

lee la historia cuando todavía es presente.<br />

Y aunque estaba bastante lejos del<br />

objetivo de mi investigación, pasé parte<br />

de mi tiempo leyendo aquellas cartas<br />

donde dejaban de ser políticos por un<br />

rato y hablaban de un desafortunado<br />

encuentro con las olas de Copacabana<br />

o de la goiabada casera con gustito a<br />

patria que mandaba en encomienda<br />

una vieja amiga bahiana. Sin ánimos de<br />

excusarme por mi poco eficiente uso<br />

del tiempo, las cartas donde las figuras<br />

políticas se corren de su rol pueden<br />

ayudarnos a entenderlos también como<br />

políticas o políticos. Quizás, la goiabada<br />

(o la bahiana) expliquen la vuelta a Brasil<br />

de un embajador o un desafortunado<br />

encuentro con el mar, un giro hacia<br />

políticas menos arriesgadas.<br />

Tal vez sea por eso, y no de “chusmas”<br />

que somos nomás (aunque sí, lo somos),<br />

que las cartas de amor de los políticos<br />

nos despiertan tanto pero tanto interés.<br />

Si, como desarrolla en sus estudios Max<br />

POR Emilia Simison*<br />

Harris, profesor del All Souls College<br />

de Oxford, la política es inevitablemente<br />

emocional y las ideas políticas implican<br />

siempre sentimientos, ¿qué mejor que<br />

sus palabras de amor para conocer a los<br />

políticos? Pensemos, por ejemplo, en qué<br />

nos dicen de Napoleón Bonaparte sus<br />

cartas a Josefina. Textos donde vemos<br />

frases como: “me despierto todo lleno de<br />

ti. Tu imagen y el placer intoxicante de<br />

anoche, no le permiten descanso a mis<br />

sentidos. Dulce e inigualable Josefina,<br />

qué extraño cómo obras en mi corazón”<br />

o “hasta entonces, miles de besos, mio<br />

dolce amor! Pero no me des ninguno de<br />

vuelta porque incendian mi sangre”, que<br />

viran con los años hacia duras acusaciones<br />

y reproches. Asimismo podemos<br />

atisbar algo de su carácter en sus cartas<br />

desde el frente donde le escribía frases<br />

como: “lejos de ti no hay alegría; lejos<br />

de ti, el mundo es un desierto donde<br />

estoy solo y no puedo abrir mi corazón<br />

(…) ¡Oh, mi esposa adorable! No sé qué<br />

me depara el destino, pero si me sigue<br />

manteniendo separado de ti, ¡será insoportable!<br />

Mi coraje no es suficiente para<br />

eso”. También la zarina Alejandra le<br />

escribía al zar Nicolás II: “de nuevo<br />

te vas solo y es con un gran peso en el<br />

corazón que me separo de ti. Ya no más<br />

besos y tiernas caricias tuyas por tanto<br />

tiempo (…) Eres mi vida misma, corazón,<br />

y cada separación me produce un<br />

infinito dolor… Adiós mi ángel, esposo<br />

de mi corazón, envidio a las flores que te<br />

acompañarán. Te sujeto con fuerza a mi<br />

pecho, beso cada dulce lugar con tierno<br />

amor…”. ¿Qué cosas podrían haber sido<br />

distintas, si no hubiesen extrañado o sido<br />

extrañados tanto?<br />

También podríamos pensar qué<br />

hubiese cambiado si la famosa Rosa<br />

Luxemburgo no hubiese extrañado<br />

tanto a su amante y luego esposo.<br />

Tanto, que escribía: “no puedo trabajar.<br />

Mi pensamiento se vuelve hacia ti<br />

constantemente. Es necesario que te<br />

escriba unas líneas. Querido mío, mi<br />

amado, en este momento no estás aquí,<br />

cerca de mí, pero toda mi alma está<br />

llena de ti, te abraza”. Y estas líneas de<br />

Rosa también nos muestran otra parte<br />

de ella, una menos conocida, una mujer<br />

con otras pasiones, además de su causa<br />

revolucionaria.<br />

Otra cara de un político más que famoso<br />

nos muestra la correspondencia entre<br />

Winston Churchill y su esposa Clementine.<br />

Hay cartas de juventud en<br />

que dice amarla con pasión, escritas en<br />

francés porque le da menos vergüenza,<br />

que nos ponen a pensar que, al fin y al<br />

cabo, hasta los mejores oradores pueden<br />

ponerse colorados. Otro intercambio<br />

bellísimo es aquel en que, luego de<br />

varios años de casados, Clementine le<br />

escribe: “Oh, querido, estoy pensando<br />

mucho en cómo enriqueciste mi vida.<br />

Te he amado mucho, pero desearía<br />

haber sido una esposa más entretenida<br />

para ti. Qué bello sería ser jóvenes de<br />

nuevo”, a lo que Churchill le responde:<br />

“En tu carta desde Madrás escribes unas<br />

líneas muy queridas para mí, sobre mí,<br />

habiendo enriquecido tu vida. No puedo<br />

decirte cuánto placer me dio, porque<br />

siempre me sentí tan abrumadoramente<br />

en deuda contigo, si es que puede<br />

haber cuentas de amor… Lo que ha<br />

sido para mí vivir todos estos años en tu<br />

corazón y compañerismo ninguna frase<br />

puede transmitirlo (…). El tiempo pasa<br />

rápido, pero ¿no es una alegría ver qué<br />

tan grande y en expansión es el tesoro<br />

que hemos conseguido juntos, pese a<br />

las tormentas y tensiones de tantos años<br />

agitados y, por momentos, trágicos y<br />

terribles?”. Al final, un romántico, ¿no?<br />

Es interesante, también, cómo algunas<br />

cartas nos sorprenden, como las<br />

de Rosa y Winston o aquella en que<br />

George Bush padre, además de firmar<br />

como “Poppy”, le dice a su futura<br />

esposa y entonces prometida Bárbara:<br />

“Te amo, preciosa, con todo mi corazón<br />

y saber que me amas significa mi vida.<br />

Qué seguido pensé en la felicidad inconmensurable<br />

que será nuestra algún<br />

día (…). Buenas noches, mi hermosa.<br />

Cada vez que te llamo hermosa estás a<br />

punto de matarme, pero tendrás que<br />

aceptarlo”. Otro romántico al final.<br />

Otras cartas, sin embargo, no nos sorprenden<br />

tanto. Si les digo, por ejemplo,<br />

que un famoso político de la época de<br />

Churchill firmaba sus cartas a su amante<br />

como “tu amigo y amante salvaje”,<br />

estoy segura que varios adivinarían que<br />

era Benito Mussolini. También, las<br />

palabras del entonces príncipe heredero<br />

Eduardo VIII a su amante casada:<br />

“te bendigo con todo mi ser, querida,<br />

amada, preciosa, pequeña Fredie<br />

Wedie, por todo tu amor divino que<br />

es todo lo que pido en este mundo y<br />

en el próximo, sea lo que sea que eso<br />

signifique”, parecen las de alguien lo<br />

suficientemente apasionado como para<br />

abdicar por amor, ¿no es cierto?<br />

Pero no solo en el hemisferio norte tenemos<br />

políticos y políticas enamorados.<br />

María Guadalupe de la Cuenca, le<br />

escribió a su esposo Mariano Moreno:<br />

“ay, Moreno, de mi corazón: No tengo<br />

vida sin vos, se fue mi alma y este cuerpo<br />

sin alma no puede vivir y si quieres que<br />

viva vente pronto o mándame llevar. No<br />

me consuela otra cosa más que cuando<br />

me acuerdo las promesas que me hiciste<br />

los últimos días, antes de la salida, de<br />

no olvidarte de mí, de tratar de volver<br />

pronto, de quererme siempre, de serme<br />

fiel, porque a la hora que empieces a<br />

querer a alguna inglesa adiós Mariquita”.<br />

La respuesta, lamentablemente, no<br />

existió, ya que Moreno no llegó a leer la<br />

carta. También pone la piel de gallina la<br />

última nota de Ladislao Gutiérrez<br />

a Camila O’ Gorman: “Camila mía:<br />

acabo de saber que mueres conmigo. Ya<br />

que no hemos podido vivir en la tierra,<br />

unidos, nos uniremos en el cielo, ante<br />

Dios. Te abraza, tu Gutiérrez”. Con un<br />

desenlace más favorable para los involucrados,<br />

son también famosas las líneas<br />

que Juan Domingo Perón le escribió<br />

a Evita desde su prisión: “Solo cuando<br />

estamos apartados de quienes amamos,<br />

sabemos cuánto les amamos. Desde que<br />

te dejé ahí, con el mayor dolor que se<br />

pueda imaginar, no he podido sosegar mi<br />

desdichado corazón. Ahora sé cuánto te<br />

amo y que no puedo vivir sin ti. Esta inmensa<br />

soledad está llena de tu presencia.<br />

Que no te pase nada o de lo contrario mi<br />

vida habrá acabado. Cuídate mucho y<br />

no te preocupes por mí, pero quiéreme<br />

mucho, porque necesito tu amor más<br />

que nunca”.<br />

Pero el podio, si, como escribía Churchill,<br />

puede haber cuentas de amor y<br />

de pasión, se lo lleva la extensa correspondencia<br />

entre los patriotas latinoa-<br />

mericanos Manuela Sáez y Simón<br />

Bolívar, publicada en forma de libro<br />

hace algunos años. Ella, por ejemplo, le<br />

escribía: “Señor mío, mi amor: No me<br />

basta decir te quiero; por eso lo escribo,<br />

por la necesidad y el apremio de mi<br />

pecho. Quiero grabarlo en las nubes,<br />

en el cielo de mi Quito, quiero; en el<br />

Pichincha es mi anhelo y en su Colombia<br />

como una antorcha, inundada de<br />

luz por nuestro amor y por la gloria.<br />

Lléveme con usted al mismo abismo,<br />

donde grito y ruego que lo quiero.<br />

Deje usted allí crecer mis besos y esos<br />

besos suyos bajo el sol de la esperanza<br />

y en silencio, como crecen las flores en<br />

esa tierra suya donde vieron nacer su<br />

hombría y sus desvelos”. También, le<br />

pedía que regresara a ella con líneas<br />

como: “conozca usted a una verdadera<br />

mujer, leal y sin reservas” o “…aquí hay<br />

todo lo que usted soñó y me dijo sobre<br />

el encuentro de Romeo y Julieta… y<br />

exuberancias de mí misma”. Líneas que<br />

surtieron el efecto deseado, sin dudas,<br />

con una respuesta que vale la pena citar<br />

in extenso: “Manuela bella, Manuela<br />

mía, hoy mismo dejo todo y voy, cual<br />

centella que traspasa el universo, a<br />

encontrarme con la más dulce y tierna<br />

mujercita que colma mis pasiones con<br />

el ansia infinita de gozarte aquí y ahora,<br />

sin que importen las distancias (…) Tú<br />

me nombras y me tienes al instante.<br />

Pues sepa usted, mi amiga, que estoy<br />

en este momento cantando la música y<br />

tarareando el sonido que tú escuchas.<br />

Pienso en tus ojos, tu cabello, en el aroma<br />

de tu cuerpo y la tersura de tu piel y<br />

empaco inmediatamente, como Marco<br />

Antonio fue hacia Cleopatra. Veo tu<br />

etérea figura ante mis ojos y escucho el<br />

murmullo que quiere escaparse de tu<br />

boca, desesperadamente, para salir a mi<br />

encuentro. Espérame, y hazlo ataviada<br />

con ese velo azul y transparente, igual<br />

que la ninfa que cautiva al argonauta”.<br />

Si la política es pasión, entonces, parece<br />

que con ellos América Latina se sacó<br />

la grande, ¿o no?<br />

*Magister en Ciencia Política (UBA-UTDT), PhD Student (MIT).<br />

78<br />

79


Entrevista<br />

diez<br />

LA<br />

REINA<br />

DEL<br />

AMOR<br />

FLORENCIA BONELLI es la reina de la<br />

literatura romántica argentina y acaba<br />

de publicar Nacida bajo el fuego de Aries<br />

(Alfaguara)<br />

POR Martina Leunda<br />

Una contadora que ama la rutina. También ama su trabajo.<br />

Se levanta temprano, arregla su casa, se despide de su marido<br />

y se va a trabajar. Vuelve a la casa y lee, porque también ama<br />

la literatura desde muy chica. Un día lee un libro, El árabe,<br />

de Edith M. Hull, y algo se altera. Florencia Bonelli volvía<br />

de trabajar y escribía todas las escenas que durante el día le<br />

desbordaban de la mente. Dormía poco.<br />

“Y después en el año 98 me di cuenta de que el oficio de contadora<br />

que tanto me gustaba ya no me estaba gustando tanto<br />

porque esto otro me llamaba a gritos, y dejé de trabajar y me<br />

dediqué de lleno a esto”. A escribir. Ahora, después de haber<br />

publicado más de quince libros, la rutina sigue intacta.<br />

–Su metodología de trabajo se parece mucho a la<br />

época en la que iba a la oficina… Exactamente, como<br />

levantarme para ir a la oficina. Me levanto a las siete de la<br />

mañana, acomodo mi casa y me pongo a trabajar. Me gusta<br />

levantarme temprano, me gusta la mañana, la frescura que<br />

me da la mañana. Además, para mí, es fundamental la rutina,<br />

las costumbres, los hábitos. Sin esa rutina siento que colapso.<br />

El ser tan insegura hace que sea muy autoexigente con mi<br />

trabajo y para eso necesito orden.<br />

–Al ser insegura, ¿cómo vive el momento previo al<br />

lanzamiento de un nuevo libro? ¿Las sensaciones son las<br />

mismas de cuando recién empezaba? Sí, es muy parecido.<br />

Aunque publique un nuevo libro después de haber publicado<br />

quince, la emoción es la misma. Y las lectoras lo reciben con<br />

esa misma emoción lo cual es lindísimo. Nos retroalimentamos<br />

entre todas. Por un lado siento mucha alegría porque estoy<br />

deseosa de compartir una nueva historia con mis lectoras y mis<br />

lectores pero también tengo un poco de miedo, de no saber si<br />

les va a gustar o no. Las sensaciones normales.<br />

–Y una vez que se publica y confirma que tiene éxito,<br />

¿cuál es la sensación? Es una linda sensación. Es como poner<br />

un tilde a algo que hiciste y lo hiciste bien. Igualmente se<br />

engancha con lo que te decía antes porque vivo un momento<br />

de alegría profunda que es cuando empiezan a llegar los<br />

81


primeros comentarios de<br />

las lectoras, los primeros<br />

mails, les paso un poco<br />

la pelota a ellas y ellas<br />

empiezan a vivir la emoción,<br />

pero yo ya estoy<br />

pensando en la próxima<br />

novela, en qué voy a<br />

escribir y ya de nuevo<br />

caigo en esa sensación de<br />

si voy a poder o no. Pero<br />

sí, hay un momento muy<br />

lindo que son los primeros<br />

meses del lanzamiento<br />

de un libro que es cuando<br />

me doy ese recreo para<br />

disfrutar con ellas de los<br />

comentarios y las preguntas<br />

que me hacen.<br />

–Tiene una relación muy estrecha con el público de<br />

sus novelas, con sus lectoras. Sí, es muy estrecha. Creo<br />

que tiene que ver con que yo me describo como una lectora<br />

que escribe, no como escritora, entonces me siento una más.<br />

Cuando voy a Buenos Aires me la paso de té en té con ellas<br />

y me siento una más: hablamos de mis libros como si yo no<br />

los hubiera escrito. Además hablamos como si los personajes<br />

existieran. Por eso creo que nos juntamos, porque nos sentimos<br />

libres de hablar sin que nadie nos juzgue. Y la relación es<br />

esa, la de sentirme una más. Con algunas hemos construido<br />

grandes amistades y la verdad es que las quiero, las quiero<br />

mucho porque les debo todo.<br />

–¿Cuál es el punto de partida para empezar una nueva<br />

historia de amor? Eso es difícil de responder porque el<br />

proceso creativo es sobre todo caos, anarquía, lo cual es una<br />

sensación que siendo una mujer muy rutinaria me pone bastante<br />

nerviosa, aunque ya aprendí a dejarme llevar, pero nunca<br />

sabés de dónde va a surgir la inspiración para una novela.<br />

Con Caballo de fuego por ejemplo, me pasó que yo estaba<br />

viviendo en Italia y veía una telenovela que se llamaba Vivere<br />

y uno de los protagonistas era un médico que se va a África<br />

con Médicos sin Fronteras, y yo no sabía qué era Médicos sin<br />

Fronteras entonces empecé a investigar y como me encantó<br />

me dije que algún día iba a crear un personaje así pero no me<br />

preguntes por qué, a pesar de que en la telenovela el médico<br />

era hombre, yo quería que en mi novela fuese mujer y como<br />

me gusta crear opuestos y conflictos entre los protagonistas,<br />

el hombre de la novela iba a ser soldado mercenario. Y así<br />

nacieron los personajes para Caballo de fuego. También me<br />

pasa porque soy una persona curiosa y me gusta investigar,<br />

otra persona sigue viendo la telenovela y ni se pregunta por<br />

las cosas que no conoce. Yo tengo un radar encendido todo el<br />

tiempo porque nunca sabés de dónde va a venir el disparador.<br />

–Una vez que surge la idea, ¿cómo es la construcción<br />

de esos personajes tan característicos de la novela<br />

romántica? Leyendo literatura romántica yo aprendí la<br />

importancia de la descripción física de los personajes, además<br />

de crearles la personalidad y la parte psicológica, porque eso<br />

hace a la sensualidad del libro. ¿Por qué? Porque si estás<br />

hablando de amor de pareja la cuestión física es fundamental.<br />

En un amigo no te importa el físico, pero si la cuestión pasa<br />

por un amor de pareja la cuestión física pasa a formar parte.<br />

Y para mí eso es fundamental, de hecho yo trabajo con las fotos<br />

que me inspiran. En este momento tengo las fotos de los<br />

personajes que estoy creando ahora que son para la novela de<br />

La Diana, que es un personaje secundario de Caballo de fuego,<br />

y tengo la foto de ella y la foto de él, y en los momentos<br />

de pausa los miro. No sé por qué son ellos pero de repente<br />

un día los veo en una revista, en una película y me doy cuenta.<br />

Pero no los voy a buscar, aparecen. Así que físicamente los<br />

tengo presentes. Es importante la descripción física porque<br />

el lector quiere hacerse a la idea de cómo es el personaje,<br />

y después sí, todo el desarrollo psicológico que hace que se<br />

sustente el personaje, que sea interesante.<br />

–Una de las características del género romántico es la<br />

mezcla entre ficción y contexto histórico que puede ser<br />

pasado o actual. Al haber situado historias en ambos<br />

escenarios, ¿qué diferencias encuentra a la hora de<br />

trabajarlas? Como siempre y fiel a mi inseguridad, no sabía<br />

si iba a poder escribir algo contemporáneo porque la novela<br />

más actual que había escrito estaba ambientada en el año 60,<br />

época en la que yo ni había nacido. La primera novela contemporánea<br />

que escribo es Caballo de fuego. Primero había<br />

que cambiar el tono porque es muy distinto cómo hablaban<br />

las personas en el siglo XIX o XVIII a cómo hablan ahora.<br />

Cambiar eso ya era un desafío, y el otro desafío era el tema de<br />

la tecnología, yo soy muy anti-tecnológica y Caballo de fuego,<br />

sobre todo, tenía mucho uso de la tecnología, desde el uso de<br />

un celular que yo no tengo hasta las armas más sofisticadas así<br />

que tenía que hacer toda una investigación no solamente del<br />

contexto histórico con el cual armé la trama que es el conflicto<br />

palestino-israelí y el conflicto en el Congo por el coltán, sino<br />

también tenía que aprender sobre tecnología, cómo se usaba<br />

una cosa, cómo se usaba la otra, y ya el desafío era triple prácticamente,<br />

pero bueno, me fascinó escribir esa novela, por eso<br />

ahora estoy escribiendo una especie de continuación.<br />

–Y después vino la serie Nacidas, dentro de la cual se<br />

acaba de publicar Nacida bajo el fuego de Aries (Alfaguara,<br />

2017), que no solo se desarrolla en la actualidad<br />

sino que se mete en el mundo adolescente, complejo<br />

de por sí. Totalmente. Cuando decidí escribir la serie Nacidas,<br />

que si bien yo la escribí con personajes adolescentes, la<br />

idea era que la leyeran grandes y chicos, o sea adolescentes<br />

y adultos, tenía que saber cómo hablaban esos adolescentes.<br />

Porque yo ya tenía 40 años cuando me puse a escribir esta<br />

serie y no tenía idea cómo hablaban. Para eso me sirvieron<br />

mucho mis lectoras adolescentes que me armaban glosarios.<br />

Y yo no tenía idea qué significaban la mayoría de esas palabras.<br />

Ese fue el desafío, ver cómo hablaban, qué costumbres<br />

tenían que son muy distintas a las nuestras. Quería hacerlo<br />

lo más realista posible para que los lectores se identificasen.<br />

Así que salir de la histórica y pasar a la contemporánea fue<br />

un desafío enorme. Pensé que no me iba a gustar escribir<br />

contemporánea pero me encantó, tanto como escribir histórica.<br />

O sea al final lo que a mí me gusta es escribir historias de<br />

amor, sean de la época que sean, ya me di cuenta.<br />

–¿Siente que hay que tener un cuidado especial a la<br />

hora de tratar temas actuales? Como por ejemplo el<br />

abuso sexual en Nacida bajo el fuego de Aries… Sí, en<br />

esta novela se habla bastante del abuso pero más todavía en<br />

la que estoy escribiendo ahora. Por sobre todas las cosas trato<br />

de ser extremadamente respetuosa con las personas que sufrieron<br />

un ataque así, respetuosa de su dolor, de la vulnerabilidad<br />

que sienten, del asco que sienten. Porque como mujer<br />

no creo que haya una cosa más espantosa que esa. Traté de<br />

ponerme en su lugar sin, gracias a Dios, haber sufrido nunca<br />

una violencia de ese tipo, traté de ser empática y de sentir<br />

como mujer. Después de haber leído muchos testimonios<br />

de mujeres que han sido violadas noté que ese dolor está<br />

siempre adentro tuyo, te podés olvidar por momentos, pero<br />

siempre vuelve porque significa la violación de tu intimidad y<br />

de tu ser como mujer, y eso quise transmitir.<br />

–Y además está la otra parte del contacto físico entre<br />

dos personas que es la sexualidad que experimentan<br />

dos amantes. Sí, como una sexualidad sanadora, esa<br />

sexualidad que es vida y alegría. Para mí el sexo entre dos<br />

personas que se aman, sean del sexo que sean, es alegría, es<br />

algo muy sano. A mí me gusta contarles esto a los adolescentes<br />

porque uno está muy curioso a esa edad y quiero que<br />

tengan una aproximación desde lo lindo, no desde lo sórdido.<br />

Porque vivimos muchos siglos en los cuales se nos dijo que<br />

era pecado, que estaba mal, y todas esas cosas ridículas que<br />

fueron quitándole la alegría a la sexualidad. Cuando se vive<br />

de manera responsable, porque no nos olvidemos que es<br />

para reproducirnos y no hace falta reproducirse irresponsablemente<br />

porque ya hay demasiada gente en el mundo.<br />

Pero el sexo es como el broche de oro del amor de pareja, la<br />

cereza del postre, porque si vos estás muy enamorado de una<br />

persona, aunque tengas 40 años, lo vas a vivir con la misma<br />

alegría. Pero cuando sos adolescente estás descubriendo y<br />

experimentando un montón de cosas y es lindo saber que<br />

contás con esa libertad para experimentar, si los dos están<br />

de acuerdo y a los dos les gusta se puede experimentar en el<br />

respeto. Y así como digo que me gustaría que todo el mundo<br />

leyese para que todo el mundo sea feliz, me gustaría también<br />

que todo el mundo tenga esta tranquilidad frente al sexo.<br />

Hay personas que han recibido una educación muy represora<br />

donde todo estaba mal, donde todo sexo era malo. El sexo te<br />

va profundizando la intimidad, la confianza, el otro pasa a ser<br />

parte tuya y vos parte de él, física y emocionalmente<br />

82


Entrevista<br />

nueve<br />

La gran dama<br />

Muchos la consideran una escritora “tardía” porque publicó su primera novela a los 58 años.<br />

Pero CRISTINA BAJO supo resarcirse: lleva publicados quince libros y hoy es considerada<br />

la Gran Dama de la novela histórica<br />

POR María Fernanda Guillot<br />

© David Juarez<br />

De día, madre y ama de casa. De noche, narradora furibunda.<br />

Los primeros libros de Cristina Bajo nacieron en<br />

horas robadas al sueño. Ama de letras, la novelista cordobesa<br />

publicó por primera vez a los 58 años.<br />

–¿Cómo se las ingeniaba para hacer las tareas del hogar,<br />

cuidar a sus dos hijos y escribir? También trabajaba como<br />

oficinista en una escuela industrial de la ciudad de Córdoba<br />

y pasaba a máquina tesis de universitarias amigas, además de<br />

tejer o coser mi ropa. Cuando nació mi primer hijo, al dormirse,<br />

me quedaba levantada, leyendo o escribiendo. Era una necesidad,<br />

un impulso que se imponía al cansancio. Una vez que<br />

mis hijos crecieron, pude dedicarle cuatro o cinco horas a la escritura.<br />

En la actualidad son unas ocho, igual que si cumpliera<br />

horario de oficina. Lo tomo como un trabajo. Es una disciplina,<br />

pero también una necesidad intelectual y emotiva. Si salgo de<br />

viaje, llevo cuadernos o libretas (aún no tengo una computadora<br />

de mano), lapiceras y biromes. Me gusta tomar apuntes de<br />

lo que veo o siento. Escribo desde que era adolescente.<br />

–¿Qué opinaba su familia de su pasión por la escritura?<br />

Mis padres siempre me animaron. Mamá me ponía nerviosa,<br />

porque cuando llegaba alguna amistad nueva a casa, presentaba<br />

a sus hijos (éramos seis): “Este será arquitecto; este,<br />

ingeniero; y Cristina, novelista”. Durante años temí desilusionarla.<br />

Cuando mi papá se enteró de que yo quería escribir<br />

una novela histórica, me regaló su biblioteca de historia<br />

argentina. Mi hermano Eduardo me compró las novelas de<br />

Manuel Gálvez sobre la época de Rosas, que hice encuadernar<br />

y todavía conservo.<br />

–¿Le mostraba a alguien lo que escribía? Pasaron años<br />

hasta que Rosalba Campra, una amiga de letras, me leyó.<br />

Ella me dio algunos consejos y me dijo que escribía muy<br />

bien. Eso me alentó, porque yo admiraba su escritura. La<br />

respuesta de otros amigos era: “Detesto las novelas históricas”.<br />

Por supuesto que, en cuanto edité, vinieron a pedirme<br />

un ejemplar, en nombre de tan larga amistad. Me negué,<br />

aclarándoles que habían tenido su oportunidad y no la habían<br />

aprovechado.<br />

–¿Qué la decidió a publicar? Yo estaba en un mal momento<br />

de mi vida, incluso me habían internado por problemas<br />

cardíacos. Unos amigos que me habían visto cargar la máquina<br />

de escribir por toda la casa, quisieron darme una alegría.<br />

Pasó algo muy hermoso: algunas personas importantes de<br />

la cultura de Córdoba leyeron mi novela, pensaron que era<br />

buena y los ayudaron a editarla.<br />

¿Qué siente un escritor cuando tiene su primer libro impreso<br />

entre las manos? Cristina Bajo lo supo en 1995, cuando recibió<br />

un ejemplar de Como vivido cien veces, la primera novela<br />

que publicó. “Es algo maravilloso, mágico”, sintetiza.<br />

Pasaron quince libros y un par de antologías desde aquel<br />

momento. “Aquella emoción es muy semejante a la que sentí<br />

hace poco, al ver Esa lejana barbarie, mi última novela. A pesar<br />

de los libros que tengo editados, me sigo deslumbrando.<br />

Me encantan las tapas que elijo, con cuadros de mis pintores<br />

preferidos. El día que me llega, lo vuelvo a leer y lo dejo en la<br />

mesita de luz”, cuenta.<br />

–¿Qué la decidió a hacer de la literatura su “quehacer”<br />

principal? Cuando salieron las primeras ediciones yo estaba<br />

sin trabajo. Me ganaba la vida leyendo el tarot, tejiendo para<br />

amigas que tenían boutiques, cocinando viandas y haciendo<br />

tapices infantiles. También vendía maderas, libros y cosmética.<br />

Vivir de lo que escribo, de mis cursos y de mis conferencias,<br />

se fue dando naturalmente, hasta hoy, 22 años después.<br />

–¿Cuándo se sintió una escritora “de verdad”: cuando<br />

su primera novela agotó cinco ediciones, cuando le empezaron<br />

a llegar ofertas de editoriales de Buenos Aires,<br />

al ser premiada, o fue un proceso interno? Nada de eso:<br />

sucedió a través de los años. Estoy feliz de haber editado. Con<br />

sinceridad, nunca creí que iba a lograrlo, los pronósticos eran<br />

negativos. Pero me siento escritora desde que vi que podía<br />

armar y sostener mis historias.Cuando salió en Córdoba Como<br />

vivido cien veces, tenía comenzados muchos de los libros que<br />

se editaron después, como El jardín de los venenos, o los cuentos<br />

gótico–coloniales de Tú, que te escondes. Si por casualidad<br />

o destino no hubiera conseguido editar, nada hubiera cambiado:<br />

simplemente seguiría escribiendo. El resto, los premios, el<br />

éxito, las traducciones a otros idiomas y los estudios internacionales<br />

–que son varios– me llegaron “por añadidura”.<br />

–¿Qué es lo más importante que aprendió en estos años?<br />

Que cada libro que escribo –sea de cocina, de leyendas, de<br />

recuerdos o novelas– debe ser mejor que el anterior. Aprendí a<br />

escuchar la opinión de otros, de aquellos a los que acudo ante<br />

una duda, pero también, a confiar en mi instinto, que es más<br />

de lectora que de escritora. Y, sobre todo, aprendí que no debo<br />

dormirme sobre los laureles: hay que ganarlos día a día.<br />

–¿Sigue dando clases gratuitas en centros culturales?<br />

Sí, me hace mucho bien. Me ayuda a transmitir cultura y me<br />

mantiene la mente ágil, investigando, sin contar que el afecto<br />

de mis alumnos es un tónico.<br />

–Usted se esfuerza por difundir la literatura, más allá<br />

de su obra. ¿Por qué lo hace? Porque la lectura obra milagros<br />

en la mente, en los sentimientos, en la manera de descifrar<br />

el mundo. Nos distrae de la congoja y de las pérdidas.<br />

Leer –especialmente narrativa– libera la mente de telarañas,<br />

ayuda a soportar ausencias, a aceptar lo irremediable y a vivir<br />

muchas vidas.<br />

–A esta altura de la vida, ¿qué cosas le resultan indispensables?<br />

El afecto de los míos, de mis amigos, de la gente<br />

que me rodea. Mi casa, a la que amo, con mis animales, mis<br />

plantas y mi biblioteca. La independencia que todavía conservo,<br />

las ganas de hacer cosas, el seguir soñando con volver<br />

a vivir en las sierras. También, la imaginación que no cesa y<br />

creer que la vida tiene algo de mágico.<br />

Soy muy feliz. Creo que he llevado una vida privilegiada,<br />

por los padres y la infancia que tuve, por el afecto familiar<br />

que continúa. La vida me dio dolores y pérdidas en medidas<br />

aceptables. Por supuesto, haber editado y ser reconocida no<br />

es un ítem menor<br />

84<br />

85


RECOMENDADOS<br />

POR MÓNICA TRACEY<br />

RECOMENDADOS INFANTILES / JUVENILES<br />

POR MARÍA FERNANDA GUILLOT<br />

«EL MUDO» Y OTROS TEXTOS<br />

Carson McCullers<br />

Seix Barral<br />

Para quienes se enamoraron de El corazón<br />

es un cazador solitario, este libro es la llave<br />

para conocer cómo se fue gestando esa novela<br />

inolvidable, que antes de su publicación<br />

se llamaba “El mudo”, en las anotaciones<br />

de la jovencísima y aún inédita escritora.<br />

Los otros textos son siete ensayos sobre los<br />

tempranos descubrimientos literarios de<br />

McCullers como lectora, y el de su propia<br />

vocación. La otra excelente noticia es que<br />

este libro es uno de los siete que publicará<br />

la editorial en una colección conmemorativa<br />

al cumplirse 100 años del nacimiento y 50<br />

de la muerte de la autora.<br />

ADENTRO TAMPOCO HAY LUZ<br />

Leila Sucari<br />

Tusquets<br />

Frases cortas para describir esa inmediatez<br />

de los sentidos, descubriendo un mundo<br />

para hacerlo propio en los resquicios de ese<br />

universo nuevo al que llega una chica poco<br />

antes de la adolescencia cuando la madre la<br />

manda al campo con su abuela y su prima.<br />

Allí todo es desolación, desamparo, salvo el<br />

fabuloso encuentro de esos ojos bien abiertos<br />

y decididos con lo que no está marcado.<br />

Preciosa iniciación de una escritora en esta<br />

primera novela que es también de iniciación,<br />

de abrir caminos luminosos en lo más<br />

inhóspito.<br />

UN HOMBRE BUENO<br />

María Fasce<br />

Edhasa<br />

El deseo que cristaliza en sueños, el amor<br />

que huye, del que se huye, pasos de un<br />

policial sin suspenso, sin misterio, soledad,<br />

desencuentro, pequeños guiños amorosos,<br />

una emoción recatada son los elementos de<br />

estos catorce cuentos con que la escritora<br />

argentina que reside desde hace quince años<br />

en España obtuvo el Premio Iberoamericano<br />

de Relatos Cortes de Cádiz. Una escritura<br />

sobria que no encandila, que deja correr la<br />

historia, que se detiene con sutileza en los<br />

detalles que construyen a los personajes y<br />

arman el relato.<br />

100 CUENTOS PARA LEER ANTES DE DORMIR<br />

Patricia Suárez<br />

Colección 100 cuentos Editorial Sigmar<br />

Un Flautista de Hamelin que, celular en<br />

mano, recluta lauchas y ratones al son de “El<br />

baile del caballo”. Cuando Pinocho se obstina<br />

en ser un pato. Lo que los siete enanos<br />

realmente sienten por Blancanieves. Un Hércules<br />

cansado de que abusen de su fuerza.<br />

Cuando la fantasía juega con lo fantástico,<br />

surgen relatos que enhebran sonrisas y<br />

guiños cómplices. Los cien cuentos breves de<br />

Patricia Suárez son ideales para ser leídos<br />

en voz alta a los niños. Como no cierran con<br />

un “colorín, colorado”, se convierten en un<br />

desafío para la imaginación ya que permiten<br />

sumar nuevas aventuras.<br />

TÚ & YO, AQUÍ, AHORA<br />

Jay Asher, Carolyn Mackler<br />

Nube de Tinta<br />

1995. Josh intenta besar a Emma y eso<br />

genera cierto distanciamiento entre los<br />

amigos. Un tiempo después, él le regala a<br />

ella un CD que permite acceder a Internet.<br />

Cuando Emma lo instala en su PC, se abre<br />

una ventana de “algo” denominado Facebook,<br />

donde se ven fotos y comentarios de<br />

una chica de 30 años (el doble de su edad)<br />

que se llama igual que ella. Emma cree que<br />

es una broma de Josh. Pero los dos descubren<br />

que se trata de algo más serio: el futuro<br />

de ambos. Y, de alguna manera, eso termina<br />

por modificar su presente.<br />

EL PEQUEÑO PEZ BLANCO<br />

Guido van Genechten<br />

V & R Editoras<br />

En el fondo del mar, el pequeño pez blanco<br />

llora porque no encuentra a su mamá<br />

y decide salir a buscarla. En ese recorrido<br />

conoce a otros personajes. La historia es<br />

la excusa para que los niños aprendan los<br />

colores en español y en inglés (se trata de<br />

una edición bilingüe).<br />

El autor, Guido van Genechten, es un<br />

belga que se dedica a escribir e ilustrar<br />

libros infantiles. Los protagonistas de sus<br />

relatos suelen ser animales que enfrentan<br />

imprevistos y, mientras lo hacen, enseñan<br />

algo valioso a sus lectores.<br />

EL CRIMEN PERFECTO<br />

Álvaro Abós<br />

Alfaguara<br />

Con su ojo conocedor de la historia del cuento<br />

policial argentino, Abós rinde homenaje a un<br />

grupo de escritores y sobre todo a los lectores<br />

trayéndoles perlas y curiosidades de esta<br />

tradición que, tal vez por nutrida, va dejando<br />

algunos en el camino. Así les acerca a un<br />

gran escritor que murió muy joven, Germán<br />

Rozenmacher, de quien incluye el cuento<br />

“El misterioso señor Q”. Antes de que David<br />

Viñas fuera Viñas, publicó en el año 53 algunos<br />

cuentos bajo el seudónimo de Pedro Pago.<br />

De aquellos textos, trae “Chicho Grande”. En<br />

la acotada selección de estos trece cuentos<br />

está también “Las hamacas voladoras”, de un<br />

jovencísimo Miguel Briante.<br />

EL ESPEJO DE LA HISTORIA<br />

Tulio Halperín Donghi<br />

Siglo Veintiuno Editores<br />

En este conjunto de ensayos escritos entre<br />

1976 y 1986, el historiador argentino, fallecido<br />

en 2014, luego de una larga vida pensando<br />

principalmente la historia de nuestro país,<br />

presentaba los frutos de una investigación enfocada<br />

en los fenómenos políticos y culturales,<br />

las dictaduras y el terrorismo de Estado que<br />

se dio casi en simultáneo en distintos países<br />

de América Latina. La evidencia del trabajo<br />

lleva a pensar la Argentina como parte de ese<br />

destino conjunto y no como una excepcionalidad.<br />

La mirada del historiador se interna en<br />

la relación entre literatura, ciencias sociales y<br />

política, e investiga también la forma en que<br />

fue pensada la inmigración en nuestro país.<br />

GRANDES CARTAS DE AMOR<br />

El Ateneo<br />

Reinas y reyes, escritoras y escritores, músicos,<br />

políticos y pensadores son los autores<br />

de estas cartas que, además de traernos<br />

deliciosas sorpresas del mundo íntimo de<br />

algunos de estos personajes, nos sumergen<br />

en la nostalgia de esos tiempos en que la<br />

espera era parte del amor, tiempos definitivamente<br />

ausentes en la inmediatez del<br />

Whatsapp. “Tú has sido para mi iniciación<br />

como hombre adulto lo que la idea de<br />

la Santísima Virgen María fue para mi<br />

infancia”, escribe James Joyce a su mujer,<br />

Nora Barnacle, de madrugada, urgido<br />

por salir corriendo al correo para que ella<br />

no se quede sin su carta diaria.<br />

TEXTROVERT<br />

Lindsey Summers<br />

Roca libros<br />

Todo comienza con una confusión. Keeley<br />

olvida su celular y, cuando vuelve a buscarlo,<br />

se lleva uno que no es suyo. Esto lo descubre<br />

cuando, al rato, recibe el mensaje de Talon,<br />

el dueño del teléfono que ella tiene en su<br />

mano. Como él estará fuera de la ciudad por<br />

una semana, acuerdan pasarse los mensajes<br />

que reciban hasta su regreso. Por supuesto:<br />

terminan por engancharse. Pero él esconde<br />

un secreto. Textrovert se publicó originalmente<br />

en Wattpad, una aplicación que permite<br />

leer libros inéditos, y tuvo 83 millones<br />

de descargas. El salto al papel fue inevitable.<br />

La novela apuesta a convertirse en uno de los<br />

bestsellers de romántica juvenil del año.<br />

UN PLANETA LEJANO LLAMADO TIERRA<br />

Cecilia Blanco y Luis Pavesio<br />

Ilustraciones De J. J. Rovella | Uranito<br />

¿Cuál es la mejor manera de enseñar los<br />

peligros que acechan al planeta y cómo<br />

cuidarlo? Eso fue lo que se plantearon los<br />

periodistas Cecilia Blanco y Luis<br />

Pavesio. Su respuesta es un libro que lo<br />

explica de manera muy simple y amena.<br />

El extraterrestre Wiiza es enviado a explorar<br />

la Tierra y conoce la situación de los animales,<br />

el agua, el clima, la energía y los bosques.<br />

Hay alertas y advertencias. También<br />

recomendaciones sencillas parea cuidar el<br />

medioambiente y, en definitiva, la vida.<br />

El prólogo del libro fue escrito por Jane<br />

Goodall, mensajera de Paz de la ONU<br />

y defensora de la naturaleza.<br />

¿EN DÓNDE VIVEN?<br />

Sergio de Régules, Ilustrado por Estelí Meza<br />

Fondo de Cultura Económica<br />

Las personas vivimos en departamentos o<br />

casas. El perro, en la cucha. Y el gato, en<br />

cualquier rincón abrigado o espacio mullido.<br />

Pero, ¿en dónde viven los animales que<br />

no son domésticos?<br />

Las páginas del libro contienen solapas y, al<br />

desplegarlas, se descubre en su interior el<br />

hogar de distintas especies animales: insectos,<br />

cetáceos, aves, peces y roedores.<br />

Es una lectura-juego que incentiva la<br />

curiosidad de los más chicos por el mundo<br />

que los rodea.<br />

86 87


Entrevista<br />

doce<br />

Astérix: Un clásico<br />

imperecedero<br />

Invitado por el festival Comicópolis, que se celebró a principios de septiembre, JEAN-YVES FERRI, el guionista<br />

encargado de “calzarse el manto de GOSCINNY”, para continuar con Astérix, conversó con Quid acerca de esa<br />

institución de la bande dessinée francesa. Su presencia en Buenos Aires completó un círculo comenzado por el<br />

autor original de la serie: el padre de Astérix pasó su infancia y adolescencia en nuestro país, años antes de crear<br />

junto a su compatriota, el dibujante ALBERT UDERZO, una de las historietas más populares de todos los tiempos<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

–Hace varios años, se hizo cargo de guionar Astérix,<br />

una institución nacional en Francia y en el mundo.<br />

Sabía que su trabajo iba a ser juzgado con mucha<br />

exigencia ¿Temía que el cielo cayera sobre su cabeza?<br />

Es real que la crítica no puede ser tierna con alguien que<br />

viene a cubrir el papel de Goscinny, un mito del humor. Ya es<br />

milagroso que me toleren. La crítica más exacta es la que me<br />

encuentra aún un poco borroneado detrás del modelo... pero<br />

creo que, si hubiera cambiado todo lo escrito antes de mí, las<br />

críticas hubieran sido peores. Lo más molesto para mí es la<br />

pesadez de los grandes medios de comunicación, que suelen<br />

ser superficiales y hablan solo de la herencia y el número de<br />

ejemplares, sin profundizar en nada.<br />

–¿Le costó meterse en el universo de René Goscinny y<br />

Albert Uderzo, o fue algo que se dio naturalmente? No<br />

era natural para mí porque vengo de un formato diferente<br />

de historias. Es necesariamente una misión especial. Confío<br />

primero en los códigos y en todo lo que precede a la narrativa.<br />

Creo que serán necesarios varios álbumes para sentir más<br />

comodidad y llegar a aprehender una nueva forma de contar.<br />

Por supuesto, haciendo cambiar la atmósfera de la serie nos<br />

arriesgamos a que el lector no reconozca aquello que le gusta.<br />

–¿Cómo es su relación con Didier Conrad, dibujante<br />

actual de la serie y con Uderzo, creador de los diseños<br />

originales? Hay que abandonar la idea de que Uderzo nos<br />

controla. Este no es el caso, en absoluto. Hizo comentarios<br />

sobre el primer álbum y nos dio carta blanca para el resto,<br />

después de haber constatado que estábamos atentos a no<br />

sabotear la serie. Y eso va bien con Conrad, que hizo el<br />

máximo esfuerzo para pegarse al estilo de Uderzo.<br />

–Hay una paradoja en el hecho de que uno de los<br />

personajes más representativos de Francia haya sido<br />

creado por un autor de ascendencia polaca (que casualmente<br />

se crió en Argentina) y otro de ascendencia<br />

italiana como Uderzo, en tanto usted nació en Argelia.<br />

¿Le parece que eso se refleja de algún modo en la<br />

serie o tiene que ver con alguna característica particular<br />

del “ser francés”? Lo cierto es que, cuando naciste en<br />

el extranjero (en mi caso, una colonia francesa por entonces),<br />

guardas una mirada particular sobre el país donde vives, una<br />

especie de desfasaje, cierta mirada retrospectiva... eso favorece<br />

el humor. Dicho esto, Goscinny es calificado como de ser<br />

muy francés, mientras que veo en él una gran influencia del<br />

humor anglosajón (excepto por el juego de palabras, que, sí,<br />

resulta muy francés). Y Uderzo viene de Disney.<br />

–¿Teme que el haberse hecho cargo de la serie pueda<br />

eclipsar sus otros trabajos como historietista? En el sentido<br />

de que Astérix me toma tiempo, ciertamente. Si hablamos<br />

de popularidad, está fuera de competencia. Pero no creo<br />

que su popularidad desaliente a un lector a meterse en uno<br />

de mis álbumes personales. Son categorías diferentes.<br />

–¿Cuáles son las fuentes en las que abreva su humor<br />

y su manera de contar? Curiosamente, son generalmente<br />

pequeñas cosas, estados de ánimo. De ahí, mi problema en<br />

Astérix, que debe ser muy consensuado y obvio, e incluir<br />

una buena dosis de acciones narradas en primer grado, bien<br />

concretas y demostrativas.<br />

–Usted trabajó con el misterioso dibujante Manu Larcenet<br />

¿Hay algo que quiera contar de esa colaboración?<br />

Manu Larcenet no es misterioso. Siempre nos hemos llevado<br />

bien. Y lo veo especialmente como un gran profesional y un<br />

adicto al trabajo. El retorno a la tierra es una serie importante<br />

para ambos. Escribí cada tira, así que no es una biografía como<br />

dijimos. Todo es imaginario y se basa más en mi propia experiencia<br />

sobre el campo. Pero para Larcenet fue la oportunidad<br />

de dibujar un divertido doble de sí mismo.<br />

–Algunos de los libros que usted hizo con él fueron<br />

publicados por su editorial, Les Rêveurs, que también<br />

edita en Francia a autores argentinos como Carlos y<br />

Lucas Nine, Pedro Mairal, Jorge González… ¿Conoce<br />

algo de la historieta argentina? Les Rêveurs es una asociación.<br />

Hay que mencionar especialmente al jefe, Nicolas<br />

Lebedel, que se encarga del asunto y hace un muy buen<br />

trabajo. En efecto, han hecho conocer a ciertos autores<br />

argentinos como los que mencionás. Conozco también algunos<br />

otros clásicos: Quino, Breccia, Sampayo...<br />

–Otra de sus obras es el maravilloso De Gaulle à la<br />

plage en la que el humor se tiñe con algo de la melancolía<br />

por un pasado perdido. ¿Le parece que esa<br />

relación entre pasado y presente podría ser una de las<br />

constantes de su trabajo? Sí, exactamente. Mi constante<br />

es un juego con la así llamada “historieta clásica”. De Gaulle<br />

à la plage juega con los viejos códigos de los comic strips<br />

(tiras cómicas), como un montón de cosas que he hecho,<br />

que tienen una fragancia más propia de la vieja historieta.<br />

Pero trabajar en Astérix es diferente porque es el clásico “de<br />

verdad”. Un ejercicio muy bueno que requiere volver a los<br />

mecanismos profundos del género.<br />

–El próximo Astérix transcurrirá en Italia, ¿Hay algo<br />

que pueda adelantarnos? Sí: Astérix se va a rizar el<br />

bigote. (Risas)<br />

–No se burle de mí… Está bien,<br />

me dejo de bromear, pero entonces<br />

quedo en silencio. De hecho,<br />

como para un James Bond, las<br />

instrucciones son estrictas: no<br />

puedo decir nada sobre el álbum<br />

antes de su lanzamiento<br />

en estos<br />

días. ¡Solo hace<br />

falta un poco de<br />

paciencia!<br />

89


Tema de tapa<br />

seis<br />

ROBERT MAPPLETHORPE:<br />

BELLEZA Y PORNOGRAFÍA<br />

“Quiero ser una historia contada a la hora de dormir en el<br />

mundo entero”, le dijo Robert Mapplethorpe al editor de<br />

la revista gay Drummer que en ese entonces era su amante,<br />

amigo y confesor. Poco tiempo atrás ese magnético niño de<br />

ojos azules había entrado en su oficina en San Francisco con<br />

su portfolio de fotógrafo pornográfico bajo el brazo. En esa<br />

frase se refleja la ambición en la que ardía y se impulsaba<br />

cada vez más alto. Era la nafta que lo tuvo trabajando sin<br />

POR Agustina Zabaljáuregui<br />

parar, desde la habitación que compartía con Patti Smith<br />

en el Chelsea hasta que no pudo levantarse más de la cama<br />

de su penthouse en la zona más cara de Nueva York.<br />

Ni la fotografía ni la sexualidad eran parte de su vida cuando<br />

estudiaba arte en Pratt. Primero llegó Patti Smith. En ella,<br />

Mapplethorpe encontró un alma gemela que creía en él y en<br />

su trabajo y viceversa. Se mantenían entre ellos y creaban sin<br />

descanso. Tanto la fotografía como su identidad sexual fueron<br />

caminos que recorrió simultáneamente, primero a tientas y<br />

después seguro como una flecha. La búsqueda comenzó como<br />

una necesidad artística, primero hizo esculturas con objetos de<br />

la cultura sadomasoquista. Tiempo después empezó a hacer<br />

collages con fotos de revistas de pornografía gay. Componía<br />

las imágenes y las intervenía de tal manera que adquirían una<br />

belleza que era imposible de imaginar al ver la foto original,<br />

generando así un exquisito equilibrio entre belleza y pornografía.<br />

Las revistas no eran baratas y él no tenía un centavo,<br />

muchas veces las robaba o ahorraba moneda a moneda para<br />

comprarlas. Así se le atravesó la fotografía en el camino, como<br />

una solución para adquirir las imágenes con las que quería<br />

trabajar. Empezó sacando polaroids y utilizándose a sí mismo<br />

como modelo. Pronto comenzó a buscar otros posantes en<br />

antros sadomasoquistas y homosexuales. Robert descubrió su<br />

propia identidad sexual a través de su obra. Así lo dijo claramente:<br />

“El punto de ser un artista es aprender sobre ti mismo.<br />

Pienso que esa es la parte más importante. Las fotografías son<br />

tan importantes como la vida que uno está llevando”. Robert y<br />

Patti vieron pronto el fin de su relación amorosa pero continuaron<br />

siendo almas gemelas el resto de sus vidas.<br />

Mineshaft, una disco sado gay, era el lugar que lo proveía de<br />

amantes, modelos e inspiración. Su fotografía y su sexualidad<br />

estaban tan conectadas que por momentos eran lo mismo.<br />

“Cuando tengo sexo con alguien me olvido de quién soy. Por<br />

un minuto ni siquiera soy humano. Me pasa lo mismo cuando<br />

estoy tras la cámara. Me olvido que existo”.<br />

Él se involucraba completamente con su propio trabajo, no<br />

era un observador distante sino un protagonista tanto frente<br />

como detrás de la lente. Por eso Mapplethorpe consideraba<br />

que su fotografía era autobiográfica. Hasta su crianza católica<br />

estaba plasmada en su obra, incluso en las imágenes más<br />

sexuales. En todas había algo espiritual en su composición, y<br />

formas y elementos de la iconografía cristiana. Además existía<br />

una dualidad constante en su obra y en su vida. La idea del<br />

ángel y el demonio o la luz y la oscuridad estaba presente<br />

hasta en su propio aspecto. Sus ojos celestes y sus rulos le<br />

daban un aspecto tierno y angelical que contrastaba con el<br />

cuero de su vestimenta sadomasoquista. El cura de su familia<br />

dijo una vez: “Había una lucha en Robert, entre los crucifijos<br />

y las imágenes diabólicas. El bien y el mal”. Aunque más<br />

que un conflicto entre fuerzas opuestas generaba un equilibrio<br />

perfecto, como si en la mitad de los opuestos aflorara la<br />

belleza más pura.<br />

Robert pensaba en cómo publicitarse y llegar al éxito con la<br />

misma dedicación que encaraba su arte. En esta intensa búsqueda<br />

se encontró con Sam Wagstaff, que se convirtió en<br />

su pareja, su modelo, su mecenas y la llave hacia otro mundo.<br />

Sam era curador de arte y tenía todo lo que Robert necesitaba:<br />

conocimiento, belleza, dinero y contactos. Primero le<br />

regaló una cámara Hasselblad y un loft en la Bond Street.<br />

Después lo introdujo en la aristocracia que pronto lo adoptó<br />

como una bella y exótica criatura.<br />

Pronto los espacios en los que se movía también adquirieron esa<br />

dualidad de opuestos: se lo podía ver cenando en el restaurante<br />

más caro de Manhattan o acariciando bultos en el Mineshaft.<br />

Las puertas se le fueron abriendo y aquel éxito con el que<br />

estaba obsesionado llegó de repente. Robert fue expandiendo<br />

la temática de su obra pero el sexo siempre estuvo presente.<br />

Incluso en muchas de sus fotos de flores hay algo extrañamente<br />

erótico, como si con su lente pudiera agregarle ese condimento<br />

sexual que equilibrara su magnífica belleza. Robert<br />

decía que fotografiaba un pene y una flor de la misma manera,<br />

concentrándose en la forma. “Tomar fotos de sexo no es muy<br />

diferente a fotografiar flores. Uno somete lo que está posando<br />

y trata de tener el mejor punto de vista posible”, decía.<br />

Mapplethorpe también fue famoso por sus retratos, a los que<br />

lograba darles un halo de perfección sin importar la belleza<br />

de su modelo. El asistente que revelaba su material recuerda<br />

que Robert quería las cosas irrealmente perfectas. Por su<br />

lente han pasado artistas como Laurie Anderson, Yoko<br />

Ono, Andy Warhol y Louise Bourgeois, músicos como<br />

Debbie Harry, Iggy Pop y Talking Heads y estrellas de<br />

Hollywood como Susan Sarandon, Brooke Shields, Donald<br />

Sutherland y Arnold Schwarzenegger, entre<br />

muchísimos otros.<br />

Pero nunca dejó de fotografiar cuerpos y penes. A partir de<br />

un momento de su vida solo fotografiaba y tenía relaciones<br />

con hombres negros. Decía que fotografiar su piel oscura<br />

era como esculpir en bronce. Uno de ellos fue Milton<br />

Moore, sus amigos decían que era su pene del que estaba<br />

enamorado. Al parecer Robert lo tenía medido y fotografiado<br />

de todas las formas posibles. Este fue el modelo de una de<br />

sus imágenes más conocidas, Hombre en traje de poliéster.<br />

En dicha foto se ve el torso de un hombre enfundado en un<br />

traje barato y de la bragueta escapándose, como una extraña<br />

criatura, el gran pene de Milton.<br />

En septiembre del 86, Robert fue diagnosticado con sida. Había<br />

alcanzado la fama, el dinero y el reconocimiento que buscó<br />

toda la vida y no iba a poder disfrutarlos por mucho tiempo.<br />

Sin embargo, aprovechó lo que le quedaba. Tuvo una retrospectiva<br />

de mitad de carrera en el Whitney, pero ya se lo veía<br />

golpeado por la enfermedad y muchos recuerdan el evento<br />

como el velatorio de un cadáver vivo. Eso no detuvo a Mapplethorpe,<br />

que preparó una última exposición que recorrió todo el<br />

país durante años y fue foco de protestas y juicios. Pero como<br />

dicen: la mala publicidad es buena publicidad, y millones fueron<br />

a verla. Antes de irse organizó una gran fiesta en su loft con<br />

caviar, champagne y su obra. Robert decía que se tratara de un<br />

cóctel o de una orgía, él sabía cómo dar una buena fiesta. El 9<br />

de marzo del 89 falleció a los 42 años. Uno de sus últimos autorretratos<br />

fue de frente, con un bastón de calavera en primer<br />

plano y su rostro angelical afectado por la enfermedad, siendo<br />

devorado por un fondo negro. Hasta el último momento le dio<br />

equilibrio a la realidad con sexo, luz o perfección logrando que<br />

aflore hasta la belleza de la muerte<br />

90<br />

91


Arte<br />

Entre azules acuáticos, amarillos desérticos y rosados iridiscentes, la obra<br />

de DAVID HOCKNEY, presentada en la monumental retrospectiva del Museo<br />

Nacional de Arte Moderno del Centro Georges Pompidou de París, presenta el<br />

derrotero del artista vivo más importante de nuestros días: un camino lleno de<br />

desvíos, de sorpresas, de ideas, formas y colores siempre en evolución, que<br />

mantiene a la libertad como mira, tanto la del artista como la de la persona<br />

Portrait of an Artist (Pool with Two Figures) 1972 | Acrylique sur toile | 213,5 x 305cm. © David Hockney | Photo : Art Gallery of New South Wales / Jenni Carter Lewis Collection<br />

Lúdico y sensual<br />

POR Esteban Ulrich DESDE PARÍS<br />

Proclamado el artista vivo más influyente del siglo XX, la obra<br />

de David Hockney nos sorprende con un colorido golpe de<br />

frescura y energía. Sus líquidos celestes parecen, al contacto<br />

con nuestro espíritu, tan estimulantes como el agua fresca<br />

que eriza nuestra piel quemada por el sol del verano. Nacido<br />

en 1937, David Hockney encarna a una época: su obra puede<br />

funcionar como un eslabón entre su admirado Picasso y el Pop<br />

Art de su amigo Andy Warhol, pasando por los cuerpos y<br />

perspectivas deformadas de Francis Bacon. En esta segunda<br />

retrospectiva que le dedica el Centro Pompidou (la primera<br />

fue en 1999, limitándose a sus paisajes), realizada para celebrar<br />

los 80 años del artista y producida en colaboración con la Tate<br />

Gallery de Londres y el Museo Metropolitano de Nueva York,<br />

nos encontramos con la muestra más completa de su obra,<br />

con más de 60 pinturas que recorren los distintos períodos de<br />

su obra, sus trabajos fotográficos, grabados, instalaciones de<br />

video, dibujos, ilustraciones digitales, etc.<br />

La puesta está organizada por períodos, dando forma a un<br />

pasillo enroscado de numerosas salas. En la primera nos<br />

encontramos con los trabajos de sus inicios en Bradford,<br />

donde cursó la Escuela Primaria. Entonces pensaba en un<br />

arte que buscaba tanto interpretar el mundo, como entretener<br />

y seducir a sus espectadores. Desde el principio la figura<br />

de Picasso constituyó un vector en su trabajo. En estas<br />

primeras obras se puede imaginar la influencia temprana del<br />

cubismo en el joven Hockney en la manera en que pinta las<br />

manos y piernas de su padre en Portrait of my Father (1955),<br />

estas aparecen planas y con bordes rectos, una ambigüedad<br />

formal, entre un trazo abstracto y una composición figurativa,<br />

que será una marca de estilo constante en su obra.<br />

Abiertamente homosexual, Hockney rápidamente expresó<br />

su sexualidad con humor en Cleaning Tooth, Early Evening<br />

(10PM) (1962) obra que puede verse en la segunda sala junto<br />

a otros trabajos más abstractos donde las líneas y colores<br />

se combinan con palabras escritas, Shame (1960) y Love<br />

Painting (1960).<br />

Formado en el Royal College of Art de Londres, heredero<br />

pacifista de su padre, quien fuera objetor de conciencia durante<br />

la Segunda Guerra, dijo sobre Picasso: “domina todos los<br />

estilos, la lección que retengo es que hay que utilizarlos todos”.<br />

Siguiendo esta máxima participó de la muestra colectiva Jóvenes<br />

Contemporáneos, en 1961, junto a Peter Blake, considerada<br />

el punto de partida del Arte Pop británico. Allí el joven<br />

Hockney hizo una declaración de estilo, siguiendo al maestro<br />

malagueño con cuatro cuadros bajo el título de “Demostrations<br />

of Versality”. Así, a lo largo de su carrera, numerosas influencias<br />

podrán verse en sus distintos períodos, desde el Pop Art<br />

de Jasper Johns, hasta los clásicos renacentistas, pasando por<br />

el “color field” abstracto de Morris Louis, el expresionismo<br />

figurativo de Francis Bacon, o hasta la representación de<br />

formas planas de las obras de arte del Egipto antiguo, reinterpretadas<br />

de manera lúdica y narrativa.<br />

En la sala siguiente viajamos con él a California en donde una<br />

nueva transformación se opera: enormes cuadros capturan el<br />

cielo límpido del desierto, la pintura acrílica entra en acción<br />

para producir formas y colores más puros. Arizona (1964)<br />

es una pintura que parece simular un collage, debido a su<br />

composición fragmentada. Los colores toman otra intensidad,<br />

los azules, fucsias y rosas. En California Art Collector (1964)<br />

podemos apreciar el juego con la perspectiva y los distintos<br />

niveles de profundidad de campo a partir de la alineación de<br />

formas planas.<br />

Como resultado de este permanente estudio de la perspectiva,<br />

publicó un ensayo, en 2001: Conocimiento secreto; en<br />

el que señala el uso de lentes y aparatos ópticos por parte de<br />

numerosos pintores de la antigüedad, una demostración muy<br />

detallada que no dejó de generar polémica entre numerosos<br />

pintores e historiadores de arte, en la que analiza numerosas<br />

obras desde el Renacimiento hasta nuestros días, subrayando<br />

diferencias notables a partir de ciertos períodos. En un<br />

mismo momento las telas plegadas devienen perfectas, los<br />

reflejos de las armaduras o las sombras en los rostros parecen<br />

fotografiados. Por ejemplo, la pintura del flamenco Jan van<br />

Eyck, Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa, presenta de<br />

manera sugerente en el fondo del cuadro un espejo convexo,<br />

representando el punto de vista de los personajes. Pintores<br />

como Canaletto utilizaron la “cámara oscura”, mientras<br />

otros hacían lo mismo con espejos cóncavos para proyectar<br />

imágenes sobre la tela.<br />

Al girar sobre nosotros mismos, colgados frente a los paisajes<br />

californianos, podemos apreciar en todo su esplendor la serie<br />

de cuadros célebres dedicados a las piscinas y las diversas<br />

formas en que el inglés logra representar el movimiento y los<br />

reflejos del agua. Desde la abstracción jubilosa de The Sun Bather<br />

(1966) hasta el colorido realismo de Portrait of an Artist<br />

(Pool With two Figures) (1972), pasando por los planos arquitectónicos<br />

de la icónica A Bigger Splash (1967) y las manchas<br />

de humedad de Pool and Steps, Le Nid du Duc (1971).<br />

En las numerosas salas que siguen, veremos su serie de<br />

retratos íntimos, donde dibuja solo a aquellos a los que ama<br />

o admira, luego sus amplios Doble Retratos, donde técnica<br />

y sensibilidad parecen alcanzar su equilibrio perfecto: frente<br />

a American Collectors (Fred and Marcia Weisman) (1968)<br />

el juego entre planos y perspectiva produce una inexplicable<br />

sensación de vértigo. Y aún faltan varias salas más: sus<br />

autorretratos, sus piscinas nocturnas, su maravilloso trabajo<br />

con Polaroids, donde crea retratos con numerosas perspectivas<br />

distintas de una misma imagen, lo que llama joiners, una<br />

suerte de cubismo fotográfico que luego inspirará su monumental<br />

Bigger Trees Near Warter (2007), que aparece hacia<br />

el final de la muestra.<br />

Cada cuadro, cada idea, con su cuestionamiento de la perspectiva<br />

por un lado, la búsqueda constante de nuevas formas<br />

y colores por otro, delinean un intrincado camino pero que,<br />

lleno de vitalidad, siempre parece seguir el rumbo de una<br />

misma estrella: la libertad<br />

92<br />

93


MUSEOS<br />

del mundo<br />

Manga y Animé<br />

para disfrutar<br />

POR Martín Garrido<br />

La historieta tiene una importancia creciente en la cultura<br />

popular y el volumen de los negocios que se apoyan en ella.<br />

Los comics, como la describen en inglés, o la bande dessineé<br />

de las revistas francesas (y belgas) tuvo, a partir de la última<br />

posguerra mundial, un tercero en difusión masiva, el manga<br />

de los japoneses, que, aunque se extendió desde 1945, tiene<br />

antecedentes tan notables como Katsushika Hokusai<br />

(1760-1849) y sus ilustraciones del “Poema de la Almohada”,<br />

que admiraron desde Toulouse Lautrec hasta Picasso.<br />

Con esa base puede hablarse de la historieta como el Noveno<br />

Arte, después del Cine y la Fotografía.<br />

Para sus fanáticos la Meca está en Kyoto, porque es la sede<br />

del Museo Internacional del Manga, organismo público-privado<br />

creado en el 2006 y que consta de una colección de 300<br />

mil artículos, que funciona en una antigua escuela primaria.<br />

Entre sus reconocimientos está el Premio Cultural Tezuka<br />

Osamu, que toma el nombre de quien es considerado “El<br />

Dios del Manga”. Osamu renovó la historieta y la animación<br />

con su nivel gráfico y literario, a través de largas y complejas<br />

obras como La Isla del Tesoro.<br />

Una de las zonas más atrayentes es el Muro del Manga con<br />

200 metros de estanterías con más de 50 mil volúmenes,<br />

incluyendo una minoría de publicaciones en otros idiomas,<br />

algunos en español. También cuenta con espacios que permiten<br />

ver a los artistas trabajando, una tienda y una cafetería.<br />

En Tokio, para los apasionados del tema, hay varias instituciones<br />

igualmente atrayentes, en especial, el<br />

Museo Ghibli, creado por Hayao Miyazaki, que durante<br />

cinco décadas fue el más famoso director de cine animé y<br />

quien ganó el Oscar en 2002. El acceso a su estudio no es<br />

simple. Las entradas deben comprarse por adelantado en el<br />

extranjero para un día y hora determinados porque cada mes<br />

se entregan solo 200 localidades.<br />

Si bien es muy grande la difusión de mangas condicionados, no<br />

se incluyen sus obras en los museos porque la legislación sobre<br />

obscenidad es severa y compleja. Ante la repercusión que<br />

tuvo la exposición en el Museo Británico de Londres del 2013,<br />

solo se registró una excepción del tabú en Japón para mostrar<br />

algunas de las obras del estilo llamado “mundo flotante”. La excepción<br />

fue el Eisei Bunko Museum, cuyo director, Morihiro<br />

Hosokawa, que fue Primer Ministro (1993-94), se defendió<br />

de las críticas, recomendando leer atentamente las leyendas<br />

que acompañan las imágenes, reparando en la delicadeza del<br />

dibujo. “Así se darán cuenta que cada Shunga, manifestación<br />

de arte erótico, contiene una historia, personajes y una atmósfera<br />

gentil, además de brillantes gotas de sátira y elementos de<br />

lo más divertidos”. Sin embargo, se trató solo de una muestra<br />

temporaria y limitada a un público mayor de 18 años, ya que la<br />

base de sus colecciones son documentos históricos y obras de<br />

arte tradicional de una familia de samuráis<br />

95


Turismo<br />

internacional<br />

Japón<br />

erotismo sin desnudos<br />

POR Horacio de Dios<br />

En todo hecho cultural importante la hoja de ruta es un libro o<br />

una película. Para comprender el universo del sexo en Japón,<br />

conviene leer el Elogio de la Sombra, de Junichiro Tanizaki<br />

(1886-1965), que nada tiene que ver con el poema de Jorge<br />

Luis Borges del mismo título. El ensayo de Tanizaki se publicó<br />

en 1933 y recién en 2013 se editó en español. Es un clásico<br />

indirecto, sin referencias concretas al tema de Quid, sin aceptar<br />

que una joven hermosa exhiba sus nalgas y muslos en lugar de<br />

mantenerlos en una difusa penumbra. Explica que en Occidente<br />

atrae la luz, brillante, explícita y en Oriente lo contrario, la<br />

penumbra, la sutileza. Recuerda a las mujeres de antaño que<br />

solo existían del cuello para arriba y desde el borde de las mangas,<br />

mientras el resto desaparecía en la oscuridad. Prefería los<br />

pechos lisos como una plancha y tan delgados como un papel.<br />

Los dibujos Shunga, el erotismo del fin del siglo XIX, no anticipaban<br />

las tapas de Playboy ni las historietas del Manga. Pero<br />

sirven para comprender el llamado mundo flotante, navegar en<br />

la ambigüedad. Por ejemplo, la diferencia entre una Oiran y<br />

una Geisha, los distritos del placer de una Cortesana de lujo (la<br />

primera flor y líder en lo suyo) y una artista que, en teoría, no<br />

podría acostarse con sus clientes.<br />

Geishas entre la flor y el sauce<br />

El doble lenguaje japonés es legendario. En el medioevo se<br />

encontraba el distrito Karyukai, dedicado al disfrute estético<br />

del mundo de la Flor y el Sauce, donde vivían las Geishas,<br />

hermosas, elegantes, flexibles y fuertes como el sauce y, por<br />

otro lado, el dedicado al placer físico, en un sector distinto.<br />

“Nosotras –explicó Mineko Iwasaki– no teníamos necesidad<br />

de ganar dinero con el sexo. Nuestro trabajo era amenizar<br />

a los comensales de un banquete, hombres y mujeres, con<br />

música, danza, recitación y la ceremonia del té o del sake.<br />

Venía lo más selecto, a relajarse y divertirse”. Testimonio de<br />

cargo, porque colaboró con Arthur Golden en Memorias<br />

de una Geisha, de 1997, y luego lo demandó por romper<br />

el código de silencio dando su nombre y las prácticas de<br />

sus clientes. La novela estuvo un año a la cabeza de la lista<br />

del New York Times. El éxito se reiteró en el 2005 con la<br />

producción de Steven Spielberg, que ganó tres Premios<br />

Oscar. Las geishas mantienen la atracción de su exotismo<br />

envueltas en kimonos de telas y colores singulares, maquillaje<br />

blanco, pasos rápidos y cortos sobre las altas plataformas de<br />

su calzado de madera. Junto con los luchadores del sumo son<br />

las únicas representaciones del pasado y un recuerdo extraño<br />

reúne ambos personajes interpretando las 48 posiciones del<br />

Kamasutra japonés en un poster. Hasta aquí el paseo por<br />

la sombra y una posible respuesta sobre el papel real de las<br />

doncellas del placer, con cama o sin ella.<br />

Una de las claves para marcar los límites era el obi o cinturón,<br />

también de seda y grandes dimensiones, entre el pecho y el<br />

abdomen. El obi de una prostituta de lujo se ataba siempre en<br />

la parte frontal, no en la trasera. Esta forma de atar el obi tiene<br />

su origen en la época en la que ellas ofrecían servicios sexuales.<br />

Atarse el obi por delante les permitía quitarse y ponerse el<br />

kimono en menos tiempo y, además, era la práctica de las mujeres<br />

casadas. Eran, en cierta manera, “una esposa para la noche”.<br />

Las Geishas lo ataban por la espalda, salvo error u omisión.<br />

Shunga en el British Museum<br />

En el extranjero, el ejemplo más reciente es el éxito de público<br />

y crítica de la exposición Sexo y Placer en el Arte Japonés. En<br />

Londres exhibieron en 2013, durante varios meses, más de 150<br />

grabados, pinturas e ilustraciones de libros conocidos como<br />

“cuadros de primavera”. Esa estación alude al acto sexual,<br />

porque eso es lo que Shunga significa, literalmente. Cuando<br />

un japonés susurra primavera, quiere decir sexo, tan sutilmente<br />

como los cerezos en flor que regalan las llanuras de Kioto.<br />

Son dibujos sobre láminas de madera, donde los protagonistas<br />

están inesperadamente vestidos en sus encuentros amorosos.<br />

Lejos de la pornografía occidental actual, donde lo habitual<br />

es la obviedad y la desnudez, el Shunga suele mantener a<br />

los hombres y a las mujeres con sus ropas de telas hermosas<br />

y refinadas. Con creaciones tan sorprendentes como la de<br />

Hokusai, de 1820, en el Sueño de la Mujer del Pescador, con<br />

el encuentro de una buceadora y un pulpo. La muestra fue<br />

un fenómeno único en la cultura del mundo premoderno por<br />

su cantidad, calidad y la naturaleza del arte que produjeron<br />

artistas de la escuela ukiyo-e (“mundo flotante”) para exhibir<br />

el placer sexual en todas sus formas, a menudo entremezclado<br />

con el humor, como hacía la narrativa medieval japonesa. Las<br />

ilustraciones de Shunga nacieron ajenas a cualquier censura y<br />

su prohibición formal en 1722 tampoco tuvo un reflejo en la<br />

práctica: eran distribuidas por las redes nacionales de bibliotecas<br />

y prestamistas de libros, que no estaban reguladas. Eso<br />

no significa que Japón fuera un “paraíso del sexo”, pero en esa<br />

forma de arte se valoraba que defendiera unos valores generalmente<br />

positivos hacia el placer sexual.<br />

El cambio de actitud oficial a finales del siglo XIX y la introducción<br />

de un código penal que prohibía la difusión de material<br />

obsceno a principios del XX acabaron erradicando al Shunga de<br />

la memoria popular y académica. Precisamente cuando empezaba<br />

a ser descubierto por los artistas de Europa y EE. UU. que<br />

imitaban a Tolouse Lautrec, Rodin o Picasso.<br />

En Tokio, el pequeño Museo Eisei Bunko fue el único que se<br />

animó a presentarlo mientras los grandes no aceptaron<br />

TESTIMONIO PERSONAL<br />

Horacio de Dios<br />

Ryokan, Onsen, Love Hotels<br />

Alojarse de la manera occidental es perder una noche durmiendo.<br />

Lo mejor es hospedarse en un Ryokan tradicional, en<br />

casas de madera con Tatamis (esteras tejidas en paja de arroz<br />

delgadas, de no más de seis centímetros para sentarse o dormir)<br />

con los jardines con bambúes y un silencio contagioso a un<br />

lado. Algunos están cerca de manantiales de origen volcánico,<br />

muy calientes y con características distintas a nuestros baños<br />

termales. Por empezar, la rigurosa limpieza previa con asiento<br />

en pequeños taburetes y, al enjuagarse, nada debe quedar del<br />

jabón. Luego, prepararse para entrar a la piscina desnudas/dos,<br />

en cueros, igual que todos los desconocidos que comparten<br />

las aguas. En familia no hay pudor entre los sexos, pero en los<br />

Ryokan están separados mujeres y hombres. Camino al baño<br />

inicial y la inmersión te prestan un yutaka o kimono de algodón y<br />

suecos de madera, llamados suripas, peligrosos por resbalarse.<br />

La única prohibición es tener tatuajes porque su uso se asocia<br />

a los miembros de organizaciones criminales. Lo primero que<br />

uno pregunta, hablo en primera persona, es si hay una piscina<br />

mixta. NO. Salvo en algunos lugares, solo para parejas, pero son<br />

la excepción. El onsen natural o los sentos (con electricidad) son<br />

baños colectivos, donde nadie se fija en nadie. Las variantes de<br />

los visitantes, como en los spa en Europa del Norte, son un tema<br />

extra. Me han dicho, pero no pude experimentarlo, que algunos<br />

lugares con mirillas, solo para mujeres, permiten la curiosidad<br />

unidireccional, igual que los vidrios polarizados. El único juego<br />

permitido es el ping pong.<br />

Por último, para no dormir están los lugares por hora Love<br />

Hotels, que abundan en el barrio rojo de Kabukicho, sector llamado<br />

la Colina del Amor y que forma parte de los tours peatonales.<br />

96 97


VIDA GOURMET<br />

Un mundo de pequeños detalles que hacen la diferencia<br />

POR Mónica Tracey<br />

Las Mejores Recetas de MASTICAR<br />

Editorial Atlántida<br />

PARA<br />

MASTICAR<br />

EN CASA<br />

COMIDA<br />

Y VINO:<br />

¿Cómo lograr<br />

El matrimonio<br />

Perfecto?<br />

Resulta que a unos riñones de cordero,<br />

les va perfecto un Sangiovese Escorihuela<br />

Gascón y a un bife de chorizo lo<br />

mejora un Malbec, Barrel Select Don<br />

Nicanor de Bodega Nieto Senetiner.<br />

Muchas entradas resaltan con un<br />

espumoso, que también va muy bien<br />

con los postres, cuando no se prefiere<br />

un vino de cosecha tardía. Hay que<br />

tener cuidado con el ajo, con la cebolla,<br />

ya que no son fáciles para encontrar<br />

un vino que los acompañe. Cuando se<br />

trata de comer y beber, el conocimiento<br />

es un condimento que, de un modo<br />

casi mágico, impacta en la experiencia<br />

del sabor. Se podría decir que esa es la<br />

gran cruzada de Fernanda Orellano,<br />

ayudarnos a hacer más plenas esas<br />

experiencias. Desde que se recibió de<br />

sommelier, emprendió su tarea a través<br />

de la docencia y por medio de los tres<br />

libros que lleva publicados: Hasta el<br />

agua de los floreros, La vuelta al mundo<br />

en 80 copas (ver: Quid Nro. 53) y La<br />

cocina del vino. En todos, el vino es el<br />

eje sobre el que gira el mundo, pero la<br />

comida, su inevitable compañera, siempre<br />

tiene un lugar, con apuntes sobre<br />

el maridaje de esta pareja entrañable.<br />

Sin embargo, en La cocina del vino, su<br />

libro más reciente, profundiza en las<br />

reglas fundamentales para que el matrimonio<br />

sea indisolublemente delicioso.<br />

La autora elige como punto de partida<br />

ese cruce de caminos que está sucediendo<br />

justo ahora entre la cocina, en<br />

su retorno a los productos naturales y<br />

a las recetas familiares, como bienvenida<br />

reacción hacia la globalizada<br />

comida industrial, y la búsqueda de la<br />

excelencia del vino desde el viñedo,<br />

retomando el camino que se había ido<br />

desviando a la intervención en la bodega,<br />

un momento en que consumidores<br />

y productores empiezan a ser conscientes<br />

del medio ambiente, de la salud y<br />

se entregan a la fiesta del disfrute con<br />

mayor responsabilidad.<br />

Con su habitual claridad, humor y<br />

vocación didáctica, Fernanda Orellano<br />

transmite sus conocimientos sobre<br />

viticultura, vinificación y estilos de vino,<br />

enseña los pasos de la degustación y las<br />

claves de los maridajes. Además de la<br />

enseñanza teórica, incluye menús, que,<br />

paso a paso, sugieren un vino especial,<br />

de prestigiosas bodegas argentinas, para<br />

cada plato. Todo lleva a saber más de<br />

cepas y vino, pero, sobre todo, a probar<br />

lo aprendido, llevando a la práctica<br />

cotidiana los nuevos conocimientos<br />

para crear nuestras propias gozosas<br />

experiencias gastronómicas<br />

Hace cinco años que la feria Masticar comenzó a presentarse como una<br />

opción de paseo gastronómico para los porteños, que, en cada edición,<br />

pueden comer los platos más ricos y sofisticados de algunos de los mejores<br />

cocineros de la Argentina y conocer, degustar y comprar productos<br />

directamente de sus productores. ¿Dónde se puede probar, en un<br />

mismo recorrido y a precios razonables, alguna de las creaciones de los<br />

hermanos Petersen, Germán Martitegui, Narda Lepes o Dolli Irigoyen?<br />

La feria fue uno de los proyectos del grupo ACELGA (Asociación de Cocineros<br />

y Empresarios Ligados a la Gastronomía Argentina), que nació<br />

en noviembre de 2011, con objetivos ligados a la promoción y valoración<br />

tanto de la gastronomía como de los productos de nuestro país.<br />

En noviembre del 2012 se realizó en El Dorrego la primera feria que,<br />

a partir de allí, no paró de crecer. Era hora de que un libro acercara a<br />

los fanáticos de Masticar algunas de las recetas de sus prestigiosos<br />

chefs. Así como la feria, el libro hace hincapié en la oferta de los productores<br />

que se acercan, desde distintos lugares del país, a mostrar<br />

y vender lo que producen. Uno de los pilares de la fiesta en que se ha<br />

convertido Masticar, es el consumo de alimentos de estación, locales,<br />

que lleguen de manera más rápida y fresca a sus consumidores. Allí<br />

están las historias de Damasio Sandoval, a cargo de la cooperativa Tatahuaso<br />

de La Silleta, en Salta, que cultiva semillas de amaranto, chía<br />

y quínoa, o la de Jorge Pena, un buceador artesanal de Chubut, quien<br />

trae sus mariscos frescos.<br />

Pero como los amantes de la cocina no pueden esperan la hora de poner<br />

manos a la obra, los vamos poniendo a tono contándoles qué pueden<br />

empezar a imaginar. Pablo Massey hace unos Huevos Rancheros con<br />

porotos negros, salsa de tomate picante y panceta crocante. Fernando<br />

Trocca, una Ensalada de Cabutia con escabeche de berenjenas. Dolli<br />

cuenta paso a paso su inefable Risotto al azafrán con osobuco. Germán<br />

Martitegui presenta un Matambre de Cerdo, tuna y merengue de vinagre,<br />

que se ve impactante. Hay un Cebichón, de Gastón Acurio y Anthony<br />

Vázquez y una Lasagna Bolognese, de Pedro Picciau, del restaurant<br />

Italpast. ¿Algo dulce? El famoso Rogel, de Maru Botana, una Crema Catalana,<br />

de chocolate blanco, de PAMELA VILLAR, o un Bizcocho Sacher,<br />

de Mauro Colagreco. Hay más, muchas más, saladas y dulces, y algunos<br />

tragos de Inés De Los Santos y “Tato” Giovannoni, entre otros.<br />

Lo genial de Las mejores recetas de Masticar es la variación de miradas y<br />

manos sobre la cocina. De la sencillez a la sofisticación, se presenta una<br />

interesante variedad de platos de distintos orígenes, con los más diversos<br />

ingredientes, a través de la imaginación de grandes cocineros<br />

98<br />

99


Cocina<br />

DULCE<br />

LUJURIA<br />

En un mundo donde creemos haberlo visto e<br />

imaginado todo, renace voluptuosa la pastelería<br />

francesa para cautivar todos los sentidos<br />

POR Marina García<br />

El postre es, generalmente, el final de una grata comida, sin<br />

embargo también se puede interpretar como el preludio de<br />

otros placeres, o quizás como lujo absoluto y auténtico plato<br />

fuerte cuando de sorprender y seducir se trata.<br />

Como quien augura un universo con el simple roce de los labios,<br />

Cèdric Grolet nos tienta con una pastelería que supera<br />

los límites de lo exquisito y la imaginación. Piezas únicas de<br />

tremenda complejidad y delicada sencillez, propias de dioses<br />

olímpicos, dignas de reyes. Bocados repletos de colores, texturas<br />

y aromas, que obligan a degustar con ojos cerrados, aun<br />

cuando el deseo reclame por abrirlos, para no perder detalle.<br />

Así de irresistible es la impronta de este joven chef patissier<br />

que deslumbra al público y a los profesionales de su tiempo.<br />

Dicen que Cédric fue un niño prodigio de las artes gastronómicas<br />

y que con apenas 14 años ya sorprendía en el hotel<br />

familiar ubicado cerca de Lyon. Algunos golpes de suerte<br />

(quizás más bien abrazos) le dieron la oportunidad de llegar<br />

a los ambientes más influyentes, como la divinísima casa<br />

Fauchon donde conoció a talentos innovadores como Benoît<br />

Couvrance y Christophe Adam.<br />

No pasó mucho tiempo para que el astuto Alain Ducasse<br />

lo invitara a ocuparse de las mesas dulces de Le Meurice,<br />

donde actualmente seduce a la crème de la crème de París (y<br />

el mundo) con sus creaciones singulares.<br />

Es difícil elegir una pieza de su repertorio, sus delicatessen<br />

–inspiradas en frutas y flores– reúnen una belleza clásica,<br />

propia de la pastelería tradicional, con algunos toques que<br />

rozan lo mágico, como el uso de láminas y polvo de oro, o<br />

los glaseados iridiscentes o las terminaciones símil piedra.<br />

Pero como lo mejor está en el interior, Grolet se luce en una<br />

infinidad de detalles secretos: cremas, bizcochos, merengues,<br />

mousses, mermeladas, crocantes y más, que son un lujo que<br />

no se pierde de mostrar en el clásico corte de sus postres.<br />

Dice que el azúcar es uno de los ingredientes que menos usa<br />

ya que su búsqueda apunta a las delicadas notas naturales de<br />

los ingredientes de calidad como frutas, chocolates, flores y<br />

especias; y que diseña cada nuevo producto con tremendo<br />

detalle antes de llevarlo a la práctica.<br />

De su puntilloso repertorio, el Rubik’s Cake es quizás la obra<br />

maestra: un postre realizado con 25 cubos perfectos, donde<br />

el contrapunto de texturas, sabores y colores fueron capaces<br />

de deslumbrar incluso a sus pares, que en 2015 lo nombraron<br />

mejor pastelero del mundo<br />

Macarón | Pierre Herme<br />

Es imposible hablar de pastelería<br />

francesa contemporánea sin<br />

caer en las redes de Hermé. Su<br />

magnánimo aporte en materia de<br />

combinaciones de sabor, diseño<br />

y servicio de postres le han dado<br />

un merecido protagonismo. En<br />

este libro de lujo comparte los<br />

secretos y recetas de lo que<br />

es su sello internacional: el<br />

macarón.<br />

El arte de la pastelería | Michelle<br />

Karen Turner y Malou Burger<br />

La autora es una de las pasteleras<br />

más reconocidas a nivel mundial,<br />

dueña de la cadena Little Venice<br />

Cake Company, y poseedora de un<br />

excelso talento y profesionalismo<br />

(además favorita de las estrellas).<br />

En este libro ofrece los detalles<br />

de su arte en recetas paso a paso<br />

ideales para los amantes de la<br />

decoración de postres.<br />

La torta perfecta | Osvaldo Gross<br />

El autor es sin dudas el mayor<br />

referente de pastelería a nivel<br />

nacional, tanto en experiencia<br />

profesional como en la docencia,<br />

la cual ha llevado también a la<br />

pantalla con gran éxito. GROSS<br />

deslumbra con sus detalles y exquisita<br />

perfección, que extiende<br />

también a este libro, orientado a<br />

acompañar al lector a un dulce<br />

éxito asegurado.<br />

100


Dossier<br />

literatura<br />

Henry Miller<br />

El obsceno<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

“Sí, yo soy obsceno. No todos mis libros lo son; los primeros fueron obscenos, pero no pornográficos.<br />

La obscenidad es pura, mientras que la pornografía rodea el tema en lugar de ir a<br />

él directamente. Yo digo la verdad con un verdadero lenguaje obsceno, pero hoy no hay sino<br />

libros pornográficos. Es terrible. Odio escuchar la palabra sexo porque se ha devastado todo<br />

con esta escritura pornográfica. Ahora cualquiera puede escribir un libro sobre sexo. No ponen<br />

en ello pasión, ni amor (…). Mis libros son sobre la autoliberación, en realidad. Uno debe<br />

hacerlo todo por sí mismo y para sí mismo. No se debe depender de Dios, de un sacerdote,<br />

de la escuela, de la educación que se recibe. Cada persona, cada individuo, tiene el poder<br />

de hacer de su vida lo que desee. Eso es lo que creo (…). Y sí, mis libros son siempre libros<br />

autobiográficos. Eso es todo lo que sé. Nunca he tratado de sacar nada de mi imaginación.<br />

101


Yo pongo imaginación en mis obras autobiográficas. Por supuesto que hay distorsión, invención,<br />

exageración; no dudo en mentir en favor de la verdad (…). Yo soy un hombre de la calle, creo.<br />

La vida empieza en las calles, no en una hermosa casa, en una universidad o en un centro similar,<br />

sino en las calles, donde se encuentra gente buena, mala y de todo tipo, donde nace el arte”.<br />

Henry Valentine Miller nació el 26 de diciembre de 1891 en Yorkville, un barrio de Manhattan<br />

que actualmente forma parte del Upper East Side, pero creció en Brooklyn. Su madre,<br />

Louise Nieting, y su padre, Heinrich Miller, eran hijos de alemanes luteranos de clase<br />

trabajadora. Publicó su primer libro recién pasados los 40 años y fue consolidándose hasta ser uno<br />

de los novelistas estadounidenses más frecuentemente reeditados en el mundo. Se autodefinía<br />

como “anarquista” y “antiestadounidense”: “Tengo una baja opinión de los Estados Unidos, debo<br />

decirle. Muy baja. Así de claro. En todos los terrenos. En lo único que destacan es en los deportes,<br />

no en la cultura. No tenemos cultura. No hay cultura. La gente joven no sabe leer, pasa por el<br />

bachillerato sin aprender a leer. Es vergonzoso, vergonzoso. Todo lo ocupa la televisión y la radio”.<br />

Pese a que algunos aspectos de su obra, que fueron escandalosos en su momento, hoy pueden<br />

oler a obsolescencia, sigue siendo un mojón forzoso de las letras contemporáneas. Releyendo sus<br />

libros, en los que el sexo es un pilar que llega a tomar algunos ribetes místicos, surge una pregunta:<br />

¿Cómo serían recibidos en un presente cruzado por los estudios de género y las nuevas variantes<br />

que se han incorporado a lo que conocemos como sexualidad? No podemos saberlo, pero<br />

inquieta pensar en las críticas que enfrentaría el trabajo de un hombre que se animara a publicar<br />

textos autorreferenciales en los que la mujer es frecuentemente catalogada como una suerte de<br />

vampiro que no se sacia hasta que “se le haya entregado el alma”. Podemos intuir que Miller<br />

escribió lo que escribió en el momento justo para acceder a cierta posteridad y que lo más seguro<br />

es que, de haberlo hecho antes o después, tendría que haber peleado aún más violentamente<br />

con la censura. La idea de posteridad le interesaba al punto de decir cosas como estas: “Todo lo<br />

estadounidense desaparecerá un día; desaparecerá con mayor fuerza que lo griego, lo romano,<br />

lo egipcio... Y esta idea me ha producido una pena infinita, porque no hay agonía más atroz que<br />

el hecho de pertenecer a algo que no sobrevive”. No es raro que haya hecho lo posible para que<br />

su obra perdurara. Además de jactarse de la libertad con la que había vivido, de sus experiencias<br />

transformadas en libros, de sus incontables amantes y sus heterodoxas ideas políticas, siempre se<br />

hizo cargo de su obra autodidacta y alejada de lo académico: “Hago una distinción entre escritura<br />

y literatura; no hay que ser escolástico para ser escritor. Todo lo que hay que hacer es sentir y<br />

escribir lo que se siente y no lo que se piensa. Es la sensación lo que llega, intuición y emoción;<br />

vitalidad. No un trabajo perfeccionista como el de Henry James o Proust”.<br />

Fue obrero, boxeador, periodista, cartero, profesor de gimnasia, ascensorista, corrector de textos,<br />

ciclista y finalmente escritor. Inscripto en el City College en 1901, solo aguantó unos meses, lo<br />

dejó para ir a trabajar a una fábrica de cemento. Más tarde, viajó por el sur de su país durante<br />

unos años y volvió a Nueva York en 1914 para incorporarse a la sastrería de su padre. En 1917, se<br />

casó con Beatrice Sylvas Wickens, con quien tuvo a su hija Barbara y de la que se divorció<br />

siete años más tarde. En 1924 hizo, junto a su flamante esposa, la bailarina June Mansfield<br />

Smith, su primer viaje a Europa, el continente en el que podría liberar luego su mentada pluma.<br />

Recién en 1930 decidió radicarse en París, donde la vida nocturna y las relaciones con personajes<br />

“Tengo una baja opinión de los<br />

Estados Unidos, debo decirle. Muy<br />

baja. Así de claro. En todos los<br />

terrenos. En lo único que destacan<br />

es en los deportes, no en la cultura.<br />

No tenemos cultura. No hay cultura.<br />

La gente joven no sabe leer, pasa por<br />

el bachillerato sin aprender a leer.<br />

Es vergonzoso, vergonzoso. Todo lo<br />

ocupa la televisión y la radio”.<br />

Portadas de Trópico de Cáncer<br />

(1934, prohibida en su país y<br />

publicada recién en 1961)<br />

y Trópico de Capricornio (1939).<br />

que poco tenían de la pacata moral estadounidense de aquel momento, propiciaron nuevos temas<br />

para sus libros. París, además, lo puso en contacto con el surrealismo y mucha literatura europea<br />

que desconocía. Siendo ya un anciano, describió aquel traslado como fruto de la desesperación:<br />

“Mi esposa me estaba observando un día de invierno; yo estaba mirando por la ventana con<br />

aspecto triste. Habíamos viajado por toda Europa el año anterior y gastamos el dinero que teníamos.<br />

Me preguntó: ‘¿En qué estás pensando?’. Le respondí: ‘En París, tan hermoso, tan maravilloso’.<br />

Y ella dijo: ‘¿Por qué no te vas allí? Déjalo por mi cuenta’. Reunió el dinero, me fui a París<br />

y ella me siguió poco más tarde. En Estados Unidos yo no iba a ninguna parte con mis escritos.<br />

Todos me decían: ‘Deja de escribir, no eres bueno, no puedes escribir’. Es la historia de muchos<br />

artistas, cuando se leen sus biografías. En un sentido u otro, a todos les ha pasado lo mismo. Yo<br />

le digo a usted que ser un artista es como ser un criminal. Se pasa muy mal, se sufre el exilio si<br />

se es un buen artista. Los malos son aceptados y se les da tiempo y fama, pero los buenos tienen<br />

problemas, excepto, quizá, Picasso, aunque incluso he leído que tuvo una época difícil en sus<br />

comienzos en Francia, cuando fue ayudado por Max Jacob. A propósito, como artista Picasso<br />

era grande, un pintor excepcional, pero como hombre no siento mucho respeto por él”.<br />

En 1934 salió a la calle Trópico de Cáncer (Tropic of Cancer), editada simultáneamente en<br />

inglés y francés (aunque en Estados Unidos se publicó recién en 1961). Los conflictos con<br />

la censura fueron, en realidad, un gran puntapié para convertirlo en un autor proclamado<br />

como ícono de la revolución sexual y un crítico de los supuestos valores puritanos, ya sea en su<br />

versión europea o estadounidense. El libro, que pretende ser una crónica de la vida de Miller<br />

en París, es un cúmulo de anécdotas y reflexiones íntimas de un escritor pobre y mujeriego,<br />

descriptos en un lenguaje obsceno para aquel tiempo. Amigos como Jean Giono, Anaïs Nin<br />

(con quien haría Una pasión literaria, un libro de correspondencia entre ambos) y Lawrence<br />

Durrell lo elogiaron con un entusiasmo tal que no sorprende que luego pasara a ser una<br />

saga. En 1939 vio la luz Trópico de Capricornio (Tropic of Capricorn), en el que siguió consignando<br />

su estancia en París, agobiado por la pobreza. Nuevamente estamos ante un trabajo<br />

que no tiene la estructura convencional de la novela, con mucho monólogo interior, ritmos<br />

sincopados, recursos surrealistas y la necesaria ironía para denunciar las hipocresías de una sociedad<br />

de la que siempre se presenta como enajenado. En ese mismo año viajó a Grecia junto<br />

a Durrell y se inspiró para escribir El Coloso de Marusi, que se editó un tiempo después.<br />

Cuando ya había pasado los 70 años, durante una entrevista radial realizada por Fernand<br />

Seguin, Miller dio cuenta de su avidez como lector, a propósito de su libro de 1950, The Books<br />

in my life, en el que consigna una extensa y variopinta lista de lecturas importantes para él:<br />

“F.S.: Hay en este libro, The Books in my life, una afirmación que veo un tanto paradójica<br />

cuando usted dice en alguna parte que no es en verdad un escritor ávido, que ha leído solo<br />

5000 volúmenes.<br />

H.M.: Sí, 5000.<br />

F.S.: ¡Pero 5000 es lo que equivale a leer 3 libros por semana considerando ya la edad de 50 años!<br />

H.M.: Sí, 3 libros por semana… tú puedes calcular mejor que yo (…). Tengo amigos que me<br />

han dicho que han leído más, conocí a un profesor en una universidad que me dijo que había<br />

leído cien mil. Eso es mucho.<br />

102 103


F.S.: ¿Es quizás demasiado?<br />

H.M.: Sí, sí, mucho, demasiado. Ahora, si yo hubiera podido escoger tendría leídos solo, tal<br />

vez, 100.<br />

F.S.: Bueno, nunca es fácil de decidir. Y cuando leía, ¿tenía alguna disciplina para leer?<br />

H.M.: No, siempre por azar, creo, un libro te conduce a otro. Si un libro te interesa, si por<br />

alguna razón hay algo en ese libro que interesa, te lleva por el camino de otro. Hay gente que<br />

lee todos los libros de un autor… yo no. Por ejemplo, una amiga mía, Anaïs Nin, una gran<br />

lectora, cuando era joven, a los 15 años, comenzó a leer y dijo que no podía elegir, así que<br />

comenzó de la A a la Z y así lo hizo con los libros de la pequeña biblioteca municipal.<br />

F.S.: ¿Cree que es posible leer en el periodo en el que se escribe?<br />

H.M: Sí claro, frecuentemente, la lectura me ayuda a escribir y no lo contrario.<br />

F.S.: ¿Los libros, en su estilo personal, han tenido una influencia en usted de manera inmediata?<br />

H.M: Sí, creo que sí; toda mi vida he pensado influenciado por lo bueno y por lo malo. Todo<br />

me influencia, creo que somos vulnerables siempre y yo más… no sé por qué pero creo que<br />

he tratado de copiar el estilo de varios escritores, lo he intentado con sus estilos, copiaba un<br />

pasaje y lo trataba de hacer igual… sin éxito. No somos otra cosa que lo que vamos descubriendo<br />

poco a poco sobre nosotros mismos. No podemos ser otra cosa que lo que somos…<br />

F.S.: Yo veo que hay escritores que tratan de construirse otra imagen, una que es diferente<br />

a lo que son… ¿usted no?<br />

H.M.: No, yo creo que la gran meta de la vida es convertirnos en lo que somos más y más.<br />

Es todo un ensayo fuerte y constante.<br />

F.S.: Y en su caso, ¿siente que se ha convertido en eso, en eso que quiere ser?<br />

H.M.: Sí, claro. He observado que cada vez que deseaba algo con fuerza eso llegaba (…).<br />

Yo no sé si hay un dios o no, pero aun así podemos implorar por los otros… más que nada esto<br />

me pasó en la guerra y supe que se puede pensar en todos, en los enemigos incluso.<br />

F.S.: Regresando a los autores que aparecen en Books in my life, encontramos algunos nombres<br />

impresionantes, franceses que fueron una gran influencia para usted, ¿quiénes son ellos?<br />

H.M.: Estando en Francia yo leía libros en francés, franceses pues, y un poco de rusos y escandinavos,<br />

pero los franceses me interesaban más. Céline, un favorito.<br />

F.S.: ¿Es posible decir por qué los franceses?<br />

H.M.: ¿Por qué? Mmm… tal vez por el estilo, la forma de acercarse al sujeto, no el sujeto<br />

mismo, porque hay en ellos una gran mezcla de sensualidad, esteticismo y perfección; porque,<br />

para mí y para muchos estadounidenses, en realidad, lo que pasa es que no nos damos cuenta<br />

de que nosotros somos como escritores por accidente… y en cambio en Europa el hombre se<br />

disciplina para hacer una carrera… nosotros hacemos toda clase de cosas antes de ser escritores<br />

pero en Francia se nace como escritor, tienen la facilidad… esa es la impresión que tengo.<br />

En cambio, en Estados Unidos son pocos los que tienen el don como tal, las ganas de decir las<br />

cosas sin importar nada. Claro, es solo mi parecer”.<br />

Cuando concluyó la Segunda Guerra Mundial, su trabajo empezó a difundirse con cierta<br />

masividad y Miller volvió mejor plantado a su país. Pero no eligió afincarse en su ciudad<br />

natal, buscó una casa en el lugar que menos evocara a Nueva York: California. Ni bien llegó,<br />

“A pesar de las opiniones de los<br />

cínicos y misántropos, sostengo que<br />

el hombre siempre se empeñará<br />

en compartir sus más profundas<br />

experiencias. Los libros son una de<br />

las pocas cosas que los hombres<br />

atesoran profundamente”.<br />

Con Anaïs Nin, amiga y amante y<br />

con quien mantendría una profusa<br />

correspondencia editada bajo el<br />

título Una pasión literaria.<br />

comenzó Big Sur y las naranjas de Hieronymus Bosch (Big Sur and the Oranges of Hieronymus<br />

Bosch, 1957) y terminó Sexus (1949), un libro que había empezado en Francia y que es el<br />

primero de otra saga, La crucifixión rosada, compuesta también por Plexus, de 1953, y Nexus,<br />

de 1959. De nuevo prima la temática autobiográfica, cubriendo el período de su vida que<br />

va de 1923 a 1928, pero escribiendo desde un lugar mucho más confortable, sin problemas<br />

con la censura ni padecimientos económicos. Paralelamente, se dedicó a la pintura, publicó<br />

sus famosas cartas con Anaïs Nin y continuó explotando su propia historia en Mi vida y yo.<br />

Su interés por la astrología, la teosofía, el ocultismo, el hinduismo y el budismo tallan de una<br />

manera no demasiado explícita en sus libros, pero son temas de conversación frecuentes en<br />

entrevistas y textos breves. Con el combo sexo, bohemia y orientalismo, no es raro que hippies<br />

y beatniks lo hayan reconocido como mentor.<br />

No fue mezquino a la hora de hablar sobre sus hábitos, trucos y decisiones para hacer literatura.<br />

En una famosa entrevista realizada en Londres en 1961 por el fotógrafo húngaro Brassaï,<br />

profundizó sobre muchos aspectos de su quehacer:<br />

“B: ¿Podría explicar cómo encara su trabajo?<br />

H.M: Generalmente voy a trabajar justo después del desayuno. Me siento a la máquina.<br />

Si descubro que no soy capaz de escribir, renuncio. En general no hay ritos introductorios.<br />

B: ¿Hay ciertas horas del día, ciertos días en los que usted trabaja mejor que otros?<br />

H.M: Prefiero la mañana ahora y solo por dos o tres horas. Al principio solía trabajar después<br />

de la medianoche hasta el amanecer, pero eso fue en el principio. Incluso después de llegar a<br />

París me pareció que era mucho mejor trabajar en la mañana. Pero entonces yo solía trabajar<br />

largas horas. Trabajaba por la mañana, tomaba una siesta después del almuerzo, me levantaba<br />

y escribía de nuevo, a veces escribía hasta la medianoche. En los últimos diez o quince años,<br />

he descubierto que no es necesario trabajar tanto. Es malo, de hecho. Se drena el depósito.<br />

B: ¿Diría que escribe rápidamente?<br />

H.M: Mucha gente dice eso. Debo hacer un gran ruido cuando escribo. Supongo que escribo<br />

rápidamente. Pero entonces eso varía. Puedo escribir rápidamente durante un tiempo, luego<br />

hay etapas en las que estoy atrapado y podría pasar una hora en una página. Pero eso es bastante<br />

raro, porque cuando descubro que estoy atascado, salto la parte difícil, sigo adelante, y la<br />

retomo fresco al día siguiente.<br />

B: ¿Puede calcular cuánto tiempo va a llevarle escribir un libro?<br />

H.M: No puedo responder a eso. Nunca pude predecir cuánto tardaría un libro: incluso ahora.<br />

Es algo falso tomar las fechas que el autor dice que comenzó y terminó un libro porque no<br />

significa que estuviera escribiendo el libro constantemente durante ese tiempo. Toma Sexus,<br />

o toma toda la Crucifixión Rosada. Creo que empecé en eso en 1940, y aquí todavía estoy en<br />

eso. Bueno, sería absurdo decir que he estado trabajando en ello todo este tiempo. Ni siquiera<br />

he pensado en ello durante años.<br />

B: Bueno, sé que reescribió Trópico de Cáncer varias veces y ese trabajo probablemente le<br />

causó más problemas que cualquier otro, pero por supuesto era el principio. Entonces también<br />

me pregunto si la escritura no es más fácil para usted ahora…<br />

H.M: Creo que estas preguntas carecen de sentido. ¿Qué importa cuánto tiempo se tarda en<br />

104<br />

105


escribir un libro? Si tuvieras que preguntar eso de Georges Simenon, te lo diría muy definitivamente.<br />

Creo que le lleva de cuatro a siete semanas. Sabe que puede contar con ello. Sus<br />

libros tienen una cierta longitud por lo general. Es una de esas excepciones raras, un hombre<br />

que cuando dice: “ahora voy a comenzar y escribir este libro,” se entrega a él completamente.<br />

No tiene nada más que pensar o hacer. Bueno, mi vida nunca ha sido así. Tengo todo lo demás<br />

bajo el sol para hacer mientras escribo.<br />

B: ¿Edita o cambia mucho?<br />

H.M: Eso también varía mucho. Nunca hago ninguna corrección o revisión mientras estoy en<br />

el proceso de escribir. Digamos que escribo una cosa de cualquier manera antigua y luego,<br />

después de que se enfríe, lo dejo descansar un rato, quizá un mes o dos, lo veo con un ojo<br />

fresco. Entonces tengo un tiempo maravilloso. Solo voy a trabajar con el hacha. Pero no siempre.<br />

A veces sale casi como quiero.<br />

B: ¿Cómo hace para revisar?<br />

H.M: Cuando estoy revisando, uso una pluma y tinta para hacer cambios, cruzar, insertar. El manuscrito<br />

parece maravilloso después, como un Balzac. Luego vuelvo a escribir y, en el proceso<br />

de volver a escribir, hago más cambios. Prefiero volver a escribir todo yo mismo, porque, incluso<br />

cuando pienso que he hecho todos los cambios que quiero, el mero negocio mecánico de tocar<br />

las teclas agudiza mis pensamientos y me encuentro revisando mientras hago la cosa terminada.<br />

B: ¿Quiere decir que hay algo entre usted y la máquina?<br />

H.M: Sí, de alguna manera la máquina actúa como estímulo; es una cosa cooperativa.<br />

B: En The Books in My Life, dice que la mayoría de los escritores y pintores trabajan en una<br />

posición incómoda. ¿Cree que eso ayuda?<br />

H.M: De alguna manera he llegado a creer que lo último que un escritor o cualquier artista<br />

piensa es en estar cómodo mientras trabaja. Tal vez el malestar es un poco de una ayuda o estímulo.<br />

Los hombres que pueden permitirse el lujo de trabajar en mejores condiciones suelen<br />

optar por trabajar en condiciones miserables.<br />

B: ¿No son estas molestias a veces psicológicas? Usted toma el caso de Dostoievski...<br />

H.M: Bueno, no lo sé. Dostoievski estaba siempre en un estado miserable, pero no se puede decir<br />

que eligió deliberadamente las molestias psicológicas. No, lo dudo mucho. No creo que nadie<br />

elija estas cosas, a menos inconscientemente. Creo que muchos escritores tienen lo que podríamos<br />

llamar una naturaleza demoníaca. Siempre están en problemas, ya sabes, y no solo mientras<br />

escriben, sino en todos los aspectos de sus vidas, con el matrimonio, el amor, el negocio, el<br />

dinero, todo. Está todo atado, todo es parte de la misma cosa. Es un aspecto de la personalidad<br />

creativa. No todas las personalidades creativas son de esta manera, pero algunos lo son”.<br />

Después de su divorcio con June, Miller se casó, en 1944, con Janina Martha Lepska, una<br />

inmigrante polaca, estudiante de filosofía, con quien tuvo dos hijos, Tony y Valentine. Ocho<br />

años después se divorciaron y, meses más tarde, el escritor consumó su cuarto casamiento, esta<br />

vez con Eve McClure, de quien se separaría en 1960. Su última esposa fue la cantante japonesa<br />

Hiroko Tokuda, más de 40 años más joven que él, con quien estuvo casado de 1967 a<br />

1977, tres años antes de morir. Se dice que una de sus últimas amantes fue la actriz Brenda<br />

Venus, homenajeada en Querida Brenda, un libro de cartas de amor remitidas por el autor a<br />

(Der.) Con Eve McClure, su cuarta<br />

esposa, de quien se separaría<br />

en 1960. Su última esposa fue la<br />

cantante japonesa Hiroko Tokuda,<br />

con quien estuvo casado diez años<br />

y tres antes de morir. Su última<br />

amante, Brenda Venus, homenajeada<br />

en Querida Brenda.<br />

Afiche promocional y fotograma<br />

de Henry and June (1990),<br />

dirigida por Philip Kaufman,<br />

centrada en los supuestos<br />

avatares del escritor, su esposa<br />

June y Anaïs Nin e interpretada<br />

por Fred Ward, Uma Thurman y<br />

Maria de Medeiros.<br />

la actriz que obtuvo gran fama gracias a su performance en Foxy Brown, el filme de 1974.<br />

El cine, de hecho, fue un espacio en el que los textos de Miller encontraron nuevas versiones,<br />

dando cuenta de su potencial visual. Trópico de Cáncer fue adaptada en 1970 por Joseph Strick<br />

y protagonizada por Rip Torn en el papel de Miller. El mismo año, el director y guionista Jens<br />

Jørgen Thorsen hizo lo propio con otra obra, Días tranquilos en Clichy, texto que también elegiría<br />

el gran Claude Chabrol en 1990 para su película homónima protagonizada por Andrew<br />

Mccarthy, Nigel Havers, Isolde Barth y Barbara de Rossi. Del mismo año es Henry<br />

and June, dirigida por Philip Kaufman, centrada en los supuestos avatares del escritor, su esposa<br />

June y Anaïs Nin e interpretada por Fred Ward, Uma Thurman y Maria de Medeiros.<br />

Hace dos años se reeditó en castellano El puente de Brooklyn, una colección de seis relatos inéditos<br />

que toma su título de uno de ellos, aunque el original Noches de amor y risa de 1955 era<br />

más representativo. Según el crítico español Manuel Hidalgo, el libro constata que la fama<br />

de Miller como un autor casi estrictamente centrado en el sexo es, cuando no injusta, un poco<br />

falaz o acotada: “El lector persuadido de que la única identidad de Miller como escritor procede<br />

del cultivo literario de la sexualidad no encontrará lo que espera, aunque uno de los textos esté<br />

dedicado, siempre en el plano autobiográfico, a su relación con una prostituta, una de tantas<br />

que mantuvo con las profesionales del sexo. Aquí aparece el Miller observador de la condición<br />

humana y de los tipos con significación social y existencial, el que reflexiona y especula, el que se<br />

demora y se explaya con consideraciones psicológicas y, dicho en términos vulgares, filosóficas.<br />

Confeso admirador de Dostoievski y Nietzsche, a quienes citó como sus referentes formativos,<br />

Miller era, a su modo, también un pensador crítico y político que reflexionó, desde una<br />

perspectiva ácrata, sobre la sociedad de su tiempo y, muy especialmente, sobre el modo de vivir<br />

estadounidense, que detestó por su componente puritano y capitalista, como quedó explícito en<br />

Una pesadilla con aire acondicionado (1945), un libro fruto del fermento de los viajes que hizo<br />

por su país, a su regreso de Francia. Es absurdo desmentir que Miller fuera un escritor especializado<br />

en los avatares del sexo, pero, al fin, es una losa que pesa sobre él y su literatura y que<br />

no solo opaca al hombre culto que dedicó libros a Rimbaud, Cendrars, amigo suyo en París, y<br />

D.H. Lawrence, claro, al lírico y desesperado poeta en prosa, al ensayista, al detentador de una<br />

conciencia inconformista respecto a su país y a su época, sino que también distorsiona el modo<br />

en el que el sexo era para él no solo sexo, sino el epicentro de un complejo conjunto de terminales<br />

y ramificaciones, la muerte, la angustia, la falta de sentido, que, sin descartar ni mucho<br />

menos al placer, se congregan en la actividad amatoria del ser humano”.<br />

En consonancia con lo planteado por Hidalgo, Miller dedicó mucho tiempo e interés a cuestiones<br />

no centradas en lo sexual empezando por el arte de escribir y leer: “A pesar de las opiniones<br />

de los cínicos y misántropos, sostengo que el hombre siempre se empeñará en compartir sus<br />

más profundas experiencias. Los libros son una de las pocas cosas que los hombres atesoran<br />

profundamente. Y cuanto mejor sea el hombre, con mayor facilidad será capaz de desprenderse<br />

de los bienes que más atesora. El libro que yace inane en un anaquel es munición desperdiciada.<br />

Los libros deben mantenerse en constante circulación, como el dinero. ¡Prestad y tomad prestados<br />

ambas cosas: libros y dinero! Pero especialmente libros, porque los libros representan infinitamente<br />

más que el dinero. El libro no solo es un amigo, sino que sirve para hacernos conquistar<br />

106 107


amigos. El libro enriquece al que se apodera de él con toda el alma, pero enriquece tres veces<br />

más al que lo analiza”. Y siguiendo por la mística proveniente de las religiones orientales a cuyo<br />

estudio dedicó la última parte de su vida: “Pasé toda mi existencia buscando la felicidad. Hoy sé<br />

en qué consiste: pintar, nadar, mirar la belleza”. Pero, probablemente especulando con que la<br />

posteridad que tanto lo preocupaba estaría más asegurada si mantenía hasta el fin su imagen de<br />

artista ungido por el sexo, siguió hablando del tema en sus libros y en su vida cotidiana; sacándose<br />

fotos, ya anciano, rodeado de mujeres desnudas y otra clase de monadas que, de hacerse en<br />

el presente, serían catalogadas como gestos de cosificación de la mujer, machismo exacerbado y<br />

miles de etcéteras. Lejos de muchos de los planteos y discusiones actuales, Miller creía que el<br />

hombre no se define socialmente por el género o la preferencia sexual, tampoco por su postura<br />

política o el país en el que nació, incluso para denostarlo: “Lo que digo en mis libros es antiestadounidense;<br />

yo siempre estoy criticando a Estados Unidos, soy el más duro. Ni siquiera los rusos<br />

podrían decir cosas peores y, sin embargo, soy cien por cien estadounidense. Me siento como<br />

Walt Whitman; soy un individualista. No me preocupa ni el país, ni la bandera, ni los militares,<br />

ni el patriotismo. Todo eso no me dice nada ni me lo dijo nunca, ni siquiera cuando era joven.<br />

He nacido anarquista, aunque esa sea una mala palabra en el mundo de hoy. Fue Emma Goldman<br />

quien me inició en el anarquismo; cuando tenía 20 años y me la encontré por primera vez.<br />

Sentí inmediatamente simpatía hacia ella. Yo no tiraba bombas; ella tampoco hablaba de tirar<br />

bombas. Eso no es el anarquismo auténtico. El anarquista es un hombre que quiere paz para el<br />

mundo y que no quiere gobiernos, que son nuestro peor enemigo; quienes nos causan los problemas,<br />

y nos piden que luchemos contra otros países cuando la gente no está interesada. Los<br />

periódicos y los políticos son los que crean las guerras. Muerte a los políticos”.<br />

Como siempre se dice de nuestro Jorge Luis Borges, Miller también anhelaba obtener el<br />

Premio Nobel de Literatura. Pocos días después de que se le hubiese concedido a Isaac Bashevis<br />

Singer, declaraba, fiel a su estilo irreverente: “Si no he tenido el premio este año, peor<br />

para ellos; ya me lo darán el año que viene. Ya se sabe que el Nobel en sí mismo no es nada,<br />

es el dinero lo que importa. De todas maneras, si yo hubiera ganado el Nobel no habría ido a<br />

recibirlo. Yo no viajo más y tampoco me pongo un esmoquin”.<br />

Poco antes de morir, Miller dio entrevistas a periodistas de todo el mundo. Consagrado en<br />

vida, celebrado y emulado por las jóvenes generaciones y, sin perder, con casi 90 años, su<br />

fama de amante imaginativo y único, le dijo a la periodista española Carmina Fort, quien lo<br />

consultó por su “próximo libro”: “No lo sé, no sé lo que voy a hacer mañana. No hago planes.<br />

Creo que lo más sabio es vivir día a día y pensar que es el último, porque, al fin y al cabo, no<br />

sabemos si estaremos vivos mañana, ¿no es cierto?”<br />

El 7 de junio de 1980, a los 88 años de edad, Miller murió debido a los trastornos circulatorios<br />

que arrastraba desde hacía tiempo atrás. Su amigo y editor Noel Young, de la editorial Capra<br />

Books, anunció a la prensa que el deceso se había producido sin sufrimiento: “su muerte<br />

era esperada y fue pacífica”<br />

Fuentes:<br />

www.elpais.com<br />

http://www.henrymiller.info/bio/<br />

bio.html<br />

https://www.theparisreview.org<br />

https://www.youtube.com/<br />

watch?v=Ylsqjnjdzds<br />

https://www.theguardian.com<br />

http://www.rollingstone.com/<br />

http://www.folkways.si.edu<br />

http://dangerousminds.net<br />

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