Sindrome.del.Ovario.Poliquistico
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88 Síndrome <strong>del</strong> <strong>Ovario</strong> Poliquístico<br />
tes obesas y/o con RI el cociente<br />
LH/FSH suele estar próximo a la<br />
unidad e incluso en ocasiones invertido<br />
(FSH superior a LH).<br />
Evaluación <strong>del</strong> grado de resistencia<br />
a la insulina<br />
Otro aspecto controvertido y destacable<br />
es el que hace referencia al<br />
diagnóstico de la RI 34-35 . Su interés<br />
radica en que estos casos presentan<br />
más alteraciones ovulatorias, el<br />
hiperandrogenismo es más grave y<br />
el riesgo de alteraciones <strong>del</strong> metabolismo<br />
glucídico o de enfermedad<br />
cardiovascular resulta superior, sin<br />
olvidar que existe una terapia específica,<br />
como los fármacos insulinosensibilizantes<br />
(metformina, troglitazona,<br />
etc.) 36-38 . Sin embargo, como<br />
señala Legro, la RI es un concepto<br />
relativamente abstracto <strong>del</strong> que no<br />
existe una estrategia diagnóstica definida<br />
39 . Además, no hay pruebas de<br />
que las pacientes con RI sean las<br />
únicas que respondan a los insulinosensibilizantes.<br />
Existen múltiples pruebas de laboratorio<br />
diseñadas con el objetivo de<br />
evaluar el grado de insulinresistencia<br />
40 . De ellas, el gold standard es el<br />
clamp euglicémico hiperinsulinémico,<br />
aunque su complejidad y coste<br />
lo hacen sólo útil en protocolos de<br />
estudios con un número limitado<br />
de pacientes. Las alternativas a ello<br />
son las pruebas de tolerancia a la<br />
glucosa o la insulina, las de sensibilidad<br />
a la insulina, etc., que también<br />
requieren un acceso endovenoso.<br />
En la práctica se suelen utilizar la<br />
prueba de tolerancia oral a la glucosa<br />
(TTOG) o las determinaciones<br />
basales de la glucosa y de la insulina<br />
y el cálculo de índices a partir de<br />
éstas (Tabla 1). La TTOG tiene la<br />
ventaja de que permite diagnosticar<br />
los casos de intolerancia a la glucosa<br />
y diabetes, pero como método de<br />
cribado de la RI continúa siendo<br />
caro y engorroso. Legro et al. popularizaron<br />
el cociente simple G/I, que,<br />
al igual que la I basal, tiene el inconveniente<br />
de que cuando el problema<br />
sobrepasa la simple RI y el páncreas<br />
no puede compensar este estado<br />
al hiperinsulinismo, se le añade un<br />
incremento de la glucosa, resultando<br />
entonces el cociente falsamente<br />
normal 41 . Por ello, se han diseñado<br />
fórmulas que intentan compensar<br />
este defecto; las más utilizadas son<br />
el HOMA y el QUICKI 42-43 . En nuestro<br />
centro utilizando el cociente G/I<br />
consideramos que hay insulinresistencia<br />
si el cociente es inferior a<br />
5,09 en mujeres obesas o a 5,48 en<br />
las <strong>del</strong>gadas. Sin embargo, Legro et<br />
al. fijan el límite en 4,5. Respecto<br />
al HOMA, los estudios de Kauffman<br />
y Marqués-Vidal permiten fijar el<br />
límite de normalidad por debajo de<br />
3,8; no existen datos publicados en<br />
relación con el QUICKI 44-45 . También<br />
se han utilizado otros marcadores de<br />
RI, como la SHBG, el IGFBP 1, la<br />
homocisteína o el PAI 1 sin que en<br />
estos momentos exista aplicabilidad<br />
clínica.<br />
Ante la falta de pruebas sencillas,<br />
sensibles y específicas, muchos autores<br />
prefieren para seleccionar a las