solucionario de las actividades propuestas

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ANTOLOGÍA POÉTICA DE ROSALÍA DE CASTRO Edición a cargo de Salvador Solé Camps y Pol Solé Roig Ediciones Octaedro SOLUCIONARIO Cantares gallegos -4- Campanas de Bastabales 1. Empieza con una soleá, cantarcillo popular formado por tres versos octosílabos con rima asonante á-e en los impares. Aparte de esta estrofa inicial, el resto tienen rima consonante en los versos impares (excepto una de las estrofas) y se utiliza a menudo la figura de la concatenación. En la última estrofa añade un verso de vuelta, que rima en consonante con el segundo verso de la estrofa inicial y repite la soleá para cerrar de forma circular el poema. 2. El poema se divide en cinco partes: en la primera, una muchacha, lejos del pueblo, oye las campanas y siente nostalgia. También se alude a la pérdida de un amor, que acrecienta el sentimiento de soledad y de dolor. Este toque de campanas le sirve también de consuelo. Las distintas partes están separadas por números romanos. 3. Se repiten notas ya anunciadas a las que les siguen otras nuevas. Así, hay un movimiento de avance continuado pero a la vez «retardado» por el paso atrás que supone la repetición. Así, «Cando vos oio tocar» (v. 2) vuelve a aparecer en el verso cuarto. «Dóiome» aparece en el verso 9 y reaparece en el verso 10, uniendo ambas estrofas mediante la concatenación. «Media vida» reaparece, jugando con las palabras «media» o «vida», en los versos 11, 12 y 13. El mismo recurso se usa con el verbo «Me roubaron» (verso 15 y concatenación con el verso 16). «Amores toliños» se repite en el verso siguiente con quiasmo, es decir, sustantivo+adjetivo; adjetivo+sustantivo. En las partes en las que no aparecen repeticiones, se compensa con palabras que aparecen a lo largo del poema y que habían aparecido en la soleá inicial: «soidades» (v. 3, v. 20). Así, los temas del dolor, el amor y la soledad van apareciendo en formas sucesivas. Todo esto produce el efecto de un avance lento. 4. El sentimiento de saudade (que puede ser de la tierra, del amor y de compañía) puede existir aun sin relación con la distancia física que separa al «saudoso» del lugar donde vivió. En este poema es el sonido de las campanas el que provoca la saudade. Se trata, pues, de una distancia más de tipo espiritual que físico. Es posible que la mujer sienta saudade, nostalgia, añoranza de la seguridad que le ofrecía la casa paterna, y de la ternura que recibía de sus familiares y amigos. 1

ANTOLOGÍA POÉTICA DE ROSALÍA DE CASTRO<br />

Edición a cargo <strong>de</strong> Salvador Solé Camps y Pol Solé Roig<br />

Ediciones Octaedro<br />

SOLUCIONARIO<br />

Cantares gallegos<br />

-4-<br />

Campanas <strong>de</strong> Bastabales<br />

1. Empieza con una soleá, cantarcillo popular formado por tres versos octosílabos con<br />

rima asonante á-e en los impares. Aparte <strong>de</strong> esta estrofa inicial, el resto tienen rima<br />

consonante en los versos impares (excepto una <strong>de</strong> <strong>las</strong> estrofas) y se utiliza a menudo<br />

la figura <strong>de</strong> la concatenación. En la última estrofa aña<strong>de</strong> un verso <strong>de</strong> vuelta, que<br />

rima en consonante con el segundo verso <strong>de</strong> la estrofa inicial y repite la soleá para<br />

cerrar <strong>de</strong> forma circular el poema.<br />

2. El poema se divi<strong>de</strong> en cinco partes: en la primera, una muchacha, lejos <strong>de</strong>l pueblo,<br />

oye <strong>las</strong> campanas y siente nostalgia. También se alu<strong>de</strong> a la pérdida <strong>de</strong> un amor, que<br />

acrecienta el sentimiento <strong>de</strong> soledad y <strong>de</strong> dolor. Este toque <strong>de</strong> campanas le sirve<br />

también <strong>de</strong> consuelo. Las distintas partes están separadas por números romanos.<br />

3. Se repiten notas ya anunciadas a <strong>las</strong> que les siguen otras nuevas. Así, hay un<br />

movimiento <strong>de</strong> avance continuado pero a la vez «retardado» por el paso atrás que<br />

supone la repetición. Así, «Cando vos oio tocar» (v. 2) vuelve a aparecer en el verso<br />

cuarto. «Dóiome» aparece en el verso 9 y reaparece en el verso 10, uniendo ambas<br />

estrofas mediante la concatenación. «Media vida» reaparece, jugando con <strong>las</strong><br />

palabras «media» o «vida», en los versos 11, 12 y 13. El mismo recurso se usa con<br />

el verbo «Me roubaron» (verso 15 y concatenación con el verso 16). «Amores<br />

toliños» se repite en el verso siguiente con quiasmo, es <strong>de</strong>cir, sustantivo+adjetivo;<br />

adjetivo+sustantivo.<br />

En <strong>las</strong> partes en <strong>las</strong> que no aparecen repeticiones, se compensa con palabras que<br />

aparecen a lo largo <strong>de</strong>l poema y que habían aparecido en la soleá inicial: «soida<strong>de</strong>s»<br />

(v. 3, v. 20). Así, los temas <strong>de</strong>l dolor, el amor y la soledad van apareciendo en<br />

formas sucesivas. Todo esto produce el efecto <strong>de</strong> un avance lento.<br />

4. El sentimiento <strong>de</strong> sauda<strong>de</strong> (que pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> la tierra, <strong>de</strong>l amor y <strong>de</strong> compañía)<br />

pue<strong>de</strong> existir aun sin relación con la distancia física que separa al «saudoso» <strong>de</strong>l<br />

lugar don<strong>de</strong> vivió. En este poema es el sonido <strong>de</strong> <strong>las</strong> campanas el que provoca la<br />

sauda<strong>de</strong>. Se trata, pues, <strong>de</strong> una distancia más <strong>de</strong> tipo espiritual que físico. Es posible<br />

que la mujer sienta sauda<strong>de</strong>, nostalgia, añoranza <strong>de</strong> la seguridad que le ofrecía la<br />

casa paterna, y <strong>de</strong> la ternura que recibía <strong>de</strong> sus familiares y amigos.<br />

1


5. Situado en la Amahía, parroquia <strong>de</strong>l ayuntamiento <strong>de</strong> Brión, partido judicial <strong>de</strong><br />

Negreira, la iglesia está situada en un otero y tiene un alto campanario que permite<br />

oír sus campanadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy lejos.<br />

-6-<br />

Adios, ríos; adios, fontes;<br />

1. Parte <strong>de</strong> una copla popular formada por cuatro versos octosílabos con rima<br />

asonante y variada en los versos pares <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> <strong>las</strong> estrofas. En el resto <strong>de</strong><br />

la composición, aparte <strong>de</strong> otras cop<strong>las</strong>, utiliza también quintil<strong>las</strong> <strong>de</strong> rima<br />

consonante a b a b a.<br />

2. El tema es el <strong>de</strong> la emigración forzada.<br />

3. Un joven se ve obligado a abandonar su casa, su tierra, su amada y, en forma <strong>de</strong><br />

apóstrofe, se dirige a ella para <strong>de</strong>spedirse. Esto le produce gran <strong>de</strong>sconsuelo y<br />

dolor, el cual a<strong>de</strong>más se acrecienta porque se ve obligado a <strong>de</strong>jarla en contra <strong>de</strong><br />

sus <strong>de</strong>seos. En <strong>las</strong> dos últimas estrofas se dirige a su amada a quien le dice que<br />

quizá jamás volverá a verla pues pue<strong>de</strong> morir <strong>de</strong> nostalgia, <strong>de</strong> soledad.<br />

4. Rosalía da una nota <strong>de</strong> conciencia social cuando afirma que los pobres<br />

campesinos no tienen nada, ni siquiera su tierra, y que ni la senda por don<strong>de</strong><br />

caminan es suya, todo es prestado, por eso han <strong>de</strong> abandonar su tierra, su gente y<br />

emigrar, en este caso a América, para salir <strong>de</strong> la miseria. Pesimismo y<br />

<strong>de</strong>sesperación: <strong>las</strong> campanas ya nunca tocarán para él. Hay una alusión por parte<br />

<strong>de</strong> Rosalía a la injusta situación política y social que conduce a la emigración.<br />

Esta protesta social era más evi<strong>de</strong>nte en la estrofa que suprimió la autora cuando<br />

incorporó esta composición a Cantares gallegos.<br />

Por xíadas, por calores<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que amañece o día<br />

don a terra es meus sudores<br />

mais canto es a terra cria<br />

todo… todo e dos señores<br />

5. Actividad libre<br />

En <strong>las</strong> oril<strong>las</strong> <strong>de</strong>l Sar<br />

-17-<br />

VII<br />

2


Ya que <strong>de</strong> la esperanza, para la vida mía<br />

-18-<br />

1. La autora utiliza como base el verso heptasilábico. Por ello, emplea versos <strong>de</strong> 14<br />

y 7 sílabas (<strong>de</strong> éstos últimos sólo el 4, 7 y 10). La rima es consonante o perfecta,<br />

con la salvedad <strong>de</strong> que dos <strong>de</strong> los versos quedan sueltos (sin rima). El esquema<br />

métrico es el siguiente: 14A 14B 14A 7B 14C 7A 14- 14D 14D 7-.<br />

2. En la primera estrofa evoca el paisaje <strong>de</strong> Padrón, contrastando el pasado y el<br />

presente, éste último con un ánimo claramente pesimista. En el resto <strong>de</strong>l poema<br />

aparece la imagen <strong>de</strong>l viajero –otro yo <strong>de</strong> la autora– que busca el sosiego, la paz<br />

y la felicidad, pero sin conseguirlo, ya que la naturaleza presenta una renovación<br />

constante que no es posible en la naturaleza humana, que no pue<strong>de</strong> recuperar su<br />

juventud.<br />

3. Del verso 140 al 145 el sujeto poético muestra que ha perdido cualquier tipo <strong>de</strong><br />

esperanza, su corazón está tan <strong>de</strong>solado que hasta «la blanca luz <strong>de</strong>l día» pue<strong>de</strong><br />

ser un motivo para aumentar su «amargura». Sólo su alma en su «<strong>de</strong>sierto» (v.<br />

149) pue<strong>de</strong> servirle <strong>de</strong> refugio. Entre los versos 146 y 149 observamos un<br />

contraste entre la blanca luz <strong>de</strong>l día <strong>de</strong>l verso anterior y el «negro nido» <strong>de</strong> este<br />

verso. Todos los símbolos tienen connotación negativa, que aumenta por la<br />

adjetivación que oscurece el posible símbolo positivo. Así, «nido», que podía<br />

tener un sentido positivo, lo pier<strong>de</strong> al ser acompañado por el epíteto «negro»;<br />

asimismo, al ave le acompaña el adjetivo «agorera». El «antro» aparece<br />

«escondido». A esto se le aña<strong>de</strong> <strong>las</strong> palabras «sepulcro», «muerto», «triste» y<br />

«olvido» y al mostrar que todo ello suce<strong>de</strong> en su alma, Rosalía nos habla <strong>de</strong> su<br />

propio dolor, que es la justificación última <strong>de</strong> su existencia.<br />

4. Cinco sujetos seguidos <strong>de</strong> complementos circunstanciales que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l<br />

verbo «reposa», que aparece en el verso 147. Aparecen tres veces en el mismo<br />

or<strong>de</strong>n: «la fiera», «en el antro»; «El triste», «en el olvido» y «mi alma», «en su<br />

<strong>de</strong>sierto». Y una vez en or<strong>de</strong>n inverso (ya que a<strong>de</strong>lanta el complemento<br />

circunstancial): «en su sepulcro», «el muerto». Todo esto sirve para establecer la<br />

relación que existe entre los distintos sujetos, merced a la repetición <strong>de</strong> la misma<br />

fórmula sintáctica, para ayudarnos en gran medida a la comprensión <strong>de</strong>l poema.<br />

5. Respuesta libre.<br />

Era apacible el día<br />

1. Es un poema <strong>de</strong> enorme complejidad métrica. Se inicia con dos cuartetas <strong>de</strong><br />

versos heptasílabos que riman en consonante <strong>de</strong> forma alterna (abab caca). A<br />

esto le siguen dos versos alejandrinos, pero conservan el ritmo heptasilábico<br />

gracias a la cesura a mitad <strong>de</strong> verso y sigue la rima consonante <strong>de</strong> los versos<br />

3


anteriores. En los versos siguientes hay un cambio <strong>de</strong> ritmo: <strong>de</strong>l dactílico<br />

(acentos rítmicos en sílabas impares) usado hasta ahora se pasa al trocaico<br />

(acento principal en sílaba par) y los versos pasan a en<strong>de</strong>casílabos con rima<br />

asonante é-a y é-o en los versos segundo y quinto <strong>de</strong> cada estrofa.<br />

En <strong>las</strong> cinco estrofas restantes, <strong>las</strong> cuatro primeras tienen cuatro versos y la<br />

última, seis. Todas el<strong>las</strong> <strong>de</strong> rima asonante aguda en -á y combinando<br />

octosílabos con en<strong>de</strong>casílabos. Podría tratarse <strong>de</strong> una variante <strong>de</strong> la silva<br />

arromanzada, cambiando el verso heptasílabo por un octosílabo. Así, en vez<br />

<strong>de</strong>l 7-11 habitual, Rosalía utilizaría el 8-11.<br />

La estructura <strong>de</strong> <strong>las</strong> estrofas es la siguiente: 4+4+2+5+5+4+4+4+6.<br />

2. Está escrito bajo la influencia <strong>de</strong>l reciente fallecimiento <strong>de</strong> su hijo Adriano,<br />

que con poco más <strong>de</strong> una año murió <strong>de</strong> forma acci<strong>de</strong>ntal. Infórmate con más<br />

<strong>de</strong>talle en <strong>las</strong> páginas 43 y 45 <strong>de</strong>l periódico ABC <strong>de</strong>l día 19 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong><br />

1967, disponible en la hemeroteca <strong>de</strong>l diario en línea.<br />

3. El poema es una elegía, ya que trata <strong>de</strong>l dolor <strong>de</strong> una madre por la muerte <strong>de</strong><br />

su hijo.<br />

4. En la primera estrofa <strong>de</strong>scribe el ambiente y muestra el contraste entre la<br />

apacibilidad y la muerte <strong>de</strong>l día, que se nos muestra a partir <strong>de</strong> una metáfora<br />

en aposición (verso 7).<br />

En <strong>las</strong> dos estrofas siguientes la persona a quien dirige <strong>las</strong> palabras<br />

«sosegaos» (v. 13), «andáis» (v. 16) muestran un cambio <strong>de</strong> persona verbal,<br />

ya que está utilizando la segunda persona <strong>de</strong>l plural. Con el uso <strong>de</strong>l plural<br />

mayestático Rosalía intenta tranquilizarse.<br />

En <strong>las</strong> restantes estrofas, que podrían formar una nueva parte, hay un nuevo<br />

cambio <strong>de</strong> persona verbal, y Rosalía se dirige en realidad a sí misma para<br />

pedir que entierren a su hijo antes que empiece a corromperse. Así, su tierna<br />

rosa no se marchitará sino que renacerá con fuerza en la ver<strong>de</strong> hierba.<br />

A partir <strong>de</strong> aquí y hasta el final <strong>de</strong>l poema, la poeta muestra serias dudas que<br />

la llevan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la certeza <strong>de</strong> una vida en el más allá, hasta la certeza que tras<br />

la muerte no hay nada. Así, nos indica que lo eterno no pue<strong>de</strong> morir pero no<br />

logra <strong>de</strong>spejar sus dudas, sabe que su hijo se ha ido para siempre. En <strong>las</strong> tres<br />

últimas estrofas se dirige a un Dios justo y bueno para insistir en que piensa<br />

reencontrarse con su hijo y muestra que sólo el amor pue<strong>de</strong> vencer a la<br />

muerte. Pero en la última estrofa aparece la realidad con toda su cru<strong>de</strong>za: su<br />

hijo ha partido para no regresar jamás. Así, el poema termina con una<br />

<strong>de</strong>solación total por parte <strong>de</strong> la autora.<br />

5. Respuesta libre.<br />

-20-<br />

Un manso río, una vereda estrecha,<br />

4


-22-<br />

1. Tres cuartetos arromanzados <strong>de</strong> versos en<strong>de</strong>casílabos con rima variada en<br />

cada uno <strong>de</strong> ellos: la primera estrofa en -á aguda, la segunda en é-o y la<br />

tercera en ó-o.<br />

2. Se trata <strong>de</strong>l tópico <strong>de</strong>l locus amoenus, en el cual la poetisa se i<strong>de</strong>ntifica<br />

con el paisaje –río, vereda, campo, pinar, puente– que propician la grata<br />

soledad <strong>de</strong> la poeta. Se trata <strong>de</strong> una técnica <strong>de</strong> <strong>de</strong>scripción selectiva.<br />

3. Se repiten elementos <strong>de</strong> la primera estrofa, que se recogen en forma <strong>de</strong><br />

recolectio incompleta. Los elementos diseminados a lo largo <strong>de</strong> la<br />

primera estrofa se recogen <strong>de</strong> forma parcial en el verso octavo <strong>de</strong> ésta.<br />

De los cinco se recogen tres: «puente», «río» y «pinar». Al mismo<br />

tiempo, se produce la interrogación retórica y, para enlazar ambas<br />

estrofas, se parte <strong>de</strong> la palabra «soledad».<br />

4. Sirve <strong>de</strong> conclusión con respecto a <strong>las</strong> dos primeras y muestra una<br />

constante en Rosalía: dolor interior que le acompaña y que proviene <strong>de</strong><br />

su propio corazón. En ella hay tres pluralida<strong>de</strong>s bimembres <strong>de</strong><br />

progresión, cuya base –binarismo positivo– está en el verso 10 (corazón,<br />

triste-dichoso), que en consecuencia genera los siguientes correlatos<br />

negativos-positivos: dolor-placer, mar-polo.<br />

5. Actividad guiada.<br />

Moría el sol, y <strong>las</strong> marchitas hojas<br />

1. Todos los versos son en<strong>de</strong>casílabos, excepto el cuarto, que es heptasílabo.<br />

Riman los pares en asonante í-a, y quedan libres los impares. Podríamos<br />

c<strong>las</strong>ificarlo pues <strong>de</strong> silva arromanzada aplicada básicamente al en<strong>de</strong>casílabo.<br />

2. En un principio, el poema es <strong>de</strong> tipo <strong>de</strong>scriptivo, pero el otoño entrevisto en la<br />

primera estrofa se carga ya <strong>de</strong> elementos <strong>de</strong> tipo subjetivo en la segunda; sigue<br />

un apunte <strong>de</strong>l suceso concreto para terminar el poema otra vez con una<br />

exclamación subjetiva.<br />

3. En la primera estrofa asistimos a la caída <strong>de</strong>l sol, el crepúsculo, por medio <strong>de</strong><br />

una personificación lexicalizada: «moría». Elije <strong>las</strong> hojas <strong>de</strong> los robles para<br />

mostrar su reflexión sobre el tempus fugit, hermosas y puras en abril y ahora<br />

marchitas. Une la palabra «hojas» a «roble» a partir <strong>de</strong> un encabalgamiento<br />

sirremático (vs. 1-2) y otro encabalgamiento para mostrar cómo caen sobre el<br />

fango, unido a un fuerte hipérbaton con un verbo a final <strong>de</strong> verso (vs. 3-4) y<br />

señala cómo vinieron a la vida en el mes <strong>de</strong> abril (vs. 5-6).<br />

En la segunda estrofa la entonación enunciativa pasa a ser exclamativa para<br />

mostrarnos la subjetividad <strong>de</strong> estos sentimientos, e invierte el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> dos<br />

mismos adjetivos: «caprichoso» y «bello». «Bello» y «caprichoso».<br />

5


-24-<br />

La última estrofa muestra el <strong>de</strong>sbordamiento <strong>de</strong>l río, se pasa <strong>de</strong> la luz amortecida<br />

<strong>de</strong> la primera estrofa a la oscuridad <strong>de</strong> ésta y la pérdida <strong>de</strong> cualquier esperanza<br />

para los ahogados. El poema termina con un po<strong>de</strong>roso epifonema que es básico<br />

en la construcción <strong>de</strong>l poema. Después <strong>de</strong> una aposiopesis, que hubiera cerrado<br />

el poema, repite el verso octavo don<strong>de</strong> muestra la paradoja que es básica en la<br />

construcción <strong>de</strong> todo el poema: «¡Cuán bella y caprichosa es la alegría!».<br />

4. «Moría» (v. 1), «marchita» (v. 1), «tumba» (v. 9), «muertas» (v. 9),<br />

«extinguióse» (v. 11), «muerte» (v. 12), «víctimas» (v. 14), «murieron» (v.<br />

15). A este léxico podríamos añadir ciertas expresiones <strong>de</strong> connotaciones<br />

claramente negativas: «extinguióse la luz: llegó la noche» (v. 11), potenciado<br />

a<strong>de</strong>más con un encabalgamiento suave <strong>de</strong> estructura comparativa: «como la<br />

muerte y el dolor, sombría» ( v. 12); «estalló el trueno, el río <strong>de</strong>sbordóse» (v.<br />

13).<br />

5. Efectivamente, el v. 13 «arrastrando en sus aguas a <strong>las</strong> víctimas» guarda estrecha<br />

relación con los artículos <strong>de</strong> Rosalía «Padrón y <strong>las</strong> inundaciones».<br />

Sedientas <strong>las</strong> arenas, en la playa<br />

1. Poema distribuido en dos partes, cada una formada por dos estrofas <strong>de</strong> versos<br />

octosílabos. La rima es asonante en los versos pares, en la primera parte á-o y en<br />

la segunda é-i.<br />

2. En los dos primeros versos la poetisa nos sitúa en una playa y nos muestra <strong>las</strong><br />

arenas que sienten (personificación) el sol y añoran el agua cercana, siempre<br />

sedientas. En el segundo verso utiliza una clara aliteración: «sienten <strong>de</strong>l sol los<br />

besos abrasados», con repetición <strong>de</strong> sibilantes y en el verso 4, lo mismo con<br />

líquidas y nasales: «ruedan francamente murmurando», que alargan y muestran<br />

el efecto <strong>de</strong> estas o<strong>las</strong> en el paisaje que <strong>de</strong>scribe. Entre los versos 1 y 2 se<br />

produce un encabalgamiento con el que consigue unir playa, sol y besos,<br />

potenciados a<strong>de</strong>más por un fuerte hipérbaton. En los versos tercero y cuarto el<br />

paisaje se enlentece mediante el uso <strong>de</strong>l asín<strong>de</strong>ton, la repetición <strong>de</strong> nasales y el<br />

adverbio en -mente. «Arenas» y «honda» aparecen personificadas y <strong>las</strong> arenas<br />

se i<strong>de</strong>ntifican con el sujeto poético. Así, compara ambos sufrimientos y lo hace a<br />

partir <strong>de</strong>l mito <strong>de</strong> Tántalo.<br />

3. En el verso 5, «<strong>de</strong> mi suerte imagen». Se i<strong>de</strong>ntifica con Tántalo.<br />

4. Lo hace en la segunda estrofa. De una forma romántica habla <strong>de</strong> un anhelo<br />

imposible. Sus ansias, como es propio en los románticos, son insaciables, y el<br />

sufrimiento y el dolor son continuos. El interrogante <strong>de</strong>l verso 9, «¿quién sabe?»<br />

es seguido por una oración fina explicativa que, con insistencia anafórica,<br />

plantea si se trata en realidad <strong>de</strong> ansia <strong>de</strong> dios y si al fin en él podrá saciarse. El<br />

6


-25-<br />

VI<br />

tono está siempre entre dubitativo y esperanzado, pero ella no cesará nunca su<br />

busqueda.<br />

5. Tántalo robó el néctar y la ambrosía <strong>de</strong> los dioses y divulgó sus secretos, por ello<br />

fue con<strong>de</strong>nado a pa<strong>de</strong>cer hambre y sed eternas. Tenía que permanecer en el lago<br />

con el agua hasta el cuello y unos árboles frutales al alcance <strong>de</strong> su mano. Si<br />

intentaba beber, retrocedían <strong>las</strong> aguas, y si quería comer algún fruto, los árboles<br />

se retiraban.<br />

Torna, roble, árbol patrio, a dar sombra<br />

1. Combina <strong>de</strong>casílabos y hexasílabos (por lo tanto el acento obligado en sílaba<br />

impar convierte el ritmo <strong>de</strong>l poema en dactílico). La primera estrofa consta <strong>de</strong> 17<br />

versos <strong>de</strong> los cuales 4 son hexasílabos. La rima es asonante á-a en los versos<br />

pares, pero hay que tener en cuenta que cada dos versos hexasílabos cuentan<br />

como un solo verso. El mismo procedimiento utiliza en la segunda estrofa, que<br />

consta <strong>de</strong> 5 versos y los dos últimos son hexasílabos.<br />

2. El poema se construye a partir <strong>de</strong>l apóstrofe dirigido al roble y a partir <strong>de</strong> una<br />

aposición señala que este roble es el árbol patrio, y le siguen una serie <strong>de</strong><br />

encabalgamientos: el primero es sirremático (sombra-cariñosa, v. 1); <strong>de</strong> este<br />

modo lo convierte a efectos acústicos en una sola palabra. Otro encabalgamiento<br />

sirremático lo hallamos en los versos 5-6.<br />

3. Mediante la entonación admirativa expresa su <strong>de</strong>seo íntimo <strong>de</strong> que el roble<br />

vuelva a ser el árbol representativo <strong>de</strong>l pueblo gallego.<br />

4. Protesta contra <strong>las</strong> ta<strong>las</strong> <strong>de</strong> los bosques que el gobierno realizó en 1882 y que<br />

llevaron a la miseria a la mayoría <strong>de</strong> los campesinos gallegos. Observamos<br />

varias imágenes bélicas: «gaita guerrera/alentó <strong>de</strong> los nuestros <strong>las</strong> almas», que<br />

potencia el encabalgamiento sirremático (vs. 3-4) y especialmente toda la estrofa<br />

final.<br />

5. Fue un árbol divinizado por los celtas y en todo el pueblo ario está investido <strong>de</strong><br />

los privilegios <strong>de</strong> la divinidad suprema <strong>de</strong> los cielos, sin duda porque atrae más<br />

el rayo y simboliza la majestad. Es sinónimo <strong>de</strong> fuerza. En latín robur simboliza<br />

tanto la fuerza moral como la física. El roble simboliza el árbol por excelencia o<br />

eje <strong>de</strong>l mundo. Está consagrado al dios céltico Dagda, el creador, encarna el<br />

principio masculino y era emblema <strong>de</strong> hospitalidad. En el cristianismo se dice<br />

que la cruz <strong>de</strong>l calvario era <strong>de</strong> roble. En Roma se celebraba anualmente en un<br />

encinar el casamiento <strong>de</strong>l dios-encina Júpiter y la diosa-encina Juno, y los<br />

asistentes iban coronados con hojas <strong>de</strong> roble.<br />

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-26-<br />

Alma que vas huyendo <strong>de</strong> ti misma,<br />

-31-<br />

1. Los versos son en<strong>de</strong>casílabos, excepto el 7 que es heptasílabo. En la primera<br />

estrofa riman los versos pares en asonante -á aguda y en á-a los versos pares <strong>de</strong><br />

la segunda estrofa.<br />

2. La serie consta <strong>de</strong> siete poemas y el que se <strong>de</strong>be comentar es el inicial <strong>de</strong> la<br />

serie. Temáticamente, en el primero Rosalía siente que ya no pue<strong>de</strong> haber alegría<br />

en ella («alma que vas huyendo»). En el segundo, le atormenta un recuerdo<br />

doloroso («cuando recuerdo»); a continuación, evoca el paisaje encantador que<br />

le ro<strong>de</strong>a («<strong>de</strong>l antiguo camino»), lleno <strong>de</strong> recuerdos, pero uno <strong>de</strong> ellos,<br />

<strong>de</strong>sarrollado en el cuarto poema, le martiriza –es una pasión que le hizo sufrir–<br />

(«ya duermen en su tumba <strong>las</strong> pasiones»). En el quinto y sexto siente que la<br />

pasión ya se está extinguiendo («creo que ya era eterno tu reino en el alma», «ya<br />

siente que te extingues en su seno»). En el séptimo poema muestra que tan sólo<br />

queda el vacío, no importa, pues la felicidad es sólo una ilusión («no subas tan<br />

alto, pensamiento loco»).El poema a comentar es el inicial <strong>de</strong> la serie.<br />

3. Interrogación retórica. El vocativo «insensata» nos muestra ya su esperada<br />

reflexión o respuesta.<br />

4. No. El adjetivo con el que termina el poema, «<strong>de</strong>sdichada», muestra la<br />

indiferencia <strong>de</strong> la naturaleza ante el <strong>de</strong>sconsuelo <strong>de</strong> su alma («en el cielo<br />

estrel<strong>las</strong>», v. 5, «flores perfumadas», v. 6). Al final, un «¡sí!» exclamativo<br />

seguido <strong>de</strong> aposiopesis muestra que <strong>las</strong> que amó y la amaron ya no existen, <strong>de</strong><br />

aquí este terrible final, que muestra su pérdida total <strong>de</strong> esperanza: «<strong>de</strong>sdichada».<br />

5. No hay que olvidar que el rostro maternal <strong>de</strong>moró breve tiempo sobre Rosalía,<br />

recién nacida. Fue siempre una niña abandonada o semi abandonada. Así, sus<br />

particulares características biográficas favorecieron la nostalgia y la búsqueda <strong>de</strong><br />

un algo in<strong>de</strong>finido e in<strong>de</strong>terminable. A<strong>de</strong>más, como es típico en el<br />

Romanticismo y como explica Rof Carvallo, el <strong>de</strong>sasosiego y <strong>las</strong> tentaciones <strong>de</strong><br />

huída van ligadas a la psicología <strong>de</strong>l vagabundo: «sigue el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los<br />

vagabundos, que si vagan sin cesar es en busca <strong>de</strong> esta profunda imagen<br />

maternal que ha quedado borrosamente grabada sin la suficiente precisión en un<br />

sector, el más arcaico, <strong>de</strong> sus estructuras cerebrales […]».<br />

Ya siente que te extingues en su seno<br />

8


-34-<br />

1. Cuarteta formada por alternancia <strong>de</strong> en<strong>de</strong>casílabos y heptasílabos con rima<br />

asonantada é-a. La tercera estrofa se inicia con dos versos heptasílabos seguidos<br />

<strong>de</strong> dos en<strong>de</strong>casílabos y con cambio <strong>de</strong> rima asonante é-o en los versos pares.<br />

Podríamos consi<strong>de</strong>rarlo una silva arromanzada y la innovación <strong>de</strong> Rosalía sería<br />

su disposición en forma <strong>de</strong> cuartetos.<br />

2. Es el sexto poema <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> siete, <strong>de</strong> los cuales «Alma que vas huyendo» era<br />

el primero, ya analizado en <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>s anteriores. Penúltimo, pues, poema<br />

<strong>de</strong>l grupo en los que se trataba una pasión que se estaba extinguiendo.<br />

3. El tema <strong>de</strong>l poema, como los restantes <strong>de</strong>l grupo es el análisis <strong>de</strong>l sentimiento<br />

amoroso, pero en estado <strong>de</strong> crisis. Se trata, en realidad, <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong>l mismo.<br />

4. «Llama vital» es una metáfora pura que alu<strong>de</strong> a la pasión amorosa. «Invierno<br />

helada» es una metáfora que indica que este invierno (otra metáfora pura) helará<br />

y apagará la llama. El último recurso que aparece al inicio <strong>de</strong> la última estrofa es<br />

una enumeración con gradación: «mudo, ciego, insensible,/sin goces ni<br />

tormentos».<br />

5. La pasión amorosa que daba luz a su espíritu y fuerza a su alma se extingue, lo<br />

cual se resume perfectamente en el verso 4: «juventud a su alma». En la segunda<br />

estrofa muestra la falta <strong>de</strong> calor en su cuerpo, en un corazón ya «falto <strong>de</strong> aliento»<br />

y <strong>de</strong> «esperanza». En esta segunda estrofa habla <strong>de</strong> algo que fue y ya no es. Un<br />

amor o una vida ya perdida. Esta imagen se repite en la última estrofa, don<strong>de</strong> se<br />

compara a un astro «apagado», «solo», «perdido».<br />

Cenicientas <strong>las</strong> aguas, los <strong>de</strong>snudos<br />

1. Son cuatro estrofas en <strong>las</strong> que combina versos en<strong>de</strong>casílabos y heptasílabos <strong>de</strong><br />

distinta forma y con un hecho común: los pares riman en asonante é-o y los<br />

impares quedan libres. Po<strong>de</strong>mos c<strong>las</strong>ificarla, por lo tanto, como un silva<br />

romance.<br />

La primera estrofa consta <strong>de</strong> 6 versos, todos ellos en<strong>de</strong>casílabos, excepto el<br />

último que es heptasílabo. En la segunda, también <strong>de</strong> seis versos, los<br />

heptasílabos son el segundo, el tercero y el cuarto (los continuos<br />

encabalgamientos dan un ritmo rápido a la estrofa). La tercera estrofa consta <strong>de</strong><br />

ocho versos y son heptasílabos el segundo, el cuarto y el octavo. La cuarta<br />

estrofa tiene diez versos y un gran dinamismo por la abundancia <strong>de</strong><br />

encabalgamientos y <strong>de</strong>bido a que los seis primeros versos son heptasílabos.<br />

Apreciamos también aposiopesis entre el quinto y el sexto verso. Un cambio <strong>de</strong><br />

entonación en este verso, que es admirativo y nominal; y una interrogación<br />

retórica en los dos últimos versos. La última estrofa es la más regular <strong>de</strong> todas.<br />

Todos los versos son en<strong>de</strong>casílabos y con entonación admirativa. El poema<br />

9


termina con aposiopesis y con la única palabra <strong>de</strong> rima esdrújula <strong>de</strong> todo el<br />

poema («céfiros»), por lo que <strong>de</strong>staca el significado <strong>de</strong> esta palabra.<br />

2. «Cenicientas» sugiere algo apagado, extinguido, acabado. Produce una fuerte<br />

impresión <strong>de</strong> tristeza. Se relaciona con «<strong>de</strong>snudos» (final <strong>de</strong> verso seguido <strong>de</strong> un<br />

encabalgamiento sirremático: «<strong>de</strong>snudos/árboles») y este verso segundo termina<br />

con «montes cenicientos», en clara relación con <strong>las</strong> «cenicientas» que da inicio<br />

al poema. El verso 3 se inicia con «parda la bruma» y termina con la palabra<br />

«pardas» que se enlaza con un encabalgamiento con <strong>las</strong> «nubes» <strong>de</strong>l verso<br />

siguiente, formando una anadiplosis en este verso. El verso 5 empieza con el<br />

adjetivo «triste» y también aparece el color «gris». En el verso séptimo<br />

encontramos el adjetivo «sordo», que se une por un encabalgamiento sirremático<br />

al sustantivo «rumor». El verso 10 termina con la palabra «lamentos», que ocupa<br />

posición <strong>de</strong> rima y que encabalga sirremáticamente con «tan extraños». En el<br />

verso 11 aparece la palabra «dolientes», que ocupa la posición <strong>de</strong> final <strong>de</strong> verso.<br />

Lo mismo suce<strong>de</strong> con «tiembla» (palabra final <strong>de</strong>l verso 13) y «<strong>de</strong>sierto» (final<br />

<strong>de</strong>l verso 16). Así po<strong>de</strong>mos apreciar cómo se van relacionando estas palabras:<br />

«cenicientas», «<strong>de</strong>snudos», «cenicientos», «parda», «pardas», «triste»,<br />

«sordo», «dolientes»…<br />

3. Señalados en la respuesta anterior. La diferencia es que en los poemas<br />

analizados hasta ahora predominaban claramente los sustantivos y había una<br />

gran escasez <strong>de</strong> adjetivos. En este poema suce<strong>de</strong> todo lo contrario.<br />

4. Sobre todo se dan en la tercera estrofa con la aparición <strong>de</strong>l mastín, <strong>de</strong>l labrador,<br />

con su capa <strong>de</strong> juncos, etc.<br />

5. Es un poema pesimista. Entre <strong>las</strong> notas <strong>de</strong> color <strong>de</strong>staca el verdor <strong>de</strong>l campo y la<br />

blancura <strong>de</strong> la gaviota, que podrían indicar cierta esperanza, pero se <strong>de</strong>svanecen,<br />

ya que la gaviota se posa en un campo que negrea, mientras los cuervos graznan.<br />

La blancura <strong>de</strong> la gaviota no hace sino resaltar, por contraste, el negruzco<br />

paisaje. Así se encuentra el yo poético, solo, envejecido, triste, <strong>de</strong>sierto,<br />

helado… y la esperanza <strong>de</strong> que esto sea precursor <strong>de</strong> una alegre y eterna<br />

primavera es sólo un sueño, algo inalcanzable.<br />

-35-<br />

En sus ojos rasgados y azules,<br />

1. La base <strong>de</strong>l poema son los versos <strong>de</strong>casílabos. Sólo hay dos versos<br />

hexasílabos, el cuarto, precedido <strong>de</strong> un encabalgamiento sirremático, y el<br />

décimo. El poema se cierra con un verso muy apreciado por los mo<strong>de</strong>rnistas,<br />

el do<strong>de</strong>casílabo. Hay que tener en cuenta que el segundo verso es paroxítono<br />

y <strong>las</strong> estrofas son <strong>de</strong> distinto número <strong>de</strong> versos (4+4+6); la rima es asonante<br />

y riman los pares en á-e. Podría tratarse <strong>de</strong> una variante <strong>de</strong> la silva, en este<br />

caso con base par, en contra <strong>de</strong> su forma habitual, <strong>de</strong> base impar.<br />

10


-36-<br />

2. La tercera estrofa es la conclusión <strong>de</strong> <strong>las</strong> otras dos, esto explica el signo <strong>de</strong><br />

admiración <strong>de</strong> los tres últimos versos, que vienen a ser una respuesta<br />

conclusiva a todo el poema.<br />

3. El amor, pero, como es habitual en Rosalía, <strong>de</strong>sdichado o infeliz.<br />

4. En este caso, para Rosalía son espíritus buenísimos que a veces ignoran su<br />

<strong>de</strong>stino, que van errantes, que se indignan, sufren o se alegran a tenor <strong>de</strong> lo<br />

que suce<strong>de</strong> en la tierra, que aman u odian, en fin, que han perdido su<br />

envoltura corporal pero conservan todas sus cualida<strong>de</strong>s humanas, y entonces<br />

aparece el dolor, impregnándolo todo.<br />

5. De forma negativa. El amor es sólo un espejismo al que a<strong>de</strong>más califica <strong>de</strong><br />

traidor.<br />

En el alma llevaba un pensamiento<br />

1. En la primera estrofa combina versos en<strong>de</strong>casílabos y heptasílabos y, como<br />

innovación métrica, Rosalía hace que rimen los versos impares en consonante,<br />

en -ento y los pares en rima aguda en –ar, en la primera estrofa.<br />

En la segunda estrofa, todos ellos en<strong>de</strong>casílabos, riman sólo los pares en<br />

asonante ó-a.<br />

2. I<strong>de</strong>ntifica pensamiento, duda y dolor. La duda y el dolor, mediante el símil o<br />

comparación, en la primera estrofa, los muestra anchos como el firmamento y<br />

hondos como el mar.<br />

3. No, cuando surge una pequeña esperanza (segunda estrofa), pronto se <strong>de</strong>svanece<br />

y este sentido tienen <strong>las</strong> dos comparaciones <strong>de</strong> la última estrofa: la fuente brota<br />

en el <strong>de</strong>sierto (por lo tanto, pronto se seca); el lirio sale entre <strong>las</strong> grietas <strong>de</strong> una<br />

roca (así que, pronto se marchita). Al final, sólo queda el <strong>de</strong>sengaño, la<br />

<strong>de</strong>sesperanza y, como inseparable compañero, el dolor. En la segunda estrofa,<br />

<strong>las</strong> comparaciones negativas respecto a la rosa, símbolo <strong>de</strong> la esperanza, hacen<br />

que ésta se esfume tan pronto como parece consolidarse.<br />

4. Pue<strong>de</strong> significar la perfección, la acabada realización, el paso <strong>de</strong>l amor, el alma,<br />

el tiempo. Aparece ya en El cantar <strong>de</strong> los cantares y en los jardines <strong>de</strong> la mística<br />

musulmana. Entre los griegos era una flor blanca, pero cuando Adonis,<br />

protegido por Afrodita, es herido <strong>de</strong> muerte, la diosa corre hacia él, se pincha<br />

con una espina y, con el último beso, tiñe con su sangre <strong>las</strong> rosas y adquieren así<br />

su color característico. Juan <strong>de</strong> Tasis, Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Villamediana, lo escribe así en<br />

su poema a la muerte <strong>de</strong> Adonis:<br />

Boca con boca Venus porfiaba,<br />

a <strong>de</strong>tener el alma que salía<br />

11


-37-<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sdichado Adonis que moría.<br />

De Ausonio surge el tópico <strong>de</strong>l collite virgo rosas. Rosalía <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> rosa, por la<br />

costumbre que había durante el mes <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> <strong>de</strong>positar rosas en <strong>las</strong> tumbas.<br />

Rosacruz era la rosa en el centro <strong>de</strong> la cruz, don<strong>de</strong> está el corazón <strong>de</strong> Cristo (el<br />

Santo Grial). Rosa es igual a virgen en el Roman <strong>de</strong> la rose. Garci<strong>las</strong>o escribe el<br />

famoso poema «En tanto que <strong>de</strong> rosa y azucena». Ronsard su «cueillez dès<br />

aujourd’hui les roses <strong>de</strong> la vie». Góngora <strong>de</strong>dica un poema a la rosa («ayer<br />

naciste, morirás mañana») y en otro aconseja a los amantes: «no os engañen <strong>las</strong><br />

rosas que a la aurora». Quevedo cita la «ostentación lozana <strong>de</strong> la rosa» y<br />

advierte «tu edad se pasará mientras lo dudas»; en su soneto XXV Lope escribe:<br />

«Antes que el cierzo <strong>de</strong> la edad ligera/seque la rosa que en tus labios crece» y en<br />

el v. 9 aña<strong>de</strong>: «no te <strong>de</strong>tengas en pensar que vives». A Francisco Rioja se le<br />

llama «el cantor <strong>de</strong> <strong>las</strong> rosas», y es famosa su silva A la rosa («Pura, encendida<br />

rosa,/émula <strong>de</strong> la llama»). En José Espronceda, la rosa es falacia <strong>de</strong>l propio yo.<br />

La <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> poesía <strong>de</strong> Juan Ramón Jiménez: «no la toques ya más,/ que así<br />

es la rosa». Y podríamos seguir citando a poetas como Carolina Coronado,<br />

Antonio Machado, los poetas <strong>de</strong> la generación <strong>de</strong>l 27 y poetas actuales.<br />

5. Dante compara el amor paradisíaco con el centro <strong>de</strong> la rosa. Al llegar al último<br />

círculo <strong>de</strong>l paraíso muestra a su amante fiel la «cándida rosa»:<br />

Bajo la forma <strong>de</strong> cándida rosa<br />

se me mostraba la milicia santa<br />

Dicen que no hablan <strong>las</strong> plantas, ni <strong>las</strong> fuentes, ni los pájaros<br />

1. Poema compuesto por tres tiradas <strong>de</strong> versos <strong>de</strong> 16 sílabas con hemistiquio<br />

central (8+8) monorítmicos y asonantados. Romance, pues, a la primitiva (sin<br />

dividir el antiguo verso épico). Cada serie tiene distinto número <strong>de</strong> versos y su<br />

esquema es: siete versos con rima á-o; cinco versos á-a; y dos versos é-o.<br />

2. Fórmula introductoria con un sujeto vago e in<strong>de</strong>terminado, pero <strong>de</strong> gran fuerza,<br />

que impone sus probables o dudosas informaciones con el peso <strong>de</strong>l plural<br />

masivo. Así, «dicen que» introduce algo que se siente como posible <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

una colectividad, y se refiere al hecho que <strong>de</strong> una forma u otra forma parte <strong>de</strong>l<br />

vivir cotidiano.<br />

3. En la primera parte la locura ocupa tres versos y medio y la razón, tres versos y<br />

medio. En la segunda parte la razón ocupa un verso y la locura, los cuatro<br />

restantes. En la última estrofa ocupa un verso la razón y otro la locura.<br />

12


-38-<br />

4. Los dos primeros versos tienen un sentido equívoco. Hay un contraste entre el<br />

«dicen que» y los contenidos siguientes: es un índice <strong>de</strong> locura. El segundo<br />

verso invita a una interpretación metafórica, son seres que hablan, que<br />

murmuran, que comentan su locura. La murmuración es un tema repetido en<br />

Rosalía –recelo <strong>de</strong> sentirse señalada con el <strong>de</strong>do–. Así, estos cuatro versos nos<br />

dan una imagen <strong>de</strong> la persona que habla: es una loca pacífica. El verso que<br />

indica que murmuran sobre ella refleja con acierto los razonamientos <strong>de</strong> los<br />

paranoicos. Ella va soñando con la eterna primavera <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong> los campos y<br />

admite que la consi<strong>de</strong>ren loca. Pero un loco no admite nunca su locura:<br />

contradictio in terminis.<br />

En la segunda estrofa hay un cambio <strong>de</strong> plano, <strong>de</strong> la locura a la cordura: «hay<br />

canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha» (v. 8). Luego no sólo pa<strong>de</strong>ce,<br />

sino que es consciente <strong>de</strong> su pa<strong>de</strong>cer, no está loca (v. 9 y 10) y la locura irrumpe<br />

<strong>de</strong> nuevo. Es mujer, ve la realidad pero la enfrenta a sus sueños. En esta segunda<br />

parte <strong>de</strong>sea <strong>de</strong>jar clara su postura: ve los hechos que todos vemos, pero no los<br />

acepta y crea una realidad distinta don<strong>de</strong> nada muere, sigue soñando.<br />

Los dos versos finales nos hacen compren<strong>de</strong>r lo terrible. La loca tiene razón, sin<br />

estos sueños sería imposible aceptar la vida.<br />

Podríamos resumirlo en el siguiente esquema: monólogo <strong>de</strong> una loca, consciente<br />

<strong>de</strong> su locura, locura que no le incapacita para percibir la realidad, por el contario,<br />

es capaz <strong>de</strong> crear una realidad superior a la <strong>de</strong> los datos que le da la experiencia.<br />

Así, la locura aparece como la única postura coherente y consecuente.<br />

5. En los versos 1 y 2 quedan diseminados la pluralidad <strong>de</strong> cinco elementos<br />

(pentamembre). Plantas (A1), fuentes (A2), pájaros (A3), onda (A4) y astros<br />

(A5). De estos cinco miembros sólo se recolectan tres en los dos últimos versos:<br />

astros (A5), fuentes (A2) y flores (A1, ya que lo consi<strong>de</strong>ramos equivalente a<br />

plantas).<br />

¡Con qué pura y serena transparencia…<br />

1. Métrica muy inusual en lengua castellana, ya que combina versos impares<br />

en<strong>de</strong>casílabos con versos pares octosílabos, por lo tanto usa dos ritmos distintos,<br />

el dactílico y el trocaico respectivamente. La rima es alterna y consonante en<br />

cada estrofa y su esquema es 11A 8b 11A 8b y con variantes <strong>de</strong> fonema en cada<br />

una <strong>de</strong> <strong>las</strong> rimas: -ía-una-ía-una; -ura-ae-ura-ae; -ina-umbre-ina-umbre; -eraserto-eras-erto;<br />

-uro-ía-uro-ía.<br />

2. No, el poema completo consta <strong>de</strong> 76 versos divididos en cuatro partes separados<br />

por cifras romanas. Se trata <strong>de</strong> un canto al paisaje gallego, contemplado en una<br />

noche en la que la luna brilla <strong>de</strong> una manera especial, iluminándolo todo <strong>de</strong> una<br />

13


forma especial. Se parece a los poemas <strong>de</strong> Fol<strong>las</strong> novas y <strong>de</strong> Cantares gallegos,<br />

pero no <strong>de</strong> En <strong>las</strong> oril<strong>las</strong> <strong>de</strong>l Sar. A<strong>de</strong>más, a diferencia <strong>de</strong> otros poemas <strong>de</strong> este<br />

libro, aquí se respira un aire <strong>de</strong> paz, tranquilidad y sosiego. Otra diferencia es<br />

que la poesía <strong>de</strong> este libro es básicamente sustantiva, y aquí hay una enorme<br />

abundancia <strong>de</strong> adjetivos.<br />

3. Técnica muy cercana al impresionismo, con muchos adjetivos cromáticos.<br />

4. El título ya es la primera imagen romántica, que vuelve a aparecer en el verso 2;<br />

Otras imágenes románticas son: «pálido rayo <strong>de</strong> luz» (v. 5), «mármol <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />

tumbas» (v. 9), «melancólica lumbre» (v. 10).<br />

También aparecen imágenes renacentistas como <strong>las</strong> «corrientes <strong>de</strong> agua<br />

cristalina» que nos recuerda a Garci<strong>las</strong>o con su po<strong>de</strong>rosa aliteración. «El mar<br />

espumoso» (v. 17) y la po<strong>de</strong>rosa personificación <strong>de</strong> «ondas plañi<strong>de</strong>ras» y «el<br />

blanco arenal <strong>de</strong>sierto».<br />

En la última estrofa reúne <strong>las</strong> imágenes románticas <strong>de</strong> la iglesia, el campanario,<br />

el viejo muro y la casta virgen solitaria.<br />

5. Actividad guiada.<br />

-39-<br />

Las campanas.<br />

Yo <strong>las</strong> amo, yo <strong>las</strong> oigo<br />

1. Todos los versos son octosílabos, excepto el 9 y el 14, que son<br />

en<strong>de</strong>casílabos. Están divididos en estrofas <strong>de</strong> cuatro versos, en los que riman<br />

los pares en asonante é-o.<br />

2. Acentuaría la soledad <strong>de</strong>l sujeto poético y provocaría tristeza.<br />

3. En la primera estrofa aparece el «yo» inicial <strong>de</strong>l sujeto poético. En la<br />

segunda, mediante una estructura comparativa, asimila el toque <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />

campanas al canto <strong>de</strong> los pájaros. La tercera estrofa tiene una estructura<br />

enumerativa y en la última estrofa, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> señalar todo lo positivo que<br />

conlleva este toque <strong>de</strong> <strong>las</strong> campanas, señala la hipótesis <strong>de</strong> qué pasaría si<br />

estas enmu<strong>de</strong>cieran y, con sendas exclamaciones, expresa la tristeza en que<br />

quedarían el cielo y la tierra. Cierra el poema con un enigmático verso<br />

exclamativo: «¡qué extrañeza <strong>de</strong> los muertos!»<br />

4. Son abundantes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la primera estrofa. Al doblar <strong>de</strong> <strong>las</strong> campanas <strong>de</strong>l<br />

primer verso sigue el rumor <strong>de</strong>l viento (v. 2), el murmullo <strong>de</strong> la fuente (v. 3)<br />

y el balido <strong>de</strong>l cor<strong>de</strong>ro (v. 4).<br />

La segunda estrofa poetiza el canto <strong>de</strong> los pájaros. Notas que se oyen en la<br />

tercera estrofa y sólo el silencio ocupa la última estrofa.<br />

5. Rosalía muestra su familiaridad con el mundo ultraterrenal y dice que el<br />

silencio <strong>de</strong> sus campanas causaría extrañeza a los propios muertos. Así, los<br />

muertos, <strong>las</strong> sombras rosalinianas siguen participando <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> los<br />

vivos: oyen los tañidos <strong>de</strong> <strong>las</strong> campanas, como cualquier ser viviente y les<br />

14


-40-<br />

agrada oír<strong>las</strong>. Así se explicaría el enigmático último verso en el que los<br />

iguala a los vivos porque ellos también <strong>las</strong> oyen y así <strong>de</strong>jarán <strong>de</strong> oír<strong>las</strong>.<br />

En la altura los cuervos graznaban<br />

-41-<br />

1. Combinación <strong>de</strong> do<strong>de</strong>casílabos y <strong>de</strong>casílabos, lo cual hace que se mantenga el<br />

rítmico dactílico a lo largo <strong>de</strong> todo el poema (acentos obligados en <strong>las</strong> sílabas 9<br />

y 11, ambas impares). La primera estrofa rima en consonante (10A 12B 10A<br />

12B). En la segunda, son todos <strong>de</strong>casílabos 10A 10B 10A 10B. La tercera<br />

estrofa sigue la rima alterna y con un solo do<strong>de</strong>casílabo 12A 10B 10A 10B. En<br />

la última estrofa y tiene con tres versos do<strong>de</strong>casílabos (12A 12B 10A 12B).<br />

2. Observamos una ten<strong>de</strong>ncia a la heterometría, combinación <strong>de</strong> distintas pautas<br />

métricas con impulso rítmico <strong>de</strong>l mismo signo (en el caso <strong>de</strong> este poema,<br />

homogéneo par). Utiliza la segmentación estrófica en la mayoría <strong>de</strong> los poemas,<br />

en la rima ofrece cambios en <strong>las</strong> distintas estrofas y utiliza frecuentemente la<br />

rima consonante aguda.<br />

3. La primera estrofa es <strong>de</strong> tipo <strong>de</strong>scriptivo (el verbo está en pretérito imperfecto) y<br />

concreta la escena <strong>de</strong> un entierro con familiares y allegados. En la segunda<br />

estrofa muestra el efecto algo cómico que le produce la escena <strong>de</strong>l entierro. En la<br />

tercera estrofa cesan los cantos y en la cuarta hay una comparación implícita <strong>de</strong><br />

enorme valor expresivo y que muestra el ambiente absurdo en que se <strong>de</strong>sarrolla<br />

el sepelio.<br />

4. La primera estrofa es <strong>de</strong> gran sonoridad. A los lamentos <strong>de</strong> familiares y<br />

allegados se une el graznido <strong>de</strong> los cuervos y el bramido <strong>de</strong> <strong>las</strong> o<strong>las</strong>, que la<br />

autora califica <strong>de</strong> «triste» concierto. En la siguiente estrofa dice que forman una<br />

sinfonía y la califica <strong>de</strong> irónica y ruda. En la tercera estrofa los cantos cesan. Por<br />

lo tanto, en la primera, concierto; en la segunda, sinfonía; y en la tercera, cese <strong>de</strong><br />

cantos.<br />

5. Muestra el ambiente absurdo, <strong>de</strong> situación carente <strong>de</strong> sentido, que se concreta en<br />

una comparación entre <strong>las</strong> bor<strong>las</strong> <strong>de</strong>l estandarte funerario y la pluma <strong>de</strong> un ave<br />

que el viento mueve al azar. Todo parece carecer <strong>de</strong> sentido, hasta la ceremonia<br />

final <strong>de</strong> la vida, que es la muerte. Así parece que el dolor sólo es verda<strong>de</strong>ro si es<br />

interior.<br />

Rosalía siente lo absurdo <strong>de</strong> la situación, el contraste entre los llantos y el<br />

silencio, el duelo y la soledad. El muerto se queda en su fosa y todo lo <strong>de</strong>más se<br />

muestra como una ceremonia hueca. Igual carencia <strong>de</strong> sentido tiene la pluma<br />

perdida que el viento arrastra.<br />

15


Aún otra amarga gota en el mar sin oril<strong>las</strong><br />

-45-<br />

1. Tres estrofas <strong>de</strong> cuatro versos alejandrinos con cesura heptasilábica. Riman los<br />

pares en asonante con variación en cada una <strong>de</strong> <strong>las</strong> estrofas: é-o en la primera, -ó<br />

aguda en la segunda y á-a en la tercera.<br />

2. El «yo» poético se da cuenta que ha cumplido su misión, que en su caso ha sido<br />

el <strong>de</strong> escribir sin buscar la gloria, que en el resto <strong>de</strong> poemas <strong>de</strong> esta serie<br />

consi<strong>de</strong>ra injusta y vana.<br />

3. Se interroga a sí misma acerca <strong>de</strong> su vocación poética. La pregunta es «¿Por qué<br />

escribo?».<br />

4. En la primera estrofa, mediante dos comparaciones, «amarga gota en el mar sin<br />

oril<strong>las</strong>» (v. 1) y «piedra arrojada <strong>de</strong> <strong>las</strong> aguas profundas al estancado légamo»<br />

(v. 4), muestra que lo que uno escribe <strong>de</strong>saparece enseguida.<br />

En la segunda estrofa, mediante una enumeración, indaga los impulsos que<br />

mueven a escribir al poeta, apunta tres posibilida<strong>de</strong>s: vicio, pasión o enfermedad<br />

<strong>de</strong>l alma. Por eso, la poetisa cae siempre en la tentación, sin po<strong>de</strong>r evitarlo.<br />

En la tercera estrofa consi<strong>de</strong>ra como algo natural que el poeta escriba. Así lo<br />

hace la naturaleza: agua, viento, sol o ave, con apelación al poeta –apóstrofe–,<br />

para mostrar que éste no va a ser menos que los elementos <strong>de</strong> la naturaleza.<br />

5. Actividad libre.<br />

No va solo el que llora<br />

1. Se trata <strong>de</strong> dos estrofas <strong>de</strong> cuatro versos en <strong>las</strong> que combina en<strong>de</strong>casílabos y<br />

heptasílabos <strong>de</strong> rima asonantada en los pares. Se trataría o bien <strong>de</strong> una silva<br />

arromanzada o <strong>de</strong> dos cuartetos liras (7- 11B 7-11B + 11- 7B 11- 11B).<br />

2. El tema es el dolor o pesar que acompaña siempre al sujeto poético (fácilmente<br />

i<strong>de</strong>ntificable con la autora).<br />

3. En la primera estrofa, mediante una imprecación o ruego, pi<strong>de</strong> a sus lágrimas<br />

que no se les sequen. En la segunda <strong>de</strong>staca la i<strong>de</strong>a existencial (topos) <strong>de</strong> que el<br />

hombre es un ser lanzado al mundo que no sabe exactamente cuál es su <strong>de</strong>stino<br />

ni el sentido que este tiene.<br />

4. Es permanente. Ya en la primera estrofa muestra que no hay dilema. Ella ha<br />

aceptado y asimilado la realidad <strong>de</strong> este dolor. Muestra que su vida es un «ser en<br />

soledad», es <strong>de</strong>cir, algo esencial y permanente, diferente <strong>de</strong> «estar en soledad»,<br />

algo transitorio que se acaba cuando estamos con alguien. Marina Mayoral<br />

afirma que Rosalía ha aceptado y asimilado la realidad <strong>de</strong>l dolor. Ha entrado en<br />

16


aquel mundo <strong>de</strong> «ari<strong>de</strong>z <strong>de</strong>sconocida» que entrevió en sus años juveniles. Ni<br />

amantes ni amigos pue<strong>de</strong>n seguirla, va sola. Dolor llevado tan al límite que,<br />

paradójicamente, en los dos últimos versos se han convertido en su «única<br />

compañía».<br />

5. Las encontrarás en: http://www.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=9<br />

-46-<br />

Hora tras hora, día tras día<br />

1. Es uno <strong>de</strong> los poemas <strong>de</strong> Rosalía con más innovaciones métricas. Cada<br />

estrofa tiene un número diferente <strong>de</strong> versos (5+6+4) y los versos son <strong>de</strong><br />

distinta medida en cada una <strong>de</strong> el<strong>las</strong>, aunque hay un claro predominio <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>casílabos (nueve <strong>de</strong> quince), seguidos <strong>de</strong> hexasílabos (tres), do<strong>de</strong>casílabos<br />

(dos) y un pentasílabo. La rima asonantada es también irregular, excepto en<br />

los pares: é-a, en la primera estrofa; í-a, en la segunda y tercera, que<br />

coinci<strong>de</strong> con los impares <strong>de</strong> la primera.<br />

Varios versos quedan sueltos, lo que refleja <strong>las</strong> gran<strong>de</strong>s liberta<strong>de</strong>s métricas<br />

que empleó Rosalía.<br />

2. Trata <strong>de</strong> la fugacidad <strong>de</strong> la vida.<br />

3. En la primera estrofa Rosalía habla <strong>de</strong>l paso <strong>de</strong>l tiempo, al que compara con<br />

un torrente que se <strong>de</strong>speña. En la segunda estrofa, usa la imagen <strong>de</strong> la flor<br />

que ya no pue<strong>de</strong> recuperar su perfume o <strong>las</strong> o<strong>las</strong> y sus quejas al llegar a la<br />

playa, que rápidamente expiran. En la estrofa final muestra que todo ha<br />

<strong>de</strong>saparecido y nadie sabe dón<strong>de</strong> queda su rastro.<br />

4. En la segunda estrofa aparece el topos <strong>de</strong>l tempus irreparabile fugit y en la<br />

última el <strong>de</strong>l ubi sunt.<br />

5. El primer verso tiene una construcción quiasmática. En el segundo se<br />

a<strong>de</strong>lanta el complemento circunstancial, en el tercero hay una aposición y<br />

a<strong>de</strong>lanto <strong>de</strong> la parte comparativa al término real: «alma mía», con la que<br />

cierra el poema a partir <strong>de</strong> la repetición <strong>de</strong> «en dón<strong>de</strong>».<br />

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