CUETLAXcoapan12
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Se recomendó la elaboración de un nuevo catálogo de inmuebles con valor patrimonial que incluyera la arquitectura representativa<br />
del siglo XX. En la imagen, planta alta del edificio que albergó el almacén Fabricas de Francia. Foto: Héctor Crispín.<br />
Este enfoque es complementario de aquél que, ya desde<br />
hace también algún tiempo, se maneja en relación con<br />
el patrimonio cultural edificado, en el que se propone la<br />
idea de que los edificios considerados monumentos deben<br />
trabajar para su propio mantenimiento; es decir, deben<br />
albergar actividades, o en la jerga del urbanismo, funciones,<br />
que permitan la generación de recursos económicos para<br />
su mantenimiento, en cantidad suficiente y proporcional<br />
a su importancia arquitectónica y dimensiones físicas para<br />
asegurar su pervivencia.<br />
Las ciudades se han considerado como cuna de la modernidad,<br />
auspiciado por el hecho de albergar a las actividades<br />
económicas y a las instituciones políticas y sociales nacidas<br />
de la revolución industrial, a pesar de que la ciudad como<br />
realidad material se remonta en el tiempo a otras épocas.<br />
Su crecimiento físico y capacidad para albergar y diversificar<br />
actividades económicas y de servicios, cada vez más<br />
complejas, contribuyeron a transformar rápidamente su relación<br />
con los entornos rurales y las mentalidades de sus<br />
residentes.<br />
La dinámica del crecimiento urbano del siglo XX confrontó<br />
en su expansión y transformación a los llamados cascos históricos,<br />
introduciendo cada vez más modificaciones físicas<br />
que permitieran albergar de una mejor manera las actividades<br />
y dispositivos tecnológicos emergentes. Una de las primeras<br />
víctimas de esta refuncionalización fue el patrimonio<br />
en una doble circunstancia; por un lado la obsolescencia<br />
funcional de sus espacios urbanos y arquitectónicos, y por<br />
otro en el imaginario colectivo. También la obsolescencia<br />
de sus mensajes y representaciones estéticas como símbolos<br />
de épocas pasadas, y la expresión de los cambios en<br />
los gustos de los grupos sociales y políticos de las élites<br />
urbanas.<br />
Los nuevos requerimientos funcionales, urbanos y arquitectónicos<br />
demandados por actividades comerciales e industriales<br />
en expansión; el desarrollo demográfico de las ciudades,<br />
atraídos por los empleos generados por una economía urbana<br />
en crecimiento, se tradujo en no pocas ocasiones en una destrucción<br />
significativa de este legado histórico.<br />
Los elementos de la modernidad urbana de finales del<br />
siglo XIX, y principios del siglo XX, hoy son parte de la<br />
historia social, urbana y arquitectónica de nuestras ciudades,<br />
ahora amenazados por las transformaciones impulsadas<br />
por la globalización como son los casos, para<br />
poner algunos ejemplos significativos, de las estaciones<br />
de ferrocarril, de las instalaciones fabriles y de los desarrollos<br />
urbanos que en su momento desbordaron los<br />
límites de la traza urbana histórica.<br />
En efecto, desde hace poco más de veinticinco años, se<br />
ha venido conformando en el mundo una nueva visión del<br />
desarrollo, para algunos reducida simplemente al concepto<br />
de la globalización económica. Esta vez; sin embargo, el<br />
gran motor de las transformaciones se sitúa en la creciente<br />
importancia de la ciencia y la tecnología, en los saberes,<br />
en el mejor aprovechamiento de los patrimonios culturales,<br />
tangibles e intangibles, que forman parte de la herencia de<br />
las naciones.<br />
El ejemplo de la informática y sus aplicaciones en todos los<br />
ámbitos de la actividad humana es ilustrativo, ella ha transformado<br />
nuestra relación con el trabajo, cualquiera que<br />
CUETLAXCOAPAN 4<br />
Año 3 / Núm. 12 / invierno 2017