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Perfumerías Unidas / Lanzamiento
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ISSEY MIYAKE
EL AROMA DEL AGUA
La fragancia L’Eau d’Issey Pure es fruto del ánimo creativo y del espíritu explorador del
diseñador japonés Issey Miyake. Se trata de una segunda parte para su primer perfume,
que creó en 1992 bajo la visión de una naturaleza sublimada, guiado por su imaginación.
“El perfume más bello, el más puro del
mundo: el perfume del agua sobre la piel
de una mujer”. Así fue como Issey Miyake
describió L’Eau d’Issey, un perfume fuera
de lo convencional que en un primer
momento sorprende y luego cautiva
con una suavidad familiar. Y es que la
fragancia representó una nueva forma
de describir la naturaleza. Puede que se
llame “eau”, pero es concentrada, sensual
y con una estela generosa.
Este 2016 Miyake otorga un nuevo aliento a
L’Eau d’Issey y abre el segundo capítulo de
su historia. Al ritmo de las estaciones, que
transcurren cada vez con mayor velocidad,
retoma su amor por una naturaleza que
se toma su tiempo, el tiempo de ponerse
en movimiento, despertada por el agua.
Un agua que nace y fluye apaciblemente;
un agua pura, creadora de momentos
suspendidos, paréntesis de sueño, instantes
de serenidad y de plenitud, más allá del
tiempo. Un agua que desde ahora será
conocida como L’Eau d’Issey Pure.
irresistible del Cashmeran, colmado de
vibraciones de almizcles y maderas.
UNA GOTA DE SOBRIEDAD
Icónico, permanece en la memoria el
famoso frasco de vidrio de L’Eau d’Issey,
con su silueta esbelta y cónica. El diseño
del nuevo frasco de L’Eau d’Issey Pure
toma prestados sus principales códigos y su
“EL PERFUME MÁS BELLO, EL MÁS PURO DEL
MUNDO: EL PERFUME DEL AGUA SOBRE LA PIEL
DE UNA MUJER”. ASÍ DESCRIBE ISSEY MIYAKE
SU NUEVA FRAGANCIA.
Todd
Bracher
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NOTAS DE NAVEGACIÓN
Transparente y profundo, fluido pero
envolvente, este nuevo perfume es rico en
contrastes. Maritima, la molécula exclusiva
de IFF, evoca las aguas límpidas y frescas,
mientras que el ámbar gris, con inflexiones
minerales y animales, añade sensualidad
y generosidad a la fragancia. Por su parte,
y como flotando sobre la gran extensión
salina, un ramo de flores resplandece,
mientras el muguete cristalino responde
a la luminosidad de la flor de azahar. Se
trata de una invitación a sumergirse en su
delicada estela blanca que continúa en las
notas de fondo, donde resuena el llamado
refinamiento, desde la sobriedad del vidrio
hasta el tapón de plata satinada. La única
excepción consiste en la esfera cristalina
que orna su vértice y se desliza en el fondo
del frasco de L’Eau d’Issey Pure.
Un sesgo artístico que ilustra el retorno
a las fuentes a través de una poesía sin
manierismo, a cargo del diseñador estadounidense
Todd Bracher.