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huellas De supervivencia y risas Del pasado En La zona arqueologica De la manzanilla Arnulfo Allende Carrera 1 Para Rosario y Rafael con amor, todos los domingos… CUETLAXCOAPAN 12 Año 3 / Núm. 11 / otoño 2017
Juego de pelota con planta de I latina. Códice Florentino. Cuando hablamos de patrimonio arqueológico, hablamos de lugares, personas y cosas que generalmente no podemos mirar. Existen dos razones principales por las cuales no los podemos ver: La primera es que las ciudades arqueológicas, los restos de sus habitantes y los vestigios de los objetos que utilizaron están bajo la tierra; la segunda es más simple: no queremos verlos. Manzanilla se localiza al norte de la Angelópolis sobre el kilómetro 22 de la carretera que comunica a Puebla con las juntas auxiliares de La Resurrección y San Miguel Canoa. Durante los años sesenta y setenta del siglo XX, La Manzanilla fue un bosque donde los poblanos acostumbraban hacer día de campo los fines de semana, además funcionaba como zona arqueológica abierta al público, en custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia. En los años setenta comenzó una serie de invasiones por parte de diversos grupos sociales, dando lugar a un proceso de urbanización, desordenado y destructivo, que dejó únicamente un juego de pelota reconstruido parcialmente. La zona arqueológica ha sido reconocida con el nombre de La Manzanilla, porque fue parte de las tierras de labor y bosques pertenecientes a la hacienda de San Diego Manzanilla, la cual estaba ya establecida en el siglo XVIII. Las primeras investigaciones del sitio fueron realizadas en el año de 1963, por estudiantes de la Summer Field School de la Universidad de las Américas (entonces establecida en la ciudad de México), quienes hicieron un levantamiento y algunas excavaciones bajo la dirección de Norberto González Crespo (Tschol y Nickel, 1977: 436), cuando el área se encontraba despoblada, ya que se consideraba como un parque municipal, no formal. Posterior a esto se han llevado a cabo diversas intervenciones arqueológicas en el sitio, principalmente por los recorridos de campo de la Fundación Alemana para la Investigación Científica, así como por parte del Puebla Preclassic Project (Fowler, 1980). En su momento y dado el acelerado crecimiento de la ciudad de Puebla, el sitio arqueológico fue registrado y deli- 1 Arqueólogo por Escuela Nacional de Antropología e Historia. Investigador del Centro INAH Puebla. mitado por la DRPMZA-INAH, sin embargo, fue imposible Año 3 / Núm. 11 / otoño 2017 13 CUETLAXCOAPAN
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