PU 19

Perfumerías Unidas / Clientes
#dudasdeLasLeCTORas
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Tengo varias arrugas.
¿Una crema antiarrugas
me las quitará?
No totalmente. Eso es algo que
solo logra el lifting quirúrgico, el
bótox u otros rellenos. Sin embargo,
un buen cosmético antiarrugas
aporta hidratación (sobre
todo, con activos como el ácido
hialurónico), aumenta la producción
de colágeno y elastina (lo
hacen los péptidos y el retinol,
entre otros) y reduce los daños
Tratamiento L’Intemporel,
de Givenchy.
causados por los radicales libres
(esta es la tarea de los antioxidantes,
desde la vitamina E hasta los polifenoles). Todo esto mejora
la textura de la piel, suaviza las arrugas y retrasa la aparición
de nuevas líneas de expresión. Pero hay que ser pacientes y
constantes. Aunque nada más aplicar la crema notaremos la
cara más jugosa, los buenos resultados pueden tardar hasta
un mes en notarse —este es el tiempo necesario para que la
piel se renueve—, y durarán mientras sigamos usándola.
¿Puede un
perfume oler
distinto en mi
cuerpo que en el
de mi amiga?
Sí. Incluso variará en tu cuerpo según sea
verano o invierno. La razón es que lo aplicamos
sobre una piel viva, cuyo pH es diferente
entre unas personas y otras. Estas
dos letras indican el estado del manto hidrolipídico
de la piel (esa barrera de grasa
y agua que nos protege de infecciones exteriores).
En una persona sana, ese valor
fluctúa entre 4,7 (si es una piel grasa) y 5,9
(para la piel seca). Los valores de pH entre
5,2 y 5,5 son los de una piel normal. Pues
Kenzo Flower by Kenzo L’Elixir.
bien, mientras las pieles secas fijan mal
las fragancias (el olor dura menos y parece
más suave), las grasas suman a las cualidades olfativas del perfume
las de su propio sebo. Esto modifica el aroma final, que suele
volverse muy intenso, algo que también sucede cuando sudamos.
¿Adiós al
contouring?
No de forma radical, pero las propuestas
que hemos visto en las pasarelas sí
apuestan por una tez más natural, no
tan esculpida como la creada con esa
técnica de maquillaje popularizada por
Kim Kardashian. En los próximos meses, dos serán
las tendencias que marquen la pauta. La primera
no es nueva, sino una vieja conocida. Hablamos del
strobing: rostros con fondos de maquillaje menos
pesados pero más brillantes.
Con esto logramos un aspecto de bienestar
y atenuamos las imperfecciones. ¿Cómo lograrlo?
Con dosis generosas de iluminador.
Lo hemos visto en Anna Sui o Carolina Herrera.
La novedad es la llegada del draping:
pómulos realzados mediante un uso generoso
del rubor rosado. Desde Marc Jacobs
hasta Chanel, son muchos los desfiles que
se apuntan a esta tendencia para dar un
look más fresco.
Corrector Instant Perfect, de Sisley.