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REVISTA SAPO CUENTOS 05

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¡<strong>SAPO</strong> 5 <strong>CUENTOS</strong>!<br />

Una vez más, Sapo Cuentos viene con esos textos<br />

que te hacen imaginar más allá de la realidad. En<br />

esta edición hemos querido dedicarla a la paz en el<br />

mundo, y hacemos un llamado a la reflexión.<br />

Disfruten e imaginen.<br />

Marcelo Díaz S.<br />

Revista Sapo.<br />

Revista Sapo<br />

Chile<br />

DIRECTOR GENERAL:<br />

Marcelo Díaz S.<br />

EDITOR:<br />

Danthe Thenad, Costa Rica.<br />

Leonardo Calderón, Costa<br />

Rica.<br />

Tir, Costa Rica.<br />

Karen Chavez, Chile.<br />

DISEÑO:<br />

Marcelo Díaz Soto.<br />

Pancho Hidalgo.<br />

Contacto<br />

contacto@revistasapo.com<br />

revistasapo@gmail.com<br />

2


Prólogo<br />

Hace un tiempo ya de una visita que hice a la sede de la Universidad Nacional, sede en<br />

Pérez Zeledón. Antes de una actividad en la que participaría, había un foro respecto a “la<br />

importancia de leer”. Respecto a este asunto soy muy drástico: no hay que leer. Es paradójico<br />

que alguien como yo, que se dedica a las letras aconseje eso.<br />

En mis clases nunca recomiendo leer. Todo esto tiene una justificación y es que la “lectura” se<br />

ha endiosado, disfrazado de mecanismo de dinámica social. La lectura no lo es, es igual que<br />

ver una película o sentarse a ver el cielo o algo más simple que escapa de mi lista, imagínelo<br />

usted.<br />

Nuestra sociedad se fundamenta en la lectura a pesar de que muchos años antes, la lectura<br />

era algo profano (para los griegos clásicos). La misma columna de la literatura española se<br />

fundamenta en el Quijote, novela en contra de la lectura (por ello el protagonista se vuelve<br />

loco). Es que la lectura es un mecanismo bivalente: a como ayuda, lo empeora.<br />

La clave está en esa cuestión que los críticos literarios (y mi memoria no me ayuda a recordar<br />

el autor de lo que diré) cada lectura es una lectura de sí mismo. Con Barthes se da la muerte<br />

del autor, de la obra y del lector. Hasta ahí, tenemos simplemente nada. Y eso es lo que debe<br />

enfrentar el lector: la realidad de que leyendo no obtendrá nada.<br />

A fin de cuentas, quien se acerca a un libro es por puro placer y no por obtener nada. Muy<br />

hindú la idea de no apegarse a los frutos materiales. Y es ahí donde trasciende lo que la<br />

lectura (lectura de uno mismo) debería buscar: criticidad. Nada ganamos mandando a leer a<br />

todos sino tienen herramientas para reinterpretarse o son personas con pobreza de criterio.<br />

Así que, querido lector de esta nueva edición de cuentos, lo invito a leer este compilado<br />

de cuentos y relatos. No ganará mucho, la lectura es un hábito solitario. Si se divierte y lo<br />

disfruta, guárdelo en su inmediatez. Espero que las siguientes letras sirvan para que sea<br />

bastante crítico. #provecho.<br />

Danthe Thenad<br />

@danthenad<br />

Berrinchesdedanthe.tumblr.com<br />

3


COLABORAN EN ESTA EDICIÓN:<br />

Nacional (Chile).<br />

Yerko Sebhastian Cortés, Chile.<br />

Hernán Jorquera, Chile.<br />

Juan pablo Cifuentes, Chile.<br />

José Landeros, Chile.<br />

Bruno Cordero, Chile.<br />

Marcela Méndez, Chile.<br />

Internacional.<br />

Emmanuel Morales Mora, Costa Rica.<br />

Atxuri Zúñiga, México.<br />

Zafar Bangash, Crescent<br />

International, Canadá.<br />

Fernando Bermudez, México.<br />

Axel Andrés Ovalle Dávila, Guatemala.<br />

Armando Rivera, Guatemala.<br />

Katerine Ortega, Ecuador.<br />

Oscar Botero Pérez, Colombia.<br />

Lucía Bueno. México.<br />

José Andrés Rivas, Venezuela.<br />

Weilong Guan. China.<br />

Julian Lopez, Argentina.<br />

Atxuri Zúñiga, México.<br />

Adriana Márquez, México.<br />

Javier Leyva Valverde, Perú.<br />

Omar Billoni, Argentina.<br />

H.M. Barcenas, México.<br />

Ank Cruz Rivera, Costa Rica.<br />

Luna, Costa Rica.<br />

Victoria Merino, Argentina.<br />

Jhoanna Neriz, México.<br />

4


ÍNDICE<br />

<strong>SAPO</strong> <strong>CUENTOS</strong> <strong>05</strong> ESPECIAL<br />

07 ¿Aires de guerra?<br />

09 Pequeños cometas<br />

10 El Takfiris (Revista Sapo n6)<br />

16 El silencio y la nada<br />

18 Lágrimas de tinta<br />

19 La flor de Cerezo<br />

20 Cien días en el arca<br />

21 El mundo<br />

22 Noches y caminos<br />

24 25 de marzo: Una Catástrofe Culpable<br />

26 Una fría mirada<br />

27 Kila bhuta Mahala<br />

29 1111<br />

31 Samsa y Ligeia<br />

32 Caja de ideas<br />

34 Una parte de mi<br />

36 Simón y el Tiempo<br />

38 Dos de la madrugada<br />

39 El último árbol<br />

41 Madre<br />

42 Antídoto<br />

44 El préstamo<br />

45 Los diminutos hombres<br />

50 Una pequeña dama de paz<br />

52 En el cole<br />

59 Entre portales<br />

64 Gris<br />

65 La paz y la lluvia<br />

66 La botella escocesa<br />

70 Abro los ojos<br />

72 Felíz cumpleaños<br />

73 Quizás<br />

75 La magia de cada estación<br />

5


ADVERTENCIA<br />

<strong>REVISTA</strong> NO APTA<br />

PARA PERSONAS CON POCA CREATIVIDAD<br />

6


¿AIRES DE GUERRA?<br />

Erase una vez un pueblo cuyo nombre que<br />

para no estigmatizar será anónimo. Al único<br />

dirigente de aquel pueblo le concurría un<br />

deseo interno, sembrar una idea en quienes<br />

integraban el pueblo: El hierro solo puede ser<br />

enfrentado con hierro.<br />

Sin embargo, temía que su pueblo se<br />

fragmentara y por lo cual abrió un espacio<br />

para que los ciudadanos –quienes se<br />

caracterizaban por valores como el amor,<br />

el análisis, la reflexión y una creencia:<br />

ante los aires de guerra propiamente se<br />

puede imponer la paz– expusieran sus<br />

pensamientos en un debate de ideas.<br />

Una vez reunidos, inició la formulación de<br />

preguntas: ¿cómo hacer para que los sonidos<br />

que tienden a robar el presente de quienes<br />

antes estos llegan a verse involucrados,<br />

en un intercambio de misiles, dé espacio a<br />

mejoras y desarrollo de potencialidades en<br />

beneficio de la comunidad?(esta pregunta<br />

es incomprensible. Hay que pedirle al autor<br />

replantearla.<br />

¿Qué hay de los sueños e ilusiones<br />

arrebatadas a manos de quienes persiguen<br />

altos cargos mundiales a costas de los más<br />

débiles?<br />

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7


Asumiendo la palabra al instante los<br />

ciudadanos expusieron:<br />

—Son preguntas de análisis y una respuesta<br />

simple no será posible. No se puede adentrar<br />

en hechos que permitan posicionarnos<br />

una manera neutral. Por eso es mejor que<br />

usted decida una vez escuchadas nuestras<br />

afirmaciones como camino que conduce a<br />

mejores frutos.<br />

Alarmantes resultan los sonidos<br />

detonadores, esos que a su paso abren un<br />

mar de materia gris contaminando no solo<br />

el aire, sino las mentes inocentes que no<br />

saben cómo responder cuando por estas<br />

son sorprendidas. El resultado que de<br />

dichas armas se desprende no es más que<br />

una desmejora, aspecto que perjudica el<br />

equilibrio en un globo que sufre por nuestras<br />

acciones inconsistentes de protección.<br />

Siempre median beneficios de vanidad. El<br />

humano, en su intento por ser reconocido y<br />

el deseo de asumir el poder, omite el daño<br />

que a su paso causa. Entonces se vuelve un<br />

simple esclavo de armas, por cuanto no solo<br />

tiene que cargarlas a pesar de su peso, sino<br />

que las mismas lo privan de caminos plácidos<br />

de proyección social, imponen miedo y<br />

resquebrajan el respeto.<br />

La creatividad no se alimenta. Regalos<br />

como los libros son escasos en los hogares.<br />

Estos se tiñen de anticuados y, lejos de<br />

instrumento para fomentar la recreación,<br />

se percibe como algo hostil que sujeta entre<br />

páginas y aporta poco. Precisamente es allí<br />

donde inicia la debilidad, cuando asignamos<br />

a medios que aportan adjetivos opuestos,<br />

obsoletos y de poco interés, y aquellos que<br />

difícilmente enriquecen que nos alejan de lo<br />

que verdaderamente importa.<br />

Seguro hay una respuesta que se entreteje<br />

a las preguntas anteriores: ser personas<br />

sensibilizadas sobre el hecho de que en la<br />

tierra hace falta la práctica del amor. Con<br />

ella, los frutos son más grandes que los que<br />

trae la violencia. Las familias son el medio<br />

propicio para ser más humanos y la posesión<br />

de armas es una salida inútil ante la escasa<br />

posibilidad de raciocinio que poseen los<br />

“altos jerarcas”.<br />

Por: Emmanuel Morales Mora, Costa Rica.<br />

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PEQUEÑOS COMETAS<br />

Ayer le disparé a otro hombre y cayó<br />

como caen mis ideales. Me llamo Steven<br />

Rodríguez y quiero demostrar que no soy un<br />

cobarde. Ya no quiero luchar. No sé qué hacer.<br />

Las dudas me hieren. Balas, campamentos<br />

militares, estrategia: ¿para qué? Si renuncio,<br />

me pueden llevar a Corte Marcial.<br />

Ayer, tres niños volaban cometas en el<br />

cielo de Israel. Se acercó un hombre y golpeó<br />

a un niño. Cayó el hombre. Los pequeños<br />

corrieron por las calles grises. “Good job”, me<br />

dijo el sargento. No hablo con nadie de esto.<br />

No sé si mis otros compañeros han pensado<br />

en rendirse.<br />

Prometí defender a mi patria y a mi<br />

familia. Juré dar mi vida por la bandera de<br />

estrellas. Dicen que es de sabios cambiar<br />

los pensamientos. No soy un cobarde… Pero<br />

ya no quiero matar. Llevo dieciocho días y<br />

diecinueve noches preguntándome: ¿soy<br />

un miedoso? ¿Qué diría mi familia? ¿Qué<br />

cuentas le entregaré a mi patria? Estoy triste,<br />

deshecho. Frágil como aquellos cometas.<br />

Llegué a pensar en el suicidio.<br />

Perdónenme: patria y familia. No más<br />

balas. Perdóname, Dios. Díganme cobarde.<br />

Regresaré a casa.<br />

Por fin, me armé de valor.<br />

Por: Atxuri Zúñiga, México.<br />

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9


<strong>SAPO</strong> CULTURA<br />

EL TAKFIRIS<br />

El Takfiris ISIS utiliza la retórica islámica para atraer jóvenes<br />

musulmanes crédulos y frustrado a sus filas. Su fraude debe ser<br />

expuesto y tratarlo con ellos de manera eficaz.<br />

Muchos creen que si se encuentran con un musulmán, estarán frente a un terrorista. Esto no<br />

es así.<br />

Hay un movimiento mesiánico proveniente de la rama del sunismo musulmán llamado Takfiris<br />

(su división más conocida es ISIS). Esta corriente extrema religiosa está formada por grupos<br />

de guerrilleros que combaten contra todo lo que está en oposición a sus creencias religiosas.<br />

Su principal enemigo, “el poder”, o sea el gobierno de Pakistán e Israel pues son aliados de<br />

Estados Unidos y también son los propios musulmanes.<br />

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<strong>SAPO</strong> CULTURA<br />

Cada vez que vemos en tv una noticia sobre<br />

terroristas, nos llama la atención lo crudo<br />

que son. Su propaganda es radical.<br />

Da’ish / ISIS, graban y suben vídeos en<br />

Internet de las personas que están a punto<br />

de ser sacrificadas, literalmente como<br />

animales. Y ellos se enorgullecen de tales<br />

rituales macabros incluso mientras los<br />

que están siendo asesinados a menudo<br />

están recitando la Shahada, una prédica en<br />

alabanza a dios (Alá).<br />

¿Cómo puede la gente que dicen ser<br />

musulmanes disfrutar de esas prácticas<br />

barbáricas?<br />

Primero, tenemos que saber quienes son<br />

estas personas, las que pueden realizar este<br />

tipo de barbaridades y sus motivos de ser<br />

terroristas.<br />

No hay un sólo grupo o etnia que represente<br />

el Takfiris. Son de todos los orígenes,<br />

hombres y mujeres, a pesar de que la mayor<br />

parte de sus cuadros vienen de Irak y Arabia<br />

Saudita. Otros atraídos por los grupos<br />

terroristas son en su mayoría, residentes<br />

fuera del Cáucaso: argelinos, tunecinos,<br />

libios, egipcios, sirios, una pizca de afganos y<br />

paquistaníes. Por supuesto los musulmanes<br />

nacidos y criados en Europa. También hay un<br />

pequeño contingente de América del Norte<br />

(Estados Unidos y Canadá).<br />

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<strong>SAPO</strong> CULTURA<br />

¿Qué atrae a que se unan a las brigadas<br />

Takfiris?<br />

Los del mundo musulmán se sienten<br />

frustrados por la falta de oportunidades en<br />

sus sociedades. Ellos están gobernados por<br />

dictadores (ya sea con uniformes militares,<br />

túnicas o vestidos de corbata) que son<br />

todos subordinados al imperialismo y el<br />

sionismo. Estos líderes ejercen una mala<br />

administración y son corruptos.<br />

Según la Organización Internacional del<br />

Trabajo (OIT), el 23% de los jóvenes en el<br />

oriente musulmán están desempleados. La<br />

cifra real podría ser mucho mayor. La gente<br />

tiene poco o nada que decir de cómo se<br />

gobierna la sociedad.<br />

Al unirse a los Takfiris, los jóvenes amargados<br />

y frustrados se sientan capaces.<br />

Los Takfiris han creado la impresión de que<br />

están respondiendo a un deseo mismo de los<br />

musulmanes. Esto desde que la institución<br />

fue prohibida en 1924. Ahora, el califa puede<br />

“declarar” la Yihad (guerra santa) contra los<br />

no musulmanes.<br />

En segundo lugar, por la que se declara el<br />

califato en partes de Siria e Irak, los Takfiris<br />

afirman que han abolido las fronteras<br />

impuestas por las potencias colonialistas<br />

bajo el acuerdo Sykes-Picot hace un siglo.<br />

Esto borra, aunque sea temporalmente, la<br />

humillación de 100 años. Ningún régimen<br />

en el oriente musulmán ha sido capaz de<br />

“lograr” algo cercano. En cambio, han perdido<br />

preciosa tierra musulmana —la Tierra Santa<br />

como al-Quds— a los sionistas después de<br />

repetidas derrotas en numerosas guerras.<br />

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<strong>SAPO</strong> CULTURA<br />

Los jóvenes musulmanes<br />

nacidos y criados en occidente<br />

que se han unido a los Takfiris<br />

sienten un profundo sentido<br />

de alienación debido al<br />

racismo y la islamofobia en<br />

estas sociedades. Esto es<br />

particularmente cierto en Gran<br />

Bretaña, Francia y Alemania.<br />

Lo mismo vale para América<br />

del Norte. Tal racismo se ha<br />

vuelto aún más pronunciada<br />

desde el atentado a las Torres<br />

Gemelas (9/11). A esto se añade<br />

la humillación infligida a los<br />

musulmanes —muchos de ellos<br />

completamente inocentes—<br />

en lugares como Abu Ghraib,<br />

Bagram, Guantánamo y una<br />

gran cantidad de sitios en<br />

todo el mundo. Los jóvenes<br />

musulmanes<br />

alienados<br />

sienten que pueden vengarse<br />

del occidente uniéndose a<br />

los Takfiris. Esto también<br />

explica porqué no se sienten<br />

ningún reparo en decapitar a<br />

cautivos occidentales a pesar<br />

de que el islamismo prohíbe<br />

expresamente tales actos.<br />

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<strong>SAPO</strong> CULTURA<br />

Los Takfiris son financiados por grupos y<br />

personas en Arabia Saudita, Kuwait y una<br />

serie de países en el oriente musulmán.<br />

Oficialmente los regímenes afirman que<br />

se oponen a este tipo de financiamiento.<br />

Muchos jóvenes descontentos han<br />

tenido sus cerebros contaminados por el<br />

wahabismo que considera cualquier persona<br />

que no entiende el Islam , un blanco legítimo<br />

para la eliminación. Este pensamiento<br />

demente puede ser rastreado hasta el final a<br />

Ibn ‘Abd al-Wahhab quién primero aprobaba<br />

esas opiniones en 1744-1745. Ese tipo de<br />

pensamiento ganaría adeptos y hoy es el<br />

resultado directo de los miles de millones de<br />

dólares gastados en la difusión wahabismo a<br />

nivel mundial.<br />

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<strong>SAPO</strong> CULTURA<br />

Alá invita a la<br />

Morada de la Paz y<br />

una sola comunidad.<br />

Hoy todo musulmán<br />

comprometido tiene la<br />

obligación de rescatar al<br />

islam de las garras de estos<br />

demonios. Esto se tiene<br />

que hacer en primer lugar ,<br />

a nivel intelectual mediante<br />

la exposición de la ideología<br />

desviada de los Takfiris.<br />

Muchos estudiosos en el<br />

mundo musulmán se han<br />

pronunciado en contra<br />

de ellos y de su ideología<br />

desviada.<br />

En segundo lugar, los que<br />

financian los Takfiris deben<br />

ser implacablemente<br />

expuestos, empezando<br />

por el régimen en Arabia<br />

Saudita al igual que los<br />

sionistas.<br />

Por: Zafar Bangash, Director de The Institute of Contemporary Islamic Thought<br />

Toronto, Canadá.<br />

http://www.crescent-online.net<br />

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15


EL SILENCIO & LA NADA<br />

Era una tarde, una de esas tardes llenas<br />

de silencio en medio de una brisa que empieza<br />

sigilosa, con calma & muchos secretos que<br />

contar. Las sirenas empezaban a cantar, a<br />

gritar amor en medio de la nada, en medio de<br />

un silencio brutal, lleno de vacíos lugares que<br />

necesitaban un par de espectadores para<br />

comenzar a imaginar.<br />

La nada empezaba a crecer, a ser más<br />

amable & con buen humor, los gorriones<br />

empezaban a dedicar canciones a los árboles,<br />

plantas & uno que otro animal silvestre que se<br />

postraba en el bosque. Alusivos a sus cantos,<br />

todos empezaban a danzar, los árboles con<br />

pasos sigilosos sin mover su raíces, pero<br />

regando sus hojas secas en lo delicado del<br />

otoño, las plantas sonrojadas por tal cortejo<br />

emanaban sus tonos para avivar los detalles<br />

del paisaje, los animales bailaban entre las<br />

copas de los árboles, entre las hojas secas<br />

que emanaban de ellos, flotaban mientras<br />

las tertulias de la tarde se hacían presentes<br />

en medio del silencio. Le contaban a la nada<br />

lo significante que era ella para él, la nada<br />

alucinante & llena de cosas por decir, empezó<br />

a glorificar su entorno con los secretos de su<br />

vida. Los árboles bailaban aún más fuerte,<br />

las hojas secas de sus cuerpos caían una por<br />

una en sincronía como si cayeran del cielo<br />

para glorificar a la tierra con sus colores & su<br />

madurez. El silencio gritaba aún más fuerte,<br />

su voz era más vibrante, la brisa corría por<br />

cada uno de los espacio de la nada, cada<br />

personaje de ella estaba extasiado, estaba<br />

lleno de vida, de emociones encontradas.<br />

Sus acciones las cometían con el corazón de<br />

lo que sentían, con la pasión & el amor, que el<br />

silencio & la nada se demostraban.<br />

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16


Ahí en medio de lo insignificante el silencio & la nada se enamoraron, se<br />

entregaron en cuerpo & alma a sus pasiones, en sincronía. En momentos acompañadas de<br />

grandes pianistas, tenores, violines, chelos & trompetas que se tocaban en los aires, en las<br />

copas de los árboles. Los fasores cantaban al ritmo de una banda sonora que es un ruido<br />

de olas & choques de pieles, de bailes entre lo natural & las miradas de dos surcos que se<br />

recuerdan constantemente en medio de un amor, donde el silencio calla y la nada le hace<br />

compañía para mirarse por los que le temen al amor.<br />

Cuando el mundo está al revés & el ayer es el hoy nos gustaría cometer un antier, en medio<br />

de cada beso, repitiendo los nombres en cada laguna mental, buscando sus voces en cada<br />

canción que no supimos entender, mirándonos en la nada sobre un espejo & que el silencio<br />

nos acompañe para recordarnos que el amor está detrás de uno. Mientras la luna nos mire<br />

cada día & se va pensando en volver a ver a ese amor, de dos, de todos, dedicándolo al silencio<br />

& a la nada por todos los tiempos juntos sin siquiera pensar en partir.<br />

“El amor no se busca o se espera, él llega de la forma más rara, inexplicable & junto a las<br />

personas que deben estar en ese momento. No hay destino, tampoco hay un mañana solo un<br />

aquí & ahora”.<br />

Por: Fernando Bermúdez, México.<br />

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17


LÁGRIMAS DE TINTA<br />

A veces me pregunto cómo era mi vida antes de ti. Pero ese tiempo aparece<br />

entre las brumas de una memoria espesa, cada vez más cerrada, que tamiza<br />

y amortigua cualquier evento que te antecedió. O quizá es que nunca llegué a<br />

existir del todo antes de conocerte, epicentro de mi mundo, motivo de todas<br />

mis tristezas y alegrías, ecuador de mi existencia. Porque sólo tras tu paso por<br />

mi vida, comprendí que antes de ti nada había tenido sentido. Lo devastador<br />

fue descubrir que, sin ti, nada volvería a tenerlo.<br />

La vida no volvió a ser igual. Mi prosa se enriqueció con la tristeza de tus<br />

desplantes. Con cada silencio tuyo, nacía un adjetivo desgarrado, una frase<br />

evocadora, una tristeza de tinta sobre papel por cada deseo muerto, ahogado<br />

en tu indiferencia.<br />

Mil lágrimas de tinta.<br />

Por: Cuca Ferrero, España.<br />

https://cucaferrero.wordpress.com/<br />

https://twitter.com/CucaFerrero<br />

https://www.facebook.com/cuca.ferrero<br />

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18


LA FLOR DE CEREZO<br />

De un árbol de cerezo una pequeña flor cayó. Estando en el suelo, levantó su<br />

mirada y con tristeza se preguntó, ¿por qué he tenido que ser yo? ¡He sido<br />

desechada sin razón! Veía a las demás flores danzar con el viento, parecía<br />

que a ninguna le importaba aquel suceso.<br />

Angustiada la flor, al árbol quiso subir, pero su fuerza no fue lo suficiente, y<br />

enseguida resbaló. Comenzó a romper en llanto, cuando una voz escuchó.<br />

Un pequeño geranio en la distancia emergió: –Mira a tu alrededor, querida y<br />

verás que no hay razón para tu melancolía.<br />

Al oír la pequeña flor de cerezo esto, volteó la mirada y a su lado observó, a<br />

miles de flores de colores que bailaban a su alrededor.<br />

Por: Axel Andrés Ovalle Dávila, Guatemala.<br />

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19


CIEN DÍAS EN EL ARCA<br />

dicen que fue por disposición celestial. sin<br />

embargo, dado el amor magnánimo del<br />

creador y teniendo en cuenda que todas las<br />

especies se debía de salvar, no era posible<br />

que les negaran el acceso; pero el anciano,<br />

quien siempre estaba enrabiado, desplegó<br />

un bando -de dudosa procedencia- donde<br />

se les prohibía la entrada a dos especies.<br />

aquellas criaturas quedaron atónitas ante<br />

la noticia, porque también eran parte de<br />

la creación. incluso, el mono interpuso un<br />

amparo, pero la negativa del viejo noé fue<br />

rotunda. los expulsó cual pecadores del<br />

edén y sin haber cometido falta. allá iban<br />

rumbo a la extinción, cuando el hijo menor del<br />

patriarca, tentando por el mal, les planteó un<br />

negocio a cambio de su entrada clandestina;<br />

después de unos segundos, aceptaron la<br />

propuesta. pasados cien días de copiosa<br />

lluvia se supo de su existencia. sin maldad,<br />

pero ante todo por hambre, estos seres<br />

habían devorado parte de la proa. el anciano<br />

estalló en cólera y las trató de aniquilar<br />

sin piedad. pero justo en ese momento la<br />

tormenta cesó. pero el arca todavía estaba a<br />

punto de naufragar. sin embargo, la polilla y<br />

el comején habían engordado a su placer con<br />

los sabrosos cedros de líbano y -como parte<br />

del trato- también se habían comido, pues,<br />

los documentos del nuevo orden mundial. de<br />

esa cuenta, al terminar el diluvio todo fue un<br />

caos, se cometieron los primeros crímenes, el<br />

hijo menor se hizo monarca y en el desorden<br />

-otra vez- el mal obró con ventaja creando la<br />

convulsa sociedad moderna.<br />

Por: Armando Rivera, Guatemala.<br />

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20


EL MUNDO<br />

El mundo se ha vuelto loco:<br />

sucede que hoy no duelen<br />

las selfies en los campos de concentración.<br />

Por: Katerine Ortega, Ecuador.<br />

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21


NOCHES & CAMINOS<br />

“Cada camino, cada silencio & ganas de huir;<br />

sucede una vez cada rato contigo, aparece en<br />

cada esquina. Suplica jugar con los miedos, se<br />

enamora de la soledad & a cada parpadeo se<br />

siente cada vez más cerca del olvido”.<br />

Infringir con una mirada dispersa la<br />

naturaleza de quien nos motiva. Agregarle<br />

el luto a quien nos desea, mirar siempre<br />

tinta sin mancha, oscuridad en un vacío<br />

muy colorido. El cielo miente a través de<br />

su llanto, moja cada peldaño de soledad,<br />

corren sus lágrimas por veredas, calles &<br />

laberintos abandonados por las pisadas<br />

constantes de sus visitantes.<br />

Las raíces modelan primavera, la belleza se<br />

sonroja & se intimida en los ojos de los niños.<br />

La tertulia viaja a través de sus momentos<br />

y de los suspiros que tenuemente se pegan<br />

con los días. Las risas & los gritos suenan<br />

como eco. La música moría en cada uno de<br />

los tiempos, los rostros ya eran menos &<br />

sus siluetas se hacían sombra sobre mi<br />

tinta. Los manos ya viejos me contaban sus<br />

historia & yo tan jovial, como su tiempo<br />

entre mis ojos.<br />

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22


Extrañaba poco a poco a sus ciegos. Esos<br />

ciegos que se miran & se enamoran & se<br />

marchan tras de fotos, de recuerdos &<br />

muchos días sin tenerse. Extrañaba el arte<br />

de sus manos, las caricias sobre sus paisajes,<br />

el tono fresco sobre sus recuerdos & entre<br />

tanto espacio colorido ya no veo ningún alma<br />

en pena. Ya no encuentro a sus fantasmas, ya<br />

no escucho sus desgracias.<br />

Solo hay gritos que enmudecen mis<br />

tertulias con las calles, unas calles tan<br />

resecas & tan lujuriosas que me aclaman para<br />

no quedarse solas. No siento las miradas,<br />

ni la brisa que camina. Solo me siento. Solo<br />

recuerdo & solo traspaso la agonía de mis<br />

caminos.<br />

Miro el cielo triste sin ningún invitado,<br />

con carencia de la luna, con miradas nocturnas<br />

en algunos lugares, con miradas extrañas<br />

preguntándose entre sus moradas lo mismo<br />

que yo pero con emociones diferentes &<br />

amores de improviso. La noche es muy larga<br />

& mis miradas muy apáticas, la noche casi<br />

no habla, es muy tímida cuando está sola. La<br />

noche es infinita, se mira sola cuando nadie la<br />

visita. La noche me sonríe, la noche agoniza<br />

cuando sale el sol & mis miradas mueren &<br />

comienzan mis locuras.<br />

Le dijo aquel joven a su pluma mientras se<br />

quedaba sonriente entre sus letras…<br />

“cada noche camino & me siento solo, cada<br />

noche es igual, cada noche muere conmigo &<br />

comienza a soñar”.<br />

Por: Fernando Bermúdez, México.<br />

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23


25 DE MARZO:<br />

UNA CATÁSTROFE CULPABLE<br />

Me desperté un poco inseguro y me levanté para ir al colegio. Desayuné y me fui sin<br />

despedirme de mi familia ya que el día anterior habíamos discutido. Al llegar al colegio me<br />

encontré a mis amigos Mario y Sebastián quienes me invitaron a fumar un porro y dejar las<br />

clases de lado para divertirnos. Sin pensarlo, acepté.<br />

Llegamos al río Copiapó y nos sentamos a hablar como casi todos los días. Pasado un tiempo,<br />

ya estábamos muy drogados como para levantarnos y marcharnos de ese lugar por lo que<br />

nos quedamos dormidos.<br />

Me desperté horas después gracias a la lluvia: ¡rayos, un maldito día y además comienza a<br />

llover! Si no me largo de aquí, me enfermaré.<br />

Comencé a despertar a mis amigos pero no funcionaba. Mientras lo hacía, un ruido fuerte<br />

llamó mi atención. Volteé hacia la dirección de dicho sonido y vi una avalancha de agua con<br />

escombros que venía a nuestra dirección. Asustado, traté de arrastrar a mis amigos a un<br />

lugar seguro.<br />

Perdí a mis amigos, mis esfuerzos fueron en vano. Mi padre tenía razón, soy un debilucho.<br />

Con suerte me pude salvar y dejar a la suerte a mis amigos. Estuve tratando de sostenerme<br />

en las rejas de las casas para que la corriente que pasaba por las calles no me arrastrara con<br />

ella.<br />

Toda la ciudad destruida, hay gente pidiendo ayuda: niños asustados y llorando, cuerpos<br />

siendo arrastrados por la corriente de agua. Lo único que tenía en mente era buscar a mi<br />

familia.<br />

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24


Estuve treinta minutos caminando<br />

para poder llegar a mi casa pero no estaba ahí.<br />

Empecé a desesperarme, no podía aguantar<br />

las lágrimas. Mi cuerpo temblaba por el frió,<br />

¡tengo que encontrarlos!<br />

Han pasado un par de días, he recorrido<br />

todo Copiapó ayudando y buscando a la<br />

gente que al igual que yo lo perdió todo: sus<br />

pertenencias, sus mascotas, sus familias y<br />

sus recuerdos. Aún tengo la esperanza de<br />

encontrar a mi familia.<br />

Ha pasado ya una semana de la catástrofe<br />

y aún no he podido comer. Mi estómago se<br />

queja de hambre pero tengo que aguantar.<br />

Ya he ayudado mucho aquí, es momento de<br />

irme. Salí de Copiapó y por suerte encontré<br />

un camión militar el cual amablemente me<br />

llevó hacia el puerto de Caldera. Les agradecí<br />

y me bajé. Busqué albergues, tanto caminar<br />

me tenía cansado y sediento. Finalmente, me<br />

desmayé.<br />

Recuerdo que desperté en una camilla y mi<br />

familia a mi lado. Ellos me encontraron a mí<br />

pero yo no pude encontrarlos a ellos. Ya es<br />

muy tarde para mí, estoy entrando hacia un<br />

sueño eterno con la vista más agradable del<br />

mundo. Camino junto a mi querida familia.<br />

Por: Yerko Sebhastian Cortés, Chile.<br />

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25


UNA FRÍA MIRADA<br />

Desde la puerta abierta, con su mano<br />

escondida, mira pasar la vida, indiferente.<br />

Rosario como nombre de camándula,<br />

marcando días y personas en su plegaria.<br />

-¡Rosario! – grita la madre –<br />

La temblorosa mano cierra el portón y corre<br />

sumisa, en la cocina prepara la poción. Una<br />

gota de arsénico por cada taza de chocolate.<br />

-Toma tu desayuno, madre.<br />

Lánguida Teresa, la de las largas trenzas. En<br />

su alcoba oscura, los días son tortura. La hija<br />

aprieta cuerdas letales en el destino amargo<br />

de la anciana, en la letanía del calendario<br />

está dispuesto el momento final.<br />

Rosario convoca el vejamen de su opacada<br />

existencia a quien esclavizó su piel y su<br />

cordura.<br />

La bella Rosario era riachuelo cantarín.<br />

ahora, represada, acumula fuerzas que<br />

arrasarán el dique.<br />

Teresa; la de mirada fría, congeló el calor y la<br />

pasión de Rosario.<br />

-¿A cuántos hombres has mirado hoy<br />

perversa? Impreca la madre.<br />

-Ninguno madre, tú me enseñaste a<br />

desconfiar. Solo pasan sombras madre.<br />

Y la mano vierte la gota, cuenta los días.<br />

“Mañana morirá” sentencia la hija.<br />

Temprano rompe la represa, última gota<br />

escanciada, final de camándula en la fe<br />

vertida.<br />

Rosario es río tumultuoso arrasando los<br />

caminos de los hombres asombrados.<br />

Una mujer desnuda corre en la calle de<br />

las libertades ofendidas. Rosario es hielo<br />

derretido.<br />

Por: Oscar Botero Pérez, Colombia.<br />

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KILA BHUTA MAHALA<br />

Harish Kumar es un obrero común de<br />

Calcuta, una de las ciudades más pobladas,<br />

más hacinadas y más pobres de la India, él<br />

tiene una familia de 8 personas, trabaja 14<br />

horas al día y gana solo 300 rupies al día.<br />

Era las 9:00 de la noche de un día viernes<br />

cuando Harish se despedía del aire<br />

irrespirable de la fábrica de plástico<br />

donde trabaja, se subió al último tren que<br />

partía hacia el pueblo de Belapur, donde él<br />

vivía. El tren avanzaba más lento que una<br />

tortuga por la cantidad de personas que<br />

contiene, y esto es lo que le estresaba,<br />

porque su esposa Shivani estaba muy<br />

enferma en la casa.<br />

Cuando el tren llegó a Belapur a las 12:00 de<br />

la noche, sonó un grito agudo de una mujer,<br />

hasta los vidrios se quebraron, pero Harish<br />

notó que la voz era igual a la de su esposa<br />

y sin pensar nada, fue corriendo a su casa.<br />

Sin embargo, al llegar a su casa, su esposa<br />

ya se liberó del mundo Sahva, la familia<br />

entera lloró por horas, los vecinos también<br />

estuvieron muy tristes porque Shivani era<br />

muy compasiva con ellos y les ayudaba<br />

cuando tienen problemas.<br />

Pero de repente, todos divisaron una mujer<br />

en lo lejos, vestida de negro, su sombra era<br />

muy conocida, cuando Harish corrió para ver<br />

quién era, ella desapareció, pero dejó una<br />

sandalia negra que indicaba un camino nunca<br />

explorado que pasa por allí. Muchos vecinos<br />

pensaban que era una broma pesada y le<br />

aconsejó a Harish que no lo tome en cuenta.<br />

Harish volvió a su casa, sin poder dormir,<br />

uno es por la muerte de su amor y dos, por la<br />

misteriosa sandalia.<br />

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27


Al otro día, antes de amanecer, Harish<br />

partió por el camino indicado por la sandalia<br />

para ver qué hay al otro lado, llegó a un<br />

bosque muy húmedo, lo que en India es difícil<br />

de encontrar. En el bosque encontró la otra<br />

sandalia que indicaba la misma dirección,<br />

entonces siguió caminando con más ánimo.<br />

En el bosque no había ninguna señal.<br />

En unas horas, llegó a un lugar impresionante,<br />

era un castillo de piedra, con cúpulas talladas<br />

de tótems de dioses hindúes, los muros<br />

ya están llenos de musgos. Harish entró<br />

desconfiadamente al castillo, al medio,<br />

escuchó una voz muy conocida detrás de<br />

él llamando su nombre, al darse vuelta,<br />

vio la mujer vestida de negro de la noche<br />

anterior, Harish le preguntó quien era, ella no<br />

respondía, pero se sacó la bufanda que cubría<br />

su cara, ¡era Shivani!. Harish emocionado la<br />

abrazó, ellos lloraron, rieron, conversaron,<br />

cantaron y bailaron como el día de su boda, y<br />

se durmieron en una de las habitaciones más<br />

lujosas del castillo, ese fue el día más feliz de<br />

su vida.<br />

Al despertar, Harish se encontraba en un<br />

arrozal atrás de su casa, sus vecinos estaban<br />

alrededor y le preguntó por qué se quedó<br />

dormido allí, y él miraba a todos con cara de<br />

incertidumbre...<br />

Por: Weilong Guan. China.<br />

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1111<br />

Leonardo era un hombre de cuarenta<br />

años, trabajaba en atención al cliente de<br />

una empresa de celulares, en el horario que<br />

a nadie le gustaba, el nocturno. Sentado,<br />

contestando preguntas tan simples que<br />

podían resolverlas hasta un niño de cinco<br />

años, pero habían personas que no lo podían<br />

hacer. Él decía que era debido a la falta de<br />

educación de dichas personas, pero eso<br />

solo era una opinión que salía de su boca, lo<br />

que en verdad pensaba que provocaba esa<br />

ignorancia era que mucha de esa gente tenía<br />

un alto rechazo a las nuevas tecnologías y<br />

que eran excepcionalmente perezosas como<br />

para descubrir como usarlas por si solos;<br />

Leonardo, no soportaba a los clientes que<br />

llamaban. Pero no solo estaban esa clase de<br />

clientes, él los dividía en tres grupos: uno eran<br />

ellos, los perezosos, el segundo grupo eran<br />

los quejosos; el servicio tenía problemas y<br />

siempre insultaban y amenazaban a Leonardo<br />

como si tuviera algo que ver, pero aún así,<br />

no los odiaba tanto como a los anteriores.<br />

Por último estaban los que llamaban para<br />

preguntar alguna situación más o menos<br />

compleja, esos si eran soportables; pero en<br />

fin su trabajo no le gustaba para nada y mucho<br />

menos el horario pero era su vida y debía<br />

seguirla. Tenía que mantener a su familia, sí,<br />

solo por ellos lo hacía, su esposa y su hijo; por<br />

ellos, se repetía.<br />

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29


-Hola<br />

–Dijo con voz tímida Leonardo, aunque no<br />

sabía bien por qué, nadie contestaba.<br />

¿Hola?<br />

Una risa de ultratumba se oyó, colgaron. No<br />

sabía que pasó, pero algo le decía que no era<br />

muy bueno. De un momento a otro mucha<br />

gente a su alrededor se levantó desesperada,<br />

algunos de ellos lo miraban con la cara<br />

totalmente pálida. Uno de sus compañeros<br />

llamaba a alguien por los teléfonos de la<br />

oficina, cosa que estaba prohibida hacer.<br />

Otro salía de la oficina corriendo, al parecer<br />

iba a llamar a alguna persona. Por una extraña<br />

razón, Leonardo no pudo escuchar a nadie,<br />

ninguna voz, se había quedado sordo.<br />

Dos paramédicos llegaron con una camilla<br />

y fueron corriendo hacia su posición, él se<br />

levantó de un salto para que no lo chocaran,<br />

agarraron solo el aire. Movieron sus manos<br />

como si sujetaran a un sujeto pero solo era<br />

mímica, nada era más extraño. Se fueron con<br />

una figura invisible en la camilla, Leonardo<br />

no entendía nada. Quiso preguntarle a uno<br />

de sus compañeros, porque estaban tan<br />

preocupados y qué pasaba en el lugar; pero<br />

cuando les hablaba, ellos no respondían,<br />

nadie le dirigía la palabra.<br />

Horrorizado por la ignorancia de la situación,<br />

salió corriendo de la oficina de atención<br />

al cliente de la compañía y siguió a gran<br />

velocidad por un pasillo que conectaba a<br />

dicha oficina con el ascensor a la planta baja;<br />

quería ver a los paramédicos y preguntarles<br />

“¿qué está pasando?” “¿Qué están haciendo?”.<br />

Pudo ver a la camilla y esta vez observó a<br />

quién llevaban. A él mismo, Leonardo había<br />

muerto, era un espíritu. Y sabía bien quién<br />

fue, el dueño del número 1111.<br />

Por: Julian Lopez, Argentina.<br />

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SAMSA Y LIGEIA<br />

La mujer de M. despertó una mañana<br />

convertida en un repugnante insecto. El<br />

primer pensamiento de M. fue quitarle la vida<br />

y evitarle el sufrimiento que le deparaba el<br />

porvenir, pero en el momento que jalaba del<br />

gatillo recordó los muchos años de vivencia<br />

juntos, aquellos quince años de dedicación<br />

mutua, de problemas, pero también felicidad<br />

y entre lágrimas optó por encerrarla en casa<br />

hasta que muriera.<br />

Los años fueron pasando, lentos y dolorosos,<br />

M. cuidó de ella con esmero, quizá con la<br />

esperanza de recuperarla algún día. Sin<br />

embargo, fue la muerte quien llegó, dura e<br />

implacable, al cabo de diez años. Con un dolor<br />

que le rompía el pecho M. metió el cuerpo de<br />

su mujer dentro de un saco y lo llevó al patio<br />

trasero para enterrarlo. Jamás imaginó que<br />

sucedería lo que ocurrió. M., aterrorizado,<br />

soltó el saco que se debatía entre sus brazos,<br />

este al caer se abrió y del interior no salió el<br />

cuerpo muerto del insecto repugnante sino<br />

el cuerpo desnudo de la mujer de M., vivo<br />

y lozano, el mismo cuerpo que ella poseía<br />

veinticinco años atrás.<br />

Aún desconcertado M. corrió a<br />

colmar de abrazos y besos a su mujer, quería<br />

demostrarle ese amor que jamás abandonó su<br />

corazón y le hizo cuidarla hasta la muerte. No<br />

obstante sólo consiguió, bajo una corriente<br />

de lágrimas y palabras ininteligibles, enredar<br />

sus seis patas y herir las rodillas de ella con<br />

sus mandíbulas poderosas.<br />

Por: Hernán Jorquera, Chile.<br />

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31


CAJA DE IDEAS<br />

Despertó y se dio cuenta de que<br />

había perdido sus ideas. No recordaba<br />

nada. Zeledón, no recordaba su nombre, su<br />

profesión, tampoco sus sueños. Vio una caja<br />

de madera y pensó: “seguramente aquí dejé<br />

mis ideas”. No estaban. Se puso una sudadera<br />

turquesa y salió a caminar. “¿Usted ha visto<br />

mis ideas?”, le preguntó a un gato, pero el<br />

felino se fue trepando una pared. “¿Usted<br />

ha visto mis ideas?”, le preguntó a un señor<br />

que le respondió: “nadie ha visto una idea”. El<br />

señor lo miró y no se fue por una pared, como<br />

el gato, pero se fue.<br />

“Oye, ¿tú me conoces? ¿Sabes quién<br />

soy?” El de sudadera turquesa, le preguntó<br />

a una niña y ella le dijo: “Nunca te había<br />

visto, no te preocupes, a veces yo tampoco<br />

sé quién soy”. Zeledón miró la banqueta y<br />

regresó a casa. Buscó dentro de su caja. No<br />

había nada. Solo estaba su cama y la cajita<br />

de madera. Salió y le preguntó a la vecina:<br />

“¿Quién vive aquí?” “Pues la gente dice que ahí<br />

se aparecen fantasmas, pero yo no sé nada”.<br />

“¿Sabes quienes son los dueños?” “No, no sé<br />

nada”, finalizó ella, y él se quedó mirando las<br />

nubes.<br />

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Después de un rato le volvió a dar sueño,<br />

se quedó dormido. “¡Me robaron mi caja!”<br />

gritó al despertar. Preguntó a todos los<br />

que pasaban pero nadie sabía algo de<br />

su caja. Le dio hambre… se acercó a un<br />

puesto de comida, pidió un desayuno y no<br />

lo pagó. La encargada del puesto llamó a<br />

la guardia civil y el de sudadera turquesa<br />

trató de escapar. La encargada del puesto<br />

gritó: ¡atrapen al ladrón! Zeledón no dio ni<br />

cinco pasos cuando lo detuvieron. “Eso<br />

es, soy un criminal”, pensó. Por primera<br />

vez tenía una identidad. Le agradaba la<br />

idea de ser alguien malo. Los guardias<br />

civiles pensaron en llevarlo a un hospital<br />

psiquiátrico. Después de tres horas de<br />

interrogatorios decidieron ahorrarse el<br />

trabajo y lo echaron a la calle.<br />

Caminó por la orilla de la banqueta; se dijo:<br />

“soy un criminal”. Pensó en robar un reloj,<br />

una camisa, una brújula. Sin embargo,<br />

esas ideas se fueron cuando vio tirada<br />

su caja de madera. Regresó a casa, abrió<br />

la caja y ahí las vio: “Me llamo Zeledón.<br />

Tengo un gato que trepa paredes y una<br />

vecina que no sabe nada. Hace unos días<br />

mis padres me dejaron en esta casa; ellos<br />

quieren vivir solos. Con el dinero que me<br />

dejaron compré esta sudadera y esa caja.<br />

No soy un criminal y de vez en cuando<br />

pierdo las ideas”.<br />

Por: Atxuri Zúñiga, México.<br />

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33


UNA PARTE DE MÍ<br />

En ocasiones a muchas personas nos<br />

gusta hablar o escuchar historias de terror,<br />

pero abandonamos el interés cuando lo<br />

vivimos en carne propia. Hace tres meses<br />

mi hermano murió de un paro cardiaco. Era<br />

hipertenso y siendo mi única familia sentí<br />

una profunda soledad, de nada sirvió leer<br />

cientos de reflexiones. No quería aceptar<br />

que ya no estaba conmigo. Era tanta mi<br />

desesperación que investigué en la red cómo<br />

resucitar un muerto. Después de un par de<br />

horas encontré un libro, el precio era elevado<br />

pero lo compre en línea. Cuando lo tuve en<br />

mis manos la esperanza de regresarlo a la<br />

vida me reconfortó. Si existe Dios todo es<br />

posible y lo opuesto a Dios también existe.<br />

Tenía todo preparado y a las 3:00 am me<br />

encontraba en el panteón a un lado de la<br />

tumba de mi hermano con el libro que incluía<br />

un ritual poderoso para invocar a un espíritu.<br />

Parecía sencillo, encendí una vela negra la<br />

muerte y una vela blanca la vida.<br />

“Te invoco a ti, fuerza poderosa, resucita a mi<br />

hermano”. (susurré).<br />

De la nada fluyó un ligero viento que apagó<br />

las velas. Me quedé sentada mirando a mi<br />

alrededor, todo era una locura y comencé a<br />

llorar. Besé la tumba de mi hermano y me fui<br />

a casa. Al día siguiente desperté al escuchar<br />

ruidos que venían del patio trasero de mi<br />

casa, al llegar ahí quedé inmóvil, uno de mis<br />

gatos estaba tirado en el suelo, mutilado,<br />

le faltaba la mayor parte de la cabeza y<br />

trozos del cuerpo que dejaba ver partes del<br />

hueso. Además, el cadáver de mi hermano se<br />

encontraba de espaldas, hincado en el suelo<br />

con otro de mis gatos entre sus manos que<br />

maullaba con desesperación y a tarascadas<br />

lo deglutó. De súbito volteó la cabeza hacia<br />

mí con piel desgarrada colgando de sus<br />

dientes. Comenzó a arrastrarse en dirección<br />

a la puerta donde yo estaba parada y de<br />

forma instintiva la cerré asegurándola para<br />

estar a salvo.<br />

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Miré a través de la ventana, permanecía<br />

frente a la puerta viéndola fijamente, tenía<br />

un aspecto y olor pútrido pero soportable,<br />

esperando que hiciera algún movimiento<br />

cayó al suelo como si se hubiese desmayado.<br />

No confiada busqué entre mis herramientas,<br />

usaría alguna como arma, un hacha fue el<br />

objeto más convincente. Abrí la puerta y salí<br />

al patio. Quise regresar pero la puerta cerró<br />

y quede atrapada. Percibí un movimiento, di<br />

media vuelta, era mi hermano. Si no actuaba<br />

rápido me mordería y terminaría siendo un<br />

zombi. Arrastrándose se acercó más y me<br />

atrapó por el tobillo, caí al suelo. Intenté<br />

escapar pues él no tenía mucha fuerza pero<br />

se aferró. Quise matarlo, era mi hermano<br />

menor, haría cualquier cosa por él, siempre<br />

lo protegí, no podía matarlo, lo amaba, fui yo<br />

quien lo regresó a la vida. Quizá encontraría<br />

una manera de regresarlo a la tumba sin<br />

dañarlo y fue cuando tomé la decisión que<br />

cambiaría mi vida: agarré el hacha y con toda<br />

mi fuerza mutilé mi pierna a la altura de la<br />

rodilla emitiendo un grito desgarrador.<br />

Enseguida se la trago. Me retorcí del dolor y<br />

en un segundo me di cuenta, esa cosa no era<br />

mi hermano, el ya no estaba aquí, su alma<br />

permanecía en otro lugar, debí matarlo y aun<br />

sin pierna quería seguir viviendo. Él se me<br />

montó, con la poca fuerza que yo tenía, con<br />

el hacha tiré golpe tras golpes en su cabeza y<br />

así terminó el terror. No supe nada más hasta<br />

que desperté en el hospital, mi vecina llegó a<br />

tiempo antes de que muriera desangrada, sus<br />

primeros auxilios me salvaron. No me quedó<br />

curiosidad sobre el cuerpo de mi hermano<br />

solo sé que se llevó una parte de mí.<br />

Por: Adriana Márquez, México.<br />

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SIMÓN Y EL TIEMPO<br />

Abrió los ojos y comenzó a contemplar<br />

su entorno. Se encontraba en su habitación,<br />

su antigua habitación de la adolescencia. La<br />

misma cama, el mismo tocador, el retrato<br />

en la pared. Le tomó unos instantes darse<br />

cuenta que todo había sido un sueño y que<br />

se encontraba en el mismo lugar donde había<br />

comenzado todo. La pregunta que se hacía<br />

una y otra vez, era si en realidad algo había<br />

acontecido.<br />

Simón, que así se llama la protagonista<br />

de esta historia era una joven como otra<br />

cualquiera, ávida de conocimientos, llena<br />

de imaginación y poseedora de sueños<br />

inalcanzables. Una joven común y corriente,<br />

o al menos eso pensaba ella. El hecho es que<br />

había despertado en el mismo lugar. ¡¿Y que<br />

tiene de raro eso se preguntarán?! Es que<br />

creía haber vivido toda una historia que en<br />

el preciso momento en que amaneció, se le<br />

escapó de sus manos de tal forma que estaba<br />

segura era un sueño. Era todo un misterio que<br />

Simón estaba dispuesta a resolver.<br />

Lo primero que hizo fue cuestionarse la<br />

concepción del tiempo. Ya que si bien creyó<br />

por unos momentos que sus vivencias<br />

formaban parte de una fantasía, sabía que<br />

lo que había vivido era tan real, que era<br />

imposible no dudar de su existencia.<br />

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36


¿Y qué es el tiempo? se preguntó. Pero no<br />

obtuvo respuesta. Sabía que el pasado,<br />

presente y futuro eran entes que si bien<br />

tenían relación, eran independientes uno del<br />

otro. Mas si esto era así, ¿sería probable que<br />

el futuro comenzara en el pasado? Y fue en<br />

ese instante cuando a la mente de Simón<br />

apareció la concepción cíclica del tiempo.<br />

No había sido un sueño, todo lo contrario.<br />

Lo que le sucedió a su vida fue real, tan<br />

verdadero como su propia existencia.<br />

Simón solo había experimentado el eterno<br />

retorno del tiempo. Y ahí estaba, en la misma<br />

habitación, en su misma cama, con el mismo<br />

tocador y el retrato en la pared. Ahí estaba<br />

su antigua presencia, en el mismo lugar y a<br />

la misma hora. ¿Pero seguía siendo la misma<br />

persona?<br />

Se paró frente al espejo del mismo tocador<br />

de su antigua habitación y vio a la misma<br />

joven de siempre. Su pelo largo, sus ojos<br />

grandes, sus labios, sus pecas. Todo estaba<br />

exactamente en el mismo lugar. Pero el<br />

espejo no lo mostraba todo, no revelaba<br />

su interior. Y ella supo que ni el lugar era<br />

el mismo, ni la hora. Su antigua habitación<br />

también era diferente, la cama no se sentía<br />

igual, el tocador no era el mismo y el retrato<br />

en la pared era el de otra persona. Habían<br />

cambiado el espacio, el tiempo y Simón.<br />

Por: Liana Muñoz Mederos,Cuba.<br />

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DOS DE LA MADRUGADA<br />

Son las dos de la madrugada. La noche es calma y serena. El viento<br />

fresco y el cielo sin estrellas. Risas, voces y el ruido de la ciudad a lo lejos.<br />

Quién anda ahí. Quién pisa mi vereda. Será el paso de un incógnito caminante o<br />

el perro del vecino que otea mi puerta para regar su orín.<br />

Son las dos de la madrugada y no tengo sueño. Sé que otros, como yo, también<br />

van con lento paso por el corredor, el pasadizo, la sala o salen al patio y miran<br />

el firmamento tan oscuro, tan quieto. Tan solos como tú o como yo.<br />

Por: Javier Leyva Valverde, Perú<br />

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38


EL ÚLTIMO ÁRBOL<br />

Una vez arranqué lejos y pude salir de este cuerpo,<br />

volé a muchas distancias de donde estaba, había<br />

fuego por todas partes, los colores se opacaban;<br />

estaba arrancando de una realidad una vez más,<br />

sí, una vez más. Llegué a un lugar donde nunca<br />

podrían imaginar: era un tiempo infinito, a veces se<br />

puede sentir algo diferente donde se pueden ver<br />

los verdaderos colores, sonidos y aromas, como<br />

si fuese un sueño. Fue ahí cuando vi ese pequeño<br />

pajarito que me habló.<br />

Esa tarde el sol iluminaba su dulce y cansado<br />

plumaje, quizás había volado por miles y miles<br />

de océanos, soñando y cantando con un motivo<br />

especial. Volaba en busca de un nuevo hogar<br />

y me habló. Andaba en búsqueda de un nuevo<br />

nido, donde encontraría la voz del silencio. Era un<br />

pajarito muy sabio, me contó que venía de más allá<br />

de las nubes, más allá del final del horizonte y me<br />

preguntó si este era un buen lugar donde poder<br />

vivir sus últimos días. Lo único que pude responder<br />

fue que mañana en los bosques encontraría una<br />

nueva entrada a un nuevo espacio, donde olvidaría<br />

todo su pasado y todo su futuro, encontraría<br />

frutos tirados por el tiempo y que de aquellos<br />

podría alimentarse; también, que encontraría<br />

hojas secas con las cuales podría abrigarse y que<br />

acá, el sol iluminaba con una luz más blanca, donde<br />

comenzaría una nueva vida, como un sueño. El<br />

pajarito hizo una reverencia, me dio las gracias y<br />

se marchó, volando libremente.<br />

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39


Después de un rato, me puse a<br />

reflexionar y me di cuenta de todo lo que le<br />

había comentado al pajarito. No tenía cómo<br />

saberlo, si yo también era un forastero de<br />

otro tiempo. Y es ahí cuando me di cuenta que<br />

alguna vez ya había vivido en aquel hermoso<br />

lugar, en un hermoso tiempo. Cuando el<br />

pajarillo se fue, encontré que todo había<br />

pasado tan rápido y tan lento a la vez. Era<br />

como encontrar un viejo libro de la historia<br />

de mi vida, lleno de polvo de tristeza y de<br />

polvo de alegría. El momento estaba lleno de<br />

recuerdos que se me venían como si alguna<br />

vez ese momento ya lo hubiese vivido. Era tan<br />

real, que hasta pude observar mis amores,<br />

mis logros, mis tropiezos, mi nacimiento y<br />

mi muerte. Todo ya había sucedido, en un<br />

tiempo perdido y olvidado. Incluso la llegada<br />

de aquel pajarillo.<br />

Reí, pensé y lloré.<br />

Por: Marcelo Díaz Soto, Chile.<br />

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40


MADRE<br />

Madre hermosa flor,<br />

que con amor me engendraste<br />

diste vida y criaste,<br />

hoy te quiero hacer presente<br />

Que tu hijo está consciente,<br />

¡Cuánto sufriste por él!<br />

En los días de niñez,<br />

en que mis pasos guiabas<br />

tu lo bueno me aplaudías<br />

y lo malo criticabas.<br />

Me enseñabas a ser hombre,<br />

me decías: crecerás,<br />

ya después tendrás tus hijos<br />

y en ellos por quien velar.<br />

Ahora comprendo Madre,<br />

qué significa en verdad<br />

el traer hijos al mundo<br />

y tenerlos que educar.<br />

Gracias madrecita linda,<br />

gracias a ti una vez más,<br />

aquí tienes a tu hijo<br />

ya convertido en papá.<br />

Por: José Landeros, Chile.<br />

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41


ANTÍDOTO<br />

—Le había dicho mil veces que tuviera<br />

cuidado, que es peligroso andar sola por ahí<br />

en el campo, más en las sierras...<br />

La madre preocupada, le hablaba a su<br />

hermana en el pasillo del hospital, sollozando.<br />

—No te preocupés, estamos en el mejor<br />

hospital, la van a curar, acá los doctores son<br />

muy buenos —respondió la tía.<br />

—Ojalá, ojalá —entre lágrimas repetía.<br />

Después de un largo paréntesis en silencio,<br />

los minutos empezaron a correr más lentos<br />

al igual que los médicos. Esto provocó<br />

cierta tranquilidad en ambas, suavemente<br />

la quietud conquistó el pasillo blanco, el frió<br />

silencio hospitalario, (ahora más calmas) las<br />

obligó a cuchichear, a modo de descarga.<br />

—Junto a sus amigas, estaban jugando<br />

tranquilamente en el sol de la tarde, vos<br />

sabés lo bueno que es sol. Una de ellas me<br />

dijo que, sin darse cuenta, notaron que se<br />

había ido. Conociendo a mi hija, con lo curiosa<br />

que es, seguro que se deslizó sigilosamente<br />

para que no la percibieran, es que sola no la<br />

hubiera dejado ir nunca —nuevamente el<br />

sollozo atacó a la afligida madre.<br />

—Tranquila, tranquila, hay que tener fe, y<br />

como te dije antes acá los doctores son muy<br />

buenos.<br />

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42


Nuevamente otro lapso de aparente paz,<br />

donde pasillo se volvía molesto a la vista,<br />

con ese color blanco desesperanza. Esta vez<br />

quiso murmurar algo, pero el agotamiento y<br />

dolor, la calló. Por solidaridad a su hermana<br />

mantuvo el sepulcral silencio por casi una<br />

hora, hasta que el penetrante agudo crujido<br />

de una puerta, volatilizó el momento,<br />

dejándose ver por detrás al doctor con rostro<br />

serio y a la vez esperanzado.<br />

Intuyeron algo bueno, las madres no<br />

se equivocan. El doctor corroboró la<br />

sensación, con el típico lenguaje lacónico<br />

de los médicos: “está reaccionando bien al<br />

antídoto”. El doctor luego de decir esto, no<br />

quería desaprovechar la oportunidad de<br />

alimentar su ego y creerse Dios, como buen<br />

médico. Estiró su lengua bífida, a modo de<br />

saludo y de paso olfatear la emoción de las<br />

hermanas, estas respondieron por cortesía<br />

con una pequeña estiradita, apenitas, para<br />

enrocarse en un fraternal abrazo. El doctor<br />

se deslizó suavemente sin molestar.<br />

La pequeña Yarara internada había sido<br />

mordida, por un hombre común de las<br />

sierras, tirando a petición, sabida es su<br />

terrible ponzoña. Al no poder determinar<br />

que clase de hombre la mordió, le aplicaron<br />

el antídoto trivalente que cubre hombre de<br />

ciudad, pueblo y campo.<br />

Por: Omar Billoni, Argentina.<br />

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EL PRÉSTAMO<br />

Cuando Marcela Turner vio desde la cocina el<br />

aro luminoso que iba formándose en su sala<br />

no pudo gritar.<br />

El portal tridimensional que se abría frente a<br />

Kevin, su pequeño hijo que veía la tele sobre<br />

el mueble, dejó escapar una horrorosa mano.<br />

El olor del azufre llenó la casa. Las garras<br />

rojas de la criatura se llevaron al niño a través<br />

del portal. Segundos después, se cerró.<br />

Marcela, llena de horror, comenzó su cruz.<br />

Treinta años después la triste mujer abría<br />

un refrigerador en otra casa. Años en vano<br />

de búsquedas incesantes no le habían<br />

regresado a su pequeño. Con el rostro<br />

arrugado y el alma en pena vio nuevamente<br />

la formación del terrible círculo.<br />

Surgieron las mismas monstruosas manos,<br />

posaron sobre el suelo al niño, y se cerró.<br />

—¿Dónde has estado cariño? —le dijo<br />

la madre llorando mientras le besaba<br />

constantemente la frente.<br />

—En un jardín floreado —Kevin estudiaba<br />

las canas y el rostro de su madre. Llevaba en<br />

su mano una colorida paleta de caramelo. —<br />

Estaba aburrido.<br />

—¿Quién? —cuestionó Marcela.<br />

—El Diablo. ¿Por qué lloras mami?<br />

Por: H.M. Barcenas, Máxico.<br />

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44


LOS DIMINUTOS HOMBRES<br />

La respiración es cada vez más<br />

acelerada. Parece que los pulmones se le<br />

van a salir por la boca. Todo es oscuridad.<br />

Los recuerdos retornan. Está botado el<br />

muchacho en el suelo de la sala de clases,<br />

la misma sala de clases de ayer, esa, la de la<br />

tortura, la del sufrimiento. Otra vez lo mismo.<br />

Golpean su rostro, golpean su cara, nadie lo<br />

defiende, todos miran, otros ríen, otros miran<br />

hacia afuera. El recreo parece nunca terminar.<br />

Siempre lo mismo. Un incomprendido. Nunca<br />

supo cuando comenzó la decadencia de su<br />

imagen. Solo fue de un día para otro. Así de<br />

simple. El Rulo se le metió entre ceja y ceja.<br />

Como mueve montañas, como todo el mundo<br />

le obedece, nadie defiende a ese muchacho.<br />

Una compañera no se atreve a entrar a la<br />

sala. Mira atentamente cómo golpean al<br />

muchacho, el mismo muchacho que le envía<br />

cartas de amor, el mismo que le regaló un<br />

perfume francés para su cumpleaños, el<br />

mismo que en cada recreo o cuando se le<br />

ocurra al Rulo le azotan cruelmente. Esta vez<br />

fue físicamente. A veces son psicológicas las<br />

amenazas. Mensajes de muerte, amenazas,<br />

golpes, coscachos, empujones, insultos, son<br />

el pan de cada día de este muchacho. Tiene un<br />

ojo negro, me pregunto de qué color tendrá<br />

su corazón.<br />

Está en el suelo inconsciente. Ningún<br />

compañero le ayuda.<br />

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45


La respiración es cada vez más agitada. Hay un rostro ensangrentado. A como puede, trata<br />

de arreglar su ropa, no pueden verlo en esa condición. El profesor de ciencias es un poco<br />

retraído, aquí todos le temen al Rulo, incluso el profesor Araneda. El muchacho lo sabe, está<br />

sentado en una esquina de la sala de clases. El Rulo conversa con todo el mundo, como si<br />

nada ocurriera. Nadie le dice nada. El muchacho no existe. A duras penas se levanta y va a su<br />

puesto. Mira por la ventana, un cielo nublado. Cierra sus ojos. Todo es oscuridad. Se escuchan<br />

disparos, disparos, disparos en su mente.<br />

Abre la puerta de la sala de clases. Todos conversan. Parece que el mundo se detiene. Avanza<br />

lentamente, puede ver todo lo que le rodea, las caras felices de unas compañeras, otros que<br />

duermen, otros que conversan animadamente, el Rulo que molesta a unas compañeras, esa<br />

muchacha, la de las cartas, que lee un libro, el profesor que escribe en la pizarra: teorema de<br />

Pitágoras, números, cálculos matemáticos. En fin, todo gira alrededor suyo extremadamente<br />

lento. Cada paso que da rumbo a su asiento es un año que transcurre, siglos, milenios, años<br />

luz, infinitos, universos paralelos.<br />

El profesor continúa con su clase, que el álgebra aquí, que la geometría acá, que la aritmética<br />

allá. El muchacho no obedecía el ritmo de la clase.<br />

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Estaba más preocupado de sus propios<br />

asuntos. El Rulo se levantó disimuladamente<br />

de su asiento y se acerca al puesto de ese<br />

muchacho. Le brinda un fuerte golpe en la<br />

nuca y un puño traicionero golpea el costado<br />

derecho del muchacho quien obedece al<br />

ritmo de su dolor y contorsiona su cuerpo.<br />

Por unos instantes pude ver qué escribía<br />

en su cuaderno. Eran unos dibujos, todavía<br />

tengo pesadillas con esas imágenes.<br />

Estábamos nosotros, todos, en el suelo de la<br />

sala. Muertos, ensangrentados, blasfemas,<br />

garabatos, anomalías, destrucciones. Fue<br />

una fracción de segundos. La muchacha miró<br />

de reojo al pobre dolorido, pero tuvo miedo<br />

del Rulo. El profesor nunca se enteró de lo<br />

que sucedió, y si lo hizo fue un ciego, sordo,<br />

mudo, paralítico y un cobarde. No alcanzó ni<br />

a escribir otros garabatos en su cuaderno<br />

cuando recibe un mensaje anónimo. Un papel<br />

mal doblado llega a su puesto, ni siquiera yo<br />

supe de donde provenía. Miró para todos<br />

los lados, nadie se adjudicó dicho mensaje.<br />

Abrió el papel, el mensaje era claro: “Vamos<br />

a matar a tu familia maricón”. Eso sí que lo<br />

vi claramente, las letras eran grandes y las<br />

manos del muchacho temblaron de tal modo<br />

que no pudo cerrar ese papel y pude ver<br />

con lujo de detalle su contenido. El día está<br />

nublado.<br />

La muchacha abre la puerta. El cuerpo<br />

está inconsciente en el suelo. El Rulo y sus<br />

secuaces lo dejaron casi muerto. Golpea su<br />

rostro, poco a poco reacciona el muchacho.<br />

A como puede se sienta en el suelo, la<br />

muchacha se levanta y va a su asiento, el<br />

recreo está por terminar.<br />

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En su asiento, el muchacho mira por la<br />

ventana, el cansancio del día lo tiene<br />

extenuado. Cierra sus ojos. Rápidamente<br />

un sueño se apodera de su realidad. Va por<br />

el bosque, corre, libremente, está feliz, los<br />

árboles a su alrededor lo miran, intentan unas<br />

ramas golpearle, pero él esquiva los golpes,<br />

cada vez está más desesperado, nervioso,<br />

agitado, siente que alguna rama le golpea,<br />

cada vez más fuerte, cada vez más agudo,<br />

un dolor intenso. Abre sus ojos, solo ve un<br />

par de zapatos que golpean su estómago,<br />

fue consciente unos segundos antes de caer<br />

otra vez en el sueño, esta vez, todo se fue a<br />

negro.<br />

El muchacho estaba sentado en un banco<br />

del colegio, ya el día escolar había acabado.<br />

Leía concentradamente unas hojas. Todo<br />

parecía normal. Pero el Rulo no paraba de<br />

perseguir a su presa. Nos acercamos, todos,<br />

todos se acercaron rumbo a ese asiento<br />

maldito. El muchacho no advirtió nuestra<br />

presencia. Qué estaría leyendo, nunca lo<br />

supe. El Rulo de una ráfaga arrebató los<br />

apuntes que leía el muchacho. No tardó en<br />

despedazarlos, hacer picadillo de apuntes,<br />

el muchacho no hizo nada, tampoco cuando<br />

el Rulo le tiró los pedacitos de papel a su<br />

rostro y escupió su casaca. La muchacha<br />

miró todo desde el fondo del grupo. El Rulo<br />

terminó su labor de dominancia y se fue del<br />

epicentro del crimen, todos le acompañaron.<br />

El muchacho impávido, no daba señales<br />

de vida, la muchacha dudó unos instantes,<br />

pero huyó rumbo a los brazos de Rulo quien<br />

la abrazó fuertemente y se alejaron de ese<br />

lugar. El día está nublado. Algo ha cambiado,<br />

el rostro del muchacho, hay una mirada<br />

distinta, amenazante, perdida, una sonrisa<br />

siniestra, pero no logré advertir nada, quizás<br />

fue producto de mi imaginación.<br />

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No ha llegado a clases, tres días, cuatro,<br />

cinco, una semana, un mes, el muchacho no<br />

volvió nunca más a la sala de clases. El Rulo,<br />

como buen cazador, encontró a otra presa,<br />

otro muchacho sufre de los síntomas del<br />

anterior. Los recreos infernales continúan.<br />

La clase de ciencias, el profesor Araneda<br />

que habla y habla. Pocos ponen atención.<br />

De improviso, violentamente alguien abre la<br />

puerta, era él. El muchacho. Cierra la puerta<br />

y permanece de pie en la sala. El Rulo y sus<br />

secuaces se asustaron, se miraban entre<br />

ellos, la muchacha tiritaba nerviosamente. El<br />

profesor Araneda se percató de la llegada del<br />

muchacho y fue hacia la puerta. El muchacho<br />

lo miró fijamente a los ojos y dijo con esa voz<br />

que todavía revolotea por mi mente: “Permiso<br />

profesor”. De inmediato, bruscamente,<br />

desesperadamente, instintivamente, sacó<br />

un revólver de su bolsillo y apuntó rumbo a<br />

la sala. Cerré mis ojos, todo se convirtió en<br />

tinieblas. Una ráfaga de disparos. Gritos,<br />

después un largo silencio, una respiración<br />

agitada, muy agitada, explosivamente<br />

agitada, abrí con temor mis ojos. El muchacho<br />

con el revólver en su mano apuntando<br />

hacia nosotros, respiraba agitadamente.<br />

Observé los cuerpos del Rulo, sus secuaces<br />

y la muchacha que estaban en el suelo,<br />

ensangrentados, el piso se tornaba rojo, la luz<br />

era roja, olor a muerte, sabor a muerte, todo<br />

eso en una fracción de segundos, la imagen<br />

dantesca fue superior a mi curiosidad, cerré<br />

nuevamente los ojos y prometí no abrirlos<br />

hasta que la muerte me alcanzara o Dios se<br />

apiadara de mi vida. Todo fue oscuridad, no<br />

sé cuánto tiempo estuve en las tinieblas.<br />

Por: Juan pablo Cifuentes, Chile.<br />

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UNA PEQUEÑA DAMA DE PAZ<br />

Hace un par de años en Tadmur Siria, Aaminah, una pequeña niña comenzaba a crecer y a<br />

vivir su infancia, pero el conflicto en su país no se lo permitía y su vida no era del todo buena,<br />

a pesar de esto, la felicidad florecía por su rostro entregándole a cada uno de los pobladores<br />

un sonrisa. Su familia no era muy grande, ya que la mayoría de ellos había fallecido en el<br />

conflicto, pero su mamá y papá seguían luchando por hacerle creer que podría cambiar todo<br />

lo que trágicamente le tocó vivir.<br />

Mientras el tiempo pasa, Aaminah ya comienza la adolescencia y las historias de tragedia y<br />

guerra transcurrían, los padres de Aaminah envejecían y menos fuerza tenían. Finalmente un<br />

dia, un ataque frances a Tadmur provocó la muerte de los padres de Aaminah. En plena agonía,<br />

el padre de la pequeña la hizo salir de donde estaba escondida llorando, ella corrió lo abrazó<br />

y este le dijo: “Aaminah, no olvides el significado de tu nombre (al nacer nació sus padres le<br />

llamaron Aaminah porque en árabe significa Dama de la paz y la armonía) siempre busca el<br />

bien, no hagas lo que no te gustaría que te hicieran”. Esto causó en Aaminah ira, resentimiento<br />

y un cambio de pensamiento, totalmente distinto al que los padres le inculcaron a pesar de<br />

las palabras de su ya fallecido padre, su sonrisa iba de a poco desapareciendo...<br />

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50


El tiempo pasaba en la vida de Aaminah y<br />

las desgracias aumentaban, todo parecía<br />

aclararse en su vida, la edad y la experiencia<br />

la hicieron entender todos los problemas<br />

que podían tener por ser parte del Estado<br />

Islámico (Isis), hasta que la llamaron para<br />

participar de un ataque a Francia y ella para<br />

vengar la muerte de sus padres accedió a<br />

participar en el ataque. Ella fue designada<br />

para atacar el Stade de France con miles<br />

de personas dentro, sin duda seria una<br />

catastrofe mundial y el inicio de un gran<br />

golpe para Francia y toda su población.<br />

Comenzaba el encuentro amistoso entre<br />

Francia y Alemania, los primeros minutos<br />

transcurrían, un entretenido partido distrae<br />

al público espectador, del ataque islámico a<br />

distintas partes del país, Aaminah detonaría<br />

la primera bomba. El buen ambiente se nota<br />

en el Stade de France, un chico alemán le<br />

habla a Aaminah, tras 20 min de encuentro<br />

y de conversación, este entra en confianza<br />

y le pregunta de donde es y si anda con sus<br />

padres, ella le cuenta su triste historia, pero<br />

hay algo en el, que le causa extrañeza a<br />

Aaminah, también vivió algo parecido pero<br />

con la antigua Alemania nazi, la nostalgia se<br />

nota en su rostro por recordar la historia de<br />

sus padres y abuelos, ella lo consuela pero ya<br />

llegaba el momento de entrar en acción, antes<br />

de hacerlo, el padre y la madre se aparecen<br />

en sus recuerdos en una visión, pero hay algo<br />

nuevo, el chico que conoció en el estadio,<br />

estaba también en su visión y le decía que no<br />

lo hiciera que pensara en lo que sus padres le<br />

dijeron y lo que habló con él. Esto causó en<br />

Aaminah un cambio e intenta desconectar la<br />

bomba, mientras otro miembro de ISIS llega<br />

con furia y activa la bomba. Diez minutos<br />

después todo estaba devastado, nada podía<br />

hacer, Aaminah corría y corría alrededor<br />

del estadio buscando al joven alemán para<br />

agradecerle de haber estado en su sueño, un<br />

par de metros más lejos del estadio, entre<br />

escombros encontró al chico, le preguntó<br />

el nombre y él respondió: “Miroslav, ¿y tu?”<br />

“Aaminah” dijo con orgullo, “dama de la paz y<br />

armonía”.<br />

Por: Bruno Cordero, Chile.<br />

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EN EL COLE<br />

La Rifa<br />

FERNANDO: Estay hablando con el papi,<br />

Fernandini Maldini, de la mafia siciliana del<br />

Call of dutty y del cole, ¡jajaja!<br />

HARRISON: ¡Vos po! ¡La italiana al peo!<br />

FERNANDO: No hueón, tení que irte, porque<br />

mi vieja ya va a llegar, y tengo que hacer que<br />

estoy estudiando, y con vos al lado ni cagando<br />

me cree.<br />

FERNANDO: Oye hueón, mi abuelo era de la<br />

mafia siciliana y mató como a diez gánster<br />

en Italia. La sangre siciliana fluye por estas<br />

venas por eso soy tan bueno en los juegos<br />

donde hay que matar giles.<br />

HARRISON: Vos po, si lo más italiano que tení<br />

es que es comí puros fideos carozzi.<br />

A propósito, dile a tu nana que nos de comida<br />

¡toy cagado de hambre!<br />

HARRISON: Puta que soy como el pico.<br />

FERNANDO: Así no ma… aparte vení a<br />

puro pechar comida… A oye, lo estuve<br />

pensando… no le voy a comprar na el timbre<br />

al flaco, tengo una mejor…<br />

HARRISON: ¿Qué onda? Si ya te pasé las<br />

cinco lucas.<br />

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FERNANDO: Tranqui estay hablando con<br />

Maldini perro.<br />

Mañana voy a hacer que nos castiguen y<br />

así que nos envíen a la inspectoría, cuando<br />

el inspector se vaya a engrupir a la profe<br />

del kínder, le saco el timbre y sacamos las<br />

fotocopias a la rifa falsa.<br />

HARRISON: Güena idea, entonces devuelve<br />

las cinco lucas.<br />

FERNANDO: No po, son los gastos del riesgo,<br />

si me cachan al que van a llamar al apoderado<br />

es a mí no a vos, por lo menos que las cinco<br />

luquitas sirvan de consuelo.<br />

Al otro día en el colegio.<br />

FERNANDO: Ya perro, todo va como lo<br />

planeé, a las dos y media nos vamos a la<br />

inspectoría castigaos, el inspector se va en<br />

quince minutos más y tenemos 15 minutos pa<br />

hacerla.<br />

HARRISON: ¿Y trajiste la rifa?<br />

Fernando: Obvio po hueón, ¿con quién creí<br />

que estay hablando?<br />

HARRISON: Puta pero está toda doblada.<br />

FERNANDO: Si la estiro ni se cacha, además<br />

que la fotocopiamos.<br />

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A los 15 minutos…<br />

Inspector: Jóvenes, tengo que salir, vuelvo<br />

luego, sigan haciendo la guía, vuelvo luego.<br />

FERNANDO: Hay la guatona sensible,<br />

tranquilo si lo decía de cariño.<br />

FERNANDO: Ya perro, se fue el paco<br />

frustrado, quédate vigilando mientras saco<br />

el timbre del cajón.<br />

HARRISON: ¡Ya apúrate!<br />

FERNANDO: Puta el paco culiao dejó con<br />

llave el cajón<br />

HARRISON: A veces te vay en volá.<br />

FERNANDO: Ya vigila no más guatona<br />

sensible ¿cómo chucha era esto?<br />

HARRISON: ¡Pon la hoja y aprieta el botón<br />

verde!<br />

FERNANDO: ¡Puta no salió na!<br />

HARRISON: ¡Entonces saca las fotocopias y<br />

después las timbramos!<br />

FERNANDO: ¡Güena perro! Pensé que eras<br />

igual de mongo que tu hermano.<br />

HARRISON: Mira hueón, mi hermano es<br />

enfermo…<br />

HARRISON: Puta que soy ahueonao, pusiste<br />

la rifa al revés, dala vuelta y ¡apurate que en<br />

cualquier momento llega el paco!<br />

FERNANDO: Tranqui si tenemos 15 minutos<br />

para sacar 100 copias.<br />

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HARRISON: Puta que se demora.<br />

FERNANDO: Ya están casi 97 de 100.<br />

Harrison: ¡Hueón viene, viene, apúrate!<br />

FERNANDO: Puta la wea se quedó pegao<br />

en 99 de 100, dice: ¡no hay papel, inserte<br />

hoja!<br />

HARRISON: Métele un hoja, ¡apurate que<br />

ahí viene!<br />

FERNANDO Puta no quedan.<br />

HARRISON: ¡Desenchúfala! Pásalas pa<br />

guardarlas en la mochila.<br />

Entra el inspector, “el paco frustrado”.<br />

INSPECTOR: ¿Cómo van jóvenes?<br />

¿Terminaron las guías?<br />

FERNANDO: Eee, no, es que esta materia<br />

no la sabemos.<br />

HARRISON: O sea, igual respondimos<br />

algo.<br />

INSPECTOR: Oh discúlpenme, les<br />

entregué la guía de otro curso, espérenme<br />

que voy a sacar copias.<br />

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En la tarde en casa de Fernando jugando<br />

Call of Duty.<br />

FERNANDO: La sacamos barata.<br />

Entra Rosita, la nana de Fernando.<br />

ROSITA: ¡Oye! Te pasay jugando a esa<br />

cuestión y no estudian nada todo el día.<br />

HARRISON: Sí hueón nunca había sudado<br />

tanto cuando vi al inspector entrar y vos<br />

desenchufaste la fotocopiadora justo a<br />

tiempo.<br />

FERNANDO: Tranquilo perro, tay hablando<br />

con tu papi. Estuvo todo planeado para que<br />

fuera a buscar las hojas y así poder sacar el<br />

timbre del cajón.<br />

FERNANDO: Si es el último Rosita, ¡soy el<br />

papi del Call of Duty!<br />

ROSITA: Ya, ya, ¿van a tomar once?<br />

HARRISON: Sí.<br />

FERNANDO: No, tenemos que ir a hacer un<br />

trabajo a la casa del Colo-Colo.<br />

ROSITA: ¡Ah!, ¿por eso tienen esa carpeta?<br />

HARRISON: Fue pura cuea.<br />

FERNANDO: Ya loco, el último juego y<br />

salimos a vender rifas.<br />

FERNANDO: Sipo Rosita, puro estudio,<br />

por eso necesitamos recrearnos con los<br />

videogames. A parte, estamos estudiando<br />

para llegar a ser presidentes de la república.<br />

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ROSITA: ¡Naa!, si los presidentes son<br />

puros estafadores corruptos y ladrones<br />

nomás, no hacen naa por la paz en el<br />

mundo y no están ni ahí con el pueblo ni<br />

con la gente que se esfuerza, como uno.<br />

HARRISON: Es verdad…<br />

ROSITA: Bueno, ¿les sirvo once antes de<br />

que se vayan a estudiar?<br />

HARRISON: Sí.<br />

FERNANDO: No, no tenemos tiempo. ¡Ah,<br />

Rosita! ¿nos podí comprar un número de<br />

rifa?<br />

ROSITA: ¿Número de rifa, con qué plata?<br />

FERNANDO: Yapo Rosita, si es para<br />

ayudar a los niños pobres, por la paz en el<br />

mundo y eso.<br />

ROSITA: ¿Y qué hay de premio?<br />

HARRISON: Un auto cero kilómetros, un<br />

led de 32, un DVD de Chayanne en vivo en<br />

Lollapalooza.<br />

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ROSITA: ¿Un Auto?<br />

FERNANDO: ¡Eee! O sea, es un auto<br />

pero de esos chinos no ma. Ya salta con<br />

lucrecia, o sea dos luquitas. Una para mí y<br />

otra pal Harri. ¡Hazlo por los niños pobres<br />

po! Y por la paz en el mundo.<br />

¡No seay cagá!<br />

¡En una de esa en mi rifa te ganay el<br />

auto y el la del Harri te ganay el DVD de<br />

Chayanne en Lollapalooza!<br />

¡Hazlo por los niños pobres po!<br />

HARRISON: Sipo Rosita, ellos lo necesitan<br />

más que tu.<br />

Por: Marcelo Díaz S. Chile.<br />

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58


ENTRE PORTALES<br />

Capítulo 3 “Hacia la batalla”<br />

Lo que más recuerdo de ese evento es<br />

la frase: preparen el impulso. Parecía que<br />

ya no había esperanzas para nosotros. Solo<br />

quedaba volvernos más valientes de lo que<br />

ya éramos y sujetarnos suficientemente<br />

fuerte a los agarraderos para poder pasar<br />

el impulso.<br />

—¡Preparen el impulso!!<br />

—Impulso preparado. Iniciando conteo: 5, 4<br />

—¡Qué bien, ajua! ¡Vamos a pelear!<br />

—Oye, cálmate y agárrate.<br />

cuando ve un parque por primera vez.<br />

Cuando la voz alterna dijo conteo terminado,<br />

salimos disparados como balas de un caño<br />

a 800 kilómetros por hora. Durante el<br />

viaje, nadie dijo absolutamente nada, solo<br />

estaban las mentes incautas murmurando,<br />

quehaceres hasta que…<br />

—¿Sentiste eso?<br />

—¿Qué, Silver?<br />

—Eso, parece que el tren le pasó por encima<br />

a algo.<br />

—Sí, sí lo sentí, pero debe ser una pequeña<br />

turbulencia. Vamos casi a 1000 kilómetros<br />

por hora, ¿que esperabas?<br />

—2, 1, 0. Conteo terminado.<br />

No podía estar más nervioso, todos con caras<br />

de: ¿qué me pasará? Y soporté como un niño<br />

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59


—Bueno sí, debes tener razón.<br />

—Track, Track [estruendo] ¡Ves, no es una<br />

turbulencia!,<br />

—Alerta, alerta, programa. Silver,<br />

presentarse en la cabina conducción ahora.<br />

—Anda Silver ve, pronto, y averigua qué pasa.<br />

—Ok soporte,<br />

[En la cabina de conducción]<br />

—Acá estoy, ¿para que me llamaban? Ah,<br />

disculpe General Duque, no la vi.<br />

—Descuide no estamos ahora para saludos<br />

largos, Voz empieza a hablar.<br />

—En este momento se registró que le hemos<br />

pasado por encima a un dispositivo de<br />

seguridad. De seguro, activó las alarmas en<br />

el sector y es urgente que tomen los puestos.<br />

—Pero vamos a más de 1000 kilómetros,<br />

jamás nos pegarían aunque quisieran.<br />

—Espere un momento Programa, Voz<br />

continúe.<br />

—Estos dispositivos activan armas de alta<br />

respuesta, lo que quiere decir que si ellos<br />

disparan podrían detenernos en seco.<br />

—¿Pero como ellos pueden tener armas de<br />

esa categoría?,<br />

—Es porque ya tomaron el control de sector<br />

5A donde se encuentra el almacén de armas<br />

tipo 1.<br />

—¿Y qué haremos?<br />

—En este momento es importante que todos<br />

tomen posiciones en los cañones de las<br />

paredes laterales. Ya bajé la potencia para<br />

dar tiempo pero es… ¡odgxmlfnbxzkdujv zc<br />

vcb…!<br />

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—¡AHORA!<br />

—¡Nos atacan! ¿Tenían que esperar esto?,<br />

—Ya los cañones están listos, dígale a sus hombres<br />

que tomen posición,<br />

—De acuerdo, Voz, conexión con la cabina de pasajeros<br />

23.<br />

—Estableciendo conexión con la cabina 23. Conexión<br />

lista.<br />

—¿Silver qué ocurre? Algo nos pegó.<br />

—Sí, Soporte, luego les explico, ahora deben tomar<br />

control de los cañones y atacar a todo lo que se les<br />

acerque al tren, ¿de acuerdo?<br />

—¿Qué?, pero no hemos llegado.<br />

—Solo háganlo, nos atacaron.<br />

—De acuerdo. Sí señores, ya oyeron, es hora de patear<br />

traseros.<br />

—General duque, creo que cknaivfkv, acompañarlos<br />

fbd, hasta acá dsnf,<br />

—¿Por qué?<br />

—Ya mis sistemas están en territorio hostil y si no me<br />

desconecto pronto jfdnbfg, me contaminaré sfdijbgf.<br />

Queda bajo su control y bajo el control del programa<br />

Silver.<br />

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—De acuerdo Voz.<br />

—En cuanto lleguen medaremos refuerzos,<br />

Desconectando…….ffbjhzjknb006Bgbf,<br />

—¡Haaaaaaaaaaaa! ¿Qué ocurre?<br />

—Silver, la voz se desconecto.<br />

—Bueno, ¿qué esperas? ¡Toma el control<br />

vamos a estrellarnos!<br />

—¡A mí no me grites!<br />

—¡El control!<br />

—Ya, ya, control automático,<br />

—(Voz alterna): Sistema de navegación,<br />

piloto automático establecido. Hacia sector<br />

5 por: conducto Z.13.534.S, tiempo estimado<br />

de llegada 15:30:45 segundos y descontando.<br />

—Ve, Programa, es sencillo controlar estas<br />

máquinas.<br />

—Sí, ya veo.<br />

—Mire no empiece con su sarcasmo barato,<br />

más bien vaya y prenda las cámaras de visión<br />

nocturna que ya no hay luz en el ducto y<br />

ocúpese que su equipo llegue entero.<br />

—Sí, sí, “general”, cámaras encendidas. ¡Oh,<br />

Dios! ¿Qué son esos?<br />

—¿Son qué?<br />

—Mire.<br />

—Por dios, son virus con imagen cagada<br />

de zombis. Es normal, su apariencia puede<br />

mutar. ¿Puede mutar? Pronto Silver apague<br />

las luces de afuera ¡YA!<br />

—Luces apagadas ¿Qué ocurre?<br />

www.revistasapo.com 62


—Al mutar, les puede atraer la luz o cualquier<br />

cosa que irradie.<br />

—¿Y por qué han atacado de nuevo al tren?<br />

—¿Ya lo vio por fuera?<br />

—Cámara frontal superior, girar a 365 grados<br />

lentamente. ¡Oh ya veo!<br />

—El tren tiene una imagen de mutación para<br />

despistarlos, que creía, ¿que nos iban a dejar<br />

pasar con un último modelo?<br />

Desde ese momento estuvo todo difícil ya<br />

que no había una guía exacta que nos dijera<br />

que hacer. Además, era horrible ver todos<br />

esos programas contaminados, comiéndose<br />

entre sí para subsistir. La pregunta que me<br />

surgía era, ¿quién causó todo este apocalipsis<br />

tecnológico?<br />

Solo faltaba catorce horas para llegar al presector<br />

pensábamos que esperaba nuestra<br />

ayuda. Ya a las 12 horas faltantes para llegar<br />

a la base había caído, ellos no tenían ni idea<br />

a lo que se enfrentaban. Se lograron infiltrar<br />

a la base y se la comieron desde adentro,<br />

nadie pudo sobrevivir, bueno al menos eso<br />

creíamos…<br />

Por: José Andrés Rivas Sequera.<br />

(Conde Castell), Venezuela.<br />

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GRIS<br />

En las cuevas más recónditas cercanas<br />

al río que queda cerca de mi casa, se<br />

esconden esos individuos destructores que<br />

siempre interrumpen el sueño de la gente<br />

importante. Las personas de la ciudad. Cada<br />

noche, alrededor de las 9:00 pm, estos seres<br />

salen de sus guaridas para cazar. Caminan<br />

sigilosamente por los patios de las casas,<br />

buscan aquí y allá, pero muy pocas veces<br />

logran dar con sus presas. De noche, cuando<br />

las personas escuchan ruidos en sus patios,<br />

por nada del mundo corren para ver qué pasa.<br />

En su lugar, se esconden entre sus cobijas<br />

hasta conciliar el sueño de nuevo.<br />

¿Por qué hacen eso? A veces creo que lo de<br />

ser valientes no es su gran virtud. Incluso, he<br />

visto que no les interesa saber quiénes son<br />

los responsables de esas travesuras. Ellos<br />

dicen eso, pero encontrar la parte trasera<br />

de la casa hecha un desorden, con basura<br />

por todas partes, cajas rasgadas, periódicos<br />

sueltos y uno que otro contenedor de vidrio<br />

roto no es una simple travesura.<br />

La gente mentirosa del barrio dice haberlos<br />

visto: miden más de 1,80 m, tienen los ojos<br />

plateados, poseen dientes enormes y tienen<br />

colas muy peludas. Unos dicen que con sus<br />

manos gigantes destrozan todo, otros dicen<br />

que son muy pequeñas como para que hagan<br />

algo semejante y que en su lugar usan sus<br />

colas inmensas para destrozar las cosas y<br />

así liberar su ira, resultado de su búsqueda<br />

insatisfecha. ¿Será que todo eso es cierto?<br />

No sé si creerles. Ayer salí en la noche para<br />

conocerlos, pero no pasó nada y, como no<br />

dormí anoche, olvidé levantarme temprano<br />

para darles de comer a los señores mapaches.<br />

Por: Ank Cruz Rivera, Costa Rica.<br />

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64


LA PAZ Y LA LLUVIA<br />

La lluvia cae suave y lenta en los hogares y los campos sedientos<br />

Plomizo cielo irradia cósmicos destellos entre nubes desgarradas<br />

Abierta doliente calma esperada, tierna mano del cielo nos baña.<br />

Fresca es tu caricia, como beso de niña serena - diosa de las gotasque<br />

al ritmo de las horas somete la furia de los hombres desesperados.<br />

No es quietud la paz ni debilidad este sereno frío<br />

El brillo de las rocas exaltadas convoca al sacrilegio de la alegría<br />

donde bailan armoniosas bestias y ángeles encadenados.<br />

Tomados de la mano circulan en aquelarres las locas ilusiones<br />

Agua derramada satura como vino el viejo juego de la vida.<br />

Hoy llueve en la ciudad de los violentos y las ovejas<br />

y es quimera la promesa incumplida llamada olvido<br />

Por un momento tu miedo desaparece en porfiado engaño.<br />

Ven pues amada loca de los destinos cruzados<br />

que propicia atmósfera compadece la perdida dicha<br />

cuando la llama huye de la lluvia, como lágrima olvidada.<br />

Por: Oscar Botero, Colombia.<br />

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65


LA BOTELLA ESCOCESA<br />

¡Hola! Soy una botella de whisky, fino, caro<br />

y fuerte. El color de mi interior es marrón<br />

brillante y me da frío cuando me echan hielos<br />

¡Qué poca misericordia! Se abusan porque no<br />

hablo. En fin, ¡no hablo pero siento!<br />

Vivo en una casa cuyo dueño es alguien<br />

amargado con la vida. Su nombre es Marcus,<br />

es un cincuentón solitario y bebedor de<br />

whisky Johnny Walker, divorciado y amante<br />

de las películas porno y la música clásica.<br />

Siento bronca cuando está en un estado<br />

melancólico y depresivo, él me toma con<br />

su mano arrugada y cálida, apretándome<br />

descarga su frustración y ansiedad. En fin, es<br />

la vida que me tocó y la que él decidió.<br />

Lo que me gusta de mí es que al brindar calor<br />

a su garganta puedo entibiar su corazón<br />

dañado, eso creo y espero...<br />

Llegué a su vida un día frío de invierno como<br />

regalo de un tío borracho de Marcus que,<br />

consciente de su divorcio, decidió mandarle<br />

a una caja conmigo adentro.<br />

La intención de consuelo fue buena para<br />

Henry, su tío y como diría un amigo al que<br />

muchos buscan como a mí: un ciego no<br />

puede guiar a otro ciego. Mi versión sería un<br />

borracho guía a otro borracho para ahogar<br />

sus penas en mí.<br />

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66


Me gusta que necesiten de mí pero no<br />

que mueran por mi culpa de cirrosis o<br />

enfermedades hepáticas.<br />

Soy alta y esbelta, el que me diseñó pienso<br />

que sería también diseñador de floreros<br />

porque la Sra. Daysi, la empleada doméstica<br />

de Marcus, me sujeta con sus arrugadas y<br />

tiernas manos de abuela para colocar unas<br />

rosas con agua dentro de mí. Me emociona<br />

darme cuenta que también puedo ser útil<br />

para decorar la casa y perfumarla y no sólo<br />

para dañar a una persona o engañarla. Es<br />

sentir un renacer a otra vida, reinventarme<br />

o pasar a otro estado sin dejar de ser una<br />

elegante y fina botella escocesa.<br />

El ocupar un nuevo espacio en la casa es<br />

muy extraño para mí pero bueno, tendré<br />

que adaptarme con mis compañeras, las<br />

hermosas rosas del jardín de Marcus. ¡Son<br />

tan charlatanas y vanidosas que cuesta<br />

conciliar el sueño en la noche!<br />

Quiero contarles algo que fue muy traumático<br />

para mí pero que al final resulté ser la elegida,<br />

la vencedora y la que se quedó con el que me<br />

eligió primero (aunque ya ni me mire).<br />

Recuerdo que fue en una mañana lluviosa<br />

de un 24 de abril cuando llegó a casa una<br />

despreciable, vulgar y barata botella de<br />

tequila.<br />

Cuando la vi entrar, ¡qué impotencia sentí! El<br />

ingrato de Macus pasó por delante mío con<br />

ella en la mano y ella enfiestada como una<br />

loca.<br />

Por primera vez sentí humillación hacia<br />

mi apellido y origen, al ser suplantada por<br />

alguien tan bajo.<br />

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¡No entiendo como pudo hacerme algo así!<br />

ese borrachín!<br />

Pero alguien como ella no podía durar mucho<br />

con alguien como Marcus. Su final estaba<br />

cerca y comencé a clamar al dios Baco que<br />

nunca me había fallado para situaciones<br />

extremas como era esta.<br />

Lo llamé a Baco y le conté mi carga y<br />

desconsuelo y el trazó un plan de eliminarla<br />

de la mente de Marcus.<br />

Y así fue, que al día siguiente, el 25 de abril<br />

por la tarde, tuve la alegría más grande de mi<br />

vida: la desaparición de la mexicana ardiente<br />

y pude seguir conservando mi lugar en esa<br />

casa.<br />

En un ataque de locura e ira Marcus tiró a<br />

la mejicana contra la pared y quedó hecha<br />

pedazos ¡Ay que hermosura, gracias Baco<br />

nunca fallas!<br />

Pero no todo es lo que parece, esta fue una<br />

victoria personal, aunque egoísta tal vez.<br />

Les cuento que no todo fue oscuridad para<br />

Marcus y que esta historia tuvo un final feliz<br />

para él y también para mí.<br />

Las mañanas domingueras son muy<br />

especiales en esa casa. No sé por qué pero<br />

la Sra. Daysi estaba más linda que nunca ese<br />

día . Es una señora elegante y creyente en<br />

Jesucristo que ilumina la casa con sus suaves<br />

maneras.<br />

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Esa mañana invitó a Marcus a una reunión de su iglesia y Marcus aceptó. Yo me quedé con<br />

mis compañeras : las rosas fashion de la casa.<br />

La mañana transcurrió y llegó el mediodía . Por la ventana del living sentí que Marcus y la<br />

señora Daysi venían cantando unas canciones que nunca antes había escuchado y también<br />

se reían.<br />

Nunca lo había escuchado reír. Tenía una alegría diferente. Hablaban, se reían, cantaban...<br />

Cuando lo vi entrar a Marcus dejó sobre la mesa, donde yo vivo un libro negro con unas letras<br />

grandes y plateadas, decía: SANTA BIBLIA.<br />

Yo me quedé sorprendida. Desde ese día Marcus leía ese libro día y noche y sonreía, lloraba<br />

y cantaba . Dejaba en el ambiente una paz que nunca antes había dejado. Eso me hacía feliz.<br />

En realidad verlo feliz me hacía feliz, aunque ya no necesitara de mí.<br />

Y hasta sentí que algo en mí también había cambiado.<br />

Por: Victoria Merino, Argentina.<br />

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69


<strong>SAPO</strong> LECTURA ERÓTICA<br />

ABRO LOS OJOS<br />

Lo miro junto a mí, sí, me gusta mucho.<br />

Pelo revuelto, bigote, lunar en el cuello y<br />

ese olor de su cuerpo que de verdad me<br />

embriaga.<br />

Le doy un besito del que no hace ni caso.<br />

Me levanto. Voy al baño. Y, me encuentro los<br />

zapatos, mis medias, su camisa, la corbata,<br />

todo haciendo caminito desde la puerta.<br />

Es nuestro lugar favorito y solo ahí tienen<br />

ese vino. ¡Que barbaridad! No sé si es<br />

casualidad. Pero cada vez que cenamos en<br />

ese restaurante y bebemos ese vino: sucede.<br />

Por debajo de la mesa me quito el zapato<br />

de tacón, meto mi pie por su pantalón y le<br />

acaricio la pantorrilla.<br />

Él es muy serio y apropiado, jamás se<br />

quitaría un zapato en público, me voltea a<br />

ver con cara de “eso no se hace”. Al final, es<br />

sexy y creo que le gusta. Le sonrió traviesa.<br />

Me deja hacer.<br />

Discretamente (estamos en público) froto<br />

mi nariz entre su cuello y su camisa, me<br />

encanta olerlo, lo mordisqueo un poquito. Lo<br />

provoco.<br />

Me besa como él es, tierno y suave, con su<br />

lengua toca mis labios y la mete en mi boca,<br />

poquito, fugaz.<br />

Toma mi mano y la acaricia, la jala hacia él, la<br />

besa tipo los Adams, desde la muñeca hasta<br />

al antebrazo, se abraza con ella.<br />

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70


La vibración del deseo empieza a aparecer.<br />

Salimos caminando por la plaza, primero de la<br />

mano, luego abrazados, después halándonos<br />

de la cintura para besarnos cada 5 pasos,<br />

sintiendo los corazones que van palpitando<br />

cada vez más rápido.<br />

Somos un amor prohibido, adrenalina y<br />

peligro. Cómplices.<br />

Entramos al departamento, empujamos la<br />

puerta, ni siquiera prendemos la luz, nos<br />

abrazamos, tiramos la bolsa, los teléfonos,<br />

me aprisiona contra la pared. Le quito el saco<br />

y le desabrocho la corbata, me urge meter la<br />

mano en su cuerpo, tocarlo, sentirlo.<br />

Levanto los brazos y me quita el vestido,<br />

vamos dando pasitos a la recamara, dejo los<br />

tacones, intento desabrocharle el pantalón,<br />

muy difícil.<br />

Cuando llegamos a la cama estamos<br />

desnudos. Me acuesta y se pone delante<br />

de mí. Me levanta una pierna y la besa, la va<br />

recorriendo, hasta que llega al sexo. Lo toca,<br />

despacio, mete sus dedos, luego su lengua,<br />

en círculos, suave. Con ritmo, provocando<br />

que mi cuerpo exista solo para sentirlo, sin<br />

saber si quiero llegar al orgasmo o soñar que<br />

no se termine nunca este momento.<br />

Cuando estoy al límite, se introduce, fuerte,<br />

hasta al fondo, cae su cuerpo en el mío y deja<br />

un momento. Nos vemos y comienza la danza<br />

involuntaria donde el deseo marca el ritmo y<br />

los cuerpos encajan sin proponérselo.<br />

Besos húmedos, piel mojada, cadencia, esa<br />

mirada de fuego, sentir que te hace suya. Que<br />

estar tan cerca, junta el corazón y la mente.<br />

Abro los ojos, se encuentran con los suyos,<br />

también abiertos. Nos miramos con esa<br />

fuerza eléctrica, de relámpagos que se<br />

penetran.<br />

Jadeamos, en este momento no<br />

cambiaríamos todos los dones del mundo<br />

a cambio de nuestro amor. Regalo de los<br />

dioses. Magia y locura.<br />

Desconectados de la circunstancia, del día y<br />

la hora. Metidos en ese capelo que nos da el<br />

amor. Disfrutando la grata inconsciencia de<br />

la embriaguez. Felices de estar juntos.<br />

Por: Lucia Bueno, México.<br />

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FELIZ CUMPLEAÑOS<br />

Un día, tomando café con mi mamá, surgió el tema de las historias de<br />

miedo. Antes era más fácil ver cosas extrañas porque había más cafetales<br />

y menos alumbrado público. Por eso, ella tiene más historias que yo. Casi<br />

todas me las sé, pero igual cada vez que las escucho me pongo paranoica.<br />

Esta vez me contó una nueva, es la siguiente:<br />

Resulta ser que tenía una vecina que siempre veía una luz. Esta siempre<br />

la acompañaba a donde fuera. Ma me aclaró que antes decían que las<br />

ánimas se veían como luces. De hecho dice que esas ánimas rondaban<br />

porque tenían algo pendiente aquí en la tierra. Entonces, algunas personas<br />

valientes cuando las veían decían: “Si es plata conmigo, si son deudas o<br />

promesas aléjese de aquí”.<br />

Pero bueno, continuemos con la vecina, un día estaba de cumpleaños,<br />

entonces todos la habían ido a saludar. Cuando ya casi se acababa el día,<br />

estaba ella con la mamá en el cuarto, y le dijo: “¿Sabes quién fue la única<br />

que no me vino a saludar? La luz” No había terminado de decirlo, cuando<br />

apareció la luz en la ventana. Como antes decían que, para que se fueran<br />

había que tratarlas mal, lo intentaron, pero sólo podía decir: “Ju-ju-ju-jujue...”<br />

Esta es una de las historias que mi mamá me cuenta. Muchas, quedan en<br />

lo fantástico de la vida lenta como se aprovechaba antes. También, esto<br />

deja la duda de qué tan enigmática puede ser la vida. Un ánima que puede<br />

visitar a un vivo.<br />

Por: Luna, Costa Rica.<br />

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72


QUIZAS….<br />

Lunes. Se abren las puertas del metro<br />

y con ellas un humo denso. Y desde ese<br />

humo, sale él. Quizás la realidad fue un poco<br />

distinta, pero es así como a mi mente le gusta<br />

recordarlo.<br />

Por un par de estaciones lo observé<br />

detenidamente, mientras murmuraba<br />

algo parecido quizás a la canción que iba<br />

escuchando, la verdad no lo sé.<br />

Su pelo despeinado, su barba de algunos<br />

días, mochila en la espalda y unos ojos que<br />

por más que los busque quizás nunca los<br />

encontraré de nuevo.<br />

Me fijé cómo observaba todo a su alrededor,<br />

cada detalle del vagón, de las personas,<br />

como grabándolos en su memoria, haciendo<br />

fotografías mentales de cosas que quizás no<br />

quería olvidar. Y por un momento me pareció<br />

tan solo, como si fuera la última persona en<br />

el mundo. Su cara reflejaba una tristeza con<br />

la que caminaba hacía mucho, a pesar que<br />

en ocasiones sonreía, sus ojos no cargaban<br />

esa alegría y se notaba a simple vista que<br />

necesitaba mucho para volver a encontrarla.<br />

El metro se detiene, por los parlantes<br />

anuncian que estaremos detenidos por un<br />

par de minutos y pude ver a mi alrededor<br />

los rostros de las personas tratando de<br />

disimular su enfado por la situación. Mis<br />

ojos volvieron a mirarlo, pero esta vez sus<br />

ojos estaban clavados en los míos. Sonreí y<br />

con eso le conté mis penas mis anhelos y mis<br />

sueños, él me habló de sus tristezas, de sus<br />

decepciones y de su alegrías.<br />

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73


Conversamos por largo rato, ensimismados con lo nuevo, envueltos en el humo inicial<br />

y fue tan fácil, como si nos conociéramos de siempre. Seguíamos siendo un par de<br />

desconocidos que, por mucho que se intentara, finalmente no había un lugar donde<br />

ambos nos sintiéramos cómodos.<br />

Y llegamos a un punto donde rebobinar fue más fácil aún y sabía que todo lo que creí<br />

cuando lo vi, en parte es su realidad y la mía era estar fuera de la suya.<br />

En la siguiente estación se sube una mujer de pelo largo, delgadísima pero fría a mi<br />

parecer. Estoy casi segura que cuando se abrieron las puertas del vagón, su mente<br />

también imaginó el humo entrando junto con ella.<br />

Cuando las puertas se cerraron, yo miraba desde afuera. Supe que en ocasiones es<br />

mejor dejar ahí las cosas y ganar algo mucho mejor; hacerlo perdurar.<br />

Yo gane un amigo... creo.<br />

Por: Marcela Méndez, Chile.<br />

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74


LA MAGIA DE CADA ESTACIÓN<br />

Al caer la primavera el cielo se tiñe de<br />

colores, nacen las más bellas y raras flores, el<br />

clima logra sentirse fuerte y el color del pasto<br />

es muy intenso. Por las tardes, el calor absorbe<br />

lo ánimos que regresan al día siguiente, en<br />

las mañanas se escucha el cantar de las aves<br />

que despiertan suavemente y se respira un<br />

ambiente tranquilo, caluroso.<br />

No puede haber mejor época que el verano.<br />

Todos esperan esta temporada del año. El<br />

calor logra altos grados de temperatura que<br />

difícilmente podrían sentirse en otra estación<br />

del año. Por las tardes, los rayos y truenos<br />

cortan el cielo abriendo paso a tormentas<br />

incesables, pero a pesar de eso, el calor se<br />

sigue.<br />

En el otoño una preciosa alfombra cubre las<br />

calles de las ciudades, son las hojas de los<br />

árboles, todos anaranjados y rojizos, de todas<br />

las formas. El viento sopla y canta, ¿su labor?<br />

limpiar el cielo y volverlo claro. Así se pueden<br />

apreciar las montañas, respirar el aire más<br />

limpio del año y contemplar las más bellas<br />

lunas.<br />

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75


Al llegar el invierno baja la temperatura.<br />

Algunos lugares son cubiertos por pequeños<br />

copos de nieve que logran llenar ciudades<br />

enteras. El frío se siente hasta los huesos.<br />

Algunos hibernan porque no soportan el frío<br />

y otros disfrutan de él.<br />

Cada época está llena de magia, no importa<br />

si hace calor o frío, si el aire es incesante o<br />

si las tormentas no dejan de insistir, hay que<br />

ver más allá. Cada estación, cada instante,<br />

se puede encontrar algo mágico en cada<br />

cosa por más sencilla que esta parezca,<br />

no desperdiciemos el tiempo en tonterías<br />

cuando lo más bello de la vida ya lo tenemos.<br />

No dejemos pasar toda una primavera para<br />

darnos cuenta, o todo un verano, un otoño, un<br />

invierno, tal vez toda la vida.<br />

Por: Jhoanna Neriz, México.<br />

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76


EL ÚLTIMO ÁRBOL<br />

CADA SEGUNDO ERA CREACIÓN EN ESTE MUNDO. VIAJABA LEJOS DE MI<br />

CUERPO DENTRO DE UNA BURBUJA SIN ESPACIO, AFUERA ESTABA OSCURO SIN<br />

PENSAMIENTOS, NADIE CREÍA SOBRE ESTE LUGAR, SÓLO YO. CRECIENDO JUNTO AL<br />

ESPACIO, JUNTO A LOS CIELOS LLENOS DE ILUSIÓN, JUNTO A ESENCIAS QUE QUERÍAN<br />

SER HUMANOS. VIAJABA Y AVANZABA SIN TIEMPO Y SIN DESTINO. LUEGO UNA<br />

LÁGRIMA CAYÓ Y LAS TIJERAS LO RECORTARON TODO EN MILES DE MUNDOS Y EN<br />

MILES DE VIDAS SIN VIDAS.<br />

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