Revista Bichito nº1 octubre 2017
Revista Bichito es una publicación electrónica de Bichito Editores, que pretende difundir de manera gratuita las producciones culturales de las nuevas voces y ancestrales del arte y de la Literatura nacional e internacional para hermanar humanidades desde la palabra. Su base es la autogestión y la asociación con diferentes artistas y entidades. No recibe fondos de ninguna clase y no posee fines de lucro. Dirección General: Kevin Cuadrado Serrano. Equipo Editorial: Jorge Ramírez, Eliseo Gavilanes, Diana Herrera y Daniela Moreno. Edición y diagramación: Bichito Editores. Contactos: bichitoeditores.wordpress.com – 0998585399 – 0979399693 – bichitoeditores@gmail.com – kevincuadrado69@yahoo.com
Revista Bichito es una publicación electrónica de Bichito Editores, que pretende difundir de manera gratuita las producciones culturales de las nuevas voces y ancestrales del arte y de la Literatura nacional e internacional para hermanar humanidades desde la palabra.
Su base es la autogestión y la asociación con diferentes artistas y entidades. No recibe fondos de ninguna clase y no posee fines de lucro.
Dirección General: Kevin Cuadrado Serrano.
Equipo Editorial: Jorge Ramírez, Eliseo Gavilanes, Diana Herrera y Daniela Moreno.
Edición y diagramación: Bichito Editores.
Contactos: bichitoeditores.wordpress.com – 0998585399 – 0979399693 – bichitoeditores@gmail.com – kevincuadrado69@yahoo.com
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
26<br />
tienes la suficiente conciencia para cruzar la<br />
puerta, además de que no tienes zapatos. Miras<br />
alrededor, nada de esto es conocido. Llegas a una<br />
cocina, intentas beber algo que no tenga más<br />
de cuatro grados de alcohol, sabes que aunque<br />
no conoces el lugar, es imposible que exista agua<br />
pura. Conoces tus andanzas, sabes que la gente<br />
que te rodea no tomaría esa mierda aunque se<br />
estuviera muriendo de deshidratación. Tus instintos<br />
de vomitar son cegados con más alcohol, que tu<br />
garganta los hace pasar como si estuvieran en<br />
cámara lenta. Enciendes un cigarro que está en<br />
el suelo a medio acabar. Al menos tendrás en qué<br />
distraerte mientras intentas saber algo más del<br />
lugar.<br />
Recorres los pasillos hasta encontrar el primer<br />
cuarto, abres indiferentemente, sin discreción<br />
alguna. Encuentras a una chica, semidesnuda,<br />
estirándose en la cama. Sus cabellos rojos se<br />
camuflan en las sábanas del mismo tono. Piensas<br />
que es la primera vez que la ves y en lo mucho<br />
que la deseas. Mira hacia ti, te mira, se levanta de<br />
la cama con mucha energía y corre a tus brazos,<br />
se lanza a tu cuello. La cargas, no tienes fuerzas,<br />
tus pies sangrantes se plantan en el suelo para no<br />
botarla, los vidrios sirven de ancla, no pesa tanto<br />
por lo que no tienes en problemas en cargarla. Te<br />
mira, te remira, te analiza, te respira, te huele y te<br />
vive.<br />
-¿Dónde estabas Gustavo?, te estuve<br />
esperando toda la noche -dice, mientras besa<br />
toda tu cara.<br />
No sabes qué hacer, miras extrañado, no eres<br />
Gustavo, tu cuerpo ahora empieza a temblar, ya<br />
no soportas el peso de la pelirroja en tu cuerpo<br />
destrozado y la alejas de ti. Un debate moral se<br />
desata en tu cabeza, se acaba de confundir con<br />
alguien que se llama Gustavo y podrías tenerla en<br />
ese momento contigo, pero ¿hasta cuándo durará<br />
ese cambio de identidad? Sabes quién eres. Y<br />
aunque no puedes recordar muy bien debido al<br />
mareo del tabaco y del alcohol, sabes que no<br />
eres Gustavo. En tu último intento desesperado<br />
formulas unas pocas palabras para explicarle a la<br />
pelirroja que no eres Gustavo, aunque cuidando<br />
de que la pelirroja no se desilusione de estar<br />
contigo.<br />
-Cariño, no soy Gustavo -dices-. Pero por<br />
vos y por estar contigo lo sería.<br />
-No seas tonto -dice la pelirroja dando una<br />
carcajada-. Al parecer hoy amaneciste con<br />
buen humor. Donde quiera que hayas estado te<br />
ha sentado muy bien.<br />
-Estuve al parecer dos o tres días, según la<br />
telaraña enrollada a mi cuerpo, en la sala de este<br />
mismo departamento -contestas en un acto de<br />
demostrar que no eres Gustavo.<br />
-¿Telarañas? ¿Sala? ¡Qué dices, Gustavo!<br />
-exclama la pelirroja con un tono un poco más<br />
serio, pero conservando la felicidad en su cara-<br />
. Hace más de diez días que abandonaste esta<br />
casa sin decirme adónde ibas.<br />
Tu cerebro da vueltas, deseas recordar qué<br />
hiciste hace diez días, pero tu cabeza ahora<br />
está peor, toda esta escena empieza a nublar<br />
más tu manera de ver las cosas y no entiendes<br />
quién eres, pero sabes que tu nombre nunca fue<br />
Gustavo. ¿Cuál era tu nombre? ¿Joaquín, Miguel,<br />
Luis?, el que sea menos Gustavo. No recuerdas<br />
nada y entre tanta confusión mental, tu deseo<br />
loco hacia la pelirroja semidesnuda que tienes en<br />
frente ha desaparecido. Sales de la habitación,