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Revista Papel Blanco - Páginas para la paz - Tercera Edición 2017

A diario oímos hablar, en Colombia y en el mundo, del PAPEL de los actores en los diferentes conflictos - palabra que, por repetida, termina por decir poco-, actores que somos todos. El llamado, entonces, está ahí y nos invita a pasar de la retórica a la acción, un llamado a tomar un lugar activo como actores no violentos y como agentes de transformación social, es decir, blanco. Ése es el papel de la Iglesia Católica, de FICONPAZ y el de cientos de líderes que formamos, acompañamos y animamos para que sean constructores de nuevas realidades: El Papel Blanco que es la metáfora de todos los colores unidos. Compartimos la tercera edición de nuestra revista institucional Papel Blanco – Páginas para la Paz, en la que hacemos un recorrido por las experiencias de construcción de paz y reconciliación que hemos impulsado en varias regiones de Colombia y en otros países. También hacemos eco de las voces de quienes, desde los diferentes procesos que hemos impulsado, son testimonio de construcción de paz en sus territorios. Agradecemos al Proyecto FortaleSCiendo por el apoyo brindado para la publicación de esta esta edición.

A diario oímos hablar, en Colombia y en el mundo, del PAPEL de los actores en los diferentes conflictos - palabra que, por repetida, termina por decir poco-, actores que somos todos. El llamado, entonces, está ahí y nos invita a pasar de la retórica a la acción, un llamado a tomar un lugar activo como actores no violentos y como agentes de transformación social, es decir, blanco.

Ése es el papel de la Iglesia Católica, de FICONPAZ y el de cientos de líderes que formamos, acompañamos y animamos para que sean constructores de nuevas realidades: El Papel Blanco que es la metáfora de todos los colores unidos.

Compartimos la tercera edición de nuestra revista institucional Papel Blanco – Páginas para la Paz, en la que hacemos un recorrido por las experiencias de construcción de paz y reconciliación que hemos impulsado en varias regiones de Colombia y en otros países. También hacemos eco de las voces de quienes, desde los diferentes procesos que hemos impulsado, son testimonio de construcción de paz en sus territorios.
Agradecemos al Proyecto FortaleSCiendo por el apoyo brindado para la publicación de esta esta edición.

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Retos de animar una<br />

Pastoral <strong>para</strong> <strong>la</strong> Paz<br />

en el contexto del posacuerdo<br />

Por: Rosa Inés Floriano Carrera<br />

Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana<br />

Construir una <strong>paz</strong> estable y duradera no solo es<br />

el sueño de <strong>la</strong> gran mayoría de los colombianos y<br />

colombianas sino que se hace una tarea necesaria<br />

y cotidiana <strong>para</strong> caminar como nación hacia una<br />

nueva historia. En <strong>la</strong>s siguientes líneas me propongo<br />

p<strong>la</strong>ntear algunos de los retos <strong>para</strong> quienes desde <strong>la</strong><br />

Iglesia Católica en Colombia animamos <strong>la</strong> Pastoral<br />

<strong>para</strong> <strong>la</strong> Paz en <strong>la</strong> actual coyuntura nacional de <strong>la</strong><br />

implementación de los acuerdos.<br />

El agente de <strong>la</strong> Pastoral <strong>para</strong> <strong>la</strong> Paz en <strong>la</strong> Colombia<br />

de hoy debe ser una persona que cree en <strong>la</strong> <strong>paz</strong>,<br />

<strong>la</strong> hace su opción de vida y trabaja por el<strong>la</strong> en el<br />

nombre de Jesús que es el Príncipe de <strong>la</strong> Paz.<br />

Reconoce que no es el protagonista de una causa<br />

meramente humana ni ideológica y se asume como<br />

embajador de <strong>la</strong> reconciliación porque actúa en<br />

nombre de Cristo, llevando mensajes de fraternidad<br />

y recordándonos que compartimos <strong>la</strong> misma<br />

dignidad que nos ha sido heredada del Padre y que<br />

por eso, el destino de nuestras re<strong>la</strong>ciones debe ser<br />

<strong>la</strong> comunión entre nosotros, con <strong>la</strong> casa común y<br />

con Dios.<br />

El anhelo de <strong>la</strong> <strong>paz</strong> se convierte en el horizonte<br />

que nos pone en camino contra <strong>la</strong> corriente<br />

de <strong>la</strong> po<strong>la</strong>rización, del odio, de <strong>la</strong> confrontación<br />

permanente, de <strong>la</strong>s múltiples formas existentes de<br />

violencia que agudizan el escepticismo y <strong>la</strong> falta<br />

de fe en otra sociedad posible. Desde el bautismo,<br />

estamos l<strong>la</strong>mados a caminar con el pueblo de<br />

Dios, como Moisés, hacia <strong>la</strong> tierra prometida, pero<br />

dicho caminar ha de estar lleno de esperanza,<br />

animándonos los unos a los otros y generando<br />

espacios <strong>para</strong> promover y valorar <strong>la</strong>s propuestas<br />

de los niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres<br />

sembradores de <strong>paz</strong> que saben que “no habrá quién<br />

recoja mañana, si no existe quién siembre hoy”.<br />

En esta etapa de posacuerdo, son muchos los<br />

desesperanzados, otros tantos los escépticos e<br />

incrédulos y algunos sencil<strong>la</strong>mente interesados en<br />

que <strong>la</strong> sociedad siga sumergida en el miedo, <strong>para</strong><br />

seguir viviendo y haciendo del binomio violencia –<br />

seguridad, el mejor y más rentable de los negocios.<br />

Hoy, <strong>la</strong> transición de <strong>la</strong>s FARC de ser un grupo<br />

guerrillero a <strong>la</strong> vida política y ciudadana y el proceso<br />

de diálogos del gobierno con el ELN, ocurre en medio<br />

de estos sentimientos, mientras el mundo entero<br />

cifra sus esperanzas en el éxito de estos procesos y<br />

retoma <strong>la</strong>s metodologías empleadas <strong>para</strong> replicar<strong>la</strong>s<br />

en otros conflictos existentes en <strong>la</strong> humanidad.<br />

En medio de ese panorama, un primer reto <strong>para</strong><br />

promover una Pastoral <strong>para</strong> <strong>la</strong> Paz está en reconocer<br />

que a muchos colombianos y colombianas les<br />

resulta difícil imaginarse otra forma de convivencia,<br />

no mediada por <strong>la</strong> fuerza como condición <strong>para</strong><br />

sobrevivir. Esta realidad tiene una raíz histórica que<br />

explica el trasfondo de muchas de <strong>la</strong>s violencias<br />

que se hacen cotidianas en <strong>la</strong> geografía nacional: al<br />

menos el 70 por ciento de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción nació y creció<br />

en un país en guerra, <strong>la</strong> padeció y se acostumbró a<br />

convivir con el<strong>la</strong>.<br />

Los acuerdos no son los ideales, son apenas un<br />

paso significativo y una oportunidad <strong>para</strong> el país,<br />

sin embargo, son sumamente frágiles al estar<br />

atrapados entre intereses económicos y políticos<br />

y bajo <strong>la</strong>s amenazas emergentes en los territorios<br />

que fueron escenarios de <strong>la</strong> guerra.<br />

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