Excodra XXXVII: La violencia

gre por todos lados, el tipo creo que le arrancó la nariz al chaval de un
mordisco, y cuando el chaval estaba encima de él como dándole cabezazos
o mordiéndole aparecieron dos coches de la policía y en un visto
y no visto los levantaron por el aire y los esposaron y los metieron a
uno en cada coche, el otro chaval no se movía del suelo. La ambulancia
vino también súper rápido, no sé, fue una locura, nunca había visto
nada así.
–Qué animalada, me ha recordado a una pelea que tuve hace un
montón de años.
–No jodas, ¿tú también con estas historias?
–Qué va, fue hace como veinte años, era un criajo aún.
–Coño, pues cuenta. Espera, que pido dos más.
–Claro, ¿pero así acabó todo?
–Sí, la ambulancia se llevó al chaval que estaba tirado en el suelo y
los otros dos fueron con la policía.
–Bueno, pues venga, pídeme lo mismo y te cuento.
–Ya, aquí tienes. Salud compañero.
–Claro. Venga, que te cuento. No fue nada, en realidad, o sí, pero
fue así como esto, una cadena de cosas que terminó hostia arriba hostia
abajo.
–¿Qué pasó?
–Una noche estaba volviendo a casa totalmente pedo y a un perro le
dio por morderme, bueno, me agarró por el pantalón y me pilló un
poco la piel, cómo tiraba el cabrón.
–¿Te mordió un perro?
–Bueno, sí, ahí comenzó la locura. Pegué un tirón con la pierna y se
desenganchó, era tipo pastor alemán, pero un poco más pequeño, imagino
que un cruce cutre, no sé, pero el jodío volvió a por mí y así como
venía le di un viaje que voló dos metros, me cago en el puto perro de
los cojones, yo estaba temblando, en realidad, nunca me había mordido
un perro, no sabía qué podría hacerme.
–Qué cosas te ocurren…
–Bueno, pero eso, de repente se apareció un punky corriendo desde
varios metros, apareció de la nada y pegó un salto increíble y me dio
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