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rev23

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R E V I S T A<br />

Registro ISSN 2362-356X<br />

PÁGINA 8<br />

COLABORACIÓN NACIONAL<br />

Sinestesia: ¿Realmente tenemos sólo 5 sentidos?<br />

Por María Andrea Buzzi<br />

Año 8 - Nro. 23<br />

Junio 2014<br />

PÁGINA 56<br />

LITERATURA & MEDICINA<br />

Una cuestión demasiado personal<br />

Por Lic. Isabel Del Valle<br />

Iván el Terrible<br />

ARTE & MEDICINA<br />

"El Juicio final" (El Bosco, 1508)<br />

Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

PÁGINA 60<br />

MÉDICOS QUE HACEN OTRA COSA<br />

Dr. Carlos Riganti<br />

Dr. Daniel Marcó<br />

PÁGINA 81<br />

VIDRIERA FOTOGRÁFICA<br />

Orígenes de la fotografía<br />

Dr. Martín Valdez<br />

PÁGINA 106<br />

Revista DM MD, Ciencia y Cultura Médica - Diagnóstico Médico


35 años de Trayectoria y Evolución al servicio de su salud<br />

Sede Barrio Norte<br />

Junín 1023 - C1113AAE | Ciudad de Buenos Aires<br />

Sede Belgrano<br />

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Sanatorio San Jose<br />

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Congreso<br />

Centro Médico Luis Pasteur<br />

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Dr. Eduardo Eyheremendy - Prof. Dr. H. César Gotta<br />

Director Médico<br />

Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi


STAFF<br />

Revista DMMD- Ciencia y Cultura Médica<br />

Fundada en Mayo 2006.<br />

La Revista DMMD es una publicación de<br />

Diagnóstico Médico S.A<br />

Institución Afiliada a la Facultad de<br />

Medicina de la Universidad de Bs. As.<br />

Edición trimestral, distribuida en forma<br />

gratuita a la comunidad médica.<br />

Prohibida su reproducción total o parcial<br />

sin consentimiento de los titulares.<br />

Directores<br />

Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

Prof. Dr. H. Cesar Gotta<br />

Dr. Eduardo Eyheremendy<br />

Editor Responsable<br />

Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

Consejo Editorial<br />

Prof. Emérito Dr. Alfredo P. Buzzi<br />

Prof. Dr. Arturo Heidenreich<br />

Prof. Dr. Roberto Iérmoli<br />

Prof. Dr. Domingo Liotta<br />

Prof. Dr. Elias Hurtado Hoyo<br />

Prof. Dr. Federico Pérgola<br />

Prof. Dr. Gustavo Piantoni<br />

Prof. Dr. Florentino Sanguinetti<br />

Dr. Juan Enrique Perea<br />

Dr. Martín Valdez<br />

Coordinación General<br />

Paola Isturiz Guedes<br />

Virginia Prado Quintás<br />

Colaboran en este número<br />

Prof. Emérito Dr. Alfredo P. Buzzi<br />

Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

María Andrea Buzzi<br />

Dr. Luis Alposta<br />

Dr. Martín Dotta<br />

Lic. Isabel Del Valle<br />

Dr. Francisco Javier Rodríguez Recio<br />

Prof. Dr. Antonio F. Werner<br />

Dr. Daniel Marcó<br />

Prof. Dr. Alberto Marangoni<br />

Dr. Jorge A. Lowenstein<br />

Lic. Norma Isabel Sánchez<br />

Dra. Sandra Janete Inwentarz<br />

Prof. Dr. Federico Pérgola<br />

Dr. Adolfo Venturini<br />

Prof. Dr. H. Cesar Gotta<br />

Dr. Martín Valdez<br />

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Santa Elena 938 (Barracas)<br />

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Revista DMMD<br />

Registro DNDA 5136422<br />

ISSN 2362-356X<br />

Junín 1023 C1113.<br />

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Registro DNDA 5136422<br />

ISSN 2362-356X


4 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

sumario<br />

editorial pág. 5<br />

¿Por qué es importante estudiar<br />

la Historia de la Medicina?<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

colABoRAciÓN NAcioNAl pág. 8<br />

Sinestesia: ¿Realmente tenemos<br />

sólo 5 sentidos?<br />

Por María Andrea Buzzi<br />

ENFERMos FaMosos pág. 15<br />

Iván El Terrible<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

MOSAICOS PORTEÑOS pág. 26<br />

ACERCA DEL AGUA<br />

ACERCA DE LOS VAMPIROS<br />

Y LA MEDICINA<br />

ACERCA DE LOS PIOJOS<br />

Por Dr. Luis Alposta<br />

EPÓNIMOS MÉDICOS pág. 28<br />

Theodor Billroth (1829-1894):<br />

un nuevo capítulo en la cirugía<br />

abdominal<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi y Dr. Martín Dotta<br />

EL CLUB OSLER DE BUENOS AIRES pág. 46<br />

Historia del Tratado de Medicina<br />

Interna de William Osler<br />

Por Prof. Dr. Alfredo P. Buzzi †<br />

LITERATURA & MEDICINA pág. 56<br />

Una cuestión demasiado personal<br />

Por Lic. Isabel Del Valle<br />

ARTE & MEDICINA pág. 60<br />

La representación de la cirrosis en<br />

"El Juicio Final" (El Bosco, 1508)<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

COLABORACIÓN INTERNACIONAL pág. 71<br />

Hola mi nombre es…<br />

Por Dr. Francisco Javier Rodríguez Recio<br />

MalEs DE aRTIsTas pág. 73<br />

Pierre Auguste Renoir (1841-1919),<br />

la superación de la adversidad a<br />

través del arte<br />

Por Prof. Dr. Antonio F. Werner<br />

MÉDICOS QUE HACEN<br />

OTRA COSA<br />

Dr. Carlos Riganti<br />

Por Dr. Daniel Marcó<br />

El diafragma<br />

Por Prof. Dr. Alberto Marangoni<br />

pág. 81<br />

ETIMOLOGIA Y MEDICINA pág. 84<br />

AMBITO MÉDICO & EMPRESA pág. 90<br />

8 de Marzo - Dia de la Mujer<br />

Exposición de arte en nuestra<br />

sede Belgrano<br />

Prof. Dr. Alfredo Buzzi, en el<br />

Congreso Europeo de Radiología<br />

Dra Sonia Lesyk, en el Congreso<br />

Europeo de Radiología<br />

CRÓNICas DE vIajEs pág. 95<br />

Historias de un médico viajero<br />

Por Dr. Jorge A. Lowenstein<br />

necrologica pág. 100<br />

Dr. Julio Guido Barrera Oro<br />

(1927-2013)<br />

Por Lic. Norma Isabel Sánchez<br />

Dra. Sandra Janete Inwentarz<br />

Museos Risolia y Houssay pág. 102<br />

Retratos de médicos famosos en<br />

el Museo “Risolía”<br />

Por Prof. Dr. Federico Pérgola<br />

Dr. Adolfo Venturini<br />

VIDRIERA FOTOGRÁFICA pág. 106<br />

Orígenes de la fotografía<br />

artística o de autor.<br />

La Escuela Academicista.<br />

Por Dr. Martín Valdez<br />

COLECCIÓN DE FOTOS pág. 110<br />

Emilio Halitzky<br />

Por Prof. Dr. H. César Gotta<br />

Revista DM MD - Ciencia y Cultura Médica - Diagnóstico Médico - www.diagnosticomedico.com


EDITORIAL<br />

Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

5<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

¿Por qué es importante<br />

estudiar la Historia de<br />

la Medicina?<br />

En medicina, nuestra tarea constante<br />

es renovar nuestra ciencia y nuestro<br />

conocimiento. Rechazamos las<br />

viejas teorías y creencias como si fueran el<br />

diario de ayer, para recibir con entusiasmo<br />

el nuevo conocimiento que se genera en<br />

laboratorios y hospitales.<br />

¿Por qué debemos estudiar la historia de<br />

la medicina cuando estamos apremiados<br />

a abandonar el pasado como si fuera inadecuado,<br />

impreciso e inválido? ¿Hay realmente<br />

tiempo y energía para estudiar lo<br />

pasado, lo rechazado, lo inefectivo, cuando<br />

hay tanto que aprender?<br />

Ronald C. Merrell ofreció cinco razones para<br />

estimular a sus estudiantes a utilizar algo<br />

de su tiempo para estudiar la Historia de la<br />

Medicina.<br />

Primero, conocer el pasado y aprender<br />

las lecciones de la historia nos ayuda a no<br />

repetir los mismos errores.<br />

Segundo, todos tenemos necesidad de<br />

encontrar héroes y fuentes de inspiración<br />

en los que apoyar nuestra lucha contra<br />

la enfermedad y el sufrimiento. Estos<br />

héroes heredaron de sus predecesores<br />

herramientas, creencias y actitudes y<br />

lograron hacer magnificas contribuciones<br />

personales para el progreso de la medicina.<br />

Tercero, es necesario predecir el cambio<br />

y el rumbo que va a seguir la medicina. Es<br />

importante conectar los puntos de nuestra<br />

historia con nuestro presente y proyectar<br />

de alguna manera esta línea hacia el futuro.<br />

La geometría nos dice que son necesarios<br />

dos puntos para definir una línea y uno de<br />

esos puntos es el pasado.<br />

Cuarto, el estudio de la historia es una<br />

lección de humildad. Nuestros predecesores<br />

creyeron que estaban haciendo lo mejor,<br />

pero nosotros sabemos que nadaron en<br />

un océano de errores y prejuicios, y que<br />

trabajaron con herramientas limitadas<br />

1<br />

Director Médico Diagnóstico Médico S.A.<br />

Profesor Titular de Diagnóstico por Imágenes, Facultad de Medicina, UBA.<br />

a nuestros ojos. En el curso de la carrera<br />

médica, en un tiempo de rápida expansión<br />

del conocimiento, es inevitable que las<br />

prácticas que aprendemos en la Facultad<br />

y que se han utilizado por muchos años se<br />

cambien y se descarten. Muchos conceptos<br />

aprendidos con dificultad pronto se<br />

probarán erróneos y deberán aprenderse<br />

los nuevos. Y será inevitable recordar a los<br />

pacientes que fueron mal atendidos por<br />

nuestro conocimiento defectuoso. Pero<br />

debemos seguir haciendo con humildad y<br />

compromiso lo mejor que podamos con lo<br />

mejor que tenemos.<br />

Finalmente, el estudio de la historia<br />

afirma los principios fundamentales<br />

de la medicina que no cambian, a pesar<br />

del avance de la ciencia y la tecnología,<br />

del cambio social y de la política. La<br />

medicina tiene su inmutable base en el<br />

servicio, la preocupación por los demás y<br />

la curiosidad, que es lo que ha sostenido<br />

su progreso, perdonando nuestras fallas y<br />

guiando nuestros objetivos al servicio de la<br />

humanidad.<br />

Si bien muchos autores han justificado<br />

con creces la importancia de la historia<br />

de la medicina con distintos argumentos<br />

y desde distintos lugares, estas cinco<br />

razones son un buen resumen de ello, y nos<br />

estimulan a mirar el pasado con curiosidad<br />

y admiración hacia nuestros antecesores. Y<br />

podemos justificar cada una de ellas:<br />

Primero, ¿es cierto que aquellos que no<br />

aprendan las lecciones de la historia<br />

están condenados a repetir sus errores?<br />

En verdad, hay muchos momentos de la<br />

historia que necesitamos descartar. Todas<br />

las fallidas teorías del flogisto, las miasmas,<br />

los cuatro humores y las supersticiones de<br />

muchas culturas deben ser abandonadas.<br />

Cuando aparezcan teorías carentes de<br />

base científica, o no probadas por la razón,<br />

debemos dejarlas ir. ¿Existe realmente este<br />

peligro? Por supuesto que sí. Consideremos<br />

los enfoques anticientíficos de muchas<br />

medicinas alternativas, falsos curadores,<br />

charlatanes, etc. No podemos ir en esa<br />

dirección nuevamente.<br />

Segundo, ¿podemos encontrar héroes?<br />

Yo puedo: Andrés Vesalio enfrentándose<br />

a Galeno, William Morton venciendo al<br />

dolor con la anestesia, Theodor Billroth<br />

abriendo el abdomen para la cirugía, Ignaz<br />

Semmelweis convenciendo a sus colegas<br />

de que se laven las manos, William Gorgas<br />

en la selva descubriendo los métodos para<br />

erradicar el paludismo y la fiebre amarilla,<br />

Werner Forsmann realizando el primer<br />

cateterismo y la primera angiografía en sí<br />

mismo, Frederick Banting descubriendo<br />

la insulina con un pequeño presupuesto<br />

siendo cirujano ortopédico, René Favaloro<br />

desde un laboratorio de la Clínica Cleveland<br />

probando que un corazón viejo puede ser<br />

renovado si se lo revasculariza. Ellos son<br />

héroes para mí. Y son sólo unos pocos<br />

elegidos al azar.<br />

Tercero, ¿podemos usar la historia<br />

para predecir el futuro? En alguna<br />

forma podemos. El conocimiento de la<br />

anatomía predijo el éxito de la cirugía. La<br />

anestesia invitó a la aventura quirúrgica.<br />

La bacteriología clamó por antibióticos.<br />

Los rayos X crearon la curiosidad por el<br />

interior del cuerpo que desembocó en las<br />

demás imágenes médicas. ¿Qué hallazgos<br />

recientes predicen nuevos desarrollos en<br />

medicina? El desciframiento del genoma<br />

humano puede incentivar a miles de<br />

investigadores a utilizar su conocimiento<br />

para entender muchas enfermedades.<br />

Las imágenes moleculares abren líneas<br />

de investigación hacia la medicina<br />

personalizada. La nanotecnología significa<br />

que la cirugía mínimamente invasiva puede<br />

alcanzar niveles moleculares.<br />

Cuarto, ¿hemos aprendido cosas que nos<br />

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6 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

hagan humildes? Nuestros antecesores<br />

médicos vieron, innermes, morir a la<br />

mitad de los niños antes de los cinco años<br />

de edad, a pesar de que fueron grandes<br />

eruditos. Nuestros predecesores pensaron<br />

que tenían el poder de los dioses, pero se las<br />

tuvieron que ver con la fragilidad del cuerpo<br />

humano. Hace 50 años no existían las salas<br />

de terapia intensiva ni el by-pass coronario<br />

y no había ecografía, ni tomografía<br />

computada ni resonancia magnética. Había<br />

alrededor de cuatro antibióticos, la viruela<br />

no había sido erradicada, y la quimioterapia<br />

estaba en pañales. Pero los médicos de la<br />

década del '60 estaban convencidos de<br />

estar en la vanguardia de la medicina más<br />

sofisticada que había visto el mundo. Y<br />

tenían razón. Lo estaban. Pero si vieran la<br />

medicina de hoy se sentirían humildes al<br />

ver que aquello que creían que era lo mejor<br />

era tan pobre. Nosotros mismos hemos<br />

abandonado y desacreditado lo antiguo,<br />

aunque hayamos sentido orgullo por haber<br />

sido protagonistas de la introducción<br />

de esos procedimientos cuando fueron<br />

novedad. Hemos aceptado lo nuevo, no<br />

porque es nuevo, sino porque el estudio<br />

de la innovación convenció a nuestra<br />

mente científica de que era verdad y de que<br />

nuestros pacientes pueden beneficiarse con<br />

ella.<br />

Finalmente, ¿Hemos encontrado alguna<br />

cosa en la medicina que no cambie? Por<br />

supuesto que sí. Desde los primitivos<br />

curadores, los médicos siempre hemos<br />

estado ahí para cuidar. Aunque no<br />

podamos curar, nuestra promesa al<br />

paciente es servirle incansablemente, ser<br />

curiosos y emprendedores en la búsqueda<br />

de nuevas formas para ayudarlo y nunca<br />

abandonarlo. Por eso estudiamos la<br />

historia de la medicina. Ese compromiso<br />

absoluto de cuidar definirá a la medicina<br />

por siempre. ●<br />

"The Doctor" (Sir Samuel Luke Fildes, 1891)<br />

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8 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

COLABORACIÓN<br />

NACIONAL<br />

Por María Andrea Buzzi<br />

Sinestesia:<br />

¿Realmente tenemos<br />

sólo 5 sentidos?<br />

María Andrea Buzzi 1<br />

La sinestesia es una facultad que tienen algunas personas de entrelazar los sentidos en un mismo acto<br />

perceptivo, de forma que escuchar música puede evocar colores, leer una palabra sugerir un sabor en<br />

el paladar o saborear algo provocar una sensación táctil en la yema de los dedos. Pero lo que a priori<br />

podría parecer una alucinación es en realidad una percepción añadida que surge en el cerebro, así que se<br />

trata de un mundo más rico en sensaciones, más lleno, pero totalmente normal para el que lo percibe.<br />

La sinestesia es una experiencia<br />

perceptual, involuntaria, automática<br />

y consistente en el tiempo,<br />

en la que una persona experimenta<br />

sensaciones en una modalidad sensorial<br />

cuando se estimula otra modalidad<br />

sensorial diferente. ¿Puede ser rojo un<br />

sonido? ¿Puede provocarnos frío una<br />

melodía? ¿Puede tener formas un olor?.<br />

La palabra “sinestesia” tiene su origen en el<br />

griego; «sin» significa «unión» y «estesia»<br />

significa «sensación»; es decir, unión de<br />

sensaciones.<br />

La experiencia sinestésica es una condición<br />

presente en el 2-4% de la población, y<br />

puede unir dos modalidades sensoriales<br />

cualesquiera, aunque existen dos variantes<br />

más comunes: estímulos auditivos y<br />

números que producen la percepción vívida<br />

de colores (50% de los casos).<br />

Se ha registrado al menos 60 formas<br />

diferentes de sinestesia, lo que refleja la<br />

gran heterogeneidad que existe.<br />

El fenómeno sinestésico tiene bases<br />

genéticas, y el 40 % de los sinestésicos<br />

tienen familiares con la misma característica,<br />

lo que sugiere que existe un gran<br />

porcentaje de posibilidad de transmitirlo<br />

de padres a hijos. Se trata de un rasgo<br />

dominante ligado al cromosoma X, y el<br />

interrogante que surge es cómo afecta el gen<br />

(o genes) a la neuroanatomía dando lugar a<br />

la alteración sensorial en la sinestesia.<br />

Existen diferentes teorías.<br />

Hay autores que postulan que una mutación<br />

genética que llevara a una poda axónica<br />

1<br />

Ayudante de Fisiología, Facultad de Medicina (UBA)<br />

Figura 1: El escritor ruso Vladimir Nobokov (1899-1977).<br />

(proceso que se produce en el desarrollo<br />

neural cuando se elimina una gran<br />

cantidad de sinapsis) deficiente llevaría a la<br />

perduración de las conexiones anómalas en<br />

el cerebro adulto.<br />

Otros investigadores difieren y afirman<br />

que se trataría de un feedback desinhibido<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

9<br />

en una región cortical multimodal (en el<br />

cerebro normal no solo existen conexiones<br />

“hacia adelante”, sino también “hacia<br />

atrás” que serían inhibidas para evitar<br />

anomalías en la comunicación; la falta<br />

de esa inhibición podría ser causa de las<br />

experiencias sinestésicas).<br />

Sin embargo, la confirmación de una<br />

predisposición genética para el desarrollo<br />

de la sinestesia no excluye la posibilidad<br />

de que la gente sin sinestesia pueda<br />

desarrollarla con un entrenamiento<br />

adecuado, o pueda desarrollar una mutación<br />

somática en el desarrollo.<br />

Sin ir más lejos, existen numerosos<br />

ejemplos a lo largo de la historia que<br />

ilustran la experiencia sinestésica:<br />

El escritor ruso Vladimir Nobokov (figura<br />

1), cuya obra más conocida es “Lolita”<br />

(1955), convivía con este fenómeno, y<br />

en su caso, el estímulo inductor eran<br />

las letras o las palabras a las cuales les<br />

adjudicaba un color, siempre el mismo,<br />

independientemente del tono con que<br />

estuviera impreso. La “A” siempre sería<br />

roja, y la palabra “teléfono” siempre sería<br />

amarilla.<br />

Figura 2: El cantante de ópera Dimitri Nobokov (1934-2012).<br />

En su autobiografía (“Habla memoria”,<br />

1967) describió de esta manera los colores<br />

que veía al escuchar los nombres de las<br />

letras:<br />

“La ‘a’ larga del alfabeto inglés (y más<br />

adelante seguiré refiriéndome a este alfabeto,<br />

a no ser que diga expresamente que no es<br />

así) tiene para mí el color de la madera a la<br />

intemperie, mientras que la ‘a’ francesa evoca<br />

una lustrosa superficie de ébano.”<br />

Figura 3: El compositor húngaro Franz Liszt (1811-1886).<br />

”Los tonos adyacentes no se mezclan, y los<br />

diptongos no tienen colores propios, a no ser<br />

que estén representados por un único carácter<br />

en algún otro idioma (así la letra gris-vellosa,<br />

tricorne, que representa en ruso el sonido ‘sh’,<br />

una letra tan antigua como los juncos del Nilo,<br />

influye en su representación inglesa) [...] En el<br />

grupo verde están la ‘f’, hoja de aliso; la ‘p’,<br />

manzana sin madurar; y la ‘t’, color pistacho.<br />

Para la ‘w’ no tengo mejor fórmula que el<br />

verde apagado, parcialmente combinado con<br />

el violeta [...].”<br />

Su hijo, Dimitri Nabokov (figura 2),<br />

cantante de ópera, también era sinestésico,<br />

lo que afirma el componente genético de<br />

esta característica.<br />

Figura 4: Los colores.<br />

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10 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Figura 5: El pintor ruso Wassily Kandinsky (1866-1944).<br />

Figura 6: El poeta francés Charles Baudelaire<br />

(1821-1867).<br />

Figura 7: El poeta francés Arthur Rimbaud (1854-1891).<br />

Figura 8: El compositor ruso Nikolái Rimski-Kórsakov<br />

(1844-1908).<br />

Figura 9: El trompetista y compositor de jazz francés<br />

Miles Davis (1926-1991).<br />

Figura 10: El físico estadounidense Richard Feynman<br />

(1918-1988).<br />

Figura 11: El científico británico Sir Francis Galton<br />

(1822-1911).<br />

Otro famoso caso fue el del compositor<br />

húngaro, romántico, pianista y profesor<br />

Franz Liszt (figura 3), en cuyo caso, veía<br />

colores y formas cuando escuchaba diferentes<br />

sonidos. Durante un ensayo en Weimar<br />

en 1842 sorprendió a los músicos de la<br />

orquesta diciendo: “Por favor, caballeros, ¡un<br />

poco más azul!" Y también: “Este es un violeta<br />

profundo, por favor, ¡no lo olviden! …. ¡No tan<br />

rosado!....” (figura 4).<br />

Muchos más artistas de los últimos siglos<br />

experimentaron percepciones sinestésicas.<br />

En las artes plásticas, Wassily Kandinsky<br />

(figura 5) era sinestésico y con respecto a<br />

la música de Richard Wagner, decía: “Podía<br />

ver todos aquellos maravillosos colores en<br />

mi mente, desfilaban ante mis ojos. Salvajes,<br />

maravillosas líneas que se dibujaban ante<br />

mí”. Así, intentó utilizar esta combinación<br />

de sentidos para pintar un cuadro donde<br />

expresaba el equivalente visual a una<br />

sinfonía de colores.<br />

Poetas como Baudelaire (figura 6),<br />

Rimbaud (figura 7) y el maestro de<br />

orquestación Rimsky-Korsakov (figura<br />

8) también lo eran, así como Miles Davis<br />

(figura 9), una de las figuras más relevantes<br />

de la historia del jazz.<br />

En el ámbito científico, el premio Nobel<br />

de Física Richard Feynman (figura 10)<br />

también era un poco sinestésico. “Cuando<br />

miro ecuaciones, veo todas las letras en<br />

colores”, dijo una vez.<br />

Ahora bien, una duda sobreviene: ¿no somos<br />

todos un poco sinestésicos? ¿Cuántas veces<br />

relacionamos dos modalidades diferentes en la<br />

vida cotidiana, como por ejemplo, un color que<br />

sea “chillón” como el amarillo, o una canción<br />

que sea “dulce” y “suave”, o un color que sea<br />

“luminoso” como el blanco? ¿Es en realidad,<br />

que existen diferentes grados de sinestesia, y<br />

en algunas personas se expresa más que en<br />

otras?<br />

Muchos de los primeros estudios avocados a la<br />

sinestesia fueron catalogados de subjetivos por<br />

el conductismo y fueron dejados de lado por la<br />

falta de pruebas empíricas que impedían dar<br />

respuestas concretas a los interrogantes.<br />

El primer dato científico acerca de<br />

la sinestesia fue gracias a Sir Francis<br />

Galton (figura 11), un antropólogo,<br />

inventor, estadístico y psicólogo británico,<br />

que contribuyó a diferentes áreas de la<br />

ciencia, entre ellas, la psicología y la<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

11<br />

biología, y fue quien publicó en 1880 en<br />

la revista Nature un artículo sobre este<br />

fenómeno, aunque su repercusión fue<br />

escasa. Antes de Galton, el austríaco Georg<br />

Tobias Ludwig Sachs publicó en 1812 una<br />

disertación médica con respecto a su propio<br />

albinismo y el de su hermana, y describió<br />

otro fenómeno: la sinestesia que implica<br />

colores para la música y para secuencias<br />

simples (números, días y letras). Pero su<br />

trabajo, publicado en latín y en tercera<br />

persona, tuvo menos repercusión que el<br />

de Galton, publicado 70 años después.<br />

No obstante, parece haber sido el primer<br />

sinesteta descripto en la literatura médica.<br />

Pero la desconfianza científica hacia lo<br />

subjetivo hizo que las investigaciones<br />

quedaran relegadas a muchas décadas<br />

después.<br />

Afortunadamente en la actualidad ha<br />

avanzado el trabajo de muchos científicos.<br />

El neurólogo norteamericano Richard<br />

Cytowic (figura 12) fue el primero en<br />

predecir algo que los avances en los registros<br />

electro-fisiológicos y la tomografía por<br />

emisión de positrones (PET, en inglés)<br />

han permitido confirmar: la activación<br />

simultánea o “co-activación” de dos zonas<br />

sensoriales o más de la corteza cerebral en<br />

los sinestésicos. Vilayanur Ramachandran<br />

(figura 13) y Edward Hubbard plantearon<br />

el modelo de interconexión local (“cruce<br />

de cables”). Weiss (2001) y Nunn (2002)<br />

utilizaron la resonancia magnética<br />

funcional (fMR, en inglés) en diferentes<br />

sinestetas y revelaron la activación del área<br />

V4 frente a nombres de familiares o frente<br />

a diferentes tonos; entre otros, hicieron<br />

de la sinestesia una entidad científica y<br />

demostrable empíricamente.<br />

Figura 12: El neurólogo norteamericano Richard<br />

Cytowic (1952-).<br />

Figura 13: Vilayanur Ramachandran.<br />

La especificidad de la sinestesia permanece<br />

estable durante toda la vida del individuo,<br />

y no es fruto de la imaginación: tiene<br />

bases psico-fisiológicas y es descrita<br />

por la mayoría de los neurólogos como<br />

una “comunicación anómala entre áreas<br />

cerebrales”, un “cruce de cables”. Las<br />

investigaciones fueron demostrando que<br />

los grafemas (unidad mínima de la escritura<br />

que se corresponde con las letras) activan<br />

regiones cerebrales del propio grafema<br />

y también regiones relacionadas, por<br />

ejemplo, con el color, como la región V4/<br />

V8 (región de la corteza visual que muestra<br />

una respuesta a los colores) en los cerebros<br />

Figura 14: El teórico de la psicología de la Gestalt Wolfgang Köhler (1887-1967).<br />

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12 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

de personas sinestetas. Estos resultados<br />

sumaron a la teoría propuesta de que la<br />

sinestesia es un resultado de conexiones<br />

cerebrales existentes en estos individuos,<br />

que conectan diferentes cortezas modales,<br />

posiblemente debido a una no desconexión<br />

entre regiones que están interconectadas<br />

en el feto.<br />

Los estímulos que estarían diseñados<br />

para ser decodificados por un único<br />

sistema sensorial generan una actividad<br />

en otros sistemas que evocan la sensación<br />

sinestésica. Así, esta teoría asevera que la<br />

diferencia entre un cerebro sinestésico y<br />

un cerebro no sinestésico es meramente<br />

funcional.<br />

Los sinestetas no hablan en términos de<br />

imaginar un color o acordarse de un olor<br />

al exponerse al estimulo inductor, sino que<br />

hacen referencia a un halo de color especifico,<br />

una sensación táctil concreta o un sabor en<br />

la lengua. Es un fenómeno genuinamente<br />

sensorial.<br />

Por eso se puede decir que la sinestesia es<br />

un trastorno de la percepción, pero no uno<br />

que reste capacidades, como por ejemplo<br />

la ceguera o la sordera, sino que añade<br />

nuevas percepciones, enriqueciendo la<br />

original. Este fenómeno además potencia<br />

la actividad creativa de los que lo tienen,<br />

por eso se puede observar una estrecha<br />

relación entre arte y sinestesia (la mayoría<br />

de los personajes citados forman parte del<br />

mundo del arte).<br />

Sin embargo, no siempre fue fácil para<br />

las personas con sinestesia hablar de su<br />

diferente manera de percibir el mundo,<br />

principalmente debido a la hostilidad<br />

hacia lo extraño. En tiempos pasados, estas<br />

personas seguramente fueron catalogadas<br />

de drogadictos, esquizofrénicos, o enfermos<br />

mentales, así como no, brujos o<br />

Figura 15: “Bouba y Kiki”.<br />

Figura 16: El color de un orgasmo.<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

13<br />

hechiceros. Los que aseguraban ver auras,<br />

olores y sonidos, o bien oler la música<br />

o saborear formas, eran considerados<br />

dementes, y muchos terminaban en el<br />

hospital psiquiátrico.<br />

Entonces, ¿qué sucede con los no sinestetas?<br />

¿Por qué utilizamos las metáforas sinestésicas<br />

en la vida cotidiana? ¿Podrían considerarse<br />

“sinestesias culturales” que todos manejamos,<br />

metáforas que utilizamos que forman parte de<br />

nuestro vocabulario? Posiblemente el amarillo<br />

no suene como un grito agudo en nuestras<br />

cabezas, ni la canción nos genere un gusto<br />

dulce en nuestra boca. Utilizamos una palabra<br />

con una función sintáctica que no le es<br />

propia.<br />

Las personas con sinestesia disfrutan de este<br />

fenómeno y no aluden a sus percepciones<br />

como metáforas, sino que de verdad las<br />

experimentan. No necesitan recurrir a<br />

ninguna droga alucinógena como el LSD o la<br />

mezcalina para generar sus experiencias. Una<br />

persona que va a un concierto debe disfrutar al<br />

escuchar los sonidos y además, ver diferentes<br />

colores relacionados.<br />

Existe un test psicológico llamado “Bouba<br />

y Kiki” que alude a esta constante del ser<br />

humano de no asignar características de forma<br />

arbitraria a los objetos. En este experimento,<br />

ideado por Wolfgang Köhler (figura 14), se le<br />

muestra al sujeto dos figuras (figura 15) y se le<br />

pide que diga cuál de ellas se llama “Bouba”<br />

y cuál “Kiki”. Este test demuestra que el ser<br />

humano no asigna características a los objetos<br />

arbitrariamente.<br />

En las personas con sinestesia existe<br />

entonces un alto número de conexiones<br />

entre dos zonas de la corteza sensorial<br />

del cerebro, de modo que al menos dos<br />

sentidos resultan inseparables. ¿Podría<br />

considerarse como un rasgo evolutivo?<br />

Cytowic ha discutido ampliamente sobre<br />

el propósito evolutivo de la sinestesia y ha<br />

llegado a plantear hasta qué punto esta<br />

característica es un producto adaptativo<br />

de la selección natural o una especie<br />

de producto derivado de la adaptación.<br />

Es cuestión de continuar con las<br />

investigaciones y seguir profundizando y<br />

avanzando en el estudio de esta increíble y<br />

asombrosa característica. ●<br />

El test es el siguiente: “Imagine que una tribu<br />

remota llama a una de estas dos formas<br />

“Bouba” y a la otra “Kiki”. Trate de adivinar<br />

cuál es cuál.” Del 95% al 98% de la gente le<br />

asigna el nombre "Kiki” a la figura "angular<br />

naranja" y “Bouba” a la figura "redondeada<br />

violeta".<br />

El efecto “Bouba/Kiki” tiene implicaciones<br />

para la evolución del lenguaje, porque<br />

sugiere que el nombramiento de los objetos<br />

no es completamente arbitrario. Quizás<br />

se llame “Bouba” a la forma redondeada<br />

porque la boca hace un movimiento más<br />

redondeado para producir el sonido,<br />

mientras que necesita un movimiento más<br />

tenso y angular para producir el sonido de<br />

“Kiki”. Por otra parte, en el alfabeto latino,<br />

las letras “B”, “O” y “A” tienen una forma<br />

más redondeada que “K” e “I”.<br />

Figura 17: Sinestesia.<br />

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enfermos famosos<br />

Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

15<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

IVáN El TERRIBlE<br />

Su nombre evoca una de las personalidades más fascinantes y terroríficas de la historia. Asesino, demente,<br />

sabio gobernante, intelectual, modernizador, fanático religioso, escritor, excéntrico y muchas otras facetas<br />

se mezclan en este hombre complejo y contradictorio, cuya historia nos ha llegado deformada a causa<br />

de la propaganda, tanto a favor como en contra. Su reinado fue el más prolongado de entre todos los<br />

zares rusos. Construyó el primer estado absolutista ruso moderno y trató de conectar con Occidente<br />

y aprender de él. En los siglos posteriores se convirtió en un héroe nacional en Rusia. La sífilis y su<br />

tratamiento, basado en sales de mercurio, se conjuraron en la demencia del Zar.<br />

Las llanuras de Europa oriental<br />

incluyen gigantescas extensiones<br />

que van desde los mares Blanco<br />

y Báltico, por el norte, hasta el Negro y<br />

Caspio, por el sur. Fueron pobladas por<br />

eslavos desde el siglo VI. Ellos fundaron<br />

ciudades como Novgorod, Kiev y<br />

Smolensko. Mezclados con los vikingos<br />

escandinavos dieron origen al pueblo<br />

denominado "rus", cuyo principal centro<br />

fue el Principado de Kiev.<br />

La unificación comenzó con Vladimiro,<br />

quien fue bautizado por la Iglesia Cristiana<br />

de Oriente y así comenzó a extenderse la fe<br />

cristiana en todos los territorios de la Rus.<br />

Más tarde, la caída de Constantinopla y las<br />

invasiones tártaras cambiaron la suerte de<br />

Kiev y la de los otros centros. Los mongoles<br />

provocaron un desplazamiento poblacional<br />

y establecieron un sistema de impuestos<br />

que debilitó los ducados rusos. En tanto,<br />

Moscú, negociando con los tártaros, obtuvo<br />

la primacía y se fortaleció rápidamente. Por<br />

entonces el imperio lo componían unos seis<br />

millones de habitantes, y reinaba Iván III<br />

el Grande. Éste realizó construcciones en<br />

Moscú, dando al Kremlin una apariencia<br />

muy similar a la actual.<br />

Figura 1: El moribundo Basilio III bendice a su hijo Iván<br />

Este Iván es el abuelo de Iván IV, a través<br />

de su hijo Basilio III, quien continuó el<br />

movimiento unificador y, apoyado por la<br />

misma Iglesia, condujo a una autocracia<br />

que concebía a Moscú como la nueva<br />

Constantinopla, bajo el marco de "Moscú<br />

como la tercera Roma"<br />

Infancia atormentada<br />

Iván nació en 1530, y a la muerte de su<br />

Figura 2: Boyardos rusos. La altura del sombrero indica el status social (Andrei Ryabushkin, 1901)<br />

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16 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

padre, Basilio III, Gran Duque de Moscú,<br />

fue coronado como heredero (figura 1).<br />

Pero solo tenía tres años, por lo que fue su<br />

madre Elena quien ostentó el poder. Fueron<br />

cinco años marcados por la inestabilidad,<br />

en los que la regente tuvo que hacer<br />

frente a tártaros, lituanos y, sobre todo,<br />

a la poderosa aristocracia, los boyardos,<br />

ansiosos de mantener el poder.<br />

Fueron estos nobles (figura 2) los<br />

que, al parecer, estuvieron detrás del<br />

envenenamiento y muerte de Elena.<br />

Así, a los ocho años, Iván se encontró<br />

huérfano y acompañado únicamente de<br />

su hermano sordomudo, Yuri, porque los<br />

nuevos regentes se apresuraron a expulsar<br />

de su entorno a su niñera y a los antiguos<br />

ayudantes de su madre. Durante esos años<br />

fue un juguete en manos de los boyardos y<br />

llegó a padecer todo tipo de humillaciones.<br />

Solo se libró de ello por la intercesión de los<br />

religiosos que ejercían como sus tutores.<br />

Ya en estos años, y quizá fruto de la constante<br />

sensación de miedo y peligro, comenzó<br />

a dar señales de desequilibrio mental y<br />

de sadismo. Pero apoyado por la jerarquía<br />

de la Iglesia ortodoxa, fue creciendo no solo<br />

en edad y fortaleza física, sino también en<br />

cultura y, sobre todo, en astucia.<br />

Figura 3: San Macario de Moscú<br />

Figura 4: Sello de Iván IV de Rusia<br />

Su desconfianza era enorme. Comprendía<br />

que su futuro como monarca dependía<br />

de actuar contra los boyardos. A los trece<br />

años y en un arranque de autoridad, actuó<br />

contra uno de sus líderes, Andrei Shuinsky,<br />

al que condenó a muerte e hizo arrojar a<br />

una jauría de perros hambrientos. El monje<br />

Macario (figura 3), a quien luego nombró<br />

obispo de Moscú (y que posteriormente<br />

sería canonizado a San Macario de Moscú),<br />

fue uno de los clérigos que más influencia<br />

ejercieron en Iván.<br />

Le transmitió una profunda religiosidad<br />

así como el sentido de estar llamado a<br />

desarrollar una misión divina. No era ajeno<br />

a ello el hecho de que Rusia, o mejor dicho<br />

Moscú, tras la caída de Constantinopla,<br />

era el territorio cristiano más oriental, la<br />

barrera ante turcos y tártaros que acechaban<br />

desde el este y el sur. El clérigo le convenció<br />

de ser descendiente de los cesares de Roma,<br />

lo que venía reforzado por el hecho de que<br />

su abuela, Sofía Paleólogo, había sido una<br />

princesa bizantina, la sobrina del último<br />

emperador. Esto se difundió de inmediato<br />

entre la población con gran éxito.<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

17<br />

Sería la razón de que, en 1547, fuese<br />

coronado con el nombre de Iván IV como<br />

primer zar de Rusia (del eslavo tsar,<br />

derivado a su vez de cesar), y no solo como<br />

príncipe de Moscú, sino que reclamo<br />

ser continuador del Imperio Romano de<br />

Oriente (figuras 4 y 5). Moscú sería una<br />

tercera Roma, y la Iglesia le apoyaría en<br />

la empresa. Esta unión entre la Corona<br />

y la Iglesia, con todo su ceremonial y<br />

magnificencia, no desaparecería hasta la<br />

revolución de 1917.<br />

Dos semanas después de su coronación<br />

contrajo matrimonio. Lo hizo con<br />

Anastasia Románova (figura 6), una mujer<br />

culta y sensible, que influyó positivamente<br />

en su marido.<br />

En octubre de 1552 Anastasia dio a luz un<br />

hijo, Dimitri, que murió a los seis meses.<br />

Nueve meses más tarde nació Iván y en<br />

1558, Fiodor. Probablemente el zar se había<br />

infectado de sífilis en sus andanzas antes<br />

de casarse, por lo que se supone que el<br />

primogénito Dimitri falleció a causa de la<br />

sífilis congénita. Fiodor fue descripto como<br />

“de mediana estatura, algo bajo y grueso,<br />

de una complexión lívida e inclinado a la<br />

hidropesía, nariz aguileña, inseguro en<br />

su andar, como consecuencia de alguna<br />

enfermedad en las piernas, pesado e<br />

inactivo, con una sonrisa tonta. Era una<br />

persona simple y muy poco ingeniosa”.<br />

Aunque a la distancia y con escasas<br />

referencias no es posible hacer diagnósticos<br />

certeros, es probable que Fiodor padeciera<br />

también sífilis congénita.<br />

El zar más reformador<br />

Según los parámetros actuales, Iván fue<br />

un déspota cruel, aun durante sus años<br />

juveniles, pero para la Rusia de entonces,<br />

e incluso para las costumbres europeas,<br />

las reglas que estableció fueron sabias<br />

y humanitarias. Desde 1551 hasta 1560<br />

jugó un papel muy importante en las<br />

deliberaciones de su consejo, permitiendo<br />

la libertad de palabra y de opinión,<br />

recibiendo peticiones de todos sus súbditos.<br />

La leyenda dice que fue la primera y<br />

única vez en la historia de Rusia en que los<br />

hombres pobres del país pudieron acceder<br />

a su soberano.<br />

Tras desterrar a sus tíos maternos del<br />

poder, instituyó la "Rada", o consejo<br />

Figura 5: Escudo de Iván IV de Rusia<br />

privado, en la que tenían especial peso<br />

sus mentores clérigos. Los objetivos que<br />

se propuso y consiguió fueron muchos:<br />

reconstruyó Moscú, centralizó y modernizó<br />

la administración, recopiló y actualizó<br />

las leyes en un nuevo código, convocó<br />

por primera vez una especie de estados<br />

generales en que se dio voz y voto a la<br />

burguesía, con lo que ésta pudo expresar<br />

quejas y peticiones, estrechó los vínculos de<br />

mutuo apoyo con la Iglesia, fundó escuelas,<br />

etc.<br />

También creó un cuerpo de soldados<br />

profesionales como guardia personal,<br />

que serían el embrión del futuro ejército<br />

regular. Eran los "streltzi" (figura 7),<br />

tres mil hombres absolutamente fieles,<br />

armados con hachas y arcabuces (hasta<br />

entonces casi desconocidos en Rusia) y que<br />

recibían tierras como pago a sus servicios.<br />

Todas estas reformas tenían un mismo<br />

fin: disminuir la influencia de los odiados<br />

boyardos y alejarles de las esferas de poder.<br />

La política exterior tuvo varios frentes. Ante<br />

todo, alejar para siempre el peligro tártaro.<br />

Para ello lanzó una política expansiva y<br />

conquistó los extensos territorios de Kazan<br />

en 1552 (figura 8), Astrakán en 1556 y<br />

demás zonas del valle del Volga, llegando<br />

hasta la propia Siberia (figura 9). Para<br />

esto utilizó una política implacable de<br />

exterminio y deportación de la población<br />

civil tártara, todos musulmanes, a la que<br />

reemplazó por colonos rusos.<br />

Con estas campañas la Iglesia ortodoxa<br />

comparó a Iván con Alejandro Magno y, en<br />

conmemoración de sus conquistas, levantó<br />

en 1555 la catedral de San Basilio (figura<br />

Figura 6: Anastasia Románova, primera esposa de Iván<br />

Figura 7: Un "streltzi" (siglo XVII)<br />

Figura 8: "Iván IV capturando Kazan"<br />

(Grigoriy Ugryumov, 1800)<br />

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10), cerca del Kremlin. Dicen que Iván<br />

mandó sacar los ojos a los arquitectos, para<br />

que no pudieran repetir esa maravilla.<br />

Fracasó en su segundo objetivo, el de lograr<br />

una salida portuaria estable al Báltico. Su<br />

meta, en este caso, era entrar en contacto<br />

con los progresos científicos y culturales<br />

de Europa occidental. Ahí chocó con los<br />

intereses de Polonia, Lituania y otros países<br />

escandinavos, que, temerosos del poder<br />

que podía alcanzar el nuevo estado ruso,<br />

cerraron su paso.<br />

Las continuas guerras contra estas potencias<br />

durante todo su reinado dieron escasos<br />

resultados. Provocaron, en cambio, un<br />

importante desgaste económico y un<br />

descontento social que sus adversarios<br />

trataron de aprovechar. Los únicos éxitos<br />

palpables de sus intentos de establecer lazos<br />

con Occidente fueron la introducción de la<br />

imprenta y la instauración de esporádicos<br />

vínculos comerciales con Inglaterra (figura<br />

11).<br />

El zar demente<br />

El año 1560 supone un punto de inflexión<br />

en su trayectoria como gobernante. Muere<br />

su esposa Anastasia, a la que estaba<br />

muy unido, y sus problemas mentales<br />

se agudizan notablemente, algo a lo que<br />

contribuyó su desmesurado consumo<br />

de alcohol. El autoritarismo, los súbitos<br />

cambios de humor y un delirante fanatismo<br />

Figura 10: La Catedral de San Basilio, ubicada en el extremo sureste de la Plaza Roja, en Moscú. Pertenece al Patrimonio<br />

de la Humanidad desde 1990.<br />

Figura 9: "Conquista de Siberia" (Vasiii Ivanovich Surikov, 1895)<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

19<br />

religioso se adueñaron de su carácter,<br />

marcando el devenir de los acontecimientos<br />

políticos. Atribuyó la muerte de su mujer<br />

a un envenenamiento por parte de los<br />

boyardos (que ya lo habían hecho con su<br />

madre) y a la falta de cariño de su círculo de<br />

amigos y consejeros. Entregado al sadismo,<br />

no dudó en mandar asesinar a casi todos<br />

sus antiguos colaboradores de la Rada,<br />

incluidas sus familias, y a todo boyardo que<br />

cayese bajo la sombra de sus sospechas.<br />

La muerte de su hermano Yuri y de su<br />

viejo mentor Macario, cabeza de la Iglesia<br />

ortodoxa, empeoró las cosas. Macario fue<br />

sustituido por Afanasio, que se atrevió<br />

a pedir que moderase su despotismo y<br />

crueldad.<br />

Un año más tarde sufrió un nuevo golpe:<br />

el príncipe Andrei Kubsky, héroe de las<br />

guerras contra los tártaros y uno de sus<br />

principales colaboradores, cada vez más<br />

asustado ante los peligrosos cambios de<br />

humor de su amo, decidió desertar al<br />

bando de los polaco-lituanos.<br />

Figura 11: "Iván el Terrible mostrando sus tesoros a Jerome Horsey", el embajador inglés (Alexander Litovchenko,<br />

1875)<br />

En 1564, en mitad de una ofensiva enemiga<br />

dirigida por el traidor Kubsky, y temiendo<br />

una rebelión general de los boyardos<br />

apoyados por sectores de la Iglesia, se fue<br />

de Moscú hacia Alexandrovskaya con sus<br />

fieles, tesoros, reliquias religiosas y familia.<br />

Desde su nuevo enclave (figura 12), a unos<br />

120 km de la capital, escribió al obispo<br />

Afanasio, a la nobleza y al pueblo unas<br />

cartas acusando a destacados personajes de<br />

la nobleza de abuso de poder y corrupción,<br />

e indicaba que las circunstancias le hacían<br />

pensar en la abdicación. La reacción<br />

fue inmediata: el vacío de poder podía<br />

favorecer una invasión polaca y disturbios<br />

sociales de la población hambrienta. Los<br />

boyardos y la propia Iglesia le rogaron que<br />

regresase a Moscú. Aceptó, pero con una<br />

condición: poder aún más absoluto, lo que<br />

significaba aún más arbitrariedad.<br />

Apenas volvió dividió su reino en dos<br />

partes: la que conservaba la antigua administración,<br />

en la que los boyardos aún<br />

mantenían una notoria influencia, y la<br />

Oprichnina (palabra deriva del ruso antiguo<br />

que significa "aparte"), zona ubicada en el<br />

nordeste. En esta última ejerció un poder<br />

ilimitado, y los boyardos que residían allí<br />

tuvieron que emigrar obligatoriamente.<br />

Su instrumento fueron los "oprichnik"<br />

(figura 13), una fuerza de hombres mitad<br />

Figura 12: El Kremlin de Alexandrovskaya<br />

monjes, mitad soldados que actuaban con<br />

suma crueldad, torturando y asesinando a<br />

quien el Zar acusaba de traición (figura 14).<br />

Iban vestidos de negro con ribetes de oro y<br />

montaban sobre corceles también negros.<br />

En su gorro llevaban una insignia con una<br />

calavera de perro y una escoba: morder la<br />

traición, ser leal y barrer Rusia. Durante<br />

siete años esta fuerza, que llegó a sumar seis<br />

mil hombres, actuó con total impunidad.<br />

Miles de militares, boyardos, eclesiásticos<br />

Figura 13: Un Oprichniki<br />

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y cualquiera que pudiese ser sospechoso de<br />

tramar contra el Zar, o simplemente objeto<br />

de odio por parte de esa institución asesina,<br />

fueron exterminados.<br />

Fue justamente esta represión la que<br />

impidió que en Rusia se implantase un<br />

feudalismo potente, como en otras partes de<br />

Europa. A partir de entonces el país quedó<br />

casi siempre en manos de una monarquía<br />

absoluta y fuertemente centralizada, a la<br />

que muy pocos estados osaron desafiar.<br />

Era evidente que con toda esta opresión<br />

desatada, el poder de la nobleza se había<br />

reducido de forma considerable.<br />

Figura 14: Los Oprichniki (Nikolai Nevrev, 1870). La pintura muestra el momento en el que el boyardo Feodorov es<br />

arrestado por traición.<br />

Mientras tanto, las eternas guerras contra<br />

polacos y lituanos generaban un desgaste<br />

creciente. En 1570 avanzó hacia Novgorod,<br />

sospechando que sus autoridades habían<br />

colaborado con Lituania. La matanza de<br />

más de 15.000 personas duró 5 semanas<br />

(figura 15). En Moscú, los siniestros<br />

oprichnik siguieron masacrando a<br />

boyardos y saqueando arbitrariamente lo<br />

que se les antojaba. El régimen de terror<br />

establecido, junto con las malas cosechas,<br />

había hecho descender la recaudación de<br />

los impuestos, lo que debilitaba al Estado.<br />

Aprovechando esta situación, los tártaros<br />

de Crimea volvieron a lanzarse sobre<br />

Moscú, mientras que polacos y lituanos<br />

recuperaban los territorios perdidos con<br />

anterioridad. La demencia de Iván se<br />

hizo patente una vez más: vio traidores<br />

también entre sus oprichnik, a los que<br />

acusó de confabulación con el enemigo y<br />

de envenenar a su tercera esposa. Incluso<br />

varios de sus jefes terminaron ejecutados.<br />

Poco después, la Oprichnina fue abolida.<br />

Figura 15: Las atrocidades del ejército ruso en Livonia<br />

El zar asesino<br />

Figura 16: Reconstrucción facial forense del Zar Iván IV<br />

(M.Gerasimov, 1963)<br />

Figura 17: El cilicio de Iván. Un cilicio era originalmente<br />

una prenda interior hecha de tela gruesa o de pelos<br />

de animales que se usaba cerca de la piel para inducir<br />

malestar o dolor como un signo de arrepentimiento<br />

y expiación.<br />

Durante la última década de su gobierno<br />

la demencia de Iván IV (figura 16) fue<br />

manifiesta. Comenzó también una<br />

progresiva tendencia a la embriaguez.<br />

Vivía entre arrebatos de mística religiosa,<br />

en los que rezaba durante horas, flagelándose<br />

y golpeándose ante los altares<br />

(figura 17), y órdenes de asesinato y<br />

todo tipo de perversiones sádicas, que<br />

en ocasiones aplicaba él mismo. Las<br />

ejecuciones de los presuntos traidores<br />

nobles iban acompañadas de las de sus<br />

viudas y descendientes, tras ser sometidos<br />

a torturas y vejaciones sexuales. Al<br />

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21<br />

parecer, tras cada una de sus acciones<br />

criminales, que hacía preso de la ira, le<br />

acometía un furor igualmente intenso de<br />

remordimiento. Entonces se internaba<br />

durante días en iglesias y monasterios para<br />

purgar sus pecados, aunque al poco volvía a<br />

las andadas (figura 18).<br />

Obviamente, los cronistas polacos<br />

multiplicaron por cien sus crímenes e<br />

inventaron otros muchos, pero el estado de<br />

locura asesina en la que se encontraba los<br />

hacía todos creíbles, por lo que en Europa<br />

occidental se fraguó una imagen repulsiva<br />

del Zar (figura 19). Fue en esos años en los<br />

que se le comenzó a conocer con el apelativo<br />

de Grozni, "el Terrible", aunque algunos<br />

opinan que la correcta traducción sería "el<br />

Severo" o "el Temido" (figuras 20 y 21).<br />

Cuentan que en un viaje a Inglaterra se<br />

interesó por visitar la Torre de Londres<br />

para aprender de sus instrumentos de<br />

tortura. Cuando se le mostró "la rueda",<br />

se le explicó que no había ningún criminal<br />

condenado para que él presenciara su uso.<br />

Contestó: "Utilice uno de mis hombres. Quiero<br />

ver la demostración."<br />

Figura 18: "El arrepentimiento de Iván" (Grigoriy Ugryumov, 1800) Ivan IV pide al padre superior del Monasterio<br />

Pskovo-Pechorsky que le permita tomar la tonsura en su monasterio (Klavdiy Lebedev, 1898)<br />

Las leyendas atribuyen at Zar un apetito<br />

sexual insaciable. Cierto o no, y al margen<br />

de las posibles y esporádicas amantes,<br />

están documentadas ocho esposas. La<br />

primera fue la ya mencionada Anastasia,<br />

con la que tuvo tres hijos: el primero<br />

murió a muy corta edad, al segundo lo<br />

mató él de un garrotazo y el tercero fue el<br />

que sobrevivió y le sucedió. La segunda fue<br />

Figura 19: "Iván el Terrible"<br />

Figura 20: "Iván IV" (Viktor Vasnetsov, 1897)<br />

Figura 21: "Iván IV". Esta imagen, que lo muestra bondadoso,<br />

contrasta con las figuras 19 y 20, y muestra las<br />

distintas visiones que se tenía de él.<br />

Figura 22: María Temryúkovna<br />

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arrepentimiento inmediato (figuras 27 y<br />

28) le llevaron a arrancarse la barba y el<br />

cabello, a desprenderse las uñas en las<br />

paredes y a pasarse las noches aullando<br />

por los pasillos. Como penitencia decidió<br />

escribir personalmente la lista de los miles<br />

de hombres que había ordenado ejecutar.<br />

Quería enviarla a todos los conventos e<br />

iglesias junto con considerables cantidades<br />

de dinero para que fueran invocados en las<br />

misas y oraciones por la salvación de sus<br />

almas.<br />

Su salud fue empeorando, lo mismo que<br />

su ya escasa lucidez. En ese período añadió<br />

la obsesión de casarse con Isabel I de<br />

Inglaterra o con alguna princesa del país,<br />

como medio de estrechar lazos con la única<br />

potencia occidental que le había mostrado<br />

cierto interés. Por supuesto, la reina inglesa<br />

hizo caso omiso de esto.<br />

Figura 23: "El Zar Iván admira a su sexta esposa Vasilisa Melentyeva" (Grigory Semyonovich Sedov, 1875)<br />

Sus últimos meses fueron delirantes:<br />

rodeado de brujas que le pronosticaron la<br />

fecha de la muerte, acariciando sus joyas, a<br />

las que atribuía poderes místicos curativos,<br />

y desvariando cada vez más.<br />

Figura 24: Un empalamiento<br />

María Temryúkovna (figura 22), a la que<br />

envenenó. La tercera fue Marta Vasílyevna<br />

Sobákina, quien apareció muerta a las dos<br />

semanas del matrimonio. Ana Ivánovna<br />

Koltóvskaya, su cuarta esposa, tuvo<br />

la suerte de entrar en un convento dos<br />

años después. La quinta esposa fue Ana<br />

Grigórievna Vasílchikova, quien también<br />

fue encerrada en un convento menos de<br />

un año después. Su sexta esposa, Vasilisa<br />

Melentyeva (figura 23), tuvo la imprudencia<br />

de tener un amante. Éste fue empalado<br />

Figura 25: "Vasilisa Melentyeva" (Nikolai Vasilyevich<br />

Nevrev, 1883). En el fondo de la escena está Iván.<br />

(figura 24) y ella salvó la vida entrando en<br />

otro convento (figura 25). El Zar dijo que<br />

su séptima esposa, María Dolgorúkaya,<br />

no era virgen, por lo que fue ahogada al<br />

día siguiente de la boda. Su última esposa,<br />

María Fiódorovna Nagaya, tuvo el mérito<br />

de sobrevivirle.<br />

En 1580, en un ataque de cólera, dio un<br />

golpe con su masa de hierro, de la que<br />

nunca se separaba, a su hijo y heredero<br />

Iván, quien agonizó durante tres días y<br />

finalmente murió (figura 26). Su dolor y<br />

El único suceso digno de mención fue la<br />

expansión hasta la cuenca del río Obi: los<br />

cosacos ocuparon el kanato de Sibir, lo que<br />

luego se llamaría Siberia.<br />

Murió en marzo de 1584, cuando se<br />

disponía a jugar una partida de ajedrez<br />

(figura 29).<br />

Fue enterrado en el Kremlin, en la catedral<br />

de San Miguel Arcángel. Su sucesor fue<br />

su hijo Fiodor I (figura 30). Muerto sin<br />

descendencia masculina en enero de<br />

1598, su reinado marcó el fin de la línea<br />

moscovita de la vieja dinastía de Rúrik que<br />

descendía de Iván I de Rusia (Iván Kalitá).<br />

A partir de aquí Rusia entró en el llamado<br />

Período Tumultuoso.<br />

La causa de su trastorno<br />

Los súbditos de Iván entendían que el<br />

Zar era la representación de Dios en el<br />

mundo, por lo que no concebían la idea<br />

de una enfermedad en él. Por el contrario,<br />

interpretaban sus atrocidades como un<br />

castigo de Dios hacia ellos debido a la<br />

"multiplicación de pecados de todos los<br />

cristianos ortodoxos". Con esta misma<br />

concepción, más tarde interpretaron que<br />

Dios se había enojado con Ivan y había<br />

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23<br />

Figura 26: "Ivan el Terrible y su hijo Ivan el 16 de Noviembre de 1581" (Ilya Repin, 1885)<br />

enviado misericordia al pueblo en su<br />

sucesor, su hijo Fiodor I, a quien veían<br />

como un "tonto sagrado".<br />

Se han intentado muchos diagnósticos<br />

para explicar la personalidad de Iván<br />

El Terrible. Desde lo psicológico, los<br />

períodos de disforia pueden simular<br />

cuadros depresivos puros, la religiosidad<br />

y preocupaciones filosóficas una paranoia,<br />

la verbosidad una neurosis, una histeria si<br />

consideramos los cambios emocionales,<br />

o una personalidad límite a juzgar por la<br />

violencia e intentos suicidas.<br />

Los accesos de ira y los cambios emocionales<br />

bruscos, la hiperreligiosidad y un cierto<br />

sentido de "destino personal" han dado<br />

origen a la controvertida "personalidad del<br />

lóbulo temporal", que se halla vinculado al<br />

llamado síndrome del lóbulo temporal, al<br />

asociarse a la epilepsia del lóbulo temporal.<br />

Lo cierto es que la sífilis y su tratamiento,<br />

basado en sales de mercurio, se conjuraron<br />

en la demencia del Zar. Durante el<br />

régimen soviético los restos de Ivan fueron<br />

exhumados en el Kremlin, y se demostró<br />

que mostraban las típicas lesiones<br />

Figura 27: "Ivan el Terrible con el cuerpo de su hijo al que asesinó" (Nikolay Shustov, 1860)<br />

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24 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

óseas producidas por esa enfermedad.<br />

A los veintitrés años, Iván padeció una<br />

enfermedad grave con fiebre alta que puede<br />

haber sido el comienzo de su sífilis, que<br />

transmitió a toda su descendencia.<br />

Las lesiones de la sífilis se combinaron con<br />

el daño provocado por el tratamiento de<br />

la época: las sales de mercurio. Había un<br />

clásico dicho: “una noche con Venus, y toda<br />

la vida con Mercurio”.<br />

El mercurio llegaba a producir daños<br />

cerebrales más graves que la propia<br />

enfermedad, con síntomas como bruscos<br />

cambios de humor, ataques de<br />

cólera y manías psicóticas. Por tanto, el<br />

empeoramiento progresivo de su carácter<br />

se debería tanto a la evolución de la<br />

enfermedad como al constante tratamiento<br />

con el mercurio.<br />

Figura 28: "El zar meditando junto al lecho de muerte de su hijo" (Viacheslav Schwarz, 1861)<br />

La elevada mortalidad entre sus hijos,<br />

así como las taras que se observaron en<br />

los que sobrevivieron, no hace más que<br />

reforzar esa teoría. Su heredero, Fiodor<br />

I, parece que también había nacido con la<br />

dolencia (sífilis congénita), y su aspecto<br />

físico y su semblante denotaban un claro<br />

retraso mental. Sin interés por la política,<br />

dejó el gobierno en manos de su hombre de<br />

confianza, el boyardo y antiguo oprichnik<br />

Boris Godunov. Al parecer, las únicas<br />

aficiones de Fiodor eran rezar y tocar<br />

las campanas de las iglesias, por lo que<br />

se le conocía por el sobrenombre de "el<br />

Campanero". Tuvo una hija cuya muerte le<br />

hizo enloquecer de dolor. Ante la falta de<br />

herederos le sucedió Boris Godunov (figura<br />

31), quien se convirtió en el primer zar no<br />

perteneciente a la dinastía Riúrik, la que<br />

había gobernado Rusia desde el año 862. ●<br />

Figura 29: El último juego de ajedrez<br />

Figura 30: Reconstrucción facial forense del Zar Feodor I<br />

(M.Gerasimov, 1963)<br />

Figura 31: Boris Godunov<br />

Bibliografía<br />

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formative influence on russia's medico-apothecary system.<br />

Medical History, 1983, 27: 289-304<br />

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Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 2005<br />

- De Madariaga I., Ivan the Terrible: First Tsar of Russia. Yale<br />

University Press, Londres, 2005<br />

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Russia. Medical History, 1987, 31: 84-99.<br />

- Dickson Wright A. Venereal disease and the great. Brit J<br />

Vener Dis 1971, 47: 295-306<br />

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un síndrome del lóbulo temporal? Rev Méd Chile 2006; 134:<br />

1465-1469<br />

- Hellmann M, Goehrke C, Scheibert P, Lorenz R. Historia<br />

Universal. Siglo XXI Editores. México, 1975<br />

- Ibáñez Fos M.C. Iván "El Terrible" en la historiografía rusa y<br />

soviética. Revista de Historia Medieval 1993, 4:275-290<br />

- Newell R. Pain and Cruelty. California Medicine 1965, 103:<br />

208-211<br />

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25<br />

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MOSAICOS PORTEÑOS<br />

26 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Por Dr. Luis Alposta<br />

Acerca del Agua<br />

El agua como elemento primordial en la vida del hombre, proporciona, también,<br />

numerosas expresiones a la fraseología popular. Así, por ejemplo, cuando algo es<br />

evidente y no deja lugar a dudas, decimos que es tan claro como el agua. Demorarse<br />

en cosas de poca monta, es quedarse en aguas de borrajas y terminar haciendo de una<br />

pequeñez un mundo es ahogarse en un vaso de agua. Llevar uno agua para su molino es sacar<br />

rédito de las circunstancias egoístamente; es ser ventajero. Sacar agua de las piedras, con el<br />

significado de sacar provecho de las cosas que menos lo prometen, es ser un fenómeno, y<br />

es también una referencia bíblica que nos recuerda a Moisés golpeando con su bastón una<br />

roca y haciendo manar agua de ella. Hacérsele a uno agua la boca, es recordar con deleite el<br />

sabor de algún manjar, o bien deleitarse con la esperanza de lograr una cosa agradable, y<br />

esto, dentro de un espectro que puede ir desde una papa frita a una papusa. Estar con el<br />

agua al cuello es tener muchos y graves problemas de los cuales resultará difícil salir; es<br />

sentirse acogotado. Nadar entre dos aguas es hacerlo entre dos partidos sin llegar a tomar<br />

partido por ninguno de ellos. Es no jugarse. Es querer estar bien con Dios y con el diablo.<br />

Hacer agua es amenaza de irse a pique; es cuando algo se pincha; cuando una cosa o un<br />

asunto comienza a complicarse, a ir mal.<br />

Y aquí viene a cuento una reflexión de Wimpi: el único agujero que pierde para adentro es el<br />

del bote. ●<br />

Acerca de los Vampiros y la Medicina<br />

El color rojo de la sangre se debe a una sustancia química llamada porfirina y<br />

la porfiria consiste en un desorden constitucional del metabolismo de dicha<br />

sustancia. La porfiria congénita es una enfermedad muy rara. Las posibilidades de<br />

que ambos padres aporten los mismos genes defectuosos es muy remota... a no ser que<br />

se trate de habitantes de una comunidad pequeña, donde sea habitual que los cónyuges<br />

desciendan de antepasados comunes.<br />

Entre los trastornos de la porfiria se destacan la anemia, con su correspondiente<br />

palidez, la coloración rojo parduzca de los dientes, llamada eritrodoncia, y una extrema<br />

hipersensibilidad a la luz solar con severas lesiones de piel. Al respecto, dice el Dr. Robert<br />

Katz, oriundo de la región de Transilvania, citado por el Dr. Cereijido, que es por eso que<br />

estos enfermos graves visten habitualmente ropas negras, usan sombreros aludos y muy<br />

encajados, guantes, anteojos oscuros, y suben sus cuellos y solapas, teniendo prohibido<br />

exponerse al sol.<br />

Antiguamente, cuando un transilvano se agravaba de porfiria se recluía en su casa y<br />

dormía durante el día cubierto por un manto negro. Los paisanos, que acaso lo recordaban<br />

enfermo y lo suponían muerto, al toparse con él durante la noche, ponían sus coronarias<br />

a prueba.<br />

No era de extrañar que los porfíricos se entregasen a ingerir las medicinas caseras más<br />

diversas y descabelladas. Para restaurar su sangre recurrían a beber la de pollos y cabritos,<br />

lo que, al no causar mejoría, hacía que más de uno se sarpara y comenzase a mirar con<br />

cariño las yugulares más próximas. ●<br />

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27<br />

Acerca De Los Piojos<br />

Los pedicúlidos, el ochenta y siete para los quinieleros, o simplemente los piojos, son<br />

parásitos que se alimentan de sangre, cuyas picaduras ocasionan un intenso prurito y<br />

compulsivos deseos de rascado. Descriptos por Linneo en 1758, fueron posteriormente<br />

clasificados en tres especies: pediculus capitis, pediculus corporis y pediculus pubis.<br />

El pediculus capitis es el vulgar piojo de la cabeza.<br />

El pediculus corporis, o piojo de la ropa, es el que produce lesiones en el cuerpo, refugiándose<br />

y haciendo sus posturas, preferentemente, en costuras y pliegues.<br />

Y el pediculus pubis, mucho más conocido como ladilla -palabra ésta de prosapia latina, que<br />

también da nombre a las personas fastidiosas-, es el que parasita en las partes vellosas del<br />

cuerpo.<br />

En mi época de estudiante, fue cuando se me ocurrió agregar a la clasificación citada una<br />

cuarta especie, a la que describí y le di el nombre de pediculus resurrectus. Un piojo que<br />

siempre escapó a las observaciones y estudios de los parasitólogos.<br />

Reparé entonces, en que los portadores de esta variedad suelen ser personas de origen<br />

humilde que pasan rápidamente a la categoría de nuevos ricos; personas que abandonan<br />

la piojería de la noche a la mañana y comienzan a manifestar tempranamente síntomas de<br />

soberbia y ostentación.<br />

No creo ni recuerdo que alguien más se haya ocupado de este asunto. Y entiendo que<br />

tampoco vale la pena ahondar en él.<br />

Después de todo, un pediculus resurrectus no es más que un piojo resucitado. ●<br />

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EPÓNIMOS MÉDICOS<br />

28 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi y Dr. Martín Dotta<br />

ThEoDoR BIllRoTh<br />

(1829-1894): uN NuEVO<br />

CAPítuLO EN LA CIRuGíA<br />

ABDOMINAL<br />

Prof.<br />

Epónimos relacionados<br />

Dr. Alfredo E. Buzzi 1<br />

Dr. Martín Dotta 2<br />

• Cordones de Billroth: Los cordones esplénicos que se encuentran en la pulpa roja del bazo entre los sinusoides. Consisten en fibrillas y<br />

células de tejido conectivo con una gran población de monocitos y macrófagos.<br />

• Enfermedad de Billroth I: Es la acumulación de líquido cefalorraquídeo bajo el cuero cabelludo en los niños, generalmente secundario<br />

a fracturas de cráneo.<br />

• Enfermedad de Billroth II: Se trata de un linfoma maligno.<br />

• Gastrectomía tipo I de Billroth: También llamada “resección de Rydigier”, consiste en la resección de la parte inferior del estómago (píloro)<br />

con anastomosis término-terminal de la porción gástrica remanente con el duodeno.<br />

• Gastrectomía tipo II de Billroth: Consiste en una anastomosis gastroyeyunal con cierre duodenal. Se realiza una resección subtotal del<br />

estómago con cierre del extremo proximal del duodeno y anastomosis de lado a lado del yeyuno a la porción remanente del estómago.<br />

• Vena cavernosa de Billroth: Pequeños afluentes de la vena esplénica en la pulpa del bazo.<br />

• Enfermedad de Billroth-Winiwarter: También conocida como Endarteritis obliterante, Enfermedad de Buerger, Sindrome de Winiwarter-Buerger,<br />

y Síndrome de Winiwarter-Manteuffel-Buerger. Es una enfermedad inflamatoria crónica de los vasos periféricos los cuales<br />

forman coágulos que resultan en una reducción del flujo sanguíneo, con posible ulceración y gangrena, que afecta principalmente a las<br />

arterias radial y cubital. Fue descripta por primera vez en 1876 por el patólogo y bacteriólogo alemán Carl Friedländer (1847-1887) como<br />

arteritis obliterante. Felix von Winiwarter en 1879 la describió en un paciente masculino de 57 años de edad. Buerger lo hizo en 1908, y en<br />

1924, publicó una monografía con datos sobre una serie de 500 pacientes.<br />

Gracias a las extraordinarias<br />

innovaciones técnicas, que<br />

permitieron empezar a controlar<br />

el dolor, la hemorragia y la infección, la<br />

cirugía del siglo XIX iría adoptando una<br />

intención deliberadamente restauradora y<br />

funcional, en lugar de solamente ocuparse<br />

de extraer las partes enfermas.<br />

Theodor Billroth se constituyó en este<br />

escenario en el modelo de la nueva<br />

cirugía científica. Introdujo los métodos<br />

histológicos, bacteriológicos, experimentales<br />

y estadísticos en su actividad,<br />

cumpliéndose con él de la forma más<br />

brillante el proceso de conversión de la<br />

cirugía en ciencia.<br />

Considerado el fundador de la cirugía<br />

abdominal moderna, con su nombre<br />

perduran hoy muchos instrumentos,<br />

técnicas y operaciones ideadas y<br />

regladas entonces, como es el caso de<br />

las gastrectomías que conocemos como<br />

operación de Billroth I y II. Denominamos<br />

también operación de Billroth a un<br />

procedimiento de extirpación de la lengua.<br />

Asimismo, la sutura en botón, ideada<br />

para evitar desgarros en la piel, lleva este<br />

epónimo. Pero también nombra partes<br />

anatómicas y enfermedades, como son los<br />

cordones esplénicos (cordones de Billroth)<br />

y el meningocele espurio (enfermedad de<br />

Billroth).<br />

Sus inicios y su carrera universitaria<br />

Christian Albert Theodor Billroth nació<br />

el 26 de abril de 1829 en la ciudad de<br />

Bergen de la isla de Rügen (la mayor isla<br />

de Alemania), ubicada en la costa del<br />

Mar Báltico. Fue el primero de cinco hijos<br />

nacidos de una familia de origen sueco.<br />

Su padre, Carl Theodor Billroth, era un<br />

sacerdote de la iglesia luterana, casado con<br />

Johanna Christina.<br />

Figura 1: La viuda Johanna Christina Billroth con sus<br />

cinco hijos. Theodor está parado detrás de ella.<br />

Figura 2: El cirujano Wilhelm Baum (1799-1883), que<br />

tuvo gran influencia sobre Billroth.<br />

1<br />

Director Médico Diagnóstico Médico S.A. - Profesor Titular de Diagnóstico por Imágenes, Facultad de Medicina, UBA.<br />

2<br />

Médico de Staff de Diagnóstico Médico S.A. - Jefe del Servicio de Diagnóstico por Imágenes del Sanatorio Dupuytre<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

29<br />

Figura 3: El médico Philipp Magnus Seifert (1800-1845).<br />

Figura 4: La Universidad de Göttingen en 1820 (arriba)<br />

y en 2006 (abajo).<br />

Figura 6: El anatomista Georg Meissner (1829-1905). Su<br />

estudio de la estructura de la piel le llevó a describir los<br />

corpúsculos del tacto que están localizados en la parte<br />

papilar de la dermis (“corpúsculos de Meissner”).<br />

Figura 7: El fisiólogo Rudolph Wagner (1805-1864), descubridor<br />

del ovocito humano.<br />

Tres años después de su nacimiento, la<br />

familia se trasladó desde el pueblo de<br />

pescadores de Bergen en la isla de Rügen a<br />

la ciudad de Reinberg, en la costa alemana<br />

de la región de Pomerania. Su padre<br />

murió cuando Theodor tenía cinco años,<br />

y su madre se trasladó para vivir con su<br />

abuelo en la vecina ciudad de Greifswald,<br />

siempre en el noreste de Alemania, donde<br />

Billroth realizó su educación secundaria.<br />

Theodor era un estudiante mediocre, pero<br />

estaba muy interesado en la música. Tenía<br />

dificultad para expresarse y hasta tuvo un<br />

impedimento en el habla. Pero finalmente<br />

pudo terminar sus estudios (figura 1).<br />

Su madre y dos profesores de medicina<br />

en Greifswald, el cirujano Wilhelm Baum<br />

(figura 2), quien más tarde desarrolló<br />

nuevas opciones quirúrgicas para tratar<br />

los pólipos, y el profesor de farmacología<br />

Philipp Magnus Seifert (figura 3), quien<br />

más tarde sería Rector de la Universidad<br />

de Greifswald, indujeron a Billroth a<br />

convertirse en un médico por razones<br />

financieras. Así, abandonó su vocación<br />

musical y optó por la medicina. Pero<br />

mantuvo su pasión por la música, que<br />

era su fuente de energía, durante toda su<br />

vida, ayudándole incluso en momentos<br />

de depresión, que eran frecuentes. Llegó a<br />

decir: “Pude haberme casado con la medicina,<br />

pero la música siempre ha sido mi amante.”<br />

Comenzó su carrera médica en Greifswald,<br />

pero luego siguió a Wilhelm Baum a la<br />

Universidad de Göttingen (figura 4). Más<br />

tarde (1872) ambos compartirían tareas<br />

en la recientemente fundada Sociedad de<br />

Cirugía de Alemania (figura 5). Desde ese<br />

momento Billroth estudió y trabajó con<br />

una tremenda energía y autodisciplina, sin<br />

sacrificar su pasión por la música: “… en<br />

Göttingen las ciencias cambiaron mi actitud<br />

ante la vida, como si fuera por un milagro.”<br />

En Göttingen, Billroth estableció una<br />

amistad duradera con el anatomista Georg<br />

Meissner (figura 6), quien también estaba<br />

interesado en la música y fue alumno del<br />

fisiólogo Rudolph Wagner (figura 7), quien<br />

le enseñó la microscopía.<br />

Figura 5: Los fundadores de la Sociedad Alemana de Cirugía (1872).<br />

Junto con Wagner y Meissner, Billroth fue<br />

a Trieste en viaje de estudios. También<br />

visitaron otras universidades, incluída la<br />

de Viena. Habiéndose convertido en un<br />

amante de los viajes, le gustaba mucho el<br />

norte de Italia y la costa del Mar Adriático.<br />

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30 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

En 1851 continuó sus estudios en Berlín, con<br />

Bernhard Rudolf Konrad von Langenbeck<br />

(figura 8), Johann Lukas Schönlein (figura<br />

9), Moritz Heinrich Romberg (figura 10)<br />

y Ludwig Traube (figura 11). La patología<br />

experimental la aprendió junto a Romberg<br />

y Traube y de su maestro en cirugía<br />

Langenbeck. En Berlín también completó<br />

su formación basada en la histología y la<br />

fisiología experimental (que había iniciado<br />

con Wagner en Gottingen) junto a Johannes<br />

Müller (figura 12) en Berlín.<br />

Traube lo animó a escribir la tesis “De<br />

natura et causa pulmonum affectionis quae<br />

nervio vago utroque dissectro exoritur” (en<br />

latín), donde describe los efectos de la<br />

vagotomía en los pulmones y el valor de la<br />

traqueotomía. El 30 de septiembre de 1852,<br />

Billroth recibió su doctorado en Berlín<br />

(figura 13).<br />

Después de doctorarse trabajó un tiempo<br />

en la Clínica Oftalmológica de Albrecht von<br />

Graefe (figura 14).<br />

En 1853 viajó a Viena para formarse en<br />

dermatología con Ferdinand von Hebra<br />

(1816-1880), en patología con August<br />

Henschel (1790-1856) y en medicina<br />

interna con Johann von Oppolzer<br />

(1808-1871). También estuvo en Paris<br />

completando su formación.<br />

En 1856 fue nombrado “Privatdozent”<br />

(“conferencista”) en Cirugía y Anatomía<br />

Patológica. Aún no sabiendo cuál de las<br />

dos sería su destino final, se presentó<br />

para una vacante en Patología en Berlín.<br />

Se decepcionó por no conseguir el puesto,<br />

pero como tuvo que competir con Rudolf<br />

Virchow (figura 15), no tuvo dificultad en<br />

aceptar su derrota. De hecho, consideró<br />

este evento como un presagio para elegir la<br />

cirugía como su vocación.<br />

Durante su formación en Berlín, escribió<br />

once artículos, casi todos sobre histología<br />

normal y patológica. En 1855 produjo su<br />

primera monografía sobre los pólipos<br />

y concluyó que los tumores polipoideos<br />

Figura 10: Moritz Romberg (1795-1873), uno de los pocos<br />

innovadores de la neurología europea en el período<br />

1820-1850. Describió su clásica maniobra para evaluar<br />

la propiocepción en el tabes dorsal.<br />

Su entrenamiento quirúrgico<br />

De regreso a Berlín, a fines de 1853, trató<br />

de iniciar un consultorio como médico<br />

de familia, pero fracasó (ningún paciente<br />

lo consultó), lo que le generó gran<br />

preocupación con respecto a su futuro. Pero<br />

enseguida consiguió trabajó como asistente<br />

de Langenbeck (quien era considerado<br />

el cirujano más prominente de su época)<br />

en la Clínica Quirúrgica del Charité, el<br />

hospital de la Universidad de Berlín hasta<br />

1860. Este nombramiento resultó ser otro<br />

punto de inflexión en la carrera de Billroth.<br />

Volvió a trabajar con gran celo, tanto en<br />

sus tareas clínicas como en su estudio.<br />

Además, pasaba muchas horas mirando al<br />

microscopio y como resultado se convirtió<br />

en una gran autoridad en histología y<br />

patología, que aplicó a su práctica quirúrgica.<br />

Más tarde dijo que durante su<br />

vida había pasado tanto tiempo detrás del<br />

microscopio como de pie en la mesa de<br />

operaciones.<br />

Figura 8: El cirujano alemán Bernhard von Langenbeck<br />

(1810-1887), recordado como “el padre de la residencia<br />

en cirugía”, en 1859. Fue el maestro de Billroth.<br />

Figura 9: El médico alemán Johann Schönlein (1793-<br />

1864), médico personal de Federico Guillermo IV de Prusia.<br />

Fue quien le dio su nombre definitivo y una entidad<br />

clínica unificada a la tuberculosis. Describió la púrpura<br />

trombopénica que lleva su nombre.<br />

Figura 11: El médico alemán Ludwig Traube (1818-<br />

1876), co-fundador con Rudolf Virchow de la patología<br />

experimental en Alemania.<br />

Figura 12: El anatomista y fisiólogo alemán Johannes<br />

Müller (1801-1858), que realizó contribuciones importantes<br />

en los campos de la fisiología, la neurobiología, la<br />

embriología y la zoología.<br />

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31<br />

benignos y malignos del colon se<br />

relacionaban y sugirió su tratamiento<br />

temprano. Publicó numerosos trabajos<br />

sobre la patología de los tumores quísticos<br />

en los testículos, el desarrollo de los vasos<br />

sanguíneos y la anatomía comparada del<br />

bazo.<br />

Fue en Berlín que Billroth conoció a su<br />

esposa Christine, hija del médico de la<br />

corte Heinrich Sabatier Michaelis (1791-<br />

1857) y de Karoline Eunike. Se casaron en<br />

1858 (figura 16), y de sus cuatro hijas y un<br />

hijo, solo tres hijas sobrevivieron<br />

En 1859 la Cátedra de Cirugía en Zurich<br />

quedó vacante, y Theodor Billroth aplicó<br />

para ocuparla. Esta vez estaba lleno de<br />

esperanza, a pesar de que casi no pudo<br />

acceder porque el cirujano de Munich<br />

Johann von Nussbaum (1829-1890),<br />

también discípulo de Langebeck, era<br />

el favorito inicialmente (figura 17). Sin<br />

embargo, por la presión de la Universidad<br />

de Munich, Nussbaum se vio obligado a<br />

retirarse del concurso y fue nombrado<br />

Billroth. Con la connivencia de Langenbeck,<br />

esta noticia fue ensobrada dentro de un<br />

paquete y discretamente colocado bajo el<br />

árbol de Navidad de Billroth.<br />

Zurich<br />

Figura 13: Billroth para la época de su doscorado.<br />

Figura 14: Albrecht von Graefe (1828-1870), pionero de<br />

la oftalmología alemana. Fue el primero en usar rutinariamente<br />

el oftalmoscopio, inventado por su compatriota<br />

Ludwig von Helmholtz.<br />

Figura 15: Rudolf Virchow (1821-1902), pionero del concepto<br />

moderno del proceso patológico al presentar su<br />

“teoría celular”. Es considerado el padre de la anatomía<br />

patológica moderna.<br />

Cuando Billroth llegó a Zurich en 1860<br />

sólo tenía 31 años. Fue aquí que adquirió su<br />

vasta experiencia quirúrgica y concibió sus<br />

ideas sobre la formación de un cirujano.<br />

Creó cátedras de patología y oftalmología y<br />

se ocupó de la construcción y organización<br />

del hospital, incluyendo el entrenamiento<br />

de las enfermeras.<br />

En Zurich publicaró varios libros que<br />

alcanzaron fama mundial:<br />

"Beobachtungsstudiën Uber Wundfieber<br />

und accidentelle Wundkrankheiten", que se<br />

refiere a la “fiebre de las heridas”, de 1862,<br />

y "Die allgemeine Chirurgische Pathologie<br />

und Therapie" (“Patología y Terapéutica<br />

Quirúrgica general”) en 1863 (figura 18). El<br />

más impresionante fue la documentación<br />

de todo su trabajo quirúrgico hasta la fecha:<br />

"Chirurgische Klinik Zürich 1860-1867",<br />

publicado en 1869, que fue una auditoría<br />

completa y honesta de su trabajo quirúrgico<br />

en Zurich. Declaró: "aquellos cirujanos que<br />

no pueden informar de sus resultados con<br />

honestidad son como los charlatanes". Esta<br />

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publicación pronto fue admirada por<br />

todo el mundo quirúrgico y generó una<br />

mayor legitimidad en discusiones sobre<br />

morbilidad, mortalidad y técnicas, con<br />

la mejora resultante en la selección de<br />

los pacientes. Este mismo estudio con el<br />

agregado de sus experiencias posteriores<br />

de Viena, fue publicado otra vez en 1879.<br />

Billroth se dedicó también a enseñar y a<br />

escribir sobre la historia de la cirugía.<br />

Abordó importantes problemas tradicionales<br />

de la cirugía como la cicatrización y<br />

el tratamiento de las heridas, la inflamación<br />

y la hemorragia, tanto desde la perspectiva<br />

clínica como la anatomo-patológica y se<br />

destaca su contribución a la comprensión<br />

del síndrome febril en las heridas.<br />

Figura 16: Christel Michaelis y Theodor Billroth (de 29 años de edad) para la época de su casamiento.<br />

En 1865 tuvo la suerte de conocer en Zurich<br />

el brillante músico Johannes Brahms (figura<br />

19), y se convirtieron en amigos de por vida.<br />

Brahms había nacido en Hamburgo en un<br />

entorno socioeconómico humilde, pero su<br />

excepcional talento musical compensó su<br />

falta de educación general. Aunque Billroth<br />

provenía de un ambiente más intelectual,<br />

los dos se llevaban muy bien (a pesar de que<br />

más tarde tuvieron algunas disputas).<br />

Tanta era la inclinación de Billroth a la<br />

música que en ocasiones era invitado a ser<br />

director de la Orquesta Sinfónica de Zurich.<br />

Billroth rechazó las Cátedras de Cirugía<br />

de Rostock y Heidelberg en 1862 y 1864<br />

respectivamente, pero sentía que Zurich<br />

no era su último desafío y él dijo una vez<br />

en broma a un colega patólogo: "¡Si me<br />

quedo aquí más tiempo voy a desarrollar una<br />

degeneración grasa!"<br />

Figura 17: Theodor Billroth y Johann Nussbaum, los dos candidatos para la Cátedra de Cirugía de Zurich (1859).<br />

Durante su estancia de siete años como<br />

director en Zurich, incrementó notablemente<br />

la fama y el crecimiento de la institución.<br />

Viena<br />

Cuando el Profesor Franz Schuh (figura 20)<br />

se retiró de la Segunda Clínica de Cirugía<br />

del Hospital General de Viena (el famoso<br />

“Allgemeines Krankenhaus”), Billroth<br />

aplica para ocupar su lugar (figura 21).<br />

Afortunadamente para él y para Viena fue<br />

nombrado Jefe de ese Servicio y a cargo de<br />

la Cátedra de Cirugía.<br />

Esto fue un poco sorprendente porque<br />

Figura 18: "Die allgemeine Chirurgische Pathologie und<br />

Therapie" (Billroth, 1863).<br />

Figura 19: El músico y compositor alemán Johann<br />

Brahms (1833-1897) en 1862.<br />

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33<br />

Figura 20: Franz Schuh (1804-1865), quien hizo grandes<br />

avances en la práctica quirúrgica en Viena. Fue el primer<br />

médico austriaco a utilizar el éter como anestésico.<br />

Figura 21: Billroth en 1867, cuando llegó a Viena.<br />

Figura 23: El crítico de música Eduard Hanslick<br />

(1825-1904)<br />

Figura 24: Hanslick, Brahms y Billroth (ca. 1890).<br />

Billroth era alemán de origen y había cierta<br />

animosidad entre los dos países en ese<br />

momento. Atrajo a los mejores posibles<br />

asistentes y obtuvo el mayor apoyo de sus<br />

nuevos colegas. Además, se convirtió en<br />

ciudadano austríaco.<br />

Billroth tenía una manera especial de<br />

enseñar: trataba de inspirar a sus ayudantes<br />

desafiándolos a resolver problemas por<br />

sí mismos en lugar de enseñárselos en<br />

forma didáctica. Él exploraba, desarrollaba<br />

e inventaba, pero al mismo tiempo inspiraba<br />

a sus alumnos a ser originales y a<br />

actuar por sí mismos. Se comparaba a sí<br />

mismo con un minero que al explotar la<br />

dinamita necesaria señalaba la dirección<br />

a sus ayudantes. Alentaba entre sus<br />

subordinados los debates y las discusiones<br />

y a veces les daba la oportunidad de cambiar<br />

el papel de asistente por el de profesor y<br />

viceversa, como lo había hecho antes en<br />

Zurich.<br />

A veces, después de estas discusiones<br />

científicas se entretenían cenando y se<br />

deleitaba en la música hasta bien entrada<br />

la noche. Sus ayudantes lo adoraban como<br />

a un padre y él se refería a ellos como "mis<br />

hijos".<br />

El talento musical de Billroth provenía de<br />

ambos lados de su familia. Billroth tocaba<br />

el piano, la viola y el violín. En Zurich había<br />

sido un crítico musical en los periódicos<br />

locales. Disfrutaba tremendamente de<br />

su música con Brahms, quien también se<br />

había mudado a Viena (figura 22). Eduard<br />

Hanslick (figura 23), un conocido crítico<br />

musical en aquellos días, se unió a ellos<br />

para hacer un trío de gran talento (figura<br />

24). La mayoría de las composiciones de<br />

Brahms se probaban por primera vez en la<br />

casa de Billroth. Esta tradición fue llamada<br />

acertadamente "noctis primae ius" por<br />

Hanslick.<br />

Brahms dedicó dos composiciones (opus<br />

51, ​I y II) a Billroth. El mismo Billroth<br />

compuso varias piezas, pero estaba tan<br />

descontento que quemó la mayoría de<br />

ellas en sus últimos años. Billroth y<br />

Brahms mantuvieron una correspondencia<br />

frecuente toda su vida. Se escribieron 331<br />

cartas, que fueron publicadas en 1933.<br />

Figura 22: Estatua de Brahms en Viena (foto A. Buzzi, 2012).<br />

En Viena, Billroth trabajaba muchas horas.<br />

Comenzaba con su trabajo clínicoquirúrgico<br />

durante el día, seguido con la<br />

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música en la noche y, finalmente, escribía<br />

artículos científicos y cartas a altas horas<br />

de la noche. Era evidente que necesitaba<br />

sólo unas pocas horas de sueño. Más<br />

tarde reconocería que había consumido su<br />

energía de la vida como una vela encendida<br />

en ambos extremos.<br />

Cuando estalló la guerra entre Francia<br />

y Alemania en 1870 (“Guerra Franco-<br />

Prusiana”), conflicto que surgió a partir de<br />

las tensiones relacionadas a la unificación<br />

de Alemania, Billroth sintió la necesidad<br />

de contar con más experiencia en cirugía de<br />

guerra. En 1859 había publicado un tratado<br />

histórico con revisión de la literatura sobre<br />

el tratamiento de las heridas de bala,<br />

pero en 1870 percibió que la práctica era<br />

inadecuada. Así, se alistó con su asistente<br />

Vincenz von Czerny (figura 25) como<br />

voluntario en el ejército alemán para<br />

trabajar en Weissenberg y más tarde en<br />

Mannheim.<br />

La atención básica a los heridos resultó ser<br />

muy pobre (figura 26). Billroth aseguró:<br />

"Si uno no puede albergar o alimentar a<br />

los pacientes el cirujano también es inútil".<br />

Contribuyó mucho a la mejora de las<br />

Figura 25: Vincenz von Czerny (1842-1916) acompañó a Billroth a la Guerra Franco-Prusiana. Sería un pionero en<br />

cirugía oncológica.<br />

Figura 26: “Escena de batalla de la Guerra Franco-Prusiana” (W. Beauquesne, 1896). Billroth se sintió muy afectado por las heridas provocadas en esta guerra.<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

35<br />

Figura 27: Robert Koch (1843-1910), en 1900. Descubrió<br />

los bacilos del cólera y de la tuberculosis. Estableció los<br />

“postulados” para determinar el agente causal de una<br />

enfermedad infecciosa.<br />

Figura 28: El cirujano inglés Joseph Lister (1827-1912),<br />

en 1902. Fue el pionero de la asepsia y antisepsia quirúrgicas,<br />

introduciendo el uso del ácido carbólico (ahora<br />

conocido como fenol).<br />

Figura 29: El médico húngaro Ignaz Semmelweis (1818-<br />

1865), en 1860. También trabajaba en el Hospital General<br />

de Viena, donde preconizó el lavado de manos para<br />

prevenir la fiebre puerperal, bajando la mortalidad de<br />

esa enfermedad, años antes de que Louis Pasteur publicara<br />

la hipótesis microbiana y Joseph Lister extendiera<br />

la práctica quirúrgica higiénica al resto de especialidades<br />

médicas.<br />

normas humanitarias y de los estándares<br />

quirúrgicos y de enfermería. Cubrió toda<br />

la organización de los hospitales militares,<br />

la prestación de servicios quirúrgicos<br />

y de transporte militar de los heridos.<br />

Organizó la escritura de historias de casos<br />

y publicó sus experiencias en cartas al<br />

Berliner klinische Wochenschrift (“Semanario<br />

Clínico Berlinés”) y en la famosa<br />

monografía "Briefe aus den Chirurgische<br />

Kriegs-Lazaretten en Weissenberg und<br />

Mannheim" (“Cartas de los Hospitales<br />

de Guerra Quirúrgicos en Weissenberg y<br />

Mannheim”), editado en Berlín en 1874.<br />

Al final, se sintió muy afectado por la terrible<br />

guerra y escribió a su esposa asegurándole<br />

que no había ni un centímetro cuadrado<br />

del cuerpo en el que no había visto heridas<br />

causadas por las balas.<br />

Al volver de la guerra, Billroth se abocó<br />

a desarrollar su cirugía. Fue uno de los<br />

primeros cirujanos europeos que insistió<br />

en la necesidad de la asepsia durante<br />

las operaciones. También hizo uso del<br />

cloroformo como anestésico durante<br />

sus operaciones, y se destacó por su<br />

preocupación por el bienestar del paciente.<br />

Fue un pionero en el estudio de las causas<br />

bacterianas de la “fiebre de la herida”,<br />

como lo demuestra su trabajo “über die<br />

Untersuchungen Vegetationsformen von<br />

Cocobacteria séptica” (“Acerca de las<br />

investigaciones sobre las vegetaciones<br />

de cocobacterias sépticas”) de 1874. En<br />

este trabajo describe por primera vez al<br />

estreptococo, al que le dio el nombre. Si bien<br />

no llegó a comprender la relación causal<br />

correcta, el médico alemán Robert Koch<br />

(figura 27), quien describió la etiología<br />

bacteriana de las infecciones, declaró más<br />

tarde que su investigación se inspiró en esta<br />

obra de Billroth.<br />

Incluso, Billroth informó que el hongo<br />

penicillum influenciaba el crecimiento<br />

bacteriano cincuenta años antes de que lo<br />

haga el escocés Alexander Fleming.<br />

Inicialmente, Billroth no era un firme<br />

creyente de la obra del médico británico<br />

Joseph Lister (figura 28) sobre la antisepsia<br />

con spray carbólico. Afirmó haber visto<br />

muchos efectos adversos en la utilización<br />

de ácido carbólico (fenol), por lo que utilizó<br />

varias alternativas para sus vendajes y<br />

esponjas (timol, alcohol, soluciones de<br />

acetato de plomo y el vino alcanforado).<br />

Más tarde, convencido de los avances<br />

realizados por la asepsia, dijo: "con las manos<br />

limpias y conciencia, los cirujanos menos<br />

experimentados logran mejores resultados<br />

que los profesores más famosos de la cirugía<br />

en antaño." Es de destacar que el logro<br />

del médico húngaro Ignaz Semmelweis<br />

(figura 29) 20 años antes de Lister en la<br />

reducción de la tasa de infecciones con<br />

medidas antisépticas tales como el lavado<br />

de manos fue completamente ignorado por<br />

sus colegas cirujanos en el mismo hospital<br />

de Viena donde él trabajaba.<br />

Habiendo sido casi erradicadas las<br />

amenazas de infecciones quirúrgicas fatales,<br />

Billroth procedió a intervenir los<br />

órganos que hasta entonces habían sido<br />

considerados inaccesibles. En 1871, hizo<br />

su primera resección del esófago y en<br />

1873 la primera laringectomía. Más tarde<br />

siguieron muchas operaciones similares<br />

en el estómago, los intestinos y el páncreas<br />

para extirpar tumores malignos. Fue el<br />

primer cirujano en extirpar un cáncer<br />

rectal y en 1876 había llevado a cabo 33<br />

operaciones similares. Estas operaciones<br />

eran a la vez difíciles y peligrosas para el<br />

paciente, pero la tasa de éxito de Billroth<br />

fue alta considerando las condiciones en las<br />

que operaba. Prueba de su extraordinaria<br />

preparación técnica y habilidad como<br />

cirujano son las seis ovariotomías que<br />

practicó antes de adoptar la antisepsia,<br />

que no utilizó de forma sistemática hasta<br />

1875. Sus métodos de resección, aunque<br />

modificados, se mantuvieron en uso<br />

durante muchos años. La cirugía plástica,<br />

especialmente de la cara, fue otra de sus<br />

especialidades.<br />

El éxito de la cirugía gástrica.<br />

En 1881 Billroth había hecho de la cirugía<br />

intestinal su materia, y estaba dispuesto a<br />

intentar lo que pareció en su tiempo como<br />

la más formidable y concebible operación<br />

abdominal: la extirpación de un píloro<br />

canceroso. Desde mediados del siglo y hasta<br />

la década de 1880, algunos cirujanos habían<br />

practicado ocasionalmente intervenciones<br />

sobre el estómago que fracasaron casi sin<br />

excepción, resultando en la muerte del<br />

enfermo. Su ejecución con éxito causó una<br />

gran sensación e inició la era moderna de<br />

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36 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

la cirugía. Fue un procedimiento quirúrgico<br />

adecuado, eficaz y perfectamente reglado,<br />

susceptible por ello de difundirse<br />

inmediatamente: la gastrectomía parcial o<br />

subtotal con anastomosis gastroduodenal<br />

que hoy conocemos como “operación de<br />

Billroth I”. En 1885 creaba la modificación,<br />

con anastomosis gastroyeyunal, que<br />

denominamos “operación de Billroth II”.<br />

Billroth y sus ayudantes habían estado<br />

durante muchos años preparando y<br />

estudiando la viabilidad de la pilorectomía<br />

en perros. Sus discípulos Karl Gussenbauer<br />

(figura 30) y Alexander von Winiwarter<br />

(1848-1917) se dieron cuenta de la<br />

oportunidad para resecar el carcinoma<br />

pilórico a partir del prolífico material<br />

de autopsias del gran patólogo Karl<br />

von Rokitansky (figura 31), Profesor de<br />

Anatomía Patológia en la Universidad<br />

de Viena y Jefe del Servicio del Hospital<br />

General (figura 32): en más de 61.000<br />

protocolos de autopsia encontraron 903<br />

casos de este carcinoma, y más de un<br />

tercio de ellos no tenía metástasis. Así,<br />

tanto la resección como la curación eran<br />

teóricamente posibles.<br />

Figura 30: Karl Gussenbauer (1842-1903), discípulo de<br />

Billroth, en 1902. En esta época ya había sucedido a su<br />

maestro al frente de la "2a. Clínica Quirúrgica de Viena",<br />

y era Rector de la Universidad de Viena.<br />

Figura 31: Estampilla austríaca con la figura del médico<br />

checo Karls von Rokitansky (1804-1878), fundador de<br />

la anatomía patológica moderna. Fue llamado por Virchow<br />

"el Linneo de la anatomía patológica".<br />

La primera resección gástrica por cáncer<br />

fue realizada en Paris por Jules Émile<br />

Péan (1830-1898) en 1879, y la segunda<br />

en Kulm (Polonia) por Ludwik Rydigier<br />

(1850-1920) en 1880. El paciente que<br />

había sido operado por Péan murió 5 días<br />

después de la cirugía, y el de Rydigier tan<br />

sólo 12 horas después.<br />

El 29 de enero de 1881, Billroth operó<br />

a su primer paciente. Se trataba de<br />

Teresa Heller, una mujer de 43 años que<br />

presentaba un síndrome pilórico. Fue<br />

operada bajo anestesia con cloroformo,<br />

realizada por Barbieri, lo que permitió que<br />

Billroth y su equipo se concentraran en<br />

la técnica quirúrgica. La temperatura del<br />

quirófano se mantuvo en 25 ºC y se tomaron<br />

las precauciones antisépticas listerianas<br />

modificadas, sin el spray carbólico. Se<br />

realizó una incisión transversal por<br />

encima del tumor palpable, que resultó<br />

ser lo suficientemente móvil como para<br />

ser extraído a través de la incisión de 11<br />

cm. Después de la ligadura de los vasos<br />

sanguíneos, Billroth se encargó de resolver<br />

la esperada discrepancia de diámetro entre<br />

los dos márgenes de resección. Primero<br />

cerró la mayor parte de la curvatura mayor,<br />

Figura 32: El Instituto de Anatomía Patológica del Hospital General de Viena, donde Rokitansky hizo más de 100.000<br />

autopsias (foto A. Buzzi, 2012).<br />

Figura 33: La técnica quirúrgica de la primera gastrectomía (Billroth, 1881).<br />

con 21 puntos de sutura de Lembert, Teresa Heller se recuperó sin complicaciones,<br />

y luego realizó la anastomosis con 33<br />

más allá de la incomodidad<br />

puntos interrumpidos (figura 33). Todas de una escara sacra que ya tenía el día<br />

las suturas fueron hechas con la seda de la operación. Pudo volver a comer<br />

carbolizada ideada por von Czerny (figura normalmente y fue dada de alta 22 días<br />

25). Billroth identificó y extirpó varios<br />

después de la operación.<br />

ganglios linfáticos patológicos al momento Billroth era muy consciente de la<br />

de la resección.<br />

importancia de esta operación, por lo<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

37<br />

que dentro de este período histórico ya<br />

había escrito al Dr. Wittelshofer, el editor<br />

del "Wiener medizinische Wochenschrift"<br />

("Semanario Médico Vienés"), que había<br />

sido un éxito. Su artículo se publicó en<br />

detalle siete días después de la operación y<br />

la noticia se extendió rápidamente por todo<br />

el mundo.<br />

Tres meses después de la cirugía aparecieron<br />

síntomas de enfermedad recurrente y<br />

la paciente murió un mes después. La<br />

autopsia, que tuvo lugar en el domicilio<br />

del paciente, fue realizada por el patólogo<br />

Zemann. Tanto el estómago operado como<br />

la pieza quirúrgica extraída 4 meses antes<br />

todavía se exhiben en el Josephinum (figura<br />

34), el Museo de Historia de la Medicina<br />

de la Universidad de Viena (figura 35),<br />

situado en el edificio donde el Emperador<br />

José II había mandado construir en 1785 la<br />

"Medizinisch-Chirurgische Militärakademie"<br />

("Academia de Medicina y Cirugía Militar").<br />

El segundo y el tercer pacientes con<br />

tumores similares murieron después<br />

de la resección. La torsión del duodeno<br />

recién anastomosado y la invasión del<br />

páncreas fueron las causas reconocidas,<br />

respectivamente. Wölfler, otro de los<br />

ayudantes de Billroth, realizó la cuarta<br />

operación con éxito, mientras su maestro<br />

estaba en el extranjero. Describió<br />

ampliamente su experiencia en "Über die<br />

von Herrn Profesora Billroth ausgeführte<br />

Resectionen des carcinomatöse píloro".<br />

Este tipo de resección y anastomosis<br />

gastroduodenal fue conocido más tarde<br />

como “operación de Billroth I” (figura 36).<br />

Figura 34: Las piezas de anatomía patológica de la primera gastrectomía y de la autopsia.<br />

En ese mismo año histórico, su discípulo<br />

Anton Wölfler (figura 37) realizó la primera<br />

anastomosis gastroentérica (antecólica)<br />

Figura 35: El Josephinum, donde se encuentra el Museo de Historia de la Medicina de la Universidad de Viena (foto A. Buzzi, 2013).<br />

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por un carcinoma píloro inoperable. Este<br />

procedimiento se convirtió en la base de<br />

la operación que Billroth y su discípulo<br />

Viktor von Hacker realizaron en enero<br />

de 1885 para un carcinoma similar. El<br />

paciente estaba tan débil que planearon<br />

un procedimiento en fases sucesivas. Fue<br />

planeada inicialmente una anastomosis<br />

gastroyeyunal para puentear la obstrucción<br />

y en otro momento la resección el tumor.<br />

Sin embargo, durante la operación la<br />

condición del paciente mejoró tanto<br />

que decidieron continuar. Después de<br />

la resección del tumor se cerraron los<br />

extremos del duodeno y estómago. Este<br />

tipo de construcción (resección, cierre del<br />

duodeno y anastomosis gastroyeyunal),<br />

iba a ser llamado más tarde "operación de<br />

Billroth II" (figura 36).<br />

Muchas variaciones se han introducido a<br />

estos dos procedimientos, que llevan por<br />

nombre muchos epónimos.<br />

Inicialmente la mortalidad y la morbilidad<br />

de estas operaciones eran muy altas. Incluso<br />

en la clínica de Billroth era alrededor del<br />

50%, pero al ir mejorando la experiencia<br />

y las indicaciones, también lo hicieron los<br />

resultados.<br />

En 1890, Billroth ya había realizado 41<br />

resecciones gástricas, de las cuales 19<br />

fueron un éxito. Su trabajo incrementó<br />

significativamente la información disponible<br />

de los tejidos gastrointestinales en<br />

relación al cáncer, su origen y su fisiología.<br />

Muchos médicos del extranjero visitaban<br />

a Billroth, y era consultado cada vez con<br />

más frecuencia por los personajes más<br />

importantes de Europa.<br />

Figura 36: Esquema de las técnicas “Billroth I” y<br />

“Billroth II”<br />

Figura 37: El cirujano checo Anton Wölfler (1850-1917),<br />

discípulo de Billroth, que luego fue Profesor de Cirugía<br />

de la Universidad de Praga.<br />

Figura 38: Vista actual del antiguo Hospital General de<br />

Viena (foto A. Buzzi, 2012)<br />

Figura 39: Desde 1988 el antiguo Hospital General de<br />

Viena es el campus de la Universidad de Viena (foto A.<br />

Buzzi, 2012).<br />

En la actualidad el "Viejo Hospital General<br />

de Viena" (figura 38) alberga al campus<br />

de la Universidad de Viena (figuras 39).<br />

Un paseo dentro de este complejo es<br />

un recorrido a través de 200 años de la<br />

historia de la medicina vienesa: sus patios<br />

y jardines están llenos de monumentos,<br />

bustos y placas que recuerdan grandes<br />

logros médicos (figura 40). En el primer<br />

patio (figura 41) hay una estatua de<br />

tamaño natural de Billroth (figura 42), y su<br />

"Segunda Clínica Quirúrgica" en el ángulo<br />

noroeste de este patio, arriba del pasaje que<br />

lleva al segundo patio (figura 43). Allí hizo<br />

historia: realizó la primera esofagectomía<br />

en 1871, la primera laringectomía en 1873,<br />

Figura 40: El campus de la Universidad de Viena, donde antes funcionaba el antiguo Hospital General de Viena<br />

(foto A. Buzzi, 2012).<br />

Figura 41: El "1er. Patio" ("Hof 1") del antiguo Hospital General de Viena (hoy campus universitario). Se ve el monumento<br />

a Billroth.<br />

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39<br />

beneficio de toda la población. Escribió: "Lo<br />

que me ha dado la mayor alegría de mi vida<br />

es la creación de una escuela que lleva mis<br />

aspiraciones y objetivos, tanto científicos como<br />

humanitarios, garantizando así un legado<br />

para el futuro".<br />

Figura 42: El monumento a Billroth en el "1er. Patio" del antiguo Hospital General de Viena (hoy campus universitario).<br />

Muchos de sus discípulos ocuparon<br />

las cátedras de cirugía en varios países<br />

europeos (figuras 45), divulgando el enfoque<br />

de Billroth hacia la investigación<br />

clínica, el tratamiento y el seguimiento de<br />

los pacientes. Algunos de ellos ocuparon<br />

sucesivamente más de una Cátedra: Karl<br />

Gussenbauer y Alexander Winiwarter en<br />

Lüttich (Bélgica), Friedrich Salzer, Albert<br />

Narath y Anton Eiselsberg en Utrecht,<br />

(Países Bajos), Vincenz Czerny en Freiburg<br />

(Alemania), Vincenz Czemy y Albert<br />

Narath en Heidelberg (Alemania), Anton<br />

Eiselsberg en Königsberg (Prusia), Johann<br />

Mikulicz en Cracovia (actual Polonia),<br />

Karl Gussenbauer, Anton Wölfler,<br />

Hermann Schloffer y Karl Maydl en Praga<br />

(actual República Checa), Viktor Hacker<br />

y Schloffer en Innsbruck, Anton Wölfler y<br />

Viktor Hacker en Graz (Austria).<br />

Billroth introdujo la toma meticulosa de<br />

la historia clínica, el registro de todos los<br />

datos y la medición de la temperatura, así<br />

como el seguimiento y la discusión de los<br />

resultados de todos sus pacientes, incluidos<br />

las fallas y los errores.<br />

Figura 43: En el primer piso, por encima del pasaje que lleva al "2o. Patio", estaba la "Segunda Clínica Quirúrgica" de<br />

Billroth, donde hizo la primera esofagectomía en 1871, la primera laringectomía en 1873, y la primera gastrectomía<br />

en 1881 (foto A. Buzzi, 2012).<br />

Figura 44. Estatua del Emperador José II en el antiguo<br />

Hospital General de Viena, fundado por él en 1784<br />

(foto A. Buzzi, 2012).<br />

y la primera gastrectomía en 1881.<br />

Este hospital de 2000 camas abrió sus<br />

puertas el 16 de agosto de 1784 por iniciativa<br />

del Emperador José II (figura 44). Para el<br />

funcionamiento asistencial a pleno de estas<br />

2000 camas de internación y las urgencias<br />

sólo necesitaba 20 médicos y cirujanos y<br />

140 asistentes.<br />

La escuela.<br />

En la mente de Billroth su mayor logro sería<br />

la formación de una escuela de cirugía de<br />

alta calidad que continuara su trabajo en<br />

En 1876 publicó su famoso libro:<br />

"Über das Lehren und Lernen der<br />

medizinischeWissenschaften an die<br />

Universitäten der Deutsche Nation, nebst<br />

allgemeine Bemerkungen über Universitäten"<br />

("Acerca de la enseñanza y el aprendizaje de<br />

las ciencias médicas en las universidades de<br />

la nación alemana, junto con observaciones<br />

generales sobre las universidades"), del<br />

que fueron publicadas varias ediciones en<br />

muchos idiomas.<br />

Sus métodos y sistemas educativos se<br />

han copiado en todo el mundo. No sólo<br />

estaba preocupado por la formación de sus<br />

asistentes, sino también de los médicos<br />

generales y de las enfermeras. El libro<br />

"Die Krankenpflege en Hause und Hospitale"<br />

("La enfermería en la casa y el hospital"),<br />

de 1883, cubría todos los aspectos de la<br />

enfermería tanto en el hogar como en<br />

el hospital. Creó, organizó y en parte<br />

financió el "Rudolfinerhaus" (figura 46),<br />

un centro de formación para enfermeras,<br />

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Figura 46: El "Rudolfinerhaus", con el busto de Billroth.<br />

que se ha mantenido hasta hoy, nombrado<br />

así en honor al Archiduque de Austria y<br />

Príncipe de la Corona Rudolf (figura 47),<br />

hijo del Emperador Francisco José y de la<br />

Emperatriz Isabel ("Sisi").<br />

Billroth estaba muy preocupado por el gran<br />

número de personas con escasa educación<br />

de Europa del este que acuden a Viena para<br />

ser entrenado como médicos y cirujanos.<br />

Debido a que muchos de ellos eran judíos,<br />

en ocasiones fue injustamente acusado de<br />

antisemita.<br />

En la clínica vienesa organizó el trabajo<br />

con el principal objetivo de familiarizar a<br />

los cirujanos con todos los problemas de<br />

la cirugía científica, superando el mero<br />

adiestramiento técnico. Con el objetivo de<br />

elaborar operaciones regladas aptas para<br />

Figura 47: El Príncipe Heredero Rudolf, en honor a<br />

quien Billroth puso el nombre de su institución para formar<br />

enfermeras. En 1889, murió (según la versión oficial)<br />

en un pacto suicida con su amante, la baronesa<br />

María Vetsera, en el pabellón de caza de Mayerling. El<br />

escándalo que siguió fue noticia internacional y sigue<br />

siendo motivo de especulación más de un siglo después.<br />

Figura 45: Billroth con sus asistentes (1871). Sentados, de izquierda a derecha: Robert Gersuny, Vincenz Czerny, Billroth, Menzel y Steiner. Parados, de izquierda a derecha: Karl<br />

Gussenbauer, Lobmayer, Satller, Vladan Gjorgjeviç, Pernitza y Pfleger.<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

41<br />

el aprendizaje, en la clínica de Billroth<br />

venían desarrollándose estudios anatomopatológicos<br />

y experimentales para aclarar<br />

la fisiopatología y la anatomía patológica<br />

tanto de las lesiones gástricas como de las<br />

nuevas situaciones creadas por métodos<br />

quirúrgicos experimentales, en el cadáver y<br />

en los animales.<br />

La enseñanza de Billroth abarcó la cirugía<br />

de casi todos los territorios del cuerpo<br />

humano y consiguió crear una escuela<br />

duradera que se difundió por toda Europa<br />

convirtiéndose en el principal motor de la<br />

cirugía científica en el último tercio del siglo<br />

XIX. Su escuela quirúrgica permaneció<br />

abierta después de su muerte hasta 1938.<br />

Figura 48: El famoso óleo de Adalbert Seligmann titulado "Billroth en el teatro quirúrgico" (1889).<br />

Figura 50: La "Billroth-haus" ó "casa Billroth"<br />

(foto A. Buzzi, 2012).<br />

Un cuadro de Adalbert Seligmann<br />

(1862-1945) titulado "Billroth en el teatro<br />

quirúrgico", realizado en 1889 (figura 48),<br />

muestra a Billroth de aproximadamente<br />

60 años, en el pináculo de su fama. Aleja su<br />

mirada del paciente, tal vez para dar alguna<br />

explicación al auditorio, mientras recibe<br />

una pinza de uno de los siete asistentes<br />

que rodean a él y al paciente. El paciente<br />

está en posición supina, semisentado. Su<br />

cabeza ha sido afeitada. De acuerdo con<br />

las notas que dejó el artista se trata de una<br />

neurotomía para tratar una neuralgia del<br />

trigémino. El paciente recibe anestesia<br />

general por el método de goteo libre, en el<br />

cual un agente anestésico líquido volátil se<br />

gotea sobre una tela porosa o una máscara<br />

colocada sobre la cara del paciente. Billroth<br />

prefería una mezcla de alcohol, cloroformo<br />

y éter, anticipando una tendencia moderna<br />

de administrar múltiples agentes en la<br />

anestesia. Billroth también está utilizando<br />

los métodos de esterilización y antisepsia<br />

de Lister. Los guantes de goma no se<br />

utilizaban todavía en cirugía.<br />

La luz de una gran ventana a la derecha<br />

del cirujano baña la sala de operaciones<br />

con brillo. Hay muchos presenciando la<br />

operación en las gradas, incluído el artista,<br />

que se incluyó en el extremo derecho de<br />

la primera fila, y el duque de Baviera,<br />

sentado en el extremo opuesto, que iba<br />

a las operaciones y conferencias para<br />

entretenerse.<br />

Figura 49: Billroth con sus asistentes de 1867 a 1889.<br />

Figura 51: La Sala de Reuniones de la "Billroth-haus".<br />

Esta pintura es de gran importancia histórica,<br />

ya que describe con precisión una<br />

operación quirúrgica a finales del siglo XIX.<br />

Seligmann también documenta el liderazgo<br />

de un cirujano y educador de renombre.<br />

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42 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Actualmente el cuadro se encuentra en el<br />

"Museo Belvedere" de Viena.<br />

A la cautela y no al riesgo debemos sus<br />

hazañas quirúrgicas, que ejecutó con una<br />

minuciosa previsión de todos los detalles<br />

científicos y técnicos: “Se debe operar<br />

solamente si se tiene alguna probabilidad<br />

de éxito. Operar sin esta esperanza significa<br />

prostituir este magnífico arte y ciencia de la<br />

cirugía y hacerlo sospechoso ante los profanos<br />

y los colegas. Pero ¿cómo pueden medirse<br />

las probabilidades de éxito? Con un estudio<br />

incansable de nuestra ciencia, con la crítica<br />

severa de nuestras observaciones y las ajenas,<br />

con la investigación más exacta en cada caso<br />

particular, y la evaluación crítica de nuestros<br />

experimentos.”<br />

Por encima de los éxitos valoró la tarea de<br />

elaborar métodos sólidos para operaciones<br />

típicas, con el fin de que la cirugía no fuese<br />

eficaz solamente en las manos de unos<br />

pocos elegidos. “Lo que me ha causado más<br />

alegría en mi vida es el haber fundado una<br />

escuela que prosigue mis afanes, tanto en el<br />

sentido científico como en el humanitario”.<br />

Cumplió esta aspiración de manera<br />

excepcional y discípulos tan conocidos<br />

como Czerny, Gussenbauer, Winiwarter,<br />

Wölfler, Eiselsberg, Mikulicz o Riedel,<br />

entre otros (figura 49), se sumaron a los<br />

ya mencionados en la labor de impulsar la<br />

cirugía moderna en toda Europa.<br />

Es considerado por muchos como el<br />

cirujano líder alemán de finales del siglo<br />

XIX, además de un técnico quirúrgico<br />

excepcional que fue capaz de llevar la<br />

medicina experimental a la práctica clínica.<br />

Tenía ideas radicales para la época en lo<br />

que respecta a la formación quirúrgica, que<br />

consistían en un aprendizaje quirúrgico<br />

prolongado para la finalización de los<br />

estudios médicos, consistente en trabajos<br />

preliminares en hospitales, seguido de la<br />

realización de operaciones en cadáveres<br />

y animales de experimentación. Esto<br />

sería seguido por una ayudantía de dos o<br />

tres años en un departamento de cirugía<br />

con estudios de la literatura quirúrgica y<br />

la adquisición de habilidades prácticas<br />

avanzadas. Sus ideas fueron adoptadas por<br />

muchos.<br />

Billroth fundó la Casa de la Sociedad de<br />

Médicos de Viena ó "Ärztenhaus" (la "Casa<br />

de los Médicos"), ahora llamada "Billrothhaus"<br />

(la "casa Billroth") (figura 50), que<br />

cuenta con una gran sala de reuniones<br />

diseñada por el mismo Billroth (figura 51).<br />

Fue miembro de la Academia de Ciencias<br />

de Viena y miembro honorario de treinta<br />

y dos sociedades científicas. También fue<br />

honrado con dieciséis condecoraciones,<br />

entre ellas una otorgada por el gobierno<br />

austríaco raramente concedida a los<br />

médicos. Ha publicado varios libros y<br />

numerosos artículos sobre la cirugía y<br />

patología, alrededor de 150.<br />

Durante sus años en Viena le ofrecieron<br />

varias cátedras en varias prestigiosas<br />

instituciones, pero siempre se negó. La<br />

decisión más difícil fue en 1882, cuando<br />

se retiró su estimado maestro de Berlín,<br />

Bernhard von Langenbeck (figura 6) a los<br />

73 años. Aunque se mostró muy honrado<br />

por la oferta, Billroth se sentía tan a gusto<br />

en Viena que se negó. Von Langenbeck se<br />

sorprendió y volvió a intentarlo: "Usted<br />

no puede negarse a la ciudad imperial de<br />

Berlín", pero Billroth respondió: "Hay<br />

una sola ciudad imperial, y es Viena".<br />

Finalmente, Ernst von Bergmann, el padre<br />

de la asepsia se convirtió en el sucesor de<br />

von Langenbeck en Berlín.<br />

El ocaso.<br />

En la primavera de 1887 una grave<br />

infección pulmonar amenazó su vida,<br />

dejando como resultado una debilidad<br />

cardíaca que aumentó durante sus últimos<br />

años. Nunca recuperó su buen estado de<br />

salud previo y lentamente fue perdiendo su<br />

fuerza física. A menudo había sufrido en el<br />

pasado de melancolía y estados depresivos,<br />

por lo que se concentró más en la filosofía,<br />

la psicología, la ética y los problemas<br />

sociológicos.<br />

Billroth descansaba durante sus vacaciones<br />

de verano en su casa de St. Gilgen, una<br />

ciudad austríaca cercana a Salzburgo<br />

(figura 52), y en invierno en un hotel<br />

de Abbazia, correspondiente al imperio<br />

austro-húngaro, en la península de Istria<br />

(hoy es la ciudad de Opatija, y pertenece<br />

a Croacia), y habitualmente regresaba a<br />

Viena rejuvenecido.<br />

Pero consideraba al trabajo como el mejor<br />

remedio para combatir la depresión y su<br />

impulso para alcanzar logros nunca lo<br />

abandonó. Una vez escribió: "mi fuerza me<br />

está dejando, pero la demanda de la gente por<br />

lo que todavía puedo dar aumenta".<br />

Mientras su salud fluctuaba, en 1892 se<br />

festejó el jubileo de sus 25 años en Viena<br />

(figura 53). Sus alumnos escribieron una<br />

publicación titulada "Homenaje" que<br />

incluía algunas de sus contribuciones<br />

científicas originales. Muchos de ellos<br />

pensaban que sería la última vez que iban a<br />

ver al gran hombre.<br />

Lo último que fue capaz de crear fue la<br />

institución para el entrenamiento de<br />

enfermeras ("Rudolfinerhaus"), y el edificio<br />

donde funciona la Real Sociedad de<br />

Médicos de Viena (hoy "Billroth-haus").<br />

Fue aquí donde dio su última conferencia,<br />

acerca de los aneurismas.<br />

Figura 52: Billroth en St. Gilgen (septiembre de 1892). Figura 53: Billroth en 1892.<br />

Un mes antes de su muerte planeó su<br />

retiro, durante el cual esperaba colocar la<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

43<br />

piedra fundamental para la nueva clínica<br />

quirúrgica.<br />

Proféticamente durante su últimas<br />

vacaciones en Abbazia, a principios de<br />

1894, él sospechaba que pronto estaría<br />

muerto. Incluso, soñó en varias ocasiones<br />

que realizaba su propia autopsia.<br />

Aumentaron la dificultad para respirar,<br />

los trastornos del sueño y las arritmias.<br />

Los digitálicos que había utilizado durante<br />

muchos años ya no parecían ayudar. Su<br />

esposa estaba a su lado cuando murió<br />

repentinamente el 6 de febrero de1894.<br />

Dejó una carta donde agradecía a su esposa<br />

y a su familia por su amor y lealtad, y se<br />

disculpaba por sus errores.<br />

Viena lloró amarga y masivamente la<br />

muerte de este gigante, que no solo era<br />

conocido como un genio médico y científico,<br />

sino también por sus contribuciones<br />

artísticas, culturales y políticas.<br />

Fue enterrado como si fuera un rey en<br />

el Cementerio Central de Viena (figura<br />

54), cerca de las tumbas de Beethoven y<br />

Schubert y de la estatua dorada de Mozart,<br />

que no tiene una tumba conocida. Sin<br />

embargo, Billroth siempre mantuvo su<br />

modestia a pesar de su fama. Siempre dio<br />

todo el crédito a sus maestros, una de<br />

sus frases favoritas eran las palabras de<br />

Goethe: "Todo lo que se logra se le debe a los<br />

demás".<br />

Figura 54: La tumba de Billroth en el Cementerio Central de Viena.<br />

El 7 de noviembre de 1897 se inauguró<br />

un monumento de Billroth en una de las<br />

arcadas de los pasillos del jardín de la<br />

Universidad de Viena (figuras 55 y 56).<br />

Fue el primer cirujano cuya imagen<br />

apareció en un billete, en conmemoración<br />

del centenario de su nacimiento (1929).<br />

También apareció en monedas (figuras 57<br />

y 58) y estampillas (figura 59).<br />

Su sucesor de la Segunda Clínica Quirúrgica<br />

fue su discípulo Carl Gussenbauer, pionero<br />

de la moderna cirugía pancreática.<br />

Epílogo.<br />

Christian Albert Theodor Billroth fue un<br />

médico humano y competente, un cirujano<br />

con artesanía quirúrgica. Fue un científico<br />

de conciencia: siempre probaba los nuevos<br />

procedimientos quirúrgicos en cadáveres<br />

y en animales antes de aplicarlos a los<br />

Figura 55: Uno de los pasillos del jardín de la Universidad de Viena con bustos, monumentos y placas<br />

conmemorativas de las grandes personalidades, entre ellos, Billroth (foto A. Buzzi, 2012).<br />

pacientes. Informaba los resultados de sus una frecuente correspondencia durante<br />

operaciones de una manera completamente toda su vida. Su sistema de formación de<br />

honesta con la intención de aprender de sus cirujanos fue emulado en todas partes, así<br />

fracasos y errores y para el beneficio de los como su organización en los hospitales<br />

demás. Fue un escritor prolífico, y mantuvo y en circunstancias de guerra. Fue un<br />

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44 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Figura 56: El homenaje a Billroth en uno de los pasillos<br />

del jardín de la Universidad de Viena<br />

(foto A. Buzzi, 2012).<br />

Figura 57: Billroth en una moneda austríaca de 2 chelines.<br />

Figura 58: Billroth en una moneda de 50 euros.<br />

Figura 59: Billroth en una estampilla austríaca de 1994.<br />

artista, principalmente como músico.<br />

En su opinión la ciencia y el arte se<br />

derivan de la misma fuente: la fantasía y<br />

la imaginación. Fue un iniciador: creo la<br />

institución de enseñanza para enfermeras<br />

("Rudolfinerhaus") y la Real Sociedad de<br />

Médicos ("Ärztenhaus"). Fue un innovador:<br />

realizó las primeras gastrectomías, laringectomías<br />

y esofagectomías, y su amplia<br />

experiencia con las técnicas de anastomosis<br />

del intestino y operaciones de la tiroides,<br />

el hígado, el bazo, el útero, los riñones, la<br />

vejiga y la próstata lo convirtieron en un<br />

icono en cuyos hombros se apoya toda la<br />

cirugía.<br />

A continuación, algunas de las frases que<br />

Billroth dejó a sus colegas y que denotan<br />

su posición y pensamientos frente a las<br />

ciencias médicas.<br />

“El futuro de la escuela se basa en el trabajo<br />

de los alumnos, como el futuro de un país en el<br />

trabajo de sus ciudadanos.”<br />

"Sólo el hombre que está familiarizado con el<br />

arte y la ciencia del pasado es competente para<br />

ayudar en su progreso en el futuro."<br />

“Una persona puede haber aprendido mucho<br />

y ser un médico sumamente calificado pero<br />

que despierta poca confianza en sus poderes...<br />

La manera de tratar con los pacientes, de<br />

ganar su confianza, el arte de escucharlos (el<br />

paciente está siempre más ansioso por hablar<br />

que escuchar), de ser suave y consolarlos o de<br />

centrar su atención en las cosas serias… todo<br />

esto no se puede aprender de los libros. El<br />

estudiante puede aprender estas cosas sólo por<br />

el contacto inmediato con el profesor, a quien<br />

inconscientemente imitará... Los pacientes<br />

anhelan la visita diaria del médico, que es el<br />

evento sobre el que todos sus pensamientos<br />

y emociones se concentran. El médico puede<br />

hacer todo lo que tiene que hacer con rapidez<br />

y precisión, pero nunca debe parecer que tiene<br />

prisa o que está distraído.”<br />

“El que combina el conocimiento de la fisiología<br />

y la cirugía, además de su parte artística,<br />

alcanza el más alto ideal en la medicina.”<br />

“El placer de un médico es poco: la gratitud<br />

de los pacientes es poco frecuente, y aún más<br />

raro es la recompensa material. Pero estas<br />

cosas nunca van a disuadir al estudiante que<br />

se siente llamado a esa vocación.”<br />

“El principio, el método y el objetivo de las<br />

investigaciones es el reconocimiento de la<br />

verdad, a pesar de que la verdad pueda estar<br />

en conflicto con las circunstancias sociales,<br />

éticas y políticas.”<br />

“El que no puede citar su experiencia terapéutica<br />

en los números es un charlatán. Sea<br />

sincero por el bien de la claridad, no dude en<br />

admitir los errores, ya que deben mostrar el<br />

modo y lugar en qué mejorar.” ●<br />

Bibliografía<br />

- Absolon KB. Theodor Billroth’s formative years (1829-<br />

1894)- a study in memory of the subject’s 150th birthday. Am<br />

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- Absolon KB. The surgical school of Theodor Billroth.<br />

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45<br />

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46 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

EL CLUB OSLER DE<br />

BUENOS AIRES<br />

Por Prof. Dr. Alfredo P. Buzzi †<br />

Historia del Tratado<br />

de Medicina Interna<br />

de William Osler<br />

W<br />

illiam Osler es la quintaesencia<br />

del médico de nuestro tiempo,<br />

tanto por sus logros clínicos<br />

y científicos como por su legado literario<br />

y humanista, por sus contribuciones a la<br />

educación médica y por su influencia en las<br />

relaciones entre los médicos.<br />

En 1892, mientras era catedrático de<br />

Medicina de la Universidad Johns Hopkins<br />

y tenía 41 años de edad, publicó su opera<br />

magna: "The Principles and Practice of<br />

Medicine: Designed for the Use of Practitioners<br />

and Students of Medicine" ("Los Principios y<br />

la Práctica de la Medicina: Diseñado para<br />

el uso de profesionales y estudiantes de<br />

Medicina").<br />

Este libro, que Osler escribió en menos de<br />

1 año y medio, lo colocó como la principal<br />

autoridad mundial en la enseñanza de la<br />

medicina moderna. El libro de texto fue<br />

traducido al francés, al alemán, al ruso,<br />

al portugués, al español y al chino, y por<br />

más de 40 años fue el libro de texto médico<br />

más significativo. Para dos generaciones<br />

de estudiantes de medicina anglosajones,<br />

de ambos lados del Atlántico, "el Osler"<br />

funcionó como una Biblia médica.<br />

Además de su enorme influencia en la<br />

formación de los estudiantes de medicina,<br />

el tratado de Osler desempeñó un<br />

papel primordial al dirigir la actividad<br />

filantrópica de John D. Rockefeller (1839-<br />

1937) hacia la educación e investigación<br />

Prof. Dr. Alfredo P. Buzzi †<br />

medicas y la salud pública.<br />

En esta oportunidad reproducimos un<br />

trabajo del Prof. Dr. Alfredo P. Buzzi †<br />

publicado como Editorial en la Revista<br />

Medicina en el año 2005 (MEDICINA Buenos<br />

Aires 2005; 65: 465-470), con permiso<br />

de los responsables de la publicación.<br />

A continuación, hemos agregado figuras<br />

que complementan el texto, y que no aparecen<br />

en la publicación original.<br />

Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

Editor Responsable<br />

Revista DMMD<br />

Figura 2: William Osler trabajando en "The Principles and Practice of Medicine" en el Johns Hopkins Hospital (septiembre 1891).<br />

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50 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

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52 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

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Figuras complementarias (N del E)<br />

Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

53<br />

Figura 1: “A History of William Osler’s The Principles<br />

and Practice of Medicine” (Golden, 2004)<br />

Figura 5: William Osler, Willliam Francis, H. A. Lafleur, y W. S. Thayer en el Johns Hopkins Hospital (agosto 1891).<br />

Figura 3: William Osler y Grace Revere Osler<br />

(Oxford, 1894).<br />

Figura 4: El Johns Hopkins Hospital (1889).<br />

Figura 6: “The Life of Sir William Osler” (Cushing, 1940).<br />

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54 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Figura 6: “The Life of Sir William Osler” (Cushing, 1940).<br />

Figura 8: La familia Osler, John y Thomas McCrae, el<br />

Dr. Gwyn, y la Srita. Nicholls (Murray Bay, 1904)<br />

Figura 7: “The Principles and Practice of Medicine” (Osler, 1892).<br />

Figura 9: "Patología Médica Fundamental y Práctica",<br />

XX edición en español (XXXX)<br />

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55<br />

Figura 14: Henry A. Christian (1876-1951) auscultando a<br />

un paciente, en 1935.<br />

Figura 10: El Instituto Rockefeller para la Investigación Médica (1912)<br />

Figura 15: William Osler revisando un paciente (1903)<br />

Figura 16: William Osler interogando a un alumno junto<br />

a la cama de un paciente<br />

Figura 11: El edificio de la "Biblioteca Welch" fundado en 1929. El "Instituto de Historia de la Medicina Johns<br />

Hopkins" funciona en el último piso (1940).<br />

Figura 17: “Aequanimitas”, tercera edición en español<br />

(Osler, 1942). Colección Alfredo P. Buzzi.<br />

Figura 12: Frederick T. Gates (1853-1929) Figura 13: John D. Rockefeller (1839-1937) en 1884.<br />

Figura 18: “Medicina Interna” (Rodolfo Pasqualini)<br />

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LITERATURA & MEDICINA<br />

56 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Por Lic. Isabel Del Valle<br />

Una cuestión<br />

demasiado personal<br />

La dimensión de lo monstruoso en la novela "Una cuestión<br />

personal", de Kenzaburo Oe.<br />

Lic. Isabel del Valle 1<br />

Cargada de intensidad dramática, la pluma de Kenzaburo Oe desgrana la odisea personal de un joven<br />

profesor ante el nacimiento de un hijo anormal, lo que lo enfrenta a sus limitaciones personales.<br />

Visión cruel de ese sufriente recorrido de tres días por los propios infiernos, donde el debate entre el<br />

querer y el deber, las expectativas y la frustración, la realidad y la fantasía, arrojan al protagonista a<br />

un abismo de angustia y temor que desnuda los claroscuros de la condición humana.<br />

Bird, profesor de inglés, llevaba<br />

una cenagosa existencia en el<br />

Japón contemporáneo. Casado<br />

desde hacía pocos años, transitaba sus<br />

días buscando algún equilibrio entre sus<br />

intereses personales y las demandas de su<br />

rol de marido.<br />

La inminente llegada de su primer hijo lo<br />

inquietaba. Tenía más miedo que ilusión. A<br />

los veintisiete años, se recibiría de padre con<br />

varias cuentas personales aún pendientes.<br />

Entre ellas, ese prometido viaje a África<br />

para el cual venía prolijamente reservando<br />

parte de sus ahorros. Curiosidad, ansias<br />

de libertad, necesidad de evasión, sea<br />

cual fuere el motivo, la idea del viaje lo<br />

embriagaba. Nada estimulante hallaba en<br />

su cotidianeidad doméstica.<br />

Intuía que con el nacimiento del bebé, se<br />

profundizaría aún más esa brecha entre<br />

los anhelos y las obligaciones. Nuevas<br />

restricciones, otras responsabilidades<br />

económicas, mayor demanda familiar,…<br />

todo parecía conspirar contra ese viaje<br />

legendario, que era su verdadera, y tal vez<br />

única ilusión.<br />

“Desde que me casé he estado en la jaula que<br />

significa la familia, pero hasta ahora siempre<br />

me pareció que la puerta permanecía abierta;<br />

el bebé a punto de llegar bien podría cerrarla<br />

definitivamente”.<br />

Sin embargo esos miedos anticipatorios<br />

poco tendrían que ver con el plan que la<br />

realidad le tenía destinado. La llegada de un<br />

niño “diferente” convulsionó su lánguida e<br />

indolente existencia.<br />

El médico no anduvo con vueltas a la<br />

hora de informarle. Había tenido un<br />

hijo anormal. Un bebé deforme. Tenía<br />

una protuberancia en la parte posterior<br />

del cráneo, un encefalocele. Mientras le<br />

explicaba, graficaba con ambas manos una<br />

especie de esfera que ubicó en la nuca.<br />

El impacto de la noticia lo demolió.<br />

El médico también le habló de “retrasos<br />

en el desarrollo intelectual, deficiencias o<br />

incapacidad visual, auditiva…”; tampoco<br />

fue optimista en su pronóstico. El bebé<br />

estaba condenado a una muerte inminente<br />

o, en el mejor de los casos, a una vida<br />

vegetativa.<br />

Esas palabras se incrustaron en sus<br />

tímpanos como espinas.<br />

Sabía que su hijo no se parecería a nada que<br />

haya antes visto. Pero ¿hasta dónde llegaría<br />

su monstruosidad?<br />

Bird hubiera querido huir en ese mismo<br />

momento. Pensó en extraviarse en esa<br />

maraña hospitalaria de corredores y<br />

escaleras… correr, correr, y no ver nunca a<br />

ese bebé; y si lo hallara, quizás ya sería un<br />

bebé moribundo o un bebé muerto.<br />

Repentinamente, su realidad se había<br />

salido de los rieles de todo lo esperable.<br />

Bird quería, simplemente, desaparecer…,<br />

del bebé deforme, de su mujer, de su vida,<br />

hasta de sí mismo.<br />

En ese escenario de angustia e incertidumbre,<br />

recurrió a sus refugios más<br />

seguros: la bebida y el sexo. La flecha del<br />

1<br />

Licenciada en Letras<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

57<br />

placer ardiente del alcohol podría alejarlo<br />

por unas cuantas horas de esa angustiante<br />

realidad. Esta vez sentía que no sólo<br />

necesitaba emborracharse, sino que su<br />

drama personal lo habilitaba a hacerlo. Con<br />

Himiko, antigua compañera de estudios,<br />

podría intentar despojarse de su propio<br />

pellejo en una cama. De esas dos sogas<br />

redentoras colgaba su desesperanza.<br />

La voz de la enfermera lo sacó de esos<br />

devaneos y lo condujo a la unidad de<br />

cuidados intensivos. La siguió por un<br />

laberinto de incubadoras. Allí observó a los<br />

bebés uno por uno. Pensó que estaba entre el<br />

rebaño más dócil del mundo. Aunque todos<br />

los recién nacidos tienen la misma cara, y<br />

aunque él no supiera aún cuál era su hijo,<br />

sabía que lo reconocería inmediatamente.<br />

El suyo era el bebé deforme.<br />

La enfermera se detuvo frente a una<br />

incubadora.<br />

Allí estaba, detrás del vidrio, ese “… bebé feo,<br />

de cara apretada, muy rosada, casi enrojecida.<br />

De su nuca salía una pelota de piel, vendada,<br />

con algunas zonas descubiertas de piel rosa,<br />

tensa, brillante. Era inocultable. Era un bebé<br />

anormal. Tenía los ojos cerrados como conchas<br />

de bivalvo y unos tubos de goma entraban<br />

por sus fosas nasales; la boca, abierta en un<br />

grito mudo con una mucosa interior de un<br />

perla rosáceo. Sólo el débil siseo del oxígeno le<br />

advertía que el niño vivía.”<br />

Bird cerró los puños con fuerza. Las uñas<br />

se incrustaron en sus palmas. Mordió sus<br />

labios hasta comenzar a sentir el sabor<br />

desteñido de la sangre.<br />

Su hijo era un monstruo innato. Esa imagen<br />

no se le borraría nunca. “Soy el papá del<br />

bebé de dos cabezas”.<br />

El impacto de la imagen bloqueó cualquier<br />

sentimiento de afecto, benevolencia o<br />

piedad. No pudo dedicarle una caricia ni<br />

siquiera, una palabra o una lágrima. Una<br />

daga de hielo se le había incrustado en<br />

la médula congelando sus movimientos.<br />

Enseguida supo que él no quería un hijo así.<br />

“Un bebé con la cabeza vendada. La imagen<br />

era tan devastadora que por momentos sentía<br />

que no podía retenerla en su mente, como<br />

cuando se intenta mirar el sol y la fortaleza<br />

de sus rayos enceguece. El tampoco podía<br />

recordar con precisión lo grotesco de esa<br />

cabeza. La imagen lo perturbaba a la vez que<br />

se le desdibujaba… eso le generaba una mezcla<br />

de alivio culpable y de un infinito temor. Pensó<br />

que quizá algún día la olvidaría por completo.”<br />

Al retirarse de la unidad de terapia<br />

intensiva, sintió llevarse clavados en su<br />

espalda los dedos punzantes de quienes lo<br />

señalaban como el padre del monstruo. Se<br />

sintió reducido, mínimo. El horror le había<br />

encogido el alma.<br />

Toda su humanidad había quedado<br />

arrinconada bajo una muda caparazón de<br />

la vergüenza. El nacimiento del bebé abría<br />

una nueva instancia vital en la que Bird<br />

quedaría expuesto a numerosas y difíciles<br />

transacciones internas.<br />

Su biografía había sido de golpe desgajada<br />

como un libro al que se le rompen las<br />

costuras. El hilo de su lógica biográfica se<br />

había cortado. Tenía la sensación que había<br />

sido escupido a una vida ajena donde le<br />

tocarían las jugadas más difíciles.<br />

Sin saberlo, ya había cruzado el peldaño<br />

inicial de su propia odisea: había conocido<br />

a su hijo. Se había enfrentado a la<br />

monstruosidad.<br />

Nadie está preparado para lidiar con lo<br />

monstruoso. Atemoriza, genera sentimientos<br />

repulsivos y sensación de caos.<br />

La monstruosidad se replica en la mente<br />

de quien ha estado expuesto a ella. Así<br />

Bird buscó parentesco imaginarios con los<br />

cuales vincular a su hijo.<br />

“Comparó al bebé, con sus dos cabezas, con<br />

imágenes de mutaciones por radioactividad.<br />

De sólo pensarlo, sentía en la garganta el calor<br />

de la vergüenza.”<br />

Quedó como suspendido ante ese<br />

objeto que, más allá de su tamaño<br />

real, imaginariamente lo excedía, lo<br />

sobrepasaba, amenazando su integridad<br />

y sembrando en él todo tipo de temores<br />

e inseguridades. La contemplación de lo<br />

temible lo introdujo en un pasadizo de<br />

angustia y violencia interna.<br />

“El bebé ya era un fantasma en su vida. Un<br />

fantasma que se había adueñado de él y que no<br />

lo liberaría ni siquiera después de su muerte.”<br />

Además ese fantasma activó en él<br />

el botón de la autodescalificación.<br />

Ya no se sentía el varón que había<br />

sido. A partir del nacimiento, su<br />

autovaloración se había resquebrajado.<br />

¿Cómo podía ser, que él, a su edad, no<br />

pudiera tener un hijo normal como todos?<br />

Una vez más la vergüenza, quemándole la<br />

garganta.<br />

El médico le sugirió el traslado al<br />

hospital universitario. “En casos como el<br />

de su hijo, algunos colegas son optimistas e<br />

intervienen…”.<br />

Una máscara de indignación se tatuó en<br />

su rostro. ¿Traslado?, ¿De qué me habla…?<br />

¿No es que está condenado a una muerte<br />

inminente o a una existencia puramente<br />

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58 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

vegetativa?<br />

“No podemos hablarle de tiempos y nadie<br />

puede ofrecer esperanzas; el niño está<br />

estable.” En su cabeza retumbaron esas<br />

palabras como dentro de un tambor de lata.<br />

Se indignó al saber que había algunos<br />

médicos dispuestos a operarlo. "Esos<br />

médicos pretendían probar sus conocimientos<br />

en el bebé y luego cargárselo a él por el resto<br />

de su vida.”<br />

Ahora que lo había visto, Bird tenía plena<br />

conciencia de cuán profunda era la ciénaga<br />

de la calamidad en que él y su esposa<br />

estaban metidos.<br />

Ahogado en su propia angustia, no le<br />

quedaba resquicio interno para pensar<br />

en su esposa. Ya vería qué le diría… tal vez<br />

fuera mejor hacer lo que su suegra le había<br />

sugerido.<br />

“Mejor no le digas nada, sospecharía y sería<br />

peor, mejor que crea que has llevado al bebé<br />

a una clínica de enfermedades cardíacas.<br />

Mañana le dices que el niño falleció, el<br />

corazoncito …”<br />

Sólo por un momento, Bird pensó en el<br />

niño.<br />

-Doctor, dígame, ¿sufre?, ¿sufre el bebé?<br />

-Bueno, depende de lo que usted entienda por<br />

sufrimiento. El bebé no ve ni oye. Apuesto a que<br />

los nervios del dolor no registran sensaciones.<br />

A Bird se le vino a la mente la imagen de un<br />

bebé-vegetal.<br />

Pero ese bebé vegetal nada tenía de<br />

inofensivo…. Desde su hermética inconsciencia,<br />

tenía la potestad de liberarlo o<br />

condenarlo de por vida. Bird se sentía su<br />

rehén.<br />

¿Podía él, a su edad, estar en manos de un<br />

ser vegetal, sin conciencia de sí, sin nombre<br />

si quisiera, y sin capacidad de sufrir? Eso lo<br />

desesperaba y lo llenaba de ira.<br />

“¿Eso significaría para mi esposa y yo, vivir<br />

el resto de nuestras vidas prisioneros de un<br />

vegetal…? ”.<br />

Ya no se trataba de promover la posible<br />

sobrevida del bebé, ahora estaba en juego<br />

su propia supervivencia como ser libre.<br />

A la vez se culpabilizaba por sentir así.<br />

El enfrentamiento padre –hijo ya estaba<br />

instalado. De una manera u otra, ambos<br />

estaban estableciendo su propia forma de<br />

vínculo: una relación especular en la que<br />

uno era el enemigo del otro.<br />

En Bird, comenzaba a emerger su<br />

monstruosidad interior.<br />

El niño nunca sería normal, ya se lo había<br />

dicho el médico; lo único que quedaba era<br />

esperar su muerte. Espontánea o inducida.<br />

Pero, ¿a quién planteárselo y cómo? No<br />

se animaba a expresarlo con la misma<br />

brutalidad con que lo sentía.<br />

“ El bebé ha mostrado algunas fallas<br />

respiratorias pero está vivo… Bird evitó<br />

hacer preguntas. No quería sostener ninguna<br />

conversación. No quería estar en situación<br />

de que alguien lo mirara a los ojos. Se sentía<br />

despreciable. Se dio cuenta que toda su vida<br />

ahora dependía de ese llamado que le avisara<br />

que el niño había muerto. Mientras eso no<br />

ocurriera, sentiría la misma incertidumbre que<br />

el condenado a muerte durante el aplazamiento<br />

de la pena. “<br />

Le horrorizaba descubrirse programando<br />

la muerte de su bebé recién nacido.<br />

Nunca hubiera imaginado semejante<br />

monstruosidad moral dentro de sí. Hasta<br />

llegó a sentir asco de sí mismo. La culpa le<br />

tapaba los poros.<br />

Pero en algo no cambiaba: no quería un<br />

bebé así. Se reconocía profundamente<br />

incapaz de enfrentar la paternidad en estas<br />

condiciones y renunciar a su libertad era un<br />

costo moral demasiado alto. Pero, ¿a costa<br />

de desear su muerte?<br />

“Un monstruo le haría la vida imposible. Sintió<br />

un mezquino arrebato de autodefensa, una<br />

grosera necesidad de tenerse que liberar de ese<br />

bebé que ahora parecía estar atacándolo desde<br />

de la incubadora. Tenía las manos sudorosas<br />

y un oído sordo por el tumulto de la sangre<br />

que se le arremolinaba. La vergüenza lo hizo<br />

lagrimear.”<br />

Promover activamente su muerte, no era<br />

lo mismo que el bebé muriera por causas<br />

naturales. Una infección respiratoria, una<br />

falla cardíaca, algo común en niños tan<br />

lábiles, por qué no le podría pasar al suyo?<br />

Si eso ocurriera, se sentiría más aliviado<br />

moralmente.<br />

“Que se debilite y muera…fue casi su<br />

imploración. Allí sintió el latigazo de la<br />

repugnancia y el repudio por sus pensamientos.<br />

No podría sostener la carga que significa un<br />

bebé vegetal. Y no podía pedirle a los médicos<br />

que …, no, no debía… ¿Qué les diría?, ¿qué no lo<br />

alimenten? ¿qué le den una mezcla falsa? Si al<br />

menos muriera por enfermedad, él no sentiría<br />

culpa, sería casi como la evolución natural,<br />

aunque él tenía la culpa de haberlo pensado.<br />

Reconocía su lógica egoísta: dejarle el trabajo<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

59<br />

sucio al médico y compadecerse luego de<br />

si mismo, considerándose víctima de esta<br />

tragedia repentina. La vergüenza reaparecía<br />

en su interior.” .<br />

Su interioridad oscilaba entre el deber moral<br />

y el querer; entre la realidad opresiva y el afán<br />

de evasión. La opresión que le generaba la<br />

idea de quedar anclado a un niño enfermo,<br />

no le permitió ni siquiera imaginar el dolor<br />

que le podría producir su muerte.<br />

Bird pensó qué significado tenía la muerte y<br />

la vida en un bebé como el suyo.<br />

“Una vida procedente de la oscuridad eterna<br />

y que se mantuvo latente durante nueve<br />

meses en la oscuridad fetal, conoció sólo unas<br />

crueles horas de adversidad para descender<br />

definitivamente a la oscuridad eterna. Repasó<br />

la desgracia de su hijo y pensó que la muerte<br />

de un bebé vegetal que sólo tiene funciones<br />

vegetativas y sin sufrimiento…<br />

¿ qué podía implicar la muerte de un bebé así?, o<br />

¿la vida de un bebé así? Evidentemente un feto<br />

no tiene conciencia, se acurruca formando una<br />

bola y existe en un mundo oscuro y mucoso.<br />

Luego sale al mundo exterior donde todo es<br />

seco, frio, duro. Pero para el bebé vegetal esa<br />

instancia no son más que unas pocas horas<br />

para volver a la nada.”<br />

Sin hallar respuestas racionales ante tanta<br />

arbitrariedad, las buscó en la trascendencia.<br />

“Si existe un juicio final, ¿en qué categoría de<br />

muertos se ubica y se juzga a un bebé muerto<br />

antes de nacer?¿Qué juez da este veredicto?”<br />

Mientras seguía sumergido en sus debates<br />

de conciencia, las costas africanas se le<br />

alejaban cada vez más…..En la incubadora<br />

del hospital, el niño se mantenía estable.<br />

Nunca se animó a hablar con los médicos de<br />

las sensaciones que su hijo le generaba. Ellos<br />

sólo veían en el niño un buen caso de estudio.<br />

“Si mi esposa ha tenido un bebé anormal no<br />

es culpa nuestra. No soy tan malvado como<br />

para estrangularlo ni tan bueno como para<br />

remover cielo y tierra en pos de que viva a<br />

cualquier precio. Lo único a mi alcance es<br />

desearle una muerte natural. Aún, si cuando<br />

todo haya terminado, me sentiré una rata de<br />

alcantarilla.“<br />

En esa encrucijada dilemática, su situación<br />

trascendía la esfera de lo privado.<br />

Su alivio, ¿permitiría que aflore en su rostro<br />

alguna huella de tristeza? ¿Cuántos padres<br />

en su situación pensarían lo mismo? Y su<br />

mujer, ¿le creería que la muerte se debió a<br />

fallas cardíacas? Por momentos, se sentía<br />

una especie de monstruo social.<br />

A tres días del nacimiento, la inseguridad<br />

se extendía a otras áreas de su vida….Su<br />

apetito sexual se debilitó. La apelación<br />

erótica del cuerpo femenino se convirtió<br />

en temor y evitación. La amenaza del<br />

embarazo debilitaba su pulsión sexual.<br />

Esas mismas cavidades rosadas que solían<br />

contenerlo voluptuosamente, también<br />

tenían la capacidad de albergar monstruos.<br />

Había algo de siniestra oscuridad en el<br />

cuerpo de la mujer, que ahora lo volvía<br />

temible. Algo de monstruosidad se alojaba<br />

en sus entrañas. A Bird le resultaba muy<br />

difícil resignificar esa geografía.<br />

Nada anunciaba la posible muerte del niño.<br />

Bird fue quedando arrinconado en las<br />

cuerdas de sus dos únicas opciones, "…o lo<br />

estrangulo con mis propias manos, o lo acepto<br />

y lo crío. Lo sé desde el principio, pero no he<br />

tenido ese valor para aceptarlo.".<br />

Planteárselo en firme ponía en relieve la<br />

contracara del dilema: hacerse cargo de<br />

su responsabilidad. Recordó entonces las<br />

palabras del médico: "Si lo operamos, hay<br />

algunas probabilidades de que crezca con<br />

normalidad, no es seguro, pero también hay<br />

un alto riesgo de que su coeficiente intelectual<br />

sea muy bajo.”<br />

Aceptar la cirugía ya era en sí mismo un acto<br />

reivindicatorio. El peso de su monstruosidad<br />

moral le estaba encorvando el alma.<br />

En esa puja entre el deber y la<br />

responsabilidad, decidió - en pleno<br />

ejercicio de su libertad de elección-,<br />

hacerse cargo del niño y ofrecerle alguna<br />

posibilidad de vida. Con esta decisión,<br />

logró emerger de sus infiernos personales<br />

liberándose así de la perturbadora vivencia<br />

de monstruosidad interior.<br />

Una cuestión personal, es mucho más que<br />

un relato de ficción. Es la epopeya personal<br />

de Kenzaburo Oé ante el nacimiento de su<br />

propio hijo, Hikari, con hidrocefalia.<br />

"Hikari sufrió una operación de vida o muerte;<br />

había que extirparle un bulto de color rojo<br />

brillante, tan grande como una segunda<br />

cabeza, adherido a la parte posterior de su<br />

cráneo".<br />

Su posterior discapacidad mental irreversible,<br />

los ataques epilépticos, las<br />

limitaciones visuales y motoras entregaron<br />

a Oe a un proceso interior de aceptación,<br />

tolerancia y entrega amorosa. Su<br />

convivencia con la deformidad fue un tema<br />

rector de su vida y de su narrativa.<br />

Bird heredó ficcionalmente esa textura<br />

ética de Oé, pudiendo reorientar su vida en<br />

la integración y acompañamiento de su hijo<br />

con severa discapacidad. ●<br />

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Arte & Medicina<br />

60 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

La representación de la cirrosis en<br />

"El Juicio Final" (El Bosco, 1508)<br />

El Renacimiento artístico en el norte de Europa se caracterizó por el dominio de la pintura al óleo con<br />

una minuciosa atención al detalle, y sus motores fueron la reforma religiosa, el retorno a los antiguos<br />

valores cristianos y la revuelta contra la autoridad de la Iglesia.<br />

Durante los siglos XV y XVI se<br />

produjo un amplio movimiento<br />

cultural en Europa Occidental<br />

cuyos principales exponentes se hallaron<br />

en el campo de las artes, aunque también<br />

se produjo una renovación en las ciencias,<br />

tanto naturales como humanas. Este<br />

Renacimiento se inició y se desarrolló en<br />

Italia.<br />

También los artistas del resto de Europa<br />

occidental aspiraron a dar un mayor<br />

realismo a su obra. Si los italianos lo<br />

lograron mediante el estudio de las obras<br />

clásicas, la anatomía y la perspectiva, el<br />

arte creado fuera de Italia lo hizo gracias<br />

al dominio de la pintura al óleo con una<br />

minuciosa atención al detalle. El siglo XVI<br />

anunció una nueva era para la pintura en<br />

Holanda y Alemania. Los artistas del norte<br />

recibieron la influencia de las grandes<br />

innovaciones del sur, y muchos artistas<br />

viajaron a Italia para estudiar. Así, la<br />

preocupación del Renacimiento por llevar<br />

la ciencia moderna y la filosofía al arte<br />

también resultó evidente en el norte. Sin<br />

embargo, hubo una diferencia en el punto<br />

de vista de las dos culturas. En Italia el<br />

motor del cambio fue el humanismo, con su<br />

énfasis en el restablecimiento de los valores<br />

de la antigüedad clásica. En el norte, este<br />

cambio fue provocado por otra serie de<br />

preocupaciones: la reforma religiosa, el<br />

retorno a los antiguos valores cristianos y<br />

la revuelta contra la autoridad de la Iglesia.<br />

La vida del Bosco<br />

Jeroen van Aken (figura 1) nació en 1450<br />

en la ciudad flamenca de Hertogenbosch,<br />

habitualmente llamada Den Bosch y en<br />

español Bolduque.<br />

Su familia, los van Aken, procedía originalmente<br />

de la ciudad alemana de Aquisgrán,<br />

la residencia favorita de Carlomagno y más<br />

tarde el lugar de coronación de los reyes<br />

alemanes. La familia van Aken se dedicaba<br />

a la pintura desde tres generaciones atrás.<br />

El apellido familiar se escribía de forma<br />

arcaica "van Aeken". Aeken es, en dialecto<br />

centroalemán, el nombre de la ciudad de<br />

Aquisgrán, de modo que el antiguo apellido<br />

indicaba el viejo lugar de origen de la<br />

familia (figura 2). Su padre fue Anthonis<br />

van Aken, su abuelo Jan van Aken y su<br />

hermano mayor Goossen van Aken. Al ser<br />

pintores, y según el sistema medieval de<br />

estamentos, formaban parte del respectivo<br />

gremio.<br />

Nada se sabe de su primera formación<br />

artística, pero puede suponerse que<br />

aprendió en el taller familiar dedicado<br />

a la pintura al fresco, a dorar esculturas<br />

de madera y a la producción de objetos<br />

sagrados, trabajando especialmente para<br />

la catedral de la ciudad. Su obra presenta<br />

influencias de pintores de la escuela<br />

alemana (Martin Schongauer, Matthias<br />

Grünewald y Albrecht Durero). Muerto<br />

su padre en 1478, los dos hermanos<br />

continuaron con el negocio. Pero el<br />

hermano mayor era el único con derecho<br />

para usar gremialmente el apellido van<br />

Aken o cualquiera de sus variantes. Por<br />

lo tanto, Jeroen (ó Jheronimus) utilizó el<br />

nombre Bosch derivado del nombre de su<br />

ciudad natal en neerlandés (Den Bosch). En<br />

nuestra lengua, es conocido como El Bosco.<br />

Latinizó también su nombre y firmó como<br />

Hieronymus en lugar de Jeroen (figura 3).<br />

En 1481 se casó con Aleid van de<br />

Meervenne, hija de un rico comerciante<br />

burgués, que aportó como dote algunos<br />

terrenos situados en Oorschot y le facilitó<br />

el ascenso social a la alta burguesía urbana.<br />

Esto le permitió una mayor libertad para<br />

elegir los temas de sus obras.<br />

En 1486 ingresó en la "Illustre Lieve Vrouwe<br />

Broederschap" ("Ilustre Hermandad de<br />

Figura 1: El Bosco en1550, por Jacques Le Boucq.<br />

Figura 2: Ubicación de Aecken, la ciudad de origen de la<br />

familia del Bosco.<br />

Figura 3: La firma del Bosco.<br />

Figura 4: Tomás de Kempis (1380-1471).<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

61<br />

Nuestra Señora"), corporación de gran<br />

prestigio e influencia a la que ya pertenecía<br />

su esposa. Esta cofradía era una asociación<br />

de laicos dedicados al culto de la Virgen y a<br />

obras de caridad, y también se involucraba<br />

en representaciones sagradas. Le sirvió<br />

para cultivarse artística y culturalmente.<br />

El Bosco parece enmarcarse en una<br />

corriente mística pre-reformista, que<br />

arranca en la obra del dominico alemán<br />

Eckardt, difundida en los Países Bajos por<br />

el predicador Gerard Groote, iniciador<br />

del "Devotio moderna", un movimiento<br />

religioso de la Baja Edad Media relacionado<br />

con el humanismo cristiano (una mezcla<br />

de humanismo y cristianismo), corriente<br />

en la que sin duda se movía la citada<br />

confraternidad.<br />

Entre 1500 y 1504 no hay documentos<br />

referentes al Bosco. Es probable que en<br />

estos años el artista hiciera un viaje a<br />

Italia y permaneciera en Venecia, pues en<br />

esta ciudad existen diversas obras suyas<br />

en colecciones privadas datadas de los<br />

primeros decenios del siglo XVI. Por otro<br />

lado, a partir de estos años, el estilo del<br />

Bosco cambia hacia uno más renacentista,<br />

con figuras monumentales situadas en<br />

espléndidos paisajes.<br />

Durante los años siguientes debió de<br />

continuar trabajando en su ciudad natal<br />

hasta su muerte. El 9 de agosto de 1516<br />

se celebraron solemnes exequias por el<br />

pintor en la capilla de Nuestra Señora,<br />

perteneciente a la confraternidad, por lo<br />

que se supone que si no murió en la ciudad<br />

(no hay documentos) al menos sí fue<br />

enterrado en ella.<br />

La pintura del Bosco<br />

Sus figuraciones y técnicas son notablemente<br />

diferentes de las empleadas por<br />

otros maestros flamencos. Técnicamente<br />

pintaba “alla prima”, es decir, con la primera<br />

pincelada sobre el lienzo y aplicando<br />

nuevas capas de pintura sobre otras todavía<br />

húmedas. Sin embargo, el análisis de cada<br />

una de sus obras demuestra que hacía un<br />

concienzudo y detallado proyecto antes de<br />

la ejecución. Innovó también en la gama de<br />

colores, con tonalidades más contrastadas<br />

y atrevidas.<br />

En cuanto a la figuración, el Bosco se<br />

destaca por representar a personajes santos<br />

como sujetos comunes y vulnerables,<br />

haciéndolos queridos por empatía (muy<br />

distinto en esto a Van Eyck y en cambio<br />

muy similar a Matthias Grünewald).<br />

Prácticamente todos los personajes que<br />

representa tienen algo de caricatura.<br />

En sus obras abunda el sarcasmo, lo<br />

grotesco y una imaginación onírica. Una<br />

de las explicaciones para esto es que el<br />

Bosco aún se encuentra imbuido por una<br />

cosmovisión medieval repleta de creencias<br />

en la brujería, la alquimia, la magia, los<br />

bestiarios, las hagiografías, etc. Además, en<br />

el 1500 abundaron rumores apocalípticos.<br />

Esto influye para que el pintor intente<br />

desde sus obras dar un mensaje moralista,<br />

pero no desde un moralismo pacato sino,<br />

por el contrario, satírico. Por un lado tiene<br />

mucho de medieval, pero por otro anticipa<br />

el humanismo de la Edad Moderna.<br />

Tanto en las pinturas de asuntos religiosos<br />

como en las de temas profanos introdujo<br />

todo un mundo de seres, tanto normales<br />

como monstruosos, presentados en<br />

actitudes expresivas. La complejidad<br />

de los símbolos que utiliza dificulta a<br />

menudo la comprensión de sus obras. Su<br />

universo de desbocada imaginación está<br />

poblado de figuras fantásticas que parecen<br />

surgidas de una pesadilla infernal. Podría<br />

ser considerado como un antecedente<br />

temprano del surrealismo. Sin embargo,<br />

el Bosco es un minucioso observador de la<br />

realidad, con gran talento de dibujante.<br />

Su fantasía burlesca sedujo a muchos<br />

aficionados, sobre todo en España, donde<br />

fue objeto de gran aprecio. Felipe de<br />

Guevara y el padre Sigüenza escribieron<br />

los primeros comentarios críticos que se<br />

conocen sobre el Bosco. El rey Felipe II<br />

(1527-1598), que sacó a España de la Edad<br />

Media y la introdujo en el Renacimiento,<br />

fue un admirador de la obra de El Bosco y<br />

reunió una gran colección de sus pinturas,<br />

lo que explica la relativa abundancia actual<br />

de pinturas de este maestro en España.<br />

Ha influido en pintores casi contemporáneos<br />

suyos, tales como Pieter Brueghel<br />

el Viejo y Pieter Huys. Es notorio su influjo<br />

en expresionistas como James Ensor, o surrealistas<br />

como Max Ernst y Dalí.<br />

La principal protagonista de sus cuadros es<br />

la Humanidad, que incurre en el pecado y<br />

es condenada al infierno. La única vía que<br />

parece sugerir el artista para redimirse<br />

se encuentra en las tablas con vidas de<br />

santos que, dedicados a la meditación,<br />

deben ser modelo de imitación, aunque<br />

estén rodeados por el Mal. Su estilo cambia<br />

en los últimos años de su actividad, pintando<br />

cuadros con un menor número<br />

de figuras, pero de mayor tamaño, que<br />

parecen sobresalir del cuadro y acercarse al<br />

observador.<br />

Si bien también pintó obras bastante<br />

tradicionales, El Bosco fue el creador de<br />

algunas de las escenas más fantásticas<br />

e imaginativas de la historia del arte. El<br />

mundo que describe está plagado de figuras<br />

grotescas y horripilantes que encarnan el<br />

temor por el infierno que atormentaba la<br />

mente medieval.<br />

"El Juicio Final"<br />

El significado del arte del Bosco se puede<br />

apreciar plenamente sólo en el contexto<br />

de un importante tema medieval: el Juicio<br />

Final. En el día del juicio se celebra el acto<br />

final de la larga y turbulenta historia de la<br />

humanidad, que se inició con la caída de<br />

Adán y Eva y su expulsión del Paraíso. Es<br />

el día en el que los muertos se levantarán<br />

de sus tumbas y en el que Cristo vendrá<br />

por segunda vez para juzgar a todos los<br />

hombres, recompensando a cada uno<br />

según sus méritos. Como Cristo mismo<br />

predijo (Evangelio de San Mateo 25:34,41),<br />

los elegidos podrán disfrutar de la dicha<br />

Figura 5: "De imitatione Christi", de Tomas de Kempis<br />

(edición de 1505, Utrecht).<br />

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62 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Figura 6: Sebastian Brant (1457-1521), por Durero.<br />

Figura 7: El tríptico "El Juicio Final" cerrado, con<br />

Santiago el Mayor a la izquierda y San Bavón a la<br />

derecha.<br />

eterna preparada para ellos, mientras que<br />

los culpables serán condenados al "fuego<br />

eterno preparado para el diablo y sus<br />

ángeles". El tiempo cesará y comenzará la<br />

eternidad.<br />

La preparación para este día final fue una<br />

de las principales preocupaciones de la<br />

Iglesia medieval. Se enseñó a los fieles qué<br />

conducta les permitiría ser contados entre<br />

los santos y se advirtió a los reincidentes<br />

y malhechores del terrible castigo que les<br />

esperaba si no lograban reformarse.<br />

La opinión de la mayoría está representada<br />

por el canónigo agustino alemán Tomás<br />

de Kempis (figura 4), quien en su obra<br />

"La imitación de Cristo" (figura 5), el libro<br />

católico más editado en el mundo después<br />

de la Biblia, le dice a sus lectores que "es<br />

bueno que, si el amor de Dios no te detiene de<br />

pecar, el temor del infierno, al menos, debería<br />

contenerte". Así, en innumerables libros y<br />

sermones, fueron descritos con detalles<br />

escabrosos los interminables tormentos que<br />

sufrirían los condenados. Las meditaciones<br />

acerca del Juicio Final y el Infierno jugaron<br />

un papel importante en varios ejercicios<br />

espirituales, incluyendo los de la "Devotio<br />

Moderna" a la que pertenecía el Bosco.<br />

Los terrores por el Juicio Final se intensificaron<br />

por la sensación general de su<br />

inminencia. Siempre había habido profetas<br />

que insistían en que el mundo se acercaba<br />

a su fin, pero la sensación de muerte<br />

inminente creció particularmente a finales<br />

del siglo XV. Para el humanista alsaciano<br />

Sebastian Brant (figura 6), los pecados de<br />

la humanidad se habían multiplicado hasta<br />

el punto de que el Juicio Final debería estar<br />

al alcance de la mano. Otros escritores<br />

representaban el mundo en el umbral de su<br />

edad final, en el que las profecías descritas<br />

en el Apocalipsis de San Juan pronto<br />

sucederían. Plagas, inundaciones y otros<br />

desastres naturales eran considerados como<br />

manifestaciones de la ira de Dios y los<br />

acontecimientos políticos de la época eran<br />

examinados buscando signos del último<br />

emperador y del Anticristo.<br />

En 1499, un astrólogo alemán afirmó que<br />

el mundo sería destruido por un segundo<br />

diluvio el 25 de febrero de 1524. En 1515,<br />

Albrecht Durero hizo una acuarela donde<br />

representó su famoso sueño en el que vio<br />

la catástrofe final provocada por enormes<br />

columnas de agua que chocaban a la tierra.<br />

Poco antes, Leonardo da Vinci hizo<br />

dibujos de ciudades enteras arrasadas por<br />

inundaciones.<br />

Sin embargo, en ninguna parte esta ansie-<br />

Figura 8: El tríptico "El Juicio Final" abierto. El panel derecho representa la caída del hombre, el panel central representa el Juicio Final, y el panel izquierdo representa el Infierno.<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

63<br />

Figura 10: Detalle del panel izquierdo de "El Juicio Final": la creación de Eva.<br />

Figura 9: El panel izquierdo de "El Juicio Final".<br />

dad de la época tuvo una expresión más<br />

vívida que en el imponente tríptico "El Juicio<br />

Final" del Bosco, la más grande de sus obras<br />

conservadas. La pintó entre 1504 y 1508, y<br />

hoy pertenece al Museo de Historia del Arte<br />

de Viena.<br />

Se considera que este tríptico junto con<br />

“El Carro de Heno” (1500-1502) y “El Jardín<br />

de las Delicias” (1503-1505) ofrecen el<br />

desarrollo casi completo de la historia de<br />

la cristiandad, desde el Paraíso hasta el<br />

Infierno, según la admonición formulada<br />

en la "Devotio Moderna", para que los<br />

cristianos observaran la vida que llevan<br />

en la tierra e intentaran mejorar, con fe<br />

e imitando a Cristo. En un inventario de<br />

1659 aparece en la galería del archiduque<br />

Leopoldo Guillermo de Austria. A finales<br />

del siglo XVIII lo compró el conde Lamberg-<br />

Spritzenstein. Por medio de un legado pasó<br />

a formar parte de la Gemäldegalerie (galería<br />

de pinturas) de la Academia de Bellas Artes<br />

de Viena. En los siglos XVII y XVIII fue<br />

restaurado y repintado, de manera que se<br />

perdió bastante del color original.<br />

Cuando el tríptico está cerrado, se ven<br />

sobre las tapas las figuras de dos santos: a la<br />

izquierda, Santiago el Mayor y a la derecha,<br />

san Bavón (figura 7). Están pintados con<br />

grisalla (una técnica pictórica basada en<br />

una pintura monocroma que produce la<br />

sensación de ser un relieve escultórico)<br />

sobre tabla. Abajo de ellos hay dos escudos<br />

vacíos. Las figuras están ejecutadas con una<br />

firmeza distinta a la vibrante pincelada de<br />

las grisallas del Bosco, por lo que se cree<br />

que las ejecutó un copista sobre dibujos del<br />

pintor.<br />

Santiago el Mayor está representado como<br />

un peregrino que deambula por un mundo<br />

lleno de maldad, pudiéndose observar<br />

a la izquierda un ciego y un paralítico.<br />

A la derecha hay una pelea y detrás un<br />

ahorcado, que podría hacer referencia a<br />

un milagro del santo, según La Leyenda<br />

Dorada, en la que se dice que resucitó a<br />

un ahorcado acusado de un crimen que no<br />

había cometido.<br />

Por su parte, san Bavón, protector de<br />

Flandes, está representado como un joven<br />

caballero. En la muñeca izquierda tiene<br />

un halcón. Antes de entrar a un convento,<br />

Bavón repartió sus bienes entre los pobres,<br />

aquí representados por pordioseros y<br />

tullidos. La vieja de perfil con un niño en<br />

los hombros aparece en un dibujo atribuido<br />

al Bosco, que se conserva en una colección<br />

particular de San Francisco.<br />

Pero a pesar del panorama sombrío y<br />

amenazante a través del cual se mueve<br />

Santiago, ni este panel ni su compañero<br />

nos prepara para las escenas apocalípticas<br />

que se desarrollan en su interior. En<br />

los tres paneles interiores aparecen las<br />

Primeras y las Últimas cosas. En ellos El<br />

Bosco representa su trágica visión de la<br />

existencia humana, cada vez más trágica<br />

por el triunfo del pecado. El panel izquierdo<br />

representa la caída de los ángeles rebeldes,<br />

la creación de Eva a partir del costado de<br />

Adán, la tentación, el pecado y la expulsión<br />

del paraíso. El panel central del tríptico<br />

representa el Juicio Final y los siete pecados<br />

capitales, mientras que la vista interior del<br />

panel derecho muestra sus consecuencias:<br />

el exilio en el Infierno (figura 8).<br />

El panel izquierdo muestra la historia que<br />

se relata en el segundo y tercer capítulos<br />

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64 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Figura 11: Detalle del panel izquierdo de "El Juicio Final":<br />

la tentación de Adán y Eva.<br />

Figura 15: El políptico "El Juicio Final" (Roger van der Weyden, 1445–1449), acualmente en el Hospices de Beaune,<br />

Francia.<br />

Figura 12: Detalle del panel izquierdo de "El Juicio<br />

Final": la expulsión de Adán y Eva del Paraíso.<br />

Figura 13: Detalle del panel izquierdo de "El Juicio<br />

Final": la expulsión del cielo de los ángeles rebeldes.<br />

Figura 16: El panel central de "El Juicio Final".<br />

Figura 14: Roger van der Weyden (1400-1464), el pintor<br />

más célebre e influyente de la escuela flamenca en el<br />

período gótico.<br />

Figura 17: Detalle del sector superior del panel central de "El Juicio Final": el Tribunal Divino con las pocas almas que<br />

se han salvado. El resto está ocupado por un cataclismo universal (ver figura 16)<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

65<br />

del Génesis, que ha sido ambientada en<br />

un exuberante jardín (figura 9). En el<br />

primer plano vemos la creación de Eva,<br />

que acaba de salir del costado de Adán<br />

(figura 10). Detrás está la tentación de<br />

la primera pareja, junto al árbol de las<br />

manzanas prohibidas (figura 11). A media<br />

distancia, son llevados fuera del Edén por<br />

un ángel (figura 12). La expulsión de Adán<br />

Figura 18: Albretch Durero (1471-1528), autorretrato<br />

de 1498. Es el artista más famoso del Renacimiento<br />

alemán.<br />

Figura 19a: "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis" (Durero,<br />

1498)<br />

y Eva del Paraíso tiene su paralelismo<br />

más arriba en la expulsión del cielo de los<br />

ángeles rebeldes, que se transforman en<br />

monstruos a medida que descienden a la<br />

tierra (figura 13). Aunque la rebelión de<br />

Lucifer y sus seguidores no se menciona<br />

en el Génesis, aparece en leyendas judías y<br />

entró en la doctrina cristiana en una edad<br />

temprana. Ellos fueron los ángeles que<br />

pecaron y cuyo príncipe hizo pecar a Adán.<br />

Se creía, además, que Adán y Eva habían<br />

sido creados por Dios con el fin de que sus<br />

descendientes pudieran cubrir los puestos<br />

dejados vacantes por los ángeles caídos.<br />

Así, en este panel El Bosco representa la<br />

entrada del pecado en el mundo y explica la<br />

necesidad del Juicio Final.<br />

La inclusión de la caída de Adán y Eva<br />

en una representación del Juicio Final es<br />

inusual. Los otros dos paneles del tríptico,<br />

en cambio, sí se basan en la iconografía<br />

tradicional. Generalmente, al Cielo se le<br />

asignaba el papel principal en el drama<br />

escatológico. Como ocurre en el retablo<br />

de Roger van der Weyden (figura 14), se<br />

destacaba el acto mismo del Juicio (figura<br />

15). Los juzgados son relegados a posiciones<br />

de importancia secundaria (yendo hacia<br />

la derecha del cuadro) y la felicidad de<br />

los salvados se describe con el mismo<br />

detalle que el dolor de los condenados<br />

(yendo hacia la izquierda del cuadro).<br />

Sin embargo, en la versión del Bosco, se<br />

enfatiza el pecado. Como se observa en<br />

el panel central (figura 16), el Tribunal<br />

Figura 19b: "El Quinto y el Sexto Sellos" (Durero, 1498)<br />

Divino aparece pequeño e insignificante<br />

en la parte superior y muy pocas almas<br />

están contadas entre las salvadas (figura<br />

17). Aparece Jesucristo juez, que está<br />

apoyado sobre un arco iris, mientras a<br />

los lados, sobre nubes, están la Virgen<br />

María y San Juan Bautista con un exiguo<br />

número de elegidos. A diferencia de otras<br />

representaciones del Juicio Final, como la<br />

de Roger van der Weyden, en las que justos<br />

y pecadores están más igualados, aquí<br />

predomina el número de los condenados,<br />

que sufren diversos castigos, sin dejar<br />

casi espacio para los bienaventurados. La<br />

mayoría de la humanidad ha caído en el<br />

cataclismo universal, que hace estragos en<br />

todo el paisaje: ha triunfado el pecado.<br />

Esta vasta pesadilla panorámica representa<br />

la tierra en sus últimos estertores, que no<br />

es destruida por el agua, como imaginaban<br />

Durero y Leonardo, sino por el fuego<br />

anunciado en un himno del siglo XIII, "Dies<br />

lrae" ("Día de Ira"), el día en que el mundo<br />

se disuelve en cenizas incandescentes.<br />

El Bosco fue probablemente influenciado<br />

por el relato de los últimos días dados en la<br />

Revelación de San Juan, un libro que gozó<br />

de una popularidad renovada a finales<br />

del siglo XV, cuando fue ilustrado por<br />

Albretch Durero (figura 18) en su célebre<br />

"Apocalipsis" de 1498 (figura 19a y 19b),<br />

considerada la obra maestra del autor en<br />

el campo del grabado. El amplio valle que<br />

domina el panel central puede representar<br />

al Valle de Josafat, donde, según varias<br />

referencias del Antiguo Testamento (Libro<br />

de Joel 4:2,12 ), ocurriría el Juicio Final. Al<br />

fondo, se observan las paredes de Jerusalén<br />

ardiendo.<br />

La tierra se muestra indistinguible del<br />

Infierno, el que se representa en el panel<br />

derecho. Este panel presenta perfecta<br />

continuidad con el panel central, tanto en<br />

cromatismo como en contenido, pues en la<br />

visión del Bosco el infierno no es más que<br />

una extensión del Juicio universal.<br />

En el panel derecho, los ejércitos de<br />

Satanás caen como enjambres para atacar a<br />

los condenados: la eternidad de tormentos<br />

ha comenzado (figura 20). El Bosco es<br />

el supremo maestro de lo macabro. La<br />

representación del infierno muestra hasta<br />

qué punto llega la siniestra e inolvidable<br />

imaginación de este artista. Lo ubica en una<br />

atmósfera de oscuridad y de fuego. El fondo<br />

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66 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

es una escena catastrófica de edificios en<br />

llamas y de pánico. Los primeros planos<br />

están llenos de escenas de angustia y de<br />

humillación minuciosamente definidas. Se<br />

repiten aquí los incendios de estructuras,<br />

tan típicos de la obra del Bosco (pueden<br />

verse similares igniciones en el panel<br />

derecho de "El carro del heno", así como en el<br />

lateral derecho de "El jardín de las delicias").<br />

Son edificios incendiados en los que se<br />

ve que el fuego viene desde abajo, como<br />

inspirándose en las entonces modernas<br />

armas de pólvora o explosiones, con lo que<br />

los infiernos que pinta el Bosco acaban<br />

pareciendo lugares de confrontación<br />

militar.<br />

Figura 22: Detalle del panel derecho de "El Juicio Final".<br />

A pesar de que los acontecimientos (sádicos,<br />

humorísticos, hasta de naturaleza<br />

soez) están diseminados a través de todo el<br />

cuadro, la rigurosa composición del Bosco<br />

logra que no se produzca la sensación de<br />

amontonamiento. Por la forma en que<br />

están presentados podemos distinguir cada<br />

particular agonía de los condenados. Esta<br />

obra se puede leer como una advertencia.<br />

A pesar de todo su horroroso ingenio, su<br />

descripción del infierno es esencialmente<br />

seria.<br />

Los místicos afirmaron que el dolor más<br />

grave sufrido por los condenados en<br />

el infierno era el conocimiento de que<br />

estarían siempre privados de la vista de<br />

Dios. Para la mayoría de la gente, sin<br />

embargo, los tormentos del infierno<br />

eran principalmente corpóreos y tan<br />

intensos que, como lo expresa un sermón<br />

medieval, “los dolores de esta vida<br />

parecen un bálsamo en comparación con<br />

ellos”. También para el Bosco la agonía<br />

del infierno es principalmente física:<br />

los cuerpos pálidos y desnudos de los<br />

condenados son mutilados, roídos por<br />

las serpientes, consumidos en hornos<br />

ardientes y encarcelados en los diabólicas<br />

máquinas de tortura. La variedad de los<br />

tormentos parece infinita. En el panel<br />

central, un hombre se cocina lentamente<br />

en un asador, rociado por una pequeña<br />

criatura fea de cara azul con un vientre<br />

hinchado (figura 21). Cerca, un demonio<br />

femenino de ropas rojas ha rebanado a su<br />

víctima y la cocina en una sartén, como si<br />

fuese un trozo de jamón, para acompañar a<br />

los huevos que están a sus pies (figura 21).<br />

En el panel derecho, un concierto infernal<br />

es llevado a cabo por un monstruo de rostro<br />

Figura 20: El panel izquierdo de "El Juicio Final".<br />

Figura 21: Detalle del panel central de "El Juicio Final".<br />

Figura 23: Detalle del panel derecho de "El Juicio Final".<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

67<br />

negro (figura 22).<br />

Figura 24: Detalle del panel central de "El Juicio Final". El culpable del pecado de la gula.<br />

El Bosco sigue la fórmula que describe<br />

Tomás de Kempis, haciéndose eco de<br />

una creencia común de la época: "no hay<br />

vicio que no recibirá la retribución que le<br />

corresponda". Si bien es difícil determinar<br />

si el Bosco cumplió a rajatabla con esta<br />

fórmula en todo "El Juicio Final", algunos de<br />

los castigos pueden ser identificados con los<br />

pecados específicos ya que se encuentran<br />

en las descripciones literarias tradicionales<br />

del infierno que florecieron durante la<br />

Edad Media, por lo general en forma de<br />

visitas a las "regiones inferiores" por parte<br />

de personas que volvieron para contar<br />

sus aventuras. El más conocido de estos<br />

relatos es, por supuesto, el "Infierno" de<br />

Dante Alighieri, que influyó a generaciones<br />

de artistas italianos. Así, los avaros son<br />

hervido en el gran caldero apenas visible<br />

debajo de uno de los edificios en el panel<br />

central (figura 23). Al lado de este edificio,<br />

un glotón gordo es obligado a beber de<br />

un barril sostenido por dos demonios<br />

y el origen de su bebida se puede ver en<br />

cuclillas a través de la ventana (figura 24).<br />

Volveremos más adelante a él. La mujer<br />

lujuriosa que está en el techo del edificio<br />

baila con un lagarto al compás de la música<br />

de una orquesta de monstros, mientras<br />

una serpiente se desliza hacia sus genitales<br />

(figura 25). En los acantilados, una víctima<br />

está siendo herrada como un caballo,<br />

mientras que otro herrero demoníaco<br />

martilla en un yunque a otra víctima en sus<br />

nalgas: estas almas desafortunadas son las<br />

culpables del pecado de la ira (figura 26).<br />

Figura 25: Detalle del panel central de "El Juicio Final".<br />

La culpable del pecado de lujuria.<br />

Figura 26: Detalle del panel central de "El Juicio Final".<br />

Los culpables del pecado de la ira.<br />

Figura 27: Detalle del panel central de "El Juicio Final".<br />

Una víctima en un barril lleno de sapos, amenazado<br />

por un temible dragón.<br />

Figura 28: Detalle del panel central de "El Juicio Final".<br />

La influencia de los textos que hacen referencia<br />

al infierno en El Bosco puede verse<br />

no sólo en la manera en la que muestra<br />

algunos castigos específicos, sino también<br />

en la topografía general de su Infierno,<br />

incluyendo las fosas de incineración y<br />

los hornos, así como los lagos y los ríos<br />

en los que los condenados se encuentran<br />

inmersos. Algunos de sus monstruos<br />

también son derivados de fuentes literarias<br />

y visuales tradicionales. Los diablos vagamente<br />

antropomórficos, como los de<br />

la escena del herrero del panel central,<br />

aparecen en muchas escenas del Juicio<br />

pintadas previamente. Tradicionales,<br />

también, son los sapos, las víboras y los<br />

dragones que se arrastran sobre las rocas<br />

o roen las partes vitales de sus víctimas<br />

(figura 27). Sin embargo, a esta fauna más<br />

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68 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

o menos convencional del infierno, El<br />

Bosco introduce nuevas y más aterradoras<br />

especies, cuyas formas complejas hacen<br />

difícil una descripción precisa. Muchos<br />

presentan extrañas fusiones de elementos<br />

animales y humanos, a veces combinados<br />

con objetos inanimados. A este grupo<br />

pertenece el monstruo parecido a un ave<br />

que ayuda a llevar un cuchillo gigante en<br />

el panel central: su torso se convierte en<br />

una cola de pescado y tiene dos piernas<br />

humanoides, calzadas con un par de<br />

frascos (figura 28). A la derecha, una<br />

canasta invertida con piernas se lanza<br />

hacia adelante con una espada apretada<br />

en sus puños de hierro (figura 28). Hay<br />

cabezas sin cuerpo con extremidades cortas<br />

que corren alrededor (figuras 29a, 29b y<br />

29c). Otros poseen cuerpos y miembros<br />

que brillan en la oscuridad. Lo que resulta<br />

más extraordinario es que las criaturas<br />

imaginarias están pintadas con absoluta<br />

convicción, como si hubiesen existido de<br />

verdad. Ha imbuido a cada creación extraña<br />

o extravagante con el mismo realismo obvio<br />

que los elementos naturalistas y humanos.<br />

Sus imágenes de pesadilla parecen poseer<br />

una inexplicable fuerza surrealista.<br />

En la manera en que estas extrañas formas<br />

demoníacas parecen cambiar ante<br />

nuestros propios ojos, El Bosco expresa<br />

eficazmente la concepción medieval del<br />

Infierno como un estado donde las leyes<br />

divinamente ordenadas de la naturaleza se<br />

han desintegrado en el caos.<br />

Es difícil, sin embargo, para nosotros<br />

experimentar el infierno del Bosco como<br />

lo hicieron sus contemporáneos.<br />

Familiarizados con las condiciones de los<br />

condenados descriptas en la literatura de la<br />

época y en innumerables sermones, habrían<br />

sentido, al menos imaginariamente, la<br />

alternancia entre el calor y el frío extremos<br />

y se habrían ahogado con el humo y el hedor<br />

fétido que surge en todos lados. Habrían<br />

escuchado los chillidos y los silbidos de<br />

los demonios y, sobre todo, los gritos de<br />

los atormentados. Este "Juicio Final" afecta<br />

a todos los hombres. Es un evento que<br />

termina con toda la historia humana.<br />

En las últimas décadas, varios estudiosos de<br />

su arte han llegado a interpretar la visión del<br />

Bosco como menos fantástica, aceptando<br />

que su arte refleja el sistema de creencias<br />

religiosas ortodoxas de su época. Sus<br />

Figura 29a: Detalle del panel central de "El Juicio Final".<br />

Figura 29b: Detalle del panel central de "El Juicio Final".<br />

Figura 29c: Detalle del panel central de "El Juicio Final".<br />

Figura 30: Jean Fernel (1497-1558), llamado “el Galeno<br />

Francés”. Fue quien acuñó el término “fisiología” para<br />

describir el estudio de las funciones del cuerpo.<br />

Figura 31: Giovanni Battista Morgagni (1682-1771), el<br />

fundador de la anatomía patológica moderna.<br />

Figura 32: “De sedibus et causis morborum per<br />

anatomen indagatis" (Morgagni, 1761). Fue el libro<br />

sobre el que se basó toda la anatomía patológica<br />

posterior.<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

69<br />

Figura 33: Rene Theophile Hyacinthe Laennec (1781-<br />

1826) en el Hospital Necker, auscultando un paciente<br />

tuberculoso delante de sus alumnos (por Théobald<br />

Chartran, 1816)"<br />

Figura 34: Ilustraciones del "Traité d'auscultation<br />

mediate" (Laennec, 1819)<br />

Figura 35: El médico escocés Robert Carswell<br />

(1793-1857), Profesor de Patología en Londres.<br />

pinturas acerca de la humanidad pecadora<br />

y sus conceptos del cielo y el infierno<br />

ahora se consideran como coincidentes<br />

con los de la literatura y los sermones de<br />

la Baja Edad Media. Muchos encuentran<br />

una significación más profunda en sus<br />

pinturas de la que se había sido supuesto<br />

previamente, e intentan interpretarla en<br />

términos de una moral medieval tardía. Se<br />

acepta que el arte del Bosco fue creado para<br />

enseñar verdades morales y espirituales<br />

específicas de la manera de otras figuras del<br />

Renacimiento del norte y que sus imágenes<br />

tienen un significado exacto y premeditado.<br />

Sin embargo, el conflicto entre las interpretaciones<br />

que sus trabajos todavía generan,<br />

mantiene muchas dudas acerca de la<br />

naturaleza de la "ambigüedad" en el arte de<br />

su período.<br />

Pese a que la extrañeza de la obra del Bosco<br />

ha suscitado toda suerte de conjeturas<br />

relacionándolo con la brujería o la herejía,<br />

la historiografía actual sugiere que fue un<br />

devoto cristiano, así como un ciudadano<br />

respetado de la próspera localidad donde<br />

vivió. Aunque su obra fue muy popular e<br />

influyente en otros artistas durante el siglo<br />

XVI, posteriormente cayó en el olvido hasta<br />

comienzos del siglo XX. En la actualidad<br />

continúa fascinando y desconcertando a<br />

los espectadores.<br />

La representación de la cirrosis<br />

Volvamos al condenado a beber de un barril<br />

(figura 24). Está semi-acostado y sostenido<br />

por un demonio alado que lo posiciona<br />

para que reciba el líquido que fluye de un<br />

barril que a su vez está sostenido por otro<br />

demonio. El origen de su bebida se puede<br />

ver a través de la ventana: emerge del ano<br />

de una figura vista parcialmente. Además,<br />

otra criatura con un casco metálico y cuerpo<br />

de pez le ofrece un plato de comida. Todo<br />

esto representa los castigos para el pecado<br />

de la gula.<br />

Este condenado constituye una gráfica<br />

representación del alcoholismo crónico y<br />

sus efectos: la facies edematosa, de un tinte<br />

gris sucio, con su piel depilada y de aspecto<br />

feminoide. Los brazos extendidos muestran<br />

una marcada atrofia muscular. En el tórax<br />

se hace ostensible la ginecomastia de los<br />

cirróticos. Se advierte, además, un gran<br />

abultamiento del vientre, cuya causa se<br />

debería a la ascitis<br />

Fue el médico de Alejandría Erasístrato<br />

(304-250 a. C.) quien reconoció la<br />

asociación de ascitis con el "endurecimiento<br />

leñoso del hígado". El médico francés<br />

Jean Fernel (1497-1558) (figura 30),<br />

contemporáneo del Bosco, recopiló en su<br />

obra “Medicina” todo el saber médico de<br />

los griegos y de los árabes, y describió en<br />

detalle las alteraciones del hígado en la<br />

inflamación crónica. El italiano Giovanni<br />

Battista Morgagni (figura 31) realizó en su<br />

obra cumbre “De sedibus et causis morborum<br />

per anatomen indagatis", que publicó en 1761<br />

(figura 32), una excelente descripción de la<br />

cirrosis.<br />

La palabra "cirrosis" deriva del griego<br />

"kirrhós", que significa "amarillento, rojizo"<br />

(el color naranja-amarillo del hígado<br />

enfermo). Fue el francés René Laennec<br />

(figura 33) quien le dio este nombre en<br />

1819, en la misma obra en la que también<br />

describió el estetoscopio: su "Traité d'auscultation<br />

mediate".<br />

Finalmente, fue el médico escocés Robert<br />

Carswell (figura 34) quien describió correctamente<br />

la ascitis como consecuencia de la<br />

obstrucción de la circulación de la sangre<br />

a través del hígado cirrótico en su obra<br />

“Illustrations of the Elementary Forms of<br />

Disease” de 1837. ●<br />

Bibliografía<br />

- Beckett W. Historia de la pintura. Ed Blume, 2007<br />

- Bosch & Brueguel Society. http://www.boschbruegel.com/<br />

- Bosch Art Center. http://www.jheronimusbosch-artcenter.<br />

nl/Engels/index.php<br />

- Bosch. The Complete Works. http://www.hieronymusbosch.org/<br />

- Carrassat P. F. R., Maestros de la pintura. Spes Editorial,<br />

2005.<br />

- Fischer S. Hieronymus Bosch. The Complete Works.<br />

Cologne, 2013<br />

- Gibson WS. Hieronymus Bosch. Thames and Hudson Pub,<br />

New York, 1973.<br />

- Gombrich E.H. Historia del Arte. Editorial Phaidon<br />

- Koldeweij J., Vermet B., van Kooij B. Hieronymus Bosch.<br />

New Insights Into His Life and Work, NAi Publishers,<br />

Rotterdam, 2001.<br />

- Long E. A history of pathology. Dover Publications, New<br />

York, 1965.<br />

- Martins Oliveira P. The nationalist and rational<br />

Jheronimus Bosch. http://www.vecchiaforma.com/<br />

uploads/3/3/3/5/3335127/e1-bosch.pdf<br />

- Romano E. El Bosco. Unidad Editorial, 2005.<br />

- Romano R., Tenenti A. Los fundamentos del mundo<br />

moderno. Edad Media tardía, Renacimiento, Reforma.<br />

Madrid, Siglo XXI, 1971<br />

- Sculli V. Tomás de Kempis. Enciclopedia Católica, Nueva<br />

York, 1999.<br />

- Van Engen JH. Devotio Moderna: Basic Writings. Paulist<br />

Press, 1998<br />

- Wikimedia Commons. http://en.wikipedia.org/wiki/<br />

Wikicommons.<br />

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70 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

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COLABORACIÓN INTERNACIONAL<br />

Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

71<br />

Por Dr. Francisco Javier Rodríguez Recio<br />

Hola<br />

mi nombre es…<br />

Revista DM MD - Ciencia y Cultura Médica - Diagnóstico Médico - www.diagnosticomedico.com<br />

Dr. Francisco Javier<br />

Rodríguez Recio 1<br />

La Dra. Kate Granger es médica y trabaja en el sistema nacional de salud inglés. Lleva un tiempo en<br />

una lucha valiente y decidida contra el cáncer, comunica a través de su blog su experiencia como<br />

paciente y nos trasmite cómo convive con el cáncer, la quimioterapia, las complicaciones, pero lo más<br />

importante nos aporta sus ganas de vivir. Hasta aquí es otra historia de un paciente con cáncer que<br />

es capaz de ayudar a otros enfermos y sobre todo a los que estamos sanos.<br />

En septiembre del año pasado la<br />

Dra. Kate Granger (figura 1) tuvo<br />

que ingresar en el hospital por una<br />

recaída de su cáncer y escribió en su blog<br />

su desconsuelo y preocupación al observar<br />

que la mayoría del personal sanitario y<br />

no sanitario con los que tuvo contacto en<br />

el hospital eran unos desconocidos para<br />

ella y viceversa. Todos eran estupendos<br />

profesionales que le dieron cuidados<br />

adecuados para su enfermedad, pero de<br />

casi ninguno de ellos conocía su nombre<br />

ni mostraron interés en acercarse a su<br />

estado emocional en su contacto diario. Los<br />

médicos, enfermeras, auxiliares, celadores,<br />

limpiadoras que se acercaban a su habitación,<br />

le realizaban pruebas médicas y<br />

radiológicas, o le aplicaban el tratamiento,<br />

pero nunca se presentaban, nunca le decían<br />

su nombre o le preguntaban por el suyo.<br />

Así nació su iniciativa en las redes sociales:<br />

#hellomynameis (hola mi nombre es)<br />

(figura 2). Seguro que Kate no se imaginó<br />

la trascendencia de sus palabras. La<br />

noticia se difundió de forma imparable<br />

entre diarios, blogs, mensajes y correos<br />

electrónicos (figura 3). Se expandió con<br />

esa fuerza positiva que en ocasiones tienen<br />

las redes sociales y revolvió las conciencias<br />

de profesionales sanitarios demasiado<br />

centrados en sus problemas y que a menudo<br />

olvidan los que tienen los pacientes (figura<br />

4).<br />

Los apoyos pronto se convirtieron -en<br />

todo el sistema nacional de salud de Gran<br />

Bretaña- en iniciativas para promover una<br />

mejor relación con los pacientes. Algo tan<br />

sencillo como empezar la comunicación<br />

con los pacientes y familias con un simple: Figura 1<br />

1<br />

Jefe de Servicio de Radiodiagnóstico. Complejo Asistencial de Segovia. Castilla y León. España. Responsable de Comunicación.<br />

Sociedad Española de Radiología Médica. Junta Directiva de la Federación de Asociaciones Científico-Médicas de España


72 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Figura 2<br />

Hello,<br />

my<br />

name is<br />

......................<br />

"hola mi nombre es…" (figura 5). El éxito<br />

y la difusión de la iniciativa han sido<br />

importantes. En mi opinión se debe a que<br />

surgió desde los propios profesionales y de<br />

ellos a sus servicios en hospitales y atención<br />

primaria, asociaciones, sociedades científicas,<br />

sindicatos. La organización sanitaria<br />

lo asumió de forma natural. Nadie<br />

quiso “colocarse una medalla”. La única<br />

que se la merece es una paciente, una<br />

médica llamada Kate Granger.<br />

Me pregunto y os pregunto, para cuándo una<br />

iniciativa “hola mi nombre es” en nuestro<br />

sistema sanitario. Nos gusta presumir,<br />

con razón, que es uno de los mejores del<br />

mundo 2 , lo defendemos en lo posible de<br />

recortes y privatizaciones, pero quizás<br />

deberíamos volver más nuestra atención<br />

al centro de nuestro trabajo: los pacientes.<br />

No estoy hablando de grandilocuentes<br />

palabras como humanización, calidad total<br />

o campañas con anuncios y grandes carteles<br />

que tanto les gustan a algunos gestores.<br />

Estoy hablando de un cambio que surja de<br />

nosotros, de los profesionales sanitarios<br />

que tratamos a diario con los pacientes.<br />

Figura 3 Figura 5<br />

No puedo hacer menos que finalizar<br />

con: hola mi nombre es Javier Rodríguez<br />

Recio, soy médico radiólogo, agradezco<br />

esta oportunidad a la Revista DMMD de<br />

poder ofrecer aquí mis opiniones. Espero<br />

poder aportar algo en aspectos de sanidad.<br />

Quizás a nadie ya le interese la opinión de<br />

un profesional. Son tiempos en los que<br />

políticos, administradores y tertulianos<br />

saben y opinan de todo. ●<br />

Links recomendados<br />

http://drkategranger.wordpress.<br />

com/2013/09/04/hellomynameis/<br />

http://www.telegraph.co.uk/<br />

health/10671425/My-legacy-will-be-acelebration-of-NHS-care.html<br />

http://blogs.bmj.com/bmj/2014/02/06/<br />

kate-granger-why-compassionate-careis-so-important/<br />

Figura 4<br />

2<br />

El autor se refiere al sistema de salud de España<br />

(nota del Editor)<br />

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males de artistas<br />

Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

73<br />

Por Prof. Dr. Antonio F. Werner<br />

Pierre Auguste Renoir<br />

(1841-1919), la superación<br />

de la adversidad a través<br />

del arte<br />

Prof. Dr. Antonio F. Werner 1<br />

Pierre-Auguste Renoir, que llegó<br />

a ser llamado “El rey de los<br />

artistas”, murió lleno de fama y<br />

reconocimiento por la calidad de su arte,<br />

en especial por la manera de captar y<br />

expresar la luz, esa búsqueda constante de<br />

los impresionistas, como por la plasticidad<br />

que lograba en sus figuras humanas,<br />

particularmente en los niños y en los<br />

desnudos femeninos (figura 1).<br />

Lo que muchos ignoran es que detrás de<br />

la perfección de sus obras se oculta una<br />

historia triste pero a la vez edificante. Tal fue<br />

el grado en que Renoir pudo sobreponerse<br />

a su dolor y discapacidad que no es fácil<br />

vislumbrar, aun en sus últimas pinturas,<br />

signos del grave deterioro físico que sufría.<br />

Tampoco manifestaciones depresivas, que<br />

bien podía padecerlas. Sus cuadros más<br />

tardíos son tan luminosos como los de su<br />

mejor edad, a diferencia de la mayoría de<br />

los artistas depresivos, como Miguel Ángel<br />

y Van Gogh, en los que se puede seguir la<br />

progresión de su melancolía a través de los<br />

trazos y en la elección de temas y colores.<br />

madre. Renoir, en lugar de hacer una crítica<br />

social al trabajo de mujeres y menores,<br />

aprovecha la escena para mostrarnos<br />

niños bellos y sonrientes, como le gustaba<br />

pintarlos en casas y jardines de familias<br />

acomodadas.<br />

Sus temas preferidos fueron las flores, los<br />

niños, siempre felices y almibarados, y las<br />

mujeres desnudas, con gruesas anatomías<br />

influenciadas por Rubens. La elección de<br />

estos temas amables, la calidad del dibujo y<br />

una paleta de colores vibrantes y luminosos<br />

cautivaron a la burguesía francesa, que hizo<br />

de él su favorito, permitiéndole llevar una<br />

Figura 1: Pierre Renoir, joven, antes de padecer la<br />

artritis reumatoide que iría cambiando su aspecto.<br />

Dentro del movimiento impresionista,<br />

Renoir fue el más sensual y conservador de<br />

sus integrantes, inclinado a lo ornamental<br />

y bello, alejado de los aspectos más duros<br />

y comprometidos de la vida. Nunca sintió<br />

la necesidad de representar la vida de<br />

los humildes o de los trabajadores, como<br />

lo hicieran sus compañeros Van Gogh y<br />

Monet, y menos poner su arte al servicio<br />

de la denuncia social, al estilo de Courbet<br />

y Pisarro. Y si lo hace, los protagonistas<br />

son personajes que se muestran felices en<br />

un ambiente alegre y agradable, como en<br />

uno de los pocos cuadros con trabajadores<br />

que se muestra en la figura 2. La pescadora<br />

de mejillones, en realidad en un ambiente<br />

natural inhóspito, sirve para el agregado de<br />

los tres hijos, que cesta en mano ayudan a la<br />

Figura 2: “Pescadores de mejillones en Berneval”, óleo de Pierre Renoir, 1879.<br />

1<br />

Director de la Carrera de Medicina del Trabajo, U.C.A.<br />

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vida acomodada (figuras 3 y 4).<br />

El amor de Renoir a los maestros barrocos<br />

del pasado, en especial Rafael, Tiziano,<br />

Rubens, Fragonard y Watteau, se acentuó<br />

en sus últimos años. El crítico John House<br />

escribió: “Durante toda su carrera, Renoir<br />

trató de derribar las barreras entre el arte del<br />

pasado y su experiencia visual directa del<br />

mundo que lo rodeaba. Los pintores que más<br />

admiraba fueron aquellos cuyos trabajos, a<br />

su entender, revelaban el compromiso con<br />

el concepto de belleza de su tiempo, pero al<br />

mismo tiempo practicaban la observación<br />

directa”<br />

Cuando había alcanzado fama y fortuna,<br />

comienza a padecer la enfermedad crónica<br />

que lo acompañaría hasta su muerte. Se<br />

trataba de artritis reumatoide, que se inició<br />

cuando contaba 56 años de edad, se agravó<br />

en la década siguiente, para terminar<br />

postrándolo en una silla de ruedas<br />

(figura 5).<br />

Figura 3: “La niña de la gallina”, Museo de Bellas Artes de San Pablo. Este tipo de temática<br />

infantil era muy apreciado por el público.<br />

Figura 4: “Bañista sentada”, Museo de Artes de Detroit. Obsérvese el parecido anatómico<br />

con las mujeres adiposas de Rubens.<br />

Los modernos conocimientos sobre<br />

inmunotoxicología comienzan a explicar,<br />

entre otras cosas, la relación<br />

entre las colagenopatías como la<br />

artritis reumatoidea y la esclerodermia<br />

y la exposición a sustancias usadas en<br />

la pintura, especialmente metales y<br />

solventes. La inmunotoxicología es el<br />

área de la toxicología que estudia las<br />

interacciones de los xenobióticos y otros<br />

químicos con el sistema inmunológico y<br />

los efectos perjudiciales que se derivan<br />

de dichas interacciones (Berlin y cols.<br />

1987). La inmunotoxicología es un área<br />

multidisciplinar, integrada en primer<br />

lugar obviamente por la toxicología<br />

y la inmunología, pero también por<br />

otras ciencias como la epidemiología,<br />

alergología, medicina del trabajo y la<br />

biología celular y molecular. El término<br />

se acuñó como tal hacia 1970 en Michigan<br />

debido al deterioro de las funciones<br />

inmunes presentados por algunos<br />

granjeros después de haberse expuesto<br />

a un químico ambiental determinado.<br />

Desde entonces han aumentado las<br />

investigaciones sobre la relevancia de<br />

los estudios de inmunotoxicología en<br />

compuestos ambientales. Muchos de los<br />

contaminantes ambientales provenientes<br />

de la industria química son fuente<br />

importante de anormalidades de la<br />

activación, proliferación y diferenciación<br />

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de los linfocitos, de la producción y<br />

actividad de las citoquinas, la producción<br />

de anticuerpos, la fagocitosis, la actividad<br />

de las células asesinas, el complemento,<br />

etc.<br />

Se han encontrado propiedades inmunotóxicas<br />

prácticamente en todas las<br />

sustancias químicas probadas, incluyendo<br />

las constituyentes de los pigmentos usados<br />

en la elaboración de las pinturas, tales<br />

como los metales pesados y los solventes.<br />

Renoir no es el único pintor célebre<br />

aquejado de una enfermedad autoinmune<br />

relacionada con la exposición a pinturas;<br />

Rubens, Dufy y von Jawlonsky son otros<br />

de los nombre famosos que sufrieron los<br />

embates y las secuelas incapacitantes de las<br />

colagenopatías.<br />

Renoir, durante un verano lluvioso, patina<br />

con su bicicleta, se cae y se fractura el brazo<br />

derecho. Siendo ambidiestro, acepta el<br />

prolongado tiempo de inmovilización que le<br />

indican los médicos. La fractura consolida<br />

bien, pero el dolor no se atenúa; por el<br />

contrario se extiende a todo el miembro.<br />

Renoir da nuevamente pruebas de su<br />

espíritu indomable ante la adversidad, ya<br />

que aprovecha para aprender a pintar con la<br />

mano izquierda, y de esta manera se dirigía<br />

a un amigo: “Me gusta mi trabajo con la mano<br />

izquierda; es muy divertido y mis cuadros son<br />

mejores que si los hubiese hecho con la mano<br />

derecha. Es bueno tener el brazo roto, me hace<br />

progresar”.<br />

A partir de este episodio, la enfermedad<br />

avanza rápidamente: los grupos musculares<br />

se van atrofiando, el dolor se<br />

hace intolerable, y en 1911 estrena la silla<br />

de ruedas, ya que no volverá a caminar.<br />

Según cuenta el hijo, “lo mejor que los<br />

doctores pudieron hacer por él, fue prescribirle<br />

antipirina”, una pirazolona analgésica de<br />

escaso resultado para la artritis.<br />

Cerca de Niza se encuentra Cagnes-sur-<br />

Mer, localidad donde Renoir construyó<br />

en 1908 la residencia que lo alojaría<br />

hasta su muerte, con adaptaciones a su<br />

discapacidad motora. Hoy transformada<br />

en el Museo Renoir, en una de las salas<br />

puede verse la silla de ruedas que el pintor<br />

usaba para movilizarse por la casa, el atelier<br />

y el bellísimo jardín que la rodea, con los<br />

olivos y los naranjos que inspiraron al<br />

pintor (figuras 6 y 7).<br />

En el jardín de la villa “Des Collettes”,<br />

Renoir recibía la visita de muchos artistas<br />

que lo consideraban un maestro, entre<br />

ellos, Monet, Rodin, Modigliani, Maillol,<br />

Picasso, y en especial Henri Matisse, con<br />

quien compartió jornadas enteras de<br />

trabajo. Tal era la admiración de Matisse<br />

por Renoir que continuó visitando la casa<br />

luego de la muerte del pintor, tratando de<br />

capturar el ambiente que había inspirado al<br />

maestro (figura 8).<br />

Pese al dolor y la discapacidad progresiva,<br />

Renoir vivió grandes satisfacciones. Era<br />

reconocido mundialmente y tuvo un éxito<br />

clamoroso en exposiciones realizadas en<br />

Paris, Londres y Nueva York y en 1911 fue<br />

condecorado por el gobierno francés como<br />

Oficial de la Legión de Honor. Poco antes<br />

de su muerte lo visitó en Cagnes-sur-Mer<br />

su amigo, el pintor Marie-Felix Hyppolite<br />

Lucas, quien le hizo un retrato en el cual<br />

Renoir luce la cinta roja de la máxima<br />

distinción francesa (figura 9).<br />

Figura 5: Pierre-Auguste Renoir en 1918, en silla de<br />

ruedas, con el pincel atado a su mano derecha.<br />

Figura 6: La silla de ruedas de Renoir exhibida en el<br />

estudio del artista. Museo Renoir de Cagnes-sur-Mer.<br />

Figura 7: “Des Collettes” la residencia de Renoir en<br />

Cagnes-sur-Mer, donde vivió sus últimos años.<br />

Figura 8: Henri Matisse visita a Renoir en Cagnes-sur-<br />

Mer, 1919.<br />

Figura 9: Retrato de Renoir por Marie-Felix Hyppolite<br />

Lucas, 1919.<br />

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76 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Figura 10: Una de las últimas fotos de Renoir en 1919.<br />

Obsérvense la deformación de las manos por acción de<br />

la artritis.<br />

La destrucción de tejidos, la anquilosis del<br />

hombro derecho y la ruptura de tendones<br />

de las manos y de las muñecas le generó<br />

tal grado de discapacidad que para poder<br />

seguir pintando debió atarse los pinceles<br />

a las manos, las que mantenía vendadas<br />

para protegerlas de las lesiones que le<br />

podía provocar el mango de madera del<br />

pincel en la piel delicada y sensible. Los<br />

pulgares se doblaron sobre las palmas y los<br />

demás dedos hacia las muñecas. Tal era la<br />

dimensión de su dolor que había agregado<br />

al lecho una especie de jaula para evitar<br />

que la ropa de cama tocase sus doloridos<br />

miembros.<br />

Renoir logró superar esta insuficiencia<br />

física con tanta voluntad y eficacia que<br />

pudo producir 400 cuadros más con<br />

semejante impedimento. Para sujetar la<br />

paleta, cuando ya no pudo sostenerla con<br />

las manos, recurría a colocarla entre las<br />

rodillas y el borde del caballete. Se veía<br />

obligado a cambiar de pincel con menos<br />

frecuencia que antes y su trazo se hizo más<br />

lento y más corto (figura 10).<br />

El académico español Antonio Castillo-<br />

Ojugas comenta que en uno de sus últimos<br />

cuadros, “Las grandes bañistas”, de 1918, se<br />

observa que si bien el trazo es aun firme,<br />

los colores están mezclados porque no<br />

disponía de tiempo para que le limpiaran<br />

los pinceles. Esta es una obra ejecutada<br />

en grandes dimensiones, y para poder<br />

realizarla Renoir inventó un ingenioso<br />

sistema que se aplicaba al caballete<br />

para mover la tela, compuesto de poleas<br />

accionadas por una cadena de bicicleta. Un<br />

año antes de su muerte se hacen evidentes<br />

los problemas que debía afrontar Renoir<br />

para plasmar su imaginación en el cuadro.<br />

El dibujo es casi elemental, apurado,<br />

y predominan los tonos ocres y rojos<br />

apagados, muy alejados de los colores<br />

brillantes de su paleta. Renoir, apasionado<br />

por los desnudos femeninos, pintó varios<br />

cuadros con el tema de las bañistas, a veces<br />

charlando, a veces jugando en la playa.<br />

Esta variación en el tema nos permite hoy<br />

comparar el trazo, firme en el cuadro de<br />

1887 (Figura 11a), y rápido y esfumado en<br />

el último, de 1918, poco antes de su muerte<br />

(Figura 11b). En 30 años, la edad, la artritis<br />

deformante y la propia evolución de su<br />

arte modificaron sustancialmente la paleta<br />

de colores, llevándolo desde un abanico<br />

poliocromático y luminoso a tonos mates y<br />

apagados<br />

Figura 11: Dos versiones de Renoir sobre un mismo tema, “Las grandes bañistas". A la izquierda: óleo de 1887, Museo<br />

d’Orsay, Paris. A la derecha: cuadro de 1918, Museo de Arte de Filadelfia.<br />

Una de las obras del último período de<br />

Renoir, pintada en 1918, es “La lectura”<br />

(figura 12), donde puede apreciarse las<br />

dificultades en el trazado de las pinceladas.<br />

El cuadro es un ejemplo maravilloso de la<br />

inclinación del artista por plasmar la belleza<br />

femenina a través de colores impactantes,<br />

en este caso, el rojo. Así le explicaba Renoir<br />

al crítico y pintor americano Walter Pach:<br />

“Quiero que el rojo se vea sonoro como una<br />

campana; si no lo logro, pondré más y más<br />

rojo u otro color hasta que lo logre…hay una<br />

miríada de tonos suaves, entre los cuales debo<br />

encontrar aquel que haga que la carne luzca<br />

viva y palpitante”. Vale la pena observar<br />

con detención la técnica, y ver que cada<br />

pincelada es tosca y temblorosa excepto<br />

en los rostros de las dos modelos. Esta<br />

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77<br />

precariedad, debida a que Renoir pintaba<br />

moviendo el hombro y el codo más que la<br />

muñeca y los dedos, no le quita frescura y<br />

atractivo a la imagen.<br />

Los visitantes de esa época, que<br />

comprobaban el estado de Renoir,<br />

enjuto, deformado, paralítico, las manos<br />

como garras, realmente mutilado, se<br />

preguntaban cuál sería el misterio, pues<br />

no podían creer que el artista pudiera<br />

seguir pintando en esas condiciones<br />

lamentables, agravado por el fallecimiento<br />

de su mujer y por las heridas de dos de sus<br />

hijos en el frente de batalla en la Primera<br />

Guerra Mundial. Así se instaló la idea del<br />

misterio de Renoir; pero el único misterio<br />

era la voluntad indomable de superar la<br />

incapacidad, sumada a su enorme talento.<br />

Renoir, al igual que su amigo Monet, trató<br />

siempre de captar el efecto de la luz y las<br />

sombras en sus obras. Esta búsqueda es<br />

notable en el más famoso de sus cuadros,<br />

"Baile en el Moulin de la Galette" (figura 13),<br />

de 1877. Luego de un agitado tránsito por<br />

la colección del pintor Gustave Caillebotte,<br />

el Museo de Luxemburgo, el Louvre y la<br />

Galería de Jeau de Paume, finalmente es<br />

exhibido desde 1986 en el Museo d'Orsay.<br />

La luz atraviesa la copa de los árboles, se<br />

multiplica y se refleja como copos en toda la<br />

escena, en especial en las parejas danzantes,<br />

colaborando en el dinamismo ondulante<br />

y alegre que emana de la situación. Los<br />

cuadros grandes eran característicos de<br />

temas solemnes, mitológicos, históricos o<br />

religiosos. Renoir consideró que el tamaño<br />

no era un impedimento para transmitir<br />

también el optimismo y el amor a la vida:<br />

"Sé muy bien que es difícil hacer comprender<br />

que una pintura puede ser muy grande y, al<br />

mismo tiempo, alegre".<br />

En cuanto a la composición de las pinturas<br />

usadas por Renoir, los investigadores<br />

daneses Henry Petersen y Lisbeth Permin<br />

(Ferrer 1999) compararon la proporción<br />

de pigmentos metálicos tóxicos usados<br />

por los pintores que padecieron artritis<br />

con aquellos contemporáneos que no<br />

manifestaron signos o síntomas de<br />

esta enfermedad. Para el presente caso,<br />

compararon las obras de Renoir con las<br />

de Claude Monet, eligiendo del primero<br />

“Madame Charpentier con sus hijos”, y del<br />

segundo, “Los patinadores del Bosque de<br />

Boulogne”. Las cantidades de pigmentos<br />

Figura 12: “La lectura”, óleo de Renoir de 1918, un año antes de su muerte. Excepto en los rostros, la pincelada es<br />

rústica y apurada, sin reparar en detalles.<br />

Figura 13: "El baile en el Moulin de la Galette", P.A.Renoir, 1877, Museo d'Orsay, Paris.<br />

Figura 14: “Madame Charpentier con sus hijos” Auguste Renoir (1878). Metropolitan Museum of Art, Nueva York.<br />

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78 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

tóxicos, como el rojo brillante conteniendo<br />

sulfuro de mercurio, el azul cobalto, el azul<br />

ultramar basado en aluminio y el blanco de<br />

plomo, son abrumadoramente más altas en<br />

el cuadro de Renoir que las identificadas en<br />

el cuadro de Monet (figura 14).<br />

En 1919, cuando el cuadro “Madame<br />

Charpentier con sus hijos” fue aceptado por<br />

el Museo del Louvre, Renoir manifestó<br />

su intención de verlo exhibido. Para la<br />

ocasión y a fin de facilitarle la visita, las<br />

autoridades le organizaron un tour privado<br />

por las galerías, lo cerraron al público y lo<br />

transportaron en su silla de ruedas.<br />

Figura 15: Una de las últimas fotos de Renoir, con signos evidentes de caquexia.<br />

Figura 16: “Les becases”, P.A.Renoir, 1919. El último cuadro, pintado horas antes de su muerte.<br />

En el caso de Renoir, los mejores testimonios<br />

de su patología están dados por<br />

las fotografías facilitadas por su familia,<br />

por su correspondencia personal y por las<br />

notas biográficas brindadas por personas<br />

cercanas al pintor, en especial por su<br />

hijo, el afamado director de cine Jean<br />

Renoir, y por el nieto Paul, quien presentó<br />

fotografías inéditas de su famoso abuelo en<br />

el 13º Congreso Europeo de Reumatología<br />

realizado en Ámsterdam en 1995. Las<br />

mismas fueron analizadas por Van der Rest<br />

y colaboradores, quienes publicaron en el<br />

“British Medical Journal” de diciembre de<br />

1997 un trabajo llamado “Cómo pudo lidiar<br />

Renoir con la artritis reumatoide”. Así<br />

observaron que en una fotografía de 1896,<br />

a los 55 años, se puede ver claramente la<br />

inflamación metacarpofalángica. A los 60<br />

aún podía usar ambas manos, pues se lo ve<br />

sosteniendo la pipa, pero dos años después<br />

ya no es capaz de mantener el cigarrillo en<br />

la mano. A los 70 años, la discapacidad ya<br />

era completa.<br />

Los investigadores daneses extendieron<br />

el estudio a las manifestaciones extraarticulares<br />

de la enfermedad, encontrando<br />

que Renoir había padecido una pleuritis<br />

y una parálisis cerebral tratada con<br />

electroterapia al inicio de la afección y<br />

pérdida progresiva de peso que terminó<br />

en una auténtica caquexia reumatoide.<br />

El propio pintor la comenta en una carta:<br />

“Estoy tan delgado que ni puedo quedarme<br />

sentado. Con 46 kilos, no tengo grasa, mis<br />

huesos se están pegando a la piel, y esto a pesar<br />

de tener buen apetito” (figura 15).<br />

Figura 17: Tumba de Renoir en el cementerio de Essoyes.<br />

Figura 18: “Ambroise Vollard”, óleo de Pierre Renoir,<br />

1908, Museo de Filadelfia.<br />

La artritis era de forma nodular, y eran<br />

muy molestos los del dorso, por lo que el<br />

Dr. Prat, cirujano de Niza, se los extirpó<br />

en 1912. A pesar de la esmerada atención<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

79<br />

Figura 19: El escultor Richard Guino, que esculpió las creaciones<br />

de Renoir.<br />

que se le brindaba, desarrolló ulceras de<br />

decúbito y un principio de gangrena en<br />

el pie. Por último, contrajo neumonía y<br />

murió en la noche del 3 de diciembre de<br />

1919, a los 78 años. Hasta horas antes de su<br />

fallecimiento estuvo pintando un pequeño<br />

cuadro con dos becadas muertas, especie<br />

de perdiz europea, que había cazado uno<br />

de sus médicos, el Dr. Duthil, quien, por<br />

otra parte, junto al Dr. Prat, lo asistieron en<br />

su agonía. Según su hijo Jean, sus últimas<br />

palabras dicen mucho del espíritu luchador<br />

del pintor: “Hoy he aprendido algo” (figura<br />

16).<br />

Fue enterrado junto a su esposa Aline en el<br />

cementerio de Essoyes y la tumba se decoró<br />

con un busto de Renoir realizado por<br />

Ricard Guino, el ayudante que acababa de<br />

colaborar en la incursión del pintor por la<br />

escultura. Renoir luce la inseparable gorra<br />

que usó en sus últimos años (figura 17).<br />

Renoir intentó varias veces dedicarse a la<br />

escultura, pero no tuvo continuidad en<br />

esa actividad. Finalmente lo pudo hacer<br />

al final de su vida, en el sereno ambiente<br />

de Cagnes-sur-Mer, lamentablemente<br />

cuando sus manos, que apenas le servían<br />

para pintar, eran totalmente inútiles para<br />

esculpir. Por esta razón, la incursión del<br />

gran maestro en la escultura generó uno<br />

de los episodios más controvertidos en<br />

la historia del arte moderno. El galerista<br />

Ambroise Vollard, célebre por su avaricia<br />

e interesado por los beneficios que podría<br />

obtener de las obras de tan famoso artista,<br />

persuadió a Renoir de que comenzara a<br />

esculpir (figura 18).<br />

Renoir, perfectamente consciente de la<br />

imposibilidad de esculpir él mismo, le<br />

contesta: “Pero mi querido amigo, ¿no ve el<br />

estado en que me encuentro?”. Es entonces<br />

cuando el astuto galerista convence a<br />

Renoir que le puede enviar un escultor<br />

joven para que le preste las manos, con la<br />

condición de permanecer en la sombra.<br />

El pintor manifestó los escrúpulos que le<br />

originaba esta gestión tan particular, pero<br />

finalmente accedió. El escultor resultó ser<br />

el catalán Richard Guino (1890-1973),<br />

de excelentes condiciones, pagado por<br />

Vollard, y que estableció una buena relación<br />

con el pintor (figura 19).<br />

Esta colaboración produjo las veinte<br />

esculturas y relieves más importantes de la<br />

época, como la Venus Victrix, de 1909, hoy<br />

en el Museo del Petit Palais de Paris (figura<br />

20).<br />

Renoir dibujaba la imagen y luego asistía<br />

al proceso de esculpir, con una vara larga<br />

en la mano para ir guiando y corrigiendo<br />

la tarea de Guino, el asistente anónimo<br />

que debía interpretar las ideas del pintor.<br />

Entre quienes conocían la imposibilidad<br />

Figura 20: “Venus Vixtrix”, escultura en bronce de Renoir y Guino, 1919.<br />

Museo del Petit Palais, Paris.<br />

física del autor, comenzó a circular lo que<br />

se llamó el “enigma de la esculturas de<br />

Renoir”, misterio que se resolvió sesenta<br />

años después, cuando el hijo de Guino,<br />

escultor como el padre, inició en 1965 una<br />

demanda legal para que se reconociera la<br />

autoría de su progenitor. Tuvo éxito, ya que<br />

la Corte Suprema de Francia lo reconoció<br />

como coautor en 1973, sentando una<br />

jurisprudencia internacional muy tenida<br />

en cuenta. La sentencia no estuvo dirigida<br />

contra Renoir, simplemente hizo justicia<br />

con el artista sin cuya coparticipación<br />

Renoir no hubiera podido llevar a la<br />

práctica sus creaciones. Por otra parte,<br />

Guino no fue un simple subordinado: las<br />

obras fueron posibles gracias a la amistad<br />

y a haber sido capaces de sostener visiones<br />

compatibles, cada uno desde su arte.<br />

Jean Renoir recordaba a su padre contestando<br />

a Matisse, quien se extrañaba de<br />

la capacidad del maestro para seguir<br />

pintando: “El dolor pasa, la belleza queda”.<br />

Esta búsqueda permanente de la belleza y<br />

su alegría de vivir le permitieron sobrellevar<br />

tamaña discapacidad hasta su último<br />

momento. Más allá de sus condiciones<br />

artísticas, Pierre-Auguste Renoir ha<br />

pasado a ser un ejemplo de pasión por su<br />

vocación y de superación extrema ante la<br />

adversidad. ●<br />

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80 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

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MÉDICOS QUE HACEN<br />

OTRA COSA<br />

Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

81<br />

Por Dr. Daniel Marcó<br />

Dr. Carlos Riganti<br />

El Dr Carlos Riganti es una persona<br />

muy especial. Desde su infancia en<br />

un colegio Salesiano -donde tomó<br />

por primera vez contacto con un tamborhasta<br />

hoy, no ha dejado ni siquiera por<br />

un día de dar sus maravillosos golpes,<br />

que desde aquel ordinario tambor de<br />

parroquia siguen llegando, ahora ya<br />

desde una sofisticada batería que incluye<br />

desde extraños platillos orientales hasta<br />

cacerolas dignas de cualquier gourmet<br />

televisivo. Ni el deseo de explorar nuevos<br />

horizontes por el mundo, que lo retuvo<br />

varios años en España, lo hizo callar. Allí,<br />

aparte de su tarea médica como pediatra<br />

general, comenzó dando clases de batería,<br />

siguiendo luego como sesionista en giras<br />

y conciertos con artistas locales y otros<br />

exiliados como el legendario Moris. Pero<br />

la historia ya venía de mucho antes. De<br />

muy joven formó parte de varios grupos<br />

barriales, hasta que por fin llegó su primera<br />

banda importante, "Materia Gris", que<br />

tiene el mérito de ser el primer grupo<br />

de rock argentino en realizar una obra<br />

conceptual, es decir, con un lineamiento<br />

melódico directriz desde el principio al fin,<br />

tal como sucede en una sinfonía.<br />

Dr. Daniel Marcó 1<br />

Posteriormente, a comienzos de los<br />

70', formó parte de una de las más<br />

reconocidas agrupaciones pioneras del<br />

rock experimental ,"Alas", integrada entre<br />

otros por Gustavo Moretto, Pedro Aznar<br />

(mas tarde integrante de "Serú Giran")<br />

y Alex Zucker. Este trabajo musical le<br />

valió el reconocimiento del público y de<br />

importantes figuras de la música argentina<br />

tales como Astor Piazzolla y Luis Alberto<br />

Spinetta.<br />

Luego de los viajes, retomó el hospital<br />

público dedicándose a la inmunología (en<br />

el Hospital Elizalde), en tanto que en la<br />

música, prosigue con su actividad docente<br />

y participa en numerosas agrupaciones<br />

y prestigiosos grupos locales. Es en este<br />

momento que de a poco su incipiente amor<br />

por el lenguaje musical del jazz se comienza<br />

a transformar en una intensa pasión.<br />

Figura 1: El Dr. Carlos Riganti<br />

1<br />

Coordinador del Servicio de Traumatología y Ortopedia del Sanatorio de la Trinidad.<br />

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82 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Desde lo personal, me toca hacer esta nota<br />

a alguien a quien considero mucho más que<br />

un amigo. Yo viví su historia musical como<br />

oyente en mi adolescencia, admirándolo<br />

y respetándolo profundamente por su<br />

labor musical desde la época de "Alas", sin<br />

saber que el tiempo me premiaría con más<br />

de 10 años tocando juntos con "Diga 33",<br />

la banda de los médicos. En esos años,<br />

además de compartir y aprender con él<br />

mucha música, pude conocer y forjar una<br />

profunda amistad con una persona que es<br />

de las "imprescindibles" de mi vida. Luego<br />

de esta presentación, tengo el gusto de<br />

dejar hablar al entrevistado de hoy.<br />

¿Cómo vivís después de tantos años la<br />

experiencia de compartir la música y la<br />

medicina?<br />

CR: Al principio pensaba que había<br />

necesidad de sintetizar en una actividad<br />

común mis dos pasiones, la música<br />

y la biología, que de hecho ambas se<br />

presentaron muy tempranamente en mi<br />

vida. Con el tiempo me di cuenta de que<br />

eran independientes y se mezclaban solas<br />

adentro mío. Pude darme cuenta de que<br />

utilizaba la sistemática de la ciencia médica<br />

para estudiar música y que me inspiraba<br />

en lo creativo proveniente del hemisferio<br />

derecho, como aporte de pensamiento<br />

colateral en mi práctica médica .<br />

¿Y entonces cómo evolucionaste ?<br />

CR: Actualmente disfruto de eso. En la<br />

música tengo la disciplina de la formación<br />

universitaria , y en la medicina tengo la<br />

amplitud de la inspiración como forma de<br />

enfoque en el paciente concreto.<br />

Figura 2: El grupo "Alas", con Pedro Aznar<br />

Musicalmente hablando, ¿qué etapa estás<br />

atravesando en este momento ?<br />

CR: Después de tantos años tocando, mi<br />

comunicación con el instrumento es muy<br />

fluida y lo hago con muchísima libertad.<br />

Lo siento como respirar o caminar. Hoy<br />

estoy tocando jazz, donde la improvisación<br />

y la inspiración deben fluir naturalmente.<br />

Los matices, el control del sonido y el<br />

contraste dinámico son algunas de las<br />

funciones fundamentales de la percusión,<br />

particularmente en el jazz y esa es mi<br />

búsqueda actual, al igual que el estudio<br />

de las polirritmias. Además, desde hace<br />

añares, podría decirse casi desde mi<br />

comienzo, me dedico a la docencia musical<br />

y por más de 20 años estoy a cargo de la<br />

Figura 3: Carlos Riganti con Luis Alberto Spinetta<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

83<br />

Figura 4: Marconi, Riganti y Aznar<br />

Figura 5: El Dr. Carlos Riganti<br />

Cátedra de Batería del Instituto Tecnológico<br />

de Música Contemporánea (ITMC)<br />

¿Cuáles son tus proyectos actuales ?<br />

CR: Tengo un quinteto de jazz con mi hija<br />

Paula que es cantante y además también<br />

es médica. Toco en otro quinteto de<br />

jazz instrumental con el guitarrista José<br />

Vásquez y en un grupo de tango donde<br />

recreamos a Piazzolla con guitarra, piano<br />

y bajo, donde participan médicos del<br />

Hospital Elizalde, que se llama "Cuna<br />

Tango". Además, estoy en un proyecto<br />

de hacer en Buenos Aires una obra de<br />

Gustavo Moretto que incluiría algunos<br />

temas de "Alas" arreglados para un septeto<br />

de vientos, que el mismo Moretto traería a<br />

Buenos Aires desde EEUU.<br />

Contanos tus experiencias musicales con<br />

otros médicos.<br />

CR: La experiencia más hermosa fue "Diga<br />

33", formado por Griselda Berberian,<br />

Mariano Tozziano, Roberto Perez y Daniel<br />

Marcó. Todos médicos que habían trabajado<br />

de una u otra forma profesionalmente en la<br />

música. Esa banda sonaba tremenda y duró<br />

9 años, donde nos divertimos muchísimo<br />

y grabamos dos CDs. Los ensayos eran<br />

ateneos de música, chistes y anécdotas<br />

Figura 6: El Dr. Carlos Riganti con su batería<br />

sobre nuestro ejercicio de la profesión y los<br />

shows, en distintos lugares del país, eran<br />

"safaris" musicales. Es una de mis mejores<br />

experiencias musicales, de las que más<br />

disfruté y de las más duraderas.<br />

¿Y en que andas en medicina ?<br />

CR: Soy el Jefe de la Division Inmunología<br />

del Hospital Elizalde y estamos trabajando<br />

especialmente con inmunodeficiencias<br />

primarias y secundarias como el HIV,<br />

además de todo lo referente a inmunología<br />

del hospital en colaboración con los demás<br />

servicios.<br />

Volviendo a la música, ¿cuál es el sonido<br />

que buscas hoy en día ?<br />

CR: La batería no es un xilofón de parches...<br />

cada tambor y cada platillo tiene un universo<br />

de sonoridades según la manera en<br />

que lo tocamos. La ventaja de llevar años con<br />

el instrumento es que me permite conocer<br />

y utilizar en beneficio de la interpretación<br />

toda esta coloratura tímbrica. Busco un<br />

sonido que sea un balance entre metales y<br />

parches que puedan evocar el movimiento<br />

armónico de la música que estamos<br />

interpretando. Pienso la batería como un<br />

piano, no como un instrumento de la selva.<br />

Figura 7: "Heavy Weather", disco de la banda<br />

estadounidense "Weather Report" (1977) es uno de los<br />

discos favoritos de Riganti.<br />

¿Tu set ?<br />

CR: Tengo varios instrumentos: Ludwig,<br />

DW, y de dos luthiers argentinos, Mus y<br />

Frappa. Pero hoy estoy utilizando en mi<br />

estudio una Grestch de 1970 con platillos<br />

turcos Zildjian y Bosforos.<br />

¿Tus músicos predilectos ?<br />

CR: Son muchísimos. Obviamente los<br />

clásicos del jazz: Charlie Parker, Miles<br />

Davis, Monk. Y entre los bateristas, Elvin<br />

Jones, Roy Haynes , Tony Williams y<br />

muchos, muchos etcéteras, como Brian<br />

Blade, Winnie Colaiutta y miles de etcéteras<br />

más.<br />

¿Un disco por si te quedas abandonado en<br />

una isla?<br />

CR:"Heavy Wheather" de Wheather Report,<br />

porque es la convergencia entre Miles Davis<br />

y el rock tocado por monstruos sagrados.<br />

¿Alguna reflexión para nuestros colegas ?<br />

CR: Tenemos que desarrollar todas nuestras<br />

aptitudes sin sentirnos limitados por los<br />

encasillamientos mentales que nos hacen<br />

sentir las especializaciones. La pasión es la<br />

madre de todas las felicidades. ●<br />

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ETIMoloGÍA Y MEDICINA<br />

84 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Por Prof. Dr. Alberto Marangoni<br />

El diafragma<br />

El diafragma es un tejido músculo-tendinoso que separa la cavidad torácica de la<br />

abdominal. Es característico de todos los mamíferos y aparece en algunas aves<br />

de manera rudimentaria. A partir del término "diafragma" resultan sorprendentes<br />

las derivaciones y los significados atribuidos, como así también las confusiones que surgieron en la<br />

historia de la medicina al usar y tratar de denominar con este nombre diferentes áreas del cuerpo y<br />

de la mente.<br />

El diafragma (figura 1) es un músculo<br />

de disposición horizontal que<br />

sirve de frontera o límite entre la<br />

cavidad torácica y la cavidad abdominal.<br />

Históricamente ha sido siempre difícil de<br />

visualizar con los métodos de imágenes y<br />

aun con los disponibles en la actualidad,<br />

ya que por su trayecto y su disposición<br />

es dificultosa su observación en toda su<br />

extensión o en forma completa.<br />

La palabra diafragma significa "separación".<br />

Proviene del griego y es en ese<br />

idioma una palabra compuesta: "diá", que<br />

significa “a través de”, y "phragma" que<br />

se traduce como “separación” ("phrag"<br />

significa "separar" y el sufijo "ma" expresa<br />

el resultado de la acción, por lo tanto pasa a<br />

ser "barrera", "separación"). El lexema "diá"<br />

aparece en otras muchas palabras médicas,<br />

tales como diartrosis, diastema, diástole,<br />

diastrofia y diáfisis, entre otras. El lexema<br />

"fragma", en cambio, está menos difundido,<br />

pero se lo utiliza en algunas palabras<br />

como epifragma (usada en botánica) y en<br />

neologismos como fragma, fragmoplasto y<br />

metafragma.<br />

Desde el punto de vista mitológico, el<br />

término "diafragma" estuvo entrelazado<br />

con los dioses y fue citado por Homero<br />

en numerosos pasajes de “La Ilíada” y en<br />

relación con el arco iris, ese fenómeno<br />

natural que aparece cuando hay lluvia y sol<br />

al mismo tiempo, que tiene un lugar en la<br />

leyenda debido a su belleza y a la dificultad<br />

para explicarlo.<br />

En la mitología griega, el arco iris era<br />

la trayectoria que realizaba la diosa<br />

Diafragma, la mensajera de los dioses,<br />

entre el cielo y la tierra. En el panteón<br />

griego, esta deidad es tan antigua como<br />

Figura 1: El diafragma.<br />

pequeña su importancia, aunque no carecía<br />

de poder. Veamos: Diafragma era hija de<br />

un dios del mar, Taumante (que en griego<br />

significa "maravilla" o "milagro") y de la<br />

ninfa Electra y hermana de Arce (que en<br />

griego significa "veloz" y "arco") y de las<br />

Arpías (que en griego significa "‘que vuela<br />

y saquea").<br />

Conocida también como Iris, Diafragma<br />

era la diosa del arco iris y estaba al servicio<br />

de los reyes del Olimpo: Zeus (Júpiter<br />

para los romanos) y Hera (Juno para los<br />

romanos). Tenía como misión transmitir<br />

sus órdenes al resto de los dioses y también<br />

a los mortales (figura 2). Al igual que el<br />

arco iris, conecta el cielo con la tierra. Se la<br />

representa con alas doradas (figura 3) o con<br />

unas sandalias con pequeñas alas y con un<br />

caduceo, al igual que a Hermes (Mercurio<br />

para los romanos), quien también era<br />

mensajero de los dioses (figura 4). Aparece<br />

normalmente junto a Hera o Zeus (figura<br />

5). Otra tarea de Diafragma era recoger<br />

(enviada por Zeus) agua sagrada de la<br />

Laguna Estigia en una jarra de oro, de la que<br />

estaban obligados a beber los dioses cuando<br />

disputaban entre ellos o para descubrirlos<br />

si mentían. Por esto, a veces también se<br />

la representa con un jarro (figura 3). Esta<br />

diosa era también la encargada de separar<br />

las almas de las mujeres cortando su pelo<br />

y de cargar las nubes con agua, lo que la<br />

1<br />

Servicio de Diagnóstico por Imágenes. Sanatorio Allende, Córdoba<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

85<br />

Figura 5: "Iris y Júpiter" (Michel Corneille el joven, 1701),<br />

con su capa en forma de arco.<br />

Figura 6: La "Crátera de la Locura de Heracles" (Museo<br />

Arqueológico Nacional de Madrid).<br />

relaciona una vez más con el arco iris,<br />

apareciendo y desapareciendo como éste,<br />

siempre evasiva e imprevisible.<br />

Figura 2: "Iris y Morfeo" (Guerin Narcisse, 1811) . Iris entregando a Morfeo un mensaje de Hera.<br />

Figura 3: La diosa Diafragma, como una mujer alada<br />

con un caduceo (mensajera de los dioses). Detalle de una<br />

vasija del siglo V a.C. hallada en Agrigento, Sicilia.<br />

Figura 4: Estampilla francesa (1946) con la imagen de la<br />

diosa Diafragma.<br />

Diafragma aparece, además, en la obra de<br />

Eurípides, “Heracles”, junto a la locura y<br />

maldiciendo al mismo Heracles (Hércules<br />

para los romanos), quien mata a sus tres<br />

hijos y a su esposa Megara en un ataque de<br />

locura. Esta tragedia está representada en<br />

la "Crátera de la Locura de Heracles", una<br />

pieza de arcilla cocida y pintada fabricada<br />

en Grecia entre los años 350 y 320 a. C.<br />

que fue hallada en la antigua localidad<br />

de Paestum, al sureste en la provincia<br />

de Salerno, a 90 kilómetros de Nápoles<br />

(figura 6). En una de sus caras (la cara A) ,<br />

se ve Heracles animado por el espíritu de la<br />

locura, disponiéndose a arrojar a su hijo a<br />

una pira en la que arde su ajuar doméstico,<br />

mientras contemplan la terrible escena su<br />

mujer Megara, su madre Alcmena, su amigo<br />

Lolao y la diosa Manía, personificación de<br />

la locura (figura 7).<br />

Es así que la mitología griega asoció a la<br />

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86 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

diosa Diafragma con la locura y veremos<br />

que esta palabra pasará a tener implicancias<br />

y aplicaciones diferentes a lo largo de la<br />

historia. Sin poder saber si fue la mitología<br />

la que indujo a los médicos de la época o<br />

si fue en los dichos de los médicos en los<br />

que se basó la mitología, un poco por error<br />

y otro poco por creencias infundadas, el<br />

propio término "diafragma" o los lexemas<br />

que lo componen fueron utilizados con<br />

diferentes acepciones en la historia médica<br />

y fueron aplicados a definir enfermedades<br />

mentales. En efecto, para la cultura griega,<br />

el diafragma era una zona del cuerpo<br />

donde residía el alma y así esta palabra<br />

comenzó a ser relacionada con algunos<br />

desajustes mentales. En 1911, el psiquiatra<br />

suizo Eugen Bleuler (figura 8) propone el<br />

término esquizofrenia (del griego "schyzos"<br />

("dividido") y "phren" ("diafragma").<br />

De esta manera introducimos el lexema<br />

"fren", del cual deriva la palabra "frénico",<br />

que significa “lo que tiene relación con el<br />

diafragma”. Pero volvamos un poco hacia<br />

atrás: "fren" (diafragma) fue utilizado para<br />

referirse al alma y a la mente y Diafragma<br />

estuvo junto a la Locura en la trágica escena<br />

mitológica de la vida de Heracles, cuando<br />

poseído por ella, cometió el atroz crimen<br />

contra miembros de su propia familia y<br />

descendencia (figura 7). Fue debido a estas<br />

relaciones que los psiquiatras comenzaron<br />

a denominar a algunas enfermedades de la<br />

mente con palabras derivadas del lexema<br />

"fren".<br />

Figura 7: Detalle de la "Crátera de la Locura de Heracles".<br />

Figura 8: El psiquiatra suizo Eugen Bleuler (1857-1939).<br />

Figura 9: Busto de mármol del poeta griego Homero<br />

(Musei Capitolini).<br />

Primitivamente, este lexema en griego<br />

significaba “diafragma”. El diafragma<br />

estaba asociado con el lugar donde asientan<br />

las pasiones y la inteligencia y pasó a<br />

significar “mente”.<br />

Como dijimos anteriormente, este<br />

lexema se utilizó para denominar a una<br />

patología de la mente y de la personalidad:<br />

esquizofrenia, palabra que en medicina<br />

significa “trastorno mental que impide<br />

diferenciar entre experiencias reales e<br />

irreales, pensar de manera lógica, tener<br />

respuestas emocionales normales y<br />

comportarse normalmente en situaciones<br />

sociales”. Entre sus síntomas están<br />

las alucinaciones, delirios, lenguaje<br />

y conductas desorganizadas, abulia,<br />

etcétera, y se describen diferentes tipos:<br />

catatónica, desorganizada, paranoide,<br />

residual e indiferenciada.<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

87<br />

Francisco Cortés nos ilustra diciendo<br />

que “aunque existe cierta discusión entre<br />

los filólogos clásicos sobre el significado<br />

anatómico originario del término ‘phrén’,<br />

no hay muchas dudas sobre su valor en los<br />

médicos a partir de Hipócrates (siglos V-IV<br />

a.C.). Coincidente con el que encontramos en<br />

Aristóteles (siglo. IV a.C.), ‘phrén’ significaba<br />

“diafragma” y se usaba casi siempre en plural,<br />

‘phrénes’. Quizá en una época anterior, de la<br />

que Homero sería el principal testigo, significó<br />

‘pulmones’, ‘pericardio’, ‘entrañas’ y tal vez<br />

por eso su preferencia por el plural. Pero en<br />

época clásica, sin duda alguna, ‘phrénes’ era<br />

sinónimo de diafragma. Dice Rufo de Éfeso,<br />

especialista en vocabulario anatómico (siglos I<br />

y II d.C.): ‘Lo que separa las vísceras del pecho<br />

de las de abajo es el diáphragma o phrénes’”.<br />

Entonces, para los griegos, el diafragma fue<br />

en un primer momento la sede del miedo y<br />

de la angustia y, más adelante, de la mente,<br />

al igual que en nuestra cultura el corazón se<br />

supone que es asiento del coraje, del amor y<br />

de la voluntad, sin ninguna base científica.<br />

Sin embargo, los estudiosos anatomistas<br />

de la época conocían la real función de este<br />

músculo.<br />

Figura 10: "Erasístrato descubre la causa del mal de Antíoco" (de Jacques-Louis David, 1774)..<br />

Repasemos: existían dos términos en<br />

griego para “mente” y que se usan en el<br />

léxico científico moderno: "fren," como<br />

afijo antepuesto en la palabra compuesta, y<br />

"frena", como afijo en posición final en las<br />

palabras compuestas. Homero (figura 9)<br />

utiliza la palabra "phrénes" en numerosas<br />

oportunidades: “sus phrénes le temblaban<br />

por dentro”, aludiendo al miedo; “su phrén se<br />

complacía con la lira”, con respecto al placer<br />

por escuchar música; “el amor recubría sus<br />

phrénes”, etcétera.<br />

Sin embargo, en los tratados hipocráticos<br />

“Sobre las enfermedades sagradas” se<br />

ponía en claro que el cerebro era el que<br />

articulaba la intelección y que las "phrénes"<br />

(diafragma) eran designadas para eso<br />

por convención o por azar pero que nada<br />

tenían que ver con pensar o reflexionar.<br />

Pero es sorprendente ver que aun con esta<br />

contundente afirmación, los términos<br />

no se usaban correctamente en época de<br />

Hipócrates. "Phrénitis" y "phrenési" pasaron<br />

al español como "frenitis" y "frenesí" y los<br />

diccionarios de latín o griego lo tradujeron<br />

como locura, insania y como inflamación<br />

del cerebro. Fue recién en el siglo IV a. C.<br />

que el médico Diocles de Caristo dijo con<br />

Figura 11: Galeno (litografía de Pierre Roche Vigneron, 1865)<br />

absoluta convicción que "phreniti"s era una por inflamación de las meninges y Galeno<br />

inflamación del diafragma. Praxágoras (figura 11) aseguraba en el siglo II d.C. que<br />

de Cos pensaba en el siglo IV a.C que la se trataba de una enfermedad del cerebro.<br />

"phrenitis" era una inflamación del corazón.<br />

La confusión era importante.<br />

Erasístrato (figura 10) afirmaba en el siglo Ahora, ¿cómo se relaciona todo esto<br />

III a.C. que era una enfermedad cerebral con la terminología médica actual? Los<br />

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88 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

anatomistas renacentistas, lógicamente<br />

lectores de Hipócrates y Galeno y basados en<br />

sus enseñanzas, usaron el adjetivo "frénico"<br />

cuando tuvieron que dar nombre a los vasos<br />

y nervios relacionados con el diafragma y<br />

el término "phrenicus" en latín científico,<br />

aparentemente, ya estaba documentado<br />

desde antes del año 1600 para mencionar<br />

al diafragma. Pero nuevamente un error:<br />

como desde Erasístrato se interpretó<br />

que "frenitis" -como derivado de "phrén"<br />

(mente)- era una enfermedad del cerebro<br />

que afectaba las facultades intelectuales, los<br />

médicos del siglo XIX siguieron utilizando<br />

esta palabra en este sentido y el médico<br />

belga Joseph Guislain (figura 12) introdujo<br />

"phrénopathie" (frenopatía) como término<br />

genérico para las enfermedades mentales<br />

en 1833. Más tarde surgieron otras. El<br />

psiquiatra alemán Karl Ludwig Kahlbaum<br />

(figura 13) introdujo "hebefrenia" en 1871,<br />

y el ya nombrado Eugene Bleuler (figura 8)<br />

introdujo "oligofrenia" y "esquizofrenia"<br />

entre 1899 y 1910, denominaciones que<br />

siguen siendo utilizadas en la psiquiatría<br />

moderna.<br />

Figura 12: Estatua del psiquiatra belga Joseph Guislain (1797–1860) en Ghent, su ciudad natal.<br />

Para finalizar, el nervio frénico (figura 14)<br />

se origina en el cuello, a partir de las raíces<br />

tercera, cuarta y quinta del plexo cervical<br />

y se extiende hacia abajo para finalizar en<br />

el diafragma y dar sus ramas terminales.<br />

Tiene un largo recorrido y, tal vez por su<br />

disposición, supuestamente comunica el<br />

extremo superior del organismo humano,<br />

el cuello y el cráneo, con el diafragma,<br />

siendo este quizá el motivo de la imaginativa<br />

relación antigua entre el diafragma y la<br />

mente, entre la frenes y los trastornos de la<br />

personalidad, entre la locura y un músculo<br />

que, a la luz de los conocimientos actuales,<br />

solamente cumple una importante función<br />

mecánica para la respiración y una función<br />

de separación entre la cavidad abdominal y<br />

la torácica. Para el “profano” pensamiento<br />

científico actual, no tiene nada que ver con<br />

el alma y nada lo relaciona con la mente ni<br />

con el origen de la locura. ●<br />

Figura 13: El psiquiatra alemán Karl Ludwig Kahlbaum<br />

(1828-1899)<br />

Figura 14: El nervio frénico derecho, segíun el artista<br />

mexicano DAmián Romero.<br />

Bibliografía<br />

- Cid Ledesma E, Cortés Gabaudan F, Ureña Bracero J.<br />

Autores científicos de la página web. Disponible en: www.<br />

dicciomed.es.<br />

- Arco iris en “Mitología”. Disponible en:<br />

www.enciclopediaespana.com.<br />

- Eurípides. “Tragedias”. Colección Biblioteca Clásica. 1ra.<br />

Edición. Madrid (España): Editorial Gredos; 1995.<br />

- Cortes F. Esquizofrenia. Disponible en: www.dicciomed.es<br />

- Bulletin of the History of Medicine. 2003;77(1). Disponible<br />

en: www.muse.jhu.edu<br />

- Millon T, Blaney P, Davis R. Textbook of Psychopathology.<br />

New York (USA): Edit. Oxford University Press; 1999.<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

89<br />

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90 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Ámbito médico<br />

& empresa<br />

8 de Marzo - Día de la Mujer<br />

En Diagnóstico Médico Sede Belgrano festejamos el Dia de la Mujer con un taller sobre "Recobrando el poder de lo femenino" donde se<br />

trabajo cuerpo-mente y espiritu de manera combinada, con el objetivod e brindar herramientas practics para que en lo cotidiano la muejer<br />

encuetre bienestar, presencia, poder, magnetismo y carisma.<br />

Agradecemos a Gabriela Piccoli (coach de Tao) y Marisa Prado (coach de físico) por brindarnos sus conocimientos y compartir sus<br />

conocimientos con todas todas nosotras.<br />

ExPoSICIÓN DE ARTE EN NuESTRA SEDE BElGRANo<br />

Diagnóstico Médico, continuando con su afinidad e interés por el arte y la cultura ha dispuesto las instalaciones de la Sede Belgrano,<br />

ubicada en Av. Cabildo 488, como Centro Cultural de Exposiciones para realizar muestras de arte de reconocidos artistas plásticos.<br />

En esta oportunidad, desde el 5 de Abril pasado y hasta el 20 de Julio próximo, con coordinación y montaje de Sergio Cruz, se está llevando<br />

a cabo una muestra de las obras de los artistas plásticos Pedro Roth, Angu Vazquez y Eugenio Emilio Monferran.<br />

Pedro Roth<br />

Nació en Budapest, Hungría el 8 de Julio de 1938, reside en la Argentina desde 1954. Es Licenciado en Realización Cinematográfica,<br />

Universidad Nacional de La Plata. Realizó más de 100 muestras de su obra pictórica en la argentina y en el extranjero, y alrededor de 40<br />

muestras fotográficas. Obtuvo una especialización de fotografía de obras de arte en el museo Metropolitan , MOMA, Sohetby’s New York.<br />

Es realizador de numerosos audiovisuales.<br />

Muestras de Pintura seleccionadas: 2014- La memoria os hará libres, AMIA, Buenos Aires, Argentina, 2013- Holocausto, Instituto<br />

Cervantes de Praga, República Checa, 2013- Galería Latinarte, Praga, República Checa, 2013- Celebraciones, Fondo Nacional de las<br />

Artes, Casa de la Cultura, 2013- Panorama, Honorable Senado de la Nación Argentina, 2013- Pentecostes, Iglesia Saint Cristhoforus,<br />

Berlín, Alemania, 2013- Volver a Ver, Sinagoga de Jerusalem, Praga, República Checa, 2013- Dibujos, Universidad Carolina, Castillo<br />

Podebrady, República Checa, 2012- Mikrokosmos, Museo Judío de Buenos Aires, Argentina, 2011- Libros, Instituto Ibero-Americano,<br />

Berlin, Alemania, 2010- Seiscientos por diezmil, Museo Judío de Frankfurt, Alemania 2010- Un mundo desde la cama, Museo Történeti,<br />

Budapest, Hungria, 2010- El Camino, Museo Caraffa, Cordoba, Argentina, 2009- Story Telling, Galería Point of Contact Syracuse,<br />

USA, 2008-Imaginario, Laura Haber; 2008-Galería Maman, Punta del Este Uruguay, 2006- Pinturas, MAC, Santa Fe; 2003- El Golem,<br />

exposición y espectáculo multimedia en Buenos Aires, MNBA; 2003- El espíritu del Sábado, Fundación Banco Patricios; 2002-El Golem,<br />

exposición y espectáculo multimedia en Praga; 1996- El espíritu del Sábado, Fundación Banco Patricios;1994-Bonastruc Saporta, Gerona,<br />

España<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

91<br />

Trabajos: Realizo las fotos de más de 30 libros y numerosos catálogos. Especializado en fotografia de obras de arte trabajó con los<br />

siguientes artistas: Castagnino, Batle Planas, Berni, Polesello, Benedit, Romberg, Heredia, Maccio, Noe, Benguria, Robirosa, Grippo,<br />

Szalay, Minujin, Pierri, Eguía, Presas, Cuttica, Nigro, Iommi, Cantamessa, Peralta Ramos, Arden Quin, Blaszko, Bolivar, entre otros.<br />

Trabajó como Jefe de fotógrafos de la revista STOP y reportero gráfico de las revista Confirmado, Panorama, Siete Días, Gente, Parabrisas,<br />

Para Ti, Corsa, Mucho Gusto y Dirigencia.<br />

Premio: Tercer premio de la bienal Paloma Alonso 2005.<br />

Escritor: Libro publicado, El Pensamiento Urbano y El Pensamiento Rural.<br />

Distinciones: Mención de Honor Senador Domingo Faustino Sarmiento, otorgado por la Honorable cámara de Senadores de la Nación.<br />

Nombrado Ciudadano destacado de la Cultura por La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.<br />

Las internaciones de Pedro Roth<br />

La obra de Pedro Roth, ese work in progress que se viene realizando hace varias décadas, ya constituye un fantástico territorio con su<br />

propia geografía, sus propias leyes, su fauna y su flora.<br />

Quizás sea la internación la palabra que mejor define el accionar artístico de Pedro pues, sus obras lejos de bocetos o ideas previas,<br />

siempre son el producto de su acción directa sobre la superficie adonde el artista se va internando azarosamente en un diálogo repentino<br />

y cambiante entre la mano, el ojo y la materia para establecer al fin sus antropomorfismos, zoomorfismos y demás habitantes de su<br />

territorio.<br />

Roth forma parte de aquellos artistas que como Klee, Dubuffet o Miró – para nombrar solo unos pocos- ha sabido reencontrar al niño que<br />

cada uno lleva adentro. Es por eso que su arte siempre nos deja la sensación de que jugando, riendo, dejándonos llevar por sus disparatadas<br />

ocurrencias nos trasmite la frescura, la alegría y la ternura que vive en cada una de sus obras.<br />

Raul Santana.<br />

Angu Vazquez<br />

Lo más conocido de la obra de Angú Vazquez es su trabajo como grabadora.<br />

Pero todo artista conlleva muchas disciplinas, y, desde luego todo grabador conlleva un dibujante agazapado. Por eso se anima al salto al<br />

vacío que implica mostrar sus dibujos. Con todas las dudas de abandonar el terreno seguro en el que se mueve con comodidad, pero con<br />

la fuerza que implica la coherencia, la lealtad a sí misma.<br />

Cuando uno habla con honestidad, no importa cuál sea la herramienta que se use como medio, el resultado es el mismo.<br />

Y esta actitud de Angú al mostrar sus dibujos, al permitirse bucear en otra técnica, al ir contra su propia corriente, la conforma a ella como<br />

artista: habla de sus intereses, de sus obsesiones. Sus obras reflejan su postura ante la vida, en algún sentido. Angú sabe que la mayor<br />

parte de las veces la vida es un enorme remolino que te arrastra, te modifica, te condiciona, y que luego se va como había llegado y te deja<br />

los magullones lógicos, pero una enorme transformación y cierta percepción de libertad.<br />

Un vendaval de vientos cambiantes que chocan y buscan, viran y acompañan. Una enorme tormenta en la que tanto se deja llevar como<br />

intenta enfrentar, según los momentos. Es curioso ver cuánto se repiten en sus títulos, y en sus muestras, los conceptos de viento y agua,<br />

de movimiento de olas, del aire,de mar. En esencia, la inestabilidad.<br />

Esa tempestad vital es la que representa Angú Vázquez una y otra vez en sus obras, desde diferentes puntos de vista, desde distintos<br />

ángulos, desde distintas maneras de resistirla. Desde esa capacidad que tenemos los seres humanos de dejarnos llevar en determinado<br />

momento, pero saber ver cuándo pararnos firmes. Por momentos sólo aguantar, esperar que pase. Y por momentos mirar de frente,<br />

atacar.<br />

Es muchísimo más que un dibujo. Es muchísimo más que una imagen.<br />

Es una manera de entender la vida.<br />

Florencia Salas<br />

Eugenio Emilio Monferran<br />

Pintor y dibujante geometrico. Nacio en Buenos Aires en 1949. Expone desde 1970 hasta la fecha, ha realizado 47 exposiciones<br />

individuales, fue seleccionado en mas de 6 salones nacionales, municipales y privados.<br />

Participo en mas de 250 exposiciones colectivas en el pais y en el extranjero, resulto finalista de becas, Alemania (Alberto Durero) y dos<br />

veces a Italia (Francesco Romero) en el Fondo Nacional de las Artes, en el año 1981-1984.<br />

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92 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

En 1970 su obra representó al pais en la IV Bienal Internacional de Arte de Ibiza, obteniendo el III premio de dibujo.<br />

En 1971 fue invitado por la Secretaria de Cultura de España a participar en dos muestras colectivas, en el Museo de Navarra y en la<br />

Escuela de Artes y Oficios en Barcelona.<br />

En 1979 participó en la Bienal de Dibujo Joan Miro en Barcelona y en 1996 fue seleccionado en el II Premio a la creación “Francisco<br />

Zurbaran” en Extremadura, y luego invitado a exponer en las ciudades de Badajoz, Merida y Caceres.<br />

En 1988 fue invitado por la Secretaria de Cultura a realizar una muestra individual itinerante por Europa en el buque “Tucuman”,<br />

exponiendo en Brasil e Italia y visitando Francia e Israel.<br />

En 1996/97//98/99/2000 participo de las muestras de Libros de Artistas en la Galeria Espacios, Museo Sivori y Biblioteca Nacional.<br />

En 1999 realiza una muestra en el Consejo Deliberante de Pigüe- Saavedra- Pcia de Buenos Aires.<br />

Homenaje a mis abuelos Franceses- 50 Obras- 50 Años.<br />

Auspiciada por la Secretaria de Cultura de la Nacion.<br />

2000/2001- Galeria Ursomarzo- Bs As- personal. Rossano. Monferran.<br />

2001- Asociacion Cultural Pestalozzi- Bs As.- Madi pequeño fomato. Galeria Palatina<br />

2002/2003- GaleriaTeresa Nachman- Pinamar- Homenaje a Victor Magariños D.<br />

2003- Macla- La Plata- MADi Internacional.<br />

Galeria Teresa Nachman- Bs As- Detrás del Orden.<br />

2004- Centro Cultural Borges- Bs As. MADI Internacional.<br />

Constelaciones- Museo Historico Saavedra- Bs As.<br />

Mega muestra “Del Sur al Sur”- Ingro Jacobacci- Rio Negro.<br />

Fundacion del Museo Ingro Jacobaccio- Rio Negro.<br />

Homenaje a Paul Klee- “ Camara Argentina Suiza”- Bs As<br />

2005- Homenaje a Paul Klee- “Galeria Hoy en el Arte”- Pinamar<br />

“Lineas del Silencio” de la linealidad al Madi. 1970/2005- La Plata, Macla<br />

2006- “La fiesta de la Geometria” 95 años Raul Lozza.<br />

Galeria Hoy en el Arte- Bs As. Y M.A.C.R. Lozza- Alberti, Pcia de Buenos Aires<br />

Arte Neon- Artistas con Neon. Galeria Centoira. Expo Trastienda- Costa Salguero.<br />

2007- 1º Bienal Arte Gemetrico. Internacional- La Boca- Galeria Dharma- Madi Bs As. Internacional.<br />

UTN Universidad tecnica Nacional F.R.A. Facultad Regional Avellaneda. Individual.<br />

2008/09//10/11- Arte Neon. Artistas con Neon. Galeria Centoira.<br />

Desde el año 2000 participa en Madi Internacional.<br />

2011- Brasil, Uruguay, Argentina, Madi Internacional, Palais de Glace Bs As.<br />

2007. 2011. “La Geometria en el Arte” I, II, III y IV Edicion. Museo Caraffa. Cordoba. Museo de Arte.<br />

Construido. Bs As. CFI Bs As. Universidad Nacional Tucuman.<br />

2012- Mayp. arteBA con la Galeria Isabel Anchorena. La Rural, Buenos Aires<br />

2012- Junio/Julio. Muestra individual en la Galeria Isabel Anchorena., “opus madi”<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

93<br />

Prof. Dr. Alfredo Buzzi, en el Congreso Europeo de Radiología<br />

Durante el Congreso Europeo de Radiología que tuvo lugar<br />

en Viena el pasado mes de marzo, sesionó la Sociedad<br />

Internacional de Historia de Radiología (ISHRAD). En<br />

la foto están frente al stand de dicha sociedad el Prof. Dr.<br />

Alfredo Buzzi, Director Médico de DM y Vice-Presidente<br />

de ISHRAD, el Dr. Uwe Busch, de Remscheid Alemania),<br />

Secretario General de ISHRAD y el prof. Dr Adrian Thomas,<br />

de Londres (Inglaterra), Presidente de ISHRAD.<br />

ISHRAD es la primera sociedad internacional especialmente<br />

dedicada a la Historia de la Radiología y de<br />

la Tecnología Radiológica. Está formada por un variado<br />

grupo de profesionales unidos por la pasión por la historia<br />

de la radiología y de todos los temas relacionados con las<br />

imágenes médicas y la terapia. El diagnóstico por imágenes<br />

cambia permanentemente y es cada vez más importante<br />

para la atención del paciente. La historia de la radiología es<br />

fascinante y tiene que ser celebrada y conservada.<br />

El Prof. Dr. Alfredo Buzzi con el Dr. Eduardo Fraile Moreno, ex presidente de la Sociedad Española de Radiología.<br />

Dra. Sonia Lesyk, en el Congreso Europeo de Radiología<br />

La Dra. Sonia Lesyk, del Depto. de neurorradiología<br />

de DM, participó en el<br />

Congreso Europeo de Radiología que tuvo<br />

lugar en Viena en el mes de marzo pasado<br />

presentando el trabajo<br />

Morphological alterations and lesions<br />

of skull (Las alteraciones morfológicas y<br />

lesiones de cráneo) Review of cases in MRI<br />

and CT scan of the brain (Revisión de casos<br />

en la RM y la TC del cerebro).<br />

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94 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

DIAGNÓSTICO PEDIÁTRICO<br />

En Diagnóstico Médico contamos con un jerarquizado equipo de<br />

profesionales Especialistas en Diagnóstico por imágenes en Pediatría<br />

de la UBA, formados en los 3 hospitales pediátricos de la Ciudad De<br />

Buenos Aires, destacándose la calidez humana como denominador<br />

común, esencial para el trato con la población infantil y su familia.<br />

Central de turnos . 4821-6900<br />

dm@diagnosticomedico.com - www.diagnosticomedico.com<br />

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CRÓNICAS DE VIAJES<br />

Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

95<br />

Por Dr. Jorge A. Lowenstein<br />

Historias de un<br />

médico viajero<br />

Dr. Jorge A. Lowenstein 1<br />

Lo mejor de los viaje es lo de antes y lo de después.<br />

Maurice Maeterlinck<br />

(premio Nobel de Literatura, 1911)<br />

La primera vez que me subí a un avión<br />

tenía 36 años. Fue en 1980 cuando<br />

compré el primer ecocardiógrafo<br />

y partí desde Ezeiza a descubrir el<br />

ultrasonido y el mundo.Cada recorrido fue<br />

una aventura y pese a sufrir los aviones,<br />

sus comidas desabridas, los aeropuertos,<br />

las aduanas, las descompensaciones circadianas,<br />

los extravíos de valijas, las cenizas<br />

y otros imponderables, siempre volví<br />

más completo, con amigos nuevos, con<br />

recuerdos de escenarios de desgarradora<br />

belleza, maravillosas historias de lejanas<br />

culturas y un poco más conocedor de este<br />

globo, llamado tierra.<br />

La vivencia de un viaje comienza mucho<br />

antes de partir, cuando leemos información<br />

o escuchamos relatos sobre el destino<br />

elegido. El “durante” es único e irrepetible<br />

y el “después”, tamizado por el tiempo, aún<br />

parece mucho mejor. Sin embargo, el viaje<br />

se vuelve verdaderamente memorable y<br />

mágico cuando se lo relata o la experiencia<br />

se vuelca al papel.<br />

En una época, solía filmar los diferentes<br />

itinerarios con una cámara super 8 y<br />

pasé largas jornadas editando las mejores<br />

escenas. Son miles de metros de celuloide<br />

que guardo y que nunca volví a ver, por lo<br />

cuál, hace años que sólo registro fotografías<br />

y desde hace algún tiempo, intento<br />

transformar los recuerdos en palabras.<br />

Sin un orden preestablecido de fechas,<br />

sino más bien por evocación de imágenes<br />

en mi frágil memoria, relataré en esta<br />

ocasión dos viajes que realicé a Siberia,<br />

destino Tyumen, como Faculty al Congreso<br />

Internacional de Ecocardiografía en mayo<br />

2005 y para la misma época en el 2006.<br />

Tyumen está en el distrito federal de los<br />

1<br />

Jefe del Servicio Cardiodiagnóstico de Diagnóstico Médico - Sede Cabildo.<br />

Jefe del Servicio Cardiodiagnóstico de Investigaciones Médicas de Buenos Aires.<br />

Figura 1: El Kremlin de Tobolsk.<br />

Urales a 2100 km al éste de Moscú y es la<br />

moderna capital de una región rica en<br />

petróleo y gas, que se extiende desde la<br />

frontera de Kazajstán hasta el Océano<br />

Ártico. Su temperatura es de 20 grados en<br />

la primavera de mayo. Sin embargo, en<br />

diciembre suele alcanzar los 40 grados bajo<br />

cero. A pesar de la distancia, pude percibir<br />

en los hábitos de su gente más similitudes<br />

que diferencias. Son portadores de una<br />

amabilidad extrema, muy afectos a la<br />

música y a los deportes, a los brindis<br />

interminables y también con el privilegio<br />

de exhibir las mujeres más bellas del<br />

mundo.Apenas 1 hora después de nuestro<br />

arribo, en una sorpresiva conferencia<br />

de prensa, nos encontramos ante la<br />

presencia de alrededor de 10 cámaras de<br />

TV y numerosos periodistas con preguntas<br />

dirigidas especialmente “al cardiólogo<br />

argentino”, por ser el más desconocido<br />

y venir de tierras tan distantes. Las<br />

interrogaciones como ¿cuál es su impresión<br />

de la cardiología de Siberia?, ¿cómo<br />

compara su práctica con la nuestra? y otras<br />

similares pasaron del ruso del periodista<br />

al inglés de mi intérprete, al español de mi<br />

cerebro, con una respuesta que trataba de<br />

ser inteligente y seguía el camino inverso,<br />

con alguna broma que no causaba la más<br />

mínima sonrisa. Me salvó el recitar las<br />

conclusiones del estudio InterHeart,<br />

aplicable a cualquier región del mundo y<br />

algunos datos sobre la seguridad y el riesgo<br />

de las diferentes técnicas de imágenes, que<br />

tampoco tienen fronteras.<br />

Luego de que finalizaran exitosamente las<br />

Jornadas Científicas, cuando los ilustres<br />

se volvieron a sus respectivos centros,<br />

me quedé dos días más para disfrutar el<br />

post-congreso que generalmente suma un<br />

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96 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

embustero por otros que terminaron<br />

envenenándolo sin el efecto esperado,<br />

para concluir disparándole varios tiros<br />

y arrojarlo atado al río Neva, donde<br />

finalmente murió ahogado.<br />

Su modesta casa de madera es hoy un<br />

museo donde pueden verse una foto,<br />

un plato, un espejo y una silla mágica<br />

muy admirada por los turistas por sus<br />

propiedades afrodisíacas porque según el<br />

decir de la guía, en ella se sentaba el potente<br />

Rasputin (foto 2).<br />

Figura 2: Villa Pokrovskoye, con la Casa Museo de Rasputin.<br />

Figura 3: Mansión del Gobernador General de Tobolsk, donde la familia Romanov estuvo confinada.<br />

Figura 4: Estatua de Dmitri Mendeliev en Tobolsk.<br />

importante plus a los viajes.<br />

A la mañana siguiente me asignaron, como<br />

gentileza, un chofer, una intérprete, una<br />

guía y un fotógrafo para visitar la ciudad de<br />

Tobolsk y su Kremlin (foto 1).<br />

En el recorrido, aproximadamente a 80<br />

km de Tyumen, tuve la oportunidad de<br />

visitar una villa muy pobre de alrededor de<br />

100 habitantes donde en el año 1869 había<br />

nacido Grigori Yefimovich Rasputin, más<br />

conocido como el Monje Loco. Es increíble<br />

cómo un niño que se crió como campesino<br />

en un pequeño pueblo (Pokrovskoye)<br />

llegó a tener tanta influencia en la corte<br />

de los Romanov. Fue por sus milagrosas<br />

curaciones a Alexis Nikolaiévich, el hijo<br />

hemofílico heredero del trono ruso, que<br />

la zarina Alexandra confió ciegamente en<br />

el místico curandero, considerado santo<br />

y visionario por algunos y un borracho<br />

Otro de los hitos del recorrido fue la casa<br />

del Gobernador de Tobolsk donde los<br />

Romanov pasaron los últimos meses de su<br />

vida luego de que Nicolás II abdicara en el<br />

año 1917 (foto 3).<br />

Esta mansión de dos pisos también hoy<br />

se transformó en un museo y conserva en<br />

exposición los muebles, la ropa, las fotos<br />

del Zar, de su esposa y de sus cinco hijos,<br />

que vivieron recluidos hasta su traslado y<br />

posterior magnicidio por la policía secreta<br />

bolchevique en la ciudad de Ekaterimburgo<br />

en julio de 1918. Sin lugar a dudas las fotos<br />

más contempladas fueron las de la joven<br />

Anastasia de apenas 17 años que nos hizo<br />

recordar todas sus legendarias historias en<br />

relación a su supervivencia, situación que<br />

nunca se confirmó.<br />

Por último, en la misma Tobolsk tuve<br />

oportunidad de posar delante de un colosal<br />

monumento dedicado al hijo dilecto de<br />

la ciudad, el químico Dimitri Mendeleyev<br />

(foto 4).<br />

Cuando la guía me preguntó si sabía quién<br />

era, creí lucirme al exponer que fue el<br />

creador de la tabla periódica de elementos.<br />

Con un gesto adusto me explicó que es el<br />

homenaje del pueblo al genial químico<br />

que luego de profundos estudios llegó a la<br />

conclusión de que el verdadero vodka debe<br />

tener una proporción de 40° de alcohol.<br />

Merecedora ofrenda al gran inventor de la<br />

bebida mas requerida del mundo.<br />

Luego de esta primera experiencia en<br />

Siberia ya no me la imaginé más blanca,<br />

fría ni castigadora y esperé con ansiedad<br />

otra oportunidad para volver a visitarla.<br />

No pasó mucho tiempo y tuve la ocasión de<br />

repetir el destino Siberia (Tyumen) en el<br />

año 2006 durante el XV World Congress of<br />

the Internacional Cardiac Doppler Society<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

97<br />

(ICDS).<br />

En general los viajes prolongados en<br />

avión aburren e inquietan y éste no fue la<br />

excepción. Después de trece horas a Madrid<br />

y cinco más a Moscú, continuar luego hacia<br />

Tyumen se hizo interminable. En éste<br />

último tramo se presentó una situación<br />

insólita: tuve la oportunidad de viajar en la<br />

primera fila con comodidades especiales,<br />

como que había, sobre una repisa de<br />

madera, delante de mi asiento, un televisor<br />

de 20 pulgadas, que con cada movimiento<br />

del avión, como no se podía plegar ni<br />

guardar, seguía las oscilaciones producto<br />

de inesperadas turbulencias, mientras que<br />

entre susto y sorpresa intentaba degustar el<br />

arenque acompañado de un vaso de vodka,<br />

ofrecido como desayuno light.<br />

Uno de los mejores recuerdos de aquel<br />

congreso fue la fiesta inaugural con mucha<br />

música, bailes, cantos y un conjunto<br />

orquestal que se lució interpretando a<br />

nuestro gran Astor Piazzola (figura 5).<br />

En Rusia el brindis es una institución.<br />

En días sucesivos hubo interminables<br />

oportunidades de brindar por el éxito del<br />

evento, por la familia, por los logros, por<br />

los proyectos, por el presente, el pasado y<br />

el futuro de propios y extraños. Pero como<br />

los buenos deseos no se debían repetir y las<br />

vueltas de vodka eran múltiples y rápidas,<br />

además de escuchar muy atentamente, fue<br />

un verdadero desafío tener que pensar en<br />

el próximo motivo para no ser redundante<br />

y levantar rápidamente la copa con un<br />

equivalente al “por salud”, “ por los<br />

amigos” y “por la vida”.<br />

Dice la historia que el gusto de los rusos<br />

por la bebida fue uno de los argumentos<br />

que utilizó el Principe Vladimir a fines<br />

del siglo X para rechazar la fe musulmana<br />

cuando aquel buscaba una religión para sí<br />

y su pueblo.<br />

Volvi a recorrer la bella ciudad de Tyumen,<br />

la primera urbe fundada en Siberia en<br />

el año 1586 y que en la actualidad es un<br />

importante centro regional no sólo por<br />

su petróleo, gas e industria, sino que se<br />

destaca en ciencia, cultura, educación y<br />

especialmente medicina. Su centro de<br />

convenciones es moderno y amplio y su<br />

gente es muy amable y curiosa, aunque<br />

habla muy poco el Inglés.<br />

La rehablitación cardiovascular es<br />

Figura 5: Fiesta inaugural XV Congreso Mundial ICDS en Tyumen cuarteto local interpretando a Astor Piazzolla.<br />

Obsérvese en el extremo derecho la \balalaika típico instrumento de cuerdas Ruso ya conocido en el siglo XVII .<br />

Figura 6: Estación de Tuymen con el famoso tren Transiberiano.<br />

prioritaria en su atención médica y<br />

tienen centros donde derivan a los<br />

pacientes cardiovasculares con todas las<br />

comodidades, inclusive hoteles y hasta<br />

canal propio de TV. El Centro Cardiológico<br />

de Tyumen, sin lujos pero con toda la<br />

infraestructura y tecnología del siglo XXI,<br />

organiza dos Simposios Internacionales<br />

anuales y hasta el día de hoy, cada año,<br />

me envían puntualmente las invitaciones<br />

a participar en el mes de mayo con una<br />

temperatura primaveral como la que me<br />

toco vivir, o en diciembre con 40 grados<br />

bajo cero, que amablemente siempre supe<br />

evitar.<br />

Pude recorrer su centro cívico, sus múltiples<br />

iglesias y especialmente cumplir<br />

un viejo sueño como de ver pasar por la<br />

estación local de ferrocarril uno de los<br />

trenes mas famosos del mundo, el mítico<br />

Transiberiano que cubre en 6 días 2<br />

continentes, 12 regiones y 87 ciudades en<br />

su recorrido por Rusia, Mongolia y China<br />

y que me transportó imaginariamente aún<br />

más lejos recordando tantas enigmáticas<br />

historias (figura 6).<br />

Al finalizar el Congreso volví a visitar<br />

Tobolk, famosa por su Kremlin (fortaleza<br />

de piedra), construido en el siglo XVII.<br />

Pero esta vez no fui solo sino acompañado<br />

por varios de los ilustres participantes del<br />

Congreso y todo el Comité Organizador.<br />

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98 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Tuve la oportunidad de estrechar lazos de<br />

amistad con Lee Frazin (figura 7) y escuchar<br />

de primera mano cómo hizo realidad su idea<br />

del ecocardiograma transesofágico. A él se<br />

le atribuye en el año 1974 haber comenzado<br />

con la técnica y al mejor estilo del premio<br />

Nobel alemán Werner Forssmann, que<br />

introdujo un catéter urinario dentro de<br />

la aurícula derecha de su propio corazón.<br />

Lee me relató como deglutió la sonda<br />

para demostrarle al mundo que la vista<br />

transesofágica para el eco era factible. Es<br />

precisamente a partir de él que comienza<br />

a utilizarse esta nueva ventana que hoy<br />

constituye una herramienta diagnóstica<br />

insustituible.<br />

Figura 7: A la derecha del autor, Leo (Lee) Frazin de Chicago, el inventor de la ecografía transesofágica modo M.<br />

Visitamos diferentes templos (figura 8) y<br />

navegamos juntos por el rio Tobolsk en una<br />

tarde inolvidable de placeres sensoriales,<br />

llenos de música, juegos, bailes, comidas<br />

exóticas, mucho, mucho vodka y una puesta<br />

de sol increíble sobre una iglesia ortodoxa.<br />

Para no dejar dudas sobre la belleza de la<br />

mujer rusa obtuve una foto irrepetible con<br />

las secretarias del evento (figura 9), retrato<br />

con el que me lucí entre los amigos, pero<br />

que fue el final de los viajes solitarios ya que<br />

desde ese día, mi afable esposa Marta no<br />

deja de acompañarme.<br />

Al regresar vía Moscú tuve oportunidad<br />

de visitar el servicio de Cardiología y<br />

Ecocardiografia del Prof. Dr. Simon<br />

Matskeplishvili, un viejo compañero de<br />

sesiones durante los Euroecho y hoy<br />

Director de la Sección Ecocardiográfica<br />

de la Sociedad Rusa de Cardiología.<br />

Simon, nacido en Georgia, es el Jefe de<br />

Ecocardiografía del Hospital Bakulev,<br />

un muy prestigioso Centro Científico de<br />

Cirugía Cardiovascular y líder mundial en<br />

cardiocirugía infantil y nuevas técnicas<br />

quirúrgicas (figura 10).<br />

Figura 8: Una de las tantas Iglesias en el kremlin de Tobolsk.<br />

Su vida es novelesca. Estuvo dentro de las<br />

Torres Gemelas de New York aquel fatídico<br />

9/11 y salvó milagrosamente su vida porque<br />

bajó desde el mirador a la planta baja unos<br />

segundos antes del atentado por creer<br />

haber perdido su reloj. Con él recorrí varios<br />

pisos del gigantesco hospital y, lo más<br />

llamativo, fue el contraste entre los otros<br />

pabellones grises y el suyo de Cardiología<br />

No Invasiva caracterizado por una brillante<br />

luminosidad, con paredes forradas en<br />

madera, con cuadros y esculturas en<br />

todos los pasillos. Es que allí se atendieron<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

99<br />

Figura 9: Secretarias del XV World Congress of the Internacional Cardiac Doppler Society navegando por el rio Tobolsk (la belleza de la escena contrasta con el anti latin lover<br />

argentino, de gorrita).<br />

Alexey Leonov, primer cosmonauta<br />

que caminó por el espacio y Valentina<br />

Tereshkova, la primer mujer astronauta,<br />

el premiado director de cine y compositor<br />

Petr Todorovsky y el Sinatra soviético<br />

Muslim Mahammad, entre muchos famosos<br />

pacientes. Es costumbre (¿u obligación?)<br />

hacer una importante donación en<br />

agradecimiento a las atenciones recibidas.<br />

De los viajes uno recuerda algo de las<br />

conferencias escuchadas, quizás un poco<br />

más de los escenarios naturales, de museos<br />

y de templos, pero sin lugar a dudas lo que<br />

nunca va a olvidar es a la gente. ●<br />

Figura 10: Hospital Bakulev, Centro Científico de Cirugía Cardiovascular en Moscú, Rusia.<br />

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Necrologica<br />

100 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Por Lic. Norma Isabel Sánchez 1 - Dra. Sandra Janete Inwentarz 2<br />

Dr. Julio Guido Barrera Oro<br />

(1927-2013)<br />

El 19 de octubre de 2013, falleció en EEUU, el doctor Julio Guido Barrera Oro. Su nombre está íntimamente<br />

vinculado al de la fiebre hemorrágica argentina (FHA), dolencia producida por un arenavirus conocido<br />

como “virus Junín” que tiene la particularidad de establecer infecciones crónicas en un roedor, el Calomys<br />

musculinus, que transmite la enfermedad a través del contacto del hombre con su saliva, orina, sangre<br />

o sus partículas aerosolizadas.<br />

Los primeros casos de FHA se<br />

produjeron inicialmente al noroeste<br />

de la provincia de Buenos Aires, en<br />

los partidos de Bragado, Junín, 9 de Julio,<br />

General Viamonte, Chacabuco y Rojas.<br />

Los iniciales registros datan de 1943,<br />

cuando pobladores de la ciudad de 9 de<br />

Julio, padecieron “gripe” con fiebre muy<br />

alta y un 60% de mortalidad, llamada “la<br />

fiebre” por los lugareños.<br />

La primera comunicación oficial con respecto<br />

a esta enfermedad fue realizada por<br />

el Dr. Rodolfo Arribalzaga, jefe de la Sala de<br />

Infecciosas del Hospital de Bragado.<br />

En su trabajo, publicado por El Día Médico<br />

(6 de junio de 1955), describió una serie<br />

de casos que cursaban como un tipo de<br />

“gripe”, con hipertermia, exantema, enantema,<br />

nefrotoxicidad y leucopenia y reclamó<br />

por lo tanto la presencia de especialistas de<br />

Buenos Aires para su resolución. Pero solo<br />

alrededor de 1955/58 toma notoriedad<br />

cuando el número de afectados aumenta.<br />

Entonces, un grupo de investigadores se<br />

dirige hacia la zona de mayor incidencia<br />

con el propósito de llevar adelante los<br />

estudios que intenten paliar la situación y<br />

encontrar una solución definitiva.<br />

Existía en la ciudad capital un respetable<br />

centro de investigaciones: el Instituto<br />

Nacional de Microbiología Carlos Malbrán<br />

(de vieja data, bajo otra denominación),<br />

que había habilitado laboratorios de<br />

biología molecular. Allí se daban cita<br />

personalidades como las de Ignacio<br />

Pirosky, Julio I. Maestegui, César y Celia<br />

Milstein, Eugenia Sacerdote de Lustig,<br />

Juan A. Zuccarini y muchos más. Al grupo<br />

1<br />

Profesora adjunta de Historia de la Medicina. Departamento de Humanidades Médicas (FM/UBA). Directora de la Biblioteca<br />

Sarmiento (de la Sociedad Científica Argentina).<br />

2<br />

Médica Pediatra-Neumonologa Universitaria. Jefe de División Neumonología, Consultorios Externos. Instituto de Tisioneumonologia,<br />

Profesor Doctor Raúl Vaccarezza (FM/UBA).<br />

Nota: Las firmantes, son autoras del artículo: “Fiebre hemorragia argentina. Otra mirada histórica (ciencia y tecnología)”,<br />

(aparecido) en: Anales de la Sociedad Científica Argentina. Bs As, vol. 246, nº 1, 2012, p. 5-24.<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

101<br />

se incorpora, en 1957, tras un concurso,<br />

el virólogo Barrera Oro, quien formará<br />

parte de este Instituto hasta su retiro e<br />

instalación en EEUU.<br />

¿Qué sorprende de la labor de Barrera Oro?<br />

Analicemos un aspecto: desorientados los<br />

pesquisadores sobre los posibles orígenes<br />

de la enfermedad, como joven profesional,<br />

decide inocularse procurando una respuesta.<br />

Alguna vez así lo contó:<br />

”El 21 de junio de 1958 fui a Junín como<br />

integrante de la Comisión Nacional “ad hoc”<br />

nombrada por el Señor Ministro de Asistencia<br />

Social y Salud Pública, Dr Noblía, y formada<br />

por el jefe de ella, Dr Pirosky, y por los doctores<br />

Molinelli, Zuccarini y Di Pietro, que también<br />

tenían a su cargo tareas directrices; el Dr De<br />

León, que estudiaba la parte epidemiológica; el<br />

Dr Bernabé Ferreira, especialista en Virología;<br />

y el señor Teodomiro Vázquez, Entomólogo,<br />

jefe del equipo de campo que comandaba el<br />

grupo de desratizadores, cuyo capataz, señor<br />

Díaz, tuvo la desgracia de enfermar allí del<br />

“Mal de los Rastrojos”.<br />

El Dr. Pedro Martini, el estudiante de medicina<br />

F Gutman Frugoni y yo, trabajábamos en el<br />

laboratorio en todo lo concerniente a exámenes<br />

de sangre y otras muestras extraídas de los<br />

enfermos, buscando al agente patógeno de la<br />

enfermedad en cuestión …<br />

Ya en Buenos Aires, por razones circunstanciales,<br />

recayó en mi el honor de recibir en<br />

el Instituto Nacional de Microbiología al doctor<br />

Earl Chamberlain, consultor de la Oficina<br />

Sanitaria Panamericana …<br />

Al observar los resultados logrados hasta<br />

entonces por nuestro equipo, resumió su opinión<br />

en un “Too Good” (“demasiado bueno”), que<br />

yo no supe bien si era admirativo o escéptico.<br />

Entonces repliqué al ilustre visitante que<br />

nuestras investigaciones no serían publicadas<br />

mientras no pudiera producirse la enfermedad<br />

en el hombre, experimentalmente …<br />

A comienzos de diciembre, las pruebas<br />

efectuadas por nuestro equipo habían<br />

permitido determinar ya de un modo<br />

irrefutable -mediante el proceso de ultrafiltración-<br />

que habíamos aislado un virus, y<br />

los ensayos serológicos hacían suponer, con<br />

amplio margen de seguridad, que ese virus era<br />

el agente causal del ´mal de los rastrojos´…<br />

Faltaba la prueba más concluyente: provocar la<br />

enfermedad en el hombre, experimentalmente<br />

…<br />

Comencé a acariciar la idea de la<br />

autoinoculación …Tenía muchas dudas al<br />

respecto … las consecuencias sobre mi familia<br />

… razones de disciplina …<br />

Comencé a hablar de ello con algunos compañeros<br />

y todos trataban de disuadirme,<br />

Finalmente lo hice, que me extrajeran sangre<br />

de la vena para saber en qué condiciones se<br />

encontraba mi organismo, si tenía defensas<br />

orgánicas, etc. 3<br />

Nos detenemos para hacernos dos preguntas<br />

y trasladarlas a los lectores: por<br />

un lado una de carácter metodológico,<br />

¿era el momento oportuno para llevar<br />

adelante esta “inoculación”? La otra,<br />

desde una perspectiva ética, ¿era correcta<br />

o por lo menos aceptable tan personal y,<br />

posiblemente, precipitada decisión? Se<br />

entrecruzan acá (y, no es una novedad, pues<br />

por lo general se puede hacer extensible<br />

a una multiplicidad de investigaciones)<br />

cuestiones humanas, sociales, económicas,<br />

políticas, antropológicas, etc.<br />

Sabemos como siguió la historia. El<br />

investigador, sobrevivió. Aun así había<br />

mucho por seguir trabajando. En 1978<br />

nace el Instituto Nacional de Estudios sobre<br />

Virosis Hemorrágicas en Pergamino (hoy:<br />

Instituto Nacional de Enfermedades<br />

Virales Humanas ´Julio Maiztegui´, Inevh)<br />

para continuar con los estudios. Por<br />

un convenio entre el Inevh, la OPS y un<br />

programa de la ONU, Barrera Oro fue<br />

comisionado para buscar una vacuna a<br />

virus vivos atenuados y viajó a EEUU, donde<br />

completó estudios postdoctorales en la<br />

Escuela de Medicina de la Baylor University<br />

(Huston, Texas). Después, trabaja en Fort<br />

Detrick (Maryland), en una instalación que<br />

pertenece al Comando Médico del Ejército<br />

de los EEUU: el Instituto de Investigación<br />

Médica sobre Enfermedades Infecciosas<br />

(Usamriid) y consiguió aíslar la cepa<br />

Candid 1 4 y el resultado fue la vacuna,<br />

altamente inmunológica, que fue cedida al<br />

Inevh.<br />

Oportunamente, los periódicos comenzaron<br />

a dar noticias alentadoras y los<br />

artículos hablaban de los efectos benéficos<br />

de la vacuna y, hasta el mismo Maiztegui<br />

dijo, al recibir un premio:<br />

“Me veo obligado a compartir la historia<br />

del mal de rastrojos que comienza en la<br />

República Argentina allá por 1955, y no son<br />

otros que Armando Parodi de la cátedra de<br />

Epidemiología y Julio Barrera Oro, el creador<br />

de la vacuna Candid I”. 5<br />

Hasta la fecha, se ha vacunado con Candid<br />

1 a más de 240.000 adultos, de los dos<br />

sexos, y confirmado los resultados de los<br />

ensayos clínicos anteriores. La eficacia<br />

estimada de la vacuna, en el período 1992-<br />

2004, fue de 97,7%, con un intervalo de<br />

confianza de 95% (IC95%) de 95,5 a 98,8%.<br />

Además, se ha constatado mediante anticuerpos<br />

neutralizantes que la respuesta<br />

inmunitaria específica se mantiene hasta<br />

13 años después de la vacunación en más de<br />

90% de los vacunados.<br />

Con este ejemplo, se evidencia la dedicación,<br />

el esmero y la preocupación que<br />

demuestran unos cuantos de nuestros<br />

científicos, como Julio Guido Barrera<br />

Oro, quien se abocó de manera plena a la<br />

búsqueda de respuestas, al punto que deja<br />

todo por ello, incluso su familia y llega al<br />

límite de poner en riesgo su vida.<br />

Esa lucha ha contribuido enormemente<br />

con nuestra población; ha dado a conocer<br />

la forma viral de la enfermedad que<br />

tanto se ponía en duda, ha demostrado la<br />

utilidad del suero de convaleciente, dando<br />

un tratamiento efectivo al paciente y ha<br />

descubierto la vacuna para poder prevenir<br />

la enfermedad, que tanto daño produce<br />

en una zona agrícola por excelencia. Un<br />

científico incansable, quien continúo con<br />

sus estudios e investigaciones en el Instituto<br />

Salk hasta su retiro en el año 2010. ●<br />

3<br />

JulioGuidoBarreraOro. Notaqueaparecióenunarevistadedivulgación(ypertenecealos“papeles”delafamiliaBarreraOro,delaqueSandraJ.Inwentarzformaparte).Sinmásdatos.<br />

4<br />

Le puso ese nombre en honor a su hermano Leónidas A., quien tanto colaboró en el proceso de su enfermedad y la convalecencia. Tiene que ver con el apodo con el que se lo conocía.<br />

5<br />

(Diario) Ámbito Financiero. Bs As, 5 de julio de 1993. Nota titulada: “Premio Internacional al doctor Julio Maiztegui. El galardón fue entregado por el ministro Alberto Mazza” (en representa-<br />

ción del presidente Carlos S. Menem).<br />

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Museos Risolia y Houssay<br />

102 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Por Prof. Dr. Federico Pérgola - Dr. Adolfo Venturini<br />

Retratos de médicos<br />

famosos en el<br />

Museo “Risolía”<br />

El hallazgo de una serie de retratos<br />

al óleo de la década del 20 del<br />

siglo pasado que representaban<br />

a médicos famosos de nuestra Facultad,<br />

obras perdidas en el arcón del tiempo y de<br />

donde rescatamos aquellas que definían<br />

a quiénes correspondían, nos permitió<br />

formar una pequeña pinacoteca en el Museo<br />

“Risolía” de la Historia de la Medicina y de<br />

la Cirugía. El deterioro de las piezas era<br />

manifiesto y uno de nosotros (Pérgola) se<br />

abocó a la tarea de restauración, limpiando<br />

y repintando (incluso el de Montes de<br />

Oca fue rehecho totalmente), mientras<br />

que el otro de los firmantes (Venturini),<br />

con eximia capacidad, se encargó de las<br />

fotografías.<br />

Más de una vez se ha dicho que el pasado<br />

es el maestro del presente y nuestra<br />

misma vida se prolonga en ese pasado<br />

que nos pertenece por el conocimiento de<br />

la historia. Los médicos representados en<br />

estas obras han sido parte del pasado de<br />

nuestra Facultad de Medicina y en ella se<br />

formaron los cimientos de lo que es hoy.<br />

¿Qué mejor homenaje que sus figuras se<br />

encuentren presentes?<br />

A modo de acercar a las nuevas generaciones<br />

datos sobre cada uno de ellos, haremos una<br />

pequeña síntesis de sus laboriosas vidas.<br />

Dr. Federico Pérgola 1<br />

Dr. Adolfo Venturini 2<br />

Francisco Javier Muñiz (figura 1) fue<br />

médico pero también paleontólogo. Actuó<br />

en la guerra con el Brasil y en la de la<br />

Triple Alianza. Describió el armadillo fósil<br />

y reconoció los restos de un gliptodonte.<br />

Se especializó en farmacología, higiene<br />

pública, climatología, paleontología y<br />

geología. Sus estudios de zoología y botánica<br />

fueron apreciados por Charles Darwin.<br />

Su tesis se denominó La vacuna indígena,<br />

por que halló el cow-pox en la provincia<br />

de Buenos Aires y por lo cual se lo nombró<br />

miembro de la Sociedad Jenneriana. Fue el<br />

primer profesor de Obstetricia, Pediatría<br />

y Medicina de la Universidad de Buenos<br />

1<br />

Director del "Mueso Risolía"<br />

2<br />

Curador del “Museo Risolía”<br />

Figura 1: Francisco Javier Muñiz (1795-1871)<br />

Aires. Acompañó al ejército argentino en<br />

la Guerra de la Triple Alianza. Falleció<br />

víctima de la fiebre amarilla.<br />

Mauricio González Catán (figura 2) ingresó<br />

en 1839 a la facultad local de donde egresó<br />

en 1848 con la tesis Disertación sobre la<br />

coqueluche. Actuó como cirujano en el<br />

ejército de Urquiza en 1846 y en la batalla<br />

de Caseros se encontró con su maestro,<br />

el doctor Mamerto Cuenca. Desde 1874<br />

hasta 1878 dictó cátedra de Anatomía y,<br />

desde 1878 hasta su muerte, de Anatomía<br />

Topográfica. Decano de la Facultad de<br />

Ciencias Médicas, colaboró en 1871 en<br />

la epidemia de fiebre amarilla y, por su<br />

actuación, recibió una medalla de oro que le<br />

otorgó la Municipalidad. Fundó un colegio<br />

para pobres en la Matanza.<br />

José Teodoro Baca (figura 3) se graduó<br />

en 1860 con la tesis "¿Debe preferirse la<br />

provocación del aborto en los casos de legítima<br />

indicación a las cruentas operaciones de<br />

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103<br />

cirugía (sinfisiotomía y operación cesárea)?"<br />

Adquirió pronta fama y asistió al almirante<br />

Brown y a José María Paz. En 1876 fue<br />

nombrado profesor de Patología General<br />

e Historia de la Medicina. Dirigió el<br />

Hospital de Clínicas y fue vice decano de la<br />

Facultad. Viajó varias veces a Europa para<br />

perfeccionar su conocimiento.<br />

Figura 2: Mauricio González Catán (1823-1895) Figura 5: Rafael Herrera Vegas (1834-1910)<br />

Leopoldo Montes de Oca (figura 4) se<br />

graduó en 1864. Su tesis se tituló "Apuntes<br />

sobre la Clínica Quirúrgica de Buenos Aires<br />

en los años 1852, 1853 y 1854". Toda su<br />

labor profesional estuvo vinculada a la<br />

de su hermano: juntos asistieron a los<br />

atacados por las epidemias de cólera y<br />

fiebre amarilla. Colaboró en la guerra del<br />

Paraguay, fue miembro de la Academia<br />

de Medicina y profesor de Patología<br />

Externa y de Nosografía Quirúrgica. Se<br />

perfeccionó en Europa en enfermedades<br />

génito-urinarias. Decano de la Facultad en<br />

1893. Presidió la inauguración del anterior<br />

edificio de la Facultad de Ciencias Médicas<br />

de la calle Córdoba el 12 de octubre de 1895.<br />

En 1905, renunció al cargo de Académico<br />

Titular por razones de salud.<br />

Figura 3: José Teodoro Baca (1826-1914)<br />

Figura 4: Leopoldo Montes de Oca (1834-1906)<br />

Figura 6: Pedro Mallo (1837-1899)<br />

Figura 7: Eduardo Wilde (1844-1913)<br />

Rafael Herrera Vegas (figura 5) nació en<br />

Caracas (Venezuela). Marchó a París con<br />

Camille Pissarro en 1856, abocado a la<br />

pintura, pero advirtió que su vocación era la<br />

medicina y estudió en tiempos de Napoleón<br />

III. Emigró a Río de Janeiro donde conoció<br />

al ministro argentino, general Wenceslao<br />

Paunero, quien lo contrató para venir a<br />

Buenos Aires en época de la fiebre amarilla.<br />

En nuestro país revalidó su título. Participó<br />

en la lucha contra el cólera y salvó muchos<br />

niños con la traqueotomía en los casos de<br />

asfixia por el crup. Introdujo en el país<br />

los termómetros clínicos. Participó en la<br />

construcción de los hospitales de Clínicas<br />

y Rivadavia, más tarde fundó el Hospital<br />

de Niños. Entre sus pacientes tuvo a Mitre<br />

y Avellaneda.<br />

Pedro Mallo (figura 6) se graduó en 1864,<br />

con la tesis "Algo sobre la enajenación<br />

mental". Con Ángel Gallardo fundó la<br />

"Revista Médico-Quirúrgica". Durante la<br />

guerra con Paraguay y en la epidemia de<br />

fiebre amarilla, atendió los hospitales de<br />

sangre y fue premiado con medalla de<br />

oro. En 1872 escribió un compendio de<br />

anatomía. En 1876 fue profesor sustituto de<br />

Higiene Pública y Privada. Escribió "Tratado<br />

de Higiene Militar;" "Lecciones de Higiene<br />

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104 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Pública y Privada", "Páginas de la historia<br />

de la medicina en el Río de la Plata desde<br />

sus orígenes hasta el año 1822" (3 tomos).<br />

Colaboró en el "Boletín de Sanidad Militar",<br />

en la "Revista Médico-Quirúrgica", en los<br />

"Anales de la Facultad de Ciencias Médicas"<br />

(1897) y, en 1898, publicó los "Apuntes<br />

históricos sobre el Estado Oriental de Uruguay,<br />

sus médicos, instituciones de caridad, hospital,<br />

etc."<br />

Eduardo Wilde (figura 7) nació en Tupiza<br />

(Bolivia) se graduó en 1870 en nuestro país<br />

con la tesis "El Hipo", en la que proponía la<br />

frenicotomía para la forma rebelde. Fue<br />

ministro de Justicia, Culto e Instrucción<br />

Pública de Roca y ministro del Interior<br />

con Juárez Celman. Desde 1898 hasta<br />

1913 desempeñó misiones diplomáticas<br />

en Europa. Es autor de "Tiempo perdido";<br />

"Prometeo y compañía"; "Por mares y tierras"<br />

y "Aguas abajo", relato autobiográfico. Tuvo<br />

una notable actuación en la epidemia de<br />

fiebre amarilla que asoló Buenos Aires<br />

en 1871. Fue un miembro destacado en<br />

el Partido Autonomista y miembro de la<br />

Academia Nacional de Medicina.<br />

José María Ramos Mejía (figura 8) fundó<br />

la Asistencia Pública de Buenos Aires y<br />

fue director del Departamento Nacional<br />

de Higiene en 1882 y profesor de Clínica<br />

Neurológica de nuestra Facultad. En 1887,<br />

fundó el Círculo Médico Argentino y fue<br />

uno de los iniciadores de la Psiquiatría en<br />

nuestro país. Escribió "La neurosis de los<br />

Figura 8: José María Ramos Mejía (1849-1914)<br />

Figura 10: Pedro Lagleyze (1855-1916)<br />

Figura 9: José Mariano Astigueta (1850-1897)<br />

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105<br />

Figura 11: José Penna (1855-1919) Figura 12: Juan José Naón (1856-1920)<br />

hombres célebres en la historia argentina",<br />

"La locura en la historia, Rosas y su tiempo",<br />

"Los simuladores del talento", "Las multitudes<br />

argentinas", "La física del genio", "Historia<br />

contemporánea de la República Argentina<br />

(1852-1906)", "Ensayos sobre las revoluciones<br />

americana" y "La familia delirante". Entre<br />

1893 y 1899, fue presidente del<br />

Departamento Nacional de Higiene. A su<br />

iniciativa se debe la redacción del "Códex<br />

Medicamentario". En 1908, presidió el<br />

Consejo Nacional de Educación.<br />

José Mariano Astigueta (figura 9) nació en<br />

Salta y egresó de la facultad local en 1876 con<br />

su tesis "Patogenia de la oftalmía simpática",<br />

que fue premiada. En 1878, se lo designó<br />

ministro de Gobierno de la provincia de<br />

Tucumán (en un breve interregno fue<br />

gobernador interino). En 1880 fue elegido<br />

diputado nacional. Luego se estableció en<br />

Buenos Aires y fue profesor de Fisiología<br />

de su facultad, director de la Asistencia<br />

Pública (1886) y del Banco Hipotecario<br />

Nacional, y presidente del Departamento<br />

Nacional de Higiene y de Obras Sanitarias<br />

de la Nación. Durante la presidencia de<br />

Juárez Celman –por un corto lapso– fue<br />

ministro de Justicia, Culto e Instrucción<br />

Pública. Fue médico del Hospital “San<br />

Roque” (hoy “Ramos Mejía”).<br />

Pedro Lagleyze (figura 10) fue practicante<br />

del Hospital de Hombres y egresó de<br />

la facultad local en 1882 con la tesis<br />

"Cromatoscopia". Médico oftalmólogo,<br />

fue miembro de la Academia Nacional<br />

de Medicina y fundador de la Sociedad<br />

Argentina de Oftalmología. Ideó métodos<br />

quirúrgicos para la corrección<br />

del estrabismo, tratar el entropión y<br />

la triquiasis, que fueron adoptados<br />

mundialmente. Algunas de sus obras<br />

fueron: "Procedimiento auto-oftalmoscópico",<br />

"Ceguera histérica", “Ausencia congénita del<br />

iris" y "Estrabismo vertical congénito".<br />

José Penna (figura 11) fue practicante<br />

interno del Hospital General de Hombres<br />

y mayor interno del Hospital de Mujeres.<br />

Se graduó en 1879 con la tesis "La uremia".<br />

Durante 30 años trabajó en la Casa de<br />

Aislamiento de la que fue su director.<br />

En 1876, fue miembro fundador del<br />

Círculo Médico Argentino, su presidente<br />

(1885) y redactor de sus "Anales" y de la<br />

"Revista de Ciencias Médicas". En 1883, fue<br />

profesor Suplente de Patología Médica de<br />

su facultad y, en 1890, Titular. Se ocupó<br />

preferentemente de las enfermedades<br />

infecciosas. En 1906, dirigió la Asistencia<br />

Pública y durante su administración se<br />

proyectaron los hospitales “Álvarez”<br />

y “Piñero”. Fue diputado por Buenos<br />

Aires. Escribió "La viruela en la República<br />

Argentina" (medalla de oro en 1884), "El<br />

cólera", "La fiebre amarilla", "La cremación",<br />

"La influenza" y "La peste oriental".<br />

Juan José Naón (figura 12) ingresó en<br />

1874 en la facultad local, fue disector de<br />

anatomía y egresó en 1880 con la tesis<br />

"Algunas enfermedades del encéfalo". Desde<br />

1888 fue profesor Titular de Anatomía<br />

Descriptiva, cátedra que se dictaba en el<br />

Hospital de Clínicas y a la que consagró su<br />

vida. Nunca ejerció la profesión. En 1906<br />

participó del movimiento universitario y se<br />

retiró –por propia decisión– de la cátedra.<br />

En 1919 fue designado profesor Honorario.<br />

Estas breves biografías muestran la dedicación<br />

de todos estos médicos a su<br />

profesión. ●<br />

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vidriera fotográfica<br />

106 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Por Dr. Martín Valdez<br />

Orígenes de la fotografía artística o de autor<br />

La Escuela<br />

Academicista<br />

Dr. Martín Valdez 1<br />

Tiempo atrás, en ocasión de una<br />

muestra fotográfica realizada en un<br />

eminente museo de esta ciudad, fui<br />

testigo indiscreto de una charla entre dos<br />

espectadores en la que uno de ellos, presa<br />

de un exaltado entusiasmo al observar las<br />

fotografías de Robert Mappletorpe -genial<br />

y controvertido fotógrafo norteamericanono<br />

dudó en afirmar que “ninguna de<br />

estas fotos tiene nada que envidiarle a un<br />

cuadro de Van Gogh o a cualquiera de los<br />

de Berni que acabamos de ver”. Al escuchar<br />

esta apreciación –un tanto excesiva a mi<br />

parecer- pensé cuan lejos ha llegado la<br />

fotografía en cuanto a expresión artística<br />

independiente, aunque evidentemente<br />

no desligada aún en su totalidad de cierta<br />

“paternidad” o “complejo de inferioridad”<br />

–si cabe la expresión- respecto a las artes<br />

plásticas.<br />

Largo ha sido el camino que el método<br />

fotográfico ha tenido que transitar para<br />

ganar cierto reconocimiento por parte del<br />

mundo del arte, y el público en general,<br />

en cuanto a disciplina artística con valor<br />

propio. Pero ese status actual esta lejos de<br />

reflejar la realidad de hace algunas décadas<br />

atrás.<br />

El debate de si la fotografía era tan solo una<br />

forma mecánica de reproducir la realidad,<br />

carente de valor artístico (ya que “todo<br />

el trabajo lo hacía la cámara”) o, por el<br />

contrario, sí se trataba de arte, se estableció<br />

también desde sus orígenes.<br />

Podemos situar al inicio de la fotografía<br />

artística, o mejor dicho, los primeros<br />

intentos de convertirla en arte, en el<br />

momento mismo del nacimiento de su<br />

técnica. Tan pronto como Henry Fox<br />

Talbot (1800-1877) y, en simultáneo, Louis<br />

Daguerre (1787-1851) patentaron el nuevo<br />

descubrimiento en el año 1839, surgieron<br />

grupos de artistas interesados en explorar<br />

las potencialidades expresivas de tan<br />

novedoso hallazgo.<br />

Estos primeros fotógrafos buscaron<br />

legitimar su status de “artistas” mediante<br />

la vinculación de sus fotos con las artes<br />

plásticas y las corrientes en boga de<br />

aquellos años, sin percibir en su momento<br />

que, adoptando esta postura, no se hacía<br />

mas que relegar la artisticidad de la foto<br />

a su capacidad para emular una pintura,<br />

convirtiendo de esta forma a la fotografía<br />

en una especie de “arte menor”, carente de<br />

un lenguaje propio, condición que tardaría<br />

años en revertirse.<br />

Asimismo, en respuesta a las críticas que<br />

se referían a la mecanicidad del método,<br />

estos fotógrafos defendían la calidad<br />

artística de su obra haciendo que las fotos<br />

fueran lo más laboriosas o complicadas<br />

de realizar y lo menos mecánicas posibles.<br />

Es por ello que primero se realizaban<br />

bocetos, luego se utilizaban decorados,<br />

escenografías, disfraces, atrezzos (utilería),<br />

para finalmente recurrir a la<br />

composición de negativos (fotomontaje),<br />

Fig 1: Oscar Gustav Rejlander: "Los dos caminos de la vida"<br />

1<br />

Médico de Staff de Diagnóstico Médico S.A<br />

Jefe del Servicio de Diagnóstico por Imágenes del Centro Médico Luis Pasteur<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

107<br />

estaban en consonancia con los gustos de la<br />

burguesía y la clase dominante.<br />

Se dictaban estrictas normas para dibujar,<br />

pintar, esculpir y modelar, lo cual, por<br />

otro lado, iría en claro detrimento de<br />

la espontaneidad, el sentimiento y la<br />

libertad creativa del artista, resultando<br />

de esta manera en obras técnicamente<br />

irreprochables, de bella factura, pero en su<br />

mayoría sin sentimiento, sin alma.<br />

Fig 2: Raphael: “La Escuela de Atenas”<br />

Los temas mas utilizados, tanto dentro<br />

de la pintura como de la fotografía, eran<br />

los relacionados con asuntos mitológicos,<br />

heroicos y/o alegóricos de la antigüedad<br />

clásica o los derivados de escenificaciones<br />

bíblicas o vidas ejemplares de santos,<br />

cumpliendo con el objetivo de trasmitir<br />

un consejo o enseñanza moralizante o<br />

ejemplar.<br />

Fue el fotógrafo sueco afincado en Inglaterra<br />

Oscar Gustav Rejlander (1813-1875)<br />

el pionero de esta corriente en fotografía,<br />

siendo también para muchos el padre del<br />

fotomontaje y la manipulación.<br />

Sus obras eran realizadas en un estudio con<br />

mucha escenografía y atrezzo, centrándose<br />

principalmente en la alegoría, el mito y la<br />

historia. Realizaba bocetos y luego retocaba<br />

los negativos con gran maestría técnica,<br />

sin que en muchos casos se percibiera el<br />

retoque.<br />

Acorde a las normas academicistas, no perseguía<br />

el realismo, sino un ideal conforme<br />

a normas prefijadas.<br />

Fig 3: Oscar Gustav Rejlander: “La infanta fotografía dándole un pincel adicional a la pintura”<br />

siendo el resultado fotográfico final fruto<br />

de múltiples procesos.<br />

Fue así como nació en Francia alrededor<br />

del año 1850, la que podría considerarse –<br />

no sin ciertos reparos- la primera escuela<br />

fotográfica artística, la llamada “Fotografía<br />

Academicista”, nombre derivado de su<br />

explícita adhesión a la corriente artística<br />

academicista francesa.<br />

El academicismo francés fue una corriente<br />

artística surgida y desarrollada principalmente<br />

en Francia en el siglo XIX como<br />

consecuencia de la institucionalización<br />

de la enseñanza artística en academias,<br />

en las que se dictaban y seguían las reglas<br />

Fig 4: Julia Margaret Cameron: “El susurro de la Musa” que regían todo tipo de arte, las cuales<br />

Una de sus obras mas reconocidas es<br />

“Los dos caminos de la vida” (figura 1).<br />

Esta obra, para la cual se utilizaron mas<br />

de 32 negativos, es una alegoría –algo<br />

rudimentaria hay que reconocer- del bien<br />

y el mal desde una mirada eminentemente<br />

moralizante. En el centro vemos a un<br />

patriarca con sus dos hijos siendo testigos<br />

de claras personificaciones del mal a la<br />

izquierda (la lujuria, los vicios, el juego) y<br />

del bien a la derecha (la virtud, las ciencias,<br />

el trabajo, las buenas costumbres). A pesar<br />

de tratarse de una temática completamente<br />

diferente, es evidente la estructuración<br />

compositiva de la obra en base a la obra<br />

maestra de Raphael “La escuela de Atenas”<br />

(figura 2).<br />

Esta fotografía fue objeto de acaloradas<br />

controversias en su época debido a la<br />

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108 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Fig 5: Julia Margaret Cameron: “Estudio de Beatriz Cenci”<br />

presencia de desnudos y a el uso de<br />

prostitutas como modelos, cuestión que<br />

quedó zanjada cuando la misma Reina<br />

Victoria de Inglaterra solicitó una copia<br />

para el príncipe Alberto, lo cual dio a su vez<br />

gran notoriedad y popularidad a su autor,<br />

consagrándolo como el fotógrafo de la<br />

nobleza y la burguesía.<br />

Otra de sus fotos mas famosas es “La<br />

infanta fotografía dándole un pincel adicional<br />

a la pintura” (figura 3), obra en la que,<br />

prescindiendo una vez mas de sutilezas<br />

expresivas y simbólicas, nos muestra a la<br />

recién nacida fotografía “ayudando” a la<br />

pintura, cuestión que, por otra parte, era un<br />

hecho en esos días en los que los pintores se<br />

servían de la fotografía para, por ejemplo,<br />

sus estudios del cuerpo humano (de hecho<br />

hasta el día de hoy la fotografía, sobre<br />

todo la digital, sigue siendo una valiosa<br />

herramienta para cualquier artista visual).<br />

Otro de los fotógrafos más representativos<br />

de esta corriente fue la inglesa Julia<br />

Margaret Cameron. Cabe aclarar que,<br />

si bien esta artista aprendió del mismo<br />

Rejlander y adhirió a muchos de los cánones<br />

impuestos por la academia francesa, su<br />

obra no tardaría mucho tiempo en abrirse<br />

camino, prefigurando la que mas tarde<br />

sería la escuela pictorialista.<br />

Dedicada principalmente al retrato (figuras<br />

3, 4 y 5), sus obras poseen una sensibilidad<br />

artística innegable. Ya desde el principio,<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

109<br />

Cameron había dejado bien en claro sus<br />

objetivos al decir que "mis aspiraciones<br />

son ennoblecer la fotografía y alzarla a la<br />

categoría de arte, combinando la realidad<br />

con la poesía y la belleza ideal". Existe cierta<br />

polémica sobre si su peculiar estilo era<br />

buscado o si solo se trataba de carencias<br />

técnicas, ya que utilizaba objetivos inadecuados<br />

para las placas usadas, por lo que<br />

muchas veces en sus obras había manchas<br />

y arañazos y el enfoque habitualmente<br />

distaba de ser el adecuado.<br />

Fig 6: Julia Margaret Cameron: “Retrato de la escritora Virginia Wolff”<br />

No obstante, lo importante es que su<br />

trabajo es muy característico y la falta de<br />

nitidez da a su obra un aspecto etéreo, casi<br />

poético, lo cual inspiraría a nuevos grupos<br />

de fotógrafos a abrirse de las normas de<br />

la academia francesa –que a esta altura se<br />

encontraba en franca decadencia a raíz del<br />

surgimiento del Impresionismo francés-,<br />

buscando nuevos recursos técnicos y estéticos<br />

que desligaran a la fotografía de la<br />

pintura, lo cual se empezaría a lograr con<br />

el nacimiento de la ya mencionada escuela<br />

pictorialista, una de las corrientes pioneras<br />

y más importantes para la consolidación de<br />

la fotografía artística o de autor y que será<br />

desarrollada detalladamente en nuestra<br />

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colección de fotos<br />

110 Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

Por Prof. Dr. H. César Gotta<br />

Emilio Halitzky<br />

¿Me van a creer de qué lugar de Buenos Aires es esta foto?<br />

Pues les cuento.<br />

Prof. Dr. H. César Gotta 1<br />

Pertenece a un álbum efectuado por la Municipalidad de Buenos Aires en 1886 dedicado por el<br />

intendente Torcuato de Alvear. Por lo tanto, la foto ha sido obtenida en esa fecha y tendría 138 años. El<br />

fotógrafo es Emilio Halitzky, quien se dedicó a fotografiar a la ciudad de Buenos Aires. El título de la foto<br />

es "Barranca de la calle Callao".<br />

En el primer plano se ve, justamente, la barranca desde la esquina de la Av. Callao con la Av. Alvear.<br />

Donde se endereza Callao, casi no se visualiza la esquina con Posadas. Al fondo, se ve una arboleda.<br />

A la izquierda se ve el río, que todavía llegaba hasta la actual Av. Libertador. También al fondo, hay<br />

un poste de luz o teléfono (1886). Las casas son pequeñas y muy humildes. Pero a la derecha se ve una<br />

muralla importante, prueba de la trasformación que se había iniciado en el barrio. El adoquinado es<br />

muy tosco, salvo dos bandas lisas para que circulen los carros. Se ven varios carros con caballos, tal vez<br />

de repartidores a domicilio.<br />

1<br />

Director de Diagnóstico Médico S.A.<br />

Profesor Titular de Diagnóstico por Imágenes, Universidad del Salvador.<br />

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Nro. 23 Junio 2014 . Año 8<br />

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