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ATENCION PLENA. EL PODER DE LA CONCENTRACION

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De dentro afuera 59<br />

Norman lleva aún más lejos su fascinante investigación sobre<br />

las relaciones emocionales con los objetos cotidianos, desde los<br />

abrelatas hasta los libros electrónicos, y proporciona un ejem<br />

plo de lo caro que sale sucumbir a la influencia de las emociones<br />

en nuestros objetos de interés y viceversa. Cuando te planteas<br />

comprar un coche, te concentras, con buen juicio, en el nivel<br />

reflexivo. Revisas mucha documentación para averiguar qué<br />

automóvil se adapta mejor a tus necesidades y ofrece la mejor<br />

relación calidad-precio, y te decides por un Toyota no demasia<br />

do caro. Al final, dice Norman, «acudes al concesionario y sales<br />

de allí al volante de otra marca».<br />

En cuanto se quedan atrás tu casa, las advertencias de tu es<br />

posa y los informes de la asociación de consumidores que tanto<br />

has estudiado, y te adentras en la atractiva sala de exposición<br />

con su embriagador aroma a coche nuevo, tu atención deja de<br />

prestar oídos a la voz reflexiva, cerebral y juiciosa para escuchar<br />

la reactiva, sensual y visceral. Como dice Norman: «El hecho<br />

de que compres un Camry blanco en vez de un BMW rojo dice<br />

mucho de ti, y eres consciente de ello». Tu centro de atención<br />

se traslada del consumo de gasolina y la seguridad de los niños<br />

al sensual tapizado de ese bonito descapotable, al prestigio de la<br />

marca y otras recompensas emocionales. La misma dinámica<br />

explica por qué los coches usados se venden mejor limpios y<br />

brillantes que sucios, y por qué cuando el vendedor quiere ce<br />

rrar el trato no pregunta: «“¿Se queda el coche?”, sino: “¿de qué<br />

color lo quiere?”»<br />

Siguiendo con el ejemplo del astuto vendedor de coches, no te<br />

sorprenderá saber que trata de manipular la atención de sus<br />

clientes apelando a sus emociones con absoluta falta de escrú<br />

pulos. Al fin y al cabo, en las décadas de 1950 y 1960, en pie-

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