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ATENCION PLENA. EL PODER DE LA CONCENTRACION

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192 ATENCIÓN <strong>PLENA</strong><br />

Esta alquimia entre atención y distracción, por una parte,<br />

e información e inspiración, por otra, permitió a Einstein, tras<br />

muchos años de trabajo, descubrir «de repente» su teoría de la<br />

relatividad, no inclinado sobre un escritorio, sino en sueños;<br />

«Como si un dado gigante dejara una huella indeleble, un enor<br />

me mapa del universo se dibujó con toda claridad». En un plano<br />

de experiencia más cotidiano, idéntica combinación de elucu<br />

braciones y ensoñación —a veces basta con contar ovejas— nos<br />

permite bregar todo el día con un problema —¿debería aceptar<br />

un trabajo mejor en una ciudad menos atractiva, pintar el salón<br />

de rojo bermellón?—, consultarlo con la almohada y despertar<br />

nos con la solución.<br />

Por último, no prestar atención a nada en particular sienta<br />

bien de vez en cuando. Una investigación llevada a cabo por dos<br />

psicólogos de la Universidad de Michigan, Rachel y Stephen Kaplan,<br />

demuestra que cuando nos quedamos mirando las nubes<br />

que pasan, el titilar de las estrellas, el agua que corre o cualquier<br />

otro estímulo natural, entramos en un estado de «fascinación» o<br />

concentración atenuada que relaja la mente, reduce la inciden<br />

cia de «errores humanos» e incluso disminuye los indicadores<br />

fisiológicos de estrés.<br />

Algunos supuestos problemas, como soñar despierto con una<br />

frecuencia razonable, despistarse o distraerse constituyen va<br />

riantes adaptativas de la atención, pero otros no. Quizás un día<br />

trataste de rentabilizar el tiempo haciendo algunas llamadas<br />

mientras revisabas el correo electrónico o vaciabas el lavaplatos<br />

y de repente, cuando descolgaron al otro lado, descubriste que<br />

habías olvidado a quién llamabas. O parloteando mientras te<br />

cleabas en el ordenador pulsaste «responder» en lugar de «reen<br />

viar» y mandaste un comentario cáustico justo a la última per

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