Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-

11.09.2017 Views

— o53 — rostro; la salió una viva expresión de fe de los ojos; y, volviéndolos á •lesucrislo, despidiendo centellas de amor por ellos, exclamó : « |Ó amado Señor mío! ya, por fin, llegó la hora qne con tanto ardor deseando estaba. Conque, tendré > la dicha de veros, y á Vos me voy á ir. ¡ Sea dichoso mi tránsito y cúmplase vuestra voluntad! Llegó ya la hora de salir yo de este destierro; y hallará mi alma en vuestra presencia la dicha, que era el objeto de sus largos y > ardientes votos. » A eso de las nueve de la noche, pidió el sacramento de la Extremaunción, que recibió con grandes sentimientos de reverencia y piedad, respondiendo con mucha atención á las oraciones

— oo4 — que se rezan en la administración de aquel divino Sacramento. Concluida la ceremonia, habló un rato con ella el P. Antonio de Jesús, y la preguntó este dónde quería que se la diera sepultura, en case de llevarla Dios de aquella enfermedad; y si gustarla que se condujera su cuerpo á su convento de Ávila, ó que se quedase en su convento de Alba. Se notó que no contaba la Santa con aquella pregunta ; que la sentia; y respondió : « Pues, qué, ¿he de tener acaso yo » cosa alguna propia? ¿no me han » de dar un poco de tierra aquí? » Se iba debilitando, á cada instante, la santa Madre; y, al paso que la iban abandonando sus fuerzas, subia de punto su fervor. Mientras conservó el uso de la palabra, estuvo orando

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que se rezan en <strong>la</strong> administración <strong>de</strong><br />

aquel divino Sacramento. Concluida<br />

<strong>la</strong> ceremonia, habló un rato <strong>con</strong> el<strong>la</strong><br />

el P. Antonio <strong>de</strong> Jesús, y <strong>la</strong> preguntó<br />

este dón<strong>de</strong> quería que se <strong>la</strong> diera<br />

sepultura, en case <strong>de</strong> llevar<strong>la</strong> Dios <strong>de</strong><br />

aquel<strong>la</strong> enfermedad; y si gustar<strong>la</strong><br />

que se <strong>con</strong>dujera su cuerpo á su<br />

<strong>con</strong>vento <strong>de</strong> Ávi<strong>la</strong>, ó que se quedase<br />

en su <strong>con</strong>vento <strong>de</strong> Alba. Se notó que<br />

no <strong>con</strong>taba <strong>la</strong> <strong>Santa</strong> <strong>con</strong> aquel<strong>la</strong> pregunta<br />

; que <strong>la</strong> sentia; y respondió :<br />

« Pues, qué, ¿he <strong>de</strong> tener acaso yo<br />

» cosa alguna propia? ¿no me han<br />

» <strong>de</strong> dar un poco <strong>de</strong> tierra aquí? »<br />

Se iba <strong>de</strong>bilitando, á cada instante,<br />

<strong>la</strong> santa Madre; y, al paso que <strong>la</strong><br />

iban abandonando sus fuerzas, subia<br />

<strong>de</strong> punto su fervor. Mientras <strong>con</strong>servó<br />

el uso <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, estuvo orando

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