Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-
— 35 — quedarme en costumbre de leerlos (los libros de caballería), y aquella falta que en ella (su madre) vi, me comenzó á enfriar los deseos, y fué causa que comenzase á faltar en lo demás; y parecíame no era malo, con gastar muchas horas del día y de la noche en tan vano ejercicio, aunque escondida de mi padre. Era tan extremo lo que en esto me embebía, que si no tenia libro nuevo, no me parece tenía contento. Comencé á traer galas, y á desear contentar en parecer bien, con mucho cuidado de manos y cabello, y olores, y todas las vanidades que en esto podía tener, que eran hartas por ser muy curiosa. No tenia mala intención, porque no
— 36 — » quisiera yo que nadie ofendiera á » Dios por mi. Duróme mucha cu* » riosidad de limpieza demasiada; » y cosas que me parecían á mi no » eran pecado muchos años : ahora M veo cuan malo debía ser. » Esto dió margen á que se fuera entibiando en ella su primitivo fervor y se viera casi mudado aquel tierno corazoncito, que tanto había ardido hasta entonces en las llamas del amor divino. Destruyó la vanidad aquellos bellos principios y poquito á poquito comenzó á desmoronar el hermoso edificio que en su alma había labrado. Noten bien las madres cristianas que á cosas, al parecer de Teresita, pequeñas y no claramente pecado fué debido semejante cambio, y fácilmente echarán de ver
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» quisiera yo que nadie ofendiera á<br />
» Dios <strong>por</strong> mi. Duróme mucha cu*<br />
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M veo cuan malo <strong>de</strong>bía ser. »<br />
Esto dió margen á que se fuera<br />
entibiando en el<strong>la</strong> su primitivo fervor<br />
y se viera casi mudado aquel tierno<br />
corazoncito, que tanto había ardido<br />
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divino. Destruyó <strong>la</strong> vanidad aquellos<br />
bellos principios y poquito á poquito<br />
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Teresita, pequeñas y no c<strong>la</strong>ramente<br />
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