Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-
— 475 — erigir á Jesucristo en la tierra cuantos más tronos la fuera posible. Para salir de estos cuidados, y viendo que no podria prescindir de ellos, si continuaba viviendo en una casa tan expuesta, resolvió mudarse y pasar á otra donde no tuviera que temer semejantes inconvenientes. Y sucedió afortunadamente que un mercader de Medina del Campo, que tenia una casa bastante grande, la prestó la mitad de ella para ocuparla basta que estuviera enteramente dispuesta en forma de monasterio la nueva casa que tenía ajustada. En la parle de la casa, que para ella y su Comunidad la ofrecía generosamente aquel caballero, habia una grandísima sala dorada, que podia fácilmente coavertirse en capilla; y, dirigiendo el
— 476 — Señor aquella obra con su admirable providencia, hizo entrar en sus miras á una señora piadosa y pudiente de aquella ciudad, que se llamaba D.a Elena de Quiroga, y era sobrina del Eminentísimo S.r de Quiroga, cardenal de Toledo. Fué á visitar ala Santa aquella señora, y tanto la agradaron su conversación y trato, que, de vuelta á su casa, contó á su hija, que tenia unos diez y ocho años de edad, lo que acababa de ver y oir. Con la relación de su madre se sintió la hija movida á entrar en el Instituto de Teresa; se lo declaró en estos términos á su madre, la cual se sintió movida de los mismos deseos; se presentaron ambas á la Fundadora para pedir el santo hábito, ofreciéndose á ayudarla para que
- Page 441 and 442: — 424 — ponía por condición q
- Page 443 and 444: — 426 — dad que la denegación
- Page 445 and 446: — 428 — » porque esla carta ll
- Page 447 and 448: — 4.M) — volver á emprender, c
- Page 449 and 450: — 432 — » tener. Héla aquí u
- Page 451 and 452: — 434 — aquellas doncellas en e
- Page 453 and 454: -5 436 — Jas aguardaba en la patr
- Page 455 and 456: — 438 — quería campana para el
- Page 457 and 458: — 440 — absoluto, que ninguna d
- Page 459 and 460: — 442 — debia constituir so dot
- Page 461 and 462: — 444 — ventos de la Reforma; l
- Page 463 and 464: — 446 — » la tomase en ella. E
- Page 465 and 466: mismo capítulo 111 de sus Fundacio
- Page 467 and 468: — 450 — « Á Jesucristo sigue
- Page 469 and 470: — 452 — huerta del convento hab
- Page 471 and 472: — 454 — Puesta, pues, en camino
- Page 473 and 474: — 4S6 — mismo, sin detenerse ni
- Page 475 and 476: — 458 — » entonces se me ponen
- Page 477 and 478: — 460 — resa, acompañada de la
- Page 479 and 480: — 462 — iban andando, y cuando
- Page 481 and 482: — 4Gi — cíales extemporáneos,
- Page 483 and 484: — 466 — que fué tanto el gent
- Page 485 and 486: — 468 — otra tempestad, parecid
- Page 487 and 488: „ — 470 — con maña se introd
- Page 489 and 490: - 472 — » con la contradicción
- Page 491: — 474 — guardara; y, no content
- Page 495 and 496: — 478 — zarlo también, y lo hi
- Page 497 and 498: — 480 — taba que no son los hom
- Page 500 and 501: 483 ~ i in FUNDACION DEL PRIMER CON
- Page 502 and 503: — 48 li — » todavía tenia cui
- Page 504 and 505: — 487 — no tenía más que dese
- Page 506 and 507: — 489 — antigua de Castilla la
- Page 508 and 509: — 491 — vida que llevaba, y con
- Page 510 and 511: - 493 — Carmelitas, como había y
- Page 512 and 513: — 495 — los hombres; que él de
- Page 514 and 515: — 497 — couocia, á él. SÍQ e
- Page 516 and 517: — 499 — » ñera, aunque era ha
- Page 518 and 519: — 501 — das desde su principio.
- Page 520 and 521: — 303 — mano, que era obispo de
- Page 522 and 523: — ÍÍOS — arreglarla; y, como
- Page 524 and 525: — 507 — viembre, primero domiog
- Page 526 and 527: — 50!) — » mercaderes que hab
- Page 528 and 529: — 511 — '> márcanos, sin ningu
- Page 530 and 531: — 513 — Labróles este caballer
- Page 532 and 533: — 515 — trató de trasladar aqu
- Page 534 and 535: — 517 CAPITULO XIII ES TERESA ELE
- Page 536 and 537: — 519 — mente con ellos, sino c
- Page 538 and 539: — 521 — por completo del espír
- Page 540 and 541: — 523 — espíritu y fervor en l
— 476 —<br />
Señor aquel<strong>la</strong> obra <strong>con</strong> su admirable<br />
provi<strong>de</strong>ncia, hizo entrar en sus miras<br />
á una señora piadosa y pudiente <strong>de</strong><br />
aquel<strong>la</strong> ciudad, que se l<strong>la</strong>maba<br />
D.a Elena <strong>de</strong> Quiroga, y era sobrina<br />
<strong>de</strong>l Eminentísimo S.r <strong>de</strong> Quiroga,<br />
car<strong>de</strong>nal <strong>de</strong> Toledo. Fué á visitar a<strong>la</strong><br />
<strong>Santa</strong> aquel<strong>la</strong> señora, y tanto <strong>la</strong> agradaron<br />
su <strong>con</strong>versación y trato, que,<br />
<strong>de</strong> vuelta á su casa, <strong>con</strong>tó á su hija,<br />
que tenia unos diez y ocho años <strong>de</strong><br />
edad, lo que acababa <strong>de</strong> ver y oir.<br />
Con <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> su madre se sintió<br />
<strong>la</strong> hija mo<strong>vida</strong> á entrar en el Instituto<br />
<strong>de</strong> <strong>Teresa</strong>; se lo <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ró en estos<br />
términos á su madre, <strong>la</strong> cual se<br />
sintió mo<strong>vida</strong> <strong>de</strong> los mismos <strong>de</strong>seos;<br />
se presentaron ambas á <strong>la</strong> Fundadora<br />
para pedir el santo hábito,<br />
ofreciéndose á ayudar<strong>la</strong> para que